Fue en febrero de 1958, lo recuerdo muy bien porque mi padre tuvo que comprar las entradas mucho más caras a oportunistas que rodeaban mi amado cine Yara, entonces Radiocentro, para poder acceder a la sala adaptada con una gigantesca pantalla que parecía envolverte, más 3 cabinas con sus respectivos proyeccionistas y proyectores; dándonos la idea de profundidad.
“Esto es Cinerama” hacía gritar a los más escépticos cuando llegaba la escena en que con una cámara montada en uno de los carros de “la montaña rusa más alta del mundo” hacía el recorrido de rigor. Muchos tuvieron problemas estomacales por ello, como si verdaderamente hubieran estado allí.
Después llegaron también con ese costoso sistema los títulos “Cinerama Holiday” y “Las 7 maravillas del mundo”, que no alcanzaron las aglomeraciones del primero, pero que igualmente fuimos a ver al que también se llamó Warner.
En 1959 con películas de 70 mm se estrenó en el Yara, tras una aparatosa propaganda que incluía afiches en las guaguas, la extraordinaria cinta “La vuelta al mundo en 80 días”, de Michael Anderson, que esperábamos con ansias, pues conocíamos que el popular Cantinflas había luchado a brazo partido por el coprotagónico junto al consagrado actor inglés David Niven, para brindarnos esta adaptación de la obra de Julio Verne, uno de sus libros más leídos.
El largometraje ganó el Oscar a la mejor película, además de la estatuilla a la mejor música y edición. Michael Anderson no obtuvo la estatuilla pues se la arrebató George Steven con “Gigante”, que conserva la imagen del rebelde James Dean.