DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
CMDTE. FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA GRADUACION DE LOS 244 ALUMNOS DEL
INSTITUTO DE ECONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA, EFECTUADA EN EL TEATRO DE
LA CTC, EL 20 DE DICIEMBRE DE 1969.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros
profesores;
Compañeros
graduados;
Compañeros
estudiantes:
Esto del resumen es nuevo. Ustedes —algunos por lo menos— saben cómo se
originó este acto. Un grupo numeroso de
estudiantes que acababan de tener una asamblea para el trabajo productivo, etcétera,
etcétera, y que tenían una graduación a las 9:00 de la mañana; y entonces una
gran presión (RISAS), que querían que nosotros participáramos en la
graduación.
y voy a decir con toda franqueza que si uno considera la
importancia que tienen para la Revolución los economistas, y si se tiene en
cuenta la calidad de los compañeros que se han graduado y la calidad que ha ido
adquiriendo la escuela, indiscutiblemente que no se les puede ni regatear
siquiera un deseo tan lógico motivado por la graduación... Bueno, los méritos son de ustedes, no
míos. Yo no voy a decir que es lógico
que ustedes deseen que yo esté aquí.
Era lógico que yo me sintiera muy satisfecho de todo
eso. Pero estábamos en un período muy
complicado, en que nosotros prácticamente todos los actos los hemos
suspendido. Y creo que hemos hecho
bien. Me parece que no hay dudas de
eso. Y todavía yo mismo no me explico
perfectamente bien cómo fue que me “pescaron” a mí para el acto
(APLAUSOS). Y además, me ponen a hacer
un resumen del acto (RISAS). Que se
supone que yo tenga que pronunciar aquí un discurso muy sesudo sobre la ciencia
de la economía y todas las demás cosas.
Y yo voy a decir como Hermes, que yo no vengo aquí a
decir ningún discurso.
Yo realmente poco tiempo he tenido para meditar un
poco en el acto, o nada, desde que me reuní con ustedes, y mentalmente incluso
he estado pendiente de otros problemas, principalmente la cuestión de la
zafra. No quiere decir esto que no se
pueda hablar sobre... Alrededor de este
tema hay bastante y si me dejan hablo hasta cuatro horas (EXCLAMACIONES). Pero no, no voy a hablar cuatro horas
(APLAUSOS).
Me alegro mucho de que ustedes hayan aplaudido fuerte
cuando dije que no iba a hablar cuatro horas.
Era una especie de autocrítica que me estaba haciendo.
Aquel día que estuvimos reunidos un rato allí
surgieron un gran número de preguntas, de cuestiones que eran de interés para
ustedes. Tal vez fuera mejor que
rompiéramos la tradición y en vez de un discurso más bien me hicieran un examen
aquí, si ustedes quieren. Es decir,
ustedes pudieran expresar preguntas sobre distintos temas, sobre todo con las
cuestiones de la economía, de la zafra y de cuestiones que sean de interés para
ustedes. Y aparte de todo eso, yo puedo
hacer al final algunas breves consideraciones sobre el papel de los
economistas. Y me parece que voy a
satisfacer mejor las inquietudes.
Conocemos perfectamente bien que ustedes no han estado
en los últimos años al margen de los problemas del país. Y fue un método que ha conducido a magníficos
resultados, el método de integrar los equipos de investigación económica. En estos años ustedes han realizado un gran
número de estudios, de investigaciones.
El Rector siempre nos ha hecho llegar copia de los
estudios que ustedes hacen.
Desgraciadamente el Rector tiene en la universidad un gran número de
estudios y las entregas de él se pueden pesar por arrobas, de documentos, de
papeles, de estudios, de investigaciones.
Como el tiempo no se puede medir por arrobas, no siempre tengo el
privilegio de poder leerme todos los materiales. Pero sí he leído un gran número de
materiales, y sobre todo de las investigaciones que han hecho los equipos de
investigación económica y puedo expresarles mi opinión: He leído magníficos trabajos. Estudios serios, bastante profundos, bien
presentados.
Y ese contacto con los problemas del país a un gran
número de ustedes los ha familiarizado con la batalla del desarrollo del
país. Es decir que no estamos frente a
un grupo de compañeros que vayan a empezar a oír hablar por primera vez de las
tareas y de los problemas y de los planes.
Ustedes están bastante familiarizados con relación a todo eso.
Hay en este momento una cuestión decisiva que es la
zafra de los 10 millones. Digo que esa
es la más importante batalla en que se ha enfrascado el país. Si vamos a decir, tiene una importancia tan
grande como cualquier otro acontecimiento del proceso revolucionario. Y posiblemente ustedes estén interesados en
algunas cuestiones relativas a la zafra.
¿Sí, o no? (EXCLAMACIONES
DE: “¡Sí!”)
Entonces, ¿por qué alguno —no algunos— no comienza a
plantear algo relativo a la zafra de 1970?
JOSE FERIA SANCHEZ.-
Nosotros a diario, igual que todos los compañeros, hemos estado muy al
tanto de cómo está la zafra, principalmente por los datos que nos trae la
prensa. Y estamos completamente seguros
de que alcanzamos los 10 millones.
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
¿Pero?
JOSE FERIA SANCHEZ.-
¡Exactamente!
Ahora mismo hay una cosa que nos preocupa. Por ejemplo, estamos ya casi terminando
diciembre y el promedio de toneladas de azúcar diario es de 28 000, 26 000, 27
000, no pasa de eso.
Entonces, nos pusimos a sacar nuestras cuentas...
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
¿Qué da la cuenta? .
JOSE FERIA SANCHEZ.-
La cuenta da que hay que producir diariamente como media un poco más de
60 000 toneladas para lo que queda de zafra.
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
¿Desde ahora mismo?
JOSE FERIA SANCHEZ.-
No, desde ahora no, desde enero.
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
¿Desde enero?
JOSE FERIA SANCHEZ.-
Sí.
Entonces, ¿qué pasa?
Nosotros conocemos toda la cuestión de que los rendimientos a partir de
enero, febrero, empiezan a subir, y que lógicamente aunque se estuviera
moliendo el mismo volumen de caña que se muele actualmente, pues se va a
producir mucha más azúcar.
Pero, vaya, nosotros estamos preocupados en esta
cuestión y quisiéramos conocer un poco más sobre esto.
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
Correcto (APLAUSOS).
Las características de esta zafra de los 10 millones,
durante toda una primera fase, se podrá denominar como algo que produce cierta
incertidumbre. En la primera mitad de la
zafra.
¿Por qué?
Porque cuando haya transcurrido la mitad del tiempo de la zafra y se
haya molido la mitad de la caña, tendremos menos de la mitad del azúcar
necesario para los 10 millones. Eso se
debe al hecho de que la zafra tenía que ser una zafra larga y que, dadas las
instalaciones que poseemos, las cantidades de caña a moler, en algunas
provincias y en algunas regiones del país había que hacer una zafra de casi
siete meses.
Fue necesario comenzar la zafra muy temprano, incluso
se comenzó en el mes de agosto, aunque agosto no estaba determinado tanto por
las necesidades de la propia zafra como por las necesidades de la economía,
debido a que la zafra de 1969 fue una zafra mala y eso obligó a un esfuerzo en
el mes de agosto, anticipando ya la zafra de 1970 —agosto y septiembre—, para
producir determinadas cantidades de azúcar para ciertos compromisos
inexcusables.
Aún durante el primer período de la zafra masiva, se
tenía en cuenta no solo el factor de la zafra de 1970 sino también el aspecto
económico, las necesidades de azúcar a embarcar en este último trimestre, que
fueron tomadas en cuenta en el programa de zafra.
Pero en esencia, en esencia, la caña que se está
moliendo y la caña que se molerá hasta el 31 de diciembre es la caña que no
tenía ninguna otra posibilidad de molerse si no se molía en este período. Incluso, hay algunas provincias, como la
provincia de La Habana, que habiendo comenzado la zafra el 28 de octubre, tendrá
que terminarla a fines de junio. Noviembre,
diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio: ocho meses de zafra; porque la provincia de
La Habana, con una capacidad de molida por día de zafra de 3,8,
aproximadamente, debe moler 800 millones de arrobas. La provincia de La Habana tiene 300 millones
de arrobas por encima del plan que tenía para 1970.
Esta provincia —como ustedes pueden apreciar— tiene 16
centrales y los 16 centrales están en producción.
La provincia de Las Villas tiene una situación
similar. Tiene un sobrecumplimiento de
unos 100 millones de arrobas de caña y, además, fue una de las provincias donde
no se hicieron ampliaciones industriales puesto que existen allí numerosos
centrales, 47 centrales, pequeños centrales, donde no había las posibilidades
de incremento de capacidades que existían en algunos centrales de Camagüey y de
Oriente.
Por ese motivo, la provincia de Las Villas, para moler
sus 1 760 a 1 800 millones de
arrobas, tenía que tener todos sus centrales prácticamente funcionando desde
fines de octubre hasta el mes de junio.
Si ya no molía en noviembre la caña que ha molido, habría que molerla en
condiciones de lluvia muy difíciles en el mes de julio y con riesgo incluso de
rendimientos inferiores en ese período que en el mes de noviembre.
De manera que tienen dos provincias, que tienen hasta
este momento una parte importante de las cañas molidas: la provincia de Las Villas tiene molido ya
327 millones y terminará el 31 de diciembre con unos 410 millones de arrobas, y
la provincia de La Habana tiene 136 millones y terminará el 31 de diciembre
entre 175 y 180 millones de arrobas.
Esto es casi la mitad de lo que antes La Habana molía en sus zafras
tradicionales.
En Matanzas han estado funcionando el 50% de los
centrales porque tiene más capacidades, y ha estado moliendo unos 2 millones y
medio de arrobas en aquellos centrales que tenían cañas en exceso y que, por lo
tanto, no podían limitar su zafra a los meses de enero, febrero, etcétera.
Lo mismo ha ocurrido en la provincia de Oriente. Los centrales que están moliendo en la
provincia de Oriente principalmente son un número de centrales en los cuales se
hicieron inversiones industriales y que, además, tienen excesos de cañas. En algunas provincias como Oriente hay
algunas zonas con déficit de caña y otras zonas con exceso de caña. Estos centrales con excesos de caña son el
Argelia Libre, el “Antonio Guiteras”, el “Jesús Menéndez”, el Perú, el “Urbano Noris”, el “Cristino Naranjo”, el “Antonio Maceo”, el
Nicaragua, el “Rafael Freyre”, el “Frank País” y el
“Fernando de Dios”.
Estos centrales aquí aparece lo que muelen todos los
días. Algunos de estos centrales tienen
un programa de molida hasta el 15 de julio y no pueden dejar de moler un día
prácticamente.
Es decir que están moliendo allí los centrales que no
tienen otra alternativa que moler sus cañas en ese período. Los centrales de Guantánamo comenzarán en
enero como el resto de los centrales.
Y Camagüey tenía una situación un poco más holgada,
pero es una provincia llana.
Estos centrales que les he mencionado, casi todos los
de la costa norte de Oriente, tienen en el mes de junio rendimientos de 12 y
más por ciento de azúcar, es decir que pueden moler por su microclima —están
situados en regiones que no son muy lluviosas en los meses de mayo y junio— y
que tienen históricamente rendimientos muy altos en ese período.
Camagüey es una provincia llana, tiene zonas como la
zona de “Amancio”, al sur de Camagüey y el antiguo Vertientes y la zona del
antiguo Baraguá, hoy Ecuador, Venezuela, toda esa zona; la zona de Punta
Alegre, en fin, una gran parte de los centrales de Camagüey están en zonas
bajas que tienen algunos problemas cuando empieza la primavera. Por eso Camagüey ha abierto a un tanto por
ciento de su capacidad y tendrá unos 260 millones molidos el 31 de diciembre,
pero tiene más capacidad industrial que Las Villas.
De manera que a Camagüey le faltarán unos 1 600
millones el 1ro de enero y a Las Villas le quedarán unos 1 390 millones. Sin embargo, las capacidades de Camagüey son mucho
mayores y puede moler la caña que le falta perfectamente dentro del período de
los rendimientos óptimos.
Así que, primera conclusión: la caña que se molerá antes del 31 de
diciembre, unos 1 350 millones de arrobas, era la caña que había que moler de
todas maneras en ese período, inexcusablemente.
