DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO CLAUSURA DE LA PRIMERA
CONFERENCIA DE SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS DE ASIA, AFRICA y AMERICA LATINA (TRICONTINENTAL), EN
EL TEATRO CHAPLIN, LA HABANA, EL 15 DE ENERO DE 1966.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Señores delegados;
Compañeras y compañeros cubanos:
No se nos escapa la trascendencia de este
acto que culmina en la noche de hoy.
Frente a todos los augurios del imperialismo, frente a todos sus
pronósticos, que revelaban la gran esperanza de que esta conferencia concluyera
en nada, de que esta conferencia, girando alrededor de los problemas del
movimiento comunista internacional, estaba llamada a dividirse y estaba llamada
a un rotundo fracaso, ha ocurrido lo que tal vez menos o quizás nunca
esperaron: que la conferencia haya sido
un éxito, que en esta conferencia se haya creado un organismo de carácter tricontinental, que haya arribado a acuerdos que recogen
las aspiraciones más sentidas de los pueblos que luchan por su liberación, que
se haya creado un comité de ayuda a los movimientos de liberación. Y no solo eso: algo que incuestionablemente duele mucho a
los imperialistas, y es que Cuba haya sido escogida como sede del Secretariado
Ejecutivo de la organización hasta tanto se celebre la próxima Conferencia Tricontinental
(APLAUSOS).
No es que nosotros aquí estemos
expresando un sentimiento de orgullo nacional.
Por las peculiares circunstancias que rodean a nuestro país: su posición geográfica, el esfuerzo que
realizan los imperialistas por aislarla del mundo, las medidas adoptadas para
que prácticamente nadie pueda visitarnos, hace que el hecho de que esta
conferencia se haya efectuado con tanto éxito en nuestra patria, y que además,
desafiando todos los obstáculos, desafiando todas las dificultades, se haya
considerado sitio adecuado para que funcione temporalmente aquí la sede, es
algo que sin duda duele extraordinariamente a los imperialistas yankis.
Ha sido esta una gran victoria del
movimiento revolucionario. Nunca había
tenido lugar una reunión de tal amplitud y de tal magnitud, en que las representaciones
revolucionarias de 82 pueblos se reunieran para discutir problemas de interés
común. Nunca una reunión tan amplia,
porque aquí han estado representados los pueblos de tres continentes, los
movimientos revolucionarios de los pueblos de tres continentes, que tienen una
común posición antimperialista, que representan la lucha de sus pueblos, desde
distintas ideas o posiciones filosóficas, o desde distintas creencias
religiosas, representativas en muchas ocasiones de distintas ideologías, pero
que tienen algo de común: lo más común
que une hoy a los pueblos de estos tres continentes y de todo el mundo, que es
la lucha contra el imperialismo, la lucha contra el colonialismo y el
neocolonialismo, la lucha contra el racismo y, en fin, todos esos fenómenos que
son la expresión contemporánea de lo que debemos llamar imperialismo, cuyo
centro, cuyo eje, cuyo soporte principal es el imperialismo yanki.
Y eso que tienen de común los pueblos en
esta época, fue lo que hizo posible la reunión, los acuerdos y las conclusiones
de esta conferencia. No fue, desde
luego, una tarea fácil —puede parecer fácil—, pero no fue ni podía ser una
tarea fácil, porque es natural que donde se reúnen representantes de pueblos
tan diversos, de movimientos tan diversos, con problemas peculiares que
prácticamente expresan todos los problemas actuales del mundo, no era fácil, no
podía lograrse sin un arduo trabajo de elaboración de criterios y de acuerdos
aceptables por todos.
Recordábamos nosotros en estos días,
cuando se discutían distintos problemas, cuando se discutía la declaración
final, cómo Carlos Marx y Federico Engels (APLAUSOS) habían estado muchos meses
elaborando y redactando el Manifiesto Comunista, y cómo después de revisarlo
muchas veces, de retocarlo y de perfeccionarlo, lo habían dado a la luz y,
naturalmente, nuestra conferencia, disponiendo solo de dos semanas, menos de
dos semanas, de unos pocos días, se veía en la necesidad de elaborar un
documento que recogiera los criterios diversos y quedara redactado de manera
que satisficiera lo más ampliamente posible a todas las delegaciones. Y se logró, a pesar de esas circunstancias,
un documento que sin duda es el más profundo, el más amplio y el más radical de
cuantos se han elaborado y acordado en una conferencia de esta índole.
Por primera vez participaron junto con
los pueblos de Africa y de Asia, las representaciones de los pueblos de América
Latina. Naturalmente que en el caso de
América Latina la mayor parte, la casi totalidad de los representantes, lo eran
de los movimientos y de los pueblos que luchan o lucharán por liberarse. Y tan solo nuestro pueblo representaba en
este caso, el único pueblo liberado totalmente del dominio del imperialismo
yanki, y constituido en poder revolucionario.
Entendemos que esta conferencia ocupará
incuestionablemente un lugar en la historia de la lucha de los pueblos por su
liberación, en la historia del movimiento revolucionario. Entendemos, igualmente, que las vinculaciones
establecidas, los nexos que se han creado entre todos los movimientos que en el
mundo luchan contra el imperialismo y los organismos que se han creado, jugarán
un papel incuestionable en el apoyo, en la solidaridad y en el incremento de la
lucha revolucionaria.
Hemos tenido oportunidad de conocer más
profundamente, más detalladamente el pensamiento y la situación concreta de
cada uno de los movimientos que luchan por su liberación en estos
momentos. Hemos tenido oportunidad de
conocer la situación concreta de cada uno de los pueblos que luchan y, sobre
todo, hemos tenido la oportunidad de ver cómo se acrecienta la solidaridad de
los pueblos entre sí (APLAUSOS), cómo crece la fuerza del movimiento
revolucionario a escala mundial, y cómo crece y podrá crecer en los tiempos
venideros la ayuda de unos pueblos a otros, la ayuda de todos los pueblos a
cada uno de los pueblos que luchan, la ayuda —a una escala y a un nivel que no
conoció nunca antes la humanidad— de los pueblos unos a otros. Y cómo a pesar del poderío militar y técnico
de los imperialistas, será incuestionablemente mucho más poderosa la fuerza
unida de los pueblos revolucionarios.
El imperialismo será inevitablemente
derrotado. ¿Quiénes nos han enseñado esa
lección? Nos la han enseñado los
pueblos. ¿Quién entre los pueblos nos ha
dado en estos tiempos la más extraordinaria lección? El pueblo de Viet Nam (APLAUSOS
PROLONGADOS). Viet Nam es un país
pequeño; los imperialistas lo han dividido en dos partes: Viet Nam del Norte y Viet Nam del
Sur. Para los revolucionarios es un solo
Viet Nam, para nosotros (APLAUSOS).
