DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE
FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO DE
APERTURA DE LA PRIMERA PLENARIA REVOLUCIONARIA DE LA FEDERACION NACIONAL DE
TRABAJADORES AZUCAREROS, EN EL PALACIO DE LOS TRABAJADORES, EL 15 DE DICIEMBRE
DE 1959.
(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER
MINISTRO)
Compañeros azucareros:
Yo
no sé si ustedes pensarían que yo no iba a asistir al Congreso de la FNTA
(EXCLAMACIONES). Lo digo porque ayer,
muy a nuestro pesar, no pudimos estar a tiempo, se había hecho ya demasiado
tarde, por lo cual se trasladó para el día de hoy la inauguración del congreso. Quiero darle las gracias al congreso por esa
deferencia de brindarnos en el día de hoy la oportunidad de asistir a la
inauguración.
Yo
no podía dejar de asistir a este acto por muchas razones, porque nunca he
dejado de asistir a los más importantes eventos de los trabajadores, pero,
además, por otra razón: porque era el
congreso de los trabajadores azucareros (APLAUSOS), y yo les estoy muy
agradecido a los trabajadores azucareros, porque fue esta la primera federación
que en los días iniciales del Gobierno Revolucionario dio un paso al frente y
respondió tan admirablemente en aquellos días inciertos cuando la zafra estaba
retrasada, cuando más necesitaba Cuba del azúcar, cuando más imperioso era
poner en marcha nuestra producción; y no podré olvidar nunca que aquel día,
cuando les pedimos a los trabajadores azucareros que, por encima de todas las
demandas, por justas que fuesen, lanzaran la consigna de salvar la zafra,
porque el país estaba urgido de los recursos que recibe por concepto del
azúcar; y no podré olvidar aquel espíritu de sacrificio y aquella fe con que
los trabajadores azucareros se abrazaron a aquella consigna, renunciando a
todas las demandas, renunciando a la huelga, gracias a lo cual fue posible
producir casi 6 millones de toneladas de azúcar.
Aquel
hecho tiene el mérito de que se producía en los primeros momentos de la
Revolución. En aquellos días el ambiente
era todavía confuso; en aquellos días no podía existir esa total identificación
que existe hoy entre los trabajadores y el Gobierno Revolucionario; en aquellos
días estaba todavía por verse cuál iba a ser la conducta del Gobierno
Revolucionario; en aquellos días todavía estaba por verse y comprobarse si era
cierto que por fin se iba a establecer un gobierno verdaderamente honrado y
revolucionario (APLAUSOS), porque, a pesar de todo, había sufrido nuestro
pueblo tantas decepciones, tantos desengaños que, aunque todo el mundo estaba
contento, no todo el mundo estaba seguro.
Estaba por verse si al fin había llegado esa hermosa realidad, si al fin
se cumplían por primera vez los sueños de los hombres que durante más de un
siglo lucharon por tener una patria, lucharon para que nuestro pueblo fuese
dueño de sus propios destinos, para tener un sitio digno entre los pueblos del
mundo y para tener también un espacio en la historia del mundo. Y como se había luchado tanto y como tantas
veces el empeño se había frustrado, casi era necesario ver para creer.
Si
ustedes hicieran hoy ese sacrificio que hicieron hace casi un año, no tendría
el mérito que tuvo entonces, porque hoy ya se sabe lo que es el Gobierno
Revolucionario, hoy ya el pueblo ha visto, ya el pueblo sabe que es cierto, ya
el pueblo no solo está contento, no solo alberga una esperanza, sino que está
seguro de que tiene un Gobierno Revolucionario (APLAUSOS PROLONGADOS).
En
aquella ocasión había que venir a pedirles confianza a los trabajadores, había
que venir a pedirles fe a los trabajadores, no era lo mismo que hablarles hoy. Hoy todos nos miramos con más confianza, no
solo con más simpatía, sino con más confianza también, no por parte nuestra;
nosotros teníamos confianza en los trabajadores, y los trabajadores tenían
esperanza en el gobierno; hoy los trabajadores no solo tienen esperanza, hoy
los trabajadores tienen seguridad en el gobierno.
Por
eso en aquella ocasión era necesario explicar, era necesario persuadir, porque
en aquellos días —como ustedes recuerdan— todo el mundo estaba con la
Revolución. ¿Y cómo era posible? ¿Cómo era posible que todo el mundo estuviese
con la Revolución? ¿Por qué? Unos porque tenían esperanzas de que fuera
una revolución de verdad, y otros porque tenían la esperanza de que fuera una
revolución de mentira (APLAUSOS).
¿Recuerdan
ustedes que todo el mundo estaba de acuerdo con la reforma agraria? Todo el mundo estaba de acuerdo con la reforma
agraria, incluso todo el mundo ofrecía dinero para la reforma agraria. Había una ligera diferencia, una cuestión de
ceros, y no a la izquierda (RISAS Y APLAUSOS).
Todo el mundo estaba de acuerdo con la reforma agraria, porque había una
ley de la Constitución que ordenaba proscribir el latifundio y señalar un
máximo de extensión de tierra para cada empresa de cultivo, y todo el mundo
estaba de acuerdo con el artículo de la Constitución, todo el mundo estaba de
acuerdo con que se pusiera un límite a la extensión de tierra, pero había una
diferencia de ceros.
Unos
estaban plenamente de acuerdo con una reforma agraria de cuatro ceros, es
decir, un tres más cuatro ceros, una reforma agraria que estableciera un máximo
de 30 000 caballerías de tierra, un poquito más nada más que las que
tenían algunas compañías extranjeras en nuestro país; otros eran más radicales,
estaban de acuerdo con una reforma agraria de tres ceros, una reforma agraria
con un límite de 3 000 caballerías de tierra; otros eran un poquito más
radicales y estaban de acuerdo con una reforma agraria de dos ceros, pero el
Gobierno Revolucionario, analizando las necesidades de nuestra economía y de
nuestra población, estableció una reforma agraria de un cero (RISAS Y APLAUSOS). Casi no hay ninguna diferencia, una pequeña
discrepancia de ceros. Y en esos días
había mucha gente jugando a los ceritos (RISAS).
Si
el Gobierno Revolucionario hubiese hecho una reforma agraria de cuatro ceros,
mucha gente de esas que tenían tierra, sobre todo de esas compañías, habrían
dicho que esta era la Revolución más democrática, más justa y más humana del
mundo. Pero por una simple cuestión de
ceros, ¡por una simple cuestión de ceros!, como en vez de cuatro ceros pusimos
uno solamente, entonces dicen que esta es la reforma agraria más comunista del
mundo (RISAS Y APLAUSOS).
No
era un problema de ideología, no era un problema de patriotismo, no era un
problema de principios, era un problema de ceros. Si nosotros, con respecto a los alquileres,
no les hubiésemos rebajado un cero a los dueños de los edificios de
apartamentos —y realmente ni siquiera fue un cero, porque lo que les rebajamos
fue medio cero (RISAS)—, habrían dicho que esta era la Revolución más
democrática y más justiciera del mundo y que nosotros éramos un grupo de
hombres sensatos, buenos gobernantes, etcétera, etcétera; pero por medio cero,
por medio cero nada más, lo menos que quieren es que los criminales de guerra y
la camarilla de asesinos que saqueó y ensangrentó a nuestra patria vuelva otra
vez a imperar en nuestra patria (EXCLAMACIONES DE: “¡Nunca!”), por una cuestión de medio cero menos
en sus ganancias.
Así,
todo el problema que la Revolución tiene hoy con aquellos que estaban con la
Revolución, según decían, el 1ro de enero, el 5 de enero, el 10 de enero y
hasta incluso el 30 de enero —porque aquí empezaron a desertar a partir de la
primera ley revolucionaria, que fue la rebaja de alquileres— no ha sido más que
una cuestión de ceros en las ganancias de unos pocos. Ese ha sido todo el problema de la Revolución
y por el cual una parte de los que estaban con la Revolución en enero no están
ya con la Revolución en diciembre.
Por
eso los tiempos son distintos. En
aquellos días cada cual quería una revolución de acuerdo con sus pensamientos,
es decir, no querían una falsa revolución como siempre, y otros querían una
verdadera revolución como nunca (APLAUSOS).
Pero, después de todo esto ha servido para educar al pueblo; este año de
Gobierno Revolucionario ha servido para educar al pueblo y, afortunadamente,
aunque tengamos unos pocos menos, tenemos en cambio un pueblo con un grado
mucho más alto de conciencia revolucionaria, y hay algunas cosas que casi da
gracia recordarla, como el papel, por ejemplo, de algunos periódicos, de lo que
decían en aquellos días. Todo el mundo
recuerda cuántos cintillos de respaldo a la Revolución, porque temblaban ante
la idea de que la Revolución extrajera los cheques que habían recibido de las
manos ensangrentadas de la tiranía (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Sacude la mata!”). Si sacudimos la mata bien sacudida, creo que
desmantelamos la república. Todavía nos
queda mucho por sacudir. Poco a poco, y
en algunos casos no hace falta ni sacudir, porque las frutas podridas se caen
solas (APLAUSOS). Y da gracia ver
algunos de esos periódicos, qué poca vergüenza tienen (RISAS Y APLAUSOS).
En
aquellos días, con aquel complejo de culpa, con aquella conciencia cargada de
pecados, ¡qué mansitos! ¡Qué revolucionarios! ¡Qué buenos!
¡Qué patrióticos! Y hay que verlos,
hay que verlos hoy; bueno, hay que verlos con el transcurso de los meses
solamente. A una revolución que fue tan generosa
—y eso lo sabe todo el pueblo—, que no quiso sacudir la mata de todos aquellos
pecados —pecados sí, el pecado de vender la conciencia, el pecado de escribir a
favor de un gobierno sanguinario y saqueador, el pecado de robarle a la república—,
a una revolución tan generosa la insultan como jamás insultaron a ningún
gobierno, a la Revolución honrada, a la Revolución leal, a la Revolución
limpia, a la Revolución que cumple con el pueblo, la insultan como no
insultaron jamás al más ladrón y al más criminal de los gobiernos (APLAUSOS).
Luego
no solo eso; el colmo es que, mientras por un lado insultan, por otro proclaman
que no hay libertad de expresión (RISAS); mientras por un lado insultan y
escriben cosas que jamás se atrevieron a escribir contra gobernantes
corrompidos, criminales y saqueadores, por otro lado todos los días aparece un
cable de la SIP o de cualquiera de esos organismos, hablando de que no hay
libertad de expresión en Cuba. Y todavía
no basta, sino que incluso se indignan de que el gobierno se defienda, se
indignan de que el gobierno hable, se indignan de que el gobierno responda y se
indignan de que el gobierno responda cuando no solo están insultando por
insultar y calumniando por calumniar, sino que calumnian tratando de deparar a
la patria días de sangre y de luto, calumnian para abrir la vía ancha a los
mercenarios y a los criminales, para abrir la vía ancha a los intereses
extranjeros, para abrirles el camino a los agresores de la patria, para
abrirles el camino a los invasores de la patria, para abrirle el camino a la intervención
extranjera; porque el juego en que están hoy algunos periódicos, el juego en
que está hoy la reacción, es un juego consciente, premeditado, estudiado y
deliberado, de promover la intervención extranjera en nuestra patria (
APLAUSOS).
Por
eso, a un gobierno que durante 11 meses no ha hecho más que servir a los
intereses del pueblo como no los sirvió nunca ningún gobierno, que no ha hecho
más que trabajar honradamente por el pueblo como no trabajó nunca ningún
gobierno, al cumplir con los intereses del país como no lo hizo nunca ningún
gobierno, lo tratan de llevar hacia una situación propicia a ser victima de la
agresión, de los más negativos y de los más inmorales intereses antinacionales.
De ahí que no se lea ya en ninguno de esos
periódicos otra acusación que la acusación de comunista al Gobierno
Revolucionario, y de una manera tan persistente y de una manera tan
desvergonzada, que no descansan un día, que no descansan un minuto en esa faena
ruin y miserable, en ese esfuerzo por sembrar la confusión, la duda, la
división y por debilitar la Revolución para que la nación pueda ser víctima
propicia, entre la confusión, la debilidad y la mentira, de la agresión
extranjera; porque es, sin duda de ninguna índole —y en eso tiene que estar el
pueblo muy consciente—, el propósito que persiguen deliberada y premeditadamente.
Lo
primero que cabe preguntarse es qué es lo que persiguen, qué es lo que
persiguen o pretenden obtener con esa campaña, qué se imaginan que puedan
lograr, qué ganan con ese diluvio de mentiras y de propaganda criminal e
interesada contra la nación y contra el gobierno que la representa, qué ganan
esos sacerdotes, que no podrán llamarse jamás sacerdotes de Cristo ni
sacerdotes de la verdad, sino sacerdotes de la traición y del crimen, que se
han marchado a Estados Unidos sin que nadie los molestara, sin que nadie los
hostigara ni los perjudicara en lo más mínimo, para lanzarse allá y salir
retratados con el traidor y criminal de Pedro Luis Díaz Lanz,
aliado hoy con los peores criminales de guerra y los peores intereses
anticubanos, en sus planes de agresión a nuestra patria y decir lo que dijeron: “El reverendo Eduardo Aguirre, sacerdote
cubano que ha venido pidiendo asilo, dice que Fidel Castro pretende separar del
Vaticano a la Iglesia cubana. Asegura
que Castro ha planteado la idea informalmente a miembros del clero, durante una
entrevista arreglada por Tomás Milán, reportero de una emisora de Fort Lauderdale, dijo el
reverendo Aguirre. Sugirió que se funde
una Iglesia nacional independiente de Roma.
Eso es lo que hacen en países comunistas para dividir la Iglesia y debilitarla. El reverendo Aguirre dijo que él y otro sacerdote,
Juan R. O'Farril, vinieron a pedir asilo político y
que son los primeros sacerdotes católicos cubanos que lo hacen. Dicen que su intención es denunciar al
gobierno de Castro como dictadura comunista.
Se rehusó a mencionar algunos de los clérigos con quienes hubiera
hablado Castro, diciendo que ningún verdadero sacerdote haría tal cosa. Castro podría fundar una iglesia él mismo,
pero el pueblo sabría que no era iglesia sin sacerdote. Cuba tiene alrededor de 7 millones de
habitantes y tal vez el 90% son católicos.
“A
la entrevista asistió también Pedro Díaz Lanz, que
fue comandante de la Fuerza Aérea de Cuba, huyó a los Estados Unidos y denunció
al Gobierno Revolucionario diciendo que estaba infestado por el comunismo. El y su compañero, dijo el reverendo Aguirre,
también lucharon al lado de Castro. El
cardenal Cushing, de Boston, tenía razón cuando habló
hace poco de la iglesia silente en Cuba.
