DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO
RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA CONMEMORACION DEL VIII
ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL CUARTEL MONCADA, EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION “JOSE MARTI”,
EN LA HABANA, EL 26 DE JULIO DE 1961.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS DEL
GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Comandante
Gagarin, primer cosmonauta del mundo, y héroe
de la Unión Soviética (APLAUSOS);
Señores
Presidentes de las Misiones Diplomáticas Especiales que nos acompañan hoy
(APLAUSOS);
Embajadores
Especiales (APLAUSOS);
Señores miembros
del Cuerpo Diplomático (APLAUSOS);
Obreros,
campesinos y estudiantes de América Latina y de otros países del mundo que nos
acompañan hoy (APLAUSOS);
Pueblo de Cuba
(APLAUSOS):
Ha sido un gran honor para todos nosotros que la Unión
Soviética haya enviado, para acompañarnos en la tarde de hoy, al hombre que
acaba de realizar el primer vuelo al espacio cósmico (APLAUSOS), condecorado
por eso, en su país, con la Medalla de Héroe de la Unión Soviética (APLAUSOS). Y esto prueba la gran amistad de ese pueblo
hacia nosotros (APLAUSOS).
Bien recordamos que fue por aquellos mismos días,
cuando la Unión Soviética se cubría de gloria y de prestigio lanzando el primer
hombre al espacio, cuando el gobierno de Estados Unidos lanzaba contra nuestro
pueblo su criminal invasión. Tuvimos
oportunidad de contrastar aquellos dos hechos:
el hecho en favor de la ciencia, en favor del progreso de la humanidad y
de la paz; y el hecho cobarde e inescrupuloso de la invasión mercenaria, que
inspirada en el propósito de recuperar sus privilegios y sus monopolios,
lanzaron los imperialitas contra nuestro país.
Por eso, porque en nuestro recuerdo están bien
presentes aquellos dos hechos, y por cuanto en aquellos mismos días nuestro
pueblo, en un acto de gran heroísmo derrotó a los mercenarios invasores, y
habiendo el Gobierno Revolucionario creado la Orden Nacional de Playa Girón
para premiar a todos aquellos hombres que hayan realizado hechos
extraordinarios en favor de la paz, y en favor de la ciencia, y en favor del
progreso de la humanidad, o bien en la lucha contra el colonialismo y contra el
imperialismo, nada más justo que condecorar con la primera Orden de Playa Girón
al primer cosmonauta del mundo, al comandante Yuri Gagarin (APLAUSOS), para que
así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos hechos, que ocurrieron casi
simultáneamente; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos actos
heroicos; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esas dos grandes victorias
por la paz mundial (APLAUSOS).
Mas, no solo nos visita hoy un héroe de la Unión
Soviética, sino que nos visita en compañía del comandante Gagarin otro gran
hombre del mundo soviético, que ha recibido dos veces la Medalla de Héroe de la
Unión, por sus hazañas en el Polo Norte, y por lo cual ha alcanzado también el
grado de General de la Fuerza Aérea Soviética, el general Kamnin
(APLAUSOS). Otros países como la República
Democrática Popular de Corea (APLAUSOS), la República Árabe Unida (APLAUSOS), y
la República de Guinea (APLAUSOS), nos han enviado misiones especiales en
conmemoración del 26 de Julio. Y otros países,
como la India, Finlandia, Ghana y el Líbano, nos han enviado embajadores
especiales (APLAUSOS). Y un gran número
de otros países han acreditado a sus embajadores como representantes oficiales
para los actos del 26 de Julio (APLAUSOS).
También un gran número de hermanos de Latinoamérica, los siempre
entusiastas dirigentes campesinos, obreros y estudiantiles de América Latina,
que vienen a ver por sus propios ojos si es verdad o es mentira lo que se dice
de nuestra Revolución (APLAUSOS); si es verdad lo que dicen los que la
defienden, y si es o no mentira lo que dicen los que la combaten.
Porque claro que de nuestra Revolución se habla mucho,
bien y mal. Todos sabemos quienes hablan
bien, y todos sabemos quienes hablan mal; todos sabemos quienes la defienden y
quienes la combaten. Y no son,
precisamente, latifundistas, o presidentes de monopolios, o directores de
prensa mercenaria y amarilla, los que integran las legiones de los defensores
de la Revolución Cubana.
Es posible que la mentira y la calumnia sistemática encuentren
entre los hombres del pueblo alguien que pueda ser víctima de la confusión; es
posible que entre los hombres del pueblo puedan reclutar alguno que otro
cerebro extraviado para hostilizar a nuestra Revolución. ¡Lo que es seguro es que jamás conquistarán
el corazón de ningún verdadero obrero, de ningún verdadero campesino, de ningún
verdadero intelectual, de ningún verdadero revolucionario! (APLAUSOS.) Y que lo mejor y lo más honesto de cada pueblo
hermano de América Latina defiende a nuestra Revolución; que los hombres y las
mujeres que son capaces de tener un pensamiento propio, y que tienen una idea
cierta, una idea real y una idea clara de los problemas de nuestro continente,
defienden a la Revolución.
Y esos no le harán jamás el juego, ni se harán eco
jamás de las calumnias que contra nosotros se escriben, de las mentiras que
contra nosotros repiten las agencias imperialistas y sus cómplices, los
reaccionarios de todo el continente. Porque
las cosas que se dicen contra nuestra Revolución se desmienten por sí mismas;
basta pensar solamente que los que escriben contra nosotros, y los que mienten
contra nosotros son los explotadores del continente americano; que los que
escriben y mienten contra nosotros son los filibusteros y los piratas que hay
en este continente (EXCLAMACIONES); que los que escriben y mienten contra nosotros
son los que se han apoderado de los recursos naturales y de las riquezas de
nuestros pueblos, y han estado lucrando y enriqueciéndose a costa del sudor y
de la sangre de decenas y decenas de millones de hermanos de Latinoamérica.
Y si los que escriben y mienten y actúan contra la
Revolución Cubana son esos, ello no quiere decir más que le duele en lo más
profundo al imperialismo y a sus servidores lacayunos lo que la Revolución
Cubana ha hecho en favor de la justicia, lo que la Revolución Cubana ha hecho a
favor de los pobres, y de los explotados, y de los discriminados (APLAUSOS).
Si los explotadores nos atacan, si los filibusteros
nos combaten, si los ladrones nos calumnian, si los discriminadores nos odian,
es, sencillamente, porque somos amigos de los explotados y de los discriminados
(APLAUSOS). Y eso define a nuestra
Revolución, porque tenemos como un verdadero honor los ataques que nos han
hecho los imperialistas; tenemos como un verdadero galardón el odio de los
discriminadores y de los explotadores.
Porque los imperialistas han defendido y defienden a cuanto bandido hay
en el mundo, los imperialistas han defendido y defienden a cuanto explotador y
a cuanto criminal hay en el mundo (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”); los imperialistas han
defendido y defienden a cuanto reaccionario y a cuanto miserable déspota hay en
el mundo.
Los imperialistas son defensores y son protectores y
son generosos amigos de cuanto traidor, de cuanto mercenario y de cuanto
enemigo de los pueblos hay en el mundo, de cuanto discriminador, de cuanto
colonialista, y son amigos de toda la política de opresión y de explotación que
haya en cualquier continente del mundo.
Y esos que defienden a los explotadores, esos que
defienden a los déspotas, esos que defienden la discriminación, que defienden
el colonialismo, que defienden todo lo malo que hay en el mundo, son los que
nos combaten a nosotros.
Por eso, esa política se cae, es decir, esa campaña de
mentiras y de calumnias contra la Revolución, se destruye por sí misma, porque
el apoyo y la simpatía de los pueblos de América Latina hacia nuestra
Revolución, por encima de todas las campañas que han hecho, por encima de la
sistemática y diaria mentira que escriben contra nuestra Revolución, por encima
de los intereses creados y los aliados del imperialismo en este continente, ese
apoyo y esa simpatía espontánea hacia nuestra Revolución, que no ha podido
ahogar la calumnia ni la mentira, es la prueba de que la Revolución Cubana se
defiende por sí sola (APLAUSOS).
Por eso, nuestras primeras palabras de hoy, de
agradecimiento por los honores que hemos recibido en este 26 de Julio, por el
honor que nos hacen los visitantes que han venido por sí mismos a ver qué es lo
que está ocurriendo en Cuba.
Como ustedes saben, el gobierno de Estados Unidos, de
ese país que se llama “líder del mundo libre” (EXCLAMACIONES Y SILBIDOS), y
país que se llama a sí mismo “país archidemocrático”... si no que lo digan los negros del sur de
Estados Unidos (APLAUSOS), ha prohibido a los ciudadanos de ese país visitar a
Cuba, y un número considerable de estudiantes norteamericanos que se proponía
visitar a nuestro país fue advertido de que serían condenados a 5 000 pesos de
multa y a cinco años de cárcel.
Es decir que el “gran país líder del mundo libre y
archidemocrático” no quiere permitir que sus estudiantes visiten a Cuba. No quieren permitir que los ciudadanos
norteamericanos vengan por sí mismos para ver qué es lo que está ocurriendo en
Cuba, y prohíben visitar a nuestro país.
Nuestra actitud no es esa actitud. Nuestra actitud es realmente la actitud de
los gobiernos y de los pueblos que realmente creen en su causa, que realmente
creen en lo que defienden. Y por eso
nosotros no les hemos prohibido a los ciudadanos norteamericanos que visiten a
Cuba; por eso nosotros queremos que visiten a Cuba y que vengan muchos
visitantes de América Latina y de todo el mundo (APLAUSOS), porque nosotros no
tenemos nada que ocultar al mundo y sí, modestamente, podemos mostrar al mundo
lo que hemos hecho en dos años y medio de revolución, y además, podemos
explicarle también, por qué no hemos podido hacer más. Y porque podemos explicarle al mundo, cómo
hemos hecho lo que hemos hecho, en medio de cuantas agresiones, en medio de
cuantos actos hostiles, y en medio de cuantas amenazas por parte del
imperialismo.
Nosotros tampoco les prohibimos a los cubanos que
vayan a Estados Unidos. Nosotros no
le prohibimos a nadie que pueda conocer esas “maravillas” de Estados Unidos (EXCLAMACIONES
y SILBIDOS). Las líneas aéreas se
mantienen funcionando entre Cuba y Estados Unidos y el Gobierno Revolucionario
autoriza a los que deseen ir a Estados Unidos y a los que deseen quedarse
incluso en Estados Unidos (EXCLAMACIONES).
No les crea obstáculos de ninguna índole.
Es decir que al revés de lo que ellos hacen, que prohíben
salir de Estados Unidos hacia Cuba, que prohíben visitar de Estados Unidos a
Cuba, nosotros ni prohibimos visitar, ni prohibimos salir y quedarse en Estados
Unidos (APLAUSOS) ni pensamos hacerlo.
Bueno es aclarar estos puntos de vista de la Revolución
en estos días precisamente; en este 26 de Julio, sobre el cual las agencias
imperialistas, la prensa imperialista y reaccionaria y los enemigos de la
Revolución, han estado haciendo circular toda clase de rumores: “prepárense para el
26 de Julio”; “saquen pasajes antes del 26 de Julio”; “el 26 de Julio se acaba
todo”. “¿Qué es lo que van a aprobar el
26 de Julio?” “¿Qué es lo que van a
decidir el 26 de Julio?” (EXCLAMACIONES.)
Desde luego, ¿a quiénes son a los que preocupan esos rumores? ¿Quiénes son los que originan esos rumores? Y, ¿quiénes son los que se hacen eco de esos
rumores? (EXCLAMACIONES.)
Desde luego, ¿el pueblo de Cuba ha perdido algo algún
26 de Julio? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Algún ciudadano humilde del pueblo, algún
obrero, algún campesino, algún estudiante, alguna familia humilde del pueblo ha
perdido algo algún 26 de Julio?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡No!”) ¿Algún cubano
explotado, algún cubano discriminado, algún cubano olvidado ha perdido algo algún
26 de Julio? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”), ¿o un 1ro de mayo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”), ¿o algún primero de enero?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡No!”)
El pueblo no ha perdido nunca nada con ninguna ley
revolucionaria (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”). El pueblo siempre ha ganado con todas las
leyes revolucionarias (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí.
Fidel, Fidel. Venceremos!”). Al pueblo no le
pueden venir con cuentos de ninguna clase; al pueblo no le pueden venir con
rumores de ninguna clase, porque el pueblo sabe que de su Gobierno
Revolucionario jamás saldrá nada contra él, jamás saldrá nada contra sus
intereses (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Cuba sí, yankis no!”).
Y por eso el pueblo está aquí; por eso el pueblo está
aquí conmemorando con júbilo el 26 de Julio (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Venceremos!”). Está aquí como ha estado siempre que se le ha
convocado en la Plaza de la Revolución, porque el pueblo no falla; y basta
contemplar desde este sitio donde estamos nosotros y donde hemos contemplado
las demás concentraciones, para comprobar que en este 26 de Julio, es decir, el
tercer 26 de Julio que se conmemora después del triunfo de la Revolución, hay
más pueblo todavía que el que se reunió el primer 26 de Julio (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES
DE: “¡Izquierda,
izquierda!”).
Y eso que la movilización no ha sido de carácter
nacional como fue la primera movilización el 26 de Julio de 1959, porque en
aquella ocasión se movilizó a los campesinos de todos los rincones del país y
en esta ocasión no ha sucedido tal cosa.
Y que simultáneamente en Santiago de Cuba y en Camagüey se han estado
registrando en el día de hoy dos otras grandes concentraciones (APLAUSOS).
El pueblo ha venido a darles respuesta a los
intrigantes, el pueblo ha venido a darles respuesta a los reaccionarios, y ha
venido a darles respuesta a los imperialistas; el pueblo ha venido a
decirles: ¡Estamos aquí, no se olviden
de nosotros, estamos aquí presentes, no se olviden de que nosotros existimos!
(APLAUSOS.)
