DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA CLAUSURA DEL ACTO DE INAUGURACION
DE LA ESCUELA SECUNDARIA BASICA EN EL CAMPO, CONSTRUIDA EN ISLA DE PINOS, EL 29
DE JUNIO DE 1971
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUÍGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Trabajadores de Isla de Pinos;
Estudiantes;
Profesores:
Teníamos la esperanza de que hoy el agua no nos
interrumpiera la inauguración. Y
realmente ha hecho una espléndida tarde.
Hoy hemos tenido oportunidad de ver a los grupos de aficionados de las
distintas escuelas sin que los interrumpiera la lluvia, y hemos tenido
oportunidad de presenciar en todo su esplendor la magnífica escuela que ustedes
acaban de construir en Isla de Pinos.
La directora de la escuela explicaba que hace 11 años
tenían cincuenta y tantos alumnos de secundaria en Isla de Pinos. Ahora tienen más de 200. Y con los que ingresan ya en el próximo
curso, que duplica esa cantidad, se llega al número de alumnos necesarios para
esta escuela, de 500.
Si analizamos el número de estudiantes que están en la
primaria, nos encontramos que ya en sexto grado en 1970-1971 hay 354, en este
curso, que serán los que al pasar de curso completen la escuela. Y el próximo año tendremos en sexto grado
686. En quinto grado hay 1 467. Y después tenemos cuarto, tercero, segundo,
primero, con 956, 879, 1 512 y 2 038, respectivamente; y en el pre 954, que hacen un total, para el curso 1971-1972, de 8
492 estudiantes de primaria y prescolar.
Según esta cifra, lo menos que se necesita por año en
Isla de Pinos, en los próximos 10 años, es prácticamente una secundaria por año
como esta.
Desde luego, si en la primaria se logra una promoción
alta, el número de alumnos por año, el número de alumnos de secundaria irá
creciendo considerablemente.
Hace algunos años también podíamos decir lo siguiente: que no teníamos
este tipo de instalaciones. Y cuando
comenzaron los planes de becados, fue necesario improvisar una serie de
edificios. A veces eran edificios de
apartamentos, otras eran casas de los burgueses en los barrios de los ricos de
la capital, en otras ocasiones albergábamos los estudiantes en edificaciones
militares, cuando los cuarteles se convirtieron en escuelas. Y, desde luego, estábamos muy lejos de contar
con estas escuelas que ahora estamos inaugurando.
Ahora, pues, aunque parezca increíble, ya se está
inaugurando este tipo de escuelas con bastante frecuencia.
Recordarán ustedes que en abril se inauguró en Jagüey
una escuela de este tipo, que ayer se inauguró una en La Habana, y que hoy se
inaugura esta en Isla de Pinos. Esto
constituye un pequeño récord:
dos escuelas secundarias en 24 horas (APLAUSOS).
Lo interesante es que ya tenemos ocho brigadas
constituidas construyendo escuelas secundarias.
Tenemos tres en la provincia de
La Habana, 1 en Guane, 1 en Isla de Pinos, son 5; 2 en Jagüey, son 7; y
1 en Santa Clara, que son 8. Pero además
tenemos cinco brigadas construyendo institutos tecnológicos: el Instituto Tecnológico Forestal, de 1 200
alumnos, en el norte de Pinar del Río, el Instituto Tecnológico de Electrónica,
que se está construyendo en la zona de Rancho Boyeros, en las proximidades del
“Martínez Villena”, se comenzará —y ya está organizada la brigada— el Instituto
Tecnológico Textil, en Alquitex, se está trabajando
ya en el Instituto Tecnológico de Refrigeración, en Santa Clara, y se está
trabajando también en el Instituto Tecnológico Agropecuario de Camagüey. Son 13 brigadas ya construyendo instituciones
de este tipo. Y ya comenzó a trabajar
una brigada a construir la Escuela de Monitores de Vento. De este modo son 14 brigadas destinadas a la
construcción de este tipo de edificaciones.
Nuevas fuerzas se organizarán para construir escuelas
de maestros en distintas provincias. Y
además, para construcción de secundarias esperamos que para fines de año, solo
para construcción de secundarias, tengamos unas 15 brigadas trabajando ya.
El ritmo actual es de aproximadamente ya una escuela
de este tipo por mes. Y ayer
explicábamos que el ritmo que esperábamos alcanzar en el año 1972 es de dos
escuelas por mes; y el ritmo para el año 1975 será de diez escuelas de este
tipo por mes, ¡diez por mes! Nos parecen
muchas y, sin embargo, no nos alcanzan.
Calculamos que se necesite para 1980... Habría que elevar el ritmo entre 1975 y 1980,
para construir todas las que necesitamos, solo para la fase de las secundarias
básicas.
Esto no incluye los institutos tecnológicos, las
escuelas de maestros, las escuelas primarias ni los círculos infantiles que será necesario construir, dotar de personal docente y de
trabajadores de servicio, y de materiales, libros, muebles. Es realmente un esfuerzo muy grande el que tenemos
que hacer. Pero, sin embargo, nos
sentimos alentados de que ya estemos alcanzando este ritmo, y poder decir que
en este momento tengamos 14 brigadas, es decir, que estemos trabajando
simultáneamente ya en ese número de instituciones de esta calidad.
Cualquiera comprende perfectamente lo que será el
futuro.
Hoy mismo, mientras nosotros tratábamos de observar el
panorama en el edificio del fondo de la escuela, y veíamos la presa, este
embalse, y los alrededores de las presas, desde aquí ya contemplábamos la otra
escuela en construcción. Y ya están
ubicados los puntos de las tres próximas escuelas después de estas dos.
