DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA CONCENTRACION EFECTUADA EN LA
CIUDAD DEPORTIVA DE KATOWICE, EL 7 DE JUNIO DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Querido compañero Szlachcie;
Querido
compañero Secretario del Partido de Katowice;
Queridos
trabajadores de Katowice:
Yo quiero hacer primero una aclaración: que si hay equivocaciones
no son mías, son del traductor (RISAS y APLAUSOS).
Al principio me preguntaba si no habíamos hecho las
cosas al revés: si
no habría sido mejor visitar la región de Katowice, conocer las minas, hablar
con los obreros, y después reunirnos en un acto como este.
Lo decía porque no son iguales las ideas en abstracto
que las ideas en concreto. Pensaba que
tal vez en 24 horas como vecino de Katowice yo habría podido familiarizarme
mejor con toda la historia de esta ciudad.
Pero de todas formas, en estos minutos que hemos estado reunidos, yo me
he sentido familiarizado con ustedes (APLAUSOS): mientras escuchábamos al compañero Secretario
del Partido hablar con gran pasión y un gran sentimiento de la historia de
Katowice, del trabajo de los obreros de esta ciudad, del trabajo del Partido y
de la conciencia de sus trabajadores; y también la actitud tan fraternal y tan
amable de ustedes hacia nuestra delegación; y por último, el inmenso honor de
habernos obsequiado el uniforme y el título de minero de honor.
Desde que llegamos en el avión y empezamos a ver los
uniformes, los distintos colores de los penachos —blanco, negro, verde—, nos
llamó mucho la atención, sinceramente.
No sé si en otros muchos países tienen tradiciones similares, pero es la
primera vez que nosotros vemos así esa fuerte tradición minera que se expresa
hasta en los uniformes que traen.
Nos llamaron la atención las condecoraciones, las
medallas. Nos llamó la atención la banda
de música de los mineros. Y todo nos ha
impresionado grandemente.
Quiero revelarles un secreto: se supone que yo no podía estar hoy
aquí, se supone que yo estoy enfermo. No
es que yo esté enfermo, pero casi todos los periódicos capitalistas, la radio y
la televisión, han anunciado por todo el mundo que Castro está gravemente
enfermo con un infarto. ¿Por qué? Por las intrigas de los imperialistas. Eso es una vieja cosa. Posiblemente interpreta los deseos de los
imperialistas también.
Una agencia cablegráfica yanki, desde Varsovia, mandó
ayer un largo cable. Desde luego, yo no
les vaya leer todo el cable; les voy a leer algunos párrafos. Dice:
"Fuentes del gobierno polaco informaron esta
noche que el Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro, que llegó hoy a Polonia en
el transcurso de su gira por los países del bloque socialista en Europa, está
afrontando una situación preliminar a un infarto cardíaco.
"Las fuentes gubernamentales polacas informaron
que el programa de actividades de Castro podría tener que ser reconsiderado en
vista de sus problemas cardíacos..."
Sigue hablando, y al final dice: "...La afección cardíaca que
padece Castro obligó en primer lugar a cancelar una reunión con periodistas
cubanos.
"Observadores occidentales, que observaron la
caravana de Castro desde el aeropuerto, dijeron haber visto una ambulancia
blanca detrás de la última limousine.
"Se señaló también que el avión en que viajaba
Castro de Budapest a Varsovia aterrizó con una hora de retraso, por lo que el
ataque pudo haber comenzado en Hungría."
¿Qué les parece?
(RISAS)
Esas noticias llegaron a Cuba también. ¡Todas las agencias cablegráficas
occidentales! Y, naturalmente, los
compañeros cubanos tenían algunas preocupaciones.
No hablaron del recibimiento del pueblo de Varsovia,
no dijeron una palabra de eso. Y todas
las noticias de nuestro arribo a Varsovia se limitaron a divulgar este infundio
por todo el mundo. ¡Vean cómo trabajan
los imperialistas!
Y, en cambio, cuando llegó Nixon a Varsovia, ¿qué dijo
esta agencia? ¡Aquí lo tengo
también! (APLAUSOS)
"Decenas de miles de polacos, gritando y
cantando, dieron la bienvenida al presidente Nixon en esta capital comunista
hoy, en una entusiasta bienvenida. La
multitud llegó en un momento dado a romper los cordones policíacos, irrumpiendo
en la calzada y deteniendo la caravana presidencial, gritando: ¡Nixon, Nixon, Nixon! La multitud fue controlada y Nixon pudo
seguir su ruta rumbo al Parlamento polaco..."
