DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO
REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO CLAUSURA DE CINCO CONGRESOS OBREROS EXTRAORDINARIOS,
EN EL PALACIO DE LOS DEPORTES, LA HABANA, EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1960.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL
GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros delegados de la Federación Sindical de la
República Popular China (APLAUSOS);
Compañeros dirigentes de las distintas federaciones
aquí reunidas;
Compañeros y compañeras:
Yo quiero
empezar por una pequeña protesta, y es que hemos conocido de que a la entrada
del Palacio de los Deportes fueron registradas las personas que aquí entraron
(EXCLAMACIONES DE: “¡Es verdad!”). Y, desde luego, empezando por reconocer que
los compañeros encargados de la seguridad lo hicieron con las mejores
intenciones, y creyendo que cumplían con su deber (APLAUSOS); sin embargo,
nosotros queremos pedirles excusas a las personas aquí reunidas (EXCLAMACIONES
DE: “¡No!”). Sí, sí, y hacer constar, y hacer constar que
si nosotros sabemos que nos íbamos a reunir en este Palacio de los Deportes con
un público al que habían registrado en la entrada, no venimos esta noche aquí
sencillamente (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
Es verdad que hay una gran profusión de
revólveres y armas cortas por ahí regadas. ¡Yo no sé cómo se las va a arreglar el
Ministro de Gobernación con eso de las licencias, porque yo he visto que todo
el mundo anda por ahí con un revólver, con una pistola, hasta con un cañón, en
fin...! Dicen que están por la libre,
pero, en realidad, sinceramente, nosotros deseamos que nunca, en ninguna
circunstancia en que nos reunamos con el pueblo, y mucho menos con los
trabajadores, para evitar que pueda venir cualquier malvado o cualquier
mercenario, hagan pasar a todos los trabajadores presentes por la humillación
del registro (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”).
En definitiva, ¿de qué nos vamos a
preocupar? El que quiera vender su vida
a cambio de la vida de cualquiera de nosotros, que la venda (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”). Y el que la quiera vender, lo mismo la vende
aquí, que en la calle, que en la esquina, que en cualquier parte donde nosotros
vamos diariamente, compañeros. Es que
por un sentido práctico, sinceramente, por un sentido práctico —y estas
palabras van dirigidas tanto a ustedes corno a los compañeros encargados de la
seguridad—, por un sentido práctico, nosotros los exhortamos a que no se tomen
medidas de esa naturaleza, que para nosotros entonces perdería sentido estar en
contacto con el pueblo (APLAUSOS). Y, además, ¡quién sabe cuántas reuniones
multitudinarias nos faltan! (EXCLAMACIONES.) Y no solo eso, sino que
decenas de miles de hombres marcharán portando sus armas y sus balas, y de
mujeres también (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS); y marcharán portando no solo
fusiles automáticos y ametralladoras, sino que marcharán también portando
morteros, portando antiaéreas, y portando cañones (APLAUSOS). Tendremos, pues, que acostumbrarnos a vivir
entre las armas, armas en manos de trabajadores, armas por culpa del
imperialismo (EXCLAMACIONES DE: “¡Abajo!”).
Una vez nosotros hicimos esta pregunta: “¿Armas para qué?” Y hoy nosotros hacemos esta afirmación: armas para combatir a los mercenarios
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel,
seguro, a los yankis dales duro!”); armas para destruir a los que osen pisar el
suelo de la patria en plan de conquistadores o de invasores. Ahora sí hacen falta las armas (APLAUSOS); y
por eso hemos adquirido armas, muchas armas (APLAUSOS), muchas más de las que
se han imaginado los mercenarios y los imperialistas, ¡muchas más de las que se
han imaginado los mercenarios y los imperialistas! (APLAUSOS), por cuya
imaginación quizás no les pase el número de armas que tenemos para defender a
la Revolución y a la patria (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Cohetes!”). No, no hablen de los cohetes, y les voy a
explicar por qué: porque eso es muy cómodo, pensar de que el esfuerzo no sea
nuestro esfuerzo, y que para defendernos no pensemos en triplicar y
cuadruplicar nuestro esfuerzo, sino en que cómodamente envíen los cohetes
contra los enemigos de la patria (APLAUSOS). Nosotros debemos hablar de los cohetes lo
menos posible, para “no dormirnos sobre los cohetes” (APLAUSOS); para no crear
en el espíritu del pueblo una tendencia acomodaticia; para no adormecer el
espíritu de resistencia de nuestro pueblo. Pero, además, porque si queremos que no tengan
nunca que usarse los cohetes, si queremos que el mundo no se vea envuelto en la
tragedia de una guerra atómica, como consecuencia de una invasión a nuestra tierra,
tenemos una manera de contribuir a evitarlo: siendo fuertes. Ser débiles equivaldría a
invitar al enemigo a atacarnos, y el ataque del imperialismo podría conducir,
puede decirse que conduciría al mundo a una guerra; y ser débiles es invitar al
imperialismo al ataque.
Si creyeran que nuestra isla se puede
ocupar como se pudiera ocupar a cayo Sal, si creyeran que nuestra isla se puede
ocupar con unos cuantos centenares de paracaidistas, es mucho más probable que
se decidieran a atacarnos, que si comprenden que sobre nuestro país no puede
progresar ningún tipo de ataque fulminante, que sobre nuestro país no puede
progresar ningún tipo de “blitzkrieg” con todas las características de la “blitzkrieg”
nazis; cuando comprendan que la lucha contra nuestro pueblo no sería una lucha
de 24 horas; cuando les hagamos comprender bien a los del Pentágono que si
ellos para tomar, por ejemplo, Okinawa tuvieron que combatir durante muchos
meses, y Okinawa era una islita pequeña, defendida por hombres que procedían de
otro país, y que por lo tanto no estaban defendiendo su propia tierra, que
sepan que si para tomar Okinawa tuvieron que movilizar sus flotas y sus
escuadras y sus decenas y decenas de miles de marinos, vayan sacando la cuenta
de lo que tendrían que hacer para intentar tomar una isla mucho mayor que
Okinawa defendida por 6 millones de cubanos, mucho mejor armados que los
japoneses que defendían a Okinawa (APLAUSOS).
Eso por vía de ejemplo, para que los del
Pentágono no sean tan ridículos y crean que van a estar intimidándonos con el
envío de 1 400 infantes de marina a descansar un fin de semana en Caimanera.
De todas formas ese hecho ha servido, una
vez más, ante los ojos de nuestro pueblo, por si hiciera falta, y ha servido
ante los ojos del mundo para demostrar una vez más cuán hipócrita y cuán cínica
es la política del imperialismo. Envían
un barco cargado de marinos, dan una nota a la publicidad diciendo que van de
descanso a Caimanera, y a los tres días aquellos soldados que van de descanso a
Caimanera, participan en una maniobra militar contra un supuesto ataque, que
solo podría ocurrir en la imaginación calenturienta de los generales trasnochados
del Pentágono (APLAUSOS).
Pero así son ellos, y así faltan el
respeto de la opinión del mundo, enviando hombres a descansar, y organizando a
las 48 horas maniobras militares.
Por eso es importante que el pueblo
comprenda que estar fuertes, estar bien organizados y bien preparados
contribuye a evitar la agresión imperialista. Cuando ellos se convenzan de que nuestra isla
no se puede ocupar en 24 horas, entonces las posibilidades de una agresión se
hacen más remotas.
De nada valdría la solidaridad
internacional si nosotros no fuésemos capaces de presentar, desde el primer
segundo, una resistencia tenaz e invencible. La solidaridad internacional no podría
funcionar, no podría operar, si nosotros no sabemos resistir invenciblemente. Por eso no hay que dormirse sobre los cohetes,
hay que descansar en nuestro propio esfuerzo; porque sin nuestro esfuerzo, sin
nuestra resistencia tenaz e invencible, desde el primer momento, el apoyo de
los cohetes de la Unión Soviética (APLAUSOS), el apoyo de la República Popular China
(APLAUSOS) y de los demás pueblos del mundo (APLAUSOS), no tendría oportunidad
de producirse.
Por eso es necesario que nosotros
comprendamos la importancia de estar preparados y que con ello alejemos las
posibilidades de agresión.
