DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE
FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO DE
GRADUACION DE LAS MILICIAS CAMPESINAS, EN SAN JULIAN, PROVINCIA DE PINAR DEL
RIO, EL 21 DE AGOSTO DE 1960.
(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER
MINISTRO)
Compañeros milicianos:
Hace
algunos meses nos reunimos aquí, en este mismo sitio, para la graduación de un
grupo de compañeros del Ejército Rebelde que había recibido un curso de
instructores para organizar las milicias en el interior de nuestro país. Esos compañeros hace varios meses que están
trabajando, organizando a las milicias en los centrales azucareros y en las
zonas rurales.
Sin
embargo, nosotros necesitábamos darles un entrenamiento especial a los
campesinos de las montañas. No queríamos
que fuesen instruidos allá en las propias montañas; queríamos que vinieran a
recibir un entrenamiento especial. ¿Por
qué? Porque las montañas son nuestras
posiciones más estratégicas. Eso no
quiere decir que solo se pueda combatir en las montañas; se puede combatir en
las ciudades y se puede combatir en los llanos.
Pero, al entrenar de manera especial a los campesinos de las montañas,
estábamos queriendo decir una cosa, y es que quienes intenten destruir la
Revolución Cubana, quienes pretendan volver a implantar en nuestra patria el
pasado de injusticias y de abusos, quienes pretendan implantar de nuevo en
nuestra tierra los privilegios abolidos o quienes pretendan sustituir nuestra
bandera de la estrella solitaria por una bandera extranjera (APLAUSOS), esos
tendrán que combatir no solamente contra nuestro pueblo en las ciudades y en
los campos, sino que nuestro pueblo nunca se daría por vencido y que, por
poderosas que fuesen las fuerzas enemigas de la Revolución, en nuestra patria habría
lucha mientras quedara un solo cubano con un fusil en la mano (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: "¡Patria o
Muerte!" y
"¡Venceremos!").
Hoy,
la Revolución es más fuerte militarmente; hoy, la organización de las milicias
ha avanzado en todos los rincones del país, tanto en la ciudad como en el
campo; hoy, las unidades del Ejército Rebelde tienen una capacidad de combate
superior; hoy, las posibilidades de lucha y de resistencia y de victoria son
mayores. Pero, cuando empezábamos a
entrenar las milicias, nos preocupamos por empezar por las milicias de las
zonas montañosas.
Nosotros
sabemos lo que es un hombre con un fusil en la mano; nosotros sabemos lo que es
un hombre en una posición montañosa, en un cruce de caminos; nosotros sabemos
lo que es un hombre armado detrás de un tronco (APLAUSOS), o en un hueco, o
detrás de una piedra, o detrás de un saco de arena. Por eso, cuando veíamos desfilar esta tarde a
las compañías de milicianos del Segundo Frente "Frank País"
(APLAUSOS), tan formidablemente bien entrenados, con esa marcialidad y con esa
disciplina, que no podrán tener jamás los que traten de destruir a nuestra
Revolución, cuando veía a cada uno de ellos con un fusil y una bayoneta, y
cuando veía lo bien que sabían manejar esas armas, pensaba que nuestra
Revolución seguirá adelante victoriosamente, sin que nada ni nadie pueda
vencerla (EXCLAMACIONES DE:
"¡Venceremos!").
Me
imaginaba esos milicianos en las montañas, me los imaginaba luchando allí
contra cualquier invasor; recordábamos nuestra experiencia de la guerra;
recordábamos el dominio que tienen los campesinos de su propio terreno, el
dominio que tienen los campesinos de las montañas, la resistencia que tienen
los campesinos para caminar en las montañas, el conocimiento que tienen los
campesinos de todos los arroyos, de todos los trillos, de todos los firmes, de
todos los picos, de todas las piedras de las montañas (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES
DE: "¡El que venga, queda!");
el conocimiento que tienen los campesinos de los sitios donde hay agua, de los
manantiales, de los arroyos; el conocimiento que tienen los campesinos de la
naturaleza, lo fácil que se alimenta el campesino, lo que camina el campesino
con un boniato en el estómago (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Venceremos!"), lo que resiste
(EXCLAMACIONES DE: "¡Patria o
Muerte!"), lo que camina un campesino, lo que avanza un campesino
caminando de noche entre las montañas, esté seco el terreno o esté húmedo; las
ventajas extraordinarias que tiene el campesino frente a cualquier enemigo.
