DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA INAUGURACION DEL SEMINTERNADO DE
PRIMARIA “JUAN MANUEL MARQUEZ”, EN BOCA DE JARUCO, EL 15 DE MARZO DE 1968.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros alumnos de la escuela “Juan
Manuel Márquez”;
Compañeros maestros;
Vecinos de Boca de Jaruco y trabajadores del MICONS
que construyeron en solo 105 días esta hermosa escuela:
Aunque el agua ha estado tratando de
interrumpir, he visto que ustedes no se han preocupado por eso. Y en realidad el agua es tan necesaria a la
agricultura que vale la pena que caigan aguaceros de estos con bastante
frecuencia (APLAUSOS). Además... (COREAN CONSIGNAS) ¡Esta gente se han
cogido el acto! Calma, señores: vamos a repartirnos
el tiempo, una parte ustedes y otra parte nosotros. Tienen un entusiasmo bárbaro. ¿Trabajan con tanto entusiasmo esos
compañeros que están en la escuela al campo?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡Sí!”) ¡Bien!
Además, ustedes han hecho aquí una
parcela comunista, sobre la roca, en las inmediaciones de la escuela, y si no
la han sembrado ya, mañana pueden empezar a sembrar la parcela. ¿Van a sembrarla? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Ya hicieron el plan de lo que
van a sembrar allí? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)
¿Qué es lo que van a sembrar? (EXCLAMACIONES DE: “¡Gandul!”) Pueden sembrar también
algunas matas de cítricos ahí, ¿van a sembrarlas? (LE DICEN: “¡Gandul también!”) ¿Y cuántos metros cuadrados tiene la parcela
esa? (UN NIÑO LE CONTESTA: “¡Miles!”)
¿Miles? Tiene media hectárea: 5 000 metros
cuadrados, y ustedes son 300. Si se
dividen los 5 000 entre los 300, ¿cuánto le corresponde a cada uno de
ustedes?
Yo te estoy preguntando a ti: son 5 000 metros
cuadrados los que tienen en la parcela comunista, y ustedes van a ser 300,
¿cuántos metros cuadrados le van a tocar a cada uno de ustedes? (UN NIÑO LE DICE: “¡Un cuarto!”) ¿Cómo que un
cuarto? ¡Si son cinco mil! (OTRO NIÑO LE DICE: “¡Trescientos!”) Trescientos por 300 es 90 000, no cuadra esa
cuenta.
A ver: ¿En qué grado tú estás? (LE CONTESTA: “¡En cuarto!”) ¡Ah!, ¿pero no sabes
dividir todavía? A ver: Si tú divides 5 000 entre 300 (LE
CONTESTA: “¡A siete!”). A siete no.
Si tú divides cinco entre tres (LE CONTESTA: “¡A uno!”). A uno y un poco, sobran dos. Bueno, le tocan cerca de 17 metros cuadrados
a cada uno de ustedes.
Como el acto, además, lo están
transmitiendo por la televisión, seguramente que habrá muchas personas
interesadas en saber qué escuela es esta, de qué se trata en esta escuela (LE
DICEN: “¡Juan
Manuel Márquez!”). Se llama “Juan Manuel
Márquez.” ¿Y cuántos alumnos va a tener? (LE DICEN: “¡Trescientos!”) ¿Y
cuántos hay ahora en la antigua escuela?
(LE CONTESTAN:
“¡Ciento quince!”) ¿Ciento
quince nada más? ¿No eran 120?
¿Cuántos son los que asisten todos los
días a clases? ¿Cuántos? No, no, a ellos yo les estoy preguntando: ¿Cuántos
asisten? (LE DICEN: “¡Ciento veinte!”) ¿Y cuántos no asisten a clases? (LE DICEN: “¡Todos!”) ¡No, no: ustedes me están engañando! (RISAS.)
Deja ver: aquí
los datos son —por lo menos lo que dicen los papeles—: total de niños en edad escolar en este
pueblo, ¿cuántos son? (LE DICEN: “¡Ciento
veinte!”) ¿Y cuántos son los que no
asisten a clases? Hay tres que no
asisten, ¡hay tres que no asisten! No
dicen cómo se llaman:
yo creía que ustedes lo sabían.
(UN NINO LE DICE:
“¡Cuando uno falta se va a buscar a la casa!”). ¿Los van a buscar? ¿Quién los va a buscar? (LE DICEN: “¡Los Consejos de Escuela!”) Los Consejos de Escuelas. ¡Entonces todo el mundo!
Aquí dice que son en total 120 y que
asisten a clase 117, y que hay uno de 14 años y 2 de 15 que no asisten ¿Tú
asistes todos los días? (LE CONTESTA: “¡Sí!”) Así que asisten a clases 117. Desde luego, de 5 a13 años, el ciento por
ciento asiste a la escuela. Hay tres
niños que no asisten:
uno tiene 14, dos tienen 15.
Ahora, asisten con regularidad 111.
¿Cuáles son los que no asisten con regularidad aquí? ¿Se perdieron? Y seis no asisten con regularidad, dos que
tienen 12 años. ¿Qué edad tú
tienes? (LE CONTESTA: “¡Yo:
doce!”) ¿Y tú asistes con regularidad? (LE CONTESTA: “¡Yo nunca falto a la escuela!”) ¿Nunca?
Uno de 14 años que no asiste con regularidad, y uno de 15 años que no
asiste con regularidad; ¡ah!, y también hay uno de nueve años que no asiste con
regularidad.
Ahora, ¿repitieron el curso cuántos en
esta escuela? (NADIE CONTESTA) ¿Cómo que
no? A ver: uno que haya repetido el curso que
levante la mano. ¿Nadie? (UNA NIÑITA LE DICE: “¡Bueno: Yo!”)
¿Tú repetiste el curso? ¡Ah!,
mira, ella lo dijo (OTRO NIÑO LE DICE: “¡Yo también!”). ¿Y tú también? Ahora todos lo han dicho. Hay que decir la verdad, hay que ser
cívico.
