DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO EFECTUADO EN JOBABO CON MOTIVO
DE FINALIZAR SUS TAREAS EN LA PROVINCIA DE ORIENTE LA BRIGADA INVASORA “CHE
GUEVARA” y PASAR A REALIZARLAS EN
LA DE CAMAGUEY, EL 24 DE DICIEMBRE DE 1967.
(DEPARTAMENTO
DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL
GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañero
Comandante Maro, Jefe de la Brigada Invasora “Che
Guevara”;
Compañeros
oficiales y operarios de la Brigada Invasora:
La tarea realizada por ustedes antes de cumplirse los
dos meses de iniciadas las actividades de la brigada —y teniendo en cuenta que
se comenzó aproximadamente con la mitad de los efectivos totales, y que ha ido
recibiendo sobre la marcha la técnica, y que aun falta un número considerable
de máquinas por recibir, y haber logrado en ese período de tiempo desbrozar 4
236 caballerías de tierra, de tierras absolutamente improductivas, de tierras
prácticamente vírgenes— constituye sin duda un esfuerzo extraordinario y una
justificación de la confianza que la Revolución, sus dirigentes y el pueblo,
pusieron en ustedes.
Nos impresiona especialmente la sinceridad tan propia
de revolucionarios que no solo señalan las cifras y los éxitos alcanzados, sino
que, a pesar de que nosotros sabemos con cuánto tesón, con cuánto interés y con
cuánto esfuerzo han trabajado en estos dos meses, aun consideran deber de
ustedes señalar hasta qué punto se sienten o no satisfechos con la calidad del
trabajo, y hasta qué punto son capaces de exponer sus puntos de vista con
relación a aquellas cosas que creen que no los
satisfacen enteramente y que se proponen superar, y que, de hecho, han
ido superando sobre la marcha.
Esas son cosas verdaderamente propias de
revolucionarios: de
revolucionarios el esfuerzo realizado, de revolucionarios el espíritu
demostrado, de revolucionarios la cantidad de trabajo realizado, y de
revolucionarios la organización, las innovaciones y los resultados que se están
obteniendo.
Debemos decir sinceramente que lo alcanzado hasta esta
fecha supera los cálculos más optimistas.
Y ello es de suma importancia para nuestro país y para todos nosotros,
conscientes del enorme esfuerzo que debemos realizar, conscientes de las
enormes tareas que nuestro pueblo tiene por delante, conscientes de lo mucho
que hay que trabajar en este país para construir el porvenir. Para nosotros —repito— estos hechos son
alentadores.
Ustedes han desbrozado 4 236 caballerías. Pues bien: aún restan por buldocear en el país
para ponerlas cuanto antes en producción, con la urgencia que nuestras
necesidades lo imponen, con la urgencia que nuestros deseos de avanzar el
máximo nos exigen, quedan por desbrozar 58 000 caballerías de tierra. Esas 58 000 caballerías, aproximadamente, son
en Oriente, 10 860; en Camagüey, 25 380; en Las Villas, 8 343; en Matanzas, 5
976; en La Habana, 2 793; en Pinar del Río, 3 041; en Isla de Pinos, 2 500, que
hacen un total de 58 893 caballerías.
Durante los meses de noviembre y diciembre la brigada
trabajó fundamentalmente en el desbrozamiento de tierra para nuevos cultivos de
arroz; aunque trabajó también con relación a otros cultivos, el arroz y la
urgencia que este cultivo impone —se realizaron un sinnúmero de actividades
antes de la primavera—, se puede decir que fue la dirección principal del
esfuerzo.
Ahora la brigada realizará tareas relacionadas no solo
con el arroz sino también, muy especialmente, con los cultivos de caña. Las tareas que tenemos por delante en el
resto de la isla naturalmente que están determinadas por, el tipo de cultivo y
por la fecha en que cada uno de esos cultivos debe realizarse.