Nosotros trataremos de organizar en Isla de Pinos una
segunda brigada de construcción de secundarias.
Y, de ser posible, con esas dos brigadas organizar una de movimiento de
tierra, y tener cuatro de izaje. La
planta de prefabricado de Isla de Pinos tiene ya capacidad para seis escuelas
de este tipo por año.
Ahora ustedes se preguntarán: pero bueno, ¿cómo vamos a estar
construyendo, por ejemplo, cuatro, cinco o seis secundarias todos los
años? ¿Qué alumnos serán los que vendrán
a estudiar en esas secundarias? Y es
lógico desde luego que con dos secundarias ya, cuando esté terminada esta
segunda secundaria, ya esa segunda secundaria en la fecha en que se termina no
tendremos alumnos de secundaria en Isla de Pinos para ella.
¿Qué quiere decir esto? Que aparte de la solución, que va a ser
óptima... Porque desde luego ninguna
región de Cuba tendrá el ciento por ciento de sus estudiantes en este tipo de
secundaria y ya ustedes lo tienen, y ya el año que viene y de ahora en adelante
el ciento por ciento de los estudiantes de la región de Isla de Pinos, de los
estudiantes de secundaria, estarán en este tipo de escuelas. Pero es que Isla de Pinos tiene 30 000
habitantes y desde luego, cuando señalaba el número de estudiantes de primaria
y de pre que tienen vemos que sí serán en el próximo
curso 8 492, vemos que aproximadamente un 30 por ciento de los habitantes de
Isla de Pinos están en la primaria, son niños de edad de primaria o de pre.
Pero es que Isla de Pinos tiene magníficas condiciones
naturales para la citricultura y otros renglones de la agricultura. Como explicaba la directora de la escuela,
aquí en el pasado había 40 caballerías de cítricos, y ya esta sola escuela
atenderá 40 caballerías, y ya en la Isla tenemos 900 caballerías de cítricos,
que hay que atender y después habrá que recolectar.
La Isla tiene, además, ya capacidades de unos 200
millones de metros cúbicos de agua, porque avanzó muy rápidamente el plan de
construcción de presas. Esto equivale
prácticamente al 50% de la capacidad. Eh
los próximos años seguirá aumentando la capacidad de embalse; de manera que la
Isla se llena de lagos.
Ahora, de acuerdo con los estudios que se han
realizado, las caballerías de cítricos que pueden ser sembradas en Isla de
Pinos están alrededor de las 3 000. Se
sigue precisando con todos los detalles los distintos tipos de suelos, pero que
se considera que pueden ser sembradas en Isla de Pinos unas 3 000 caballerías
de cítricos.
Bueno, digo Isla de Pinos. En realidad, se le ha cambiado el nombre a la
Isla por el nombre con que se le conoce actualmente de Isla de la
Juventud. Pero si realmente se va a llamar
Isla de la Juventud y no tenemos suficiente población para desarrollar esta
isla, ¿quiénes deben construir esta isla fundamentalmente? ¿Quiénes deben desarrollar y mantener esta
isla? Sencillamente los jóvenes. ¿Y quiénes van a ser esos jóvenes? Van a ser los jóvenes estudiantes de
secundaria.
Claro, están participando la Columna Juvenil, los
Seguidores de Camilo y el Che, los soldados de las unidades militares, los
jóvenes comunistas de la Isla, en fin...
Pero no son suficientes para poder llevar a cabo el programa de
desarrollo de esta región.
Por eso, no solamente estudiarán en las secundarias de
la Isla de la Juventud los jóvenes de aquí, sino también estudiarán jóvenes de
la capital.
Si aquí tenemos el hecho de que el número total de
estudiantes será en el año 1980, los estudiantes de secundaria calculamos que
sean unos 5 000, tal vez 6 000, sin
embargo, para poder atender todas las plantaciones de cítricos de esta región
—todavía yo no me he acabado de convencer de que se llame Isla de la Juventud,
lo veo como una aspiración más que una realidad, como una perspectiva—, se
necesitarían de 30 000 a 35 000 jóvenes, ¡de 30 000 a 35 000! Y calculamos que la ciudad de La Habana tendrá en 1980 no menos de 100 000
estudiantes de secundaria básica, y en dependencia de cómo funcione la escuela
primaria tendremos la posibilidad de un número mayor de estudiantes de
secundaria.
Sin embargo, para llevar a cabo esta idea de la
escuela en el campo, ubicando las escuelas en aquel tipo de actividad que
pueden desarrollar los jóvenes, nos encontramos que todas las plantaciones de
la provincia de La Habana de este tipo no serían suficientes para albergar a
todos los jóvenes de secundaria, para ubicar las escuelas necesarias con que
llevar este sistema a todos los jóvenes de la capital.
Tendrán que ir posiblemente estudiantes de secundaria
de la capital a la región de Jagüey, porque en la región de Jagüey se necesitan
unas 70 escuelas secundarias. Y
posiblemente la provincia de Matanzas, que tendrá otras escuelas de este tipo
en otras regiones, no pueda disponer de un número de estudiantes ascendente a
esta cifra.
De manera que en el año 1980 habrá estudiantes de la
capital en el interior de la provincia, en la zona de Matanzas, en algunas
zonas más próximas de Pinar del Río y en la Isla de la Juventud.
Cuando tengamos unos 30 000 jóvenes aquí en escuelas
de este tipo, entonces sí que será verdaderamente, con todo derecho, la Isla de
la Juventud.
Ello implica la solución de los problemas
constructivos y la solución de los problemas de transporte. Estamos calculando cuáles serán las
necesidades futuras, para tratar de garantizar por todos los medios un
transporte seguro entre la provincia de La Habana y esta región.