¿Quién
resiste lo que resiste un campesino?
(EXCLAMACIONES DE:
"¡Nadie!") ¿Qué
contrarrevolucionario o qué soldado invasor, qué soldado yanki podría
enfrentarse a un campesino nuestro?
(APLAUSOS y EXCLAMACIONES
DE: "¡El que venga,
queda!") ¿Qué infante de marina
yanki podría enfrentarse con un guajiro de nuestras montañas? (EXCLAMACIONES DE: "¡Ninguno!") (COMIENZAN A EXCLAMAR A CORO: "¡Agua, jabón y cepillo, los yankis son
amarillos!") ¿Qué soldado
mercenario podría enfrentarse a nuestros campesinos? (EXCLAMACIONES DE: "¡Ninguno!")
¡Ya
nosotros sabemos, demasiado bien, el susto que lleva en el alma el mercenario
que se adentra por los desfiladeros de nuestras montañas! Sin saber dónde le
van a explotar una mina, detrás de qué tronco o de qué piedra le van a disparar;
si puede volver a regresar por el camino donde entró (EXCLAMACIONES DE: "¡El que venga, queda!").
Y
eso mismo que ocurre en las montañas, es lo que ocurre en el llano, es lo que
ocurre en las cooperativas cañeras; el cooperativista conoce su tierra, conoce
las irregularidades del terreno, conoce todas las zanjas, los puentes, las
piedras, los árboles de su cooperativa, los trillos, los caminos; y cuando
cualquier intruso está perdido allí (EXCLAMACIONES), el cooperativista conoce
su terreno como la palma de la mano. Y
eso mismo ocurre en las ciudades, eso mismo ocurre en las fábricas; cada obrero
conoce su barrio como la palma de la mano, cada miliciano obrero conoce el
terreno, como no podría conocerlo jamás ningún intruso (APLAUSOS).
Y
cuando toda la isla esté organizada, cuando cada campesino sepa manejar las
armas, cuando cada obrero, cada estudiante, y cada cubano digno, cubano o
cubana, sepa cómo se combate, sepa lo que puede hacer con un arma; cuando hasta
los niños de nuestra tierra sepan cómo se defiende a su patria, ¡vamos a ver
quién puede destruir a nuestra Revolución! (EXCLAMACIONES DE: "¡Nadie!")
Por
poderosas que sean las fuerzas enemigas, por muchos recursos con que puedan
contar, ¿quién puede derrotar a la Revolución?
(EXCLAMACIONES DE:
"¡Nadie!") ¿Quién puede
arrancarles a los campesinos sus tierras (EXCLAMACIONES DE: "¡Nadie!") ¿Quién puede desalojar a las milicias de
nuestras montañas? (EXCLAMACIONES
DE: "¡Nadie!") ¿Quién puede desalojar a los trabajadores de
nuestras fábricas? (EXCLAMACIONES
DE: "¡Nadie!") ¿Y quién puede vencer a un pueblo que está
decidido a luchar? (EXCLAMACIONES
DE: "¡Nadie!")
Y
eso es lo que deben saber los enemigos de Cuba, eso es lo que deben saber los
mercenarios que sueñan con regresar. Dos
cosas deben saber, dos cosas por lo menos deben saber: que la Revolución cuenta con la inmensa
mayoría del pueblo (APLAUSOS), porque ha hecho justicia, porque les ha puesto
fin al abuso y a la explotación; porque todo el mundo sabe que por primera vez
en la historia de nuestra patria, el pueblo cuenta; por primera vez en la
historia de nuestra patria, el pueblo manda (APLAUSOS); por primera vez en la
historia de nuestra patria, todo cuanto en nuestra patria se hace es por el
pueblo y para el pueblo (APLAUSOS).
