DISCURSO
PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN LA
CLAUSURA DE LA V PLENARIA NACIONAL DE LA FMC, EN EL ESTADIO “SANDINO” DE SANTA
CLARA, LAS VILLAS, EL 9 DE DICIEMBRE DE 1966, “AÑO DE LA SOLIDARIDAD.”
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeras federadas:
Esta noche
veníamos con el mejor ánimo de un cambio de impresiones aquí con las compañeras
federadas de la provincia. Pero estoy un
poco escéptico, porque creo que había algunas dificultades con los
micrófonos. Uno de los problemas en
estos actos de masa, uno de los problemas más serios es cuando no se oye bien,
porque entonces los que no oyen hacen más difícil todavía que los que oyen
puedan oír. Pero me alegro mucho, parece
ser que las condiciones han mejorado aquí para este acto de masa.
Y
verdaderamente sería una lástima en una oportunidad como esta, en que se reúnen
tantas compañeras, el no poder expresar algunas ideas que creemos están
relacionadas con todo este esfuerzo y todo este programa revolucionario.
Cuando
nosotros llegamos esta noche aquí, le dije a un compañero que este fenómeno de
las mujeres en la Revolución era una revolución dentro de otra revolución
(APLAUSOS). Y si a nosotros nos
preguntaran qué es lo más revolucionario que está haciendo la Revolución,
responderíamos que lo más revolucionario que está haciendo la Revolución es
precisamente esto; es decir, la revolución que está teniendo lugar en las
mujeres de nuestro país (APLAUSOS). Si
nos preguntaran cuáles son las cosas que más nos han enseñado en la Revolución,
responderíamos que una de las lecciones más interesantes que los
revolucionarios estamos recibiendo en la Revolución es la lección que nos están
dando las mujeres (APLAUSOS).
Ustedes saben
perfectamente que cuando decimos esto no estamos pronunciando determinadas
palabras con el propósito de alegrar a las compañeras aquí presentes, sino que
decimos esto porque realmente es lo que creemos y es lo que sentimos.
Pero, ¿por qué
esta es una de las lecciones más interesantes?
Ustedes se preguntarán, ¿por qué?
En realidad, la más honrada respuesta que podríamos dar —y les advierto
que esta respuesta quien la está expresando es precisamente una persona que se
cree que no padecía prejuicios—, la respuesta realmente es que creo que todos
nosotros teníamos muchos prejuicios con relación a las mujeres (APLAUSOS). Y si alguien me hubiera preguntado alguna vez
si yo me creía que tenía prejuicios, habría dicho que no, en absoluto; porque
me he creído verdaderamente todo lo contrario.
Que verdaderamente había en la mujer dentro de la sociedad una fuerza
potencial y un recurso humano extraordinario para una revolución.
Pero, ¿qué
ocurre? ¿Qué nos ha ocurrido a nosotros,
o qué nos está ocurriendo? Nos está
ocurriendo que, en realidad, esa fuerza potencial es superior a la que los más
optimistas de nosotros habríamos podido ver jamás (APLAUSOS). Y por eso decíamos que tal vez en el fondo,
inconscientemente, inconscientemente había algo de prejuicio o había algo de
subestimación, puesto que la realidad está demostrando, apenas comenzando a
marchar por este camino, todas las posibilidades y todo el papel que la mujer
puede jugar en un proceso revolucionario donde la sociedad se libra de la
explotación en primer lugar, de los prejuicios y de toda una serie de
circunstancias donde la mujer ocupaba o, se puede decir, donde la mujer era
doblemente explotada, doblemente humillada.
¿Qué se ha
descubierto en la mujer, por ejemplo, en el trabajo? Yo he estado discutiendo con algunos
compañeros, y al compañero Milián le he dicho, después de visitar —por ejemplo—
el plan de Banao (APLAUSOS), le he dicho:
“Milián, yo tengo la impresión de que las mujeres que están trabajando
en este plan son más responsables y son más disciplinadas que los hombres
(APLAUSOS). Tengo la impresión de que se
dedicaran al trabajo con más entusiasmo, que se dedicaran al trabajo con más
pasión, con más vocación.” Entonces,
Milián —yo no quiero poner mal a Milián aquí con las mujeres de Las Villas ni
mucho menos— me discutía: que bueno...,
que realmente... el caso de los
muchachos que estaban en el plan de Juraguá de los jóvenes comunistas. Y yo le decía que, realmente, si en un plan
donde hay una selección de jóvenes comunistas hay disciplina y hay entusiasmo
por el trabajo, no es un hecho tan extraordinario como encontrar el mismo
espíritu de disciplina y el mismo entusiasmo en un plan donde están trabajando
las mujeres que no fueron escogidas, que no fueron seleccionadas dentro de una
organización, sino de las mujeres que espontáneamente se presentaron a hacer
ese trabajo (APLAUSOS).
¿Y qué se está
descubriendo? ¿Qué se está descubriendo
con todo este programa revolucionario con relación a las mujeres cubanas? Pues estamos descubriendo toda una serie de
cosas como esas que les enumeraba anteriormente: un gran sentido de la responsabilidad, una
gran seriedad, una gran disciplina, un gran entusiasmo.
¿Pero qué
estamos descubriendo sobre todo también aquí en la provincia de Las Villas? Pues, en el plan de Banao, por ejemplo. El plan crecía, hacía falta un cuadro. El compañero Milián buscó un cuadro del
Partido, creo que de la zona de Santo Domingo, el compañero Santiago Acosta; y
lo envió de administrador del plan de Banao.
Pero un día fue necesario que el compañero Santiago Acosta y el
compañero René Acosta —que es el técnico— hicieran un viaje al exterior. Eran los dos compañeros más responsables de
aquel plan. Había que asignar la tarea
de responsabilizarse con el plan en esos días a alguien. Y entonces se tomó la decisión de designar a
la compañera Osoria, que estaba en representación de la Federación al frente
del plan (APLAUSOS).
Entonces, por
primera vez un plan de esa naturaleza, de esa índole, quedó bajo la
responsabilidad de una mujer. ¿Y cuál
fue el resultado? Regresaron los
compañeros del extranjero, el compañero que estaba de administrador y el
compañero que estaba de técnico: y
entonces tenía el Partido problemas en la zona de Sancti Spíritus, es decir,
necesitaba un cuadro para reforzar el trabajo del Partido en Sancti
Spíritus. Decidieron pasar al compañero
Santiago Acosta para el Partido en Sancti Spíritus y dejar a la compañera
Osoria de administradora del plan de Banao (APLAUSOS).
Creemos que,
verdaderamente, eso fue un acontecimiento que llegará a tener algún día un
significado histórico, porque era la primera vez que a una mujer se le asignaba
una tarea de esta índole, y que se le asignaba no por razones políticas, no
para buscar un efecto, sino sencillamente porque objetivamente se demostró que
tenía plena capacidad para dirigir ese plan.
Y desde ese
momento nos pareció que era una cosa muy razonable —además, muy buena— que en
un plan donde iban a trabajar miles de mujeres en la dirección estuviera también
una mujer dirigiendo aquel plan (APLAUSOS).
A la vez,
cuando fue necesario crear las brigadas dentro del plan, una serie de
compañeras que se habían distinguido por su espíritu de trabajo fueron
escogidas para dirigir las brigadas.
Esto, a su
vez, nos sugirió la idea —puesto que era necesario preparar un grupo de
técnicos en ese tipo de cultivo... Al
principio habían mandado 10 compañeros del instituto tecnológico para que se
especializaran en esos cultivos.
Decidimos que veinte estudiantes que se decidió mandar también para
especializarse como técnicos en esos cultivos, se escogiesen también entre las
compañeras del instituto tecnológico.
De manera que
en este plan las trabajadoras, las jefes de brigadas, las técnicas, es decir,
el personal técnico y el personal de dirección, va a estar constituido
prácticamente todo por mujeres, ¡por mujeres!
(APLAUSOS.)
Y esa es una
de las grandes lecciones de que hablábamos anteriormente, una de las grandes
enseñanzas, y tal vez una de las más grandes victorias contra prejuicios que
tienen, no voy a decir años, ni siglos, sino prejuicios que tienen milenios; el
prejuicio de considerar que las mujeres solo eran aptas para fregar, lavar,
planchar, cocinar, limpiar la casa y tener hijos (APLAUSOS y EXCLAMACIONES); el prejuicio
milenario que situaba a la mujer dentro de la sociedad en un estrato inferior
prácticamente, prácticamente no se puede decir ni siquiera en un modo de
producción.
