DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE
FIDEL CASTRO RUZ, EN ARTEMISA, EL 17 DE ENERO DE 1959.
(VERSION TAQUIGRAFICA
DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)
...porque
este es el pueblo que más hijos ha dado a la Revolución (EXCLAMACIONES Y
APLAUSOS). Los primeros mártires de la
Revolución Cubana, los primeros combatientes de la Revolución Cubana, los
fundadores del Movimiento 26 de Julio salieron de Artemisa (APLAUSOS).
La
nación cubana tiene mucho que agradecerle a esta ciudad. De los 12 combatientes que iniciamos la lucha
de nuevo, después de los primeros reveses, tres eran de Artemisa: Ciro Redondo,
Julito Díaz y Ramiro Valdés, el Vizcaíno, como lo conocen ustedes aquí
(APLAUSOS). Dos de ellos cayeron: Julio Díaz, que
murió a mi lado en el combate de El Uvero;
y Ciro Redondo, Comandante del Ejército Rebelde, que murió en la batalla
de Malverde. La Columna Invasora número
ocho lleva su nombre.
(EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO DA UN ABRAZO AL COMPAÑERO RENE COLLAZO, QUE PERDIO LAS
DOS PIERNAS Y UNA MANO EN UN ATENTADO CUANDO LA INSURRECCION).
En
reconocimiento a su extraordinario espíritu de combate, en reconocimiento a sus
sacrificios y a sus méritos, en reconocimiento a su espíritu admirable, voy a
ascender al grado de Comandante del Ejército Rebelde al capitán René Collazo
(EXCLAMACIONES Y APLAUSOS); porque la
patria debe enorgullecerse de hombres como estos, porque el Ejército Rebelde se
honra con hombres como estos, porque hombres como estos representan el espíritu
de la generación que ha hecho la primera Revolución Cubana, hombres como estos
son los que han hecho posible que por primera vez nuestra patria sea
enteramente libre (APLAUSOS), hombres como estos de Artemisa, jóvenes como
estos de Artemisa —que ha dado más de una veintena de héroes a la causa de la
libertad, que ha dado más de una veintena de muertos gloriosos a la patria—,
son los que han hecho posible el triunfo de nuestro pueblo. ¡Pueblos como este son los que han hecho
posible el triunfo de Cuba! (APLAUSOS.)
A
juzgar por los hombres que ha dado a la causa de la libertad, a juzgar por el
entusiasmo de todos los vecinos de este lugar, a juzgar por el espíritu
patriótico que aquí vibra en todos los corazones, bien merece llamarse Artemisa
el pueblo más revolucionario de Cuba (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
La
Revolución ha logrado ya su primera etapa: el derrocamiento de la tiranía. Hemos recobrado nuestras libertades públicas,
hemos recobrado nuestros derechos, pero eso no es suficiente; queda mucho por
hacer. El pueblo espera más de la
Revolución, el pueblo espera de la Revolución todo aquello que no ha recibido
en 50 años de república.
La
Revolución hay que defenderla ahora de otros peligros.
Se
quiere aislar a la Revolución Cubana. Se
ha lanzado contra ella una campaña de descrédito internacional. Los eternos enemigos de nuestras libertades,
los intereses que se oponen a la justicia porque saben que es un despertar de
la conciencia de todos los pueblos de América Latina, quieren destruir nuestra
Revolución. Saben que no es fácil porque
hoy no pueden, como ayer, contar con la traición del ejército, porque los
fusiles ya no están en manos de los guardias, los fusiles ya no están en manos
de los que los habían utilizado para oprimir al pueblo y traicionar a la patria
(APLAUSOS). ¡Los fusiles están en manos
de los rebeldes, que quiere decir en manos del pueblo! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”)
¿Y
que han ideado? Han ideado una campaña
de descrédito para aislar la Revolución Cubana de la opinión pública
internacional; están acusando al pueblo de Cuba de criminal.