Ahora, ¿qué ventajas tiene esta región con relación a
la región de Jagüey, de Ceiba, de Guane?
La circunstancia de poseer, desde el punto de vista natural, un paisaje
insuperable. La belleza de esta Isla es
ya algo proverbial. Siempre fue sueño de
visitantes, de viajeros, de turistas, de personas que deseaban descansar. Tiene, además, una topografía ondulada; sus
plantaciones de cítrico van a incrementar aún más ese paisaje maravilloso de la
región y, además, quedará poblada de lagos por todas partes, ya casi lo está.
De manera que cuando nosotros construimos una
secundaria básica en Ceiba, encontramos que resultan instalaciones muy bonitas
y que rodeadas de plantaciones bien atendidas resultan de una gran belleza,
tanto allí como en Matanzas, sin embargo, aunque podemos ahí llevar todas las
instalaciones deportivas, llevamos el campo y pista, el balompié, baloncesto,
voleibol, pelota —el espacio abierto nos permite hacer lo que sería muy difícil
en la ciudad—, y últimamente en una de esas escuelas se está construyendo ya la
primera piscina para constatar con toda precisión los materiales y los equipos
necesarios, es decir los costos de esas instalaciones. Si se pueden construir las piscinas, podemos
incluir un deporte más que es la natación.
Pero allí no se disfruta del privilegio de poseer
estos lagos que se han creado en las proximidades de estas escuelas.
¿Qué significa?
Que estas escuelas tendrán todo lo que tienen aquellas escuelas,
tendrán, además, amplios lugares de natación, y podrán practicar otros deportes
adicionales: el
remo, el kayac, la vela, la pesca, y en fin todos los deportes acuáticos que
solo se pueden practicar en espacios abiertos.
Eh el día de hoy tuvimos oportunidad de visitar el
centro de recreación —lo que el ISE llama el centro de recreación de Viet
Nam. Y ciertamente el lugar es muy
bonito. Ya tienen allí un número de
botes, y piensan poner allí 200 botes de remos, para que remen, pesquen... Hay una cafetería. Y el lugar es realmente precioso.
Pero cuando nosotros pensábamos en esta escuela,
veíamos que esta escuela es más centro de recreación que aquel, es todavía más
centro de recreación que aquel. ¿Por
qué? Por cosas que no tiene aquel. En primer lugar, va a tener lo de aquel: los botes, botes de
estos de remos, de pesca, los botes de remos como deporte, los botes de vela,
los kayac. Tendrá facilidades para el
baño, que allí todavía no lo hay. Ellos
tendrán que crear allí este tipo de instalaciones. Pero, además, tenemos aquí los campos
deportivos que no hay allí:
pelota, y todos los que mencioné anteriormente. Y además, tiene los albergues, los
comedores. Lo tiene todo.
Si ustedes recuerdan algún motel, de esos que llaman
la atención del viajero cuando pasa por las carreteras, que tienen jardines y
áreas verdes, ningún motel de recreación, de turismo, de vacaciones tiene las
facilidades y las instalaciones que tiene esta escuela secundaria, ni la
belleza que tiene esta escuela secundaria (APLAUSOS).
De ahí que surgiera una idea. Nos encontrábamos con la circunstancia de que
el país tiene limitadas capacidades para descanso en las vacaciones; las
capacidades limitadas en las playas y en los centros de recreación. Se han distribuido entre los trabajadores en
el presente año tengo entendido que unas 250 000 reservaciones que se han hecho
para las vacaciones de los trabajadores.
Pero eso no alcanza. Y aunque ya
también comenzamos a ampliar las instalaciones para las vacaciones de los
trabajadores, nos encontraremos siempre con el hecho de que en los meses de
julio, de agosto —y sobre todo en agosto— es el máximo de demanda: los meses de calor, los meses de vacaciones
estudiantiles y, además, la mayor incidencia de vacaciones en la
industria.
Por eso surgió la idea de una prueba en la Secundaria
Básica Ceiba 1: se hizo un plan de vacaciones con los
padres de los estudiantes. Y ya en el
mes de agosto se va a llevar a cabo el primer plan experimental. Van a participar más de 1 000 personas en
cuatro grupos que estarán una semana en la escuela. Y tienen todo su programa, incluido un
programita de trabajo para ejercitar los músculos, ¡incluido un programita de
trabajo! (APLAUSOS)
¡Vean ustedes cuántas cosas se pueden conciliar en la
Revolución, cuántas cosas se pueden conciliar en el socialismo!
En estos meses que son precisamente las vacaciones de
los estudiantes se quedan vacías las escuelas, escuelas que tienen todas estas
facilidades para la recreación. En esos
meses es cuando nos faltan capacidades.
La mayor parte de los padres de los jóvenes que
estudian allí son trabajadores de las industrias. Muchos de ellos son trabajadores de la
industria textil de Ariguanabo.
Entonces con ellos, con los padres de los
estudiantes... ¿Por qué con los padres
de los estudiantes? Porque los padres de
los estudiantes están vinculados a la escuela, forman parte de la escuela,
forman parte de los consejos escolares.
Ellos están interesados en el mejor funcionamiento de la escuela, ellos
están interesados en el mejor mantenimiento de la escuela, porque allí están
sus hijos, familiares allegados.
Entonces pensamos que la participación en esos planes
de vacaciones de los padres contribuirá al mejor cuidado, al mejor
mantenimiento de la escuela. Y además,
como alrededor de esta escuela están los planes agrícolas, ¿qué ocurriría si en
las vacaciones no tenemos a nadie?