Estos
prejuicios tienen miles de años y han sobrevivido a distintos sistemas
sociales. Porque si vamos a hablar del
capitalismo, la mujer, es decir, la mujer de una clase humilde era doblemente
explotada o era doblemente humillada.
Una mujer pobre, como perteneciente a la clase trabajadora o familia de
trabajadores, era explotada simplemente por su condición humilde, por su
condición de trabajadora. Pero, además,
dentro de la propia clase y dentro de su propia situación de mujer trabajadora,
era a su vez menospreciada, subestimada; era subestimada, explotada y
menospreciada por las clases explotadoras.
Pero es que dentro de su propia clase la mujer era vista a través de un
sinnúmero de prejuicios.
Por eso los
hechos están brindando una gran lección a todos nosotros, a todos los
revolucionarios.
Esos
prejuicios naturalmente que todavía persisten en un grado considerable. Si las mujeres creen que su situación dentro
de la sociedad es una situación óptima, si las mujeres creen que la función
revolucionaria, su función revolucionaria dentro de la sociedad se ha cumplido,
estarían cometiendo un error.
A nosotros nos
parece que las mujeres tienen todavía que luchar mucho, que las mujeres tienen
que esforzarse mucho para llegar a alcanzar el lugar que realmente deben ocupar
dentro de la sociedad.
Si las mujeres
en nuestro país eran doblemente explotadas, eran doblemente humilladas, eso
significa sencillamente que en una revolución social las mujeres deben ser
doblemente revolucionarias (APLAUSOS).
Y esto tal vez
explica, o contribuya a explicar y se puede decir que es la base social que
permite explicar por qué la mujer cubana apoya tan decididamente a la
Revolución, tan entusiastamente a la Revolución, tan firmemente a la
Revolución, tan fielmente a la Revolución.
Sencillamente por eso, porque es una revolución que significa para la
mujer dos revoluciones, que significa para la mujer una doble liberación: la mujer formando parte de los sectores
humildes del país, de los sectores explotados del país; y la mujer —además—
discriminada no ya como trabajadora, sino discriminada como mujer dentro de esa
misma sociedad explotadora.
Es por eso que
la actitud de la mujer en nuestra Revolución, en nuestro país, responde a esa
realidad, responde a lo que la Revolución ha significado para la mujer. Y los sectores populares, los sectores del
pueblo apoyan a la Revolución en la misma medida en que la Revolución ha
significado para ellos la liberación.
Hay dos
sectores del país, dos sectores de la sociedad que, independientemente o aparte
de las razones económicas, han tenido otras razones para ver con simpatía y
para ver con entusiasmo la Revolución.
Esos dos sectores son: la
población negra del país y las mujeres del país (APLAUSOS).
Yo no sé si
ustedes recordarán en la constitución
burguesa que había en Cuba, que la constitución
hablaba en un artículo que se declaraba ilegal toda discriminación por motivo
de raza o de sexo, por motivo de raza o de sexo. Es decir, una constitución que declaraba
ilegal eso. Pero una constitución, o un
artículo de una constitución, dentro de una sociedad capitalista que haga esa
declaración, no resuelve nada, porque efectivamente había esa discriminación
por razones de color y por razones de sexo.
Encima de eso, o como base de todo eso estaba una sociedad clasista, una
sociedad de explotación.
La discriminación
por razones de raza o de sexo no podía desaparecer de ninguna manera dentro de
una sociedad de clases, dentro de una sociedad de explotadores y explotados;
los problemas de la discriminación por razones de raza y de sexo han
desaparecido en nuestro país, porque desapareció la base de esas dos
discriminaciones que es, sencillamente, la explotación del hombre por el hombre
(APLAUSOS).
De Estados
Unidos, por ejemplo, llegan noticias de la lucha de la población negra en
Estados Unidos por la igualdad de los derechos.
Sin embargo, en Estados Unidos no podrá desaparecer la discriminación
racial hasta que no desaparezca la sociedad capitalista.
Es decir que
la discriminación por razones de color, por razones de sexo, no podrá
desaparecer jamás dentro de la sociedad capitalista, la discriminación por
razones de color y de sexo solo puede desaparecer con una revolución socialista
que haga desaparecer la explotación del hombre por el hombre (APLAUSOS).
Ahora bien,
¿la desaparición de la explotación del hombre por el hombre significa que se
hayan creado todas las condiciones inmediatamente para que la mujer ocupe un
lugar superior dentro de la sociedad?
No. No significa que se han
creado todas las condiciones, porque las condiciones para la liberación de la
mujer, las condiciones para el desarrollo pleno de la mujer dentro de una
sociedad, las condiciones para una igualdad de derechos realmente, o para una
igualdad real de la mujer y el hombre en una sociedad, necesita una base
material, necesita tener como base el desarrollo económico y el desarrollo
social del país.
Anteriormente
les decía la opinión que tenían muchos hombres acerca de las funciones de las
mujeres, y decía que entre una de esas funciones que consideraban las funciones
de la mujer —casi exclusivamente— era la de tener hijos. Desde luego que la función de la procreación
es una de las más importantes funciones que en una sociedad humana tiene la
mujer. Es decir, es una de las
principales y esenciales funciones de la mujer en cualquier sociedad.
Ahora,
precisamente esa función dictada por la naturaleza a la mujer, la obliga
extraordinariamente, la esclaviza extraordinariamente con una serie de tareas
en el hogar.
Aquí, por
ejemplo, tenemos un letrero que dice:
“Un millón de mujeres a la producción en 1970.” Desgraciadamente, en 1970 no podremos tener
un millón de mujeres en la producción.
Nosotros pensamos que esa es una meta que se alcanzará no en cinco años
ni en cuatro años, una meta que podremos proponer alcanzarla en diez años, es
decir, puede ser una meta para 1975.
¿Por qué? Porque para que pueda
trabajar en la producción un millón de mujeres se necesitan miles de círculos
infantiles, se necesitan miles de escuelas primarias, de internados, se
necesitan miles de comedores escolares, se necesitan miles de comedores
obreros, se necesitan miles de centros de servicio social, porque si no, ¿quién
cocina en la casa para el niño que está, por ejemplo, en segundo grado o en
tercer grado cuando llega al mediodía?
¿Quién atiende los niños lactantes, o un niño de dos, de tres o de
cuatro años? ¿Quién cocina en la casa
para el hombre cuando viene del trabajo?
¿Quién lava, quién limpia, quién realiza todas esas actividades? (APLAUSOS.)
Es decir que
para cumplir el propósito social de que la mujer quede liberada de todas esas
actividades que la esclavizan, que le impiden incorporarse plenamente al
trabajo, a todas las actividades que puede desempeñar dentro de la sociedad, es
necesario crear esa base material; es necesario llevar a cabo ese desarrollo
social. Y, desde luego, es imposible que
en cuatro años podamos tener miles de círculos infantiles, de comedores
escolares, de lavanderías, de comedores obreros, de internados; incluso para llevar
a cabo los actuales planes es necesario hacer un gran esfuerzo en todos los
órdenes.
En los
distintos planes donde se están incorporando masivamente las mujeres ha sido
necesario hacer un esfuerzo especial para establecer círculos, adaptar locales,
escuelas de internados, en fin, toda esa serie de instituciones, para permitir
que las mujeres se incorporen al trabajo.
En Sancti
Spíritus, por ejemplo, ha sido necesario abrir varios círculos infantiles; ha
sido necesario conceder una serie de becas a los niños que ya están en edad de
primaria, hijos de compañeras trabajadoras que están incorporadas a ese
plan. En Santiago de Cuba fue necesario
hacer una cosa igual. Y en una serie de
lugares de Cuba en el próximo año habrá que realizar un esfuerzo también grande
para que se puedan ir incorporando el próximo año un gran número de mujeres a
la producción.
Para hacer
círculos, para hacer escuelas, se necesita personal calificado; se necesitan
materiales, se necesitan equipos de todo tipo.
Las compañeras que están en los círculos infantiles, que están
responsabilizadas con la organización de los círculos infantiles, nos explican
las dificultades que tienen, las limitaciones.
