DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE
CUBA y PRIMER SECRETARIO GENERAL
DEL PURSC, EN LA CONMEMORACION DEL X ANIVERSARIO DEL 26 DE JULIO, CELEBRADA EN
LA PLAZA DE LA REVOLUCION, EL 26 DE JULIO DE 1963.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Señores miembros
de las delegaciones amigas que nos visitan (APLAUSOS);
Trabajadores:
Hoy arribamos al décimo aniversario del ataque al
Cuartel Moncada de Santiago de Cuba (APLAUSOS).
Y el pueblo se ha reunido en la Plaza de la Revolución para conmemorar
esta fecha de una manera digna, digna de estos 10 años de historia de nuestra
patria.
y es para nosotros motivo de honda satisfacción
apreciar que al cumplirse el décimo aniversario es mayor que nunca, mayor que
en cualquier otro aniversario del 26 de Julio, la presencia del pueblo en la
Plaza de la Revolución (APLAUSOS).
Estas ocasiones sirven para palpar cómo está el ánimo
del pueblo, cómo está el temple revolucionario del pueblo, qué apoyo del pueblo
tiene la Revolución (APLAUSOS). Y por lo
que puede apreciarse aquí, la Plaza de la Revolución va siendo un lugar pequeño
para reunir al pueblo (APLAUSOS).
Ocasiones como esta no solo sirven para probar el temple del pueblo sino
sirven también para destemplar el ánimo de los enemigos de la Revolución
(APLAUSOS y EXCLAMACIONES DE: “¡Venceremos!”);
sirven para destruir las ilusiones de los imperialistas.
Y, ¿qué pueblo es el que se reúne hoy aquí? ¿Es el mismo pueblo del primer año de la
Revolución? Sí y no; son los mismos
hombres y mujeres del pueblo y, sin embargo, es un pueblo diferente del que se
reunía el primer año de la Revolución (APLAUSOS). Aquel pueblo acudía a impulsos del
entusiasmo, a impulsos de la fe en la Revolución. ¡Y este pueblo que acude aquí hoy viene a
impulso de la conciencia revolucionaria!
(APLAUSOS) Son hombres y mujeres con un alto grado de conciencia
revolucionaria adquirida a lo largo de la revolución.
No es el pueblo desorganizado de los primeros tiempos
de la Revolución; es un pueblo mucho más organizado, incomparablemente más
organizado y disciplinado que en los primeros meses de la Revolución. Es un pueblo que sabe lo que hace y que sabe
lo que quiere. Es un pueblo
incomparablemente mejor preparado para luchar y para vencer, es un pueblo
incomparablemente más preparado para defenderse de sus enemigos (APLAUSOS); o
si no que levanten la mano todos los que tienen instrucción militar, los que
saben manejar un arma para defender la patria (EXCLAMACIONES), ¡los que están
dispuestos a defenderla hasta con la última gota de su sangre! (EXCLAMACIONES) ¡Y ese es el pueblo que tenemos hoy! (APLAUSOS)
¡Ese es el pueblo que los imperialistas deben saber que tienen delante
hoy!
y si bien allá está la representación numerosa de
nuestro glorioso Ejército Rebelde (APLAUSOS), aquellos hombres son simplemente
los que están en guardia perenne frente a los enemigos, ¡porque ejército de la
Revolución es todo el pueblo! (APLAUSOS)
Presente está aquí hoy el enorme contingente de
jóvenes que están en las escuelas tecnológicas y en las escuelas secundarias
superiores (APLAUSOS), becados por la Revolución. y
más allá, en los confines de estos terrenos, puede apreciarse una larga hilera
de jóvenes que no han podido llegar a la Plaza, y que por el color de sus
uniformes podemos ver que son las 10 000 campesinas de las montañas de Oriente
(APLAUSOS) que han acudido también al acto.
Es decir, que el pueblo revolucionario crece y se
organiza; la Revolución se desarrolla y se fortalece. Y ese es el resultado de los primeros años
del poder revolucionario.
¿Cuánto tiempo durará el poder revolucionario? (EXCLAMACIONES DE: “¡Siempre!”)
En el mundo hay ilusos, eso se sabe. En el mundo hay quienes gustan de engañarse a
sí mismos. Y entre esos ilusos y
autoengañados, en primerísima fila, están muchos personeros del imperialismo
yanki.
El señor Kennedy (EXCLAMACIONES Y SILBIDOS) le dijo un día a los mercenarios en la ciudad de Miami que
aquella banderita se las devolvería algún día en la Ciudad de La Habana
(EXCLAMACIONES y SILBIDOS). Recientemente uno de esos hijastros del
imperialismo, expresidente de Nicaragua, dijo que pronto se pasearía por las
calles de La Habana (EXCLAMACIONES y
SILBIDOS). Y no faltan algunas cosas que
provocan risa, como el caso de un señor al que le dicen también presidente y al
que llaman comúnmente con el nombre de “Pajarito Morales” —y no vayan ustedes a
pensar que yo he inventado un adjetivo sino que es el nombre de ese señor, que
dicen que es presidente de Honduras— que tuvo la peregrina idea de apostar con
el mariscal Montgomery, hacer una apuesta el año pasado acerca de que el
Gobierno Revolucionario no llegaba al año 1963 (EXCLAMACIONES y SILBIDOS). Y el mariscal Montgomery, que es una persona
simpática y partidario de la paz (APLAUSOS) le ganó la apuesta,
naturalmente.
Pero ese señor no escarmentó, y entonces apostó a que
no llegaba a 1964 (RISAS). ¡Qué lástima
que no quieran apostar con nosotros!
¡Qué lástima que no hubieran muchos de esos apostadores, porque
podríamos convertir esas apuestas en una magnífica fuente de divisas!
(APLAUSOS).
Y, desde luego, que si esos señores se empeñan en
seguir apostando con el mariscal Montgomery, el mariscal Montgomery tiene
resueltos todos sus problemas definitivamente.
Y es que hay gente que gusta de hacerse ilusiones y no
acaban de comprender las realidades, y no acaban de comprender que la
Revolución es un hecho histórico irreversible (APLAUSOS).
¿Qué importancia tiene esta fecha? Hace 10 años nuestro país se encontraba en
situación similar a muchos otros países hermanos de la América Latina. Al gobierno castrense de Batista
(EXCLAMACIONES Y CHIFLIDOS) lo habían sucedido en el poder los gobiernos
corrompidos de Grau y de Prío.
Nuevamente el 10 de marzo de 1952 Batista y su camarilla se apoderaron
por la fuerza de los destinos de la nación, el pueblo quedó ante una situación
sin salida posible.
La república había ido atravesando de gobierno en gobierno cada vez peores, cada vez más corrompidos,
cada vez más entreguistas a los imperialistas norteamericanos; para la nación
no se vislumbraban perspectivas de progreso posible, los males sociales se
acentuaban, el desempleo crecía, crecía la incultura, crecía la pobreza. Mientras la población del país se había
duplicado el país seguía viviendo del mismo número de centrales azucareros, de
las mismas cantidades de azúcar que tenían un precio real muy inferior al que
tenían en los años 20; crecía la población y no crecían las riquezas de la
nación; nuestro producto básico bajaba de precio mientras los artículos de
importación aumentaban constantemente en virtud del dominio que el imperialismo
ejercía sobre nuestros mercados.
Era enorme la incultura, era grande el desamparo de
los ciudadanos humildes para adquirir educación, para adquirir un empleo
decoroso, para ingresar en un hospital, para resolver cualquier problema vital
para él o para sus hijos.
Fue en esas circunstancias en que tuvo lugar el golpe
de estado militar, y fue en esas circunstancias en que nuestro pueblo se quedó
virtualmente sin salida. Pero por
paradójico que parezca, fue precisamente en el instante en que los caminos
estuvieron más cerrados que nunca cuando la salida del pueblo de Cuba se acercó
más que nunca (APLAUSOS).
Los partidos políticos habían sido disueltos, la
prensa, la radio y la televisión al servicio de los intereses de la burguesía y
del imperialismo y, por tanto, del régimen político imperante, y la nación
privada de toda participación en la vida pública, tenía ante sí el proceso de
acondicionamiento de aquella dictadura militar, que a fin de perpetuarse en el
poder con el apoyo de los elementos politiqueros y de las clases reaccionarias,
había entrado también en el rejuego electorero.
Y ese problema lo vemos a menudo en otras repúblicas de América Latina: los gorilas
aprovechan el descrédito del poder civil, derrocan el poder civil, instauran la
dictadura militar, obtienen el apoyo del imperialismo y después comienzan a
elaborar fórmulas politiqueras, soluciones seudodemocráticas para mantener el
dominio de la situación.
Eso estaba ocurriendo también en nuestro país. Y los partidos de la burguesía siempre se han
prestado a ese rejuego, siempre se han prestado a esa maniobra; y en nuestro país
los partidos de la burguesía y de los explotadores estaban colaborando con el
régimen de Batista con vistas a repartirse las senadurías, los cargos en la
Cámara de Representantes, y dividirse los frutos de la explotación y del saqueo
de la nación. En aquellas circunstancias
fue como surgió una táctica de lucha, una estrategia de lucha; en aquella
situación fue cuando comenzó a elaborarse una nueva concepción de la lucha del
pueblo.
La importancia que tiene esta fecha radica en que
aquel día inició nuestro pueblo, en escala modesta si se quiere, inició el
camino que lo condujo a la Revolución (APLAUSOS). Cruzarse de brazos ante aquella situación
habría significado la continuidad indefinida de la camarilla militar, la
continuidad indefinida en el poder de los partidos reaccionarios de las clases
explotadoras, habría significado la continuidad de la politiquería, de la
corrupción y del saqueo sistemático de nuestro país.
La importancia de aquella fecha es que abrió un nuevo
camino al pueblo, la importancia de aquella fecha radica en que marcó el inicio
de una nueva concepción de la lucha, que en un tiempo no lejano hizo trizas a
la dictadura militar y creó las condiciones para el desarrollo de la Revolución
(APLAUSOS).
El ataque al cuartel Moncada fue la réplica enérgica y
digna al 10 de marzo (APLAUSOS), fue la réplica decidida a aquel Gobierno
instaurado a fuerza de bayonetas; y fue la respuesta que, una vez superados los
primeros reveses, una vez superadas las deficiencias, una vez superada la inexperiencia,
una vez desarrollada plenamente, hizo posible lo que antes parecía
imposible: hizo posible la destrucción
de un ejército moderno, en contra de una serie de teorías según las cuales el
pueblo no podía luchar contra esa fuerza; hizo posible lo que parecía
imposible, pero no fue un milagro. Lo
que ha tenido lugar en Cuba no fue un milagro.
Y nuestros visitantes se preguntarán: “¿Qué ocurrió en Cuba y cómo pudo
ocurrir esto en Cuba?” Nuestros visitantes de todas partes del mundo, pero
sobre todo los visitantes de América Latina (APLAUSOS), se preguntarán cómo ha
sido posible.
Es posible que la presencia de una multitud tan
gigantesca, que la presencia de tantos cientos y cientos de miles de personas,
ante sus ojos, más no solo la presencia: el vigor y el entusiasmo de esta
muchedumbre (APLAUSOS), les haga parecer tal vez cosa de milagro lo que ha
ocurrido en Cuba. Mas, lo que ha
ocurrido en Cuba no tiene nada de milagro, ¡y lo que ha ocurrido en Cuba puede
ocurrir exactamente igual en muchos otros países de América Latina! (APLAUSOS
PROLONGADOS)
Todo lo que en Cuba se ha hecho, y aun más y mejor de
lo que en Cuba se ha hecho, es posible hacerse también en muchos otros pueblos
de América Latina (APLAUSOS).
