DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITÉ CENTRAL PARTIDO
COMUNISTA Y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ENCUENTRO Y
COMIDA ALREDEDOR DE UNA FOGATA CON EL COMPAÑERO TODOR YIVKOV Y EX GUERRILLEROS DEL
DESTACAMENTO "CHAVDAR", EN PRAVETZ, BULGARIA, EL 23 DE MAYO DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Queridos amigos
"partisanos"[1]:
Quiero decir unas palabras antes de que el apetito de
ustedes aumente y el frío crezca (RISAS).
Yo quiero responder a las palabras del compañero Yivkov, del compañero que habló en nombre de ustedes, y del
compañero jefe de la brigada, y debo decir que ninguna otra cosa, ningún otro
acto nos habría podido proporcionar a nosotros tanta emoción y tanto interés,
tanto agrado, como esta oportunidad de reunirnos con ustedes en el lugar donde
se constituyó precisamente la brigada "Chavdar".
Para nosotros la visita a este lugar nos trae a la
memoria muchos recuerdos, nos trae muchas similitudes con nuestra propia lucha
y nuestras propias montañas.
Antes de llegar acá, en el museo nos hicieron una
explicación de las circunstancias y la fecha en que el Partido Comunista de
Bulgaria tomó la decisión de acudir a las armas para luchar contra el
fascismo. Nos explicaron además las
difíciles condiciones políticas y militares en que esa lucha se inicia: el poder de las
fuerzas fascistas, las circunstancias de no encontrarse en estado de guerra en
ese momento Bulgaria, la propaganda chovinista de los fascistas, y demás
factores, entre los cuales hay que contar el enorme poderío del fascismo que en
aquella época dominaba prácticamente toda la Europa.
Nos explicaron cómo se reunieron por primera vez tres
hombres para cumplir las instrucciones del Comité Central del Partido de
organizar el movimiento guerrillero. Y
nos explicaron a grandes rasgos las circunstancias en que se desenvolvió la
campaña del destacamento "Chavdar".
Nosotros podemos comprender perfectamente la
importancia enorme que debió haber tenido para el movimiento revolucionario en
Bulgaria la presencia de una brigada guerrillera que desafiaba y combatía a las
fuerzas fascistas a unos pocos kilómetros de la capital.
Nosotros sabemos la energía, la esperanza y el
entusiasmo que son capaces de despertar en las masas las acciones heroicas de
un puñado de combatientes, y nos imaginamos cómo debió arder la llama del
patriotismo y de la revolución en la capital y en todo el país a medida que se
desarrollaban las acciones guerrilleras en esta región.
Al visitar este lugar hemos tratado de captar, de
observar cada detalle de esta región: las montañas, los bosques, los ríos,
los caminos, los trillos —yo no sé cómo les llaman ustedes—, los senderos, las
veredas, los árboles, y encontramos sinceramente un enorme parecido a nuestras
propias montañas y al propio escenario de nuestras luchas.
Incluso, cuando llegamos a este punto y observábamos
los arbustos, le preguntábamos al compañero jefe de la brigada sobre este
monte, este monte bajo y enredado que vemos aquí a los alrededores de este
lugar. El me explicaba que en otros
tiempos eran montes altos, y que después de 1944 se sacaron los árboles y
creció este tipo de vegetación acá.
También en nuestro país ocurre exactamente igual: cuando se suprime el monte, crece una
vegetación parecida a esta.
Observábamos los arroyos y recordábamos también los
pequeños hilos de agua donde nosotros nos abastecíamos, en lugares similares a
estos.
Debo decir ciertamente que había solo dos circunstancias
diversas: en
primer lugar, nuestros campesinos no están acostumbrados a vivir en aldeas;
viven esparcidos en casas aisladas en todas las montañas. De manera que ellos tenían pequeñas parcelas
de tierra, tumbaban el monte, sembraban algunos vegetales, algunos tubérculos
tropicales: plátano,
malanga —es un nombre cubano— y distintos tubérculos, que nuestro clima es
abundante en ese tipo de alimento. Y
sembraban café.
De modo que si uno contempla desde el alto de una
montaña las zonas montañosas de nuestro país, o de la Sierra Maestra, puede
observar, entre los bosques, que están interrumpidos por las parcelas de los
campesinos y las casas aisladas.
