Miel de abejas

La Habana. - La miel de abejas y sus derivados constituyen uno de los rubros exportables más importantes del Grupo Empresarial Agroforestal del Ministerio de la Agricultura (Minag), al aportar anualmente ingresos de unos 20 millones de dólares.

Actualmente la apicultura produce un promedio de ocho mil toneladas de mieles por año, a partir de la actividad de 186 mil colmenas, con un rendimiento per cápita de entre 40 y 45 kilogramos.

Sin embargo, el potencial existente es mucho mayor, según estima el director general del Centro de Investigaciones Apícolas (Ciapi), Adolfo Pérez, para quien es posible alcanzar 10 mil y hasta 15 mil toneladas anualmente en los próximos años.

Para ello esta institución y la Empresa Apícola (Apisun) llevan adelante un programa de desarrollo, que incluye importantes inversiones, pero sobre todo para el mejoramiento genético de las abejas, el fomento de la flora melífera y la diversificación de los productos en busca de mayor valor agregado.

Llegar a 10 mil y hasta 15 mil toneladas de miel son cifras que demandan sincronización de las cadenas productivas, la reorganización en la base, aumentar a 225 mil la cantidad de colmenas y lograr rendimientos de entre 50 y 60 kilogramos por unidad.

También requiere la introducción de inversiones en transporte, equipos especializados y nuevas tecnologías con el fin de aumentar el valor agregado de la miel.

GENÉTICA, FACTOR ESENCIAL

Si bien la mejora genética en la apicultura cubana comenzó en los años 80 de la anterior centuria, en 2013 se eleva e intensifica la labor en esta disciplina, a fin de lograr abejas que cumplan los exigentes requisitos de calidad del mercado internacional, refiere Pérez.

Ella es muy importante, subraya, pues posibilita el desarrollo de abejas de alta productividad y no tolerantes a enfermedades.

En estos momentos ocho provincias están vinculadas al programa de selección y mejoramiento, indica el directivo, quien destaca la importancia para el país de la certificación de las abejas y la miel.

Se ha invertido más de un millón de dólares en equipamiento de laboratorios, que permitan la certificación de la calidad por medios propios, servicio que viene realizando Alemania, el principal cliente, y por el cual la isla eroga anualmente medio millón de dólares.

Se trata de un mercado internacional exigente, por el que hay que pasar muchos requisitos.

Es así que la formación de personal, la realización de inversiones con vistas a la transferencia de conocimientos y tecnologías devienen aspectos medulares para estar a ese nivel y tener la capacidad de certificación de los sistemas de calidad.

HACIA UNA MAYOR DIVERSIFICACIÓN

La apicultura cubana aspira a lograr ingresos anualmente de entre 30 millones y 50 millones de dólares, en lo cual influye una mayor diversificación en la esfera es fundamental, además del crecimiento productivo.

Según el director de Apisun, Lázaro Bruno, la rama dispone de 20 unidades empresariales de base, tres plantas de beneficio situadas en occidente, centro y oriente del país, y cerca de 70 mil 700 apicultores asociados a los diversos tipos de cooperativas agrícolas y otras formas productivas.

El objetivo fundamental de la empresa en 2019 es poner en producción todos los resultados investigativos, para contribuir a un mayor valor agregado de los productos de las colmenas.

Además de contribuir a la polinización, la apicultura aporta fondos exportables de gran aceptación en el mercado externo.

A las tradicionales ventas de miel y cera al exterior, se unen o sumarán láminas de cera, jalea real, suplementos nutricionales, cosméticos, propóleo y sus derivados, bebidas, velas, bombones, y producciones para la industria farmacéutica.

En estos momentos, además, la miel se destina como insumo para la producción de medios biológicos utilizados contra plagas, elaborados en Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos.

Exportar la miel y sus derivados en envases de pequeño formato y no a granel, es uno de los propósitos en la esfera, al igual que industrializar la cera y otros productos que permitan mayor valor agregado y ayuden al esquema financiero para realimentar el sistema productivo.

Apisun se vincula con un grupo de organismos para el desarrollo de diversas ofertas, entre ellos la Corporación Cuba Ron SA, Laboratorios Farmacéuticos y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, con el que prevé la producción de jabón de propóleo.

La entidad, además de incursionar en nuevos mercados de Europa, Asia y Latinoamérica, se extiende en el cubano en la industria turística y otros ámbitos.

En el turismo, se comercializan productos de la miel en 500 puntos de venta y en cuatro líneas aéreas, en las que se ofertan mini-dosis de miel.

También relacionado con ese sector se abren casas de la miel en las siete villas fundacionales. En estos momentos operan una en La Habana (occidente), otra en Santiago de Cuba (oriente), y se habilita una en Trinidad, en la zona central.

Para ilustrar acerca del desarrollo de las ventas internas, Bruno consignó que si hace unos años éstas abarcaban 100 toneladas de miel, hoy el volumen asciende a más de 600.

Existe además una comisión gubernamental de apoyo a la promoción de productos de la apicultura, que trabaja en la cadena de la miel, estudio de mercados, envase y certificación.

El Grupo Empresarial Agroforestal enfatiza además en la potenciación de la producción de otros rubros tradicionales de exportación, como café, cacao, cocos, derivados del henequén y carbón vegetal, a fin de incrementar los ingresos en la agricultura y sustituir importaciones.