Ante los venerables hitos que marcan el nacimiento de la nación cubana en el museo Parque Nacional La Demajagua, Díaz-Canel guardó instantes de solemne silencio y respeto, en el inicio de la visita de Gobierno a la provincia de Granma. Foto: Estudios Revolución.

Ante los venerables hitos que marcan el nacimiento de la nación cubana en el museo Parque Nacional La Demajagua, sitio donde el 10 de Octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes dio inicio a las luchas independentistas, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, guardó instantes de solemne silencio y respeto, en el inicio de la visita de Gobierno a la provincia de Granma.

Cerca de las 9:15 de la mañana de ayer llegó al memorial, que está sometido a un proceso de rehabilitación para ser reinaugurado en ocasión del aniversario 150 del inicio de nuestras guerras. Los trabajos incluyen una remodelación de la sala museo y la construcción de varios objetos de obra.

Díaz-Canel se interesó por los trabajos que se llevan a cabo y enfatizó en el cuidado que hay que tener para preservar los elementos originales de la época, así como lo que se concibió para el proyecto actual.

El mandatario cubano saludó a los trabajadores que realizan las acciones. Señaló que en febrero estuvo en el lugar y ahora pueden verse los adelantos de la construcción.

Carlos Céspedes Leyva, director del museo, informó que gracias al empeño de todos, la obra tiene 15 días de adelanto, y debe estar concluida sin dificultad en la fecha programada.

Pese a las labores constructivas, el núcleo patrimonial está intacto y perfectamente conservado. Es el caso de las ruinas del ingenio y los objetos arqueológicos recuperados en 1968, durante el programa para hacer del lugar templo de la nación.

Se ve en su esplendor el Muro de piedras que simboliza la isla de Cuba y el proceso revolucionario, y la campana original del ingenio, la que –reza en una tarja– “otrora llamaba a los esclavos a cumplir sus agotadoras tareas” y “convocó el 10 de octubre de 1868 a blancos y negros a compartir el sacrificio heroico por la libertad y la independencia”.

Ubicado en el municipio de Manzanillo, el memorial La Demajagua fue levantado en 1968 bajo la dirección de la heroína Celia Sánchez Manduley. Se hizo para conmemorar el centenario del inicio de las guerras por la independencia y lo inauguró el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Antes allí solo existía un obelisco levantado por los masones en dedicación a Carlos Manuel de Céspedes y el inicio de la batalla. Nada más se realizó hasta el triunfo de la Revolución. Declarado Monumento Nacional en 1978, el museo Parque Nacional La Demajagua fue visitado por Fidel en dos ocasiones, la segunda fue en 1976, y por el General de Ejército Raúl Castro Ruz y la heroína Vilma Espín en 1997.

Además de las ruinas del ingenio y su campana (fundida en 1859 en Normandía, Francia, y traída para Cuba en 1860), ya es símbolo del lugar el jagüey cuya raíz arropa parte de la catalina del ingenio Demajagua.

Lo es también la palma real que custodia las dos banderas, la Nacional y la del Padre de la Patria, plantada el día 8 de enero de 1981 sobre la tierra llevada al cosmos durante el vuelo conjunto URSS-Cuba, en septiembre de 1980, por el primer cosmonauta cubano y latinoamericano, Arnaldo Tamayo Méndez.

Según se explica en el sitio, el ingenio comprendía 16 caballerías de tierra de las cuales solamente tres estaban cultivadas. No producía azúcar crudo, sino miel en bocoyes.

“Sus instalaciones, que eran de baja productividad, consistían en una máquina de vapor”, cuyos restos aparecen al pie del simbólico jagüey, y un equipo de caldera y tachos a cielo abierto, partes de los cuales se mantienen allí para los tiempos de los tiempos.

Las remembranzas labradas en el bronce de las tarjas del museo nos guían por el recinto. Una siempre llama la atención por su condición preclara y luminosa. Recoge las palabras pronunciadas por Fidel el 13 de marzo de 1965 al referirse a los protagonistas de las guerras por la independencia: “Nosotros entonces hubiéramos sido como ellos, ellos hoy habrían sido como nosotros”.

Conservar nuestra naturaleza

El esfuerzo ambientalista y científico de instituciones como el zoocriadero de cocodrilos de Manzanillo fue elogiado por Miguel Díaz-Canel durante la visita al establecimiento.

En diálogo con Gabriel Cisneros Suárez, biólogo de la institución, resaltó que el haberse logrado la reproducción, nacimiento y desarrollo de miles de ejemplares de esta especie es una demostración del hacer innovador y creativo de los trabajadores del lugar.

Adscripto a la Empresa de Flora y Fauna, el centro realiza una inversión que permitirá incrementar las labores de educación ambiental en la localidad, y ofrecer un amplio abanico de posibilidades para la recreación sana de los lugareños y el desarrollo del turismo nacional e internacional, con énfasis en el destino de naturaleza.

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros indagó sobre el estado de conservación de la especie que aquí se cría, el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), y sobre sus características específicas, explicación en la que abundó Cisneros Suárez. En el zoocriadero conviven hoy 10 101 ejemplares. Solo en las últimas semanas nacieron más de 900.