Ahora bien, esa caña tiene hasta este momento dos
rendimientos. Uno, el rendimiento de
agosto y septiembre, que fue un rendimiento bajo, de un 6% que es lo que se
podía obtener. Se sacaron 125 000 toneladas
de azúcar, se cortaron 185 millones de arrobas.
Y el rendimiento acumulado ya en este período de la zafra masiva es de
8,68, las cañas molidas desde octubre hasta ahora. Debe terminar el 31 de diciembre con un
rendimiento acumulado de aproximadamente nueve o algo más de nueve.
Entonces cuando la caña tiene ese rendimiento, sobre
todo en la primera fase, cuando se producían 25 millones de arrobas, se
producían unos 23 000, 24 000, 22 000 toneladas de azúcar.
Ya ayer, por ejemplo, día 19, con 27,7 millones de
arrobas, se produjeron 30 322 toneladas.
El rendimiento va en crecimiento, de manera que en
cierto momento estará en 12 y medio, es posible incluso que en 13. Habrá momentos en que se produzcan 60 000 a
65 000 toneladas diarias. Esto significa
que prácticamente cada 16 ó 17 días se producirá un millón de toneladas de
azúcar.
Las capacidades teóricas de nuestros centrales
alcanzan unos 50 millones de arrobas.
Nosotros debemos procurar alcanzar 42 millones de arrobas, sobre todo en
los meses de marzo, abril y los primeros 10 días de mayo.
Terminando el mes de diciembre con 1 350 millones,
alcanzando un promedio de unos 35 millones diarios en enero, de unos 38
millones en febrero, 42 millones en marzo y abril, 30 millones en mayo, 20
millones en junio, de acuerdo con la proyección de los rendimientos, se
molerían los 7 245 millones de arrobas
que, con rendimientos de 12, unido a las
125 000 toneladas producidas en el mes de agosto y septiembre, darían
los 10 millones de toneladas de azúcar.
En conjunto, 7 430 millones de arrobas de caña con 11,85 de rendimiento
de azúcar. Con un rendimiento mayor se
necesitaría menos caña. Si el
rendimiento es menor, haría falta más caña.
Este programa, este cálculo, incluso, es un cálculo
relativamente conservador. Nosotros
debemos procurar, si es posible, no moler en junio 20 millones diarios, sino 15
millones. Si fuera posible. De todas maneras se están tomando las medidas
en todos los centrales donde obligadamente hay que hacer zafra en junio, para
llevar los terraplenes hasta el campo y señalar en cada campo la fecha de mayo
y junio en que se vaya a cortar cada uno de los campos.
Porque el problema de la zafra es que en el período de
mayo tiene la caña más rendimiento incluso que en noviembre. Tiene el inconveniente de las lluvias. Y lo mismo ocurre con el mes de junio. En algunas regiones del país baja más
rápidamente. En otras regiones se
mantiene un rendimiento notablemente alto durante todo el mes de junio, mucho
más alto que en diciembre. En estos
centrales del norte de Oriente hay mucho más rendimiento en junio que en
diciembre. Y por eso en cada uno de
ellos se están tomando todas las medidas, para poder garantizar la zafra en las
condiciones de primavera.
Y más o menos la forma en que se producirán los 10
millones —cálculo tentativo—
será, aproximadamente, el primer millón el día 23 entre las 10:00 y las 12:00
de la noche; el segundo millón se producirá aproximadamente el 18 de enero; el
tercer millón, unos 22 días después: el
9 de febrero; el cuarto millón, aproximadamente el 28 de febrero; el quinto
millón, el 17 de marzo; el sexto millón, el 3 de abril; el séptimo millón, el
20 de abril; el octavo millón, alrededor del 7 de mayo; el noveno y el décimo,
entre el 7 de mayo y el 15 de julio. Esa
será más o menos la proyección de la zafra (APLAUSOS).
Desde luego, no se le puede reprochar a nadie en
absoluto esa preocupación. Y esa
preocupación es muy positiva, porque demuestra el interés y la atención con que
todo el pueblo está siguiendo el problema de la zafra.
Y no ya cualquier ciudadano, sino incluso —como les
decía— círculos financieros yankis calcularon que la zafra llegaría a cinco
millones y medio de toneladas. Círculos
azucareros, incluso haciendo planes azucareros, y tienen computadoras y tienen
muchas cosas. Porque ellos ven: casi 1 000 millones de arrobas y no hay
todavía un millón de toneladas, ¿cuánto necesitan esta gente para producir un
millón? Calculan que necesitamos 10 000
millones de arrobas, 11 000 millones.
Y es preciso conocer más o menos la situación general,
poseer muchos elementos de juicio, para saber cómo se va a desenvolver la
zafra.
Ahora, los rendimientos, por ejemplo, se están
mostrando por encima de lo planeado; los rendimientos en azúcar. Se están alcanzando ya rendimientos en el día
magníficos.
Por ejemplo, Pinar del Río tenía ayer 9,69 de
rendimiento, y tenía planeado para esta decena 8,52. Matanzas tenía ayer, día 19, en el día, 9,78;
planeado para esta decena era 8,62.
Camagüey tuvo ayer 9,33; en el plan era 8,59. Oriente es la única provincia que está por
debajo de lo planeado, que tuvo ayer 9,97 y tenía en plan 11,22.
Nacionalmente, en el día de ayer, el rendimiento era
9,89. Y lo planeado para esa decena era
9,39.
Faltan algunas provincias, como es Las Villas. Las Villas y La Habana, las dos tienen más de
10 ya en el día. La Habana tuvo ayer
10,03 y tenía planeado para esta decena 8,80.
Las Villas tuvo 10,36 y tenía planeado 9,34 para la decena.
Me refiero a los rendimientos que tuvieron ayer, día
19 de diciembre de 1969.
Los acumulados son un poco más bajos, porque incluyen
desde principios de octubre. Pero el
rendimiento acumulado desde octubre hasta ayer —no incluye los 185 millones de
arrobas de agosto y septiembre— era:
Pinar del Río, 8,69; La Habana, 8,45; Matanzas, 8,42; Las Villas, 8,87;
Camagüey, 7,94, y Oriente, 9,41.
Es decir, Oriente tiene un acumulado mayor, pero ha
alcanzado en este momento, en la producción del día de ayer, un rendimiento que
está por debajo de Las Villas y de La Habana.
Que es una cosa notable.
Tienen que ver dos factores.
A mi juicio, todavía está cortando retoños quedados
fundamentalmente, y ese rendimiento deberá subir notablemente tan pronto
empiece a cortar las variedades de Barbados de frío. Aunque no lo explica todo.
A nuestro juicio en Oriente se está moliendo caña algo
atrasada, puesto que, mientras todas las demás provincias tienen dos normas en
el suelo y en carro, Oriente tiene el equivalente de unas tres normas en el
suelo y en carro.
Aparte de algunos problemas industriales, a mi juicio
el factor de las cañas frescas o no frescas es lo que está incidiendo en que la
provincia de Oriente se haya quedado ya por debajo de Las Villas y de La Habana
en el rendimiento del día.
Lógicamente, y sobre todo, el hecho de que una
provincia occidental alcance más de 10 el 19 de diciembre es algo realmente
notable en rendimiento. Oriente debiera
tener un rendimiento en el día más alto que este.
Pero, en general, cinco provincias tienen los
rendimientos en el día por encima, ampliamente por encima de lo planeado. Y esperamos que Oriente recobre los
rendimientos tan pronto empiecen a moler determinadas variedades y logren
reducir los días de la caña en el suelo.
Esto se deduce perfectamente por las cantidades que aparecen, porque
todos los días se recibe el dato de cuánta caña hay en el suelo y cuánta hay
sobre carros en cada provincia.
De manera que las proyecciones que nosotros decíamos
anteriormente pueden ser superadas si los rendimientos mantienen un ritmo de
crecimiento tan notable.
Estos rendimientos que se están obteniendo obedecen a
variedades nuevas, a fórmula de fertilización rica en potasio, a la edad de las
cañas, a la combinación de factores climáticos como es cierta sequía —ya al
principio la temporada de seca— y los fríos.
Pero sobre todo, a nuestro juicio, un factor decisivo es el cumplimiento
estricto del programa de corte y hacer la zafra con cañas frescas.
De manera que solo tenemos una provincia donde los
rendimientos en el día se están comportando por debajo del plan. Esa es la situación.
Pero en general esperamos que esta sea una zafra de
rendimientos azucareros muy altos. Y eso
puede contribuir a la reducción del tiempo en esa cifra tentativa, esas fechas
señaladas. Lo ideal sería llegar a los 8
millones el 1ro de mayo, y preferible incluso el 30 de abril; lo ideal
sería. y
debemos luchar incluso por reducir para llegar al octavo millón no el 7 de mayo
sino el 1ro de mayo o el 30 de abril. No
es gran cosa, no es una diferencia significativa, pero nos permite una ganancia
neta en un determinado número de días de primavera.
Los datos todavía no se están publicando todos, porque
se publicará incluso asistencia de macheteros al corte, promedio en cada una de
las provincias por centros de acopio, según cada uno de los tipos de
corte: para alzadora, para centros de
acopio; voluntarios, permanentes, las distintas clasificaciones. Y todos los datos, todos estos datos
fundamentales aparecerán todos los días, aproximadamente a partir de
enero.
Todavía en el mes de diciembre hay algunas provincias,
como Camagüey y sobre todo Oriente, que están en las tareas de organización,
terminando de resolver algunos aspectos industriales. Y por eso consideramos la fecha de empezar a
dar la divulgación más completa en los primeros días del mes de enero, en que
van a aparecer todos los datos. De
manera que creo que va a surgir un gran número de especialistas en este país en
cuestiones de zafra. Esto llega a
convertirse casi casi como en un deporte o en un
vicio si ustedes quieren ya ver esto todos los días, y todos estos datos. Se va a recibir incluso central por central
el porcentaje de molida; no basta verlo en la provincia. La situación central por central. Eso ya es una lista larga. No sabemos Si esa lista hay interés en
publicarla, pero si es necesario se publica también; el problema es el gasto de
papel que —como ustedes saben—, si ponemos todos los datos de la zafra, en el
periódico no sale más nada.
Aquí hay la lista de los problemitas que pueda tener
cada uno de los centrales: si un central
se para porque se trabó algo, tres minutos, cinco minutos, quince minutos, una
hora, sale aquí central por central, de cada uno de los centrales que está moliendo.
Nosotros podemos decir que la zafra marcha bien. Al llegar a 1 350 millones el 31 de
diciembre, es una magnífica cifra de arrobas molidas, y los rendimientos son
buenos, son mejores que los esperados para ese período. Alcanzar 35 millones diarios en el mes de
enero ya, es una cifra satisfactoria de
molida diaria.
Ahora, debemos buscar las máximas molidas del 20 de
febrero en adelante, porque nosotros debemos hacer —para poner un ejemplo— unos
2 000 millones de arrobas en enero y febrero, entre los dos meses, y casi 3 000
millones del 28 de febrero al 10 de mayo, es decir: en 70 días unos 2 800 millones.
Ahora, ese período a que me refiero, del 1ro de marzo
hasta el 10 de mayo, es el período de más alto rendimiento, por razones de
clima.
Es notable, por ejemplo, que haya un central aquí en
la provincia de La Habana que ya tenga 12% de rendimiento, ¡12% el 19 de
diciembre! Ese central en el mes de
marzo debe estar produciendo 14 ó 15 de rendimiento, ese mismo central.
Es decir que una variedad que puede ser temprana
siempre alcanza su óptima madurez una vez pasado algún período de frío y de
sequía. Una misma caña que tenga 12 en
enero, puede alcanzar 14 ó 15 en marzo.
Por eso nosotros debemos moler el máximo en ese período. Y si hubiéramos molido más antes del 31 de
diciembre, habríamos estado afectando los rendimientos; si incrementamos 500
millones de arrobas más ahora, habríamos estado adelantando el programa de
corte y habríamos afectado los rendimientos.
De manera que la cifra de 1 350 millones tiene de
bueno que esos 1 350 millones había
que molerlos de todas formas en esa fecha, no había alternativa. Haber molido más no habría sido bueno. Esa es la situación.
Y les repito que la zafra marcha bien. Y hay, por encima de todo, la voluntad de que
siga marchando bien y la voluntad —¡sin alternativa!— de hacer los 10
millones. Y el país tiene medios y
recursos con que llevarlo a cabo, y sobre todo hacer los 10 millones sin volvernos
locos, hacer los 10 millones sin desbaratar todos los demás planes ni mucho
menos.