Nos explican, por ejemplo, cómo muchas compañeras que son maestras,
muchas compañeras que son enfermeras, muchas compañeras que trabajan no solo en
la agricultura sino en otra serie de servicios muy importantes, constantemente
les están pidiendo, les están demandando la solución de los círculos
infantiles; y cómo ellas se ven en la imposibilidad de poder atender a todas esas
necesidades. ¿Por qué? Porque están todos estos planes agrícolas,
porque es enorme la demanda de círculos infantiles en este momento.
Y dicen que en
algunas provincias, por ejemplo, han encontrado más facilidades para
resolver. Explican, por ejemplo, la
provincia de Las Villas, cómo con la ayuda del Partido se están resolviendo en
la medida de lo posible esos problemas.
Ahora, en Camagüey resulta más difícil.
¿Por qué? Porque en Camagüey hay
un gran desarrollo económico, se están construyendo los centros de acopio, se
están construyendo las obras de Nuevitas, se están construyendo miles de casas,
se están construyendo miles de kilómetros de caminos; el Ministerio de la
Construcción en la provincia de Camagüey está al tope de sus posibilidades, está
al tope de sus fuerzas, y cuando hay que arreglar una casa para círculo
infantil pues resulta que no puede construir ni un metro cúbico más el
Ministerio de la Construcción en esa provincia, por la gran cantidad de tareas
que tiene. Allí tienen un problema
especial.
Una cosa
parecida ocurre en La Habana. Se
necesitan también muchos círculos; y allí también aparentemente el Ministerio
de la Construcción está al tope de sus posibilidades.
En esta etapa,
en esta etapa en que no sobra el cemento, ni sobran las máquinas, ni sobran los
equipos de construcción, el problema solo lo podemos resolver haciendo un gran
esfuerzo en todos los niveles; a veces a nivel regional, a nivel provincial, a
nivel nacional, utilizando los recursos que tengamos en nuestras manos.
No podemos
aspirar a que los círculos sean perfectos, a que las construcciones sean
perfectas; no podemos aspirar ahora a que sean perfectos los servicios, deben
ser lo mejor posible, pero no pueden ser perfectos.
En muchos
sitios del país tenemos sobre la marcha que ir resolviendo esos problemas. Porque, además, cuando se dice de emplear un
millón de mujeres, tampoco se puede emplear un millón de mujeres de la noche a
la mañana; es decir, que hay que desarrollar una serie de planes económicos, una
serie de planes agrícolas.
Sería
interesante conocer el dato estadístico de cuántas mujeres se han incorporado
al trabajo, lo mismo en la producción de bienes materiales que en los
servicios, desde el triunfo de la Revolución.
Cuántas mujeres como maestras, cuántas mujeres como enfermeras, como
auxiliares de enfermería, como técnicos, en la industria, en la
agricultura. Porque si se hace un
estudio estadístico la cifra de mujeres que se han incorporado al trabajo desde
el triunfo de la Revolución debe estar aproximadamente en no menos de 150 000
mujeres, ¡en no menos de ciento cincuenta mil mujeres! (APLAUSOS.)
Desde luego,
esta es una cifra sin una base exacta, sin datos estadísticos exactos: pero nos parece que nosotros debiéramos hacer
un estudio para conocer cuántas mujeres se han incorporado en trabajos nuevos,
en trabajos que la Revolución ha creado.
El próximo año
la incorporación de la mujer a los trabajos se aumentará
considerablemente. ¿Por qué? Por toda una serie de planes, sobre todo de
carácter agrícola. En el plan de Banao
se incorporarán varios miles de mujeres —cuando el plan de Banao esté en plena
actividad se calcula aproximadamente 6 000 ó 7 000 mujeres trabajando en ese
plan—; en los Pinares de Mayarí ya este año se calcula que trabajarán unas 8
000 mujeres en el próximo año —es decir, el año que comienza, en la próxima
primavera, se incorporarán unas 8 000 mujeres—; en los viveros de café, para
los planes de siembra de café de 1967 y 1968, en los viveros de café se incorporarán
no menos de 30 000 mujeres; en los viveros forestales se incorporarán también
miles de mujeres; en los planes hortícolas en casi todas las ciudades del país
se están incorporando también miles de mujeres.
Es decir que en las tareas productivas el próximo año el número de
mujeres que se incorporen al trabajo productivo pasará de 50 000; eso
requerirá, paralelamente, un enorme esfuerzo para resolver las cosas
relacionadas con comedores, escuelas, círculos infantiles.
Ahora, les voy
a decir una cosa: sin la incorporación
de la mujer al trabajo productivo el plan de Banao no habría podido llevarse a
cabo; los planes de producción de vegetales de microclima en Oriente no habrían
podido llevarse a cabo. Sin la incorporación
de la mujer al trabajo productivo los planes de producción cafetalera no
habrían podido ni concebirse. Muchos de
los planes que ya hoy la Revolución proyecta y comienza a realizar, no se
habrían podido concebir hasta que no se pudo ver con claridad, hasta que no se
descubrió realmente todo el potencial de recursos humanos que nuestra sociedad
tenía en la mujer.
Esos planes,
que contribuirán extraordinariamente al desarrollo económico de nuestro país,
al incremento del bienestar de nuestro pueblo, no se habrían podido concebir
sin la incorporación de la mujer masivamente al trabajo.
Ustedes saben
cuántos hombres, por ejemplo, cuántos compañeros jóvenes tiene que emplear
nuestro país en la defensa de la Revolución:
ustedes saben qué masas de hombres forman parte de las filas de las fuerzas
armadas: cómo eso implica la inversión
de un recurso valioso, inversión de cuantiosas energías en la defensa de
nuestro país. ¿Qué vamos a hacer también
con las fuerzas armadas? Hemos estado
viendo, considerando, analizando la posibilidad de que los hombres de las
fuerzas armadas brinden a la economía el máximo de ayuda.
De esa forma,
a raíz del ciclón —del último ciclón en Oriente—, por las zonas cafetaleras de
Oriente, cerca de 30 000 soldados y milicianos de las fuerzas armadas marcharon
a las montañas durante cerca de seis semanas para limpiar y fertilizar,
rehabilitar, miles de caballerías de café.
Actualmente, en esta misma provincia de Las Villas, los equipos de
construcción de las fuerzas armadas están contribuyendo a resolver el problema
de los caminos de la zafra, que este año era un problema crítico motivado por
el año lluvioso, porque se deterioraron con las lluvias casi todos los caminos
rurales; no alcanzaban los hombres, no alcanzaban los equipos del MICONS, y las
fuerzas armadas se responsabilizaron en la provincia de Las Villas con la
construcción de los caminos de zafra.
El próximo año
con pilotos de las fuerzas aéreas se fertilizarán, con urea foliar, 70 000
caballerías de caña. ¿Qué significa
esto? Que la Revolución, que ha ganado
en organización, que ha ganado en experiencia, que ha ganado en militancia,
está cada año en mejores condiciones de poder emplear todos sus recursos
materiales y todos sus recursos humanos en el avance y en el desarrollo de la
economía del país.
Quiere decir
que la Revolución no solo se esfuerza en crear las condiciones sociales y las
condiciones materiales para incorporar cientos de miles de mujeres a la
producción, sino que también se esfuerza por incorporar todos los demás
recursos humanos; se esfuerza por racionalizar el trabajo, se esfuerza luchando
contra el burocratismo, en disminuir las actividades que no son creadoras de
bienes materiales; se esfuerza por emplear a los hombres jóvenes de sus fuerzas
armadas en la batalla de la agricultura, en la batalla por el desarrollo
económico del país.
Es decir que
en todos los frentes la Revolución avanza, la Revolución está movilizando sus
recursos humanos en todos los órdenes, en todos los sentidos. Y gracias a ese esfuerzo será posible el
éxito de la Revolución en el campo de la economía, será posible la victoria en
el campo de la economía, será posible la victoria en el campo de la
agricultura.
Cuando
comiencen las lluvias en la próxima primavera, 150 000 jóvenes estudiantes se
incorporarán durante seis semanas a las tareas agrícolas. El próximo año será un año en que ya las
cifras de superficie que se van a cultivar, las cifras de fertilizantes van a
alcanzar niveles nunca antes logrados en nuestro país; en la siembra de caña se
sembrarán en el próximo año entre 15 000 y 20 000 caballerías de caña, se
sembrarán en el próximo año cerca de 20 000 caballerías de pastos, se sembrarán
en el próximo año cerca de 150 millones de matas de café, y por el estilo. Un incremento considerable, no solo en la
superficie de siembra sino en las técnicas de siembra, en el empleo de los
fertilizantes, tendrá lugar ya en el próximo año.
