DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL
PARQUE CENTRAL DE MELENA DEL SUR, PRIMER TERRITORIO MUNICIPAL LIBRE DE
ANALFABETISMO, EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1961.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros
brigadistas;
Pueblo de Melena
del Sur:
Pocas veces se puede reunir un pueblo con más alegría
y más justificado orgullo que esta vez.
Los jóvenes brigadistas y el pueblo de Melena del Sur se reúnen hoy para
conmemorar un gran triunfo. En realidad,
se merece este honor.
Antes no hubiéramos tenido la oportunidad de celebrar
un acto como este; antes se reunían los políticos y se reunían los charlatanes
(EXCLAMACIONES), en sus campañas politiqueras vísperas de las elecciones, y en
sus trajines electorales, para decir siempre la misma cosa, para decir siempre
la misma mentira, para proclamar siempre las mismas promesas falsas.
Sin embargo, nunca jamás se habrían podido reunir los
politiqueros que representaban a los intereses privilegiados y explotadores
para celebrar un acto como este. Para
celebrar un acto como este, nuestro pueblo tuvo que luchar muy duro; para
celebrar un acto como este, nuestro pueblo tuvo que derramar mucha sangre: para realizar un acto como este, fue
necesario barrer, con la Revolución, la
tiranía que oprimía a nuestro pueblo, y con la tiranía toda la camarilla de
politiqueros corrompidos que oprimían y esclavizaban a nuestro país; para
realizar un acto como este, fue necesario vencer muchos obstáculos; para
realizar un acto como este, fue necesario enfrentarse al imperialismo
intervencionista y agresor; para realizar un acto como este, fue necesario que
nuestro pueblo se batiera heroicamente contra las hordas mercenarias que en
este mismo Año de la Educación invadieron a nuestro país (APLAUSOS).
Mas, no fue necesario solo el heroísmo de nuestro
pueblo; no fue necesario solo el valor de nuestro pueblo. Fue necesaria también la fe de nuestro
pueblo, y fue necesario el esfuerzo extraordinario que nuestro pueblo,
principalmente nuestra juventud, ha venido realizando durante largos meses,
para así poder izar aquí en este pueblo de la provincia de La Habana esa
bandera que dice: “Territorio libre de analfabetismo”
(APLAUSOS).
El derecho a izar esa bandera es el resultado del
esfuerzo, del heroísmo y de la fe de nuestro pueblo en su propio destino. Y es, verdaderamente, un motivo de orgullo no
solo para Melena del Sur, sino también es un gran motivo de orgullo para
nuestra patria saber que es este el primer pueblo de toda la América Latina que
puede izar esa bandera.
Y con seguridad que serán muy pocas ciudades y
municipios de Estados Unidos que puedan izar esa bandera; y, sobre todo, allá
en los estados del sur, donde todavía predomina el sistema de explotación semiesclavista y donde la odiosa discriminación se ensaña
sobre millones de seres humanos. Allí,
donde se practica la aborrecible costumbre de separar a unos niños de otros por
el color de la piel; allí, donde se persigue por motivos o pretextos raciales;
allí, donde bandas sanguinarias montan guardia para impedir que unos niños
vayan a las escuelas de otros niños; allí no podrá izarse esa bandera.
Esa bandera, el haberla izado hoy aquí en Melena del
Sur, significa que Melena del Sur no es solamente el primer territorio de Cuba
libre de analfabetismo; ¡significa que Melena del Sur es el primer territorio
libre de analfabetismo de América!
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Melena, Melena, Melena es la
primera!”) Y eso dice mucho más en favor
de la Revolución que ningún otro argumento; eso dice mucho más que ninguna
palabra para barrer el velo de calumnias que sobre nuestra patria quiere
extender el imperialismo.
Eso dice, más que ninguna otra razón, que la
Revolución era el camino de nuestro pueblo: eso es un argumento demasiado poderoso
para que los imperialistas lo puedan rebatir.
Y por eso, los imperialistas yankis, que son culpables del 80% de
analfabetismo de Guatemala, y de Bolivia, y de otros pueblos de América Latina
(EXCLAMACIONES DE: “¡Cuba
sí, yankis no!”); el imperialismo, que carga sobre sus hombros con la culpa de
la miseria y de la ignorancia de toda una porción del continente donde viven
200 millones de seres humanos, ¿qué puede decir frente a eso?, ¿qué trata de
hacer frente a eso?
Como frente a eso no puede decir nada, como frente a
eso no trata de argumentar nada, lo único que cree poder hacer, y lo único que
por eso trata de hacer, es destruirnos.
Por eso, organiza invasiones; por eso, organiza conjuras contra nuestro
país; porque no tiene nada que decir, porque no tiene nada que argumentar,
porque imperialismo solo quiere decir sangre, incultura, esclavitud y miseria,
¡por eso quiere destruir al pueblo cuya Revolución le trae la luz de la
cultura, le trae trabajo, le trae pan, le trae libertad, le trae felicidad!
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE:
“¡Patria o Muerte!”)
Pero no se trata solo de que no tenga nada que decir
ni qué argumentar, sino algo más importante todavía, que el imperialismo
tampoco tiene nada que hacer, ni cómo hacer, contra nuestra Revolución; aunque
crean y aunque traten de destruirla, lo que nunca conseguirán será eso, lo que
nunca lograrán será vencernos, lo que nunca podrán será aplastarnos, lo que
nunca podrán será esclavizarnos, lo que nunca podrán será sumirnos de nuevo en
la esclavitud y la ignorancia. Y lo que
ocurrirá será que, más tarde o más temprano, los demás pueblos hermanos de
América saldrán también de la esclavitud, saldrán también de la miseria, saldrán
también de la explotación, y saldrán también de la ignorancia (APLAUSOS).
