DISCURSO
PRONUNCIAO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO EN LAWRENCEVILLE SCHOOL, NEW
JERSEY, 21 DE ABRIL DE 1959.
A continuación, la
grabación de la intervención hecha por el Dr. Castro en la Edith Memorial Chapel a las nueve en punto de la mañana del martes 21 de
abril.
Hay muchas personas aquí en
nuestro país, y muchos de ustedes aquí reunidos, que se dedican a estudiar o a
leer la historia. Hay algunos, como
nosotros, que tratamos de enseñar la Historia. Sin embargo, rara vez se tiene
el gran privilegio de poder conocer y escuchar a alguien que está haciendo
historia. Nuestro invitado ha decidido
dedicar algún tiempo de su apretada y agotadora agenda para venir aquí a
dirigirnos la palabra. Es un gran
privilegio poder presentarles a ustedes al líder y al héroe de nuestra
respetada hermana República de Cuba: el Dr. Fidel Castro. (APLAUSOS).
FIDEL: A mí me
pasaba eso, yo leía lo mismo aquí en los Estados Unidos. Y no sabía en qué lugar iba a desempeñar mi
difícil labor, porque me ocupaba de otras cosas. Cuando yo veo la simpatía de ustedes, su
hospitalidad, y en este caso se trata de un grupo de estudiantes jóvenes y
entusiastas, me siento un poco mal por no saber bien el inglés para expresar
mis emociones. ¿Saben ustedes qué
pasó? Yo era un estudiante como ustedes,
y pensaba que estaba perdiendo el tiempo cuando estudiaba inglés en la
escuela. Por eso les aconsejo que
estudien bien el español, (RISAS), por si tienen la oportunidad de visitar Cuba
o cualquier otro país de América Latina.
Imaginen que uno de ustedes en Cuba, en un aula, con varios cientos de
estudiantes, tenga que hacer un discurso en español. Bueno, si soy yo…hay gente que piensa que yo
acostumbro a hablar durante mucho tiempo; pero aquí no. (RISAS). Pero, a veces, aquí también, en los Estados
Unidos, yo ‘he hablado’, --¿cómo está mi gramática, profesor?—yo ‘he hablado’ a
veces, aproximadamente…más de lo que algunos habían pensado. Pero en este caso, en este caso, lo
siento. Es posible que ustedes
estuviesen interesados en saber algo sobre Cuba, sobre nuestra Revolución,
sobre nuestra lucha por la libertad.
Pero en este caso no puedo hablar mucho tiempo aquí por dos razones:
una, porque el avión me está esperando, y tengo un largo programa que cumplir,
y aquí en los Estados Unidos alguien me dijo que debía ser puntual. Segundo, porque mi inglés esta mañana no se
despertó muy claro. Bueno, estoy muy
contento de estar aquí. Yo medito mucho
sobre esto con los jóvenes, porque esta Revolución fue hecha en nuestro país y
fue dirigida por jóvenes. Si ustedes
observan a Cuba verán que los que están gobernando el país, todos ellos, son
jóvenes, hombres de treinta, veinte años.
El jefe del ejército es un hombre de no más de veinticinco años, el jefe
de la Marina es también un hombre joven, el jefe de la fuerza aérea es un
hombre joven. Todos son jóvenes, y es
cierto que de los jóvenes se puede esperar lo mejor. En nuestro país los viejos no hicieron cosas
buenas, y los jóvenes están tratando de hacer el bien, y fueron los jóvenes los
que hicieron posible el derrocamiento de la dictadura. ¿Saben porqué ocurrió eso? Ellos, nuestros
padres, por ejemplo, los que tenían más experiencia que nosotros, porque
nosotros éramos jóvenes, pensaban que nosotros, los jóvenes, no sabíamos cómo
hacer las cosas. Es posible que para
muchas cosas se necesite la experiencia.