Han comenzado
a llegar a nuestro país los primeros buldóceres de los 900 que recientemente se
adquirieron por nuestro país en Francia.
Ya algunos de esos buldóceres están en marcha para abrir caminos en la
Sierra Maestra, en el Segundo Frente, en el Escambray, en las montañas de Pinar
del Río —porque las primeras brigadas constructoras de caminos van a comenzar a
trabajar en las montañas—; ya en este mismo período de sequía, que es cuando se
hace el desmonte y cuando se preparan las tierras para la primavera, se
incorporarán unos 150 buldóceres a las tareas agrícolas desmontando tierra y
creando las condiciones para la agricultura.
En el próximo
año llegarán a nuestro país, solo en el próximo año, cerca de 700 buldóceres,
¡cerca de setecientos buldóceres! Las
compañeras que aquí han trabajado en los distintos planes agrícolas saben lo
que eso significa, porque las compañeras que están en el plan de Banao saben
que todo aquello era manigua, saben que todas aquellas extensiones donde ahora
se están sembrando las uvas, las fresas, los espárragos y las cebollas, eran
tierras cubiertas de maleza, cubiertas de marabú (APLAUSOS), donde hoy cualquier
visitante se impresiona de ver la magnífica preparación de tierras, el riego,
la técnica, el uso de los fertilizantes que nos permitirán rendimientos
extraordinarios. Baste decir que el año
pasado se sembró allí una hectárea de fresas y esta vez se sembrarán unas 270
hectáreas; la hectárea de fresa que se sembró el año pasado en Banao rindió más
de 30 000 libras de cosecha, ¡más de treinta mil libras!
Con esas 30
000 libras y con la producción de otra plantación en la provincia de Oriente ha
habido fresas para todos los helados de la industria láctea, ha habido fresas
para satisfacer una serie de necesidades.
Calculen que
este año en Banao se sembrarán doscientas setenta veces más fresas que el año
pasado. En Banao, por ejemplo, por
primera vez en la historia de Cuba se están cultivando espárragos. Hay ya cerca de 20 caballerías de espárragos
sembradas en Banao; es decir que por primera vez en Cuba el año que viene
tendremos sopa de espárragos, ensalada fresca de espárragos, y espárragos en
lata producidos en Cuba (APLAUSOS). En
Banao este año se han sembrado de uvas 10 caballerías. También por primera vez se cultiva en nuestro
país la uva en escala comercial (APLAUSOS).
Ahora,
¿cuántas caballerías llegará a tener el plan de Banao? Llegará a tener 600 caballerías, de las
cuales se dedicarán todos los años 200 a cebollas. Es decir que en Banao se producirá
prácticamente las dos terceras partes de las necesidades de cebollas del país.
¿Qué
producción se espera alcanzar en Banao?
Se espera alcanzar nunca menos de 5 000 quintales de cebollas por
caballería. ¿Cuántas toneladas de
fertilizantes se están aplicando en Banao?
Treinta toneladas de fertilizantes por caballería en la producción de
cebollas. Es decir que allí se está
llevando a cabo un plan no solo en extensión sino en intensidad en la
técnica.
Es decir que
Banao llegará a tener 200 caballerías de cebollas, 60 caballerías de uvas, 20
caballerías de espárragos, 20 caballerías de fresas. Naturalmente que como habrá que hacer rotaciones
de cultivo para cultivar todos los años 200 caballerías para cebolla, se
necesitarán 300 de superficie. Pero la
producción de cebolla se rotará con la producción de una leguminosa para la
alimentación del ganado. Es decir que en
la rotación con la cebolla se producirá alimento para la producción de leche y
para la producción de carne.
La producción
total de esa granja de Banao significará aproximadamente en bienes para el
pueblo, esperamos que alcance una cifra entre 20 y 30 millones de pesos todos los
años en productos para el pueblo.
¿Con qué se
hace eso? ¿Por qué es posible eso? ¿Cómo es posible eso? Sencillamente gracias al trabajo. ¿Gracias al trabajo de quiénes? Gracias, en primer término, al trabajo de las
mujeres que están participando en ese plan (APLAUSOS). Gracias, igualmente, al magnífico trabajo del
Partido en la provincia de Las Villas, al interés que el Partido se ha tomado
por este plan y por impulsarlo (APLAUSOS); gracias al trabajo de las compañeras
de la Federación de Mujeres en esta provincia, que con toda justicia han
resultado en el primer lugar de la emulación nacional (APLAUSOS). Y hay que decirlo también: gracias al magnífico trabajo de un técnico,
de un buen técnico, de un verdadero técnico, que es el compañero René Acosta
que ha dirigido técnicamente ese plan (APLAUSOS).
Y René Acosta
no es un ingeniero agrónomo, René Acosta no pudo estudiar en la universidad; se
hizo maestro agrícola, pero siguió estudiando, porque reúne las condiciones de
ser un técnico entusiasta y un técnico estudioso. Ese compañero está encargado de la siembra de
fresas nacionalmente, de la siembra de uvas nacionalmente y, además, del plan
de Banao en el aspecto técnico.
¿Por qué ha
sido posible sembrar uvas? ¿Por qué ha
sido posible sembrar fresas? ¿Por qué ha
sido posible sembrar espárragos?
Sencillamente porque había un técnico no solo capaz, no solo estudioso,
sino además decidido, dinámico, audaz.
Porque hay ciertos técnicos que si ustedes les hablan de sembrar una
caballería de algo, dicen: primero vamos
a sembrar una mata el primer año, el segundo año vamos a sembrar 10 matas, el
tercero vamos a sembrar 100, el cuarto 500, el quinto año media hectárea. Y en definitiva con esa idea, con ese
criterio, con ese espíritu podrían comer espárragos los hijos de los bisnietos
de la actual generación (APLAUSOS).
La Revolución
tiene que ser necesariamente audaz, ¡audaz!
No puede seguir esos trámites largos, interminables. Claro que es más cómodo y más seguro sembrar
una mata este año, dos el año que viene y tres al cuarto año o al quinto año;
es más seguro. Es más seguro para no
fracasar, y es lo más seguro para fracasar.
Porque el
fracaso no consiste en que tengamos un revés sembrando cinco caballerías, o
sembrando 10 caballerías; el fracaso consiste en que sembremos una mata en vez
de las 10 caballerías. Porque si usted
siembra una mata y esa mata no produce, usted no tiene producto; pero si
siembra una mata y la mata produce tampoco tiene producto. Si se siembran 10 caballerías y las 10
caballerías se pierden, no tenemos nada; pero si las 10 caballerías producen
tenemos 10 caballerías de productos.
Lógicamente
esto no quiere decir que ninguno de esos planes se haya hecho sin investigación
previa. No. Primero se comprobó que la fresa se daba,
primero se comprobó que la uva se daba, primero se comprobó que la cebolla se
daba perfectamente bien allí, todo eso se comprobó previamente. Se comprobó que el espárrago podía cosecharse
allí, es decir, se hizo una comprobación, se hicieron pruebas experimentales;
el año anterior se habían venido haciendo pruebas. Pero desde el momento en que llegamos a la
convicción de que aquello se podía sembrar allí, de que mediante una técnica
correcta podían obtenerse grandes cosechas, entonces se hicieron planes para
resolver problemas.
Les voy a
contar una anécdota: un día en una
provincia, conversando con un administrador de una agrupación le estaba
preguntando cuáles eran los planes.
“Tenemos tantas caballerías de esto, tantas caballerías de lo otro.” Le pregunté por algunos productos, le
pregunté, por ejemplo, de plátano o de frutabomba —no me acuerdo cuál producto
era—, y me dice: “¡Ah!, sí, tenemos una
caballería”, y yo le respondí a ese compañero, le digo: “Mira, siembra una caballería aquí únicamente
cuando sea, por ejemplo, perejil.” En
realidad, yo dije otra palabra, la palabra perejil es un sustituto. Le digo:
“Pero cómo demonios en este país una agrupación va a sembrar una
caballería de algo, chico. Usted hábleme
de 10, de 20, de 40, de 50 caballerías, pero cómo me va a venir a hablar de un
minifundio estatal. Con minifundio, con
caballeriítas de esto y de lo otro no se resuelve ningún problema de
abastecimientos.