En el día de hoy, los cables informan sobre los
acontecimientos en Ecuador. En Ecuador,
al igual que tratara de hacerlo recientemente en el Brasil, aprovechando la
crisis política suscitada en aquel país hermano, el imperialismo trató
igualmente de promover un golpe de Estado militar y reaccionario. Cuando lo trataron de hacer en Brasil,
fracasaron; y ahora, que lo trataron de hacer en Ecuador, a través de los
militares, violando de nuevo la Constitución, insubordinándose contra los
poderes legítimos de la nación, tratando de impedir la sustitución
constitucional, ¿qué ha ocurrido? Pues,
sencillamente, que los obreros se levantaron y decretaron una huelga general
(APLAUSOS), los estudiantes se lanzaron a la lucha, el pueblo se lanzó a las
calles, y la fuerza aérea del Ecuador apoyó al movimiento popular (APLAUSOS
PROLONGADOS), atacó los cuarteles de los golpistas, y aplastó al movimiento
militar, y, en consecuencia, el vicepresidente de la república, apoyado por los
trabajadores, por los estudiantes y por el pueblo, secundado por una parte de
las fuerzas armadas, asumió la presidencia de la república, liquidando el golpe
reaccionario de los imperialistas (APLAUSOS PROLONGADOS).
El pueblo ecuatoriano acaba de obtener una impresionante
victoria frente a los reaccionarios, frente a los golpistas y frente al
imperialismo.
Antes no ocurría así en la América Latina. En el curso de solo breves meses, el
imperialismo ha sufrido dos grandes derrotas: en Brasil, el pueblo, apoyado por la
parte revolucionaria de las fuerzas armadas; y de nuevo, en Ecuador, el pueblo,
apoyado por núcleos revolucionarios de las fuerzas armadas.
Antes, los golpes se sucedían; a la menor crisis
política, los militares se presentaban como los “salvadores”, los militares se
presentaban como los “defensores del orden”, y los pueblos caían en largas
etapas de oscurantismo y tiranía; pero ya los pueblos de América han aprendido.
El pueblo dominicano, por ejemplo, se niega a dejarse
imponer las fórmulas injerencistas del imperialismo
yanki, y lucha contra el trujillismo, y lucha contra la componenda, y lucha
contra la maniobra imperialista; y la situación en el hermano pueblo de Santo
Domingo se escapa cada vez más de las manos del Departamento de Estado yanki.
En Perú, el movimiento popular hizo renunciar al
gabinete; en Ecuador, el movimiento popular, luchando en las calles, aplastó el
golpe; en otros pueblos hermanos, como el de Brasil, también las fuerzas del
pueblo infligieron una derrota al imperialismo. Y en otros pueblos de América Latina se nota,
cada vez más pujante, la fuerza de los pueblos.
Las victorias del pueblo cubano no han sido las únicas
victorias de América. La derrota de
Playa Girón no ha sido la única derrota del imperialismo en este año. Los pueblos despiertan, los pueblos se
levantan, los pueblos se yerguen, y los pueblos están obteniendo victorias tras
victorias contra las maniobras de sus enemigos, contra los reaccionarios,
contra los golpistas, contra los imperialistas.
Ese es el cuadro de América.
Mientras el imperialismo trata inútilmente de
destruirnos, mientras el imperialismo, contra todas las leyes de la historia,
trata de aplastar a la Revolución Cubana, controlan cada día menos la
situación, son cada día más impotentes frente a los pueblos. Pero eso significa también que sus acciones
serán cada día más desesperadas, que su odio contra Cuba y su Revolución será
cada día mayor. El imperialismo, en su
desesperación, es capaz de las peores acciones, es capaz de cualquier zarpazo
contra nuestro país y contra cualquier país de América Latina.
El imperialismo ahora trata de evitar la revolución
mediante el soborno, mediante la mentira, mediante el chantaje, mediante
promesas. Cuando la mentira, el soborno,
el chantaje y las falsas promesas, demuestren ser absolutamente inútiles, no
hay que dudar de que el imperialismo acudirá a la
fuerza. No sería extraño que cuando el
imperialismo compruebe que sus misiones militares, sus embajadas, sus
monopolios y sus gobiernos títeres, son incapaces de contener a los pueblos,
lleguen hasta a enviar a su infantería de marina, lleguen —con diversos
pretextos— a enviar a sus propias fuerzas militares contra la
América Latina. Pero eso sería el
síntoma inequívoco de la agonía y del fin del imperio.
Si los franceses no pueden vencer a unos pocos
millones de argelinos, que luchan en condiciones difíciles, que luchan en
aquellos desiertos, que luchan contra todos los recursos militares de Francia,
que luchan, incluso, contra una parte de la población de Argelia, descendientes
de franceses, ¿qué sería el día en que los imperialistas yankis, en que los
soldados del imperialismo yanki se atrevieran a invadir tierra
latinoamericana? ¿Qué ocurriría al
imperialismo si, por el camino que lleva, termina enfrascándose en una guerra
colonial contra 200 millones de latinoamericanos?, donde no podrán contar con
otro apoyo que el apoyo de minorías insignificantes de vendepatrias
y de traidores, frente al sentimiento y al patriotismo de los latinoamericanos;
donde no podrán contar con descendientes yankis. Porque nuestros pueblos hablan otro idioma,
nuestros pueblos tienen otra cultura, nuestros pueblos tienen otra
idiosincrasia, y nuestros pueblos de los yankis no conocen más que los
monopolios, las intervenciones, los saqueos, la burla, la humillación, la
explotación. De los yankis no sabemos
más que todo el daño que nos han hecho, de todos los crímenes que han cometido;
de los yankis, es decir, de los imperialistas que gobiernan al pueblo de
Estados Unidos, no conocen los pueblos de América Latina otra cosa que la larga
historia de abusos, de injusticias y de agresiones cometidas.
Por el camino que va el imperialismo, en su
desesperación, corre el riesgo de enfrascarse en una guerra colonial, inútil,
contra los pueblos de América Latina.
Esperamos que la victoria del pueblo del Ecuador sea
una lección para los intervencionistas yankis, que sea un ejemplo más para los
imperialistas yankis, y que aprendan esa lección. Porque si bien es cierto que en días
recientes una bomba de 50 megatones...
