DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO
COMUNISTA DE CUBA Y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL MITIN
EFECTUADO EN HOUSTKA, CON LA POBLACIÓN DE PRAGA, CHECOSLOVAQUIA, EL 25 DE JUNIO
DE 1972.
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Querido
compañero Husak;
Queridos
compañeros de la Dirección del Partido y del Gobierno de Checoslovaquia;
Queridos
obreros, campesinos, jóvenes, estudiantes, pioneros (APLAUSOS):
Entre la compañera Viera y yo vamos
a tratar de dirigirles la palabra, tratando de vencer las dificultades del
idioma, que es lo único que nos separa un poco (APLAUSOS).
Para nosotros constituyó una
histórica experiencia visitar su país.
Había muchas razones de orden revolucionario, de orden moral, de orden
internacionalista, que nos vinculaban a nosotros con ustedes y estaba también
el recuerdo de que Checoslovaquia fue uno de los primeros países con el que
Cuba socialista tuvo sus contactos. Eran
días difíciles para nosotros. La
Revolución se enfrentaba a las agresiones del imperialismo, no teníamos armas,
únicamente las armas que nuestras tropas le habían arrebatado al enemigo
durante la lucha.
Pero había una situación nueva: en aquellas circunstancias era muy difícil
conseguir armas en ninguna parte. Nadie
quería vendernos armas en el mundo capitalista, y los que nos vendieron algunas
las sabotearon o permitieron que la CIA las saboteara, como ocurrió con las
armas que habíamos comprado en Bélgica o como ocurrió con algunas armas que
habíamos comprado en Italia, que dijeron que sí, que las vendían —tenían que
vendernos 166 cañones y 16 000 balas—, nos mandaron 16 000 balas y nos mandaron
nada más que cuatro cañones. El resto de
los cañones no los mandaron.
Fue en esas circunstancias en que nosotros obtuvimos
las primeras armas en Checoslovaquia, y llegaron a nuestro país los primeros
técnicos, y comenzó la instrucción de nuestras fuerzas.
No mucho tiempo después ocurrió la invasión de Girón y
allí ya nuestro pueblo combatió con las armas que había recibido de
Checoslovaquia y con los tanques y los cañones que había recibido de la Unión
Soviética (APLAUSOS). Allí se
enfrentaron los famosos tanques T-34
contra los tanques yankis que habían sido suministrados a los mercenarios. Y podemos decir que las armas
revolucionarias, las armas socialistas, salieron victoriosas (APLAUSOS);
también el espíritu revolucionario, el espíritu socialista, el espíritu
comunista venció sobre los imperialistas, venció sobre los mercenarios y venció
sobre los traidores (APLAUSOS). Y de
nada sirvió la escuadra yanki ni las escuadrillas de aviación yankis que muy
próximas al lugar de la batalla estaban tratando de alentar moralmente a los
invasores, mientras sus jefes decidían si los aviones y los barcos de guerra
yankis participarían también en los combates.
Pero ocurrió que mucho antes de que adoptaran una decisión, ya no había
en las tierras de Cuba ningún mercenario que apoyar (APLAUSOS).
En este país se entrenaron los primeros contingentes
de oficiales que salieron de Cuba a estudiar las técnicas militares. Y muchos destacados jefes de nuestras fuerzas
armadas realizaron sus estudios en Checoslovaquia.
Con este país se iniciaron los primeros intercambios
comerciales y los primeros acuerdos de cooperación económica.
Pero hay algo más que nos vincula espiritualmente a
Checoslovaquia: es la historia del
movimiento revolucionario de Checoslovaquia, sus heroicas luchas, la
solidaridad de nuestro pueblo desde mucho tiempo atrás cuando Checoslovaquia
fue desmembrada, cuando Checoslovaquia fue ocupada por los fascistas, cuando
Checoslovaquia tuvo que vivir bajo el yugo nazi, cuando el pueblo de
Checoslovaquia luchaba y resistía heroicamente, cuando los días de Lídice,
cuando los días de Julius Fucik, cuando los días de la sublevación en Praga y
cuando —por fin— los días de la victoria de los obreros y de los campesinos, la
toma del poder por el pueblo.