Ustedes recordarán con la claridad que
hablamos hace dos o tres semanas, y explicamos los términos de la situación,
como deben explicársele los problemas al pueblo; le expresamos las noticias que
teníamos sobre concentraciones de mercenarios, de equipo bélico, de aviones y
de barcos de transportes en Guatemala, con el propósito de invadir a nuestro
país. Le explicamos también que, de acuerdo
con las circunstancias, los días que precedían a las elecciones en Estados
Unidos iban a ser de los días más críticos, por cuanto el problema de Cuba se
había convertido en el punto principal de la disputa, y ambos candidatos
rivalizaban en agresividad contra la Revolución Cubana, y cada cual trataba de
empujar a la otra parte a una posición cada vez más agresiva contra nosotros.
Es más, en la mente de los dirigentes de
la agresión a nuestro país, anduvo rodando durante muchos días la idea de
producir la agresión antes de las elecciones, y con vistas a influir en el resultado
de esas elecciones.
El Gobierno Revolucionario denunció la
maniobra y denunció los planes en la Organización de las Naciones Unidas, el
Gobierno Revolucionario utilizó todas las vías para contrarrestar el ataque: la vía de la denuncia ante la opinión mundial,
y el aceleramiento de los planes de preparación frente al ataque. No ha ocurrido nada en estos días, y a ello
pueden haber contribuido distintas causas. Una, sin lugar a dudas, fue la denuncia en las
Naciones Unidas; la solidaridad extraordinaria y creciente de la opinión
pública mundial (APLAUSOS); la creciente rebeldía en la América Latina, y,
además, otras causas posibles. Recuerden
con cuánta crudeza nosotros hablamos y dijimos:
“Cada día que pase, peor para ellos”; que
lo más lógico es que atacaran antes de que nosotros pudiésemos desarrollar toda
nuestra fuerza y potencia, y lo dijimos bien claro: si atacaban en aquel momento, mal; si esperaban
varias semanas, más mal; y, si esperaban varios meses, peor (APLAUSOS).
No era lógico pensar que el enemigo
esperara a que nosotros dispusiésemos de todo el tiempo necesario para
prepararnos; no era lógico esperar eso. Además,
no es lo mismo organizar una invasión de mercenarios que organizar un pueblo;
no es lo mismo movilizar mercenarios que movilizar al pueblo, y mientras ellos
reclutan un mercenario, nosotros podemos organizar 30 hombres del pueblo
(APLAUSOS). Y no es lo mismo transportar
10 000 hombres que transportar 30 000 hombres; el número de barcos o
de aviones necesarios sería extraordinariamente mayor.
Luego, el ritmo de preparación de la
defensa nacional tiende a crecer incomparablemente más, y es incomparablemente
más acelerado que el ritmo de organización de una invasión de mercenarios. Además, no solo plantea problemas de
reclutarlos y entrenarlos, sino también el problema de transportarlos.
Y nosotros dijimos hace varias semanas
que el hecho de que declaráramos claramente esa situación, y el hecho de que advirtiéramos
que lo lógico era esperar el ataque antes de que nosotros pudiésemos
desarrollar toda nuestra potencia defensiva, no iba a alterar el resultado,
porque lo que ellos tuvieran organizado, o lo lanzaban o no lo lanzaban.
Y aquí pueden influir otras circunstancias también. La mentalidad, por ejemplo, de algunos
militares, sobre todo de esos militares del Pentágono, y esa mentalidad yanki,
de esos tipos de militares que si les faltan ocho hamacas y diez cantimploras
no realizan la operación hasta que no tengan completas todas las hamacas y
todas las cantimploras, y todas las botas, y todos los paracaídas y todas las
armas.
Es decir que ellos hacen un plan en un
despacho, calculan un número determinado de equipos, y entonces hasta que no lo
tienen completo, ciento por ciento, no inician las operaciones. ¡Es posible que no hayan tenido todas las
cantimploras y todas las frazadas completas! (APLAUSOS.) Pero el hecho cierto es que han transcurrido
dos semanas, y en esas dos semanas las fuerzas militares de la Revolución han
aumentado considerablemente (APLAUSOS). ¡Esas
dos semanas que han perdido, son dos semanas que no podrán recuperar jamás! (APLAUSOS.)
Esas dos semanas que han transcurrido
son dos semanas que hemos aprovechado hasta el máximo (APLAUSOS). Otra semana está transcurriendo, y otra semana
estamos aprovechando hasta el máximo (APLAUSOS).
El pueblo comprende esto perfectamente
bien, porque el pueblo lo está viendo.
Y esta es la situación actual, y volvemos
a repetir que si atacan esta semana, es más mal que si hubieran atacado hace tres
semanas (APLAUSOS). Y si atacan dentro
de tres semanas, ¡más mal que si atacan esta semana! (APLAUSOS.)
Esto, desde luego, es una verdad que,
como el sol, no se puede tapar con un dedo, y es una verdad que el pueblo debe
saber: el tiempo está a favor de
nosotros, ¡siempre el tiempo ha estado a favor de la Revolución! (APLAUSOS.) Y la Revolución sabe aprovechar el tiempo.
Por eso estamos tranquilos, y debemos
estar tranquilos porque cada día que pasa lo que caería sobre los invasores, ¡ellos,
posiblemente, no se lo imaginen! (APLAUSOS.) Y debemos advertir que no tenemos
ningún especial interés en desalentarlos; nosotros no hablamos para ellos,
nosotros hablamos para el pueblo (APLAUSOS). Si se van a quedar, ¡ojalá que se queden! Nosotros sabemos que los destruimos, pero si ellos
nos quieren ahorrar esa molestia, mejor que la ahorren; nosotros no quisiéramos
que se perdiera un solo hijo de la patria (APLAUSOS); nosotros, antes que las
victorias con sangre, preferimos las victorias sin sangre (APLAUSOS).
Y prepararse como nos estamos preparando,
es ir ganando la batalla sin sangre (APLAUSOS), porque ellos, algunos de ellos,
comienzan a comprender que no es tan fácil la cosa, y que, como dice el refrán
o el dicho, “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín” (APLAUSOS).
Uno de los puntos que siempre ha sido
posible blanco de ataque, es Isla de Pinos, por varias razones: una, como base de operaciones; dos, como
centro donde ellos pueden tratar de engrosar sus fuerzas con los criminales de
guerra y los contrarrevolucionarios que están en aquellas prisiones. Pero nosotros hemos tomado nuestras medidas
para defender Isla de Pinos (APLAUSOS), ¡y la Isla de Pinos no la podrá tomar
ninguna invasión de mercenarios! (APLAUSOS.)
Allí los soldados rebeldes y las milicias obreras y campesinas, que
defienden aquella posición, tienen todo lo necesario para rechazar cualquier
ataque (APLAUSOS).
El pueblo debe irse familiarizando con
estas cuestiones, para que cada cual se sepa orientar por su propio criterio,
entienda bien el problema y no se deje llevar por la fantasía, ni mucho menos
se deje confundir por las “bolas”, aunque las “bolas” en estos días no han sido
“bolas” contrarrevolucionarias, han sido algo así como “bolas” revolucionarias,
porque por ahí decían que si habían tratado de llegar varios barcos y los habían
hundido. Esa es una “bola” en favor de
la Revolución, pero es una “bola” también.
La gente debe vivir en la seguridad de
que ninguna noticia de trascendencia se guardaría, que en ocasiones puede haber
algún hecho sobre el que se guarde reserva. Por ejemplo, un avión que lanza armas y se
ocupan las armas, y entonces puede ser conveniente guardar silencio, por si el
avión quiere seguir lanzando armas (APLAUSOS). En ese caso, lo correcto es guardar
discreción. Solo en casos de esa índole
pudiera justificarse la reserva, pero ustedes deben aprender a discernir si
tiene sentido o no mantener silencio o reserva sobre determinados temas, cuando
la política del Gobierno Revolucionario ha sido siempre hablar con una claridad
tal que pocos son los gobiernos que han hablado al pueblo con igual claridad
(APLAUSOS), con la claridad con que nosotros siempre hemos explicado todos los
problemas. Para nosotros no hay nunca
razón moral de mantener reserva sobre algún hecho, aunque fuese desagradable. ¿Por qué? ¿Por qué ha de existir razón para ocultar los
hechos? Por eso, tengan presente siempre
esto: que nunca ocurrirá nada de
importancia sin que se dé la noticia al pueblo.