A nuestro juicio eso constituía una cierta ventaja,
puesto que poco a poco todos aquellos campesinos —igual que los campesinos de
Bulgaria— apoyaban y sostenían políticamente, moralmente y materialmente, a las
guerrillas. Pero los campesinos
esparcidos por todas las montañas constituían una magnífica fuente de información
y de vigilancia en todas direcciones, de modo tal que nosotros sabíamos con
bastante anticipación por dónde se movían las tropas enemigas.
De manera que en el caso nuestro no era tan fácil a
los fascistas, no era fácil para los fascistas lograr acercarse tanto a nuestro
campamento como se acercaron al campamento de ustedes el 3 de mayo de 1944, en
que vinieron las distintas columnas.
Nosotros por lo general sabíamos por dónde venían las columnas con
suficiente anticipación, ayudados por los campesinos; conocíamos bien sus
costumbres, sus hábitos, y teníamos una gran información. Además, el abastecimiento. No es lo mismo bloquear una aldea, donde se
bloquean 100 casas, 200 casas, que bloquear 200 casas esparcidas por las
montañas. Eso para nosotros era una
ventaja.
Pero creo que también nosotros no teníamos el frío
este de las montañas de aquí de Bulgaria (RISAS).
Yo le preguntaba al compañero Dzurov... ¿Cuál era el nombre de guerrillero del
compañero Dzurov?
(LE RESPONDEN:
"Lazar") Yo le preguntaba al compañero Lazar cómo dormían,
sobre todo cómo dormían aquel día en que se reunieron los tres hombres para
cumplir las instrucciones del Partido, y él decía que dormían sobre sus
espaldas tapados por la barriga.
Me imagino que deben haber pasado bastante frío,
porque Cuba no tiene esas temperaturas, aunque en las montañas a veces
descendía a 15 grados, 10 grados, y en la montaña más alta de Cuba, que tiene
cerca de 2 000 metros, en ocasiones descendía hasta 3 grados, 4 grados. Aunque nuestro clima es húmedo, y en la
humedad siempre se siente el frío; pero el bosque también es húmedo, y me
imagino que los fríos en esta montaña tienen que haber sido muy grandes.
Nosotros no dormíamos en el suelo; tampoco dormíamos
en cama. Al principio sí, al principio
éramos muy inexpertos:
no comíamos si no encontrábamos una casa de campesinos con una
olla grande que cocinara para 20, 25,30.
El terror de los enemigos había ahuyentado a una parte
de la población, y cometieron ciertamente muchos crímenes contra los
campesinos. Nosotros fuimos aprendiendo
a llevar algunos alimentos arriba, a llevar las ollas, y aprendimos a cocinar
por escuadra —cada escuadra tenía sus implementos de cocina—, y aprendimos
también a usar un equipo que se llama hamaca, que es una tela —yo no sé si
ustedes saben lo que es—, es una lona o una tela que se sostiene por los
extremos, se cuelga entre los árboles y se duerme ahí.
Si no hay mucho frío pienso que se puede dormir en una
hamaca, pero que aquí en las montañas en los Balcanes, en Bulgaria, en invierno
y en otoño, y en la mayor parte del año, yo no creo que se pueda dormir en
hamaca.
Cuando aprendimos a dormir en hamaca, descansábamos
mejor y nos movíamos más rápidamente.
Durante una primera fase, que fue nuestra fase de
aprendizaje, y que éramos muy perseguidos por las columnas enemigas que se
introducían en el bosque, y que tenían una gran superioridad en hombres y en
armas sobre nosotros, vivíamos siempre en el monte, ¡siempre, siempre,
siempre! Nos habíamos identificado con
la naturaleza de una manera absoluta.
Por otra parte, usaban los aviones contra nuestras
fuerzas; los aviones aparecían súbitamente.
Lógicamente, los lugares boscosos nos daban más protección.
De manera que nosotros podemos entender perfectamente
bien a los guerrilleros, podemos comprender la vida de ustedes, los esfuerzos
de ustedes, los sacrificios de ustedes, los reveses y las victorias, las
amarguras y las alegrías, el júbilo en los momentos de triunfo. Y podemos comprender también que para el
guerrillero casi nunca podía haber un júbilo completo, porque las victorias
iban acompañadas siempre del dolor de los compañeros caídos.
Nuestra lucha se desenvolvió en un espacio
relativamente pequeño, en un territorio montañoso que por el norte tenía las
llanuras completamente dominadas por el enemigo y por el sur tenía el mar.