Los sacerdotes no pueden ahora hablar libremente en Cuba; por eso nos
fuimos. El padre O'Farrill
y yo, ambos, trabajamos con los revolucionarios para derrotar al dictador
Fulgencio Batista, pero los comunistas han estado convirtiendo a la Revolución
para sus propios fines. Ahora es
peligroso para hombres de nuestros ideales permanecer en Cuba.”
Y
yo pregunto si esos señores pueden ser sacerdotes de Cristo (EXCLAMACIONES DE: “¡Nunca!”). Y le pregunto al pueblo, le pregunto hasta al
más apasionado de nuestros enemigos —enemigos nuestros porque hayamos hecho la
reforma agraria o por cualquiera de las leyes revolucionarias—, si eso es
justo; le pregunto que si después de un congreso católico como el que se
realizó en Cuba, que contó con todas las facilidades del Estado, aún cuando
sabíamos, como sabía todo el pueblo, que había una corriente reaccionaria
alentada por el “Diario de la Marina” y comparsa (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”), que quisieron convertir el
Congreso Católico en un acto político contrarrevolucionario y que, a pesar de
esa corriente, que no era la corriente de los católicos, sino la corriente de
un puñado de reaccionarios que quieren vestirse de santos con halo y todo; a
pesar de que no son más que unos demonios de la reacción y de la
contrarrevolución, del egoísmo y de la explotación (APLAUSOS); a pesar de esa
corriente reaccionaria, que trató de convertir en acto político un acto
eminentemente religioso que no tenía que ver nada con la política, porque era
una cuestión de sentimientos y de fe religiosa del pueblo; a pesar de esa
corriente reaccionaria alentada por el “Diario de la Marina”, el periódico “Avance”
y comparsa (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”),
que quisieron crear problemas y conflictos entre la conciencia política y la
conciencia religiosa del pueblo, cuando son dos conciencias que pueden marchar
perfectamente juntas cuando se basan en la justicia, cuando se basan en el bien
(APLAUSOS), no creo que pueda haber una sola medida justa en la sociedad
humana, no creo que pueda haber una sola obra buena en la sociedad civil de los
hombres, que no quepa en una sana y justa conciencia religiosa; porque si la
religión es encarnación de un sentimiento justo y un sentimiento noble, si es
la encarnación de una idea buena, de una idea del bien, la Revolución es la
encarnación de los principios más nobles del hombre, de los principios más
justicieros del hombre (APLAUSOS PROLONGADOS).
La Revolución combate los males de la sociedad humana, la Revolución
lucha contra todas aquellas lacras que constituyen los padecimientos de los
pueblos, y solo los farsantes, solo los hipócritas, solo aquellos a quienes
Cristo llamaba los escribas y los fariseos, tratan de convertir la religión en
instrumento de intereses egoístas, mezquinos e inhumanos.
Luego,
¿qué razón y qué justificación pueda tener nadie después del respeto que ha
tenido el Gobierno Revolucionario hacia todas las instituciones religiosas?, de
tal modo que incluso uno de esos sacerdotes —y nosotros tenemos testimonios
irrefutables—, el señor O'Farrill —porque ese no
merece que se le llame padre ni merece que se le llame sacerdote—, se había
reunido con el otro de Santo Domingo, el señor Velázquez,
mensajero de Trujillo, cómplice de Trujillo, y, sin embargo, nosotros,
conociendo ese hecho, teniendo testimonios irrefutables de ese hecho, en
consideración de que se trataba de un sacerdote, en consideración de que no
queríamos el menor roce con la Iglesia, en consideración de que no queríamos
dar el menor pretexto para que pudieran ver un acto de hostilidad en el
Gobierno Revolucionario, lo excluimos del proceso e incluso lo excluimos de
todo señalamiento público, es decir que ni siquiera revelamos ese dato. Y ahí ustedes ven cómo le pagan al Gobierno
Revolucionario, ahí ustedes ven lo que hacen, y yo me pregunto si eso es justo,
y le pregunto al pueblo y les pregunto a todos los hombres honrados, y les
pregunto incluso a los enemigos que puedan tener siquiera la virtud de ser
honrados consigo mismos, si eso es justo.
¿Y
qué es lo que se pretende? Atraer sobre
la patria la agresión extranjera; es la tremenda conjura de todos los
intereses. Y como tenemos los pies
puestos en la tierra, como sabemos las fuerzas con que la Revolución cuenta, yo
pregunto: ¿Con
qué cuenta la reacción nacional para derrocar al Gobierno Revolucionario? ¿Con qué cuentan los garroteros, con qué
cuentan los criminales de guerra, con qué cuentan los trusts
extranjeros para derrocar al Gobierno Revolucionario? Y si no podrán contar jamás con fuerzas en el
seno del país, es evidente que todos sus planes se basan contando con fuerzas
extranjeras y recursos extranjeros; y como la única forma de tratar de destruir
la Revolución sería por la fuerza, y ellos no tienen fuerzas nacionales, por
mucho que engañen, por mucho que confundan, ¿con qué fuerzas cuentan, sino con
fuerzas extranjeras? Y si no tienen ni
la más remota posibilidad de contar con recursos nacionales, ¿qué sentido tiene
invocar la fuerza extranjera y los recursos extranjeros para destruir la
Revolución, que no tendrían en el país jamás fuerza para destruirla? ¿Qué objetivo persiguen con eso? No persiguen otro objetivo que destruir la
patria si es necesario antes que resignarse a perder sus privilegios.
Y
la pregunta que como cubano me hago, la pregunta que como cubano debemos
hacernos todos, es que, aunque nos crean equivocados, aunque pensaran distinto
que nosotros o crean que pensamos distinto de ellos, aun cuando piensen de
nosotros lo peor, aun cuando creyeran lo que mentirosamente afirman del
Gobierno Revolucionario, mil veces es preferible lo nuestro, mil veces es
preferible lo peor, pero cubano (APLAUSOS).
Cualquier cosa es preferible antes que ver la patria destruida y
dominada por botas extranjeras; cualquier cosa es preferible antes que el
espectáculo de ver a nuestro pueblo con los soldados rebeldes atrincherados
peleando hasta la última gota de su sangre (APLAUSOS) en defensa de la
soberanía nacional.
Nosotros,
cuando empuñamos las armas, no fuimos a tocar a las puertas de potencias
extranjeras, no fuimos a buscar el apoyo de intereses extranjeros. Teníamos conciencia de que nuestra causa era
justa y vinimos a buscar el apoyo en el pueblo, vinimos a buscar el apoyo en
las fuerzas de la nación, vinimos a movilizar los recursos de la nación y, sin
detenernos a considerar jamás cuántos éramos o cuántos fusiles teníamos, vinimos
a luchar contra la tiranía sin que por nuestra mente pasase siquiera la idea de
ir a movilizar los recursos extranjeros.
Porque si nuestra Revolución no hubiese tenido la esperanza de contar
con el pueblo, hubiera sido porque no era justa; si nuestra Revolución, la
Revolución que nos proponíamos realizar, no hubiese podido aspirar a contar con
el pueblo, no habría tenido razón de hacerse, y solo porque tenía razón de
hacerse pudo aspirar a contar con el pueblo y pudo hacerse.
Cuando
se necesita de recursos extranjeros es porque no se tiene la razón; cuando no
se puede aspirar a contar con el pueblo, es porque no se tiene la razón; cuando
tienen que buscar el apoyo de fuerzas y recursos extranjeros contra el pueblo,
es porque no tienen la razón. Y porque
no tienen la razón no podrán contar jamás con el pueblo; por eso se van al
extranjero, como traidores miserables, a movilizar contra la patria los
recursos y las armas del extranjero.
En
esa tarea es que están empeñados, y no crean que el hecho de que dos sacerdotes
o cualquier ciudadano adopte esa actitud es una simple
casualidad, no. Esa es la tarea que
sistemáticamente y día a día viene realizando el “Diario de la Marina”,
el periódico “Avance” y comparsa (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”). Esa es la tarea deliberada y consciente a la
que se dedican, porque ellos saben perfectamente bien lo que están haciendo,
ellos saben perfectamente bien lo que se proponen, ellos saben perfectamente
bien las consecuencias. Y esos hechos lo
prueban, y esos hechos tratan de que se repitan, y por eso dicen eso los
primeros. Es evidente que tienen
esperanza de que otros muchos hagan igual, aunque con ello, ¿qué logran? No logran más que ponerse en evidencia, no
logran más que abrirle los ojos al pueblo porque el pueblo no podrá justificar
jamás semejante conducta.
Un
sacerdote que se asila porque lo torturaron bajo la dictadura de Batista, y se
marcha ahora sin que la Revolución haya tenido con él el menor tropiezo, ni la
menor dificultad, ni lo haya mencionado siquiera, y se marcha allá a unirse con
los mismos que lo torturaron, a unirse con los mismos que lo golpearon, ¿para
qué sirve eso sino para abrirle los ojos al pueblo? Y el Gobierno Revolucionario espera que en
honor de la verdad la dirigencia católica y la dirigencia eclesiástica de Cuba
le respondan y digan la verdad frente a una imputación semejante, que los
cables internacionales se han encargado de regar por el mundo, para pintar al
Gobierno Revolucionario persiguiendo las ideas religiosas. Porque no hallan ya qué inventar para
acusarnos y hasta nos acusan de querer fundar una iglesia, nos acusan de querer
separar la Iglesia cubana de la Iglesia de Roma, como si tuviera algo que ver
el problema religioso con la Reforma Agraria, la Ley de Alquileres y todas las
medidas revolucionarias; como si a nosotros nos interesara en algún sentido
interferir los sentimientos religiosos de nadie. A nosotros no nos pueden estorbar nunca los
sentimientos religiosos; lo que estorba a la Revolución son los sentimientos
contrarrevolucionarios, y el Gobierno Revolucionario espera que la dirigencia
eclesiástica responda cabalmente a las imputaciones de esos sacerdotes que,
incluso, han tenido la falta de respeto de venir a desmentir las declaraciones
de esa dirigencia eclesiástica cuando respondió a un cardenal norteamericano
que había afirmado que el Gobierno Revolucionario se había incautado de bienes
religiosos. Porque hace rato ya que
vienen con toda la maniobra, que está clara, tratando de crear todo este
problema, porque no hallan de qué agarrarse ya para combatir al Gobierno
Revolucionario.
Es
en esas condiciones en que finalizamos el primer año de Gobierno
Revolucionario, con algunos menos, pero con un pueblo mucho más consciente, y
de ahí que les expresara que tenía mucho más mérito aquel gesto de los
trabajadores azucareros en el mes de febrero, que si ese gesto hubiese ocurrido
hoy, cuando los obreros cubanos tienen el aprendizaje de un año de Gobierno
Revolucionario. Es decir que aquí los
campos se han definido perfectamente bien y los obreros no se preocupan en el mismo
sentido que se preocupaban antes, porque los obreros saben que nosotros sí que
no andamos defendiendo intereses contrarios a los intereses de los
trabajadores.
¡Qué
curioso! —como
resaltaba el Ministro del Trabajo—, ¡qué curioso, que esos órganos que siempre
están contra los intereses de los trabajadores, ahora hayan estado agitando la
consigna del diferencial! ¡Qué curioso
que cuando no hay diferencial, precisamente a causa del bajo precio que ha
tenido el azúcar este año, más bajo que en ninguno de los años anteriores, esos
mismos periódicos, que nunca defendieron ningún interés de los trabajadores,
traten de crearle problemas al Gobierno Revolucionario, hablando de
diferencial, cuando no hay diferencial!; porque si hubiera diferencial, ¿a
quién le queda duda aquí de que hace rato que nosotros lo habríamos entregado a
los trabajadores? (EXCLAMACIONES DE: “¡Nadie!”) Y ojalá hubiera un diferencial de 10 centavos
por libra de azúcar, porque hace rato que se lo habríamos entregado a los
trabajadores. No era para dejárselo en
los bolsillos a los grandes magnates de la industria, no. Si necesitáramos el dinero de los
trabajadores, si hubiera diferencial y si se necesitara ese dinero, se lo
pediríamos a los trabajadores (APLAUSOS).
Con
cuánta mala fe actúan esos elementos reaccionarios que cuando no hay
diferencial se acuerdan del diferencial.
Que no defiendan tanto a los trabajadores, porque es curioso que los vengan
a defender ahora para ver si producen dudas, para ver si crean problemas. Es curioso que ahora hablen de diferencial. ¿Y por qué no hablan de la reforma agraria? ¿Por qué no hablan de la tierrita de los
grandes latifundistas y de las grandes compañías extranjeras que tenían miles
de caballerías de tierra? ¿Por qué no
apoyan la reforma agraria? ¿Por qué no
hablan a favor de esos repartos que estamos haciendo? ¿Por qué no hablan a favor de las
intervenciones de los latifundios? Porque
diferencial no hay, pero tierras sí había muchas en manos de los latifundistas
(APLAUSOS).
Para
ayudar a los obreros azucareros sí, para ayudar a los obreros agrícolas y la
industria azucarera, ¿por qué no hablan de las miles de caballerías que tienen
las compañías extranjeras? ¿Por qué no
escriben a favor de la reforma agraria? Sin
embargo, de eso no hablan una palabra.
Es
decir que están en su juego descarado para ver cómo confunden, y resulta que
los trabajadores están más claros que nunca, y eso es precisamente lo que les
duele.
¿Cómo
ha sido este primer año de Gobierno Revolucionario? (EXCLAMACIONES DE: “¡Bueno!”) ¿Cuándo hubo tanta paz en nuestro país? ¿Cuándo hubo tanto orden? ¿Cuándo hubo menos huelgas y menos problemas
sociales? (EXCLAMACIONES DE: “Nunca!”) ¡Qué casualidad que ha sido el año de más paz,
de más orden, de menos huelgas y conflictos sociales! ¿Por qué?
Por la identificación que existe entre los trabajadores y el Gobierno
Revolucionario (APLAUSOS).
Cuando
empezaron a combatir la reforma agraria, dijeron que la producción iba a
disminuir, que la reforma agraria era un disparate, que iba a acabar con la
producción, e incluso dijeron que Cuba no iba a poder cubrir su cuota azucarera. Transcurre un año y tan falsas eran aquellas
afirmaciones y tan evidente resulta que nosotros podemos producir el azúcar que
producimos actualmente y el doble si queremos (APLAUSOS), que ha venido a
resultar todo lo contrario, que en vez de faltar azúcar para cubrir la cuota,
sobra azúcar, y ahora no hablan de que no íbamos a poder producir la cuota;
ahora, cuando se demuestra que podemos producir la cuota o más, se habla de
quitarnos la cuota. Es decir que primero
decían que no íbamos a cubrir la cuota por esa barbaridad de la reforma
agraria, y ahora, cuando resultó falso aquello, cuando se demuestra que se
puede cubrir la cuota, ahora dicen todo lo contrario, ahora que podemos
producirla, nos quieren quitar la cuota.