Hay hechos, por ejemplo, vamos a poner el
caso de un petardo, obra de terroristas contrarrevolucionarios, que no causa daño,
que no hiere a nadie, pues no tendría sentido estar dándole publicidad al petardo.
Quizás eso es lo que buscan; pero, si
tiene la menor importancia, si causa daño, si causa pérdidas, entonces debe
darse la noticia. Es decir que la
publicación debe estar siempre orientada en un sentido positivo, en un sentido
positivo, y siempre sobre el principio de que el pueblo sienta la seguridad de
que nunca ocurrirá nada de importancia en el país sin que el pueblo lo conozca (APLAUSOS). Por eso, no hay que hacer caso tampoco de las “bolas”
a favor de la Revolución. En definitiva,
también conducen al engaño y el engaño no conduce a nada positivo.
La situación actual es firme, la
situación actual es segura; el pueblo se puede sentir tranquilo y se puede
sentir seguro. Y las medidas para
defender la Revolución han avanzado considerablemente, no solo en la capital,
sino en todo el país (APLAUSOS), y en este momento hay miles y miles de hombres
—no vamos a decir cuántos miles, pero si que hay miles de hombres— en campos de
instrucción de armas especiales (APLAUSOS). Y se está organizando un formidable ejército
del pueblo, un verdadero ejército del pueblo, con el esfuerzo de todos. En primer lugar, del Ejército Rebelde
(APLAUSOS), que a su vez está organizando el ejército de los trabajadores, de los
campesinos y de todos los patriotas, que es un ejército inmenso y un ejército
magnífico, un ejército de disciplina. Baste
decir que para pertenecer a los batallones de infantería, antes de ingresar en
la Escuela de Batallones de infantería, los milicianos deben recorrer 72
kilómetros en una sola noche (APLAUSOS). Y el que no pasa la primera prueba, tiene que esperar
que todos los batallones hayan recibido instrucción, entrenarse él por su
cuenta, que si no hace la marcha de los 72 kilómetros no puede pertenecer al
batallón de infantería (APLAUSOS).
¿Quiere decir eso que quien no pueda
hacer la marcha por alguna razón física, no puede prestar servicios en la
milicia o en la defensa del país? No. Pero se puede ir conociendo así quiénes están
aptos para un trabajo y quiénes están aptos para otro. Y todos los que por alguna razón física no
puedan hacer esa marcha, entonces nosotros llevamos el expediente de cada uno y
los vamos a entrenar para que presten cualquiera de los muchos otros importantes
servicios que se pueden prestar en la defensa de la patria (APLAUSOS). Tan importante como el hombre que combate en
la primera línea, es el que en la retaguardia atiende a un herido, o prepara
los alimentos, o los zapatos, o la ropa del que está combatiendo (APLAUSOS). Sin zapatos, o sin alimentos, o sin ropas, o
sin medicinas, aquel combatiente estaría impotente. Y en la defensa de la patria todos pueden ser
útiles, y eso es lo que nosotros tratamos de lograr: que cada cual ocupe el puesto que debe ocupar.
Porque no es cuestión de gusto, es
cuestión de aptitud, y nosotros estamos tratando de que cada cual ocupe el
puesto que le corresponde.
En estos días, las compañeras de las
milicias se han preguntado cuándo las van a llamar a ellas (APLAUSOS); y a las
compañeras ya las vamos a empezar a llamar también (APLAUSOS). ¿Para qué servicios? ¡Para todos los servicios!, incluso para
combatir (APLAUSOS). Les iremos dando la
instrucción que las capacite para todo: lo
mismo para sustituir en un puesto a cualquier soldado o a cualquier miliciano
que marcha a primera fila, ¡que también para marchar a primera fila!
(APLAUSOS.)
Es decir que, sin prejuicios de ninguna
clase, y sin caprichos de ninguna índole, vamos a preparar también a las
milicianas (APLAUSOS). ¡¿Cómo vamos a renunciar a la fuerza que representa la
mujer en la Revolución?!; quedaríamos reducidos a la mitad del número de
combatientes del pueblo, y ya se sabe que la consigna de todo el pueblo, la
consigna de Patria o Muerte, vale igual para los hombres que para las mujeres (APLAUSOS
y EXCLAMACIONES DE: “¡Venceremos, venceremos!, ¡Un, dos, tres,
cuatro, hay Fidel para rato... Venceremos! ¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro!”).
No tendría sentido darle al pueblo la
consigna de Patria o Muerte, y no preparar a todo el pueblo para luchar. Por eso, debemos preparar a todo el pueblo. A veces tenemos algunas dificultades,
motivadas en el exceso de entusiasmo de los propios milicianos, y de repente,
una empresa se queda sin administrador, o una empresa se queda sin una serie de
compañeros que son insustituibles en la producción. ¿Qué pasó?
Que el domingo llamaron a la compañía tal y más cual a entrenamiento, o
seleccionaron equis miles de hombres para determinadas armas, y aquellos
compañeros se enrolaron. Al otro día, el
Departamento de Industrialización, o el ICP, o cualquiera de los departamentos
del Estado, alarmados por la ausencia en los centros de trabajo de una serie de
compañeros que no hay quien los sustituya; y nosotros, naturalmente, medio
avergonzados, sin tener qué responderles a esos jefes de departamento.
La solución es que quien ocupe en una
fábrica un cargo de administrador, o una función técnica insustituible, no se
deje arrastrar por su espíritu guerrero solamente, y que piense, con espíritu
revolucionario, que él es más útil allí, junto a aquella máquina, que con un
fusil. Porque debe ir primero a ocupar
el fusil quien no sea insustituible en su trabajo, pero quien sea insustituible
en su trabajo que ocupe el fusil, sí, pero cuando ya no haya otro para ocuparlo
entre los que sí pueden ser sustituidos (APLAUSOS).
Y, por lo tanto, los compañeros
administradores de empresas deben empezar por incluirse ellos, entre los que no
deben ir a formar parte de los batallones en los campos de entrenamiento; y,
luego, con esa moral que da el saber cumplir con el deber, hacer listas de
todos aquellos hombres, de todos aquellos compañeros, que son insustituibles. Y, desde luego, si es posible, ir preparando
más técnicos, para que, si un día su fábrica, es decir, la fábrica que él
administra, sufre un descenso o una baja del número de obreros, porque el 30% o
el 40%, o el 50% se vaya a formar parte de las unidades, él debe tener
estudiado cómo va a resolver el problema para que la producción no se paralice.
Es decir que los administradores de las
empresas deben ir entrenándose también, para afrontar situaciones de
emergencia, y que todo sirva de experiencia a todos; porque lo terrible es que
se presente una situación como esa y no haya una solución ideada de antemano. Y cada cual debe tener ideado cómo va a
mantener la empresa funcionando, aun cuando le falte el porcentaje de los
trabajadores; pero, sobre todo, los obreros insustituibles en las fábricas no
se vayan a enrolar o no ingresen en las escuelas de unidades de combate, y que
sepan esperar, que sepan esperar hasta que haya alguien que pueda sustituirlo
para que él pueda ir a la escuela.
Ayúdennos a ir resolviendo estas
situaciones, sin perjudicar la producción y sin tener que avergonzarnos ante
los compañeros que tienen la responsabilidad de esas fábricas, y que nosotros cuando
nos pregunten por los técnicos, no sepamos ni decirle en qué campamento están. Y la fórmula es esa; y todos debemos actuar
responsablemente.
Es necesario que nuestro pueblo vaya
adquiriendo cada vez más organización, cada vez más sentido de la
responsabilidad, cada vez más sentido de la disciplina social. Porque la victoria no será nunca la victoria
de nadie en particular; la victoria nunca será del que tire más tiros o mate un
número mayor de enemigos; la victoria tiene que ser la victoria de todos, porque
todos sabrán cumplir con el deber que les corresponde (APLAUSOS).