Luego,
deben saber los enemigos de la Revolución que no pueden hacerse ilusiones,
porque la Revolución se ha ganado al pueblo, y la Revolución sabe cómo mantener
unido al pueblo (APLAUSOS).
Pero
no se trata en este caso solamente de que la inmensa mayoría del pueblo está
junto a la Revolución, sino se trata de algo más grave para los
contrarrevolucionarios y los enemigos de nuestra patria, porque ellos habían
denigrado antes a la mayoría del pueblo, no se habían ganado, jamás, su cariño;
no se habían ganado, jamás, el cariño del campesino; no se habían ganado,
jamás, el cariño del obrero; no se habían ganado, jamás, el cariño del pueblo
humilde; pero eso no importaba. Ellos
dominaban la mayoría mediante la fuerza; ellos dominaban la mayoría con sus
fusiles.
La
diferencia está en que esa mayoría está armada; la diferencia consiste en que
no solo está la mayoría con la Revolución, sino que esa mayoría ni está cruzada
de brazos, ni tiene las manos vacías (APLAUSOS). La diferencia es muy sencilla y muy simple, y
los enemigos de nuestra Revolución deben saberlo; los que piensan implantar
aquí de nuevo su terror, su explotación y su injusticia, ayudados por los
yankis o empujados por los yankis (EXCLAMACIONES DE: "¡Cuba sí, yankis no!", "¡Que
viva Roa!" Y DE: "¡Fidel,
Fidel!, ¿qué tiene Fidel, que los americanos no pueden con él?")
Hay
un oficio muy repugnante y despreciable.
Es el oficio de estarle lamiendo las botas al amo extranjero
(EXCLAMACIONES) y si se lame las botas al extranjero porque antes se fue un
miserable asesino, porque antes fueron unos miserables ladrones, mal, muy mal;
pero si se está lamiendo las botas de ese amo extranjero porque desertaron de
la Revolución o porque traicionaron a la Revolución, porque le cogieron miedo a
la justicia tremenda y a la tremenda rectificación que entraña una revolución
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Paredón,
paredón!"), si se lame las botas del amo extranjero después de haber
desertado de la Revolución y de la patria, peor. Pues bien, lamebotas, porque fueron asesinos
de los hijos de nuestro pueblo, o porque fueron ladrones, o porque fueron
traidores y desertores de la Revolución: ¡lamebotas!, sepan que la inmensa mayoría de
nuestro pueblo no solo está con la Revolución, sino que, además, ¡está armado!
(APLAUSOS), para que se les vayan quitando las ilusiones, porque todas las
maniobras, una por una, les van fallando; todas las zancadillas, una por una,
les están fallando; todos los truquitos contrarrevolucionarios, uno por uno,
les van fallando (APLAUSOS).
Tanto
que han maniobrado, tanto que han maniobrado contra la Revolución y, sin
embargo, cada día que pasa la Revolución en vez de ser más débil es más fuerte
(APLAUSOS); tanto que han tratado de confundir al pueblo y, sin embargo, cada
día que pasa en vez de estar más confundido el pueblo está más claro (APLAUSOS
Y EXCLAMACIONES DE: "¡Estamos
claros, estamos claros!"); tanto que han tratado de dividir al pueblo y,
sin embargo, el pueblo en vez de estar más dividido cada día está más unido
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡Unidad, unidad!"); tanto que han tratado de acobardar al
pueblo y, sin embargo, cada día que pasa en vez de estar acobardado nuestro
pueblo está más valiente (APLAUSOS); tanto que han tratado de arruinar
económicamente a nuestro país y, sin embargo, cada día que pasa tenemos más
tierras sembradas, más casas construidas, más escuelas funcionando, más
maestros en nuestros campos, más fábricas trabajando y más producción en cada
una de nuestras fábricas (APLAUSOS).
Tan
acostumbrado como estaba el imperialismo a salirse con la suya, a que todo el
mundo le lamiera las botas, a que todo el mundo se le arrodillara; tan
acostumbrado como estaba el imperialismo a imponer su ley, su interés y su
mandato y, sin embargo, cada día tiene delante un pueblo más erguido, más de pie
y más digno (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡Se llamaba, se llamaba!").