Eso
demuestra lo injustos que han sido los argumentos contra la Revolución, lo
falsos que han sido esos argumentos, que de principios de año a fin de año
están planteando dos cosas radicalmente distintas, porque se equivocaron, ya que
resultó ser falso aquello. Pero no solo
eso, si la reforma agraria todavía no ha podido ir más aprisa, ¿saben por qué
es? Por la huelga del acero en Estados
Unidos. Es decir que decían allá que la
reforma agraria iba a disminuir la producción, porque iba a perturbar por
completo la organización de la agricultura, y resulta que si la reforma agraria
no ha ido más rápido, no ha sido por culpa nuestra, sino a causa de los
conflictos sociales que existen en Estados Unidos (APLAUSOS). Y mientras en Cuba no ha habido huelgas, las
huelgas en Estados Unidos han impedido que nuestra reforma agraria marche más
rápido.
Una
vez más estaban equivocados, la reforma agraria no solo ha garantizado la cuota
azucarera, sino que le sobra caña, y no solo le sobra caña al país, sino que
hemos producido un millón y medio más de quintales de arroz, hemos producido
más de un millón de quintales de maíz y hemos sembrado 400 caballerías de
algodón, y para el próximo año tendremos fomentadas 20 000 caballerías más
de tierra de cultivo (APLAUSOS). Y si la
reforma agraria no ha ido más rápido ha sido a causa de la huelga, no aquí. ¡Qué curioso!, en Estados Unidos no hubo reforma
agraria y, sin embargo, ha habido huelgas; en Cuba ha habido revolución, ha
habido reforma agraria y, sin embargo, no ha habido huelgas.
Las
huelgas perturban la producción. ¿Por
qué? Porque se pierden días de trabajo y
los días de trabajo que se pierden significan menor producción al final del
año, porque si se pierden 60 días en huelgas, son 60 días menos de producción,
si se trabaja todo el año hay más producción.
Y en Cuba, donde hay una revolución y, precisamente, pretenden hacer
creer que las revoluciones trastornan; en Cuba, donde hubo reforma agraria y,
precisamente, pretenden hacer creer que las reformas agrarias trastornan, ha
resultado que en Cuba no ha habido huelgas y por lo tanto la producción este
año en Cuba es mayor que nunca, porque no hubo huelgas, y en cambio, en Estados
Unidos, donde no hubo revolución ni hubo reforma agraria, hubo huelga y hubo
disminución de la producción, y por disminuirse la producción de acero hubo
disminución de la producción de tractores en Estados Unidos, y por disminuirse
la producción de tractores en Estados Unidos disminuyó la producción agraria en
Cuba (APLAUSOS).
Y
yo quiero que me rebatan esos argumentos, y que expliquen por qué no hubo
huelgas en Cuba. ¿Acaso no hubo huelgas
porque el Gobierno Revolucionario prohibió la huelga? ¿Acaso no hubo huelga porque el Gobierno
Revolucionario prohibió el derecho de huelga?
No, si lo extraordinario que tiene este hecho es que no ha habido
huelgas a pesar del derecho de los trabajadores a la huelga, a pesar de que el
Gobierno Revolucionario no prohíbe las huelgas, a pesar de que el Gobierno
Revolucionario no persigue a los trabajadores.
¡Qué
circunstancia tan extraordinaria esta de que no hay huelgas precisamente porque
los obreros no han querido que haya huelgas, precisamente porque los obreros
quieren que la producción aumente! Y
resulta que entonces esto no es democrático, resulta que este es un gobierno
malo, resulta que este es un gobierno contrario a los intereses del país y, sin
embargo, los propios trabajadores, libre y espontáneamente, no han querido
huelgas, porque están conscientes de que un día que se pierda es un día que pierde la producción, y porque saben,
además, que no necesitan la huelga porque tienen un Gobierno Revolucionario que
hará siempre lo que sea justo (APLAUSOS); porque saben que tienen un Gobierno
Revolucionario que vela por sus intereses y que lo que ese Gobierno
Revolucionario quiere es elevar el estándar de vida de las clases humildes de
nuestro país, y que si el Gobierno Revolucionario no eleva un punto más ese estándar
de vida es porque no puede, no porque no quiera; es porque tiene conciencia de
nuestro actual estado económico, que tiene conciencia de que somos un país
subdesarrollado que hay que desarrollar.
Es decir que tienen un gobierno que no es demagogo, porque si Cuba
tuviera un gobierno demagogo hoy se hundiría, sino un gobierno serio, un
gobierno responsable, un gobierno justo, un gobierno que está en perenne
vigilancia de los intereses del pueblo, un gobierno cuya meta principal es
elevar el nivel de vida de las clases humildes del país, un gobierno que abolió
para siempre el robo aquí; pero no solamente el robo de los tesoros públicos,
no vayan a creer que ese fue el robo más importante que se erradicó aquí, no: ¿y el robo de los garroteros?, ¿y el robo de
los especuladores?, ¿y el robo del juego?, ¿y el robo de los que les pagaban
dos pesos y dos cincuenta por un producto cualquiera a los campesinos para
venderlo a seis centavos? No solo acabó
con el robo del Tesoro Público, sino que acabó con muchos robos más, y si
quedara alguno por ahí, nadie se preocupe, que más tarde o más temprano lo
acabaremos también (APLAUSOS).
Es
decir que el Gobierno Revolucionario, después de restablecer todos los derechos
sindicales, después de restablecer el derecho de huelga, el derecho de desfilar
el 1ro de Mayo, el derecho de escoger a sus dirigentes, después de haber
restablecido todos los derechos de los trabajadores, puede contar con ese apoyo
espontáneo y libre, y esa actitud de los trabajadores que libre y
espontáneamente han evitado las huelgas.
¿Puede
ser ese un mal gobierno? ¿Cuándo hubo
mayor paz social en nuestra patria? ¿Cuándo
hubo mayor paz en la agricultura y en la industria? ¡Qué extraño que eso haya ocurrido en medio
de una revolución y en medio de una reforma agraria! ¿Qué moral tienen para criticarnos aquellos
que no han podido resolver los conflictos sociales en sus propios países? ¿Qué moral tienen para combatirnos? ¿Qué moral tienen para fraguar revoluciones
contra nosotros, si no han podido resolver los conflictos sociales en su propio
país, y nosotros, en cambio, estamos resolviendo en nuestra patria los
conflictos sociales, y no solo los conflictos del trabajo, estamos resolviendo,
incluso, aquellas taras que venían de muy atrás, como era la tara de la
discriminación racial (APLAUSOS), que nosotros, mediante un proceso educativo,
mediante un proceso de formación de conciencia, mediante procedimientos
persuasivos, estamos poniéndole fin a esa tara que otros países no han podido
superar todavía, que otros países, a pesar de tener muchos más años de estar
constituidos en república que nosotros, no han podido resolver todavía? ¿Qué moral tienen para promover revoluciones
contra nosotros, que no solamente estamos resolviendo los conflictos sociales
derivados de las cuestiones económicas, sino que estamos resolviendo prejuicios
centenarios, como el problema de la discriminación racial? (APLAUSOS.)
Luego,
¿puede marchar mal un gobierno que no solo ha aumentado la producción agrícola
y la producción industrial, ha resuelto los conflictos sociales y está
resolviendo las mayores dificultades en medio de una revolución, a pesar de la calumnia,
a pesar de las campañas contrarrevolucionarias, y que ni siquiera ha prohibido
que abiertamente combatan a la Revolución, que abiertamente calumnien a la
Revolución, que abiertamente escriban contra la Revolución y que abiertamente
estén promoviendo la intervención extranjera en nuestro país? Sin usar la violencia, sin cometer un solo
acto contra los derechos humanos, sin perpetrar el menor acto contra la
dignidad humana, porque, ¿quién ha sido torturado en este año de Revolución? ¿Quién ha sido golpeado por la fuerza pública? ¿Qué crímenes ha cometido el Gobierno
Revolucionario? ¿Qué robos ha cometido
el Gobierno Revolucionario? ¿Qué
traiciones ha cometido contra los intereses de la nación el Gobierno
Revolucionario?
¿Qué
ha hecho el Gobierno Revolucionario, sino resolver los problemas del país,
marchar adelante en medio de la crisis del precio del azúcar, en medio de
campañas, cuando nuestras reservas monetarias estaban agotadas, porque
ciertamente la Revolución llega al poder cuando más difícil es la situación
económica de la república? El Gobierno
Revolucionario, a pesar de eso, todavía ha podido aumentar en más de 100
millones los ingresos de los trabajadores, más de 100 millones en salarios (APLAUSOS). Tienen mayores ingresos que cuando más altos
eran los precios del azúcar, ingresos no solo por concepto de aumento de
salarios, sino ingresos por concepto de rebajas en la vivienda y rebajas en
otros artículos de consumo del pueblo; aumento de ingresos poniéndoles fin a
las actividades de los garroteros y los especuladores.
Es
decir que, a pesar de haber tomado la Revolución el poder cuando peor estaba la
situación económica del país, menos reservas en el Banco Nacional, menos precios
y menos exportaciones en el azúcar, a pesar de esas circunstancias adversas, el
Gobierno Revolucionario, enfrentándose resuelta y valientemente a esas
dificultades, no solo resuelve conflictos sociales, no solo combate males ancestrales,
no solo establece 10 000 escuelas, no solo aumenta la producción agrícola,
no solo aumenta la producción industrial, sino que, además, aumenta el estándar
de vida de los obreros, reparte la tierra entre los campesinos, de mayores
empleos, construye más obras públicas que nunca, sin agredir los derechos
humanos de nadie, sin torturar a nadie, sin golpear a nadie, sin maltratar a
nadie, sin violar los derechos de la persona; es decir, en medio de un clima de
respeto como no existió nunca, en medio de un clima de libertad como no existió
nunca, en medio de un clima de seguridad que no existió nunca en nuestra
patria.
¿Quién
puede negarlo? ¿Quién puede negarlo? (EXCLAMACIONES DE: “¡Nadie!”) Y, sin embargo, nunca se hizo campaña tal
como la que se está haciendo contra Cuba, nunca se prepararon maniobras tales. Cuando aquí se asesinaban a nuestros
compatriotas nadie organizaba esas campañas, nadie les decía a los turistas que
no vinieran; cuando aquí los hombres eran torturados salvajemente en las
estaciones de policía, cuando aquí los jóvenes aparecían asesinados en las
calles, cuando el pueblo se debatía en medio de la convulsión revolucionaria,
nadie organizó boicot turístico. Sin
embargo, cuando es mayor la paz, cuando no hay un solo policía que le falte el
respeto a un ciudadano ni le robe a nadie ni le fume un tabaco a nadie gratis
siquiera (APLAUSOS), cuando no se viola un solo derecho humano, cuando nuestro
pueblo se siente seguro, cuando nuestros campesinos no tienen que vivir bajo el
terror de la Guardia Rural ni del plan de machete (APLAUSOS), cuando el pueblo
no tiene que vivir bajo ese terror y ese miedo de ver las perseguidoras por las
calles y los esbirros mirando con cara de asesino a la ciudadanía (APLAUSOS),
cuando es mayor la alegría y la seguridad, porque ¿qué trabajador no se siente
seguro, qué campesino no se siente seguro, qué hombre humilde y qué hombre del
pueblo, cuando ve a un soldado rebelde no experimenta esa sensación
reconfortante de saber que ese hombre armado y uniformado es su amigo? (APLAUSOS PROLONGADOS); cuando es más feliz
nuestro pueblo, cuando los obreros pueden desfilar el 1ro de Mayo, cuando
pueden reunirse en las fábricas y en los sindicatos sin que los golpeen, los
tiroteen o los persigan, cuando no hay pistoleros ni pandilleros imponiendo su
voluntad a los obreros, cuando los trabajadores, los campesinos y los estudiantes
no solo se sienten seguros, sino que se convierten, además, no ya en
perseguidos, sino en defensores de la nación, no ya en la víctima del hombre
armado, sino el propio obrero, estudiante y campesino en el hombre armado para
defender sus derechos y para defender su patria (APLAUSOS), cuando estos hechos
son hermosas realidades que nunca ocurrieron en nuestra patria, ¿por qué se
hace el boicot contra el turismo? ¿Por
qué se les dice a los turistas que no vengan a Cuba?
Cuando
las playas ya no son playas de unos cuantos, cuando las playas de nuestras
hermosas costas son playas de todos los cubanos, cuando los campos de nuestra
tierra no son campos de unos cuantos, sino campos de todos nuestros campesinos,
cuando hay más orden, cuando hay más respeto, cuando hay más felicidad en
nuestro pueblo, ¿por qué aconsejan al turista que no venga y en cambio no le
aconsejaron que no viniera cuando aquí los hombres eran torturados y asesinados
en la calle, cuando los obreros no podían reunirse en sus sindicatos ni
desfilar el 1ro de Mayo, cuando los campesinos vivían en las guardarrayas en
sus humildes bohíos, sin una pulgada de tierra en que sembrar, cuando los
hombres de color no podían bañarse en el mar porque los perseguían (APLAUSOS),
cuando los hombres humildes, blancos o negros, no podían asistir a nuestras
playas, cuando nuestros campesinos no tenían esos millares de escuelas que se
están haciendo, cuando esas fortalezas eran guaridas de regimientos armados y
hostiles al pueblo y no escuelas que, como la de Camagüey, albergan ya 5 000
estudiantes? (APLAUSOS.)
Cuando
las fortalezas, como la fortaleza de la ciudad militar se están convirtiendo en
centros de cultura superior, en el instituto técnico que preparará a los
ingenieros y a los técnicos en general que necesita la patria para su progreso
y desarrollo; cuando esas hermosas realidades están ocurriendo en nuestra
patria, ¿por qué le dicen al turista que no venga a Cuba?
¿Es
que acaso temen que se vea lo que es un pueblo feliz? ¿Es que acaso temen que se vea lo que es una
Revolución justa? ¿Es que acaso temen
que el ejemplo de Cuba se convierta en el ejemplo de América? (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES.)
¿Y
por qué mientras estas hermosas realidades tienen lugar en nuestra patria, en
vez de turistas nos quieren mandar aviones cargados de bombas, barcos cargados
de mercenarios y criminales de guerra cargados de crímenes? (EXCLAMACIONES.) ¿Por qué, si no tienen razón? ¿Por qué, si no pueden contar con el pueblo? ¿Por qué calumnian a la Revolución? ¿Por qué azuzan al extranjero para que
intervenga en nuestra patria? ¿Para qué azuzan
a los intereses contrarios de Cuba, cuando por primera vez los cubanos son
dueños de su tierra, cuando por primera vez los cubanos tienen verdaderamente
patria, cuando por primera vez los cubanos son dueños de sus destinos, cuando
por primera vez los cubanos son libres, cuando por primera vez los cubanos
pueden trazarse su propio camino, cuando por primera vez la patria no es un
cuartel, cuando por primera vez la patria no es un latifundio, cuando por
primera vez la patria no es colonia, cuando por primera vez la patria es libre,
cuando por primera vez nuestros obreros son libres?