Debemos tener muy presente estas
cuestiones, debemos mejorar cada día la Revolución, debemos mejorar cada día
más la organización, y debemos hacerlo en la seguridad de que todo esfuerzo
rinde sus frutos.
Ustedes han visto, hoy, los aportes que
se han hecho para armas y aviones, para vacas, para la reforma agraria. Gracias a estos aportes para armas y aviones,
hemos podido organizar centros de instrucción donde miles y miles de obreros
están adquiriendo una capacidad eficiente para manejar las armas que les
corresponden, sin tener que privarlos de sus ingresos. Es decir que cuando un obrero que tiene un
ingreso de 100 ó de 120 pesos ingresa en una escuela de instrucción militar y
está allí tres meses, el gobierno puede compensarle los ingresos que deja de
percibir por su trabajo, durante esos tres meses (APLAUSOS).
Por eso, cuando el compañero Soto nos
entregaba un cheque de 48 000 pesos para armas y aviones, nosotros
pensábamos mentalmente: “Ya tenemos un batallón más de infantería” (APLAUSOS).
A los combatientes hay que entrenarlos,
cada cual debe saber manejar bien su arma, pero además, debe saber actuar junto
con los demás de su escuadra, y de su pelotón, y de su compañía, y de su
batallón.
Quizás algunos pensaron aquí, al
principio, que la cuestión de la milicia era un juego, o era un entretenimiento
para mayores; y ahora ha venido a resultar que la milicia es una cosa muy seria
(APLAUSOS). Y que para pertenecer a
las unidades de combate hay que tener voluntad, hay que tener tesón, hay que
tener espíritu revolucionario (APLAUSOS), y hay que pasar la prueba; porque
muchos son los que creen que sí, que ellos pueden, y cuando llega la hora de
pasar un poco de trabajo, se encuentran con que una cosa era la imaginación y
otra cosa era la realidad.
Sin embargo, debemos decir una cosa: es extraordinario el número de obreros que
pasan las pruebas, y hay, incluso, casos de obreros de más de 70 años que han
hecho la marcha de los 72 kilómetros en una noche (APLAUSOS).
Así se está forjando el ejército del
pueblo, y ese esfuerzo que se está haciendo para instruir a decenas de miles de
hombres que hoy cuesta recursos, son hombres que se sustraen de la producción;
esos sacrificios de hoy se compensarán con creces, porque ese obrero en aquel
campo de instrucción se mejora, se mejora físicamente, y se mejora, también,
mentalmente, se mejora moralmente (APLAUSOS); aquel obrero adquiere una seguridad
mayor en sí mismo, una conciencia mayor en sí mismo, y una conciencia más clara
de la fuerza de su clase; y ese obrero que va al campo de instrucción y ve que
allí forma parte de una batería de morteros, o de una batería de cañones antitanques,
y se ve en lo que ayer fuera una fortaleza, donde una casta militar controlaba
las armas, y tenía el monopolio del uso y del manejo de esas armas, cuando un
obrero se ve en ese campamento y ese obrero recuerda el pasado, recuerda que en
el pasado cuando él reclamaba un derecho, cuando él iba a una huelga en el
campo o en la ciudad para que no lo explotaran, para que le dieran una
participación mayor en el fruto de su trabajo, por allá aparecían las columnas
de hombres armados que iban contra él; las columnas de hombres armados que
irrumpían en sus filas violentamente y destruían la manifestación, o aplastaban
la huelga por la violencia.
Ese obrero es posible que nunca hubiese
visto un arma en sus manos; para él, el arma era el símbolo de la opresión;
para él, el arma era el instrumento de los privilegios, porque las columnas de
hombres armados no venían a ponerse junto a él para defenderlo, y siempre
venían contra él. Y cuando ese obrero entra
a un campo de instrucción y ve no un fusil, sino un cañón, un cañón, sí, del
cual ni siquiera había tenido una idea, y ve que aquella arma poderosa la va a
manejar él, que aquellas balas poderosas las va a disparar él (APLAUSOS), y ve que
obreros igual que él manejan las otras piezas, que obreros igual que él
componen la batería de la cual forma parte la pieza que él maneja, y ve que en
manos de su clase están las armas, ese obrero comprende más profundamente lo
que es la Revolución; comprende más claramente lo que significa para él la
Revolución, porque lo que ayer fue símbolo de opresión, fue instrumento de
privilegios, esas armas que él veía, veía siempre apuntando contra él; cuando
experimenta que esas armas las tiene él, porque la Revolución se las ha
entregado, ese obrero comprende que las armas nunca más volverán a ser para
explotarlo; que las armas nunca más volverán a ser para perseguirlo (APLAUSOS).
Y, entonces, se pregunta: ¿Qué puedo hacer con estas armas, qué voy a
hacer con estas armas? Y encuentra una sola respuesta: estas armas solo pueden ser y solo pueden
servir para defender los intereses de nuestra clase y los intereses de nuestro
pueblo (APLAUSOS).
¿Quién podría quitarle nada al
trabajador, si ese obrero termina de comprender, en sus términos exactos, el
problema social?; y comprende, entonces, que su porvenir es el porvenir de su
clase y el porvenir de su pueblo, ¡que hay que trabajar para la clase y para el
pueblo! (APLAUSOS.) Y ese obrero sabe que
lo que él no reciba del fruto de su trabajo, será exclusivamente lo que sea
necesario invertir en el niño, que no puede valerse, o en el inválido, o en el
enfermo, o en el anciano; o lo que hay que invertir en desarrollar la economía de
su patria, para que sus hijos, el día de mañana, tengan educación y trabajo
asegurado, y tengan un porvenir mejor todavía del que él haya logrado alcanzar
(APLAUSOS).
Entonces se comprende que una revolución
tiene lugar para implantar la justicia, y que una revolución tiene lugar para poner
fin a la explotación, que una revolución tiene lugar para liberar al hombre;
que la Revolución organiza el país y prepara el país para una vida distinta, y
que esa vida mejor está garantizada desde el momento mismo en que el poder no
radica en minorías privilegiadas, que por la fuerza de las armas se imponía
sobre el pueblo, sino que el poder radica en el pueblo, y que ese pueblo está
armado para garantizar sus derechos (APLAUSOS).
Y si desalojar del poder a una casta privilegiada,
si desalojar del poder a una minoría armada, cuesta sangre y cuesta sacrificios,
si para desalojar del poder a una tiranía militar, como las que ha conocido
América, a veces transcurren decenas de años, y los pueblos no pueden liberarse;
¿cómo puede ser posible que sea desalojado el pueblo armado del poder? (APLAUSOS.) Si destruir una minoría privilegiada es difícil,
¿cómo puede destruirse a la mayoría obrera del país, armada y disciplinada?
(APLAUSOS.) Y cómo puede arrebatarse del
poder a la clase obrera, cuando la clase obrera está adquiriendo esa
preparación y esa disciplina que se obtiene en los campos de instrucción
militar, mientras se prepara para defender su causa y su patria (APLAUSOS).
Ese obrero volverá al trabajo con una
conciencia muy superior y con una confianza mayor, y ese obrero será también allí,
junto a la máquina, un soldado que está librando una batalla, la otra gran
batalla que nosotros tenemos que librar: la batalla contra el cerco económico, la
batalla contra el estrangulamiento económico, la batalla contra el hambre; y si
nosotros perdiéramos, por ejemplo, una batalla contra mercenarios, la culpa
sería de nosotros; y si perdiéramos la batalla contra el imperialismo en sus
planes de hambre y en sus planes de cerco económico, la culpa sería de
nosotros, porque no habríamos sabido ganar la batalla contra el hambre que nos
quiere imponer (APLAUSOS).
Debemos hacerles ver claramente a los
enemigos de la Revolución que, de la misma manera que estamos dispuestos a
luchar y vencer contra la agresión militar, estamos dispuestos a luchar y a
vencer contra la agresión económica y contra la campaña de cerco y de hambre
(APLAUSOS).
Claro que, las revoluciones no se
realizan impunemente, claro que la reacción nacional y la reacción
internacional no se resignan a ver triunfar la Revolución, y hacen todo lo
posible por hacerla fracasar.