Para nosotros los cubanos, no tendría tanta
trascendencia conmemorar con júbilo, con entusiasmo, con fervor revolucionario
esta fecha, si esta fecha ante nuestros ojos no tuviera el valor de una lección
útil, utilísima, a decenas y decenas de millones de hermanos de América Latina
(APLAUSOS); si esta fecha y lo que ella simboliza, no entrañara un sólido
aliento, una firme esperanza de que hay remedio a los males de los explotados y
hambrientos de este continente, de los millones de trabajadores y campesinos y
de indios esquilmados en este continente; si no entrañara una esperanza y un
aliento a la posibilidad de resolver de una vez y para siempre los trágicos
males sociales de este continente, donde los porcentajes de muerte entre la
población infantil se cuenta entre los más altos del mundo, donde el promedio
de vida es bajísimo, y donde minorías oligárquicas —en complicidad con los
monopolios yankis— saquean despiadadamente a esos pueblos.
¡Esta fecha tiene valor no como hecho que se proyecta
hacia el pasado, sino como hecho que se proyecta hacia el porvenir! (APLAUSOS) Porque aquí en nuestro país había
un poderoso ejército profesional. Al
servicio de los explotadores, aquí había numerosos partidos burgueses que arrastraban
a una parte no desdeñable de la masa por caminos erróneos, y había todo un
sistema de prensa, de radio y de televisión al servicio de los intereses
creados. Y aun más: cuando Batista dio el golpe de Estado
tenía una situación financiera el país que no tiene hoy ningún pueblo de la
América Latina, porque encontró en las arcas del Banco Nacional de Cuba más de
500 millones en divisas. Y esa no es la
situación de Guatemala, esa no es la situación del Ecuador, esa no es la
situación del Perú, esa no es la situación de Argentina, esa no es la situación
de Colombia, esa no es la situación de Venezuela (APLAUSOS), esa no es la
situación de Nicaragua, de Honduras y de otros países de la América Central.
Y, sin embargo, en aquellas difíciles condiciones para
la Revolución —del esfuerzo surgido, como ocurre siempre en los acontecimientos
históricos en que el esfuerzo y la idea surgen de unos pocos, y si es un
esfuerzo bien dirigido y si las ideas son justas, van convirtiéndose poco a
poco en el l esfuerzo y en la idea de las masas—, en aquellas difíciles
condiciones nuestro pueblo encontró una salida.
El cuartel Moncada no cayó. Factores imprevistos hicieron fallar el
intento de ocupar la fortaleza, factores imponderables. Aquello habría podido ser un duro golpe para
nosotros, para nuestra convicción y nuestra fe de que aquel era el camino;
aquello pudo circunstancialmente fortalecer la opinión de aquellos que
afirmaban que no era posible luchar contra el ejército de Batista; pudo
circunstancialmente fortalecer la opinión de los politiqueros y los argumentos
de los politiqueros en favor de las componendas electoreras donde jamás el
pueblo obtiene nada. Sin embargo,
nuestra fe se mantuvo firme, inconmovible, de que aquel era el camino; y nos
dimos de nuevo a la tarea, ya con más experiencia, ya más elaborada, de llevar
adelante aquella lucha.
Mas, cuando nosotros desembarcamos en el “Granma” 82
hombres (APLAUSOS), aun nos traicionó la inexperiencia, aun nos traicionó
nuestra inmadurez como combatientes, y de nuevo un duro revés se asentó sobre
nuestro esfuerzo y aquella fuerza expedicionaria —organizada y preparada con
grandes esfuerzos y sacrificios— quedó virtualmente dispersa y aniquilada.
Aquello habría podido ser un golpe tremendo para
nuestra fe y para nuestra convicción de que aquel era el camino. Mas, sin embargo,
nuestra fe y nuestra convicción se mantuvieron inalterables. Creíamos que aquel era el camino, ¡y al fin
la historia y los hechos, la realidad y la vida, se encargaron de demostrar que
aquel era el camino! (APLAUSOS)
Y quienes un día se vieron cercados entre los
cañaverales, en número tan reducido que se podían contar con los dedos de una
mano, y han vivido estos 10 años de Revolución y de lucha, y hoy les hablan y
se encuentran frente a un pueblo entero como este, un pueblo formidable como
este —que es a su vez forjador y producto de la Revolución (APLAUSOS)—, ¿cómo
no hemos de sentir en lo más hondo de nuestras almas la convicción y la fe de
que para los pueblos hay siempre un camino, de que para los pueblos oprimidos
hay siempre una solución? (APLAUSOS)
Mas ese camino no se abre solo, ese camino hay que
abrirlo, ese camino tienen que abrirlo los combatientes revolucionarios
(APLAUSOS). Y hay una manera de abrir el
camino, y es decir: ¡Debemos
abrir el camino!; y hay una manera de no abrir jamás el camino, y es
decir: ¡No queremos abrir el
camino! (APLAUSOS)
Y en muchos países de la América Latina las
condiciones prerrevolucionarias son incomparablemente superiores a las que
existían en nuestro país; hay países de América Latina, saqueados y esquilmados
por los monopolios y por las oligarquías, donde masas hambrientas y
desesperadas esperan la brecha para irrumpir en la historia.
Y el deber de los revolucionarios es abrir esa brecha;
el deber del revolucionario no es solo el estudio de la teoría (APLAUSOS); el
deber de los revolucionarios no consiste en atiborrarse de conocimientos
teóricos, olvidados de las realidades prácticas de la revolución; el deber de
los revolucionarios no consiste solo en aprender y conocer y sentir la
convicción de una concepción de la vida, y de la historia y de la sociedad
revolucionaria, sino también en la concepción de un camino, de una táctica, de
una estrategia que lo conduzca al triunfo de esas ideas (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel,
Fidel!”).
Ese es el deber de los revolucionarios, y no esperar
hasta las calendas griegas para ver si los caminos se abren solos, o si por
obra de milagro los regímenes explotadores desaparecen.
Y el deber de los revolucionarios, sobre todo en este
instante, es saber percibir, saber captar los cambios de correlación de fuerzas
que han tenido lugar en el mundo, y comprender que ese cambio facilita la lucha
de los pueblos. El deber de los
revolucionarios, de los revolucionarios latinoamericanos, no está en esperar
que el cambio de correlación de fuerzas produzca el milagro de las revoluciones
sociales en América Latina (APLAUSOS), sino aprovechar cabalmente todo lo que
favorece al movimiento revolucionario ese cambio de correlación de fuerzas, ¡y
hacer las revoluciones! (APLAUSOS) Esa es
una cuestión demasiado clara y demasiado evidente.
y la culpa de que las condiciones determinadas se
puedan desperdiciar, de que la oportunidad no se aproveche, de que las
circunstancias no se utilicen debidamente, no la tendrá nadie, no la tendrá ningún
otro partido o Estado revolucionario, no la tendremos nosotros; la culpa la
tendrán los revolucionarios de cada país, porque es a los revolucionarios de
cada país a quienes les corresponde hacer la revolución en cada país (APLAUSOS
PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES).
Para nosotros eso es un hecho evidente, para la
América Latina ese es un hecho clarísimo, y no tenemos confusiones de ninguna
clase.
¿Si nosotros no hubiésemos hecho la Revolución alguien
la iba a hacer por nosotros?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡No!”) Hicimos la Revolución y hemos encontrado entonces el
apoyo de circunstancias favorables, el apoyo y la ventaja del extraordinario
cambio en la correlación de fuerzas, el apoyo de la Unión Soviética y de todo
el campo socialista (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel, seguro, a los yankis dales
duro!”).
Nosotros sabemos, por experiencia y por convicción, de
que todo el pueblo que haga lo que ha hecho el pueblo cubano tendrá el apoyo
decidido de la Unión Soviética y de todo el campo socialista (APLAUSOS). Y donde los revolucionarios no sepan cumplir
el deber, solo ellos serán responsables ante sus pueblos, solo ellos serán
culpables ante la historia, porque es a ellos a quienes les compete decidir y
actuar. Y nosotros lo que podemos hacer
es reafirmar esta convicción, reafirmar esta fe absoluta de que la Revolución
Cubana abrió las perspectivas de la lucha en numerosos países de este
continente, y que la Revolución Cubana desarrolló un camino, una experiencia y
un ejemplo, que si se comprende cabalmente habrán de ser muy útiles a otros
pueblos de América Latina (APLAUSOS).
¿Y cuál es la situación de América Latina? La de un continente en crisis, un continente
donde la revolución es inevitable.
Cuando nosotros decimos América Latina en términos
generales, y hablamos de revolución, no pensamos que en todos los países las
condiciones son exactamente iguales. Hay
algunos países donde existe una cierta estabilidad política, una mayor
estabilidad política que en otros, una situación económica distinta que en
otros. Nos referimos a aquellos países
donde las oligarquías han impuesto un poder de hierro sobre las masas
explotadas, y donde todos los caminos están cerrados para el pueblo.
Pero, en términos generales, la situación de América
Latina es la de un continente donde la población crece a un ritmo mayor que las
riquezas, y donde, por consiguiente, la pobreza es cada vez mayor; la de un
continente productor de materias primas y de artículos agrícolas, que tienen un
precio cada vez menor en el mercado, y donde los artículos de importación son
cada vez pagados a un precio mayor; un continente donde cada año las naciones
exportan más, y reciben menos a cambio de lo que exportan; un continente donde
las masas van adquiriendo cada vez una conciencia revolucionaria mayor, y donde
las crisis políticas se suceden con sorprendente velocidad.
Y ustedes han tenido oportunidad de leer las noticias
de lo que ha estado ocurriendo en Argentina, en Perú, en Ecuador, en Colombia,
en Guatemala, en Paraguay, en Nicaragua y en otros países.
La Alianza para el Progreso está en crisis
(EXCLAMACIONES y SILBIDOS), y en
crisis por una serie de causas. Los
imperialistas tratan de chantajear a las oligarquías, y las oligarquías tratan
de chantajear a los imperialistas.
Los imperialistas les dicen: “si ustedes no hacen reformas, viene
el comunismo”. Y las oligarquías les
dicen a los imperialistas:
“si ustedes no nos dan dinero, viene el comunismo”.
Y, desde luego, ni las oligarquías son capaces de
hacer reformas, ni los imperialistas tienen dinero para malbaratar; ni los
oligarcas son capaces de hacer reformas, ni los imperialistas son capaces de
concebir otra ayuda como no sea ayuda a sus intereses, ayuda a sus empresas, a
sus monopolios. Y, por tanto, es absolutamente
imposible que ese engendro de imperialismo y oligarquía pueda traer las más
mínimas ventajas para los pueblos.
Y el imperialismo yanki está en una situación
económica difícil. ¿Por qué está en una
situación económica difícil? Como
consecuencia de su política reaccionaria, como consecuencia de su política
belicosa, como consecuencia de su política agresiva.
Estados Unidos, al finalizar la Segunda Guerra
Mundial, contaba con enormes reservas de oro que garantizaban el valor de su
moneda. Desde entonces acá, en Estados
Unidos ha tenido lugar un drenaje incesante de oro, y sus reservas han ido
disminuyendo hasta límites más allá de los cuales es absolutamente insoportable
para el valor de su moneda.
¿Y por qué ha ocurrido un drenaje incesante? Porque desde que finalizó la Segunda Guerra
Mundial, los imperialistas desarrollaron una política guerrerista, una política
agresiva, de intromisión e intervención en todas partes del mundo. Se dedicaron a rodear de bases militares al
campo socialista, y decenas y decenas de millones en divisas fueron gastados en construir esas bases, en mantener ejércitos y
tropas que sobrepasaban el millón de hombres fuera de las fronteras de Estados
Unidos.
Y ahora están recogiendo el fruto de esa política, con
el agotamiento de sus reservas de oro, con la crisis de su economía y con el
retraso técnico con respecto a otros países capitalistas, que son sus
contrincantes en el mercado mundial.
En bases militares, en tropas de ocupación, los
gobiernos de Estados Unidos han gastado sus reservas de oro, y han llevado al
país a la situación difícil que hoy tienen, y que los ha obligado a ir a pedir
la ayuda del Fondo Monetario Internacional; que los ha obligado a adoptar
medidas que lesionan los intereses de sus propios aliados, a elevar la tasa de
interés, a aumentar los impuestos de los préstamos al extranjero, de los
valores extranjeros, y a adoptar una serie de medidas que lesionan intereses de
otras naciones, y que los obligan a reducirse cada vez más, que los obligan
incluso a limitar sus planes de agresión.