¿Qué
derecho hay a escribir un artículo titulado “Democracia made in Moscú”, escrito
en el libelo que tanto dinero recibió del sangriento dictador? ¿Qué derecho haya escribir “Democracia made
in Moscú”, y que lo escriba quien no dijo una palabra cuando las pandillas
asesinaban a los obreros e imponían su terror?
(DEL PUBLICO LE PIDEN QUE DIGA EL NOMBRE DEL PERIODICO.) “Avance”, ¿cuál va a ser? El señor Jorge Zayas,
¿quién va a ser? Quien no dijo una
palabra cuando las pandillas de Mujal imponían
durante siete años el terror entre los trabajadores, cuando no dijo una sola
palabra mientras los derechos obreros eran vendidos miserablemente y a los
trabajadores no se les permitía siquiera desfilar el 1ro de Mayo. ¿Qué derecho tiene, mientras la CTC cumple el
mandato, la orden del Congreso Nacional, que fue la expresión de la voluntad de
los delegados de todos los trabajadores de Cuba de erradicar a los
contrarrevolucionarios del movimiento obrero cubano, porque la patria está en
peligro, la patria necesita defensores y la patria necesita hombres leales y no
aquellos en los que no se pueda confiar porque su historia no admite confianza
en ellos; cuando la CTC, cumpliendo esa orden de la representación democrática
y mayoritaria de los trabajadores de Cuba, combate a aquellos que por su
conducta pasada, por sus impúdicas fotografías junto a criminales de guerra,
por su amistad con hombres sanguinarios que sacrificaron vidas de obreros y
vidas de jóvenes, cumple el mandato y se enfrenta valientemente a los
obstáculos que conllevan la erradicación de aquellos elementos cuya conducta no
pueda permitir la confianza de los trabajadores?
¿Qué
derecho tienen a escribir en ese libelo una ensarta de calumnias contra la CTC
bajo el título de “Democracia made in Moscú”, quienes no escribieron contra
Eusebio Mujal y sus métodos dictatoriales y
traicioneros, contra ese ladrón, contra ese extorsionador de los trabajadores,
contra ese tirano de la clase obrera, durante siete años de sangrienta tiranía? Quienes no escribieron una palabra, ¿qué derecho
tienen a escribir “Democracia made in Moscú”?
Pero
es lógico que ni siquiera hablen ya español, es lógico que ni siquiera empleen
el español, porque estos señores hace rato ya que no están hablando más que
inglés; de tanto entreguismo, de tanto servilismo, ya no hablan ni en español,
y bueno es decir que aquí nosotros hablamos en español y en cubano, mientras
ellos están hablando en inglés (APLAUSOS).
¿Qué
derecho hay a esa campaña de calumnias? ¿Qué
derecho hay, cuando Cuba está presenciando un hecho que no tiene precedentes,
cuando Cuba está presenciando un gesto que no tiene ninguno igual en los anales
de nuestra historia, cuando los obreros —y no los obreros mejor pagados, no los
obreros que trabajan todo el año, sino los obreros que trabajan unos cuantos
meses al año solamente, nada menos que los obreros azucareros, de la industria
y la agricultura, los obreros que tienen un estándar más bajo, los obreros que
más sacrificadamente viven— acuerdan espontánea y unánimemente entregar el 4%
de sus ingresos para el desarrollo económico del país?
Cuando
estos hechos están ocurriendo en nuestra patria, cuando somos testigos de este
espectáculo de desinterés, en que los trabajadores se reúnen para plantear 10
consignas revolucionarias y se quitan de su salario, de su salario modesto e
insuficiente, el 4% para entregarlo y poner su parte considerable de sacrificio
en la patria que estamos edificando, cuando ejemplos como este se presencian en
nuestra patria, ¿qué derecho tienen a concitar la intervención del extranjero
en nuestra tierra?
Cuando
un pueblo realiza sacrificios semejantes espontáneamente, no porque el gobierno
dicte una ley que obligue a entregar el 4%, sino porque los trabajadores libre
y espontáneamente lo deciden, ¿qué derecho hay de perturbar el esfuerzo que ese
pueblo tan heroicamente hace por un destino mejor? Ciertamente, ese minuto en que el ejecutivo
de la Federación de Trabajadores Azucareros nos entregó las actas contentivas
de ese acuerdo, en todos los sindicatos azucareros de Cuba, fue sin duda uno de
los minutos más gloriosos y más prometedores de la historia de nuestra patria
(APLAUSOS), porque es uno de los gestos más inteligentes, más revolucionarios
que posiblemente haya hecho la clase trabajadora en ningún país de América. Ese pacto en que los obreros se privan de una
parte de sus ingresos para invertirla en el desarrollo de la economía del país,
es posiblemente un acto único en América y un acto que le da derecho a nuestro
pueblo a tener un porvenir grande, a disfrutar de un destino mejor.
Ese
4% de los ingresos no los perderá el trabajador, es como la semillita que se
siembra, como la semillita que en vez de consumirse se siembra, porque el
trabajador recibirá no solo los beneficios de un estándar de vida más alto
cuando la economía de nuestro país se desarrolle, cuando todos los brazos estén
produciendo, sino que recibirá ese mismo 4% duplicado, triplicado o
cuadruplicado si espera 20 años. Es
decir que los obreros que hoy entregan un 4% para la industrialización, no solo
recibirán los beneficios de una economía más desarrollada y lo recibirán sus
hijos, sino que recibirán los beneficios de una producción mayor, porque ese 4%
será en 10 años un 8%, en 5 años un 6% y en 20 años un 16%. Por cada peso recibirá 2 en 10 años y recibirá
4 en 20 años.
Como
es precisamente un préstamo que hacen los obreros, el gobierno paga un interés
compuesto del 7,5% aproximadamente, que permite cuadruplicar en 20 años, porque
el sistema aquí era de que el pueblo guardaba su dinero en los bancos y los
bancos invertían y percibían un interés, y ahora con los certificados de ahorro
del pueblo, el pueblo recibe directamente un interés que es un interés elevado,
porque no será interés que se pague al garrotero, sino interés que se pagará al
pueblo.
A
nosotros no nos importa que 1 peso hoy sean 2 dentro de 10 años, a nosotros no
nos importa que 1 peso hoy sean 4 dentro de 20 años, porque dentro de 10 años
nuestra producción estará más que duplicada y dentro de 20 años nuestra
producción estará más que cuadruplicada, y por 1 peso hoy la nación puede
devolver 2 en 10 años o puede devolver 4 en 20 años, porque su producción se
multiplicará y habrá bienes que el obrero pueda adquirir con ese dinero, ya que
la solución de los problemas del país, la elevación del estándar de vida no es
cuestión de repartir pesos, porque si nosotros repartiéramos hoy 500 millones
de pesos, mañana estaríamos arruinados, la república estaría arruinada, porque
no quedaría un solo artículo o los precios se multiplicarían por 10 ó por 20;
porque pesos se pueden repartir, sin embargo, los bienes y los productos que
existen en el mercado nacional no se pueden aumentar ni multiplicar de la noche
a la mañana y entonces los tenemos que importar, y gastamos el dinero que
tenemos para importar maquinaria o no los importamos y los que existen en el
país se acaban o su precio se multiplica muchas veces.
Luego,
es una idea sumamente clara de que la nación se enfrenta al problema de
multiplicar su producción y que por tanto tenemos que invertir hoy para poder
disfrutar mañana de los beneficios de esa inversión. Es como quien siembra una semilla en vez de
consumirla y al cabo del tiempo recoge la cosecha de esa semilla que sembró, y
eso es lo que están haciendo ustedes ahora: sembrando la semilla de un porvenir
mejor.
Todos
ustedes saben que de ese 4% no se perderá un centavo, todos ustedes saben que
ese aporte será invertido y que esa semillita se multiplicará muchas veces y
que no será en beneficio de grupos particulares, sino que será en beneficio del
pueblo, no será en beneficio de intereses particulares, sino en beneficio de
todo el pueblo.
Por
eso, al haber llegado nuestros trabajadores a comprender esto, al haber llegado
a este grado de conciencia revolucionaria la clase obrera, ha dado una muestra
de capacidad y de inteligencia insuperable y ha dado una lección eterna a los
que negaban a nuestro pueblo cultura, es decir, más que cultura, conciencia política
suficiente para comprender estos problemas.
Y esa conciencia no la adquirió en las universidades, esa conciencia no
se la enseñaron los maestros a nuestro pueblo, esa conciencia la forjó el
trabajo, esa conciencia la forjó el sacrificio, esa conciencia la forjó ese
gran maestro que es el dolor, esa gran maestra que es la injusticia, esa gran
profesora que es el hambre. Solo el sufrimiento
y la injusticia han podido enseñarle a nuestro pueblo lo que nuestro pueblo no
pudo aprender en las universidades y en las escuelas, porque nuestro pueblo no tenía
ni escuelas a su alcance ni universidades a su alcance; las universidades
estaban al alcance de minorías privilegiadas, y solo por excepción alguno que
otro que pudiera sobrenadar entre los obstáculos que un hombre sin recursos tenía
para estudiar una carrera.
El
acceso a las universidades no se le brindaba al talento, sino al privilegio; no
era cuestión de ser inteligente o tener vocación, sino primero que nada tener
dinero. Por eso hoy tenemos que afrontar
las consecuencias de que los que saben no son los hijos de las familias
humildes precisamente, los que saben son en su mayoría los hijos de las
familias pudientes; y por eso digo que si “sacudimos la mata” bien sacudida, es
decir, si pudiéramos sacudir a todos los reaccionarios que están en el Estado,
tengan la seguridad que desmantelamos la república, porque revolucionarios
entre las clases privilegiadas, desgraciadamente, hay pocos. Y digo esta verdad porque no soy demagogo ni
soy hipócrita; digo esta verdad, aunque más de uno salte en el asiento de su
casa —si es que me está haciendo el honor de oírme a esta hora (APLAUSOS)—; porque la gran verdad es que el
Estado está infestado de reaccionarios; la gran verdad —y dejaría de ser un hombre honesto si no lo digo— es que entre
los hombres que tuvieron el privilegio de ir a las universidades hay muchos reaccionarios,
y eso tiene una explicación lógica, porque el acceso a los centros de cultura
no estaba al alcance del hombre humilde, y si quieren un ejemplo: yo. Si quieren un ejemplo: ¡Yo! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Fui
el único, el único entre varios cientos de muchachos, que pudo estudiar en la
universidad, y fui el único porque era el único privilegiado entre aquellos
cientos de muchachos (APLAUSOS).
Yo,
el privilegiado, pude ir a la universidad, pero ningún hijo de carretero, de
cortador de caña o de trabajador de aquel latifundio pudo ir no ya a la
universidad, ni siquiera al instituto, y es posible que muy pocos hayan llegado
al quinto grado, porque allí había una escuelita donde los muchachos ni
siquiera iban, porque no tenían zapatos ni ropas.
Aquellos
cientos de muchachos no tuvieron el menor chance de estudiar en una
universidad, y yo creo que el ejemplo es bastante elocuente. Y si, entre cientos de muchachos, solo uno
tiene oportunidad de ir a la universidad, nadie podría discutir que el ir a las
universidades fue un privilegio de aquellos que tenían recursos y que lo que
pasó allí tiene que haber pasado en muchos otros lugares de Cuba; lo que pasó
allí —y los obreros azucareros,
sobre todo los obreros azucareros agrícolas, lo saben perfectamente bien—, fue
lo que pasó en todos los lugares de Cuba:
los hijos del terrateniente podían ir a la universidad, pero no los
hijos del carretero.
Luego,
cuando ha llegado la hora para el país de que los hombres a quienes el Estado
preparó en sus universidades para técnicos, los que saben, que vienen de las
filas de las clases privilegiadas... Y
ahí tenemos el caso de los rebeldes, los rebeldes, ¿quiénes son,
fundamentalmente, sino campesinos que desgraciadamente no pudieron ir a la
universidad y que cuando llegó el triunfo de la Revolución, hombres que habían
sido valientes, que habían sido útiles en la guerra, porque tenían las
cualidades necesarias en la guerra, no podíamos emplearlos en los trabajos de
la paz?
¡Ah!,
si nosotros a cada puesto clave del Estado, a cada cargo clave del Estado, a
cada obra del Estado, a cada centro importante del Estado, hubiésemos podido
llevar a uno de esos guajiritos revolucionarios (APLAUSOS PROLONGADOS), ¡qué
clase de sacudida le habríamos dado a la mata!
¡Qué clase de sacudida, si los guajiros de nuestras columnas hubiesen
sido doctores de nuestras universidades!
y por eso,
aunque muchas veces podemos emplear a un Comandante al frente de una obra, a
muchos de esos campesinos hemos tenido que mantenerlos en la reserva, ya que
saben pelear, aunque no sean doctores, tenerlos ahí con el fusil listo para cuando
menos poder defender la obra de la Revolución mientras nosotros reestructuramos
la vida del país, de manera que todo joven de talento, por humilde que sea,
pueda convertirse en un técnico. Por eso
una de las medidas que vamos a tomar es no solo la construcción de las ciudades
escolares, sino que vamos a establecer 50 centros de enseñanza secundaria rural
para que, de cada una de las 10 000 escuelitas que estamos creando en los
campos, el niño más inteligente reciba como premio a su talento y a su esfuerzo
la oportunidad de ir a un centro secundario y de allí a la universidad
(APLAUSOS PROLONGADOS).
Vamos
a crear esos centros secundarios con 20 caballerías de tierra cada uno, para
que ese estudiante humilde no solamente estudie, sino que se autoabastezca allí
y el Estado pueda costear los gastos; porque en esos centros secundarios no tendrán
necesidad de pagar, sino que recibirán los libros, la enseñanza, la alimentación,
la ropa y toda la atención, y ellos mismos se ayudarán de manera que, al mismo
tiempo que estudien, trabajarán y cultivarán esa tierra para ayudar a su abastecimiento. Y vamos a construir no solamente esos centros
de segunda enseñanza básica, sino que vamos a construir las ciudades escolares,
y ya los soldados rebeldes están construyendo la primera ciudad escolar frente
a la Sierra Maestra, que tendrá capacidad para 20 000 niños (APLAUSOS), y
500 caballerías de tierra fértil para su abastecimiento.