Entonces vean cuántos intereses se sirven: los intereses de la escuela, los
intereses de los trabajadores, las posibilidades de vacaciones, los intereses
de la economía. Todo se concilia en una
sola cosa. Porque, ¿qué trabajito van a
hacer? Un trabajito similar al que
realizan los estudiantes cuando están allí todos los días. ¿Y qué tienen después de las tres horas por
la mañana? Baño, almuerzo, descanso,
todo un programa de actividades deportivas y recreativas por la tarde. Allí rememorarán muchos de ellos sus años
escolares, jugando otra vez pelota o softball. Porque parece que ya a determinadas edades la
pelota resulta muy chiquita, y hay que emplear una más lenta y más grande y
acortar las bases.
Y además, pues, podrán practicar allí deportes. Incluso tendrán ya la natación. Incluido con eso hay programa de visitas a
distintos lugares, excursiones determinados días de esa semana. Por la noche pues tendrán actividades
culturales de este tipo, parecidas a las que vimos aquí, cine.
De manera que el programita está muy bueno. El primer programita que han hecho está muy
bueno. Y nosotros estamos impacientes
por ver cómo se comporta este plan.
Esperamos que tenga éxito, y sería muy importante que
tuviera éxito. ¿Por qué? Porque significa que si en el año 1980
nosotros tuviéramos las escuelas de este tipo que necesitamos —si las
tuviéramos, no podemos asegurar todavía que tendremos todas las que necesitemos
en el año 1980, pero si tuviéramos las que necesitamos—, que serán unas 1 200
escuelas de este tipo, además de una capacidad para unos 700 000 jóvenes que
estarían educándose de una manera integral y participando en la creación de las
riquezas del pueblo, tendríamos además una capacidad de vacaciones en el verano
de unos 2 millones de personas, ¡de unos dos millones de personas!
De manera que a la vez que estaríamos construyendo las
escuelas —¡las mejores escuelas que se han hecho nunca
en nuestro país, y que posiblemente no tengan rival en ninguna otra parte,
tanto por su base material como por su concepción educacional!—, estaríamos
organizando magníficos campamentos de vacaciones para nuestros trabajadores,
para los padres de esos jóvenes que van a estudiar en esa escuela. Tendríamos que no solamente los padres de los
jóvenes que están estudiando en esas escuelas van a descansar en esas escuelas,
sino que los hermanos más pequeños de los estudiantes de secundaria irán de
vacaciones a la escuela donde en el futuro van a ir como estudiantes.
De manera que lo que se puede concebir como el sueño
de un niño... ¿Dónde va a estudiar? Al lugar en que un día estuvo precisamente de
vacaciones, a aquel lugar que le resultó tan agradable y tan acogedor. Pero a la vez serán magníficos centros que
estarán haciendo un extraordinario aporte a la economía del país. Porque nosotros podemos asegurarles a los
estudiantes de secundaria —y se lo decimos hoy a los estudiantes de esta
secundaria— que el valor de la producción del área de cítricos asignada, y que
los estudiantes en sus tres horas pueden atender perfectamente con la energía
de que disponen y con la aplicación de la técnica, máquina, herbicidas, el
valor de la producción sería superior a lo que cuestan estas escuelas.
De manera que desde el punto de vista económico la
producción rebasaría con creces el valor de las inversiones y el costo anual de
las escuelas.
Y esa es para nosotros la única forma de desarrollar
un programa de este tipo, porque nuestro país es todavía demasiado pobre para
poder alcanzar niveles educacionales semejantes. Y un tipo de escuela en que los jóvenes no
participaran de la producción sería imposible, sería absolutamente imposible
hablar de 1 200 escuelas de este tipo dentro de 10 ó 12 años. ¿Por qué?
Porque nuestra economía no podría de ninguna manera sostener tales
instituciones si a la vez no fuesen centros de producción y de desarrollo del
país.
De esta manera incorporaremos a nuestra juventud al
trabajo productivo. De esta manera
construiremos los apotegmas marxistas y martianos. De esta manera lograremos el tipo de
educación superior, el tipo de educación comunista.
Porque a nosotros nada nos da una idea más clara de lo
que es el trabajo comunista que el trabajo que realizan los jóvenes en esa
escuela: ver
con qué entusiasmo, con qué espíritu, con qué energía trabajan, con qué calidad
trabajan.
En el día de ayer después de la inauguración de la
escuela “Turcios Lima” en Ceiba dimos una vuelta por
las áreas de cultivo de la escuela de Ceiba 1, y vimos las plantaciones de
cítricos en óptimas condiciones, áreas completas sin una brizna de hierba, toda
la zona perfectamente atendida, a pesar de que estamos a finales de junio. En otras circunstancias, en otros tiempos,
eso estaría totalmente enyerbado. Y no
están trabajando ni siquiera con herbicidas, aunque nosotros creemos que en
este período del año es correcto que se aplique esa técnica en esas
escuelas. Pero a mano, y teniendo allí
café intercalado con los cítricos, pues tienen en magníficas condiciones, como
nunca se han visto las plantaciones. Y
eso solo es posible con el esfuerzo de una masa, de una comunidad juvenil de
ese tipo.
Algo similar ocurre en la escuela 8 de Octubre de
Santa Amelia, en las plantaciones que allí tienen. Noticias similares llegan de la zona de
Jagüey y de las otras escuelas secundarias de este tipo, unidos
a niveles muy altos de promoción escolar.
Tuvimos oportunidad de ver ya en la práctica lo que
hasta hace algunos meses eran simples teorías y simples ideas, y es el
resultado de este tipo de institución.
Por eso ya no tenemos la menor duda de que el éxito de estas escuelas
está asegurado. No tenemos la menor duda
de que esta escuela de aquí, esta nueva escuela, no se quedará detrás de las
demás.
