DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA Y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA
INAUGURACION DE LA PRESA EL MATE, EN EL RIO CONTRAMAESTRE, A UNOS DOS KILOMETROS
y MEDIO DEL PUEBLO DEL MISMO
NOMBRE EN LA PROVINCIA DE ORIENTE, EL 5 DE JULIO DE 1968.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros
constructores de la presa El Mate;
Compañeros
trabajadores de la región de Contramaestre, Maffo,
Palma y todos los demás compañeros que están aquí presentes;
Compañeros
orientales y compañeros invitados:
Esta obra tiene su historia y, por cierto, una
historia interesante y hermosa, que fue la que nos refirieron aquí el compañero
ingeniero que dirigió la construcción y el compañero obrero de vanguardia, que
me precedieron.
Ellos explicaron cómo una presa podía parecer sencilla
pero que no tenía nada de sencilla. Y
quizás, como ellos reflejaron muy bien aquí, la dificultad mayor radicaba en la
falta total de experiencia en obras de esta naturaleza.
Baste decir, por ejemplo, que en nuestro país cuando
se fundó el instituto hidráulico había unos cuatro o cinco ingenieros
hidráulicos. Actualmente estamos muy
lejos todavía de disponer de todos los que necesitamos, pero ya hay
aproximadamente 50 ingenieros hidráulicos cubanos.
Esta sola cifra para un país que no tenía obras
hidráulicas de ninguna índole, un país donde el embalse mayor creo que era el
de Charco Mono —que, como dice un compañero ahí, se quedaba seco, y ahora mismo
está seco y hace más de un año que está seco— y era para abastecer de agua la
ciudad de Santiago de Cuba; la presa del Hanabanilla con fines no hidráulicos
sino hidroeléctricos, estaba todavía por terminar al triunfo de la
Revolución. Y lógicamente, no había
ninguna experiencia en este tipo de construcciones, y sin embargo la necesidad
era absoluta. Había que empezar de
alguna forma a dominar nuestros arroyos.
No digo ríos porque este país no tiene ríos. Cualquier visitante que tenga concepto de lo
que es un río, si le decimos:
este es el río Contramaestre, pregunta: “¿Y dónde está el río?”
Sin embargo, estos arroyuelos cuando vienen los
ciclones y cuando cae como a raíz del Flora de 1 500 a 2 000 milímetros en 72
horas, entonces estos arroyos se convierten en gigantescos ríos. Y hay que decir que a raíz de ese ciclón la
crecida alcanzó prácticamente el ancho del Amazonas, que es el río más
caudaloso del mundo; y que a la altura de la ciudad del Cauto el ancho de la
crecida tenía 40 kilómetros, y que en las proximidades de la desembocadura el
ancho de las inundaciones abarcaba prácticamente desde Estrada Palma hasta las
proximidades de Las Tunas. Todos los
arroyos se juntaron y tuvimos un Amazonas en el medio de la provincia de
Oriente.
Y era necesario comenzar a realizar la tarea de
dominar los ríos, a fin de dominar las sequías y las inundaciones, tan dañinas
unas como otras. Y cómo un país que
había vivido en el atraso técnico y en la explotación económica no tenía ni la
posibilidad de preparar, de formar un número mínimo de hombres, de técnicos
preparados para realizar estas tareas, sin las cuales no habría forma de salir
de la pobreza, de la miseria y de la dependencia absoluta de factores
incontrolables de la naturaleza.
Y recién estamos empezando. No inauguramos esta obra con el criterio de
que hemos hecho una gran obra. Esta es
una obra importante porque fue una de las primeras, porque se convirtió en una
escuela, porque nos dio experiencia, porque fue construida con el entusiasmo,
con la buena voluntad, con el valor, con la tenacidad de nuestros
trabajadores. Inauguramos una obra que
es simplemente el comienzo de una enorme obra hidráulica que deberá realizarse
en todo el país.
Hace algunas semanas se inauguró en esta misma
provincia la presa derivadora del Cauto, destinada a la irrigación de las
nuevas áreas de arroz que se están sembrando en esta provincia. Aquellas obras se calculaba
que normalmente requerirían, por lo menos, dos años para su construcción. Y hay que decir que se construyeron en 120
días. Obras de riego suficientes para
disponer, si mal no recuerdo, de 20 metros cúbicos de agua por segundo, ¡veinte
metros! Una cantidad de agua que en ese
caso se toma del cauce de los ríos, equivalente al agua que puede salir también
de esta presa, unos 20 metros cúbicos por segundo.
En aquella ocasión nosotros referimos los materiales,
los equipos que se habían invertido en aquella obra, y en esta ocasión debemos
señalar aquí —por ejemplo— algunos datos de esta presa.