En la provincia de Camagüey debemos trabajar, por ejemplo,
para 500 caballerías de arroz de fomento; también será necesario, a más tardar
en el mes de febrero, realizar tareas de desbrozamiento en la provincia de
Matanzas para 500 caballerías nuevas de arroz, y en la provincia de La Habana,
donde se hace necesario desbrozar 350 caballerías del programa de siembra de
arroz de esa provincia. Pero además en
algunas de las provincias resulta de suma urgencia desbrozar tierras también
relacionadas con los planes de fomento de caña.
Tal es el caso, por ejemplo, de la provincia de Camagüey, donde esta
brigada deberá desbrozar 1 235 caballerías para nuevas siembras de caña en la
primavera.
De manera que en estos próximos meses, puede decirse
que en los próximos dos meses, tanto la caña como el arroz nos exigen el esfuerzo
principal.
Las provincias cuentan con diversos recursos. Las tres provincias orientales, es decir, Las
Villas, Camagüey y Oriente, cada una de ellas cuenta con una brigada provincial
de buldoceo. Esas brigadas han estado
realizando distintas tareas. Pero lo que
hace posible el cumplimiento de los enormes planes agrícolas del próximo año es
precisamente el trabajo de la brigada, sobre todo lo que hace posible el
cumplimiento en la fecha oportuna, en el mes oportuno, en la semana y el día
oportunos. Gracias al dinamismo de esta
brigada, a su poder de movilidad, es posible acudir con ella precisamente a
aquellos puntos donde resulta el esfuerzo más urgente. De ahí que cumplidas las tareas que más
urgencia nos planteaban en la provincia de Oriente, y no obstante los trabajos
que todavía deberán realizarse en esta provincia, ahora podrán ustedes trabajar
durante el mes de enero en Camagüey con el grueso de sus efectivos, ya que una
parte permanecerá en la provincia de Oriente precisamente para desbrozar
tierras con vista a los planes cañeros.
Pero al mismo tiempo batallones de la brigada irán
como vanguardia en el mes de febrero a las provincias de La Habana y Matanzas,
y en el mes de marzo entrarán con fuerzas suficientes en la provincia de Las Villas: en el mes de marzo igualmente podrán estar
realizando las tareas más urgentes de Pinar del Río, y en el mes de abril con
el último batallón que se organice, que completarán precisamente los efectivos
totales en máquinas pesadas de la brigada, estarán trabajando también en Isla
de Pinos.
Naturalmente que el mayor esfuerzo, donde se encuentra
todavía el grueso de las tierras por buldocear, se ha de realizar en las
provincias de Camagüey, en primer lugar, con 25 000 caballerías; la provincia
de Oriente, con 10 860; la provincia de Las Villas con 8 343. Naturalmente que no será exclusivo de la
brigada realizar todo este trabajo, puesto que contará también con la
cooperación de la maquinaria de cada provincia, y en especial de las brigadas
de maquinarias de las provincias grandes; pero, sin duda, el grueso de la tarea
—puede decirse el 80% de la tarea— la deberán realizar ustedes.
Y calculamos de acuerdo con el completamiento
que se ha estado realizando y el aumento de máquinas pesadas (hasta 300 máquinas),
y el ritmo de trabajo alcanzado por ustedes, la enorme productividad
lograda —respecto a la cual nos
atreveríamos a afirmar que posiblemente no se haya alcanzado nunca en un
trabajo de esta índole, en ninguna parte, un grado de productividad tan alto—,
y dado esos índices, realmente creemos que lo más importante de la tarea de
desbrozamiento estará prácticamente realizado para fines del próximo año.
No quiere decir esto que para esta fecha estarán todas
las tierras buldoceadas en todas las provincias, pero
sí que prácticamente se habrá liquidado el 90% en la provincia de Oriente, otro
tanto en la provincia de Las Villas, una parte igualmente considerable en
Matanzas, prácticamente todo o casi todo en la provincia de Pinar del Río; y en
fin, los pequeños espacios que queden en esas provincias, exceptuando Camagüey,
podrán ser ya perfectamente realizados por las máquinas de esas
provincias.