Solo había una forma de que no nos
quitaran el azúcar, de que no nos decretaran el embargo económico, de que no
nos agredieran económicamente: seguir de
rodillas. Y esa era la fórmula que
nuestro pueblo no estaba dispuesto a seguir permitiendo (APLAUSOS). Nuestro pueblo se puso de pie, y porque se
puso de pie, para tratar de ponerlo de rodillas, le dicen: “No te compramos azúcar, no te vendemos piezas
de repuesto, no te vendemos materia prima. Te pusiste de pie: pues esas fábricas no recibirán más repuestos,
esos automóviles no recibirán más repuestos, esas industrias no recibirán más materia
prima. No venderás tu azúcar.” Y de nuevo, el imperialismo hipócrita y cínico
incurre en el acto farisaico: decretan
el embargo de todo, excepto de alimentos y de medicinas, por razones de
humanidad.
¿Entonces, por qué, por razones de
humanidad también, no respetaron nuestra cuota azucarera? ¿Qué medicina y qué alimentos se van a
comprar, si no tenemos con qué comprarlos?
¿Dónde están las razones de humanidad? ¿Dónde están las razones de humanidad, sin
divisas qué alimentos y qué medicinas se pueden adquirir? Pero el imperialismo es hipócrita, es cínico,
es farisaico; y mientras por un lado nos quita la cuota, por otro lado dice: “Embargamos los productos, menos medicina y
alimentos por razones de humanidad.” ¡El
imperialismo es cínico, es mentiroso, es hipócrita, es farisaico! (APLAUSOS.)
Y ellos creen que por esa vía nos van a
derrotar (EXCLAMACIONES DE: “¡Nunca!”),
y ellos están esperando los resultados de las agresiones económicas, de los
embargos de mercancías. Han llegado a más:
semanas atrás venía un barco, procedente de Canadá, conduciendo un cargamento
de 50 000 quintales de papas, y varios miles de quintales de frijoles. Influencias yankis sobre la compañía, que era
yanki, lograron que el barco en vez de desembarcar los productos en La Habana
los desembarcara en Puerto Rico y no llegaran a Cuba.
Un hecho más, como ese hecho repugnante,
en el cual un grupo de criminales asesina a un soldado rebelde en el avión,
balacean a un niño, y tranquilamente aterrizan en Miami, donde son recibidos
como héroes. Y allí mismo son
acogidos con beneplácito, cuando todavía la sangre de aquel niño, y la sangre
de aquel soldado estaba fresca, en el propio lugar del crimen. ¡Qué importa la sensibilidad humana, si ellos
no saben de eso! ¿Qué les importan los
familiares de ese niño o de ese soldado? A quien asesine un cubano, a quien derrame la
sangre de un compatriota, allá lo reciben como héroe; incitando al crimen,
incitando al asesinato. El imperialismo
no solamente es cínico y es farisaico y es hipócrita; ¡el imperialismo es
asesino, el imperialismo es cómplice de todos los actos de barbarie y de
asesinato! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Paredón, paredón! ¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro! ¡Fidel, campeón, te comiste el tiburón!”)
¿Por qué el imperialismo no quiere que
llegue el barco cargado de papas y de alimentos, a pesar de que dice que, por
razones de humanidad, permite exportar alimentos y medicinas? ¿Por qué? Para que no haya papas, para que no haya
frijoles, y para que el pueblo, entonces... (EXCLAMACIONES DE: “¡Malangas sí, chicles no!”)
¿Qué persigue con eso? Pues persigue hostigar al pueblo, desmoralizar
al pueblo, cansar al pueblo (EXCLAMACIONES DE: “¡Nunca!”). Y se vale de todas las armas. Es decir, nosotros debemos esperar todos los actos
de piratería. El imperialismo no solo es
cínico, mentiroso, hipócrita, farisaico, criminal; el imperialismo es pirata y
el imperialismo es filibustero (APLAUSOS). Trata de sustraernos los alimentos, incluso
cuando no se los compramos a ellos. Ya
no era solo el petróleo, la cuota azucarera y todas esas agresiones de estos
descarados (EXCLAMACIONES); ya no es solo la insolencia esa con que se ponen a
realizar maniobras militares ahí, para intimidar al pueblo, que constantemente
están haciendo maniobras militares, cuando no en Puerto Rico, en Caimanera, en
donde quiera están haciendo prácticas y maniobras militares para intimidar al
pueblo; ¡los muy desvergonzados! (EXCLAMACIONES), sino que, incluso, tratan de
privarnos de alimentos.
Pero, frente a eso, ¿qué debemos hacer? Lo que estamos haciendo. A pesar de eso, ni
faltarán frijoles, ni faltarán papas, ni faltarán huevos, ni faltarán
alimentos. En el mes de diciembre
tendremos recogida la cosecha de frijoles (APLAUSOS), y queremos, queremos
comunicar al pueblo que frente a una producción de 400 000 quintales, el
año pasado, este año la producción será entre millón y medio y dos millones de quintales
(APLAUSOS).
Y que, por tanto, a partir de los
primeros días de diciembre —lo decimos con la fecha en la mano, con la fecha de
los dos relojes en la mano, para que no haya equivocación (APLAUSOS)—, a partir
de los primeros días de diciembre se acabó, definitivamente, la escasez de
frijoles.
Pero hay algo más. La producción de papa el año pasado fue de
2 300 000 quintales, y había una parte del año que, como la papa no
se puede guardar todo el año en los frigoríficos, una parte se importaba en
determinados meses del año, que eran estos. Ya hicimos el año pasado los primeros
experimentos, con buenos resultados; ya tenemos tierra para producir el próximo
año lo que antes había que importar para esta fecha (APLAUSOS). Y la producción que fue el año pasado de
2 300 000 quintales, la recogeremos también en diciembre, ¡y será de
tres millones de quintales de papas! (APLAUSOS.) Es decir que además de malanga se puede comer
papa, toda la que quieran (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE JUBILO).
Ha habido escasez de huevos, como
consecuencia del aumento de consumo. Pues
bien, cientos de miles de polluelas están ya próximas a empezar a producir, y a
partir de mediados del mes de diciembre se acabó la escasez de huevos
definitivamente (APLAUSOS).
Pero hay algo más. Antes, para las navidades se importaban pavos;
y para estas navidades las granjas del pueblo traerán al mercado 50 000
pavos de raza (APLAUSOS). Este año, y el
año que viene, vamos a quintuplicar para las navidades la producción de pavo,
por primera vez en Cuba; por primera vez hay producción en granjas de patos,
que van a estar también para las navidades; producción de gallinas de guinea en
granja, por primera vez, para estas navidades.
Pero hay algo más. El tomate y los vegetales, durante una parte
del año, se producían aquí; otra parte del año se importaban. Ya tenemos en la granja del pueblo de Los
Pinos, en el término de San Cristóbal, Pinar del Río, virtualmente terminado,
el primer sistema de cultivo hidropónico de vegetales para producirlos todo el
año (APLAUSOS). Y el año que viene
tendremos vegetales todo el año.
Y para navidades vamos a tener manzanas,
uvas... (APLAUSOS). ¡De Checoslovaquia vamos a traer uvas y
manzanas! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel,
Fidel!”) Y juguetes, vamos a tener juguetes
de Japón, de la Unión Soviética y de la República Popular China (EXCLAMACIONES
DE JUBILO). Vamos a tener juguetes,
todos los que necesitemos, para las navidades.
Y eso no es nada. Ustedes ya habrán oído decir algunas “bolas” sobre
el aguinaldo, que se va a quitar. No
hagan caso. Lo que vamos es a cambiar
esa palabra de aguinaldo y vamos a estudiar una legislación para establecer una
especie de plus de fin de año que sea para todos los trabajadores (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES
DE: “¡Fidel, Fidel!”). Vamos a estudiarlo bien.
Antes llegaba a algunos sectores, otras veces, no llegaba a otros.
Y vamos a estudiar una cosa justa, de manera que todos se beneficien. Vamos a discutirlo con los trabajadores, vamos
a discutirlo con todos los sectores de industrias para buscar una fórmula
justa, que no sea como antes, que beneficiaba a una parte mucho y a otra no la
beneficiaba nada, sino que beneficie a todos.