Y esa es la situación en que se encuentra la economía
de Estados Unidos y las reservas de Estados Unidos, cuando todo el continente
latinoamericano está clamando por justicias y está clamando por libertad. Porque las empresas privadas de esos países
no invierten por temor a la revolución; las empresas privadas yankis se sienten
también intimidadas por el peligro de la revolución; y la tesorería americana
está cada vez más incapacitada para movilizar recursos que le permitan sostener
a las clases que son sus aliadas, a los intereses que son aliados suyos en esos
países.
Y ahí está el caso de que el Congreso de Estados
Unidos, los congresistas norteamericanos, han reducido a la mitad determinados
fondos que la administración pedía con vistas a la Alianza para el
Progreso.
Desde luego que esa famosa Alianza siempre fue
concebida sobre una base falsa, como un instrumento de agresión contra la
Revolución Cubana, y estaba desde el principio condenada al fracaso.
Y ellos mismos se encargan de publicar el fracaso
virtual de esa Alianza. Sin una
revolución que sea capaz de llevar grandes reformas y grandes transformaciones
no habrá progreso posible para esos países.
Ustedes recuerdan el pasado, que está reciente. ¿Qué hacían los políticos con el dinero? Se lo robaban. ¿Qué hacían los políticos con el dinero para
la educación? Se lo robaban. ¿Qué hacían con el dinero para el Ministerio
de Salud Pública? Se lo robaban. ¿Qué hacían los congresistas, los senadores,
los alcaldes, los concejales, y toda aquella plaga de politiqueros? ¡Robar y depositar el dinero en bancos
extranjeros!
Eso es lo que ocurre también en Perú, en Colombia, en
Argentina, en Paraguay, en Venezuela, en Ecuador, en Guatemala, en Nicaragua,
en Honduras, y en El Salvador, y otros países que puedo haber olvidado.
¿Y cuál es la situación política en esos países? Una inestabilidad total, donde la situación
no la controlan ya las clases gobernantes, enfrascadas en rivalidades de todos
tipos, cual el caso de la Argentina.
Todos los días llegaban las noticias de un golpe militar en Argentina,
de una rebelión militar, de un cuartel alzado, de golpes y contragolpes y más
golpes y más contragolpes.
¿Qué hicieron para tratar de salir de esa situación? Unas elecciones amañadas, excluyendo a las
fuerzas de izquierda, excluyendo al movimiento peronista —que es mayoritario en
aquel país—, excluyendo al Partido Comunista, y excluyendo a las demás
organizaciones de izquierda (APLAUSOS).
Esa es la democracia representativa que preconizan los
yankis: elecciones
de ese tipo en que la mayoría del pueblo no puede votar, no puede decidirse por
un candidato; y así, un don nadie salió electo presidente por una minoría, sin
posibilidades absolutas para actuar, a la sombra de los cuarteles y del
imperialismo yanki.
Otras elecciones se hicieron en Perú el año pasado, y
como los gorilas no estaban conformes con el resultado, dieron un golpe de
Estado. Inmediatamente, al cabo de un
año, hicieron otras elecciones y salió un candidato con el cual están de
acuerdo los gorilas y el imperialismo, en consecuencia, lo dejan tomar
posesión. Si se decide a hacer una sola
reforma, lo destituyen a los tres días.
¡Que haga nada más una reforma agraria parecida a la que se hizo aquí en
Cuba, y vamos a ver cuánto dura cualquiera de esos gobiernos títeres!
¿Cuáles son los países que tienen menos estabilidad
política en América Latina? Aquellos que
precisamente apoyaron incondicionalmente al imperialismo en sus agresiones contra
Cuba. Aquellos países cuyos delegados en
la OEA eran perros de presa, fieras en el ataque contra nuestra patria.
¿Quién no recuerda el odio de Prado, el del Perú; de
Frondizi; de Idígoras? ¿Qué ha ocurrido
con todos aquellos gobiernos que fueron servidores incondicionales del
imperialismo, que obedecieron sus órdenes, que siempre estuvieron contra la
Revolución Cubana? Los hechos
demostraron que eran los gobiernos más débiles, más reaccionarios, sin apoyo de
pueblo, sin estabilidad alguna. A Frondizi
lo derrocaron los gorilas; a Prado, lo derrocaron los gorilas; a Idígoras, lo
derrocaron los gorilas; a Arosemena, lo derrocaron los gorilas.
Y aquellos presidentes eran grandes amigos del
imperialismo, grandes aliados del imperialismo.
Y ¿qué ocurrió cuando los gorilas, es decir los sectores más
reaccionarios de las Fuerzas Armadas, los barrieron del poder? El imperialismo siguió entonces su táctica
habitual; porque el imperialismo yanki es un zorro consumado, practica una
política de hipocresía total, sin principios, oportunista, casuística.
Y el imperialismo tenía ciertas contradicciones con
algunos otros de sus títeres. Así por
ejemplo, tenemos el títere de Venezuela, el señor Betancourt (EXCLAMACIONES y
SILBIDOS). Ese señor pretende posar como
el prototipo de demócrata representativo made in U.S.A (APLAUSOS). Pero ese señor, siempre ha vivido con el
miedo de que los gorilas le den un golpe.
Y cada vez que hay un golpe arma un berrinche. Hay un golpe en Argentina, y entonces dice: “¡No reconozco ese
Gobierno!” Hay un golpe en Ecuador, y
dice: “¡No
reconozco ese Gobierno!” Hay un golpe en
Perú y dice: “¡No
reconozco ese Gobierno!” ¿Por qué?
Porque cuando ve las barbas de un vecino arder, quiere poner las suyas
en remojo.
Entonces los imperialistas se ven en una situación
ambigua. ¿Los gorilas dan un golpe? Inmediatamente se declaran anticomunistas;
inmediatamente dicen que el golpe fue para salvar a la patria del
comunismo. Inmediatamente hacen
profesión de apoyo incondicional a la política imperialista contra Cuba. Y los imperialistas saben que esos gorilas
son sus aliados, pero no quieren disgustar al otro aliado, a Betancourt;
entonces esperan 10 días, 15 días, al principio dicen en el Departamento de
Estado, que no saben qué hacer, que todavía no se ha decidido nada y al cabo de
25 días, cuando ya se aplacó un poquito el señor Betancourt y le pasaron un
poco la mano para que se tranquilizara, entonces empiezan a decir que puesto
que han dicho que van a dar unas elecciones, etcétera, etcétera; y reconocen al
gobierno de los gorilas.
Pero la historia de lo que ha ocurrido en América
Latina desde la invasión de Playa Girón, demuestra dos cosas: que los políticos y los gobernantes
que han tenido una actitud independiente, que han tenido una actitud de respeto
a la soberanía de Cuba, que no han sido instrumentos del imperialismo yanki en
sus agresiones contra Cuba, son los gobiernos más estables de América
Latina.
Y así vemos que el Gobierno de México es un gobierno
estable (APLAUSOS); y así vemos que el Gobierno de Goulart no ha podido ser
derrocado por la reacción brasileña (APLAUSOS).
Y ni han ocurrido golpes de Estado en Chile, ni han ocurrido golpes de
Estado ni derrocamiento en Bolivia; ni han ocurrido golpes de Estado ni derrocamientos
en Uruguay.
¿Qué quiere decir esto? Que los países que tienen una posición de
orden internacional decorosa; que los países cuyos gobernantes se respetan a sí
mismos, tienen mucha más solidez y mucha más estabilidad que los gobernantes
archirreaccionarios, instrumentos ciegos del imperialismo yanki, los cuales han
carecido de arraigo y de fuerza para mantenerse en el poder.
Y así, uno tras otro, en desfile, han pasado los
títeres derrocados. Algunos de ellos de
manera lastimosamente ingloriosa, como el del Ecuador, que rompió relaciones
con Cuba por cobardía, por chantaje de los militares que estaban allí al
servicio del Pentágono. ¡Claro que
cuando rompió con Cuba los imperialistas se lo aplaudieron! Ningún cable de la UPI, ni de la AP, dijeron
nunca que era un borracho. Pero desde el
día mismo en que lo derrocaron, al otro día todos los cables de la UPI y de la
AP, decían que era un borracho y que lo habían derrocado por borracho.
¿Cuál sería el ánimo de ese hombre, cuando una mañana se
despertó en el extranjero, cuando se levantó aquella mañana y tuvo un minuto
para pensar? ¡Cuán triste ha de haber
sido su situación, desalojado del poder, sin honra, sin gloria, sin dignidad y
sin amigos! Porque los imperialistas le daban un puntapié, y ningún hombre
progresista, ningún hombre decente, lo querrá honrar con su amistad. Y así no son amigos de nadie: ni de los
imperialistas ni de los revolucionarios.
Sin embargo, la Revolución está sólida; solidísima,
inconmovible, firme como una roca (APLAUSOS); y la Revolución verá la suerte
que corren los lacayos, los entreguistas, los vendepatria. Porque en América Latina crece la conciencia
revolucionaria, crece el espíritu de lucha y es cada vez mayor la participación
de los imperialistas yankis.
Así en días recientes, se reunieron con un grupo de
jefes militares latinoamericanos, a los que les impartieron sus órdenes.
La intervención de los imperialistas yankis y la de
los militares yankis en Venezuela, es cada vez mayor. Y ahí están misiones militares yankis
entrenando a los esbirros que asesinan a los patriotas. Ahí están misiones militares yankis y
técnicos militares yankis combatiendo a los patriotas que heroicamente, en las
ciudades y en los campos de Venezuela se enfrentan al imperialismo
(APLAUSOS).
Y en Guatemala está presente también la intervención
yanki, y militares como asesores y como técnicos están interviniendo en la
lucha contra los patriotas en Guatemala; apoyando la tiranía reaccionaria que
impera en aquel país. Y ese es el camino
que sigue el imperialismo yanki, el camino de la alianza con los peores
gorilas, frente al movimiento revolucionario y patriótico que va surgiendo en
distintos países de la América Latina.
Desde aquí, desde esta tribuna, ante el pueblo de
Cuba, le enviamos un saludo de solidaridad y de confraternidad (APLAUSOS) a los
heroicos revolucionarios venezolanos (APLAUSOS PROLONGADOS), que con un valor
impresionante y con una fuerza creciente, en una brava lucha que es cada vez
más la admiración de los pueblos de América Latina, se enfrentan allí a las
fuerzas de la reacción y a las fuerzas del imperialismo sin cejar en la lucha;
augurando un día de victoria para ese pueblo bravo y abnegado que un día señaló
el sendero de la independencia en Sudamérica.
Y realmente es admirable e impresionante cómo aquel
pueblo, cómo aquellos jóvenes se baten y luchan, recordándonos los días en que
nuestro pueblo se batía en forma igualmente heroica contra la tiranía.
Y los imperialistas son impotentes para contener esa
lucha; aunque envíen técnicos todos los que quieran, no podrán contener esa
lucha del pueblo venezolano (APLAUSOS), porque con seguridad, al igual que
nosotros, tendrán cada día más el apoyo del pueblo. Porque cuando los jóvenes ven otros jóvenes combatiendo
y muriendo, se sienten atraídos por aquel heroísmo, por aquel valor; se sienten
inspirados a emular esos ejemplos. Y así
reacciona el pueblo, así reaccionan los trabajadores, así reaccionan los
campesinos.
y la victoria, más tarde o más temprano, como en
Argelia (APLAUSOS PROLONGADOS) —cuya representación, encabezada por el coronel
Boumedienne, nos acompaña hoy—, que escribieron imborrables y eternas páginas
de heroísmo en la lucha por su independencia (APLAUSOS), así la victoria espera
a los que combaten, a los que luchan, a los que tienen fe en una idea y en un
método de lucha.
