DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA Y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA VISITA
QUE REALIZARA A LA ESCUELA PRIMARIA DE MENESES, LAS VILLAS, INAUGURADA RECIENTEMENTE,
EL 15 DE SEPTIEMBRE DE 1971
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Compañeros
alumnos;
Compañeros
vecinos de Meneses:
Hace aproximadamente tres años, en ocasión de una
visita a este pueblo, nos explicaron ustedes que Camilo les había ofrecido
construir una escuela en este sitio, y que todavía la Revolución no había
acometido aquella obra, que había sido una promesa del compañero Camilo
(APLAUSOS).
Les quiero decir que en aquellos días, que estaba todo
el mundo muy ocupado en las tareas de la siembra de caña, no era fácil hacer
una escuela en Meneses:
faltaba la fuerza de trabajo para la construcción, no existían
proyectos, diseños de escuelas, ni los medios que tenemos hoy para construir
escuelas. Si hubiese sido en una época
como esta, habría resultado más fácil la construcción de la escuela. En aquellos días no era así. Y fue necesario empezar por ubicar la escuela
en este mismo sitio, que ahora no se parece en nada al sitio de aquella
vez.
Y en aquella ocasión se decidió incluso: bueno, ya que se va
a hacer la escuela, ¿por qué no se proyecta también el policlínico?, y un
policlínico que sirviera para la escuela y para el pueblo. Después les contaré la historia del
policlínico (APLAUSOS).
Ubicar el lugar, hacer los proyectos, reunir la fuerza
y por último, al final, se pudieron reunir los equipos para hacer la brigada de
esta zona, que ya terminó esta escuela y fue a construir una secundaria básica
en las proximidades de Santa Clara.
y así se inició y construyó esta escuela, que ha
tardado prácticamente tres años en construirse.
Hoy hacemos escuelas con más edificaciones que esta,
en seis meses, siete meses, cuando más, ocho meses. Las escuelas se hacen hoy casi completamente
prefabricadas. Ya se trabaja sobre
proyectos típicos. Pero en este caso
—como decía— se comenzó por el proyecto y la obra fue retrasada por la zafra de
1970. Pero nosotros teníamos esperanza de
que este año por fin, y para comenzar este curso, la escuela se terminaría.
De modo que en el momento en que se decidió cumplir la
promesa de Camilo (APLAUSOS), eso significaba un esfuerzo serio.
Por fin, se terminó la escuela por estos días. Cuando nos avisaron que la escuela estaba
lista ya, con muebles y todas las cosas que lleva una escuela —porque ustedes
no se imaginan bien las cosas que lleva una escuela: desde libros, materiales, pupitres, pizarras,
el comedor, los útiles de la cocina, los muebles, los asientos, las mesas, etcétera—
por aquellos días, al iniciarse el curso, nosotros no podíamos estar
presentes aquí, y les pedimos que de
todas maneras comenzasen las clases y que nosotros vendríamos a visitar la
escuela. Hoy vinimos en compañía del
compañero Ministro de Educación a realizar la visita ofrecida.
Yo creo que esta escuela primaria es en este momento
la mejor de Cuba (APLAUSOS). No la mejor
escuela como institución. Eso está por
ganárselo. En cuanto a local,
instalaciones, facilidades, belleza, ninguna escuela primaria de Cuba tiene los
edificios, la extensión, los campos deportivos, la calidad que tiene esta
escuela.
Yo realmente me asombré, porque digo: bueno, pero esta escuela es todavía de
más calidad que la que nosotros habíamos imaginado. Algunas veces la miraba y me decía: ¿No se le habrá ido
la mano a la gente en esta escuela? Pero
después decía: bueno,
si fue la escuela que prometió Camilo tiene que ser una escuela así. ¡Tiene que ser así! (APLAUSOS) Es realmente una escuela preciosa. Y se puede así resumir con esa palabra, yo no
conozco en ningún otro lugar del país —y se han hecho ya algunas escuelas—
ninguna que haya quedado tan terminada, tan completa, como ha quedado esta
escuela.
El pueblecito de Meneses se puede sentir orgulloso de
la escuela donde están estudiando sus hijos.