Nosotros disponíamos de una franja de montañas de unos
20 a 30 kilómetros de anchura, larga, estrecha pero larga, y las columnas
enemigas al principio muchas veces atravesaban esas regiones. Nosotros podíamos realizar algunas acciones,
emboscadas; en determinados momentos les atacábamos sus posiciones. Pero al principio siempre podían atravesar
las montañas.
Con el tiempo fuimos adquiriendo experiencia, fuimos
aprendiendo el arte de operar. Teníamos
una situación muy difícil en cuanto a los abastecimientos de armas y de balas;
teníamos que nutrirnos de las armas y de las balas que les ocupábamos. Con el transcurso del tiempo fuimos
adquiriendo experiencia, fuimos aprendiendo a combatirlos; llegó el momento en
que no pudieron atravesar las montañas, llegó el momento en que nos
posesionamos del territorio y estuvimos en condiciones de destruir sus
ataques.
En la última ofensiva lanzada por los enemigos,
movilizaron unos 10 000 soldados y
llegaron a tenernos en una situación bastante apretada. En cierto momento ellos nos tenían cercados
por fuera, y nosotros teníamos alguna unidad cercada por dentro.
Lo cierto es que en el verano de 1958, después de la
última ofensiva, en que se combatió incesantemente durante 70 días, nosotros
teníamos una fuerza más o menos como el destacamento "Chavdar"
en la Sierra Maestra. Al final nosotros
les habíamos realizado más de 1 000 bajas, les ocupamos 504 armas, y
aproximadamente con una fuerza de 800 a 900 hombres organizamos las nuevas
columnas que se extendieron a toda la provincia de Oriente y hasta el centro de
la isla.
Fue en esa ocasión cuando una columna al mando del Che
Guevara, de 140 hombres, y otra columna al mando de Camilo Cienfuegos, de 90
hombres, atravesaron unos 400 kilómetros de terrenos llanos y llegaron hasta el
centro de la isla de Cuba. Cuba es larga
y estrecha; tiene unos 1 000
kilómetros de largo y tiene unos 140 kilómetros promedio de ancho.
Así se fue desenvolviendo la lucha hasta el final, en
que nuestras fuerzas tenían un total de 3 000 hombres, cuando se produce ya el
colapso del régimen de Batista, cuya fuerza militar ascendía aproximadamente a
80 000 hombres, entre gendarmería, soldados del ejército, marina, policía. Eso se produce el 31 de diciembre de
1958.
De modo que cada país ha ido escribiendo su propia
historia, con sus particularidades y sus similitudes. Pero ambos pueblos, el pueblo búlgaro y el
pueblo cubano, han desarrollado un fuerte espíritu patriótico, un fuerte espíritu
revolucionario y a la vez un fuerte espíritu internacionalista, luchando por su
libertad y luchando por la justicia, luchando contra el coloniaje, contra la
explotación, contra el imperialismo, contra el capitalismo. Solo que los búlgaros llegaron al triunfo
primero que nosotros. De manera que
cuando ustedes se reunían para organizar el destacamento guerrillero en 1942,
11 años después, en el mes de julio de 1953, se llevaba a cabo el ataque al
cuartel Moncada, que fue el inicio de la lucha armada. Trece años después que ustedes organizaron el
primer destacamento, se iniciaba de nuevo la lucha en Cuba, en el mes de
diciembre de 1956. Ustedes alcanzaban la
victoria en 1944 y nosotros alcanzábamos la victoria el primero de enero
de 1959.
Nosotros conocimos también las experiencias de los
reveses. Después del desembarco del Granma, debido a la inexperiencia de
nuestra tropa y de todos nosotros, muy al principio fuimos sorprendidos y
disueltos. De nuestro destacamento de 82
hombres se volvieron a reunir 7 hombres
armados, pero persistía la idea de luchar, de no darnos por vencidos. Logramos reunir otra vez algunas armas,
algunos hombres en las montañas. Nuestro
primer combate victorioso fue una acción que realizamos con 17 hombres; fueron
las primeras armas que ocupamos.
Pero bien: lo importante es que siempre
prevaleció la firmeza de luchar frente a las más adversas circunstancias.
¿Qué es lo que caracteriza al guerrillero? ¿Qué caracterizó a los guerrilleros
soviéticos que se organizaron tras las líneas alemanas? ¿Qué caracterizó a los guerrilleros búlgaros,
al Partido búlgaro, que llamó a la lucha armada al día siguiente de la invasión
fascista contra la Unión soviética? ¿Qué
caracterizó a los guerrilleros cubanos?
