DISCURSO
PRONUNCIADO FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL RESUMEN
DEL ACTO DE SOLIDARIDAD CON VIET NAM DEL SUR, EN OCASION DE LA VISITA DEL
COMPAÑERO TRAN BUU KIEM, EFECTUADO EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION, EL 3 DE JUNIO
DE 1969, “AÑO DEL ESFUERZO DECISIVO”.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES
TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUC
IONARIO)
Querido compañero Tran Buu Kiem,
representante del pueblo de Viet Nam
(APLAUSOS);
Señores invitados;
Compañeras y
compañeros:
Las palabras
de quien representa algo tan admirado por nosotros como es el pueblo de Viet Nam, su lucha heroica y su
Frente Nacional de Liberación, nos han conmovido a todos, porque sabemos todo
lo que hay detrás de esas sencillas, sinceras, afectuosas y humanas
palabras. Esas palabras están
respaldadas por el más extraordinario ejemplo de heroísmo que hayamos tenido
oportunidad de conocer.
Este acto
tiene una especial significación para todos nosotros. Tiene, desde luego, un sentido afectivo, un
sentido emotivo, incuestionablemente, vinculado a todo el desarrollo de los
sentimientos de amistad y de solidaridad con el pueblo de Viet
Nam y de su causa.
Tiene además un motivo de júbilo, por el hecho de tener entre nosotros
un representante, un combatiente de ese pueblo.
Tiene incluso hasta un cierto motivo de orgullo al pensar que nuestro
país no ha sido solo el primer país en enviar un Embajador ante el Frente
Nacional de Liberación, sino también ser nuestro país el primer país que recibe
con este carácter oficial a un distinguido y alto representante de ese Frente
(APLAUSOS).
Constituye un
motivo de satisfacción el saber que, aunque solo fuese como una pequeña
compensación de los monstruosos crímenes cometidos por el imperialismo contra
el pueblo de Viet Nam, aquí
también en este continente, a solo 90 millas de Estados Unidos, pueda ser
recibido por cientos de miles de ciudadanos, pueda ser recibido por un pueblo
revolucionario, el representante de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
Es decir que
en este pequeño baluarte de la dignidad y de la revolución puede venir, ser
recibido con inmenso calor y apoyado de todo corazón un representante de aquel
gran baluarte de la revolución, aquel gran baluarte de la lucha antimperialista. Y
decimos que en justicia debemos llamarlo así, gran baluarte, porque ningún
pueblo ha hecho mayores sacrificios, ningún pueblo ha hecho tan extraordinarios
sacrificios en la lucha contra el imperialismo como ha realizado el pueblo de Viet Nam (APLAUSOS). Nosotros hemos realizado algunos esfuerzos,
algunos sacrificios, que son realmente pequeños ante los esfuerzos y los
sacrificios del pueblo de Viet Nam.
Pero aparte de
todas esas consideraciones por las cuales este acto es importante para
nosotros, hay todavía una razón más fundamental, una razón de más peso, y es
que todavía se está librando en toda su crudeza la batalla contra la agresión
imperialista en Viet Nam.
Todavía el pueblo vietnamita se enfrenta heroicamente contra esa agresión
recrudecida. De manera que mientras esa
batalla se libra, este acto de solidaridad, este acto de apoyo constituye parte
de esa lucha y de esa batalla del pueblo de Viet Nam contra la agresión.
Por eso es
necesario que en este acto nuestro pueblo exponga ante la opinión internacional
su posición, su apoyo a las posiciones del Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur, y en qué
fundamentamos, en qué basamos ese apoyo, puesto que la opinión pública
internacional juega un papel importante en esta lucha. La opinión publica
internacional constituye un factor grande, un factor —repito— muy importante en
la lucha y en la victoria del pueblo de Viet Nam.
Y nosotros nos
hemos reunido esta noche para expresar en concreto nuestro apoyo total a las
posiciones concretas y a los puntos concretos del Frente Nacional de Liberación
en las conversaciones de París (APLAUSOS).
Aunque esos
puntos han sido divulgados ampliamente en nuestro país, es necesario que esos
puntos se conozcan ampliamente en todo el mundo. Es necesario que se conozcan cuáles son las
posiciones del Frente Nacional de Liberación y cuáles son las posiciones del
gobierno de Estados Unidos. Es necesario
que se estudien estos puntos y se analicen, y se estudien y se analicen los
argumentos y las posiciones legales, morales y justas del Frente Nacional de
Liberación (APLAUSOS), puesto que es necesario desenmascarar aún más a los
imperialistas yankis, puesto que es necesario
desnudar aún más ante la opinión mundial a los agresores yankis
(APLAUSOS), puesto que este es un problema que atañe a todo el mundo, puesto
que este es un problema que ha suscitado el interés apasionado de la opinión
mundial. Y puesto que esto no es solo
una cuestión de opinión sino una cuestión vital para los pueblos, es necesario
que estas posiciones sean conocidas, sean divulgadas y sean razonadas.
Por eso, y no
tanto para nuestro pueblo que —repito— conoce esos puntos, para los que puedan
estar escuchando este acto en otros países —y especialmente en la América
Latina—, nosotros vamos a insistir y vamos a repetir estos puntos que están
contenidos en una declaración del Frente Nacional de Liberación, bajo este
título: “Principios
y contenido esencial de una solución global del problema sudvietnamita. Contribución al restablecimiento de la paz en
Viet Nam.
“Inspirándose
en el deseo de llegar a una solución política para poner fin a la guerra de
agresión de los imperialistas norteamericanos en Sudvietnam,
en contribución al restablecimiento de la paz en Viet
Nam, sobre la base de la garantía de los derechos
nacionales fundamentales del pueblo vietnamita, inspirándose en los principios
fundamentales de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre el Viet
Nam, sobre la base del Programa Político y de la
posición en cinco puntos del FNL de Viet Nam del Sur, que están de acuerdo con la posición de cuatro
puntos del gobierno de la República Democrática de Viet
Nam, el Frente Nacional de Liberación de Sudvietnam expone como sigue los principios y el contenido
esencial de una solución global del problema sudvietnamita
en contribución al restablecimiento de la paz en Viet
Nam.
“1. Respetar los derechos nacionales
fundamentales del pueblo vietnamita, consagrados por los Acuerdos de Ginebra de
1954 sobre Viet Nam, a
saber: la independencia, la soberanía, la unidad y la integridad
territoriales.
“2. El gobierno de Estados Unidos debe retirar
totalmente de Sudvietnam las tropas, personal
militar, armas y material de guerra norteamericanos, así como los de otros
países extranjeros del campo norteamericano sin poner ninguna condición,
liquidar las bases militares norteamericanas en Sudvietnam,
renunciar a todos los actos que lleven perjuicio a la soberanía, territorio y
seguridad de Sudvietnam y de la RDV.
“3. El derecho del pueblo vietnamita de combatir
para defender su patria, es el derecho sagrado, inalienable, de legítima
defensa de todos los pueblos. La
cuestión de las fuerzas armadas vietnamitas en Sudvietnam
quedará solucionada por las partes vietnamitas entre ellas mismas.
“4. La población sudvietnamita
soluciona ella misma sus propios asuntos, sin injerencia extranjera. Decide ella misma el régimen político de Sudvietnam por medio de elecciones generales, libres y
democráticas. Se procede a elecciones
generales, libres y democráticas, para formar una Asamblea Constituyente para
establecer una Constitución y formar un gobierno de coalición en el sur de Viet Nam, reflejando la concordia
nacional y una larga unión de todas las capas populares.
“5. En el período que transcurra desde el
restablecimiento de la paz a la celebración de elecciones generales, no se
permitirá a ninguna parte imponer su régimen político a la población sudvietnamita.
“Las fuerzas
políticas representando a las diferentes capas populares y las diferentes
tendencias políticas de Sudvietnam que están por la
paz, la independencia y la neutralidad, comprendidas las personas que por
razones políticas deben residir en el extranjero, entrarán en negociaciones
para la formación de un gobierno de coalición provisional sobre la base del
principio de la igualdad, de la democracia y del respeto mutuo en vista a
realizar un Sudvietnam pacífico, independiente,
democrático y neutral.
“El gobierno
de coalición provisional tendrá las tareas siguientes:
“a) Aplicar los acuerdos firmados sobre la
retirada de las tropas de Estados Unidos y de otros países extranjeros del
campo norteamericano.