Y los hombres y las mujeres del pueblo no han venido
hoy aquí a tomar fresco, no han venido hoy aquí a pasear, no han venido hoy a
divertirse, como vienen otras veces a las fiestas, no. El pueblo ha venido hoy aquí a decir, como
siempre, ¡presente! (APLAUSOS); el
pueblo ha venido hoy aquí a demostrar que su espíritu revolucionario ha
crecido, a demostrar que su convicción revolucionaria es más sólida que nunca;
el pueblo ha venido aquí a decir que después de dos años y medio de revolución,
quiere seguir haciendo revolución y quiere seguir con la Revolución (APLAUSOS
PROLONGADOS) .
Claro que los reaccionarios son incapaces de reunir
jamás ni la quinta parte de los hombres y las mujeres que se reúnen aquí, y es lógico,
porque los explotadores en ninguna parte pueden reunir al pueblo; los
explotadores pueden reunir a las camarillas explotadoras, los defensores de la
explotación no pueden reunir nunca a los explotados, no pueden reunir nunca a
los discriminados, no pueden reunir nunca al pueblo verdaderamente.
Puede reunir al pueblo una revolución. ¡Y aquí está el pueblo, aquí no están los
grandes latifundistas, aquí no están los explotadores, aquí no están los
representantes de los monopolios, aquí no están los esbirros, aquí no están los
especuladores, aquí no están los ladrones, aquí está el pueblo!, porque solo
una revolución justa y solo un gobierno justo pueden reunir al pueblo
(APLAUSOS). Solo cuando el pueblo
cuenta, cuando el pueblo vale, cuando el pueblo decide, se puede reunir al
pueblo.
Claro que los reaccionarios, que los imperialistas,
dicen que ellos son los grandes demócratas.
Y nosotros, que podemos contar uno a uno aquí, y demostrar el
extraordinario apoyo que tiene la Revolución en el pueblo; nosotros, que
podemos contar uno a uno los corazones, y las almas, y las cabezas que apoyan y
marchan junto a la Revolución (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Patria o Muerte!”) .
Para los oligarcas, para los explotadores, esto no es
democracia. Democracia es, para ellos,
la politiquería; democracia es antifaz con que quieren encubrir la más inicua
explotación del hombre por el hombre.
Para ellos, democracia es ese sistema en que cuentan solamente las
minorías privilegiadas, en que cuentan solamente las pandillas monopolizadoras
de los recursos y de las riquezas de la nación; para ellos, esto, esto para
ellos no es democracia.
Claro que para ellos no es democracia, porque ellos no
saben lo que es la democracia (APLAUSOS).
Para ellos, lo de antes sí era democracia. ¿Y quién no se acuerda de lo de antes?,
¿quién se ha olvidado de lo de antes?
Ningún gobierno podía reunir la décima parte del pueblo que aquí se
reúne. Y para reunir al pueblo tenían
que obligar al empleado público, tenían que pagar dinero, tenían que reclutar
gente hambrienta, y ni a pesar de esas movilizaciones, ni a pesar del ron que
repartían en los actos públicos, podían reunir al pueblo.
Decidían los problemas del país los políticos
corrompidos, los malversadores, los explotadores. El pueblo no contaba para nada. Eso del pasado es lo que llama el
imperialismo “democracia”; esa politiquería que sirve para encubrir la
explotación, que sirve para burlar la voluntad y los intereses del pueblo, es
lo que ellos llamaban “democracia”.
Claro, era la democracia de los monopolios, la
democracia de los grandes terratenientes, la democracia de las compañías
norteamericanas, la democracia de los explotadores. Esta, claro está, que no es la democracia de
los explotadores. ¿Tienen derecho los
explotadores en Cuba? No. (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”). ¿Tienen derecho los monopolios extranjeros en
Cuba? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”); ¿y los
latifundistas? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) No.
¿Tienen derecho a gobernar el país?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡No!”); ¿tienen derecho a hacer las leyes de la república? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) No. Los explotadores no tienen derecho, porque el
derecho de la explotación no es tal derecho, es sencillamente un privilegio
inaceptable y que ha tenido que tolerar la humanidad mientras tuvo que
tolerarlo, porque los privilegios, los yugos, los aceptan los pueblos mientras
no pueden quitárselos de encima, pero en cuanto pueden quitárselos de encima,
como ha podido nuestro pueblo, cesa el privilegio de los explotadores.
Y los explotadores eran los que gobernaban a nuestro
país. Y ya hoy los explotadores no
gobiernan en nuestro país. Los grandes
privilegios, como dice el pueblo, “se llamaban”. Los supuestos derechos de los explotadores
han desaparecido en nuestro país. Por
eso esta no es una democracia de explotadores, de terratenientes y de
monopolios.
La democracia que concibe el imperialismo es la
democracia donde el pueblo no tiene ningún derecho, donde al pueblo le toman el
pelo miserablemente, y donde gobiernan y deciden todos los problemas los
explotadores y los privilegiados. Esa
democracia de los monopolios, esa democracia de los discriminadores, esa
democracia de los explotadores, es la democracia de que habla el imperialismo.
Ahora nosotros hablamos de otra democracia: la democracia del pueblo, la democracia de los
trabajadores, la democracia de los campesinos, la democracia de los hombres y
las mujeres humildes (APLAUSOS), la democracia de la mayoría de la nación, la
democracia de los que antes eran explotados, la democracia de los que antes no
tenían derechos. Y esta es la democracia
verdadera, la democracia revolucionaria del pueblo, la democracia de los
humildes, por los humildes y para los humildes (APLAUSOS).
Por eso el pueblo no se preocupa de rumores. ¿Quiénes son los que se preocupan de
rumores? Nosotros nos imaginamos que el
primero que se debe preocupar por la fecha del 26 de Julio, el primero de
todos, es el señor Fulgencio Batista (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera, paredón!”), que creo que está
por Lisboa, o por un lugar de esos. Los
primeros que se preocupan de la fecha del 26 de Julio son los grandes esbirros
y los grandes asesinos; los que se pueden preocupar por el 26 de Julio son los
grandes explotadores, y los grandes privilegiados. ¡Claro, esos sí se acuerdan y se preocupan, y
se preocupan siempre, por el 26 de Julio!
La fecha del 26 de Julio es una fecha triste para el
imperialismo, es una fecha dolorosa para los imperialistas yankis, para los
monopolios extranjeros, para los grandes terratenientes, para los grandes
magnates de la industria y de las finanzas, para los grandes especuladores,
para los grandes jugadores, para los grandes contrabandistas; es una fecha
dolorosa y triste para aquellos generalotes que se enseñoreaban en nuestro
país; es una fecha dolorosa y triste para los politiqueros; es una fecha
dolorosa y triste para los grandes criminales; es una fecha dolorosa y triste
para todos los enemigos del pueblo. Y,
claro, la Revolución es dolorosa y es triste para quienes han visto desaparecer
sus privilegios con las leyes de la Revolución; esos son los que se preocupan
del 26 de Julio.
El pueblo, el pueblo no se preocupa por esos rumores;
por más que a veces los contrarrevolucionarios inventen las cosas más absurdas,
como aquellas cosas de que se les iba a quitar la patria potestad a las
familias; por más que inventen las cosas mas absurdas, para tratar de
desorientar y de confundir al pueblo, la realidad es que la experiencia ha
demostrado que el pueblo no se preocupa por esos rumores. Se preocupan, y se hacen eco, y lanzan
rumores, sencillamente aquellos para quienes la Revolución es
desagradable. ¡Claro está que el propietario
de un latifundio de 1 000 caballerías de tierra, o el propietario de 100
apartamentos, o el propietario de un banco, o el propietario de un monopolio,
es lógico que todo lo que le huela a revolución y todo lo que le huela a la
fecha del 26 de Julio le produzca miedo, porque ellos actúan de acuerdo con sus
reflejos condicionados! La fecha del 26
de Julio les es dolorosa, de la misma manera que la fecha del 10 de marzo les
es grata (APLAUSOS).
Pero el 26 de Julio, el 26 de Julio, no iba a pasar
nada. ¿Qué es lo que tenía que pasar
aquí que no haya pasado? ¿Es que son
tantos los privilegios que les quedan a los reaccionarios en nuestro país, es
que son tantos los intereses que les quedan, que están preocupados por nuevas
leyes de la Revolución? Las leyes fundamentales
de la Revolución ya están hechas, las leyes fundamentales de la Revolución hace
rato que están aprobadas; las leyes que cambiaron radicalmente el régimen
económico y social de nuestro país, ya hace rato que tienen vigencia en nuestro
país.
La fecha del 26 de Julio era sencillamente, y es, una
fecha de júbilo para todo el pueblo (Aplausos).
No había para esta fecha ninguna ley especial, no había para esta fecha
ninguna ley extraordinaria. Las grandes
leyes de la Revolución, como la Reforma Agraria, la Reforma Urbana, la
nacionalización de los monopolios extranjeros (Aplausos), la nacionalización de
las grandes industrias, la nacionalización de la enseñanza, esas leyes
fundamentales y extraordinarias, que cambiaron el curso de la historia de
nuestro país, son leyes que han sido aprobadas desde hace rato.
Si la reacción, si a las clases explotadoras, les
quedaran grandes privilegios, o les hubiesen quedado grandes privilegios, con
seguridad que hace mucho rato que ya esos privilegios habrían desaparecido,
¡porque la Revolución no iba a esperar a este 26 de Julio, casi tres años, para
erradicar esos privilegios! (APLAUSOS.)
La Revolución habría hecho mucho antes lo que hubiese sido necesario
hacer contra los grandes privilegios.
Por eso, ni en esta fecha ni en ninguna otra fecha,
caben los rumores sobre medidas del Gobierno Revolucionario, porque todas las
grandes leyes de la Revolución han sido aprobadas ya y, sencillamente, lo que
la Revolución tiene por delante es la tarea de sacar el máximo provecho de
todas sus leyes, y de todas las instituciones, y de todos los pasos que ha dado
(APLAUSOS).
El 26 no se acaba nada, el 26 empieza todo; el 26
empezó la Revolución (APLAUSOS). ¿Tenían
miedo acaso los contrarrevolucionarios de que prohibiéramos salir de Cuba? Pues que no tengan ningún miedo, que aquí no
se le prohibirá a nadie que quiera marcharse a disfrutar de las “maravillas”
del imperialismo yanki. Nosotros sabemos
que hay personas que no se pueden adaptar a una revolución, nosotros sabemos
que los parásitos no se pueden adaptar a una revolución; es muy difícil que los
explotadores se puedan adaptar a una revolución.
El imperialismo trata de hacer propaganda con los que
se van; eso es, sencillamente, para sorprender a los incautos fuera de
Cuba. Los que se van de Cuba son,
sencillamente, los que no se pueden adaptar a una revolución que ha acabado con
el parasitismo. ¿A dónde van los
mosquitos? ¡A donde hay pantano! ¿A dónde van las larvas y los gusanos? ¡A donde hay pudrición! (APLAUSOS.) Los parásitos, las larvas, los que no se
pueden resignar al trabajo, se van a donde creen que todavía pueden seguir explotando
a otros trabajadores, se van a donde creen que pueden seguir explotando al
hombre; los gusanos y los mosquitos, se van al pantano, se van a la pudrición,
igual que los contrarrevolucionarios, los reaccionarios, los parásitos, se van
de un país donde desapareció la explotación para un país donde sigue la
explotación del hombre por el hombre (APLAUSOS). Porque aquí, el discriminador no se puede
resignar a que ya no existan las llamadas “sociedades exclusivas”, no resiste
que hayan sociedades donde vaya el pueblo, y entonces se va a la Florida, se va
a la Louisiana, se va a Nueva Orleans, se va a
Estados Unidos, donde se encuentra infinidad de clubes aristocráticos
donde existe la discriminación y donde ellos pueden seguir aspirando a ir, con
carácter exclusivo.
Desde luego, no han tenido presente que allí lo van a
discriminar también, pero no lo van a discriminar a título de negro, lo van a
discriminar a título de latino, y le van a decir: “¡Este es cubano, este es latino, este
no debe entrar en nuestra sociedad de raza superior yanki!” (APLAUSOS.) Es claro que ellos van allá con la esperanza
de seguir en su sistema de explotación del hombre, seguir en su sistema de
privilegios.
Es lógico que una revolución traiga como consecuencia
que los parásitos se quieran marchar, y entonces el imperialismo hace campaña
con eso y dice: “Tantos
cubanos se han ido de Cuba; vienen huyendo de aquel régimen asfixiante y vienen
a respirar el aire libre de Estados Unidos”.
Es decir que todos los parásitos se van huyendo de aquí, sí, este es un
régimen asfixiante para los parásitos, y entonces los parásitos se van a vivir
allí donde pueden respirar la atmósfera de los privilegios y el aire de la
explotación.
Ellos hacen propaganda con eso, pero a nosotros no nos
importa, nosotros entendemos el problema perfectamente bien: ¿Que se quieren ir unos cuantos
parásitos todos los meses?, pues ¡que se vayan unos cuantos parásitos todos los
meses! (APLAUSOS.)
Por otro lado, mientras los parásitos se van, hay
muchos cubanos, obreros en Estados Unidos, que los hacían trabajar 10 y 12
horas, y los maltrataban, y los despreciaban, que están regresando a Cuba por
miles también (APLAUSOS). Los
explotadores se van, y los explotados vienen; los cubanos explotadores se van,
y los cubanos explotados regresan a su país, donde son recibidos con los brazos
abiertos (APLAUSOS).
No tema nadie que se le vaya a prohibir marcharse a
Estados Unidos; todos los parásitos que quieran marcharse ¡que les vaya
bien!, que ya tendrán tiempo de sobra para recapacitar, ya tendrán tiempo de
sobra para echarle de menos a esta isla bella y maravillosa, ya tendrán tiempo
para echarle de menos a nuestro sol, a nuestro aire, a nuestras playas y, sobre
todo, ¡ya tendrán tiempo para echarle de menos al calor de una patria soberana
y de una patria justa! (APLAUSOS PROLONGADOS), ¡ya tendrán tiempo de echarle de
menos al orgullo y a la satisfacción de vivir con dignidad, en su propia
patria!, ¡ya tendrán tiempo de echarle de menos al respeto que todo hombre y
mujer goza en nuestro país, al lugar que cada hombre y mujer, por humilde que
sea, goza hoy en nuestro país! (APLAUSOS y
EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel, Fidel! ¡Unidad, unidad!”)