¿Y piensan repetirlo este año
también? (LE CONTESTAN: “¡No!”) ¡No!
¿Seguro? Hay 32 que repitieron el
curso. (UNA NIÑA LE DICE: “¡Huy, alabado!”)
¡Alabado! (RISAS.) Y 88 que no
repitieron. Vamos a ver si ese promedio
de los que repiten se reduce.
Retraso escolar: de 8 años hay 6, de 9 años 4, de 11
años 1, de 12 años 1. Eso en primer
grado. Estos datos no están muy
claros.
¿Cuántos son pioneros? (EXCLAMACIONES DE: “¡Todos!”) Ciento por ciento. Bien: entonces tenemos 120 niños, de los
cuales 117 asisten a clases.
Ahora, ¿en el pueblo cuántos analfabetos
quedan? (LE DICEN: “¡Ninguno!”) ¡Cómo que ninguno! Hay 10 hombres analfabetos. ¡Ah!, no voy a decir los nombres: hay uno que está entre 17 y 25 años, otro que
está entre 26 y 35, dos que están entre 36 y 45, tres entre 46 y 55 y tres que
tienen más de 56 años, que no aprendieron a leer ni a escribir. Pero ellos no tienen la culpa. En esa época posiblemente no había escuelas
por aquí. Y hay 11 mujeres que tampoco
tuvieron oportunidad de aprender a leer y a escribir.
Ahora, ¿cuántas personas en el pueblo
tienen más de sexto grado? Hay 222
personas adultas. Tienen más de sexto
grado, 62 personas. No es muy poquito,
muy poquito, pero el resto es como 162.
Ciento sesenta y dos tienen menos de sexto grado, de las personas
adultas. Ahora, las personas adultas no
tuvieron la oportunidad que tienen ustedes de estudiar.
¿Cuántos de ustedes son los que no
piensan hacer el sexto grado? ¿Todos van
a llegar al sexto grado? (EXCLAMACIONES
DE: “¡Sí!”)
¿Pero nada más que al sexto grado?
(EXCLAMACIONES DE:
“¡No!”) ¿Todo lo que puedan estudiar? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y si no quieren? (UN NIÑO LE DICE: “¿Y quién no va a querer estudiar?”)
Además de ustedes, ¿quiénes más van a
asistir a esta escuela? Ustedes son 120,
menos tres, 117, y hay capacidad para 300 alumnos en esta escuela. (OTRO NIÑO LE DICE: “¡Van a venir!”) ¿De dónde?
¿Cuáles son las escuelas que están más próximas? (LE DICEN: “¡Los hijos de las
agricultoras!”) Los hijos de las
agricultoras de Santa Cruz.
Bien.
¿Y el programa de la escuela ustedes lo conocen ya? ¿El horario?
¿El horario de la escuela lo saben ya?
¿A que hora empezarán las clases?
(LE DICEN: “¡A
las siete!”) A las 7:00. ¿El desayuno a
qué hora? A las 7:45. Eso para todos.
¿Las actividades las saben ya? A las 7:55 parece que empiezan las
actividades. En el preescolar ejercicio
de entrada. ¿El recreo a qué hora
es? (LE DICEN: ”¡A las diez!”)
¿Y las actividades docentes otra
vez? De 10:20 a 12:00. Ahora, para el
preescolar. “Actividades sencillas de
autoservicio, actividades recreativas, música, títeres, narraciones,
etcétera.” Eso es por la tarde de 2:00 a
6:00. Pero aquí no dice la hora del
almuerzo. ¿A qué hora es el
almuerzo? (LE DICEN: “¡A las doce!”) ¿Y qué más?
¿Después? Descanso. ¿Y después?
Recreo. ¿Y a las 2:00? De uno a tercer grado... Aquí está separado. “El preescolar: actividades sencillas de autoservicio,
actividades recreativas, música, títeres, narraciones, etcétera, actividades
sencillas de trabajo productivo. De uno
a tercer grado:
actividades docentes, culturales, visitas alternas a la
biblioteca, educación física diaria, actividades recreativas, actividades
sencillas de trabajo productivo. Cuarto,
quinto y sexto grados de 2:00 a 5:00: estudio individual, actividades del
plan de orientación vocacional, actividades en la biblioteca, educación física
y deportes.”
Así que tienen actividades docentes por
la mañana y yo les acabé de leer las actividades de por la tarde.
“Los alumnos de cuarto, quinto y sexto
grados rotarán por las aulas de especialidades.
Por eso, en lugar de existir un receso único en medio de la sesión, se
producirán dos recesos más cortos, que dividirán las sesiones en tres
partes. Estos recesos coincidirán con
los cambio de locales.
“Cuarto, quinto y sexto grados de 5:00 a
6:00 trabajo productivo y socialmente útil, actividades recreativas. Se organizarán brigadas para la atención del
comedor y mantenimiento del centro, se darán meriendas durante los recesos y
también por la tarde, a las 6:45, la comida.” Así que esta escuela va a tener
desayuno, almuerzo y comida.
¿Completo? (APLAUSOS Y
EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)
Van a tener actividades docentes,
actividades recreativas. Aquí hay una
explicación también de cómo va a funcionar en general la escuela.
Aquí no van a comprar ustedes
“duro-frío”, ni “rallado”, ni nada de eso, ¿verdad? Tienen ahí un refrigerador también donde les
van a dar la merienda, el refresco, todo.
“Se destacan las zonas que para el área
verde rodean los bloques edificados.
Hacia la izquierda, en la parte del frente, tenemos el aula de
preescolar toda decorada con figuras animadas, apropiada para los intereses de
esta edad, con sus servicios internos, mesas y anaqueles y donde
descansar. Los juguetes educativos que
servirán para desarrollar las capacidades de nuestros niños mientras aprenden
jugando. Al final, el parque infantil o
jardín de juego para los niños de la escuela.
“La cantina escolar frente a la zona de
expansión de los alumnos; área cementada en el patio central, situada entre los
bloques de las aulas y la biblioteca escolar.