“b) Realizar la concordia nacional, la unión
amplia de diferentes capas de la población, de las fuerzas políticas,
nacionalidades, comunidades religiosas y de todas las personas, cualesquiera
que sean sus tendencias políticas y su pasado, teniendo en cuenta que ellas se
pronuncian por la paz, la independencia y la neutralidad.
“c)
Realizar amplias libertades democráticas: libertad de palabra, libertad
de prensa, libertad de reunión, libertad de creencia, libertad de crear
partidos y organizaciones políticas, libertad de manifestaciones,
etcétera... Poner en libertad las
personas detenidas por razones políticas, prohibir todo acto de terror, de
represalias y discriminación contra personas que hayan colaborado con una u
otra parte y se encuentran actualmente en el extranjero, según los Acuerdos de
Ginebra de 1954 sobre Viet Nam.
“d) Cicatrizar las heridas de la guerra,
restaurar y desarrollar la economía, restablecer la vida normal del pueblo y
mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
“e) Organizar elecciones generales libres y
democráticas en todo Sudvietnam para realizar el
derecho de la población sudvietnamita a la
autodeterminación, conforme al contenido del punto cuatro antes mencionado.
“6. Poner en marcha una política de buena
vecindad con el Reino de Camboya sobre la base del respeto de la independencia,
de la soberanía y de la neutralidad e integridad territorial de Camboya en sus
fronteras actuales.
Poner en
marcha una política de buena vecindad con el Reino de Lao
sobre la base del respeto a los Acuerdos de Ginebra de 1962 relativos a Lao.
“Establecer
relaciones diplomáticas, económicas y culturales con todos los países sin
distinción de régimen político y social, comprendido Estados Unidos, según los
cinco principios de coexistencia pacífica:
“Respeto mutuo
de la independencia, de la soberanía y de la integridad territorial, no
agresión, no injerencia en los asuntos internos, igualdad y beneficio mutuos,
coexistencia pacífica, aceptar la ayuda económica y técnica, no sujeta a
condiciones políticas, de todos los países, cualesquiera que sean.
“7. La reunificación de Viet
Nam se hará paso a paso, por medios pacíficos, sobre
la base de discusiones y de acuerdos entre las dos zonas, sin injerencias
extranjeras.
“Esperando la
reunificación pacífica de Viet Nam,
las dos zonas restablecen las relaciones normales en todos los dominios sobre
la base del respeto mutuo.
“La línea de
demarcación militar entre las dos zonas en el Paralelo 17, conforme a las
disposiciones de los Acuerdos de Ginebra de 1954 sobre Viet
Nam, no reviste más que un carácter provisional y no
constituye en ninguna forma un límite político o territorial. Las dos zonas se
pondrán de acuerdo sobre el statu de la zona semimilitarizada
y fijarán modalidades para la circulación a través de la línea de demarcación
militar provisional.
“8. Conforme a las disposiciones de los Acuerdos
de Ginebra de 1954 sobre Viet Nam,
esperando la reunificación pacífica de Viet Nam, las dos zonas, Norte y Sur de Viet
Nam, se comprometen a abstenerse de toda
participación en una alianza militar con países extranjeros, a no permitir a
ningún país extranjero el tener bases militares, tropas y personal militar
sobre su suelo, a no reconocer la protección de ningún país, alianza o bloque
militar cualesquiera que sean.
“9. Solucionar las secuelas de la guerra:
“a) Las partes negociarán la liberación de los
militares capturados durante la guerra.
“b) El gobierno de Estados Unidos debe asumir la
entera responsabilidad de las pérdidas y destrucciones que ha causado al pueblo
vietnamita de las dos zonas (APLAUSOS).
“10. Las partes se pondrán de acuerdo sobre una
vigilancia internacional para la retirada de Sudvietnam
de las tropas, del personal militar, de las armas y del material de guerra de
Estados Unidos y de los otros países extranjeros del campo norteamericano.
“Los
principios y el contenido de la solución global expuesta más arriba forman un
todo. Sobre la base de estos principios
y de este contenido, las partes se entenderán para llegar a la conclusión de
acuerdos sobre las cuestiones mencionadas para poner fin a la guerra en Sudvietnam y contribuir al restablecimiento de la paz en Viet Nam.”
Es necesario
tener presente que estos 10 puntos se ajustan a la línea, a las posiciones y a
los puntos sostenidos por el Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur desde que
comenzó la lucha; es decir, no desde que comenzó la lucha, sino desde que se
constituyó el Frente Nacional de Liberación el 20 de diciembre de 1960.
Porque el
Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur no es un partido político sino que es una
organización que comprende numerosos partidos políticos y numerosas
organizaciones de masa de Viet Nam
del Sur, que nace, que surge, para coordinar los esfuerzos dispersos
inicialmente del pueblo de Viet Nam
del Sur, la lucha armada contra la opresión yanki que
comenzó con la participación de diversas organizaciones y que fue necesario
coordinar y reunir en un Frente con sus objetivos muy claros, muy concretos,
con sus puntos muy definidos, al objeto de llevar a cabo esa lucha.
De manera que
por eso el programa del Frente Nacional de Liberación es un programa que recoge
las aspiraciones, los intereses y los objetivos de amplias capas de la
población.
No se trata de
un partido marxista-leninista. Y es
conveniente especificar esto porque uno de los argumentos que emplearon desde
el principio los imperialistas fue el famosísimo argumento del anticomunismo.
No quiere esto
decir que el argumento del anticomunismo contenga algún fundamento, alguna
razón o alguna justificación; pero forma parte de todo el fraude, de toda la
mentira, de toda la propaganda imperialista con relación a la lucha del pueblo
de Viet Nam del Sur.
La lucha del
pueblo de Viet Nam del Sur
constituye un auténtico caso de lucha de un pueblo por su liberación; es
necesario comprender esto. Y las
posiciones del Frente se ajustan estrictamente, y se han ajustado de una manera
muy consecuente, a su programa inicial, a sus posiciones, en virtud de las
cuales se organizó e inició su extraordinaria y heroica lucha.
De manera que
en las posiciones del Frente Nacional de Liberación no hay absolutamente
ninguna contradicción.
Y es necesario
que esto se conozca y se vea bien, puesto que esto constituye precisamente el
fundamento de la posición del programa de los 10 puntos y la solidez de esa
posición ante la opinión pública mundial y, al mismo tiempo, la solidez de esta
posición frente a las posiciones del imperialismo.
De manera que
aquí no se ha hecho un programa o un planteamiento ajustado a una situación
determinada, sino que son los planteamientos que siguen de manera consecuente
todo el proceso de la organización y de la lucha del Frente Nacional de
Liberación. Y ciertamente que los
planteamientos del Frente Nacional de Liberación para que cese la agresión
imperialista en Viet Nam y
para que se establezca la paz en Viet Nam sobre la base de derechos legítimos —irrenunciables del
pueblo de Viet Nam y de
cualquier pueblo—, no solo son en virtud de acuerdos de Ginebra, sino en virtud
del solo hecho de existir, del hecho de existir como tal pueblo; derechos
universalmente reconocidos a todas las naciones en el mundo.
De manera que
estos puntos son inobjetables. Frente a
estos puntos no hay un solo argumento verdadero, no hay un solo argumento
legal, no hay un solo argumento serio que puedan esgrimir los imperialistas yankis.
Pero además de
todo eso, además de las posiciones, de los puntos, de los argumentos, de su
seriedad, de su posición legal, moral, hay además el hecho de que el pueblo de Viet Nam ha derrotado por las
armas virtualmente al imperialismo yanki en Viet Nam (APLAUSOS).
Es decir que
no se trata de andar mendigando un derecho, de andar proclamando idílicamente
un derecho, porque desgraciadamente el mundo anda lleno de derechos idílicos
proclamados, simplemente proclamados:
¡Se trata de un derecho defendido con la sangre del pueblo de Viet Nam, y defendido con una
suma de sacrificios y heroísmos increíbles!
De manera que
estos puntos contienen no solo un derecho legítimo, sino un derecho que se ha
sabido defender, un derecho que se ha sabido conquistar, un derecho al cual es
acreedor el pueblo de Viet Nam
del Sur tanto o más que cualquier otro pueblo del mundo, puesto que no son dos
días ni tres días ni tres meses, sino que hace 30 años —¡treinta
años!— que viene luchando el pueblo de Viet Nam contra poderosísimas fuerzas imperialistas y
reaccionarias. ¡Treinta años! No es un derecho que se mendiga.
Martí decía
que los derechos se tomaban no se imploraban, se arrebataban no se
mendigaban. Y Maceo decía que los
derechos se conquistaban con el filo del machete (APLAUSOS).