Los
que le mandaron bombas a Batista, los que le mandaron tanques y cañones a
Batista, los que no dijeron una sola palabra cuando amanecían racimos de cadáveres
en todos los pueblos de Cuba, los que no levantaron una sola vez la voz durante
siete años para combatir el crimen perpetuo en que vivió nuestra patria, ahora
levantan sus voces para decir que la Revolución está ejecutando en masa; ahora
levantan la voz para decir que yo estoy despoblando a Cuba (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”). Los que no levantaron sus voces para
denunciar los 20 000 asesinatos que se cometieron durante siete años, ahora
protestan de que estemos fusilando a los asesinos.
Nunca
un pueblo había dado un ejemplo tan alto de civilidad: ningún esbirro fue arrastrado por las
calles, ningún esbirro fue torturado como hacían ellos, ningún esbirro fue maltratado. Nosotros le pedimos al pueblo que no los
tocara, que habría justicia, y el pueblo creyó en nosotros. No arrastró a nadie, no le tocó un pelo a
nadie, porque confiaba en nosotros (APLAUSOS).
Le
dijimos al pueblo que habría justicia, y estamos cumpliendo con nuestra palabra
(DEL PUBLICO LE DICEN:
“¡Igual que siempre!”).
Hay justicia y tiene que haber justicia para que nunca más haya tiranía
(APLAUSOS), para que nunca más vuelvan a predominar en nuestra sociedad los bárbaros
y los criminales; tiene que haber
justicia para que no haya venganza, porque si no hay justicia los familiares y
los amigos y los compañeros de las víctimas se sentirán con derecho a tomar
venganza por sus propias manos (APLAUSOS).
¿Y
ustedes saben por qué hubo tantos criminales?
¿Ustedes saben por qué hubo tantos asesinos? ¿Ustedes saben por qué se cometieron tantos crímenes
como nunca antes se habían cometido en Cuba?
¿Ustedes saben por qué se cometieron tantos actos de barbarie como ni
siquiera cometieron los españoles? ¿Ustedes
saben por qué? ¡Porque nunca hubo
justicia en Cuba! Porque aquí nunca se
castigó a los asesinos y a los ladrones.
Y
el pueblo tuvo que pagar muy caro, porque hay 20 000 asesinados; porque no
hay pueblo de Cuba donde no haya una docena, una veintena de viudas, donde no
haya un centenar de huérfanos, donde no se aparezcan las mujeres vestidas de
negro llorando y pidiendo justicia (APLAUSOS).
Porque se le parte el corazón a uno de ver esas lágrimas y de ver esos
llantos; porque se le parte el corazón a uno cuando llega un familiar para
decir que su hijo fue detenido hace tres meses, hace cuatro meses, hace siete
meses, y que no volvió a saber de él; porque se le parte el corazón a uno
cuando ve esas fotografías de cadáveres, cuando ve esos instrumentos de tortura;
se tiene que llenar de indignación cuando conoce las historias de las
atrocidades y de las torturas que esos sádicos, esos bárbaros y esos criminales
cometían todas las noches.
Nadie
tiene derecho a inmiscuirse en los problemas de Cuba, ningún extranjero tiene
que venir a decirnos aquí lo que tenemos que hacer, porque nadie vino aquí a
luchar por nosotros, porque nadie vino aquí a ayudarnos a conquistar la
libertad, porque ellos no vinieron aquí a arrebatarles las armas homicidas a
los asesinos, que fuimos nosotros, el pueblo de Cuba, con su sangre y su
sacrificio (APLAUSOS).
Que
los congresistas norteamericanos se metan en los problemas de su país; que los
congresistas norteamericanos condenen los linchamientos de negros allá en el
sur de Estados Unidos, que nosotros no nos metemos en sus problemas (APLAUSOS);
que los congresistas norteamericanos se metan en sus problemas, que aquí nadie
les pidió opinión a ellos (APLAUSOS); que ellos no vivieron aquí bajo el
terror, que ellos no vivieron aquí bajo el imperio de los Ventura, de los Pantoja,
de los Pilar García (ABUCHEOS); que ellos lo que hicieron fue mandar tanques y
mandar bombas y mandar aviones a la tiranía.