Asesinaban
a los líderes revolucionarios, lo mismo a Sandino en Nicaragua que a Guiteras o
a Jesús Menéndez en Cuba (APLAUSOS), para descabezar siempre la protesta del
pueblo, para descabezar siempre la rebeldía del pueblo, para evitar que los
pueblos se liberaran del yugo.
Tan
acostumbradas que estaban las compañías norteamericanas a desalojar a los
guajiros de las tierras (EXCLAMACIONES DE:
"¡Se llamaban, se llamaban!"); tan acostumbradas que estaban a
arrancar los bohíos de los campesinos para lanzarlos a las guardarrayas; tan
acostumbrados que estaban los monopolios a atracar al pueblo; tan acostumbrados
que estaban a amenazar a los países y a intervenir en los países cuando sus
intereses eran afectados; tan acostumbrados que estaban a cercenar la soberanía
de los pueblos; tan acostumbrados que estaban a mandar a nuestros gobernantes
y, sin embargo, ya no hay monopolios yankis (EXCLAMACIONES DE: "¡Fuera!"); ya no hay compañías
azucareras yankis (EXCLAMACIONES DE:
"¡Se llamaban, se llamaban!"); ya no hay casquitos dando plan
de machete y asesinando guajiros; ya no hay misiones militares yankis mandando
a nuestro ejército; ya no hay guajiros desarmados (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"); ya no hay obreros
desarmados (EXCLAMACIONES DE:
"¡No!"); porque lo que hay hoy son guajiros armados hasta los
dientes (APLAUSOS), obreros armados hasta los dientes (APLAUSOS), pueblo armado
hasta los dientes (APLAUSOS), para que nadie le haga cuentos, para que nadie
vuelva nunca jamás en nuestra patria a abusar del pueblo (APLAUSOS), a abusar de
nuestros campesinos, a abusar de nuestros obreros, a atracar al pueblo, a
robarle al pueblo, a obligar al pueblo, a explotar al pueblo (APLAUSOS).
Y
el remedio contra eso son esas milicias (APLAUSOS); el remedio contra eso son
esos guajiros marchando (APLAUSOS); esos obreros y esos estudiantes, esas
mujeres y esos maestros marchando (APLAUSOS).
El remedio definitivo, el remedio para siempre, para que nunca más le
pueda nadie quitar un bohío a un guajiro, para que nunca más pueda venir ningún
esbirro con una yunta de bueyes a arrancarle el bohío a medianoche
(EXCLAMACIONES DE: "¡Paredón a los
esbirros!"), para que nunca más puedan venir los yankis a mandar en
nuestro país (EXCLAMACIONES DE:
"¡No!", "¡Nunca!"), para que nunca más puedan
arrebatarle a nuestro pueblo su derecho a trabajar para ser feliz
(EXCLAMACIONES DE: "¡Nunca!"),
para que nunca más puedan arrebatarle a nuestro pueblo su libertad
(EXCLAMACIONES DE: "¡Nunca!"),
para que nunca más puedan arrebatarle a nuestro pueblo el fruto de su trabajo (EXCLAMACIONES
DE: "¡Jamás!"); para eso son
las milicias (EXCLAMACIONES DE: "¡Siempre!");
para eso son los fusiles; para que nos sintamos seguros en nuestra patria; para
poder decirles a los contrarrevolucionarios y a sus amos yankis (EXCLAMACIONES
DE: "¡Fuera!"), para poderles
decir a los esbirros, para poderles decir a los "lamebotas" y a los
traidores: "El que venga,
queda" (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡El que venga, queda!" y "¡Venceremos!").
