DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO
RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE CUBA, EN LA CONCENTRACION
CAMPESINA DE CAMAGUEY, CELEBRADA EL 12 DE ABRIL DE 1959.
(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS
OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)
Pueblo camagüeyano:
Todavía
recuerdo aquel día hace apenas tres meses, cuando conmocionada todavía la
nación por la caída de la tiranía, entramos en la ciudad de Camagüey, con los
hombres de la Columna 1 “José Martí”. Me
había llevado de Camagüey una impresión inolvidable —oigan, esténse tranquilos
ahí, dejen al pueblo tranquilo (EXCLAMACIONES), vamos a ver si nos ponemos de
acuerdo, vamos a ver si los camagüeyanos guardan silencio o no guardan
silencio, porque estoy ronco y si no, no me van a oír; yo creo que sinceramente
un acto como este de hoy, no tiene precedente por su entusiasmo, bien vale la
pena que se le deje desahogar la emoción que realmente ha experimentado en el
día de hoy.
Yo
recordaba el acto del 4 de enero y, sinceramente, creí que una manifestación
como aquella no volvería a ocurrir, creí que aquello solo podía ser posible por
el entusiasmo estremecedor que produjo en todo el país la noticia de la
victoria rebelde. Sin embargo, vemos con
pesar que mi primer sentimiento en la tarde de hoy fue de asombro, y después me
puse a meditar sobre lo que aquí estábamos contemplando, me puse a calcular que
la población de Camagüey asciende aproximadamente a 140 000 habitantes, y,
sin embargo, aquí se había reunido una multitud equivalente casi al doble de
toda la población de la ciudad de Camagüey.
Tuve la impresión de que la ciudad había quedado desierta, y me
preguntaba cómo pudieron venir tantas personas a este acto y por qué habían
venido tantas personas a este acto.
Realmente,
estamos viviendo una época extraordinaria de nuestra historia. A los cubanos que nos tocó vivir esta época,
estamos viviendo un momento singular de nuestra historia; vale la pena vivir en
esta época. Ninguno de los cubanos que
nos precedieron tuvieron jamás la oportunidad de vivir un momento semejante a
este; ninguna generación de cubanos tuvo el privilegio de contemplar un
acontecimiento como éste. Jamás en
nuestra historia y es posible que pocas veces en la historia de ningún pueblo,
se haya presenciado y se haya producido un fenómeno social y político como el
que se está escenificando en este momento en nuestra patria. Una cosa vale la pena decir aquí, y es que se
siente uno orgulloso de ser cubano (EXCLAMACIONES), se siente uno orgulloso de
pertenecer a este pueblo, se siente uno orgulloso de contar con un pueblo
semejante.
Han
pasado tres meses y, sin embargo, es mayor el entusiasmo (APLAUSOS); han pasado
tres meses y es mayor la multitud; han pasado tres meses y es más fuerte la
Revolución. Han pasado seis horas y
nadie se ha movido de su puesto. Como un
ejército, en su puesto, no se ha movido un hombre, no se ha movido una mujer,
no se ha movido nadie. Y esto es
precisamente lo que asombra, lo que maravilla, lo que nos llena de fe, lo que
nos hace sentir seguros de la marcha inevitable de nuestra Revolución, de la
victoria inevitable de nuestra Revolución, de la conquista inevitable de todas
las metas que nos hemos trazado.
Aquí
se habló hoy por algunos compañeros, de los malos entendidos que habían
existido respecto a Camagüey, pues bien, yo voy a decir algo. ¿Dónde han ocurrido esos malos
entendidos? En ninguna parte. De eso no hay ni que hablar, ni ustedes se
tienen que excusar, ni nadie tiene que excusarse. Los compañeros Ernesto Guevara y Camilo
Cienfuegos y el Ejército Rebelde se sienten orgullosos de Camagüey (APLAUSOS),
porque Camagüey fue el escenario principal de su hazaña, el escenario principal
de la invasión. Camagüey es un terreno
llano, es un terreno despoblado en extensa zona; en Camagüey hay muchos pantanos
y muy escasos montes y, sin embargo, esos compañeros con 100 hombres
aproximadamente cada uno, atravesaron la provincia de un extremo a otro,
haciendo inútil el esfuerzo de millares de soldados de la tiranía. Jamás podrán sentir hacia Camagüey sino el
orgullo; jamás podremos sentir hacia Camagüey sino el orgullo de que esta
provincia fue el escenario de la más grande hazaña de la guerra revolucionaria. Y, además, ¿por qué la menor suspicacia sobre
Camagüey? Camagüey fue siempre una
provincia revolucionaria (APLAUSOS); Camagüey fue una de las primeras
provincias que se alzó en armas en el año 1868 y combatió durante 10 años;
Camagüey tuvo un Ignacio Agramonte; Camagüey tuvo millares de patriotas
heroicos; Camagüey fue escenario de nuestras batallas en las gestas
libertadoras de 1868 y de 1895; Camagüey tuvo a un Cándido González, fundador
del 26 de Julio, expedicionario del “Granma” que murió en los primeros días de
la guerra. Los obreros camagüeyanos
secundaron la huelga del 1ro de agosto; los obreros camagüeyanos y el pueblo
camagüeyano respondieron como pocos lugares en la huelga del 9 de abril
(APLAUSOS). Camagüey fue la provincia
que en los surveyes que se han realizado demostró estar en el primer lugar en
el respaldo del Gobierno Revolucionario (APLAUSOS). Camagüey es la provincia más entusiasta; el
acto más grande que se ha dado si se tiene en cuenta el número de habitantes de
esta provincia, ha sido este. Y lo que
importa, lo que importa, no es solamente lo que se hizo en la guerra; lo que
importa también mucho es lo que se haga ahora después de la guerra, porque la
Revolución... (INQUIETUD DE LA
MULTITUD).