Nuestro primer contacto con los estudiantes de esta
escuela que inauguramos, nuestra primera impresión no nos dejó la menor duda de
que van a constituir un magnífico colectivo de estudiantes, que serán
ejemplo. Como tampoco tenemos la menor
duda de que entre nuestros pioneros de primaria saldrán los futuros estudiantes
que construirán la Isla de la Juventud.
No tenemos la menor duda de que los pioneros se ofrecerán en número más
que suficiente para llenar todas las escuelas que seamos capaces de construir
aquí.
Y por eso, ya será deber de ustedes, de los estudiantes
de esta escuela de la Isla de la Juventud, empezar a establecer los contactos
con las escuelas primarias de la capital, contactos con ellos, invitaciones,
visitas de representaciones de pioneros de 5to grado y de 6to grado durante el
año, para que tengan contacto, para que le expliquen a sus compañeros cómo es
esta isla, qué paisajes tiene, qué ventajas tiene. De manera que, como decíamos, siempre
tengamos más jóvenes aspirantes, que no les importará la distancia de los 90
kilómetros de mar interno que tenemos entre la provincia de La Habana y esta
isla para pedir venir aquí.
Naturalmente que la circunstancia especial de la
distancia y del mar de por medio no permitirá en las escuelas de esta isla el
mismo sistema de la visita semanal a la casa.
Los que sean de la capital no sería posible llevarlos todos los fines de
semana a la casa. Tendrían que
establecer un sistema que sería aproximadamente cada 30, cada 32, 34 días, y
acumularían varios días, de manera que pudieran estar unos cuatro días con sus
familiares y volver aquí.
Eso, desde luego, requerirá una disposición de
nuestros jóvenes estudiantes; requerirá una selección de los jóvenes que vengan
aquí, digamos una autoselección; requerirá despertar
ya desde los pioneros la idea, el propósito, la voluntad de participar en esta
histórica y hermosa tarea de construir y desarrollar esta hermosa región del
país.
Pero ustedes, los propios estudiantes de esta primera
escuela, deberán ser la vanguardia de ese trabajo; deberán jugar un papel
fundamental en esta tarea de captación.
Habrá que hacer postales, informes, explicaciones de los deportes y de
todo para que ustedes vayan ya captando a los futuros estudiantes, a los
futuros compañeros de ustedes.
Hemos podido ver alrededor de estas escuelas otras
cosas muy interesantes:
el extraordinario movimiento deportivo que ya se desarrolla, y
que se ha podido apreciar en los primeros encuentros de estas escuelas
secundarias. A la vez se está
desarrollando un extraordinario movimiento cultural alrededor de esta
escuela. Hemos tenido en la tarde de hoy
oportunidad de presenciar la actuación de los compañeros de las escuelas que
vinieron de La Habana, y todos hemos tenido la oportunidad de disfrutar esa
emoción, esa profunda emoción por el contenido y por la calidad, por el valor
estético pero a la vez el valor revolucionario y el valor humano de esas
expresiones de este movimiento cultural.
Desde luego, si eso es ya en la secundaria, ¿qué será
en los niveles inmediatos superiores?
¿Hasta dónde podrá llegar este movimiento cuando todo este esfuerzo
culmine en los más altos centros educacionales del país? ¿Qué perspectivas no tendremos si
introducimos este movimiento en la primaria?
Téngase en cuenta que estas escuelas están recién organizadas muchas de
ellas; que ellos están produciendo no solo para sus propias escuelas sino para
los niveles superiores que vendrán después.
¿Qué será cuando llevemos este movimiento a toda la escuela primaria? ¿Qué será cuando lo llevemos al prescolar? ¿Qué será
incluso cuando lo llevemos a los círculos?
No es una exageración:
ya hay círculos infantiles que están aprendiendo a usar
determinados instrumentos musicales adecuados a su edad, a realizar
determinadas pinturas adecuadas a su edad.
Y por eso decimos que nuestras Escuelas de
Instructores de Artes, o mejor dicho nuestras Escuelas de Artes más que formar
artistas en el viejo concepto deben formar instructores, ¡instructores!, para
que ese movimiento lo lleven a las escuelas primarias, a las secundarias y a
todos los niveles, para desarrollar un movimiento cultural como tal vez no se
ha desarrollado nunca en ninguna parte, unido a un movimiento de tipo técnico,
de tipo científico —los círculos de interés científico, que tenemos que
llevarlos también a todas estas escuelas—, y el movimiento deportivo. De manera que en estas escuelas todos los
estudiantes participen de alguna actividad cultural —como ocurre por ejemplo
con la Escuela de Monitores de Vento—, de que todos
los estudiantes participen en algún círculo de interés científicos, de que
todos los estudiantes participen en algún deporte.
Creemos que la idea de lo que esto puede significar
para el desarrollo de nuestra juventud y el futuro de nuestra patria lo
comprende cualquiera.
Nosotros estamos absolutamente seguros de que a
alguien que hace 10 años, o mejor dicho que hace 15 años se le hubiese ocurrido
hablar de tales posibilidades, lo habrían tomado por un individuo desquiciado,
lo habrían tomado por un soñador; lo habrían tomado por una fantasía, por un
absurdo. Y nosotros estamos teniendo el
privilegio de ver esto en realidades, en realidades concretas, que ya no van
siendo hechos aislados y que crecen a un ritmo prometedor. Ya estamos viendo las primeras
manifestaciones de todo esto.
Ahora nos imaginamos cuando en la región de Ceiba
haya, por ejemplo, ya 14 escuelas, si habiendo todavía algunas pocas y aisladas
ya han creado un movimiento deportivo-cultural, ya emulan, ya luchan por
superarse, ya luchan por no quedarse atrás.