(APLAUSOS) causó profunda impresión en el ánimo de los imperialistas, el
movimiento victorioso del pueblo del Ecuador ha de haber causado en el día de
hoy, en el ánimo del Departamento de Estado yanki, y de los imperialistas yankis,
el efecto de una bomba de 75 megatones (APLAUSOS).
Nuestro pueblo irá comprendiendo cada día mejor estas
cosas, porque para eso nuestro pueblo está estudiando, para eso nuestro pueblo
está erradicando el analfabetismo.
Nuestro pueblo, por eso, comprenderá, cada día mejor, los problemas
políticos, los problemas económicos, los problemas históricos y los problemas
internacionales. Ya no leemos
“Selecciones”, ya la UPI y la AP no pueden embutirnos; ya las películas de
Hollywood, con sus estupideces y sus cretinadas, no
pueden envenenar la conciencia y la mente de nuestra juventud y de nuestro
pueblo; ya no hay más falseadores de historia para enseñar la mentira en vez de
la verdad; ya no se leen en nuestras escuelas los libritos escritos por los
yankis, o por los escritores al servicio de los yankis que le decían a nuestro
pueblo que la independencia no se la debíamos al esfuerzo heroico de nuestros
mambises, al valor incomparable, ni al sacrificio de decenas y de cientos de
miles de cubanos, sino que se lo debíamos a los yankis. A los yankis que vinieron cuando España
estaba más derrotada de lo que está ya Francia en Argelia, o de lo que estuvo
Indochina; a los yankis que vinieron precisamente para impedir nuestra independencia: a los yankis que vinieron para apoderarse
como aves de rapiña de los despojos del imperio decadente de España; a los
yankis que entraron en esa guerra, no para libertar pueblos, sino para
conquistar territorios; a los yankis que entraron en esa guerra para esclavizar
como han esclavizado durante 60 años a nuestros hermanos portorriqueños
(APLAUSOS); a los yankis que entraron en esa guerra para apoderarse de Hawai,
para apoderarse de Filipinas y para implantar en nuestro país su descarada y
odiosa Enmienda Platt, que les daba derecho a desembarcar su infantería de
marina cuantas veces les viniese en gana.
Ya no hay libros para enseñar la mentira a los niños y
a los jóvenes; ya no hay instrumentos para engañar a los pueblos y
confundirlos. ¡No! Ahora nuestro pueblo tiene la oportunidad de
saber, de aprender y de conocer las grandes verdades. Ahora no solo aprenden la verdad, sino que
los que antes no podían aprender ni la verdad ni la mentira, porque no sabían
ni siquiera leer, ahora también aprenderán la verdad (APLAUSOS).
Esa es la importancia que tiene la tarea que ustedes
están realizando; esa es la importancia que tiene la campaña de
alfabetización. Y nunca un pueblo se
dedicó con más tenacidad y más entusiasmo a la tarea de enseñar y de aprender;
nunca un pueblo le dedicó tanta energía a la lucha contra la ignorancia, a la
lucha por la cultura.
Y eso significa lo que es una revolución. Una revolución educa, una revolución combate
la ignorancia y la incultura, porque en la ignorancia y en la incultura están
los pilares sobre los que se sostiene todo el edificio de la mentira, todo el
edificio de la miseria, todo el edificio de la explotación.
Se puede engañar a los ignorantes, se puede explotar a
los ignorantes, se puede abusar de los ignorantes. Por eso los explotadores siembran la
ignorancia, y por eso las revoluciones siembran la cultura; por eso los
explotadores siembran el analfabetismo, por eso las revoluciones enseñan a leer
y a escribir; por eso en el pasado había cerca de un millón de personas adultas
que no sabían ni poner su nombre, ¡y por eso ahora empiezan a llegar los partes
de los cientos y cientos de miles de personas adultas que han aprendido a leer
y a escribir! (APLAUSOS.)
Los que enseñan la verdad preparan a los pueblos para
comprenderla; los que enseñan la mentira condicionan a los pueblos para
engañarlos. Los que defienden la
explotación, los privilegios y la injusticia, tratan de mantener a los pueblos
en la oscuridad y en la ignorancia más completa.
Las revoluciones, que predican la justicia, que se
hacen para redimir a los pueblos de la explotación, enseñan, educan, erradican
la ignorancia.
Pero no nos contentaremos solo con liquidar el
analfabetismo, sino que seguiremos aprendiendo y seguiremos enseñando,
seguiremos estudiando, y seguiremos dándole oportunidades al pueblo para
estudiar. Liquidar el analfabetismo no
es más que un primer paso; después vendrán nuevos pasos, después vendrán nuevas
batallas, porque nuestro pueblo tiene que proponerse estudiar, superarse, saber
cada día más, para comprender cada vez mejor; estudiar cada vez más para
comprender la verdad cada vez mejor (APLAUSOS).
¿Qué significa Melena del Sur “Territorio Libre de
Analfabetismo”? ¿En qué se fundamenta
esa afirmación? Vamos a explicarlo para
que todo el pueblo lo comprenda mejor.
En Melena del Sur había 2 868 analfabetos, entre 14 y
100 años de edad —debe tenerse en cuenta que la lucha nuestra contra el
analfabetismo no admitió límites de edad, que en todas partes siempre se
establece un límite en los 60 años. De
estos 2 868 analfabetos, 23 eran personas muy ancianas y fallecieron; 61 fueron
trasladados, es decir, se trasladaron por motivos de trabajo a otros
municipios, donde a su vez los Consejos Municipales se encargaron de su
educación. Se negaron 103 a
estudiar. De esos 103, el 75% de los
mismos eran personas entre 55 y 80 años, es decir, eran personas ya de edad.
Tiene explicación el porqué la mayor parte de los 103
que se negaron, tiene explicación la causa, fundamentalmente la edad. Y de los 103, el 25% era de 16 a 55 años, es
decir, eran jóvenes. Es decir que
solamente unas 26 personas de 2 868, 26 personas jóvenes de 2 868 personas, se
negaron a alfabetizarse.