Y
sencillamente, la política que se está aplicando en estos momentos en el país
es de siembra en cantidad y en calidad.
En esta misma provincia ustedes conocen el plan de Juraguá, que es un
plan donde están los jóvenes que el Partido ha estado movilizando para trabajar
en la agricultura. Ese plan tendrá 250
caballerías de plátanos, 150 de plátanos vianda y 100 de plátanos fruta. ¿Cuándo se sembrarán esas 250
caballerías? El año que viene. Este año estaba la tierra preparada, no
alcanzó, no alcanzaron todas las semillas de plátanos que hay en el país para
sembrar todo el plátano que este año se quería sembrar. Y se han estado haciendo viveros de
plátanos.
Es decir que
la política que se está siguiendo es una política de desarrollo agrícola, en
cantidad y en calidad suficiente para resolver todos los problemas de abastecimientos,
es decir, para resolver los abastecimientos a los actuales niveles de consumo
de nuestra población. Antes podía sobrar
cualquiera de estas cosas; la gente no tenía trabajo, no tenía recursos; con
cualquier cosa alcanzaba. Pero, señores,
cuando hay toda una población que consume, cuando no anda por la calle un solo
pordiosero, cuando no anda por la calle un solo niño descalzo y abandonado, un
solo niño callejero; cuando no hay en este país una sola persona abandonada,
cuando no hay en este país una sola persona que no tenga con qué comprar algo,
lógicamente la producción y los planes de producción tienen que ser grandes
planes.
Es con ese
criterio, con esa concepción, con que estamos trabajando. Les hemos hablado del plan de Banao, porque es
el plan que más se conoce en esta provincia; pero planes similares se están
llevando a cabo en todas las provincias; planes similares se están llevando a
cabo en toda la isla, de un extremo a otro de la isla. Y no tenemos la menor duda, no tenemos la menor
duda del éxito de esos planes; no tenemos la menor duda de que para los últimos
días de febrero estaremos cosechando en Banao las primeras cebollas.
Bien, pero
esas cebollas no van a alcanzar para satisfacer toda la demanda. ¿Qué hacemos con ellas? Nosotros creemos que esas primeras cebollas
que se cosechen en Banao, esas 20 caballerías de cebollas de Banao, debemos
mandarlas, en primer lugar, para las zonas azucareras, para las zonas donde 200
000 trabajadores están cortando la caña de la zafra (APLAUSOS). Es decir que debemos desviar parte de esos
artículos, o por ejemplo, en el caso de las cebollas, todas esas cebollas para
aquellos sectores donde se está realizando la más importante tarea del país en
esta época, que es la zafra azucarera.
Naturalmente
que, en la medida en que avance el plan se dispondrá de más cantidad de todos
estos productos y podremos llegar a abastecer todo el país. Nuestra aspiración es satisfacer al nivel más
alto posible todas las demandas, es decir, todas las necesidades de nuestro
país en todos esos artículos. Ahora
bien, para ello es necesario continuar esforzándonos, continuar impulsando
todos estos planes, continuar impulsando este programa.
La provincia
de Las Villas se ha ganado justamente su lugar como vanguardia en este tipo de
actividades. Nos parece que fue... (APLAUSOS).
Ahora dicen que este primer lugar está compartido con la provincia de Oriente. A mí me habían dicho que era la provincia de
Las Villas la que se había llevado el primer lugar sin compartirlo con nadie;
pero parece ser que en las puntuaciones esas los de Oriente han sacado algunos
puntos también. Hay que decir con
justicia que en Oriente —y no vayan ustedes a pensar que esto es regionalismo
ni mucho menos—, en Oriente han hecho un gran esfuerzo también; en Oriente
miles de mujeres se han incorporado también al trabajo productivo en la
agricultura (APLAUSOS).
Pero esta
iniciativa de lanzar las cuatro consignas —en la producción, en el
embellecimiento de los pueblos, en la educación, en la cotización, es decir, en
la militancia de las mujeres en la Federación— ha permitido esta concentración
de 15 000 mujeres que han cumplido estas cuatro tareas (APLAUSOS).
Me acuerdo que
el año pasado Milián nos hablaba en la zafra de cómo iba a organizar brigadas
de mujeres para recoger el cogollo para alimento del ganado, y ya desde
entonces nos hablaba de la idea de tener este acto.
Bien, si el
año pasado fue necesario movilizarse para recoger el cogollo en Las Villas,
este año habrá que hacer un esfuerzo similar en todo el país. ¿Por qué?
Porque si se van a sembrar 20 000 caballerías de pasto —como les
explicaba—, muchas de esas caballerías son actualmente pasto natural o parte
maleza, parte pasto. Y para poder
sembrar en una primavera una superficie tan grande de tierra con pastos
artificiales es necesario alimentar el ganado.
Si nosotros el próximo año sembramos esas 20 000 caballerías, tendremos
una situación más cómoda que en los años venideros.
¿Por qué? Porque la masa de ganado ha crecido
considerablemente. Ante ese crecimiento
de la masa ganadera tiene que crecer la cantidad de pastos que se siembre. Y cuando se va a sembrar una cantidad tan
grande se produce una contradicción entre la cantidad de ganado, el terreno que
necesita ese ganado aunque sea con pastos naturales malos, y el terreno que
durante meses hay que preparar en la roturación y en las siembras.
Por eso, esa
iniciativa que se tomó el año pasado en la provincia de Las Villas debe
imitarse nacionalmente, debe hacerse un esfuerzo nacional en el próximo año
para aprovechar la caña, es decir, aprovechar el cogollo en la alimentación del
ganado, de manera que en la primavera podamos empezar a sembrar las 20 000
caballerías de pasto; de forma tal que para el otoño la mayor parte de esas
caballerías puedan emplearse ya en la alimentación del ganado. De esas 20 000 caballerías, 5 000 ó 6 000
serán de leguminosas; es decir, que ya también es un trabajo no solo en
extensión sino también en calidad.
Por eso,
esperamos que las demás provincias, las que no pudieron aparecer en el primer
lugar este año, hagan un esfuerzo, traten de recoger la experiencia de las
provincias de Las Villas, de Oriente y de algunas otras provincias, y traten de
aplicarlas para lograr el máximo de movilización, de manera que en la próxima
primavera —en la próxima primavera— las mujeres, los soldados, los estudiantes,
todo un enjambre humano con todos los recursos con que cuenta el país se
vuelque hacia la producción agrícola, se vuelque hacia las siembras a lo largo
y a lo ancho del país.
Este próximo
año vamos a tener una buena zafra, este próximo año vamos a tener una zafra que
ya prácticamente comenzó. Como ustedes
saben, hay ya 48 centrales azucareros moliendo (APLAUSOS), cerca de 100
millones de arrobas de caña cortadas.
Esto tiene una significación muy grande:
el haber podido comenzar la zafra en diciembre. Porque para el plan azucarero será necesario
que los centrales muelan de cinco a seis meses; para poder cumplir la meta
azucarera no solo hace falta ampliar los centrales, que se están ampliando,
será necesario ampliar también la duración de las zafras. Y ya este año, por primera vez en la historia
de nuestro país, se ha podido echar a andar nada menos que cerca de medio
centenar de centrales azucareros, cerca de 100 millones de arrobas de caña en
los primeros 10 días del mes de diciembre.
Lograr eso es un buen augurio, es un magnífico augurio: significa que por ese camino podremos cumplir
nuestras metas azucareras para 1970; significa que a pesar de que esa es una
meta grande, ardua, podremos cumplir esa meta.
Para el año
próximo pensamos aplicar solamente a la caña cerca de 400 000 toneladas de
fertilizantes. Este año, desde el mes de
septiembre hasta el próximo mes de junio, al café le aplicaremos 105 000
toneladas de fertilizante. Para tener
una idea de lo que son 105 000 toneladas de fertilizante, baste decir que antes
de la Revolución la cifra de fertilizantes que se aplicaba en el país a toda la
agricultura no estaría muy por encima de 100 000 toneladas; y, sin embargo,
solo al café —solo al café— en este período, desde el pasado mes de septiembre
hasta el próximo mes de junio, se aplicará 105 000 toneladas de fertilizante al
café.