Con relación a Camagüey no nos proponemos erradicar
toda la manigua, el marabú o las tierras que no están aptas para cultivar, en
el próximo año, incluso es posible que ni siquiera en el año 1969. ¿Acaso porque no podamos? No.
Sencillamente que la cantidad de tierra es enorme, la población de
Camagüey es reducida, y naturalmente es la única provincia donde no sentimos la
necesidad inmediata de liquidar todo el marabú en los próximos 12 meses, sino
que se hará el máximo el próximo año y después lo que quede se irá desbrozando
a medida que los planes agrícolas de la provincia lo requieran. Y posiblemente —como no queremos que en
ninguna de esas caballerías vuelva a crecer la maleza o vuelva a crecer el
marabú— en esa provincia, por su enorme extensión, es en la única donde nos
impondremos un plazo mayor, un plazo de aproximadamente tres años para terminar
de buldocear todas las tierras que requieren ese trabajo. En las demás provincias prácticamente ya no
tendremos grandes tareas de buldoceo por delante y, como les decía, serán
trabajos fácilmente realizables por la maquinaria de las provincias.
Como les explicamos a ustedes cuando inició sus
actividades esta brigada, la misma pasaría a convertirse en brigada hidráulica
para el año 1969, puesto que nuestro esfuerzo principal ahora era el desbroce,
y ya en 1969 el país acumularía una gran cantidad de recursos para dar un
impulso decisivo al desarrollo de los recursos hidráulicos del país; es decir: construcción de
embalses, drenajes, aprovechamiento de las aguas subterráneas. De manera que los cultivos principales puedan
contar con regadío, de manera que podamos irrigar una superficie superior a 250
000 caballerías y que nos proponíamos realizar este esfuerzo en un plazo no
mayor de cinco años.
Y ya pronto, el próximo año, comenzarán a organizarse
las primeras brigadas hidráulicas, de manera que ya terminando esta brigada su
trabajo de desbroce, dejará una fuerza reducida en la provincia de Camagüey, y
el resto se integrará en brigadas hidráulicas con recursos aun muy superiores a
los que se cuentan en este momento.
En el orden de prioridades, la política para el
próximo año será la de darle prioridad a un cultivo fundamentalmente, y ese
cultivo es la caña; en el segundo orden de prioridades se le dará especial
atención a la producción de viandas; y en tercer lugar a la producción de
arroz. Esto quiere decir que la caña
será el objeto de nuestro principal esfuerzo, puesto que tenemos por delante
una meta alta, que es la meta de 10 millones de toneladas de azúcar para
1970.
Y estamos decididos a alcanzar esa meta por encima de
cualquier obstáculo, por encima incluso de los obstáculos que el clima, es
decir, el tiempo, nos impone en determinados momentos.
Este mismo año en esta provincia ha tenido lugar una
de las más grandes sequías que se recuerdan; hace apenas algunos años tuvo
lugar una de las más grandes inundaciones y este año una de las más grandes
sequías, de manera que muchos cultivos se sembraron en primavera y se
perdieron, y muchos otros se sembraron en el otoño y se perdieron.
Les explicamos a ustedes cuán poca extensión de
terreno se irrigaba en esta provincia, la inmensa necesidad, si queríamos tener
una agricultura segura, de desarrollar los recursos hidráulicos del país de
manera que no tengamos que depender del tiempo, de manera que no tengamos que
depender de factores imponderables. Y
así será en los años venideros a paso de carga.
Tenemos el compromiso, el deber y la necesidad de
cumplir las metas de caña en 1970. Y esa
meta será un índice de la capacidad de la Revolución. Y en el grado en que logremos o no cumplir
esa meta servirá en el mundo para juzgar la capacidad de nuestra Revolución de
llevar a cabo grandes empresas, de llevar a cabo grandes tareas.
Les digo desde ahora que a nosotros no nos cabe la
menor duda de que cumpliremos esa meta.