Bueno,
señores, ¿a quién se le ocurre poner en marcha la columna de tractores en medio
del mitin? Vamos a esperar, que con el ruido de los motores no dejan oír a
nadie. Vamos a ver si guardamos
silencio... Vamos a tener que dictar una
ley revolucionaria para que todo el mundo se calle la boca en los mítines.
Hubiera
querido decir algunas cosas aquí, pero me va a ser imposible, siempre pasa lo
mismo cuando las concentraciones son muy grandes: personas que se desmayan, altoparlantes que se
rompen, tractores que echan a andar (EXCLAMACIONES), gente que protesta porque
no la dejan ver la tribuna, y resulta que hacemos un esfuerzo extraordinario,
el pueblo viene de los lugares más apartados, se pasa horas enteras esperando
que le hablen y resulta que no se le puede hablar al pueblo, porque en las
concentraciones demasiado grandes resulta casi imposible que haya silencio.
Realmente,
no es justo que ustedes hayan venido de tantos lugares y que hayan estado aquí
pasando seis horas, que nosotros hayamos estado dos días sin dormir por venir
aquí a Camagüey, y cuando la Revolución está en su momento más culminante,
cuando es más necesario que nunca estar claros aquí, cuando es más necesario
que nunca que el pueblo esté orientado, vengamos aquí a vernos las caras y ni
ustedes puedan oír, ni los oradores puedan hablar. Realmente no valía para eso la pena que los
obreros ferrocarrileros de Camagüey hayan estado moviendo todos los trenes en
la provincia sin cobrar, porque voluntariamente se ofrecieron (APLAUSOS
PROLONGADOS); se negaron terminantemente a cobrar y prestaron un extraordinario
servicio al prestarles la oportunidad a los campesinos del interior de Camagüey
para venir a esta concentración. Por lo
tanto, vale la pena que hagamos un esfuerzo.
No basta solamente el número, el número vale mucho, vale mucho les voy a
decir por qué: Porque
esta multitud es capaz de alentar a los hombres más insensibles, esta multitud
impulsa a la Revolución con su presencia, esta multitud hace tener más
confianza a los líderes y más fe en el pueblo cuando el pueblo se reúne
(APLAUSOS PROLONGADOS). Cuando el pueblo
se junta, es cuando se demuestra su fuerza.
Antes
los políticos y los gobernantes para traer a la gente a un acto tenían que
pagarle, tenían que ofrecer dinero (APLAUSOS), tenían que gastar cientos de
miles de pesos; obligaban a los obreros de Obras Públicas a asistir y les
tomaban lista; obligaban al empleado público a asistir; obligaban en ocasiones
hasta a los obreros de los sindicatos bajo amenaza de expulsarlos del trabajo.
¿Cómo
son en cambio, estos actos apoteósicos del Gobierno Revolucionario? No le cuestan un centavo al gobierno, no le
cuestan un centavo a la Hacienda Pública, no se le toma lista a nadie, no se le
paga a nadie, no se obliga a nadie a venir, y resulta que viene el doble de
personas del total que vive en Camagüey.
Eso sí es entusiasmo, eso sí es respaldar a un gobierno revolucionario,
eso sí es un mentís a los intrigantes y a los calumniadores, eso sí es un
mentís rotundo a la campaña de difamación que los intereses de la oligarquía
internacional han lanzado contra nuestra Revolución y contra nuestra patria
(APLAUSOS).
Esta
es la respuesta de nuestro pueblo, esto quiere decir: mentirosos,
calumniadores, miserables (APLAUSOS), escriban lo que quieran contra Cuba,
escriban lo que quieran contra la Revolución.
Sabemos por qué lo escriben: porque es justa, porque quiere ponerle fin a
la explotación y al privilegio (APLAUSOS); porque no roba; porque no oprime;
porque no se rinde ni claudica, ni se vende; porque defiende la soberanía y la
dignidad de la patria. Combaten a la
Revolución porque es buena, porque es generosa, porque es justa (APLAUSOS). No combatían a la tiranía, no denunciaban los
crímenes de los esbirros sanguinarios de la dictadura, no escribían contra el
dictador, porque el dictador no era más que un servidor de los grandes
intereses. No denunciaban las masacres
de infelices ciudadanos, no denunciaban las masacres de indefensos campesinos
(APLAUSOS), no dijeron una palabra de los 11 heridos asesinados en Santa Cruz
del Sur.