El país tiene gran cantidad de recursos en este
momento: más de 100 brigadas de caminos
y carreteras, fuerzas que se mueven en una dirección determinada y hacen
cientos de kilómetros de terraplén en semanas, y gran parte de esas fuerzas
están a disposición de la zafra. Están
haciendo su programa. Hay suficientes
fuerzas para garantizar la zafra en las condiciones de mayo y junio sin
problemas de ninguna índole.
Los rendimientos de los macheteros están comportándose
por encima de lo planeado. Y nosotros
creemos que deberán subir considerablemente más. Eso es muy bueno, porque significa que no
habrá que afectar otros planes para poder hacer la zafra de los 10
millones.
Nosotros decimos que lo mejor de la zafra de los 10
millones son los demás planes que se están haciendo simultáneamente con la
zafra de los 10 millones. Baste decir,
por ejemplo, que de cítricos solamente este año se han sembrado más que todos
los que se habían sembrado desde el principio de la república —para poner un
ejemplo. El plan de arroz recibió un
notable incremento, tan notable que alcanzó y sobrepasó la capacidad de la
industria. Ya con las cosechas de arroz
de este final de año y las que se recojan de las que se están sembrando ahora
de frío, tendremos que tener los molinos ocupados al ciento por ciento hasta el
31 de diciembre de 1970 para moler la cosecha ya que se está recogiendo ahora y
la que se recogerá como resultado de la siembra de frío; unas 7 000 caballerías
y unas 4 000 caballerías de frío: 11 000
caballerías, casi todo ya con variedades nuevas de alto rendimiento. Eso implica la necesidad de hacer una
ampliación en molinos de arroz con toda urgencia. Permitirá también, a pesar de esas
limitaciones industriales, aumentar el consumo de arroz para mediados de año
—puede ser un poquito antes, pero vamos a decir mediados de año— en dos libras
más, lo que equivale a duplicarse lo que había a principios de este año, es
decir: en el año 1969, que se hizo el
primer aumento. En un año se elevará en
conjunto de tres libras a seis libras de arroz per cápita, aparte del
incremento en el consumo social. Y la
razón de que no se pueda hacer más incrementos de inmediato es sencillamente
capacidad de molinos.
Ahora bien: el plan
de arroz se hizo en medio del trabajo de los 10 millones, y la próxima
primavera se duplicará el área de arroz.
La próxima primavera, que comienza en febrero, se duplica la superficie
de arroz que se sembró en el año 1969:
algo más de 14 000 caballerías.
Se hizo una pequeña reducción del plan que se había proyectado para 1970
porque el problema ahora está en las capacidades industriales. De todas maneras se va a sembrar el doble de
caballerías y con más rendimientos.
De manera que a mediados de año empezaremos a recoger
la cosecha de la próxima primavera, cuando todavía estará por molinar la mitad
del arroz que se ha sembrado este año.
Así que empezaremos a tener considerables cantidades de arroz; solo que las
capacidades de molinos que había en el país son reducidas, y se está
desarrollando, llevando a cabo un programa de instalación urgentísima de nuevos
molinos arroceros. Ese plan se ha hecho
junto con el plan de los 10 millones.
Con relación a la agricultura, la cosa principal ahora
es mantener los 10 millones. Ya el país
cuenta con algo más, para 1971, de 110 000 caballerías de caña. Bastarían rendimientos de 70 000 arrobas por
caballería. Y si se considera un cultivo
óptimo de las cañas que se corten, y el empleo de los herbicidas, es relativamente
fácil, pero fácil alcanzar las 70 000 arrobas por caballería. No obstante, se hacen nuevos programas de
siembra. En la misma provincia de La
Habana ya se está sembrando caña para 1971 y en abril se empieza a sembrar caña
para 1972. Y seguirá creciendo, y habrá
que aumentar las capacidades industriales de esta provincia en los próximos
años.
Porque existía la teoría de que en esta provincia no
había tierra ni había agua. Incluso en
el plan inicial había capacidades industriales subutilizadas. Y ahora se demuestra: va a producir un millón de toneladas; pues
bien con las técnicas que se conocen con la misma superficie pudieran llegar a
producirse 2 millones de toneladas de azúcar.
Ahora, en el futuro comenzaremos zafras a mediados de
noviembre con 11% de rendimiento. Porque
tenemos variedades que a los 14 meses alcanzan 11 y más por ciento de
rendimiento a mediados de noviembre.
Mediante un empleo correcto y racional de las variedades podremos hacer
la zafra del 15 de noviembre al 15 de mayo, en período seco, y obtener
rendimientos acumulados de 12 a 12 y medio por lo menos, 12 y medio por lo
menos con las variedades nuevas que existen.
Ya para esta zafra hay una composición de cepa muy
diferente a cualquier otra zafra anterior, y eso ya se está reflejando en los
rendimientos.
Es decir: en la
caña mantener los 10 millones. Se irán
haciendo crecimientos progresivos principalmente con destino a alimento del
ganado o del cerdo. No la idea de
ampliar mucho más la producción de azúcar; pero sí la de alimento para la
ganadería, y en la misma superficie prácticamente.
Así que en la caña mantenerlos y en lo demás hacer un
fuerte incremento.
El próximo año además de las 14 000 caballerías de
arroz se sembrarán entre 15 000 y 20 000 caballerías de pasto. Recibe la siembra de pasto un impulso
considerable junto con el arroz.
Y el otro renglón es los vegetales y las viandas. Aparte los importantes planes de cítricos,
café, piña y otros.
Ya desde ahora para los planes de pasto se está roturando
en todo el país —desde ahora—, porQue hay que darle un impulso fuerte al pasto,
que no ha podido recibir la atención necesaria con motivo del esfuerzo y de los
recursos que llevó el plan cañero.
Como ustedes saben, para la zafra de los 10 millones
se sembraron algo más de 40 000 caballerías de caña en un período de 18
meses. Esa es una cifra
respetabilísima. Más de 500 000
hectáreas de caña. Cuando cualquier
visitante pregunta cuánto se sembró de caña y se le habla de más de medio
millón de hectáreas en ese período, no lo quiere creer. Y por eso nosotros creemos que lo mejor de la
zafra de los 10 millones son los demás planes que se van haciendo, el poder
hacerlo simultáneamente, porque eso es lo que demuestra la verdadera fuerza de
la Revolución, la verdadera capacidad de la Revolución.
De manera que si tenemos que abandonar todos los demás
planes para asegurar la zafra porque el rendimiento por machetero fuera bajo o
porque hubiera desorganización, entonces eso no sería una victoria. Nosotros consideramos que victoria es, además
de la zafra de los 10 millones, continuar con ritmo acelerado todos los demás
planes.
Y ahora en los años venideros tendremos la tarea de la
mecanización de la caña. Pero sin
embargo es muy alentador comprobar cómo el centro de acopio —que es ya una fase
de la mecanización— incrementa el rendimiento del machetero. En la provincia de La Habana en los centros
de acopio del central “Villena” tenían los macheteros 279 arrobas. Nosotros estamos seguros de que alcanzan las
300. Los que estaban cortando para
alzadoras —otro método— tenían 140. Es
decir que prácticamente la mitad. Eso
significa que si tuviéramos centros de acopio en todas las provincias la mitad
de la fuerza de trabajo haría la misma zafra.
Y lo mismo en el resto del país.
Hay un gran plan de instalación de centros de acopio y
de construcción de combinadas para la zafra, pero ya la construcción del centro
de acopio es una fase que casi duplica la productividad del machetero. Y es un camino que ha demostrado ser un
camino viable, y se está resolviendo prácticamente con la industria mecánica
del país, los centros de acopio y después las combinadas.
Tenemos la tarea en los próximos años, pero ya el año
que viene tendremos capacidades mayores que este año en la propia industria,
porque muchas de las inversiones grandes se terminaron de hacer y se están
terminando incluso todavía en Medio de la zafra de 1970, que no será esa la
situación del año 1971.
Pero repito que lo más importante es que nosotros no
tengamos que sacrificar ningún otro plan para poder hacer la zafra de los 10
millones. Esa es la verdadera
victoria. El tener que paralizarlo todo
no sería una victoria.
Ahora mismo, con motivo de este fin de año, en la
provincia de La Habana están funcionando ya todos los centrales casi al tope de
su capacidad. Por eso la movilización no
irá hacia la caña: irá hacia la papa,
hacia los vegetales, hacia el cítrico, hacia el café, hacia el plátano fruta,
hacia los distintos planes se hará la movilización. Sencillamente no hay que emplearla en la
zafra porque los obreros que están cortando caña con su productividad
garantizan mantener los centrales funcionando de manera óptima y toda esa
fuerza se mueve hacia otros planes.
De la misma manera tenemos que evitar que en el
transcurso de la zafra tengan que sacrificarse otros planes para asegurar la
zafra de los 10 millones. El objetivo es
asegurar la zafra de los 10 millones sin correcorre y
sin desesperación de ninguna índole y, además, mantener el ritmo de desarrollo
de los demás planes que se están llevando a cabo.
Sí les puedo decir que no hay que tener miedo de
ninguna clase con la zafra de los 10 millones.
Así que sobre zafra si hay alguna otra pregunta... (APLAUSOS)
MIGUEL AMADOR.-
Comandante: nuestra pregunta se
basa en que usted se ha referido principalmente a la zafra del año 1970 de los
10 millones, y que se hacen sentir ya todo un grupo de factores organizativos
referidos a estrategia de corte, los rendimientos cómo se han ido elevando por
las mejores variedades introducidas.
Nuestra curiosidad se basaba en este caso en nuestra
próxima zafra de 10 millones, o sea, la zafra de 1971, qué factores eran
principalmente los que incidirían para optimizarla mucho más en este caso que
la zafra...
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
¿Optimizarla en cuanto a organización o en cuanto a qué factor?
MIGUEL AMADOR.-
Mire, Comandante, referido principalmente a factores de fertilización,
mecanización, productividad de los macheteros;
referido también ya a que lógicamente las variedades, las distintas
cepas estarían mejor distribuidas por los chuchos. O sea, nuestra curiosidad se basa en qué
pasos se han dado en este sentido referido también al comienzo de noviembre con
altos rendimientos.
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
Parte de la cuestión estuve tratándola tal vez de manera general. Los pasos en concreto relativos a la
mecanización. Se pretende construir 600
nuevas combinadas Henderson con vistas a la zafra de
1971. Para construir estas combinadas Henderson se necesitan 600 buldóceres de unos 140 caballos
de fuerza. Son los que estamos tratando
de comprar, los que se han utilizado ahora son D4-93 soviéticos, de 100
caballos de fuerza. La adquisición de
600 buldóceres no es fácil. Muchas veces
es difícil que haya un solo suministrador que pueda abastecer 600 buldóceres en
un año. Esperamos obtener una cantidad
determinada de la Unión Soviética y se están adquiriendo los restantes en otros
países de Europa; pero aun así tal vez sea difícil llegar a conseguir para el
año 1971 los 600 buldóceres, e incrementar las 600 combinadas.
Se requiere además una gran cantidad de materiales y
una gran cantidad de trabajo de fundición y de maquinación y de montaje de esas
combinadas. La fábrica de Santa Clara
está dedicada principalmente a la construcción de las combinadas Henderson. Es decir,
se pretende construir varios cientos de combinadas que en el peor de los casos
significará una capacidad de unos 5 a 6 millones de arrobas mecanizadas
diariamente. Al mismo tiempo existe el
proyecto y se está trabajando para construir 300 centros de acopio para el año
1971. Ese es un trabajo muy fuerte
también para nuestra industria mecánica y para las organizaciones que se
dedican al montaje de las plantas.
Por ejemplo, la construcción de decenas de secaderos
de arroz unido a las inversiones en la industria azucarera han llevado mucha
energía. Y los trabajos que se requieren
de líneas eléctricas y de montaje de los centros de acopio implican un esfuerzo
muy grande a realizar para construir los 300 centros de acopio.
Es decir, para la mecanización y para elevar la
productividad del machetero se trabaja en dos sentidos: la máquina y el centro de acopio. Habrá una capacidad de centros de acopio
mayor que la de máquinas. Pero el centro
de acopio —como les explicaba— permite aumentar considerablemente el
rendimiento del machetero y es el paso intermedio para la máquina.
