María Teresa Linares, una de las más prestigiosas musicólogas cubanas de todos los tiempos,

A los cien años ha muerto en La Habana María Teresa Linares, una de las más prestigiosas musicólogas cubanas de todos los tiempos, autora de textos esenciales para entender la evolución de la música en Cuba y sus múltiples influencias en el entramado todo de la cultura.

Larga ha sido su vida y provechosa. Muchos sus títulos y reconocimientos: investigadora de mérito; Premio Nacional de Investigaciones Culturales (1999), Premio Nacional de Música (2006), miembro de mérito de la Uneac, Premio Internacional Fernando Ortiz en el 2000. El Consejo de Estado le confirió su más alta condecoración por los aportes a la cultura artística y literaria: la Orden Félix Varela.

Es que la doctora María Teresa Linares, o Teté, como la llamaban cariñosamente muchos de sus amigos, realizó desde la primera mitad del siglo XX investigaciones profundas sobre los orígenes y la expresión popular de la música en Cuba.

Esos trabajos de campo, realizados junto a su esposo, el también musicólogo Argeliers León, han sido base fundamental de posteriores estudios sobre las múltiples confluencias y variantes en el rico patrimonio musical del país.

Ella siempre fue un referente para sus colegas. Una verdadera cátedra. Y siempre estuvo dispuesta a socializar los resultados de sus indagaciones.

Ofreció numerosos seminarios y cursos en conservatorios y otras instituciones culturales. Realizó una destacada labor en la Academia de Ciencias de Cuba, consagrada al estudio del folclor, arte del pueblo.

Fruto de su empeño fue una importante colección de discos que dejaron testimonio sobre particularidades de la interpretación musical en varios territorios del país.

Pero quizás su obra mayor en ese sentido fue la Antología de Música Afrocubana, serie discográfica de nueve volúmenes realizados por la Egrem.

La de la doctora Linares era una voz muy respetada en el ámbito iberoamericano. Ofreció cursos y conferencias en varios países de la región. Fue directora por muchos años del Museo Nacional de la Música y mantuvo siempre un estrecho vínculo con el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana. Allí la consideraron siempre la maestra mayor.

No se puede contar la historia de la música en Cuba ignorando sus aportes, volcados en decenas de artículos y ensayos para publicaciones especializadas. O en uno de los más importantes documentos sobre el tema: su libro La música y el pueblo, un verdadero clásico.

Una nota del Instituto Cubano de la Música, informs que sus cenizas serán depositadas en el panteón familiar.

Y apunta: “Dedicó su vida a la investigación del acervo popular y folclórico de la nación cubana. Su labor no se limitó al registro, descripción y análisis de procesos, repertorios, compositores e intérpretes, sino que trascendió, igualmente, por su incalculable aporte a la gestión institucional y la difusión de la música en Cuba”.

Con su obra inmensa, la doctora María Teresa Linares ha ofrecido claves esenciales de la cultura de su pueblo.