Camagüey
conoce aquella historia, porque ocurrió en esta provincia. Hicieron prisioneros a 11 heridos y en vez de
curarlos como hacíamos nosotros, en vez de respetarles la vida como hacíamos
nosotros, los llevaron a un hospital de allí, los situaron en un camión y por
el camino lanzaron dos granadas de mano en el interior del camión; después se
subieron con ametralladoras de mano y los ultimaron. Y no habían transcurrido siquiera 45 días de
la fecha en que nosotros les habíamos salvado la vida, habíamos curado y
habíamos entregado a la Cruz Roja a más de 150 heridos (APLAUSOS). No habían transcurrido 45 días de la fecha en
que habíamos devuelto a 430 prisioneros de guerra que no fueron ni maltratados,
ni golpeados, ni vejados en ninguna forma.
Así nos pagaron los cobardes, con esa moneda nos pagaron los miserables,
asesinando a los heridos sin compasión alguna.
De
eso no escribieron las agencias internacionales, de eso no hablaron los que hoy
detractan y calumnian nuestra Revolución.
Hablan ahora cuando juzgamos a los criminales de guerra, y aplicamos el
castigo que merecen (APLAUSOS). No
protestaron entonces de aquellos crímenes y protestan ahora de la justicia
revolucionaria. Nosotros no asesinamos a
nadie, nosotros no torturamos a nadie, nosotros no lanzamos los prisioneros al
mar atados de una piedra; nosotros los juzgamos a la luz pública, nosotros los
juzgamos ante la faz del mundo y proclamamos públicamente nuestra justicia, y
públicamente, porque no tenemos nada que ocultar, les aplicamos el castigo de
que son merecedores (APLAUSOS).
Por
algo protestan (MANIFESTACIONES DEL PUBLICO); por algo protestan de la justicia
revolucionaria. ¿Quiénes son los que
protestan? Protestan aquellos intereses extranjeros que tenían a su servicio
los criminales de guerra. ¿Qué pasó aquí
siempre en Cuba? ¿La Guardia Rural para
qué se usó siempre aquí? (MANIFESTACIONES
DEL PUBLICO.)
Para darles plan de machete a los campesinos, para abusar del pueblo,
recibían un sueldo particular de las grandes empresas latifundistas, recibían
un sueldo mayor que el que les pagaba el Estado y siempre estaban al servicio
de los grandes intereses (APLAUSOS). Por
eso, porque hoy eso no ocurre en Cuba, porque estamos castigando a los que aquí
habían puesto sus armas al servicio de los peores intereses, por eso es que
protestan, y protestan porque saben que esta Revolución y este gobierno están
exclusivamente al servicio del pueblo. Si
fuera un gobierno de mercenarios, si fuera un gobierno de traidores, si fuera
un gobierno de vendepatrias, lo estarían elogiando, lo estarían defendiendo. Pero no importa; lo que importa es que el pueblo
nos defienda, lo que importa es que el pueblo nos respalde. Que nos insulten los enemigos de la
Revolución, que nos calumnien. No
importa. El pueblo nos respalda, el
pueblo está con la Revolución (APLAUSOS), y esta concentración, es como para
asustar a los contrarrevolucionarios. Cualquier
contrarrevolucionario que pudiese presenciar esto, les aseguro que se
arrepentiría antes de empezar.
¿Comprar
armas en Miami, para qué? (EXCLAMACIONES.) ¿Hacer campañas desde Miami, para qué? ¿Armas para qué? Si cuando las tenían todas aquí, cuando tenían
ahí los aviones, cuando tenían en Oriente sus tanques Sherman y decenas de
tanques más, la artillería y decenas de miles de fusiles, cuando tenían más de
50 000 rifles se fueron huyendo (EXCLAMACIONES.) ¿Armas para qué? Si las traen aquí vamos a tener más armas para
defender la Revolución.
¿Campañas
de papelitos y de periódicos, para qué?
Si cuando los únicos que hablaban aquí eran ellos, si cuando los únicos
que escribían aquí eran ellos, si los únicos que podían todos los días sacar
periódicos y repartirlos eran ellos, si los únicos que tenían programas de
radio eran ellos, si los únicos que podían tener horas de televisión eran
ellos, y cuando tenían todo eso no engañaron a nadie, no hicieron creer nada a
nadie aquí. Periódicos desde Miami,
radio desde Miami, campañas internacionales, ¿para qué? (EXCLAMACIONES.) ¿Que tratan de aislarnos del resto del
mundo?, ¿que los grandes intereses monopolistas asociados a los criminales de
guerra, a los malversadores y a los agentes de Trujillo, nos quieren aislar del
resto del mundo, nos quieren rodear de una muralla de infamias, qué ganan con
eso? ¿Para volver a Cuba? No pueden triunfar hablando mentiras; a Cuba
no podrán regresar regando calumnias por el mundo. Para regresar aquí tienen que pelear, aunque
regaran, sembraran en el mundo la infamia contra Cuba; para volver aquí tienen
que pelear muy duro. Porque afuera
podrán escribir en revistas que tienen millones de ejemplares, podrán enviar
noticias falsas a todo el mundo, pero engañando al mundo no conquistan de nuevo
el poder en Cuba. Porque aunque
engañaran al mundo, a Cuba no la podrán engañar jamás. Y como a Cuba no podrán engañarla, para venir
aquí tienen que pelear. Porque aquí sus
mentiras no pegan, aquí sus calumnias no llegan; aquí para volver a escribir a
nuestra patria, tendrían que pelear con el pueblo (EXCLAMACIONES), tendrían que
pelear contra todo el pueblo, porque el pueblo es hoy el mejor ejército de la
Revolución. Porque el pueblo no está
aquí por gusto (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”); el pueblo está aquí porque
sabe que es su deber; el pueblo está aquí porque quiere decir que para defender
la Revolución está dispuesto a pelear y a morir.