Checoslovaquia concitó siempre la admiración y la simpatía
de Cuba y la solidaridad de nuestro pueblo, como ejemplo de país luchador, como
país socialista que se encontraba en la primera línea de la frontera entre el
socialismo y el imperialismo, como país trabajador, como pueblo culto e
inteligente, solidario, internacionalista.
Y esos sentimientos de nuestro pueblo hacia el pueblo
de Checoslovaquia los hemos podido reafirmar con motivo de esta visita. Los vínculos que nos unen, las simpatías
recíprocas que nosotros hemos podido apreciar en la calurosa recepción de
ustedes, en el espíritu fraternal con que nos han tratado en todas partes, en
el cariño con que han tratado a nuestra delegación en Praga, en Bratislava y en
cuanto pueblo o aldea nos hemos detenido a saludarlos.
Esos sentimientos de solidaridad y de amistad hacia un
país como Cuba, solo se pueden desarrollar en un pueblo que tiene conciencia
revolucionaria, que tiene espíritu internacionalista y que leyendo en su propia
historia es capaz de comprender la lucha del pueblo cubano (APLAUSOS).
Por eso nuestro país siguió muy de cerca el curso de
los acontecimientos políticos en Checoslovaquia, sobre todo en los últimos
años, cuando el imperialismo quiso convertir a Checoslovaquia en el campo de
batalla ideológico, cuando el imperialismo quiso desgajar a Checoslovaquia del
campo socialista y quiso separar a Checoslovaquia de su política
internacionalista y revolucionaria.
Nosotros tenemos el concepto de que el
internacionalismo es la esencia mejor del socialismo. Sin internacionalismo, es decir, sin
solidaridad entre los pueblos, no se puede predicar la solidaridad en el seno
del pueblo, la solidaridad entre los individuos. Cuando se quiere medir desde un punto de
vista revolucionario a un país, hay que analizar en primer término su espíritu
internacionalista.
¿Qué le ha dado el capitalismo a la humanidad? ¿Qué le ha dado el liberalismo? ¿Qué le han dado los burgueses? Recordamos aquello que dijo Carlos Marx: que la burguesía
surgió al mundo chorreando sangre por los cuatro costados, chorreando sangre
por todos los poros. Sangre de obreros,
sangre de campesinos, sangre de jóvenes, sangre de revolucionarios.
El capitalismo, comparado con la sociedad feudal o la
esclavitud antigua, significó algunos pasos de avance: liberó las fuerzas productivas y en su
seno se desarrolló el proletariado, el proletariado que según Marx y Engels
habría de ser la clase que pusiera fin a la explotación del hombre por el
hombre. Sin embargo, el capitalismo
siguió siendo una sociedad de clases, de explotadores y de explotados; el
capitalismo, la burguesía y su filosofía liberal, no trajeron al mundo ni la
igualdad, ni la fraternidad, ni la libertad.
Entre los lemas de ellos estaban esas tres
consignas. Pero no podía haber igualdad
entre los millonarios y los pordioseros, no podía haber igualdad entre los
explotadores y los explotados; no podía haber fraternidad en una sociedad
basada en el egoísmo y basada en el individualismo, basada en la explotación
del hombre; y no podía haber libertad para los hombres esclavizados, para los
hombres explotados que no tenían otra libertad que la de vender su fuerza de
trabajo al precio que les imponía el capitalismo.
La burguesía trajo al mundo las guerras nacionales,
las guerras coloniales, el coloniaje, la explotación de la mayor parte del
mundo. El capitalismo y la burguesía
trajeron al mundo el imperialismo, que se apoderó de los recursos naturales de
Asia, Africa y América Latina; que se apoderó de la economía de esos países, que
explotó en su beneficio a cientos de millones de hombres.