Las agencias cablegráficas yankis venían realizando
una serie de especulaciones sobre este 26 de Julio desde hace muchos días: que si hoy se iba a declarar tal cosa, que si
hoy se iba a declarar la integración de la fuerza revolucionaria, que si hoy se
iban a hacer tales pronunciamientos. Es
natural que las especulaciones de las agencias del imperialismo obedecen a ciertas maniobras y a ciertos planes de tipo
político.
La integración revolucionaria es un proceso que viene produciéndose
desde hace mucho rato, en la base, en el pueblo. Desde los primeros meses de la Revolución, en
que las fuerzas revolucionarias estaban integradas por un conjunto heterogéneo,
de múltiples organizaciones, a un proceso, a una etapa en que el pueblo, unido
cada vez más, marcha cada vez más hacia una integración homogénea en una sola
organización revolucionaria (APLAUSOS).
Porque, claro, eso es la consecuencia de la unión cada vez mayor del
pueblo en la Revolución; es que la Revolución ha tenido la virtud de unir a
todo el pueblo, ha tenido la virtud de unir a todo el pueblo con ella, ha
tenido la virtud de unir a todo el pueblo en sus aspiraciones de justicia y en
los éxitos alcanzados hasta hoy.
Es claro que el enemigo mayor de toda revolución es la
división, que el aliado mejor de los enemigos de los pueblos es el
divisionismo. Un pueblo debe marchar
unido, un pueblo que quiera establecer un verdadero régimen de justicia debe marchar
unido, como un solo pueblo. En la unión
de ese pueblo está la fuerza, en la unión de ese pueblo está su invencibilidad,
y la historia de esta Revolución prueba que un pueblo unido es invencible, ¡la
historia de esta Revolución prueba que en la unión está la fuerza! (APLAUSOS), la
historia de esta Revolución demuestra que el peor enemigo del éxito de una
revolución y de un pueblo es el divisionismo.
Por eso al imperialismo le preocupa la unión del
pueblo. Le preocupa, porque el pueblo
cubano está unido, y le preocupa que las organizaciones revolucionarias se
vayan integrando en una sola organización revolucionaria (APLAUSOS
PROLONGADOS). ¿Será la única organización? ¡No, será la única organización de los
revolucionarios! Los contrarrevolucionarios
tienen sus organizaciones, los contrarrevolucionarios tienen un sinnúmero de
organizaciones, creo que son 180 las organizaciones contrarrevolucionarias (RISAS). Y, además, la contrarrevolución tiene la
Agencia Central de Inteligencia, que es otra organización más de la
contrarrevolución. Los revolucionarios
sí tendrán una sola organización, y los contrarrevolucionarios seguirán
teniendo cientos de organizaciones (APLAUSOS).
Eso es lo que significa la integración de las
organizaciones revolucionarias. Pero ¿es
que hoy se iba a declarar esa integración?
No, esa integración se viene produciendo, por la base, desde hace meses;
el proceso de integración todavía no se ha concluido, se está llevando a vías
de hecho, y en un momento determinado ya estará culminado ese proceso de unión
de todos los revolucionarios en una organización revolucionaria (APLAUSOS
PROLONGADOS), y que será la organización representativa del pueblo
revolucionario de Cuba, esa organización producto de la unión de todas las
organizaciones revolucionarias.
Es claro que al imperialismo le preocupa eso. ¿Qué quiere el imperialismo? Que haya varias organizaciones
revolucionarias, pero, además, que se fajen entre sí; que existan pugnas entre
esas organizaciones revolucionarias, para debilitar la Revolución. Pero ¿qué es lo que quiere el pueblo? El pueblo quiere fortalecer la Revolución, el
pueblo quiere que su Revolución sea fuerte y que la Revolución pueda defenderse
de los ataques de sus enemigos. El
pueblo quiere, por eso, que los revolucionarios se unan; el pueblo quiere, por
eso, que una organización revolucionaria sea la organización de todos los
revolucionarios (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Unidad, unidad!”).
Desde luego que nada de lo que la Revolución hace le
conviene al imperialismo, al imperialismo no le conviene nada de lo que la
Revolución hace, el imperialismo tiene que combatir lo que la Revolución
hace. ¿Qué es lo que le conviene al
imperialismo? Que la Revolución haga las
cosas mal hechas, que la Revolución se divida, que la Revolución se debilite, que
la Revolución carezca de disciplina, que la Revolución carezca de organización,
y eso es precisamente lo que no vamos a hacer los revolucionarios. Nosotros queremos fortalecer la Revolución en
su ideología, en su organización y en su disciplina, porque sabemos que eso
hará a la Revolución cada vez más invencible y cada vez hará más impotentes a
los imperialistas y a los reaccionarios frente a la Revolución; pero para
declarar unidas las fuerzas revolucionarias no hay que esperar una fecha,
cuando ese proceso de integración haya concluido, cuando ese momento llegue,
sencillamente se irá explicando y se declarará al pueblo ese momento en que se
haya terminado el proceso de unificación.
Se hablaba de que si el 26 de Julio se iba a declarar
tal o más cual cosa. Son simples
tonterías. La Revolución no tiene que
esperar una fecha, la Revolución debe hacer cada cosa en el momento oportuno
que le corresponda (APLAUSOS).
Nosotros hemos declarado que la Revolución es
socialista (APLAUSOS PROLONGADOS). ¿Qué
quiere decir que la Revolución es socialista?, ¿quiere decir que aquí todo está
socializado? No. ¿Quiere decir que aquí todo se va a
socializar en el acto? No. Es que la Revolución es un proceso, y es que
el socialismo tampoco se logra por decreto.
El socialismo es un régimen económico y social que se alcanza a través
de un proceso; no se logra por decreto.
Por decreto se pueden nacionalizar los centrales azucareros, por decreto
se pueden nacionalizar los bancos, por decreto se pueden nacionalizar las
grandes industrias, por decreto se pueden ir adoptando una serie de medidas,
pero por decretó no se logra un régimen económico-social acabado. Entre otras cosas, la Revolución es un
proceso de educación del pueblo, es un proceso de formación de conciencia
revolucionaria.
Declarar que la Revolución es socialista significa que
la Revolución avanza hacia un régimen económico y social socialista, sin
explotación del hombre por el hombre. Pero
es que cuando en Asamblea General Nacional, en una concentración de esta
magnitud, se acordó la Declaración de La Habana, el pueblo de Cuba acordó una
Declaración de La Habana, en la cual todos sus puntos esenciales son los puntos
esenciales del socialismo (APLAUSOS).
Y, entre otras cosas, cuando la Declaración de La
Habana condenaba la explotación del hombre por el hombre, y condenaba el
colonialismo, y condenaba el imperialismo, y condenaba la explotación de un
pueblo por las empresas monopolistas de otro país; cuando condenaba el
latifundismo, cuando declaraba el derecho del hombre al fruto de su trabajo;
cuando declaraba el derecho de los jóvenes a la educación; cuando declaraba el
derecho de los campesinos a la tierra, sencillamente estaba convirtiendo en una
declaración de principios muchas de las cosas que la Revolución había hecho, y
al mismo tiempo estaba concretando en fórmulas las aspiraciones de la
Revolución Cubana.
Pero es preciso entender esto bien, es preciso no solo
que lo entiendan los dirigentes revolucionarios, es preciso que lo entienda el
pueblo, porque lo más importante de todo es que el pueblo comprenda; lo más
importante de todo es que el pueblo sepa.
Una empresa revolucionaria no es
obra de dirigentes revolucionarios, es obra de todo un pueblo, es obra y es
tarea de las masas del pueblo. Es
preciso que el pueblo comprenda que la Revolución es un proceso que se propone
alcanzar determinadas metas, y que esas metas no se logran por decreto, y que
esas metas no se logran en 24 horas.
Es preciso que el pueblo comprenda el socialismo, que
el pueblo sepa qué es el socialismo, y que el pueblo sepa cómo se llega al
socialismo, sociedad en que la explotación del hombre habrá desaparecido por
completo, y que al desaparecer la explotación de una clase por otra clase,
entonces sí llegaremos a un régimen de verdadera justicia y de verdadera
igualdad entre los hombres, sin clases explotadoras y sin clases explotadas
(APLAUSOS).
Pero es necesario, es imprescindible que el pueblo
conozca qué es el socialismo, en qué consiste el socialismo y cómo se llega a
esa sociedad, y que a esa sociedad no se llega en 24 horas, ni en un mes, ni en
dos años, y que a esa sociedad más justa no se llega si no es también sobre la base
del trabajo y sobre la base del desarrollo económico de la nación, y sobre la
base del desarrollo de nuestras riquezas, porque es imposible establecer esa
sociedad más justa sin un aumento extraordinario en la producción de bienes,
que permitan a todos los ciudadanos de un país la satisfacción de todas sus
necesidades.
Con grandes sueños, con grandes ideas, y con grandes intenciones,
y con grandes deseos, no llegamos a esa sociedad más justa. Hay que llegar a ella a través de un proceso
y a través de un gran esfuerzo. ¿Quiere
decir esto que hay que imponer el socialismo por la fuerza? No. ¿Ha
impuesto el Gobierno Revolucionario el socialismo por la fuerza, o es el
socialismo una consecuencia de la revolución de un pueblo que aspira a la
justicia? (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)
Es decir que es la consecuencia del convencimiento de
un pueblo, es la consecuencia de la persuasión del pueblo, es la consecuencia
de la educación del pueblo. Eso quiere decir
que nosotros tampoco debemos imponerles a los demás nuestras ideas por la
fuerza, sino que nosotros debemos conquistar a los que no comprendan nuestras
ideas, conquistarlos por la persuasión y por la razón. Eso quiere decir que en ese proceso nosotros
debemos aspirar a que el pueblo se eduque, y nosotros tenemos que aspirar a que
todo hombre humilde, todo hombre explotado, todo hombre honrado, comprenda
nuestras ideas y apoye nuestras ideas.
Es preciso, además, que el pueblo comprenda que esa no
es una tarea fácil. ¿Por qué la
contrarrevolución lanza a rodar bolas, con fines interesados?, ¿por qué la contrarrevolución
se esfuerza en lanzar tantas bolas? La
contrarrevolución trata de lanzar bolas para sumarse a ella ciertas capas de la
población que son susceptibles de ser soliviantadas mediante el temor, mediante
el miedo y mediante el rumor. La
contrarrevolución no lanza bolas para conquistar al obrero, no lanza bolas para
conquistar a los antiguos explotados; la contrarrevolución lanza bolas para
conquistar a determinadas clases sociales, determinadas capas sociales de la
clase media y de la pequeña burguesía para lanzarlas a combatir contra los
obreros y contra los campesinos.
La contrarrevolución trata de aislar a la clase obrera
y a la clase campesina; la contrarrevolución trata de dejar solos a los obreros,
solos a los campesinos, si es posible dividir a los obreros y a los campesinos
y, además, lanzar contra esa clase obrera y campesina a todas las capas medias
de la población, a fin de que sirvan los intereses de los grandes explotadores
que quieren regresar al gobierno de la nación.
Esto significa que la Revolución, representativa de
los intereses fundamentalmente de la clase obrera y de la clase campesina,
tiene que comprender perfectamente que la Revolución es un proceso, que en ese
proceso debe tratar de sumarse la mayor parte posible de los elementos medios de
la población. Es decir, no arrojar esas
capas en brazos de la contrarrevolución y de la reacción, sino sumarse esas
capas y asimilar esas capas a la Revolución (APLAUSOS).
Esa es la única estrategia inteligente y correcta de
la clase obrera y de la clase campesina, es la única estrategia correcta e
inteligente de la Revolución.
Eso quiere decir que la Revolución debe tener un
tratamiento especial para esas capas, que no debe ser igual al tratamiento para
con los grandes monopolios, es decir, para los grandes terratenientes, los
grandes industriales y la gran burguesía comercial y financiera. El tratamiento con esas capas debe ser un
tratamiento correcto, un tratamiento político y un tratamiento inteligente para
asimilarlas a la Revolución.
Debe tenerse en cuenta que hay una gran capa de la
población que vive del pequeño comercio, de la pequeña industria, del trabajo
por cuenta propia, de talleres propios, y que esa es una capa numerosa. Es decir que queda el pequeño industrial,
queda el pequeño comerciante. Y la
Revolución debe tener con esas capas de la población una política inteligente y
una política correcta.
Nosotros nos hemos encontrado alguna gente que nos han
preguntado: “¿Qué?,
¿cuándo les vamos a meter mano a todos los pequeños comercios?” Y entonces nosotros nos damos cuenta de que
esa persona posiblemente esté hablando de buena fe, posiblemente crea que eso
es lo más revolucionario, y no comprenda que eso sería, precisamente, lo más contrarrevolucionario,
que eso sería lo más negativo (APLAUSOS).
¿Por qué?:
porque convierte en enemigos de la Revolución a sectores que la
Revolución debe asimilar, que la Revolución debe tener y mantener al lado suyo,
hasta que hayan sido asimilados por la Revolución.
¿Por qué es contrarrevolucionaria esa política? Porque le crea a la Revolución más enemigos,
porque divide el frente interno, porque desconoce que nuestra batalla
fundamental es contra los grandes intereses imperialistas, los grandes intereses
monopolistas que quieren aplastar a la Revolución y que frente a esos intereses
la Revolución debe ofrecerles un sólido frente interno de lucha (APLAUSOS).
¿Por qué nosotros hablamos de este problema? Porque este es un problema que no basta que
lo conozcan los dirigentes, sino que lo conozcan las masas; debe ser también
una política de masas, puesto que nada pueden hacer los dirigentes de una
revolución si las ideas de la revolución no se convierten en conciencia de las
grandes masas revolucionarias y porque las masas revolucionarias en todas
partes deben ir cumpliendo las consignas de la revolución (APLAUSOS).
Hay infinidad de pequeños negocios, hay infinidad de “timbiriches”,
hay infinidad de pequeños talleres, hay infinidad de gente que trabaja por su
propia cuenta, y la contrarrevolución trata de asustar a esas capas de la
población. Claro está que la Revolución
no tiene desarrollo suficiente, ni tiene cuadros suficientes para prestar todos
esos servicios que en muchas ocasiones prestan pequeños negocios y pequeñas
industrias, pero los contrarrevolucionarios quieren asustar a esas familias y,
desde luego, como la Revolución aplicó medidas confiscatorias contra los
grandes propietarios, contra los grandes negociantes, la contrarrevolución
trata de hacerles ver a esas capas de la población que las van a confiscar
también y que las van a dejar también sin bienes ni recursos.