Nosotros las dificultades fundamentales que tenemos
con la fuerza de trabajo las tenemos en la provincia de Camagüey. Camagüey tiene ya 99 centros de acopio. De los 300 que se proyecten habrá que
construir de unos 80 a 100 centros de acopio en la provincia de Camagüey. Es decir, los que hagan falta casi para tener
la totalidad de los centrales con centros de acopio. Y una parte considerable de las máquinas
también irá a Camagüey.
En este momento la fábrica de Santa Clara está
construyendo las combinadas Henderson, unas 220
combinadas. Hay una parte de las
combinadas trabajando ya y el resto se irá incorporando en los meses de
diciembre, enero y febrero. De todas
maneras calculamos que para el momento de máxima razón de molida tengamos todas
las combinadas Henderson trabajando ya.
Así que donde más nos afecta el problema de la fuerza
de trabajo es en la provincia de Camagüey, y por eso el esfuerzo principal se
hará siempre allí en los puntos más críticos.
Lo difícil de la caña era encontrar la máquina, el
sistema que pudiera resolver el problema.
Fue lo que llevó más tiempo. Y se
ha resuelto el problema de manera bastante satisfactoria y con posibilidades de
construir nosotros una gran parte de los elementos que permita la
mecanización.
La zafra de 1971 será más cómoda desde dos puntos de
vista: tendremos más máquinas y centros
de acopio, no tendremos los problemas industriales y de inversiones que hemos
tenido este año y se podrá hacer la zafra de 1971 con menos tensión que la
zafra de 1970, aunque lógicamente todavía el número de máquinas y de centros de
acopio no serán suficientes. Que los 300
nuevos no estarán el día que se inicie la zafra, porque no se terminan y se
montan en un año los 300 centros, y muchos de ellos estarán terminándose al
empezar la zafra y otros a mediados de zafra.
La experiencia demuestra que ese esfuerzo siempre lleva considerable
consumo de energía y de tiempo.
Pero en fin: se
considera fundamental para el país concentrar el máximo de recursos y de
esfuerzos en la mecanización de la caña, porque en tanto nosotros no
mecanicemos la caña no podremos liberar las fuerzas necesarias para el
sinnúmero de tareas que esperan al país en los años venideros.
Nosotros consideramos una cosa estratégica,
fundamental, la mecanización del corte de caña.
Ahora, todavía la zafra de 1971 será una zafra tensa, será una zafra
fuerte todavía. Indiscutiblemente que ya
cada año que pase lo irá siendo en un grado mucho menor.
Les ponía un ejemplo:
cómo en cualquier provincia como esta provincia reduciría prácticamente
a la mitad el número de macheteros solo con los centros de acopio aunque no se
pusiese ninguna combinada.
A mí me parece que si se analiza el incremento del
rendimiento por machetero en los próximos años va a ser muy grande con los
centros de acopio. Y en un período de
tres a cuatro años en lo fundamental la mecanización del corte se habrá
resuelto.
No debemos subestimar desde luego un factor que tiene
un peso muy grande, y es el problema de la limpia de la caña. La caña toda se limpiaba con azadón. Y la tarea de limpiar 110 000 caballerías de
caña apenas empezara la primavera en dos meses era una tarea tan dura y
requería tal número de hombres que casi nunca se realizaba de una manera
satisfactoria. Y ya para este año se
espera no usar guataca en ningún campo de caña.
Ya la aplicación del fertilizante será toda mecanizada (APLAUSOS). La aplicación del fertilizante se está
haciendo desde ahora ya con las combinadas Herrera, que tenían algunos
problemas en los cardanes y en los discos y se han encontrado bastante buenas
soluciones. Ya los campos se están
cultivando y fertilizando cuando pasan 20, 25 ó 30 días. Y la limpia se hará toda absolutamente con
herbicidas. Cañas nuevas a partir de
ahora ya, todas las cañas que se están sembrando ahora y todas las que se
siembren en lo adelante y todos los retoños, serán atendidos con
herbicidas.
Y de verdad que no se puede subestimar lo que
significa ese avance en materia de productividad, porque no existían los
hombres en el país para limpiar no digo yo 110 000, para limpiar 70 000
caballerías de caña que había, setenta y tantos miles de caballerías.
Y eso es ya un avance increíble en lo que significa de
ahorro de energía humana y en lo que
significa de incremento de la productividad de la agricultura.
Nos queda el otro aspecto, que no es tan fácil. Si fuera tan fácil resolver el del corte como
el del cultivo... El del cultivo se
requirió llegar a conocer el tipo de herbicida eficaz y estar en condiciones de
poderlos adquirir, y haber adquirido esos herbicidas que se han adquirido en
cantidades suficientes para toda la caña.
No debemos olvidar ese aspecto en la agricultura,
porque era el más difícil, el más duro y el más insoluble trabajo durante el
año, más que la zafra, ¡más que la zafra!
Porque la zafra se hace en cinco meses, en seis meses. La limpia hay que hacerla en 30 días. Y en primavera empiezan a limpiar por aquí, y
cuando están en el otro extremo hay hierba otra vez acá. Es así.
Y en los meses de calor, meses difíciles, meses húmedos, la limpia de
caña en estas condiciones era uno de los trabajos más duros que tenían los
obreros agrícolas del país y los voluntarios.
En cuanto a las variedades no se puede asegurar que el
programa de variedades completo, óptimo, para empezar zafras con 11 de
rendimiento, se tenga en 1971 y en 1972.
La provincia que lo tendrá posiblemente más rápido de todas es la
provincia de La Habana, y por lo menos hasta 1973 no podrá hacer un tipo de
programa de esos. ¿Por qué? Por el problema de las variedades que
prevalecían en Cuba.
Variedades antiguas fueron víctimas de enfermedades diversas
y surgieron variedades nuevas. Y la
POJ-2878 —que la desarrollaron en Indonesia, en Java, en la estación de Java—
fue una de las cañas que le prestó a la agricultura un servicio muy grande
porque resultó resistente a una serie de enfermedades. Tenía rendimientos en caña altos y
rendimientos en azúcar satisfactorio para aquella época. Pero la caña POJ-2878, que cuando la
Revolución triunfa era el 90% de las cañas del país, es una caña que no se
puede comparar con ninguna de las nuevas variedades. En todas las comparaciones experimentales que
se hacen de las nuevas variedades —de Barbados, de Puerto Rico, de Cuba, de Jaronú, de Mayarí—, en cualquier comparación entre 20 ó 30
variedades la 2878 siempre queda la última en todo: en cantidad de caña, cantidad de azúcar. Es decir, ha surgido un gran número de
variedades nuevas, que se han estado evaluando estos años. Sin embargo, había el 90% de la caña POJ
dentro de un sistema de zafra restringido, de 5 millones, 5,2 millones.
En el pasado se hacían las zafras en cuatro
meses. Empezaban a mediados o fines de
enero en algunos casos y la terminaban a principios de mayo o a mediados de
mayo. Entonces en ese período se podía
cortar POJ con algunos rendimientos más o menos satisfactorios. Claro, tenían también mucha mejor
organización de zafra, mucha más disciplina, mucho más control y toda esa cosa.
Hay que tomar en cuenta el período de cambio de
propietarios, de cambio de estructura de propiedad, y que trajo como
consecuencia que todo el mundo fuera administrador de central aquí,
cualquiera. Incluso, en ocasiones, el
más bobo del barrio era administrador del central. Incluso, en ocasiones, el
más bobo —fíjense bien—, con perdón de los bobos (RISAS).
En el cambio de estructura agrícola sería ridículo
negar lo que significó el que todo el mundo se convirtiera en administrador
agrícola, en técnico agrícola —el cambio de estructura de propiedad, ese
fenómeno que aparece en los libros. La
revolución, ese es un fenómeno que se puede enunciar en una frase, pero su
profundidad es realmente algo muy serio.
Y cuando ese cambio se produce no precisamente en la
sociedad superdesarrollada que previó Carlos Marx,
sino en la sociedad supersubdesarrollada que no
previó nadie, casi, de un 30% de analfabetos y de un 95% de
semianalfabetos... Porque ¿quién puede
decir que un individuo que tenía el 3er grado era un alfabetizado? ¿Qué hace un hombre con un 3er grado? Es posible que ni agarrar la ruta adecuada
para llegar a su casa.
Y todavía para una sociedad cuyos medios productivos
fuesen el buey, el azadón, el machete, con una productividad bajísima; un país
que lo importaba todo, importaba decenas de miles de renglones y exportaba dos
o tres renglones, y fundamentalmente el azúcar producida en condiciones técnicas
similares a hace cuatro siglos. Hace
cuatro siglos como ahora se cortaba la caña a mano, se limpiaba, se le quitaba
la pajita y se mandaba para un bulto; se montaba en una carreta y se llevaba
para un trapiche.
Y realmente se puede decir que la economía de un país
que dependa de la productividad que se logra con ese método de producción con
el corte de caña manual, es realmente, como expresaba esta mañana a otros
compañeros, una economía de alpargatas.
No da más que para alpargatas (RISAS).
Y si en este país todo el mundo no andaba en alpargatas es porque el 60%
andaba descalzo; y entonces, otros tenían 15 pares de zapatos.
Pero en el campo el zapato era un artículo raro. Y la mayoría de la población era
campesina.
y una economía que dependa de la productividad de un
hombre cortando caña a mano... Y de esa
productividad dependía, porque el país lo que exportaba era eso, azúcar,
fundamentalmente. Todo lo demás era un
“trapicheo”: uno vendía por aquí, otro
comercializaba por allá, otro cambiaba por allá. Y así por el estilo. Pero lo que ingresaba, el producto bruto
fundamental salía de la caña.
Y en este país de un 30% de analfabetos y un 95% de
semianalfabetos y de un 0,01% de técnicos —¡y qué técnicos!—, salvo raras y
honrosas excepciones —que las hay—, muchos de ellos mediocres, con mentalidad
de criados del capitalismo; susceptibles a dejarse sobornar, vender, comprar,
convertirse en espías, de todas clases.
Si en ocasiones hemos sido hasta demasiado ingenuos.
Baste decir que aquí ha habido individuos realizando
tareas importantes que eran espías de la CIA desde hace siete años, a guisa de
ejemplo. Porque somos, además de
analfabetos, ingenuos. Analfabetos y
semianalfabetos ingenuos hasta lo increíble.
Y nos ha pasado todo eso.
Y en esas condiciones, decíamos en ese cambio de
estructura colosal en que dejan de existir los históricos y tradicionales
administradores y propietarios para ser sustituidos de buenas a primeras, como
ocurre en el proceso abrupto de una revolución, es una cosa muy seria. Y nosotros de lo que podemos extrañarnos no
es de la cantidad de desaguisados y de errores que se hubieran cometido, sino
de que no se hubieran cometido muchos más.
Casi como un consuelo, porque así era.
Y todos esos fenómenos jugaron su papel: el bobo, el semianalfabeto, el otro, todos
jugaron su papel dondequiera.
Y llegó a haber en ciertos momentos... En ciertos momentos había agricultores medios
de estos que se jactaban de su bárbara agricultura al lado de la estatal,
porque daba lástima. Hoy miran
asombrados algunos de los planes, que son impresionantes por su calidad, su
nivel técnico. Una cosa tremenda se ha
ido logrando, y se va logrando y se logrará cada día mucho más.
Nosotros afortunadamente hemos creado las condiciones
para tener la agricultura más desarrollada del mundo, más racional del
mundo.
¿Acaso porque somos de repente sabios? ¿Acaso porque de repente nos hemos vuelto
científicos? ¡No! Sino porque de repente hemos creado las
condiciones para racionalizar el empleo y la explotación de la tierra. Y el minifundio no es un método de
explotación de tierra, es prehistórico.
Y el mundo desarrollado industrial de Europa, con
mucha más tecnología, industria y máquinas que nosotros, tiene la desgracia del
minifundio. Y el minifundio es
irracional, porque el minifundio choca con la tecnología.
Un avión regando herbicida no puede trabajar donde hay
minifundio. Porque la tragedia por ahí
cuando pasa el avión con herbicida en algunas grandes plantaciones cañeras de
Oriente, cuando hay siete matas de plátanos cerquita de por allí de un
minifundio, a los tres días está el plátano seco. Es increíble, con que el viento se lleve un
poco de herbicida nada más.
La técnica moderna —las combinadas grandes, los
aviones que se usan con el herbicida en el arroz— que permite elevar cien
veces, mil veces la productividad en esa actividad, no se puede aplicar sino
dentro de una agricultura que esté físicamente racionalizada, tanto en su
extensión como en su uso. Porque,
primero, la tecnología moderna y las máquinas altamente productivas necesitan
extensión.