La burguesía no solo trajo al mundo las guerras
nacionales y coloniales:
trajo al mundo las guerras imperialistas. La Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra
Mundial, que costaron al mundo decenas y decenas de millones de seres humanos e
incalculable destrucción. La burguesía,
el capitalismo y el imperialismo trajeron al mundo el fascismo y la peor forma
de fascismo que fue el nazismo. Fueron
los burgueses y los capitalistas los que alentaron a Hitler, los que le dieron
la ideología del anticomunismo, la ideología del racismo, la ideología de las
guerras agresoras. Fue el imperialismo
quien ayudó al rearme de la Alemania fascista y fue el imperialismo quien la
alentó en sus guerras agresoras.
Todavía están recientes los mapas del año 1936, y
vemos que el mundo estaba dividido en varios colores que significaban las
colonias de Inglaterra, las colonias de Francia, las colonias del imperialismo
italiano. Pero si esos mapas hubiesen
sido verídicos, habrían puesto en el mismo color de los Estados Unidos a todos
los países de América Latina, que no eran colonias oficiales, pero que estaban
totalmente dominadas en lo político y en lo económico por el imperialismo
yanki.
¿Qué le trajo el imperialismo a Checoslovaquia? El Pacto de Munich, la agresión, el
desmembramiento, la ocupación; los asesinatos en masa de obreros y de
campesinos, de jóvenes, de comunistas; las masacres que conmovieron al mundo,
como la de Lídice.
¿Qué trajo la burguesía, qué trajo el liberalismo a l
Checoslovaquia? La ceguera política, la
cobardía, la falta de heroísmo para resistir, la capitulación, la entrega del
pueblo, la guerra. Eso es lo que trajo
la burguesía, el capitalismo —desde afuera y desde dentro— al pueblo de
Checoslovaquia.
Por primera vez a lo largo de la historia, después de
una larga epopeya de cientos de años en que los pueblos de este país fueron
sometidos al dominio de diversos imperios a lo largo de la historia, después de
cientos de años de luchar por consolidar la integridad nacional, por crear la
nación, por crear el estado, por crear la república de Checoslovaquia, por
primera vez el país ha dispuesto de paz, de verdadera paz. Checoslovaquia hoy es un país frente al cual
los imperialistas tienen que detenerse.
Ya no se vive la época del Pacto de Munich, ya no se vive la época de
los desmembramientos y de las agresiones.
En aquella época Checoslovaquia se quedó sola, sola frente al fascismo
alemán. ¿Por qué? Porque los países capitalistas y burgueses,
que eran sus aliados, se la entregaron a Hitler, se la entregaron al fascismo
alemán, claudicaron, capitularon; en dos palabras: traicionaron a Checoslovaquia. Es decir, los estados burgueses de Europa
traicionaron al estado burgués de Checoslovaquia.
¿Y qué querían ahora, qué pretendían los
imperialistas? ¿Acaso no comprendían que
Checoslovaquia pertenecía a la comunidad socialista, que Checoslovaquia
pertenecía al campo socialista (APLAUSOS), que la Checoslovaquia socialista no
tenía por aliado a los estados burgueses de Europa, sino a los estados
socialistas de Europa y al movimiento comunista internacional? (APLAUSOS)
¿Acaso los burgueses pensaban que podía haber un
Munich socialista? ¿Acaso los burgueses
creían que Checoslovaquia podía ser de nuevo desmembrada? (APLAUSOS) ¿Acaso los burgueses creían que
Checoslovaquia podía ser desmoralizada?
¿Acaso los burgueses creían que el prestigio internacional ganado por el
pueblo de Checoslovaquia en su lucha revolucionaria podía ser pisoteado? (APLAUSOS) ¿Acaso los burgueses creían que el
espíritu internacionalista de Checoslovaquia podía ser destruido?