Esa
ciudad escolar estará terminada —según compromiso de honor que hicieron las
fuerzas tácticas de Las Villas, que la están construyendo— para el 26 de Julio
de 1962 (APLAUSOS) y constará de 35 unidades de 530 niños, con 105 campos
deportivos, es decir, no 105, porque serán 105 de pelota, 105 de otros
deportes; serán 315 campos deportivos y todas las instalaciones necesarias,
como estadios, museos, zoológicos, hospitales, laboratorios, y alrededor de
todas aquellas unidades, junto a las unidades de los mayores, las fábricas
donde van a producir muchos de los artículos que consuman y más allá de las
fábricas, las 500 caballerías de tierra de cultivo. y
allí no solamente irán a estudiar, sino que aprenderán además a trabajar, de
manera que los mayores no solo estudien, sino también trabajen, porque no se
puede enseñar, no se puede preparar la mente ni dotarla de conocimientos teóricos
si no se enseña otra cosa muy importante, si no se enseña a trabajar.
Es
decir que los niños estudiarán y trabajarán los mayores, y será ese el centro
mayor y más completo del mundo; el primero, porque hemos dispuesto reservar
nueve áreas más para construir nueve ciudades escolares más, después que
hagamos el primer ensayo, la primera ciudad que están construyendo los soldados
rebeldes. Es decir que los soldados
rebeldes no solo están entregando las fortalezas, sino que se han ido a
construir ciudades escolares (APLAUSOS).
Y si el plan se realiza completo, además de todas las fortalezas
convertidas en centros escolares, tendremos 10 ciudades escolares con capacidad
para 200 000 hijos de obreros y de campesinos (APLAUSOS). Ingresarán allí desde los ocho años y saldrán
a los 17 ó a los 18, con la oportunidad de ingresar en las universidades y recibirán
la más completa educación, como no se
brinda en ningún centro de enseñanza de Cuba, más completa y más amplia de la
que se brinda en cualquier centro de enseñanza de Cuba, con lo cual el hijo del
carretero, el hijo del que corta caña, el hijo de la más humilde familia,
tendrá la oportunidad que antes tenían solamente los privilegiados (APLAUSOS). Todo niño inteligente de la escuelita pública
tendrá oportunidad de ir a los centros de enseñanza secundaria rural y
cualquiera de las decenas de miles de niños que ingresen en las ciudades
escolares, si tiene vocación y voluntad, tendrá oportunidad de ir a las
universidades, y dentro de muchos años la Revolución podrá contar con técnicos
revolucionarios, entonces el gobierno funcionará mejor y la república marchará
mejor.
Con
esto no quiero decir que los profesionales sean reaccionarios. Yo digo que una parte de alguna consideración
lo son, y que otra parte es revolucionaria, pero mi deber es decir la verdad y
la verdad hay que decirla sin paños tibios, y habrá profesionales que me estén
oyendo y muchos de ellos dirán que es verdad, porque no estoy diciendo más que
la verdad y a veces ocurre que necesitamos un profesional para mandarlo al
campo y no aparece ese profesional, y lo que es más doloroso, a veces
necesitamos un profesor para mandarlo al campo y no aparece ese profesor, y la
verdad hay que decirla, duélale a quien le duela y pésele a quien le pese
(APLAUSOS).
¿Que
un profesional no puede ser revolucionario?
Al contrario, yo creo que debe serlo y tiene la obligación de serlo,
porque si ha tenido la oportunidad de adquirir una cultura, lo que debe es
usarla por el bien de su pueblo (APLAUSOS).
Pero si queremos sentar las bases de un futuro mejor desde ahora,
tenemos que empezar, y por eso el pueblo debe estar cada día más consciente de
que una revolución no es una tarea fácil, que una revolución no se hace de un
día para otro y que una revolución es un camino largo y duro, si es que queremos
tener un destino mejor.
¡Ah,
si esto se hubiese realizado hace cincuenta años! Si al finalizar la Guerra de Independencia el
gobierno hubiese caído en manos cubanas y en manos revolucionarias, si desde
entonces en vez de cuarteles se hubiesen puesto a construir escuelas, si desde
entonces en vez de guardias rurales defensores de latifundios y de compañías
extranjeras se hubiese organizado un ejército como el que estamos organizando,
amigo del pueblo, defensor del pueblo y que dé amor, servicio y bienestar al
pueblo, si en vez de confiar la defensa de la nación en casquitos se hubiese
confiado la defensa de la nación no solo en el ejército amigo del pueblo, sino
en el pueblo, si en vez de un ejército para servir intereses de latifundistas y
de compañías extranjeras, hubiese habido un ejército para defender al pueblo y
junto a ese ejército los guajiros, y junto a ese ejército los obreros y junto a
ese ejército los estudiantes, en vez de ejército contra pueblo, en vez de
ejército contra guajiro, en vez de ejército contra obrero, ¡qué distinta sería
hoy la vida en nuestra patria, qué distinta sería la situación de nuestra
familia!
No
habría una sola familia viviendo en un miserable bohío, no habría un solo
cubano sin trabajo, tendríamos los técnicos por millares, estaría produciendo
hasta la última pulgada de tierra y nuestra patria tendría hoy un estándar de
vida como ningún otro pueblo en el mundo.
Pero no tuvimos ciudades escolares, sino fortalezas; no tuvimos soldados
amigos, sino enemigos del pueblo; no tuvimos escuelas, sino cuarteles y, en
consecuencia, hemos llegado a este minuto de nuestra patria, cincuenta y tantos
años más que el día en que dijeron que
era independiente.
En
estas condiciones adversas en que tenemos que empezar a construirlo todo y a
esa tarea tenemos que entregarnos, porque nadie la hizo por nosotros, y en
cambio tenemos que hacerla no tanto pensando en nosotros, sino pensando en los
que vengan después de nosotros, y los que vengan después de nosotros serán
mejores que nosotros gracias a nosotros y vivirán mejor que nosotros gracias a
esta generación. Y esta tarea no solo hay
que llevarla adelante, no solo hay que realizarla en medio de grandes
obstáculos, sino, además, hay que defenderla.
Hace
unos días me reuní con esos soldados rebeldes que están construyendo la primera
ciudad escolar, obra que no ha salido publicada en los periódicos, ni falta que
hace, porque nosotros no trabajamos para hacer propaganda (APLAUSOS).
Antes
hacían casitas y escuelitas a la orilla de la carretera, que da vergüenza,
produce indignación, cuando uno se encuentra estas caseticas
a la orilla de la carretera, construidas descaradamente para hacer propaganda. Nosotros no trabajamos para que las vean, y
ocurre un fenómeno muy curioso que he tenido oportunidad de presenciarlo,
incluso, con compañeros que están cerca en el gobierno: cuando han visto ciertas obras, se
quedan asombrados y dicen: “Pero yo no
sabía nada, ¿cómo es que esto no se sabe?” Y he pensado un poco filosóficamente —y si no
quieren filosóficamente, psicológicamente—, que tal vez sea hasta mejor, porque
si se le hace mucha propaganda a algo después no impresiona a nadie. Mejor, incluso, es que nadie sepa nada, y que
se asombren cuando vean las obras.
Cuando
visitaba una de esas obras, que es la ciudad escolar, y veía a los soldados
rebeldes llenos de entusiasmo trabajar hasta 9, 10, y 12 horas —yo llegué una
noche y me los encontré poniendo las placas de uno de los edificios como a las
9:00 de la noche, porque ese trabajo no se puede interrumpir; el día anterior
había llegado a Manzanillo y me había encontrado a un batallón rebelde haciendo
el alcantarillado y preparando el terreno para hacer la ciudad pesquera; en
otros lugares estaban los soldados rebeldes en las plantas de bloques para
construirles casas a los campesinos y en estos momentos hay miles y miles de
soldados trabajando—; cuando yo presenciaba el entusiasmo de aquellos que están
construyendo la ciudad escolar y los veía tan entusiasmados y tan enamorados de
aquella obra, pensaba que cuando llegara el momento de combatir, aquellos
soldados iban a ser mejores todavía, porque tienen una conciencia clara y
precisa del bien que están haciendo (APLAUSOS), y cuando piensen que los
mercenarios y los invasores extranjeros con seguridad les van a convertir en
cuartel aquellos edificios que están construyendo con tanto amor para los hijos
de los campesinos, a aquellos soldados hay que matarlos para destruirles su
obra, a aquellos soldados habrá que aniquilarlos, porque desde las trincheras
donde estén peleando, estarán pensando, en ese minuto, en la obra que dejaron
atrás y que espera por ellos, en la obra que quieren destruirles los enemigos
de la Revolución, en la obra que quieren destruirles los que intentan convertir
de nuevo en fortaleza las fortalezas que estamos convirtiendo en escuelas
(APLAUSOS).
Es
que esos soldados serán mejores, sencillamente, porque les están siendo útiles
a la república; aquellos soldados viejos del antiguo ejército, ¿qué razón tenían
para pelear como no fuera defender los millones y los palacetes de sus jefes,
como no fuera para defender los latifundios y las compañías extranjeras, como
no fuera para defender asesinos y ladrones?
Mientras este ejército, como este pueblo nuestro, tiene una obra muy
grande y muy hermosa que defender, y, por lo tanto, bueno sería que pensaran en
esas cosas los que sueñan, siquiera en una noche de verano, que el pasado puede
volver, que los criminales pueden volver, que el predominio extranjero sobre
nuestra patria puede volver, porque nuestro pueblo y nuestros soldados tienen
una obra muy grande y muy hermosa que defender, y nuestro pueblo y nuestros
soldados por defender la tierra y por defender la obra se aferrarán al suelo de
la patria, suelo del que no podrán apoderarse mientras haya un cubano dispuesto
a defenderlo (APLAUSOS).
Por
eso tengo fe en la Revolución, por estas cosas que están en presencia de
nuestros ojos, por estos hechos que solo no pueden ver los ciegos y los egoístas,
pero que están ante las pupilas de nuestro pueblo; porque veo soldados que
abandonan las fortalezas para entregarlas a los niños y se dan a la tarea de
construir, no nuevas fortalezas, sino nuevas escuelas; porque veo obreros
entregando una parte de sus ingresos para el desarrollo del país sin que nadie
se lo pida; porque veo hechos como esos es por lo que tengo cada día más fe y
más confianza en nuestra Revolución, aunque se enfermen de ruindad y de ira los
que impotentes ante estas realidades claman porque fuerzas y recursos extraños
vengan a restablecer privilegios. Por
eso tengo plena y absoluta seguridad en que la Revolución marchará adelante sin
que nada pueda detenerla.
Ahora
vamos a comenzar la zafra. ¡Con qué
formidables augurios se inicia! ¡Qué
distinta esta situación de aquella zafra que comenzaba tarde, de aquella
dramática situación de los trabajadores!
Este año comenzaremos la zafra temprano, ¿y quién dice que no va a haber
zafra? ¿Quién dice que nos van a quemar
la caña? ¿Qué caña, la caña de los
latifundios donde vamos a organizar el próximo año las cooperativas de caña? ¿Qué caña, la caña donde van a librar el
sustento nuestros trabajadores? ¿La caña
que va a ser de nuestros campesinos? La
caña de donde van a salir las divisas con que vamos a comprar los equipos y las
fábricas (APLAUSOS).
¿Quién
dice que los saboteadores y los contrarrevolucionarios van a quemar la caña? ¿Quién dice que van a impedir la zafra, a
sabotear la zafra y a quemar las cañas, con nuestras patrullas campesinas
vigilando? (APLAUSOS.) ¿Quién dice que
pueden sabotear la zafra con 500 000 obreros agrícolas e industriales
defendiendo la zafra? (APLAUSOS.) ¿Quién
dice que pueden impedir la zafra con una federación tan formidablemente unida y
organizada como la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros? (APLAUSOS PROLONGADOS.)
El
año pasado la consigna fue hacer la zafra; este año la consigna es defender la
zafra (APLAUSOS). Vamos a ver quién
quema la caña, porque la caña este año, la caña ahora no la tiene que defender
una pareja de la Guardia Rural, la caña la van a defender 500 parejas de
campesinos de todas las colonias (APLAUSOS).
¿Que
vienen con un avioncito a quemar caña? Les
apagamos la caña con los machetes y hacemos guardarrayas, apagamos el fuego y
hacemos contrafuego. Adoptaremos todas
las medidas, no importa que tiren candela con aviones, no importa, porque con
los machetes vamos a defender la caña, aunque tiren bombas incendiarias,
sencillamente; porque cuando los machetes no sirvan para pelear, si los
machetes no pueden alcanzar un avión, por lo menos alcanzan la candela. Así que si queman la caña con aviones la
apagamos con los machetes, aparte de que se pueden poner fatales... No importa que tengan bases en muchos puntos.
Otra
cosa que es importante y que sí tengo que recalcársela al pueblo y a los
obreros, es una cosa que nos preocupa: lo
que más nos preocupa de cualquier invasioncita de las que están preparando no
son los invasores, los invasores van a durar lo que un merengue en la puerta de
un colegio; lo que nos preocupa es que todo el mundo se quiera ir a pelear, eso
es lo que nos preocupa; que aquí desembarquen en dos o tres lugares y la gente
se vuelva loca y todo el mundo deje su trabajo, todo el mundo deje la fábrica y
todo el mundo vaya a pedir un fusil, porque entonces se nos va a crear una
desorganización tremenda, y eso tiene que ser poco a poco.
Es
muy importante, nosotros estamos, poco a poco, entrenando, pero no tenemos
personal suficiente para el entrenamiento de los trabajadores todavía y estamos
ya entrenando los primeros grupos, estamos escogiendo a los campesinos y los
estamos llevando a un curso de 45 días —ya tenemos 200 y desfilaron el 7 de
diciembre en el Cacahual, con una marcialidad y una
disciplina, que fueron la admiración del pueblo— y eso, naturalmente, es un
programa que lleva tiempo. Por eso nos preocupa
que si hay cualquier situación de esas, la gente se presente toda a pedir un
fusil y a pelear, y eso no puede ser, tiene que ser con calma.
Es
muy importante que no se interrumpa para nada la producción. Nosotros iremos movilizando al pueblo en la
medida en que lo necesitemos. Aquí todo
el mundo quiere un fusil y, naturalmente, hay que ir poco a poco. Lo importante es que no se interrumpa para
nada la producción, ni la zafra, ni la industria, ni el transporte, ni nada;
todo el mundo esperando que se le llame; si hace falta, se le llamará según la
clase de lucha. Porque 200 ó 300, a
sombrerazos los agarran (RISAS), depende de la categoría de las invasiones. Todo el mundo debe estar siempre listo. Yo me imagino que nosotros tendremos que
librar una pelea aquí, por lo menos una por año, con cálculos optimistas.
La
situación es insostenible para los enemigos de la Revolución, están cada día
más desesperados, porque ven que cada día que pasa, más se afianza la obra, y
ellos saben que lo que está haciendo el Gobierno Revolucionario le está dando cada
día un poder más sólido en el pueblo y que la conciencia del pueblo se
despierta cada día más.