Y sigue hablando.
Después dice: "No hubo
cálculos oficiales sobre el tamaño de la multitud que se alineó a lo largo de
la ruta de 17 kilómetros, pero los periodistas que estuvieron con Nixon en
agosto de 1959, cuando era vicepresidente, dicen que la multitud tendría
aproximadamente un volumen igual, de un cuarto de millón de personas."
Y después dice: "Al igual que en 1959, los
polacos cantaron Sto Lat
—que significa que viva cien años."
Y así por el estilo continúa describiendo una especie
de gira triunfal de Nixon, aclamado por las multitudes como un emperador romano
que regresa victorioso del campo de batalla.
Nosotros sabemos que tal recibimiento popular no ocurrió. Sabemos, por los compañeros cubanos de la
embajada y por los compañeros polacos, que ese es un cable mentiroso,
intrigante y falso. Que todo se limitó a
un show en la Tumba del Soldado Desconocido, preparado por la embajada
americana, con la participación de sus funcionarios y empleados —que son
numerosos—, sus familiares y 500 periodistas yankis.
Esas son las cosas que hacen los imperialistas, y esas
son las cosas que después se publican por el mundo. Y lo más doloroso es que cientos de millones
de personas no tienen otras noticias que esas.
Vean cómo trabajan los imperialistas: a mí me matan en Polonia, me ponen con
un infarto, y a Nixon lo pintan como un dios.
Y a la vez, la mala fe: en un momento en que tiene lugar la
guerra de Viet Nam y que allí se están cometiendo diariamente grandes crímenes;
en un momento en que se lanzan sobre Viet Nam 4 600 toneladas de bombas
diariamente, y que asesinan a miles de hombres, mujeres y niños, quieren
presentar ante el mundo al pueblo de Polonia gritándole a Nixon que viva cien
años.
Ese es el método y el estilo de los imperialistas
yankis. Nosotros los conocemos muy bien,
porque somos vecinos:
estamos a 90 millas de las costas de Estados Unidos.
Ese era el "secreto" que quería
revelarles.
Imaginamos que ustedes tienen algunas noticias de
nuestra patria. Cuba es un pequeño país
que no tiene tradiciones industriales, que ha tenido que depender
fundamentalmente de la agricultura, que tradicionalmente vivía de la caña de
azúcar y del turismo.
En nuestro país no existe el carbón, en nuestro país
desgraciadamente no existe producción de acero.
Después del triunfo de la Revolución se desarrolló la producción de
algún acero para las construcciones, producimos unas 150 000 toneladas; para
1975 produciremos unas 300 000 toneladas.
Nuestro país no posee todavía ninguna planta de laminación para producir
aceros planos. Y en general la
siderurgia y la metalurgia no están desarrolladas.
Ustedes se imaginarán las dificultades de un país sin
acero. Ustedes, los países socialistas
de Europa, pueden comprender eso perfectamente bien.
Nuestro país, en cambio, tiene algunos recursos
minerales. Las mayores reservas de
níquel del mundo están en nuestro país.
Y el níquel aparece mezclado con hierro, cromo, aluminio y cobalto. En nuestro país existen los recursos
naturales para desarrollar la metalurgia, siempre que se desarrolle en base a
la producción de aceros especiales, puesto que existen los minerales
fundamentales para la producción de aceros de alto valor. Y es propósito de nuestro país en el futuro
aprovechar esa posibilidad. Pero, desde
luego, requiere solución a problemas técnicos, soluciones a problemas de
inversiones cuantiosas, proyectos y estudios económicos que debemos realizar en
los próximos años.
Siempre tendremos que importar alguna materia prima,
como el carbón, porque nuestro país no posee carbón. Hasta ahora tampoco tenemos producción de
petróleo, ni tampoco poseemos grandes recursos hidráulicos. De manera que en fuentes de energía nuestro
país es pobre. Por eso, durante un
número de años tendremos que depender fundamentalmente de la agricultura, de la
producción azucarera, de la producción de cítricos, de la producción ganadera y
otras ramas similares.
