DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ESTADIO "28 DE
SEPTIEMBRE", A SU LLEGADA A CONAKRY, GUINEA, EL 5 DE MAYO DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Camarada y hermano Sekou Touré (PLAUSOS);
Dirigentes del
Partido Democrático y del Gobierno de Guinea;
Queridos
camaradas de Guinea:
Me duele no poderme expresar en el idioma de ustedes
(APLAUSOS), pero siento que hay algo en nuestros sentimientos y en nuestros
corazones que nos acerca mucho a ustedes (APLAUSOS). Los revolucionarios pensamos las mismas cosas,
sentimos las mismas cosas, comprendemos las mismas cosas, lo mismo en Guinea,
que en Cuba, que en Viet Nam, que en cualquier parte (APLAUSOS).
Y deseo expresarles algo: jamas habíamos presenciado un
espectáculo tan hermoso y tan emocionante como el que tuvimos el privilegio de
ver en compañía del camarada Sekou Touré al llegar a este estadio (APLAUSOS). ¡Qué unidad!
¡Qué fuerza! ¡Qué
disciplina! ¡Qué belleza! (APLAUSOS)
Nuestra delegación no olvidará jamás este día (APLAUSOS). El pueblo, los jóvenes, los combatientes, nos
dan esa impresión de fuerza, nos dan esa impresión de confianza, nos dan esa
sensación de seguridad absoluta en la victoria del pueblo de Guinea.
Somos revolucionarios, hemos vivido las experiencias
de la revolución. Nosotros sabemos
cuando un pueblo no puede ser derrotado.
¡Y nosotros vemos con claridad que los imperialistas no podrán jamás
derrotar al pueblo de Guinea!
Hay muchas cosas en común entre nuestros dos pueblos,
hay muchas cosas en común en la historia de Guinea y de Cuba, hay muchas cosas
en común en sus experiencias. Recordamos
que cuando en 1953 nosotros iniciábamos la lucha armada en Cuba, en ese mismo
año tenía lugar la gloriosa huelga del pueblo de Guinea, dirigida por el
Partido Democrático, que duró 70 días (APLAUSOS). Recordamos que el 28 de septiembre de 1958
fue el glorioso: “¡No!”,
pronunciado por el pueblo de Guinea (APLAUSOS).
Recordamos que el 2 de octubre de ese año comienza una nueva vida, y
precisamente tres meses después —el primero de enero de 1959— comenzaba la
Revolución en nuestra patria y se iniciaba también una nueva vida
(APLAUSOS).
Nuestros dos pueblos tuvieron enemigos poderosos, con
grandes recursos técnicos, con muchas armas.
Nuestros enemigos hicieron lo posible por destruir a Cuba, igual que a
Guinea; bloquear a Cuba, igual que a Guinea; sabotear la economía de nuestra
patria, igual que en Guinea; conspirar contra nuestra patria, igual que en
Guinea; agredir nuestra patria, desembarcar mercenarios, asesinar hombres y
mujeres y niños cobardemente (APLAUSOS).
¡Dos pueblos pequeños hermanados en la historia, hermanados en el
sufrimiento, hermanados en la explotación y el coloniaje, hermanados en la
humillación, hermanados en la cultura, y hermanados incluso en la sangre,
porque constituían dos ejemplos: uno en
América Latina y otro en Africa!
Pero los imperialistas fracasaron. Nuestros dos pueblos les dieron una gran
lección (APLAUSOS):
que pueblos unidos, pueblos revolucionarios, pueblos organizados,
pueblos armados, pueblos con una ideología y pueblos con una dirección
correcta, no podrán jamás ser derrotados (APLAUSOS).
Al hacer este contacto con ustedes sentimos la
indignación profunda de recordar que a este pueblo quisieron los imperialistas
y los mercenarios destruirlo, sentimos la indignación profunda de pensar que a
este gran dirigente quisieron eliminar, y sentimos renacer nuestro desprecio,
nuestro odio, hacia los colonialistas y hacia los imperialistas.
Nosotros traemos el saludo fraternal de nuestro
pueblo, la solidaridad incondicional de la Revolución Cubana (APLAUSOS). Nosotros venimos deseosos de conocer vuestra
obra, vuestro esfuerzo, vuestra lucha, vuestro desarrollo, vuestra
cultura. Nosotros venimos a trabajar para
estrechar aún más los lazos y las relaciones entre nuestros dos pueblos (APLAUSOS).
Nosotros deseamos expresar nuestro agradecimiento por
el recibimiento de hoy, por el afecto, por el cariño. Nosotros deseamos expresar nuestra alegría
por haber tenido el honor de encontrarnos con vuestro dirigente, uno de los
hombres más extraordinarios que ha producido esta época y este continente
(APLAUSOS), cuyo ejemplo, cuyo pensamiento, cuyas ideas, cuya doctrina, cuya
vida, serán fuente de inspiración para los pueblos de Africa y otros pueblos
del mundo.
¡Nosotros sabemos que Guinea es un baluarte invencible
de la revolución de Africa!
(APLAUSOS) ¡Nosotros sabemos que
Guinea es un faro luminoso en este continente!
(APLAUSOS) ¡Nosotros sabemos que
Guinea es la llama encendida que el imperialismo no podrá apagar! (APLAUSOS), ¡y que hará posible que algún día
los demás pueblos de Africa sigan ese ejemplo!
Queremos expresar nuestra confianza, nuestra seguridad
de que aquí hay un baluarte que el imperialismo no podrá vencer jamás
(APLAUSOS).
Y queremos expresarles que el pueblo de Guinea puede
contar incondicionalmente con la Revolución Cubana, que somos hermanos y que
estaremos junto a ustedes en cualquier circunstancia (APLAUSOS).
¡Viva el camarada Sekou Touré!
(EXCLAMACIONES DE:
"¡Viva!")
¡Viva el pueblo de Guinea! (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva!")
¡Viva la hermandad de Cuba y de Guinea! (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva!")
¡Viva la revolución!
(EXCLAMACIONES DE:
"¡Viva!")
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(APLAUSOS)