Contra el pueblo de Viet Nam del Sur han
volcado los imperialistas yankis gran parte de su poderío: cientos de miles de soldados regulares
de las fuerzas armadas imperialistas, cientos de miles, además, de soldados
reclutados por el gobierno títere, cientos de aviones, miles de helicópteros y,
sin embargo, los imperialistas yankis no han podido aplastar a esa parte del
pueblo de Viet Nam.
Tratando de intimidar a sus hermanos de
la otra parte de Viet Nam, iniciaron los bombardeos con cientos de aviones
diariamente, para exigir la rendición, para tratar de poner de rodillas a los
vietnamitas y, sin embargo, según los propios imperialistas confiesan, en vez
de ganar terreno, han perdido terreno. Y
ante la resistencia cada vez más tenaz y heroica, más y más aviones, más y más
bombas; y ante el asombro del mundo, el pueblo de Viet Nam, dando el más
extraordinario ejemplo de heroísmo que haya conocido la historia de ningún
movimiento de liberación, porque nunca un movimiento de liberación tuvo que
enfrentarse contra fuerzas más poderosas, está anulando y venciendo el poderío
de los imperialistas yankis.
Mas no solo bombardean a Viet Nam. Bombardean también incesantemente a los
patriotas de Lao (APLAUSOS), y amenazan con bombardear y agredir al pueblo de Cambodia (APLAUSOS).
Esas actitudes, esas amenazas de los imperialistas yankis revelan su
impotencia, revelan su desesperación. Es
la consecuencia de una situación que se les hace cada vez más crítica en esa
parte del mundo, la consecuencia de las derrotas que vienen sufriendo en
aquella zona de Asia donde se libra, sin duda, una batalla decisiva entre los
pueblos y el imperialismo, no solo el imperialismo yanki, sino el imperialismo
yanki y sus aliados, el imperialismo yanki y sus socios de aventura en Asia,
expresado a través de las movilizaciones de soldados sudcoreanos,
de soldados australianos, de soldados thailandeses y
de los intentos de recabar la complicidad, bien en fuerzas militares o bien en
fuerzas auxiliares, del mayor número posible de gobiernos del mundo.
Esa batalla contra el pueblo de Viet Nam
y contra el pueblo de Lao demuestra, unido a las amenazas contra Cambodia, la necesidad de llevar al máximo la ayuda y la
solidaridad a esos pueblos.
Los imperialistas yankis cuentan allí con
el apoyo de un Estado, que es Thailandia, donde
poseen numerosas bases, numerosas tropas, desde las cuales amenazan a Lao, a
Viet Nam, a Cambodia.
No quiere decir esto que tal situación haya de prolongarse
indefinidamente; estamos seguros de que al igual que los pueblos de Viet Nam,
de Lao y de Cambodia, llegará también la hora para
que el pueblo thailandés exija cuenta a los
imperialistas yankis (APLAUSOS); llegará la hora en que ese pueblo, también
oprimido y explotado, inspirado en el ejemplo de los pueblos hermanos vecinos,
se sume también a la lucha contra los imperialistas.
Pero, mientras tanto, los imperialistas
no solo han llevado la guerra a Viet Nam, a todo Viet Nam y a Lao, sino que
amenazan a Cambodia.
Y Cambodia es un país pequeño, todavía no
atacado, pero sí seriamente amenazado por los imperialistas yankis. Y, por tanto, se plantea incuestionablemente
la necesidad de que los estados revolucionarios ayudemos al fortalecimiento de
las defensas del pequeño pueblo de Cambodia
(APLAUSOS).
Conversando con el representante de ese
país, en ocasión de su participación en la Conferencia Tricontinental, al
escuchar de sus labios la situación de su país, los peligros que lo acechan, le
expresábamos este criterio. Y le decíamos,
además, que nosotros los cubanos, aunque constituimos un pequeño estado y
estamos a una enorme distancia de Cambodia, estábamos
dispuestos a contribuir en la medida de nuestras fuerzas al fortalecimiento de
sus defensas (APLAUSOS PROLONGADOS), y que solo necesitábamos que nos lo
expresaran así, solo necesitábamos que en cualquier circunstancia que lo
estimasen pertinente nos lo pidieran, que nosotros estábamos dispuestos a dar
nuestro aporte.
¡Y esa es también nuestra disposición con
respecto a Lao y con respecto a Viet Nam del Norte y a Viet Nam del Sur! (APLAUSOS.)
Nosotros somos un estado pequeño,
bastante próximo a las costas de la metrópoli imperialista, nuestras armas son
eminentemente armas defensivas, ¡pero nuestros hombres, de todo corazón,
nuestros militantes revolucionarios, nuestros combatientes (APLAUSOS
PROLONGADOS) están dispuestos a luchar contra los imperialistas en cualquier
parte del mundo! (APLAUSOS.)
Nuestro país es un país pequeño, nuestro
territorio puede ser, incluso, parcialmente ocupado por el enemigo, que eso no
querría decir jamás cese de nuestra resistencia; pero el mundo es grande y los
imperialistas están en todas partes, ¡y para los revolucionarios cubanos el
campo de batalla contra el imperialismo abarca a todo el mundo! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Sin alardes, sin alardes, sin inmodestias
de ningún tipo, así entendemos los revolucionarios cubanos nuestro deber
internacionalista; así entiende nuestro pueblo sus deberes, porque entiende que
el enemigo es uno, el mismo que nos ataca a nosotros en nuestras costas y en
nuestras tierras, el mismo que ataca a los demás. ¡Y por eso decimos y proclamamos que con
combatientes cubanos podrá contar el movimiento revolucionario en cualquier rincón
de la Tierra! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Miles y miles de cubanos han expresado su
deseo y su voluntad de marchar a cualquier parte del mundo, donde los
necesiten, para ayudar al movimiento revolucionario (APLAUSOS), y esto es
lógico.
Si los imperialistas yankis se toman la
libertad de bombardear donde les da la gana y de enviar a sus tropas
mercenarias a reprimir el movimiento revolucionario en cualquier parte del
mundo, los pueblos revolucionarios sienten el derecho de ayudar, incluso con su
presencia física (APLAUSOS), a los pueblos que luchan contra los imperialistas
yankis, y así, si cada cual ayuda en la medida de sus fuerzas, si cada cual
ayuda en la medida de sus posibilidades, los imperialistas yankis serán
derrotados. Y si en algún lugar están
llamados a sufrir una derrota aplastante, ese lugar es el sudeste de Asia
(APLAUSOS). Porque allí, porque allí es
posible establecer una correlación de fuerzas incomparablemente superior a la
de los imperialistas yankis.
