DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN SU VISITA A SIERRA LEONA, EL 7 DE MAYO
DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Señor
Presidente;
Señores
Ministros;
Dirigentes:
Quiero expresar nuestra gratitud por la oportunidad de
conocer este país, y expresar además nuestra gran satisfacción de poder haber
realizado esta visita.
Nosotros habíamos programado un viaje prolongado por
nueve países, teniendo en cuenta que vivimos al otro lado del Atlántico. Desde hace años se había ido acumulando una
serie de invitaciones, compromisos de visitar a esos países. Decidimos hacer un viaje, cumplimentar todos
esos compromisos en un mismo recorrido.
Esto nos tendrá unas cuantas semanas alejados de nuestra patria.
Y nuestro programa es un programa tenso, largo, en que
nos veremos obligados a realizar muchas actividades. No estaba incluida Sierra Leona. Prácticamente acabamos de establecer
relaciones diplomáticas con Sierra Leona (APLAUSOS). En esta ocasión se ha dado la circunstancia
de que nos hemos encontrado los dirigentes del gobierno primero que los
embajadores (APLAUSOS).
Cuando recibimos la invitación del Presidente, hicimos
todo lo posible:
discutimos con el camarada Sekou Touré (APLAUSOS), con cuya colaboración fue posible hacer
un pequeño espacio de tiempo para poder cumplimentar la invitación.
Naturalmente que nosotros lamentamos mucho que en este
caso sea tan breve. De otra forma
habríamos tenido que esperar bastante tiempo la oportunidad de volver a visitar
esta parte del mundo. Por eso decidimos
que era preferible una corta visita a una larga espera. De todas formas nosotros nos vamos con un
gran deseo de conocer más a fondo este país y tener un contacto con su pueblo,
poder cambiar impresiones con los dirigentes.
Quiero hacer constar que lamentamos mucho que sea tan breve esta visita.
Al mismo tiempo quiero expresarles que sentimos
simpatía hacia Sierra Leona (APLAUSOS), y sentimos simpatía hacia su actual
esfuerzo. Recibimos con simpatía su
completa independencia. Es bueno cuando
se comienza una nueva vida, una nueva historia.
Nuestros dos pueblos tienen muchas cosas en
común. No debemos olvidar que, en siglos
pasados, hombres de esta región, de este país, fueron arrancados por la fuerza
de su suelo, esclavizados y enviados a la isla de Cuba. Allá sufrieron el coloniaje, allá sufrieron
la esclavitud, allá se identificaron con aquellas tierras, formaron sus
familias y contribuyeron a crear también una nación.
Esa nueva nación luchó por su independencia
duramente. Muchos de los descendientes
de los hombres de estas tierras derramaron después su sangre por la independencia
de Cuba, por la nueva patria (APLAUSOS).
Los colonialistas cometieron un gran crimen. Pero lo que tal vez jamás soñaron es que
algún día esos países serían independientes, esos países serían soberanos, esos
países estarían escribiendo la misma historia, y algo más: esos países de América y de Africa
estarían hermanados no solo por los ideales, sino también por la sangre
(APLAUSOS).
Somos pueblos hermanos en el más cabal sentido de la
palabra.
Para nosotros tiene un contenido emotivo el día de
hoy, en que los representantes de esos dos pueblos soberanos por primera vez en
la historia tienen la oportunidad de realizar este encuentro. Por tanto, los augurios de las relaciones de
nuestros pueblos son buenos.
La nueva vida que comienzan ustedes es tan honrosa
como llena de dificultades, sin duda de ninguna clase. Todo camino nuevo es un camino difícil, es un
camino esforzado. Nuestros países se
encuentran en una situación en que la naturaleza está por dominar, las riquezas
por desarrollar, la cultura, la técnica y los conocimientos están por crecer
considerablemente. El trabajo no es
fácil, la tarea es difícil; tiene enemigos que son poderosos. Pero, cuando se comienza una tarea, hay
siempre la oportunidad de tratar de hacerlo lo mejor posible. Y nosotros tenemos la esperanza de que
ustedes, asimilando las experiencias de los demás pueblos, desde el comienzo
mismo realicen un buen trabajo.
Y estamos seguros de que tendrán posibilidades,
estamos seguros de que tendrán ayuda, de que tendrán solidaridad. Y les digo con toda sinceridad, con toda
franqueza: que
en esta tarea de hacer la patria, de llevarla adelante, podrán contar
decididamente con sus hermanos cubanos (APLAUSOS).
Nosotros traemos el mensaje de amistad y de
solidaridad de nuestro pueblo. Y a la
vez que agradecemos la invitación a visitar en otra ocasión vuestro país,
nosotros por nuestra parte los invitamos también, a los dirigentes del
gobierno, al Presidente, o a quienes considere el gobierno que pueden visitar a
nuestro país en los meses próximos. Que
visiten a Cuba, que conozcan nuestro país (APLAUSOS). Y allí tendrán a su entera disposición todas
nuestras experiencias.
Por último, nosotros nos llevamos de este país, de
esta ciudad y de ustedes, los dirigentes del gobierno, un agradable recuerdo
que llevaremos con nosotros. Y
consideren a los cubanos como amigos, como hermanos.
(APLAUSOS.)