Naturalmente que nosotros vivimos una fase que no es
igual a la actual fase del movimiento revolucionario en Polonia y otros países
socialistas. El problema número uno de
la Revolución Cubana, en primer lugar, era sobrevivir al bloqueo de Estados
Unidos, a las invasiones mercenarias, la subversión y las amenazas de agresión
por parte de Estados Unidos.
Esto nos obligó a emplear grandes recursos en la
defensa de la Revolución, puesto que nuestro país, siendo pequeño, está al otro
lado del Atlántico, y muy próximo a Estados Unidos.
Nosotros observamos las condiciones del desarrollo de
los países socialistas de Europa: están próximos unos a otros, están muy
próximos a la Unión Soviética; hemos visto cómo existen las comunicaciones,
grandes comunicaciones ferroviarias; vimos cómo se transporta el gas y el
petróleo, en oleoductos; los sistemas eléctricos están intercomunicados. Y nosotros todo lo que adquirimos es preciso
llevarlo primero a los puertos, de los puertos a los barcos, navegar más de 10
000 kilómetros, desembarcar otra vez en los puertos la materia prima, el
combustible, todo. Y, por lo tanto,
tenemos que llevar a cabo el desarrollo en condiciones difíciles.
La agricultura, como ustedes saben, tiene épocas climáticas
favorables y épocas desfavorables.
Nosotros estamos trabajando para establecer los sistemas de riego y
asegurar las condiciones de la agricultura, estamos desarrollando la producción
de fertilizantes. Pero indiscutiblemente
tardaremos años en sobrepasar esas dificultades.
Nuestro país ha tenido que desenvolverse, por eso, en
estos primeros tiempos, en condiciones difíciles. El imperialismo trataba de influir, hacía
alarde de su desarrollo industrial, se jactaba de sus producciones industriales,
de muchos automóviles, muchos artículos de consumo duradero y, en fin, de una
industria que es la más desarrollada de los países capitalistas. Trataba de utilizar todas esas ventajas para
golpear ideológicamente a nuestro pueblo, para influir en las masas, tratar de
influir en los jóvenes, tratar de influir en los estudiantes y, en fin, hacer
un trabajo ideológico. Lo realizan a
través de la propaganda, las mentiras, campañas de este tipo que yo les mostré
aquí. Por todos los medios tratan de
penetrar ideológicamente para debilitar la Revolución.
Nosotros debemos decir que nuestro pueblo ha resistido
firmemente esos intentos de subversión, y esos intentos de penetración
ideológica, y en nuestro país se ha ido desarrollando una fuerte conciencia
revolucionaria, una sólida e indestructible conciencia revolucionaria y un
fuerte espíritu internacionalista (APLAUSOS).
Nuestros obreros, nuestros campesinos, nuestros
estudiantes, tienen un magnífico espíritu revolucionario. Y la ideología imperialista no penetrará en
nuestro pueblo por ningún canal. Por el
contrario, nosotros observamos cómo las ideas revolucionarias van penetrando en
el resto de los pueblos de América Latina y cómo las ideas revolucionarias van
penetrando en el seno de la propia sociedad norteamericana. La lucha de la población negra de Estados
Unidos contra la discriminación, las luchas de las minorías nacionales de
puertorriqueños, mexicanos y de todas las otras nacionalidades maltratadas y
despreciadas, las luchas de los estudiantes, de los intelectuales, de los
obreros, la lucha de los partidarios de la paz, la lucha de los enemigos de la
guerra de Viet Nam, el movimiento progresista, han ido creciendo en los propios
Estados Unidos.
De manera que estamos enfrentados a una larga lucha
ideológica y es interesante cómo todos los años cientos de jóvenes de Estados
Unidos, desafiando la prohibición, desafiando el bloqueo, viajan a nuestro país
y ayudan a cortar caña, ayudan en las construcciones y ayudan en otras tareas.
Nosotros vivimos en un mundo distante de Europa, un
mundo diferente de Europa, un mundo que tiene problemas peculiares. A nosotros, los pueblos de América Latina,
nos espera una larga y ardua lucha, en el terreno político, en el terreno
ideológico y en el terreno revolucionario en general. Ocurre lo mismo con los pueblos de Africa,
ocurre igual con otros pueblos del Cercano Oriente y muchos pueblos de
Asia.