Igualmente enviamos nuestro saludo fraternal y
caluroso a los heroicos guerrilleros que en Guatemala combaten allí contra la
tiranía (APLAUSOS).
Y nosotros conocemos esos caminos porque los
recorrimos durante mucho tiempo, en largos meses en que nunca había una noticia
de nosotros y que solo llegaban al mundo las noticias de los perseguidores, las
noticias que daban las fuerzas represivas.
Y nosotros sabemos cuánto mérito tiene esa lucha heroica, callada y
abnegada que los pioneros de las revoluciones tienen que afrontar en
determinadas etapas.
Y ¿qué pueden hacer frente a eso los imperialistas
yankis? ¡Nada, absolutamente nada! Y los revolucionarios no deben facilitar el
camino del imperialismo yanki, sino obstaculizarlo por todos los medios; no
deben facilitar las componendas electorales del imperialismo yanki, sino
obstaculizarlas y combatirlas por todos los medios (APLAUSOS).
¿Qué pueden hacer los imperialistas? ¿Qué han podido hacer en Viet Nam del
Sur? ¡Nada! (APLAUSOS) Porque allí se encargaron de
proseguir una guerra colonial que otro país había abandonado, allí hicieron
suya una guerra colonial, y a 20 000 millas de distancia mandaron sus
oficiales, sus aviones, sus helicópteros y sus soldados para matar vietnamitas,
para arrasar aldeas vietnamitas, para arrasar bosques y campos de cultivo. Y a pesar de la guerra despiadada desatada
contra ese pueblo están fracasados. Y es
ya tan impopular el títere que allí tienen como
cabecilla de la reacción, que su situación es insostenible, e incluso las masas
religiosas se han alzado contra él. ¡Y
allí están en activa lucha contra el títere del imperialismo, coincidiendo con
los contingentes de patriotas y de revolucionarios que en Viet Nam sostienen
desde hace años una lucha extraordinariamente heroica contra el imperialismo
yanki! (APLAUSOS)
Nuestro saludo y nuestro mensaje fraternal este 26 de
Julio a los heroicos combatientes que en Viet Nam luchan contra el imperialismo
yanki (APLAUSOS), y cuya representación se encuentra aquí entre nosotros
también en el día de hoy (APLAUSOS).
¿Qué camino pretenden seguir los imperialistas en
América Latina frente a las revoluciones?
El camino de Viet Nam. ¿Y qué les
espera? El fracaso más rotundo.
No podemos menos que sonreír cuando los imperialistas
adoptan medidas con el pretexto de que quieren impedir que nosotros ayudemos
económicamente el movimiento revolucionario latinoamericano, lo que no es más
que un pretexto para obstaculizar la economía de nuestro país, para privar a
nuestro pueblo de los medios de adquirir alimentos, medicinas y las cosas que
necesita para las necesidades más elementales de la población. Y no podemos menos que sonreírnos porque
sabemos que los revolucionarios cuando están luchando no necesitan que les
manden dinero desde fuera, ni necesitan que les manden armas.
Porque yo me acuerdo cómo pasábamos nosotros trabajo
para conseguir un peso mientras no teníamos una fuerza revolucionaria allá, que
cuando se hizo sentir recaudó millones de pesos estableciendo impuestos a los
terratenientes y a los dueños de los centrales azucareros (APLAUSOS). Y recuerdo bien cómo nosotros en algunas
semanas capturábamos cientos de armas al enemigo.
Al principio era difícil; como toda empresa humana,
los comienzos son los más difíciles.
Nosotros en el primer año solo habíamos llegado a reunir unas 130 armas,
al cabo del primer año. A los 17 meses
de lucha solo teníamos unas 300 armas. Y
cuando el ejército de Batista lanzó contra nosotros la última ofensiva, en 70
días les capturamos 500 armas (APLAUSOS), con lo cual el número de combatientes
se elevó de 300 a 800; y con eso invadimos toda la isla, con las armas
capturadas, con los jefes que tenían más experiencia —los compañeros Camilo y
Guevara (APLAUSOS)—, y con los soldados aguerridos que
habían aprendido a combatir y a triunfar.
Y con esos hombres se ganó la guerra.
En las batallas decisivas, decisivas que cambiaron el
curso de la guerra, nuestras fuerzas eran menos de 500 hombres armados;
prácticamente con menos de 500 hombres se libraron las batallas decisivas que
cambiaron el curso de la guerra.
Parece que hoy vamos a tener el fresco de una
lloviznita por aquí, pero eso no viene mal.
Puede ser que algunos busquen algún refugio por allá, pero yo creo que
lo mejor es mojarnos aquí (APLAUSOS), al fin y al cabo, si hemos tenido dos
años de mucha seca ¡bienvenida el agua, bienvenida mucha agua para que haya más
leche, para que haya más malanga, para que haya más carne, para que haya más
alimentos para toda la población! (APLAUSOS)
Les hablaba de estas experiencias nuestras porque los
revolucionarios venezolanos cuando necesitan dinero se lo quitan a los
burgueses y a los imperialistas (APLAUSOS), y cuando necesitan armas se las
quitan a los soldados de los burgueses y de los imperialistas. Por eso nos sonreímos cuando los
imperialistas dicen que nosotros exportamos la revolución. No, no, nosotros si acaso exponemos nuestras
ideas, y compartimos nuestras ideas con los revolucionarios de cualquier parte
del mundo.
Y las ideas no se pueden bloquear, las ideas no se
pueden bloquear, no hay bloqueo para las ideas, las ideas vuelan enormes
distancias en brevísimo tiempo. Dicen
que las ondas de la luz son rápidas, que las ondas radiales son rápidas, mas
las ideas llegan más lejos que la luz misma (APLAUSOS).
Y nosotros somos cantera de ideas, cantera de luz para
los trabajadores y los campesinos de América Latina, para los indios
esquilmados de América Latina y por eso de la voz, del corazón inspirado de
nuestro compañero Cartaya, que un día compuso el himno del 26 de Julio
(APLAUSOS), un himno que en un tiempo no era el himno de las multitudes, sino
el himno que se entonaba en las solitarias celdas de las prisiones de la
tiranía, y un día llegó a ser el himno de todo el pueblo combatiente, la marcha
de toda la nación, así también, por inspiración propia y por iniciativa propia,
el compañero Cartaya ha creado la marcha de América Latina (APLAUSOS). Y esa marcha dice:
De pie América Latina
Adelante, adelante, adelante.
Marchemos junto al socialismo
Que es paz, progreso y redención.
De pie América Latina
En la lucha gigante será
Los pueblos unidos como hermanos
En un invencible haz.
Cuba, faro de América toda
Orgullosa y altiva os espera
Y que al grito de guerra se alcen
Las armas de la libertad (APLAUSOS)
Campesinos, obreros e indios,
a luchar contra el yugo opresor
Mueran todos los imperialistas,
América, Revolución (APLAUSOS).
Es posible que los imperialistas nos acusen ahora de
exportar himnos (RISAS). Y dirán que
Cuba es un peligro para la estabilidad de los gobiernos archidemocráticos de
América Latina, porque exporta himnos, exporta música. Y, desde luego que la música no se puede bloquear.
Quizás alguna vez este himno, esta marcha sea entonada
por millones y millones de hombres y mujeres de América Latina (APLAUSOS). Y eso es lo que los imperialistas no pueden
impedir, el avance de las ideas, el triunfo de las ideas. ¿Y cuál es la situación del imperialismo
yanki? Una situación muy difícil, porque
ni puede ir a la guerra ni puede impedir la revolución de los pueblos
(APLAUSOS).
Ellos estarían dispuestos a usar, incluso, sus armas
atómicas contra los pueblos revolucionarios, pero ¿por qué no las usan, por
qué? Porque tienen delante un poder
mayor que les impide imponer su ley al mundo, porque frente a ellos tienen el
poderío militar aplastante de la Unión Soviética y del campo socialista (APLAUSOS
Y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel,
Jruschov, estamos con los dos!”).
Sin esas circunstancias los imperialistas no
vacilarían en emplear todos los medios de guerra para aplastar el movimiento de
liberación, y no habrían vacilado en usarlos contra nuestra patria en primer
lugar. Esa realidad contemporánea, ese
cambio en la correlación de fuerzas es lo que les impide hacer lo que hacían
antes, es lo que los coloca en una situación en que no pueden ya imponer su ley
al mundo, en que no pueden desafiar la guerra, en que no pueden imponer la
guerra, porque saben que la consecuencia de ello sería el exterminio
propio.
Y es que ellos no pueden impedir el movimiento
revolucionario de los pueblos, el movimiento de liberación de los pueblos,
porque eso está determinado por ley inexorable de la historia. Por eso no han podido aplastar a la
Revolución Cubana y por eso no podrán aplastar la revolución latinoamericana
(APLAUSOS).
Los imperialistas yankis acaban de firmar un acuerdo
sobre el cese de pruebas con armas nucleares en la atmósfera, en el mar y en el
espacio. Ese hecho es una victoria de la
conciencia mundial de la paz y una victoria de la política de paz de la Unión
Soviética (APLAUSOS).
Cuando los imperialistas eran los únicos que tenían
las armas nucleares, el monopolio de las armas nucleares, no habrían suscrito
acuerdo alguno de esa índole.
Y es la conciencia desarrollada en todo el mundo en
favor de la paz, contra la guerra; y es el desarrollo de una fuerza superior en
el campo militar, lo que los hace recapacitar y lo que los hace adoptar ese
tipo de medida.
Naturalmente que todo el mundo recibe con satisfacción
esa noticia. A nosotros nos demuestra
cómo son los imperialistas, cómo actúan cuando tienen delante una realidad de
fuerza, cuando tienen realidades a las cuales no se pueden imponer, pero cómo,
cada vez que tienen una oportunidad, crean conflictos y no hacen absolutamente
nada por disminuir la tensión.
Y esa experiencia la hemos vivido en las últimas
semanas. ¿Qué han hecho los
imperialistas en el Caribe? ¿Han dado
pasos para disminuir la tensión?
No.
A los planteamientos del Gobierno cubano, declarando
—como lo ha hecho desde el principio de la Revolución— que está dispuesto a
discutir con quien sea, que está dispuesto a luchar por el mejoramiento de las
relaciones con todos los países, incluyendo a Estados Unidos, la respuesta de
ellos han sido nuevas agresiones contra nuestro país, nuevas medidas de
carácter económico; la reacción de ellos ha sido iniciar una nueva maniobra
agresiva, iniciar una serie de pasos para establecer en Centroamérica bases de
operaciones para actos agresivos contra Cuba.
Y así, no solo están entrenando mercenarios con esos fines en Estados
Unidos, sino que están trasladando de nuevo mercenarios a Nicaragua, y están
creando allí bases de operaciones contra Cuba, de una manera abierta y
descarada, cínica y desvergonzada, tal como suelen actuar.
Y así, mientras pretenden estar acusando a Cuba de
promover la subversión, ellos establecen bases de agresión contra nuestro país
y comienzan de nuevo a andar por esos caminos donde han sufrido tantas derrotas
y donde tantas más derrotas los esperan si no escarmientan (APLAUSOS).
Eso no nos preocupa, porque nosotros siempre les
llevamos muchos meses de ventaja, ¡muchos meses! y nos recordamos
allá a fines del año 1960, cuando comenzaron a llegar noticias de los
campamentos de entrenamiento en Nicaragua y en Guatemala, que nosotros no
teníamos ni artilleros, ni tanquistas, pero inmediatamente nos dedicamos a
organizarlos y entrenarlos. Y cuando por
fin desembarcaron, no duraron 72 horas en el campo de batalla (APLAUSOS).
