DISCURSO
PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN LA
SESION CONJUNTA DEL COMITE CENTRAL DEL PCUS, EL SOVIET SUPREMO DE LA UNION
SOVIETICA y EL SOVIET SUPREMO DE
LA FEDERACION SOCIALISTA SOVIETICA RUSA, EN HOMENAJE AL CINCUENTENARIO DE LA
UNION SOVIETICA, CELEBRADO EN EL PALACIO DE LOS CONGRESOS DEL KREMLIN, MOSCU,
URSS, EL 22 DE DICIEMBRE DE 1972, "AÑO DE LA EMULACION SOCIALISTA".
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Queridos camaradas:
Hemos tenido el
privilegio de compartir con ustedes esta conmemoración, que pertenece
ciertamente a todos los revolucionarios del mundo.
¡Y qué
magnífico recuento nos ofreció el compañero Brezhnev de las extraordinarias
realizaciones de estos 50 años!
¡Qué conmovedor
espectáculo, qué confianza, qué fuerza nos brindaron los konsomoles y pioneros
en este teatro, al finalizar la jornada de ayer!
¡Y qué bellas
las palabras del viejo bolchevique que participó en el primer Soviet, y ahora
se reúne con nosotros en esta conmemoración victoriosa para expresarnos su
orgullo por los triunfos alcanzados con tan duros esfuerzos, y por la fidelidad
de su Partido y de la nueva generación de comunistas a las tradiciones de los
luchadores de octubre y a las ideas inmortales de Lenin! (APLAUSOS)
Optimismo, fe
en el futuro, seguridad absoluta en el triunfo definitivo del ideal comunista,
es lo que se respira por todos los poros en esta fecha (APLAUSOS).
Hace 50 años
las potencias capitalistas se burlaban de la recién fundada Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas. El inmenso
atraso cultural y técnico, más la destrucción causada por la guerra y la
intervención, el bloqueo y el aislamiento a que fue sometida, les hicieron
concebir la esperanza de que la revolución socialista —y con ella la URSS—
fracasaría rotundamente. Hace 50 años
hasta el propio concepto del socialista estaba virtualmente proscripto y anatomatizado por la inmensa mayoría de los gobiernos del
mundo y las clases dominantes.
¡Cuánto ha
cambiado el panorama en estos relativamente breves años! Hoy, gracias a los éxitos espectaculares de
la Unión Soviética, a su proeza en la construcción económica, a su gloriosa y
decisiva victoria contra el fascismo que hizo posible la liberación de decenas
de pueblos oprimidos y abrió cauces extraordinarios al movimiento de liberación
nacional, y a sus no menos impresionantes avances en el terreno cultural y
científico, los pueblos del mundo —y en especial de Asia, Africa y América
Latina— vuelven sus ojos cada vez mas hacia el socialismo, buscando soluciones
a problemas que el desarrollo capitalista de sus economías, y las desiguales
relaciones internacionales basadas en tal desarrollo, no podrían resolver
jamás.
Hace solo 25
años, al concluir la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo —todavía muy
poderoso e inmensamente rico frente a la URSS, cuyos campos y ciudades habían
sido arrasados por la artera agresión fascista— estableció un sistema de
alianzas militares y rodeó de bases estratégicas al pueblo soviético, monopolizando
agresivamente el arma nuclear.
Hoy no tienen
ya vigencia alguna las pérfidas mentiras con que, para justificar su política,
quiso engañar a la humanidad, presentando a la URSS como una amenaza a la
seguridad de las naciones europeas y del mundo. Las alianzas militares se
resquebrajan, el cerco de bases estratégicas es cada vez más obsoleto y el
monopolio nuclear dejó de existir hace mucho tiempo. Europa despierta a la realidad del mundo de
hoy y se prepara a coexistir pacíficamente con la URSS. y hasta pueblos tan distantes de Europa como Nueva Zelandia y
Australia, que antaño siguieron dócilmente los dictados de Washington, hoy
muestran la clara tendencia a seguir caminos racionales y propios.
¿Y quién habría
imaginado hace 50 años la existencia de Cuba revolucionaria? ¿Quién habría creído entonces que nuestra
pequeña patria, precisamente por la generosidad y solidaridad de esta Unión
Soviética cuyo cincuentenario conmemoramos hoy, se convertiría en el primer
Estado socialista de América Latina, a 90 millas de Estados Unidos? (APLAUSOS)
De nada
valieron la intervención capitalista contra la Unión Soviética en los años que
siguieron a la Revolución bolchevique, ni el bloqueo económico, ni la agresión
fascista, el cerco de bases estratégicas, el monopolio nuclear y las alianzas
militares. Por el camino que abrió la
Revolución de Octubre marchan ya otros países en todos los continentes, y son
cada vez más los pueblos que emprenden su ruta esperanzadora y digna
(APLAUSOS).