Es imprescindible que el pueblo comprenda, que todas
esas capas de la Revolución comprendan que el socialismo es la aspiración de
una sociedad mas justa, sin explotadores y sin explotados, pero que el
socialismo no es una sociedad exclusivista, que el socialismo no pretende que
vivan unos y otros no vivan (APLAUSOS), que el socialismo es la aspiración a
que todo hombre y mujer tenga la oportunidad de vivir decorosamente y que, por
tanto, todos los hombres y todas las mujeres honrados de un país caben dentro
del socialismo (APLAUSOS), y todos los hombres y todas las mujeres honrados del
país pueden ayudar a hacer el socialismo.
Es lógico que si a cualquier familia que tiene un
pequeño negocio como medio de vida se le amenaza con quitarle lo que tiene y
dejarlo en la calle pasando hambre, es lógico que a cualquier padre de familia
a quien le pinten el cuadro de su mujer y sus hijos sin el pan que él les pueda
llevar, ese hombre se llene de terror frente a la Revolución, ese hombre se
llene de miedo frente a la Revolución, y ese hombre pueda ser conquistado por
los contrarrevolucionarios. Porque ningún
hombre puede alegar derechos a explotar a otros hombres, pero sí cualquier
hombre puede decir: “yo
lo que quiero es tener también una oportunidad de vivir; yo vivía dentro de un régimen
capitalista, dentro de ese régimen capitalista me adapté a tales condiciones,
yo lo que quiero es también adaptarme a las condiciones del socialismo y vivir honradamente
dentro del socialismo”. Hay que evitar
que le puedan presentar a ningún ciudadano el cuadro de quedarse en la calle
sin sustento (APLAUSOS), hay que evitar que ninguna familia pueda decir o pueda
albergar el temor de que la dejen, de la noche a la mañana, sin sus medios de
vida.
El capitalismo se caracterizaba por su crueldad, al
capitalismo no le importaba la suerte de ningún hombre o mujer del pueblo, que estuviera en la calle sin trabajo, sin
medios de vida, sin hogar y con hambre; el capitalismo era cruel con los
ciudadanos del país y se desinteresaba de la suerte de cualquier ciudadano del
país. El socialismo no puede jamás
actuar con los métodos característicos del capitalismo, ¡al socialismo le
interesa la suerte de cualquier hombre o mujer
del país, le interesa el pan y el trabajo de cualquier hombre o mujer del país! (APLAUSOS.)
Y por eso, por eso, nosotros podemos tranquilamente
decir que el que quiera marcharse se marche, pero nosotros podemos hacer eso si
nosotros realmente establecemos en nuestro país condiciones absolutamente
justas, de manera que el que se marche es porque quiere, que el que se marche
no sea porque no le den oportunidad de vivir aquí y de trabajar, sino que se marche
porque no quiera vivir honradamente, que se marche porque no quiera ganarse el
pan trabajando honradamente (APLAUSOS), que el que se marche sea,
sencillamente, porque no le da la gana de aprovechar la oportunidad que la
patria le brinda. Y ese, si se quiere
marchar, ¡que se marche! (APLAUSOS.)
Naturalmente que la Revolución no transcurre de una
manera fácil, la Revolución no es algo que se desenvuelva de manera sencilla y
sin problemas. Hay casos en que las
leyes de la Revolución son muy duras para algunas personas, hay casos; incluso
debemos decir más, debemos decir que a veces nosotros, enfrascados en la
batalla revolucionaria, no hemos tenido tiempo de contemplar esos casos.
Cuando se hicieron las leyes de nacionalización, desde
luego, de todos los monopolios norteamericanos, ¡perfecto!, todos esos
monopolios son multimillonarios, todos esos monopolios tienen inversiones y
grandes capitales en Estados Unidos, a nosotros no tenía que preocuparnos
absolutamente para nada la nacionalización de los grandes monopolios. Cuando la Revolución hizo otra ley, como fue la
Ley de Reforma Urbana, esa ley afectaba decenas de miles de personas; sin
embargo, la ley fue muy bien hecha, porque tuvo en cuenta el caso de todas
aquellas familias que vivían de la renta de una casa, y entonces la tuvo en
cuenta y esas familias han seguido cobrando, que la Reforma Urbana les continúe
pasando lo que ellos devengaban, es decir que fue una ley que no dejó pasando
hambre a ninguna familia, a ninguna anciana que estuviera dependiendo de una
renta de sesenta o setenta pesos, de una casa.
Cuando hicimos la Reforma Agraria, sin embargo,
nuestra ley fue deficiente en cuanto no contemplamos el caso ese, de familias
muy humildes, que los había, que vivían de la renta de la tierra; es decir, de
los que no eran grandes latifundistas.
En ese sentido, la ley agraria no fue una ley tan justa y tan perfecta,
es decir, justa en sus propósitos, pero en su mecanismo y en su regulación no
fue tan justa como la Ley de la Reforma Urbana, porque no contempló esos casos.
Por ejemplo, con la Ley de Reforma Agraria, a los
grandes latifundistas les quedó una parte de la tierra; con la ley de
nacionalización de las industrias nacionales, ocurrió que no les quedó nada a
algunos de esos dueños de grandes industrias.
Naturalmente que la reacción de todos los grandes industriales frente a
una ley como esa es irse del país, aunque les den oportunidad de trabajar;
aunque el gobierno les dé oportunidad de ganarse la vida honradamente, se van,
y eso es lo que ha ocurrido. Pero se ha
dado, por excepción, algún caso de familias que al perder esa industria se
quedaron “en la calle y sin llavín”, sin un centavo. Naturalmente que eso no es lo ideal. Nosotros recordamos que una vez dijimos que
si alguna de esas familias se quedaba sin un solo centavo, nosotros estábamos
dispuestos a pasarle una pensión o pasarle alguna ayuda.
Entendemos que sería justo, aun esos casos de todas
aquellas familias, ya de cierta edad, que no puedan trabajar en otra cosa, que
les hayan sido nacionalizados todos sus bienes, que ya no pueden vivir como
millonarios, que ya no pueden explotar a nadie, si esos quieren quedarse aquí,
que el Gobierno Revolucionario esté dispuesto a darles una pensión, si su edad
y sus condiciones lo exigen (APLAUSOS), es decir, si ya no se pueden adaptar,
por la edad, no están en condiciones de realizar otro trabajo.
¿Qué quiere decir eso?
Que la Revolución debe tratar de actuar de manera que sus actos no los
pueda impugnar nadie, de manera que sus actos no los puedan presentar como
actos de crueldad, y que nadie pueda sacar el caso del infeliz “don fulano”,
que se quedó pasando hambre, sin un solo centavo. Sencillamente, que la Revolución diga: “no, hasta tú que fuiste gran explotador,
hasta tú, que fuiste gran magnate de industrias, ahora, tú no puedes explotar a
nadie; ahora tú no puedes explotar el trabajo de cientos de trabajadores;
ahora, tú no puedes explotar a nadie, pero el Gobierno Revolucionario no puede
dejarte a ti y a tu familia pasando hambre en la calle; el Gobierno
Revolucionario tiene incluso una solución para ti si eres demasiado viejo y ya
no puedes trabajar, pero no le tengas miedo a la Revolución”.
Naturalmente que ese caso es por excepción con los
grandes magnates de la industria. Por excepción. La mayor parte se marchó. La mayor parte no se resignó. Ahora bien: queda una capa numerosa que no es la
capa de los grandes magnates, que tampoco es una capa tan reducida como la de
los grandes magnates. Respecto a esta
capa de la población es que la Revolución debe esforzarse en tener una política
correcta; una política acertada.
¿Quiere decir que el comercio vivirá eternamente? No, el comercio no vivirá eternamente. El comercio desaparecerá con la Revolución
(APLAUSOS). ¿Los negocios que emplean obreros
continuarán eternamente? No. Nosotros debemos empezar por decir que ni el
comercio ni esos negocios van a durar eternamente, y que al final del proceso
revolucionario esos tipos de negocios habrán desaparecido (APLAUSOS).
Eso es algo que deben saber los propios
interesados. Lo que queremos decir es
que esos negocios no se pueden desaparecer ni se deben desaparecer de la noche
a la mañana. Lo que quiero decir es que
a la capa de la población que vive de esos pequeños negocios hay que quitarle
el miedo al hambre. Hay que quitarle el
miedo de verse despojados de sus medios de vida repentinamente, sin compensación,
y sin oportunidad de poderse ganar la vida en el país. Porque hay muchos pequeños comerciantes que lo
que les preocupa no es que desaparezca el comercio dentro de cinco, dentro de
diez o dentro de quince años; eso no les preocupa. Ni de pequeños industriales, les preocupa que
vaya a desaparecer ese negocio. Lo que
les preocupa es la idea de que de la noche a la mañana va a llegar un
interventor, lo va a dejar en la calle, y se va a quedar en la calle y sin
llavín. Es decir, sin trabajo, sin
negocio, sin dinero, sin comida.
Y los contrarrevolucionarios tratan de explotar
eso. ¿Cuál es la idea que el Gobierno
Revolucionario debe llevar al ánimo de todas esas capas? Pues lo siguiente: Tu comercio no será eterno. Tu industria no será eterna. Todo eso desaparecerá en la misma medida en
que se desarrolle la Revolución, porque el mismo desarrollo de la Revolución
exigirá tal número de brazos en empleos más remunerativos que nadie podrá
encontrar individuos dispuestos a estar trabajando en un sistema de empresa
artesanal que de ninguna manera podrá pagarle los ingresos que le pague una
gran empresa industrial o comercial.
Es decir que todo ese sistema de negocios,
paulatinamente irá desapareciendo como consecuencia del proceso revolucionario. Pero lo que hay que darles a esas capas de la
población con la misma seguridad de que van a desaparecer en el transcurso de
los años —no en el transcurso de los meses, sino en el transcurso de varios años—
este tipo de negocio y ese modo de vida, darles también la seguridad de que no
se quedarán en la calle sin ingresos, sin trabajo, sin medios de ganarse la
vida decorosamente, y sin compensación.
Esa es la idea que los revolucionarios, los obreros,
los campesinos, los estudiantes, debemos llevar a esas capas, porque nosotros
no somos un pueblo inmaduro; nosotros no debemos actuar como revolucionarios
inmaduros. Debemos actuar como
revolucionarios que saben lo que están haciendo, como revolucionarios que saben
analizar las distintas clases sociales y que saben aplicar la política que corresponda
a las distintas capas sociales en este proceso hacia la desaparición de la
explotación del hombre por el hombre y hacia la desaparición de las clases
explotadoras y de las clases explotadas (APLAUSOS).
Hay que tener cuidado con el “siquitrillomaníaco”
(RISAS). El “siquitrillomaníaco” es
aquel que tiene la manía de “siquitrillar”, y lo mismo “siquitrilla” a un
latifundista de 1 000 caballerías que al dueño de un puesto de fritas
(RISAS). El se cree que esa es una forma
de hacer revolución, “siquitrillando” a todo el mundo. Entonces deja al dueño del puesto o del “timbiriche”
sin un medio de ganarse la vida, y eso no sería una política inteligente. Esa política iría contra la Revolución,
puesto que crearía el miedo y la inseguridad en capas de la Revolución que
pueden ser aliadas nuestras, que son capaces de comprender que la Revolución es
justa, que son capaces de comprender que todo lo que hace la Revolución es
justo, pero que no pueden comprender que lo dejen en la calle pasando hambre de
la noche a la mañana.
En eso consiste el problema: en que nosotros no debemos permitir
que la contrarrevolución atraiga a sus filas capas de la población que pueden
ser atraídas a las filas de la Revolución.
Entendemos que es muy importante aprovechar esta
oportunidad para exponer estas ideas y definir estos criterios ante el pueblo de
Cuba, porque esta no es tarea solo de los cuadros dirigentes de la Revolución,
sino que es también tarea de las masas de la Revolución, y es necesario que las
masas de la Revolución comprendan y apliquen estas ideas, y ninguna oportunidad
mejor que esta en una concentración tan formidable y tan revolucionaria como
esta (APLAUSOS).
Con esa política la Revolución será cada día más
fuerte y será cada día más invencible.
La Revolución, desde luego que no es un proceso sencillo, que no es un
proceso fácil. La Revolución es un
proceso muy difícil, porque la Revolución surge de un régimen social
explotador, surge de un régimen social caótico, donde mil intereses se
entrelazan y se unen, y donde el sistema de privilegios luego alcanza incluso a
sectores que no son reducidos, donde los privilegios y los beneficios de aquel régimen
alcanzan incluso a sectores amplios de la población; y por eso no es fácil
hacer una revolución. Si hacer revoluciones fuera fácil ya se habría producido una
revolución y se habrían resuelto todos los problemas en todas partes del
mundo. Pero hacer una revolución es una
tarea difícil, una tarea que requiere mucha paciencia y una tarea que requiere
actuar con mucha certeza y que requiere actuar correctamente.
Hemos querido aprovechar esta oportunidad para tratar
estos temas. Nada se va a acabar el 26
de Julio. Me imagino que los
contrarrevolucionarios se habrán llevado un gran chasco (APLAUSOS), porque se
demostró aquí una vez más que son unos farsantes y sembradores de rumores
falsos. Se van a llevar el chasco de
esta gigantesca concentración del día de hoy.
Parece que la garganta no me quiere acompañar
mucho. Yo le había dicho al comandante
Gagarin que mientras yo pronunciara mi discurso él le podía dar dos veces la
vuelta a la Tierra (RISAS y
EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel,
Fidel!”). El dice que hasta ahora nada más
habría podido darle una vuelta y media a la Tierra. Es decir que me queda media vuelta (RISAS)
para cumplir mi palabra, pero la garganta no me quiere acompañar mucho en el día
de hoy (EXCLAMACIONES DE:
“¡Que descanse!”) .