Los cafetales
aquí producían 30 quintales por caballería, 40 quintales, 50; en algunas
ocasiones un cafetal nuevo producía 100 ó un poco más, quintales por
caballería. Nosotros tenemos que
proponernos elevar a no menos de 200 quintales por caballería la producción de café;
es decir que tenemos prácticamente que triplicar o cuadruplicar la producción
por caballería que había en el capitalismo.
Es decir que
en solo dos cultivos, café y caña, se aplicará medio millón de toneladas de
fertilizantes. A esto hay que añadir los
fertilizantes que se aplicarán a las viandas en general, a los frutales, en
general a todos los cultivos. Es decir
que nuestro país entra en una etapa de empleo de la fertilización, de las
máquinas y de la técnica en gran escala.
Si, por
ejemplo, a esas caballerías de cebolla de Banao, que van a producir 5 000
quintales, no se les aplicara fertilizantes, el primer año podrían producir 2
000 ó 3 000 quintales, el segundo año podrían producir 1 000 quintales. En nuestro país con el empleo de la fertilización
se puede prácticamente triplicar la producción agrícola; porque la técnica,
excepto en unos pocos cultivos —como en el cultivo de la papa, como en el
cultivo de algunas áreas tabacaleras—, no se aplicaba. Solo en muy contados lugares el capitalismo
le aplicó fertilizantes a la caña de azúcar; prácticamente nunca se aplicó
fertilizantes al café. La mayor parte de
nuestra agricultura carecía de fertilización.
Pero,
lógicamente, en el capitalismo si una caballería producía 50 quintales
alcanzaba el café, incluso sobraba el café.
Pero en las condiciones de nuestro país actualmente, si una caballería
produjera 100 no alcanzaría el café.
Pero nosotros haremos que alcance para el consumo máximo del café,
porque calculamos que nuestro país llegue a consumir un millón y medio de
quintales de café. El consumo de café
era, antes del triunfo de la Revolución, unos 600 000 y pico de quintales,
alrededor de 700 000. Calculamos que se
llegue a consumir, cuando esté el café por la libre aquí, un millón y medio de
quintales de café.
Azúcar se consumía
en nuestro país, internamente, unas 150 000 toneladas de azúcar. Actualmente se consume cerca de medio millón
de toneladas de azúcar.
Y así por el
estilo todos los renglones.
Es por eso que
todos tenemos que trabajar, es por eso que toda la sociedad tiene que
incorporarse al trabajo. Pero no
simplemente incorporarse al trabajo como un esfuerzo físico, sino incorporarse
al trabajo con la técnica, con las máquinas, con todos los medios que el hombre
puede emplear para incrementar la producción, para acrecentar las riquezas,
para satisfacer sus necesidades.
En nuestro
país no solo se incorporará toda la sociedad al trabajo productivo, sino que se
incorporará, además, auxiliada por la técnica y auxiliada por las
máquinas.
Los enemigos
de la Revolución, los imperialistas, los burgueses, creyeron que el pueblo
cubano no saldría adelante, que sin los terratenientes, que sin los técnicos
del capitalismo, que con el bloqueo imperialista, nuestro país fracasaría. Pero no será ni mucho menos como ellos pensaron. No solo no ocurrirá como ellos creyeron, sino
que nuestro país tendrá extraordinarios éxitos, nuestro país alcanzará niveles
de producción que habrán de llamar la atención en el mundo entero.
En la
ganadería, por ejemplo, ya en estos momentos hay 1 200 000 vacas en el plan de
inseminación artificial. Hay que decir
que nuestro país en materia de inseminación artificial en la ganadería en este
momento está entre los primeros países del mundo (APLAUSOS).
Para fines del
año que viene alcanzaremos cerca de 2 millones de vacas en inseminación. Y ya, posiblemente, con ese porcentaje,
nuestro país ocupará el primer lugar del mundo en esa técnica (APLAUSOS).
Y mucha gente
se preguntará: “¿Qué significa en
concreto, qué significa en la práctica aplicar la inseminación?” Significa que
una vaca cebú —creo que el que más y el que menos conoce aquí o habrá visto
alguna vez en su vida una vaca cebú— que produce un litro y medio de leche, la
hija de esa vaca, como consecuencia de la genética y de la inseminación puede
llegar a producir ocho o diez litros de leche, la hija. ¿Qué significan estos planes?
Claro está que
esto no ocurre de un año para otro.
¿Podríamos tener en el año 1960 un millón de vacas en inseminación? No.
No, porque cuando la Revolución triunfa había creo que uno o dos
técnicos en inseminación en todo el país.
¿Cuántos técnicos en inseminación hay ahora ya? Dos mil (APLAUSOS). ¿Por qué hemos podido llegar y sobrepasar el
millón de vacas, por qué hemos podido llegar y sobrepasar el millón? Porque, resultado de estos años de atrás, ya
tenemos 2 000 técnicos en inseminación.
Y no solo hay 2 000 técnicos, sino que se ha quintuplicado la
productividad de los técnicos en inseminación desde el momento en que se han
organizado los pastoreos, desde el momento en que se les ha dado una
motocicleta con sidecar para realizar su trabajo. Es decir, hemos motorizado a los
inseminadores; ustedes se los encontrarán por las carreteras constantemente
yendo y viniendo.
¿Qué
significa? Que han tenido que pasar
varios años para poder tener 2 000 técnicos, para poder llegar al millón de
vacas. ¿Ese millón de vacas qué
significa? Que para el año 1970... Esas vacas paren en 1967, crecen durante el
año 1968 las hijas, se cargan en el año 1969, y en el año 1970 tendremos
cientos de miles de hijas de ese millón de vacas en plena producción lechera
ya.
Pero, ¿qué
significa? Que si en el año 1970 son
cerca de 400 000 o aproximadamente 400 000, en el año 1971 serán cerca de un
millón más, ¡cerca de un millón más!
Hemos tenido
que esperar, hemos tenido que trabajar estos años. Pero no está lejos el tiempo en que empecemos
a cosechar los frutos de ese esfuerzo.
Ya empezamos a
cosechar en parte los frutos de ese trabajo, cuando podemos contar con 2 000 técnicos
de algo, 2 000 técnicos en algo. En el
año 1970 tendremos 5 000 inseminadores.
¿Quieren saber cuántos tendremos en el 1975? Doce mil inseminadores, ¡doce mil
inseminadores!
Ustedes
preguntarán: “¿Para qué tantos
inseminadores?” Esperamos tener aproximadamente 8 millones de vacas y novillas
para esa fecha. Y, además, porque ya las
experiencias nos enseñan que algunos países subdesarrollados pueden necesitar
ayuda técnica o nos piden ayuda técnica.
¿Cuáles son
las razones de llegar a 12 000? Tal vez
alcanzarían con 9 000, con 10 000. Pero
hay dos razones por las cuales nosotros procuramos formar un número mayor del
que necesitamos. Esas dos razones son
las siguientes. Una: países que en el futuro puedan necesitar
ayuda técnica y nos la soliciten.
Segundo: si tenemos 2 000 ó 3 000
técnicos más de los que necesitamos, quiere decir que podemos tener 2 000 ó 3 000 técnicos estudiando y
superándose; porque si necesitamos 9 000 y tenemos 10 000, significa que
durante un año entero podemos sacar a esos técnicos y tenerlos un año
estudiando y superándose constantemente.
El próximo día
18 graduaremos los primeros cientos de técnicos de los institutos
tecnológicos. ¿Saben cuántos hay
estudiando en esos institutos tecnológicos ahora? Dieciséis mil quinientos. ¿Saben cuántos habrá en el mes de enero
próximo? Veinticinco mil. ¿Saben cuántos tendremos graduados, técnicos
agropecuarios, para 1970? Doce mil. Para 1975:
cuarenta mil (APLAUSOS).
Para
comprender lo que será nuestro país cuando esas decenas de miles de técnicos de
todo tipo... Porque estudian para la
flota pesquera miles de jóvenes, para la flota mercante miles de jóvenes;
estudian para maestras más de 20 000 jóvenes.
En la universidad de La Habana, en la universidad
de Las Villas, en la universidad
de Oriente, hay cerca de 30 000 estudiantes universitarios.