Y eso sí que es un crimen, y eso sí que fue un asesinato (EXCLAMACIONES
DE: “¡Pantoja!”).
A
Pantoja mañana mismo lo vamos a mandar para que lo juzgue un Consejo de Guerra
(APLAUSOS). Aquí no se escapa.
A
ver, díganme quiénes son los asesinos aquí.
(EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO ANOTA EN UN PAPEL LOS NOMBRES QUE EL PUEBLO LE DA DE
ASESINOS DEL REGIMEN DE BATISTA).
¿Cuántos
crímenes han cometido estos señores? (EXCLAMACIONES
DE: “¡Muchos!”) ¡Montones de crímenes!
¿Y
ustedes creen que los vamos a soltar ahora porque lo pidan los congresistas
norteamericanos? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”)
Yo
quiero decirles que ayer, en un survey realizado por una firma prestigiosa de
investigación pública, el 90% del pueblo estaba a favor de que los esbirros
fuesen fusilados. Y hoy por la mañana,
hoy por la mañana, esa misma firma envió una persona a informarme de que había
aumentado el número de los que estaban a favor y que hoy era el 93% del pueblo
el que estaba a favor de los fusilamientos (APLAUSOS).
Nunca
antes había habido un criterio tan unánime del pueblo; nunca antes un pueblo
noble como este, un pueblo generoso como este, había adoptado una decisión tan unánime
como en esta circunstancia. Este es un
pueblo que basta una sola injusticia que se cometa para que se ponga enfrente
del que comete la injusticia, y cuando el 93% del pueblo es partidario del
castigo es porque este castigo es más que justo y más que merecido (APLAUSOS).
Para
que el mundo entero conozca la voluntad del pueblo de Cuba, hemos convocado a
una concentración gigantesca en el parque frente al Palacio Presidencial, el
próximo miércoles a las 2:00 de la tarde.
Yo
le voy a pedir al pueblo de Artemisa, a los trabajadores, a las instituciones cívicas,
a los comerciantes y a los industriales que, puestos todos de acuerdo,
paralicen ese día las actividades, que por un día no se va a perjudicar la economía
del país, y todos los ómnibus, todos los camiones y todos los automóviles partan
ese día hacia La Habana para que Artemisa entera esté presente allá (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES). No importa que tengamos
que pasar uno o dos días de hambre o que tengamos que caminar a pie o lo que
sea.
No
se trata de defender solo la justicia, que es un derecho nuestro. Se trata de defender la soberanía del país,
se trata de demostrar que nosotros tenemos derecho a gobernarnos y que nadie
tiene que trazarnos pautas desde afuera (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”).
Para
defender no solo la justicia, sino para defender también la soberanía del país,
el próximo miércoles se reunirán frente a Palacio un millón de cubanos, ¡un millón
de cubanos! Yo había dicho que medio millón,
pero el pueblo empezó a decir que no, que un millón (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES
DE: “¡Más de un
millón!”).
Aquí
mismo, ¿cuántas personas hay reunidas?
(DEL PUBLICO LE DICEN:
“¡Todo el pueblo!”) Es incontable. Creo que está todo Artemisa aquí reunido
(APLAUSOS).
Cuando
un pueblo está decidido como está el pueblo de Cuba a defender sus derechos, su
justicia y su soberanía; cuando un pueblo entero se pone de pie como se ha
puesto el pueblo cubano, y está unido y está firme; cuando un pueblo entero
como el pueblo cubano está dispuesto a soportar todos los sacrificios, y ha
visto morir a muchos jóvenes, y cuando toda una juventud y toda una nación está
dispuesta a morir si es necesario en defensa de sus derechos... Porque aquí el que ha visto morir a tanto
hombre valioso no le importa la vida, porque la vida sin derechos no se puede
vivir, la vida sin libertad no se puede vivir (DEL PUBLICO LE DICEN: “¡Sin patria pero
sin amo!”). Porque hay que vivir, como
acaba de decir un compañero:
sin patria pero sin amo, o con patria pero sin amo. Quiere decir que si vamos a tener un amo
preferimos no tener vida.