Una gran parte de la humanidad vive en esos
continentes y tiene problemas sociales muy serios: subdesarrollo económico, atraso
cultural y técnico, porcentajes altísimos de analfabetismo, condiciones
sanitarias pésimas. El promedio de vida
en muchos países del mundo no rebasa de 35 años; cuando ya los promedios de
vida en Europa están entre 60 y 70 años, hay muchos países del mundo en que el
promedio de vida es la mitad.
Esas regiones del mundo tienen que enfrentarse al
imperialismo, al colonialismo y al neocolonialismo. Muchos de esos países que se independizaron
aparentemente, en realidad quedaron bajo el dominio económico de las antiguas
metrópolis, bajo el dominio del capital extranjero.
Esa es la situación en una gran parte del mundo.
Dentro de ese mundo es que tiene lugar la Revolución
Cubana. Es por eso, a nuestro juicio, su
importancia política.
Nuestro pueblo se ha armado de las ideas
marxista-leninistas. El
marxismo-leninismo es la ideología de la clase obrera, la doctrina política más
completa, la explicación mas cabal de los problemas
sociales e históricos.
Lo curioso es que el marxismo está constituido por
principios que son aplicables aun en nuestros países, donde no existía un gran
desarrollo industrial.
La ideología imperialista y capitalista no puede
resistir el enfrentamiento con las ideas marxista-leninistas.
Esas ideas se pusieron a prueba en nuestro país, y han
marchado victoriosamente. Todas las
mentiras, los prejuicios, la demagogia, la hipocresía, el egoísmo de los
capitalistas, han sido demolidos en nuestro país por
las ideas revolucionarias (APLAUSOS).
Nuestro país, como pequeño país, sabe que algún día
tendrá que integrarse al resto de los pueblos de América Latina. Son pueblos que tienen orígenes similares,
cultura similar, problemas similares y que hablamos con el mismo idioma. No ocurre como en Europa. En muchos lugares de Europa usted viaja en
avión en 45 minutos y aterriza en un punto donde se habla un idioma
diferente. Nosotros veníamos de Bulgaria
a Rumania, de Rumania a Hungría, de Hungría a Polonia, de Polonia iremos a RDA,
de RDA a Checoslovaquia, y cada 45 minutos se cambia de idioma. A pesar de eso, se ha podido crear el campo
socialista y la comunidad socialista.
En América Latina se puede viajar 4 horas, 6 horas, 10
horas en un avión a reacción; ir desde los límites de Estados Unidos hasta los
confines de América del Sur, y se habla el mismo idioma. Allí no tienen mucho trabajo los intérpretes,
allí no tienen que sufrir tanto los oyentes, allí no tiene que pasar tanto
trabajo e incertidumbre el que habla.
Esas son las condiciones de la América Latina. Y las ideas revolucionarias irán avanzando en
esa región del mundo, que sin duda alguna en el futuro llegará a constituir una
gran comunidad.
Pero, además, el mundo se integra, se establecen
vínculos, se establecen lazos, como los vínculos establecidos entre la Unión
Soviética y Cuba a pesar de la distancia, los vínculos establecidos entre el
campo socialista y Cuba a pesar de la distancia.
Es por eso que nosotros en Cuba, nuestro Partido,
educa al pueblo en los principios del internacionalismo (APLAUSOS). El chovinismo, cualquier manifestación de
egoísmo nacional, no tiene cabida en nuestro país. Nosotros entendemos que debe educarse para el
mañana a la nueva generación.
En nuestro país los jóvenes, los técnicos, los
médicos, los trabajadores, los combatientes, siempre están dispuestos a acudir
donde sea necesario:
si hay un terremoto en el Perú; si hay un acontecimiento, una
necesidad, en Africa, en Asia, en cualquier lugar, siempre hay legiones de
jóvenes, de técnicos, de médicos que están dispuestos a ir a cualquier parte
donde puedan cumplir un deber de solidaridad internacional.
Esa conciencia se ha desarrollado extraordinariamente
en Cuba. Cada combate que se libra en
cualquier lugar por la liberación, cada lucha, cada esfuerzo, tiene en nuestro
país una gran resonancia.