Calculen ustedes nuestra producción arrocera que se
está equipando con tractores de 90 caballos de fuerza; aviones que utilizando
el herbicida o el pesticida, con el sistema de ultrabajo
volumen, pueden producir quince veces más que ese mismo avión con otro sistema;
la productividad que nosotros vamos a llegar a tener en esos cultivos, con
máquinas estandarizadas, grandes, sistemas de riego que un día pueden llegar
incluso a automatizarse. Un día nuestras
arroceras serán de terrazas planas todas, con aprovechamiento óptimo de la
tierra, variedades de las mejores y más altamente productivas. Y posibilidades de llegar un día a hacer los
movimientos de agua mediante compuertas mecanizadas y automatizadas.
Esas posibilidades solo se dan en una agricultura que
esté físicamente en su extensión racionalizada.
Pero, además, en el uso de la tierra.
Lo más arbitrario que puede hacerse es intentar en una tierra de un tipo
producir diez cultivos diferentes. Las
características naturales de la tierra exigen dedicarla a aquellos cultivos,
entre varias opciones, para los cuales resulte adecuada la tierra.
Y la Revolución ha creado las condiciones que permiten
racionalizar el empleo de la tierra tanto en extensión como en el uso, hacer
las extensiones del tamaño que lo consideremos óptimo para la técnica más
moderna y darles el uso óptimo, de acuerdo con las distintas opciones de
cultivo que el país debe hacer. Y eso es
lo que nos ha creado las condiciones que no las tiene la Europa
desarrollada.
¿Qué ocurre en algunos países altamente desarrollados,
industrializados? La propiedad de la
tierra. Un individuo es dueño de siete
finquitas, cada una de ellas de dos hectáreas y media o de una y media, y en
una misma máquina tiene que ir a roturarlas todas. Entonces vienen las máquinas universales en
que tiene que hacer todo, porque de otra manera no puede mantenerlas. Un individuo con siete hectáreas no puede
tener un tractor para roturar de tantos caballos y otro para cosechar y otro
para hacer otro tipo de tarea.
Afortunadamente nuestro país ha creado las condiciones
sociales y políticas para poder aplicar la técnica sin límites ni cortapisas de
ninguna índole. Y por eso, a pesar de lo
analfabetos que hemos sido y de lo mucho que lo somos todavía, esas condiciones
están ahí, y la técnica comienza a aplicarse.
Y les decía que con algunas variedades de caña, en
condiciones de mercado limitado y de cuota, y por tanto de zafra reducida, podían
hacer la zafra en centrales bien organizados, porque lo que no se podía decir
es que estaban mal organizados. Mal
organizados estuvieron luego esos centrales, y mucho mejor organizados de lo
que lo estuvieron nunca estarán después.
Claro que en la agricultura vamos avanzando mucho más
rápidamente que en la industria, sin duda de ninguna clase.
Hay déficit de personal competente, con niveles
técnicos, tanto de dirección como de trabajo, en la industria azucarera. Ahí se resiente eso, y habrá que hacer un
esfuerzo serio para ir dotándolos.
Muchos de los trabajadores tienen más de 50 años en la
industria, porque no se renovaba ni la industria ni se formaban cuadros para
esas tareas.
De manera que en el orden industrial hay esos factores
que todavía gravitarán, aunque nosotros entendemos que ha habido un enorme
cambio cualitativo en cuanto al control de los centrales y a la administración
de los centrales. Los compañeros que
dirigen las actividades en las provincias han reunido una gran cantidad de
información sobre todas las cosas a las que hay que prestarles atención.
Ahora bien, en nuestro país —para completar la
respuesta— había prácticamente una sola variedad de caña. Después se fueron introduciendo otras
variedades: las Barbados 4362 y 42231,
la última muy adecuada para terrenos y zonas secantes porque resiste muy bien
la sequía y, además, logra alta producción de caña y de azúcar; y la otra,
altamente productora también de caña y de azúcar, de ciclo corto, de madurez
más temprana.
Esas son dos variedades que han ejercido y van a
ejercer ya en esta zafra una influencia notable.
Pero hay otras variedades fenomenales. Hay una variedad como es la Cuba 8751 que
alcanza hasta 15 y 16 de rendimiento en los meses de marzo y abril, cuando
tiene una edad de 15 a 16 meses. Hay
algunas variedades nuevas: Jaronú 60-5, por ejemplo, también cubana, que alcanza
rendimientos hasta de 11, con 10 y 12 meses de edad, en el mes de
noviembre. Esa es una de las cañas que a
nuestro juicio permitirá comenzar zafras en el mes de noviembre con no menos de
11 de rendimiento.
Ahora bien: las
propias Barbados cuando tienen 15 meses de edad, los fríos de Barbados, es
decir las que se sembraron en el año 1968, en agosto, septiembre y octubre, en
este momento, en la provincia de La Habana —diciembre—, tienen 12 y 13 de
rendimiento. Sin embargo, en las pruebas
comparativas que se han hecho en campos experimentales entre las Jaronú 60-5 y las Barbados, la Jaronú
60-5 ha demostrado ser notablemente más precoz y madurar mucho más rápido. Es decir que a esa misma edad una Jaronú 60-5 de 14 ó 15 meses, en el mes de noviembre, si
digo 11 digo una cifra conservadora.
Ahora bien: de
todas esas variedades hay pocas semillas.
Hay algunas nuevas también altamente prometedoras, como la Mayarí 5354 y
5357; hay otra, que es la 53147, que es también de madurez muy precoz.
Pero dentro de un gran número de plantas y de
variedades comerciales y precomerciales, dentro de gran número, hay que hacer
una selección que tenga en cuenta productividad en caña, crecimiento,
resistencia a enfermedades; es decir, no se ve un solo factor, hay que analizar
un gran número de factores.
Ahora, es posible que incluso, en vez de la variante
de cañas de dos años, de la cual se ha estado hablando como cosa racional y
lógica, logremos obtener los mismos objetivos con cañas de 18 meses. Puesto que hay un gran número de variedades
de caña, y a medida que se va penetrando y se van conociendo las variedades
diferentes y sus reacciones, hay cañas que logran a los 18 meses lo mismo que
otras logran a los dos años. Y cada vez
que se logra un elemento nuevo se va introduciendo.
Ahora, algunas de esas variedades que yo les he mencionado, de ellas hay 100 arrobas
en el país, no se propagan en un año o dos años. De la Jaronú 60-5
existen en Camagüey unas 250 caballerías, y ya se pueden empezar a propagar
rápidamente.
Hay otras también que no son cubanas, como la Canal Point 5342, 39-MQ-832; son variedades, una australiana —la
MQ—, otra americana, que son notablemente precoces. Y también estamos probando esas variedades y
las estamos multiplicando.
Pero de todas formas, aun ya llegando a la concepción
óptima, tardaría, con empleo de un número de variedades, no menos de cinco
años, a nivel nacional, llegar a establecer ese tipo de programa.
En algunas regiones se puede adelantar más. Y les decía que posiblemente en la provincia
de La Habana se logre ya, con todas esas variedades, desde el año 1973. Porque ya —como les decía— para 1972, en
abril y mayo de 1970, se empiezan a sembrar las cañas con que se comenzará la
zafra en noviembre de 1972, es decir ya desde ahora, desde abril y mayo;
algunas cañas con 18 meses, otras con 19 meses, algunas de estas variedades
ya. Pero no hay suficiente semilla para
decir: toda la que sembremos ya, de
abril y mayo en adelante, permitirán comenzar en 1972 en todos los centrales y
en todos los chuchos con esas variedades.
Por eso calculo que lleve por lo menos un año más, porque sí ya se puede
decir que en abril, mayo, junio, julio, agosto y septiembre de 1971 se estarán
sembrando por centro de recepción cada una de estas variedades, porque ya serán
los centros de acopio; porque lógicamente hay que hacer ese programa no por
provincia, sino en concreto por centro de recepción para mantener el ritmo de
zafra.
Desde luego, como todos los terrenos cañeros incluso
no son iguales, habrá terrenos donde será necesario emplear una variedad y en
otros otra. Porque un tipo de suelo
puede ser un poco adverso a una de estas variedades. Pero de todas ellas —de madurez precoz y de
resistencia a distintas condiciones adversas del suelo— se tiene diversas
variedades, para poder tener las opciones necesarias y hacer programas de ese
tipo.
Ahora, sí les puedo asegurar que a nivel de las
técnicas conocidas ya, nuestro país, por sus condiciones naturales, podría
producir más de 20 millones de toneladas de azúcar, nuestro país podría
producir unos 24 ó 25 millones de toneladas de azúcar con las 130 000
caballerías que están asignadas perspectivamente a caña, que es prácticamente
las que tenemos ahora y unas 15 000 caballerías más; de 20 a 25 millones, a
nivel de las técnicas conocidas hasta ahora.
Puede ser que con las técnicas que se conozcan en 1980 haya que decir
que la posibilidad potencial es de 27 ó 28.
Se ha hablado de que nosotros aumentaremos la
producción azucarera a medida que lo requieran las conveniencias del país. Pero nosotros consideramos a la caña una de
las plantas más privilegiadas de la naturaleza, la que tiene más capacidad de
asimilar la energía solar y convertirla en carbohidratos. Y los carbohidratos —como ustedes saben—, mediante procesos fermentativos, son
fuentes de proteínas. Y la caña tiene la
miel, la caña tiene el bagazo, tiene la paja.
El bagazo tiene múltiples usos, pero, entre otros, la posibilidad de
convertirse en proteína. Y la paja
también. Y el país puede llegar a tener
decenas de millones de toneladas de esos productos: materia prima para la producción de
proteínas, que se convierten en leche, en carne, en huevo, en todas las demás
cosas.
La propia alimentación del cerdo, que era un problema
en este país derivado del hecho de que el maíz es un cultivo muy difícil en las
condiciones de nuestro clima, y que además una caballería de maíz no resiste la
competencia con una caballería de caña en nada.
En esas condiciones ya, y como subproducto de la zafra de los 10
millones, se podrá en los próximos años hacer un desarrollo tremendo del sector
porcino. Porque —como ustedes saben—, al
revés del vacuno, el porcino se multiplica a una gran velocidad. Y en pocos años se pueden llegar a tener
todos los que se quieran. Lo importante
es la comida. Y la alimentación del
cerdo a base de miel enriquecida y de torula, es una magnífica solución para
que en nuestro país se pueda producir todo el cerdo que nos dé la gana.
Y ya se va a un programa. Ya están importándose determinados cientos de
ejemplares de las mejores calidades, y se va a realizar un programa acelerado
de desarrollo del porcino. Todo eso
derivado de la caña.
Por eso nosotros, con la caña, podremos sacar no solo
azúcar, mieles que se usan en diferentes cuestiones, sino una fuente de
proteínas y de carbohidratos, con la cual no podrían competir ni las mejores
plantaciones de maíz o las mejores plantaciones de soya.
Ese privilegio que nos da nuestra condición climática,
de disponer de esa planta, eso es algo que la Revolución ha creado las
condiciones para aprovecharlo exhaustivamente, y lo vamos a aprovechar.
Y, sin embargo, el azúcar en 1980 será mucho menos del
30% del valor del producto bruto de la agricultura del país. Excluyendo de esa cifra la caña que se
utilice para otros usos.
Los que hablen del monocultivo están realmente en la
luna, porque nunca se ha hecho un esfuerzo de diversificación agrícola como el
que se está haciendo en el país en este momento.
Como ustedes saben, en el pasado, cuando se iba a
desarrollar la producción de arroz, salían los hacendados diciendo que, puesto
que el arroz se compraba allá en Estados Unidos, eso iba a dar lugar a medidas
de represalia contra el azúcar, y no se podía sembrar el arroz. Todo estaba paralizado.
En el pasado las condiciones sociales limitaban y
encadenaban el desarrollo de las fuerzas productivas. Hoy no son las condiciones sociales. Para nosotros están abiertas todas las
puertas al desarrollo de la imaginación, al desarrollo del esfuerzo, al
desarrollo creador, al desarrollo de la economía en todos los campos. Hoy no son las condiciones sociales las que
encadenan las fuerzas productivas. Hoy
son los factores subjetivos, ¡somos nosotros mismos! ¡Es nuestra propia ignorancia!