Por
eso, mientras el imperialismo maniobra, mientras el imperialismo trata de
arrastrar a otros gobiernos de América en sus planes de agresión contra Cuba,
mientras el imperialismo intriga, mientras el imperialismo planea, nosotros
graduamos aquí guajiros de las montañas (APLAUSOS); mientras el imperialismo amenaza;
mientras el imperialismo intriga; mientras el imperialismo miente y calumnia a
nuestra patria; mientras el imperialismo trata de sobornar a otros gobiernos de
América en sus planes de agresión contra Cuba, nosotros hacemos lo que debemos
hacer: organizarnos (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES), entrenarnos y prepararnos (EXCLAMACIONES DE: "¡Siempre!"), porque sabe o ha de
saber el imperialismo que la respuesta de Cuba a todas sus intrigas, a todas
sus maniobras, a todos sus planes de agresión, con OEA o sin OEA (EXCLAMACIONES
DE: "¡Con OEA o sin OEA, ganaremos
la pelea!"), nuestra respuesta es una, ¡nuestra respuesta es una!: un pueblo armado hasta los dientes,
atrincherado en su patria, dispuesto a hacer morder el polvo de la derrota a
quien intente invadirlo (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES).
La
Revolución Cubana no anda con cuentos, la Revolución Cubana no pierde su
tiempo, la Revolución Cubana hace en cada momento lo que debe hacer; y por eso
hace unos días desaparecieron aquí para siempre 36 compañías norteamericanas
(APLAUSOS), desapareció el monopolio eléctrico y el monopolio telefónico y
desaparecieron los monopolios petroleros (EXCLAMACIONES DE: "¡Se llamaban!"), porque lo
advertimos bien claro que si nos quitaban una parte de nuestra cuota, perderían
una parte considerable de sus propiedades, aquí en Cuba (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: "¡Bravo!").
La
Revolución Cubana, la Revolución Cubana no anda con cuentos, ni pierde su
tiempo (EXCLAMACIONES DE: "¡Nunca!");
la Revolución Cubana trabaja, y se consolida en el pueblo; la Revolución Cubana
se prepara, la Revolución Cubana se arma; la Revolución Cubana se organiza, la
Revolución Cubana no anda con cuentos, la Revolución Cubana dice que resiste,
¡y resiste!; la Revolución Cubana dice:
"Patria o Muerte", y cumple su palabra de ¡Patria o Muerte!
(EXCLAMACIONES DE: "¡Patria o
Muerte!"); la Revolución Cubana dice:
"Venceremos" y ¡Venceremos! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Venceremos!")
Con
esa conciencia, con esa conciencia deben marchar, otra vez, a sus montañas, los
campesinos orientales; con esa seguridad en sí mismos, con esa satisfacción de
que no son ya los campesinos de ayer:
desarmados, desorganizados e indefensos; sino los campesinos de
hoy: organizados socialmente, con ese
formidable dirigente que es el compañero Pepe Ramírez (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva Pepe!"); instruidos hasta el
máximo posible, y preparados para luchar; para que sus montañas sigan siendo
suyas, para que las tierras sigan siendo suyas (APLAUSOS), para que las 60 000
caballerías de caña que han pasado a manos de los obreros agrícolas de las
cañas de administración, sigan siendo de las cooperativas (EXCLAMACIONES DE: “¡Bravo!”); para que su patria siga adelante,
su patria, de la cual ellos son soldados, de la cual ellos son sus defensores,
de la cual ellos son sus hijos admirados; para que la patria siga siendo libre,
para que el porvenir sea nuestro, para que la felicidad de nuestro pueblo sea
segura, para que tengamos derecho a seguir trabajando por una patria mejor, y
para que algún día tengamos derecho a tener esa patria mejor (APLAUSOS).
Hoy
se graduaron numerosas compañías de milicias orientales; los campamentos de
milicianos se multiplican, y son miles y miles de milicianos los que están
constantemente en instrucción. Esta
escuela se fundó con los campesinos del Segundo Frente “Frank País” (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Bravo!”); ellos
regresan a sus tierras; nuevos contingentes marcharán hacia los distintos
campamentos que hemos organizado y esta escuela, donde aprendieron ellos, de
donde sacaron esa formidable disciplina, con la experiencia que aquí dejaron,
porque ellos aprendieron con sus instructores y con sus maestros, pero sus
maestros y sus instructores también aprendieron con ellos (EXCLAMACIONES
DE: “¡Bravo!”).