Esta biblioteca, en la zona del frente junto a la dirección, cuenta ya
con muchos ejemplares de libros recreativos, informativos, de texto,
diapositivas, tocadiscos y las mesas donde se iniciarán los niños en la
formación de hábitos de lectura cuando el uso frecuente de libros despierte su
interés por buscar información sobre lo que deseen conocer a través de la
lectura.
“El bloque de atrás lo constituyen seis
aulas espaciosas, con magnífica iluminación y ventilación, pizarras amplias en
ambas paredes, murales, estantes y escaparates empotrados.
“Una característica en las aulas de los
grados superiores: se
han organizado por materia, de manera que los alumnos rotarán facilitando un
mejor uso de los medios audiovisuales que se han situado, de acuerdo con la
especialidad en cada aula: español y
estudios sociales; matemática y ciencias.
“Una edificación lateral es el área del
comedor, con la cocina, almacén, cuartos de refrigeración, y todo lo necesario
para ofrecer almuerzo y comida a los escolares.
El espacioso comedor tiene capacidad para más de 300 alumnos, y las
instalaciones dan la impresión de pertenecer a un magnífico internado.
“Al fondo, las instalaciones deportivas,
terrenos de pelota, baloncesto, balompié y otros deportes, que contribuirán al
mejor desarrollo físico de los educandos.
“No falta tampoco la tierra para
establecer la hectárea comunista, donde los alumnos atenderán cultivos diversos
que ayudarán a la formación de la conciencia agropecuaria y a lograr el amor al
trabajo que deben desarrollar nuestras jóvenes generaciones.
“Frente al centro escolar se levantan
nuevas casas de viviendas para los profesores de la escuela, que así estarán en
mejor contacto con los alumnos.”
Estas son las características de la
escuela, el programa ya se explicó aquí.
Comienzan las clases, o entran en la escuela por la mañana, desayunan,
almuerzan, comen y después regresan a sus casas.
Realmente hay que felicitar a los
trabajadores que construyeron esta escuela en un tiempo récord de solo 105
días; y hay que felicitar también a los técnicos que diseñaron esta
escuela.
A nosotros nos parece que esta es una
escuela realmente modelo. El día que
estuvimos por aquí a hacer una visita, ya próximo a terminar la escuela, nos
parece que es muy difícil que se pueda hacer una escuela mejor que esta. Tiene todas las instalaciones modernas, todas
las facilidades de estudio, se puede alcanzar un nivel de enseñanza
extraordinario; tienen todos los centros deportivos, van a tener una alimentación
completa; y, desde luego, lo único verdaderamente doloroso es que todavía
tengamos muy pocas escuelas como esta en todo el país.
Estábamos calculando que necesitaríamos 4
000 escuelas de este tipo:
es decir, 4 000 escuelas digamos para la población de enseñanza
primaria que vamos a tener en 1975. El
esfuerzo que ha sido necesario emplear en esta escuela nos demuestra cuántas
necesidades tiene todavía el país, porque habría que contar no solo las
escuelas necesarias para la enseñanza primaria, sino también algunos miles de
escuelas más de carácter secundario, las preuniversitarias, los institutos
tecnológicos, y que nos dan una idea del enorme esfuerzo que nuestro país tiene
que hacer en los años futuros.
Realmente el día en que tengamos en la
enseñanza primaria 4 000 escuelas como esta, tan perfectamente equipadas,
podríamos asegurar sin duda de ninguna índole que nuestro país se colocaría en
el primer lugar del mundo en cuestiones de la enseñanza.
Se puede decir realmente que aquí donde
se hizo la primera hectárea del comunismo de la provincia de La Habana... Algunos se preguntarán qué es la hectárea del
comunismo. La hectárea del comunismo es
sencillamente una hectárea de roca transformada en terreno agrícola —ustedes sí
lo saben, pero habrá otros que oyen hablar y dicen: ¿Cómo puede ser una hectárea comunista?—, y
le pusieron la hectárea del comunismo porque decíamos que eso demuestra cómo el
hombre puede transformarlo todo, incluso cómo puede transformar la naturaleza,
de manera que donde no se podía producir absolutamente nada hay ya dos
hectáreas sembradas, y allí esa hectárea también va a producir para ustedes,
porque ya hay allí algunas siembras, y se va a poner un rebaño allí de ovejos,
y el producto también va a venir para esta escuela. Pero el hecho cierto es que ya la hectárea
está prácticamente en producción, se destruyó la roca, se trasladó el suelo
prácticamente allí, en camiones se llevó.
Esto demuestra que con la ayuda de las
máquinas y la técnica la naturaleza puede ser transformada completamente. Ustedes habrán podido ver cómo la naturaleza
alrededor de la capital se está transformando, y cómo las montañas se están
transformando rápidamente con el trabajo, con el trabajo humano ayudado por las
máquinas; con la ayuda de las máquinas el trabajo humano se multiplica muchas
veces, y todo es posible.
Para nosotros poder hacer miles de
escuelas como esta, necesitamos miles de obreros altamente calificados;
necesitamos miles de trabajadores que sepan manejar las máquinas, que dominen
la técnica. Pero una escuela de esta
naturaleza, miles de escuelas de esta índole, no solo requieren cemento en
grandes cantidades, maderas en grandes cantidades, requieren también equipos de
cocina, de refrigeración, en grandes cantidades, equipos eléctricos e
instalaciones eléctricas también en grandes cantidades, consumo de electricidad
en grandes cantidades; requiere también un gran número de cuadros
fundamentalmente, requiere libros en grandes cantidades, porque es que todo el
desarrollo educacional de un país requiere tener una base material. Ya el número de niños que estudian en Cuba y
la cantidad de libros por estudiante que hay requieren un enorme consumo de
papel. Cada una de esas cuestiones que
se analicen demuestran siempre la necesidad de
estudiar, la necesidad de trabajar, la necesidad de que esta generación se
dedique por entero al trabajo.