¿Con qué nos van a intimidar ahora: siguiendo los mismos caminitos? ¿Con qué planes que nosotros no seamos
capaces de prevenir? ¿Con qué pueden
venir ahora a hostigar —cuando tenemos una poderosa fuerza aérea (APLAUSOS);
cuando tenemos respetables unidades de combate naval (APLAUSOS); cuando tenemos
poderosos equipos de lucha contra desembarco capaces de disparar a una gran
distancia (APLAUSOS); cuando tenemos un ejército disciplinado, aguerrido,
equipado con las mejores y más modernas armas y una oficialidad que no ha
cesado un solo instante de estudiar y de prepararse (APLAUSOS)—,
con invasiones de mercenarios? ¡Ni
soñarlo! ¿Con invasiones directas? ¡Ni imaginárselo, porque no van a tener
tiempo ni de imaginárselo! (APLAUSOS)
¿Con guerra de piratas? ¡Los trataremos
como piratas, y les aplicaremos la ley de la piratería! (APLAUSOS)
¿Qué, van a promover bandas de alzados? ¡¿Y no saben cómo hemos barrido a las bandas
de alzados contrarrevolucionarios?!
(APLAUSOS) Pretenden ignorar que aquí no ha escapado uno solo de los
asesinos, ¡ni uno solo!; pretenden ignorar que tenemos numerosas unidades
perfectamente entrenadas y aguerridas contra ese tipo de lucha; y pretenden que
nos vamos a quedar cruzados de brazos.
¿Ahora, a fines de 1963, nos van a intimidar?, ¡¿con lo que tenemos
ahora?! (APLAUSOS)
Claro está que para saber quiénes son los
imperialistas yankis basta poner el ejemplo de lo que ha ocurrido con la
indemnización, que tenían que pagar 53 millones y han pagado solo 43
millones. Son unos perfectos estafadores
(EXCLAMAClONES). lncluso al abogado
norteamericano que discutió con nosotros lo hicieron quedar mal, le impidieron
cumplir ciento por ciento los acuerdos; y la Cruz Roja norteamericana nos debe
la millones de pesos; y el Gobierno imperialista de Estados Unidos pretende
estafar al pueblo de Cuba de una manera vergonzosa, después que el pueblo de
Cuba puso en libertad a todos los prisioneros, a algunos de los cuales ya los
están moviendo otra vez para realizar fechorías cuando todavía no han acabado
de pagar la indemnización.
y nosotros responsabilizamos a la Cruz Roja
norteamericana y al Gobierno de Estados Unidos por no haber cumplido los
términos del acuerdo, y que nosotros sabemos muy bien cómo se tramitó
todo. Y deben la millones de pesos. ¡Son unos estafadores!
Ahora bien: un día dijimos aquí que si no querían
financiar el desarrollo económico de Cuba, que no prepararan más invasioncitas,
pero creo que al pueblo se le está acabando la paciencia (EXCLAMACIONES). Y cuando empiecen con sus incursiones y con
sus planes de piratas, infiltración de guerrillas y de armas —¿no
sé cómo?, porque antes venían impunemente y las tiraban en avión, y las fuerzas
nuestras están muy adelantadas, ¡pero muy adelantadas! en la instrucción y
en el uso de los cohetes tierra-aire contra aviones (APLAUSOS)—, cuando empiece
esta gente —que siempre están retrasados en lo social medio siglo por lo menos,
y en estas cosas bastante con respecto a nosotros, porque siempre sabemos lo
que van a hacer, siempre lo sabemos, y siempre adoptamos las medidas previas—,
entonces creo que el expediente de la indemnización no lo vamos a aplicar. Yo creo que el pueblo se está cansando.
Los que quieran indemnización que levanten la
mano... (NADIE LEVANTA LA MANO). Los que quieran que les apliquemos la ley
revolucionaria, que levanten la mano...
(EL PUEBLO CONGREGADO EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION LEVANTA LA
MANO).
Nosotros queremos que los visitantes puedan apreciar
esto (EXCLAMACIONES DE:
“¡Paredón, paredón!”), nosotros queremos que los visitantes
puedan observar esto, para que vean cómo piensa el pueblo; porque después que
lanzaron a las hordas de mercenarios y de traidores que llegaron aquí bombardeando
y asesinando incluso familias indefensas, los imperialistas mientras por un
lado lanzaban los piratas por otro lado desataban una campaña implorando por la
vida de sus piratas. Y eso lo hicieron
cuando Girón; incluso, no faltaron gobernantes latinoamericanos que hicieron
comunicaciones implorando por la vida de ellos.
Es mejor que ahora le imploren a los imperialistas gringos que no los
manden a atacar a Cuba (APLAUSOS), es mejor que los gobiernos, o las personas
filantrópicas que les entran lástima por esos piratas —desde luego, pueden
sentir lástima que no puede sentir nuestro pueblo porque ha sentido sus
garras—, se muevan ahora y que le escriban a Kennedy, y que con tiempo eviten
que lleguen aquí, porque ustedes han visto cómo piensa el pueblo
(APLAUSOS). Y, sencillamente, tal
como piensa el pueblo... Y cuando el pueblo lo piensa así razones
tiene (EXCLAMACIONES DE:
“¡Paredón, paredón!”), cuando el pueblo piensa así es por
algo.
Es distinto ver las cosas desde lejos que verlas desde
aquí, es distinto enterarse desde lejos de las cosas que pasan en Cuba y sufrir
esas cosas: cómo
los agentes han quemado tiendas. donde han perecido obreros abrasados por las llamas,
perpetrado actos de sabotaje que han costado decenas de vidas, cometido crímenes
de todo tipo.
Por eso el pueblo piensa así, por eso el pueblo
reacciona así, y razona con razón, porque prefiere incluso —porque fue generoso
una vez, porque ha sido generoso muchas veces—, prefiere aplicar la justicia
cabalmente, como escarmiento ejemplar, a estar aceptando las indemnizaciones
mismas de los imperialistas (APLAUSOS).
Eso lo hicimos ya una vez, y que sirva de ejemplo, que
sirva de experiencia ante el mundo cómo actúa Cuba y cómo actúa el Gobierno de
Estados Unidos, cómo actúa el rufián este de Kennedy (EXCLAMACIONES), cómo
actúa; que el mundo lo sepa:
pusimos en libertad a los mercenarios, no han terminado de pagar
la indemnización y ya los están movilizando para nuevas agresiones. Nuestro país dio una serie de pasos, declaró
su disposición a discutir. ¿Y qué
vienen? Nuevas agresiones de los
imperialistas, nuevos planes agresivos contra Cuba. Tales son las características de este
Gobierno de Estados Unidos.
Cuando subió al poder habló de que haría una política
nueva, una política distinta. ¿Y qué
hizo? Prohijar y desarrollar la agresión
contra Cuba.
Recientemente habló en términos de paz en una
universidad norteamericana, y a los pocos días se para en medio de Berlín a
usar un lenguaje guerrerista y belicoso.
Ahora, por un lado, suscribe un acuerdo tendiente a disminuir las
tensiones, y por otro lado practica y promueve nuevas fechorías y nuevas
agresiones contra Cuba. Y todo el mundo
sabe que este no es un problema de juego, todo el mundo sabe las consecuencias
que esa política ha tenido, todo el mundo sabe que esa política puso al mundo
al borde de la guerra, todo el mundo sabe que esa política de agresiones nos
obligó a defendernos, nos obligó a tomar medidas para nuestra defensa, y que
ese no es un problema de juego, y que esa política a poco embarca al mundo en
una guerra termonuclear, y que por ese camino Estados Unidos, incluso sin
consultar con sus aliados, a poco los lleva a una guerra termonuclear.
Era para que abandonaran esos caminos agresivos, era
para que abandonaran esas malas andanzas y no volvieran aquí a agitar el fuego
de la tensión, el fuego del peligro; que no atice aquí nuevas
provocaciones.
Como ustedes saben, ellos tomaron el acuerdo de
bloquear fondos cubanos para obstaculizar nuestro comercio, y nosotros tomamos
un acuerdo nacionalizando lo único que les quedaba aquí, que era el edificio de
la embajada (APLAUSOS). Ahora dicen, que
eso es ilegal, que eso no está de acuerdo con los convenios. ¡Qué descarado es este Gobierno de Estados
Unidos! (RISAS)
Ellos no han respetado ningún convenio, ninguna ley
internacional, constantemente están violando nuestro espacio aéreo, filtran
saboteadores, agentes, espías, preparan bases de agresiones, han perpetrado
cientos de violaciones de las leyes y de los convenios, y ahora hablan de que
el Gobierno de Cuba, en justa y legítima defensa, no les puede nacionalizar la
embajada. Bueno: ¡Pues se la hemos nacionalizado, y ese
acuerdo tiene que cumplirse! (APLAUSOS)
Ese edificio está a cargo de la representación diplomática
de Suiza, y nuestro país está en disposición de brindarle todas las facilidades
a la representación diplomática suiza para que oportunamente proceda a
trasladar a otro sitio todos los archivos y entregue el inmueble al Gobierno de
Cuba. Esperamos que la representación
diplomática de Suiza reconozca ese acto legítimo y soberano del pueblo de Cuba;
esperamos (APLAUSOS). Porque este
problema no es un problema contra Suiza, es un acto de muy legítima defensa. Y cuando quieran discutir, vamos a discutir
quién tiene razón, quién tiene derecho, quiénes son los violadores de las
leyes, quiénes son los agresores, y quiénes son los que en realidad se están
defendiendo con legítimo derecho, que somos nosotros. Podemos discutir con quien sea necesario, porque
sabemos que tenemos la razón (APLAUSOS).
Y por eso esperamos que no surjan conflictos con las autoridades suizas,
y que las autoridades suizas —fieles a su política de neutralidad, que han
mantenido tradicionalmente— acaten ese acto legítimo y soberano del pueblo de
Cuba (APLAUSOS).
Sí, nosotros dijimos que estábamos dispuestos a
discutir con los imperialistas yankis.
¿Ellos nos agreden? ¿Creen acaso
que les estamos implorando las negociaciones?
No comprenden que esta es una posición de principio del Gobierno de
Cuba, una posición mantenida desde el principio; acaso creen que tenemos el
agua al cuello, y que necesitamos que vengan a la carrera a establecer
relaciones con nosotros. Nosotros
pensamos que quienes tienen el agua al cuello son ellos (APLAUSOS).
¿Qué dicen los imperialistas? Que no restablecerán relaciones con un
satélite soviético en el Caribe. El
único país de América —el único— donde no hay una propiedad extranjera, el
único país de América que es dueño de toda su riqueza, de sus minas, de su
petróleo, de sus tierras, de sus fábricas (APLAUSOS); que no tiene que tributar
un centavo a los monopolios yankis; el único país de América que puede decir: esta riqueza es
mía, y vamos ahora a desarrollarla, vamos a hacer con ella lo que más convenga
a nuestros intereses, ese es Cuba. Y
ellos dicen que es un satélite. Este
pueblo, que es dueño de su islita, de sus tierras, de sus montañas, de sus
costas, de sus edificios, de sus fábricas, de sus escuelas; que toda esa
riqueza la tiene para ponerla al servicio de su porvenir, de toda aquella
generación que crece, de jóvenes que serán los cientos de miles de técnicos,
que harán avanzar al país hacia límites tal vez imprevisibles hoy
(APLAUSOS).
Y claro, de la misma manera que este es un pueblo
cautivo —según esos señores—, el pueblo cautivo de Cuba, este es el país
satélite de América. El único país que
está en esas condiciones de absoluto disfrute de sus riquezas.
¿Y qué ha recibido de la Unión soviética? Una ayuda tan extraordinaria, que
posiblemente lo que a nosotros nos han ayudado en un año es más de lo que ha
ayudado el imperialismo a las oligarquías, a todas juntas (APLAUSOS). Y la Unión Soviética, el pueblo soviético ha
hecho sacrificios por ayudarnos a nosotros, y nos ha dado una extraordinaria
ayuda para poner fábricas. ¿Que son de
la Unión soviética? No, son
cubanas. Y ha mandado 15 barcos
pesqueros modernos que nos han permitido abastecer de pescado a nuestra
población (APLAUSOS), y que están entrenando los tripulantes para entregarnos
esos barcos; que nos ha entregado aviones para mantener nuestras
comunicaciones, que ha establecido una línea directa por encima de todos los
obstáculos que le ponían los imperialistas, gracias a lo cual mantenemos segura
nuestra comunicación con el mundo; que allá en Mariel construyen una
termoeléctrica de 500 000 kilowatts (APLAUSOS).