¿Y qué
significa esto? Yo les explicaba a
algunos compañeros que, para tener una idea de lo que puede llegar a ser una
sociedad con cientos de miles de técnicos, basta ver lo que Acosta ha hecho en
Banao; o basta ver lo que Eliseo, un ingeniero agrónomo especialista en caña,
ha hecho en Camagüey; basta ver lo que puede hacer un técnico, un técnico
entusiasta, un técnico bueno, un técnico capaz, un técnico revolucionario;
basta ver lo que pueden hacer uno o dos o tres para saber lo que puede llegar a
hacer y a ser una sociedad que pueda contar los técnicos entre cientos de
miles.
Los
imperialistas, para tratar de hundir la Revolución, hicieron el máximo por
llevarse de nuestro país los técnicos, hicieron campañas. Claro está que el
imperialismo yanki no solo trata de llevarse los técnicos de Cuba. En Cuba había bastante pocos técnicos y el
nivel técnico de Cuba en muchas ramas de la ciencia era muy pobre.
Los imperialistas
se llevan técnicos de Inglaterra, de toda Europa, todos los países
industrializados tienen el problema de que los yankis, ofreciéndoles sueldos
dos y tres veces mayores, se llevan los técnicos de Inglaterra, de muchos
países de Europa; saquean de técnicos a sus propios aliados. Muchos médicos, ingenieros, que se gradúan en
América Latina emigran para Estados Unidos, porque Estados Unidos trata de
saquear los técnicos a todo el mundo, saquea de técnicos a los propios países
aliados suyos, como les decía.
En Cuba no lo
hacen porque hubiese muchos técnicos, ni buenos técnicos. En Cuba lo hacían para reventarnos; es decir,
para hundir a la Revolución, para hundir al país. No les interesan. Porque yo les puedo asegurar que todos los
técnicos que se han llevado de este país, juntos, no valen lo que un buen
técnico revolucionario (APLAUSOS). Con
seguridad que los técnicos que el imperialismo se llevó, con esos técnicos no
van a llegar a la luna, ni van a descubrir nada, porque en su inmensa mayoría
eran unos incompetentes, unos vagabundos, unos parásitos, unos reaccionarios,
unos bergantes (APLAUSOS). No se puede
concebir un buen técnico que no empiece por ser un ser humano; y no se puede
concebir un ser humano que sea un egoísta, no se puede llamar ser humano a un
tipo egoísta; no se puede concebir un técnico sin sensibilidad humana. Y solo un técnico que sienta amor por los
demás, que sienta pasión por el trabajo, que viva estimulado por la idea de
servir a su pueblo, de servir a sus semejantes, puede llegar a ser un buen
técnico.
El
imperialismo trató de llevarse todos esos elementos. ¿Nos hizo un gran daño? Algún daño nos puede haber hecho. Pero, ¿qué es eso? ¿Qué significan los cuatro gatos que se
llevaron, qué significan las cuatro basuras que se llevaron, al lado de los
técnicos, de las decenas de miles de técnicos revolucionarios de Patria o
Muerte, que la Revolución está formando?
(APLAUSOS.)
Podemos
decirles con profunda satisfacción que, a pesar del saqueo malvado de los
imperialistas, a pesar de sus campañas, nuestro país en los próximos años podrá
contarse entre los países de mayor número de técnicos, entre los países que
cuenten con mayor número de técnicos entre los países subdesarrollados del
mundo, y al nivel de muchos de los países desarrollados.
Algunas ramas
de la técnica... Les explicaba el caso
de la inseminación artificial para el desarrollo de nuestra ganadería, ya
estamos entre los primeros lugares; para fines del año que viene, sin duda,
estaremos ya en el primer lugar en el mundo.
Esa es una técnica, mañana otra, luego otra.
El deporte
mismo, ustedes saben cómo se desarrolla en nuestro país, ustedes saben el lugar
que nuestro país está ocupando en el deporte.
Se acaba de celebrar una olimpiada de ajedrez, y todos los visitantes,
muchos de ellos acostumbrados a ver las calumnias, las mentiras, las
indecencias que los imperialistas escriben en el mundo sobre nuestra
Revolución, se quedaron asombrados, se quedaron maravillados de la atención, de
la organización, del interés del pueblo por el ajedrez, de la participación de
las masas en estas actividades, que en muchos países del mundo, sobre todo en
los países capitalistas, está reservada solo para una minoría
privilegiada.
Este mismo
estadio donde estamos reunidos aquí, capaz de albergar más de 10 000 personas,
ustedes saben que cuando empiece el campeonato no cabe un alma más, en este
estadio. Nosotros hemos calculado que,
en ocasiones, más del 10% de la población de la ciudad de Santa Clara ha venido
a este estadio; y no han venido todos los que podían venir.
Es decir que
la participación masiva del pueblo en las actividades culturales, en las
actividades educacionales, en las actividades deportivas, en las actividades
productivas; la participación del pueblo en la defensa del país, la
participación del pueblo en la construcción del porvenir del país, es un hecho
real, poderoso, irrebatible, que ha prevalecido por encima de la saña de
nuestros enemigos imperialistas, de sus bloqueos, de sus agresiones, de sus
intentos de aplastar a nuestro país.
¡Y cada día
que pasa, cada mes que pasa, cada año que pasa, se hace cada vez más claro que
no podrán destruir nuestra Revolución jamás, que cada día es más imposible
aplastar nuestra Revolución! (APLAUSOS),
¡que cada día es más poderosa, que cada día es más firme, que cada día es más
sólida!
¿Qué dirán de
esto? ¿Qué dirán de las decenas de miles
de mujeres que se incorporan a la producción, que se incorporan al trabajo, que
ingresan en la facultad de tecnología de la universidad, que ingresan en la
facultad de medicina, de humanidades?
¿Qué dirán de las miles y miles de mujeres que se han incorporado a la
asistencia médica? ¿Qué dirán de las decenas
de miles de mujeres que se han incorporado a la educación, que se han incorporado
a los servicios, a los círculos infantiles, a las escuelas? ¿Qué dirán de las mujeres que se han
incorporado a la producción? ¿Qué pueden
decir?
Porque, ¿qué
era lo que el capitalismo y el imperialismo deparaba a la mujer en nuestro
país? Trabajar en los peores
trabajos. ¿Qué le deparaba a las hijas
de los obreros y los campesinos? ¿Un
trabajo digno? No: el prostíbulo. ¡Pero el prostíbulo ha desaparecido ya como
actividad de la mujer en nuestra patria!
(APLAUSOS.)
Los peores
trabajos, los más humillantes, los más despreciables, la discriminación, la
subestimación, era todo lo que la mujer en nuestra patria podía esperar del
capitalismo y del imperialismo.
Hoy eso parece
ya una pesadilla del pasado. Ya ningún
trabajador, ningún padre de familia se ve en la necesidad de mandar su hija
allá a trabajar con los ricos o a trabajar en un bar, o a un prostíbulo. Porque ese pasado, esa pesadilla, ese odioso
destino que aquella sociedad deparaba a la mujer cubana ha desaparecido para
siempre.
Para saber lo
que la Revolución ha hecho por la mujer, para saber —a la vez— lo que la mujer hace por la
Revolución, hay que ir a Banao, hay que ir a San Andrés, hay que ir a los
Pinares de Mayarí, hay que ir a Maisí, hay que ir a La Caoba, hay que ir a Palenquito
(APLAUSOS). Hay que visitar los cientos
de centros avícolas en todo el país, las decenas de centros de cunicultura que
se están desarrollando en todo el país para la mujer, para ver a la mujer
realizando un trabajo decoroso, un trabajo digno, un trabajo liberador. Y entre todos estos lugares —porque es de los
que más me ha impresionado, porque es en aquel en que he visto en su más clara
expresión el espíritu y la vocación revolucionaria de la mujer— es precisamente
uno de los que mencionaba aquí: el de
Banao.
Los
escépticos, los que no creían o los que no creen, que vayan a Banao; los que
subestimen a la mujer, los que no sepan apreciarla en toda su capacidad, en
toda su posibilidad, que vayan a Banao (APLAUSOS), y que visiten otros muchos
lugares.
Porque no es
que la Revolución trate de resolver el problema del trabajo de la mujer
mediante el burocratismo, mediante el empleíto en la oficinita. Y al expresarme así una vez más digo que no
se entienda que creemos que el trabajo en una oficina sea un trabajo
deshonroso, que sea un trabajo que no sirva.