Tiene una longitud de 850 metros, es decir, casi un
kilómetro; una altura máxima de 52 metros.
En realidad, lo que los compañeros han hecho aquí es construir una loma
en medio del cauce del río, una loma de 850 metros de largo por 52 metros de
alto, y nadie dice cuánto de ancho —aquí no lo dice—, pero creo que son unos
300 metros. Han establecido esta loma en
medio del cauce del río Contramaestre.
Tiene dos compuertas; el
aliviadero que queda aquí a nuestro lado tiene 143,8 metros de ancho y
427,8 metros de largo. Es decir, han
hecho un cauce nuevo del río para cuando venga demasiada agua —que todos
estamos deseando que ese momento llegue— pueda el exceso salir por ese nuevo
cauce.
El volumen total del embalse es de 200 millones de
metros cúbicos. Esto quiere decir que la
capacidad para irrigar depende del cultivo: si es arroz, menos; si es caña,
más. Pero permitiría irrigar de caña
unas 3 000 caballerías y 3 000 caballerías de caña puede dar una buena cantidad
de caña: unos
300 millones de arrobas, si tenemos caña de 100 000 arrobas; y con 300
millones, con los rendimientos que tiene la provincia de Oriente,
aproximadamente medio millón de toneladas de azúcar, un poquitico menos pero no
mucho menos.
Aquí se han hecho movimientos de tierra, de arena, de
piedra, en fin, de roca, en cantidades equivalentes a 4 605 000 metros cúbicos;
en construcciones aproximadamente 228 000 metros, y construcciones de cemento
de distinto tipo.
Se han invertido 1 850 metros cúbicos de madera, 23
740 toneladas de cemento, 516 087 bolsas.
De acero se han invertido 4 100 toneladas.
Ha trabajado un número máximo de 1 050 obreros y un
promedio de 600. Se emplearon 16
buldóceres, 60 camiones pesados, 19 grúas, 9 cargadores, 30 camiones ligeros,
10 wagon-drill —estos son
unos equipos que se usan para perforar, hacer túneles—, 9 compresores, 2
plantas de hormigón y 4 máquinas de inyección.
El costo total de la obra, 15 726 000 pesos.
Se comenzó la obra el 1ro de julio de 1964, para terminarla
en cuatro años. Hubo un accidente —del
que hablaron los compañeros— el 27 de mayo, en que una crecida se llevó la
ataguía. No obstante eso, los compañeros
reaccionaron a la necesidad de acelerar la obra y se decidieron para cerrar la
presa, es decir, llegar a la cota de seguridad, para el 1ro de mayo del año
pasado y llegaron el 20 de abril. Es
decir, esta presa se termina prácticamente este año, pero se cerró ya desde el
20 de agosto del año pasado, ante la necesidad de disponer de agua.
Existían 496 viviendas en una cuenca del río, familias
a las que fue necesario resolverles los problemas de la vivienda y reubicarlas
en otros sitios. Es decir, vivían 2 500
personas en donde va a estar ahora el lago.
Ya se explicó aquí quiénes proyectaron la obra. Hay que destacar la participación de los
compañeros, el compañero Roberto Caballero, ingeniero cubano, en la
construcción; el jefe de la construcción, un ingeniero francés, Jean Claudes Poncin; un ingeniero
soviético, Valeri Yaponenko;
y una tarea muy importante en una obra de esta índole, que es la proyección
realizada por un ingeniero soviético Henry Gerasimov.
En total, durante la construcción participaron siete
ingenieros, y en la proyección 23 ingenieros.
Esto, con relación a los gastos de equipos, de
materiales y el esfuerzo realizado. Pero
también, como aquí se señaló, algo todavía más apreciado por todos nosotros
costó esta obra: costó
sangre de trabajadores, pues seis obreros perdieron su vida en distintos tipos
de accidentes durante la construcción. Y
son cosas que no deben olvidarse nunca: lo que cuesta a un pueblo la lucha por
su liberación y por su progreso.
Ellos recordaban la sangre derramada en las luchas
revolucionarias, y todos ustedes —vecinos de esta región— recordarán también
que hace apenas 10 años alrededor de este mismo pueblo de Maffo
y de Contramaestre y de Palma Soriano, se combatía, y de Baire, y de Jiguaní, y
de todos los demás, se combatía duramente contra las tropas que servían a los
intereses del imperialismo y de los explotadores en nuestra patria, y que
muchos hombres solamente en esos cinco pueblos, más de 50 hombres cayeron en
unos cuantos días de combate. Y cómo
ahora no solo hay que pensar en el heroísmo de los que en las luchas
liberadoras dieron su vida, sino también en el heroísmo de los trabajadores que
en la construcción dan su sudor y en ocasiones dan también su sangre. Como ocurrió también en días recientes, a
raíz de un accidente que provocó un incendio en una de nuestras refinerías
—industria importantísima para nuestro desarrollo—, en que dos obreros también
de aquella refinería, combatiendo contra el fuego, resultaron gravemente
lesionados y su estado en estos instantes es sumamente crítico. E igualmente otros trabajadores de aquel
centro, y compañeros también de las milicias y del Ministerio del Interior,
luchando contra el incendio, en número de 10 resultaron con graves heridas.