Desde luego, aunque están presentes aquí
los niños, están presentes también los maestros, los vecinos del pueblo y los
obreros. Hay que decir que cuando uno ve
una obra como esta comprende lo que es un obrero, y comprende por qué tiene la
sociedad que tener en tan alta estimación al obrero. Esos obreros en 105 días han hecho esta
maravilla de escuela, trabajando interminables horas. ¿Han hecho esa escuela para quién, para
ellos? No. No la han hecho para ellos. Incluso, ¿la han hecho para los hijos de
ellos? La mayor parte de los obreros que
han construido esta escuela que la han estado construyendo, tienen los hijos y
viven en otro lugar, son de la ciudad, de otros sitios, es decir, muchos de
ellos, la mayor parte de ellos, no viven en estos sitios.
¿Cuánto han estado ganando estos
obreros? Han estado ganando lo que
nuestro país todavía le puede pagar a un obrero, y que está limitado por el
desarrollo de un país. Cuando en la universidad
hablábamos nosotros hace unos días nos referíamos a los casos de personas que
se ganaban 200 pesos diarios y hasta 300 pesos diarios, vendiendo bebidas
alcohólicas, sobornando gente, corrompiendo gente, y ahora aquí delante de
todos ustedes nosotros tenemos un ejemplo: la diferencia entre el que se ganaba
300 pesos, 200 pesos todos los días, ¿haciendo qué? Explotando el vicio, enseñando a tomar ron,
promoviendo la vagancia; así es que en esos 100 días ha habido quien se ha
ganado 2 000, ó 3 000, ó 10 000, o digamos hasta 20 000 pesos, mientras aquí
había 300 obreros construyendo una escuela (APLAUSOS). Luego ese que se gana los 300 pesos o los 200
pesos diarios no hacía nada por la sociedad; en cambio, se tomaba la leche que
ordeñaba un trabajador a las 5:00 de la mañana; transitaba en un ómnibus —si
transitaban en ómnibus o en lo que fuera— tripulado por un obrero que se
levantaba también a las 6:00 de la mañana; y desde el pan que consumía, el
azúcar, la electricidad, todo lo que diariamente disfrutaba, eso era producido
por trabajo humano.
Además de eso, ¿ese que no producía nada,
cuántas veces más ganaba que el obrero?
Pues ganaba veinte veces, treinta veces, cuarenta veces más todos los
días. ¡Y esa es la estampa de la
injusticia y la estampa de la desigualdad!
Y era realmente doloroso que todavía esas circunstancias prevalecieran
en nuestro país. Se había puesto fin a
los grandes explotadores, pero quedaban todavía muchos medianos explotadores, y
quedaban todavía muchos pequeños explotadores; y al fin y al cabo el que sea
grande, el que sea mediano, el que sea pequeño, la explotación debe
desaparecer, ¡la explotación no debe subsistir por ningún concepto en nuestra
sociedad! (APLAUSOS.)
Aquí tenemos un pueblo fundamentalmente
de pescadores, que en horas de la madrugada y de la noche, desafiando al mar en
pequeñas embarcaciones, salen a pescar; obreros que trabajan en el henequén —que
es un trabajo duro— o extrayendo guano de murciélago, o en construcciones, o en
una lechería, y en fin, todos los trabajos que se realizan por esta zona.
Y realmente, este es un pueblecito de
trabajadores. Yo no sé si en este pueblo
habría muchos propietarios, pero creo que en este pueblo había muy pocos
propietarios. Y según los ingresos que
devengaban aquí —por aquí están—, son ingresos modestos los que devengaban las
familias de este pueblo.
Ahora, cuando los muchachos van a la
escuela y tienen todos los gastos ya en la escuela, y los tienen gratuitamente,
eso sale del trabajo del pueblo. Y de la
misma manera, ustedes están aquí produciendo pescado que van a consumir los
muchachos en otro lugar, y en otro lugar están otros produciendo zapatos,
produciendo ropas, o trabajando los obreros en las edificaciones, en los campos
deportivos. Es decir, todo el mundo
trabajando para todo el pueblo.
Y ese es el ideal a que nosotros
aspiramos. Ese es el único camino
mediante el cual un país puede llegar lejos: trabajando, distribuyendo de manera
justa las riquezas, el producto del trabajo; distribuyéndolo entre los que lo
necesitan.
Y desde luego, mientras haya todavía un
niño que no tenga una escuela como esta en nuestro país, no se puede
descansar. Mientras haya todavía una
familia que no tenga una vivienda decorosa donde vivir, no se puede descansar. Y eso implica la necesidad, en estos años,
del trabajo por encima de todo. Y eso
implicaba la necesidad de poner fin ya a cuanta manifestación de explotación
quedaba en nuestro país.
Es por eso que se está procediendo a la
nacionalización, la intervención —como se quiera—, de todos los tipos de
negocios comerciales privados que quedaban en el país (APLAUSOS). Ya no quedará nadie ganando 300, 200 pesos: nadie. No quedará nadie vendiendo bebidas
alcohólicas, haciendo negocios de ningún tipo.
Hay que decir que han sido intervenidos
los bares, las bodegas. Además, muchos
tipos de talleres, de garajes donde se traficaba con piezas. Ya nuestros servicios policiales luchan
contra el robo y, sin embargo, el que robaba aquí cualquier cosa —lo mismo si
le robaba una goma a alguien en la carretera, que se robaba cualquier cosa—,
siempre tenía por base de operaciones todos esos lugares donde venderlo, donde
comercializarlo. Todo eso era una base
de inmoralidad, de corrupción, de delincuencia.
En fin, porque como abundaba el dinero, el individuo que no quería
trabajar se robaba cualquier cosa y la vendía en cualquiera de esos lugares en
50 pesos, y ese lo vendía más adelante en 100 pesos. Era hora ya de que la Revolución pusiera fin
a todo eso.
Hemos dicho que la Revolución se basa en
la alianza de los obreros y los campesinos.