Sin embargo, nosotros sin esforzarnos mucho vamos a
tratar algunas cosas que es necesario tratar en el día de hoy (EXCLAMACIONES). (EL PUBLICO LE PIDE A FIDEL QUE DESCANSE...)
Bueno, ustedes van a dejarme terminar. No vayan a creer que es que no puedo hablar,
es que parece que me he estado esforzando, hacía tiempo que no hablaba, había
perdido un poco la costumbre.
En este 26 de Julio, nosotros tenemos que saber en qué
momento nos hallamos. En resumen,
pudiera decirse que la Revolución en estos dos años y siete meses ha logrado éxitos
extraordinarios, verdaderamente impresionantes, en casi todos los campos.
(EL PUBLICO COMIENZA A ENTONAR CONSIGNAS REVOLUCIONARIAS)
Los contrarrevolucionarios se han estado haciendo
ilusiones. ¿Saben con qué se han estado
haciendo ilusiones los contrarrevolucionarios, saben con qué? Pues dicen que va a haber hambre
(RISAS)... ¿Por qué nos reímos nosotros
de lo que dicen los contrarrevolucionarios?
Claro está que toda la política de la contrarrevolución y del
imperialismo —se me ha puesto bien la voz (APLAUSOS)—
consistía en tratar de crearnos a nosotros dificultades de tipo económico, para
ver cómo se producía el descontento en el pueblo. Es decir que ellos creían que este era un
pueblo masoquista o algo; es decir que lo iban a estar maltratando, agrediendo
por todos los medios, y cuando tuviera que sufrir las consecuencias de esas
agresiones iba a implorarle el perdón al imperialismo, e iba a arrodillarse
delante del imperialismo.
Nosotros, desde el primer momento sabíamos que estaban
equivocados y que el resultado que ellos iban a lograr con todas sus agresiones
era precisamente todo lo contrario. Cuando
trataron de dejarnos sin petróleo, cuando nos arrebataron nuestra cuota
azucarera, después que habían creado en nuestro país una economía basada en el
monocultivo azucarero, después que establecieron el embargo de las piezas de
repuesto y de las materias primas, tanto para la industria como para la
maquinaria agrícola, y después que se cansaron de realizar contra nosotros
todas esas agresiones, y de preparar el sabotaje, de preparar el terrorismo, de
amenazar, de obligarnos a gastar grandes energías en la defensa militar, y de
agredir a nuestro país, ellos, después que hicieron todo eso, al cabo de dos años
y medio se encuentran con que los resultados esperados no se observan por
ninguna parte.
Lo último que hicieron fue, precisamente, embargar las
grasas que venían para nuestro país. Además,
hay el hecho de que después del triunfo de la Revolución, el pueblo tiene
anualmente en sus bolsillos para gastar más de 500 millones sobre lo que tenía
en el momento en que triunfó la Revolución (APLAUSOS). Es decir que nuestro pueblo cuenta con 500
millones más para gastar; muchas familias, numerosas, donde había uno
trabajando, hoy hay cinco, seis, y a veces hasta más; los ingresos de la
familia se han aumentado extraordinariamente como consecuencia del aumento de
empleo, como consecuencia de la rebaja de alquileres, y como consecuencia del
aumento de salarios en muchos casos.
Y esto, sobre todo en el campo, que es donde vivía la
mitad de nuestra población, donde era mayor el desempleo y donde es mayor hoy
el empleo. Ustedes, durante la última
zafra, tuvieron oportunidad de comprobar esto en el hecho de que por primera
vez en la historia de nuestro país faltaban brazos para realizar las tareas de
la caña, y es que una gran parte de la población campesina estaba trabajando en
otras tareas de tipo agrícola, y fue necesario movilizar a decenas de miles de
hombres y mujeres de la ciudad para cumplir las tareas de la zafra.
Basta hacer un cálculo elemental para comprender lo
que significan 500 millones de pesos más en manos del pueblo, es decir, una
mayor demanda de todos los artículos. Y
claro está, hay artículos cuya producción se puede aumentar indefinidamente: el tabaco, el azúcar,
pero hay otros artículos que, naturalmente, han sufrido el peso del aumento
extraordinario de la demanda.
¡Qué ilusiones se hacen los contrarrevolucionarios
pensando en que pueda venir una invasión del hambre. Basta analizar el consumo per cápita de arroz,
que ha aumentado de 100 libras per cápita a 130 libras per cápita. Esas 30 libras son las 30 libras que están
consumiendo familias que antes no consumían ni las 100, ni las 50, ni las 40
libras de arroz, mientras habría aquí quien consumiera a lo mejor 200 libras de
arroz por año (APLAUSOS).
Ha ocurrido un gran aumento en la capacidad
adquisitiva del pueblo; tiene el pueblo 500 millones de pesos más en sus
manos. ¿Qué significa esto? Que tenemos que hacer parejamente un gran
esfuerzo en la producción para que el pueblo pueda contar con todos los
artículos que desee consumir, como consecuencia de ese aumento de su ingreso en
500 millones de pesos más al año.
Las frutas, por ejemplo, que otras veces sobraban,
como consecuencia del aumento de esas demandas, a veces escasean. Por ejemplo, la ciudad de La Habana está
consumiendo 800 000 naranjas por día, y sin embargo no son suficientes 800 000
naranjas por día para toda la demanda, y la capacidad de consumo y el poder
adquisitivo que tiene hoy el pueblo.
Naturalmente que la Revolución está sembrando millones
y millones de árboles frutales, en un plan de proporciones como no ha existido
nunca en ningún otro país del mundo, que el año pasado y este año ha sembrado
millones de árboles frutales, y que el plan del año que viene es de sembrar 65
millones de árboles frutales, entre los cuales habrá 20 millones de cítricos
(APLAUSOS).
La Revolución, el Gobierno Revolucionario, está
llevando adelante sus planes de industrialización y sus planes agrícolas. En el orden del problema de las grasas,
incluso la satisfacción del aumento extraordinario que ha tenido la demanda de
carne, todos esos problemas de abastecimiento de tipo agropecuario, los
pequeños déficit que se presentan como consecuencia de ese aumento de consumo
serán resueltos por la Revolución totalmente en el curso de pocos meses;
incluso, lo que más tardará, el problema de la grasa, no tardará más que 18
meses la total producción de toda la demanda de grasas que tiene el país
(APLAUSOS).
Es decir que cómo podremos preocuparnos del porvenir
si hoy todos los instrumentos de producción están en manos del pueblo. Hambre había, escasez, es decir, falta de
recursos y de ingresos para el pueblo cuando estaban en manos de los monopolios
extranjeros los medios de producción; pero hoy, que el pueblo es dueño de los
instrumentos de producción, hoy, que el pueblo es dueño de las mejores tierras,
hoy, que el pueblo es dueño de las mejores y mayores industrias, hoy, que el
pueblo es dueño de sus recursos naturales, hoy, que el pueblo con su trabajo
puede producir, hoy, que el pueblo con su trabajo... (APLAUSOS) ...
Hoy, que el pueblo es dueño de las industrias y de las
tierras, hoy, que el pueblo, con su trabajo, puede producir en sus propias
industrias y en su propia tierra, ¡cómo no ha de ser risueño el porvenir de
nuestro país! El pueblo tendrá todo lo
que quiera, puesto que el pueblo es hoy dueño de las mejores tierras y es
dueño, en lo fundamental, de la industria, y tendrá todo lo que quiera producir
con su trabajo, todo lo que quiera producir con su esfuerzo (APLAUSOS
PROLONGADOS).
¿Qué le impide al pueblo, qué le puede impedir al
pueblo producir lo que quiera, producir cuantas riquezas y cuantos bienes
quiera, si hoy el pueblo es dueño de la tierra y hoy el pueblo es dueño de la
industria? Si hoy el pueblo es dueño de
los recursos naturales, basta con que el pueblo lo quiera, y el pueblo puede,
basta con que el pueblo lo quiera, y el pueblo tendrá todo lo que necesite
(APLAUSOS), y el pueblo lo que necesita es tiempo, el pueblo lo que necesita es
tiempo nada más, para resolver todos sus problemas, porque ya el pueblo tiene
en sus manos lo que necesitaba precisamente para ello. Y que el pueblo puede lo que quiera lo
demuestra la experiencia en estos años, lo demuestra la propia campaña de
alfabetización que estamos llevando a cabo (APLAUSOS).
Yo quisiera, por ejemplo, que levantaran la mano los
que tengan un hermano, o un hijo, alfabetizando o esperando para alfabetizar en
las brigadas (GRAN PARTE DEL PUBLICO LEVANTA LAS MANOS). Hay 94 000 jóvenes en las brigadas “Conrado
Benítez”, ¡noventa y cuatro mil jóvenes alfabetizando! (APLAUSOS.) Y a mediados del mes de agosto se llegará a
un total de 104 000 brigadistas alfabetizadores
en todo el país (APLAUSOS). Son los
hijos y los hermanos de ustedes, que están cumpliendo una tarea verdaderamente
histórica, tarea que se ha convertido en un timbre de gloria y en un altísimo
honor para nuestra juventud, que de esa manera ven la gran oportunidad de
servir a su patria y de servir a la Revolución, y que, como consecuencia, el
analfabetismo será erradicado de nuestro país en solo un año (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Venceremos!
¡Venceremos!”).
¿Y no es acaso una tarea extraordinaria, no es acaso
una tarea increíble educar a más de un millón de analfabetos en solo un
año? ¿No es esa verdaderamente una
proeza de nuestra juventud? Son más de
100 000 jóvenes, que se han marchado a los campos, a los lugares más apartados
del país, y donde han estado durante meses y están dispuestos a permanecer
varios meses más, llevando la vida de los campesinos y enseñando. Y un pueblo que puede eso, cualquier tarea
que se proponga la realizará, porque no hay duda de que si de algo estará
eternamente orgullosa la Revolución Cubana es de ese esfuerzo que está haciendo
en favor de los analfabetos y de los ignorantes, y que uno de los triunfos más
grandes de esta Revolución será demostrar al mundo, demostrar a nuestros
hermanos de América Latina, que el analfabetismo se puede erradicar en un año
cuando hay una revolución (APLAUSOS) o cuando los pueblos están dispuestos a
apoyar una política justa, y cuando hay una política justa para los
pueblos.
Es que toda la inmensa masa juvenil se ha unido a las
tareas de la Revolución, es que toda la inmensa masa juvenil, aquí en nuestro país,
no tiene problemas con el gobierno, no tiene problemas con el poder político,
sino que sabiéndose esa masa juvenil hereditaria de los beneficios y de las
tareas de la Revolución, hereditaria del trabajo que la Revolución le dejará,
esa masa juvenil se ha incorporado desde ahora a llenar su rol. Y es realmente impresionante el solo hecho de
que nuestro país, en este momento, cuente con más de 100 000 jóvenes que están
ya en sexto grado o han pasado el sexto grado y que están adquiriendo toda la
experiencia que significa ese trabajo de alfabetización. Un pueblo que puede lograr esa meta en un
año, puede resolver cualquier problema que se le presente.
Hoy, en el día de hoy precisamente, ustedes habrán
podido presenciar el stadium, es decir, las gradas que se han construido al
fondo de esta Plaza de la Revolución. Pues
bien, esas gradas se han llenado solamente con los jóvenes obreros y campesinos
que, procedentes de distintos lugares de la isla, han sido becados por el
Gobierno Revolucionario (APLAUSOS).
¡Ah!, hemos avanzado, hemos avanzado. El primer 26 de Julio ni el segundo 26 de
Julio pudimos erigir unas gradas gigantescas como esas, que, sin embargo, ¡no
alcanzaban a sentar en ellas a todos los muchachos y muchachas humildes de
nuestro pueblo que hoy gracias a la Revolución están estudiando en las
distintas escuelas! (APLAUSOS.)
Por eso la Revolución puede reunir hoy los frutos de
su obra, por eso se pueden reunir aquí los batallones de milicias, aquellos
batallones que quisieron hacer objeto de su mofa los pepillos reaccionarios y
que después tuvieron oportunidad de probar su valor y su heroísmo en los
combates de la Ciénaga de Zapata (APLAUSOS PROLONGADOS).
La Revolución puede reunir hoy a sus batallones de
veteranos; la Revolución puede reunir hoy a las decenas y decenas de miles de
hijos y de hijas de obreros y campesinos que están estudiando en la capital de
la república; la Revolución puede reunir hoy a sus Comités de Defensa
Revolucionarios (APLAUSOS); la Revolución puede reunir hoy a sus cuadros de
revolucionarios integrados; la Revolución puede reunir hoy a sus sindicatos
obreros; la Revolución puede reunir hoy a sus asociaciones de jóvenes, a sus
asociaciones de mujeres. Es decir que la
Revolución puede reunir hoy a su pueblo organizado (APLAUSOS), porque cuando la
Revolución llegó al poder el pueblo no estaba organizado, la organización social
del pueblo correspondía por entero a las circunstancias de la vida pasada de
nuestro país.
La Revolución ha organizado al pueblo; el imperialismo
tuvo delante de sí, en el primer año, y aun en el segundo año, a un pueblo que
no estaba organizado, a un pueblo que no estaba preparado. Mas, este pueblo de
ahora, después de dos años y siete meses de Revolución, es un pueblo que tiene
un grado de conciencia revolucionaria incomparablemente más alto que el que
tenía entonces, un grado de educación política extraordinariamente más elevada
que la que tenía entonces (APLAUSOS). Y,
sobre todo, es un pueblo organizado, un pueblo organizado a través de sus
sindicatos obreros, a través de sus Comités de Defensa de la Revolución
(APLAUSOS), a través de sus batallones de milicianos (APLAUSOS), a través de
sus Asociaciones de Jóvenes Rebeldes (APLAUSOS), a través de la Federación de
Mujeres (APLAUSOS), ¡hasta los niños están organizándose en las Asociaciones de
Pioneros Rebeldes! (APLAUSOS), a través de sus asociaciones deportivas, a
través de sus asociaciones culturales, a través de sus cooperativas agrícolas,
a través de sus asociaciones campesinas, a través de sus legiones de
alfabetizadores, a través de sus batallones de trabajadores voluntarios
(APLAUSOS), a través de sus escuelas de profesionales, donde se agrupan los obreros
intelectuales, y como un cemento se une y orienta a través de los cuadros de
las Organizaciones Revolucionarias Integradas, que marchan hacia la formación
del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (APLAUSOS
PROLONGADOS. GRANDES GRUPOS DE PERSONAS
BAILAN COGIDOS DE LAS MANOS Y EXCLAMAN: “¡Fidel, ¡Fidel!” SOLO SON ACALLADOS CON LAS NOTAS DEL HIMNO
NACIONAL).