Y esto nos enseña o nos debe enseñar cuál es el
concepto con que los obreros defienden su riqueza, sus fábricas, su obra.
¿Y quién podía pedirle antes a ningún obrero hechos
heroicos semejantes con la plena conciencia de la importancia de su trabajo, de
su industria? Que en actos de heroísmo,
como también lo hicieron los obreros portuarios en ocasión de aquel criminal
sabotaje del vapor “La Coubre” en los muelles de La
Habana, y en muchos hechos similares se lanzan a dominar el incendio, lo mismo
donde hay combustible que donde hay explosivos, defendiendo con sus cuerpos y
con su sangre su obra y el fruto de su sudor.
¿Y cómo podía concebirse jamás en una sociedad de
explotadores y explotados, cómo podría concebirse jamás que los hombres
estuvieran dispuestos a hacer algo semejante por aquello que no les
pertenecía?
Y estos hechos, más que ninguna palabra, demuestran la
identificación en lo más profundo de sus conciencias del trabajador con la obra
revolucionaria, del mismo trabajador que se moviliza en los momentos de
peligro, que lucha en Girón, que combate en el Escambray, que pierde su vida en
cualquier sabotaje criminal, dispuesto a defender con las armas la Revolución
en la lucha contra los enemigos imperialistas y dispuesto a defenderla también
en la lucha contra la naturaleza y contra los contingentes, cualquier
circunstancia accidental que pueda presentarse en su trabajo.
Y estas cosas enseñan mucho más que ningún manual y
que ninguna palabra lo que es una obra revolucionaria. Tal vez muchos pensaron que al día siguiente
del triunfo de las armas entraríamos en plena posesión de la abundancia,
entraríamos en plena posesión de las riquezas, cuando lo único cierto es que al
otro día del triunfo de las armas entraríamos en el momento de empezar a
construir el país y en el momento de empezar a construir la riqueza del
futuro.
Y esta obra, unida a nuestra experiencia, a la
experiencia de todo el pueblo, en esta provincia, nos enseña cómo sin este
esfuerzo y sin este trabajo no habrá seguridad, no habría porvenir.
Estas aguas —como les decía—, esta sola presa,
permitirá el cultivo de grandes extensiones de arroz y de caña. Y en esta misma provincia, como ustedes
saben, el pasado año no llovió en la primavera y se perdieron las cosechas, no
llovió en el otoño y se perdieron las cosechas: y las cañas, como consecuencia de la
sequía, sufrieron considerablemente.
¿De qué forma se comporta la naturaleza? La naturaleza se comporta de forma
paradójica, de forma caprichosa; la naturaleza sigue sus leyes físicas o
biológicas, no sigue las leyes de la voluntad del hombre. El hombre debe luchar con la naturaleza para
imponerle su voluntad, para imponerle sus leyes.
En 1963, descomunales inundaciones que costaron más de
1 000 vidas en esta provincia, sorpresivas avenidas de agua, de kilómetros de
ancho, la famosa “ola de agua” —como la llaman los campesinos—, que en horas de
la madrugada y sin la menor posibilidad de escape barrieron centenares de
viviendas, hicieron vivir horas de angustia interminable a miles de personas,
encaramadas en los árboles, en los techos de las casas; perecieron ahogados
sobre todo centenares de niños, familias que perdieron a todos sus hijos en
aquella terrible situación; innumerables huérfanos, niños que quedaron sin
padre, madre ni hermanos. O como cuando
el 27 de mayo de 1966 una crecida prematura barrió la ataguía de esta
obra.
Es decir, en el año 1963 enormes inundaciones. En el año 1966, en medio de la obra, enorme
crecida en el mes de mayo. Y sin
embargo, cuando en el año pasado de 1967 los constructores de esta obra,
haciendo un enorme esfuerzo, lograron llegar a la cota 113 de seguridad y
cerraron la presa, pues entonces en todo lo que quedó del año no llovió
prácticamente nada e, incluso, no había agua en este embalse ni siquiera para
darles a las personas que vivían a lo largo del río. Y fue necesario incluso bombear con una
motobomba agua porque no llegaba ni siquiera a la altura del túnel.
Y este año también sigue comportándose la naturaleza
en forma paradójica. Desde los límites
de la provincia de Camagüey hasta el extremo occidental del país ha llovido
copiosamente.