Para eso estamos preocupados en producir
alimentos, todos los que podamos. Hay
algo que no va a abundar mucho este año, pero para el próximo ya veremos, y es
el lechón. Comemos pollo este año, o
comemos pavo; los pavos no van a alcanzar para todos, los pavos no van a
alcanzar para todos, y sobre todo, el pavo este año se produce a un costo mayor
del que lo vamos a producir el próximo año. Vamos a ver qué tenemos para las navidades —o
comemos una buena rueda de sierra, o de pargo, o de cualquier cosa—, porque en
la pesca sí está aumentando considerablemente la producción, y estamos
manteniendo el abastecimiento de carne, a pesar de los grandes aumentos de consumo.
Estamos esforzándonos por producir
alimentos, para que no haya inflación, sino al contrario, que haya sobrante de
alimentos para que se puedan mantener los precios (DEL PUBLICO LE DICEN: “¡Comemos manjúa!”). Pero para el año que viene ya vamos a tener
decenas y decenas de miles de cerdos de raza en producción. Y ahí es donde tenemos que librar la batalla: en las grasas y en la producción de carne de
cerdo. Hemos acumulado aquí pies de cría,
suficientes, para un gran desarrollo de la producción de cerdo, solo que nos
llevará más tiempo.
Y estamos desarrollando la producción de
aves con una meta que aspira a ser de 12 millones de aves mensuales, frente a
una producción que apenas rebasaba los 2 millones (APLAUSOS).
Es decir que frente a la ofensiva del
hambre que lanza el imperialismo, nosotros nos defendemos con nuestros planes
de producción. Y recuerden bien lo que aquí
les digo, los alimentos que les digo que ya en diciembre no volverán a faltar. Y así iremos uno por uno. Primero con los
alimentos, después con los artículos industriales.
En la agricultura se está produciendo un
gran desarrollo; en la ganadería también, en la producción de leche también. Ya en la zona de Pinar del Río tenemos, para
el mes de enero, una cuenca lechera de 50 000 litros de leche diarios, donde
no había producción lechera (APLAUSOS). Se
está desarrollando la producción de granos extraordinariamente. En las cooperativas cañeras, como ustedes
saben, estamos haciendo 614 lecherías (APLAUSOS), y para el año que viene cada
una de las 614 cooperativas tendrá una lechería con no menos de 200 vacas,
garantizando ese alimento que nunca habían tenido los campesinos cañeros
(APLAUSOS).
Y otra noticia más. En algodón, que no se había producido en Cuba,
el año pasado empezamos y cultivamos 48 caballerías. Este año hay ya —que se va a recoger la
cosecha— 1 500 caballerías de algodón, que a razón de 40 personas en la cosecha
de algodón, 40 personas por caballería, quiere decir que van a trabajar, en el
mes de diciembre y principios de enero, más de 50 000 personas en la
cosecha de algodón (APLAUSOS). Cincuenta
mil personas que antes, en esta fecha antes de la zafra, antes de las
navidades, finales del tiempo muerto, no trabajaban en ninguna parte. El año que viene tendremos 3 000 caballerías,
y trabajarán en ese mes 100 000 personas que antes no trabajaban en nada
(APLAUSOS).
El algodón se importaba todo; y en esas
mismas cooperativas cañeras, el año que viene, vamos a reducir el área de caña,
vamos a reducir el área de caña para diversificar los cultivos, y les vamos a
dar cuotas de papa, de tomate, de algodón, y de arroz, en una política
tendiente a buscar trabajo todo el año a las 120 000 familias campesinas
que viven de las 614 cooperativas cañeras (APLAUSOS).
Pero, además, vamos a empezar a
construirles a las cooperativas cañeras no menos de 100 pueblos, y así, vamos a
la diversificación agrícola, partiendo de las cooperativas cañeras en las
tierras de caña y partiendo de las granjas del pueblo en las tierras ganaderas.
Ya ustedes irán comprendiendo esta
organización de la agricultura. Sobre todo, van a tener varias granjas del
pueblo modelos en todas las provincias; y algunas de ellas, muy adelantadas, en
Pinar del Río, que es donde está esa producción de cerdos, de aves, de pavos,
de ganado, de lecherías, de todo. Y que
también van con su pueblo, con una ventaja sobre la ciudad: que en la ciudad será por lo menos dentro de
15 años que las familias no tengan que pagar alquiler, y ya en las granjas del
pueblo el obrero, además de sus salarios, tiene la vivienda, la luz eléctrica,
el círculo social y todos aquellos servicios gratuitos... y la vivienda gratuita (APLAUSOS).
Es decir que lo que será dentro de 15
años en la ciudad, será ya en las granjas del pueblo para las familias de los trabajadores.
En esos pueblos tienen la casa, cómoda, higiénica,
moderna, el centro escolar, el circulo social, el aparato de distribución,
todo. Y esas no son ilusiones, ¡ya son
realidades que comienzan a verse en muchos lugares de Cuba! (APLAUSOS.)
Es decir que no estamos avanzando
solamente en las baterías de morteros, de antitanques, de antiaérea, y en los
batallones de infantería, ¡estamos avanzando también mucho en la papa, en los
frijoles, en el arroz, en los pavos, en los cerdos, en los cultivos, y en todo!
(APLAUSOS.)
Y no solo en eso. Estamos adelantando en los planes de
industrialización, y ya el año que viene comenzarán a instalarse numerosas
fábricas en nuestro país (APLAUSOS). Entre
ellas, una fábrica de tractores, de camiones, de ómnibus y de automóviles
(APLAUSOS).
Y no solo eso. En el mes de enero tendremos una joven de cada
cooperativa y granja del pueblo, en un edificio que ya tenemos acondicionado para
1 000 personas, que van a recibir un curso de seis meses de corte y
costura (APLAUSOS). Mil muchachas que
después van a regresar a cada cooperativa para enseñar a las demás. Es decir que, dentro de seis meses, tendremos 1 000
escuelas ya, porque cada una de ellas será una maestra, después de estar seis
meses aquí en La Habana, donde recibirá una instrucción esmerada, que estará a
cargo de la Federación de Mujeres Cubanas (APLAUSOS).
Y en el mes de enero, en donde estaba el
politécnico de Holguín, ingresarán 1 000 muchachos, estudiantes de
comercio y de bachillerato, para estudiar contabilidad en un curso de seis
meses, para que vayan a trabajar en cada una de las cooperativas y granjas del
pueblo (APLAUSOS). Así que ya son 2 000
en enero.
Y donde está la escuela politécnica de
Matanzas, ya que a la escuela tecnológica se le construirá otro edificio, desde
el mes de enero habrá un joven de cada cooperativa y granja del pueblo, hasta
el número de 1 000, en un instituto agrario. ¡Y son tres mil en el mes de enero!
(APLAUSOS.)
Y hay más (RISAS). Mientras el imperialismo trata de quitarnos los
técnicos, de sobornarnos los técnicos y de arrebatarnos a los técnicos, para
obstaculizar nuestro desarrollo económico; ya, desde esta misma semana, están
siendo albergados los primeros 600 estudiantes universitarios becados que
comienzan a estudiar ingeniería (APLAUSOS). Es decir que esta semana comienzan,
en la primera residencia para estudiantes becados, donde van a tener todos los
recursos: ropa, libros, alimentos, para
sus gastos; en las mejores condiciones. Tienen
hasta música indirecta en el comedor, en el círculo social... ¡lo que antes no tenían siquiera los hijos de
los millonarios aquí!, lo van a tener los estudiantes pobres, que ya tenemos
los primeros 600 esta semana, pero está listo el local ya, para los primeros
2 000. Ya en este mes, en este
mismo mes: 2 000 becados universitarios
(APLAUSOS).
Pero, además (RISAS), otros dos edificios
que se están preparando, entre ellos un edificio que nos cayó con la reforma urbana
(EXCLAMACIONES DE: “¡Se llamaba!”), que
estaba sin terminar, y ya se va a terminar. Con lo que llegarán, con un edificio que ya
está terminado también en Vento, para el mes de enero, ¡a cuatro mil el número
de becados universitarios que podemos tener! (APLAUSOS.)