¿Para quién? ¿Para la Electric
Bond Share? ¡No!, ¡para el pueblo de
Cuba! Que en Renteé construyen una termoeléctrica de 200 000 kilowatts. ¿Para quién?
¿Para la compañía de electricidad, para extorsionar al pueblo? ¡No!, ¡para el pueblo de Cuba, para sus
necesidades, para sus industrias! (APLAUSOS) Que le va a resolver a nuestro
país el problema de la mecanización del corte de caña, trabajo duro, donde cientos
de miles de obreros tienen que hacer enormes sacrificios todos los años, y que
nos permitirá en el futuro enormes zafras.
Porque sí, en el futuro —lo decimos para que lo sepa todo el mundo—
vamos a producir gran cantidad de azúcar.
Y nos proponemos en el año 1970 rebasar de 8 millones de toneladas de
azúcar (APLAUSOS), porque somos un país que tenemos condiciones para producir
azúcar; planes que no podríamos ni soñar sin la mecanización del corte de
caña. Y la Unión Soviética nos está
resolviendo ese problema, haciendo esfuerzos, haciendo sacrificios.
Y a eso el señor Kennedy lo llama satélite. Para no ser satélite habría que ser un
explotado; todos los centrales de aquí tendrían que ser de los imperialistas
yankis, todas las minas, la electricidad, los servicios públicos —como hay en
muchos países de América Latina—, y esos son libres países. Pero esos libres países no reúnen ni cuatro
gatos por lo general. Que le digan a
Betancourt que dé un mitin en la Plaza del Silencio a ver cuántos reúne allí. Esos son los países libres, esos no son
cautivos, no.
¿Qué pretenden decir con esto?, que no pueden
coexistir con un satélite. Nosotros
podemos vivir sin coexistir con ellos, desde luego, en primer lugar; porque no
existimos por ellos, sino que existimos a pesar de ellos, que no es lo
mismo. ¿Pero que no pueden coexistir con
nosotros? ¿Qué quieren? Que nosotros hagamos concesiones ideológicas;
y nosotros no haremos ni un átomo de concesión ideológica a los imperialistas
(APLAUSOS). Si quieren discutir, si
quieren negociar, tienen que discutir y negociar con la Revolución Cubana
marxista-leninista (APLAUSOS PROLONGADOS).
¡Y sin la menor alteración de nuestra posición de amistad fraternal,
estrecha e indestructible con la Unión Soviética y el campo socialista! (APLAUSOS)
Concesiones no vamos a hacer de orden ideológico; de
orden ideológico no vamos a hacer una sola concesión. Nosotros somos un pueblo firme, un pueblo
revolucionario, un pueblo de una política, y un pueblo leal que sabe ser amigo
de sus amigos, sin sombra de oportunismo en su política.
Nosotros somos y seremos incapaces de esa política
de cambia-casaca que caracteriza
al imperialismo yanki.
Si no quieren coexistir, ¿qué remedio no les
queda? No pueden coexistir, pero estamos
aquí y seguiremos estando. Luego, no
quieren coexistir de palabra, pero tienen que coexistir de hecho, porque no
pueden hacer otra cosa. Y los hechos son
testarudos, en primer lugar.
No necesitamos de ellos para nada para vivir; incluso,
el comercio con ellos podría significar algunas ventajas, pero mínimas, nada
esencial para nuestra economía. ¿Saben
de dónde debemos sacar nuestros recursos?
De nuestro propio trabajo, organizándolo mejor; de nuestra propia
capacidad de producción (APLAUSOS PROLONGADOS).
¿Saben dónde hay cientos de millones de pesos? En la mejor utilización de nuestros recursos,
en la mejor organización de nuestro trabajo.
Ahí es donde están los recursos, y ahí es donde tenemos que buscarlos
siempre. Eso nos reporta a nosotros
mucho más, veinte veces más, que las ventajas que nos pueda aportar el hecho de
que los imperialistas quieran comerciar con nosotros. Debemos saber eso, debemos saber eso.
Nosotros dijimos: estamos dispuestos a discutir. Bien, nosotros estamos dispuestos a discutir
fórmulas de indemnización, como hemos hecho con los canadienses; relaciones que
pueden presentarse como un modelo de relaciones entre un país socialista y un
país capitalista, y que son buenas, porque ellos no interfieren en nuestros asuntos
internos (APLAUSOS). Y cuando vinieron
las leyes de nacionalización, nosotros indemnizamos los intereses canadienses;
y siempre hemos resuelto amistosamente cualquier diferencia.
Incluso, conversando con el embajador inglés, nosotros
le expusimos que estábamos dispuestos a discutir cualquier indemnización, a
discutir algún tipo de convenio económico que incluyera la indemnización de los
intereses que fueron nacionalizados. Y
en forma similar hemos hablado con los suizos.
Es decir, que esa política la hemos aplicado.
Nosotros estamos dispuestos a discutir. ¿No quieren?
¡Peor para ellos, no discutimos! ¿No quieren establecer relaciones con
nosotros? ¡Lo sentimos mucho,
esperaremos! Esperaremos hasta, incluso,
a que haya un gobierno socialista en Estados Unidos, podemos esperar
perfectamente (APLAUSOS).
La población negra de Estados Unidos esperó muchos
años, y ahora ya ven:
está en una activa lucha en defensa de sus derechos. Y, por lo tanto, ¡otro mensaje de solidaridad
y fraternidad a la población negra de Estados Unidos, que cuenta con toda
nuestra simpatía! (APLAUSOS), y que allí son víctimas de la represión
feroz. Hemos visto esas fotografías,
cómo lanzan los perros rabiosos contra ciudadanos negros, como símbolo de lo
que es la democracia representativa.
Y, claro, ¿qué es lo que engendra eso? Ese odio contra la población negra lo
engendró la esclavitud. ¿Quién lo ha
mantenido vivo? El capitalismo. Habrá discriminación mientras haya
explotación del hombre por el hombre en Estados Unidos, esa es una gran
verdad.
¿y aquí
no había también discriminación? ¿Y
quién importó la discriminación aquí?
Ellos, todas esas familias aristocráticas, ¿qué modo de vida tenían e
idealizaban?: el
modo de vida norteamericano. ¿Y cuándo
se acabó la discriminación aquí? Cuando
cesó la explotación del hombre por el hombre.
¡Y se acabó! Por eso no quieren
que vengan a Cuba, por eso no quieren que vengan a ver lo que hay en Cuba.
Nosotros estamos dispuestos a enseñar lo malo que
podamos haber hecho; nuestros errores, nuestras deficiencias, nuestros
problemas, se los enseñamos, porque no tenemos que ocultarlos. No existen porque queramos, existen a pesar
de que no queremos. Y los problemas
consecuencia de la inexperiencia de los revolucionarios y de la lucha que hemos
tenido que llevar contra los imperialistas, y de la constante hostilidad en que
hemos tenido que vivir, y que nos obligan a gastar 300 millones de pesos en la
defensa —¡nos obligan a gastar trescientos millones de pesos en la defensa!—, y
a pesar de eso no hay rincón donde no haya una escuela, no hay campesino que no
tenga asistencia médica, y hay 100 000 jóvenes becados por el Estado estudiando
(APLAUSOS); a pesar de la inexperiencia de los primeros años, inexperiencia que
se va superando; a pesar de las zancadillas que constantemente nos ha estado
poniendo en nuestro camino el imperialismo yanki.
Y progresa el país, progresa la Revolución, y se van
superando las deficiencias. Sin embargo,
no las ocultamos, y nuestras puertas están abiertas para el visitante. La prueba de ella son los 600 visitantes que
de todas partes..., 600, ¡que para nosotros valen por seiscientos
millones! (APLAUSOS) Y aun más, porque
prácticamente de todos los países han venido numerosas personalidades ilustres
y destacadas a conocer a nuestro país, a apreciar de cerca la Revolución
Cubana. Y nuestras puertas están
abiertas.
¿Qué país libre es ese que no permite que sus
ciudadanos viajen? Y así por el mundo
siempre están hablando de las medidas que Alemania Oriental tuvo que tomar para
combatir allí el espionaje y el sabotaje, en Berlín, y sin embargo pretenden
erigir un abismo entre Estados Unidos y Cuba para evitar que vengan aquí. ¡Que vengan los líderes negros de Estados
Unidos, que les permitan venir a visitar a Cuba, para que vean dónde hay una
sociedad sin discriminación!
(APLAUSOS) ¡Y para que comprendan
cuál es el camino por el cual se elimina la discriminación, que es eliminando
la explotación del hombre por el hombre!
Claro está que no quieren permitir eso, no quieren que
vean a la Revolución de cerca.
Y así, les decíamos, hablando de las relaciones, que
fue lo que suscitó esta conversación sobre otras cuestiones, que esperaremos,
no tenemos ninguna impaciencia. Pero,
¿exigirnos condiciones? Eso se parece al
cuento de aquel que decía:
“sácame del pozo y te perdono la vida”. Nosotros no estamos en ningún pozo, porque
nosotros estamos con la Revolución y con el futuro y con el mundo del mañana; y
ellos sí están en un pozo, porque están con la reacción, con el imperialismo y
con el mundo del pasado, ¡con el mundo del pasado! (APLAUSOS) y
son víctimas de esa política, le han ocasionado un tremendo daño al pueblo de
Estados Unidos.
Y ven ustedes ahora los problemas económicos que
empiezan a tener, los problemas de divisas.
Y se van aislando, se van aislando del resto del mundo, porque Estados
Unidos no es el único país del mundo; los intereses de los imperialistas yankis
no son los únicos intereses en el mundo.
Y así, están siguiendo con Cuba esa política estúpida
de aislamiento. Hoy somos nosotros los
aislados, mañana serán ellos. Siguen en
América Latina el camino de Viet Nam, y se aislarán cada vez más. Política inteligente es la política de los
países que, independientemente de su régimen social, mantienen relaciones
diplomáticas y comerciales con un país revolucionario; política inteligente es
la de los países capitalistas que mantienen relaciones diplomáticas y
comerciales con Cuba, porque están señalando un camino y sembrando un precedente. Y porque un día la América Latina será como
Cuba, si no toda, una gran parte (APLAUSOS).
¡Y algún día, más o menos lejano, por imperativo de la historia lo será
toda!
Y entonces los aislados serán los imperialistas
yankis, en un mundo que ya no es coto cerrado de nadie, porque todos los países
tienen intereses en ese mundo, todos los países tienen necesidades en ese
mundo.
¿Y qué han hecho los imperialistas con su estúpida
política contra Cuba? Los resultados
están claros: la
OEA la han hecho trizas, ya nadie le hace caso (RISAS); los gobiernos que se
respetan y que tienen una política propia dan cada vez más y más evidencias y
pruebas de un sentimiento realmente independiente; los gobiernos títeres han
sido barridos por las dictaduras militares de los gorilas, que son, puede
decirse, la antesala de la revolución, como fueron los gorilas de aquí la
antesala de la Revolución Cubana.
Y respecto al mundo, Estados Unidos crea infinidad de
problemas a numerosos países occidentales, que viven del comercio marítimo, del
transporte marítimo. Una serie de países
europeos no socialistas, o no
—pudiéramos llamar— marxista-leninistas, una serie de países europeos,
tienen enormes flotas de mercantes y reciben muchas de sus divisas
transportando mercancías.
Así, muchos de esos barcos han estado trabajando en el
comercio entre Cuba y la Unión Soviética.
Las medidas tomadas por Estados Unidos contra esos barcos perjudican
grandemente los intereses económicos de esos países, interfiere la libertad de comercio. Pero, algo más: como consecuencia de esas medidas y de
esa política, la Unión Soviética se ha visto en la necesidad de elaborar el
programa de construir una inmensa flota mercante de entre 20 y 30 millones de
toneladas.