El
himno dice que “morir por la patria es vivir”, y aquí todo el mundo sabe cantar
el himno, y aquí todo el mundo está dispuesto a morir por la patria (APLAUSOS),
porque cuando se trata de la patria no hay cobardes. Y yo les puedo decir a ustedes que en dos
años y un mes de guerra pude ver que hasta los hombres más pacíficos, más
tranquilos, eran unos héroes en el combate y no le tenían miedo a la muerte; y
que uno de los pueblos más valientes del mundo es el pueblo cubano, que uno de
los pueblos más inteligentes del mundo es el pueblo cubano, que uno de los pueblos
más cívicos del mundo es el pueblo cubano, que uno de los pueblos más
entusiastas del mundo es el pueblo cubano, que uno de los pueblos más generosos
del mundo es el pueblo cubano. ¡Y por
eso hay que respetar al pueblo cubano! (APLAUSOS.) Y además, porque en este momento
el pueblo de Cuba está actuando como si fuera una sola persona, como si fuera
un solo hombre.
Nunca
antes la nación había estado tan unida, porque nada más quiero que piensen que
el 93% de toda la población está de acuerdo con que se fusile a los esbirros;
eso basta (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES).
Así
que el miércoles le vamos a decir al mundo lo que piensa el pueblo cubano, el miércoles
les vamos a responder a los congresistas norteamericanos diciéndoles que no
solamente vamos a fusilar a los esbirros porque es un derecho nuestro y es una
obligación nuestra, sino también que ellos tienen la obligación de mandarnos a
todos los criminales que se refugiaron allá (APLAUSOS). Pedirle al pueblo de Estados Unidos que nos
devuelva los criminales y que nos devuelva los millones de pesos que se robaron
y que están metidos allá, porque ese dinero pertenece al pueblo. Y si Estados Unidos dice que es un país democrático, tiene que mandar para acá a
los criminales esos, porque son unos asesinos.
Así
que el acto va a ser en favor de la justicia y para demandar de Estados Unidos
la entrega de los criminales de guerra y la devolución de los millones que se
robaron y se llevaron afuera.
Así
que yo les prometo que volveré a Artemisa en otra ocasión para hacer una visita
exclusiva a Artemisa (APLAUSOS), para hablarle al pueblo de nuestros propósitos
revolucionarios, para conversar con el pueblo y para saber lo que el pueblo
quiere.
Hoy
simplemente he pasado por aquí y me he detenido para rendir un tributo a los héroes
de Artemisa, para rendir tributo a los hijos de este pueblo que cayeron
gloriosamente por la libertad de nuestra patria (APLAUSOS) y para pedirle al
pueblo de Artemisa que esté presente en La Habana el próximo miércoles a
las 2:00 de la tarde (APLAUSOS). Allí
nos volveremos a ver, y nos volveremos a ver aquí, y nos volveremos a ver
muchas veces si el destino lo permite.
Y
todo el mundo tiene que tener la seguridad de que en defensa de esta Revolución
no solo estoy dispuesto a morir yo, estoy dispuesto a que muera mi hijo también
aquí, como están dispuestos a morir todos nuestros compañeros (APLAUSOS).
Yo
sé que cuando un pueblo está unido como este y tiene fe y tiene hombres que no
lo van a traicionar, es un pueblo invencible; y que a la Revolución nada ni
nadie podrá vencerla, porque para vencer la Revolución, para aplastar la
Revolución hay que matar a 6 millones de cubanos.
Así
que, compatriotas, le doy las gracias en nombre del Ejército Rebelde a
Artemisa, por dos razones:
primero, por los jóvenes que envió a enrolarse en las filas de la
Revolución, por los héroes que ha dado a la patria, por el espíritu
revolucionario tan elevado que ha mantenido siempre y por el aliento que
significa para nosotros esta concentración extraordinaria de hoy.