Las
playas de los países alrededor están llenas de criminales de guerra, exiliados
y contrarrevolucionarios y cada día se van más, y ustedes habrán oído muchas
bolas en estos días, y decir de expediciones y cosas de esas.
Calma, calma, porque la verdad es que yo he visto al pueblo, no preocupado de
que vengan, sino de que no vayan a venir (APLAUSOS). Todo el mundo está seguro aquí de lo que va a pasar cuando vengan. Casi no les queda más remedio que venir, porque, por otro lado, son
huéspedes costosos. Por aquí hay un “carnet de contrarrevolucionario” (Alguien alcanza el carnet al doctor Castro).
Y el lema dice:
“Es preferible morir peleando, que vivir huyendo” (RISAS).
Bueno,
lo curioso es que tuvieran tiempo de morir peleando, en vez de vivir corriendo.
(Contesta
a alguien del publico):
No, no hay nombre, es el modelo de carnet
de contrarrevolucionario.
Y
la situación es insostenible, porque con toda la campaña esta hecha, organizada
por la prensa contrarrevolucionaria, pues han llevado a la confusión a
elementos contrarrevolucionarios y se han ido para el extranjero y todo, y hay
quien ha creído de verdad que esto se pone difícil. Yo les digo que la mata se sacude sola. Y la situación es tal, que no les queda más
alternativa a todos estos intereses que están contra la Revolución, con los
plazos que han estado dando, con las movilizaciones que han estado haciendo,
las campañas, el dinero que se han estado gastando; todas esas cosas, conducen
inexorablemente hacia agresiones contra la Revolución. Así que es importante que el pueblo, sea
cuando sea, esté muy consciente de que no se puede volver loco y que no se
puede interrumpir lo que se está haciendo, ni se puede interrumpir la
producción, porque cualquier dificultad o agresión que haya que afrontar, hay
que afrontarla con orden y con plan.
Para
nosotros, la batalla no se gana cuando destruyamos una invasión, o dos, o diez,
para nosotros la batalla se gana cuando venzamos nuestras dificultades
económicas, cuando logremos vencer todos los obstáculos, porque a nosotros nos están
atacando con todas las armas, no solamente nos van a mandar los mercenarios,
sino que nos están haciendo un boicot económico, nos están poniendo todo género
de dificultades, están boicoteando el turismo, y están amenazando con
rebajarnos la cuota. De todas formas,
hay que estar conscientes de que nos van a tratar de hacer un cerco de hambre, y
eso, en definitiva, ya nosotros sabemos lo que son cercos de hambre porque lo
pasamos en la Sierra Maestra, para querer convertir toda la isla en una especie
de Sierra Maestra.
Pero
también es verdad que estamos sembrando malanga a toda velocidad (APLAUSOS
PROLONGADOS). Incluso, para mejorar las
cosas, ha aparecido un pozo de petróleo de 1 600 barriles por día
(APLAUSOS) y vamos a seguir escarbando, vamos a seguir escarbando hasta que
hallemos todo el petróleo que necesitamos; pero debemos estar preparados
siempre para lo más difícil. Si lo más
difícil no viene, por lo menos nosotros estamos preparados para lo más difícil,
y estamos también preparados para lo menos difícil, pero debemos prepararnos
para lo más difícil. El pueblo de Cuba
tiene que estar en pie de lucha completo —conste, el pueblo—; los contrarrevolucionarios,
¡allá ellos!, esos no se cuentan aquí, los que están haciendo campañitas
contrarrevolucionarias y desempeñando el papel traidor que están haciendo en
estos momentos contra los intereses de su patria, ¡ellos, que se las arreglen
como puedan!
Aquí
ya nosotros sabemos lo que es pueblo y estamos claros en eso, y sabemos que el
pueblo, el verdadero pueblo, va a defender la Revolución hasta su última gota
de sangre; y aquí ya se sabe, si hay dificultades económicas, ¡que se vayan
preparando la high life y
toda esa gente que gasta esos lujos! (APLAUSOS
PROLONGADOS), ¡que se vayan preparando para usar ropa de algodón, agua de
colonia cubana, que se vayan preparando para consumir productos cubanos!, y que
se vayan preparando para sacrificar el lujo, que cuando vengan las dificultades
económicas, como consecuencia de las campañas que están haciendo contra Cuba, no
vamos a sacrificar al guajiro, no le vamos a quitar los alimentos al guajiro,
ni el arroz al guajiro, ni la medicina al guajiro, ni el combustible a los tractores,
¡el combustible se lo quitamos a los Cadillacs
primero que a los tractores! (APLAUSOS
PROLONGADOS.)
¡Allá
ellos!, ¡allá ellos si continúan en sus rejuegos y en
sus campañitas!, porque cuando llegue la hora del sacrificio lo primero que hay
que sacrificar aquí son los lujos; y lo superfluo hay que sacrificarlo, porque,
en definitiva, yo sé cómo viven los guajiros, y sé cómo viven los obreros
azucareros y cómo viven los obreros del país, y sé que no andan usando perfumes
de París, sé que no andan vistiendo de sedas ni de encajes, sé que no fuman
cigarritos americanos y sé que no andan gastando en lujos; yo sé lo que consume
la familia humilde, y para eso tenemos las estadísticas. Y cuando llegue la hora de restringir, ¡para
eso tenemos al Che en el Banco Nacional!
(APLAUSOS PROLONGADOS.)
¿Quiénes
fueron los que se preocuparon cuando designamos al Che presidente del Banco
Nacional? Seguro que no fueron los
guajiros, seguramente no fueron los obreros azucareros, seguramente no fueron
los humildes; quienes se preocuparon y se pusieron a hacer campañas contra el
Che, a calumniar al Che, a tergiversar el pensamiento del Che, a restarle los
méritos extraordinarios que tiene, y a convertir al Che en un fantasma... Se pusieron a convertir al Che en un fantasma
y después que lo convirtieron en un fantasma, resulta que no era un fantasma
para el pueblo, era un fantasma para ellos, y cuando designamos al Che se
llevaron el gran susto, se asustaron con el mismo fantasma que ellos habían creado.
Primero
lo hicieron fantasma y después se asustaron.
Y claro, hubo quienes fueron al otro día a sacar los “papeles” del banco; fueron a
sacar los “papeles” del banco, porque el dinero es dinero cuando hay economía,
cuando hay reservas monetarias —y esas son las medidas que estamos tomando nosotros,
defendiendo las reservas—, si no hay economía ni hay reservas, el dinero es “papel”;
y estos señores fueron con el truco, algunos, de llevarse los “papeles” del
banco. Si se llevan los “papeles” del
banco, nosotros hacemos “papeles” nuevos (APLAUSOS). Allá ellos, si se ponen con maniobras contrarrevolucionarias
sacando el dinero del banco, no hay más que mandar a imprimir dinero de nuevo.
Si
eso pasa, ningún obrero azucarero va a perder un centavo, seguro seguro que ningún obrero azucarero tiene cuenta en el banco. Así que, en definitiva, que no se vayan a
imaginar que la calentura esa es calentura del pueblo. Si tuvieran un poco más de sentido común
estarían durmiendo tranquilos, que nosotros, los “papeles” no se los vamos a
tocar. Al contrario, al defender nuestra
economía, al defender nuestra reserva, estamos garantizando el valor de los “papeles”,
y el Che fue allí precisamente a fortalecer nuestros esfuerzos, para defender
nuestra economía y defender nuestra reserva, de manera que los “papeles”
valgan. Pero si cometen la insensatez de
estar haciendo campañas contrarrevolucionarias y llevarse los “papeles” del
banco, los únicos que se van a perjudicar son ellos.
Posiblemente
haya algún que otro malagradecido que ni siquiera me agradece este consejo que
le estoy dando (APLAUSOS); pero es bueno que sepan que los “papeles” van a
servir para comprar productos cubanos, que los “papeles” no van a servir para
estar comprando productos de lujo extranjeros y que, mientras más campañas nos
hagan contra el turismo, más balnearios nosotros haremos.
Mientras
se está haciendo un gran esfuerzo, porque se sabe que tenemos un impuesto que
les pusimos a las bebidas alcohólicas y eso lo estamos convirtiendo en centros turísticos
y playas públicas, en centros donde el pueblo va a poder ir y que son centros
tan buenos o mejores que los de los millonarios, pero no para millonarios, sino
para el pueblo, y los millonarios pueden ir también si quieren, pero son para
el pueblo, mientras estamos haciendo esos centros, ellos hacen la campaña de
boicot al turismo. No importa, también
el dinerito que se gastaba la gente fuera, pues que se lo gaste aquí dentro;
que paseen todo lo que quieran, pero que paseen aquí dentro, que en definitiva
Cuba tiene cosas tan preciosas que tienen tiempo de entretenerse y no les
alcanza el año entero ni cinco años para disfrutar de las cosas deliciosas que
tiene Cuba y que nosotros las estamos preparando al alcance de todos, y por
eso, para pasear recortamos las divisas, las recortamos, al que vaya a buscar
dólares para pasear, se las recortamos.
Y
no importa, a cambio de eso estamos organizando un turismo y una cadena de
centros turísticos maravillosos, con la ventaja, además, de que estarán al
alcance del pueblo. Así que los “papeles”
tendrán que invertirlos aquí y en productos nacionales, y en Cuba se producen y
cada vez se producen más verdaderas maravillas.
¿Ustedes
vieron cómo protestó la marina cuando establecimos el recargo de las
importaciones? Pues como consecuencia
del recargo de infinidad de productos que estaban importándose sin razón, se
van a producir aquí dando más trabajo y dando más vida al país, porque por
primera vez en la historia de nuestra patria, hay una política de protección a los
productos y a la industria nacional que nunca existió. Si la industria en Cuba vivía languideciendo,
aspirando siempre a una protección, no podía resistir el dumping
extranjero, y ahora no hay dumping que atraviese la
trinchera de protección que le hemos impuesto a la industria nacional
(APLAUSOS).
Esa
es la situación y muchas cosas tenemos que ir analizándolas. Hay que defender nuestros productos y ahorrar
nuestras divisas para invertirlas, señores, no en perfumes de París ni en Cadillacs; hay que invertirlos en tractores y en maquinarias
y, por supuesto, cosas en que tenemos que invertir: materia prima para la industria,
combustible, lo esencial. El azúcar que
ustedes producen no lo podemos cambiar por arroz ni por perfumes; lo que nos
pagan por ese azúcar que ustedes producen tenemos que invertirlo en maquinaria,
porque si no lo invertimos en maquinaria no progresamos, y esa sí es una
insensatez que se ha estado cometiendo aquí, que mientras se gastaban 5 millones
en tractores y en maquinaria agrícola, se gastaban 35 millones en
automóviles, y eso era una locura. Las
tierras sin cultivar y el pueblo muriéndose de hambre, eso era una insensatez
(APLAUSOS).
Sí
señor, hay que hacer sacrificios, y si los obreros humildes que están
trabajando tres meses al año se quitan un 4%, bien pueden aquí las familias
acomodadas sacrificar un poco de su lujo en beneficio del pueblo que está
haciendo sacrificios en todo (APLAUSOS).
Mientras
más aprieten contra la Revolución, más vamos a apretar nosotros. Y mientras más traten de cercarnos, más
radicales son las medidas que vamos a tomar aquí, porque no estamos pintados en
la pared ni mucho menos. Que lo sepan,
que hay un pueblo y un ejército aquí preparados para
tomar las medidas. Ellos creen que van a
intimidar al Gobierno Revolucionario y al pueblo y no saben que lo que van a
hacer es fortalecerlos. Mientras más
medidas tomen, más vamos a apretar aquí, y el pueblo va a hacer sacrificios,
pero los sacrificios los van a hacer primero que nada los que están disfrutando
de una vida muy cómoda y los que han estado disfrutando de los lujos
(APLAUSOS).
Así
que, para que nadie se llame a engaño, el Che no está ahí para hacer ninguna
barbaridad, el Che está ahí igual que cuando lo mandamos a Las Villas a impedir
que pasaran las tropas enemigas hacia Oriente; lo he mandado al Banco Nacional
a impedir que se vayan las divisas (APLAUSOS) y para que el parque que tenemos
en divisas pues se invierta correctamente.
Y ya lo sabe el pueblo, cuando haya que sacrificar, primero sacrificamos
los lujos, porque no importa que aquí haya algunos que tengan que sacrificar
algunos lujos, cuando, por ejemplo, aquellos campesinos de la Ciénaga de Zapata
y de Guanahacabibes no tenían ni casa, ni comida, ni sartén siquiera para
cocinar, ni zapatos, ni medicina.
Vamos
primero a resolver todos los problemas elementales de subsistencia del pueblo,
vamos a darles pan a los que están pasando hambre y después ya habrá tiempo
para lujos. Cuando todo el mundo pueda
comprar perfumes de París también, nadie esté pasando hambre y ya tengamos
maquinarias, fábricas, equipos y todo eso, entonces podremos gastar en lujos.
Creo
que eso está claro, eso lo entiende todo el mundo (APLAUSOS). Así que estamos claros todos, y que den el
grito en el cielo o en Washington, porque es a donde van a gritar, allí al Tío Sam; van a quejarse allá.
Este es un pueblo que está claro, que está en pie, sabe lo que tiene que
hacer y lo va a hacer. Todo lo demás es
cuento de caminos, todo lo demás; todas las campañas, todas las acusaciones de
comunistas y todas las cosas, cuento de caminos.
Yo
digo que sea la historia la que nos juzgue, que no vengan los latifundistas a
calificarnos. Digo que esta Revolución
es nuestra Revolución y es una revolución radical, es una revolución social, y
no hemos engañado a nadie, porque lo dijimos antes de disparar el primer tiro
aquí (APLAUSOS), pero es nuestra Revolución, nuestra Revolución Cubana, son
nuestras leyes, son nuestras medidas, son nuestras instituciones, para defender
lo cubano (APLAUSOS). A ver quién nos
puede acusar a nosotros de no haber estado defendiendo con pasión y con
devoción lo cubano, los intereses de nuestro pueblo.
¿Qué
gobierno recuperó nunca la tierra? ¿Qué
gobierno recuperó nunca los intereses, los bienes del país? ¿Qué gobierno hizo nunca una política en
beneficio del país, como lo está haciendo la Revolución? Pero esa es una cosa en que no le cabe duda a
nadie, los extranjerizantes son esos que ya hablan inglés, que ya no hablan ni
español; los extranjerizantes son esos que están defendiendo los monopolios y
los trusts extranjeros; los extranjerizantes son
estos que están llamando al extranjero para que les vengan a defender sus
privilegios, y en eso estamos claros todos, y todo lo demás son cuentos de
camino que han inventado para confundir a la gente.
