DISCURSO PRONUNCIADO POR
FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN LA INAUGURACION DE 44
SECUNDARIAS BASICAS EN EL CAMPO, EN EL ACTO EFECTUADO EN LA SECUNDARIA BASICA
XIII CONGRESO OBRERO, EN AGUACATE, LA
HABANA, EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 1972, "AÑO DE LA EMULACION
SOCIALISTA".
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES
TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO
REVOLUCIONARIO)
Señores
invitados;
Compañeros trabajadores,
profesores, alumnos, familiares y vecinos:
El 20 de
septiembre del pasado año, cuando se inauguraba la sexta escuela de este tipo
de construcción, sexta escuela secundaria básica en el campo, en Guane,
explicábamos cómo una enorme masa de estudiantes incrementaba el número de los
alumnos de secundaria básica; que aun cuando aquel año se habían terminado varias
escuelas, era prácticamente nada en comparación con el número de nuevos alumnos
que ingresaban en las secundarias básicas.
Explicábamos que por esas y otras razones, en el plan de 25 escuelas,
que inicialmente se había considerado para el año 1972, se iba a realizar un
esfuerzo grande para tratar de elevarlo a 40; y que aun con 40 nuevas escuelas
secundarias no era suficiente para asimilar toda la masa de nuevos
estudiantes.
Desde esa
fecha el sector de la construcción quedó comprometido a construir 40 escuelas
de este tipo.
No ha sido una
tarea fácil. Estas escuelas, ustedes las
ven: no es solo su dimensión; llevan gran cantidad de materiales de todo tipo,
y de materiales sobre todo para la terminación, que va desde la pintura hasta
el tendido eléctrico. Además, el año que
acaba de transcurrir ha sido un año lluvioso, fuertemente lluvioso, que puso a
prueba la voluntad y el tesón de los constructores.
Pero el
esfuerzo dio como resultado el cumplimiento del plan y más aún el
sobrecumplimiento del plan de secundarias básicas. Porque, en realidad, el plan
era de 40, pero en estos instantes se están inaugurando 44 escuelas secundarias
(APLAUSOS). Es decir, son 44 nuevas escuelas terminadas después del 20 de
septiembre del año pasado; se fueron terminando en el transcurso de ese
período, pero la inmensa mayoría se construyeron ya en los meses próximos a
septiembre de este año.
El número de
escuelas terminadas por provincias son:
2 en Pinar del Río, 17 en La Habana, 4 en Isla de Pinos, 4 en Matanzas,
8 en Las Villas, 2 en Camagüey y 7 en Oriente.
Pero las
brigadas de construcción no se han limitado solo a terminar estas escuelas,
sino que ya hay decenas y decenas de nuevas escuelas en distintas fases de
construcción, puesto que cada brigada sigue una secuencia: termina el movimiento de tierra de una de las
escuelas y va para otra; y las brigadas de izaje van detrás. De modo que cuando se han terminado 40 y
tantas, hay un número mayor en proceso de construcción.
A pesar de
estas 44 escuelas, el número de alumnos que ingresa en secundaria básica este
año, el incremento en las secundarias básicas es superior a los alumnos que
pueden ingresar en esas 44 escuelas.
Aparte de los alumnos que van a estudiar para maestros y para distintas
ramas, solo al nivel de secundaria básica han arribado aproximadamente 30 000
nuevos alumnos.
Es decir que a
pesar de nuestro esfuerzo, la demanda todavía está por encima de las
capacidades.
También en
aquella ocasión hablábamos de las ideas con relación a 1973, 1974 y 1975. Se hablaba de que para 1975, el país podría
disponer de un total aproximado de 300 escuelas; y se hablaba también de
alcanzar una capacidad de construcción de 100 por año, en 1975.
Posteriormente
analizándose más y más todas nuestras posibilidades, y a medida que se ponían a
plena producción la fábrica de cabillas, se terminaban y se ponían en
producción fábricas de cemento, y se hacían nuevas instalaciones de materiales
se vio que aún era posible hacer un plan más ambicioso. Desde luego, esto sin dejar de tener en
cuenta el incremento en la construcción de viviendas, el incremento en la
construcción de lecherías, el incremento en construcciones industriales, el
gasto de materiales en los mantenimientos, etcétera. Se decidió pues incrementar el plan de
construcciones escolares que no comprende solo secundarias, sino también
escuelas politécnicas, institutos tecnológicos, escuelas de maestros, y
otras.
Cuando
hablamos de capacidades, nos referimos a la capacidad que tiene una de estas
escuelas; cuando se dice que se han creado capacidades para 22 000 estudiantes,
son las equivalentes a 44 de estas escuelas.
También se
están construyendo los otros tipos de escuelas a que nos referíamos, y que
constituyen capacidades para estudiantes de nivel medio.
Alcanzaremos
en el año 1973 una cifra superior a la que inicialmente se había concebido para
el año 1975. En 1975 se consideró la
posibilidad de llegar a construir capacidades para 50 000 estudiantes, pero ya
el próximo año realmente se construirán capacidades para alrededor de 80 000 estudiantes de nivel medio
(APLAUSOS).
