Pareciese que la cubana Omara Portuondo tiene un pacto con los dioses y que su voz posee la textura de algunos vinos, con esa diversidad de adquirir mayor calidad conforme pasa el tiempo, entre aromas y matices.
A sus nueve décadas de vida, Portuondo conmueve y su timbre regala con maestría notas musicales, como hace más de medio siglo, cuando el mundo comenzó a reverenciar su figura en los más disímiles escenarios artísticos.
Considerada un estandarte de la cultura de la isla, la llamada 'novia del feeling' desafía al tiempo y se roba los reflectores con cada presentación, pues desconoce de interruptores de apagado o silencios, cuando de regalar música -de la buena-, se trata.
Sus interpretaciones son sinónimo de recuerdos, amor, tristezas, identidad y pasiones. Ella ha inmortalizado temas como Drume negrita, Adiós, Felicidad, La última noche que pasé contigo, Dos gardenias, Lágrimas negras, Por eso yo soy cubana, Veinte años, Tal vez, Quizás, quizás, quizás y muchísimos otros.
Con una vitalidad envidiable y ganas de seguir ofreciendo su arte, la diva apoya el desarrollo de las jóvenes generaciones de músicos, como lo demuestran sus más recientes colaboraciones con la Orquesta Faílde, Haydée Milanés o Cimafunk.
Aunque probó suerte en la danza (entre cabaret, teatros y el magisterio), la música marcó su destino al darle voz a un género naciente en la década de 1940 en Cuba: el feeling, continuidad de la trova con influencia del jazz norteamericano.
Un estilo que la enamoró ipso facto y el cual conoció de la mano del grupo Loquibambia swing, integrado por José Antonio Méndez y el pianista ciego Frank Emilio Flynn, entre destacados músicos.
Su camino por el mundo de los sonidos tuvo paradas en conjuntos como Anacaona, lo cual constituyó el preámbulo para los quince años dedicados al cuarteto vocal femenino Las D'Aida, junto a Elena Burke, Moraima Secada, su hermana Haydée y la pianista Aída Diestro.
Durante esa etapa tuvo la oportunidad de compartir escenarios con ÉdithPiaf, Pedro Vargas, Rita Montaner, Bola de Nieve, Benny Moré, Nat King Cole y muchos más artistas de relevancia internacional.
Igualmente, el recorrido de la Portuondo -en cerca de una treintena de producciones discográficas- estuvo marcado por la Orquesta Aragón, la icónica banda Buena Vista Social Club, con la cual se ganó el calificativo de 'diva' y otras colaboraciones.
Con 30 discos en solitario, Omara ha realizado giras y presentaciones en Venezuela, México, Puerto Rico, Estados Unidos, Japón, Francia, Bulgaria, Alemania, Italia, Perú, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Panamá, República Dominicana, Colombia, Argelia, Rumania, Polonia, Rusia, Finlandia, España, Suecia, Noruega, Países Bajos, Inglaterra y Suiza.
En 2004, la Cruz Roja Internacional la nombró Embajadora Internacional, convirtiéndola en la primera artista cubana en alcanzar tal distinción, mientras su placa, Flor de amor fue nominada a los premios Grammy en la categoría de Mejor Disco Tradicional Tropical, mientras se alzó con el premio en la edición de 2009.
Su obra se extiende a todas las edades, es por ello que en 2011 lanzó el álbum Reír y Cantar, en el cual recorre el repertorio de clásicos infantiles y ese mismo año puso voz al personaje Mama Odie, una hechicera buena y ciega que vive en los pantanos de Luisiana, en la película de Disney, The Princess and thefrog (Tiana y el sapo).
Galardonada en 2019 con el Latin Grammy a la Excelencia Musical y la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes que concede el Gobierno de España, Portuondo es, sin dudas, una de las más excepcionales cantantes de la nación caribeña.
Este 29 de octubre, la emblemática intérprete cubana cumplió 90 años y por la efeméride la cultura en la isla le rindió homenaje a la prolífica trayectoria de la conocida como la diva del Buena Vista Social Club.
Como parte de los tributos la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales prepara un fonograma dedicado a ella, en tanto la disquera cubana Bis Music agasajó a la artista con el estreno de la placa Mariposas, nominada en la categoría Mejor Álbum Contemporáneo/Fusión Tropical en la edición 21 de los Premios Grammy Latinos.