Aquí
no tenemos más que un solo partido: Cuba (APLAUSOS). No tenemos más que una sola idea y una sola
bandera: Cuba (APLAUSOS). Y un solo propósito: ayudar al pueblo, conquistar un
destino más feliz para nuestro pueblo, eso es lo que estamos haciendo
(APLAUSOS). Frente a los que estaban
entregados a los intereses extranjeros, frente a los que defendían intereses de
privilegiados, frente a los que estaban entregados a los intereses creados,
nosotros estamos entregados al pueblo (APLAUSOS).
y ya no nos
podrán engañar, por mucho que escriban y por mucho que hablen, no nos podrán
confundir, no hace falta; el pueblo no fue a universidades, pero fue a la
universidad de la vida, fue a la escuela del hambre y del dolor, y allí
aprendió, no lo van a engañar, no lo van a tupir, porque lo que quieren es tupir
al pueblo, eso es lo que quieren, confundirlo, destruirlo, dividirlo, sembrarle
la duda, sembrarle la división, debilitarlo para ponerle el pie arriba
(APLAUSOS).
Y
vamos a ver si después de todo lo que padeció nuestro pueblo, después de todo
lo que sufrió nuestro pueblo, después de todo lo que soñó tener un día un
gobierno honrado, y un gobierno que defendiera al pueblo, un gobierno que
pusiera fin a toda la injusticia, que acabara con la politiquería, la
corrupción, la inmoralidad, el vicio y todos los males que estaba padeciendo el
país, vamos a ver si después de todo el trabajo y los sufrimientos que el
pueblo ha pasado para lograr eso, el pueblo se lo va a dejar arrebatar
(APLAUSOS). Eso es lo que quisieran y lo
que están pensando, ponernos el pie arriba; el pie arriba no nos lo van a
poner, porque aquí no van a tupir a nadie.
¡Qué importa que escriban algún editorial! Vamos a dejarlos; mejor que escriban, para
eso estamos, para eso le podemos hablar al pueblo, porque antes hablaban ellos
solos, no había quien le hablara al pueblo.
Pero ahora no, ahora estamos en competencia, ahora estamos, ellos
escribiendo sus mentiras y nosotros diciendo nuestras verdades; ellos
escribiendo sus mentiras y nosotros realizando nuestra obra, obras que se ven,
no les hacemos mucha propaganda, pero el pueblo poco a poco las va viendo y
cada día se asombra más y, sobre todo, el pueblo piensa con cuántas
dificultades y con cuántos contratiempos tenemos que enfrentarnos para ir
realizando esa obra, el pueblo está consciente de eso y ellos esforzándose en
confundir al pueblo y tupirlo.
Todos
los días inventan una cosa nueva, pero se saben impotentes para llegarle al
pueblo, saben que en el corazón del pueblo no tienen entrada. Ellos, sí, por allá, por ciertas avenidas y
ciertos lugares muy aristocráticos, la “Marina” y eso la leen con gusto y un
placer extraordinario. Y lo curioso es
que se engañan, creen que la calentura de ciertos clubes aristocráticos aquí
son las calenturas de las colonias de caña, y las calenturas de las colonias de
caña son otras y las preocupaciones son otras, porque en la colonia de caña
nunca vivió nadie echándose fresco ni jugando bridge
y canasta y todas esas cosas. ¿En qué
colonia de caña juegan canasta aquí? ¿En
qué colonia de caña juegan pocker y bridge aquí, y dónde están los clubes en las colonias de
caña? Son los que vamos a hacer
nosotros, los que vamos a hacer en las cooperativas allí, además de las casas,
el club de los obreros y el club de los cooperativistas (APLAUSOS), y las
escuelas ahora sí las van a tener.
Así
que al corazón del pueblo no podrán llegar, es una batalla que se está librando. Ellos buscan al extranjero, nosotros buscamos
al cubano; ellos buscan los recursos del extranjero, nosotros buscamos los
recursos del cubano; ellos buscan el dinero del extranjero para hacer
contrarrevolución, nosotros buscamos el dinero del obrero para hacer revolución
(APLAUSOS); ellos buscan mercenarios extranjeros, nosotros entrenamos a los
campesinos, a los obreros, a los estudiantes y al pueblo (APLAUSOS).
Ellos
luchan con sus mentiras, sus calumnias y sus armas sucias, y nosotros luchamos
con nuestras verdades, con nuestra moral, con la rectitud de los principios,
con la justicia de la causa sin mancha que estamos defendiendo. Así que las cosas están claras, es la lucha
de la nación en defensa de su destino y vamos a ver quiénes salen vencedores. Vamos a ver quiénes salen vencedores, porque
de una cosa estamos seguros todos nosotros y es de que la nación va a salir
vencedora, y de una cosa estamos seguros nosotros: a la Revolución no la van a poder
destruir, inventen lo que inventen, digan lo que digan, hablen lo que hablen;
mientras más agresiones y mientras más boicot, más fuerte va a estar la
Revolución (APLAUSOS).
Hay
cosas que no pueden soportar los enemigos de esta Revolución. Antes, cuando los obreros estaban aquí,
estaban las perseguidoras dando vueltas por fuera, en los tiempos de Mujal, y daban vueltas por fuera para evitar que le
hicieran aquí una agresión, para cuidarlo; dondequiera que había un acto obrero
estaban las perseguidoras dándole vueltas, decían que para mantener el orden,
pero andaban con las gomas y los black jacks —tiene otro nombre en español, le llamaban black jack porque era un arma
extranjera que usaban para defender los intereses extranjeros—, andaban con la
goma y demás artefactos dando vueltas. y además estaban allá en la ciudad militar
con cara hostil el jefe del ejército y todos los jefes aquellos. Lo que no pueden resistir son estos congresos
obreros, donde en la presidencia está el Presidente de la república (APLAUSOS);
lo que no pueden resistir es que antes todas las compañías y todos esos
intereses, sabían que tenían a sus órdenes al jefe del ejército; lo que no
pueden resistir son estos congresos obreros donde en la presidencia está el jefe
del ejército (APLAUSOS); lo que no pueden resistir son estos congresos obreros
que en vez de andar perseguidoras por ahí dando vueltas y mirando la
presidencia de la mesa, se sienta junto con los obreros el jefe de la policía
(APLAUSOS).
Y
no está en este momento el jefe de la marina porque seguro está trabajando. Nosotros no nos contamos, nosotros estamos siempre
aquí, yo estoy contando los que están ahora.
Raúl no está aquí ahora, porque está trabajando, pero están los jefes de
los regimientos (APLAUSOS).
Entonces
los obreros piensan: “Ahora
sí que estamos seguros, ahora sí que estamos bien, porque antes salíamos de
aquí y nos estaba esperando el plan de machete.” Y claro, eso es lo que quieren los
latifundistas y los grandes intereses, que los obreros salgan de aquí y los
esté esperando el plan de machete. No
pueden resistir este espectáculo hermoso, esta identificación completa entre el
pueblo y los gobernantes, entre el pueblo y los jefes militares, esta fusión
entre el pueblo y gobierno, esta fusión entre pueblo y ejército, porque el
ejército está con el pueblo y el pueblo es el propio ejército, el pueblo se
entrena, se prepara y se arma para luchar (APLAUSOS).
Estas
cosas son las que no pueden resistir. Estas
cosas son las que los enferman y por eso escriben “Democracia made in Moscú”,
porque no pueden soportar; ya no lo dicen ni en español, lo dicen en inglés. ¿Saben por qué? Porque no les están hablando a los cubanos. ¿Saben?
Ellos saben que en Cuba no se habla inglés, pero ellos hablan inglés,
porque les están hablando a los norteamericanos, por eso escriben en inglés;
están hablando ya casi en chino (APLAUSOS).
Así
que estas cosas yo creo que están bastante claras y ya sabemos los males que
padecen. Sin embargo, ¿qué hacemos
nosotros, teniendo aquí esta identificación y esta fuerza, la usamos para
abusar de alguien? No. ¿La usamos para hacer demagogia? No. ¿Nos
volvemos locos y nos ponemos a repartirlo todo?
No, porque sabemos que lo que tenemos que hacer es producir, aumentar
nuestra producción, sacrificarnos para preparar el futuro, porque entonces sí
que estaríamos fracasados, si viniéramos a usar esta identificación y esta
fuerza para consumir y no para producir.
El problema de nosotros es producir, multiplicar toda la producción para
poder elevar el estándar de vida de todos, hacer muchas casas, muchas playas,
producir más ropa, más alimentos, más de todo para que a mayor producción, una
parte proporcional mayor le corresponda a cada familia. ¿Comprenden?
Así que se está haciendo un uso de esta identificación.
Creo
que para ser el primer año de Gobierno Revolucionario y lo mal que dejaron la
república, es algo lo que se ha hecho (APLAUSOS). Y marcha la república maravillosamente bien,
aquí no hay más problemas que los contrarrevolucionarios, no hay huelgas, no
hay conflictos sociales, se están ganando todas las batallas, el país es un
modelo, es un ejemplo para el mundo, y no hay más problemas que los problemas
que nos quieren crear los contrarrevolucionarios. Nuestro pueblo es un ejemplo, nuestro pueblo
puede dar lecciones hoy de democracia, de paz social y de progreso a aquellos
que todavía no han resuelto muchos de esos problemas. Así que estas son las cosas que hay que
calcular en una balanza, cómo marcha el país.
Nunca
hubo mayor orden en el campo, ya no hace falta Guardia Rural. ¿Quiénes cuidan el orden en el campo? Los guajiros, los guajiros son los que cuidan
el orden en el campo. Y hay un orden
único, menos casos de delincuencia que nunca, hay una paz absoluta y total en
los campos y en las ciudades, porque está todo el mundo atento para defender lo
suyo.
Antes
el problema de mantener el orden era cosa de los latifundistas, hoy el problema
de defender el orden es cosa del pueblo, porque por primera vez la república es
del pueblo y no de unos cuantos (APLAUSOS), y por primera vez en Cuba se cumple
aquella idea de Martí cuando dijo que la patria era de todos y para el bien de
todos (APLAUSOS).
Así
que yo creo que no hay más que añadir en este acto.
A
los obreros les tengo que decir que no se preocupen por la cuestión de las
demandas, que las vamos a discutir aquí; todo eso de la superproducción y esos
problemas, los vamos a discutir aquí con la federación. Nosotros aquí vamos a conversar amigablemente
de esos problemas, de las cosas que ustedes plantean (APLAUSOS PROLONGADOS), y
de los planes que tenemos de viviendas, viviendas para el campo, los planes de
la ciudad, los planes de escuelas, los planes de cooperativas, todo eso; los
planes de caminos, todo eso marcha; los planes de turismo —aquí tenemos al
Director del Instituto Nacional de la Industria Turística, el compañero Baudilio Castellanos, que nos está acompañando (APLAUSOS)—,
todos los planes, porque no olvidamos nada, nada: ni los campos deportivos, ni los equipos de
deportes, en fin, no olvidamos nada.
Ya
ustedes ven cómo hemos repartido equipos de deportes, y todavía vamos a
repartir más, hasta que aquí todo el mundo pueda practicar deportes, y a ningún
joven le falte un centro deportivo, hasta en el más modesto pueblecito de Cuba
su estadio y, en fin, todo aquello que nunca pudo tener.
Nosotros
no olvidaremos nada dentro de nuestros planes, y vamos a discutir todas
aquellas cuestiones pendientes. También
el problema de las pensiones, todo eso, y aquí está el compañero Presidente del
Banco de Seguros Sociales. Todo eso está
en nuestros cálculos, el aumento de las pensiones; en estudio están una serie
de leyes revolucionarias respecto a los trabajadores, pero tenemos que hacer
unas cuantas leyes que ya estamos estudiando, para quitar todos esos problemas
de la legislación laboral:
el problema de la asistencia médica, accidentes de trabajo, las
vacaciones (APLAUSOS). En el Ministerio
de Trabajo están en estudio todas esas leyes: las vacaciones, el retiro, las leyes
que van a comprender en el retiro a todos los sectores obreros, las
contribuciones para la vivienda, de todos, de obreros y de patronos que deben
de contribuir a las construcciones de las viviendas (APLAUSOS). Las leyes también a favor de los empleados
domésticos, su inclusión en el seguro social, de manera que no quedará un solo
trabajador de Cuba excluido de los servicios del seguro social, de los retiros,
de sus pensiones, todo.
No
solo eso: iremos
aumentando las pensiones mínimas, pondremos 30 pesos, posiblemente podamos
llevarlas a 40; tan pronto esas leyes estén dispuestas, con la contribución de
todos, ya podemos elevarlas a 40, entonces vamos a hacer nuestro plan para
elevarlas todos los años, de manera que en la medida que aumentemos la
producción en alimentos y en servicio, podamos ir aumentando la parte que les
toca a los retirados. Así que no
solamente van a cobrar, sino que vamos a ir aumentando año por año, si es
posible, las pensiones mínimas. Y,
además, establecer las vacaciones obligatorias, de manera que, en todos los
empleos fijos, una parte considerable de obreros entren a trabajar y no haya
obrero que no disfrute de sus vacaciones pagadas; es decir que ese es otro
problema importante, porque atañe a la cuestión del empleo. No solamente vamos a buscar empleo en la
agricultura y en la industria, sino más empleo por la vía del cumplimiento de
las leyes sobre descanso y en cumplimiento de las leyes sobre retiros, cuando
hayamos mejorado los ingresos.
Además,
nosotros dijimos el año pasado que este había sido el último año de hambre en
el campo, porque cuando me venían a ver y me decían que no estaban limpiando la
caña, yo decía: “No se preocupen, este
es el último año de hambre, no importa que la caña no se haya limpiado porque,
en definitiva, la reforma agraria todavía no puede intervenir esas cañas y
sembrarlas, porque el dinero que tenemos lo necesitamos para otros desarrollos,
cultivo de fomento, y no tenemos organización suficiente; no importa, este será
el último año de hambre en el campo.” Y,
efectivamente, por suerte, estamos ya a 16, ya pasó el último año de hambre,
estamos finalizándolo, ¡y en el campo se acabó para siempre el hambre! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Solamente
en arroz, tendremos 6 000 caballerías más el año que viene, y es
extraordinario como todos los cultivos; tenemos planeado aumentar el empleo más
la cooperativa cañera. El año que viene
tenemos que limpiar bien las cañas y no solo limpiarlas, sino fomentarlas; como
este año no sembraron, entonces tenemos que sembrar en 1960, no para 1961, sino
para 1962. En 1961 vamos a cubrir con la
limpieza y el abono lo que sea necesario y sembrar para 1962. Así que no vamos a tener problemas. Las cooperativas cañeras van a limpiar bien
la caña y se van a sembrar las estancias y, en fin, ya el hambre habrá
desaparecido en el campo.