Por eso, nosotros no tenemos la menor
duda de que serán derrotados, de que serán aplastados por los propios pueblos
de aquella región, y si incrementan sus fuerzas y las de sus aliados
reaccionarios, serán aplastados por las fuerzas no solo de aquellos pueblos,
sino por las fuerzas del campo socialista y de los demás pueblos
(APLAUSOS).
Por eso los imperialistas yankis lanzan
sus hipócritas ofensivas de paz para tratar de confundir, para tratar de
engañar. Y por eso han dicho —y han
dicho muy bien— los pueblos de Viet Nam, que la única paz, que la verdadera paz
solo se logrará cuando los imperialistas yankis cesen de atacar, y cuando los
imperialistas yankis cesen de ocupar el territorio o parte del territorio de
Viet Nam, y cuando los imperialistas yankis saquen sus tropas mercenarias y sus
bases militares del territorio de Viet Nam.
Es decir, que se les ha dicho a los
imperialistas lo único que en esas circunstancias cabe decirles, que la
verdadera paz —puesto que ellos son los únicos perturbadores de la paz— se
logrará cuando se retiren de Viet Nam (APLAUSOS).
Y es evidente que los imperialistas están
allí librando una batalla sin esperanzas, que los imperialistas están librando
allí una lucha en que están llamados a afrontar la derrota
inevitablemente. Y en consecuencia, quieren
trocar la derrota por una paz falsa.
Y es lógico que el pueblo de Viet Nam se
niegue, es lógico que el pueblo de Viet Nam no esté dispuesto a cambiar su
victoria por esa clase de falsa paz.
Y si nosotros estuviésemos en una
situación similar, estoy completamente seguro de que diríamos exactamente lo
mismo (APLAUSOS), y que nos negaríamos a negociar bajo las bombas, y que nos
negaríamos a negociar bajo la agresión, y que nos negaríamos a negociar bajo la
ocupación.
Y por eso, nuestro pueblo y la
conferencia, unánimemente, apoyaron las posiciones y los puntos del gobierno de
la República Democrática de Viet Nam y del Movimiento de Liberación de Viet Nam
del Sur (APLAUSOS).
Sobre esta cuestión, sobre este tema —el
más candente en la actualidad— hubo criterios prácticamente unánimes. Y es muy bueno que los imperialistas yankis
conozcan el grado de solidaridad que hay en todos los pueblos del mundo con
Viet Nam; es bueno que los imperialistas yankis comprendan el grado de apoyo
que el pueblo de Viet Nam tiene en todo el mundo.
Y por eso, consideramos que esta
conferencia de la solidaridad de los pueblos de los tres continentes ha
expresado y ha actuado de manera que el apoyo y el sentimiento de solidaridad
hacia el Viet Nam se ha hecho evidente, y además
crecerá. Y lo mismo que hacia Viet Nam,
hacia Lao y hacia Cambodia, que son los pueblos allí
agredidos o que corren riesgos de agresión.
En todos los problemas de Asia, de Africa
y de América Latina fue similar la posición de la conferencia. Los pueblos y los movimientos de liberación de
Africa —y para no cometer un olvido, quiero decir que también un país pequeño,
que allí en esa zona de Asia lucha por su liberación, que es, aunque no muy
conocido, un pueblo que lucha bravamente: el pueblo de Kalimantán
del Norte— (APLAUSOS PROLONGADOS) recibieron la cálida adhesión de la
conferencia, al igual que el pueblo de Yemen y el pueblo de Palestina
(APLAUSOS).
Los de Africa —como les decía—, los
movimientos de liberación que tan dignamente representados estuvieron en esta
conferencia: el pueblo de la Guinea,
ocupada por Portugal, y las Islas de Cabo Verde, representados aquí por uno de
los movimientos revolucionarios más serios de Africa (APLAUSOS), y por uno de
los dirigentes más claros y más brillantes de Africa, el compañero Amílcar Cabral (APLAUSOS PROLONGADOS), que nos ha hecho
sentir una enorme confianza en el futuro y el éxito de su lucha por la
liberación; el movimiento de liberación de Angola y de Mozambique, otras dos
colonias portuguesas (APLAUSOS), que luchan con las armas por su liberación; el
pueblo de Zimbabwe, oprimido por la minoría racista de Rhodesia del Sur
(APLAUSOS); el pueblo del Congo (Leopoldville)
(APLAUSOS); el pueblo oprimido de Africa del Sur (APLAUSOS); los Protectorados
de Swazilandia, Bechuanalandia y Basutolandia
(APLAUSOS), cuyas raíces gramaticales nos están revelando el perfil imperial
del país que los colonizó.
Y, en fin, todos los movimientos de
liberación de Africa estuvieron en esta conferencia dignamente representados y
contaron con el cálido apoyo y la solidaridad de todos los delegados.
En Africa se manifiesta cada vez más el
intento imperialista de penetrar, de dividir, de sojuzgar. Y han puesto de moda, en las últimas semanas,
el golpe de Estado. Golpes de Estado en
el Congo; golpes de Estado en Africa, en la República Central; golpes de Estado
en Nigeria, según informan los cables, demuestra los esfuerzos desesperados del
imperialismo por fortalecer el dominio en esa parte del mundo.
En Africa se libra también una lucha
decisiva, y el papel de los movimientos revolucionarios, y el papel de los
nuevos Estados que no han sido infectados por el mal del neocolonialismo, será
de extraordinaria importancia para resistir este empuje y esta penetración de
los imperialistas. Porque allí la ayuda
al movimiento revolucionario, la ayuda decidida a los movimientos de
liberación, la ayuda decidida a las mayorías oprimidas por los racistas, será
un factor decisivo. Igualmente decisivo
será el sentido de la responsabilidad, la seriedad y la unión de los dirigentes
revolucionarios africanos.
Algunos movimientos han sufrido algunos
golpes, han sufrido algunos reveses.
Pero esos reveses no deben servir para desalentarlos; esos reveses deben
servir de experiencia, esos reveses deben servir de lección, a fin de adoptar
las medidas y dar los pasos pertinentes para superar las actuales dificultades,
para así superar los fallos y las debilidades del movimiento
revolucionario.
El movimiento de solidaridad, que comenzó
en Africa y en Asia, y se ha extendido ya al tercer continente del mundo
oprimido y explotado por el imperialismo, tendrá su próximo evento —por acuerdo
de la conferencia— en la ciudad de El Cairo, satisfaciendo así la invitación
del presidente Nasser (APLAUSOS), que ofreció la capital de la República Arabe
Unida como sede de la próxima Conferencia Tricontinental en el año 1968, y
estamos seguros —y debemos hacer por ello los mayores esfuerzos— de que para
esa fecha, entre los pueblos que se hayan liberado del imperialismo, del
colonialismo, podremos saludar a varios pueblos más, hermanos de Africa
(APLAUSOS).
