DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA y PRIMER
MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN UN MITIN CON TRABAJADORES DEL
COMBINADO QUIMICO "LEUNA WERKE", RDA, EL 15 DE JUNIO DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Querido compañero Honecker;
Queridos
compañeros de Leuna:
Yo lamento dos cosas: una, que no pueda verlos a todos en
esta gran manifestación obrera y que a una parte considerable no la podemos ver
por la magnitud de esta concentración obrera.
Y en segundo lugar, que no pueda hablarles directamente en su propio
idioma y tengamos que usar el esfuerzo del compañero traductor. Vamos a tratar, entre los dos, de hacerlo lo
mejor posible (APLAUSOS), aunque ya sabemos que vamos a emplear el doble del
tiempo: la
mitad yo y la mitad él. Por eso vamos a
tratar de ser breves.
Quiero resaltar, en primer lugar, un aspecto de mucho
interés con relación a este encuentro nuestro con ustedes y la visita a esta
industria de Leuna, y es la importancia que tiene para la economía de la RDA y
también la importancia que tiene para otros países en una situación similar a
la de Cuba.
Se comprende perfectamente cómo esta industria tiene
un peso grande en el desarrollo y en el bienestar de la economía de la
RDA. El hecho de que se produzcan aquí
400 materias primas diferentes lo indica por sí
mismo. Un 80% de esas materias primas se
emplean en la propia RDA en artículos para la economía y para el consumo del
pueblo, y un 20% se exporta a 50 diferentes países. De manera que no solo usan estos productos
los 18 millones de ciudadanos de la RDA, sino también millones de personas en
todo el mundo.
A nosotros nos admira cómo ustedes han logrado desarrollar
esta industria, sobre todo si se tiene en cuenta que como resultado de la
guerra desatada por el fascismo esta industria quedó prácticamente
destruida.
Nosotros vemos que ha sido necesario reconstruirla, en
primer lugar; y en segundo lugar ampliarla, construir nuevas instalaciones con
nuevas tecnologías y elevar, como han elevado, la producción diez veces desde
1949, según se explicó aquí.
No hay dudas de que los obreros de Leuna han realizado
una verdadera proeza en la construcción del socialismo en esta región de la
RDA. Hemos visto los nuevos productos,
hemos visto a los ingenieros y a los técnicos trabajar en investigaciones,
hemos visto el entusiasmo con que se aplican las nuevas técnicas y el optimismo
con relación al futuro. Están garantizadas
las materias primas fundamentales. Ahora
no se trabaja solo con el lignito, se trabaja también con el petróleo. Ese petróleo llega desde la Unión Soviética
por oleoductos, también recibirán gas.
Eso garantiza de manera total los materiales necesarios para el
desarrollo de esta industria y significa un gran avance técnico, un gran avance
económico y una gran seguridad.
Antes los países imperialistas libraban guerras para
asegurarse la materia prima. Hoy, en
virtud de los vínculos de amistad y solidaridad entre la comunidad socialista,
y por medio de la colaboración pacífica, se desarrollan los países y se
aseguran las materias primas. Esa es una
conclusión de suma importancia (APLAUSOS).
Hay un segundo aspecto relacionado con esta industria,
y es su importancia para países como Cuba.
Nosotros vivimos al otro lado del Atlántico, muy próximos a Estados
Unidos. Estados Unidos realiza un
bloqueo económico contra Cuba, prohibe absolutamente que a Cuba se le venda
ningún producto, cualquier tecnología, cualquier equipo. No solo eso: realiza esfuerzos para impedir que
Cuba pueda adquirir tecnologías, equipos y materias primas en los países
capitalistas.
Nuestro país no era un país industrializado, nuestro
país no había desarrollado jamás la industria siderúrgica ni la industria
mecánica ni la industria química.
Nuestro país ha tenido que depender, y todavía depende, en gran medida
de la agricultura, sometida a las inclemencias y a las variaciones del tiempo.
Nuestro país necesita importar prácticamente casi
todas las materias primas, las máquinas, las tecnologías. ¿Y quién puede cooperar con un país como
Cuba? No es el imperialismo yanki, no es
el imperialismo germanooccidental, no son los países capitalistas.
Los países capitalistas explotaron al mundo durante
siglos. Los países colonialistas
explotaron a la América Latina, al Africa y al Asia, explotaron a sus propios
obreros durante siglos, acumularon recursos, se apoderaron de las materias
primas y desarrollaron grandes industrias a base de la explotación, de la
opresión y de la sangre de los obreros y de los oprimidos; acumularon grandes
riquezas, pudieron hacer muchas investigaciones. Y cuando el socialismo triunfa en el mundo,
en el primer país, que es la Unión Soviética, se trataba de un país
industrialmente atrasado, un país pobre y un país destruido por la guerra y la
intervención extranjera.