Ya
sabemos el número tan extraordinariamente elevado, alto, de analfabetismo que
hay en nuestros campos; ya sabemos el número de maestros que tenemos que llevar
a cada campamento, porque aquí los campesinos no solo reciben instrucción
militar, que no habían podido adquirir antes, porque antes, los únicos que
sabían manejar las armas eran los que abusaban de los campesinos; los que
atropellaban a los campesinos, los que explotaban a los campesinos
(EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”), sino que
aprenden también otra cosa que no habían podido aprender: aprenden también a leer y a escribir. Aquí no solo se enseña al campesino a manejar
un arma, sino que se le enseña también a manejar una pluma y a leer un libro
(APLAUSOS).
Antes
era la impotencia y la ignorancia; antes eran las manos vacías, las manos sin
armas y la mente sin educación; ¡hoy armamos los brazos y armamos las mentes!
(APLAUSOS.) Pocos son 45 días para
alfabetizar a un campesino, pero estamos tratando de lograrlo, estamos tratando
de enseñarles el máximo en esos 45 días, para que, al menos, adquieran los
primeros conocimientos. Pero los
milicianos deben hacerse un propósito, todo miliciano debía hacerse un
propósito, todo miliciano que no sepa leer ni escribir debía hacerse el
propósito de: aprender a leer y escribir
(APLAUSOS). Y si no tiene maestro a
mano, que busque un compañero que le enseñe; y todo miliciano que sepa leer y
escribir debe enseñar al miliciano que no sepa leer ni escribir (APLAUSOS).
Ellos
no pudieron cuando niños, porque a sus montañas o a sus campos llegaban los
esbirros o llegaban los extorsionistas, o llegaban los politiqueros; pero no
llegaban los maestros. A sus montañas
llegaban los pícaros, pero no llegaban los educadores; ellos no pudieron tener escuelas
cuando eran niños, pero pueden
aprender hoy. Hoy tienen aquí estos
campamentos donde se les instruye en las armas y se les instruye también de los
conocimientos elementales; pueden aprender.
¡Ellos no tuvieron escuelas, pero sus hijos las tendrán! (APLAUSOS.)
Y
así, dentro de breves días, tendremos también una doble acción
emocionante. Hoy hemos graduado 14
compañías de milicianos campesinos (APLAUSOS); dentro de ocho días graduaremos,
exactamente, 14 compañías de maestros que han estado instruyéndose en la Sierra
Maestra (APLAUSOS). Y así podemos
anunciar que a partir de la segunda semana de septiembre, habrá 350 maestros
distribuidos hasta en los últimos rincones de la Sierra Maestra (APLAUSOS), que
ahora ya no es solo la "Sierra Maestra", sino la "Sierra de los
maestros"; porque allí se han pasado tres meses, tres meses conviviendo
con los campesinos, tres meses compartiendo con los campesinos, apreciando su
vida, apreciando sus necesidades, y acostumbrándose a la naturaleza; tres meses
soportando frío, soportando lluvias, estudiando y marchando (APLAUSOS).
Y
a partir de la segunda semana de septiembre habrá distribuidos, hasta en los
últimos rincones de las montañas del Segundo Frente "Frank País",
500 maestros (APLAUSOS); y distribuidos, hasta en los últimos rincones del
Escambray 100 maestros (APLAUSOS). Es
decir que a partir de la segunda semana de septiembre, 950 maestros estarán
enseñando en 950 rincones de nuestras montañas, donde jamás vieron a un maestro
(APLAUSOS). Hay más maestros, pero de
esos que hemos graduado vamos a dedicar una parte a los campamentos de milicias
campesinas, otra parte a los campamentos de brigadas juveniles, otros a las
fuerzas de nuestro Ejército Rebelde —porque también necesitamos maestros en
estos campamentos y en las brigadas—, y en nuestras unidades de soldados
rebeldes (APLAUSOS).