Sabemos que hay escépticos, no propiamente en nuestro país —porque
cualquiera que vea el clímax de trabajo que hay en este momento en Cuba no
tiene duda absolutamente de nada—, pero puede haber en el mundo escépticos que
piensen que no seremos capaces de cumplir estas metas.
Y no tenemos solamente ese deber, ese compromiso
—puede decirse histórico—, esa necesidad de cumplir esa meta, sino también que
nos consideramos en el deber de impulsar al máximo otros cultivos, como lo
estamos haciendo con el arroz, como se va a realizar con las viandas en tierras
de regadío para no depender de los imponderables del tiempo.
Se ha alcanzado un notable incremento en la cantidad y
en la calidad del trabajo a lo largo y ancho del país. Decir que se ha logrado un considerable
incremento no significa ni mucho menos que se hayan resuelto todas las
deficiencias; pero las deficiencias y las debilidades y los fallos que
subsisten serán también superados, serán también barridos de la misma forma que
ustedes con la brigada gigante han estado barriendo el marabú.
Por estas razones, por estas causas que les explico es
que se mantiene el programa de trabajo de la brigada para 1968 y que se
descompone de la siguiente manera:
En la provincia de Oriente, mes de enero: permanecerán 10 arrastratanques cadeneando, 20 C-250 roturando, 40 CD-8
desmontando, 60 CD-6 roturando; febrero:
20 C-250 roturando, 40 CD-8 desmontando y 60 CD-6 roturando; marzo: 120 CD-6 roturando y 40 CD-8 desmontando.
De las fuerzas mencionadas anteriormente para el mes
de marzo en la provincia de Oriente —es decir: 120 CD-6 roturando y 40 CD-8
desmontando—, esas máquinas permanecerán en la provincia de Oriente hasta fines
de año.
Provincia de Camagüey, mes de enero: 10 C-250 cadeneando, 140 CD-8
desmontando; febrero: 10 arrastratanques cadeneando, 10 C-250 roturando y 80 CD-8
desmontando; marzo: 10 C-250 cadeneando,
20 C-250 roturando, 50 CD-8
desmontando y 60 CD-6 roturando. Tanto
los CD-8 como los CD-6 permanecerán en la provincia hasta fines de año.
Provincia de Las Villas, mes de marzo: estarán 10 arrastratanques cadeneando, 50 CD-8 desmontando, 60 CD-6
roturando. Igual que en las dos
provincias anteriores, los CD-8 y los CD-6 permanecerán hasta fines de
año.
Matanzas, mes de febrero: 40 CD-8 desmontando y 30 CD-6
roturando. Estas máquinas permanecerán
en la provincia de Matanzas hasta el mes de agosto en que serán trasladadas a
la provincia de Camagüey.
Provincia de La Habana, mes de febrero: 40 CD-8
desmontando, 30 CD-6 roturando. A fines
de mes pasarán a la provincia de Pinar del Río.
Pinar del Río, mes de marzo: 40 CD-8 desmontando, 30 CD-6
roturando. Permanecerán en esa provincia
hasta fin de año.
Isla de Pinos, mes de abril: 30 CD-8 desmontando y 30 CD-6
roturando. Permanecerán en esa área
hasta el mes de agosto en que pasarán también a la provincia de Camagüey.
De esta forma en Camagüey se concentrarán de nuevo en
el mes de agosto 10 arrastratanques cadeneando, 30
C-250 roturando, 130 CD-8 desmontando y 120 CD-6 roturando, hasta fines de
1968.
En el primer trimestre de 1969 permanecerán en
Camagüey un batallón de CD-8 desmontando, un batallón de CD-6 roturando,
apoyados por los correspondientes arrastratanques y
C-250 de roturación pesada, en la medida en que sean necesarios para apoyar el
esfuerzo de los CD-8 y los CD-6. El
resto de las unidades pasarán entonces a convertirse en brigadas
hidráulicas.