El
pueblo no viene aquí a pasear, el pueblo viene aquí a decir presente, el pueblo
viene aquí a decir esta es nuestra Revolución, y para quitárnosla hay que
matarnos (APLAUSOS); esta es nuestra justicia y para impedirla hay que
matarnos; esta es nuestra libertad y para quitárnosla hay que matarnos; esta es
la vida de nuestros hijos, dirán las madres, y para matarlos tendrán que
matarnos a nosotras; este es nuestro trabajo, nuestro pan, nuestra redención,
dicen los obreros, y para quitárnoslo, hay que matarnos (APLAUSOS PROLONGADOS). Esta es nuestra reforma agraria, dicen los
campesinos, esta es nuestra tierra, y para quitárnosla, hay que matarnos; esta
es nuestra alegría, esta es nuestra felicidad, este es el porvenir de la
patria, y para quitárnoslo, hay que matarnos.
Eso es lo que viene el pueblo aquí a decir, y no vienen 3 ni 10, ni 100,
ni 1 000, ni 10 000, ni 100 000; 250 000 ó 300 000,
que es lo que está aquí (APLAUSOS). Y no
300 000 cobardes, no 300 000 personas que se cansen o se aburran o se
vayan; 300 000 que no se cansan, 300 000 que están de pie horas y
horas, 300 000 que vinieron de muy lejos, 300 000 con los que se
puede contar, 300 000 que no quieren que les hablen de politiquería, sino
de Revolución (EXCLAMACIONES).
Vamos
a hacer un survey aquí, vamos a hacer un survey. Los que quieren que inmediatamente
convoquemos a elecciones que levanten la mano (EXCLAMACIONES). Los que antes que nada quieren leyes
revolucionarias; los que quieren que haya escuela para todos los muchachos,
camas en los hospitales para todas las familias, trabajo para todos los
empleados a fin de que nadie pueda venir a comprar conciencias ni a comerciar
con el hambre y la miseria del pueblo; los que primero quieren que la
Revolución construya su obra antes de que haya elecciones, que levanten la mano
(EXCLAMACIONES).
Eso
tiene una explicación muy clara, y es porque el pueblo está viviendo un momento
extraordinario, es que el pueblo se acuerda de toda la politiquería que aquí
había, es que el pueblo se acuerda de aquella etapa en que aquí era el paraíso
de los botelleros, de los compradores de cédulas, de los sargentos políticos,
de los demagogos, de los farsantes, de los que lo ofrecían todo en una tribuna
y no cumplían nunca absolutamente nada.
El
pueblo sabe que está viviendo una época distinta por completo, no viene a los
mítines a oír demagogos, no viene a los mítines a escuchar la palabra falsa de
los hipócritas ni de los ambiciosos; no son hombres de jipi japa los que están
aquí. Viene el pueblo a oír la palabra
sincera de los revolucionarios. ¿Y
cuándo se vio la sinceridad con que hoy se habla desde la tribuna pública? ¿Cuándo se vio la honradez con que hoy se
habla desde la tribuna pública? ¿Cuándo
hubo una identificación tan grande entre el pueblo y su gobierno, como ocurre
hoy? Es que el pueblo sabe que la Revolución
y el gobierno no es para nosotros un placer; el pueblo sabe que el gobierno
para nosotros es trabajo; el pueblo sabe que el gobierno para nosotros es
sacrificio; el pueblo sabe que el gobierno es para nosotros honradez; el pueblo
sabe que nadie se echa aquí nada en el bolsillo; el pueblo sabe que nunca lo
engañamos; el pueblo sabe que nunca faltamos a nuestra palabra; el pueblo sabe
que esta es una revolución de hechos y no de promesas falsas. El pueblo sabe que lo que se promete se
cumple (APLAUSOS).
Y
como el pueblo nunca había tenido esto en nuestra patria, como el pueblo nunca
tuvo un gobierno que lo defendiera, porque el pueblo nunca pudo contar con
hombres leales, porque el pueblo nunca había visto las leyes que ha visto en
tres meses, porque el pueblo nunca había recibido los beneficios que ha
recibido en tres meses; porque el pueblo sabe que lo que quiere la reacción es
que hagamos unas elecciones antes de terminar la obra (EXCLAMACIONES DE: “¡No! ¡No!”), para volver con su dinero a comprar votos
y a comprar conciencias, para volver con sus 5.00 pesos a ofrecerles a los
desempleados la comida de un día a cambio de un voto, para volver con sus
sargentos politiqueros a ofrecer una cama en el hospital a cambio de su voto,
para volver con sus sargentos a ofrecer prebendas en medio del hambre y de la
miseria a cambio del voto; para volver con sus sargentos políticos a engañar a
los incautos, a engañar a los ignorantes.