Cuando surge el campo socialista, las circunstancias
eran similares: el
campo socialista destruido por la agresión y por la guerra, mientras los
imperialistas eran dueños de la mayor parte de los recursos minerales y de las
materias primas en el mundo, dueños de las fuentes de materias primas de
América Latina, Asia y Africa. Habían
acumulado durante la guerra casi todo el oro que existía en el mundo, y una
gran parte de su industria estaba intacta.
Estados Unidos no perdió ni un solo tornillo de una sola de sus fábricas
durante esa guerra, incluso su precio de sangre fue relativamente bajo: algunos cientos de miles de soldados,
mientras —por ejemplo— la Unión
Soviética sola sufrió casi 20 millones de muertos, a lo cual hay que añadir la
cantidad de heridos y de inválidos.
Los imperialistas habían logrado desarrollar las armas
nucleares. La lucha del campo socialista
contra el campo imperialista era una lucha desigual, era una lucha dura y
difícil: la de
los países destruidos y empobrecidos contra los países que habían acumulado
tanta riqueza. Y los imperialistas
inmediatamente se dedicaron a tratar de revivir el fascismo, desarrollaron la
guerra fría, rodearon a todo el campo socialista de bases militares y lo
amenazaron incesantemente durante 25 años.
Del lado del campo socialista estaba fundamentalmente
la razón, las ideas revolucionarias, el poder obrero y la posibilidad de luchar
con verdadero espíritu patriótico, espíritu revolucionario, espíritu
internacionalista.
Por eso, cada fábrica, cada construcción, cada avance
ha costado muchos sacrificios, mucho esfuerzo, mucho sudor y muchos
sufrimientos.
Las condiciones eran absolutamente diferentes, y los
imperialistas no solo usaban la amenaza de la guerra, no solo rodeaban a los
países socialistas de bases militares, sino que los rodeaban también de
estaciones de radio, de estaciones de televisión, centros de subversión y centros
de propaganda, para librar la lucha ideológica contra los socialistas. Se aprovechaban de sus grandes ventajas
económicas, se aprovechaban de sus grandes riquezas, para tratar de
humillarnos, para tratar de humillar nuestro esfuerzo y nuestros sacrificios,
para burlarse incluso de nuestra pobreza, sembrando la mentira, la calumnia, y
tratando de confundir a los revolucionarios.
Pero a lo largo de estos 25 años de lucha las cosas
han cambiado notablemente. Ha surgido la
ciencia socialista, la técnica socialista, se ha desarrollado sostenidamente su
economía, se han desarrollado considerablemente sus medios de defensa y de
combate, y hoy el imperialismo se encuentra en una situación diferente. Mucho del oro y de los recursos que tenían
hace 25 años, los han despilfarrado con su política agresiva, los han
malbaratado en guerras y en carreras armamentistas. Por eso ahora los imperialistas yankis tienen
problemas económicos, por eso su moneda ha tenido que ser devaluada, y ahora la
correlación de fuerzas ha cambiado considerablemente. Pero, sin embargo, la lucha sigue y seguirá: los imperialistas
lucharán hasta el final para tratar de contener al socialismo, para tratar de
impedir la causa del comunismo. Pero no
lo lograron antes, no lo logran ahora, menos podrán lograrlo en el futuro
(APLAUSOS).
Sin embargo, una parte considerable del mundo, los
países de América Latina, de Asia y de Africa, tienen que trabajar muy duro,
algunos para lograr su plena independencia, otros para consolidar la
independencia ganada, y todos tendremos que trabajar muy duro para desarrollar
nuestros países.
Ustedes podrán comprender perfectamente qué
significaría para la RDA no poseer industria química, no poseer industria
siderúrgica, no poseer industria mecánica, no poseer industria electrónica, no
poseer cientos de miles de ingenieros y de obreros calificados. Esa situación es la situación de la inmensa
mayoría de los países a los que nos hemos referido.
Nuestros países tienen que enfrentarse al bloqueo
imperialista. Es por eso la importancia
que tiene la ciencia y la técnica socialistas, porque es únicamente de los
países socialistas de donde nosotros podemos recibir cooperación técnica y
científica.