Señores, nosotros somos el obstáculo principal hoy al
desarrollo de las fuerzas productivas.
Porque las condiciones sociales, las condiciones políticas, se han
creado para que nosotros desarrollemos sin límites esas fuerzas
productivas. Esa es una realidad.
Hoy no es el sistema social, pero sí la herencia de un
sistema social que dejó mucha ignorancia acumulada y mucho subdesarrollo.
Por eso, con motivo de la pregunta, hice esa breve
disquisición, casi filosófica (RISAS), acerca del país que no previó nadie
cuando tuviera lugar el socialismo.
Porque debemos decir que la primera y genial
concepción del socialismo fue la del socialismo como consecuencia del
desarrollo. Mas, cuando una parte del
mundo se desarrolló extraordinariamente y otra se quedó increíblemente subdesarroIlada, el socialismo como sistema se ha
convertido ya incluso en una condición del desarrollo.
Marx concibió el socialismo como resultado del
desarrollo. Hoy para el mundo
subdesarrollado el socialismo ya es incluso condición del desarrollo. Porque si no se aplica el método socialista
—poner todos los recursos naturales y humanos del país al servicio del país,
encaminar esos recursos en la dirección necesaria para lograr los objetivos
sociales que se persiguen—, si no se hace eso, ningún país subdesarrollado
saldrá del subdesarrollo. ¡Seguro que no
saldrá!
Podrá haber disquisiciones políticas, discusiones
doctrinarias, todo lo que les dé la gana.
Pero nosotros, por nuestra experiencia, ¡vivida aquí! —que sabemos lo difícil que es la cosa,
queriendo hacerla y sin trabas para hacerla, y con todas las leyes
revolucionarias para hacerla—, nosotros sabemos que no habrá desarrollo en
ningún país subdesarrollado sin socialismo, sin centralizar todos los recursos
de la economía y dirigirlos en el sentido en que sea necesario dirigirlos.
Eso es una verdad.
No tenemos que andar predicando.
Nosotros qué. Ni estamos haciendo
campaña ni propaganda. Que cada cual
haga en definitiva lo que pueda hacer, o lo que quiera hacer (APLAUSOS).
Lo aclaro para que no parezca que nosotros estemos
dándole consejo a nadie. Y a nadie le
gusta que le den consejo, y a nosotros no nos gusta estarlo dando.
Pero lo aclaro por eso, pero sí lo digo con una
convicción absoluta. Y esa convicción
nace de una experiencia que se ha vivido, y una experiencia muy interesante en
nuestro país: que no habrá desarrollo en
ningún país del mundo subdesarrollado sin socialismo.
Porque otra cosa es cuando se desarrollaron Inglaterra
y Francia y Alemania. No había países
desarrollados en el mundo. No los
había. Es igual que cuando no hay ningún
árbol: algunas plantas pueden
crecer. Cuando no crece una planta es
cuando tiene encima un bosque tupido de árboles. Y esa es la situación que tenemos ahora los
países subdesarrollados: la competencia,
los subsidios a su producción y las condiciones muchas veces leoninas de
intercambio que nos impone el mundo desarrollado con sus ventajas y sus
privilegios; la tecnología desarrollada con que cuentan mientras los países del
mundo subdesarrollado no tienen ni técnicos, ni centros de investigación, ni
nada, ni alfabetización siquiera en incontables casos.
Y así, mientras nos encontramos países ya, como el
caso de los Estados Unidos, que está desembarcando a un hombre en la luna allí
con televisión y todo, en el mundo subdesarrollado andan los hombres a nivel de
un mulito y un azadón, tratando de producir un poco de comida para
malvivir.
Y esa es la comparación: los países que desarrollaron una tecnología
se han ido delante y delante, ¿y cuál será el porvenir de los países que no se
desarrollen? ¿Cuál será el porvenir de
los países que no se desarrollen? El
porvenir político, moral, social, de cualquier tipo.
¿Y cómo se conquista esa enorme diferencia con que
unos se fueron adelante? ¿Cómo un país
logra acortar esa distancia como no sea de verdad aprovechando de manera
racional hasta el último recurso económico, natural y humano? ¿Y cómo se puede lograr eso, cuando todavía
esos países subdesarrollados se gastan el lujo de grandes burguesías
derrochadoras de dinero, y que mientras por un lado gritan contra las leoninas
condiciones del intercambio comercial, de lo poco que le queda a ese mundo
subdesarrollado, los burgueses y los oligarcas gastan el 80% en lujos
ociosos? ¿Cómo un país
subdesarrollado...? Si algún país no se
puede permitir ese lujo, ¡es un país subdesarrollado! Y esa realidad la vemos por dondequiera, y es
el cuadro del mundo subdesarrollado.
Y si no se hace la Revolución, si no se aplican
caminos socialistas para desarrollar la economía, no habrá ni la más remota
esperanza de desarrollo. Porque aun con
socialismo la cosa es difícil. Aun con socialismo,
y revolución y todo, es difícil; no se puede subestimar.
Todo esto con motivo de los chuchos, la caña y la
mecanización (APLAUSOS).
¿Se hace alguna pregunta más, o me voy?
ERNESTO ALVAREZ.-
Comandante: además de la línea
del desarrollo agropecuario en que se va a ver comprometido nuestro país, ¿qué
otras líneas grandes de desarrollo hay en perspectiva para el próximo
quinquenio?
CMDTE. FIDEL CASTRO.-
En el curso de los últimos meses se ha estado haciendo un intenso
trabajo con vistas a la elaboración del plan perspectivo de desarrollo del país
de 1970-1980.
En nuestras condiciones, el problema de un plan
perspectivo no es una cosa fácil porque hay muchos factores imponderables. Los factores imponderables están relacionados
principalmente con una cuestión: ¿Con
qué recursos financieros vamos a contar?
En el curso de los últimos años el crédito del país ha
crecido extraordinariamente.
Posibilidades de adquisición de industrias y de medios de trabajo que ni
se soñaban hace cinco o seis años. Baste
decir que en los años 1964-1965, o antes incluso, 1963, pensar en adquirir un
camión, un buldócer —por no decir una planta de fertilizantes como la de
Cienfuegos—, era una tarea muy difícil y muy eventual.
De manera que hay algunos factores del desarrollo que
dependen enteramente de recursos nuestros; hay otros factores que dependen de
recursos externos. Los recursos externos
dependerán de una serie de circunstancias, y entre ellos el crédito del país,
la seriedad del país en el cumplimiento de los compromisos, nuevas
circunstancias políticas internacionales, la consolidación de la Revolución y
sus planes agrícolas frente a todos los augurios, el desprestigio del bloqueo
imperialista —que era un obstáculo muy grande a las posibilidades del país para
la obtención de recursos para su desarrollo.
Pero lo que sí se puede afirmar como una tendencia es
un crecimiento increíble del prestigio y del crédito de nuestro país en el
exterior, y de las ofertas de negociaciones con Cuba en el mundo. De manera que incluso amplios e importantes
sectores industriales del mundo occidental, que ni hablaban con nosotros hace
cuatro años, están en una disposición muy diferente, y se han ido desarrollando
una serie de conexiones, contactos y negociaciones con el resto del mundo.
Nosotros tenemos una fuente de suministro exterior,
que es el campo socialista y fundamentalmente la Unión Soviética. De la Unión Soviética han venido, por
ejemplo, las grandes plantas termoeléctricas; han venido también plantas como la
industria mecánica de Santa Clara; han venido las máquinas para Antillana de
Acero; ha venido el importante complejo de fertilizantes de Nuevitas, el puerto
pesquero de La Habana, y otras instalaciones industriales. Es decir, que hay un determinado número de
posibilidades de desarrollo con equipos y maquinarias procedentes del campo
socialista.
Pero es la realidad que nuestro país en una serie de
campos, por razones tecnológicas —porque ningún país del mundo produce todo—,
nosotros tenemos una serie de necesidades industriales de distinta índole,
sobre todo entre ellas las que se derivan del desarrollo de la agricultura, y
en otros campos de la industria, en que necesitamos tecnologías del resto del
mundo no socialista; en una serie de campos en que no existe un gran desarrollo
en el campo socialista, o no tienen la posibilidad de abastecernos de esas
maquinarias y de esas industrias.
Y por eso les decía que hay una serie de factores
eventuales que pueden permitir un desarrollo más acelerado, un desarrollo menor
o mayor en los próximos 10 años. Es
decir, un país en que todo depende, que en el 95% lo tiene que importar, hay
factores que están fuera del alcance de sus manos que no puede controlar. No es el caso de un país que ya tenga
determinadas instalaciones básicas. En
nuestro país no se produce ni siquiera acero.
La producción de acero no existe, como no sea la Antillana ya, que está
en condiciones de producir y produce determinadas cantidades de cabilla,
algunos hornos eléctricos. Pero nuestro
país no tiene industrias básicas que le permitan hacer un programa basado
fundamentalmente en sus propios recursos internos y, por lo tanto, dependerá en
grado considerable de factores externos para sus programas de desarrollo.
Ahora bien:
solo en el campo de la agricultura, para satisfacer las necesidades del
consumo del país por un lado, y para satisfacer las necesidades de excedentes
de exportación por otro lado, se requiere un gran número de industrias.
Ustedes escuchaban cómo nosotros nos referíamos, para
resolver el problema del abastecimiento de arroz del país —que ya el país se
puede autoabastecer con los planes que está llevando a cabo—, lo que se induce
en secaderos. Es una cifra increíble, de
decenas y decenas de secaderos; lo que se induce en molinos, es una cifra
también considerable de molinos que hay que instalar para satisfacer esa
necesidad de ese consumo en concreto.
La industria láctea en los próximos años requerirá un
número considerable de inversiones, principalmente hasta 1975, para satisfacer
las necesidades internas del país. Se
han estado desarrollando enormes rebaños de ganado lechero, pero cuando ustedes
hacen un análisis de las instalaciones de pasteurizadoras que tiene el país,
independientemente de las tecnologías, del estado técnico de muchas de ellas,
resultan absolutamente insuficientes para satisfacer las necesidades de consumo
de leche fresca en condiciones higiénicas por lo menos. Porque se trata de tomar leche y no
bacterias. Y yo les puedo asegurar que
este país ha tomado muchas más bacterias que leche a lo largo de su historia,
eso sí se los puedo asegurar, porque en la mayor parte del país nunca, ni aun
hoy en muchos lugares, se pasteuriza la leche ni se conserva en refrigeración
cuando se extrae, y atraviesa todas las vicisitudes: desde el que ordeña la vaca muchas veces sin
lavarse las manos, en un cubo que muchas veces no está bien lavado y en una
ubre que puede tener mastitis y puede no estar tampoco bien lavada, a estar
horas enteras a la intemperie y a la temperatura ambiente, y llegar después a
distribuirse por distintos medios a la población. Yo les aseguro que en la realidad muchas
veces esa leche es una leche que ya su valor se ha reducido considerablemente. Esa es una verdad.
Los métodos mismos mediante los cuales nosotros
distribuimos esa leche. Ahora se puede
andar con un pomo todavía, llevándolo al quinto piso y tocando allí por la
mañana, en botellas, y eso se puede hacer mientras las cantidades son relativamente
pequeñas. Pero desde el momento que haya
que repartir diariamente, vamos a suponer, por ejemplo, en la Ciudad de La
Habana un millón de litros de leche diarios, fresca, el método de la botella es
insostenible, hay que utilizar otros tipos de envases. Primero, por la cantidad de botellas que hay
que hacer, la cantidad de peso que hay que transportar, la cantidad de camiones
que hay que usar y la cantidad de hombres para estarla cargando y hasta
subiéndola arriba.
De manera que ya, por ejemplo, se está contemplando y
se está en negociaciones para un combinado lácteo para Pinar del Río, un
combinado lácteo para Manzanillo, un combinado lácteo para Holguín, un
combinado lácteo para La Habana. Ese
combinado lácteo de La Habana —el primero— tendrá capacidad de procesar medio
millón de litros diariamente. Ya se está
en la negociación para la adquisición de ese combinado. No todo será leche fresca: la mitad leche fresca, el resto queso fresco,
yogur y todos esos artículos para los cuales hace la gente cola en cualquier
lugar.
Es decir que la industria láctea al satisfacer esa
necesidad requiere grandes inversiones en instalaciones para pasteurizar la
leche, procesarla, envasarla, hasta nivel de unos 25 a 30 millones de litros
diariamente. Claro, no como leche
fresca. Calculando consumos óptimos,
máximos, todo el que quiera la población, consideramos que a nivel de unos 15 ó
16 millones de litros de distinta forma:
leche fresca, queso, yogur y todo eso que es casi dos litros per cápita,
sería suficiente.