Los hechos demuestran que estamos viviendo en otros
tiempos. Los hechos demuestran que se
equivocaron rotundamente. Los hechos
demuestran que ya los imperialistas no son todopoderosos como en otras épocas y
que no les queda ya otro recurso que calumniar e intrigar contra el pueblo de
Checoslovaquia y contra su Partido.
Por eso nuestro pueblo, nuestro Partido, no tuvo la
menor vacilación en apoyar a la nueva dirección de Checoslovaquia, en apoyar a
los verdaderos comunistas de Checoslovaquia (APLAUSOS), en apoyar a los
verdaderos revolucionarios, en apoyar a los verdaderos internacionalistas. Porque nosotros conocemos bien a los burgueses
—estamos allí muy cerca de su frontera—, conocemos demasiado bien sus métodos,
su maquinaria publicitaria, sus periódicos, su radio, su televisión, sus
películas, y no podemos olvidar que hubo un tiempo en que no cabían en sí de
gozo, no disimulaban su alegría, y apoyaban a los seudorrevolucionarios,
apoyaban a los derechistas, apoyaban a los revisionistas.
Cuando alguien quiera saber si una posición es buena o
mala, pregunte de qué lado están los imperialistas, pregunte de qué lado están
sus periódicos, sus voceros, sus escritores, sus propagandistas, porque da la
casualidad de que a favor de la Revolución Cubana o de alguna causa
verdaderamente antimperialista nunca ha estado ninguna de esa gente
(APLAUSOS).
Y si el internacionalismo es la prueba del socialismo
y del marxismo, nuestras relaciones con los liberales, con los derechistas, con
los revisionistas de Checoslovaquia no fueron nunca ni podían ser buenas,
porque nosotros en nuestro país sentimos verdadera alergia, repulsa, contra los
burgueses y sus doctrinas, contra el revisionismo, contra el liberalismo,
contra el derechismo. Y de la misma
forma podemos decir que nunca las relaciones de nuestro Partido y de nuestro
pueblo fueron más estrechas de lo que son hoy nuestras relaciones con el pueblo
de Checoslovaquia y con el Partido de Checoslovaquia (APLAUSOS).
Nuestro país libra su lucha muy próximo a Estados
Unidos. Esa lucha se inició hace mas de 12 años, cuando los imperialistas eran mucho más
poderosos que hoy, cuando la correlación de fuerzas era diferente a la
correlación de fuerzas de hoy. Los
imperialistas tenían grandes recursos económicos, grandes recursos militares,
grandes recursos políticos. Ellos
hicieron todo lo posible por aplastar la Revolución: emplearon el bloqueo económico, la
subversión, los ataques mercenarios y las amenazas de invasión directa.
Nuestro pueblo, con la cooperación del campo
socialista y la especial cooperación de la Unión Soviética, se enfrentó a todas
las maniobras del imperialismo y marchó hacia adelante. Pero fue muy importante la educación
ideológica, la conciencia revolucionaria, la conciencia política de nuestro
pueblo.
Nuestro pueblo no es un país rico, pudiéramos decir
que las riquezas están por hacer y por desarrollar. En Cuba la Revolución ha avanzado mucho en
muchos campos. Por lo pronto desapareció
la explotación de los campesinos por los terratenientes, la explotación de los
obreros por los capitalistas, se dignificó al pueblo, se erradicó el desempleo,
el analfabetismo, se desarrolla la educación y la cultura a pasos agigantados
en nuestro país. Los servicios médicos,
las condiciones de vida han ido mejorando progresivamente. Sin embargo, nosotros no nos apuramos. Es decir, cada pueblo tiene que construir su
vida, tiene que construir su porvenir trabajando duramente y partiendo de
determinados recursos naturales y determinado desarrollo económico y
social.
Los imperialistas trataban de humillarnos haciendo
ostentación de sus lujos, haciendo ostentación de sus riquezas. Sin embargo, nuestro pueblo fue fortaleciendo
su conciencia, su educación política, conociendo lo que era el imperialismo, el
papel que jugó en el mundo, y cómo surge el campo socialista, cómo surge el
socialismo que es nuevo en la historia de la humanidad.