(DEL PUBLICO LE DICEN: “Bloque de Comecara,
con 4 700 habitantes, estamos incomunicados por la presa”). Es un problema que tienen ellos. Vamos a atender eso.
(DEL PUBLICO LE DICEN: “Es un problema fuerte”). Pero no será tan fuerte que no se resuelva.
(DEL PUBLICO LE
DICEN ALGO)
Les voy a hablar de caminos ahora también.
(DEL PUBLICO LE DICEN ALGO)
Bueno, ya estamos informados. Ahora denles oportunidad a los otros, que a
lo mejor tienen algún...
(DEL PUBLICO LE DICEN ALGO)
Bien, pero de lo que estamos hablando aquí creo que le
interesa también a usted:
que haya arroz, que haya leche, que haya carne, que haya
viandas. ¿Verdad? ¿Estamos de acuerdo? (APLAUSOS)
Les decía que este año, desde los límites de Camagüey
hasta el extremo occidental del país, ha llovido desde el mes de mayo
copiosamente, en los meses de mayo y junio.
La única provincia en que todavía las lluvias no han
sido copiosas, en que todavía las lluvias no han sido extraordinarias, es la
provincia de Oriente:
y no en toda la provincia de Oriente, en algunas regiones de
Oriente, como Bayamo, ha llovido en estos meses más de lo que llovía quién sabe
cuántos años hace. Sin embargo, en otras
regiones como Banes, como Guantánamo, como el sur de
la Sierra Maestra, las lluvias han sido todavía
escasas, y si se exceptúan algunos aguaceros caídos en esa región y también en
la de Guantánamo hace algunos días, hay zonas donde prácticamente en dos años
no llovió.
Y ahora tenemos aquí esta circunstancia
extraordinaria, que de El Mate hacia abajo, en Bayamo, en Baire, en Jiguaní, en
Contramaestre, en todas partes, ha llovido tremendamente y, sin embargo, en las
fuentes del río Contramaestre, un río que ustedes conocen bien, ese mismo río
que el 27 de mayo de 1966 destruyó la ataguía, a estas horas, y aunque hace
prácticamente un año que está cerrada la presa, ahí lo tienen con unos 30
millones de metros cúbicos de agua. Es
decir que esta obra ha tenido que enfrentarse seriamente a todas esas dificultades
y ya terminada, ya cerrada, pues todavía la cantidad de agua es
insignificante.
¡Y así se comporta de caprichosa y de paradójica la
naturaleza!
Desde luego, nosotros sí no creemos que esta presa va a seguir vacía.
Vamos a ver cuánto tarda en llenarse, vamos a ver cómo llueve en julio,
y vamos a ver cuando venga el mes de octubre; porque nosotros hemos visto este
río muchas veces erguido y bien crecido, haciendo daño, inundando. Y creo que es ya al final que este río pierde
la batalla; y este río tiene que crecer y a pesar de su tremenda resistencia,
su tenaz resistencia a dejarse doblegar por el hombre, destruyendo la obra del
hombre, contrariando la obra del hombre, a este río ya le queda muy poco tiempo
de estar haciendo lo que le da la gana.
Además, se ha construido esta presa con todas las
medidas de seguridad, se han establecido índices que la hagan capaz de resistir
lluvias e inundaciones aún superiores a las que ocurrieron cuando el
Flora. Y se dice que un
Flora puede ocurrir cada 500 años, pero esto de que pueda ocurrir cada 500 años
no quiere decir que no vayan a ocurrir dos Flora consecutivamente; puede tardar
500 ó 1 000 años o puede tardar 3 ó 4 años, ó 10 años en repetirse un fenómeno
de esa naturaleza.
Pero en la construcción de este embalse se tuvieron en
cuenta las circunstancias de que se pudiera producir un fenómeno de esa
naturaleza; es decir, con todas las medidas de seguridad, un cauce artificial
suficiente a una crecida más grande incluso que la del Flora.
Ahora bien, en este año en la provincia de Oriente se
construirán nueve embalses.
En el mes de noviembre se comenzará a construir una
presa importante en la zona de Guantánamo, una presa importante en el cauce del
río Nipe, varias presas en distintos ríos de la región de Holguín, una presa en
el río Pedregal, una presa en la laguna de Leonero, una presa en el río Jobabo
y, por último, una presa mayor que esta todavía, que es la denominada “Presa
24”, en el valle del Cauto, capaz de almacenar 285 millones de metros cúbicos
de agua. Sin embargo, esa presa no costará
más trabajo que esta, puesto que su dique, si bien es un dique muy largo, no es
un dique ancho, y será fundamentalmente un problema de movimiento de
tierra.