Imaginémonos cuando sean 14 en una sola región, imaginémonos cuando sean
50, ó 60, ó 70 en esta isla, o en la región de Jagüey o en otras regiones del
país. Imaginémonos por unos segundos qué
sería esta isla cuando ustedes pudieran ver alrededor miles, o mejor dicho
decenas de miles de hectáreas de plantaciones, con estas formidables e
impresionantes escuelas, con todo su cuerpo de personal docente, que tendrá
cada vez más experiencia, más preparación.
¡Qué movimiento de cualquier tipo! En primer lugar: qué movimiento de trabajo, qué
movimiento económico, qué fabulosas riquezas, qué movimiento estudiantil.
¿En qué lugar se han reunido alguna vez semejantes
fuerzas? Qué movimiento técnico, qué
movimiento pedagógico, qué movimiento científico, qué movimiento cultural y qué
movimiento deportivo.
Y cuando aquí haya 25 000 ó 30 000 jóvenes
participando de ese movimiento, ¿quién podría negar que esta sería realmente y
bien llamada la Isla de la Juventud?
(APLAUSOS) ¿y quién podría
negar que sería en esencia una isla construida por
nuestros jóvenes, por los jóvenes que en años sucesivos, habiendo pasado por
estas escuelas, han ido dejando esa inmensa riqueza, esa extraordinaria obra en
este lugar?
Hay que inculcar en los pioneros desde ya...
Y no sería incluso exagerado, aunque la masa
fundamental de los que vinieran a esta isla fueran los de la capital —por las
razones que explicamos—, que todas las provincias tuvieran alguna
representación aquí, que todas las provincias tuvieran alguna escuela aquí,
para que de una manera aunque sea simbólica todos los jóvenes del país
participen en esta obra. Que haya
pioneros de Oriente, de Camagüey, de Las Villas, de Matanzas, de Pinar del Río
que también quieran, cuando lleguen al sexto grado, venir a esta isla, poner su
piedra también en esta obra, que será una de las más bellas, será una de las
más extraordinarias que va a realizar nuestra juventud.
Y nosotros hablábamos de qué sería la juventud de esta
Isla con 70, 60 ó 50... Doy cifras
variadas porque estará en dependencia de los últimos detalles que puedan
priorizarse acerca del volumen de las plantaciones que la naturaleza admita
aquí. ¿Qué será ese movimiento en todo
el país cuando tengamos 1 200 escuelas de este tipo? Y ya no tenemos duda de que las vamos a
tener, más tarde, más temprano. Si no se
logra, si nuestro pueblo no lo logra en 1980, seguro que en 1985 a más tardar
lo ha logrado. Si no lo logra en 10
años, lo logrará en 15. Pero ya sabemos
los ritmos a que vamos a construir. Ya
sabemos, cuando les decíamos que estamos a una por mes, de que en 1972
estaremos a dos por mes, y que irá creciendo progresivamente. Y que en 1975 estaremos a 10 por mes.
Por lo pronto, ya la industria que produce los
elementos prefabricados para estas escuelas a fines de año tendrá una capacidad
de unas 50 por año, no quiere decir que se vayan a construir 50 por año —15 brigadas no podrían construir 50 por
año—, pero ya las capacidades en la industria del prefabricado sí alcanzarán a
fines de año una capacidad aproximada de 50.
Pero, claro, parte de esas capacidades hay que emplearlas en los
tecnológicos, parte de esas capacidades hay que emplearlas en las escuelas de
maestros, parte de esas capacidades hay que emplearlas en otros tipos de
construcciones educacionales, por ejemplo, la cuestión de la construcción de
las viviendas para los profesores, que es objeto de un análisis y de algunas
tesis y antítesis de Planificación Física y nosotros que estamos discutiendo
qué será la mejor variante, si la escuela en el pueblecito próximo, o mejor
dicho no la escuela: la vivienda de los
profesores, o en un edificio en el área a cierta distancia de las
escuelas.
Por eso ya también en la escuela que se inauguró ayer
se está construyendo un edificio que, según los últimos datos... Y digo los últimos porque en el día de hoy
les he estado preguntando a todos y me han dado distintas cifras pero el
último, que parece más exacto, es el de la compañera Josefina, arquitecta que
ha trabajado en los diseños de esta escuela.
Ella me decía que eran unos 20 apartamentos de dos habitaciones y 18 de
una. No sé cuál será la última cifra,
pero está alrededor de los 30 o treinta y tanto.
Ya tenemos también, para probar, una de las escuelas
en que el edificio de los profesores está relativamente cerca. Se discute y se vuelve a discutir si se pone
un círculo, si las primarias van al pueblecito y si están allá pues entonces
los profesores se tienen que trasladar.
De manera que nosotros tenemos que analizar muy bien y muy a fondo, para
tomar sencillamente la decisión que sea lo mejor. Pero por lo tanto estamos probando, y ya en
la escuela que se inauguró ayer hay un edificio. Ahora, cuando se tome la decisión se
construirá o en Gerona el edificio de los profesores, o en el pueblecito este
de por aquí de los barrios que se están haciendo, o se hará a unos 100, 200,
300 metros de la escuela. Y también este
edificio que se hizo allí lleva elementos prefabricados similares. Por eso, aunque las capacidades sean de 50,
se construirán el año próximo unas 25 escuelas de este tipo.
