Yovani Alarcón conectó un hit de oro que empató el choque en las postrimerías. Foto: Phil Selig.

Yovani Alarcón y Yuniesky Larduet encendieron sendos cohetes a los jardines en la novena entrada, para que la selección nacional cubana dejara tendidos en el terreno de juego al Team USA colegial 6×5 y salvara la honra en el cuarto partido del tope amistoso entre ambas escuadras.

En un emocionante partido que nos recordó viejas rivalidades, los criollos nunca entregaron las armas y sacaron su estirpe a la hora de recoger los bates y las pelotas brindando un bonito espectáculo en el National Trainning Complex de Cary, Carolina del Norte.

Agresivos, salieron al ruedo los cubanos frente a los envíos del zurdo Reid Detmers en la misma primera entrada cuando Larduet llegó “safe” a primera con un toque de bola, Prieto lo avanzó con sacrificio, Raúl González lo movió a tercera con sencillo por el cuadro y Yordanis Samón lo remolcó con latigazo a la pradera izquierda.

Los norteños ripostaron con rapidez aprovechando un boleto de Yosimar Cousin y un doblete de Justin Foscue para empatar las acciones abriendo el segundo capítulo.

En el sexto episodio, la maquinaria universitaria fabricó un par de anotaciones más cuando el toletero por excelencia de su tropa, Spencer Torkelson, sacaba la pelota del parque; Colton Cowers sonaba un sencillo que sacaría a Cousin del box y el fogoso Pedro Álvarez después de permitir un imparable, no podía evitar un elevado de sacrificio de Foscue que redondeó la entrada para los anfitriones.

Doce turnos sin conectar de hits llevaban acumulados los antillanos, tres de ellos frente al relevista Logan Allen, cuando Larduet, en un preámbulo de lo que vendría al final del partido, sonó un doblete que le cortó el bostezo a los aficionados y el tigre Raúl González desapareció la esférica para lograr un abrazo en la pizarra.

En el séptimo, los colegiales, como siempre aprovechando todo lo que le regalan sobre la grama, recibieron un boleto, se robaron la intermedia y Austin Martin, hoy como tercer madero, empujó la cuarta de los suyos con el espirituano aun en el montículo.

Llegó el noveno y los norteamericanos continuaron haciendo alarde de su dominio de los elementos del juego cuando le conectaron un incogible al relevista Yudiel Rodríguez, negociaron un boleto, y tras un lanzamiento descontrolado del sustituto Fran Luis Medina que avanzó los corredores en las almohadillas, ensayaron una jugada de toque suicida que les salió de maravillas para anotar su quinta carrera de la noche.

Con dos carreras debajo en el marcador, otra cadena de ochos bateadores sin poder conectar de hit, y un cerrador delante que ya había recetado tres ponches en la entrada anterior, sólo los más optimistas fueron capaces de predecir una remontada.

Tras un pelotazo a Samón, el hasta hoy silenciado Carlos Benítez, salió de su tumba y pegó un doblete empujador que hizo suspirar a la fanaticada de este lado del mar.

Un toque de Jorge Alomá, nada conservador dada las circunstancias, llevó al lanzador Pablo Guillén a la antesala, quien corría por el granmense, y Alarcón, que dos entradas antes había empuñado por Frank Camilo Morejón, sopló un cohetazo al medio del campo que empató el play de pelota.

Yoelkis Guibert se animó después de tomarse una pareja de ponches en la jornada y conectó también su imparable para poner la carrera de la victoria a 90 pies del home-plate.

Al redoble imaginario de tambores, y bajo una noche dominada sin dudas por dioses tuneros, Larduet le puso fin al partido con un cepillo a la banda izquierda que le devolvió las esperanzas a la exigente fanaticada cubana.

Muchos aficionados, desesperados por las derrotas de estos días, han vertido sus frustraciones sobre la dirección del conjunto, la han emprendido contra los sistemas de entrenamientos o se han justificado a sí mismos pensando en soluciones milagrosas.

Lo cierto es que estas selecciones de los últimos tiempos que nos han representado en eventos internacionales, desangradas por constantes emigraciones o desprovistas de figuras claves ahora mismo jugando en otras ligas profesionales, golpeadas por crisis económicas y salidas de un campeonato doméstico con múltiples problemas, tiene niveles inferiores de calidad a muchos de sus rivales, en especial a esta selección de universitarios, plagada de talentos de una cantera cualitativamente superior en todos los aspectos.

Las derrotas siempre van a doler, pero una vez que aceptemos eso, vamos a sentirnos privilegiados por topes como este para poder tener una actuación decorosa en eventos accesibles como lo son los Juegos Panamericanos de Lima.

Por esas razones, una victoria como la de hoy lleva dentro una importancia grande y la tenemos que disfrutar al máximo.

Por los cubanos: Larduet cf (3-3, 2B, 1CI, 2A, 1BB, 1CR), Prieto 2b (3-0, SH, K), Raúl González 3b (4-2, HR, 2CI, 1A, 2K), Samón 1b (3-1, 1CI, 1A, 1K, 1DB), Benítez BD (4-1, 2B, 1CI, 1A, 2K), Alomá ss (3-0, SH), Andrés Hernández lf (2-0, 1K, 1BB, 1CR), Frank Camilo c (2-0, 1K), Guibert rf (4-1, 2K), Cepeda (1-0, 1K), Alarcón (2-1, 1CI, 1A, 1K)

Actuación de los lanzadores

Yosimar Cousin (5EL, 3CL, 7H, 1BB, 3K)

Pedro Álvarez (3EL, 1CL, 2H, 1BB, 3K)

Yudiel Rodriguez (0.0EL, 1CL, 1H, 1BB)

Frank Luis Medina (1EL, 2K)