Pero
si quedara algún rincón de nuestras montañas sin maestros, si quedara un rincón
de 20 ó 30 casas sin un maestro, no importa, porque dentro de pocos días irán
para la Sierra otros 1 000 maestros para instruirse y entrenarse (APLAUSOS). Es decir que no debe quedar un solo rincón de
las montañas, y si queda un solo rincón de las montañas de Oriente sin
maestros, hablen con Pepe e indíquenle dónde falta el maestro (APLAUSOS); que
nosotros no descansaremos hasta que no haya un maestro en todos y cada uno de
los rincones de nuestra patria, para que enseñen a leer, no solo a los niños,
sino para que enseñen a leer también a los adultos; para que vayan a la escuela
por el día los muchachos —los muchachos irán por la tarde, ya que por la mañana
ayudarán a sus padres (APLAUSOS)— y los padres deben ir por la noche a las
escuelas (APLAUSOS). Y los niños más inteligentes,
los niños más estudiosos, los que más se destaquen en cada una de esas
escuelitas, irán para la Ciudad Escolar (APLAUSOS); para cada una de las
ciudades escolares que vamos a construir.
No las podemos construir todas juntas, porque no tenemos recursos para
hacerlas, pero las iremos construyendo una por una, las iremos construyendo
poco a poco, porque si hoy no tenemos recursos, ¡mañana los tendremos! (APLAUSOS.)
Mañana,
cuando hayamos multiplicado nuestras riquezas; mañana, cuando todas nuestras
tierras estén produciendo; mañana, cuando hayamos multiplicado nuestras
fábricas; mañana, cuando no haya un solo cubano que no esté produciendo para él
y para su patria (APLAUSOS); mañana, cuando todos los brazos estén creando riquezas;
mañana, cuando empecemos a recoger los frutos que hoy estamos sembrando,
tendremos para hacer una, y para hacer diez ciudades; para hacer uno y para
hacer todos los pueblos de nuestra tierra (APLAUSOS). Y hoy, hoy ustedes ya pueden ver algunos de
esos pueblos; hoy se están construyendo 50 pueblos en nuestros campos. No podemos construirlos todos a la vez, pero
los iremos construyendo, y no pararemos hasta que cada cooperativa tenga su
pueblo, y cada campesino tenga su casa (APLAUSOS). ¡Como no pararemos hasta que hayamos
cultivado la última pulgada de nuestra tierra!; ¡como no pararemos hasta que no
hayamos desarrollado nuestra riqueza, hasta el grado en que le permita a cada
ciudadano cubano, tener su bienestar asegurado, su felicidad y su libertad
aseguradas! (APLAUSOS.) Y no nos
detendremos en el camino que nos ha tocado recorrer a los cubanos, el camino
del ejemplo, del ejemplo para nuestros pueblos hermanos de este continente; y
puesto que hemos sido los primeros en liberarnos, debemos tratar de ser lo mejor
posible: debemos tratar de hacerlo lo
mejor posible, para no defraudar las esperanzas que los pueblos de América han
puesto en nosotros (APLAUSOS).
Porque
sobre esta isla pequeña, sobre esta isla pequeña, sobre este pueblo de seis
millones y medio de ciudadanos, se centran hoy las miradas de 200 millones de latinoamericanos
(APLAUSOS); sobre este pueblo pequeño, sobre estos seis millones y medio de ciudadanos,
se centra la atención y la admiración del mundo. Y puesto que el mundo ha vuelto su mirada hacia
nosotros, y puesto que los pueblos explotados han vuelto sus ojos, llenos de
esperanza hacia nosotros; nosotros debemos ser el ejemplo, nosotros debemos ser
el ejemplo. Hay que tratar de hacerlo lo
mejor posible, lo más perfecto posible; hay que tratar de hacerlo bien todo
(APLAUSOS); hay que tratar de hacerlo lo mejor en todo.
