Béisbol

No se trata de la película protagonizada por Denzel Washington, pero bastará una mirada a la tabla de posiciones de la 60 Serie Nacional de béisbol para darse cuenta que ciertamente la pugna por colarse entre los ocho que animarán la postemporada está literalmente en llamas.

Los desenlaces de ayer miércoles así lo reafirman. Barridas de Sancti Spíritus sobre Cienfuegos, Granma a costa de Artemisa, e Industriales ante Guantánamo constituyeron lo más notorio de estas subseries.

Gallos y Alazanes se reafirmaron en la posición cimera de la justa (48-27), en tanto los Leones dieron otro paso en pos de la clasificación pues con cuatro éxitos en los restantes desafíos estarían haciendo tentativamente el grado.

Exhiben 37-29 y de culminar abrazados con los toros camagüeyanos, víctimas de una costosa 6-8 ante Matanzas les superarían por haberlos doblegado en la subserie particular.

Ese mismo panorama favorecería a Pinar del Río (37-31) por encima de las huestes de Miguel Borroto.

Los pativerdes tienen pendientes siete encuentros por causa de la presencia del Coronavirus, de ellos dos cruciales justamente cara a cara con los azules de la capital.

Esas dos novenas, junto a Santiago de Cuba (40-32), Matanzas (41-30) y Camagüey, deberán estar disputando los puestos del cinco al ocho, toda vez que al parecer Las Tunas (43-32) y Cienfuegos (42-33) culminaron su calendario regular y se perfilan a los cuartos de final.

Párrafo aparte merece el combativo Mayabeque (40-35) un elenco plagado de jóvenes talentosos y que puso a temblar a no pocas armadas, vendiendo muy caras sus derrotas y luchando siempre hasta el out 27. De hecho, en su despedida doblegaron 9-8 a Las Tunas para reafirmar su condición de más batalladores. Lástima el revés que los sacó del ruedo ante los propios Leñadores, definido en extrainning de la doble jornada de martes.

En el plano de lo decepcionante quedaron dos conjuntos habituales animadores de postemporada en la última década: Ciego de Ávila (33-39) y Villa Clara (30-42), las cuales, si bien aún deben tres compromisos a su agenda, estos nada representarán para ellos.

Hablamos de dos de las selecciones más estables de la última década, con títulos nacionales en sus respectivas alforjas.

La Serie llega a su epílogo mostrando un nivel medio, el que indiscutiblemente es reflejo del techo de nuestra pelota en la actualidad.

Average colectivo de 296 al bate, con 777 jonrones; PCL de 5.16 con Whip de 1.68 y media de 10.45 indiscutibles por cada nueve actos son algunos números que amparan nuestro criterio. Inferiores cualitativamente a casi todos los otros torneos invernales del circuito caribeño.

Uno de los más alarmantes desde mi perspectiva, la relación de ponches y bases por bolas por cada nueve entradas, prácticamente igual, a razón de 4.69 y 4.63 por ese orden.

Por ahí andan los tiros, aderezados con una defensa que se comporta para 973 colectivamente, tampoco muy impecable que digamos.

Mucho se está haciendo para mejorar la cara que actualmente ostenta nuestro deporte nacional, el conteo regresivo se acelera, quedan menos desafíos por disputarse y los timoneles envueltos en esta llamarada clasificatoria hacen subterfugios para engordar su casillero de victorias a sangre y fuego, moviendo de la mejor manera las piezas de las que disponen, especialmente desde la lomita…

Poco más de una semana para dibujar definitivamente este pastel de ocho porciones. Expectantes de ver quiénes en definitiva lo completan.