Pero para esas tareas, las tareas políticas, aquellas luchas por los ideales,
no hay nadie mejor que los jóvenes. Sólo
los jóvenes son capaces de hacer los más grandes sacrificios, y mientras más
pobres sean las personas, más desinteresadas son. Y yo lo he visto en mi país, todos los
sacrificios que hicieron los jóvenes. Miles
de ellos fueron asesinados durante la lucha, la mayoría de ellos no en el campo
de batalla, la mayoría de ellos en la ciudad, por la represión de la dictadura,
donde la mayoría de ellos eran asesinados de noche, sin tener la oportunidad de
defenderse. Eran arrestados y muchas
veces desaparecían. Pero nuestros jóvenes nunca tuvieron miedo y
continuaron. Mientras mayor eran la
persecución y el terror, más decididos estaban a continuar la lucha. Por eso fue posible la victoria. Fue posible por el coraje de nuestros
jóvenes, y por otra cosa muy importante, por la fe. Al principio nosotros no éramos fuertes. Al principio éramos unos pocos jóvenes en los
que nadie creía. Todos al principio
consideraban que nuestra empresa era muy difícil porque eran pocos los que
creían que un día venceríamos. Y al
principio había muchos líderes en nuestro país, que atraían la atención del
pueblo, y era necesario trabajar muy duro para abrirnos paso. Al principio fuimos derrotados varias veces,
y en los últimos intentos fuimos derrotados también. Fuimos arrestados cuando éramos dos hombres y
dos fusiles. Nos agrupamos nuevamente
doce, quince, veinte hombres y de nuevo nos dispersaron. Nos unimos nuevamente dieciocho, quince, y de
nuevo nos dispersaron. De modo que casi
en tres ocasiones fuimos casi completamente derrotados, pero empezamos a ser un
poco más numerosos. Y así comenzamos a
crecer hasta que el entrenamiento se hizo mucho más fuerte. Y así, con pocos recursos, luchamos contra un
ejército moderno, bien armado, pero sin ideales, sin moral, y esta fe, esa fe,
hizo posible nuestra victoria. De modo
que no hay nada más importante en la vida que creer en lo que estamos haciendo,
creer en nuestros ideales. Alguien dijo
que la fe mueve montañas, y yo lo creo, porque una gran dificultad que parecía
imposible de ‘derrocar’… (OK, dejen que él me corrija en algo) (RISAS)… ¿es
posible decir…‘vencer’?... es posible que lo que parecía imposible de vencer,
al final fue posible. Es por eso que
cada vez que tengo tiempo de reunirme con los jóvenes siento una especial
emoción, porque sé que las naciones y los grandes ideales pueden esperar mucho
de los jóvenes. Porque sólo en la
juventud, repito, estos ideales pueden existir, pueden abrirse paso. Y sólo en la juventud existe fe, la fe
suficiente y la energía suficiente para hacerlos realidad. En nuestro país estamos comenzando una labor,
al principio fue difícil, pero continúa siéndolo ahora, porque al principio se
trataba de la lucha física, ahora tenemos que gobernar nuestro país. No es una tarea fácil. Pensábamos que teóricamente era fácil, pero
en realidad es también una tarea difícil, porque las naciones están compuestas
por millones de personas, con sus sentimientos, sus pasiones, sus
intereses. Pero a pesar de ello hemos
encontrado mucha voluntad en nuestro pueblo que desea ayudarnos. Cuando el pueblo ve que usted es honesto, que
usted es sincero, que usted quiere realmente ser mejor, al pueblo no le importa
que usted se equivoque una vez, o dos o tres veces, o las veces que…muchas
veces. Al pueblo lo que le interesa es
la honestidad y quiere que el gobierno haga las cosas lo mejor posible. Sí…me están recordando el avión. Miren, voy a concluir. Yo supongo que a ustedes les gustaría saber
la historia de la Revolución cubana.
Supongo que ustedes, como jóvenes que son, quisieran saber todas las
dificultades que pasamos, cómo fueron nuestras vidas, porqué pudimos resistir,
cómo obtuvimos la victoria en el campo de batalla, cuáles son nuestros ideales
y cómo los obtuvimos, las personas que estuvieron conmigo tanto tiempo. Espero verlos nuevamente. Para esa ocasión les prometo mejorar mi
inglés, para que puedan entenderme claramente.
Los invito a que vayan a Cuba, para que vean lo que está ocurriendo en
ese país vecino. Así que en verano, o
cuando tengan tiempo, con su profesor, pueden organizar un viaje a Cuba. Haremos todo lo posible para que sea un buen
viaje, para que no tengan dificultades allá y puedan reunirse con muchas
personas, pienso. También pueden ir a la
Sierra Maestra, si quieren ver la zona donde tuvo lugar nuestra lucha. Los invitamos a ir a Cuba, y en esa ocasión,
o en cualquier otro momento, les hablaré a ustedes con tiempo suficiente, y
cumpliré el deseo que ahora no puedo.
Esperamos mucho de ustedes, la juventud de esta gran nación. Ustedes son la esperanza de la nación. Y ustedes, la juventud, son la esperanza de
nosotros, los vecinos más cercanos de los Estados Unidos. Queremos encontrar amistad aquí en este país,
y es por eso que nos sentimos muy contentos de tener en ustedes, los
estudiantes, a nuestros mejores amigos, porque en el futuro ustedes serán los
líderes y los conductores de esta nación.
De modo que ustedes pueden hacer mucho por su país y por la amistad con
el resto de los países de América Latina.
Quisiera expresar mi gratitud a su pueblo y a ustedes por el honor de
recibirme, porque vine con gusto, y es para mí un honor haber sido recibido por
los jóvenes de esta escuela. Gracias.