He aquí que
estas posiciones conciernen no solo al derecho, no solo a la justicia, no solo
a la moral sino también a los hechos.
Ahora bien:
frente a estas posiciones razonables, serias, justas, del Frente Nacional de
Liberación, ¿cuál es la posición y cuáles son los argumentos del gobierno de
Estados Unidos? ¿Qué esgrimen, qué razón, qué pretexto, qué ideas, qué
palabras, para negarse a encontrar una solución que demanda el mundo, que
demandan los intereses del mundo, que demanda el pueblo norteamericano y que
demandan los intereses del pueblo norteamericano?
Esas
posiciones del gobierno de Estados Unidos están expresadas en un discurso del
Presidente de ese país, posterior a los pronunciamientos del Frente Nacional de
Liberación.
Aquí está el
discurso que no vamos a leer completo, sino algunos párrafos
fundamentales. Debe publicarse. Me ahorran ustedes, y se ahorran ustedes,
unos cuantos minutos aquí, porque hay que analizarlo. Porque ahí es donde se ve, y ya nuestro
pueblo tiene suficiente preparación, suficiente cultura para ver y distinguir y
analizar y enjuiciar y descubrir todos los ardides, todas las falsas
posiciones, las arbitrariedades que entraña el pensamiento del gobierno de
Estados Unidos.
Entre otras
cosas, nosotros hemos señalado las cuestiones fundamentales que tienen que ver
con sus posiciones en las negociaciones.
Ellos dicen
aquí, por ejemplo, en su planteamiento publico: “En este momento —dicen— aceleramos el
fortalecimiento de las fuerzas sudvietnamitas. Debido a eso, el general Abrahams
me informó el lunes que el progreso en este programa de entrenamiento ha sido
excelente, y eso aparte de lo que surja de las negociaciones se está acercando
el momento de que las fuerzas sudvietnamitas puedan
hacerse cargo de algunos de los frentes de combate, ahora dirigidos por los
norteamericanos.”
Es decir,
frente a una solución de paz, frente a una solución que restablezca los
legítimos derechos del pueblo de Sudvietnam, en la
respuesta del gobierno de Estados Unidos lo primero que expone —revelando así,
descubriendo su verdadero pensamiento, su intimo pensamiento— es que ha
recibido noticias del general en jefe yanki en Viet Nam de que el problema de
entrenar y armar hasta los dientes al ejército títere de Viet
Nam del Sur al servicio de los criminales impuestos
por ellos allí, después de 14 golpes de Estado en menos de 15 años, marcha
“excelentemente”.
Y lo expresa
con júbilo sea verdad o sea mentira. Y
sabemos que es mentira porque allí no marcha nada excelentemente bien para los yankis hace mucho rato (APLAUSOS). Pero evidentemente los del Pentágono le han
informado al gobierno de Estados Unidos que marcha excelentemente bien el
programa de armar, entrenar y equipar hasta los dientes al ejército títere de
los criminales que, apoyados en las bayonetas de más de medio millón de soldados
yankis, oprimen o tratan de oprimir a aquel
pueblo.
Y en una
declaración supuestamente pacífica, en una declaración dirigida a la opinión
mundial y a la opinión de Estados Unidos, en el preámbulo se empieza por
revelar las verdaderas intenciones de Estados Unidos en estas negociaciones,
que es tratar de ganar o de obtener en unas negociaciones los objetivos que no
pudieron obtener por las armas.
Luego
dice: “A pesar de los cursos
alternativos, hemos tenido que reconocer que la situación actual dista mucho de
ser la que era hace dos años o cuatro años o diez años.
“Una
diferencia es que ya no tenemos la alternativa de no intervenir. Hemos cruzado ese puente. Ahora hay más de medio millón de soldados
norteamericanos en Viet Nam,
y 35 000 norteamericanos han perdido la vida allí.
“Podemos tener
una discusión honesta acerca de si debimos entrar en esa guerra; podemos tener
una discusión honesta respecto a la dirección pasada de la guerra.
“Pero la
cuestión urgentemente, actualmente, es qué hacer ahora que estamos allí; no si
debimos haber entrado en este curso, sino lo que se exige de nosotros hoy
día.”
Estas cosas
plantea al pueblo de Estados Unidos el gobierno de Estados Unidos.
Dice así también: “También hemos descartado una retirada
unilateral de Viet Nam o la
aceptación en París de condiciones que equivalgan a una derrota
disfrazada.”
En otra parte
de la declaración dice:
“Si simplemente abandonamos nuestro esfuerzo en Viet Nam, la causa de la paz
quizás no podría sobrevivir al daño que se haría a la confianza de otras
naciones en nuestras formalidades.
“Otra razón
procede de los debates dentro del mundo comunista entre los que están en favor
de una confrontación con Estados Unidos y los que están en contra. Si Hanoi lograra apoderarse de Viet Nam del Sur por la fuerza,
incluso después de que el poderío de Estados Unidos ha sido comprometido,
fortalecería enormemente a esos líderes quienes desprecian las negociaciones,
quienes abogan por la agresión, quienes disminuyen los riesgos de la
confrontación. Se lograría la paz ahora,
pero aumentaría enormemente el peligro de una guerra mayor más tarde.
“Si queremos
pasar con éxito de una era de confrontación a una era de negociación, entonces
tenemos que demostrar, en el momento en que la confrontación está siendo
probada, que la confrontación con Estados Unidos es costosa y estéril.”
Más adelante
añade un párrafo... O anteriormente dice
así: “En este espíritu permítaseme ser
explícito en cuanto a varios puntos: .
“1) No buscamos bases en Viet
Nam.
“2) Insistimos en vínculos militares.
“3) Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo en
cuanto a la neutralidad, si eso es lo que el pueblo sudvietnamita
escoge libremente.
“4) Creemos que debe haber una oportunidad para
una participación completa en la vida política de Viet
Nam del Sur de todos los elementos políticos que
están preparados a hacerlo sin usar la fuerza o la intimidación.
“5) Estamos dispuestos a aceptar cualquier
gobierno en Viet Nam del
Sur que resulte de la libre elección del propio pueblo sudvietnamita.
“6) No
tenemos intención de imponer alguna forma de gobierno al pueblo sudvietnamita, ni seremos una parte para esa coerción.
“7) No nos oponemos a la reunificación si eso
resulta ser lo que el pueblo de Viet Nam del Sur y el pueblo de Viet Nam del Norte desean; únicamente pedimos que la decisión
refleje la libre elección del pueblo en cuestión.”
Y más adelante
un párrafo increíble. Dice así: “Esta es la guerra
más difícil en la historia norteamericana, librada contra un enemigo
despiadado.”
Y más adelante
las proposiciones concretas de respuesta a las posiciones del Frente Nacional
de Liberación, en que —una cosa también increíble— dice: “Para hacer muy concreto lo que he
dicho, propongo las siguientes medidas que parecen ser consistentes con los
principios de todos los partidos. Estas
proposiciones se hacen sobre la base de consulta a fondo con el presidente Thieu” —este presidente Thieu es
el decimoquinto gerifalte desde que se produjo la intervención yanki allí en Viet Nam.
“Tan pronto
como se llegue a un acuerdo, todas las fuerzas no sudvietnamitas
comenzarán su retirada de Viet Nam
del Sur.
“Durante un
período de 12 meses, por etapas convenidas, las principales porciones de todas
las fuerzas de Estados Unidos, aliadas y otras no vietnamitas, serán
retiradas.
“Al final de
este período de 12 meses, las restantes fuerzas de Estados Unidos, aliadas y
otras no sudvietnamitas, se moverán hacia áreas
básicas designadas y no entrarán en operaciones de combate.
“Las restantes
fuerzas de Estados Unidos y aliadas se moverán para completar su retirada, a
medida que las restantes fuerzas norvietnamitas
fueran retiradas y hechas regresar a Viet Nam del Norte.
“Un organismo supervisor internacional,
aceptable para ambas partes, sería creado con el propósito de verificar las
retiradas o para cualesquiera otros propósitos convenidos entre las dos
partes.
“Este
organismo internacional comenzaría a operar de acuerdo con un programa de
fechas convenidas y participaría en los arreglos de ceses del fuego
supervisados.
“Tan pronto
como fuere posible después de que el organismo internacional estuviera
funcionando, se celebrarían elecciones según procedimientos acordados y bajo la
supervisión del organismo internacional.
“Se harían
arreglos para la más rápida liberación posible de los prisioneros de guerra de
ambas partes.