Y con el comienzo de la ciudad
universitaria, que se va a comenzar por la facultad de ingeniería, y por la
primera residencia estudiantil, para 3 000 estudiantes, tendremos, el año
que viene, para albergar a 7 000 estudiantes universitarios (APLAUSOS).
Pero hay algo más (RISAS). En la Sierra Maestra hay ya 5 000 brigadas
juveniles, de las cuales ya salen los primeros 2 000, después de varios
meses. Ya comenzarán a estudiar 100 jóvenes
en una escuela de aviación; 600 en una escuela tecnológica que va a tener
albergue hasta para 1 000 jóvenes, donde estaba la antigua “Havana
Military Academy” (EXCLAMACIONES DE: “¡Se
llamaba!”), y que ya, en el mes de diciembre, estará la primera escuela tecnológica
del Ejército Rebelde, para brigadas juveniles (APLAUSOS). Y de esas vamos a tener seis el año que viene,
para 6 000 jóvenes, que van a estudiar, además, en enseñanzas técnicas, en
aviación, en oficios marítimos; porque ya está en construcción la primera Flota
Pesquera del Alto (APLAUSOS). Y mientras
los barcos se construyen, por un lado, los muchachos ya están aprendiendo las
artes correspondientes en otro sitio.
Es decir que en todos los campos avanza
el esfuerzo revolucionario.
Y ya tenemos 1 000 maestros en las
montañas dando clases (APLAUSOS), de los
que pasaron por el curso en la Sierra Maestra, y 1 000 más pasando el
curso; y en todos los rincones de las montañas de Cuba hay un maestro —y si
queda por ahí algún huequito, lo llenamos en el mes de enero, que ya tendremos
el otro curso, los 1 000 maestros más, listos (APLAUSOS).
Se ha creado el Instituto de Amistad con
los Pueblos; se ha creado un centro de educación y artesanía para niñas, en el Wajay,
donde estaba la lujosa finca (DEL PUBLICO LE DICEN: “¡Se llamaba!”) —¡Se llamaba!— del señor
Miguel Angel Quevedo (ABUCHEOS). ¡En una
finquita magnífica, de dos caballerías de tierra, ya hay cuatrocientas niñas
pobres, y aspiramos a llegar en aquella zona a diez mil! (APLAUSOS.)
Así que vayan haciendo cuentas: la
cantidad de campesinos estudiando, la cantidad de estudiantes universitarios
becados, la cantidad de brigadas juveniles, la cantidad de niñas en esos centros;
cómo se multiplica el esfuerzo creador de la Revolución, y cómo avanza nuestro
pueblo, y cómo cada vez que uno de estos señores se va, nos hace un gran favor (EXCLAMACIONES
DE: “¡Que se vayan!”).
¡Ah!, hay muchos señores “siquitrillados”
que se han ido de Cuba; ellos creían de verdad en el cuentecito de los “marines”...
¡Y han dejado unas casas magníficas!
(RISAS.) Ya esas casas están controladas
y vamos a tener, para empezar, 100 casas que vamos a reservar para una cosa
(DEL PUBLICO LE PREGUNTAN: “¿Para qué?”);
para los visitantes: los líderes juveniles, los líderes obreros, los líderes
campesinos, los líderes estudiantiles, los líderes políticos que nos visiten, tenemos
todo un reparto; como tenemos, además, muchos automóviles, de esos que nadie
quiere usar; cada casa con su automóvil, para que Cuba se convierta en un país
hospitalario, para cuando vengan los obreros, los campesinos, los estudiantes,
vean, reciban aquí la hospitalidad que se merecen, y vean lo que los obreros,
los campesinos, la juventud y el pueblo de Cuba han hecho (APLAUSOS).
Total, qué vamos a hacer con esas casas,
¡es una fortuna!, magníficos jardines... pues vamos a convertirlas en símbolos de la
hospitalidad de la Revolución Cubana. Nosotros
no hemos botado a nadie (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”), conste eso, porque hay algunos
señores que inventaron el truquito al irse, de alquilarle la casa a alguna
embajada, incluso, hacer un contrato como que pagaron por adelantado. Nosotros lo sentimos mucho, con todo respeto
para todas las embajadas, en virtud del respeto que merecen las leyes de la
república y en virtud de que nosotros exigimos de los demás el mismo respeto
que tenemos para todos, los que creyeron que mediante ese expediente iban a burlar
las leyes de la Revolución, se engañaron, porque esas casas pertenecen a la
República de Cuba (APLAUSOS), y, por tanto, salvo que en reciprocidad, por un
acto igual con nuestros embajadores, salvo en esos casos de reciprocidad, cedamos una casa, es una obligación, que
nosotros esperamos que ninguna representación diplomática ha de eludir, la de
cumplir con las leyes de la república, y pagar la renta a los únicos dueños de
esos inmuebles, que es el Estado cubano (APLAUSOS).
Nosotros no hemos botado ni botamos a
nadie, pero el que se vaya, por su libre y espontánea voluntad, y ustedes han
visto, ustedes han visto la colita que hacen aquí en ciertas embajadas por la
mañana (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”), nadie
molesta a nadie, ¡nadie molesta a nadie!, lo único que si nosotros nos permitimos
recordarles una cosa: que este es un país
maravilloso, que el cielo de nuestra patria no se encuentra en ninguna parte,
que el sol de nuestra patria no se encuentra en ninguna parte, que el calor
este de nuestro pueblo, la alegría, la música de nuestro país y todas las cosas
maravillosas de nuestro país, ¡no las van a encontrar allá en “el norte revuelto
y brutal que nos desprecia”! (APLAUSOS.)
Nosotros no botamos a nadie, ni
molestamos a nadie que quiera salir, en el pecado llevarán la penitencia
(APLAUSOS), porque esta isla, por suerte para nosotros los cubanos, y que la deseamos
conservar libre como ejemplo para los demás pueblos oprimidos, y como lugar
hospitalario donde los hombres, los hermanos de todos los pueblos del mundo,
serán siempre recibidos con calor y amistad, ¡donde los amigos tendrán sus amigos
y los enemigos tendrán sus enemigos! (APLAUSOS); por suerte para nosotros es un
país de magníficas condiciones, que cuando haya podido desarrollar todos sus
recursos, cuando se invierta correctamente toda la energía humana que hoy se invierte,
muchas veces, de manera inútil, logrará alcanzar un estándar de vida muy alto;
y rendirá en frutos de bienestar todo el esfuerzo que hoy hagamos.
Así, los que se marchan, sus puestos los
ocuparán otros, ¡los que se quedan! (APLAUSOS.) No botamos a nadie, y, además, es falsa
también por completo esa “bola” de que el Gobierno Revolucionario iba a
intervenir los colegios privados. ¿Por
qué?, si nosotros estamos haciendo unos colegios maravillosos para el pueblo;
nosotros estamos haciendo lo que siempre dijimos: que íbamos a hacer colegios para el pueblo mucho
mejores, y es lo que estamos haciendo (APLAUSOS).
Por cierto que los
contrarrevolucionarios, frustrados en sus empeños contra la Revolución,
constantemente se dan a la tarea de lanzar versiones y rumores, algunos de los
cuales son verdaderamente ridículos. Sobre
ciertas afirmaciones, realmente, lo mejor es ni hacerles caso; hay ciertas
cosas que son tan tontas, que ofenden tanto, que indignan, o mejor dicho, rebajan tanto al que las diga como al que las
crea. Por ejemplo, un día se me acerca
alguien y me pregunta si es verdad que a todo el que tenía máquina le iban a
poner un chofer para dar empleo (RISAS). ¿Y vale la pena andar desmintiendo esas tonterías?
(EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Y el individuo que crea en esas tonterías,
qué pensar de él?
