DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO
RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA UNIVERSIDAD DE
PRINCENTON, ESTADOS UNIDOS, EL 20 DE ABRIL DE 1959.
(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS
OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)
Estimados amigos:
Es
un trabajo duro para mí el de esta noche.
Yo vine a Estados Unidos a hablar a la opinión pública; mi inglés no era
suficientemente bueno para hablar aquí.
Yo pensaba al principio en todos los lugares usar un traductor, pero era
imposible para mí al hablar al pueblo usar a alguien para traducir mis ideas;
era difícil porque yo estoy acostumbrado a hablarle al pueblo
directamente. Entonces, yo no sé cómo,
pero yo pienso que reuniendo todo el inglés que he leído en mi vida, cuando era
estudiante o por todos los papeles que he leído, y reuniendo todas las
palabras, yo trato de hablar en inglés.
Yo no sé si estoy siendo bien comprendido, pero estoy haciendo lo mejor
que puedo para ello. Alguien cree que yo
he mejorado en tres días. Bien, lo que
yo sé es que tengo algunas dificultades, pero creo que es posible expresar
algunas ideas.
Por
supuesto que no estoy listo para esta reunión, porque yo tengo una gran
cantidad de trabajo todos estos días; en segundo lugar, yo solo sabia que había
sido invitado a visitar Princenton por uno de sus maestros, que es muy conocido
y apreciado en Cuba. Me hicieron una
amable invitación y yo dije que sí. ¿Por
qué? En primer lugar, porque es un honor
para nosotros; en segundo lugar, porque yo quiero hablarle a la juventud y no
tuve dudas en aceptar la invitación, pero no tenía una idea del asunto. No estoy echando la culpa a nadie, mis
amigos. Pero es mejor, la primera idea
que yo tuve fue un pequeño papelito rojo, y este papel, pero es suficiente,
porque yo creo que puedo hablar sobre cosas interesantes.
No
es fácil tratar estos asuntos en mi condición de visitante aquí, en medio del
campo de Princenton. Algunos de ustedes
oyeron otros programas, por ejemplo el de la televisión ayer, pudieron ver
cuántas preguntas, cuántas dudas, cuántos principios; luego no es fácil cuando
alguien tiene la responsabilidad del gobierno en su propio país y corriendo el
riesgo de no ser bien entendido en esta conferencia, que es muy fuera de
récord, sin ningún periodista, prensa cubana o norteamericana y sin radio. Uno debe tener cierto cuidado con las ideas,
porque no es lo mismo cuando usted habla como un estudiante o como un doctor o
como un conferenciante. El conferencista
no debe tener otro propósito que encontrar la verdad, por la discusión, por el
análisis de las razones. Por eso yo no
estoy en la libre posición de hablar libremente por esas especiales
condiciones; una palabra puede encontrarse después en primera página con
grandes titulares en los periódicos.
Esta
es una de las primeras lecciones que nosotros debemos aprender; no es lo mismo
la teoría que la práctica; no es lo mismo, porque muchas veces las cosas lucen
muy fáciles cuando usted está leyendo un libro, cuando usted está construyendo
su mundo en su mesa o cuando está soñando con todas esas cosas hermosas que
muchos de nosotros deseamos para el mundo y para la humanidad, y que hay que
luchar mucho para encontrar la verdad.
Mi inglés no está esta noche en las mejores condiciones.
Pero
yo me siento mejor hablando aquí a ustedes, a pesar de tantos testigos, lo que
hace de esta reunión una reunión mixta.
Yo prefiero hablar el idioma de ustedes porque aquí no he venido con un
propósito político, ni a dar cierta información a la opinión pública; solo una
reunión para tratar de ayudarlos a conocer algunas cosas y para que ustedes
traten de ayudarme a conocer otras cosas.
Esta no es una conferencia de prensa, como la de esta mañana, por
ejemplo, donde había 600 periodistas que deseaban información; no, aquí ustedes
son estudiantes y esta es una misión más agradable con propósitos interesantes.
Yo
he leído el papel. Hay muchas preguntas
aquí. Posiblemente yo no podría
responder bien algunas de ellas. Ustedes lo pueden hacer mejor que yo,
principalmente aquellas que se refieren al papel de vuestra revolución en el
mundo. Yo pienso que ha tenido un
importante rol en el mundo vuestra revolución y una gran influencia en lo que
ha sucedido después. Pero de lo que yo
puedo hablarles aquí y darles alguna información acerca de ello, es de una real
revolución, que está teniendo lugar cerca de vuestro país, en una pequeña isla,
muchas veces olvidada y algunas veces desconocida, porque hay algunas personas
a las que si se les pregunta qué es Cuba, no saben bien qué es Cuba ni dónde
está.
Una
revolución real, que está teniendo lugar muy cerca de aquí, en la que nosotros
tomamos parte y en la que nosotros pensamos que tendrá una gran influencia
sobre otros países latinoamericanos.