Pero con esas aguas y con las aguas subterráneas que
comenzarán a explotarse también en el próximo año, con cuyo objeto llegarán 25
perforadoras de pozos, se dispondrá para el próximo año de las siguientes
cantidades de agua para regar la caña.
Se dispondrá del agua de esta presa, la que esta presa
acumule de aquí a fin de año; se dispondrá del agua que se acumule en la presa
de Paso Malo, río de Yara; se dispondrá de unos 90 millones de metros cúbicos
de agua subterránea en el macizo cañero del norte de Oriente, donde están los
colosos azucareros, y se dispondrá ya entrada la próxima primavera —y por si
acaso viene un año seco— de las nueve presas que se construirán prácticamente
en seis meses.
Las grúas y parte de los equipos de esta presa
marcharán rápidamente con el comienzo de la próxima seca a trabajar en la
“Presa 24”, 200 nuevos camiones pesados de 10 toneladas se incorporarán a las
obras hidráulicas de la provincia de Oriente.
De manera que se dispondrá con vistas a la zafra de
1970, en la provincia de Oriente, de aproximadamente 1 000 millones de metros
cúbicos de agua, más que suficiente para regar, cuando menos, 10 000
caballerías de caña en la provincia de Oriente.
Es decir, que se están tomando medidas con vistas al
cumplimiento de las metas de 1970 en todo el país, independientemente de las
enormes extensiones de caña nuevas que se están sembrando, de cantidades
considerables de agua subterránea y de agua de presas en todo el país.
Los equipos que este año se están incorporando a las
construcciones hidráulicas son suficientes para mover 60 millones de metros
cúbicos de tierra por año. Para tener
una idea de la fuerza en maquinaria que eso significa, baste decir que se
incorporan nuevas capacidades de movimiento de tierra, suficientes para mover
doce veces la tierra que se movió para construir esta presa de El Mate, que es
el mayor embalse que se ha construido en nuestro país. Y se incorporarán también 75 nuevas máquinas
perforadoras de pozos.
y desde luego, estas obras hidráulicas no se destinarán
solamente a la caña; se destinarán a las nuevas plantaciones de arroz, a las plantaciones
de viandas y, en fin, a todos los planes agrícolas que se están realizando en
nuestro país.
Pero como consecuencia de este esfuerzo nos
liberaremos de las inundaciones, porque con relación a las inundaciones también
se están construyendo cientos de kilómetros de canales, y con los canales y las
presas lograremos dominar las aguas.
Dominando las aguas dominaremos la sequía, y los años de mucha lluvia
almacenaremos agua suficiente para enfrentarnos a cualquier sequía por dura que
sea. Y entonces adquiriremos la
seguridad en nuestro trabajo, la seguridad de que cada minuto, cada hora que se
invierta del esfuerzo del hombre será aprovechado.
Mas el agua no solo nos permitirá la seguridad del
trabajo. Hay también el hecho de que en
las actuales condiciones de nuestro país la agricultura en dependencia de las
lluvias se hace sumamente difícil, porque durante tres, cuatro, cinco meses de
sequía trabajan las máquinas y preparan miles de caballerías de tierra. Nuestro país ya tiene capacidad de roturar
aproximadamente 60 000 caballerías de tierra por año. Sin embargo, hay que tener las tierras
preparadas, esperar que caigan los primeros aguaceros, y cuando de repente
llueve de un extremo a otro del país, resulta virtualmente imposible en
cuestión de 15 días sembrar de los distintos cultivos y decenas de miles de
caballerías de caña.
Estas aguas nos permitirán muchas cosas, pero sobre
todo nos permitirán distribuir el empleo de las máquinas y de la fuerza de
trabajo durante todo el año. Porque se
podrá sembrar en enero, febrero, marzo, abril, y no habrá que sembrar en mayo
ni habrá que sembrar en junio.
¿Cómo será, por ejemplo, la agricultura cañera en los
años futuros? En los años futuros,
gracias al agua, a las máquinas, a los herbicidas, a los aviones, la caña no
será tocada por el hombre, y gracias a las combinadas. Para producir dos veces, tres veces, incluso
cuatro veces más caña que lo que se producía en este país, no será necesario
que la mano del hombre toque la caña.
Equipos con potentes motores podrán roturar las
tierras desde que comience la zafra, podremos con máquina ir roturando; con
máquina primero ir cosechando la caña, con máquina ir roturando las tierras
para las nuevas siembras de caña durante la seca, con máquina sembrar la caña,
con máquina fertilizar la caña, con el riego garantizar su crecimiento, con
herbicidas controlar la hierba, con aviones hacer aplicaciones de urea foliar o
de algunos fertilizantes sólidos.