Ahora, esto todavía no está completo.
El tipo de escuela que nosotros queremos hacer aquí es una escuela donde realmente no nos
conformemos con los edificios solamente, sino con la calidad de la educación
que se imparta aquí. Y queremos que cada una de estas escuelas sea
un paso de avance sobre las anteriores.
Queremos que nuestra educación sea cada vez superior.
¿y qué
podemos concebir nosotros como una educación superior? ¿Qué tipo de jóvenes quieren ustedes que se
eduquen aquí? ¿Qué tipo de nueva
generación? Una generación bien educada,
de trabajadores, de comunistas.
Si queremos hacer esa generación, tenemos que educarla
de una manera diferente a como nos educaron a todos nosotros, a decir verdad,
en primer lugar, porque a nosotros no nos educaron. En aquel viejo mundo nadie nos podía educar
porque aquella sociedad impedía la educación.
En una sociedad de lobos, de fieras, de explotadores, ¿qué educación
podría haber? ¿A qué se obligaba a
nuestros trabajadores? A trabajar para
enriquecer a otros. Se les robaba, se
les explotaba. ¿A qué se obligaba a las
mujeres en nuestro país? Muchas veces se
les obligaba a las peores actividades, se les corrompía, se les prostituía, no
se les daba empleo, se les discriminaba.
A los muchachos, ¿qué les podían enseñar en aquel
pasado? En la escuela a unos pocos les
impartían un mínimo de conocimientos académicos, y en la calle, en la vida, los
enseñaban en todo caso para pillos, a que fueran capaces de engañar a los
demás, a vivir sin trabajar, a convertirse en explotadores. Esa era la enseñanza moral. Se trataba de un mundo totalmente
diferente. Y nosotros tenemos que educar
para una sociedad de hermanos, y una sociedad no de explotadores y explotados,
sino de productores, en que cada hombre haga su máximo esfuerzo.
¿Acaso podemos pensar que en el futuro deba haber
delincuentes entre estos niños? ¿No
sería terriblemente duro si dentro de 10 ó 20 años algunos de ellos se
apartaran de la ley, de las normas de convivencia civilizada de la moral que debe
regir su conducta social? Sería
extraordinariamente doloroso.
Luego nosotros tenemos que luchar para que en la
sociedad del futuro no exista la delincuencia; tenemos que luchar para que en
la sociedad del futuro no exista la vagancia, la holgazanería, ni la
deslealtad, ni la mentira, ni el parasitismo, ni el egoísmo, ni la falta de
solidaridad con los demás.
Nosotros tenemos que crear ese tipo de hombre y la
sociedad inculcarle tal carácter con su educación y con su ejemplo. Y desde la escuela ir formando esa nueva
generación. Hay que pensar en una
generación de productores. ¿Por
qué? Porque todo lo que vestimos, todo
lo que calzamos, todo lo que comemos, todo lo que bebemos, todo lo que usamos
todos los días: las medicinas, los
servicios del maestro, los servicios del médico, todo aquello que se hace
indispensable en la vida y se hace esencial en la vida para que el hombre viva
con un mínimo de bienestar y de confort espiritual y material, hay que
producirlo con la inteligencia, hay que producirlo con los brazos, hay que
producirlo con el trabajo. Todo el mundo
dice: “necesitamos una escuela, necesitamos
una carretera, necesitamos más leche, necesitamos más ropa, más zapatos, más
casas, agua, electricidad.” Millones de
cosas. Pero ustedes saben perfectamente
que tales bienes solo puede crearlos el hombre con su trabajo.
Y a nosotros que nos toca educarlos a ellos tenemos
que educarlos en un profundo sentido de trabajo y solidaridad social corno
futuros productores comunistas. En el
trabajo de todos, en la participación de todos en el trabajo creador del
progreso y las riquezas que necesitamos.
¡Y cuántas cosas necesita nuestra patria!
Nosotros llegamos a esta escuela, la vemos tan
maravillosa, y no sabemos si sentirnos alegres o tristes.