Nosotros somos, además, un país pobre, y tenemos
determinadas concepciones. Nosotros en
nuestras condiciones tenemos que luchar por mejorar las condiciones de vida
—mejorar la educación, la asistencia médica, las viviendas, las comunicaciones,
las actividades deportivas, las actividades culturales, las vacaciones de los
trabajadores—, es decir, hacemos todo lo posible por todo lo que pueda
contribuir a un mejoramiento de las masas.
Pero a la vez nosotros estamos muy alerta a que no se introduzcan en
nuestro país ciertas corrientes provenientes de los países capitalistas
industrializados, que crean en los pueblos la obsesión por artículos de
consumo, la obsesión por el lujo. En el
capitalismo una persona tiene 10 vestidos, 10 trajes, y le introducen la idea
de que debe tener 25. En el capitalismo
una familia tiene un automóvil, y le introducen la idea de que el año que viene
debe tener un automóvil nuevo. En el
capitalismo no se trabaja para las necesidades del hombre: se trabaja para las ganancias. Muchas veces se inventan las necesidades, y
es por eso que despilfarran grandes riquezas.
Ustedes tienen el caso de Estados Unidos: gastan cada año
casi 1 000 millones de toneladas de
petróleo; cientos y cientos de millones de toneladas de materias primas son
gastadas, además, todos los años. Se
agotan las reservas de petróleo, se agotan las reservas de gas; envenenan la
atmósfera, envenenan los ríos, envenenan los mares. Han caído en una carrera desenfrenada de
despilfarro y de gastos. Y muchas veces
llegan a los países pobres con sus revistas, con sus películas, a hacer
propaganda en favor de esos consumos.
Y nosotros sabemos, por América Latina, el daño que
esa propaganda hace. Por eso nosotros
educamos a nuestro pueblo en la idea de la austeridad, de la satisfacción de
las necesidades esenciales. Evitamos que
se establezcan ambiciones imposibles de satisfacer para un país pequeño y para
un país que tendrá que invertir muchos esfuerzos y muchos sacrificios en su desarrollo. Y nuestro pueblo comprende esas ideas.
Pero hay algo más: nosotros pensamos en nuestros deberes
con el resto del mundo. En la medida en
que tengamos un pueblo fuertemente educado en las ideas internacionalistas, en
la solidaridad, y con plena conciencia de los problemas del mundo de hoy,
tendremos un pueblo más preparado para cumplir su deber internacional.
No se puede hablar de la solidaridad en el seno del
pueblo si no se crea al mismo tiempo la idea de la solidaridad entre todos los
pueblos. De lo contrario, se cae en el
egoísmo nacional.
¿Qué enseñó la burguesía a los pueblos? El nacionalismo egoísta y estrecho. ¿Qué le enseñó al individuo? El egoísmo individual.
La ideología burguesa es la expresión de los egoísmos
individuales y de los egoísmos nacionales.
La ideología marxista-leninista es la expresión de la solidaridad entre
los individuos y la solidaridad entre los pueblos (APLAUSOS).
Estos pensamientos que expresan el sentimiento de la
Revolución Cubana los podemos exponer aquí entre ustedes, porque precisamente
constituyen una comunidad de mineros, de metalúrgicos, de obreros y de técnicos
industriales. Y precisamente en el seno
de los obreros es donde se desarrolla más profundamente el sentimiento de la
solidaridad; en el seno de los obreros es donde se desarrollan las ideas
socialistas, las ideas comunistas y las ideas internacionalistas
(APLAUSOS).
Ustedes son hombres y mujeres de trabajo duro. Ustedes constituyen una comunidad de hombres
y mujeres de trabajo riguroso, de trabajo disciplinado, conscientes de sus
deberes para con la patria y conscientes de sus deberes para con el mundo. Y eso se reflejaba en las reacciones de
ustedes, eso se ha reflejado en la tarde de hoy en sus expresiones fraternales
hacia la delegación cubana (APLAUSOS), porque en el fondo de eso está la
solidaridad, el internacionalismo, la educación comunista.
Nuestros pueblos se pueden comprender y se
comprenden. En las épocas de los
nacionalismos burgueses conocieron la opresión extranjera. Y en la época de las clases sociales
explotadoras, en la época de los terratenientes y de los capitalistas,
conocieron la explotación interna. Y
muchas veces tuvieron que levantar sus banderas y luchar, muchas veces tuvieron
que combatir contra la dominación exterior y tuvieron que combatir contra la
explotación interior.