Al abandonar el lugar, camino hacia la ciudad de Manzanillo, el estadista caribeño se detuvo para conversar con una familia que lo saludaba, y con la que mantuvo un ameno diálogo, en especial con la madre de varios pequeños que respondían con languidez las preguntas del Presidente. La conversación fue más o menos así:

–¿Cómo están saliendo en las pruebas? –pregunta el Presidente a los niños.

–Bien –contestaron los pequeños con timidez guajira, casi inaudible.

–¿Tienen computadoras en la escuela?

–Sí (los enseñan bien, abunda la madre).

–¿Tienen biblioteca? ¿Es grande, hay muchos libros?

–Sí, muy buena que está (agregaba la joven señora, entre otros comentarios).

El padre de la familia, a un lado de los suyos, se mantenía callado, Díaz-Canel le pregunta si tenía trabajo.

–Síiiiiii –alargó el vocablo–, pero privado, en la agricultura.

–¡Ah!, privado, pero eso también es trabajo, le replica el Presidente.

–Tengo algunas vacas y una tierra.

–¿Tierras en usufructo?

–Sí, cuatro hectáreas.

–¿Cuántos litros de leche te están dando las vacas?

–Unos cinco.

–¿Te la están recogiendo, te la pagan bien, no hay atrasos en el pago por parte de la empresa?
–No, todo está bien.

Ciudades de industrias

n la fábrica de acumuladores Díaz-Canel dialogó sobre las posibilidades de financiamiento para la producción. Foto: Estudios Revolución.

Dos emblemáticas industrias de Manzanillo, la fábrica de acumuladores XX Aniversario y la UEB Comandante Manuel Fajardo, dedicada a la fabricación de piezas fundidas para la industria azucarera, ocuparon la última parte de la mañana de la visita de Gobierno.

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro fue acompañado por Salvador Pardo Guerra, ministro de Industria.

En la fábrica de acumuladores, que antiguamente producía la marca conocida como Taíno y ahora elabora las nombradas Dinamix, Díaz-Canel dialogó sobre las posibilidades de financiamiento para la producción, actualmente restringida por el suministro de materias primas.

Durante el recorrido, el Mandatario cubano intercambió con el colectivo obrero sobre las condiciones de trabajo e indagó respecto al hacer de las organizaciones políticas y de masas en la fábrica, y del adiestramiento e inserción de jóvenes y estudiantes al proceso productivo.

Tras el preciso recorrido por la XX Aniversario, Díaz-Canel expresó: «sabíamos de la fábrica por informes, ahora la entendemos mejor, había que venir aquí a verla”.

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En la fundición de la UEB Comandante Manuel Fajardo conoció de las características de la instalación e intercambió con los trabajadores de la entidad. Fue al calor de los hornos que hervían, las arenas que quemaban, metales que flotaban entre las cadenas de las grúas viajeras. Díaz-Canel es ingeniero, seguramente se sentía cómodo en ese escenario.

Preguntó a los obreros y obreras, porque también había allí varias compañeras, sobre las condiciones de trabajo, el salario… En fin, la vida en una de las más duras ocupaciones que hay, el trabajo en una fundición, entre mucho calor, hierros y bulla.

Alexander Martínez Pérez, director de la unidad empresarial de base (UEB) perteneciente a la Empresa de servicios técnicos industriales (ZETI) del grupo empresarial Azcuba, explicó que la entidad se dedica a fundir y maquinar equipos y piezas de repuesto, predominantemente para la industria azucarera, aunque también cubren demandas de «terceros».

Granma es una provincia industriosa, en la ciudad de Bayamo, Miguel Díaz-Canel Bermúdez también visitó otros centros industriales como la Empresa mecánica Bayamo (EMBA), dedicada a la producción de equipos agrícolas, como maquinarias de riego y casas de cultivo. También estuvo en el Parque solar fotovoltaico de la ciudad capital, localizado en el poblado de Payares.

Apoteosis en Manzanillo

En cada uno de los sitios visitados, el Presidente se detuvo a saludar al pueblo. Foto: Estudios Revolución.

El pueblo granmense, por todos los lugares que Díaz-Canel pasó, salió a las calles con cariño y entusiasmo desbordado a saludar al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, como muestra de la continuidad histórica de la Revolución.

En Manzanillo la calle Martí se saturó. Fueron centenares los que le siguieron para verlo de cerca. Todos decían lo mismo, “yo ni me imaginé que vinieran a verlo tantos”, no importaba que ellos mismos fueran “esos” que ellos “no imaginaban”.

Las damas querían besarlo; los caballeros abrazarlo. Los periodistas fuimos testigos de ese continuum que ha caracterizado a la Revolución Cubana, el reconocimiento y la querencia entrañable hacia quienes dirigen el país.

Es algo que sembró Fidel y Raúl continúa. Díaz-Canel lo hereda, tal vez por eso humildemente, durante todo el recorrido que hizo en el día de ayer por la provincia, fue al encuentro de nuestros compatriotas. Lo hizo de manera sencilla y diáfana. No podía ser de otra forma.