“Todas las
partes convendrían en cumplir los Acuerdos de Ginebra de 1954 respecto a Viet Nam y Camboya, y los
Acuerdos de Lao de 1962.”
Luego añade: “Yo creo que esta
proposición de paz es realista y toma en cuenta los legítimos intereses de
todos los interesados; es consistente con los seis puntos del presidente Thieu.”
Es conveniente
el análisis de estas posiciones, porque por sí mismas contienen toda la endeblez, toda la falsedad y toda la insinceridad de la
posición del gobierno de Estados Unidos; posiciones que no pueden ser
defendidas con ningún argumento serio, con ningún argumento legal ni con ningún
argumento moral.
Es necesario
tener presente cómo llega Estados Unidos a Viet Nam. Esto ocurrió a
raíz de la lucha del pueblo vietnamita contra los colonialistas franceses
apoyados por Estados Unidos.
Porque el
pueblo de Viet Nam luchó
contra los imperialistas japoneses durante la ocupación; luchó después contra
los colonialistas franceses, que intentaron después de la Segunda Guerra
Mundial volver a situar al pueblo de Viet Nam en la condición de una colonia, y cuando el pueblo
vietnamita —dirigido en su lucha por la liberación por ese extraordinario
dirigente y combatiente tan querido por todos nosotros, el compañero Ho Chi
Minh (APLAUSOS)— les asesta un golpe decisivo en Dien
Bien Phu en 1954, tienen lugar entonces las
negociaciones y un acuerdo —que fue el acuerdo o los acuerdos de Ginebra—
aceptado por todos los países del mundo, excepto el de Estados Unidos, que ya
desde entonces se arrogó el derecho de no aceptar tales Acuerdos, porque ya
había decidido sencillamente violarlos, rechazarlos.
Estados Unidos
no tenía ningún derecho a pasar por encima de esos Acuerdos, y se tomó el
derecho a pasar por encima de ellos.
En esos
Acuerdos se establecía que no existía ni podía existir una división entre el
Norte y el Sur, que aquella era una línea provisional, que el pueblo de Viet Nam tenía el derecho a
decidir sobre sus propios problemas y sus cuestiones internas; tenía el derecho
a unirse y a decidir en virtud de su libre voluntad. En los Acuerdos se estipulaban unas
elecciones generales ulteriores con las debidas garantías, para que el pueblo
expusiera su voluntad.
Y en ese mismo
año ya interviene Estados Unidos en Viet Nam del Sur, sustituyen allí al colonialismo francés,
comienzan por enviar sus asesores militares, sus armamentos, comienzan a
intervenir en toda la vida del país; la CIA comienza allí a actuar
inmediatamente. Y según se conoce, es un
hecho histórico, porque el propio Presidente de Estados Unidos, que decidió esa
política, explicó en sus memorias que Estados Unidos tenía que intervenir
porque si no iban a perder el estaño, el tungsteno y otra serie de materias
primas, ya que de producirse unas elecciones generales Ho Chi Minh triunfaría
con más del 80% de los votos (APLAUSOS).
Los propios
imperialistas... Y eso no lo puede
desconocer quien en esa época era precisamente gran colaborador del general Eisenhower, el actual presidente de Estados Unidos no puede
ignorar cuáles fueron las razones por las cuales Estados Unidos intervino en Viet Nam y pisoteó los Acuerdos
de Ginebra, por razones conocidas, confesadas por el propio Eisenhower: razones de materias
primas, razones estratégicas, y la convicción de que no se podía permitir unas
elecciones allí.
Intervienen,
seleccionan entre los peores bandidos su camarilla, y establecen el primer
gobierno títere apoyado por ellos. Y
aquel gobierno se dedicó a las peores prácticas reaccionarias, a la peor
represión. No se realizaron ningunas
elecciones, no se le concedió ningún derecho al pueblo, comenzó inmediatamente
a arrebatárseles a los campesinos las tierras que se les habían entregado
durante la lucha por la liberación contra el colonialismo francés, y se
comenzaron a perpetrar todo género de fechorías contra el pueblo de Viet Nam del Sur.
Y el pueblo de
Viet Nam del Sur acudió a
la lucha de masas, a las luchas legales, a los medios pacíficos, para tratar de
hacer valer los derechos, para exigir las garantías, para exigir los Acuerdos
de Ginebra, hasta que en una situación ya imposible, insoportable, se levantó
en armas contra aquel gobierno. Y así se
inician las primeras luchas armadas de nuevo, que culminan con la constitución
del Frente Nacional de Liberación en 1960.
De manera que
qué sentido, qué razón, qué moral puede tener el gobierno de Estados Unidos
ahora para decir que están dispuestos a llegar a un acuerdo en cuanto a la
neutralidad, si eso es lo que el pueblo vietnamita escoge libremente; que cree
que debe haber una oportunidad para la participación política en Viet Nam del Sur de todos los
elementos políticos que estén dispuestos a hacerlo sin usar la fuerza o la
intimidación; que están dispuestos a aceptar cualquier gobierno en Viet Nam del Sur que resulte de
la libre elección del propio pueblo sudvietnamita,
etcétera, etcétera.
Y lo primero
que hay que preguntarse es que quién le da ningún derecho al gobierno de
Estados Unidos para decidir sobre estas cuestiones con relación al pueblo de Viet Nam del Sur (APLAUSOS). ¿Dónde está escrito? ¿En qué principios se fundamenta? ¿Qué legalidad pueden tener esas pretensiones
de Estados Unidos, y mucho menos qué moralidad puede tener el gobierno de un
país cuyos principales responsables de la política revelaron en sus memorias,
descarnadamente, que los móviles eran de tipo material, de tipo imperialista,
de tipo estratégico, de tipo guerrerista, para obtener
y asegurar materias primas, y lograrlo mediante la negación de la posibilidad
de que el pueblo de Viet Nam
escogiese libremente su camino? ¿Qué
derecho tiene un gobierno de un país que durante 15 años ha impedido que ese
pueblo escoja ese camino, que decida lo que deba decidir, que tenga el gobierno
que desee tener? ¿Qué moral puede tener
quien durante 15 años ha impedido precisamente eso?
Pero, además,
¿qué sinceridad puede albergar un gobierno que haga semejante planteamiento, si
en el preámbulo de tales declaraciones expresa jubiloso que su General en Jefe
le ha informado que el proceso de armamentismo y entrenamiento del ejército
títere marcha excelentemente? ¿Pero es
que no fue acaso precisamente eso lo que motivó la rebelión del pueblo de Viet Nam del Sur? ¿No fue acaso precisamente esa política, la
violación de los Acuerdos de Ginebra, la intervención allí, la imposición de un
gobierno de criminales, de bandidos que habían estado al servicio del
imperialismo japonés primero, luego del colonialismo francés y ahora del
imperialismo yanki, no fue precisamente esa política,
la imposición de una camarilla títere, armada hasta los dientes contra el
pueblo de Viet Nam, lo que
originó esta guerra? ¿Cómo puede ahora
venir el Presidente de Estados Unidos a decirle a la opinión mundial y a
decirle al pueblo de Estados Unidos que quiere buscar una solución, y empieza
por proclamar que su General en Jefe le acaba de informar que el trabajo de
entrenamiento y rearmamento del ejército títere
marcha excelentemente bien?
Esto al cabo
de 15 años de lucha, y al cabo de millones de víctimas de una de las guerras
más sangrientas, y más crueles y más criminales que se haya podido librar
contra un pequeño país. .
Y luego el
propio Presidente de Estados Unidos reconoce prácticamente que no debieron
haberse metido nunca en aquella guerra.
El propio Presidente de Estados Unidos lo da a entender con toda
claridad cuando dice:
“Podemos tener una discusión honesta acerca de si debimos entrar
en esa guerra”, lo cual lleva implícito grandes dudas, de hecho la afirmación
de que no debieron haber entrado en aquella guerra. Dice que ya no hay alternativa, que ya están
allí; que ahora el problema no es si fue justo o no.
Cuando se va a
hacer un planteamiento para la opinión, cuando se va a hacer un planteamiento
serio, no se puede hacer una afirmación semejante, porque la única conclusión
que puede sacarse de la convicción de que fue un disparate, de que aquella
guerra no debió haberse llevado a cabo, es sencillamente el cese de inmediato
de esa guerra. Es lo único moral, lo
único serio que se puede decir (APLAUSOS).