Tenemos un ejemplo en Cuba: la primera pequeña fábrica de producción
de nitrógeno para fertilizantes la habían empezado a construir los
capitalistas. Al triunfo de la
Revolución no estaba terminada, no estaba funcionando. Se fueron los técnicos capitalistas, y en
Cuba nadie sabía una palabra de producción de nitrógeno, nadie sabía una
palabra de industria química. Y durante
años en nuestro país luchaban los obreros para echar a producir esa
planta. Eso solo fue posible cuando al
cabo de mucho tiempo de esfuerzos recibimos la cooperación de los técnicos de
la RDA, y de este lugar precisamente marcharon 2ó ingenieros a Cuba, y con el
esfuerzo de esos ingenieros durante tres años, al fin se pudo arrancar la
industria y se pudieron producir las primeras cantidades de nitrógeno
(APLAUSOS).
Ahora nosotros hemos construido una industria mucho
mayor, capaz de producir más de 400 000 toneladas de fertilizantes. Tenemos ya 50 ingenieros cubanos y 200
técnicos medios en esa fábrica, y ahora en este momento estamos en la lucha por
arrancar esa industria, y si no logramos vencer todas las dificultades
contaremos con ustedes (APLAUSOS).
Esa industria nosotros tuvimos que comprarla en un
país capitalista. ¿Por qué? Porque en esa época todavía los países
socialistas no estaban en condiciones de producir esas industrias, y cada vez
que un país como el nuestro no puede obtener una tecnología en el campo
socialista y la tiene que adquirir en el campo capitalista, las dificultades
son muchas.
Hay otro campo en que nuestros países tienen una gran
dependencia del capitalismo. Los países
tropicales o semitropicales son países húmedos, son países calurosos. La agricultura tiene que enfrentarse a las
plagas, tiene que enfrentarse a las malas hierbas, para cultivar la caña y
producir los alimentos, los vegetales.
En la época de lluvia la lucha es muy dura. Por lo tanto, los herbicidas y los pesticidas
son de importancia decisiva. Sin
embargo, esa rama de la producción no está suficientemente desarrollada en el
campo socialista y nosotros tenemos que' adquirir en los países capitalistas
una gran parte de los herbicidas y pesticidas.
Les cito estos ejemplos para que ustedes vean la
importancia que, a nuestro juicio, tiene el desarrollo de la industria química
en la RDA, la importancia que para nuestros países tiene el desarrollo de la industria
química de Leuna y los demás centros industriales de la RDA.
Nosotros creemos que la RDA está en condiciones de
especializarse en la producción de muchos de esos artículos y cooperar
técnicamente con los países que, como Cuba, luchan por su desarrollo. Eso constituye un gran aporte a la
humanidad. Hay actualmente algo más de 3
500 millones de habitantes en el mundo.
De esos, la inmensa mayoría está en Africa, en Asia y en América
Latina.
En los próximos 25 años los habitantes de la Tierra serán
6 000 millones, y la humanidad confronta el problema de cómo vestir, de cómo
alimentar, cómo educar, cómo crear un mínimo de condiciones de vida para esa
inmensa parte del mundo.
Esa es la importancia que tienen los productos
químicos, las fibras sintéticas, los fertilizantes, los herbicidas y los
pesticidas.
Ustedes son 18 millones de ciudadanos en la RDA, y
para poder vestir, calzar y alimentar a los 18 millones de ciudadanos tienen
decenas de miles de tractores —creo que aquí solo en Halle tienen algo así como
15 000 tractores y no sé cuántos miles de combinadas—, y tienen que trabajar
bien la agricultura en toda la RDA para resolver los problemas
alimenticios. Figúrense ustedes qué
esfuerzos tienen que hacer los pueblos del resto del mundo en los continentes
que estuvieron bajo el coloniaje y bajo el imperialismo para alimentar, vestir,
calzar, atender la salud, la educación y la vivienda de miles de millones de
seres humanos.
Eso da otra idea de la importancia que tiene la
industria química, la técnica y la ciencia; la importancia que tiene para la
RDA y la importancia que tiene para el resto del mundo el esfuerzo, los avances
y los éxitos de ustedes, el trabajo de los técnicos y de los trabajadores de
Leuna.
Esto es lo que queremos decir nosotros en el aspecto
económico o, si ustedes quieren, económico-político. Pero quiero decir algunas cosas más, si
ustedes me lo permiten (APLAUSOS).
Referirnos al aspecto histórico de la ciudad de Halle
y de esta industria de Leuna, el gran honor que significa para la delegación
cubana este encuentro con ustedes al recordar que esta ciudad y esta industria
fueron cuna del movimiento obrero revolucionario, que ejerció una gran
influencia en Europa y en todo el mundo.