Ya nadie se
atreve a burlarse de lo que significa la URSS. Ya nadie puede proscribir por
decreto el socialismo y el comunismo. Y ya no existe solo la Unión Soviética.
Hoy existe el campo socialista, del cual nuestra patria se honra en formar
parte (APLAUSOS). Y tenemos, además, el
pujante movimiento de los pueblos que se han liberado del yugo del
colonialismo, el combate sostenido y victorioso de los que, como Viet Nam y
demás pueblos de Indochina, luchan heroicamente por su liberación nacional, y
la fuerza creciente de la clase obrera en el mundo capitalista.
Que el futuro
pertenece por entero al socialismo ya nadie lo puede dudar. La figura de Lenin
se agiganta ante la historia y sus ideas luminosas se convierten en el
patrimonio común de los luchadores revolucionarios en todos los rincones de la
tierra (APLAUSOS).
Ese es el
balance hermoso, acatador, que ustedes, queridos compañeros, pueden presentar a
los 50 años de fundada la Unión Soviética.
y por eso felicitamos de
todo corazón a los representantes de las diversas repúblicas de la URSS aquí
reunidos y a los dirigentes del Partido y el Estado soviético (APLAUSOS).
Pero
quisiéramos añadir algo más, relacionado con este mismo aniversario que estamos
celebrando.
El desarrollo
de una comunidad de repúblicas socialistas dentro de un mismo Estado
multinacional creó una imagen de lo que ha de ser seguramente un mundo futuro
de naciones socialistas cada vez más unidas, en que se irá realizando el sueño
definitivo de una humanidad sin fronteras.
Compartimos ese ideal (APLAUSOS).
José Martí,
guía y apóstol de nuestra guerra de independencia contra España, nos enseñó ese
espíritu internacionalista que Marx, Engels y Lenin confirmaron en la
conciencia de nuestro pueblo. Martí pensaba que "patria es
humanidad", y nos trazó la imagen de una América Latina unida frente a la
otra América imperialista y soberbia, "revuelta y brutal" —como él
decía—, que nos despreciaba.
Las bases de
esa comunidad latinoamericana —que alguna vez será parte de un mundo
socialista— surgen hoy en la firme decisión del pueblo chileno de hacer las
transformaciones socialistas; en el nacionalismo revolucionario de los
gobernantes militares peruanos; en la resistencia de Panamá; en el heroísmo de
millares de combatientes latinoamericanos muertos, encarcelados y
perseguidos.
En esa lucha,
la existencia de la Unión Soviética es un ejemplo y una garantía
(APLAUSOS). Sin la existencia de la
URSS, el imperialismo norteamericano tendría sus manos libres para ejercer con
brutalidad el papel de gendarme que se ha asignado.
Cuba, queremos
repetirlo, ha logrado resistir al imperialismo más poderoso de la historia no
solo por la firmeza, sacrificio y decisión de su pueblo, sino también por la
ejemplar solidaridad de la Unión Soviética (APLAUSOS).
Ahí se manifiesta
también la comprensión leninista de las relaciones internacionales, la ayuda
fraternal a los pueblos, que está en la esencia de las relaciones entre los
pueblos que componen la Unión Soviética.
Nosotros
queremos subrayar una vez más, en esta oportunidad singular, nuestro eterno
reconocimiento por esa solidaridad, que confirma el internacionalismo
proletario de la gran patria de Lenin (APLAUSOS).
Este es un día
de fiesta para los comunistas, para los revolucionarios, para los
antiimperialistas. No podemos olvidar,
sin embargo —¡y ninguno de nosotros los olvida!—, a
los millones de obreros, campesinos, negros, indígenas, para los cuales no hay
todavía alegría, como no sea la esperanza que surge de esta victoria del
socialismo que aquí celebramos.
No ha sido
posible tampoco incorporar a nuestra alegría que la victoria del pueblo de Viet
Nam traerá para todos los hombres y mujeres honrados del mundo. El empecinamiento imperialista de Nixon
retrasa, con sangre inútil, con destrucción bárbara y con perfidia diplomática,
esa derrota que ya los propios imperialistas tienen que admitir. Pero Viet Nam, con la cooperación firme y
decidida de todos nosotros, ¡también vencerá!
(APLAUSOS) y ello será un indicio más de que el
imperialismo no podrá sobrevivir, y que el socialismo —que durante medio siglo
se ha sobrepuesto en la URSS a los asedios, a la guerra más devastadora de la
historia, al cerco implacable de sus enemigos— va a ofrecer un día no ya muy
lejano el espectáculo de un mundo donde entre las naciones y los hombres
imperen las relaciones humanas, solidarias y fraternales, de las cuales son hoy
ejemplo imperecedero los pueblos de la Unión Soviética (APLAUSOS).
¡Vivan las
ideas inmortales de Lenin! (APLAUSOS)
¡Viva el
internacionalismo proletario! (APLAUSOS)
¡Viva la Unión
Soviética!
(OVACION)