Y después de
aceptar que nunca debieron meterse en esa guerra, dice que descartan una
retirada unilateral —después de haber intervenido unilateralmente— y que no
aceptan en París condiciones que equivalgan a una derrota disfrazada. Es decir que pretenden una retirada
honrosa. Y lo único que puede decirse
respecto a esta frase de que no aceptan condiciones que equivalgan a una
derrota disfrazada es que la derrota de Estados Unidos en Viet
Nam no admite disfraz posible (APLAUSOS); que no se
trata de que “equivalgan a una derrota”, sino que hay una derrota
sencillamente, y se obstinan en no reconocerlo.
No puede haber, por tanto, derrota disfrazada sino derrota sin
disfraz. Si se quiere puede hablarse de
una retirada honrosa, pero es que en Viet Nam actualmente lo único honroso puede ser la retirada
misma, ¡lo único honroso la retirada misma!
y lo verdaderamente deshonroso es tener que
irse porque los expulsen de Viet Nam
(APLAUSOS).
Lo
verdaderamente honroso ahora puede ser el reconocimiento del error y actuar en
consecuencia. ¡Que un país poderoso,
después de cometer los crímenes que ha cometido contra un pueblo como el de Viet Nam, hable ahora de honra, y
hable de honra cuando llegó la hora de cesar el crimen, y le hable de honra al
pueblo norteamericano cuando es precisamente el pueblo norteamericano quien
está ya cansado y avergonzado de esa deshonra que constituye la guerra de
Estados Unidos contra el pueblo de Viet Nam! (APLAUSOS) ¿De qué manera interpreta la honra de su país
el gobierno de Estados Unidos, la honra del pueblo norteamericano? ¿Es que hay acaso honra en la repugnante
cadena de hechos bochornosos cometidos por Estados Unidos en Viet Nam desde 1954? ¿Son acaso honrosos los millones de víctimas
que ha causado a aquel país? ¿Son acaso
honrosas las destrucciones que ha causado a aquel país? ¿Son acaso honrosos los crímenes que allí han
cometido? ¿Son acaso honrosas para el
pueblo norteamericano la alianza de los Thieu, de los
Ngo Dinh Diem y de las 14 camarillas de bandidos, asesinos,
reaccionarios y ladrones que han pasado allí durante la ocupación yanki de Viet Nam
del Sur? (APLAUSOS)
Luego otro
argumento increíblemente débil: “Si abandonamos nuestro esfuerzo en Viet Nam, la causa de la paz
quizás no podría sobrevivir al daño que se haría.” Esta tesis equivale a decir que dejar de
hacer la guerra es dañar a la paz, y que haciendo la guerra contra el pueblo de
Viet Nam se defiende la
paz.
y aquí hay otro argumento, entre los señalados, sumamente revelador,
cuando indica que si se retiran de Viet Nam, si retiran sus tropas de Viet
Nam del Sur, en el mundo comunista los que están a
favor de una confrontación se sentirán alentados, y que es necesario que todo
el mundo sepa que la confrontación con Estados Unidos es inútil y es
costosa. Y aquí se revela toda la
intimidad del pensamiento del gobierno de Estados Unidos. Es decir: es
conveniente que cometamos allí la agresión, que mantengamos allí las tropas que
no debimos enviar, que continúen cometiendo crímenes contra el pueblo de Viet Nam del Sur, para que los
demás vean que a nosotros nadie nos puede desafiar, para que los demás pueblos
del mundo sepan cuán duro, cuán cruel es el poderío y la técnica militar de
Estados Unidos. Es decir: confiesan ante la opinión del mundo que están
allí matando y asesinando, entre otras cosas para sembrar el terror entre los
pueblos del mundo, para aterrorizar a la opinión mundial y sobre todo para
aterrorizar a los pueblos que tienen que vivir bajo el coloniaje o bajo la
explotación imperialista.
Este argumento
tan sutilmente expuesto revela el fondo del pensamiento del gobierno de Estados
Unidos, al señalar, al proclamar que están llevando a cabo allí una guerra de
carácter terrorista. Y cualquiera
tendría derecho a preguntar qué razón, qué justificación, qué prerrogativa
tiene Estados Unidos para cometer crímenes contra ningún pueblo, sencillamente
para amedrentar a otros pueblos, para amedrentar al movimiento
revolucionario.
Y este
argumento está expresado aquí con toda claridad en esa frase.
Y por último,
decíamos que era inconcebible la afirmación de que se libraba esa guerra contra
un enemigo despiadado. ¿A quién van a
confundir? ¿A quién van a engañar con
esa frase? Vean ustedes: el gobierno del
país que dice que lucha contra un enemigo despiadado.
Se sabe que
Estados Unidos mantiene un ejército de más de medio millón de soldados en Viet Nam y que no bastándole eso
mantiene allí tropas del gobierno títere de Corea del Sur, tropas del gobierno
fascista de Tailandia, tropas australianas, incluso algunas tropas filipinas y
de otros cómplices más bien morales que materiales del crimen que comete contra
el pueblo de Viet Nam del
Sur. Eso no es nada nuevo.
No hace tanto
tiempo que perpetraron su criminal intervención en la República Dominicana, y
cómo incluso después de estar allí pues llevaron también unas cuantas unidades
y tropas de gobiernos títeres. Es el
mismo clisé, es el mismo procedimiento, es el mismo
método en todas partes.
Todo el mundo
sabe cómo se llevó a cabo la guerra de agresión y de destrucción sistemática
contra la República Democrática de Viet Nam; todo el mundo sabe que han empleado allí productos
químicos para destruir los cultivos, para destruir la vegetación; todo el mundo
sabe que han empleado gases tóxicos; todo el mundo sabe que sus armas más
mortíferas, que sus armas más modernas las han empleado contra Viet Nam; todo el mundo sabe que
incluso después de iniciadas las negociaciones en París recrudecieron la
agresión contra Viet Nam
del Sur; y todo el mundo sabe que están empleando en la actualidad la aviación
estratégica y que están lanzando contra el pueblo de Viet
Nam del Sur bombas hasta de siete toneladas.
Para que se
tenga una idea del grado de crudeza, de violencia, de criminalidad que ha
alcanzado la agresión contra el pueblo de Viet Nam, hay que tener en cuenta estos datos:
A fines de
marzo de 1969 la fuerza de Estados Unidos era de 660 000 soldados. Entre ellos los efectivos acantonados en Viet Nam del Sur eran de 520 000,
es decir, en el mismo campo de batalla de Sudvietnam,
ya que el resto se encontraba en Tailandia —Séptima Flota, etcétera.
Las unidades
en Viet Nam del Sur eran 9
divisiones yankis y 5 brigadas, o sea, 32 brigadas de
un total de 71 brigadas que tienen, lo que representa un 42% de sus fuerzas
terrestres en el territorio sudvietnamita.
En cuanto a la
fuerza de infantería y paracaidistas, tienen 24 de un total de 35 brigadas, o
sea, un 68%. La infantería de marina
tiene 7 regimientos en Viet Nam
del Sur, de un total de 12, es decir, un 58,3%.
En cuanto a la
aviación táctica, de 3 900 aparatos de combate utilizan en Viet
Nam del Sur 1 250, o sea, un 32%. Además, utilizan el 50% del resto que tienen
en Estados Unidos para reemplazar los aparatos derribados.
En relación
con la aviación estratégica B-52, utilizan 120 del total de 612 aparatos, es
decir, un 20%.
Tienen 10
portaaviones, de un total de 16, o sea, un 60%.
Todo esto
demuestra que la guerra de Viet Nam
del Sur ha absorbido la mayor parte del poderío militar yanki.
En la
industria de guerra, como consecuencia de la agresión en Viet
Nam, están empleando actualmente el 10% del total de
los obreros industriales, el 20% de los técnicos electromecánicos y un 40% de
los físicos.
Han tenido que
movilizar 22 000 empresas para producir armas.
En relación
con los gastos militares, en cuatro años de guerra local (1965-1968) han invertido 97 000 millones de
dólares.
Las bombas
utilizadas en 1968 llegaron a una cifra récord con un promedio de 64 000
toneladas por mes. En la Segunda Guerra
Mundial fue de 45 000 toneladas por mes.
En los cuatro años de guerra local han utilizado 3 millones de toneladas
de bombas, y sin embargo en cuatro años de la Segunda Guerra Mundial emplearon
solo 2 millones de toneladas de bombas.
De manera que Estados Unidos en cuatro años ha lanzado contra un país
apenas un poco mayor que la isla de Cuba 3 millones de toneladas de
bombas. ¡Un millón de toneladas de
bombas más que las que empleó durante toda la Segunda Guerra Mundial!