La escuela es un logro, es una maravilla. ¿Pero cuántas escuelas como esta necesita el Ministerio de Educación? Necesita por lo menos 2 500 escuelas de este tipo. ¿Se imaginan?
Porque hay 1 700 000 niños matriculados este año en la escuela primaria,
y yo dudo que de ese total tengamos medio millón adecuadamente instalados, con
todos los requisitos higiénicos, pedagógicos, los campos deportivos, los
recursos y la base material necesaria para lo que pudiéramos llamar una
educación satisfactoria.
Luego, esto señala en el solo aspecto de la educación,
para no citar otros, todo lo que nosotros tenemos que construir todavía, y todo
lo que tenemos que hacer, y todo lo que tenemos que trabajar en los años
futuros.
Porque debemos, además de trabajar por la
alimentación, la ropa, el calzado, las medicinas, la recreación, todo lo que
pueda contribuir a la educación y el bienestar óptimo de las futuras
generaciones.
Es indispensable que nosotros creemos la conciencia
del trabajo. Porque el capitalismo creó
la conciencia de la explotación del trabajo, no la conciencia de la necesidad
del trabajo para el bienestar de la sociedad.
Y claro, el hombre es el hombre. y el hombre que no fue educado en una
conciencia del trabajo, sino en la explotación del trabajo, ocurre que algunos
cuando tienen la oportunidad de vivir en condiciones diferentes, cuando tienen
asegurada la educación de sus hijos, la asistencia médica y otros muchos
servicios sociales, cuando dejan en fin de ser explotados y esclavos, pueden olvidarse
de su más elemental deber que es el trabajo.
Y la sociedad capitalista ni siquiera garantizaba el trabajo. Y vivir sin trabajar solo puede lograrse a
costa del trabajo de los demás.
¿Pero acaso podía existir en la vieja generación una
conciencia diferente del trabajo?
Incluso, ¿acaso en todos los jóvenes que actualmente arriban a la edad
del trabajo, existe la conciencia del trabajo?
En algunos no existe tal conciencia.
Y en muchos ni siquiera el hábito y la disciplina que tiene el viejo obrero.
Y nuestra escuela tiene precisamente que educar en los
conceptos del trabajo, e inculcar desde muy temprana edad el hábito y la
disciplina del trabajo. No educarlos
como hijos de rico. Ellos tienen lo que
no tenían los hijos de los ricos. Pero la
educación debe ser diferente que la de los hijos de los ricos. Ellos tienen mejores maestros. Tienen cada vez mejores instalaciones. Tienen en muchos casos, como ocurre en esta
escuela, más de lo que tenían ellos en el orden material. Pero tienen que recibir una educación
diferente a la de los hijos de los ricos.
Porque los hijos de los ricos tenían la mentalidad de recibirlo
todo. No sabían cómo se producían los
bienes materiales, desbarataban cualquier cosa, destruían cualquier cosa,
desperdiciaban cualquier cosa, porque no tenían una idea de cómo se producía,
porque eran educados como hijos de ricos.
Nosotros debemos educarlos en otro concepto a ellos.
Ellos, por ejemplo, si nosotros queremos tener las
áreas verdes bien cuidadas, qué mejor manera de enseñar a un niño a proteger
las áreas verdes que hacerlos participar en la atención de esas áreas verdes,
en sembrar un árbol, en sembrar y cuidar una flor... Esa es la mejor manera de educar. Entonces, a ese muchacho no habrá que estarle
corriendo atrás con un palo, como se hacía antes, ni mucho menos. Porque a él se le enseña a valorar los bienes
materiales participando en su creación.
Ellos tienen que atender en lo fundamental todas estas
áreas verdes, los campos deportivos.
Pero hay algo más:
ya nosotros estamos haciendo las escuelas secundarias básicas en
el campo, que como ustedes saben, o habrán oído decir, son unas escuelas
magníficas. Estos niños irán después
para esas escuelas. Por estas zonas
también en los planes futuros de cítricos, los de vegetales de esta región,
llegarán a existir también ese tipo de escuelas secundarias. Porque cuando ellos lleguen a 6to grado, ¿a
dónde los mandamos? Los vamos a mandar a
los tipos de escuelas adecuadas, que van a estar en el campo. Cuando ellos vayan después de la secundaria
para los institutos tecnológicos, dichas instituciones deben estar vinculadas a
las fábricas y centros de producción.