Bueno, eso no es nada. Algunos contrarrevolucionarios se dieron a la
tarea de decir que el gobierno iba a quitar la patria potestad (RISAS), y hay
gente que ha ido hasta a psiquiatras por el problema ese. Qué pensar de la persona que tenga tan poco
seso, que en vez de detenerse a meditar qué es lo que va a lograrse con eso, y
en qué se podría beneficiar al país con eso, porque una cosa es un latifundio,
otra cosa un edificio de apartamentos afectado por la reforma urbana, cuando en
una reforma agraria se les da tierra a los campesinos, se aumenta la
producción, se mejora la economía; cuando hay una reforma urbana, se les da, se
cumple una aspiración de la familia, se recaudan fondos para construir decenas
de miles de casas para las familias más pobres, pero nosotros que estamos,
precisamente, recogiendo a los niños que no tienen familia y haciendo
residencias para que los estudiantes vivan, los estudiantes pobres que no
pueden estudiar por falta de recursos vivan con calor de hogar, y tengan todo
lo que puedan tener en su casa; y a las niñas que están sin trabajo y
pobrecitas, las recogemos y las ayudamos, y se les educa allí, de manera que sientan
también el calor humano; que estamos haciendo centros para los jóvenes de las
brigadas, ciudades escolares; educando a los niños con esa libertad, con ese
principio pedagógico que se sustenta en inculcar al niño el deber del estudio y
el deber del trabajo, y empezar a sentirse importante, empezar a sentirse algo,
desde niño.
Es decir que le estamos dando a aquel que
no tiene hogar, algo que equivalga, para él, a ese calor que no ha tenido
nunca, ¿en qué cabeza puede caber que la Revolución, que trata de aprovechar
cuanto cuartel y cuanto edificio hay para hacer escuelas para los niños que no
tienen escuelas, fuese a dedicarse a recoger a todos los muchachos de la
República (RISAS), y mandarlos, quitárselos a los padres, asumir toda esa
obligación y todo ese gasto?
¡Pero qué absurdo!, nosotros estamos
haciendo centros para que los niños pobres, o los hijos de las familias
humildes puedan tener una educación que antes solo tenían los ricos; los ricos mandaban
a sus hijos al norte, los mandaban tan lejos del hogar que quedaban a miles de
kilómetros del hogar, y luego pasaban años y no los veían; los ricos mandaban a
sus hijos al norte, al norte a miles de kilómetros. El Gobierno Revolucionario hace escuelas,
donde los niños de la Sierra Maestra, teniendo a su familia cerca, van a esa
escuela, con todos los medios modernos de educación, los visitan sus familiares
y ellos van a ver a sus familiares, porque los tienen cerca, porque no están en
el norte, sino allí al lado de sus montañas, y al lado de sus montañas les
estamos haciendo sus ciudades escolares (APLAUSOS). Y ahora, los millonarios, los ricos, que sustraían
a sus hijos de sus hogares y los mandaban a un país extraño, a miles y miles de
kilómetros de los padres, echan a rodar versiones de que el Gobierno
Revolucionario va a suprimir la patria potestad.
Y no bastaría tener un poco de seso y un
poco de lógica en el cerebro, y un poco de orden en la cabeza para analizar
estas cosas.
Por eso, hay afirmaciones que deshonran tanto al que
las idea como al que las cree. Y esto me
recordaba una conversación con el presidente Nasser, de Egipto, cuando nos
contaba la campaña que hizo el imperialismo contra el gobierno revolucionario
de Egipto, que incluso tenían 11 estaciones piratas alrededor de Egipto, y que
en determinados momentos llegaron hasta hacer creer, los
contrarrevolucionarios, divulgando rumores, llegaron hasta hacerles creer a los
choferes de alquiler que les iban a quitar sus carros. Yo le dije: “En Cuba todavía no hemos llegado a tanto.”
Al cabo de algún tiempo ya por ahí había
algunos choferes de alquiler preocupados porque les hablan dicho que también
les iban a quitar el automóvil (RISAS).
Y no dudo de que habría hasta alguno con un puesto de fritas, creyendo
que le iban a intervenir el puesto de fritas (EXCLAMACIONES y APLAUSOS).
La contrarrevolución se vale de todo eso.
Por eso el gobierno trazó las pautas,
explicó bien cómo la Revolución había tenido una primera etapa, cómo tenía una
segunda etapa, cómo los métodos de la segunda etapa eran distintos de la primera
etapa, cómo ya la nación tenía el control de la inmensa mayoría de los
recursos, y además, los recursos básicos del país, para poder desarrollar
cómodamente todos los planes revolucionarios, y que no tenía que aplicar
métodos drásticos, y que ya podía brindarle la seguridad a todo el pueblo de
que cada vez que se tomara una medida, se tendrían en cuenta los intereses que
pudiera afectar, y todo el mundo podía tener la seguridad de que no se emplearían
con ellos los métodos drásticos que se emplearon con los grandes privilegios.
Y eso ha servido para que todo el pueblo
se agrupe, para que todo el mundo se sienta más seguro. Ello no quiere decir que se renuncie a la
marcha y al avance de la Revolución, ¡no!, pero significa, sencillamente, que
los métodos serán distintos de los métodos de la primera etapa, para que todo
el mundo marche seguro, para que todo el mundo marche confiado, para que todo
el mundo sepa que la patria avanza, que esta es su patria, y que siempre él
será tenido en cuenta, y que de una manera o de otra, siempre será compensado
por lo que pueda ser perjudicado debido a cualquier medida revolucionaria. Eso ha servido para que ya todo el pueblo se
sienta más seguro. Se explicó al pequeño
comerciante, al pequeño industrial, en fin, la política que se iba a seguir de
crédito, todas las cosas. Se explicó al
obrero, y cómo esa política fortalece la Revolución, porque impide que la
reacción trate de aislar a la clase trabajadora, y agrupa en torno a la clase
obrera y a la clase campesina, a los sectores pequeños y medios de la población,
y hace más fuerte el frente interno contra el imperialismo (APLAUSOS).
Y el gobierno ha cumplido su palabra: las
intervenciones, excepto en caso de abandono de la fábrica, abandono de la fábrica,
han cesado; y siempre se tratarán de buscar soluciones, y por lo tanto, incluso
se había dado el caso de que cuando nosotros hicimos la declaración había 14
empresas en que se había decretado la intervención, aunque no se había
cumplimentado; se cumplimentó al otro día o a los dos días, y en esos casos se
revocó la intervención, para que no pudiera la reacción poner en entredicho la
palabra y el prestigio del Gobierno Revolucionario (APLAUSOS).
Nosotros sí advertimos que había una zona
donde íbamos a tomar medidas drásticas, que íbamos a hacer una reforma agraria especial,
y era en el Escambray, como consecuencia del apoyo que ciertos... que el grupo
de los terratenientes de veintitantas y treintitantas caballerías había estado
prestando a los contrarrevolucionarios. Frente
a esa jarana de ponerse a estar colaborando con los contrarrevolucionarios, se
decidió, y lo advertimos que íbamos a tomar medidas drásticas, y que, sencillamente,
íbamos a hacer una reforma agraria especial, y de donde todas las fincas
mayores de 20 caballerías, se ordenó su ocupación en la zona del Escambray
(APLAUSOS).
Sector que conspire, sector que conspire
contra la patria (DEL PUBLICO LE DICEN: “¡Paredón!”),
sabe que estará sacrificando sus propios intereses; y, por lo tanto, se ordenó
la ocupación de todas esas fincas, y se van a establecer allí cooperativas con
los milicianos campesinos del Escambray que combatieron contra los
contrarrevolucionarios (APLAUSOS). Y eso
lo aclaramos para que no hubiera equívocos.
Y así marcha la Revolución: ¡Bien!, ¡la Revolución va bien! (APLAUSOS.) Y podemos sentirnos todos satisfechos; sabemos
lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo, y sabemos que estamos
actuando lo mejor posible (EXCLAMACIONES DE: “¡Bien!”), y que estamos tratando de cumplir
con nuestro deber todos, que marchamos hacia adelante, que estamos haciendo una
obra digna de nuestro pueblo, y que, además, la sabremos defender, que además,
tenemos entusiasmo para defenderla, optimismo para defenderla, y valor para
defenderla (APLAUSOS).
Y, sobre todo, que la defiende un pueblo,
porque es la obra de un pueblo (APLAUSOS); ¡y la obra de un pueblo no se puede destruir!
Y por eso los enemigos de nuestra patria
y los enemigos de nuestra Revolución, esos que conciben vanas esperanzas y
torpes esperanzas, ¡sepan que tienen delante un pueblo!
(OVACION.)