Esta revolución no se hizo por una clase, es un hecho importante. No fue hecha por una clase, fue hecha por la
juventud; por lo menos fue la juventud la que comenzó la revolución y entonces
el pueblo fue uniéndose a ella, y después de la juventud fueron los campesinos,
estos hombres que viven en la tierra, fuera de las ciudades, porque fueron
ellos los primeros en venir.
Esta
revolución fue hecha sin odio de clases; nuestras prédicas, nuestros discursos,
nuestras palabras nunca fueron discursos para dividir a las clases, una de la
otra. Hay clases, esta es una realidad,
esta es una real verdad, pero nosotros nunca predicamos el odio, nunca
presentamos esta revolución en Cuba como un hecho de clases, y a pesar de eso
nuestra revolución es una revolución por la justicia social, es una revolución
que ha de beneficiar a los pobres y, desde luego, a la clase media de nuestro
país.
Es
importante señalar varios hechos, porque hay en el mundo muchas mentiras
convencionales, porque todo el mundo parecía estar de acuerdo en que una
revolución era imposible, cuando el pueblo no estaba hambriento; muchas
personas creían que la revolución solo era posible cuando el pueblo estaba muy,
muy hambriento, cuando estaban muriéndose de hambre. En segundo lugar, muchas personas aceptaban
como una absoluta verdad que la revolución era imposible hacerla contra un
ejército moderno, contra un ejército que tenía las mejores y más modernas armas: aeroplanos,
tanques, ametralladoras, bombas y todas las armas automáticas. Otra mentira: que la revolución era posible con el
ejército, o sin el ejército, pero nunca contra el ejército. Eso tenía efecto sobre todo el mundo. ¿Por qué?
Yo pienso que era porque ellas tenían muchas ideas confusas sobre lo que
es una revolución y muchas personas creen o creían que una revolución es un
simple golpe de Estado, es un simple derrocamiento de un gobierno para tomar su
puesto, y ellas toman la palabra revolución como una palabra común de los que
hablan sobre estos asaltos al poder, pero hasta las personas que creían conocer
lo que era la revolución eran escépticas acerca de la posibilidad de combatir
contra las armas modernas.
Nuestra
revolución estableció dos o tres cosas nuevas en el mundo: Primero, que la revolución es posible
cuando hay una situación económica relativamente buena, cuando el pueblo no
está desesperado, algunos desempleados, algunos hambrientos, las mismas cosas
que en otras condiciones, en otros lugares.
En segundo lugar, que la revolución era posible contra el ejército. En tercer lugar, que la revolución era
posible contra un ejército moderno.
Otro
asunto que puede ser analizado en este caso: el papel del individuo y el papel de
las masas haciendo historia, porque como ustedes saben hay varias
interpretaciones de lo que sucede con la historia. Todos ustedes han estudiado historia, la teoría
de la historia y como ustedes saben, hay muchas interpretaciones acerca de
quién hace la historia, si el pueblo o el hombre. Así Carlisle, Marx y las otras cosas que han
dicho los creyentes religiosos, Freud, dijo que eran sexuales (RISAS). Muchos de ellos han tratado de encontrar la
regla que rige la marcha del hombre en el mundo. Es muy difícil explicar esto y como, por
ejemplo, nosotros estudiamos filosofía para todas estas interpretaciones
históricas. Nosotros encontramos una
cosa, un gran cambio, con el tiempo las primeras ideas filosóficas no son esas
ideas. Tenemos ahora algunas de esas
ideas, porque el todo es el resultado del trabajo de la mente del hombre a
través de un siglo. Pero toda nueva
teoría trata de sustituir la anterior y nosotros para no ir demasiado hacia los
tiempos antiguos, continuaremos hablando del presente. Las conclusiones a que nosotros podemos
llegar, que podemos decir acerca de nuestra revolución, son las tres que yo
dije anteriormente.
Tres
mentiras que están ahora destruidas. Yo
creo sinceramente, con el espíritu de estos años, que en nuestro país esas
mentiras fueron destruidas con Batista, porque fue probada la posibilidad y
nosotros creíamos que esto era posible.
Nosotros estábamos seguros de que no era un milagro, de que no era una
casualidad. Nosotros estamos seguros de
que si tratáramos otra vez obtendríamos los mismos resultados. Como una consecuencia de no haber hecho una
revolución, como una lucha de clases, nosotros obtuvimos para nuestra
revolución un gran respaldo del pueblo y nosotros obtuvimos al final para esta
revolución el 95% del pueblo de nuestra nación.
Es
la primera posibilidad en la historia, es el primer caso de alguna idea, algún
gobierno con un respaldo total del pueblo; aquellos que estudien los surveyes,
que investiguen —y yo no creo mucho en los surveyes—; es posible, porque es una
simple estadística, haciendo preguntas cuando el pueblo quiere contestar y
cuando el pueblo no tiene miedo de contestar, es posible obtener de la opinión
pública cómo el pueblo piensa y no hay ningún...