Cuando
aprendemos a manejar las armas, aprenderlo bien; cuando aprendemos a cultivar,
aprenderlo bien; cuando trabajamos, trabajar bien. Y cuando tengamos que combatir, combatir
bien. Hay que ser el ejemplo en todo,
para que estemos a la altura de la misión que a Cuba le corresponde en este
continente; para que la esperanza que millones de obreros, de campesinos, y de
hombres humildes de este continente han puesto en nosotros, sean esperanzas
legítimas, esperanzas fundadas; porque las han puesto en un pueblo entero, en
un pueblo valeroso, y en un pueblo heroico (APLAUSOS); ¡porque las han puesto
en los hombres y mujeres de esta tierra nuestra! (APLAUSOS.)
Se
reúnen las cualidades necesarias para cumplir la misión que le ha correspondido
a nuestra patria: ¡hijos dignos de una
patria digna!; ¡hijos grandes de una patria grande! (APLAUSOS.)
A
nuestra generación le ha tocado el sacrificio, pero le ha tocado también la
gloria; a las generaciones venideras les tocarán los frutos, y el orgullo de lo
que esta generación está haciendo (APLAUSOS).
La
escuela se vacía al partir hacia las montañas de Oriente las compañías de
milicianos; pero la escuela hay que llenarla otra vez, y ahora la vamos a
llenar con milicianos de Pinar del Río (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Escalona!" y "¡Joel!").
Los
campesinos de las montañas de Oriente y de Las Villas, continuarán entrenándose
en otros campamentos; esta escuela pasará a ser ahora escuela de instrucción de
las milicias obreras y campesinas de Pinar del Río (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, Escalona y Joel!").
"Pepe"
nos dice que como símbolo de unión entre las dos provincias, el día en que se
gradúen las primeras unidades de las milicias de Pinar del Río, vendrá una
comisión de las milicias campesinas y obreras de Oriente (APLAUSOS).
Esta
provincia, esta provincia tiene un gran valor estratégico. Como ustedes saben, es la provincia
occidental de Cuba, y el enemigo se mueve y maniobra alrededor de
nosotros. Esta provincia tiene un gran
valor revolucionario, y un gran valor militar; recuerden ustedes a Antonio
Maceo (APLAUSOS), que en esta provincia libró su más extraordinaria proeza
militar. Esta provincia, bien defendida,
es extraordinariamente valiosa desde el punto de vista militar. Por eso vamos a tomarnos especial interés en
el entrenamiento de las milicias de esta provincia (APLAUSOS).
Y
ya lo saben (EXCLAMACIONES). Todos van a
ser entrenados (EXCLAMACIONES DE JUBILO); de esta escuela tienen que salir las unidades
formadas (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Bravo!"),
entrenadas en el manejo de todas las armas:
de los fusiles, de las ametralladoras, de los morteros (EXCLAMACIONES);
y de todo el equipo militar que deba utilizar cada unidad. De aquí tienen que salir con todos los
conocimientos, perfectamente preparados para luchar. Ya lo saben pues, que por esta escuela tienen
que pasar, absolutamente todos los milicianos, obreros y campesinos de la
provincia de Pinar del Río (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Estudiantes!"). Como los estudiantes son hijos de obreros, o son
obreros, o son hijos de campesinos, o son campesinos; los estudiantes están
incluidos cuando hablamos de milicias obreras y campesinas (APLAUSOS). Y como las mujeres son obreras, o son campesinas,
y son revolucionarias, las mujeres están incluidas en las milicias obreras y
campesinas (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
"¡Fidel, Fidel!").
Tenemos
que trabajar activamente, para que en el próximo Primero de Mayo desfilen ya
con sus armas, junto con los obreros de la capital de la república, todas las
unidades de milicias de la provincia de Pinar del Río (APLAUSOS).
Y
así, el próximo Primero de Mayo, desfilarán las nuevas unidades del Ejército
Rebelde y las nuevas armas del Ejército Rebelde (APLAUSOS), junto a las
unidades de milicianos, con sus armas. Y
así, como hoy, un bosque de fusiles se levantará, como para que a nadie le
quede la menor duda de que la consigna de "Patria o Muerte"
(EXCLAMACIONES DE: "¡Venceremos, Venceremos!"),
y que nuestra consigna de vencer persistirá, ¡que la patria es libre para
siempre, y que algún día la América nuestra será para siempre libre!
(OVACION)