¿Cuántas construirán ustedes el próximo año? Por lo pronto, según nos explicaba el
compañero Lince, están haciendo el esfuerzo por organizar la segunda brigada
—ya serían dos brigadas construyendo. Si
logramos organizar otras dos más de izaje, entonces posiblemente el próximo año
pudieran construir unas cinco o seis escuelas de este tipo. Pero eso estará en dependencia del éxito que
tengamos en los esfuerzos por reclutar el personal para las construcciones. Y ya sabemos que uno de los puntos más
delicados que tenemos aquí es la cuestión de la fuerza de trabajo.
Pero sin duda de ninguna índole que esta isla está
cambiando. ¿Alguien lo duda? No habría más que recordar lo que era hace
algunos años: se
le conocía porque era una posesión casi americana.
Nosotros veníamos bromeando por el camino con el
compañero Montané —que se siente muy orgulloso de ser
pinero— y le decíamos:
“Montané, tú técnicamente eres
americano. Tú técnicamente no eres
cubano: eres
americano, porque tú naciste en Isla de Pinos cuando era una posesión
americana. Y cuando el Tratado en virtud
del cual se restableció la soberanía completa sobre la llamada Isla de Pinos,
ya Montané había nacido. De hecho nació bajo la jurisdicción
americana, así que habrá que reconocerle expresamente la ciudadanía
cubana. Pero bueno, nosotros somos
internacionalistas, no le vamos a tener mucho en cuenta eso.
Después, cuando se había restablecido ya aquí la
soberanía, quedó la vieja mentalidad y “el pinero”, como le llamaban —ahora
habrá que llamarlo “el joven”, si es la Isla de la Juventud, así que todo el
mundo se quedará con el título de ”joven” aquí—, el pinero hablaba de la isla
no se sentía realmente identificado con la causa nacional.
Aparte de eso, teníamos el celebérrimo Presidio
Modelo, que en épocas atrás sirvió de prisión para los revolucionarios y
también para delitos comunes. Es
realmente una gran cosa que ya aquí no haya ningún tipo de presidio. La Revolución tuvo necesidad de utilizarlo,
desde luego, en su lucha contra bandidos, en su lucha contra mercenarios, en su
lucha contra la gusanera contrarrevolucionaria.
Pero, felizmente, ya no queda más que como un lugar casi histórico.
Grandes transformaciones han tenido lugar en el orden
moral, en el orden político, en el orden revolucionario, y grandes
transformaciones en el orden económico, en el orden social.
Hay ya una capacidad de construcción de viviendas
grande aquí. Se están construyendo
bastantes viviendas, aunque no sean suficientes —desde luego, será muy difícil en
cualquier cosa obtener lo suficiente. Se
está haciendo toda una red de caminos; han aumentado considerablemente las
plantaciones, han aumentado considerablemente los recursos hidráulicos. Y lo más importante: ya están esbozados los planes y se
trabaja concretamente en un extraordinario desarrollo. Por eso: ¿quién puede dudar de los grandes
cambios?
Los que vimos esta región en los primeros tiempos de
la Revolución y la vemos hoy, casi nos cuesta trabajo creer el cambio que ha tenido
lugar ya aquí aunque, desde luego, no nos puede parecer suficiente. No queremos pensar ni por un minuto que
porque tienen la primera escuelita, que porque tienen el primer centro de
recreación, que porque tienen 13 presas, que porque tienen 900 caballerías de
cítricos, ya ustedes consideren que está todo hecho. No. En
una cosa tenemos que estar de acuerdo y es, sencillamente, que estamos
empezando, ¡empezando! Que lo que se ha
hecho es un motivo de estímulo, es un motivo de aliento, es un motivo de
optimismo, pero que en realidad lo principal todavía nos falta por hacer.
Tendrá que llegar un día en que se establezca otro
tipo de comunicación con la otra isla.
Esperamos grandes cosas de esta región.
¿Qué puede pasar si dejamos que vuele la fantasía? Se estudian las posibilidades de un gran
embalse de agua dulce en la Ensenada de la Broa; en ese caso, ya parte de las cayerías se unirán por un dique. Si la dejamos volar un poco más, se piensa en
las posibilidades en un futuro —por
cierto todavía lejano—, en que se pueda establecer sobre ese mar interior una
carretera. Y si vamos un poquito más
lejos, no sería imposible que en tiempos más lejanos se pudieran emprender
tareas, grandes obras de ingeniería, para desecar algunas partes de ese mar
interior.
Cuando hablamos de todas esas posibilidades que
requieren una base industrial, una base técnica, no basta con la voluntad
—lo sabemos—, no basta con las mejores
intenciones: hacen falta conocimientos,
hacen falta muchos conocimientos técnicos, hacen falta profundos conocimientos.
En estos tiempos nos ha tocado luchar contra muchos
factores adversos:
nuestra pobreza acumulada, nuestra falta de desarrollo económico
e industrial. Pero el peor de todos los
problemas que nos ha tocado enfrentar es nuestra ignorancia. Al principio, como ustedes saben, casi en un
30% de analfabetos y hoy día, cada vez que se sacan los índices: en esta fábrica hay
tanto por ciento que está en segundo grado, tanto en tercero; tanto por ciento
de administradores que tienen un nivel de escolaridad de primaria, un mínimo de
secundaria y menos todavía de niveles universitarios.
Y cualquier obra, de cualquier tipo, en cualquier
sentido, ustedes saben que requiere profundos conocimientos técnicos. Si se va a proyectar una carretera, cuando se
diseña, cuando se construye; una presa, un sistema de riego, un sistema
eléctrico, un sistema de transportaciones, la maquinaria moderna; la lucha
contra las enfermedades, las plagas, la lucha contra las malas yerbas, el
empleo de los medios químicos, la educación, el deporte, la cultura: todo requiere personal capacitado.