Pero habría que producir también leche en polvo
extrayendo la mantequilla, usando parte de la leche en polvo en la alimentación
de los terneros. Pero de todas maneras
las inversiones que tiene que hacer el país solo en la industria láctea son
tremendas.
Si vamos a la rama, por ejemplo, de las panaderías,
nosotros ahora tenemos que concentrarnos, como es lógico, en la mecanización
del corte de caña y del azadón y todo eso.
Pero cuando vamos un poquito más a fondo descubrimos que todo el sistema
de producir el pan en este país es prehistórico también, y que ahorita no hay
quien consiga a alguien que quiera ser panadero aquí. En la vieja máquina esa en que se soba la
harina, etcétera, etcétera, en los hornos esos donde se cocina el hombre junto
con el pan (RISAS), cuando ustedes vienen a ver esa cosa que se come todos los
días que se llama pan y galleta —que a veces hay que hacer cola también—, esa
cosa se produce en las condiciones más increíblemente atrasadas
tecnológicamente, con empleo de una fuerza de trabajo numerosa y que además no
aparece.
Porque, señores, sí, en la escuela de medicina
ingresaron 1 800 estudiantes en la Universidad de La Habana este año; pero en
la escuela de panaderos no deben haber ingresado ni tres (RISAS Y
EXCLAMACIONES). ¡Ni tres! ¿Quién quiere ser panadero? Casi como al que le dicen: ¿Quién quiere estudiar para cortador de
caña?
Y esos problemas subsisten. Pero subsiste en todo, en montones de ramas
de la industria, en la industria alimenticia.
Todo eso está insumiendo una gran cantidad de fuerza de trabajo, tiene
una productividad muy baja.
De manera que toda nuestra industria alimenticia
prácticamente hay que montarla nueva, nueva, porque creo que es legítima la
aspiración del país de ir ya concentrando una gran parte del esfuerzo en
satisfacer esas necesidades. Necesidades
de alimento, de calzado, de vestido, de todo.
Hay tecnologías nuevas. Ustedes han visto algunos zapatos que se han
distribuido, los primeros, de las primeras máquinas que llegaron. Son esos zapatos plásticos. Yo les voy a poner un ejemplo: unos 19 000 zapateros en este país producen
18 a 20 millones de pares de zapatos anuales entre zapatos de cuero y zapatos
tenis y de todos los tipos. En este tipo
de zapatos plásticos, que ya van a resolver muchos de los problemas... Ahora las primeras maquinitas están dedicadas
a producir chancletas para los macheteros para que no tengan que ir descalzos a
bañarse (APLAUSOS) y en enero van a producir zapatos para la población escolar,
el primer trimestre, y después producir para toda la población; en esa
industria con 10 máquinas, 150 mujeres producirán 10 millones de pares de
zapatos al año, 150 mujeres. La
introducción por ejemplo del caucho sustituyendo la suela en el zapato de cuero
o del caucho, libera también cientos de miles de cueros que se pueden emplear
en producción de más calzado de pieles.
De esa forma en 1970 tendremos esa planta con 150
mujeres. En 1971 podemos tener
otra. En 1971 fácilmente podremos tener
una producción de 40 millones de pares de zapatos. Ya en 1970 con esta máquina, incluyendo los
plásticos, será de cerca de 30 millones de pares. ¿Con cuánta fuerza de trabajo más? Usando la química moderna, usando la técnica
moderna, 300 mujeres producirán 20 millones de pares de zapatos. Pero por la misma vía que le produce el par
de zapatos le produce juguetes, le produce recipientes para montones de
usos.
Ese es el camino que nosotros tenemos que seguir. Es decir, tenemos la industria alimenticia,
tenemos la industria ligera, textiles y calzado, esas son industrias a las que
el país tiene que dedicarles una atención fundamental en los próximos cinco
años. Son necesidades a resolver porque
crece la población en general, crecen los becados, crecen los estudiantes de
primaria, y las cantidades que se necesitan son muy grandes.
Entonces a la industria alimenticia, a la industria
textil, a la industria del calzado, en la industria ligera en general tiene que
prestarse especial atención. Además, en
la agricultura lo relacionado con todo el procesamiento de los excedentes de
exportación que el país debe obtener.
En la rama de las industrias básicas hay una serie de
ramas importantísimas: la energética,
las necesidades de electricidad en los próximos años crece parejo con el número
de combinados lácteos, molinos de arroz, secaderos de arroz, fábricas textiles,
lecherías automáticas, todo. Y cuando
les hablé del lácteo no les hablé de las lecherías mecánicas, de las cuales hay
que comprar miles en los próximos años.
Porque ese es otro oficio —el de ordeñador, a las 4:00 de la mañana— en
el que no se matricula nadie.
Son realidades.
Sin embargo, si no se mecaniza, si no se humanizan esas condiciones de
trabajo, no habrá nadie. Pero todo eso
forma parte —como les decía— de las
inversiones de la industria alimenticia, igual que las inversiones en la
agricultura; y todavía en algunos equipamientos, en la mecanización, todas esas
cosas van a requerir grandes inversiones.
Pero sí la energética es una de las ramas que el país
tiene que imperiosamente desarrollar en los próximos años.
La exploración y extracción del petróleo es otra de
las ramas que el país tiene que desarrollar fuertemente.
La industria de la construcción, imperioso,
imprescindible: cientos de brigadas de
construcción han de organizarse y equiparse en los próximos años si queremos
resolver los problemas infinitos, inmensos, abismales que tenemos en ese
frente. Y para saberlo hay que llegar a
cualquier lugar e ir en condición de un individuo que crean que les puede
resolver el problema, para saber cuáles son las necesidades de vivienda de este
país, reales, no son imaginarias lo que también las posibilidades de
resolverlas son únicamente imaginarias, de inmediato.
Es decir que para la construcción de círculos
infantiles, escuelas primarias, escuelas secundarias, institutos tecnológicos,
viviendas, independientemente de instalaciones de todo tipo que van desde naves
avícolas —porque no se puede seguir con todas esas naves de guano que cuando
viene un ciclón van abajo todas con gallinas y todo lo demás—, lecherías que
hay que hacer por millares, almacenes, instalaciones para el desarrollo del
porcino. Es decir, una serie de
instalaciones, de construcciones para necesidades sociales urgentes y para
necesidades económicas también urgentes.
Porque también hay que pensar y se están haciendo ya
diseños de supermercados prefabricados, cines prefabricados, esto todo a través
del prefabricado y de brigadas perfectamente equipadas. Se está trabajando en esa dirección. Esa es una de las necesidades que el país
imperiosamente debe resolver con urgencia.
Existe el propósito de organizar 300 brigadas de la
construcción entre 1970, 1971 y 1972. Y
estamos adquiriendo los equipos para las primeras 100 el próximo año.
Por dondequiera nos encontramos la necesidad de
escuelas, que la siente todo el mundo:
los muchachos metidos allí amontonados, sin condiciones higiénicas
adecuadas; la necesidad de círculos infantiles, la necesidad de secundarias,
que es enorme la masa que crece de estudiantes de secundaria; la necesidad de
institutos tecnológicos de todo tipo, que crece también la masa y las
necesidades del país son muy grandes en ese sentido.
Y como les decía, en otras cosas: el cine, el supermercado.
Hay algunos pueblecitos del
interior en que ustedes de repente ven algo que se parece a una procesión. Y uno dice:
¿Pero qué es esto? ¿En qué época
vivimos y qué santo es el que se conmemora hoy aquí? y
no es el santo, es el cine del pueblo, que la gente hace una cola de cuatro
cuadras, que parece una procesión, para ver una película, ¡para ver una
película!
Es cierto que nosotros hemos demostrado como
revolucionarios nuestro subdesarrollo para llevarle las películas al
pueblo. Lo hemos demostrado, no hay duda
de eso, porque creo que habría medios y formas para llevar el cine al
pueblo. Pero somos subdesarrollados, y
no lo hemos logrado a pesar de que tenemos televisión y veinte cosas. Y muchas veces ponemos millares de películas
de la época de Maríacastaña, prehistóricas
completamente (APLAUSOS).
Confieso que esta Revolución ha demostrado ser incapaz
de haber podido resolver incluso algunas cosas de esas. Porque cuando uno ve esas colas dice: ¡Será posible, para ver una película! Tienen el dinero para ir al cine pero no
tienen el cine, un microcine. Entonces de repente todo el mundo quiere ir
al cine. Ya no tienen complejo, ya saben
leer incluso. Gente que ni pensaba en un
cine quiere ir al cine, pero no ve un cine.
Esas son realidades. Y hay que
construir los cines. Todo eso hay que
hacerlo prefabricado.
Un día tienen que empezar a terminarse todas esas
bodegas, esa regazón de timbiriches que nosotros tenemos, y sustituirlos por
cadenas de supermercados donde llegue todo:
el pescado, el huevo, la leche, los vegetales, todo allí; que no haya
que caminar, que no haya que tomar un subway para ir
a comprarlo, sino relativamente cerca de donde vivan las familias. Y son problemas también a resolver. Habrá hasta que mecanizar la carga y descarga
de todo eso, porque en todo eso se emplean miles y decenas de miles de brazos
que el país tiene que recuperar para su desarrollo y para nuevas
necesidades.
De manera que en la industria de la construcción, con
lo que implique de producción de cemento, de piedras, de canteras... Ahora se está haciendo un trabajo en las
canteras para precisamente ponerlas a tono con la demanda de piedra y de arena
y de gravilla que hay para las construcciones sociales y además las
construcciones económicas en general.
La producción de materiales, tubos y elementos en general
para las viviendas, incluyendo el mueble, ¡incluyendo el mueble!, uno de los
problemas serios, serios, que tenemos entre otras cosas por falta de materia
prima, porque las maderas las extinguieron en este país y las nuevas siembras
tardarán años en producir. Y habrá que
buscar soluciones también que combinen el acero, el plástico y todo eso —están
buscando soluciones parecidas a la del zapato en el mueble—, pero que habrá que
resolverlo, porque el déficit en viviendas, en muebles, en todo, es enorme,
¡enorme!
Entonces, el sector de la construcción tiene que
recibir atención porque el sector de la construcción es básico no solo para las
construcciones sociales sino para las construcciones industriales. Es una rama que habrá que desarrollar.
Debemos desarrollar la producción minera, como es la
producción del níquel como fuente de divisas.
Y debemos desarrollar ya la siderurgia para la
producción de aceros para nuestras necesidades.
Porque quiero que sepan que a este país le cuesta trabajo conseguir
acero como ustedes no se imaginan. Y
constantemente la necesidad de acero para una pipa o para un equipo, para una
máquina, para todo, es tremenda. Y ya el
país está contemplando seriamente el desarrollo de la industria siderúrgica
basándose en los recursos naturales que tiene el cromo, el níquel sobre
todo.
Nosotros podemos producir el acero para nuestras
necesidades, y desarrollar fundamentalmente la producción de aceros especiales
como importantísimo renglón de exportación con grandes posibilidades. Porque nuestro país tiene algo como el níquel
que ha adquirido unos precios tremendos y cuya demanda —según todas las
apariencias— va a ir en aumento, y cuyos precios se van a mantener muy
satisfactorios en un futuro previsible.
Es decir, el desarrollo de la siderurgia como industria básica.
Al lado de eso la industria petroquímica, sin la cual
no puede haber solución a montones de los problemas que hay que satisfacer en
masa de distinto tipo. Dentro de la
industria petroquímica en parte también la producción de nitrógeno y de
fertilizantes para la agricultura.
Y también en los próximos años pensamos desarrollar la
industria automotriz para la producción de camiones, ómnibus, vehículos para
las necesidades económicas y sociales fundamentales; incluso también motores,
equipos hidráulicos, combinadas, tractores.