Es por eso, y esa es la única explicación por la cual el pueblo quiere
que la Revolución termine primero su obra (APLAUSOS).
Nuestra
consigna es clara, nuestra consigna es bien clara: que haya elecciones, pero que haya
elecciones cuando no quede un solo desempleado en nuestra patria; que haya
elecciones cuando no quede un solo cubano que no sepa leer ni escribir; que
haya elecciones cuando haya una cama y un médico y medicinas para cada cubano
que se enferme; que haya elecciones cuando los campesinos tengan sus tierras
(APLAUSOS). Porque entonces sí serán
elecciones democráticas y libres; porque entonces sí que no podrá venir nadie a
ofrecer una cama en el hospital a cambio del voto, a ofrecer 5.00 pesos a
cambio del voto, a ofrecer favores a cambio del voto. Lo otro no era democracia; lo otro era un
comercio repugnante de conciencia; lo otro era el imperio de la oligarquía que
venía con su dinero a comprar cargos de senadores, de representantes y de
alcaldes; lo otro era pisotear en el dolor, en la ignorancia y en la miseria de
nuestro pueblo. Y el pueblo sabe, el
pueblo está aprendiendo mucho, el pueblo está comprendiendo muchas cosas, y el
pueblo sobre todo se hace esta pregunta: ¿Qué hicieron los políticos? (EXCLAMACIONES.) ¿Qué beneficios, qué leyes aprobaron a favor
del pueblo? ¿Qué hacían en la Cámara y
en el Senado? (EXCLAMACIONES.) ¿Qué hicieron con los fondos públicos? ¿Qué hicieron con el dinero de los
hospitales? ¿Qué hicieron con el dinero
de la educación? ¿Qué hicieron con el
desayuno escolar? ¿Qué hicieron con los
malversadores? ¿Cuándo fue a parar un
malversador a la cárcel? (EXCLAMACIONES
DE: “¡Nunca!”) ¿La cárcel para quién era? (EXCLAMACIONES.) ¿La justicia para quién era aquí en
Cuba? ¿Quién le
dio tierra a los campesinos? (EXCLAMACIONES
DE: “¡Nadie!”) ¿Qué político, qué gobernante le dijo nunca las
verdades al pueblo? ¿Qué gobernante les
quitó a los campesinos el plan de machete?
¿Qué político le quitó al pueblo las fustas de la policía? ¿Qué político suspendió el juego? ¿Qué político suspendió el garrote? ¿Qué político suspendió los desalojos
campesinos? ¿Qué político invirtió
honradamente los fondos del Estado? ¿Qué
político cumplió una promesa? ¿Qué
político hizo nada en 50 años por nuestra república?
Por
eso es que el pueblo, que sabe todo eso, cuando le hablan de elecciones, dice
no (EXCLAMACIONES DE: “¡No!
¡No!”). Sin que nadie —un sentimiento absolutamente
espontáneo—, sin que nadie le hubiese dicho una palabra, sin que nadie hubiese
hablado una palabra en Cuba contra las elecciones, fue el pueblo quien dijo la
palabra; fue el pueblo quien espontáneamente dijo, en una ocasión, en que al
mencionarse la palabra elecciones, inexplicablemente, unánimemente y sin que
nadie hubiese hablado una palabra para convencerlo en un sentido u otro, dijo
no. Y lo dijo en La Habana, y lo acaba
de decir en Camagüey y estamos seguros de que ese es el sentimiento unánime del
pueblo. ¿Ahora qué van a decir los
detractores de la Revolución, ante un pueblo que dice Revolución primero,
elecciones después? (APLAUSOS
PROLONGADOS.) Tierra primero, elecciones
después. Trabajo para todos los cubanos
primero, elecciones después. Escuelas y
maestros para todos los niños cubanos y elecciones después. Hospitales y medicinas para todas las
familias cubanas, elecciones después. Campos
deportivos y playas para nuestra juventud, elecciones después. Justicia primero, elecciones después. Soberanía nacional primero, elecciones
después. Independencia económica
primero, elecciones después. Patriotismo
primero, civismo primero, vergüenza primero, honor primero, elecciones después
(APLAUSOS PROLONGADOS).
Los
que piensen de distinta manera, que vengan a convencer al pueblo. Los que piensen de distinta manera, que
convoquen a multitudes a ver si vienen también.
Derechos tienen, libertades tienen, para escribir, para hablar, para
reunirse, que llamen al pueblo, que lo reúnan, que lo convenzan, que vengan a
ver si pueden convencerlo porque este pueblo sabe mucho ya, este pueblo ha
aprendido mucho. Es que al pueblo no es
tan fácil ya tomarle el pelo (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”); es que el pueblo sabe lo que
quiere y cómo lo consigue; es que el pueblo sabe quién le ha dado y quién no le
ha dado, es que el pueblo sabe quién ha hecho leyes revolucionarias y quiénes
no hicieron jamás una ley revolucionaria; es que el pueblo sabe que solo a
través de la Revolución puede conquistar su felicidad.