En esa educación para el trabajo, nosotros tenemos que
enseñarles a producir algunos bienes.
Ellos son pequeños. Pero ya a los
de 4to grado, 5to grado, 6to grado, se les puede enseñar a producir algunos
bienes. Debemos tener un huerto en esta
escuela, el huerto de la escuela.
En el día de hoy nosotros estábamos viendo las áreas
en las proximidades de aquí, para el huerto de la escuela, y se va a mandar un
tractor con sus equipos. Ese tractor
tiene que manejarlo, desde luego, un obrero.
Van a tener también el sistema de riego.
Habrá que mandar un técnico que sepa de vegetales. Entonces, los muchachos a pie: no tienen que
estarse encaramando en carretas, ni en nada.
A pie por ahí, que está muy cerquita; los mayorcitos de 4to, 5to y 6to,
cuando llegue la época de los vegetales, van allá al campo con sus maestros
también, dos horas, a realizar actividades en el campo; a los más pequeñitos se
les asignan otras tareas, preferiblemente en las áreas verdes de la escuela u
otras similares.
Hemos elaborado un programita de siembras de vegetales
para la escuela. Aquí tenemos
seminternado para los hijos de las madres que trabajan, y la merienda
escolar. Esos productos pueden servir
para abastecer la escuela, el futuro policlínico, comedores obreros,
etcétera. La escuela sirve de
abastecimiento del pueblo.
Hemos hecho un programita. Se deberán sembrar aproximadamente seis
hectáreas de tomate, una y media de col, una y media de ajíes, una y media de
berenjena, una y media de pepino, una y media de lechuga, dos y media de melón,
una y media de remolacha, una y media de zanahoria, una y media de espinaca,
una y media de cebolla, una y media de fruta bomba, una de alubia, una de
acelga, una de quimbombó. Y todavía nos
quedan como dos hectáreas de reserva para algún otro vegetal que se desee.
Ahora, ellos con seis hectáreas de tomate durante la
temporada pueden hacer jugos de este producto, que tiene vitaminas, que es
nutritivo para los niños, a esa edad lo necesitan. Se les puede dar en la merienda, a los que no
coman en la escuela. En unos casos jugo
de tomate, en otros casos fruta bomba, como fruta, como dulce, como jugo, como
batido, con leche. El melón también, y
los vegetales en general como ensalada o preparados de diversas formas.
Así que ellos autoabastecerían la escuela y el
excedente lo enviarán para donde se necesite.
Ahora, el pueblito tiene que ayudar a los muchachos en
su huerto. Más bien tiene que
apadrinarlo (APLAUSOS).
Los alumnos tienen fuerza de sobra para atender esas
hectáreas, viniendo todos los días una o dos horas los alumnos mayores. La escuela tiene una matrícula total de
520. El trabajo es sencillo y ellos
tienen más energías que una persona adulta para atender los vegetales. Y ustedes lo saben perfectamente bien.
Con esto participan en una actividad productiva amena
e instructiva, no se aburren de la escuela, porque no es solo el aula, la
enseñanza teórica; van allí y ven cómo se siembra la semillita, qué hay que
hacerle, cómo se le fertiliza, cómo se combaten las plagas, cómo se combate la
sequía, cómo se riega, qué trabajo hay que hacer, cómo se cosecha. Van a valorar más todo eso, porque no es que
llegó en un camión lo que consumen, sin conocer siquiera cómo se produce. Van a aprender de la biología, van a aprender
de las plantas, van a aprender muchas cosas.
Y van a ir adquiriendo sutilmente el hábito de participar en la
producción. Va a ser una cosa
educativa. El objetivo es
fundamentalmente educativo.
