El maestro, profesional imprescindible en la sociedad cubana

Acudir a los centros educacionales de cualquier tipo de enseñanza es un privilegio que tienen millones de cubanos, porque el conocimiento y la preparación abren muchas puertas cuando de hacer realidad los sueños se trata.

En el desarrollo del proceso docente-educativo a todos los niveles son imprescindibles los maestros, pues gracias a su labor muchos somos hoy profesionales y otros enrumban sus vidas en diversos sectores de la sociedad.

Sin lugar a dudas, la labor pedagógica tiene una especial significación, pues de ella dependen no solo los conocimientos básicos de las asignaturas, sino la formación de valores y la preparación integral de los más jóvenes.    

Los maestros protagonizan a diario páginas de amor y sacrificio, fieles a sentimientos tan nobles que se multiplican de generación en generación. Por eso, hay que enaltecerlos y estimularlos, aunque muchos piensen que no hay mejor regalo que la felicidad de un niño o joven por saberse bien educado.

Hoy vienen a mi memoria tantos nombres de “profes” que moldearon mi carácter y me condujeron por el camino del bien, y a los cuales agradezco infinitamente, pero cada jornada me convenzo más de su decisivo papel, al ser partícipes de la gran sensibilidad y la energía positiva que emanan de ellos.

La sociedad entera debe reconocer el desempeño de estos seres humanos especiales. Por eso, cada 5 de octubre —Día Mundial de los Docentes— y todos los días hay que agradecer la posibilidad de ir a la escuela, de y contar con alguien que prepare a nuestros hijos como hombres y mujeres de bien.

El Día Mundial de los Docentes, celebrado anualmente desde 1994, conmemora el aniversario de la suscripción de la Recomendación UNESCO-Organización Internacional del Trabajo relativa a la Situación del Personal Docente, realizada en 1966.

Nuestro país ha reiterado en muchas ocasiones su compromiso con los valores del magisterio, en concordancia también con la nueva Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible que reconoce el vínculo crucial entre educación y desarrollo.

Asimismo, se resalta que estos profesionales son clave para la consecución de las metas educativas que componen el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, que plantea: garantizar una  educación inclusiva y equitativa de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje  permanente para todos.

Con vistas al cumplimiento de este compromiso internacional en materia educativa, es preciso no solo aumentar considerablemente la disponibilidad de docentes calificados, sino motivarlos mediante la valoración de su labor.

Por eso, la mayor de las Antillas avanza en la formación de ese personal, y actualmente abre nuevos cursos y perfecciona la enseñanza, con el objetivo de favorecer el ingreso de jóvenes a la Educación Superior y la preparación de maestros en escuelas pedagógicas de las provincias.

La familia y las instituciones tienen la misión de desarrollar una formación vocacional más efectiva, a fin de incentivar el interés por este tipo de especialidades. Como expresaba un profesor camagüeyano de Preuniversitario, hay que garantizar el relevo pensando en la educación de hijos, nietos y las futuras generaciones. No se concibe una sociedad sin claustros bien preparados y capaces de llevar adelante uno de los mayores tesoros del ser humano.