Los problemas de América Latina,
comenzando por el problema más candente y más crítico, que es el problema de la
ocupación militar de Santo Domingo por los soldados regulares del imperialismo
yanki, mereció la atención de esta conferencia y el pleno apoyo de los
delegados en representación de sus pueblos.
La América Latina confronta en los años
venideros, en el escenario dominicano, una de las luchas más serias en los
próximos años. Santo Domingo, un país
pequeño ocupado por decenas de miles de soldados yankis, se enfrenta a una
lucha larga y dura. Santo Domingo, el
pueblo dominicano, no deberá enfrentarse solo a los imperialistas yankis
(APLAUSOS).
En muchas otras naciones de América se
dan las condiciones plenas para la lucha armada revolucionaria. Esta lucha se desenvuelve ya también desde
hace rato en Venezuela (APLAUSOS), en Perú (APLAUSOS), en Colombia (APLAUSOS),
en Guatemala (APLAUSOS).
En la América Latina no debe quedar ni
uno, ni dos, ni tres pueblos luchando solos contra el imperialismo. La correlación de fuerzas de los
imperialistas en este continente, la proximidad de su territorio metropolitano,
el celo con que tratará de defender sus dominios en esta parte del mundo, exige
en este continente, más que en ninguna otra parte, una estrategia común, una
lucha común y simultánea (APLAUSOS).
Si los imperialistas no tienen que
enfrentarse solo al pueblo dominicano, o solo al pueblo de Guatemala, o solo al
pueblo de Venezuela, o solo al pueblo de Colombia, o solo al pueblo de Perú, si
también tienen que luchar —a la vez que en cada uno de estos pueblos— contra
los demás pueblos oprimidos, como Brasil, como Bolivia, como Paraguay, como
Ecuador, como Argentina (APLAUSOS), y otros pueblos de Centroamérica; si la
lucha se libra en amplia escala, si cada uno de estos, de los revolucionarios
de este continente, cumple con su deber y el deber de todo revolucionario, como
dice la Declaración de La Habana, es hacer la revolución (APLAUSOS PROLONGADOS y EXCLAMACIONES), 7 hacer la revolución
de hecho y no de palabra (APLAUSOS). No
ser revolucionario solamente en teoría, sino revolucionario en la práctica
(APLAUSOS PROLONGADOS y
EXCLAMACIONES); si los revolucionarios invierten menos energía y menos tiempo
en teorizaciones, y dedican más energía y más tiempo
al trabajo práctico, y si no se toman tantos acuerdos y tantas alternativas y
tantas disyuntivas y se acaba de comprender que más tarde o más temprano los
pueblos todos, o casi todos, tendrán que tomar las armas para liberarse
(APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES), entonces avanzará la hora de la
liberación de este continente. Y entre
los que teorizan y los que critican a los que teorizan y a la vez se ponen a
teorizar (RISAS), desgraciadamente se pierden muchas energías y mucho
tiempo.
Nosotros creemos que en este continente,
en todos o en casi todos los pueblos, la lucha asumirá las formas más
violentas. Y cuando se sabe eso, lo
único correcto es prepararse para cuando esa lucha llegue, ¡prepararse! (APLAUSOS PROLONGADOS.)
Naturalmente que esa lucha estallará
primero allí donde —como dice la Declaración de La Habana— las condiciones de
opresión imperialista son más descarnadas, allí donde todas las vías están
absolutamente cerradas, tal como sucede en la mayor parte de los países de este
continente. Y aun allí donde todavía la
burguesía y el imperialismo ejercen su dominio de clase por medios
constitucionalistas, como es el caso de Uruguay, allí se manifiestan de manera
cada vez más palmaria la fuerza del movimiento de masas y el espíritu
revolucionario del pueblo (APLAUSOS).
Y nosotros debemos decir las grandes
simpatías de nuestro país hacia Uruguay, porque aquel es un país pequeñito,
pequeñito, que no tiene montañas, rodeado de dos colosos reaccionarios, y donde
siempre, invariablemente, sin ninguna excepción, en cada una de las
circunstancias, ha sido pareja con el pueblo de Venezuela en la solidaridad y
el apoyo a la Revolución Cubana (APLAUSOS).
Y aún recordamos cómo, a raíz de la ruptura
de relaciones diplomáticas con Cuba, por acuerdo de la OEA, impuesto por
Estados Unidos como sanción contra Cuba, el pueblo de Uruguay, dirigido por sus
organizaciones revolucionarias, se lanzó a la calle y protestó con incomparable
energía contra aquel hecho servil y traidor a un pueblo de este
continente.
Pues bien: en este problema de América Latina,
ustedes, señores delegados, me permitirán que me extienda en algunas
consideraciones, por estar nosotros ubicados en este continente.
Y los imperialistas yankis contra
nosotros no solo han usado el bloqueo económico, no solo han usado las
agresiones armadas, no solo nos han amenazado mortalmente en determinadas
circunstancias, no solo han perpetrado contra este país todo tipo de sabotajes,
filtraciones de espías, ataques piratas, sino que el imperialismo yanki ha
acudido contra nuestro país a armas más sutiles, como son las armas de la
propaganda y de la calumnia. Y no solo
eso, sino que el imperialismo yanki y sus agentes han tratado de destruir el
prestigio de la Revolución Cubana, han tratado de presentar a la Revolución
Cubana al margen de las luchas revolucionarias de este continente, y han
tratado —de la manera más vil y más calumniosa— de desacreditar a la
Revolución. Y se han valido de todos los
medios, se han valido de todos los hechos, se han valido de todas las
armas.
Desde luego que a los imperialistas les
interesaría una discusión en concreto de estos problemas; a un irresponsable
cualquiera, a un charlatán cualquiera, a un fantoche cualquiera, no le importa
afirmar cualquier irresponsabilidad, cualquier calumnia.
Bien es sabido que solo al enemigo le
interesaría de qué forma se lleva a cabo en la práctica esa palabra que se
llama solidaridad, no solo con los pueblos revolucionarios de este continente,
sino de todo el mundo (APLAUSOS).
¿Pero qué ha ocurrido?
Hay un hecho que voy a tomar como ejemplo
para demostrar cómo trabaja el imperialismo y sus agentes, y que es un hecho
extraordinariamente interesante. Me
refiero a la campaña realizada por el imperialismo yanki y sus agentes en
relación con la partida de nuestro compañero Ernesto Guevara (APLAUSOS). Creo que este es un asunto que hay que “tomar
por los cuernos” (RISAS) para esclarecer algunas cosas.