Podremos darnos el lujo de cortar la caña no a los 12 meses, sino caña
de 20 meses, de 22 meses y de 24 meses; sin riego no puede haber caña de 24
meses, porque viene la sequía y liquida cualquier campo de caña. Ello nos obliga a cortar caña todos los años,
y después de cortar 80 000 ó 100 000 caballerías de caña, la tarea de ir a
limpiar y a cultivar 100 000 caballerías de caña.
Esta misma provincia tiene ya unas 30 000 caballerías
de caña. Casi 100 000 hombres han tenido
que trabajar en despajar la caña, en fertilizar la caña. Ya el próximo año 700 tractores con
cultivadoras, que picarán la paja, subsolarán el suelo, aporcarán la caña y
aplicarán el fertilizante, evitarán que tenga que emplearse la fuerza de
trabajo en voltear la paja y en fertilizar la caña.
Cuando ya tengamos agua suficiente para tener bajo
riego todas las plantaciones cañeras, entonces podremos tener cañas de dos
años.
Y nosotros decimos que en el futuro, cuando llegue el
mes de junio, ese mes en que toda la provincia tiene que volcarse sobre la
caña, en el futuro las vacaciones de los trabajadores cañeros podrá ser en el
mes de junio, porque no habrá que limpiar caña, que será controlada mediante
herbicidas; no habrá que fertilizar en esa fecha, porque se hará con aviones
—los pilotos no tendrán vacaciones en el mes de junio.
Les explico esto para que ustedes tengan una idea de
cuánto beneficio significa para el hombre dominar la naturaleza y dominar la
técnica. Todavía nosotros no tenemos
muchos de esos recursos y estamos desarrollándolos; todavía, incluso, no
tenemos recursos para adquirir los herbicidas que necesitamos. Pero cuando alguno se pregunte: ¿Ese enorme
esfuerzo por qué se hace? Se hace no
solo para disponer lo que necesite nuestro pueblo, no solo para satisfacer las
necesidades de nuestro pueblo, sino también para liberar al hombre de trabajos
tan duros como los que tiene que realizar hoy día, trabajos duros y con una
productividad ínfima. Y entonces el
hombre podrá tener rendimientos incomparablemente mayores y tipos de esfuerzos
que no se podrán comparar con los esfuerzos que se hacen hoy. Pero los esfuerzos de hoy son sumamente
necesarios para eso.
Este país tenía que construir su base material, este
país tenía que construir su riqueza. El
triunfo de la lucha armada significó esa oportunidad.
Estos años los hemos empleado en eso: en trabajar en la medida de nuestras
fuerzas, de nuestros recursos, de nuestras posibilidades y de nuestra
experiencia. La experiencia no puede ser
subestimada. En estos años se ha
adquirido mucha experiencia, en estos años se han acumulado muchos
recursos.
Hoy se puede inaugurar una presa como esta; el año que
viene se podrán inaugurar 9 ó 10 presas. Se va a trabajar en nueve zonas, algunas
presas grandes y en otras un sistema de pequeñas presas. Pero el año que viene no le alcanzará el
tiempo a nadie, solo en la provincia de Oriente, para terminar las presas que
se van a construir durante la próxima sequía.
Y así nuestro país podrá ir contando con los recursos
y los medios necesarios para llevar una vida más decorosa, para llevar una vida
más humana. No se puede hablar de
revolución si la revolución no humaniza las condiciones de vida y de trabajo
del hombre.
Muchas cosas justas en muchos órdenes habrá hecho la
Revolución erradicando el analfabetismo, llevando las escuelas a todos los
rincones del país, llevando los hospitales a todos los rincones también del
país: muchas
cosas justas habrá hecho la Revolución liberándonos de las condiciones del
trabajo explotador del pasado, liberando a los campesinos de la explotación de
los terratenientes, liberando a los obreros de la explotación de los
ricos. Pero quizás nada se pueda
comparar a lo que significa la Revolución cuando convierta al hombre, lleve al
hombre y lo libere de un trabajo deshumanizado, improductivo, que lo libere de
esas condiciones de trabajo que apenas puede diferenciarse en nada del trabajo
que realizan Las bestias, para llevarlo a trabajar en condiciones
incomparablemente más humanas.
Cuando no haya un hombre en este país que tenga que
cortar caña, cuando no haya un hombre que tenga que estar con un arado detrás
de una yunta de bueyes, cuando no haya un hombre que tenga que estar con una
guataca limpiando (INTERRUPCION EN EL CONTROL REMOTO), entonces la Revolución
habrá realizado una de sus obras más humanas, en que habrá alejado el trabajo
de condición de trabajo de bestia a condiciones de trabajo verdaderamente
humanas (APLAUSOS).