¡La confianza en el pueblo, la confianza en la justicia de la causa, la
decisión de luchar y de vencer las dificultades!
La guerrilla surge precisamente porque en todos esos
casos teníamos delante un enemigo poderoso, ejércitos numerosos, bien
entrenados, bien armados, y el pueblo no tenía ejército, el pueblo no tenía
armas: debía
crearlo todo, empezar de la nada. Y por
eso surge la guerrilla:
grupos pequeños de hombres que comienzan a luchar en condiciones
adversas, aprovechando las ventajas del terreno, y sobre todo apoyándose en el
pueblo. Eso es lo que caracteriza al
guerrillero, sobre todo al guerrillero comunista.
Porque después de la victoria de las revoluciones, los
imperialistas trataron de organizar la subversión contra nuestros países: grupos de
mercenarios, de bandidos. Pero como no
podían apoyarse en el pueblo, siempre fueron derrotados.
Los imperialistas yankis organizaron bandas después
del triunfo de la Revolución en todo el país, en todas las provincias, y las
equiparon con buenas armas, los alentaron, y sin embargo fueron derrotados por
los obreros y los campesinos armados.
En nuestro país tuvimos que luchar varios años después
contra grupos de bandidos que se organizaron para luchar contra la Revolución,
y fueron totalmente aplastados.
El guerrillero comunista se caracteriza por su
decisión, por su audacia, por su valor, y por todos esos factores que hicieron
posible la victoria en Bulgaria, en Cuba; esos factores que hicieron posible la
victoria del pueblo soviético cuando la intervención de los imperialistas
después de la Revolución de Octubre, y que hicieron posible la victoria cuando
el ataque nazi-fascista.
Esos son los factores que hacen invencible al soldado
y al combatiente comunista. Esos son los
factores que hicieron posible la resistencia de Stalingrado
y la toma de Berlín.
Por eso nosotros, cuando nos encontramos entre
combatientes comunistas, entre guerrilleros, nos sentimos bien. Por eso las relaciones nuestras con el pueblo
de Bulgaria se han desarrollado muy bien, las relaciones con el Partido
Comunista de Bulgaria:
porque los comprendemos y porque nos comprenden (APLAUSOS). Por eso las relaciones de amistad con el
compañero Yanko se han desarrollado tan bien
(APLAUSOS), porque él ha sido toda su vida un comunista y un combatiente que
conoció los días difíciles del fascismo, de la guerra; los días difíciles de
los reveses, cuando los fascistas avanzaban y llegaban hasta las profundidades
de la Unión Soviética. El conoció esos
días de lucha, conoció las experiencias guerrilleras, fue dirigente político y
dirigente guerrillero. Ese factor
explica la comunidad de sentimientos, los vínculos y los afectos que se han
desarrollado entre la dirección de nuestro Partido y la dirección del Partido Comunista
de Bulgaria (APLAUSOS).
Hoy tenemos otras tareas. Cuando contemplamos los primeros días, nos
parecen increíbles; cuando no teníamos nada, cuando estaba todo por hacer.
Para ustedes en aquellos tiempos de mayo de 1944, y
cuando organizaron el destacamento guerrillero en 1942, estaba muy lejana la
Bulgaria industrial de hoy, la Bulgaria de la revolución agrícola, la Bulgaria
de los complejos agroindustriales, la Bulgaria de las decenas de miles de
ingenieros, de técnicos; la Bulgaria de una industria desarrollada y de una
clase obrera numerosa, capacitada para desempeñar cualquier misión; estaba muy
lejos la época del ejército popular perfectamente armado y equipado que tienen
hoy.
Hace unos días nosotros contemplábamos las unidades
del ejército búlgaro haciendo las maniobras: el batallón apoyado por tanques,
artillería, obuses de 122, cañones de 122 milímetros, artillería a reacción,
aviones. Y nosotros pensábamos: si el compañero Dzurov en 1944 hubiera tenido ese batallón y esas armas,
¿cuántas horas habrían podido resistir los fascistas en Sofía? Habría tornado Sofía en cuestión de horas con
esas armas.
Pero, en fin, tuvimos que empezar y tuvimos que luchar
con muy pocos recursos.