El pueblo ya está organizado. Cada hombre o cada mujer pertenece aquí, ya,
a alguna organización de la Revolución.
Por ejemplo, que levanten la mano los que pertenecen a la Milicia (GRAN
PARTE DEL PUBLICO LEVANTA LAS MANOS); que levanten la mano, ahora, los que
pertenecen a los sindicatos (GRAN PARTE DEL PUBLICO LEVANTA LAS MANOS); que
levanten la mano las que pertenecen a la Federación de Mujeres (GRAN PARTE DE
LAS PRESENTES LEVANTAN LAS MANOS); que levanten la mano los que pertenecen a
los Comités de Defensa de la Revolución (GRAN PARTE DEL PUBLICO LEVANTA LAS
MANOS). Y ahora, que levanten la mano
los que apoyan la unión de todos los revolucionarios en el Partido Unido de la
Revolución Socialista (TODOS LOS ASISTENTES, INCLUYENDO AL DOCTOR CASTRO,
LEVANTAN LAS MANOS Y EXCLAMAN: “¡Unidad!, ¡Unidad!”) .
El imperialismo y la reacción no se enfrentan ahora a
un pueblo desorganizado, a un pueblo sin organización. El imperialismo y la contrarrevolución, los
saboteadores y los terroristas, no se enfrentan ahora a un pueblo sin
organización. La Revolución no solo ha
mantenido y ha aumentado su extraordinario calor popular, sino que ha organizado
a sus fuerzas revolucionarias.
Terroristas, contrarrevolucionarios, saboteadores, reaccionarios e
imperialistas (EXCLAMACIONES) tienen que enfrentarse ahora a un pueblo
organizado.
Y a la reacción, la contrarrevolución y al
imperialismo no le quedan en Cuba los recursos que tenían en otros tiempos,
porque ya aquellos barrios aristocráticos donde conspiraban, donde se escondían
los contrarrevolucionarios y los terroristas, de donde se ha marchado la flor y
nata de la clase explotadora, los que viven ahora allí son esas decenas de
miles de estudiantes becados (APLAUSOS).
Y los que estarán al comenzar el próximo curso, los que estarán son los
becados de la preuniversitaria, de las secundarias básicas, de las escuelas
tecnológicas, de las escuelas de instrucción revolucionaria, y de las escuelas universitarias. Y lo que ayer estaba invadido por la reacción,
hoy está invadido y ocupado por los hijos y las hijas de los obreros y de los
campesinos (APLAUSOS).
Por tanto, el cerco se le hace cada vez más estrecho a
la reacción; el camino se le hace cada día más difícil a la reacción. La reacción y la contrarrevolución no
levantarán cabeza, no, como dicen ellos, porque haya muchos Comités de Defensa
de la Revolución, porque haya muchos batallones de milicia, porque haya muchos
sindicatos, porque haya muchas asociaciones de jóvenes, y de mujeres, o de
estudiantes, o de deportistas, o de cuadros revolucionarios, ¡no! Hay muchos batallones de milicia, y muchos
Comités de Defensa, y muchas asociaciones de mujeres, y muchas escuelas
revolucionarias, y muchos centros de estudiantes becados, y muchas
cooperativas, y muchas granjas del pueblo, y muchas asociaciones de pioneros, y
muchos cuadros revolucionarios, sencillamente porque el pueblo está con la
Revolución (APLAUSOS), y la contrarrevolución no levantará cabeza porque el
pueblo está contra ella, porque no tiene pueblo, porque son capillitas de
privilegiados, capillitas de explotadores, capillitas de gusanos, capillitas de
parásitos, capillitas de traidores, capillitas de confusos, capillitas de vendepatrias, capillitas de lamebotas del imperialismo,
capillitas de enemigos del obrero, de enemigos del campesino, de enemigos del
estudiante, de enemigos de nuestra juventud, de enemigos de nuestra sociedad,
de enemigos de nuestra nacionalidad, de enemigos de nuestro porvenir, de
enemigos de nuestro progreso.
Porque quieren volver aquí a traer de nuevo la
miserable explotación; porque quieren volver aquí a entregarles de nuevo
nuestras industrias a los monopolios extranjeros; porque quieren venir a
entregarles de nuevo las tierras que les dimos a los campesinos y las tierras
que les dimos a los cooperativistas, a las compañías extranjeras; porque
quieren volver a recibir órdenes del amo extranjero; porque quieren volver a
uncir nuestra república al carro de la explotación, de la corrupción, del
abuso, de la injusticia, de la incultura y del saqueo; porque quieren volver a
traer el pasado, porque quieren intentar cortar la luz del porvenir que ya
alumbra en el horizonte de la patria, por eso el pueblo está contra ellos.
Y contra ellos estarán nuestros obreros, contra ellos
estarán nuestros campesinos, nuestros estudiantes en legiones, nuestros
jóvenes, nuestras mujeres, nuestros deportistas, nuestros milicianos, nuestros
soldados, nuestro pueblo. Contra ellos,
contra los explotadores, contra los parásitos, estará eternamente nuestro
pueblo entero. Y contra ellos no estarán
solamente los cientos de miles de milicianos, estarán también los cientos de
miles de maestros del ejército alfabetizador, de las brigadas juveniles, y de
los alfabetizadores populares (APLAUSOS).
¡Y contra ellos estará el millón y cuarto de cubanos que estamos
enseñando a leer y a escribir en este año!
(APLAUSOS.)
Porque ha sido la Revolución quien se acordó de ellos,
fue la Revolución quien les llevó sus títulos de propiedad de la tierra, fue la
Revolución la que los liberó de las rentas, donde a veces pagaban más que en la
edad feudal —el 50% de sus productos—, fue la Revolución la que les llevó los
caminos, la que les llevó médicos, la que les llevó maestros, la que les llevó
el sentido de la dignidad, la que les llevó, además, un fusil y se los entregó
para que defendieran su tierra, su Revolución y su patria (APLAUSOS).
Y por eso el pueblo estará siempre contra ellos, la
inmensa mayoría del pueblo, el ciento por ciento del pueblo, porque quien sea
un parásito, quien sea un explotador, quien sea un mercenario al servicio del
extranjero, no se podrá llamar hijo ni ciudadano de este pueblo.
Por eso, todos los hombres y todas las mujeres
honrados, estarán contra ellos, que son los explotadores, que son los
gangsters, que son los politiqueros, que son los traidores, que son los
vendepatrias, que son los enemigos del progreso de nuestro país. Los esbirros de ayer, los “chivatos” de ayer,
los politiqueros de ayer, los “botelleros” de ayer, las camarillas explotadoras
de ayer, tendrán siempre contra ellos el pueblo, porque el pueblo no está aquí
al calor de un entusiasmo pasajero, el pueblo no está aquí por embullo. Hace dos años y siete meses que, día a día,
ha estado el pueblo diciendo presente, y cada vez con mayor firmeza, y cada vez
con mayor fervor, y cada vez con mayor entusiasmo y mayor fe, en las filas de
la Revolución (APLAUSOS).
Y ese mismo pueblo que desfiló el 1ro de Mayo, como
soldado o como trabajador, desfiló ayer en impresionante desfile deportivo por
esta misma plaza. Y será inolvidable
para nosotros este espectáculo de miles y miles de jóvenes aquí, demostrando
todas las posibilidades que tiene nuestro país, toda la capacidad que tiene
nuestro pueblo, aprendiendo a obtener esos triunfos colectivos, el triunfo
colectivo de 5 000 atletas cuando hacen una tabla gimnástica, el triunfo colectivo
de cientos de parejas cuando interpretaban una danza nacional o extranjera, el
triunfo colectivo de los 70 000 atletas que desfilaron ayer por aquí.
Y hace apenas tres o cuatro meses que se organizó el
INDER, y que si eso ha podido lograr en tan poco tiempo, ya el acto del año que
viene, en atletismo, no será como el de la primera vez, ni como el de ayer,
será incomparablemente mayor, y cubrirá toda la plaza, y se celebrarán todos
los años los 25 de julio, y será la fecha de los desfiles deportivos
(APLAUSOS). Y así, el 2 de enero,
desfile militar (APLAUSOS); el 1ro de Mayo, desfile obrero (APLAUSOS); vi el 25 de julio, desfile deportivo
(APLAUSOS); el 26 de Julio, concentración como esta de hoy (APLAUSOS).
Y así avanza el pueblo, y así, próximo a cumplirse los
tres años, todo marcha mucho mejor que al principio, y la organización del
pueblo, junto con la organización de la dirección revolucionaria y del Gobierno
Revolucionario, se les ve marchar bien, incomparablemente superior la organización
del Estado, la organización de la administración pública, la organización de
nuestra agricultura y la organización de nuestra industria.
Ya se iniciará el primer plan cuatrienal, con una
inversión de 1 000 millones de pesos, en solo cuatro años, en el desarrollo
industrial (APLAUSOS), parejamente con el desarrollo de nuestra agricultura.
Cerca de 40 000 becados por el Gobierno
Revolucionario, comenzarán a estudiar en el próximo curso. Regresarán los 104 000 brigadistas, y
volverán a sus aulas, y volverán a sus centros de enseñanza, y a sus escuelas
superiores y tecnológicas. La reforma
universitaria se ha llevado adelante, y miles de estudiantes de las carreras
técnicas ya se están formando en nuestro país, y miles de estudiantes técnicos
también estarán formándose ya, en este mismo año, en las universidades de los
países amigos socialistas (APLAUSOS).
Una industria pesada se desarrollará, y sobre la base
de esa industria pesada podremos desarrollar todas las demás industrias para la
satisfacción de todas nuestras necesidades.
Por muchas que hayan sido las agresiones del imperialismo contra
nosotros, ni siquiera ha logrado imponernos grandes privaciones, ni siquiera ha
logrado imponernos grandes sacrificios.
Han fracasado y continuarán fracasando en sus planes de hostigamiento
por hambre, en sus planes de destruir la Revolución por la agresión económica,
como fracasarán también siempre en sus planes de destruiría militarmente.
¡Y qué porvenir tan formidable se presenta al futuro
de la patria! ¡Ya
no será el pueblo de los explotados, ya no será el pueblo de las grandes
mayorías explotadas por una minoría egoísta e insaciable, ya no será el pueblo
de las grandes mayorías hambrientas, de las grandes mayorías discriminadas, de
las grandes mayorías humilladas, de las grandes mayorías incultas, de las
grandes mayorías descalzas, de las grandes mayorías sin tierras, de las grandes
mayorías sin trabajo. Ya será el pueblo unido, ya será el pueblo de una sola y
única mayoría, la mayoría de todo el pueblo.
Todo el pueblo con pan, todo el pueblo con trabajo, todo el pueblo con educación,
todo el pueblo con cultura, todo el pueblo con el acceso a los institutos, todo
el pueblo con el acceso a las universidades, todo el pueblo dueño de sus
fábricas, todo el pueblo dueño de sus tierras, todo el pueblo dueño de sus
círculos sociales, todos los niños organizados, todos los jóvenes organizados,
todas las mujeres organizadas, todos los trabajadores organizados, y todo el
pueblo miliciano, todo el pueblo soldado, todo el pueblo combatiente, todo el
pueblo defensor de la patria! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Unidad, unidad!”)
Porque esta es ahora la patria de todos, porque la
tierra es ahora la tierra de la patria, porque las industrias son ahora las
industrias de la patria, y porque el fruto del trabajo del pueblo es ahora
fruto para el pueblo, fruto para sus hijos, fruto para sus niños, fruto para
sus esposas (APLAUSOS).
Y ese es el porvenir que tenemos delante, porvenir
prometedor, porvenir brillante, porvenir feliz; triunfos para todo el pueblo,
oportunidades para todos los hombres y mujeres del pueblo; triunfos en el orden
de la cultura, en el orden de la economía, en el orden del deporte. Triunfos colectivos, no triunfos de
individuos, sino triunfos de la colectividad.
Triunfos del pueblo entero; y no hay verdaderos triunfos si no son
triunfos colectivos. Y la victoria de un
batallón no es la victoria del comandante que lo manda, sino la victoria de
todos los soldados que lo integran (APLAUSOS).
El espectáculo impresionante que ayer vimos de miles
de atletas formando un nombre; escribiendo un pensamiento sobre el pavimento
cálido de nuestra plaza revolucionaria.
Las danzas nacionales y extranjeras no las podía hacer un hombre. Son espectáculos que señalan de manera
elocuente los grandes triunfos colectivos, los grandes triunfos en que
intervienen cientos de hombres; miles de hombres o un pueblo entero.
Y eso tiene de maravilloso y de aleccionador ese
desfile de ayer, porque nos enseña lo que las colectividades pueden hacer, y
solo las colectividades, las sociedades y los pueblos organizados pueden
alcanzar tan grandes éxitos en el campo del deporte o del arte, o de la
educación, de la cultura, de la economía, y en cualquier campo, porque solo el
pueblo organizado puede alcanzar tan grandes éxitos. Y como necesitamos triunfos en el deporte, en
la cultura, en la economía, en el arte, en la defensa de la Revolución, serán
los triunfos de una colectividad, para la colectividad.
Porque antes las clases reaccionarias organizaban la
colectividad en la medida de sus intereses y para la defensa de sus
intereses. Organizaban un ejército
profesional; lo entrenaban bien, sus oficiales los educaban en escuelas
reaccionarias, a los soldados los volvían “casquitos” enemigos del pueblo; los
convertían en mercenarios, y ahí teníamos una fuerza armada defensora de sus
privilegios contra el pueblo.