Por los libros hemos conocido cómo surgieron aquí las
primeras organizaciones obreras, cómo se realizaron los primeros congresos,
cómo surgió aquí prácticamente el Partido Comunista. Recordamos las heroicas luchas de los
trabajadores de Leuna en 1918, 1919 y 1921.
Recordamos con respeto y admiración el heroísmo de esos trabajadores,
los que cayeron, las 80 víctimas de la masacre de 1921; pensamos cuánta sangre
y cuántos sacrificios costaron la lucha por la justicia, la lucha contra los
explotadores capitalistas, la lucha contra los reaccionarios
imperialistas" la lucha contra el fascismo, la lucha contra la
represión. La historia de esta región de
la RDA es grande por sus sacrificios, para tener al fin el privilegio de contar
con el poder obrero, de trabajar para el futuro, de crear una sociedad
justa.
A nosotros nos produce mucha satisfacción ver los
logros de ustedes, saber que aquí han alcanzado considerables incrementos en la
producción, saber que cumplen sus planes y saber que están construyendo una
ciudad nueva que se contara pronto entre las lo ó 15 primeras ciudades de la
RDA.
Qué diferentes tiempos estos a los de 1918, a los de
1921. Qué diferentes estos tiempos a los
tiempos de la represión fascista, cuando se empleaba la fuerza y se empleaban
las armas para imponer la explotación a los obreros, para enriquecer a los
monopolios y a los capitalistas, y cuanta sangre se derramó en beneficio de
esos intereses.
Hoy aquí no se trabaja para enriquecer a ningún
propietario. Hoy aquí se trabaja para
enriquecer al pueblo de la RDA, a todo el pueblo; no se trabaja para producir
alimentos y ropa para una minoría, no se trabaja para construir casas para una
minoría. Históricamente se sabe que los
burgueses viven en grandes palacios, que visten muy bien, se alimentan muy
bien, no conocen el hambre, pero históricamente sabemos cómo se desarrolló el
capitalismo, cuanta miseria, cuanta explotación. ¡Hasta los niños eran obligados a trabajar en
el capitalismo! Cuantas enfermedades,
cuanta pobreza. Los obreros vivían en
barracas, en tugurios. A nadie le
importaba si vivían a 200 kilómetros o a 2 kilómetros de la fabrica,
no les importaba el tiempo y los recursos que tenían que gastar en
transporte.
Los capitalistas se preocupaban de enriquecerse, pero
no de construir casas para los obreros, escuelas y creches para los hijos de
los obreros, campos deportivos; no se preocupaban por construir instituciones
educacionales para los jóvenes. De eso
solo se puede ocupar el poder obrero y campesino. Eso es lo que está ocurriendo hoy en la
RDA. Hoy se dedican enormes recursos a
construir esa ciudad nueva. Claro que es
más fácil construir 500 casas para burgueses que construir 30 000 viviendas
para obreros (APLAUSOS). Y es más
difícil todavía cuando además de la vivienda hay que construir los hospitales,
las escuelas, las creches. Eso lleva
tiempo, eso lleva esfuerzos.
En el capitalismo unos pocos vivían en el lujo y la
opulencia, las masas vivían en la pobreza.
Ahora hay que crear las condiciones de vida de las masas y también hay
que invertir en el desarrollo de la economía.
Además, hay que fortalecer la defensa frente a las amenazas
imperialistas; además hay que desarrollar la cooperación entre los países
socialistas y la cooperación con todo el mundo.
Los deberes y las obligaciones de los comunistas son muy diferentes de
los objetivos de los capitalistas (APLAUSOS).
Los capitalistas luchan por la explotación, luchan por
su egoísmo, promueven el egoísmo, luchan por explotar a sus propios obreros y
para explotar a los demás países. La
lucha del movimiento comunista es la negación absoluta de tales objetivos.
Queremos, por último, hacer constar nuestra
satisfacción y nuestra emoción de ver que lo primero que nos encontramos al
llegar aquí es la milicia obrera perfectamente armada, perfectamente
equipada. Qué diferencia de 1918, qué
diferencia de 1921, qué diferencia de la época del terror fascista. ¡Ahora son los obreros los que tienen las
armas automáticas! (APLAUSOS) y ese hecho por sí solo marca la extraordinaria
diferencia del pasado y el presente.
Y como muy bien se dijo aquí por el Secretario del
Partido de esta provincia, con cuyas palabras estamos plenamente de acuerdo,
hay que mantener la guardia en alto, hay que seguir fortaleciendo al campo
socialista. Los imperialistas nos respetan
no porque nuestra causa sea justa.
Nuestra causa es justa, pero ellos nos respetan porque se ha
desarrollado nuestra fuerza (APLAUSOS).