Es decir que solamente la clase campesina es la que se puede considerar
una verdadera aliada del trabajador. Es
cierto que el campesino es un propietario, pero es un propietario que vivió
siempre muy explotado, una persona que trabaja allí con su esfuerzo, suda la
camisa y contribuye también al desarrollo del país, y es un aliado de los
obreros.
Por eso, lo que siempre ha dicho la
Revolución es que respetará por encima de todo a su aliado, que es el
campesinado, y los derechos de los campesinos serán siempre respetados.
Algunos se preguntaban si también, por
ejemplo, los camiones, los que trabajan por cuenta propia en los camiones, iban
a ser intervenidos. Y realmente no existe
el menor propósito de intervenir u ocupar ese tipo de camiones. ¿Por qué?
Lo que más nos preocupaba con relación al comercio no es que existieran
algunos comerciantes de antes. Es decir,
habíamos pensado que tal vez podría irse reduciendo poco a poco el número de
comerciantes, porque vendían por las razones que fueran, porque se jubilaban, y
podría progresivamente ir desapareciendo el comercio privado. Pero realmente, ¿qué ocurría? No desaparecía, sino que crecía. Y más de la mitad de los negocios privados
habían surgido después de la Revolución.
Y entonces, eso sí ya constituía un problema serio. Es decir, no era un mal que progresivamente
habría ido desapareciendo —como habría sido tal vez el deseo de nosotros. No queríamos a alguien que se dedicó toda la
vida en una bodega, un negocio, un comercio, y ya se habituó a todo eso,
decirle: “Bueno,
ya esa actividad va a cesar.” Pero la realidad es que no se podía liquidar esa
actividad si no se arrancaba de raíz.
Porque lo que ocurría es que mucha gente, en vez de pensar en estudiar,
en vez de pensar en trabajar, en vez de pensar en un trabajo realmente
productivo, de beneficio a todo el país, estaban inventando qué hacían para
ganar diez veces más que todos los demás, huir el cuerpo al trabajo y ganar
diez veces, veinte veces más que cualquier trabajador, y vivir diez o veinte
veces mejor que cualquier trabajador.
Esa realidad existía, y por eso no se podía de ninguna manera
contemporizar con esa situación.
Es cierto que el que tiene un camión y
trabaja en su camión, si está trabajando en una obra del MICONS, si está
trabajando en cualquiera de los planes, llevando material, llevando turba; si
gana dos veces o tres veces más que el otro que no es dueño de su camión,
indiscutiblemente que eso implica un privilegio. Pero está haciendo algo —aunque esté ganando
más que el otro— que es por lo menos de tipo productivo. Con su trabajo ayuda a hacer una construcción
o a desarrollar la agricultura, a cualquier actividad de ese tipo. Y desde luego, aunque es realmente un
privilegio, es un privilegio que no puede aumentar. ¿Por qué?
Porque ninguno de los camiones que entran nuevos en este país se le
vende a nadie ni se le entrega a nadie.
Todo camión que entra aquí al país es para que lo opere un obrero, y es
sencillamente un camión que pertenece a todo el pueblo. Y lógicamente esos camiones, progresivamente,
irán cayendo en desuso, y un día desaparecerán.
No es lo mismo fabricar, un camión que fabricar un timbiriche
cualquiera, en cualquier lugar, donde se reúnen 100 obreros, y empezar a vender
frituras de bacalao sin bacalao (RISAS), comprar los huevos a un precio y
vender la tortilla a cinco veces más de lo que vale, que hacer contrabando con
bolsa negra, visitar a un campesino y corromperlo. Porque mucha de esa gente llega al campesino
ofreciéndole villas y castillos, ofreciéndole dinero, y lo que hacen es
corromper al campesino.
Si había bolsa negra en Cuba era debido a
todo ese tipo de actividades. Y de
verdad que era una vergüenza que en este país hubiera bolsa negra. Incluso, los había de una familia que tenía
10 miembros, que ofrecían su cuota y le compraban una parte de la cuota de
manteca. Entonces había incluso
personas, ha habido personas aquí que se dedicaban a hacer colas, y a ganarse
la vida haciendo colas. Y mientras las
mujeres estaban trabajando en el Cordón de La Habana, mientras los obreros
estaban en las construcciones, los parásitos, que no hacían absolutamente nada,
tenían todo asegurado. Y muchas veces
tenían prebendas, muchas veces tenían favoritismos.
A muchos de esos que guardaban mucho
dinero les guardaban las cosas, les guardaban muchas veces la mejor carne, el
mejor pescado, los mejores productos. Y
el otro que estaba trabajando, cuando llegaba: “No, no hay.” No hay, porque el otro
ya lo había comprado, o el otro. Había
tipos que se ganaban la vida —fíjense qué nuevo oficio ese: el oficio de “coleros”. Y los había quienes se ganaban la vida
haciendo colas.
Pues de verdad vamos a detectar a todos
esos que se ganaban la vida haciendo colas, para que se ganen la vida
trabajando y produciendo (APLAUSOS).
Es propósito del Gobierno Revolucionario
apretar la mano contra toda forma de especulación, toda forma de corrupción,
toda forma de parasitismo (APLAUSOS).
Así que se sepa que aquí nadie, nadie podrá ganarse la vida de
bergante. Los bergantes los pueden
sostener allá los imperialistas con el producto de la explotación de otros
pueblos; los bergantes, los vagabundos, todo tipo de parásitos, los pueden
sostener allá los imperialistas, porque esos son su gente. ¡Pero nuestro pueblo trabajador no está para
sostener parásitos de ninguna índole!
(APLAUSOS.)
¿En nombre de qué lo hacemos? En nombre del pueblo. ¡En nombre del más sagrado de todos los
derechos, que es el derecho del pueblo, del pueblo trabajador: el que suda, el que trabaja, el que
está transformando este país, el que está creando la riqueza del futuro! Y no es justo que sea una parte del pueblo la
que esté haciendo todo eso, y otros, pudiendo trabajar, no trabajen.