Y en un
territorio —repito— apenas un poco mayor que el de Cuba, más de medio millón de
soldados, decenas de miles de soldados de gobiernos aliados y, además, más de
medio millón de soldados títeres. Es
decir: ¡Más de
un millón de hombres!
Y con toda esa
fuerza y con todas esas bombas y con casi 100 000 millones de dólares, no
domina más que una quinta parte del territorio de Viet
Nam del Sur, una cuarta parte de la población que
vive principalmente en las grandes ciudades, y que, desde luego, en su inmensa
mayoría está contra la guerra y contra la agresión imperialista.
¿Se puede
tener acaso una prueba mayor del apoyo, del respaldo, de la decisión de
libertad del pueblo de Viet Nam
del Sur?
Podríamos
preguntar lo siguiente:
¿Acaso hay algún otro pueblo en toda la historia del mundo que
haya dado una prueba semejante de vocación de libertad?
¿Y acaso
considera una honra para Estados Unidos el gobierno de ese país esta
cifra? Haber comprometido el grueso de
la potencia militar capitalista más poderosa, haber invertido 100 000 millones
del pueblo norteamericano —porque esos millones no son de los monopolios, esos
millones los paga el pueblo en impuestos mientras los monopolios hacen enormes
negocios, enormes ganancias—, invertir 100 000 millones en asesinar
vietnamitas, en establecer gobiernos de títeres corrompidos, de bandidos, de
asesinos, de reaccionarios. ¿Mantener eso
es acaso alguna honra para el pueblo de Estados Unidos?
Creo que la
simple lectura de estos datos basta para comprender el concepto de la honra que
tiene el gobierno de Estados Unidos.
¿Quién puede
creer en el mundo ya los manidos pretextos, la supuesta lucha por los derechos
de un pueblo, la supuesta defensa de la libertad tantas veces baboseada por
estos corifeos del imperialismo? ¿Quién
puede prestarles la menor atención?
¿Quién puede prestarles el menor caso?
¿Quién puede discutir en ninguna parte, bajo ninguna circunstancia, el
derecho del Frente Nacional de Liberación de los puntos planteados?
Es increíble
que el gobierno de Estados Unidos invente el increíble argumento o la increíble
tesis de retiradas simultáneas de Viet Nam de las tropas interventoras yankis,
a la vez que la retirada de fuerzas vietnamitas. Y es increíble sobre todo cuando en el
preámbulo de tal planteamiento empieza —como decíamos— declarando que la tarea
de armar al ejército títere marcha muy bien.
Pero es más increíble todavía que un gobierno pretenda llamar
extranjeros en Viet Nam a
los vietnamitas. Es como si se declarara
aquí extranjero a un pinareño, a un matancero, a un
oriental, a un camagüeyano; es como si se declarara extranjero en Estados
Unidos a un bostoniano, a un neoyorquino o a un californiano.
Es increíble
que se trate de presentar como un argumento serio la pretensión de que para ir
retirando y siempre dejando allí —porque no está claro, está confuso ese
planteamiento—, de que para ir retirando a los agresores yankis
tengan que retirarse también vietnamitas.
Viet Nam, que nosotros conozcamos, es un país, es
un pueblo, es una nación. Y por eso
nosotros consideramos muy justa y muy digna y muy fundamental la posición, el
punto del Frente Nacional de Liberación de que todo lo que concierna a las
fuerzas armadas vietnamitas les corresponde resolverlo entre sí ellas mismas, y
que en eso no tiene que intervenir ni inmiscuirse absolutamente nadie.
De manera que
nuestro apoyo a los 10 puntos no está motivado solamente en un sentimiento
emotivo que existe sin duda y tiene que existir, en nuestra simpatía, en
nuestra admiración, en nuestra solidaridad, sino que está fundamentado en la
razón, en la moral, en los principios más elementales, en los derechos más
fundamentales de cualquier pueblo.
¿Quién puede
discutirle ese derecho al pueblo de Viet Nam del Sur? Pero
además, ¿qué horas son estas para esas exigencias?
Hace 15 años
Estados Unidos pudo haber evitado intervenir en Viet Nam del Sur; hace 10 años pudieron dejar de iniciar su
guerra especial; hace 5 años pudieron dejar de iniciar su guerra local. Pero en aquella época, arrogantes,
envalentonados, creyéndose invencibles, creyéndose superpoderosos,
pretendiendo aplastar por el terror y por la fuerza al pueblo de Viet Nam, no fueron ni cautelosos,
ni perezosos, ni cuidadosos a la idea de lanzar miles de aviones, millones de
toneladas de bombas, cientos de miles de soldados contra el pueblo de Viet Nam, en un empeño inútil, en
una tarea imposible.
Cuando
hicieron eso, por su mente, por las mentes de los del Pentágono y de los
imperialistas no les pasaba la idea de la capacidad de lucha, de la capacidad
de resistencia del pueblo de Viet Nam,
de la potencialidad de lucha de un pueblo que combate por sus derechos más
fundamentales.
Pero lo cierto,
lo incuestionable es que el poderío militar yanki,
con toda su técnica, se estrelló —¡sí, se estrelló
literalmente!— contra la resistencia del pueblo de Viet
Nam. Y no creo
que haya nadie que lo pueda negar (APLAUSOS).
Y si Estados
Unidos comenzó a desescalar es porque sencillamente
sus recursos no daban para más.
Cualquiera que lea estas cifras, estos gastos, ese descomunal
despilfarro de fuerzas, se da cuenta de que la escalada yanki
había llegado a sus límites.
Pero hay algo
más, más importante todavía:
es que la guerra de Viet Nam constituyó un aldabonazo en la conciencia del pueblo
norteamericano, es que la paciencia del propio pueblo norteamericano estaba
llegando también ya a sus límites, y la opinión contra la guerra era cada vez
mayor. Y no pueden ocultarlo.
Los
imperialistas podrán dolerse, podrán lamentarse, y en ocasiones apelan al
pueblo norteamericano diciéndole que su apoyo a la causa vietnamita dificulta
encontrar una solución. ¡No! Ha sido precisamente todo lo contrario. La resistencia del pueblo norteamericano ha
sido un freno a la agresión, ha constituido un limitante para las fuerzas y las
posibilidades de los imperialistas.
Y es que los
imperialistas en Viet Nam
llegaron al límite de sus posibilidades materiales y de posibilidades
políticas. Porque podían despreciar todo
lo que quisiera la opinión mundial, pero no estaban en la misma situación de
echar a un lado y despreciar a la opinión del pueblo norteamericano, porque es
el pueblo norteamericano quien paga esos impuestos y, sobre todo, es el pueblo
norteamericano quien pone a sus hijos para que vayan allí de carne de cañón en
defensa de una causa injusta, en defensa de una mala causa (APLAUSOS).
En las
declaraciones de los imperialistas nunca falta la amenaza: que no agoten su paciencia, que
esperar conlleva grandes riesgos.
¿Pero a quién
van a asustar? ¿Van a asustar a los
vietnamitas? ¿Van a asustar a los que
han muerto? ¿Van a asustar a los que
están dispuestos a morir?
(APLAUSOS) ¿Van a asustar al
mundo? ¿Van a asustar a los demás
pueblos? ¿Con qué los van a
asustar?
Si piensan en
otras armas, ya también conocemos nosotros algunas de esas experiencias. Hubo una época, en cierto momento, en que
decenas de cohetes nucleares estaban apuntando para nosotros, en un momento
realmente crítico. ¡Y realmente, no
recuerdo haberme encontrado en este país con uno solo asustado! (APLAUSOS)
De manera que,
¿a quién amenazan? ¿A quién asusta? ¿Y con qué?
Y esta es la
filosofía de los imperialistas: vamos a matar porque si no matamos
después nos desafían. Y lo que sucede es
precisamente lo contrario:
¡puesto que amenazas con matarme te desafío, puesto que quieres
matarme te desafío! (APLAUSOS)
Nunca el
prestigio de Estados Unidos llegó a un nivel más bajo, nunca el descrédito de
Estados Unidos fue mayor desde que existe ese país. Y a ese descrédito llegó Estados Unidos, a
ese punto culminante llegó precisamente a raíz de su criminal guerra en Viet Nam, aunque esa guerra no
fuese un hecho aislado, sino fuese el resultado de toda una concepción, de toda
una política, que se manifiesta en Corea del Sur haciendo allí exactamente lo
mismo, que se manifiesta en Formosa, que se manifiesta en Okinawa, que se
manifiesta en cualquier lugar de Asia, de Europa y de América Latina.