¿Por qué?
Porque como consecuencia de estas experiencias, consecuencia de estos
actos de los imperialistas yankis, se ven en la necesidad de tomar medidas
previsoras para que su comercio no pueda ser bloqueado.
Quizás invertiría o habrían invertido esos recursos en
otras industrias o en otras ramas de la economía. ¿Cuál será el resultado de eso?, que el
surgimiento de una inmensa flota soviética, inevitablemente desplazará de ese
tráfico marítimo, a las flotas de otros países europeos, cuyos barcos en la
actualidad están en muchos casos ociosos.
La política del Gobierno de Estados Unidos choca con
los intereses de numerosos países de Europa.
Esto sin ir más al fondo de la cuestión, como es el hecho de que el
capital imperialista yanki, está tratando de desplazar capitales de otros
países europeos en distintas partes del mundo.
Esto independientemente del hecho que países como Japón, como Francia,
como Inglaterra, como Italia, y otros, que al final de la guerra estaban en una
situación de ruina y en los cuales los imperialistas yankis pudieron imponer a
su antojo los tipos de convenios, los tipos de acuerdos comerciales que les
importaban a sus intereses y que hoy, como consecuencia del desarrollo de esos
países se ha producido un cambio en la correlación de recursos técnicos, en la
producción de cada uno de esos países que necesitan mercados.
Y naturalmente, que los imperialistas yankis tratan de
impedir, tratan de controlar los mercados; y otros países del mundo necesitan
comerciar con nosotros y con otros pueblos revolucionarios en el futuro. ¿Cuál será el resultado? Que los imperialistas yankis se irán aislando
más y más. Y hoy, hoy, nosotros
somos los aislados; pero en un mañana no lejano, los aislados serán ellos,
¡serán ellos! (APLAUSOS)
Y es lamentable, es lamentable que el pueblo
norteamericano tenga que pagar las consecuencias de esa política estúpida,
torpe, ruinosa. Porque este señor —por
lo general los últimos presidentes que ha tenido Estados Unidos—, pero este, es
un jinete cabalgando de error en error, de torpeza en torpeza. Y este pequeño país, Cuba, le ha costado un
sinnúmero de reveses, de derrotas políticas y morales. ¿Por qué?
¡Por no respetar la voluntad de nuestro pueblo, por no querer respetar
la soberanía de nuestro pueblo! Y por
eso, por esa política de hostilidad y de acosamiento, no han hecho más que
cosechar derrotas, cosechar reveses, cosechar fracasos; y es lástima que el
pueblo de Estados Unidos, tenga que pagar esas consecuencias. Porque para el pueblo de Estados Unidos —y no
son estas palabras demagógicas, y los hechos lo atestiguan—, para el pueblo de
Estados Unidos, pueblo trabajador, muchas veces confundido, en una proporción
grande engañado por la propaganda incesante de los monopolios, es un pueblo
como cualquier otro pueblo víctima del sistema en que vive, pero cuyas virtudes
se podrían demostrar como se han demostrado las de nuestro pueblo con el cambio
de sistema.
Y digo que para el pueblo de Estados Unidos no hay
sentimientos de resentimientos ni odio en nuestros corazones. ¡Y ahí está la
prueba! ¿Cómo han recibido a los jóvenes
estudiantes nuestro pueblo en todas partes?
(APLAUSOS) ¡Con simpatía, con sincera
amabilidad, como hermanos, sin odios y sin resentimientos! Porque en un pueblo revolucionario que marcha
por la verdad y que tiene una educación política, sabe distinguir entre el
sistema bueno y el sistema malo; sabe distinguir entre el pueblo y el sistema
que explota y hace víctima a ese pueblo.
Y por eso en todo ciudadano americano, en cada hombre y mujer del pueblo,
siempre verá una víctima del sistema.
Y esa es una consecuencia de la conciencia y de la
educación política de nuestro pueblo, y por eso nosotros hemos recibido con los
brazos abiertos a esos estudiantes. Los
admiramos por su valor; porque cuando hay jóvenes que se empinan en medio de la
mediocridad del ambiente, frente a la asfixia que la propaganda crea, frente a
la mentira, son jóvenes valientes (APLAUSOS).
Y los hemos recibido aquí, independientemente de sus ideas políticas, o
de sus ideas religiosas; porque vinieron para ver, para conocer. Se les ha permitido visitar Cuba, conversar
con quienes lo desean, saber los errores y los éxitos, se les ha brindado todas
las facilidades.
Y entendemos que han tenido un gran gesto, sobre todo
un gesto valiente, digno de las mejores tradiciones de Estados Unidos. ¿Porque qué estaban defendiendo ellos al
defender el derecho a venir a Cuba? El
derecho constitucional de cualquier ciudadano norteamericano a viajar
libremente, a obtener información, a conocer la verdad. No han venido a defender las ideas políticas
de la Revolución Cubana, han venido a defender su derecho a viajar, su derecho
a conocer la verdad, su derecho a obtener una información verídica. Y eso no se lo puede reprochar nadie, ni se
les puede castigar.
Y ojalá sirva de ejemplo; y estoy seguro de que
servirá de ejemplo, porque todos estos valientes siempre encuentran
admiradores, siempre sirven de ejemplo.
¡Que sirva de ejemplo a la juventud norteamericana! (APLAUSOS)
A nosotros nos sirve de aliento pensar que hay jóvenes así y que pueden
haber muchos miles de jóvenes así, con libertad de criterio, suficientemente
valientes como para defender sus derechos y despojarse de la mentira, que la
campaña interesada, de los intereses creados, trata de sembrar en la mente de
los jóvenes, a través de películas, cine, muñequitos y todas las formas habidas
y por haber, que nosotros ya pasamos. Y
eso significa un gran mérito a nuestros ojos.
Y por eso siempre contarán con nuestra amistad y con nuestro
reconocimiento. Y declaramos que
nuestras puertas están abiertas a todo joven que quiera visitar, que quiera
venir en tren de amistad; porque los que vengan en plan de amistad (APLAUSOS),
los que vengan como amigos, sí podrán pasearse por las calles de La Habana, y
serán recibidos con los brazos abiertos.
Los amigos, sí son tan dueños de este país como
nosotros mismos, y tan hermanos de cualquiera de nosotros como cualquier cubano
(APLAUSOS).
Y así, con estas ideas expuestas, podemos resumir cuál
es la situación al cumplirse el décimo aniversario. Pronto cumpliremos el quinto aniversario,
pronto, el quinto aniversario del triunfo de la Revolución (APLAUSOS).
¡Ah! ¿Y cómo
debemos aprovechar los próximos cinco años?
Cada uno de esos cinco años, debe significar tanto en avance de nuestra
organización y de nuestra producción y de nuestro trabajo, como todos los cinco
años anteriores juntos. Porque esos
cinco años nos establecen la obligación de trabajar mejor, de usar la
experiencia de estos años atrás; de manera que cada año valga por cinco, porque
seguiremos de año en año reuniéndonos, y si sigue creciendo, y tiene que seguir
creciendo a medida que se eleva la conciencia, que la Revolución supere las
dificultades, que el trabajo revolucionario sea mejor, habrá cada vez más y más
pueblo cada 26 de julio que celebremos en la Plaza de la Revolución (APLAUSOS).
Y esto nos debe estimular a todos a trabajar, a dar el
máximo de nuestro esfuerzo y de nuestras energías, analizar nuestro trabajo,
superar nuestras deficiencias, mejorar nuestra organización, aprovechar
nuestros recursos, demostrar de qué es capaz nuestro pueblo como pueblo
trabajador, como un pueblo creador, no solo como pueblo heroico, como pueblo
valiente capaz de morir en una trinchera, sino capaz también de dar su vida por
el trabajo (APLAUSOS), capaz de dar su vida por el trabajo creador,
enfrentarnos a las tareas con ese mismo valor, con esa misma decisión. Es necesario que lo hagamos si queremos dar
grandes avances.
Comprendan cuántos gastos, cuántos gastos incluso nos impone la necesidad de defendernos, porque hay que
defenderse, porque hay que tener en perfectas condiciones de combate a nuestras
fuerzas, previendo cualquier ataque por sorpresa, estando siempre alerta contra
cualquier agresión. Y sin embargo, cómo
aumenta el número de niños que van a la escuela; cómo aumentan nuestras
necesidades; cómo aumentan nuestras necesidades de técnicos; cómo tenemos
necesidad de hacer grandes inversiones, en fábricas, en la agricultura, en
viviendas, en acueductos, en toda una serie de cosas que el pueblo necesita y
que solo se pueden obtener trabajando, no van a caer del cielo, van a brotar
del sudor de nuestra frente, de nuestro esfuerzo. Y estos años tienen que ser años de trabajo,
estos primeros años de Revolución nunca son años de abundancia (APLAUSOS). Sepamos eso, comprendamos eso, que son los
años de más trabajo, de más esfuerzo, de escasez; que faltan cosas y que ese
precio hay que pagarlo por el futuro.
No sería esa nuestra situación si no hubiésemos sido
explotados 50 años por los imperialistas.
¡Cuál no será la abundancia de nuestro pueblo dentro de 30, dentro de
40, dentro de 50 años; esos años que hemos perdido en el pasado y que hoy tratamos
de recuperarlos a marcha forzada, avanzando!
Y con todo lo que ya hemos podido avanzar en estos cinco años de
Revolución, no hemos hecho más que crear las condiciones; debemos avanzar mejor
y más rápido en los próximos años. Esto
tenemos que comprenderlo y que las riquezas solo pueden salir del trabajo, pero
el trabajo inteligente, el trabajo bien organizado, con el uso más racional de
nuestros recursos, con la aplicación de los conocimientos técnicos.
Y ese espíritu por el trabajo se ha ido apoderando de
la conciencia del pueblo, y hay que llevarlo a todos los rincones del país, al
campo, a las montañas, a las fábricas, dondequiera. Hay que luchar, no por los aumentos de fondos
salariales, sino por los aumentos de producción; es un engaño aumentar salarios
si no hay un equivalente de aumento en bienes de producción; aumentemos primero
la producción, ahorremos trabajo innecesario, evitemos sobrecargar las empresas
de empleados innecesarios, de burocracia; si cada empresa hiciera lo que ha
hecho la empresa azucarera, que ha amortizado miles de plazas de obreros que
antes trabajaban en el central tres meses, ahora trabajan todo el año en un
camión. Esas plazas las amortizó.
Hay muchos sectores de la producción donde hay un
exceso de gente, y cuando hay exceso de gente en un lugar es gente que no
produce, y cada cual debe estar allí donde más produce. Si nosotros, en el sector de la distribución
tenemos 130 000 ó 140 000 y 100 000 pueden hacer esas tareas, podríamos tener
esos 30 000 ó 40 000 en otros trabajos más productivos. Evitemos la sobrecarga de empleados
burocráticos, empleados de oficinas (APLAUSOS).
Hay que establecer las escalas de salarios, hay que
racionalizar el trabajo, hay que establecer las normas, hay que establecer los
métodos adecuados para que venzamos las escaseces. Recuerden que a la hora de sentarse a la mesa
todos consumimos bienes materiales, todos, y todos exigimos nuestra parte de
bienes materiales, pero si somos unos pocos produciendo bienes materiales y
muchos sin producir bienes materiales de ninguna índole, entonces habrá poco a
la hora de sentarse a la mesa.
Y ya hoy nuestro pueblo está aprendiendo todas esas
cosas, ya nuestro pueblo ve en el vago, en el parásito, un enemigo (SILBIDOS y APLAUSOS); en el ausentista ve un
enemigo, que no quiere producir, en el empleo innecesario, ve un enemigo; en la
burocracia inútil, cuando es una burocracia que no sirve, que no rinde un
servicio. Porque claro está, un maestro
no está produciendo bienes materiales, pero está preparando, está educando; un
médico está curando; un músico está alegrando al pueblo —digamos—; un
artista. En fin, hay muchos trabajos que
no son de producción de bienes materiales; un oficinista también, que lleva
determinadas contabilidades, determinados trabajos, es decir, que en la oficina
también se trabaja, se es útil. Lo que
es malo es el exceso de empleados en las oficinas, el exceso de empleos
improductivos.