Y
no importa que para nosotros signifique trabajo, no importa que para nosotros
signifique sacrificio, bien vale la pena el trabajo y el sacrificio cuando los
sacrificios y los trabajos se hacen por los pueblos como este, porque es un
pueblo que sabe responder, es un pueblo que sabe decir presente, es un pueblo
que pelea, es un pueblo que piensa, es un pueblo generoso. Vean, si no, cómo hasta los niños de la
escuela entregan sus centavos para la reforma agraria; vean cómo los obreros
entregan dinero de sus salarios para la reforma agraria; vean cómo la isla se
ha llenado de tractores. ¿Quién organizó
eso? Nadie. ¿Quién alentó eso? El pueblo, el propio pueblo, sin que nadie le
haya dicho nada, todo el mundo ha dado, todo el mundo ha señalado su día de
haber, todos los pueblos han puesto su alcancía y todo el mundo con entusiasmo
jamás visto entrega su dinero para comprar tractores y para la reforma agraria. Nunca se vio un entusiasmo semejante, nunca
se vio una generosidad semejante, nunca un pueblo entregó su peso con la
confianza con que lo está entregando hoy el pueblo cubano; porque sabe que de
eso no se perderá un solo centavo; porque sabe que hasta el último centavo se
volverá tractor y se volverá crédito para los campesinos, y aquí hoy en
Camagüey tuvimos la satisfacción de haber empezado ya a invertir el dinero de
la reforma agraria.
En
la mañana de hoy quedó constituida la cooperativa arrocera “Ignacio Agramonte”
(APLAUSOS). En la finca, en el
latifundio que era del exsenador Guillermo Aguilera, allí hay ya 345 familias
campesinas; mas no serán solamente 345, había sembradas 200 caballerías de
arroz y ahora vamos a sembrar 600. Mañana
mismo comenzarán a arar para sembrar 600, y no serán solamente las 345
familias, que ya hay 800 familias campesinas que vivirán de las 600 caballerías
de arroz de la cooperativa “Ignacio Agramonte”.
Y
allí mismo, allí mismo en las 600 caballerías restantes, comenzaremos a
organizar una cooperativa productora de ganado, donde vivirán 200 familias más;
familias que recibirán entradas aproximadamente de 2 000 pesos todos los
años, y que hoy apenas sus entradas llegan a los 400 pesos al año, trabajando,
9, 10 y 11 horas al día, los días que trabajan.
Mil familias cubanas vivirán, pues, en las 1 200 caballerías de
tierra de lo que fue el latifundio de Guillermo Aguilera (APLAUSOS). Se le entregó a la administración de la
cooperativa toda la maquinaria, todas las instalaciones y el molino arrocero, un
molino arrocero que trabajaba dos meses al año y ahora va a trabajar seis
meses, de día y de noche (APLAUSOS).
Dos
millones de pesos, dos millones y medio de pesos se ahorrará
Cuba todos los años en arroz, dos millones y medio de pesos le ahorrarán esas familias
campesinas a Cuba. Dos millones y medio
de pesos que no tendremos que gastar en el extranjero comprando arroz. Dos millones y medio de pesos que antes se
gastaban en arroz y que ahora vamos a comprar fábricas y tractores con ellos. Dos millones y medio de pesos, que nos vamos
a ahorrar solamente con la primera cooperativa agrícola organizada en Camagüey. Pero no solamente se les entregaron las
maquinarias, el molino, las instalaciones y las tierras, sino que como debía
esa finca 500 000 pesos y solo tienen en arroz en existencia 700 000,
el dinero solamente les alcanzaba para trabajar hasta el mes de junio y, ¿qué
hicimos? Hoy mismo les entregamos 21 tractores para el fomento de las 400
nuevas caballerías de tierra (APLAUSOS).
Y hoy mismo hemos consignado un millón de pesos de préstamo a la
cooperativa, para pagarlo en cinco años, sin intereses de ninguna clase
(APLAUSOS). Hoy mismo, pues, de los
fondos de la reforma agraria, se han entregado 21 tractores, se ha consignado
un millón de pesos, que equivale a 1 150 000 invertidos que es la
primera inversión grande que se hace a favor de la reforma agraria.
Ochocientas
familias que tendrán asegurada su existencia, que tendrán casas decorosas, que
tendrán escuelas, que tendrán su propia tienda allí, para comprar a precios
razonables y justos, que tienen un crédito de un millón de pesos por el cual no
tendrán que pagar interés, y con ese 1 150 000 pesos, que aportamos a
la primera cooperativa, la república se ahorrará todos los años, dos millones y
medio de pesos (APLAUSOS).
Así
trabaja la Revolución, así invierte los fondos del pueblo, así está invirtiendo
el dinero que se ha recogido centavo a centavo, así invertirá el dinero que se
recupere por el Ministerio de Recuperación de Bienes (APLAUSOS PROLONGADOS). Así invertiremos las decenas de millones de
pesos con que ya se puede contar para la reforma agraria, y solo en la
provincia de Camagüey, pensamos invertir este año, en tractores, en semillas y
en créditos, de 10 a 15 millones de pesos (APLAUSOS PROLONGADOS). El Comandante del Ejército Rebelde, Hubert
Matos (APLAUSOS), cuenta ya con la promesa de esos fondos para llevar adelante
todos los planes de fomento, y la reforma agraria será en Camagüey la provincia
donde más ampliamente se desarrolle; la provincia donde por existir mucha
tierra que no está en producción y mucho latifundio, la Revolución llevará
adelante su capítulo agrario más prometedor e interesante (APLAUSOS PROLONGADOS).