El compañero Ernesto Guevara, unos
cuantos revolucionarios de este país y unos cuantos revolucionarios fuera de
este país saben cuándo salió, qué ha estado haciendo en este tiempo y, desde
luego, los imperialistas estarían muy interesados en saber, con todos los
detalles, dónde está, qué ha hecho, cómo lo hace y, desde luego, al parecer no
lo saben y si lo saben lo disimulan mucho (RISAS).
Pero, desde luego, estas son cosas que el
tiempo, cuando las circunstancias lo permitan, permitirá su
esclarecimiento. Pero los revolucionarios
no necesitamos esos esclarecimientos; es el enemigo quien se vale de estas
circunstancias para tratar de intrigar y para tratar de confundir y para tratar
de calumniar.
El compañero Guevara se unió a nosotros
cuando estábamos exiliados en México, y siempre desde el primer día tuvo la
idea, claramente expresada, de que cuando la lucha terminara en Cuba, él tenía
otros deberes que cumplir en otra parte, y nosotros siempre le dimos nuestra
palabra de que ningún interés de Estado, ningún interés nacional, ninguna
circunstancia, nos haría pedirle que se quedara en nuestro país, obstaculizar
el cumplimiento de ese deseo, o de esa vocación. Y nosotros cumplimos cabal y fielmente esa
promesa que le hicimos al compañero Guevara (APLAUSOS).
Naturalmente que si el compañero Guevara
iba a salir del país, era lógico que lo hiciera clandestinamente, era lógico
que se moviera clandestinamente, es lógico que no haya estado llamando a
periodistas, es lógico que no haya estado dando conferencias de prensa, es lógico
que, dadas las tareas que se propuso, debiera hacerlo en la forma en que lo
hizo. Y, sin embargo, cuánto provecho
han tratado de sacar los imperialistas de esta circunstancia y cómo lo han
hecho.
Es por eso que yo traje algunos
papeles. No se vayan a asustar ustedes
pensando que les voy a leer todos los papeles que aquí hay, solo les voy a leer
algunas cosas, porque aquí está lo que han escrito todos los periódicos
imperialistas y burgueses con relación al caso del Comandante Guevara, lo que
han escrito los periódicos de Estados Unidos, sus revistas, sus agencias
cablegráficas, los periódicos burgueses de América Latina y de todo el
mundo. Y vamos a ver quiénes han sido
precisamente los principales voceros de la campaña imperialista de intriga y de
calumnia contra Cuba con relación al caso del compañero Guevara. En primer término, ciertos elementos que han
sido utilizados en las últimas décadas de manera constante contra el movimiento
revolucionario.
Y así, si ustedes me dan un poquito de
tiempo, entre tantos datos voy a buscar uno muy interesante.
¡Ah, lo encontré! (RISAS Y APLAUSOS) Es un cable de la UPI de diciembre 6 de 1965
que dice: “Ernesto
Guevara fue asesinado por el Primer Ministro cubano Fidel Castro
(EXCLAMACIONES) por orden de la URSS (EXCLAMACIONES) —declaró Felipe Albaguante, jefe de los trotskistas mexicanos en
declaraciones a “El Universal”. Agrega
que el Che fue liquidado por insistir en poner a Cuba en la línea china
(EXCLAMACIONES).
Esto, naturalmente, venía a tono con una
campaña que comenzaron a desatar los elementos trotskistas en todas partes
simultáneamente.
Y así, con fecha octubre 22, en el
semanario “Marcha”, se publica un artículo en que un conocido teórico del trotskismo, Adolfo Gilly, afirma
que “el Che salió de Cuba debido a discrepancias con Fidel por el conflicto
chino-soviético y que el Che no pudo imponer su opinión en la dirección.” Dice que “el Che, en forma confusa,
propugnaba la extensión de la Revolución al resto de América Latina, en
oposición a la línea soviética.” Dice
que “la dirección cubana está dividida entre un ala conservadora, que incluye a
viejos dirigentes del PSP, los partidarios del Che, y Fidel y su equipo en una
posición de oscilación centrista conciliadora.”
Dice que “el Che salió de Cuba por carecer de medios para expresarse y
que Fidel temió enfrentarse a las masas para explicar el caso Ché.”
Este mismo teórico del trotskismo el 31 de octubre de 1965 como reportero de
“Nuevo Mundo”, un periódico italiano, escribe un artículo calificando a la
dirección cubana de “filosoviética” y acusando a Fidel de “no haber explicado
políticamente al pueblo lo ocurrido con el Che”. Dice que “el Comandante Guevara fue derrotado
por el PSP y el equipo castrista”; critica al Che por “no haber llevado a las
masas la lucha por imponer su tesis” y concluye que “el Estado cubano,
paralizado por su propia política, no apoyó abiertamente a la revolución
dominicana”. y sobre esto me voy a referir más extensamente un poco más
adelante.
En el número de octubre de 1965, el
periódico “Batalla”, de los trotskistas españoles, declara que “el misterio que
rodea el caso del Che Guevara debe ser aclarado”. Dice que “amigos del Che suponen que la carta
leída por Castro es falsa y se preguntan si la dirección cubana se orienta
hacia una sumisión a la burocracia del Kremlin”.
Por la misma fecha aproximadamente, el
órgano oficial trotskista de Argentina publica un artículo en el que asegura
que el Che está muerto, o preso en Cuba.
Dice que “entró en conflicto con Fidel Castro por el funcionamiento de
los sindicatos y la organización de las milicias”. Agrega que “el Che se oponía a la integración
del CC con los favoritos de Castro, especialmente oficiales del ejército,
seguidores del ala derecha de Moscú”.
Pero uno de los escritos más sucios, más
groseros y más indecentes es el que escribió el dirigente del Buró Político
Latinoamericano de la Cuarta Internacional en el periódico “Lucha Operaria”, de
Italia. Sobre este artículo, largo por
cierto, solo voy a leer tres párrafos.
Empieza diciendo:
“Un aspecto de la agudización de la
crisis mundial de la burocracia es la expulsión de Guevara. Guevara ha sido expulsado ahora, no desde
hace ocho meses. Ocho meses ha durado la
discusión con Guevara y no han sido ocho meses que pasaron bebiendo café, han
luchado duramente y quizás ha habido muertos, quizás se ha discutido a golpes
de pistola. No podemos decir si han
matado o no a Guevara, pero existe el derecho a suponer que lo hayan matado. ¿Por qué Guevara no aparece? No lo han presentado en La Habana por temor a
las consecuencias, a la reacción de la población, pero en definitiva, al
esconderlo, producen el mismo efecto. La
población dice: ¿Por
qué Guevara no sale, no aparece? No hay
ninguna acusación política, existen elogios políticos en relación con él. ¿Por qué no han presentado a Guevara? ¿Por qué no ha hablado? ¿Cómo es posible que uno de los fundadores
del Estado obrero cubano, que hasta hace poco tiempo recorría el mundo en
nombre del Estado obrero, imprevistamente diga: 'me he aburrido de la Revolución
Cubana, voy a hacer la revolución en otra parte'? Por otra parte, no dicen dónde ha ido y no se
presenta. Si no hay ninguna divergencia,
¿por qué no se presenta? Todo el pueblo
cubano comprende que hay una lucha enorme y que esta lucha no se ha
terminado.