Hay que seguir desarrollando la fuerza, hay que seguir
desarrollando la ideología, hay que seguir desarrollando el espíritu
internacionalista.
Los imperialistas son cínicos, los imperialistas son
calculadores. Donde no pueden golpear,
no golpean, pero, donde todavía se sienten fuertes, donde todavía pueden
golpear, golpean. Ellos tendrán mucho
cuidado en golpear a la RDA (APLAUSOS).
Pero si tienen oportunidad de golpear en un país de América Latina,
golpean; si pueden golpear en Africa, golpean; si pueden golpear en Asia,
golpean. Ahí está muy presente en el
sentimiento de todos nosotros la cobarde y criminal agresión imperialista
contra Viet Nam, la guerra de Viet. Nam,
los horrores y los crímenes que allí se cometen; cómo el imperialismo emplea
sus técnicas más modernas, sus armas más precisas para agredir a Viet Nam. Incluso los imperialistas han convertido a
Viet Nam en campo de experimentación de sus armas electrónicas y de sus nuevos
sistemas de fuego. Sobre Viet Nam se han
lanzado más de 12 millones de toneladas de bombas. Sobre Viet Nam se lanzan diariamente 4 500
toneladas de bombas.
Nosotros estamos aquí en una industria grande, donde
trabajan 30 000 obreros produciendo
fibras, produciendo materias primas para la industria, para la solución de los
problemas materiales del pueblo. Ahora
bien: los imperialistas tienen
gigantescos combinados dedicados a producir instrumentos de muerte, miles de
industrias y millones de obreros son obligados a trabajar para llevar a cabo la
guerra contra Viet Nam, son obligados a producir bombas, equipos, a producir
armas para la agresión en Viet Nam.
Incluso los imperialistas hacen lo que en un tiempo hicieron aquí los
fascistas: los
monopolios al servicio del fascismo producían en un tiempo en esta industria,
durante la guerra, los gases asfixiantes para matar a millones de
personas. Hoy en Estados Unidos y en el
Estado germanooccidental imperialista hay combinados dedicados a producir gases
también y productos tóxicos para lanzarlos sobre los cultivos, para lanzarlos
sobre los bosques y para lanzarlos sobre los combatientes sudvietnamitas.
Grande es el crimen que se comete contra ese país
hermano. Por eso nosotros saludamos y
apoyamos las palabras del Primer Secretario del Partido de Halle exigiendo la
retirada incondicional de los imperialistas de Viet Nam y el cese de esa guerra
criminal.
Este es un ejemplo más, que nos demuestra cómo debemos
estar alerta, cómo debemos seguir trabajando duro y luchando duro,
fortaleciendo el campo socialista, la comunidad socialista; estrechar nuestros
vínculos y nuestras relaciones, a fin de ser cada vez más fuertes y hacer
triunfar la política de paz (APLAUSOS).
Yo les agradezco profundamente ese fusil que nos
obsequiaron y lo llevaremos a nuestro país como un símbolo de nuestra amistad,
como un símbolo del heroísmo de los trabajadores de Leuna. Tenemos que seguir empuñando las armas. Y mientras haya un solo país imperialista,
mientras haya la amenaza imperialista seguiremos empuñando nuestras armas
(APLAUSOS). Y les puedo asegurar que si un
día los imperialistas yankis invaden a Cuba, ¡hasta ese fusil combatirá en defensa
de la patria y del comunismo! (APLAUSOS)
Nuestro agradecimiento más profundo por las atenciones
de ustedes¡ por el cálido recibimiento de
ustedes. Nuestro agradecimiento al
compañero Honecker y al Partido de la RDA.
Nuestro agradecimiento a los dirigentes de esta provincia, al pueblo de
Halle, al pueblo de Leuna y al pueblo del Nuevo Halle (APLAUSOS).
Los vínculos entre nuestros dos pueblos se fortalecen,
la amistad se desarrollará cada vez más.
Nuestra causa triunfará.
Por eso nosotros queremos terminar nuestras palabras
felicitándolos a ustedes por los éxitos, por el cumplimiento del plan y
deseándoles mayores éxitos aun.
¡Que vivan los trabajadores de Leuna y sus
éxitos! (APLAUSOS)
¡Que viva el recuerdo de los trabajadores que cayeron luchando
contra los reaccionarios, contra los imperialistas y contra los fascistas! (APLAUSOS)
Que viva la amistad entre los pueblos de la RDA y Cuba! (APLAUSOS)
¡Que viva el internacionalismo proletario! (APLAUSOS)
Muchas gracias.
(OVACION)