Y
eso que todavía no se ha organizado el Instituto Nacional de Reforma Agraria, y
eso que todavía no se ha dictado la Ley Fundamental sobre la Reforma Agraria;
esto es simplemente para empezar con las fincas que se han recuperado de los
malversadores. No quedará en Camagüey un
solo campesino que no reciba los beneficios de la reforma agraria (APLAUSOS). No quedará en Camagüey una sola familia
campesina que no reciba los extraordinarios beneficios de la reforma agraria, y
si los campesinos se benefician, si los campesinos triplican y cuadruplican sus
ingresos, ello quiere decir que en las ciudades, el trabajo tendrá que
triplicarse y cuadruplicarse para producir aquellos artículos que necesitan los
campesinos (APLAUSOS). Ello quiere decir
que no quedará en Camagüey una sola familia sin ingresos ni un solo obrero sin
trabajo. Y si en Camagüey se acaba
el desempleo, si en Oriente se acaba el desempleo, si en Las Villas se acaba el
desempleo, el desempleo se acabará en toda Cuba, porque las industrias no van a
dar abasto para producir toda la mercancía que los hombres de Camagüey, que las
familias de Camagüey, de Las Villas y de Oriente podrán comprar (APLAUSOS).
Ya
hoy, antes de la reforma agraria y solamente con haber suprimido el
contrabando, haber rebajado los alquileres y haber rebajado el costo de la vida
en una serie de aspectos, lo que significa que las familias disponen de más
recursos, las fábricas de tejidos ya no dan abasto, las fábricas de zapatos ya
no dan abasto, las curtidoras de cuero ya no dan abasto; ya no dan abasto las
fábricas de cigarro, las industrias de alimento ya no dan abasto, los
laboratorios de cosméticos ya no dan abasto; fábricas que antes estaban
cerradas, se han abierto. Veintiocho
destilerías que estaban cerradas se han abierto y están en plena producción.
Y
eso que todavía no se ha hecho la reforma agraria, y eso que todavía los
campesinos no están ganando 2 000 pesos todos los años, que cuando cada
familia campesina perciba 2 000 pesos todos los años no darán abasto ni
cuatro veces más fábricas de las que hay en Cuba, y cuando hayamos hecho la
reforma agraria y existan cuatro veces más fábricas de las que hay hoy en Cuba,
se habrá acabado el desempleo y entrará nuestro pueblo en una etapa como jamás
la soñaron quizás los que se acostumbraron a vivir en la miseria y en el engaño
y en la traición (APLAUSOS PROLONGADOS).
Comenzará a recibir el fruto de sus desvelos, comenzará el pueblo a
recibir el fruto de su sacrificio de hoy, comenzará el pueblo a recibir el
fruto de esos centavos que los niños les llevan a sus maestras, de esos
jornales que los obreros le envían de su trabajo; comenzará el pueblo a recibir
los frutos de su confianza de hoy, de su entusiasmo de hoy, de su defensa de
hoy a la Revolución; comenzará el pueblo a recibir el fruto de estos esfuerzos
que hoy hace de estas concentraciones a las que viene, de este respaldo que le
brinda a la causa de la Revolución y de la patria (APLAUSOS).
Tendremos
patria, porque hasta hoy no la habíamos tenido; tendremos verdadera libertad,
porque hasta hoy no la habíamos tenido; tendremos justicia, porque hasta hoy no
la habíamos tenido. Y se verá entonces,
se mirarán estos días de hoy como se contemplan las páginas más hermosas de la
historia de un pueblo.
Dentro
de cuatro años, dentro de cinco años, cuando toda la nación se haya
transformado, cuando todos estemos recibiendo los beneficios extraordinarios de
la obra que hoy hacemos, la cosecha extraordinaria de la semilla que hoy
sembramos, miraremos estos días de hoy con orgullo, miraremos estas
concentraciones de hoy con orgullo, miraremos esta historia de hoy con orgullo,
porque podremos decir: lo que tenemos lo
hemos ganado con nuestro propio esfuerzo, lo hemos ganado con nuestro civismo,
lo hemos ganado con nuestro sudor, lo hemos ganado con nuestra entereza. Y si nuestros hijos crecen sanos y fuertes,
si saben leer y escribir, si tienen ropa y tienen zapato, si tienen medicinas y
tienen médicos, si tienen dentista, si tienen escuela, si tienen libros, si
tienen deporte, si tienen vida, si tienen felicidad, podemos decir: nos lo merecemos porque lo hemos ganado, nos
lo merecemos porque supimos conquistarlo.