“Guevara no estaba solo ni está
solo. Si toman estas medidas contra
Guevara es porque hay una gran tendencia, muy grande, que está de su
parte. Y además de una tendencia muy grande,
hay una enorme preocupación del pueblo.
“Hace poco tiempo el gobierno cubano
publicó un decreto bastante severo: 'es necesario restituir todas las
armas al Estado'. En aquel momento la
cuestión era un poco confusa, ahora está claro qué fin tenía esta resolución,
era contra la tendencia Guevara. Tienen
miedo de un levantamiento.”
Otro párrafo: “¿Por qué han hecho callar a
Guevara? La Cuarta Internacional debe
llevar adelante una campaña pública en ese sentido, exigiendo la aparición de
Guevara, el derecho de Guevara a defenderse y discutir, a hacer apelación a las
masas, a no fiarse de las medidas tomadas por el gobierno cubano, porque son
medidas burocráticas y quizás de asesinos.
Han eliminado a Guevara por callar su lucha, han hecho callar a
Guevara. No obstante que su posición no
fuese consecuente desde el punto de vista revolucionario, porque tendía hacia
la armonización de sus posiciones en la tendencia revolucionaria.”
Y más adelante dice: “Esto demuestra, no la potencia de
Guevara o de un grupo guevarista en Cuba, sino la
madurez de las condiciones en el resto de los estados obreros para que en breve
tiempo estas posiciones fructifiquen. No
se engaña a la burocracia con maniobras y medidas de este género. La eliminación de Guevara significa para la
burocracia la tentativa de liquidar una base de posible reagrupamiento de
tendencias revolucionarias que continúan el desarrollo de la revolución
mundial. Esta es la base de la
liquidación de Guevara y no solo por el peligro que representa a Cuba, sino
porque incluye el resto de la revolución latinoamericana.
“Al lado de Cuba está Guatemala, al lado
de Cuba está Guatemala con el programa de la revolución socialista y, no
obstante, su fuerza y los discursos de su líder máximo Fidel Castro, no ha
podido impedir que el Movimiento '13 de Noviembre' se transforme en un
movimiento socialista revolucionario y que luche directamente por el
socialismo.”
No es absolutamente casual, ni mucho
menos, que este señor dirigente de la Cuarta Internacional, mencione aquí muy
ufano el caso de Guatemala y del Movimiento “13 de Noviembre”, porque
precisamente con relación a este movimiento el imperialismo yanki ha usado una
de las tácticas más sutiles para liquidar un movimiento revolucionario, que fue
filtrarle los agentes de la Cuarta Internacional, que —por ignorancia, por
ignorancia política del dirigente principal de ese movimiento— lo hicieron
adoptar nada menos que esa cosa desacreditada, esa cosa antihistórica, esa cosa
fraudulenta que emana de elementos tan comprobadamente al servicio del
imperialismo yanki, como es el programa de la Cuarta Internacional.
¿Cómo ocurrió esto? Yon Sosa era, sin
duda, un oficial patriótico. Yon Sosa encabeza el movimiento de un grupo de oficiales
del Ejército —en cuyo aplastamiento,
por cierto, participaron los mercenarios que después invadieron Girón—, y a
través de un señor que era comerciante, que se encargó de la parte política del
movimiento, la Cuarta Internacional se las arregló para que ese dirigente,
ignorante de los problemas profundos de la política y de la historia del
pensamiento revolucionario, le permitiera a ese agente del trotskismo
—acerca del cual nosotros no tenemos la menor duda de que es un agente del
imperialismo— que se encargara de redactar un periódico en el cual se copiaba
“de cabo a rabo” el programa de la Cuarta Internacional.
Lo que la Cuarta Internacional cometió
con eso fue un verdadero crimen, contra el movimiento revolucionario, para
aislarlo del resto del pueblo, para aislarlo de las masas, al contagiarlo con
las insensateces, el descrédito y la cosa repugnante y nauseabunda que hoy es
en el campo de la política el trotskismo
(APLAUSOS). Porque si en un tiempo el trotskismo representó una posición errónea, pero una
posición dentro del campo de las ideas políticas, el trotskismo
pasó a convertirse en los años sucesivos en un vulgar instrumento del
imperialismo y de la reacción.
De tal manera piensan estos señores que,
por ejemplo, con relación a Viet Nam del Sur, donde un amplio frente
revolucionario ha unido a la inmensa mayoría de la población a distintos
sectores de la población, los ha unido estrechamente alrededor del movimiento
de liberación en la lucha contra el imperialismo, para los trotskistas eso es
absurdo, eso es contrarrevolucionario. Y
esos señores llegan a la osadía, a la cosa insólita frente a los hechos y a las
realidades de la historia y del movimiento revolucionario, a expresarse de esa
forma.
Afortunadamente, en Guatemala el
movimiento revolucionario se salva. Y se
salva gracias a la clara visión de uno de los oficiales que junto con Sosa
había iniciado el movimiento revolucionario y que comprendiendo aquella
insensatez, aquella estupidez, se separa del Movimiento “13 de Noviembre” y con
otros sectores progresistas y revolucionarios organiza las Fuerzas Armadas
Rebeldes de Guatemala (APLAUSOS PROLONGADOS).
Y ese oficial joven que tuvo tan clara visión de la situación es quien
ha representado al movimiento revolucionario de Guatemala en esta conferencia,
el Comandante Turcios (APLAUSOS PROLONGADOS).
El Comandante Turcios
tiene en su haber el mérito no solo de haber sido uno de los abanderados de la
lucha armada por la liberación de su pueblo oprimido, sino el mérito de haber
salvado al movimiento revolucionario guatemalteco de una de las estratagemas
más sutiles y más pérfidas del imperialismo yanki, y levantar las banderas
revolucionarias de Guatemala y de su movimiento antimperialista, rescatándolas
de las manos sucias de estos mercenarios al servicio del imperialismo yanki.