Gracias
le doy al pueblo, porque no fui yo ni fueron los combatientes los que hicieron
la libertad. ¡La libertad la conquistó
el pueblo, la victoria es del pueblo!
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Bravo!”)
Nosotros
no mandamos al pueblo, sino que obedecemos al pueblo. Nosotros hacemos únicamente lo que al pueblo
convenga, únicamente lo que el pueblo manda.
Porque por primera vez hay una revolución de verdad en Cuba, por primera
vez nuestro pueblo es soberano, nuestro pueblo manda; porque nosotros no recibimos
órdenes del extranjero, a nosotros no se nos puede venir con recaditos ni con
órdenes (APLAUSOS).
Sabemos
que representamos la dignidad de nuestro pueblo, sabemos que representamos la
dignidad de nuestro pueblo y sabremos representarla dignamente.
Y
no obedecemos más órdenes que las órdenes del pueblo, y como el pueblo quiere
que los asesinos sean castigados, castigaremos a los asesinos (APLAUSOS).
Así
que muchas gracias.
Yo
espero que la próxima vez no tenga ni gripe, ni tenga fiebre, ni esté ronco, y
pueda hablarle al pueblo todo el tiempo que sea necesario. Y ya me oirán, ya tendrán tiempo de oírme,
porque voy a dar lata aquí mientras esté vivo, no se ocupen de eso (RISAS Y
APLAUSOS).
Así
que nos veremos otra vez.
Ahora
yo tengo que seguir porque hay otros muchos pueblos igual que ustedes esperando
por el camino, y tengo que seguir.
No
quise suspender el viaje, a pesar de encontrarme enfermo, porque quería cumplir
mi palabra, y por no dejar esperando al pueblo (APLAUSOS).
Hubiera
querido visitar hoy a los familiares de los compañeros muertos, pero es
imposible. Tengo que seguir.
Yo
quiero decirles a ustedes que los familiares de los caídos jamás serán
olvidados por nosotros; que tan pronto hayamos terminado esta etapa inicial,
tan pronto hayamos reorganizado el ejército y el país, tan pronto hayamos
realizado estas tareas iniciales, organizaremos una oficina donde deberán inscribirse
todos los familiares de los compañeros caídos y todos los familiares de las víctimas
de la guerra, porque esos serán los primeros a quienes nosotros ayudemos y a
los que nunca olvidaremos (APLAUSOS).
Aunque
yo no pueda visitarlos hoy, les dejo el testimonio de mi reconocimiento, y les
dejo también la satisfacción de saber que el sacrificio no ha sido en vano, que
gracias a ellos, gracias a los que han caído, hemos puesto fin a la tiranía,
hemos salvado millares de vidas, hemos salvado millares de vidas, porque si la
tiranía hubiera durado 20 años, son 100 000 los cubanos que asesina. Y que gracias a ellos, nuestro pueblo es hoy
feliz porque tiene libertad, y será más feliz mañana porque no solamente tendrá
libertad, sino que tendrá trabajo y tendrá cada cubano un medio de vida
decoroso. Y aquí nadie pasará hambre
(APLAUSOS).
No
podremos resolver todos los problemas en un día, ni en dos. Tal vez lleve años resolver todos nuestros
problemas, pero lo que pueden tener la seguridad es de que los resolveremos.
Por
el camino me encuentro muchos que me hacen cartas y me piden algo. Me es imposible complacerlos a todos, no
puedo resolver los problemas individuales.
Yo
sé que hay muchos hombres necesitados, yo sé que hay muchos enfermos sin
hospitales, muchos niños sin escuelas, muchas familias pasando hambre. Pero no resolveremos el problema de uno, ni
de dos; resolveremos el problema de todos, para que nadie tenga que pedirle
nada a nadie nunca (APLAUSOS), porque el hombre cuando tiene que pedir tiene
que rebajarse, porque el hombre cuando tiene que pedir queda en deuda con
alguien. Y en la sociedad todo hombre
debe vivir de su trabajo, debe vivir con la frente en alto, sin tener que
deberle ni agradecerle nada a nadie, para ser libre; porque así el día que va a
votar vota por el que quiere y no por el que le hizo un favor (APLAUSOS).