Y
aunque este año no hay diferencial, sin embargo, los trabajadores azucareros,
aunque no haya diferencial, tienen en cambio otras cosas, no solo lo que
ustedes decían, que tenían una Nochebuena libre, porque el compañero Bécquer ha
estado conversando con nosotros de la situación de los obreros, que ha sido
este año dura y que, además, se les presenta la primera oportunidad de tener
una Nochebuena libre y, en cambio, no tienen diferencial. Entonces él me estaba hablando sobre alguna
fórmula para que no solamente sea una Nochebuena libre, sino una Nochebuena con
cena.
El
me hablaba de que considerara la posibilidad de hacer una ley ordenando un
anticipo a los obreros industriales de 15 pesos, y a los obreros agrícolas de
10 pesos, cuando menos, para la Nochebuena, y entonces nos encontramos con que
si nosotros no podemos dictar la ley estamos expuestos a que no se cumpla, y
mientras reclaman y se crean veinte mil conflictos porque se cumpla o no, yo he
estado pensando en una solución mejor todavía, y para que no nos digan que no
tienen dinero, buscar el dinero y nosotros prestárselo a la federación. De manera que se hizo un cálculo que ascendía
a cerca de unos 4 millones de pesos, y entonces hemos ideado la solución siguiente: Vamos a buscar los
4 millones de pesos (APLAUSOS PROLONGADOS).
Vamos
a buscar como anticipo, este año, en vista de la fecha en que estamos, que ya
estamos a día 15, en vista de que
nosotros, si lo establecemos por disposición o buscamos cualquier acuerdo con
hacendados y colonos, primero tenemos que discutir y no va a llegar a tiempo y
va a haber muchos conflictos, mientras estudiamos para encontrar otra fórmula,
pues no habiendo diferencial este año, entonces el INRA le va a prestar a la
Federación Nacional de Trabajadores Azucareros los 4 millones de pesos y los
obreros lo reciben como anticipo (APLAUSOS).
No
es mucho, desgraciadamente no es mucho, pero por lo menos empezamos este año, y
garantizamos cuando menos la cena en la casa este año, que ha sido el último
año de hambre en el campo, y que será un año de Nochebuena libre y con cena.
Nosotros
les vamos a prestar para que los obreros, de sus ingresos en la zafra,
reintegren ese dinero a la reforma agraria.
Ustedes lo usan y nosotros lo invertimos después que se termine la
zafra, después que se reintegre ese dinero y lo invertimos en la reforma
agraria en los planes que tenemos para el año 1960.
Así
que desde ahora mismo ustedes ya pueden acordar aquí cómo van a hacer los
préstamos, ordenar, formular las planillas, los recibos, lo que sea, para que
después lo descuenten donde trabajan ellos.
Nosotros no les vamos a cobrar interés ni mucho menos a los obreros ni a
la FNTA por este préstamo (APLAUSOS PROLONGADOS).
Como
nosotros, como el Instituto Nacional de Reforma Agraria había tenido que
invertir una gran cantidad de millones en maíz, en café y en los fomentos que
está haciendo, y estamos de momento sin esos recursos, hoy mismo, antes de
venir aquí, me comuniqué con el compañero Ministro de Recuperación de Bienes,
para preguntarle cuánto tenía en caja, y entonces pues, afortunadamente, tenía
allí disponible; para prestarnos a nosotros porque el dinero de recuperación
ustedes saben que va para la reforma agraria.
Y así entonces, nosotros lo invertimos.
Llamé y tenían 4 millones de los recuperados disponibles, para
pasarnos a nosotros y estos son los que les vamos a prestar a la FNTA, así que
vamos a tener otra satisfacción, no solo una Nochebuena libre sino que, además,
una Nochebuena con cena; y, además, les vamos a prestar del dinero recuperado
de los malversadores, para que sea mejor la cena todavía (APLAUSOS
PROLONGADOS).
¡Esa
es la noticia, esa es la noticia!
(Responde
a pregunta de alguien del público). Posiblemente
haya algo de Mujal por ahí también.
Así
que es muy modesto, pero será muy honroso y como un esfuerzo en la medida de
nuestros recursos actuales, este año que no hay diferencial. Esperamos que año por año la cena de
Nochebuena sea mejor.
Y
las demás cosas, las discutiremos aquí: la superproducción, las condiciones de
la zafra, todo eso y todas las sugerencias de ustedes, todas aquellas cosas que
ustedes crean que se necesiten, aparte de todos los planes que nosotros estamos
haciendo también, entre ellos el de la vivienda.
(Del
público piden que se guarde un minuto de silencio en memoria del Comandante
Camilo Cienfuegos).
Muchas
gracias, compañeros. Es verdaderamente
lamentable que yo no haya podido traer aquí hoy, porque lo uní al sumario de la
causa, el informe que me envió el Comandante Camilo Cienfuegos, desde Las Villas,
y las palabras tan conmovedoras con que relató aquella reunión de los
trabajadores azucareros en el frente norte de Las Villas y que ayer tuve
ocasión de leer en el juicio que se sigue por la conjura contrarrevolucionaria
de Camagüey. Narraba él en términos
verdaderamente impresionantes, la emoción que le produjo aquella reunión, donde
fueron cientos de trabajadores azucareros los que le inspiraron palabras que yo
espero en otro congreso poder repetir.
Por
lo demás, para finalizar, en primer lugar, nuestro reconocimiento por esta
presencia nutrida a pesar de la hora (EXCLAMACIONES DE: “¡Que se quede hasta la hora que sea!”). Nuestra ratificación de las simpatías y de la
confianza que tenemos en los trabajadores azucareros.
Yo
espero no perderme nunca la oportunidad de asistir a los congresos de la
federación (APLAUSOS), porque fue aquel acto un acto memorable, donde se
hicieron los primeros planteamientos revolucionarios, y así la Federación
Nacional de Trabajadores Azucareros, que es la más numerosa, se ha convertido
también en una de las más organizadas, de las más unidas, de las más combativas,
en la vanguardia de la Federación Nacional de Trabajadores, y en la federación,
además, donde se mezclan el obrero industrial y el obrero agrícola. Es decir, el obrero industrial y el guajiro. Esta es una federación guajira, además de una
federación industrial. Es una verdadera
fusión del campesino y del obrero, porque en ningún otro sector se funden, como
se funden el obrero y el campesino en esta federación, que es como la imagen de
la Revolución, que es la unión estrecha de los obreros y de los campesinos, y
junto con ellos el resto del pueblo (APLAUSOS).
Así
que estamos seguros, la Revolución se siente segura porque marcha con paso
firme, y está sostenida por los brazos vigorosos de nuestros campesinos y
nuestros trabajadores.
Hacía
muchos días que no hablábamos al pueblo, y nos alegramos mucho de haberlo
podido hacer en esta oportunidad, en el Congreso de los Trabajadores Azucareros. Espero que todo el resto de los compañeros,
de los delegados aquí presentes, si han podido resistir un poco el sueño —estoy
seguro de que una gran parte de ellos lo ha resistido—, habrán escuchado
también aquí nuestros pronunciamientos.
Un
año más de Revolución se aproxima. Este
ha sido el primer año, el año de la identificación, el año de la iniciación, el
año de la organización. El próximo año
se acerca y la Revolución marcha a toda máquina, y entrará ya en este segundo
año organizada y en plena tarea creadora.
Es decir que perdimos tiempo este primer año en los primeros meses, en
los meses de organización, pero la Revolución entra en su segundo año con un
tremendo impulso, y esperamos que el segundo año de Revolución sea un año todavía
más fructífero que el primer año de Revolución, y marche no solo más
organizada, sino más fuerte. Y no
entrará en ese segundo año como en aquellos primeros días en que estábamos
todos juntos y revueltos, los verdaderos revolucionarios y los
contrarrevolucionarios. Esta vez estamos
juntos, pero no revueltos (APLAUSOS PROLONGADOS).
y los que
están al finalizar el año con la Revolución, cuando ya se sabe que es una
revolución de verdad, son revolucionarios de verdad; y los que están ahora con
nosotros, los que estén con nosotros al iniciarse el segundo año de la
Revolución, son los que nos acompañarán hasta el final (APLAUSOS).
Ya
no habrá desavenencias ni deserciones por cuestiones de celos, y los que están,
se puede contar con ellos, como ya se sabe con qué enemigo se puede contar, y,
a pesar de todas las leyes revolucionarias y de los que se han disgustado, la
Revolución tiene una tremenda fuerza.
Recuerdo
que un día dije al principio que la
fuerza de la Revolución disminuiría en extensión, pero aumentaría en profundidad. La fuerza de la Revolución es mucho mayor,
puesto que los que están con ella están verdaderamente convencidos; no solo
simpatizan, como el primer día, sino que están dispuestos a morir por ella.
El
próximo año será un año de lucha; sin temor a equivocarme, casi me atrevo a
asegurar que el próximo año será un año de lucha y que tendremos, que derramar
la sangre, que nuestro pueblo tendrá que derramar su sangre para defender su
Revolución (EXCLAMACIONES DE: “¡La
defenderemos!”). Desgraciadamente será
así. Soldados y ciudadanos tendrán que caer
defendiéndola ahora, y tendremos que enfrentar los ataques.
Así
que por eso los que al principio creían que ya todo estaba hecho, los que
pensaron superficialmente que una revolución se hacía simplemente con vencer
las fuerzas militares de la dictadura, los que eso creyeron y hasta, incluso, sentían
la pena de no haber podido hacer más, verán cómo la Revolución no terminó, la
lucha armada no terminó el 1ro de enero; terminó la primera batalla, fue la
lucha contra las fuerzas armadas de la tiranía.
Destruimos un ejército, pero los privilegios quedaron intactos. El día 1ro de enero cayó la dictadura
militar, pero los privilegios sobre los que se sustentaba esa dictadura
quedaron intactos. Terminó la guerra, la
lucha militar armada y comenzó la lucha revolucionaria contra los privilegios,
que es una lucha más larga, una lucha más dura.
Y los privilegiados, que ya no cuentan con ejércitos armados en el país,
organizarán y formarán ejércitos de mercenarios.
Los
privilegiados nunca se resignan en una revolución: los privilegiados se agrupan y se
reorganizan y, sobre todo, hay un hecho que no ha fallado nunca en la historia
de las revoluciones y es que los privilegiados, cuando no cuentan con fuerza
que los defienda en el interior del país, buscan al extranjero para que los
ayude a restablecer esos privilegios, y esa ley nunca ha fallado en la historia
de las revoluciones. Los privilegiados
volverán a armar ejércitos, ya no es el llamado ejército de la república,
porque ese fue destruido, pero armarán ejércitos mercenarios para tratar de
reconquistar el poder, y esa es una ley que no falla en las revoluciones, y
todo lo que ustedes han visto que ha enojado, todas esas campañas, todos esos
planes, todas esas maniobras, todas conducen a un mismo fin: a preparar las condiciones para el
contraataque.
El
día 1ro terminó una batalla de la Revolución, pero no sería la única batalla;
como en la guerra, tras una batalla venía otra, y tras la otra, otra. Así también el día 1ro terminó una batalla,
el enemigo se replegó, como se replegaron en la Sierra Maestra después de una
derrota, pero volvía al ataque. Recuerdo que tuvimos que resistir cerca de
cinco ofensivas y así, el enemigo, derrotado, se replegó hacia las costas
extranjeras, pero el enemigo se reagrupa, se reorganiza.
En
definitiva aquel ejército estaba para defender los privilegios y los grandes
intereses. Destruido un ejército, los
grandes privilegios y los grandes intereses están organizando nuevos ejércitos. No se conformaron con aquel, no se
resignaron, porque nunca se resignan; no se conformaron con las bombas que
lanzaron; no se conformaron con los aviones que utilizaron para ametrallarnos y
compran más aviones, compran más armas y compran más pertrechos, y yo no tengo
la menor duda de que tendremos que volver a afrontar los bombardeos y tendremos
que volver a afrontar los combates y tendremos que volver a afrontar los
derramamientos de sangre, porque el día 1ro se ganó una batalla, pero la
Revolución tiene que librar todavía otras batallas; porque en ningún momento de
la historia y en ninguna revolución del mundo los intereses creados y los
privilegios derrotados se resignaron sin intentar reconquistar el poder, y el
año próximo, en 1960, intentarán reconquistar el poder. O sea que harán un intento y quizás no sea el
último; lo van a hacer, y nosotros, siguiendo nuestra norma de orientar al
pueblo, como hicimos en la guerra, diciéndole la verdad, explicándole las
cosas, porque nosotros no tenemos que ocultar nada; ellos van a hacer el
intento porque tienen muchos millones, mucho apoyo, muchos intereses que se
mueven, muchos recursos, mucha campaña afuera que los alienta y mucha campaña
aquí que los alienta.
En
el próximo año tengo la seguridad de que tendremos que defender la Revolución
con las armas en la mano. Y esto lo digo
sin temor a equivocarme. Ojalá me
equivocara, pero no podemos ser sordos ni ciegos a la enseñanza de la historia. Vendrán, de eso estoy seguro, como estoy
seguro también de que los aniquilaremos (APLAUSOS).
Y
esos son hechos, son hechos casi fatales, porque son hechos inevitables, y
todos ustedes han visto la generosidad con que la Revolución aplica sus poderes;
todos vieron que hemos restablecido los Tribunales Revolucionarios, pero que
hemos sido generosos, que los tribunales nuestros han aplicado la ley con gran
magnanimidad, con gran ecuanimidad, que han hecho un uso muy generoso de las
facultades que tienen, sin que creamos por eso, sin embargo, que los tribunales
en su oportunidad no tengan que hacer uso pleno de todas las facultades, porque
hasta ahora han conspirado, han fraguado invasiones y pequeños alzamientos —capturados
incluso los alzados por los mismos guajiros—, conspiraciones, traiciones, obra
contrarrevolucionaria, pero no se ha derramado sangre y por eso los Tribunales
Revolucionarios han podido ser generosos, generosidad que no habrán de esperar
los enemigos de la patria cuando la sangre de nuestros soldados, de nuestros
campesinos, de nuestros obreros y de nuestro pueblo tenga que derramarse otra
vez.
Hemos
sido medidos, porque eso no perjudica, eso beneficia a la Revolución, porque le
da más moral, porque la culpa no será nunca nuestra, nosotros nunca nos
excederemos; pero sería de lamentar que eso se confundiera o confundiera las
mentes de los contrarrevolucionarios, porque la actitud con que la nación
castigará a los invasores que vengan de nuevo a ensangrentar nuestra tierra,
será una actitud más severa, y los que vengan deberán saber que tendrán que
pelear con un pueblo que está dispuesto a morir; pero además los invasores
tendrán que pelear también hasta la última gota de sangre después que pisen la
tierra cubana, porque después que pisen la tierra cubana, para venir a
establecer el sistema odioso e infame del pasado, tendrán que prepararse a
morir, a morir peleando o a morir ante los pelotones de fusilamiento.
(OVACION).