Por primera vez en miles de años surgen países que no
están divididos entre explotadores y explotados, surge el socialismo con la
Revolución Bolchevique dirigida por Lenin, surge después el campo socialista a
partir de la lucha victoriosa de la URSS contra el fascismo. Pero el socialismo nació y tuvo que trabajar
y luchar en medio de la mayor pobreza, en medio de las agresiones y las
intervenciones de los capitalistas. Los
países imperialistas victoriosos en la Primera Guerra Mundial intervinieron en
la Unión Soviética, después la bloquearon, después alentaron el fascismo y
fueron los responsables de la agresión hitleriana a la Unión Soviética. Las dos terceras partes de la industria y de
la agricultura de ese heroico país fueron destruidas, 20 millones de personas
perdieron su vida. Todos los países de
Europa oriental quedaron convertidos en campos de batalla y destruidos, como
destruida quedó Budapest, quedó Varsovia y quedaron la mayor parte de las
ciudades y de los centros industriales de los países socialistas.
Al final de la guerra los imperialistas acumulaban
todo el oro del mundo, controlaban el comercio del mundo, controlaban la mayor
parte de los recursos minerales y los recursos energéticos del mundo, las
ciudades e industrias en Estados Unidos estaban intactas. La nueva fase de la contradicción entre el
socialismo y el imperialismo era una lucha muy difícil. Países que tenían que crearlo todo y
construirlo todo contra sistemas políticos de países que habían acumulado todas
las riquezas, que tenían además el arma nuclear.
Sin embargo, cuánto ha cambiado la situación en estos
25 años: militarmente
la correlación de fuerzas se hace favorable al campo socialista; económicamente
los avances del campo socialista en su conjunto, en el campo técnico,
científico, económico y social no tiene precedentes en la historia de la
humanidad.
Nuestro pueblo se educa en estas verdades, en estas
realidades y ha desarrollado un fuerte espíritu, una fuerte ideología, donde el
imperialismo no puede penetrar, que el imperialismo no puede socavar. Nuestro pueblo se desarrolla en un profundo
espíritu internacionalista, en un sentimiento de solidaridad hacia los demás
pueblos del mundo, hacia el campo socialista, hacia la URSS, hacia el
movimiento de liberación, hacia el pueblo de Viet Nam.
Los imperialistas siempre están llevando a cabo alguna
intriga, alguna maniobra, alguna agresión.
Unas veces contra Cuba, otras veces contra Checoslovaquia, otras veces
contra la RDA y hoy contra Viet Nam. En
Viet Nam se desarrolla una guerra criminal.
Sobre Viet Nam se han lanzado dos veces más bombas que todas las que se
lanzaron en la Segunda Guerra Mundial; millones de patriotas vietnamitas, de
hombres, de mujeres, de niños, han dado su vida defendiendo la independencia
nacional, defendiendo el socialismo, defendiendo el comunismo. El imperialismo yanki no tiene allí ningún
derecho, ni siquiera vínculos históricos.
Después de muchos años de lucha contra el imperialismo
francés los vietnamitas lograron una parte de sus objetivos de lucha por la
independencia. Después de los
colonialistas franceses, allí se introdujeron los imperialistas yankis,
impidieron las elecciones libres, comenzaron a crear un estado títere, a
armarIo; después intervinieron con todos sus recursos militares, con sus
ejércitos, contra los patriotas de Viet Nam del Sur, después aplicaron los
bombardeos masivos sobre Viet Nam del Norte, después la vietnamización de la
guerra, después de nuevo la escalada, los bombardeos y el minado de los
puertos.