Es decir que
se manifiesta en todas partes del mundo.
Es un aspecto de la misma concepción, de la misma política que no ha
conducido sino a fracasos, a descréditos y a debilitamiento.
Elocuentísima
prueba de ese descrédito la mencionó aquí nuestro visitante, el compañero Tran Buu Kiem,
cuando habló de la desastrosísima gira del señor Rockefeller
por la América Latina.
Claro que el
señor Rockefeller ahora dice que ha sido útil porque
ha descubierto la “subversión”, la gran fuerza que tenía esa “subversión”. Una manifestación más de testarudez, de
obstinación y de simplismo: califican de
subversión internacional organizada lo que constituye la más espontánea, la más
natural, la más lógica y la más justa repulsa de los pueblos, de los estudiantes,
de los intelectuales, de los trabajadores, de los campesinos contra la
expoliación y el saqueo del imperialismo yanki.
¡Pero no!, el
señor Rockefeller saca sus conclusiones: es la
subversión. Y así, como un mulo con
orejeras, no solo de lado sino de frente, se empeña en negar las
realidades.
Sin embargo,
no todos en Estados Unidos piensan de la misma manera. Se señaló aquí la participación del pueblo de
Estados Unidos frente a la agresión en Viet Nam; se señaló aquí la importancia que tenía el pueblo de
Estados Unidos en esta lucha y la opinión norteamericana.
Hemos leído
los puntos y las tesis planteados por el gobierno de Estados Unidos, pero
también hay otras opiniones en Estados Unidos muy interesantes.
Y en el día de
ayer precisamente llegaron algunos cables con noticias de un documento suscrito
por 9 senadores y 36 representantes y además un grupo de antiguos funcionarios
y peritos en armamentos, que propusieron un plan de desmilitarización del país,
que prevé reducir el ejército en un millón de hombres y retirar inmediatamente
las tropas norteamericanas de Viet Nam.
Es decir, un
grupo de 45 miembros del Congreso de Estados Unidos suscribieron este
documento. Y es interesante y es
conveniente que leamos los cables que se refieren a este documento, aunque,
naturalmente, inmediatamente invocando un falso honor y un falso patriotismo,
el gobierno de Estados Unidos dirá: vean cómo los que se oponen a la
guerra de Viet Nam les dan
argumentos a los enemigos de Estados Unidos.
Claro, ellos
consideran enemigos de Estados Unidos a los enemigos del imperialismo, a los
enemigos de los monopolios yankis. Y tratan de presentar a todo el que no esté
de acuerdo con la política de los monopolios, con sus aventuras y con sus
fechorías, como enemigos del pueblo de Estados Unidos.
¡Los
verdaderos enemigos del pueblo de Estados Unidos son los monopolistas y son los
aventureros del Pentágono, son los imperialistas, que los conducen a ese tipo
de aventuras y a ese tipo de fechorías y de agresiones en el mundo!
“En el informe
—dice el cable— el grupo apremia al Congreso norteamericano a restablecer el
control que otrora ejercía sobre las instituciones militares de Estados
Unidos.
“Para empezar,
dice el informe, debe intervenir en la pugna suscitada por el proyecto de
instalar un sistema de proyectiles antibalísticos, así como en las gestiones
para suspender la lucha en Viet Nam.
“Si no puede
parar la instalación de los proyectiles antibalísticos o la guerra en Viet Nam, el Congreso podría
convertirse en una simple sociedad de debates ornamentales y la impotencia de
nuestras instituciones políticas quedaría de manifiesto.
“El documento
comprende una conferencia de dos días verificada en Washington a fines de marzo
y durante la cual se discutieron las inversiones en negocios militares y su
relación con otras necesidades nacionales.
“Conforme al
documento, durante los últimos 20 años el Congreso de Estados Unidos ha
permanecido callado y los fiscales civiles de las instituciones militares han
eludido sus responsabilidades ante la desbocada penetración de la maquinaria de
seguridad nacional en las esferas sociales, industriales y sindicales.
“Ahora
—prosigue el informe— tenemos un coloso montado sobre el país y el cual devora
el 80% de los presupuestos federales, determina la política extranjera, asfixia
programas domésticos y tiene al mundo bajo el temor de una guerra nuclear.
“Una vez que
comience la instalación en escala mayor de los proyectiles antibalísticos y
concluyan las pruebas de los proyectiles de múltiples cargas, el genio nuclear
se saldrá del ánfora y no será probable que volvamos a gozar de la estabilidad
que tenemos ahora”, advierte el informe.
“Por esta
razón el documento apremia al Congreso a examinar de nuevo los compromisos militares
contraídos por este país en el extranjero y a insistir en la reducción de las
bases militares ultramarinas y de los efectivos del ejército permanente.
“También aconseja al Congreso crear su propia
fuente de información, con objeto de fiscalizar los gastos y la política del
Departamento de Defensa norteamericano.
“He aquí
algunas de las medidas que sugiere:
“Un nuevo
brazo fiscal del Congreso con acceso a información secreta.
“Una comisión
mixta de senadores y representantes para estudiar las necesidades primordiales
del país.
“Consultar con
peritos de fundaciones privadas capacitados para emitir opiniones libres sobre
los programas de la defensa nacional.
“Audiencias
directas con relación al presupuesto en los distritos electorales.
“Creación de
un Comité Interino de Seguridad Nacional, integrado por miembros del Congreso y
peritos independientes, para estudiar la estructura y la trayectoria del
complejo militar industrial.
“Lo que en
verdad está a discusión es la transformación de Estados Unidos en una especie
diferente de civilización, en un Estado de seguridad nacional. La nación y el Congreso deben preguntarse si
pueden acaso recobrar alguna vez el control de las agencias que forman ese Estado,
sin reducir sustancialmente sus dimensiones y sin darle una nueva estructura, a
fin de que sirvan con claridad a los intereses de la nación.
“Por el
momento —afirmaron— nuestro interés nacional principal es el de extirparnos de Viet Nam.” Esto lo afirman 46 miembros del Congreso de
Estados Unidos: “Por
el momento nuestro interés nacional principal es el de extirparnos de Viet Nam.
“Abogan por
los siguientes medios para solucionar el conflicto:
“Comenzar
inmediatamente el retiro de las tropas norteamericanas de Viet
Nam para obligar al gobierno de Saigón
a aceptar una solución negociada.”
Estos
legisladores comprenden que con su aventura en Viet Nam el propio gobierno de Estados Unidos ha caído bajo el
chantaje del gobierno títere que creara allí, ¡bajo el chantaje! Es decir que ya el gobierno de Estados Unidos
no es prácticamente ni siquiera dueño de sus propios actos.
“Establecer en
Saigón un gobierno provisional de coalición que
comprenda al Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur, que preparará un referéndum o elecciones
nacionales.
“Abrir en el
Congreso estadounidense un debate sobre los intereses nacionales en Asia del
Sudeste.
“El informe
subrayó que el papel esencial de las fuerzas armadas norteamericanas debe
volver a ser la defensa del territorio de Estados Unidos, y sugirió que sus
efectivos, actualmente aumentados en forma artificial por compromisos globales,
se disminuyan por lo menos en un millón de hombres.
“En lo que
respecta a las negociaciones con la Unión Soviética sobre una suspensión de la
carrera de los armamentos nucleares, los firmantes insistieron en que Estados
Unidos debe cesar inmediatamente la construcción de la red de cohetes anticohetes propuesta por el presidente Nixon.
“También se
pronunciaron contra la puesta en práctica de los cohetes ojivales nucleares
múltiples.
“La ironía de
la situación —expresaron— es que esperamos convencer a los soviéticos de no
poner en práctica programas de armamentos que ahora se llevan adelante en forma
irrevocable por nuestro propio Ministerio de Defensa.
“Según los
parlamentarios, todas las economías que normalmente deberían producirse con la
suspensión de las operaciones bélicas norteamericanas en Viet
Nam serán absorbidas por el nuevo sistema de
armamentos preparado por el Pentágono.
“Evidentemente
—concluyeron— tenemos que examinar con urgencia los gastos militares para poder
consagrar nuestros recursos a incuestionables necesidades sociales.”
Es decir que
ya no es solo un sector numeroso, mayoritario del pueblo de Estados Unidos,
sino un grupo realmente numeroso de congresistas norteamericanos los que
sustentan estas opiniones. Y crece en el seno de Estados Unidos la preocupación
por lo que califican de “complejo militar industrial”, y cómo todavía no ha
terminado la guerra en Viet Nam
y ya están los del Pentágono —en contubernio con determinados monopolios de
armas— concibiendo programas que costarían decenas y decenas de miles de
millones de pesos al pueblo de Estados Unidos.