Como es natural, a nadie se le alfabetizó por la
fuerza, y nadie pensó nunca alfabetizar a nadie por la fuerza. Cuatrocientos doce eran personas inalfabetizables, es decir, incapacitadas para la
alfabetización, y los 2 269 restantes fueron alfabetizados (APLAUSOS).
¿Cómo hicieron el trabajo? Comprobaron caso por caso. Los analfabetos inalfabetizables
ascienden a la cantidad de 412, y las causas que lo justifican han sido
comprobadas por el médico de la unidad sanitaria de este municipio, el cual ha
elevado al consejo una certificación para constancia.
Los analfabetos negados son un total de 103. El 65%, personas comprendidas entre los 55 y
80 años, y el 25% de 16 a 55. Los
analfabetos que se negaron a incorporarse a la campaña, por medio de actas han
expuesto las razones de la no incorporación a las labores de alfabetización.
Es decir que toda persona alfabetizada y toda persona alfabetizable que estuviera dispuesta a estudiar, han sido
alfabetizadas, y solamente 26 personas jóvenes de 2 868, se negaron a
alfabetizarse, esos no podemos contarlos.
Los demás que se negaron tienen de 55 a 80 años de edad, y se explica
perfectamente su resistencia a la alfabetización.
El estado actual de la campaña: de 988 368 analfabetos localizados, 37
832 no están estudiando; 89 041 son inalfabetizables. Han aprendido ya a leer y escribir 353 623
hasta el día 1ro de noviembre (APLAUSOS), y están aprendiendo 500 126 más;
estas son las cifras.
Hay personas recalcitrantes alfabetizadas; son una
exigua minoría: 27
832, entre los que no quieren, y los que por cualquier causa no hayan recibido
al alfabetizador. De esos 37 832, la
inmensa mayoría ya son personas de mucha edad, es decir que los individuos que
se hayan negado a alfabetizarse, posiblemente no pasen de 10 000 en toda la
isla. De esos 10 000, hay una parte que
por motivo de complejos, falta de confianza en su propia capacidad de aprender,
se niegan a alfabetizarse, y el resto, una minoría —la hay también— una
pequeñísima minoría que no quiere alfabetizarse porque son gusanos (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”).
Nosotros sabemos de casos de algunos gusanillos (RISAS)
que además de gusanillos son analfabetos, que han dicho que no se van a
alfabetizar, para que cuando diga el Gobierno Revolucionario que ha aniquilado
el analfabetismo, poder ellos decir que no, ¡porque ellos son analfabetos! (RISAS Y EXCLAMACIONES.)
Ya eso no es un caso de analfabetismo. Nosotros no debemos contar a los 89 041 que
son inalfabetizables, porque sus condiciones les
impide alfabetizarse. No debemos contar
a las personas de edad muy avanzada, que se les hace imposible ponerse a
estudiar. Incluso, se debe sentir cierta
conmiseración por aquellos que, por un complejo invencible, una falta
invencible de confianza en sí mismo, no quieran estudiar; pero esos que no
quieren estudiar porque son enemigos de la Revolución, ya ahí no se trata de un
caso de analfabetismo, ¡se trata de un caso de “burrismo”! (RISAS Y APLAUSOS.) Ya esos señores no son,
ni se les puede llamar, analfabetos, hay que llamarlos burros (RISAS Y
APLAUSOS). Y nosotros hemos hablado de
alfabetizar a los analfabetos, no a los burros (RISAS). Desde luego, no se puede calificar así al
anciano de 70 años que no haya querido alfabetizarse porque le parece que es
imposible, que no haya podido vencer su falta de fe o sus condiciones.
No debemos calificar así a las personas que por motivos
físicos, de edad, o de cualquier tipo, son inalfabetizables. No debemos calificar así sino exclusivamente,
a aquellos que por perezosos incurables, por vagos incorregibles o porque son
gusanos (EXCLAMACIONES DE:
“¡Fuera!”) no quieren alfabetizarse. Y esos son unos poquitos miles que sobran los
dedos de la mano para contar los miles de individuos de esa calaña que
posiblemente no lleguen a 5 000 entre 988 368 antiguos analfabetos. Bueno, ¡qué inteligentes son esos que no
quieren estudiar por vagos o por contrarrevolucionarios! Los podríamos poner a comer en el mismo
pesebre que al insigne “Tony” Varona (EXCLAMACIONES
DE: “¡Fuera!”)
líder de contrarrevolucionarios.
Así que este es el resultado del esfuerzo realizado,
hay 139 610 alfabetizadores populares, 89 199 brigadistas, 12 725 brigadistas
“Patria o Muerte” (APLAUSOS) —los 89 199 eran brigadistas “Conrado Benítez”
(APLAUSOS)— y 32 579 maestros (APLAUSOS), con un total
de 274 113 alfabetizadores (APLAUSOS).
Ahora bien, nos queda el esfuerzo más importante y más
decisivo: terminar
de alfabetizar a las quinientas y tantas mil personas que están aprendiendo
todavía.
Se me olvidaba señalar que de las cifras de personas
que se negaron a alfabetizarse, ya hay, incluso, una parte que está solicitando
que se le alfabetice (APLAUSOS), porque, naturalmente, cada día se darán más
cuenta de lo bochornoso y de lo triste que va a resultar en este país el
individuo que diga que no sabe leer ni escribir. Porque antes, cuando un individuo tenía que
poner las huellas digitales en vez de su firma, sabía que había, por lo menos,
un millón de personas que estaba en la misma situación que él, pero ahora,
cuando no sabe leer ni escribir significa que solo una parte ínfima de la
población está igual que él, que son muy contadas las personas que no saben
leer ni escribir, y que el pueblo va a tener muy mal concepto de cualquier
persona de menos de 55 años y más de 14 que no sepa leer ni escribir. Al joven que no sepa leer ni escribir, a ese
le va a costar trabajo hasta encontrar novia (RISAS Y APLAUSOS).