Y es por eso y es para eso que en estos años hemos
tenido que trabajar tan arduamente; es por eso que hemos tenido que trabajar
como bestias, y como bestias porque en muchos de los frentes de trabajo todavía
no tenemos las máquinas que necesitamos y los medios que necesitamos. Hemos tenido que ganar una batalla contra el
tiempo, hemos tenido que recuperar en unos pocos años el atraso de siglos, el
esfuerzo que un país explotado y subdesarrollado tenía que realizar. Esfuerzo que no pueden realizar hoy nuestros
hermanos de la América Latina, allí sometidos al dominio de los monopolios
yankis, sometidos al dominio de los latifundistas, sometidos al dominio de los
explotadores, cuyos intereses impiden —con su mezquino proceso de producción
esclavista— el desarrollo de los recursos humanos y de los recursos naturales
de un pueblo.
Y nuestro pueblo en estos años ha ido desarrollando esos
recursos humanos, ha ido desarrollando esos recursos naturales. Y como bien decía el ingeniero Caballero, fue
necesario incluso enseñar a los operadores para manejar esas grúas, esos
buldóceres, esos camiones que se iban adquiriendo. Y así ha tenido que hacerse en todos los
frentes y realizar este trabajo en medio de la lucha contra los enemigos, en
medio de la lucha contra los imperialistas, en medio de los bloqueos.
Ese ha sido el esfuerzo más meritorio de nuestro
pueblo en estos años, ese ha sido el esfuerzo más heroico. Y nos acercamos ya a años en que irá quedando
atrás la pobreza, en que irá quedando atrás la miseria.
El esfuerzo de estos años en todos los órdenes: en la ganadería de unas vacas que daban un
litro y medio de leche, desarrollando una ganadería capaz de satisfacer las
necesidades de leche de todos los niños y de todas las personas de nuestro
país; el esfuerzo en la agricultura, el esfuerzo en todos los órdenes, nos
permitirá ya a muy corto plazo, y sin que nada lo pueda evitar, disponer de
todas esas cosas que en estos años hemos tenido escasas, insuficientes para
satisfacer nuestras necesidades.
Muy poco tiempo falta ya. Y veremos ya en la caña el próximo año qué
salto en la producción azucarera; y veremos cómo tomamos todas las medidas a
fin de que ninguna sequía pueda impedir el desarrollo continuo de nuestra
producción; y veremos cómo enormes áreas se dedicarán a la producción de arroz
y de viandas y de leche y de carne y de todos los cultivos esenciales; y
veremos cómo desarrollamos una agricultura moderna, altamente mecanizada,
tecnificada, altamente productiva, de manera que podamos disponer de la base
material no para sentarnos a descansar sino para realizar otras tareas, para
seguir adelante una vez ganada la batalla de la agricultura, la batalla de la
industria, para entrar en la próxima década con todos los recursos, con
incomparablemente más recursos de los que hemos tenido hasta hoy, para
continuar el desarrollo acelerado en el campo de la economía, en la cultura, en
la educación y en todos los órdenes de nuestro pueblo.
A esta presa había que ponerle un nombre. Y este año se cumplen 100 años de aquel día
en que los cubanos se levantaron en armas para iniciar la Guerra de
Independencia, la primera Guerra de Independencia, que duró 10 años. ¡Diez años luchando y no consiguieron la
independencia! ¡Hermosas páginas llenas
de indescriptible heroísmo! Nuevamente
lucharon en 1895 y después de casi 30 años de luchas heroicas vinieron los
imperialistas, intervienen en una guerra que estaba virtualmente ganada y
establecen su dominio en nuestro país.
Han tenido que transcurrir 100 años, ¡cien años! —y serán pocos los que puedan decir que
tienen 100 años—, cien años de trabajo desde la sublevación de Carlos Manuel de
Céspedes y los patriotas cubanos que se alzaron en armas liberando a los
esclavos. Desde aquella sublevación
hasta hoy, ¡cuánta sangre, cuánto sacrificio, cuánto trabajo! ¡Cincuenta años de falsa república! No 50 años, 58 años de duro trabajo,
enfrentándose a la miseria nuestro pueblo; 58 años trabajando como bestias; 58
años sembrando caña, desmontando con hacha los bosques, sembrando caña con pico
y cortando la caña. ¿Trabajando para
quién? Cincuenta y ocho años trabajando
para los terratenientes, 58 años trabajando para las compañías yankis, 58 años
trabajando para los ricos y para los explotadores.