El imperialismo yanki no tiene ningún derecho histórico,
ni legal, ni moral a estar allí. Y por
crímenes similares a los que cometen los imperialistas yankis en Viet Nam,
fueron sentados en el banquillo de los acusados de Nuremberg los dirigentes
fascistas, y fueron enviados a la horca muchos de ellos (APLAUSOS).
Viet Nam ha recibido el apoyo moral y material del
campo socialista. Con el apoyo del campo
socialista y del movimiento revolucionario internacional ha librado su lucha
heroica. Hoy Viet Nam enfrenta una tarea
difícil, una tarea dura, pero la enfrenta resueltamente, valerosamente, e
inflige derrotas a los agresores imperialistas.
Los imperialistas reanudaron sus bombardeos con mayor
crudeza y minaron los puertos para imponer sus condiciones al pueblo de Viet
Nam. Hoy el pueblo de Viet Nam necesita
más que nunca el apoyo político, el apoyo moral y el apoyo material del
movimiento revolucionario internacional.
Nosotros deseamos expresar aquí, en el seno del pueblo
heroico, combativo y revolucionario de Checoslovaquia, nuestro apoyo a Viet
Nam, nuestro apoyo a su línea política, nuestro apoyo a sus demandas
(APLAUSOS), nuestro apoyo a la solución política pero en base a los puntos
planteados por el Frente Nacional de Liberación, es decir, en base al cese de
los bombardeos, de la agresión imperialista, la retirada de las tropas yankis,
y el respeto absoluto al derecho de autodeterminación de los pueblos de
Indochina.
Queridos amigos: lo que podemos decir, próximo a
marcharnos, es que si nuestra estancia ha sido breve en Checoslovaquia ello se
debe a que hemos hecho un largo viaje por numerosos países, en Africa y en
Europa —desde luego, países socialistas, países revolucionarios: no hemos visitado ningún país capitalista ni
neocolonialista (APLAUSOS). Pero debemos
decir que realmente este es un país demasiado interesante, demasiado lleno de
historia, demasiado lleno de valores culturales y de valores humanos para que
pueda conocerse en tan breves días. Les
podemos decir que al marcharnos el sentimiento será de pena, de dolor, por no
haber podido permanecer nuestra delegación más tiempo entre ustedes. Pero nosotros llevaremos un agradecimiento
imborrable por la fraternidad, por la amistad, por el espíritu con que ustedes
nos han tratado; nosotros llevaremos siempre un recuerdo agradable de su país.
Pero más importante que todo: nos vamos con la profunda convicción de que
el pueblo de Checoslovaquia está venciendo todas las dificultades y marchará
victorioso hacia adelante; que el poder revolucionario se consolida en
Checoslovaquia; que los principios marxista-leninistas se enraízan en
Checoslovaquia (APLAUSOS); que el Partido marxista-leninista de Checoslovaquia
se arraiga en las masas y aumenta su influencia en ellas; que Checoslovaquia es
un eslabón sólido e indestructible del campo socialista (APLAUSOS); que el
prestigio del pueblo de Checoslovaquia y su influencia en el movimiento
revolucionario internacional en el futuro no solo alcanzará los más altos
niveles anteriores sino que los superará.
Y los pueblos del mundo seguirán mirando a Checoslovaquia como ejemplo
de país combativo, como ejemplo de país heroico, país patriótico, país
revolucionario y país internacionalista (APLAUSOS).
Y podemos asegurarles que en el pueblo de Cuba y en su
vanguardia revolucionaria, el Partido Comunista de Cuba, tendrán un fiel
hermano.
¡Que viva el heroico pueblo de Checoslovaquia! (APLAUSOS)
¡Que viva su Partido! (APLAUSOS)
¡Que viva la amistad entre los pueblos de
Checoslovaquia y Cuba! (APLAUSOS)
¡Que viva Checoslovaquia socialista! (APLAUSOS)
¡Que viva Checoslovaquia internacionalista! (APLAUSOS)
¡Que viva Checoslovaquia marxista-leninista! (APLAUSOS)
Muchas gracias (OVACION).