No. El imprescindible, el mínimo
de trabajo de oficina, es necesario; lo que no es imprescindible es el
burocratismo, lo que no es imprescindible es la acumulación de burócratas en
las oficinas (APLAUSOS).
Pero para los
que no entiendan lo que es el burocratismo, para los que no entiendan que el
burocratismo no hace feliz a nadie, que el burocratismo no hace feliz a ningún
trabajador, que el burocratismo no hace feliz a ninguna mujer, que vayan a una
oficina llena de empleadas y después que vayan a Banao; que prueben, que vean,
para que comparen qué distinto entusiasmo, qué distinta alegría, qué distinta
felicidad es esta felicidad que da el trabajo creador, el trabajo productivo,
el saberse útil, el saber que se sirve a sus hijos, a su esposo, a sus padres,
a su pueblo, a su patria, a su Revolución (APLAUSOS), luchando, creando cosas
útiles, contribuyendo al bienestar.
Que permanezca
en las oficinas el mínimo indispensable.
No cejemos en el empeño y en la ofensiva contra el burocratismo. El burocratismo es un mal que exigirá en
estos años una lucha permanente, porque si bajamos la guardia el burocratismo
toma la ofensiva.
Nosotros lo
hemos explicado con una frase, y es que las comisiones de lucha contra el
burocratismo se han burocratizado. Se
han burocratizado, que quiere decir: han
bajado la guardia, resuelven burocráticamente los problemas. Algunos organismos han metido nuevo personal
sin discutir con las comisiones, alguna gente, algunas oficinas, sin solicitar,
algunos han ampliado. Pero no dejaremos
de estar alertas, no bajaremos la guardia.
Procede ahora desburocratizar las comisiones de lucha contra el
burocratismo e impregnarlas otra vez del estilo y del espíritu y del método revolucionario
(APLAUSOS).
Se ganó
terreno, se ganó bastante terreno en la lucha contra el burocratismo; se fue
creando una conciencia antiburocrática.
Pero el burocratismo está al acecho.
Los vicios del burocratismo todavía se manifiestan de distintas formas: hay funcionarios que contratan estudiantes,
aun sabiendo que está expresamente prohibido contratar estudiantes —es decir,
nosotros preferimos a un estudiante al que le surja una necesidad económica
darle una beca, darle un préstamo económico, en vez de darle un trabajo para
que después sea mal trabajador y mal estudiante—; hay organismos que contratan
estudiantes por la libre; hay algunas oficinas, sitios donde han violado las
normas de lucha contra el burocratismo, donde han traído personal nuevo.
Y, en fin,
aprovecho la oportunidad para dar aquí esta voz de alerta, advertirles a los
burócratas que estamos alerta:
advertirles a los compañeros revolucionarios de las comisiones de lucha
contra el burocratismo que ha habido ciertas manifestaciones de burocratismo en
esas comisiones y que tienen que desburocratizarse.
Podrá contarse
con todo el entusiasmo del pueblo, podrá contarse con todo el entusiasmo de las
mujeres de este país, podrá contarse con el entusiasmo de todos nosotros para
promover planes, para promover el trabajo creador de la mujer, para desarrollar
la economía del país. En la misma medida
que no estaríamos dispuestos a hacer eso para que, mientras por un lado
llamamos a las mujeres a trabajar en nuestros campos, llamamos a las madres a
mandar los hijos a los círculos, levantarse en horas tempranas, trasladarse a
lugares de trabajo para crear bienes útiles, haya burócratas que sin conciencia
de lo que es el trabajo productivo, sin conciencia de lo que es el trabajo
creador, manisueltos, espléndidos con el dinero del pueblo, espléndidos con el
dinero que no sale de su sudor, malgasten dinero. Y no solo malgasten dinero, hay algo peor que
malgastar dinero, que es malgastar inteligencia, malgastar seres humanos. Porque si un burócrata de esos que pudiera
desempeñar su trabajo con 20 personas, inventa organogramas, inventa puestos,
inventa plazas para que trabajen 80 más, sin producir ni papeles —o papeles o
estorbos, que muchas veces es lo que producen—, ese hombre, ese burócrata, ese ser
antisocial, ese enemigo de la Revolución, no solo malgasta 100 000 ó 150 000 ó
200 000 pesos.
¿Cuánto cuesta
producir 100 000 pesos en cebollas, en tomates, en fresas, en leche, en carne,
en uvas, en azúcar, en lo que sea?
¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto trabajo,
cuánto sudor, cuántas caballerías, cuántas horas, cuánto sacrificio? ¿Y cuánto le cuesta a un burócrata botar 100
000 pesos, pagar 100 000 pesos de sueldos innecesarios en trabajos abstractos? ¿Podrá considerarse un revolucionario, un
socialista, un comunista, un partícipe de una revolución proletaria aquel que
no sepa el trabajo que cuesta producir un litro de leche, producir un tomate,
producir un grano de café, o producir una malanga?
Cuando yo
quiero hacerme una idea de si alguien es o no revolucionario, el método que
uso, el barómetro que uso, la regla que uso es saber si ese hombre tiene idea
de lo que cuesta producir cualquiera de esas cosas; si sabe que para producir
un litro de leche un hombre se tiene que levantar a las 2:00 de la mañana y
trabajar hasta el amanecer ordeñando vacas y andar por los potreros de noche o
de día y luchar con los animales, para producir un litro de leche, o 10 litros
de leche, o 100 litros de leche; y si ese hombre sabe lo que vale ese esfuerzo,
si ese hombre sabe apreciar el producto del trabajo, si ese hombre sabe
apreciar al ser humano.
Y yo digo que
ese burócrata no solo malgasta 100 000 pesos —para producir 100 000 pesos
posiblemente tengan que trabajar 100 mujeres todo el año—, él lo bota en una
nómina. Pero no solo malgasta 100 000
pesos, hay algo peor: malgasta 80
personas, inutiliza 80 personas, derrocha la inteligencia y la energía de 80
personas. ¡Ese es el burócrata!
¿Acaso debemos
decir que no hay burocracia? Sí, se ha
luchado contra la burocracia, pero todavía hay burocracia. ¿Quiere decirse que no hay burócratas? Sí, todavía hay burócratas y muchos
burócratas, muchos que no saben lo que es un peso, muchos que no saben lo que
cuesta producir un peso de leche, o de carne, o de vianda, o de pescado, y eso
lo botan, lo malgastan. Eso no es
revolucionario, eso no es ayudar a nadie.
Creo que el mayor daño que se le puede hacer a una persona es hacerle
eso, meterla a hacer un trabajo inútil, meterla a hacer un trabajo donde esa
persona ve con toda claridad que su esfuerzo no es útil. De la misma manera que se siente feliz una
mujer que está cultivando un tomate, sembrando una matica de café en un vivero,
aquella se siente infeliz.
y hay todavía muchos que no comprenden eso, hay todavía mucho espíritu
pequeñoburgués. ¿Es acaso tener
conciencia proletaria no ver esto?
¡No! Es tener conciencia, hábito,
mentalidad de pequeñoburgués; todavía el espíritu pequeñoburgués infecta
bastante nuestra administración socialista.
Pero el espíritu proletario avanza más, avanza más rápidamente a todo lo
largo y lo ancho del país. Frente a esas
tendencias reaccionarias, conservadoras, pequeñoburguesas, avanza ese otro
espíritu que vemos a lo largo y ancho de la isla; el pueblo que se vuelca hacia
el trabajo productivo, el pueblo que hace conciencia. Y en la medida en que hagamos conciencia, en
la medida en que estemos claros, en la medida en que sepamos distinguir lo útil
de lo inútil, lo productivo de lo improductivo:
en la medida en que hagamos conciencia —repito—, le iremos ganando la
batalla a ese espíritu pequeñoburgués e iremos abriendo el camino arrollador de
nuestra Revolución proletaria, de nuestra Revolución socialista, de nuestra
Revolución comunista (APLAUSOS).
Solo me resta
decir con todas las fuerzas: ¡Que vivan
las mujeres cubanas! (APLAUSOS.) ¡Qué viva el espíritu revolucionario, la
disciplina, la devoción de las mujeres cubanas!
(APLAUSOS.)
¡Que viva la
revolución femenina dentro de la Revolución socialista! (APLAUSOS.)
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)