Estos hechos
demuestran cómo en aquel país maduran opiniones y se levantan conciencias,
conciencias que fueron alertadas precisamente por el heroísmo del pueblo de Viet Nam.
Se ha dicho en
ocasiones por los compañeros vietnamitas que ellos se sienten agradecidos a
nuestro pueblo por su solidaridad, que nos agradecen la expresión de que por Viet Nam estamos dispuestos a dar
hasta nuestra propia sangre. Y sin
ningún tipo de formalidad, por elemental sentido de justicia, somos nosotros,
somos los pueblos amenazados por el imperialismo, los países que luchan por su
liberación o se enfrentan a las amenazas yankis,
quienes tenemos que estarle agradecidos al pueblo vietnamita. Y entre esos países, en primer lugar,
nosotros (APLAUSOS). Porque nosotros
estamos muy próximos a Estados Unidos, nosotros conocemos la falta de escrúpulos
de los gobiernos de ese país. Recordamos
Girón, recordamos los aviones con escudos e insignias cubanas bombardeándonos
al amanecer, recordamos las declaraciones en las Naciones Unidas —aquellas
mentiras descaradas, conscientemente promulgadas— de que se trataba de aviones
de la fuerza aérea que se habían sublevado.
Recordamos los ataques piratas, las bases establecidas alrededor de
Cuba, los ataques a cualquier hora del día o de la noche por aire o por mar;
recordamos las infiltraciones, los sabotajes, los crímenes cometidos.
No pretendemos
ni mucho menos comparar lo que nosotros hemos sufrido con lo que han sufrido
los vietnamitas. Simplemente deseamos
expresar que conocemos bien a los yankis, su falta de
escrúpulos, y sabemos cómo también nosotros hemos estado en peligro de sufrir
hechos por el estilo de los que ha estado sufriendo Viet
Nam.
Recordábamos
hace algún momento el ejemplo de la Crisis de Octubre, y hemos vivido todos
estos años siempre preparándonos, armándonos, invirtiendo enormes energías en
nuestra defensa, por no tener nunca la seguridad de en qué día, en qué ocasión,
en qué circunstancia nos veremos envueltos en una lucha similar, sufriendo
agresiones similares a las de Viet Nam.
De manera que
cuando nosotros decimos que por Viet Nam estamos dispuestos a derramar nuestra sangre no decimos
nada extraordinario, ¡porque el pueblo de Viet Nam no ha ofrecido derramar su sangre por nosotros y por
otros pueblos, sino que ha derramado su sangre por nosotros y por otros
pueblos! (APLAUSOS)
Su combate
debilitó al imperialismo; su combate obligó al imperialismo a emplear allí el
grueso de sus fuerzas; su combate significó tiempo a nosotros para prepararnos
mejor, para armarnos más, para ser más fuertes.
Su combate, de una manera real y objetiva, de hecho, ha constituido un
respaldo, un apoyo, una defensa para otros pueblos en las condiciones
nuestras. Y no se trata de frases, se
trata de hechos que cualquiera de los ciudadanos de este país siente y
comprende.
“Viet Nam ha sido además ejemplo,
ha sido estímulo, ha sido prueba. ¡Y
cualquier pueblo que haya estado dispuesto a resistir y a luchar —como lo ha
estado siempre nuestro pueblo— sabe ahora, después de la experiencia de Viet Nam, que se puede no solo
resistir, no solo luchar hasta morir, sino que se puede resistir y luchar hasta
vencer! (APLAUSOS)
Sabemos la
cantidad de bombas, de efectivos, de medios, que se pueden emplear contra un
país sin derrotarlo. Esa ha sido la
lección de Viet Nam para
nosotros y para otros pueblos en similares circunstancias a las nuestras.
De manera que
por eso, por todas esas razones, sentimos como algo muy cercano a nosotros,
como algo muy próximo a nosotros la lucha y la causa del pueblo de Viet Nam. Por eso nada tiene de extraordinario, nada
tiene de especial, el que de todo corazón, con el sentimiento, con la razón,
apoyemos al Frente Nacional de Liberación y apoyemos sus demandas justas, sus
puntos justos. ¡Y entendemos un deber
nuestro como revolucionarios, y entendemos un deber de todos los movimientos
revolucionarios, darle pleno apoyo, y caluroso apoyo, y decisivo apoyo a los
diez puntos del Frente Nacional de Liberación!
(APLAUSOS PROLONGADOS)
En el día de
hoy es lógico también que recordemos a quien fue entre nosotros abanderado de
la causa del pueblo de Viet Nam,
abanderado de la causa del movimiento nacional de liberación: que recordemos en la noche de hoy al
Che (APLAUSOS PROLONGADOS). Que
recordemos su tesis de que para apoyar a Viet Nam había que apoyarlo también luchando, como expresaba en
sus palabras: “Crear
dos, tres, muchos Viet Nam.” (APLAUSOS)
Algunos
interpretaron mal esas consignas, incluso algunos calumniaron esas
consignas. Pretendían presentar aquello
como una cosa absurda, que si se querían dos, tres tragedias como la de Viet Nam. No es precisamente desde ese ángulo desde
donde hay que mirarlo:
hay que mirarlo desde el ángulo de lo que significa el ejemplo de
Viet Nam y la lucha de Viet Nam. Y el Che no pensaba en la tragedia: pensaba en la
lucha, pensaba en el deber de los pueblos de luchar, en la justicia, en el
derecho de los pueblos a liberarse del imperialismo; pensaba no en lo que tiene
de tragedia sino en lo que tiene de digno, en lo que tiene de glorioso, en lo
que tiene de justa la lucha del pueblo de Viet Nam.
Y en el
pensamiento del Che y de los que con él cayeron gloriosamente en Bolivia, entre
sus motivaciones, estaba ocupando un lugar importante el sentimiento de
solidaridad hacia el pueblo de Viet Nam. De manera que
al caer no cayeron solo luchando por la libertad de los pueblos de América: ¡Cayeron también,
derramaron su sangre también por la causa del heroico pueblo de Viet Nam! (APLAUSOS PROLONGADOS)
Para
finalizar, solo nos resta expresar que pocas veces se vio nuestro país tan
honrado como se ha visto en la noche de hoy; que pocas veces se sintió nuestro
pueblo más orgulloso ni más satisfecho que al contar con la amistad y al contar
con la presencia de un representante del presidium
del Comité Central del Frente Nacional de Liberación de Viet
Nam del Sur, en la persona de un combatiente que
durante más de 20 años ha permanecido en los bosques luchando por la liberación
de su patria (APLAUSOS PROLONGADOS).
Los
vietnamitas nos recuerdan lo mejor de la humanidad. Nos recuerdan lo más digno, lo más glorioso,
lo más abnegado, lo más heroico que pueda albergar el corazón humano. Los vietnamitas nos recuerdan la historia de
nuestro país. Los vietnamitas nos
recuerdan a nuestros mambises luchando también solos
durante 10 años, durante casi 30 años por su independencia; combatiendo contra
un ejército técnicamente bien armado en aquella época con machetes, con fusiles
casi desprovistos de municiones. Los
vietnamitas nos recuerdan lo más entrañable, lo más querido de este país: nos recuerdan a todos
los que han luchado, a todos los que han caído, a todos los que se han
sacrificado por nuestra patria.
Por eso se
explica nuestra simpatía, nuestro respeto, nuestra admiración, nuestro cariño
hacia los combatientes vietnamitas, hacia el Venerable —como le llaman ellos—
presidente de la República Democrática de Viet Nam, el compañero Ho Chi Minh (APLAUSOS).
Nuestras
simpatías hacia el presidente del Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur, compañero Huu Tho (APLAUSOS).
Nuestra
simpatía y nuestro saludo hacia los combatientes heroicos de las Fuerzas
Armadas Populares de Liberación de Viet Nam del Sur (APLAUSOS).
Nuestro saludo
especial a los combatientes del heroico Batallón Girón, que tantas batallas ha
librado contra los invasores yankis (APLAUSOS).
Nuestro saludo
a todo el pueblo de Viet Nam,
nuestra confianza ilimitada en ellos, nuestra fe absoluta en su victoria.
¡Viva el
Frente Nacional de Liberación!
(EXCLAMACIONES DE:
“¡Viva!”)
¡Viva la justa
causa del pueblo de Viet Nam! (EXCLAMACIONES DE: “¡Viva!”)
¡Patria o
Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)