La Revolución no, la Revolución convierte a todo el
pueblo en ejército; le da la mentalidad al miliciano y
al soldado de un verdadero revolucionario, servidor de una causa, servidor de
la nación, servidor de su pueblo, y arma a todo ese pueblo para que todo ese
pueblo sea una sola fuerza. Porque debe haber
un solo interés, no interés de grupos, no interés de clases, no interés de
particulares. Debe haber un interés por
encima de todo lo demás, y ese es el interés colectivo, el interés de todos, el
interés que encierra el derecho y la aspiración de cada uno de nosotros
(APLAUSOS).
Y solo esa fuerza es la que podrá proporcionarles pan
a todos, educación a todos, trabajo a todos, casa a todos, libros a todos,
vestidos a todos, zapatos a todos, medicinas a todos, felicidad a todos,
alegría a todos, bienestar a todos (APLAUSOS).
Proclamamos por eso el derecho de todos al trabajo, el
derecho de todos a la educación; sí, apoyamos en esa cifra de 1 250 000
analfabetos, cuando menos, cifra que es más que suficiente para justificar por
sí sola a la Revolución. Entre 6
millones de cubanos, un millón y cuarto de cubanos que nunca tuvo un maestro,
que nunca tuvo un lápiz entre sus manos, que nunca tuvo un libro, y a los
cuales la Revolución está enseñando.
Porque la Revolución entiende que eso era un crimen,
que era un crimen cada hombre que se quedaba sin aprender a escribir siquiera
su propio nombre; como era un crimen cada niño que moría sin un médico, sin una
medicina; como era un crimen cada niño, cada hombre o cada mujer descalzos;
como era un crimen cada hogar sin pan; como era un crimen cada joven sin
educación; cada padre de familia sin trabajo, cada negro sin derechos (APLAUSOS
y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel!”), y
la Revolución entendía que eso era un crimen.
Y la gran justificación de la Revolución es la lucha contra esas
injusticias, contra esos crímenes, y darle al hombre que no tenía nada, darle
todo, y todo para el hombre es el pan; todo para el hombre es el pan con que
tiene que alimentarse, y el pan con que va a nutrir su inteligencia de
conocimientos.
El todo para el hombre es su derecho a la salud, su
derecho a la cultura, su derecho al trabajo, su derecho al techo, su derecho al
respeto, su oportunidad para crecer, para educarse, para ser útil, para ayudar
a los demás con su trabajo y recibir también la ayuda del trabajo de los demás.
El todo para el hombre es el pan, es la cultura, es el
hogar, es el trabajo, es la alegría, es el respeto; y es de todo, que antes
tenían unos cuantos y que faltaba en forma de pan, o en forma de libros, o en
forma de zapatos, o en forma de salud, o en forma de trabajo, o en forma de
techo, a la gran mayoría de nuestro pueblo.
Eso es lo que la Revolución se esfuerza por dar y dará
a cada cubano, en la misma medida en que el pueblo nuestro es dueño de su
destino; en la misma medida en que el pueblo nuestro es dueño de su riqueza,
dueño de sus recursos naturales, dueño de sus tierras, dueño de sus fábricas. Y puede decir con razón, por primera vez en
su historia: “el
porvenir está en mis manos, porque mía es la tierra, mías son las minas, mías
son las escuelas, mías son las fábricas, mías son las universidades, mío es el
poder, mías son las armas, mía es la patria” (APLAUSOS); lo que no podía decir
antes. “y mis enemigos serán los que no quieren que las fábricas sean
mías, que las minas sean mías, que la tierra sea mía, que los hospitales sean
míos, que los balnearios y los centros de recreo sean míos, que las escuelas sean
mías, que las industrias sean mías, que las finanzas sean mías, que los techos
sean míos, que el pedazo de tierra en que trabajo como obrero independiente,
como campesino independiente o como cooperativista, sea mío (APLAUSOS). Y mío es el fusil, mío es cada fusil y cada
tanque, y cada avión, y cada arma, no para agredir a nadie, no para quitarle
nada a nadie, sino para defender lo mío, para defender lo que es mío, para
defenderlo contra los que me lo quieran arrebatar (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES). Para defender la
Revolución contra el mercenario traidor, para defender la Revolución contra el
mercenario invasor, para defender la Revolución frente al imperialismo
guerrerista, para defender la Revolución frente a los monopolios explotadores.”
¡Ah!, y siempre presente la idea de que esa esperanza
que tenemos delante, esa luz que ya se vislumbra, nos la quieren cortar, ese
porvenir nos lo quieren destruir.
¿Quiénes? Los bandidos, los
filibusteros, los asaltadores de pueblos, los que comercian y lucran con el
sudor y con la sangre del indio americano, del negro africano, del nativo
asiático, del latinoamericano, del español, del africano (APLAUSOS).
Quienes lucran y comercian con el sudor y con la
sangre, es decir, con el trabajo del obrero en todos los continentes del mundo;
los que comercian con la sangre, los que trafican con los millones de cadáveres
que ocasionan las guerras, los negociantes de la destrucción y de la
muerte. Esos, esos son los que no
quieren que los pueblos tengan todo. Es
decir que los pueblos tengan cultura, tengan pan, tengan trabajo, tengan techo,
tengan hospitales, tengan derechos, tengan oportunidad, tengan felicidad.
Esos que quieren destruir el fruto del trabajo del
pueblo soviético, del pueblo chino, del pueblo coreano, de todos los pueblos
socialistas (APLAUSOS). Esos que quieren
impedir que el colonialismo desaparezca de la faz de la Tierra, que quieren
impedir que el imperialismo desaparezca, que quieren impedir que la explotación
desaparezca, son los que no quieren que nuestro pueblo tenga pan, tenga techo,
tenga salud, tenga trabajo y tenga felicidad.
Y por eso hemos tenido que estar tantas veces con las
armas en la mano. Y por eso tenemos que
estar siempre alertas. Porque no nos
perdonan, no nos quieren perdonar los imperialistas nuestros éxitos. Y mientras más ven al pueblo unido,
mientras más ven al pueblo organizado, mientras más ven a la Revolución marchar
hacia adelante, más se llenan de ira ante la alegría y ante la esperanza del
pueblo, más se llenan de rabia ante la fuerza creciente de la Revolución, más
se llenan de furia ante las simpatías con que cuenta la Revolución en América
Latina, ante la resistencia que le han ofrecido, no ya solo los pueblos, sino
también los gobiernos, pues exceptuando a los gobiernos que rompieron
relaciones con nosotros, plegándose de manera cobarde y servil al imperialismo
que mata de hambre a sus pueblos, muchos gobiernos de América han resistido las
presiones imperialistas, han resistido a los planes de extorsión, han resistido
las presiones, han mantenido sus relaciones diplomáticas con la Revolución
Cubana. Pero, además, no solo muchos
gobiernos, sino que todos los pueblos, sin excepción por encima de todas las
campañas y de todos los intentos imperialistas, se han mantenido fieles a la
Revolución, y lo comprobó Stevenson, lo comprobó sobradamente, y se lo fue a
comunicar a Kennedy (EXCLAMACIONES DE: “¡Fuera!”),
y lo ha comprobado el imperialismo.
Y a medida que esto se hace realidad, crece el odio de
los imperialistas, y no pasa un día en que un senador embrutecido y
alcoholizado del Senado de Estados Unidos, no pasa un día en que un director
mercenario y vendido al imperialismo no lance contra nuestra Revolución las
peores amenazas y no pida que se nos invada; no pasa un día sin que pida
alguien una intervención militar, y cada día están desatando más la histeria
contra nosotros. Y a medida que los
guerreristas ganan terreno en Estados Unidos, a medida que la crisis
internacional se agudiza, como consecuencia de esos planes belicistas y
guerreristas, como consecuencia de las negativas del gobierno de Estados Unidos
a propiciar fórmulas de solución en los distintos puntos de crisis en el mundo,
el peligro se cernirá más y más contra nosotros, con cualquier pretexto.
Ustedes saben, por ejemplo, que en innumerables
ocasiones aviones cubanos han sido secuestrados en pleno vuelo por traidores y
han aterrizado en Estados Unidos, con riesgo de la vida de nuestros pasajeros;
ustedes saben que últimamente numerosos aviones cubanos, 10 aviones en total,
secuestrados en pleno vuelo, han sido confiscados en Estados Unidos. Pues bien, el día 1ro de Mayo, un avión
norteamericano había sido secuestrado por uno de los pasajeros, y aterrizó en
Rancho Boyeros. El Gobierno
Revolucionario, en su disposición de dar pruebas de su espíritu de paz, en su
deseo de evitarles pretextos y excusas para los actos contra nosotros, procedió
a devolver aquel avión con todos sus pasajeros, el 1ro de Mayo.
No había transcurrido una semana, cuando se llevaron un
avión nuestro, e inmediatamente fue confiscado en Estados Unidos. Numerosos aviones más, confiscados. Pues bien, el día 24, un pasajero secuestra también
un avión en el aire, de una línea norteamericana, y aterriza aquí
(EXCLAMACIONES). Pues bien, ¿está el
Gobierno Revolucionario en la obligación de devolver ese avión? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) Diez aviones cubanos han sido confiscados; sin
embargo, nosotros habíamos devuelto un avión.
¡Ah!, ¿en virtud de qué principio nosotros estamos obligados a
devolverles los aviones y ellos van a tener el derecho a confiscarnos los
aviones que secuestran en el aire los traidores a nuestra patria? ¿En virtud de qué principio de equidad? ¿En virtud de qué principio de igualdad? ¿Por qué vamos a estar nosotros obligados a
soportar que ellos confisquen nuestros aviones cuando alguien los secuestra en
el aire y en cambio, tranquilamente y cortésmente, devolverles los aviones de
ellos cuando ellos tienen un problema similar?
Pues bien, el Gobierno Revolucionario no había
decidido nada sobre el avión, había devuelto a los aviadores. ¡Ah!, inmediatamente comenzaron las amenazas,
inmediatamente los alcohólicos y los energúmenos reaccionarios del Senado —¡sí,
alcohólicos, sí, embrutecidos imperialistas, sí, bestias embrutecidas, porque
no se merecen otro nombre (APLAUSOS)—, los Smathers y
compañía, posiblemente con todo el vaho del whisky que habían estado bebiéndose
hasta el momento de sentarse en el Senado, se levantaron para pedir el rescate
por la fuerza del avión, la invasión de nuestro país por los “marines”, una
expedición militar contra nosotros, más sangría contra Cuba, el ataque militar
contra Cuba. Inmediatamente surgieron
los directores mercenarios a hacer parecidas exhortaciones, que se nos dé un
ultimátum para que devolvamos el avión.
Es decir que nosotros tenemos que soportar que
nuestros aviones nos los lleven, quedarnos callados cuando se los confiscan y
se los roban, en complicidad con las autoridades americanas; y cuando ellos
tienen un problema, y nosotros le devolvemos un avión, en reciprocidad ellos
confiscar el nuestro. Y cuando viene
otro avión, y se lo llevan, avión que no mandamos a llevarlo nosotros, porque
nosotros no acostumbramos a realizar esos hechos de piratería, que son solo
propios de los imperialistas, que son solo propios de los filibusteros;
nosotros no tenemos necesidad de mandar a robar aviones. Se había robado uno un pasajero, por su
cuenta; devolvimos el avión, y ¿qué mejor prueba que esa? Se llevan otro avión de Estados Unidos,
aterriza aquí, les devolvimos los pasajeros, pero como ellos nos han confiscado
10 aviones, ¡que no esperen que nos apuremos en devolverles los aviones! (APLAUSOS.)
Entonces, nosotros no nos los llevamos, nosotros no
ordenamos esa operación, y nosotros jamás ordenaremos secuestros de naves o
secuestros de aviones; primero, porque eso está contra nuestros principios;
segundo, porque eso serviría solo para darles pretextos a los imperialistas,
pretextos de agresión y de propaganda contra nosotros. ¡Ah!, pero si uno se roba el avión allí y
viene aquí, ¿qué quieren? Ellos aquí han
asesinado cubanos; tiroteos en medio de los aviones, han llevado a los escoltas
muriéndose a los hospitales; han asesinado aquí soldados antes de robarse una
lancha. Ellos reciben como héroes a los
asesinos, los arman y los envían en sus expediciones mercenarias. ¡Ah!, si le secuestran allí alguien, violando
la ley, y viene aquí después de haber cometido el delito, sí que no esperen que
nosotros también les reintegremos al que cometió el delito, porque ellos se han
cansado de amparar a los criminales allí.
Y, por lo tanto, las circunstancias tienen que ser
iguales. El hecho de que el imperio
yanki sea grande y nosotros seamos un país pequeño no le da ningún derecho a esa
“ley del embudo”, en virtud de la cual nosotros tengamos que soportar todas sus
fechorías, y encima de eso, devolverles a los delincuentes y devolverles los
aviones (APLAUSOS).
La postura del gobierno cubano es esta: el gobierno cubano
está dispuesto a devolver el avión si a su vez el gobierno norteamericano se
compromete a que todo avión que en lo adelante secuestren y lleven a territorio
norteamericano lo devuelvan. Es decir
que a la disposición nuestra de devolverles el avión debe corresponder la disposición
de ellos de devolvernos los aviones de nosotros que secuestren y lleven
allí.
El Estado cubano no tiene culpa de que se roben un
avión yanki; ahora, el Estado cubano no está en la obligación de devolver esos
aviones si el Estado norteamericano no devuelve los aviones que le llevaron a
Cuba (APLAUSOS).
Nosotros no robaremos nunca aviones, nosotros no secuestraremos
nunca aviones, el gobierno cubano jamás pagará a nadie ni sobornará a nadie, ni
inducirá a nadie a robarse aviones, pero mientras ellos mantengan una política
de piratería contra nosotros no pueden exigirnos a nosotros que devolvamos los
aviones. ¿Nos amenazan los senadores?,
¿nos amenazan los guerreristas?, ¿nos amenazan los alcohólicos senadores y
directores de periódicos? Pues bien,
nosotros frente a sus amenazas, nos quedamos tan tranquilos y tan ecuánimes
como frente a todos sus gritos histéricos y cobardes de amenaza contra nuestro
país (APLAUSOS).