No pensamos construir tractores para competir con la
General Motors, señores. Antes, cuando se hablaba de fabricar algunas
de esas cosas enseguida salían los “sabios”, los “filósofos” de la economía a
decir: “¿Cómo? No podemos producir en condiciones
competitivas.” ¡Sí señor, vamos a competir contra las condiciones mediante las
cuales los adquirimos hoy! Porque baste
decir que lo que nos cuesta un equipo que importamos y lo que nos costaría
producirlo importando incluso la materia prima y produciéndolo nosotros es el
25%, ¡el veinticinco por ciento de lo que nos cuesta importarlo! Y no solo importarlo. Después vienen todos los problemas de los
repuestos de esos equipos. Y hemos
tenido problemas con los repuestos con todos los países capitalistas y
socialistas, muy serios problemas. Una
tragedia con el problema de las piezas de repuesto, desde la obtención de las
piezas hasta su despacho a su debido tiempo, lo que unido al ínfimo nivel
técnico de nuestros operadores y nuestros mecánicos y a nuestra conocida fama
de rompedores de equipos —porque pasamos de la yunta de buey al tractor—,
sumados todos esos factores constituyen una verdadera tragedia. A veces tenemos decenas de equipos parados
porque no se ha podido encontrarles las piezas, socialistas o
capitalistas. No han venido las
piezas: parados los equipos. Equis número de mototraíllas o de otros
equipos determinados, buldóceres: porque
faltan los rodamientos de los buldóceres y todos esos problemas.
Pero por ejemplo, en equipos hidráulicos el país tiene
de 70 a 80 tipos de motores diferentes.
Imagínense el serviceaje y mantenimiento de
todo eso.
No para competir con nadie, sino para asegurar el
abastecimiento de los equipos del tipo que nos interese, con las
características técnicas que nos interesen, los abastecimientos de los
repuestos que necesitamos, la estandarización de las máquinas, es por lo que el
país se propone seriamente desarrollar la industria automotriz y motriz.
Porque ya un país que va a necesitar —digamos en el
año 1980— 100 000 tractores bien puede tener una fábrica que produzca de 10 000
a 15 000 tractores todos los años y produzca todos los elementos y accesorios
de esas máquinas. Y lo mismo pasa con el
transporte, con los ómnibus y con todo.
Y esa es la razón por la cual nuestro país se propone desarrollar esa
rama. Incluso ahora los compañeros que
están trabajando en ese sector con muy pocos recursos, con algunos tornos, han
fabricado traíllas, han fabricado compactadores neumáticos, han fabricado
equipos de perforación de pozos, han estado resolviendo una serie de problemas
de máquinas serios.
En Oriente, en el plan de arroz, pudimos resolver con
20 traíllas para hacer canales, que nos habrían requerido 40 buldóceres
CD-8. Y esas se hicieron aquí en el
taller de Guanabo.
Allí también han hecho compactadores neumáticos que los necesitamos en
las presas y en las carreteras, porque con cilindros el trabajo en las
carreteras es muy deficiente. Hacen falta
máquinas que pesen de 35 ó 40 ó 50 toneladas para compactar de verdad las
autopistas y las carreteras.
Y ya incluso en talleres casi artesanales se han
estado resolviendo problemas importantes.
Han hecho bombas de pozo profundo, 300 bombas de pozo profundo. En los talleres de Luján fundieron y en los
de Guanabo montaron 300 bombas de pozo profundo que
antes había que importarlas todas; compactadores neumáticos, perforadoras de
pozos, traíllas y otros equipos más que van a fabricar. Simplemente hay que salirse del complejo de
que todo eso siempre hay que traerlo de afuera.
Ahora, cuando nosotros para los planes de perforación
para riego adquirimos en Europa 100 perforadoras de pozo, estuvimos casi 18
meses mientras se adquirían y venían una por una en los barcos, ocupando
enormes espacios, en los muelles.
Sin embargo, ahora en febrero terminan 100 construidas
en Cuba, ¡cien construidas en Cuba!
(APLAUSOS)
De manera que la industria automotriz y la industria
mecánica para equipos agrícolas en general es una de las ramas que el país
deberá desarrollar y se está trabajando en ese aspecto.
Hay también la posibilidad de empezar a desarrollar
una rama... primero, formar personal
capacitado. Se va a constituir el
Instituto de Electrónica con capacidad para 2 500 alumnos, equipado por Suecia
a través de la UNESCO; se va a desarrollar también la industria de
refrigeración; se va a hacer un instituto tecnológico.
Debe desarrollar nuestro país, además, astilleros en
los próximos años, en la próxima década, inexorablemente, porque es igual que
con los equipos agrícolas.
Solamente para transportar lo que este país tiene que
transportar, digamos en 1980, la mitad de lo que salga y entre, necesitaría 250
barcos de 10 000 toneladas. Y o tenemos
barcos, o pagamos flete, con toda la secuela de inconvenientes que ha tenido el
país para importar y exportar fletando barcos frente a la presión y el bloqueo
de los imperialistas yankis todos los días.
Entonces, los astilleros, por razones similares a los
de la industria automotriz, tiene que desarrollarlos este país. Porque no solo son las necesidades de flota
mercante de Cuba, sino también las necesidades de la flota pesquera que crece
como la espuma y que tiene enormes posibilidades. Otro gran triunfo de la Revolución en un país
donde no se conocía otra pesca que la del bote de remo en la Bahía o en el
Malecón. Esa es la verdad. Y algunas carabelas de Cristóbal Colón que
pescaban en el golfo de México, que todos las deben haber visto en alguna tarde
romántica a la entrada del puerto alguna vez en su vida.
Y hoy tenemos barcos de miles de toneladas, que ya a
miles de kilómetros vienen con la pesca congelada, llevan tripulantes y traen
tripulantes.
Por tanto, una de las industrias es la de los
astilleros, un complejo industrial para la producción de barcos.
El criterio —como explicábamos en Santa Clara— es el
de la organización de grandes complejos industriales para la industria
mecánica, para maquinaria de la industria azucarera, para la industria alimenticia,
para los barcos, para la producción de acero e incluso también para la
producción de equipos pesados.
En general y en esencia hemos enumerado una serie de
renglones básicos y fundamentales. Pero
a ello se puede sumar decenas de cosas más:
la del papel tiene que desarrollarse, la de la impresión tiene que
desarrollarse. En fin, hay una serie de
ramas que tendrán que ser consideradas en las posibilidades del desarrollo en
los próximos años.
Se está estudiando el plan perspectivo. No creo que sea muy perfecto, una cosa
inicial.
Como les decía, hay factores imponderables con
relación a los recursos que nosotros podamos obtener. Es muy importante las priorizaciones que se
determinen de cada una de estas cosas, según la urgencia que tenemos de cada
una de ellas y según las posibilidades que tenemos con relación a cada una de
ellas.
Pero podemos decir que en lo fundamental ya la batalla
agrícola del país, la base para la producción alimenticia está creada. Ahora sí ya podemos entrar de lleno en el
desarrollo de la industria en general en los próximos años. Y entraremos en condiciones mucho mejores que
aquellas con que nos enfrentamos en este año, a principios de esta década, al
desarrollo de la agricultura que es una cuestión muy difícil.
Parejamente los problemas de infraestructura. Tenemos, por ejemplo, la cuestión de los
puertos, necesidad imperiosa. Estamos
adquiriendo los equipos para la mecanización de los puertos y desarrollando los
proyectos para elevar las capacidades de nuestros puertos, porque eso
constituye un “cuello de botella” muy serio.
El problema de las carreteras y caminos en general lleva un fuerte
desarrollo. Y ese frente quedará
completamente equipado en 1970.
También se empiezan a estudiar los proyectos del
ferrocarril rápido, entre oriente y occidente.
Ya empiezan a llegar un gran número de ingenieros soviéticos que nos van
a ayudar en la elaboración del proyecto del ferrocarril expreso de doble vía
oriente-occidente.
Es decir:
caminos, carreteras, ferrocarriles, puertos. En esos frentes, el de camino se ha estado
trabajando. Estará completamente
equipado, como decía, el próximo año. El
de presas y sistemas de riego estará completamente equipado ya en el año
1970.
Nos quedan por equipar las brigadas para la construcción
de puertos y la mecanización de los puertos.
De manera que nos espera un enorme trabajo a todos, a
nosotros y a ustedes.
Realmente nosotros nos sentimos optimistas y
satisfechos de saber que se gradúa un número tan alto de economistas. Cada día el papel del economista se destaca
más, se evalúa más. Todo el mundo está
tomando conciencia de la importancia de los economistas. Y ello hay que debérselo en mucho a los
trabajos que han estado realizando con la universidad, de investigación al servicio
de la producción.
Cuando un país dispone de pocos técnicos, muchas veces
es mejor centralizarlos. La universidad
y los equipos de la universidad les hacen estudio a distintos organismos, que
de otra manera tendrían que llegar con el criterio que cada uno de ellos debe
tener un gran equipo de economistas. Si
cada uno quiere hoy tener un gran equipo, fracasamos, porque los pocos que
tenemos se dispersan.
Mantenemos el criterio de que el Instituto de Economía
de la universidad sea fuerte, tenga buenos profesores, tenga buenos cuadros,
tenga recursos humanos y les brinde el máximo apoyo posible a las diferentes
ramas de la economía —independientemente del indispensable número de
economistas que tienen que ir a determinados sectores porque hacen falta allí
de todas formas—, para ayudar a organizar los programas, a optimizar el
trabajo.
Porque ya el economista hoy no es el hombre que está
buscando cómo va a ganar en tal empresa más o menos pesos. Es el problema de la optimización de los
recursos humanos y de los recursos técnicos y de los recursos materiales de que
dispone el país para la realización de los objetivos que se ha trazado.
Y en esa tarea, en esa importantísima tarea, el papel
del economista se destaca cada vez más, se hace más importante, más
decisivo. Y créanme que en nuestra
opinión ya han estado brindando, los compañeros que han estado haciendo
trabajos, importantes servicios.
Un compañero economista de la universidad acompañó a
la delegación que recorrió los principales países del mundo en exploración
acerca del desarrollo tecnológico de la producción de acero. Otros equipos también de técnicos,
acompañados por economistas, están haciendo lo mismo con relación a la
industria azucarera. Y en todos los
campos hay una gran cantidad de trabajo que los espera, que espera a los
graduados y que espera a los estudiantes.
Como decía el compañero que habló aquí, ahora ustedes
recién acaban de terminar un período en su formación de estudios. Tendrán que estudiar siempre. Cualquiera de ustedes que deje de estudiar,
en cinco años será un ignorante aunque fuese hoy un sobresaliente alumno del
último curso de la universidad.
Al ritmo que marcha hoy la técnica, la ciencia, los
métodos de control, los métodos de dirección, los métodos de análisis,
cualquiera que deje de estudiar cinco años se quedaría infinitamente
rezagado. Eso lo saben ustedes, es
innecesario exhortar a nadie. Las
motivaciones que la propia sociedad ofrece, que la propia vida ofrece, que las
tareas y la lucha ofrecen son más que suficientes para que cada cual comprenda
la importancia de superarse y la importancia de estudiar.
Con todo, hace algunas horas, al principio de este
acto en que de manera fortuita nos reunimos en el día de hoy con motivo de la
graduación, veía yo y recordaba las circunstancias actuales de nuestros
estudiantes universitarios, integrados al país, a la lucha del país, al
esfuerzo del país, sabiendo al graduarse en la universidad qué es lo que espera
a todo aquel que tenga espíritu, a todo aquel que tenga talento, a todo aquel
que tenga un incentivo moral en la vida, a todo aquel que tenga una razón
incluso de vivir, lo que le espera en las condiciones de la Revolución es tan
nuevo, es tan diferente de lo que esperaba al estudiante de antes, cuyo destino
era ir, pensar y meditar en esta hora a qué puerta iba a tocar, de qué
bodeguero, para implorar un empleo con el cual vegetar.
Y vegetar no es vivir.
Vivir es tener algo que hacer.
Vivir es tener una meta, un objetivo, una tarea, una obra a la cual
dedicar el tiempo, la energía, y dedicar la vida. Y eso es lo que tienen ustedes, es lo que
tienen los jóvenes universitarios en nuestro país.
y por eso, independientemente de todas las demás
cuestiones, beneficios, servicios que ustedes le van a prestar al país, de
todas maneras nosotros en este curso, en esta graduación, en el espíritu, en el
estado de ánimo, en la disposición de ustedes para el trabajo y en la realidad
que les espera a ustedes por delante donde casi todo está por hacer, sentíamos
la satisfacción de ver lo mucho que han cambiado nuestra patria, nuestra
juventud y nuestras instituciones en los últimos años con la Revolución.
Y si nadie más tiene ninguna otra pregunta que hacer,
entonces yo espero que por lo menos me autoricen a dar por terminado este
acto.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)