Y
nuestros ancianos tendrán pensiones. Si
cada viejecito recibirá todos los meses un cheque decoroso para vivir en paz
como premio a lo que trabajó toda su vida,’ si no queda un solo viejecito sin
su pensión, si cada hombre habrá desterrado para siempre la angustia de verse
viejo sin recurso, de verse viejo sin ayuda, sin salud, sin vigor y sin
sustento, podremos decir: nos lo
merecemos porque supimos conquistarlo, porque supimos destruir todo lo que nos
impedía esa conquista, porque supimos pelear, porque supimos dar nuestra
sangre, porque supimos derrotar la tiranía, porque supimos derrotar la
politiquería, porque hicimos una revolución, supimos defenderla y supimos
cosechar los frutos que hemos sembrado durante estos años (APLAUSOS).
Si
cada familia quien tiene su casa, si cada familia que vea que desapareció para
siempre el fantasma de los alquileres, la explotación de los alquileres, si
cada cual ha desterrado para siempre la angustia de verse en la calle sin
techo, si cada cual puede vivir en su propio techo, podrá decir: nos lo merecemos
porque supimos conquistarlo. Y la patria
se verá distinta, y la vida de cada cubano y de cada familia será distinta. Si la felicidad reina, podremos decir: nos lo merecemos
porque supimos conquistarlo y el cubano se siente orgulloso de su patria. Si su patria será libre y feliz, sin
opresiones ni presiones extrañas, sin extraña explotación, si nuestra patria
ocupa un lugar de honor y se convierte en la admiración del mundo por su obra y
por sus méritos podremos decir: nos lo merecemos porque supimos
conquistarlo (APLAUSOS).
Y
eso están haciendo ustedes hoy: conquistando la patria del futuro,
forjando la patria del futuro, sembrando la semilla del futuro. Y si mañana no habrá niños descalzos, si
mañana no habrá niños comidos de parásitos, si mañana no habrá niños
hambrientos y sin escuela, si mañana no habrá limosneros, si mañana no habrá
desempleados, si mañana no habrá miseria, si mañana no habrá viejecitos sin
pensión, será por lo que estamos haciendo hoy, por esta Revolución que estamos
haciendo, por la victoria sobre la tiranía, por la Revolución que hicimos y que
no solamente hemos hecho, sino que sabremos defender, que sabremos defender cueste
lo que cueste, que sabremos defender hasta la última gota de nuestra sangre,
que defenderá todo el pueblo, hombres y mujeres, ancianos y niños. Porque de ahora en adelante, cada cual tiene
que ser un soldado de la Revolución, cada cual tiene que ser un guardián de la
Revolución, cada casa campesina y cada casa cubana, cada casa humilde, cada
casa decente, tiene que ser una trinchera de la Revolución (APLAUSOS
PROLONGADOS). Cada campesino tiene que
ser un guardián y un soldado de la Revolución.
Cada pescador, cada obrero y cada campesino, tiene que ser un abanderado
y un soldado de la Revolución. Como lo
fue en la guerra, que cuando las columnas enemigas avanzaban, corrían a avisar
a la Comandancia de nuestras tropas; que cuando el enemigo se movía, corrían a
avisar a la Comandancia nuestra; que estaban siempre en acecho, estaban siempre
vigilantes, y que cuando el enemigo movía un dedo los revolucionarios lo
sabíamos, que cuando sobraba un fusil, el campesino lo empuñaba, y así ha de
ser de ahora en adelante, así ha de ser ahora con más razón que nunca, que si
un sospechoso merodea los campos, si un contrarrevolucionario se mueve, si un
contrarrevolucionario mueve un dedo, si un enemigo se mueve por nuestros campos
y nuestras ciudades, la Comandancia del Ejército Rebelde, que es la vanguardia
de la Revolución, el brazo armado de la Revolución, la confianza de la
Revolución, deberá saberlo. Así con la
ayuda del pueblo, con el respaldo del pueblo, con la colaboración del pueblo,
como en la guerra, aplastaremos el menor intento, aplastaremos cuantos intentos
hagan por volver los criminales de guerra aunque los ayuden poderosos enemigos
extranjeros. Cuba no tiene miedo, Cuba
no puede tener miedo, en Cuba lo que hay es valor, Cuba es todo honor, Cuba no
podrá vencerla nada ni nadie, Cuba no podrá volver a ser oprimida ni por nada
ni por nadie, Cuba tiene hoy un pueblo que la defiende y un pueblo con millones
de cubanos dispuestos a dar su vida por la Revolución.
Felicito
al Comandante Hubert Matos por este extraordinario y organizado acto; felicito
a los delegados del Congreso Campesino por esta extraordinaria y entusiasta
congregación de hoy; felicito al pueblo camagüeyano por esta demostración sin
precedentes; felicito a los obreros camagüeyanos, a la juventud camagüeyana, a
los hombres y mujeres del pueblo, por su presencia grata y cívica, los
felicito, y les doy las gracias, porque esa comprensión, porque ese entusiasmo,
porque ese civismo es el único premio posible a nuestro esfuerzo, es el único
premio a nuestro sacrificio, es el único premio a los que cayeron. Un pueblo entero, un pueblo valiente, un
pueblo digno que sabe decir presente, que sabe marchar hacia el luminoso
porvenir que ellos trazaron con sus vidas.
Gracias
en nombre del Ejército Rebelde, del Gobierno Revolucionario y de todos los
líderes revolucionarios, porque ese es el único premio que queremos, ese es el
único premio a que aspiramos.
(OVACION.)