Al que está enfermo se le da todo, al que
está viejo y no pueda trabajar se le da de todo; no debe quedar un solo
ciudadano desamparado —hombre o mujer, niño, viejo—, ¡nadie desamparado en este
país! Ese es un principio. Y al que no se le pueda dar un trabajo se le
da lo que necesite, ¡se le da lo que necesite!
Es decir que para el que no pueda trabajar, para el que esté enfermo,
para el que esté viejo, todo lo que necesite.
¡Para el que lo necesite, más que para nadie si es necesario! Ese tiene que ser el principio.
Pero lo que no es justo, ni podemos
permitir por ningún concepto —y si no entendiéramos eso no seríamos
revolucionarios—, es que permitiéramos la perduración de ese tipo de privilegio
y de ese tipo de parasitismo.
Les explicaba ...(LE
PREGUNTAN: “¿Y los choferes de
alquiler?”). No, tampoco. ¿Por qué?
Por la misma razón:
muchos de los choferes de alquiler están ya organizados en
piqueras, desempeñan su trabajo, entienden sus cacharros y nadie más que ellos
los entienden (RISAS). Eso está más o
menos controlado, eso está más o menos controlado y también es una actividad
que está llamada a desaparecer, porque los carros se ponen viejos y
desaparecen; no aumenta el número de carros.
Y en un futuro entrarán ómnibus sobre
todo en este país, y cuando se puedan comprar automóviles para alquiler serán
también en empresas estatales, y tendrán los mismos ingresos los que trabajen
allí. Es decir que no existe el menor
propósito, ni hay ninguna necesidad —creo que eso se entiende perfectamente—,
de expropiar a los carros de alquiler o a los camiones que son usados por sus
propietarios, que trabajan en ellos.
Desde luego, hay por ahí gente: los “yiperos”, en muchos lugares... A los “yiperos” hay
que ponerlos fuera de combate, ¡fuera de combate! Esos no están controlados por nadie. Vienen los trabajadores y hacen una carretera
nueva; con todas las máquinas que cuestan cientos de miles de pesos, en unos
cuantos meses hacen una carretera nueva.
Entonces allá viene el “yipero” a ganar 50
pesos, 100 pesos, 150 pesos.
Desde luego, todos esos equipos deben
estar controlados, ¡deben estar controlados!
Ustedes saben cómo cuando falta el transporte —y aquí mismo ocurre—,
muchas veces cómo cualquiera por cualquier necesidad tiene que pagar lo que le
pidan; y la gente muchas veces es explotada por ese tipo de actividades.
Esas actividades estarán controladas y
deberán estar sujetas a tarifas, pero desde luego —y por las razones que les
hemos explicado y puesto que es una actividad que con el tiempo desaparecerá—,
no existe el propósito de expropiar ese tipo de propiedad, propiedad móvil de
esas: ni
camiones, ni carros de alquiler, ni arrias de mulas (RISAS), ni caballos, ni
perros.
Yo creo que el pueblo entiende
perfectamente las medidas. Según
noticias que tenemos está verdaderamente contenta la gente en la base. Ahora lo que hace falta es estar atentos,
vigilantes, salirle al paso; porque, desde luego, voy a decir una cosa que es
la siguiente: no
todos los que tenían esas actividades eran gente contrarrevolucionaria.
Hay que decir —es justo decirlo— que ha
habido casos de mucha gente que han ido allí, gente revolucionaria, que han
venido a decir: “Mira,
vengo a entregar esto, no me han avisado; tengo esto.” Y han tenido una actitud de cooperación, una
actitud buena.
Y, desde luego, todas las personas que
tengan un conocimiento útil, que puedan cooperar en algo, que tengan una buena
disposición de cooperar, deben ser empleadas, debe aprovecharse su
capacidad. Había gente que tenía
iniciativa, es una lastima que esa iniciativa no se encauzara a través de una
actividad llamada a ser útil a toda la sociedad.
Y ha habido gentes —no vamos a decir que
la mayoría ni mucho menos—, hay una minoría de entre los que tenían —no voy a
decir que el del bar de los 300 pesos, porque es muy difícil eso, ni el de los
200—, pero ha habido una minoría, un número de personas de los que participaban
en estas actividades que han reaccionado de una manera positiva. Pero no debemos engañarnos, es una minoría;
la mayoría venía ya reaccionando mal, era de los que más se ensañaban y más
campañas hacían: ellos
y sus secuaces y sus amanuenses y a la gente que les pagaban por hacer colas y
todo eso, eran gente de las que más trataban de llevar el derrotismo, el
descontento. Y que esa gente van a tratar —desde luego— de hacer resistencia, de hacer
daño y todo eso.
Desde luego, no ha habido que detener a
nadie ni arrestar a nadie. No se tiene
el propósito de tratar mal a nadie, no se tiene el propósito de dejar a nadie
desamparado: la
Revolución no sería humana, la Revolución no sería justa si a cualquier persona
la fuera a dejar desamparada; no existe propósito en ese sentido. Pero, desde luego, la Revolución será firme,
y si tiene que ser dura será dura.
Es decir: una cosa es la intención, el propósito
de la Revolución, y otra cosa es a lo que obliguen a la Revolución. Y siempre que obliguen a la Revolución a ser
dura, la Revolución será dura. Creemos
que sobre eso no ha de haber dudas de ninguna índole.
Pero vamos saneando el ambiente, vamos
limpiando, vamos creando un pueblo realmente de trabajadores. Hay que darse cuenta de que se ha perdido
mucho tiempo, hay que darse cuenta de que este país estuvo colonizado durante
siglos. Este año se conmemora el
centenario del inicio de la lucha por la independencia. Durante casi 60 años, este siglo, estuvimos
sometidos al imperialismo.
¿Qué nos trajo todo eso? El retraso económico, el retraso técnico, la
incultura generalizada. ¿No es acaso doloroso
ver cómo en un pueblo como este solo 62 personas de más de 200 hayan llegado al
sexto grado? y estamos seguros de que muchos de esos llegaron al sexto
grado después del triunfo de la Revolución; entre esos están algunos que están
en secundaria, mucha gente que ha estudiado después.