Como podemos ver en las diversas tareas, la fecha de
cada cultivo y sus prioridades nos impone un período de cierta dispersión en el
trabajo de la brigada que hará naturalmente más tenso y más complicado el
trabajo de los compañeros que la dirigen.
Pero nosotros estamos seguros de que con la experiencia, la enorme
experiencia adquirida tan solo en dos meses, podrán ustedes perfectamente
cumplir las misiones asignadas hasta el momento en que de nuevo volverán a
reunirse la mayor parte de las unidades.
Desde luego, cuando se vaya a realizar el trabajo
hidráulico habrá que realizarlo en el centro, en Occidente, en Oriente, y
naturalmente no será solo una brigada gigante, habrá más de una brigada gigante
en esas tareas, y habrá varias brigadas medias que deberán realizar el trabajo
en todo el país. Pero en su conjunto
actuarán nacionalmente como una sola organización, como una sola fuerza,
aprovechando la inmensa ventaja de la extraordinaria disciplina y del
extraordinario espíritu de trabajo y del grandioso ejemplo que ustedes están
dando en nuestro país.
De modo que ya la influencia del trabajo de esta
brigada, su espíritu, su conciencia revolucionaria, su desarrollo, su
organización y su prestigio están influyendo ya en el trabajo general en todo
el país. Así sabemos ya de muchos
lugares de varias provincias donde han estado adoptando los mismos métodos de
trabajo, el mismo método de organización.
Podemos decir que en realidad ha sido un éxito
completo, pero un éxito que se ha hecho sudando mucho, un éxito que se ha
logrado trabajando, un éxito que se ha logrado haciendo verdaderos sacrificios,
un éxito que se ha logrado en medio de una verdadera batalla por el progreso
del país, una verdadera batalla contra los obstáculos, una verdadera batalla
contra nuestro enemigo que es las tierras sin producir. Porque será tarea de la Revolución poner a
producir hasta la última pulgada de tierra de nuestro país, y ponerla a
producir no solo en extensión sino también en cantidad. Y cada tierra produciendo lo que debe
producir en consideración a sus características, en consideración a las
necesidades industriales y a las necesidades sociales del país.
Por ejemplo, en años futuros será muy difícil ver una
sola hectárea de tierra, una caballería de tierra en las proximidades de un
central azucarero sin que tenga caña.
Ocurre muchas veces que las cañas de los centrales hay
que trasladarlas desde grandes distancias y, sin embargo, aparece tierra ociosa
estatal o privada en las proximidades de los centrales, y eso va, naturalmente,
en detrimento de los intereses económicos del pueblo.
Se viene realizando en los últimos tiempos un gran
esfuerzo: son
sumas enormes de combustible las que se ahorran acercando la caña a los
centrales, sumas enormes de material rodante, de gastos de todo tipo. Por eso nosotros nos vemos en la necesidad de
racionalizar mucho, porque la agricultura se desarrolló en el pasado en medio
del caos, en medio del caos y de la anarquía propios
del capitalismo. Unos centrales tenían
sus cañas en las proximidades de otro central, mientras que aquel otro central
tenía sus cañas en las proximidades de este, porque respondían a una serie de
intereses, a una serie de compromisos. Y
naturalmente, de esa forma caótica no se podía en nuestro país organizar una
agricultura racional. Por eso vemos
todavía tantas cañas situadas en lugares prácticamente montañosos, donde los
hombres tienen que arriesgar la vida para poder cortarla.
En esas condiciones naturalmente, si los centrales
existen, si constituyen una importante base económica para el país, no tenemos
otra alternativa, si queremos poner las cosas en orden, que sembrar caña en las
proximidades de los centrales y en los terrenos llanos. Y naturalmente que, en perspectiva a largo
plazo —puesto que aspiramos a la mecanización total de la caña y nos sentimos
cada vez más optimistas en ese sentido—, pensamos que a la larga, en años
futuros, habrá que ir quitando la caña de los centrales donde no se puede
mecanizar sencillamente porque los terrenos son demasiado ondulados. Será nuestro deber situar en el futuro las
cañas de los 10 millones en terrenos llanos y en los sitios más próximos a los
centrales. Y aquellos centrales donde
resulte, por su ubicación, absolutamente imposible cumplir este cometido,
deberán ser desmantelados, o deberán
ser trasladados, o deberán ser
sustituidos por otros nuevos.