Que se lleve el problema a cualquier organismo
internacional, que se lleve el problema a las Naciones Unidas, y que se discuta
la situación en derecho, el de ellos y el de nosotros; y si nosotros hemos
tenido que soportar en silencio todas sus agresiones, y más que robarse
aviones, los aviones que les dieron a los mercenarios para bombardear, para
matar aquí mujeres y niños, para matar aquí hijos de nuestra patria; han hecho
cosas mucho peores que esa, y el pueblo cubano ha tenido que soportarlas. ¡Ah!, cuando cualquiera violando sus leyes,
comete un delito y les lleva un avión, entonces no pueden pedir que nosotros
actuemos de distinta manera que actúan ellos.
¡Con la misma vara con que nos midan los mediremos! (APLAUSOS.)
Y si quieren agredirnos e invadirnos, no necesitan tantos
pretextos, que nos ataquen cuando quieran, que nos invadan cuando quieran. Si nuestro destino es tener que soportar un
zarpazo, ¿qué se va a hacer?; si nuestro destino es tener que sufrir una
sangría aquí de manos del imperialismo, lo único que podemos hacer es tratar de
que la sangría que ellos sufran sea más grande que la nuestra y que la paguen
bien cara (APLAUSOS); si nuestro destino es la agresión imperialista, nosotros
afrontaremos serenamente nuestro destino, porque no es nuestra la culpa.
Y como la rendición no cabe, como el retroceso no
cabe, como frente al imperialismo no cabe ponerse de rodillas, solo cabe
ponerse de pie, solo cabe permanecer firmes (APLAUSOS PROLONGADOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Venceremos!”). Los imperialistas han acostumbrado ya al
mundo a tener que resignarse a vivir en medio de los riesgos que ellos
significan para el mundo y todos los riesgos para la paz que ellos
significan. Es la desgracia de la
humanidad su sistema, los histéricos, y los energúmenos, y los alcohólicos que
hoy dirigen ese sistema, sus fechorías, sus amenazas contra el mundo, y a
algunos pueblos les han hecho pagar caro, les han hecho pagar caro, en sangre y
en sacrificio, por sus agresiones.
Si ese fuera el destino nuestro, nosotros nos
resignamos a ese destino, nosotros nos conformamos a ese destino, y nosotros,
sencillamente, vamos a seguir trabajando y a seguir creando, y a seguir
luchando, sin importarnos lo que pueda pasar y cuándo pueda pasar. Lo que sí tenemos es que cada uno de
nosotros, prepararnos cada día más, para hacer pagar bien caro al agresor,
hacerle pagar mil veces caro al agresor cualquier ataque, y a cualquier hora,
con cualquier pretexto, que en cualquier momento lancen contra nuestro
país. ¡Es una desgracia que tengamos el
imperialismo a noventa millas de nuestras costas!
Y esa debe ser siempre nuestra posición: sin inmutarnos por
los gritos histéricos de los guerreristas, sin amedrentarnos por las amenazas
de los senadores alcohólicos, sin preocuparnos y sin perder nuestra calma,
seguir nuestro trabajo. Y digo
alcohólico no con ánimo de ofender, pero es que quien lea las cosas que dicen
esos señores se da cuenta de que están probablemente borrachos cuando están
hablando y esa es la situación.
No van a tener solo un problema con Cuba; van a tener
un problema también con la opinión y con los pueblos, y con la dignidad de los
pueblos y de los gobiernos de América Latina que han defendido el principio de
autodeterminación, y que lo han defendido como un derecho muy importante para
ellos, ¿por qué? ¡Ah!, porque si la
autodeterminación de Cuba no es preservada, ningún gobierno de América Latina
podría después mantener una política independiente, ningún gobierno de América Latina
tendría derecho a comerciar con todos los países del mundo, ningún gobierno de
América Latina tendría derecho y podría después aspirar a una política propia,
porque la destrucción del derecho de autodeterminación cubano significaría la
desaparición de ese derecho para todos los pueblos y para todos los gobiernos
de América Latina.
Así que, pues, tenemos que acostumbrarnos a escuchar
las amenazas, y a vivir siempre en medio de ese riesgo. De todas formas, no es el único riesgo en que
está viviendo el mundo; hay problemas serios, hay tensiones serias, ocasionadas
por los guerreristas que constantemente están poniendo al mundo al borde de la catástrofe
de la guerra universal. El mundo tiene
que templar sus nervios; los pueblos tienen que templar sus nervios, de modo
que los nervios de los pueblos sean de acero y poder resistir con nervios de
acero todas las contingencias y todos los riesgos que las fuerzas retrógradas,
reaccionarias, explotadoras y guerreristas del mundo implican para la
humanidad.
Hay que, por eso, seguir despertando la conciencia de
los pueblos en favor de la paz; la conciencia universal en favor de la
paz. Los pueblos tienen mucho que perder
en las guerras; los imperialistas tienen el todo que perder, pero los pueblos
tienen mucho que perder, y por eso los pueblos deben interesarse por la paz,
los pueblos deben movilizar la conciencia universal en favor de la paz, para
pararles la maniobra a los imperialistas, para que los imperialistas no puedan
seguir avanzando por el camino de la guerra y que no obliguen a la humanidad a
pagar el precio que tendría que pagar por el exterminio de los imperialistas.
Nosotros estamos seguros de que si los imperialistas
desencadenan una guerra, serían derrotados; nosotros estamos seguros de que los
imperialistas se verán exterminados. Pero
lo cruel, lo duro, lo terrible, es pensar el precio que los pueblos tendrían
que pagar. Por eso la conciencia
universal debe movilizarse para contrarrestar de manera eficaz los riesgos de
la guerra y las amenazas que los imperialistas significan para nosotros y para
el mundo.
Los cubanos, desde luego, estamos expuestos a los problemas
que significan las crisis mundiales, pero además estamos expuestos a las
agresiones directas e indirectas que por su cuenta organiza contra nosotros el
gobierno imperialista de Estados Unidos.
Por eso nosotros, los cubanos, tenemos que tener los nervios de acero,
más que nadie, y los cubanos tendremos esos nervios de acero que se necesitan
en esta hora (APLAUSOS).
Hace ocho años, un día como hoy tuvo lugar aquel
episodio que estamos conmemorando del ataque al cuartel Moncada. Aquel combate significó un revés para
nosotros; no fue una victoria de las armas, pero fue una victoria de la moral y
de la dignidad. El revés no importó, no
fue solo un revés el que hubo de soportar la Revolución en su larga marcha. La Revolución libertadora había sufrido otros
reveses en el siglo pasado; había sufrido un gran revés al final de su lucha
heroica por la independencia, con la intervención norteamericana; la Revolución
venía sufriendo reveses, la liberación venía sufriendo reveses. Y aquel del 26 de Julio fue una escaramuza
más de la lucha larga que nuestra nación por su liberación tenía que sufrir.
Pero los reveses no importaban. Aquel revés, que hizo creer a la camarilla
militar y a sus amos imperialistas que había garantizado para siempre la
permanencia de sus privilegios y de sus intereses, fue, sin embargo, el
comienzo de aquella lucha. Ocho años no
es mucho. Sin embargo, desde aquella
chispa hasta hoy, al cumplirse ocho años, se ha hecho algo; el pueblo conquistó
el poder político, el pueblo destruyó la camarilla militar, el pueblo se libró
de los monopolios imperialistas, el pueblo, con el poder en la mano, comenzó a
resolver los problemas más urgentes e inmediatos, y ha creado las condiciones
para nuevos pasos de avance y está dando esos pasos de avance.
Los reaccionarios, los contrarrevolucionarios y los
imperialistas deben tener presente la historia de nuestra Revolución, deben
tener presente la historia de los combatientes revolucionarios. Y vale la pena que recuerden que la
Revolución empezó sin armas, que la Revolución empezó sin recursos, que la
Revolución surgió de la nada, y que aquella Revolución se fue imponiendo a cada
revés, y que aquella Revolución, es decir, aquella idea revolucionaria, aquel
propósito revolucionario, fue desarrollándose, fue creciendo, fue conquistando
el apoyo de las masas, y llegó a ser lo que es hoy.
Luego, el poder revolucionario no es producto de una
imposición, el poder revolucionario no es producto de un golpe aventurero, el
poder revolucionario no es producto de un cuartelazo; el poder revolucionario
es producto de un largo proceso de lucha, el poder revolucionario es la
culminación de un anhelo grande de todo nuestro pueblo, que comenzó a luchar
desde el siglo pasado sin haber logrado alcanzar nunca verdaderamente ese poder
revolucionario.
Y las últimas batallas de esta larga lucha la libró
esta generación, las últimas batallas las libró esta generación, y comenzaron
hace ocho años un 26 de julio; y luchando, y sangreando,
y peleando y sacrificándose llegó el pueblo al poder, después de pagar un
altísimo precio de sus mejores hijos. Y
el pueblo revolucionario en el poder, se ha organizado; el pueblo revolucionario
en el poder ha cumplido con las esperanzas de la nación.
Ha cumplido el pueblo revolucionario sus propósitos y
avanza hacia nuevas etapas de progreso y de justicia. Por eso, el poder revolucionario es sólido;
por eso, los reaccionarios, y los aventureros, y los terroristas, y los
saboteadores al servicio del enemigo jamás podrán arrancarle el poder al pueblo
revolucionario (APLAUSOS); por eso, la contrarrevolución fue derrotada en el
Escambray, y fue derrotada en Playa Girón, ¡y la contrarrevolución será
derrotada dondequiera que levante cabeza!
(APLAUSOS.)
La Revolución ha sido magnánima, la Revolución ha sido
todo lo magnánima que podía esperarse de ella; ha sido quizás más magnánima de
lo que sus propios enemigos esperaron de ella.
La Revolución sabe que tiene el derecho a defenderse, la Revolución sabe
que esta es una lucha a vida o muerte, y una vez más repetimos que una lucha a
vida o muerte que solo puede concluir con la muerte y destrucción de la
Revolución o la muerte y destrucción total de la contrarrevolución (APLAUSOS).
Pero esta magnanimidad que ha tenido la Revolución nos
da a nosotros más derecho y más moral todavía para combatir a los
contrarrevolucionarios, para combatir a los traidores y, sobre todo, toda la
magnanimidad y la generosidad que ha tenido la Revolución y de lo cual no se
arrepiente, le da derecho a la Revolución a ser más dura y le da derecho a la
Revolución a ser más inflexible, si los contrarrevolucionarios agentes
mercenarios vendidos al imperialismo, y sus terroristas, y sus saboteadores, y
sus mercenarios, no escarmientan. Si los
mercenarios, y los saboteadores, y terroristas, y contrarrevolucionarios
vendidos al imperialismo no escarmientan, que no esperen que la magnanimidad y
la generosidad de la Revolución sea eterna; que la Revolución, con todo el
derecho que le da el haber sido magnánima y el haber sido generosa, se sabrá
enfrentar con mano firme y con mano cada vez más generosa, se sabrá enfrentar
con mano firme y con mano cada vez más firme al enemigo, porque en la misma
medida en que el pueblo tiene más conciencia revolucionaria, en la misma medida
en que el pueblo tiene una idea más precisa de la justicia de la causa que
defiende, es más grande la repugnancia, es mayor el odio y la repulsa hacia los
contrarrevolucionarios.
Y así los traidores, a medida que la Revolución
avance, que no esperen magnanimidad de la Revolución, los saboteadores y los
terroristas. La Revolución, incluso en
la aplicación de sus leyes que ordenan sanciones severas para una serie de
hechos, ha sido benigna. Mas, no ha sido
benigna por el grito hipócrita y desvergonzado de los amos imperialistas y de
los que pagan a los terroristas y a los saboteadores, que organizan campañas de
piedad, que organizan campañas de conmiseración para los que no tienen piedad
ni conmiseración a la hora de cometer el peor de los crímenes contra la patria,
y contra el pueblo; no por eso, sino en virtud de una cuestión de principios,
de una cuestión de magnanimidad y generosidad nacidas de sus deseos de marchar
adelante, sin tener que ser drástica. Y
la Revolución no ha querido ser drástica, y cuando aun sus enemigos han tratado
de llevar a la Revolución al campo de lo drástico, aun en medio de la agresión,
aun en medio de las olas de sabotajes organizados por la Agencia Central de
Inteligencia, la Revolución no ha sido drástica. Pero queremos, una vez más, declarar aquí que
la Revolución —y advertírselo a los gusanos, advertírselo a los parásitos—, que
la Revolución no será tolerante con los traidores, que la Revolución no será
tolerante con los agentes al servicio del imperialismo, que la Revolución no
será tolerante con los que quieran destruir las vidas de los revolucionarios o las
riquezas de nuestro pueblo. Es bueno que
lo advirtamos, para que los contrarrevolucionarios no se embullen, para que los
contrarrevolucionarios sepan a qué atenerse, para que sepan a qué atenerse
cuando, como consecuencia de la continuidad de los planes del imperialismo y de
la Agencia Central de Inteligencia en nuestro país, tratando de promover el
terrorismo, y tratando de promover el sabotaje, y tratando de organizar bandas contrarrevolucionarias,
se encuentren con la más severa, se encuentren con la severísima aplicación de
las leyes ante los tribunales revolucionarios cuando más embullados se
encuentren en sus campañas antipatrióticas (APLAUSOS).
Es decir que la Revolución ha sido magnánima, que la
Revolución ha sido magnánima, pero que no ha renunciado ni renunciará al
castigo, y que la Revolución tiene la obligación de ser mucho más severa con
sus enemigos cuando sus enemigos reinciden (APLAUSOS).
Elevamos nuestros recuerdos a todos los que han hecho
posible estas victorias del pueblo; elevamos nuestros recuerdos a los
compañeros que cayeron aquel día, y junto con el recuerdo de aquellos
compañeros heroicos, el recuerdo de todos los que han caído a lo largo de esta
larga lucha antes de la conquista del poder, y aun después de la conquista del
poder; elevemos nuestro recuerdo a los heroicos combatientes caídos en Playa
Girón; elevemos nuestro recuerdo hacia los mártires de la patria, juntos en el
sacrificio, juntos también en el triunfo, juntos también en el recuerdo, y
juntos también en los frutos que han logrado, y juntos también en la
gloria.
¡Gloria eterna a todos los caídos de la Revolución! (APLAUSOS.)
¡Gloria eterna a los que hicieron posible esta
Revolución justa, esta patria libre y este pueblo heroico, entusiasta y feliz! (APLAUSOS.)
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION).