Museo observatorio del Convento de Belén, de la Oficina del Historiador de La Habana

La Habana, Cuba. – El Museo observatorio del Convento de Belén, de la Oficina del Historiador de La Habana, será inaugurado próximamente, anunció Francisco González Veitía, del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA).

La institución ofrecerá al espectador información sobre la evolución histórica de la meteorología y la climatología en Cuba, dijo a la ACN González Veitía, también especialista del Planetario de La Habana, un centro científico-cultural abierto al público en 1999 en el municipio de La Habana Vieja.

Añadió que se apreciará igualmente datos del observatorio meteorológico, geomagnético y astronómico que funcionó en ese lugar durante 67 años.

La instalación ocupa la torre noroeste del edificio, con cinco niveles, tres salas expositivas, aula multipropósito, estación meteorológica y observatorio astronómico.

González Veitía explicó que posee equipos con medios para la visualización y el enlace digital, y una terraza- mirador a 24 metros sobre el nivel del mar, que proporcionará una vista panorámica del entorno más antiguo de la capital cubana.

El experto del IGA impartió una conferencia en un seminario para integrantes del Círculo de Periodismo de Ciencia y Técnica, de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), efectuado en la sede de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA).

El Convento de Belén es una obra de arquitectura colonial cuyos inicios de construcción datan de finales del siglo XVII, pero en 1842 el gobierno español desalojó a sus inquilinos y en su lugar estableció oficinas, según historiadores.

La Compañía de Jesús fundó y mantuvo instituciones de ese tipo en casi todos los continentes, cuyas producciones científicas se imbricaron en el vasto volumen del conocimiento universal generado entre los siglos XIX y XX.

La necesidad de una ciencia ilustrada había emergido en Cuba desde fuentes endógenas en las postrimerías del siglo XVIII, y si la fundación de una academia de ciencias en La Habana demoró hasta 1861, no se debió al desinterés de los criollos, sino a un pesado lastre de reticencias metropolitanas.

El valor científico de las series de observaciones climatológicas, publicadas en sus Anuarios, bastaría por sí para confirmar la elevada contribución del Observatorio de Belén a los estudios de la atmósfera en el trópico americano.