Ahora a nosotros nos interesa mucho cómo funciona
esto. Ustedes pueden hacer un aporte al
resto del país. Si esta escuela funciona
bien, si este plan funciona bien aquí,
la experiencia aquí va a servir para
otros muchos similares. Y vendrán de
otras escuelas a ver cómo está el huerto, cómo está organizado, cómo participan
los muchachos, qué se hace. Y ustedes le
van a prestar un servicio a nuestro país, y ustedes pueden decir: el resto del país
nos ayudó a tener esta escuela. Nosotros
vamos a ayudar al resto del país sacando una buena experiencia de esta escuela,
haciendo que esta escuela sea un modelo que pueda servir para la provincia, que
pueda servir para otra escuela del país.
Queremos hacer mas escuelas de este tipo. ¿Ustedes comprenden?
Por eso necesitamos que participen los consejos de
familia y las organizaciones de masas para dar su ayuda a este plan. Este es un plan muy amplio. Yo no creo que aquí nunca este pueblo haya tenido esta
variedad de vegetales. Yo creo que
incluso muchos niños de estos no conocen algunos de estos vegetales; la
espinaca, por ejemplo, que tiene mucho hierro, la zanahoria, etcétera. Aquí hay como 15 ó 16 productos diferentes,
que van a ayudar a la dieta. De modo que
este huerto va a ser de utilidad a la salud, por la mejora en la alimentación;
va a ser de utilidad físicamente y va a ser de utilidad mentalmente. Porque ir al campo es bonito. Si a un muchacho lo meten en el aula todo el
día —y aquí están las dos sesiones—, puede llegar un momento en que sienta la
escuela como un cierto peso. El necesita
libertad de movimiento para alternar con las horas de estudio. Aquí tendrán los deportes, el trabajo productivo
y estoy seguro de que aprovecharán mucho mejor las clases.
De manera que esta combinación del estudio y el
trabajo será útil para la salud física, la salud
mental, la educación de ellos y va a ser muy útil a su preparación para la vida
futura, porque ellos después siguen en una escuela que es similar, y después en
un instituto tecnológico que es similar.
Después pueden ir a una universidad, y ustedes han visto a los mismos
estudiantes de medicina que vienen en la zafra, participan en la asistencia médica. Lo mismo hacen otros estudiantes
universitarios. Y así se va vinculando
toda la educación al trabajo. Y al tipo
de trabajo que sea necesario realizar.
Ustedes ven lo que sucede hoy, ¿no? Difícil encontrar un joven que mire al
campo. Nadie quiere mirar al campo. Al parecer a todos les apesta la tierra, les
repugna la tierra. ¿Qué educación es
esa? ¿Y el hombre de qué va a vivir? Tiene que vivir del trabajo en el campo, del
trabajo en la industria. Así tiene que
vivir el hombre. Y tiene que vivir del
trabajo de todos. Mientras más se
adquieran los hábitos de trabajo, más tendrá toda la sociedad.
Y educar es educar para el futuro, educar para vivir
en esa sociedad comunista, para producir como comunistas, para distribuir como
comunista. Y ellos van a ir adquiriendo
esa educación.
El país realiza hoy un gran esfuerzo en la
construcción de escuelas, especialmente en la construcción de instalaciones
para la enseñanza media, donde arribará estos años una enorme masa de
alumnos.
Ya tenemos más de 20 brigadas organizadas para la
construcción de secundarias básicas. A
fin de año tendremos 30. Vamos a ver qué
podemos hacer en primaria. Ahora tenemos
que poner más énfasis todavía en la construcción de nuevas secundarias. Pero vamos a ir haciendo este tipo de
escuelas primarias en la medida que podamos.
Viene el asunto del hospital y les voy a contar lo que
pasó con el hospital. En el interín de que esta escuela empezó se desarrollaron nuevas
ideas en la solución de las construcciones sociales. Ya muchas de estas escuelas no crean que las van a venir a hacer las fuerzas de la construcción que
vienen de fuera. ¿Saben quiénes las van
a hacer? Los vecinos.
Incluso en La habana
los obreros de las industrias han hecho sus microbrigadas. Y así lo estamos extendiendo a otras
provincias que hacen sus viviendas, pero harán las escuelas y harán todas las
demás instalaciones de tipo social.
