Niños jugando. Foto: Ronald Suárez Rivas/Granma

A pesar de estar en el período vacacional, no debe perderse de vista la importancia de la estimulación temprana en la educación de los niños pequeños o con necesidades educativas especiales. Una herramienta útil para ello lo constituye el juego, cuya ventaja fundamental es que se disfruta y se realiza sin presiones, fuente de alegría que favorece la salud física y mental.

Una actividad se considera un juego si causa placer e incita a una intervención activa, que posibilite crear, resolver problemas y participar en roles sociales. Para lograr mejores resultados es necesario seleccionar juegos apropiados a la edad, acorde con la personalidad y preferencias, así no se sentirán frustraciones y los pequeños tendrán más motivación por aprender.

Los juegos y los juguetes no son solo para entretener. Estos pueden ser utilizados como métodos educativos que estimulan el desarrollo de la inteligencia. Los juguetes comunes, por lo general están diseñados para una sola actividad, mientras que los didácticos posibilitan explorar diversos temas.

Los juegos didácticos sirven de apoyo para el desarrollo del niño, con ellos se estimula el pensamiento lógico, la imaginación, la socialización, el lenguaje, las habilidades motoras, la formación del carácter, entre otras. Estos deben usarse para la estimulación temprana, lo que favorecerá sus capacidades físicas, mentales y sociales y así prevenir el retraso sicomotor; curar y rehabilitar alteraciones motoras, déficits sensoriales, discapacidades intelectuales o trastornos del lenguaje; en fin, para mejorar la calidad de vida.

En esta estrategia de intervención la familia tiene el papel fundamental, sin su trabajo constante es imposible que la estimulación funcione. Los padres deben adiestrarse en la mejor forma de ayudar a sus hijos y buscar orientación de acuerdo a sus necesidades.

La estimulación temprana mediante el juego es una herramienta útil que contribuye al desarrollo de los niños. Algo que los padres deben tener en cuenta es que, en realidad, todo lugar y todo momento brindan excelentes oportunidades para la estimulación y el aprendizaje de un niño. Lo importante es jugar y divertirse, pero sobre todo, pasar tiempo en familia.