Y tenemos la esperanza de que Yon Sosa, cuyas intenciones patrióticas al iniciar la
lucha, nadie duda, y cuya condición de hombre honrado nadie duda —a la vez que
sí tenemos muy serias razones para dudar de su actitud como dirigente
revolucionario—, no tarde mucho en desentenderse de esos elementos y vuelva a
unirse al movimiento revolucionario de Guatemala, pero ya esta vez bajo otra
dirección, bajo otra guía que sí demostró, en momentos como esos, claridad de
visión y actitud de dirigente revolucionario (APLAUSOS PROLONGADOS).
Esta posición de los trotskistas es la
misma que adoptaron todos los periódicos y agencias publicitarias del
imperialismo yanki, la misma con relación al caso del compañero Ernesto
Guevara; toda la prensa imperialista de Estados Unidos, sus agencias
cablegráficas, la prensa de los contrarrevolucionarios cubanos, la prensa
burguesa en todo el continente y en el resto del mundo. Es decir, que esta campaña de calumnia y de
intriga contra la Cuba revolucionaria en relación al caso del compañero Guevara,
hizo coincidir de una manera exacta a todos los sectores reaccionarios
imperialistas, burgueses, a todos los calumniadores y a todos los intrigantes
contra la Revolución Cubana.
Porque es incuestionable que solo a la
reacción y solo al imperialismo les puede interesar desacreditar a la
Revolución Cubana, destruir la confianza de los movimientos revolucionarios en
la Revolución Cubana, destruir la confianza de los pueblos de América Latina en
la Revolución Cubana, destruir su fe.
Y por eso no han vacilado en el empleo de
las armas más sucias y más indecentes.
Este mismo señor Gilly,
que de vez en cuando posa entre otros intelectuales norteamericanos en la
revista “Monthly Review” de
Estados Unidos, tuvo la villanía de escribir el siguiente párrafo, que vale la
pena analizar, con relación a la crisis de Santo Domingo. Dijo así:
“Un punto culminante de esta crisis tiene
que haber sido la revolución dominicana, donde el Estado obrero cubano quedó
paralizado por su propia política, sin apoyar abiertamente a la revolución,
mientras en Cuba había una tremenda presión interior para una política de apoyo
activo. Si la crisis era muy anterior a
Santo Domingo, indudablemente Santo Domingo precipitó la revolución.”
Este señor tiene la villanía de acusar a
la Revolución Cubana de no haber dado un apoyo activo a la revolución
dominicana. Y mientras los imperialistas
acusaban a Cuba, mientras los imperialistas trataban de pretextar su
intervención diciendo que elementos izquierdistas y comunistas, entrenados en
Cuba, estaban allí al frente del levantamiento, mientras el imperialismo
acusaba a Cuba y presentaba a la revolución dominicana, no como un problema
interno, sino como un problema externo, este señor acusa a la Revolución de no
haber dado un apoyo activo.
¿Y qué se entiende por apoyo activo? ¿Acaso se pretendía que Cuba, cuyas armas,
cuyos recursos se sabe cuáles son sus características, podía impedir y debía
impedir el desembarco de las tropas norteamericanas en Santo Domingo? Tiene Cuba armas para defenderse a sí misma y
en una correlación infinitamente inferior a los imperialistas, armas
defensivas.
Y son tan miserables estos señores, tan
desvergonzados, que intentan responsabilizar a Cuba de no haber
impedido... Porque ¿qué otra cosa quiere
decir apoyo activo? Porque todo cuanto Cuba podía hacer dentro de aquellas
circunstancias, todo cuanto Cuba podía hacer y debía hacer, lo hizo. Y pedirle a Cuba que impidiera el desembarco
es como pedirle a Cambodia, en el sudeste de Asia,
que impida los bombardeos a Viet Nam del Norte y que impida la ocupación, por
la infantería de marina yanki, de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
Desgraciadamente, las fuerzas de Cuba son
limitadas. Pero en la medida de esas
fuerzas, y de la manera más óptima posible, y de la manera más decidida, a la
vez que más adecuada a las circunstancias, presta y prestará a la revolución su
máximo apoyo.
A aquellos que crean que este país teme a
los imperialistas, a aquellos que creen —con espíritu de superioridad o con
insolente delirio de superioridad sobre nadie— que este país teme a los
imperialistas, bien les valdría haber vivido unas horas aquí en este país,
cuando la Crisis de Octubre, y cuando por primera vez un pueblo pequeño como
este, se vio amenazado con una andanada masiva de cohetes nucleares sobre su
territorio, la actitud que tuvo este pueblo y la actitud que tuvo el Gobierno
Revolucionario (APLAUSOS).
Muchas tonterías, muchas tonterías y
muchas boberías se escriben, y sobre todo se escriben por los irresponsables,
cuando ciertos documentos no pueden ser dados a la luz; pero algún día la
humanidad sabrá y algún día la humanidad reconocerá todos los hechos. Será ese día cuando los miserables vean que
no hubo ningún compañero Guevara asesinado, cuando se conozca con lujo de
detalles cada uno de sus pasos, cuando se conozca igualmente cuál fue la
posición de Cuba en aquellos días difíciles, y cuál fue la serenidad de este
pueblo; cuando se comprenda, no habrá nadie, por insolente que sea, por
provocador que sea, que se atreva a poner en duda el sentimiento de solidaridad
de este pueblo y el valor de este pueblo.
Valor que lo demuestra el hecho de su conducta. No obstante ser este un país que está a 90
millas de la metrópolis imperialista, sobre cuya cabeza en los años venideros
pesarán enormes peligros, en la misma medida en que el movimiento
revolucionario crezca, movimiento revolucionario que crece sobre todo a partir
del ejemplo de la Revolución Cubana, movimiento revolucionario que crece, que
se agiganta, por el ejemplo de Cuba, por las victorias de Cuba, por la posición
de Cuba frente al enemigo.
Y hay que tener en cuenta que cuando este
país desafía ese peligro, este no es un país que posea millones de hombres
sobre las armas, este no es un país que posea armas termonucleares, porque aquí
nuestros cohetes son morales (APLAUSOS); y el número de millones no es lo
infinito, el número de hombres no es lo infinito, sino la dignidad y el decoro
de este pueblo.
Y serán los años venideros los que hablen
por nosotros, y serán los años venideros quienes se encarguen de aplastar a los
calumniadores: no
a estos, que son agentes conocidos de los imperialistas, sino a los confusos, a
los intrigantes, a quienes se dejan intrigar y sirven de instrumento a las
mentiras contra nuestra Revolución.
Altamente compensador es el hecho de lo
que en esta conferencia se demostró, porque en esta conferencia se demostraron
muchas cosas. Se demostró, en primer
lugar, cómo las discusiones pueden girar, por encima de todo, alrededor de lo
que realmente interese, sobre todo alrededor de lo que interese a los pueblos
que luchan: cómo
los pueblos —independientemente de sus fuerzas, independientemente de sus
recursos, independientemente de su tamaño— tienen voz y tienen opinión, y cómo
los pueblos son capaces de tener criterios propios y voces independientes.