Defensora de la música de la mayor de las Antillas por más de siete décadas, Omara luce una perfecta sincronización vocal, una cadencia como pocas y una armonía musical que se combina con su carisma y capacidad de improvisar, para convertir en magia cada espectáculo suyo, cada entonación.
(Tomado de Cuba Internacional No. 467).
Considerada un estandarte de la cultura de la isla, la llamada 'novia del feeling' desafía al tiempo y se roba los reflectores con cada presentación, pues desconoce de interruptores de apagado o silencios, cuando de regalar música -de la buena-, se trata.
Sus interpretaciones son sinónimo de recuerdos, amor, tristezas, identidad y pasiones. Ella ha inmortalizado temas como Drume negrita, Adiós, Felicidad, La última noche que pasé contigo, Dos gardenias, Lágrimas negras, Por eso yo soy cubana, Veinte años, Tal vez, Quizás, quizás, quizás y muchísimos otros.
Con una vitalidad envidiable y ganas de seguir ofreciendo su arte, la diva apoya el desarrollo de las jóvenes generaciones de músicos, como lo demuestran sus más recientes colaboraciones con la Orquesta Faílde, Haydée Milanés o Cimafunk.
Aunque probó suerte en la danza (entre cabaret, teatros y el magisterio), la música marcó su destino al darle voz a un género naciente en la década de 1940 en Cuba: el feeling, continuidad de la trova con influencia del jazz norteamericano.
Un estilo que la enamoró ipso facto y el cual conoció de la mano del grupo Loquibambia swing, integrado por José Antonio Méndez y el pianista ciego Frank Emilio Flynn, entre destacados músicos.
Su camino por el mundo de los sonidos tuvo paradas en conjuntos como Anacaona, lo cual constituyó el preámbulo para los quince años dedicados al cuarteto vocal femenino Las D'Aida, junto a Elena Burke, Moraima Secada, su hermana Haydée y la pianista Aída Diestro.
Durante esa etapa tuvo la oportunidad de compartir escenarios con ÉdithPiaf, Pedro Vargas, Rita Montaner, Bola de Nieve, Benny Moré, Nat King Cole y muchos más artistas de relevancia internacional.
Igualmente, el recorrido de la Portuondo -en cerca de una treintena de producciones discográficas- estuvo marcado por la Orquesta Aragón, la icónica banda Buena Vista Social Club, con la cual se ganó el calificativo de 'diva' y otras colaboraciones.
Con 30 discos en solitario, Omara ha realizado giras y presentaciones en Venezuela, México, Puerto Rico, Estados Unidos, Japón, Francia, Bulgaria, Alemania, Italia, Perú, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Panamá, República Dominicana, Colombia, Argelia, Rumania, Polonia, Rusia, Finlandia, España, Suecia, Noruega, Países Bajos, Inglaterra y Suiza.
En 2004, la Cruz Roja Internacional la nombró Embajadora Internacional, convirtiéndola en la primera artista cubana en alcanzar tal distinción, mientras su placa, Flor de amor fue nominada a los premios Grammy en la categoría de Mejor Disco Tradicional Tropical, mientras se alzó con el premio en la edición de 2009.
Su obra se extiende a todas las edades, es por ello que en 2011 lanzó el álbum Reír y Cantar, en el cual recorre el repertorio de clásicos infantiles y ese mismo año puso voz al personaje Mama Odie, una hechicera buena y ciega que vive en los pantanos de Luisiana, en la película de Disney, The Princess and thefrog (Tiana y el sapo).
Galardonada en 2019 con el Latin Grammy a la Excelencia Musical y la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes que concede el Gobierno de España, Portuondo es, sin dudas, una de las más excepcionales cantantes de la nación caribeña.
Este 29 de octubre, la emblemática intérprete cubana cumplió 90 años y por la efeméride la cultura en la isla le rindió homenaje a la prolífica trayectoria de la conocida como la diva del Buena Vista Social Club.
Como parte de los tributos la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales prepara un fonograma dedicado a ella, en tanto la disquera cubana Bis Music agasajó a la artista con el estreno de la placa Mariposas, nominada en la categoría Mejor Álbum Contemporáneo/Fusión Tropical en la edición 21 de los Premios Grammy Latinos.
Defensora de la música de la mayor de las Antillas por más de siete décadas, Omara luce una perfecta sincronización vocal, una cadencia como pocas y una armonía musical que se combina con su carisma y capacidad de improvisar, para convertir en magia cada espectáculo suyo, cada entonación.
(Tomado de Cuba Internacional No. 467).