Por eso la historia del pueblo de Polonia está llena
de ejemplos, de ejemplos de patriotismo que llegaron a constituir una leyenda
en el mundo. Por eso hubo hombres del
pueblo de Polonia que lucharon junto a los cubanos, a fines del siglo pasado,
por la independencia; por eso había hombres de Polonia que lucharon junto a los
obreros franceses cuando la Comuna de París.
Hoy, al visitar nosotros la Ciudadela de Varsovia,
vimos numerosas celdas donde estuvieron los patriotas del siglo pasado. Vimos la fotografía de Dabrowski,
aquel combatiente revolucionario de Polonia que fue uno de los jefes de la
revolución obrera de París en 1871.
Los patriotas polacos y los comunistas polacos han
escrito hermosas páginas en la historia, y cada una de ellas ha sido un paso de
avance. En la época de la liberación
nacional lucharon por la liberación nacional; en la época de las revoluciones
proletarias lucharon por la revolución social, es decir, por la liberación
social; y en la época del internacionalismo, nosotros estamos seguros de que
ustedes desarrollarán también al máximo sus sentimientos internacionalistas
(APLAUSOS). Porque el internacionalismo
es sin duda alguna la más hermosa creación del corazón y de la conciencia de
los trabajadores. Y ninguna frase tan
hermosa como aquella de Carlos Marx: "¡Trabajadores de todos los
países, uníos!" (APLAUSOS)
Eso es lo que inspira la solidaridad del pueblo
soviético y de los pueblos de los países socialistas hacia Cuba. Eso es lo que inspira la solidaridad de
nuestros pueblos a otros pueblos que luchan por la liberación. Es eso lo que inspira nuestra solidaridad en
la lucha por el pueblo de Viet Nam, en un instante como este, en que el apoyo a
Viet Nam y la solidaridad hacia Viet Nam se convierte en una cuestión
fundamental del movimiento comunista internacional.
Compañeros de Katowice: a nosotros nos satisfacen enormemente
los éxitos de ustedes, los logros del pueblo de Polonia. Basta llegar aquí y recorrer esos caminos
para ver cómo progresa, cómo avanza, cómo se desarrolla esta región. Nosotros hemos comprendido perfectamente con
cuánto orgullo ustedes proclaman que constituyen el corazón industrial de Polonia. A este corazón industrial de Polonia traemos
nuestro saludo, el saludo revolucionario de nuestro pueblo (APLAUSOS).
Y a ustedes, a los aquí reunidos, los representantes
de las generaciones más viejas y más nuevas —como señaló el Secretario del
Partido cuando dijo que aquí se encontraban reunidos los combatientes de
diversas épocas—, a los combatientes de las sublevaciones contra los fascistas
de Polonia, los combatientes de las sublevaciones del año 1919, de 1920 y de
1921, los combatientes que bajo la dirección del Partido obrero dirigieron la
lucha contra los fascistas alemanes; a los de las nuevas generaciones de
comunistas que luchan por superar las dificultades, que luchan por superar los
métodos de dirección, que luchan por identificar y unir cada vez más a su
partido de vanguardia con las masas, les traemos desde Cuba nuestro saludo más
cálido, fraternal y solidario.
Es realmente una hermosa reunión aquella donde se dan
cita los hombres que fueron expresión de las mejores horas del pueblo de
Polonia a través de la historia. Y este
sentimiento, este espíritu revolucionario, es también corazón de la nación
polaca.
He visto también con cuánta satisfacción ustedes
consideran el hecho de que el compañero Gierek,
dirigente hoy del Partido de Polonia, haya salido también de esta región, del
seno de ustedes, y cuenta con el apoyo pleno y la simpatía de ustedes
(APLAUSOS).
Queridos amigos: les expresamos nuestro agradecimiento,
los felicitamos por sus éxitos, y les deseamos en el futuro éxitos aun
mayores.
¡Que viva la amistad de los pueblos de Cuba y de
Polonia! (APLAUSOS)
¡Que viva el pueblo de Katowice! (APLAUSOS)
¡Que viva eternamente el internacionalismo
proletario! (APLAUSOS)