Si estos compañeros han podido desempeñar esas tareas
es porque han tenido instructores, buenos instructores. Muchos de ellos se formaron con la Revolución
y son los que los han ido dirigiendo, han ido perfeccionando sus actuaciones,
han ido perfeccionando su trabajo.
Pero no hay nada en ningún orden que no requiera
conocimientos técnicos. Y uno de los
escollos más grandes, uno de los escollos más grandes que en estos años hemos
tenido que vencer, o que hemos tenido que enfrentar —no podríamos decir
ciertamente vencer sino que hemos tenido que enfrentar—, es el analfabetismo,
el semianalfabetismo, la ignorancia universalizada.
En el futuro será la antítesis. Cuando ustedes los jóvenes de hoy, cuando los
jóvenes de estas escuelas hayan vivido 10, 15, 20 años —esos tiempos realmente
pasarán con bastante velocidad—, nos iremos acercando a la antítesis de hoy y,
sobre todo, a la antítesis de los primeros años. Cuando nosotros tengamos en los niveles
medios 600 000, 700 000 estudiantes, cuando en nivel medio de secundaria y en
nivel medio superior tengamos un millón de estudiantes, cuando cientos de miles
de jóvenes cursen los estudios universitarios, cuando decenas de miles se
gradúen con niveles de tecnológico, decenas de miles se gradúen con niveles
universitarios todos los años, tendremos la antítesis. ¿Y qué será la antítesis? La educación universalizada, los
conocimientos técnicos universalizados.
¿Cómo será nuestro país? Cuesta incluso trabajo imaginarse cómo será
nuestro país cuando estas realidades sean así, cuando se haya universalizado ya
la cultura en todos los órdenes, tanto en la educación para la producción, la
educación política, la educación moral, la educación científica, la educación
técnica, la educación cultural, la educación deportiva, la educación en todos
los órdenes.
Si hoy, cuando se organiza un consejo de apoyo a la
escuela hace un magnífico aporte, cuando se reúnen los padres, los vecinos,
cuando se reúnen los Comités de Defensa para cualquier obra, cuando se
organizan los comités de apoyo al transporte, cuando las masas se organizan
hacen grandes aportes, ¡¿qué será cuando esas masas organizadas estén aportando
ya el conocimiento que hoy no tienen, las experiencias que hoy no tienen, la
técnica que hoy no poseen?! ¡¿Cómo será
este país?! y repito:
cuesta trabajo imaginarse cómo será este país cuando constituya
la antítesis de hoy, y haya pasado en estos años de Revolución —que transcurren
rápido y cada vez más rápido—, en que la obra se lleva a cabo cada vez a un
ritmo más acelerado, y transcurrido este período —repito— hayamos pasado a la
antítesis de un país en que la ignorancia era universal al país en que el
dominio de la técnica, la ciencia y la cultura sea universal.
¡Es por ese país que trabajamos! ¡Ese será el país de ustedes! ¡Ese es el país por el cual deberán trabajar
ustedes! ¡Ese será el hermoso, el
honroso objetivo de esta generación de jóvenes!
Y si a otras generaciones les correspondió luchar,
estar en las cárceles, sufrir las persecuciones clandestinas y combatir, les
correspondió, sí, el privilegio de trabajar en estos primeros años de la
Revolución, ustedes también tendrán que defender al país, por supuesto. No podría decirse que tendrían que vivir en
la clandestinidad; esas circunstancias parecen absurdas. ¿Que seguir defendiendo al país será una de
sus más sagradas misiones? ¡Quién lo
duda! ¿Que tendrán que afrontar
riesgos? ¡Quién lo duda! Esa será obligación fundamental y sagrada de
ustedes.
Pero, además, ustedes participarán en esa vida del
mañana, ustedes conocerán ese país que será la antítesis de hoy, ustedes
conocerán una comunidad de cultura ampliamente desarrollada, de conocimientos
técnicos universalizados. Y si lo de hoy
ya nos muestra magníficos frutos, ¡qué frutos no podrá mostrarnos el
porvenir!
Hemos tenido el privilegio de conocer esta comunidad
revolucionaria de hoy, que a pesar de esas deficiencias, a pesar de esos
atrasos, es noble, es luchadora, es combativa, es patriótica.
Ustedes conocerán una comunidad en que tendrán esas
virtudes desarrolladas, y el dominio más amplio y más profundo de la ciencia,
la técnica y la cultura, que no posee hoy; una comunidad que habrá acumulado
todos los conocimientos de estos años, las experiencias de estos años, en que
sus instituciones adquirirán niveles superiores; una comunidad que tendrá una
cultura política mucho más elevada, sentimientos humanos mucho más
desarrollados; una comunidad cuyas ideas, cuyos lazos de solidaridad humana
serán realmente socialistas, serán realmente comunistas.
¡Por ese mañana y por esa comunidad es que trabajamos
hoy!
¡Por ese mañana y por esa comunidad es que deberán
trabajar ustedes, porque ustedes serán protagonistas, serán actores y serán
partícipes de ese mañana y de esa comunidad!
(APLAUSOS)
Los compañeros —para finalizar— sugerían un nombre
para esta escuela, y ellos sugerían un hermoso nombre, un nombre que lleva el
símbolo de una fecha, fecha doblemente gloriosa: día en que nacieron Maceo y el Che
(APLAUSOS). Y por eso ellos proponían
llamar a esta escuela, a esta primera escuela, la Escuela 14 de Junio
(APLAUSOS).
Como un homenaje al general Antonio Maceo, como un
homenaje al Che, llamémosle a esta primera escuela, digno de su ejemplo, digno
de su historia y digno de lo que quisieron para nuestra patria, Escuela 14 de
Junio (APLAUSOS).
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)