¿No es doloroso que aun quede casi un 10%
de analfabetos en este pueblo? ¿Acaso se
puede en el mundo de hoy vivir sin preparación alguna? ¿Acaso se pueden desarrollar todas las
riquezas, todos los medios de producción que este país necesita para hacer 4
000 escuelas como esa y a cada persona y a cada familia dotarla de todo lo que
necesite? ¡Sin preparación técnica eso
es imposible!
Hoy llamamos analfabetos al que no sepa
leer ni escribir, pero en la sociedad futura...
Ya incluso no en la sociedad futura, prácticamente cada vez que tenemos
que emprender la tarea de resolver una empresa nueva, una fábrica nueva, nos
encontramos que nadie puede trabajar esa fábrica si no tiene un nivel técnico
adecuado.
Y se ve el pasado constantemente, cuando
faltan profesores, cuando faltan maestros, cuando faltan cuadros, cuando faltan
técnicos, cuando falta todo.
En la sociedad del futuro podremos llamar
analfabeto a alguien que tenga sexto grado, porque el que no tenga mucho más
que un sexto grado tendrá que considerarse en la realidad, no se le podrá
encargar de nada, será una persona inútil.
En el futuro no podrá haber no ya 62 de más de 200 en un pueblo; en el
futuro tendrá que ser el ciento por ciento de las personas quienes den el sexto
grado y más del sexto grado.
A este respecto nosotros queremos
decirles que hasta ahora es obligatoria la enseñanza hasta sexto grado, pero el
Gobierno Revolucionario se propone hacer una ley haciendo obligatoria la
enseñanza secundaria también a todos los niños que les corresponda esa edad
(APLAUSOS). Y no solo la enseñanza
secundaria; es propósito del Gobierno Revolucionario establecer la
obligatoriedad de la enseñanza hasta nivel preuniversitario.
Es decir que la enseñanza secundaria y la
enseñanza preuniversitaria serán por ley obligatorias en nuestro país; es
decir, para todas las personas que estén en la correspondiente edad. No vamos a decir que una persona que está
fuera de edad escolar vayamos a obligarla a que estudie, ¡no! Todos los niños.
Nosotros tenemos, con la cooperación de
los padres, que adoptar las medidas para que no haya un solo ausentista, no
haya un solo niño ausentista en la escuela, para que todos puedan seguir su
curso ulterior después de la primaria y su curso ulterior en un
preuniversitario o en un instituto tecnológico después de la secundaria.
Algo más: el Servicio Militar se va
transformando; progresivamente se irán estableciendo instituciones de carácter
militar en el preuniversitario y en los institutos tecnológicos, de manera que
los hombres y las mujeres hagan su servicio militar mientras desenvuelven
(APLAUSOS) sus estudios preuniversitarios o sus estudios en los institutos
tecnológicos. Es deber de todo ciudadano
saber manejar las armas, es deber de todo ciudadano saber defender la patria
(APLAUSOS), de manera que si llega la hora de defender al país no sean unos
pocos también los que estén preparados para eso ni sean unos pocos los que
estén en disposición de hacer los sacrificios, dar la vida y dar la sangre por
la patria, porque la patria es de todos (APLAUSOS).
Cuando la patria era de unos cuantos
privilegiados, la palabra patria no tenía ningún sentido; cuando la tierra era
de los especuladores o de los latifundistas, el suelo en que vivíamos, no tenía
ningún sentido; si acaso era nuestro el aire que podíamos respirar, y eso
porque no lo podían inscribir en un registro de propiedad ni lo podían encerrar
en un almacén.
Pero, desde luego, hoy el concepto de la
patria es diferente. Cuando el suelo es
de todos, cuando la riqueza es de todos, cuando la oportunidad es de todos,
cuando la patria de verdad está llamada a ser de todos, solo los que no tienen
la más elemental noción de la patria, solo los privilegiados o aspirantes a
privilegiados, hacen eso: abandonar su
patria para marcharse. Por eso nosotros
no perdemos absolutamente nada cuando esos señores se van, por eso no hemos
hecho nada para impedir que se vayan allá a disfrutar de las limosnas del amo
imperialista; que esta patria la desarrollaremos, la haremos grande con el
esfuerzo de los que de verdad tienen hoy una patria y de verdad tienen hoy un
sentido de patria (APLAUSOS).
Es necesario que ustedes, es necesario que los trabajadores, sobre todo los
trabajadores de la capital, sepan mantener en alto su conciencia. Debe tenerse en cuenta cómo, a pesar de los
datos que nosotros explicábamos, cómo en la capital se consumía casi el 50% de
los recursos del país; sin embargo, a la capital se habían ido a vivir, pues,
todos los privilegiados, todos los ricos.
Es decir que no eran solo obreros, no eran solo trabajadores. De manera que de los que solicitaron irse
para Estados Unidos, la mayor parte, más del 50%, el 62,22% de los que
solicitaron salir del país son vecinos de la capital de la república y de la
provincia de La Habana.
Y por eso es necesario que los obreros,
los revolucionarios, los Comités de Defensa, tengan la conciencia alerta,
porque hay decenas de miles de esa gente que no pueden estar en ánimo de ayudar
en nada, de cooperar en nada, sino todo lo contrario, por justificarse
moralmente, hacer todo lo posible por sembrar la desconfianza, el derrotismo,
el pesimismo entre los revolucionarios.
Es necesario que la población de La Habana lo sepa; los militantes, los
obreros, las mujeres y los Comités de Defensa de la Revolución, sepan que hay
decenas de miles de esos que muy callados —porque no llevan un letrero arriba—
tienen solicitada su salida y esperan ansiosos el día que llegue el barquito. Y no les impedimos que llegue el barquito,
que llegue el avioncito, y que se vayan, pero no tenemos ninguna obligación a
los que se van de tolerarles que traten de hacerles daño a los que se quedan,
que traten de perjudicar el trabajo de los que se quedan aquí (APLAUSOS). No esperen nada de agradecimiento de esos
señores, aunque muchos de ellos han estado viviendo sin hacer nada, o de
negocitos de este tipo y de actividades de esa índole. Porque su negocio ahora es que mientras más
odien al pueblo mejor los van a recibir allá, mientras más gusanos sean mejor
los van a recibir allá; mientras más vagos, más parásitos, más lumpen, más
contrarrevolucionarios, mejor los van a recibir allá. Y ese es su negocio.