Eso es lo que debemos saber, y que el camino de la
abundancia para todos está en el aumento de la producción, en el mayor número
de hombres y mujeres trabajando en la producción, y que si queremos tener
fábricas, mecanizar nuestra agricultura y tener barcos de pesca mayores es
porque queremos aumentar la productividad del trabajo, elevar la capacidad de
producción de cada ciudadano, para que a cada ciudadano le pueda corresponder
más.
Sabemos también que aun subsisten privilegios, sabemos
que aun existe toda una capa de burgueses parásitos en nuestro país y que
tienen muchas cosas, muchos privilegios (APLAUSOS); sabemos, incluso, que hay
una circulación de billetes en cierta bolsa negra, de propietario a
propietario; que en esa clase social, en esa capa burguesa, hay abundancia de
todo, de cosas que el obrero, el que gana un salario no puede adquirir; sabemos
además, que esa capa burguesa trata de corromper a los empleados que tiene a
sus órdenes; nosotros sabemos de casos de burgueses que antes de irse han
duplicado el sueldo de la empresa que tienen para crearle problemas a la
Revolución, para obligar a la Revolución a rectificar aquello; nosotros sabemos
de burgueses que están podridos en dinero y que corrompen, tratan de corromper
gente, ampliar su base, sabemos de esas cosas.
Y son problemas que todavía tiene la Revolución, por
delante, que resolver; pero no se pueden resolver de un día para otro, de la
noche a la mañana. Esos problemas
tendrán que ser resueltos un día, más tarde o más temprano, porque cada vez más
este tiene que ser un país de trabajadores y cada vez menos tiene que ser un país
de parásitos. Y así tenemos todavía
muchas cosas que establecer, que ordenar, que organizar.
Nosotros hemos conversado con el compañero Ministro de
Educación y le hemos dicho:
mira, de cada 30 ó 40 muchachos, entre ellos hay cuatro o cinco
que faltan a la escuela en la secundaria básica. Y eso es malo; muchos de ellos procedentes
de familias burguesas o pequeñoburguesas, que no les inculcan el sentido del
estudio, eso es malo, porque vamos incubando parásitos, y entonces bajo el
socialismo se nos va a desarrollar un adolescente inculto, ignorante,
parasitario. Hay que tomar medidas, le
planteaba al compañero Ministro de Educación, de manera que el ausentista de la
escuela secundaria básica se castigue; que se establezca la obligatoriedad de
enseñanza hasta la secundaria básica (APLAUSOS), y que el joven ausentista e
indisciplinado y vago se mande a determinadas escuelas en las montañas
(APLAUSOS), de manera que ese filtro no pase, porque la sociedad socialista no
ha de permitir, no debe permitir que en su seno se desarrolle el elemento
parasitario, el lumpen en potencia del mañana, y para eso tendremos dos
instituciones: la escuela y el Servicio
Militar Obligatorio (APLAUSOS PROLONGADOS y EXCLAMACIONES DE: “¡Fidel, seguro, a los vagos dales
duro!”).
A veces hay gente por ahí, de vagos, ¿usted
trabaja? No, ¿usted es miliciano? No, ¿qué hace?, ¿a qué se dedica?, ¿de qué
vive? (APLAUSOS); a veces hay que mandar
a un buen obrero, muchas veces, buenos productores, buenos obreros,
trabajadores de verdad, hay que mandarlos a las unidades de combate a defender
la patria, sacrificando la producción, mientras hay muchos señoritos por ahí
que no hacen absolutamente nada (APLAUSOS), y tenemos que estarles pidiendo
sacrificios a los trabajadores, a buenos trabajadores, que vayan a una unidad,
que sirvan en tal unidad para poder mantener nuestras unidades; siempre
pidiéndoles el sacrificio a los trabajadores.
¿No es lo justo que se establezca como un deber el
defender la patria, no de unos cuantos sino de todos? (DEL PUBLICO LE CONTESTAN: “¡Sí!”)
Naturalmente, que cuando esa legislación se haya
estudiado y se haga, se deberá tener en cuenta los distintos pasos y un sistema
de preferencia, a quiénes se van a llamar primero y a quiénes después, de
manera que llamemos de una manera racional a ese servicio y que no afectemos la
educación, que no afectemos la formación de técnicos, que no afectemos la
producción, porque entonces podemos, según el papel social, la tarea que está
realizando un ciudadano, llamarlo o no, para cubrir nuestras necesidades.
Ya afortunadamente, nuestro ejército tiene una gran
organización, la suficiente organización, suficiente número de cuadros de
oficiales y de clases que están en condiciones de instruir y estar nuestro país
en condiciones de organizar un ejército no solo a base de las milicias, sino
del Servicio Militar Obligatorio; seguirá existiendo la milicia, seguirán
existiendo los milicianos (APLAUSOS), todo el mundo será soldado de la patria,
pero no estarán prestando servicio permanente, solo una parte, solo los trabajadores,
que tienen familia muchas veces y que aunque son magníficos soldados no es lo
justo y no es lo más conveniente al país.
Ahora, todo joven tendrá que pasar por la escuela o por el ejército
(APLAUSOS); y esas serán instituciones enemigas de la vagancia, enemigas de la
indisciplina, enemigas del lumpen. Días
llegarán en que no quedará un solo garito por ahí, no quedará un solo billar
por ahí como no sea un club de trabajadores (APLAUSOS). Y hasta las vallas de gallos —con todo y que
nosotros estimamos y queremos mucho a los campesinos—, hasta las vallas de
gallos algún día desaparecerán también (EXCLAMACIONES).
Porque, desde luego, existían ciertas vallas, en
ciertos lugares, pero lo peor es que en algunos lugares han puesto vallas
nuevas; ninguna autoridad revolucionaria, ni municipal ni local, a ningún nivel
deben permitir que establezcan ni un solo garito de juego más de esos, o vallas
de gallos. Nosotros tenemos que combatir
el vicio, de una manera y de otra, y de una manera consecuente, porque, les
cerramos la puerta, y entran por la ventana (APLAUSOS).
En fin, es hora de que nos planteemos qué país
queremos ser, qué clase de ciudadanos queremos ser, qué clase de ciudadanos
queremos formar, y ustedes lo ven: ustedes ven lo que es el estudio, lo
que es la conciencia, lo que es la disciplina, alrededor de ustedes, la
disciplina de nuestros soldados, de nuestros estudiantes, de nuestras
campesinas, del pueblo todo; de su clara visión política, de su clara
comprensión de los problemas. Este es el
resultado de nuestro trabajo; este es el resultado de la organización.
¿Qué queremos ser dentro de cinco, dentro de diez,
dentro de veinte años? Tenemos que
plantearnos eso: ¿Qué
tipo de ciudadano será el ciudadano del mañana, cómo será el país de mañana? Nosotros tenemos que plantearnos esos
problemas y luchar por eso.
Por eso es que derramaron su sangre tantos hombres;
por eso ha venido luchando nuestro pueblo desde la independencia, desde
aquellos bravos mambises que lucharon 10 años, sin ver coronada la obra
(APLAUSOS), desde los heroicos combatientes de la independencia que lucharon
tan tesoneramente, para no ver a Cuba intervenida por los norteamericanos; por
eso tantos hombres gloriosos y gigantes murieron, nuestros próceres de la
independencia: Martí y Maceo, Gómez
(APLAUSOS), cuyos nombres, cuyos nombres debemos venerar cada vez más y más en
toda su grandeza, por lo que hicieron para que tengamos esto.
Yo le decía ayer a un grupo de compañeros que nos
reunimos, le decía que sin aquel esfuerzo nuestro país habría sido colonizado
por los yankis como Puerto Rico, no habríamos tenido el status quo que
teníamos; aunque status quo de país capitalista y sometido al imperialismo pero
no el de país colonializado. Y ese
status quo se logró con la sangre de nuestros mambises, con la sangre de
nuestros libertadores que construyeron los primeros escalones (APLAUSOS), que
construyeron los primeros peldaños de esta epopeya, que hicieron posible esta
oportunidad de hoy, el esfuerzo de todos, de los que cayeron luchando en la
república.
Porque esta obra, solo en parte, es obra nuestra, y en
su mayor parte es obra de los que nos precedieron y de los que fueron
preparando el camino. Nosotros somos el
pueblo privilegiado que ha tenido la oportunidad de ver, un poder suyo, una
revolución suya, un triunfo suyo, una oportunidad suya (APLAUSOS).
Y esta oportunidad es para saberla aprovechar, para
saberla utilizar; no andar con melindres, no andar con quejas, sino al trabajo,
a producir, a crear lo que necesitamos, a levantar la conciencia, a luchar por
la organización, a resolver nuestros problemas (APLAUSOS), porque somos la
generación privilegiada que ha tenido la oportunidad, ¿y qué es eso que vemos
ahí, sino una oportunidad?
Quienes podemos como nosotros ver desde esta tribuna
aquella inmensa masa de jóvenes que ocupa ya las faldas del Príncipe, tendrían
una idea concreta de lo que es el porvenir, cómo se forja en nuestra juventud
(APLAUSOS). ¿Dónde están los hijos de ustedes?,
educándose, preparándose con todos los recursos, sin que nada les falte, sin
discriminación, sin pobres; porque allí ninguno es pobre, porque allí todos
tienen absolutamente lo que se necesita.
Y eso es adelantar, eso es progresar; eso es una imagen de lo que será
el mañana.
Por eso, hoy que no nos reúne solo el entusiasmo, sino
que nos reúne el entusiasmo más la conciencia, más el sentido del deber, más el
llamado de la patria, meditemos (APLAUSOS); ¡ya que vamos madurando, ya que
llevamos varios años de Revolución, examinemos nuestro trabajo, meditemos sobre
nuestros deberes, cumplamos, trabajemos, esforcémonos!; cumplamos esa consigna
de que, la llamada no es a las armas, sino al trabajo; pero en el trabajo con
el arma al lado, al trabajo con el arma al lado (APLAUSOS).
Y cada uno de nosotros hagámonos un propósito ante
nuestras propias conciencias, ante nuestros compañeros caídos, ante los que
murieron sin poder ver esto, los que dieron su vida en las horas oscuras de la
lucha clandestina, sin el aliento de todo un pueblo detrás de una revolución,
los que perecieron en los combates de los intrincados bosques sin poder tener
este privilegio; ante ellos, propongámonos cumplir el deber, trabajar;
preguntarnos qué hemos hecho, si hemos hecho suficiente; preguntarnos si nos
podemos sentir satisfechos de lo que hemos hecho, o avergonzados de no haber
hecho más. Y que esta conciencia, este
sentido del deber, se vuelva organización, y dentro de la organización, se
vuelva Partido, Partido Unido de la Revolución Socialista (APLAUSOS).
Muchas tareas tenemos por delante: concluir primero la organización
completa y cabal de nuestro Partido. Y
después hay muchos otros problemas que resolver; problemas que se refieren a la
vida local, a la vida institucional y local; problemas que se refieren a la
vida institucional del Estado y que en los próximos años tenemos que llenar,
tenemos que resolver, que no hemos resuelto en los primeros años, y hemos hecho
bien. Porque no es lo mismo construir
sobre la realidad, que construir sobre la imaginación; sobre la realidad iremos
construyendo nuestras instituciones locales, nuestras instituciones regionales,
nuestras instituciones estatales, nacionales; problemas que tenemos por delante
y que hemos de resolver, porque tenemos que seguir siendo ejemplo, tenemos que
seguir señalando el camino a los pueblos hermanos de América Latina, y tenemos
que elaborar y crear una respuesta para cada una de sus inquietudes, para cada
una de sus preguntas: ¡Ese es nuestro
deber!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)