Cuando llegue a la casa cualquier obrero, y resulta
que el hombre no sabe leer ni escribir; cuando llegue a solicitar algún
trabajo, vaya a cobrar y tenga que mojar el dedo gordo en la almohadilla para
firmar, ¡qué vergüenza para cualquier hombre de más de
catorce años y de menos de cincuenta y cinco que no sepa leer ni escribir, y
que, cuando lo vean piensen: ¿Será este
un gusano? ¿Será un contrarrevolucionario? ¿Será un burro? (RISAS Y EXCLAMACIONES.)
Claro está que a una persona inválida no la vamos a
juzgar así; claro que a un anciano no lo vamos a juzgar así, y tenemos que ser
comprensivos con esos casos. Pero siendo
un hombre en condiciones físicas idóneas, y con edad relativamente idónea
también, que no sepa leer ni escribir, se le van a hacer cada día más penosa
sus relaciones con el resto del pueblo, porque ya no puede decir que hay un
millón igual que él.
Decíase que “mal de muchos, consuelo de tontos”. Ahora ni eso; ahora los tontos no van a tener
el consuelo de pensar que hay muchos que no saben leer ni escribir.
Bien, puede quedar alguno que otro rezagado, porque su
trabajo, circunstancias especialísimas, le hayan impedido alfabetizarse; otros
porque no recapacitaron o no pensaron, y luego recapacitan. Los que queden salteados que sean alfabetizables, y no sean burros, los maestros, ahora que
hay maestros en todo el territorio nacional, ahora que hay un número suficiente
de maestros para atender a todas las necesidades escolares, serán los
encargados de liquidar esos residuos de analfabetismo.
Pero el problema es ahora; entre hoy y el 20 de
diciembre, entre hoy y el 20 de diciembre —y cuenten los días— hay que liquidar
la campaña agotando todos los medios, todos los alfabetizadores, las
organizaciones de masas, y las ORI y los JUCEI, y todas las autoridades, y
todos los maestros y todo el pueblo, tiene que liquidar la campaña el 20 de
diciembre.
Es decir que hay que tomar más en serio que nunca el
trabajo; no tendría justificación que ningún brigadista y ningún alfabetizador
perdiera su tiempo, o dejara de hacer el esfuerzo necesario para aumentar, si
preciso fuere, las horas de estudio, el trabajo, la insistencia, a fin de
cumplir la jornada que falta para liquidar la campaña.
Este es un problema como en todo, en las competencias,
en la guerra, en todo. Este esfuerzo
final debe ser siempre el esfuerzo mayor, debe ser el esfuerzo decisivo. Es ahora cuando no se puede bajar la guardia,
es ahora cuando no se puede disminuir la atención, es ahora cuando hay que hacer
el verdadero esfuerzo máximo.
¿Ustedes han terminado ya aquí? Pues, bien, ¡salir inmediatamente a reforzar
a otros municipios! (APLAUSOS.) Esto es como en la guerra: una unidad tomó una posición y va
inmediatamente hacia otro sitio a reforzar a sus compañeros, a reforzar a sus
fuerzas allí donde la batalla es más dura.
Han terminado dos municipios, porque aquí ya hay un
informe que dice: “Hoy
terminó también San Antonio de las Vegas, municipio vecino” (APLAUSOS). A medida que se vaya completando la tarea en
un municipio, hay que movilizar toda la fuerza alfabetizadora
que ha trabajado en ese municipio hacia otros municipios, con su experiencia,
porque una de las causas por las cuales este término liquidó antes que nadie el
analfabetismo, se ha debido a la buena organización y se ha debido a los
métodos que han empleado. Hay que ir con
esos mismos métodos a otros municipios.
Esto quiere decir que durante más de un mes ustedes
pueden reforzar el trabajo en otros términos; que los de San Antonio de las
Vegas pueden reforzar a otros términos.
Nadie se puede dar por vencido o puede dar por terminado su trabajo
antes del 20 de diciembre; y lo que hay que hacer es ir a reforzar
inmediatamente los otros municipios que no han terminado (APLAUSOS).
Es decir que dos han terminado: van a reforzar los otros; 10 más
terminan, y van a reforzar los otros; y si han terminado 100 y faltan 20,
entonces les caemos con todo el ejército de alfabetizadores a los 20 que faltan
(APLAUSOS). Claro está que no podemos
prolongar esto unos “diítas” más, porque vienen todos los planes de educación,
viene el próximo curso. Si pudiéramos
prolongar unos “diítas” más, no habría problemas; la cuestión es hacer el
trabajo con los “diítas” que nos quedan.
Pero así también, por esta fecha, más o menos por el
mes de noviembre, ya los rebeldes estábamos luchando en el llano; íbamos
cercando un pueblo, otro pueblo. Cuando
liquidábamos un pueblo, inmediatamente movíamos esa fuerza para los otros; mientras
más pueblos liquidábamos, más fuerzas teníamos.
Y así, los últimos días ya era un “paseo”, porque cada vez eran menos
enemigos y más fuerzas disponibles para luchar contra esos menos enemigos. Y así tienen que hacer ustedes ahora. Estamos en noviembre; para esta fecha,
nosotros estábamos aproximándonos a Guisa; y después que unos tomaban un
pueblo; otros, otro; otros, otro, íbamos para el otro: Baire, Jiguaní, Contramaestre, Maffo. Lo mismo
estaba ocurriendo en el norte de la provincia, lo mismo estaba ocurriendo en
Las Villas, hasta que el enemigo se rindió.
Así tienen que hacer ustedes (APLAUSOS), como un verdadero ejército de
revolucionarios:
tomada esta posición, inmediatamente atacar las demás posiciones;
y cada vez que se tome una posición, hacia las otras.
Ahora comenzarán a aparecer los municipios que han
terminado; vamos a ver cuál es el último.
Ya sabemos cuál es el primero, ya sabemos cuál es el segundo, vamos a
ver cuál es el último. Yo me acuerdo que cuando nosotros éramos muchachos,
jugábamos en las escuelas y lanzábamos una carrera, decían: “La peste el último” (RISAS). Vamos a ver qué municipio es “la peste” en
esta carrera.
Desde luego debemos reconocer que en algunos sitios es
más difícil la cosa, pero no debemos reconocerlo mucho. Sabemos que llovió, sabemos que iba a pasar
un ciclón, sabemos todo eso; pero no debemos echarle la culpa al ciclón, ni a
la lluvia, ni a los problemas de comunicación.
Lo que sí hay que hacer es ir a reforzar inmediatamente a aquellos
municipios de mayor número de analfabetos, condiciones más difíciles, para que
todos tengan oportunidad de salir airosos.
Bueno, y si de todas maneras hay un último municipio,
pero cumple, pues por lo menos habrá cumplido, aunque sea el último. Pero hay que tratar de no ser el último
(APLAUSOS). (ALGUIEN LE PREGUNTA QUE “SI
TERMINAN TRES A LA VEZ...”) Si terminan tres el mismo día, entonces el último
será el que empezó primero... No, yo no
digo el que terminó primero, sino el que empezó; yo no dije el que terminó,
sino de los tres últimos, el que tardó más tiempo, pero, de todas
maneras... Creo que así se hace con los
mellizos, cuando preguntan cuál de los dos es el mayor, hay una regla también
de eso (RISAS)... Bueno, de todas
maneras hay que luchar por no ser el último; y, sobre todo, hay que luchar por
cumplir las tareas; y, naturalmente, distribuir los recursos que vamos teniendo
libres, las fuerzas que vamos teniendo libres, para los puntos más difíciles.
Yo no creo que haya ningún municipio, ningún grupo de
brigadistas, ningún Consejo Municipal de Educación que quiera ser el
último. Ahora vamos a ir sacando la
lista en los periódicos, y después quedará en la historia de la campaña de la
alfabetización (APLAUSOS). Ya hay un
lugar que tiene Melena del Sur, que no se lo puede quitar nadie (APLAUSOS).
Así que en la historia de la campaña ya habrá un lugar
que nadie podrá discutir y que siempre estará ahí. Pero parece ser también que en la emulación
azucarera, el central correspondiente a esta zona se llevó el primer lugar de
la provincia (APLAUSOS). Y la granja del
pueblo donde se ha cosechado más malanga por caballería, llegando a 3 683
quintales por caballería, es también una granja de aquí de Melena del Sur
(APLAUSOS). ¡Se está volviendo un
pueblito revolucionario y campeón el pueblo este de Melena del Sur! (APLAUSOS.)
Dicen que en deportes, de esta zona, también ganó Melena del Sur
(APLAUSOS), aunque dicen los compañeros de San Antonio de las Vegas que ellos
van a continuar luchando por el primer lugar.
¡Vamos a ver ahora si ustedes defienden bien todos los triunfos que han
alcanzado!
Y así tiene que ser la emulación entre todos los
municipios. No es cuestión de siempre
estar hablando del municipio... para
tener derecho a hablar, hay que trabajar (APLAUSOS), para tener derecho a
hablar, hay que luchar. Ya no es como
antes, que decían: “No,
porque mi pueblo tiene un parque más bonito, o porque tiene tal cosa, y más
cosas”; no, no, ahora hay que ganarse el
derecho a hablar de su pueblo, por los éxitos que hayan obtenido. Y ya ustedes ven qué satisfacción tan grande
les proporciona a ustedes saber que han quedado en el primer lugar, en la
alfabetización, que ya ese primer lugar quedará ahí, y que son el primer
municipio de la América Latina que ha logrado eso.
Dentro de 200 años, cuando se haga la historia de la
campaña de alfabetización de la Revolución, entonces, en primer lugar estará
Melena del Sur (APLAUSOS). Ya todos
nosotros estaremos viejitos para esa fecha...
(RISAS); desde luego, lo que no se puede hablar es de que estemos
muertos, porque el himno dice que “morir por la patria es vivir”; y, además,
porque toda la obra que ustedes están haciendo seguirá viva; todos los triunfos
que ustedes han alcanzado y, sobre todo, la página de la historia que ustedes
están escribiendo, seguirá eternamente presente en nuestro pueblo, y en todos
los pueblos. Lo que muere es el egoísmo,
el vicio, aquellas cosas que no tienen mérito, que no tienen gloria, que no
tienen utilidad para el hombre.
¿Quién se va a acordar, dentro de 200 años, de los
esbirros? (RISAS.) ¿Creen ustedes que el
nombre de Tony Varona aparezca en algún libro de
historia, dentro de 200 años? (RISAS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Hablará alguien de los gusanos? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Quién se acordará de los gusanos? (EXCLAMACIONES DE: “¡Nadie!”)
Y, sin embargo, siempre la historia escribirá los
nombres y los triunfos de los heroicos cubanos que cayeron allí y murieron
peleando contra los gusanos (APLAUSOS); siempre la historia hablará de los
brigadistas “Conrado Benítez” (APLAUSOS), hablará de los alfabetizadores
(APLAUSOS), hablará de esa niña que enseñó a leer y escribir a ocho analfabetos
(APLAUSOS). (SUBEN A LA NIÑA A LA
TRIBUNA).
Bueno, explica ahí a cuántos fue a los que tú
enseñaste a leer y escribir.
NIÑA.- Yo enseñé
a ocho.
DR. CASTRO.-
¿En qué tiempo?
NIÑA.- En dos
meses.
DR. CASTRO.- ¿A
los ocho?
NIÑA.- No, a
los ocho no...
DR. CASTRO.-
¿Dónde fueron?, explica aquí...
NIÑA.- Yo
alfabeticé dos en Sagua de Tánamo, tres aquí y tres
en Güines (APLAUSOS).
DR. CASTRO.-
¡Así que ocho! (APLAUSOS.) Y, ¿cuántos años tú tienes?
NIÑA.- Once.
DR. CASTRO.- Y
ahora, ¿qué vas a hacer?
NIÑA.- Yo, si
la patria me necesita, ¡seguiré alfabetizando!
(APLAUSOS.)
DR. CASTRO.- Le
han dado un premio, una colección de obras de Martí (APLAUSOS).
Nosotros sabemos de un joven, brigadista también, en
Pinar del Río, que ha alfabetizado a 32 personas (APLAUSOS).
Así se ha ido llevando adelante esta campaña. Ya estamos finalizando el año. El año que viene tenemos otras tareas; tendremos
que darle un gran impulso a la educación superior, es decir a la educación
universitaria, a la educación tecnológica, preuniversitaria y de secundaria
básica, al mismo tiempo que sigue la campaña de seguimiento —que es como le
llaman en el ministerio. La campaña de
seguimiento son los cursos sucesivos.
Ustedes saben que se van a conceder más de 50 000
becas, dándoles prioridad a los jóvenes de los centrales azucareros y de los
pueblos donde no hay secundaria básica, de secundaria básica. Hay becas para estudiar de todo, y nos
interesan mucho, sobre todo, los brigadistas, los jóvenes que han estado
alfabetizando... (APLAUSOS). Para la secundaria básica hay 20 000 becas; hay
1 000 becas, ó 1 500 por un lado, para maestros primarios, 1 000 por otro lado;
varios miles de preuniversitaria; también de las escuelas tecnológicas; también
de estudio de idiomas; de instructores revolucionarios, de instructores de
arte, para la Academia Nacional de Arte.
Y, en fin, en total hacen más de 50 000 becas en toda la isla.
Es necesario también que los brigadistas mantengan su
organización en los centros de estudio donde estén, que no se diluyan, sino
que, en todos los institutos preuniversitarios y escuelas de cualquier tipo,
los brigadistas mantengan su organización.
No deben perder ese espíritu de compañerismo, ese entusiasmo, ese
espíritu revolucionario. Porque hay una
cosa que no se ha dicho aquí:
ustedes han enseñado mucho a muchas personas, pero muchas
personas les han enseñado también mucho a ustedes (APLAUSOS). Ustedes van a regresar a las aulas con una
experiencia y una actitud frente a la vida, más revolucionaria, más entusiasta,
de lo que ustedes fueron a los campos.
Habrán comprendido mejor todo lo que todavía la Revolución tiene que
hacer en industrias, en caminos, en hospitales; lo que la Revolución tiene que
hacer en viviendas. Todo lo que todavía
tenemos que hacer. Y necesitamos, sobre
todo, que la juventud se convenza de eso.
La juventud de Cuba, hoy día, ha desempeñado un papel
de extraordinaria importancia, está jugando un rol, como posiblemente no lo
haya hecho ninguna otra juventud, en la educación y en la defensa del
país. Hay que también situarse a la
vanguardia de la Revolución en el estudio, en el estudio de las enseñanzas
técnicas, en la cultura general, en la cultura política; hay que situarse
también en el esfuerzo por la producción.
Vemos en la gente joven la fuerza que se desarrolla y
que crece, llamada a desempeñar un papel grandioso en la Revolución, a sostener
a la Revolución con su entusiasmo inagotable, su energía. Es alentador saber que miles y miles de
jóvenes, y decenas de miles de jóvenes, con una mentalidad revolucionaria, con
una preparación cada vez más elevada, se incorporan a los trabajos del pueblo,
se incorporan al esfuerzo del pueblo.
Vemos cómo un pueblo nuevo va surgiendo de entre
nuestra juventud. Y tenemos derecho a
sentirnos confiados cuando vemos que se cuentan 89 000 jóvenes estudiantes, en
estos momentos, dedicados a la alfabetización; del comportamiento que han
tenido, de la disciplina, de la actitud, de la resistencia, de la constancia,
de la tenacidad; cómo han soportado las incomodidades, la separación de sus
seres queridos, el cambio de vida, el cambio de costumbres. Y el hecho de que a estas horas tengamos 89
000 brigadistas dice mucho.
Y dice más todavía, dice que los brigadistas “Conrado
Benítez” se han comportado mejor que los brigadistas “Patria o Muerte”
(APLAUSOS). La generación actual, es
decir, la generación adulta, los trabajadores, a través de sus organizaciones,
ofrecieron 30 000 brigadistas “Patria o Muerte”, y aquí hay 12 725.
En esta emulación entre los jóvenes y los adultos, los
jóvenes están delante (APLAUSOS). El
llamamiento se hizo a 100 000 brigadistas juveniles. Se presentaron más de 100 000. Pero lo importante es que en esta fecha hay
89 199. Así que entre los jóvenes y los
mayores, la práctica ha demostrado que el porvenir y las esperanzas de la
patria están en los jóvenes más que en los mayores (APLAUSOS).
También en la defensa de nuestro país los jóvenes han
jugado un importante papel (APLAUSOS).
Tienen que jugarlo también en el trabajo, en el deporte. En el estudio, vamos a ver cómo quedan
ustedes. Porque no vamos a dejar de
considerar que, en parte, el campo es agradable y tiene también sus atractivos,
y a veces una loma nos atrae más que una aritmética.
Vamos a ver cómo ustedes le encuentran también el
valor y la belleza que tiene, y el gran incentivo que tiene el estudio,
sabiendo que en nuestro país ya desapareció el privilegio, que ya la cuestión
no es si el joven estudiante es hijo de “Fulanito” o de “Menganito”, que se
acabaron loes padrinos, que se acabaron las influencias, que se acabaron los
politiqueros.
¿Y qué será un joven en nuestro país?, ¿qué
consideración tendrá?, ¿qué responsabilidad tendrá? La que él sepa ganarse con su esfuerzo y con
sus méritos. Si un joven pregunta: “¿Qué seré, qué
haré?” Le podemos decir:
“Harás y serás lo que quieras ser (APLAUSOS). Tu mérito será quien hable siempre por ti; tu
esfuerzo, tu conducta, tu expediente.
Ese será tu padrino, ese será el personaje influyente que te
defenderá.” Y ese personaje se llama
“mérito”, que será lo que cuenta. Y es
una suerte ser joven, cuando es el mérito verdadero lo que cuenta, y todos
tienen verdaderas oportunidades de estudiar, de superarse, de progresar.
Vamos a ver cómo se portan en el estudio, y cómo
avanzan políticamente. Es lógico que
ustedes estén llamados a ser más revolucionarios todavía, porque han vivido la
Revolución jóvenes y adolescentes, cuando la Revolución comienza; porque la
Revolución simplemente ha comenzado (APLAUSOS).
Han vivido en la Revolución, respiran la atmósfera de la Revolución,
aprenden las enseñanzas y las experiencias de la Revolución, luchan dentro de
la Revolución, trabajan dentro de la Revolución.
Y ya verán ustedes los frutos de lo que han hecho, ya
verán cómo crece la cultura de nuestro pueblo, su preparación; cómo crece su
capacidad productiva, cómo crece su interés por todas las cuestiones del
estudio, de la ciencia, de la literatura, del arte; cómo se irá desarrollando
masivamente esa afición, que antes era cosa de una minoría, cuando los que hoy
están en las academias de instructores, salgan a nuestras cooperativas, a
nuestras granjas, a nuestros pueblos. Y
entonces la emulación no solo será en deportes, en educación, en trabajo, será
también en cultura; cuál pueblo tiene el mejor coro, el mejor conjunto de
baile, el mejor conjunto de teatro; qué pueblo alcanza mayores éxitos en las
actividades artísticas; qué pueblo de nuestro país se gana las simpatías de
toda la nación.
Y será una vida tan distinta del pasado, de aquel
pasado triste, de aquel pasado humillante, de aquel pasado asfixiante, sin
oportunidad para el joven, sin oportunidad para el humilde; aquel ambiente de
influencias, de corrupción, de privilegios; aquel ambiente de esclavitud, aquel
ambiente de abusos; aquel ambiente de arbitrariedad y de fuerza; aquel ambiente
apestoso y asfixiante del ayer.
Hoy tiene nuestro pueblo, por eso, derecho a ser
feliz, nuestro pueblo bueno, nuestro pueblo trabajador, nuestro pueblo
joven. Ambiente no tendrá jamás el
vicioso, ni el “bolitero”, ni el tahur,
ni el especulador, ni el explotador, ni el corrompido, ni el ladrón, ni el
“guataca”; no tendrá más aquellos sujetos parasitarios que vivían a costa de
medrar, de servir a los explotadores. No
habrá más explotadores.
Comprendemos que no ha sido fácil el camino de la
Revolución; comprendemos que algunos eran incapaces de adaptarse a la
Revolución; comprendemos que la minoría explotadora no se resignara a perder
sus privilegios, y hasta incluso se marchara, una parte considerable de esa
minoría explotadora, se marchara de nuestro país.
¡No saben a lo que han renunciado! No solo han renunciado a nuestro cielo, a
nuestro suelo, a nuestro aire, a nuestra luz.
Han renunciado a algo más que eso: han renunciado a la honra y a la
gloria de este minuto; han renunciado a la emoción de la historia que escribe
nuestro pueblo; han renunciado a esta alegría.
Ellos no pueden comprender por qué ríe nuestra juventud, como a nuestra
juventud le resulta difícil comprender por qué los gusanos son gusanos
(APLAUSOS). A ellos les resulta difícil
comprender por qué triunfa nuestro pueblo.
¿Qué alegrías fueron las de ellos? Las alegrías del egoísmo, las alegrías de las
vanidades, las alegrías de sus privilegios.
Alegría como esta no tuvieron ni tendrán jamás, porque renunciaron a
ella; la alegría de izar esa bandera, la alegría de venir aquí a celebrar,
jubilosos, el triunfo de un pueblo de nuestro país, su victoria sobre la
ignorancia, la alegría de la luz que han llevado ustedes a miles de personas en
este pedazo de nuestro país, la alegría de esas cifras, de esos cientos de
miles de alfabetizados; alfabetizados que han aprendido por la Revolución,
alfabetizados que seguirán aprendiendo con la Revolución, alfabetizados que son
legiones de inteligencias y de corazones, que se suman al ejército invencible
de la Revolución (APLAUSOS).
¡Sigamos adelante, sigamos trabajando, sigamos sembrando,
sigamos enseñando! Y así seguiremos
triunfando, seguiremos haciendo cada vez más útil, cada vez más útil el
sacrificio de los que cayeron. Y así cada día que pasa, cada obra nueva, es
como un tributo que les rendimos a los que hicieron posible el presente y el
porvenir luminoso de la patria.
Y así, un día como hoy, en este pueblo, de donde salió
también un día un joven, un joven como ustedes que apenas había alcanzado la
mayoría de edad, salió a cumplir con el deber, a enfrentarse abiertamente a la
tiranía, y que con sus veintiún años de edad, con sus veintiún años de dignidad
y de patriotismo, un día como hoy cayó asesinado por los esbirros de la
tiranía: el compañero “Rogito” Perea, junto con el compañero “Machaco” Ameijeiras (APLAUSOS).
Qué gran honor para este pueblo, qué gran satisfacción
para los padres de este joven que hoy, precisamente hoy, como una hermosa
corona tejida por cientos y cientos de brazos juveniles, de maestros y de
esforzados educadores, hoy, precisamente hoy, como una corona a su recuerdo
hayamos izado en su pueblecito natal esa bandera que dice: “¡Territorio Libre de Analfabetismo!” ( APLAUSOS.)
¡Qué mejor homenaje, qué mejor tributo a su memoria,
qué mejor modo de cumplir con los caídos!
La alegría de hoy, el recuerdo de hoy, la emoción de hoy, el triunfo de
hoy, como los triunfos de ayer y de mañana, dediquémoselos a ellos, a “Rogito”, a todos los héroes caídos, ¡para que la patria
siga adelante, para que la patria siga triunfando!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)