Son enormes las posibilidades de nuestro país si
nosotros sabemos usar los recursos humanos, los recursos naturales, los
recursos técnicos que poseemos. Y por
ese camino avanzamos resueltamente.
Este año que está transcurriendo o ya finalizando ha sido un año de grandes esfuerzos en este
sentido, pero el próximo año promete ser aún más intenso, de más esfuerzos, de
más avance.
Entendemos que el esfuerzo realizado por este puñado
de hombres que día y noche, incesantemente, han estado al lado de las máquinas,
y trabajando, viviendo en campaña como en una guerra, librando una verdadera
batalla, ese esfuerzo será decisivo —repito—, decisivo para nuestro país,
decisivo para los programas agrícolas de nuestro país. Y repito que no se hizo sin mucho sudor, pero
no solo sudor sino también con sacrificios de vidas, como ocurrió con el
compañero Gerardo Moreno González, que infortunadamente falleció en el día de
ayer como resultado de un accidente en su trabajo.
Y es que este esfuerzo, este esfuerzo intenso requiere
sacrificios, requiere riesgos, requiere no solo derramar el sudor sino, en
ocasiones como esta, accidentes inevitables, por más esfuerzos que se hagan a
fin de impedirlos. Pero dejamos
constancia también de nuestro reconocimiento a este compañero, al que con toda
razón podemos llamar heroico, que dio su sangre y dio su vida como los
combatientes que lo precedieron, como los combatientes que en la guerra
hicieron posible el presente de la patria.
El hombre se ve en la necesidad de luchar, de
enfrentarse a las adversidades, de enfrentarse a la naturaleza dura, de enfrentarse
—como en el caso de nuestro país— a la pobreza, al subdesarrollo. ¡Pero solo con esfuerzos de hombres, con
sacrificios de hombres, se puede marchar adelante!
Y esta verdad es la que eleva la actitud de ustedes
ante la conciencia de todos: el ejemplo
de ustedes, de verdaderos revolucionarios, de verdaderos ciudadanos, que
trabajan sin descanso, día y noche, como lo exigen estos tiempos de la patria,
que trabajan con una generosidad extraordinaria, y que bien pueden presentarse
como un verdadero motivo de vergüenza para aquellos que no son capaces de dar
por la patria no ya una gota de sangre, sino ni siquiera una gota de sudor;
para aquellos que, parásitos o aspirantes a eternos parásitos, solo piensan en
sí mismos y solo piensan en disfrutar del esfuerzo de los otros.
Pero aquí, delante de ustedes, una vez más repetimos
que el trabajo de este pueblo no será trabajo para parásitos, que los frutos
del trabajo que con tanto ardor y con tanto esfuerzo se van a obtener no serán
frutos para que los cosechen holgazanes; y que por este camino emprendido cada
vez será más nuestra patria un pueblo de trabajadores conscientes y
revolucionarios, un pueblo de soldados, un pueblo de patriotas, un pueblo donde
las filas de los que están dispuestos a cumplir con el deber crecen más y más,
un pueblo donde los que se ponen del lado del honor y de la dignidad son cada
vez más, y cada vez menos aquellos que se quedan en el bando del deshonor, del
parasitismo, de la holgazanería.
Este trabajo que ustedes realizan será trabajo para el
pueblo, para bienestar del pueblo trabajador, para bienestar de sus hijos y
para bienestar de las generaciones futuras.
En nombre de nuestro Partido y de nuestro pueblo les
expresamos nuestro más profundo reconocimiento por lo que han hecho, y les
decimos con satisfacción que han demostrado ser acreedores al nombre dignísimo
que lleva esta brigada, el nombre de Brigada Invasora “Che Guevara”.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)