El covidiota

Una nueva palabra debería incorporarse, sin dudas ni racionamientos, al vocabulario de estos tiempos oscuros: covidiota.

Ya se ha visto en algún que otro texto, y menos en diálogos cotidianos, pero habría que usarla profusamente, sin esperar por ninguna autorización de entendidos en el idioma, por lo bien que describe a aquellos que, en medio de esta pandemia, nos quieren echar a perder la vida. 

Covidiota es aquel que:

-olvida llevar el nasobuco o se lo pone como babero exponiéndose y exponiendo a los demás al contagio.

-se suma a las aglomeraciones, a los molotes.

-no guarda la debida distancia de metro y medio cuando habla o permanece cerca de otros.

-no se lava las manos con frecuencia.

-organiza o participa en fiestas, celebraciones y reuniones prescindibles en locales cerrados.

-permite que su hijo, nieto o sobrino menor de edad salga a jugar a la calle.

-visita, besa o abraza a familiares y amigos.

-se posiciona en parques y esquinas a «compartir» con los amigos, a veces, ron mediante.

-sigue pensando que esto es «un catarrito de nada».

Podrían sumarse más elementos a esta definición, pero es probable que baste con los mencionados para aplicar la palabra, lo mismo como adjetivo que como sustantivo, a quienes así actúan.

Llamándoles de esa forma, quizás se sientan compulsados a cambiar, a cuidarse y cuidarnos. No debe ser agradable en estos tiempos llevar el cartelito de covidiota.