Claro, en las escuelas de las grandes ciudades tendrán que buscar otro
tipo de actividad, no podrá ser agrícola.
Allí habrá que buscar producciones sencillas de tipo manual.
Ahora, yo dije: no podemos hacer que obreros de la
construcción lleguen y le hagan todo a Meneses, porque si no Meneses se va a
acostumbrar a recibirlo todo sin participar en nada. Entonces dijimos: vamos a hacer el proyecto, las bases,
el movimiento de tierra y que la propia comunidad de Meneses haga el
policlínico. Los obreros, las mujeres,
todos van a trabajar una horita, dos horitas, con plus trabajo. Porque no tenemos abundancia, y hay muchas
necesidades que satisfacer. Además, no
es solo el problema de que no tenemos suficientes obreros de la construcción
para eso. La única manera de resolver el
problema, si es que queremos extender este plan en gran escala, es producir los
materiales y que las comunidades hagan la escuela y demás instalaciones
necesarias, también como una forma de educación revolucionaria de las
masas.
Ya ustedes recibieron hecha prácticamente la
escuela. Ahora van a recibir el proyecto
y los materiales del policlínico. Pero
el policlínico, tienen que tener la satisfacción de que ustedes mismos lo van a
hacer.
Nosotros nos comprometemos a que cuando lo tengan
terminado, venimos a la inauguración del policlínico. Tan pronto hayan hecho las construcciones, se
le dotará de equipos, de médicos y demás personal. Pero el policlínico lo hacen ustedes. ¿No les parece lo más razonable?
Después habrá que pensar en algunas otras cosas
nuevas. Si van a tener escuela,
policlínico, bueno:
habrá que estudiar en qué están trabajando los vecinos, las
mujeres que están incorporadas al trabajo, qué alguna industria se puede
hacer. Yo estaba observando que, por
ejemplo, no todos los muchachos tienen uniformes. Tal vez se pudiera poner en Meneses algún
taller de confecciones.
Claro, aquí vamos a tener distintas actividades
agrícolas de distintos tipos, pero podemos poner un pequeño taller donde puedan
trabajar 25 ó 30 mujeres. Una actividad
en la que puedan incorporarse un número de mujeres y confeccionar la ropa.
Tenemos una gran ventaja: una escuela que tiene una gran
capacidad de seminternado para cientos de alumnos, lo que puede facilitarnos
mucho la incorporación de la mujer al trabajo.
Hay dos lugares en Oriente donde hemos montado
talleres de ese tipo, y uno de mayor tamaño se está desarrollando ahora en las
minas de Matahambre, donde se incorporarán más de 100 mujeres cuyos familiares
trabajan en las minas. Esos talleres
tienen máquinas modernas. Aquí pudiera
hacerse lo mismo, pero al principio nos conseguimos algunas máquinas, aunque no
sean de las más modernas, y un tallercito con buena voluntad lo montamos.
Esta sería prácticamente la primera industria de
Meneses.
Después que esté el policlínico pueden organizarse las
fuerzas de la comunidad para atender las viviendas, las calles y otras
necesidades económicas y sociales. ¿No
creen que ustedes mismos pueden contribuir
decisivamente a desarrollar este pueblo?
Ahora nuestro interés número uno es esta escuela, cómo
funciona esta escuela y cómo se convierte esta escuela en un modelo para el
resto de la provincia, y de ser posible una escuela modelo para el resto del
país.
Eso es lo que nosotros queremos, y para lo cual
recabamos la cooperación de todos ustedes y la cooperación de ustedes también (dirigiéndose
a los niños).
Ya ustedes han visto qué bien se portaron los
compañeritos y las compañeritas, muy bien: hace rato que escuchan con gran
interés y atención.
Bien, entonces, ¿cómo piensan portarse en la
escuela? (EXCLAMACIONES DE: “¡Bien!”) ¿Y van a estudiar mucho? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y van a ser disciplinados? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y van a atender el huerto? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y van a practicar deportes? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”) ¿Y van a ser una escuela
modelo? (EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”)
Bien, entonces esperamos que cumplan todos esos
compromisos que han hecho hoy.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)