Eso se demostró en esta conferencia.
Pero, además, nos cabe a los cubanos la
satisfacción de que juntos, en las mismas posiciones, estuvieron siempre los
cubanos y los movimientos revolucionarios, sin distinción de continente; y cómo
la fuerza unida, cómo los criterios revolucionarios, cómo las posiciones más
honradas, fueron imponiéndose; y cómo en esta conferencia —como una
compensación frente a los intrigantes y a los calumniadores— los pueblos, los
movimientos revolucionarios de liberación siempre, en todo instante,
demostraron una grande, una inmensa confianza en Cuba y en su Partido
revolucionario, y cómo por eso se hizo a este país el honor de concederle la
Secretaría General y la sede temporal de la organización.
Y considerando la tarea desempeñada por
la delegación cubana, por el Comité de Solidaridad de Cuba, trabajando en favor
de la conferencia, luchando incansablemente para vencer todos los obstáculos,
manteniendo en todo momento una posición de principio, objetiva, justa, que ha
arriesgado incluso las relaciones de Cuba con algunos países, como es el caso
de Indonesia, debido a que habiendo quedado en manos de la delegación cubana
decidir, la delegación cubana rechazó la delegación oficial de Indonesia,
arriesgando sus relaciones con un Estado de importancia en aquella parte del
mundo.
Y aunque para nosotros todos los Estados
tienen igual importancia, y todos los pueblos tienen igual derecho, de todas
formas sirva este hecho para demostrar hasta qué punto fue, o trató de ser
justa, y trató de ser objetiva, y trató de mantener una posición de principios
la delegación cubana.
Sabemos lo que trabajaron todas las
delegaciones, porque según dicen los que han estado en varias conferencias
internacionales, esta es una de las conferencias donde más seriamente y más
infatigablemente se trabajó. Por eso, al
haber sido asignada la sede a Cuba, y con la sede la Secretaría General del
organismo, el Buró Político de nuestro Partido acordó nombrar al compañero Osmany Cienfuegos como secretario general del organismo
(APLAUSOS PROLONGADOS).
Todas las delegaciones han tenido la
oportunidad de conocer el esfuerzo y la honradez con que ese esfuerzo se
realizó por el compañero Osmany, en los trabajos
preparatorios y en el desarrollo de la conferencia. Hay que decir que todos cooperaron, que todos
contribuyeron, de una manera o de otra, a aunar criterios, y al éxito de esta
conferencia. Porque, como decía
anteriormente, no siempre coincidían todos esos criterios, pero todos, al fin y
al cabo, con un esfuerzo verdaderamente desinteresado, contribuyeron a su
éxito.
No quiero terminar sin referirme a dos
cuestiones: una,
la honda preocupación que nos embarga a todos ante los sucesos de Indonesia, ante
las noticias que llegan de Indonesia, de que más de 100 000 militantes
revolucionarios han sido salvajemente asesinados; ante la noticia de que Aidit y algunos otros dirigentes del Partido Comunista de
Indonesia han sido asesinados. Consignar
nuestra repulsa, nuestra protesta y nuestra solidaridad con los revolucionarios
indonesios, perseguidos hoy por la reacción militarista azuzada por el
imperialismo yanki. Y, a la vez, como un
homenaje a quien tuvo que ver mucho con el éxito de esta conferencia, reconocer
que Ben Barka (APLAUSOS)
fue un factor decisivo con su constancia, con su trabajo personal, en la
organización de esta Primera Conferencia Tricontinental, y su esfuerzo y su
trabajo fue la causa del problema que sucedió.
Ben Barka, es
opinión generalizada que ha sido asesinado de manera cruel y cobarde. Y si esta Conferencia de Solidaridad está en
el deber de dar un paso precisamente como lealtad y como obligación elemental
hacia aquel que tan devotamente trabajó por su éxito, debe exigir que el asesinato
de Ben Barka sea
esclarecido y que los asesinos de Ben Barka sean castigados.
Todos los indicios hacen recaer la
responsabilidad directa sobre el ministro del Interior de Marruecos, el general
Oufkir, sobre quien recaen todas las sospechas y todos
los indicios.
Esta conferencia no debe descansar hasta
que no se conozcan con toda claridad los hechos, cuáles fueron los autores
materiales, y cuáles fueron los autores intelectuales del asesinato de Ben Barka, del asesinato de quien
era presidente del Comité Preparatorio de esta Tricontinental. Y este hecho repugnante, monstruoso, demostró
ya desde el principio el interés del imperialismo en dificultar la conferencia,
en hacer fracasar la conferencia. Sin
embargo, los resultados de esta conferencia demuestran que la sangre de Ben Barka no se derramó
inútilmente y que el crimen de Ben Barka, su asesinato, como el asesinato de Lumumba, como el asesinato de Aidit,
como el asesinato de Sandino, que con ninguno de sus crímenes horribles, con
ninguno de sus bárbaros actos, el imperialismo podrá detener la marcha
victoriosa, la liberación final de los pueblos.
Justo es que dediquemos nuestro recuerdo
a los que se han sacrificado por la victoria de sus pueblos, a los que han
caído víctimas del imperialismo en todos los continentes; y que nos propongamos
ser siempre fieles a esa causa, ser siempre fieles, en Asia, en Africa y en
América Latina, a la causa de los que han dado su vida y su sangre por la
liberación de los pueblos.
Nuestro país, pueblo que como ustedes han
podido ver es un pueblo de integración étnica diversa, resultado de la mezcla
de pueblos de distintos continentes, hondamente hermanado por eso con la
América Latina, hondamente hermanado con el Africa, hondamente hermanado con
todos los pueblos de todos los continentes, ha hecho el máximo por hacer
agradable la estancia de las delegaciones aquí, ha desbordado todo el
entusiasmo, y toda la hospitalidad, y todo el calor de que es capaz.
Miles de cubanos, incesantemente, sin
atender a descanso, sin atender a vacaciones, han trabajado por el éxito de
esta conferencia, han trabajado por atender a las representaciones de los
pueblos hermanos. Nuestro pueblo todo ha
vivido en estos días la gran fiesta de la solidaridad internacional.
Nuestro pueblo ha sentido como suyo todos
y cada uno de los problemas de los demás pueblos. Nuestro pueblo —como les dije el 2 de enero—
los recibió con los brazos abiertos, y los despide con los brazos cerrados,
como símbolo de un lazo que no se romperá más y como símbolo de sus
sentimientos fraternales y solidarios hacia los demás pueblos que luchan, por
los cuales está dispuesto a dar también su sangre.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)