De la misma manera —al igual que se
acaban estos privilegios—, hay muchos de ellos que mientras han estado aquí han
estado cómodos, mandando carticas a Estados Unidos y recibiendo paquetes. Incluso unos cuantos obreros cubanos
resultaron lesionados por una bomba que venía en uno de esos paquetes; además,
en los propios Estados Unidos han explotado bombas de los señores que han
estado desarrollando terrorismo, que puede costarles vida a obreros
cubanos. Dicen que lo hacen porque los
paquetes esos ayudaban a la Revolución; ¡a quien ayudan es a la gusanera, que
por lo general recibe esos paquetes! Y
si no quieren, no tienen que poner bombas, ni van a necesitar poner bombas,
porque el “trapicheo” de paquetes desde Estados Unidos a Cuba, el Gobierno
Revolucionario se propone también suspenderlo definitivamente (APLAUSOS), es
decir, desde Estados Unidos. Por razones
de acuerdos sobre el transporte y sobre líneas aéreas, no suspenderemos esa
actividad desde México, incluso de otros países, de donde viene muy poco; pero
lo que es desde Estados Unidos va a ser suprimido totalmente el envío de paqueticos y de cosas; que muchos andaban insolentemente
exhibiendo los regalitos que les mandaban desde Estados Unidos, y
enseñándoselos a los revolucionarios y provocando a los revolucionarios y
tratando de humillar a los revolucionarios.
¡Los que quieran irse, que se vayan!
Pero ese relajo también, y todos esos regalitos procedentes de Estados
Unidos, ¡ninguno en este país!
(APLAUSOS.)
Y en el camino de la ofensiva
revolucionaria no solo, queremos expresar, se han expropiado los bares
privados, sino que se han cerrado todos los bares estatales, todos los
bares. Eso no quiere decir que se
prohiba que alguien tome una cerveza, ¡no!, pero que la compre donde le
corresponda y se la tome en su casa o donde quiera, porque no tenemos por qué
estar promoviendo la borrachera; ¡lo que hay que promover es el espíritu del
trabajo! (APLAUSOS.) Es decir que se han
cerrado los bares estatales; ese tipo de “timbiricheo”
no beneficia a nadie ni le interesa a nuestro pueblo trabajador.
También nos proponemos reunirnos con la
compañera Pastorita y los compañeros que han
trabajado en el INAV para discutir con ellos la medida de definitivamente
abolir la lotería (APLAUSOS). Durante un
tiempo el Instituto de Ahorro y Viviendas jugó su
papel, durante un tiempo jugó un papel como recaudador de impuestos, recaudador
de recursos económicos, en un momento en que todavía había montones de gente
con montones de dinero. Cuando ya no va
a haber montones de gentes con montones de dinero, entonces ya no tiene ningún
sentido. No tiene ningún sentido
recaudar fondos procedentes de los que trabajan, fondos procedentes de los
trabajadores; y además, eso conlleva la idea del endiosamiento del dinero, la
mística del dinero, la idea además de resolver los problemas mediante la suerte
y no mediante el trabajo. Y lo que
nosotros debemos enseñarle al pueblo es que su trabajo, su sudor, su esfuerzo,
es lo único que puede hacerle disfrutar de los bienes que necesita, es lo único
que puede hacer rico al pueblo. Tratar
de aspirar a ser rico un individuo, eso es egoísmo; tratar de resolver los
problemas mediante la suerte no es una virtud.
A muchas personas en el pasado las
acostumbraron a eso; incluso habrá mucha gente que jueguen la lotería para
disfrutar de la emoción de cuando sale el número —las hay: mucha gente en el campo y en todas
partes. Bueno: habrá que cambiar de emociones, habrá
que poner el radio para ver quien ganó, si los Industriales, o los Habaneros, o
los Azucareros, o los Orientales. No
queda más remedio que sustituir las emociones.
Desde luego, hay mucha gente que se acostumbró hace muchos años, mucha
gente humilde del pueblo. Y entendemos
que hoy ya esa institución no juega ningún papel, y esa institución lejos de
hacer un beneficio hace un daño. Además,
la gusanera en Miami juega con la lotería de aquí; como saben que ahí nunca se
hizo una trampa, tienen una confianza ciega en el bombo ese que tiraba los
números, y casi todas las casas de juego en Estados Unidos se basaban en la
tirada de la lotería en Cuba. Pero,
además, había su lumpencito por ahí, había su
parásito por ahí que se valía también de eso aquí en Cuba para la apuntadera y para el juego prohibido y para todas esas
cosas. Y, por tanto, en la campaña de la
ofensiva revolucionaria, hay que eliminar esas condiciones que podían
contribuir de una manera o de otra al parasitismo.
Y nos alegramos mucho de que sea aquí, en
el seno de este pueblo de pescadores, de trabajadores, ante los obreros que
hicieron esa formidable escuela, ante los niños hijos de trabajadores que son
vanguardia, ante los maestros revolucionarios, ante estudiantes de la escuela
al campo en este pequeño acto, haber tenido la oportunidad de complementar las
ideas que fueron expresadas en la escalinata universitaria el 13 de marzo (APLAUSOS).
Les deseamos a todos los familiares y a
todos los niños, ya que ellos eran una escuela de vanguardia cuando estaban
allí en unas navecitas muy pobres, que
ahora que tienen la mejor escuela del país, la más moderna, la más equipada,
pues sigan siendo la vanguardia, y estudien mucho, para que ustedes puedan
participar en el trabajo que permita que un día todos y cada uno de los niños
de este país tengan una escuela como esa.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)