Sin embargo hoy, felizmente, al cabo de 100 años,
podemos aquí inaugurar esta obra que no es más que el comienzo de todo lo que
aceleradamente se irá haciendo en los años venideros. ¿Puede haber nada más justo, a la hora de
darle un nombre a esta obra, a los 100 años de iniciarse la lucha por la
independencia, que llamarla presa “Carlos Manuel de Céspedes”? (APLAUSOS)
Céspedes vivió días duros y azarosos en estas montañas
de la Sierra Maestra. Céspedes cruzó
muchas veces este río Contramaestre; y, por último, Céspedes murió en San
Lorenzo, donde precisamente se encuentran las fuentes de este río. Y como justo homenaje a aquel patriota que
inició las luchas por nuestra independencia y a los que con él lucharon y lo
secundaron en aquella tarea, nada más justo que ponerle ese nombre a esta obra,
la cual por ser la primera obra grande, por ser la obra que fue su escuela,
contemplan hoy ya terminada con tanto orgullo nuestros trabajadores y nuestros
técnicos.
Y por eso desde hoy, y con la aprobación de ustedes,
esta obra ya no tendrá otro nombre que el de presa “Carlos Manuel de Céspedes”
(APLAUSOS). Y esperamos que pronto
podamos verla también ya completamente llena.
Y a los compañeros que les preocupaba el camino, vamos
a tomar medidas inmediatamente para estudiar ese caso. Esta provincia tiene en este momento 22
nuevas brigadas que se han organizado en el último año, 22 nuevas brigadas de
caminos y carreteras. Creo que han
construido ya por Dos Palmas el camino que llega hasta cerca de Pinalito; se está construyendo ahora el de Dos Palmas a Los
Daños; se está construyendo el camino a San Lorenzo; como otras están
construyendo el camino de Victorinos a Matías o a Los
Negros; como otras están construyendo por el sur, y otras por el este, y otras
por el llano, y otras por el Segundo Frente.
Y no costará ningún trabajo inmediatamente o bien organizar una nueva
brigada o bien disponer de una de las 22 brigadas que hayan terminado algunos
de los caminos para resolver inmediatamente este problema.
Porque no se está aquí solamente construyendo
embalses, “jamás de los jamases” se vieron por ahí tantas máquinas y tantos
buldóceres y tantos caminos haciéndose.
Veintidós brigadas, tres que faltan, y cinco que había: 30 brigadas para fines de año estarán
trabajando en la provincia de Oriente, y llenaremos de caminos y de carreteras
esta provincia (APLAUSOS). Y esperamos
el año que viene construir 5 000 kilómetros de caminos y carreteras en todo el
país, y alcanzar en el año 1975, 40 000 kilómetros de carreteras. Decimos caminos y carreteras, pero realmente
serán carreteras prácticamente todas, porque en la medida en que se vayan
terminando se irán después pavimentando; no hacemos nada con construir por esas
montañas y por todos esos lugares magníficos caminos que apenas vienen unos
cuantos aguaceros comienzan a destruirse, y por eso se irán pavimentando.
Y aspiramos a llegar al año 1975 construyendo unos 5
000 kilómetros de carretera por año.
Para darles una idea, baste decirles que el año que viene se construirá
en todo el país más carreteras que todas las que se habían construido en más de
60 años, ¡en un año, en un año!
(APLAUSOS.)
Desde luego, en este momento hay aproximadamente 72
brigadas. Cuando se inauguró el trabajo
de la brigada gigante hablamos de 59 brigadas; después se fueron aumentando las
brigadas, se fueron racionalizando mejor las máquinas, se fueron adquiriendo
nuevos recursos, y tendremos para fines de año no 59 sino 104 brigadas en todo
el país. Porque las necesidades de
comunicaciones también se han acumulado, ha crecido la población, viven
familias en todos los rincones, no hay una loma de esas por aquí en que no se
encuentre una familia, y ya sabemos cuando vienen las aguas qué es lo que
ocurre: una
incomunicación total.
Nosotros hemos oído muchas veces las historias que nos
han hecho algunas familias de qué ocurría cuando había algún enfermo; y cuántas
historias hemos escuchado de familias que murieron en el pasado porque no
tenían manera de trasladarse a tiempo, es decir, miembros de la familia que
murieron por no haber tenido medios para trasladarse a tiempo a los
hospitales. Hoy los hospitales están
regados también por las montañas; pero de todas maneras hacen falta los caminos
y las comunicaciones. Y no quedará un
solo lugar de este país incomunicado, y mucho menos que se vaya a quedar nadie
incomunicado después que hay tantas personas contentas por haber terminado este
embalse (APLAUSOS).
Y de la misma manera en hidráulica. ¿Cuándo terminará el trabajo hidráulico? Cuando no quede un arroyo, un solo arroyo,
sin estar represado. Y creo que no vamos
a tardar mucho tiempo, dado el volumen de recursos que en este momento tenemos
para realizar esa obra.
¡Muchas felicidades a todos los constructores de esta
presa!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)