Nuestro país después de la victoria ha tenido que
vivir también momentos difíciles en la lucha contra los bandidos, la invasión
de Girón, la Crisis de Octubre. Y todos
estos años hemos vivido amenazados por los imperialistas, al otro lado del
Océano Atlántico, a más de 10 000 kilómetros de nuestros amigos del campo
socialista. Pero hemos recibido una gran
ayuda técnica, una gran ayuda económica y una gran ayuda en armamentos por
parte del campo socialista, muy especialmente de la Unión Soviética.
En nuestro país podemos poner 600 000 hombres sobre
las armas para defendernos de cualquier agresión. En nuestro país hemos desarrollado un
ejército moderno. Pero lo más esencial
es que nuestro pueblo entero, en todos los momentos de peligro, en todos estos
años, ha estado dispuesto a luchar y ha estado dispuesto a morir si es
necesario por defender al país y por defender la Revolución (APLAUSOS).
De acuerdo con las tradiciones históricas del pueblo
cubano, que tuvo que luchar duro por su independencia, nosotros estamos seguros
de que el pueblo cubano responderá siempre a cualquier riesgo, a cualquier peligro.
Nuestro pueblo se caracteriza por una gran firmeza,
por una gran lealtad a los principios marxista-leninistas, una gran
intransigencia frente al imperialismo y una gran lealtad en sus relaciones con
el movimiento revolucionario y con el campo socialista.
En nuestro país no se ha conocido jamás, desde el
triunfo de la Revolución, la menor vacilación, y nuestro país no ha hecho a los
imperialistas la menor concesión.
Nosotros podemos asegurarles a ustedes que la
Revolución Cubana se mantendrá firme, impenetrable, políticamente sólida, donde
la ideología imperialista no podrá penetrar (APLAUSOS).
Los imperialistas han hecho todos los esfuerzos
posibles, en todos los órdenes y en todos los sentidos, pero han
fracasado.
Nuestro pueblo está cada vez más unido, cada vez más
fuerte y cada vez más educado políticamente.
A la vez, el poderío del campo socialista crece, la correlación de
fuerzas es cada vez más favorable. Hoy
somos una trinchera aislada en el mar, pero nosotros estamos seguros de que
algún día será todo un continente que enarbole también las banderas de la
Revolución, e inspirados en el marxismo-leninismo lleven a cabo la revolución
socialista en el continente americano (APLAUSOS).
Esos tiempos vendrán también. El futuro pertenece por entero al socialismo,
el futuro pertenece por entero a las ideas comunistas. Desde que Marx y Engels redactaron el
Manifiesto Comunista han transcurrido un poco más de 100 años; sin embargo, ya
hoy una gran parte del mundo está trabajando y desarrollándose bajo las ideas
del marxismo. Otros pueblos luchan
defendiendo su independencia. La Unión
Soviética ha desarrollado una poderosa técnica, una ciencia de vanguardia. Todas las circunstancias favorecen al campo
revolucionario.
Desde los días difíciles de la Comuna de París y la
Revolución de Octubre hasta hoy, la humanidad ha avanzado y seguirá
avanzando. Los muertos no han muerto en
vano: los que
cayeron en la lucha prepararon las victorias de hoy. Los obreros, los campesinos y los pensadores
que dieron su vida, que dieron su sangre por la causa del socialismo, han
preparado las victorias de hoy.
Por eso, en el día de hoy nosotros, a la vez que
recordamos a los que lucharon, recordamos a los que cayeron; a los que cayeron
luchando primero por la independencia nacional cuando nuestros pueblos vivían
bajo el yugo extranjero, y a los que cayeron después luchando por las
revoluciones sociales, para poner fin a la explotación del hombre por el hombre
y establecer una sociedad de hermanos.
Por eso, nuestro tributo de recordación a los que
cayeron y nuestro tributo de reconocimiento a los que lucharon, a los viejos
guerrilleros, a los combatientes de la brigada Chavdar,
que hicieron posible la gloriosa victoria del pueblo búlgaro y que hicieron
posibles los éxitos de hoy.
Brindamos por ustedes, brindamos por el compañero Yivkov que tan destacado papel desarrolló en esa lucha
(APLAUSOS), por el compañero Dzurov, por los jefes
del Estado Mayor de la Brigada y por todos ustedes. ¡Y por la amistad eterna entre nuestros
pueblos, por la amistad eterna entre el Partido Comunista de Bulgaria y el
Partido Comunista de Cuba!
(OVACION)