(ALGUIEN
DEL PUBLICO LE DICE: “¿Y
los chivatos aquí qué van a hacer?”)
A
los chivatos los vamos a poner a trabajar bien duro (APLAUSOS). Hay que construir muchas carreteras, muchos
caminos, hay que desecar la Cienaga de Zapata, y el que quiso vivir de parásito,
el que quiso vivir de la delación, el que quiso vivir a costa de la traición,
el que quiso vivir a costa de que torturaran y asesinaran a otro, tiene que
trabajar ahora.
Así
que les pido a todos que tengan fe, que los sufrimientos pasarán. No podemos resolver los problemas de un día para
otro. Yo no les ofrezco, sino que
haremos todo lo que esté a nuestro alcance, que haremos más de lo que vayamos a
prometer. Y no será en el acto.
No
quiero decir que los hombres que estén gobernando sean unos sabios, no quiero
decir incluso que todos sean los más capaces; pero sí les digo que si hay uno
que no es capaz lo quitamos y ponemos a otro mejor, y que cada día irá
mejorando más (APLAUSOS).
Yo
quiero decirle al pueblo que quien está gobernando es el Presidente y el
Consejo de Ministros; yo quiero decirle al pueblo que yo no soy el que estoy
gobernando. Yo aquí no soy más que la garantía
de los derechos del país en este momento
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES). Yo me
responsabilizo simplemente con que ningún ciudadano sea jamás golpeado; yo me
responsabilizo con que en los sindicatos haya elecciones libres (APLAUSOS); yo
me responsabilizo con que todos los derechos del pueblo serán garantizados
enteramente. Esa es hoy mi
responsabilidad.
Cada
vez que el pueblo pida algo y se acerque a mí, yo le traslado la petición al
gobierno. El gobierno es libre de
resolver o de no resolver, pero tengan la seguridad de que la parte que le ha
correspondido al Ejército Rebelde la cumplirá cabalmente, y que en el Ejército
Rebelde y en los revolucionarios tendrán ustedes siempre los más leales servidores,
los que no les fallarán jamás (APLAUSOS).
Y
por eso les digo que tengan fe, por eso les digo a todos los que quieren algo
que no les vamos a resolver problemas a uno, a dos, ni a tres, ni a cuatro,
sino que el propósito nuestro es resolverles el problema a todos; porque son
cientos de miles los cubanos necesitados, y resolviendo el problema de 10 ó 20 no
se resuelve nada, sino resolviendo los problemas a los cientos de miles de
cubanos.
Porque
tengo fe en el pueblo cubano sé que la Revolución seguirá adelante, sé que la soberanía
del país será respetada y sé que Cuba
llegará a ser uno de los pueblos más prósperos, más justos y más felices del
mundo (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”).
(ALGUIEN
DEL PUBLICO LE DICE: “Y
no permitir más juegos aquí.”)
¿Juego? ¡Se acabó el juego!
Nosotros
todo lo vamos a cambiar. La lotería la
vamos a convertir en una institución de ahorro y no en una explotación.
Yo
no sé si ustedes habrán oído lo que yo he dicho sobre este problema (EXCLAMACIONES
DE: “¡Sí!”).
Ustedes
verán cuántas medidas buenas se van a tomar, porque hay algunas cosas en que
nosotros estamos trabajando directamente y una de ellas es esta; no en muchas
cosas, pero en algunas cosas. Como también
tenemos el propósito de construir las ciudades escolares para 20 000
muchachos cada una (APLAUSOS). Van a ser
obras monumentales.
Pero
de todas estas cosas les hablaré cuando vuelva.
Hoy, ahora, me voy a despedir. Y
lo único que les pido es que lo mismo que yo cumplí mi promesa con ustedes,
ustedes cumplan la promesa de estar frente a Palacio el miércoles (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES
DE: “¡Sí!”).