Hay en este
momento más de 100 brigadas de construcciones escolares constituidas, y la
mayor parte ya están trabajando en la construcción de Secundarias Básicas,
escuelas politécnicas, escuelas de maestros, institutos tecnológicos y escuelas
de otro tipo, como es la escuela vocacional que se construye a ritmo rápido en
la provincia de La Habana.
y calculamos que, manteniendo el esfuerzo de este año y teniendo en cuenta
la mayor experiencia de los constructores, el desarrollo de la industria de
materiales, el aumento de la productividad de las brigadas, será posible crear
en todos esos tipos de escuelas capacidades para un número de estudiantes como
el referido; es decir, casi cuatro veces la capacidad que se ha creado este
año.
Debe añadirse,
en mérito de los constructores, que se hizo un esfuerzo adicional, puesto que
se analizaba lo que se construía en un año, y un año siempre termina en
diciembre. Aquí se hizo un esfuerzo
adicional y el año terminó en septiembre, y cuando se planteó el compromiso fue
para septiembre. Es decir, ahora vamos
de septiembre en septiembre. Si contamos
este año entero se terminan unas cuantas escuelas de aquí a diciembre; pero
esas no las contamos, esas las contamos en las capacidades de 1973, es decir
las nuevas capacidades que entran entre septiembre de 1972 y septiembre de
1973.
Y cuando ya el
próximo año se hayan creado esas capacidades, por primera vez las
construcciones escolares para estudiantes de nivel medio se irán por delante de
los incrementos de estudiantes en ese nivel.
Es decir que si el año próximo ingresaran 35 000, 40 000 o el incremento
total fuera de 50 000, nosotros nos vamos unos 30 000 por encima del incremento
total.
Y no hay duda
de que si se tiene en cuenta el enorme avance de la educación en Cuba, y los
tremendos incrementos de las matrículas en el nivel medio, el lograr marchar
por delante del número total de ingresos es sin duda un éxito notable.
Claro está que
esto significará que un mayor número de estudiantes podrá incorporarse a este
sistema. Es decir que si ingresan 30 000
nuevos, se pueden absorber los 30 000 nuevos y pasar decenas de miles de los
que actualmente estudian en el viejo sistema a este sistema de estudio y de
trabajo. Y por otro lado, los locales
que ellos usan actualmente en las ciudades pasarán a engrosar las capacidades
de las escuelas primarias.
Quiere esto
decir que al construir secundarias básicas en el campo, estamos creando
capacidades para incorporar a los jóvenes a este óptimo sistema de educación y,
a la vez, estamos liberando capacidades para las escuelas primarias en las
ciudades.
Es conocido
que no todos los estudiantes de primaria ni mucho menos realizan sus estudios
hoy día en óptimas condiciones. Son
conocidos igualmente los casos en que solo se puede dar una sola sesión, por
falta de locales. De modo que el
programa de construcción de secundarias politécnicas, etcétera, tiene la
ventaja no solo de combinar el estudio y el trabajo en los estudiantes de nivel
medio, sino la posibilidad de crear capacidades también en la enseñanza
primaria.
y así, el año próximo por esta vía se incrementarán notablemente los
locales para la primaria, puesto que un número de estudiantes de los que irían
a matricular en las escuelas medias de la ciudad irán a matricular en escuelas
como esta.
A raíz del
Congreso de nuestra Juventud, se habló extensamente acerca de las perspectivas
de la aplicación de estos programas desde ahora hasta 1980, y se consideró la
posibilidad, gracias precisamente a estos incrementos de productividad y de
capacidad constructiva, de incorporar al sistema de estudio y trabajo, de ahora
a 1980, un total aproximado de un millón de jóvenes.
Para lograr
eso era necesario cumplir este plan, para lograr eso es necesario alcanzar el
ritmo propuesto para el próximo año.
Infortunadamente
en 1974 y 1975 todavía no podremos incrementar mucho más las construcciones
escolares con relación a 1973, porque estaremos en el tope de nuestras
producciones de materiales. Y están los
programas de construcciones de lecherías, de viviendas y las demás
construcciones. Pero también se están
realizando las gestiones para ampliar la industria de materiales, se están
realizando las contrataciones para adquirir nuevas plantas de cemento que nos
permitan en el próximo quinquenio elevar nuestra producción de cemento,
aproximadamente 5 millones de toneladas por año. Ya en 1973 estaremos en los 2 millones y un
poquitico más; son las capacidades establecidas. Pero, claro, ya llegamos al tope.
En 1975 y
sobre todo entre 1976 y 1977 tendremos grandes disponibilidades adicionales de
cemento, con lo cual podremos impulsar el programa de viviendas mucho más, el
programa de construcciones económicas y también nuestro programa de
construcciones escolares.
Los 5 millones
de toneladas de cemento, la experiencia, el crecimiento de las capacidades
constructivas y de materiales de construcción en general nos permitirán
virtualmente hacer lo que queramos.
Se está
incrementando también ya la capacidad instalada de acero corrugado, para
duplicar nuestra actual producción en Antillana de Acero; se están negociando
nuevas plantas para la producción de muebles sanitarios y otros materiales
necesarios. Se han adquirido numerosas
plantas de producción de baldosas, plantas muy modernas en que un grupo muy
reducido de obreros realiza la producción.
En muchas de
estas escuelas ha habido que hacer el piso con el método tradicional, pero ya
hay una nueva fábrica de baldosas en producción y cinco más construyéndose, que
tendrán capacidad de producir unos 400 000 metros cuadrados cada una.
Los que
estuvieron presente en la Plenaria de la Construcción recordarán el análisis
que se hizo de que haciendo el piso de mosaico, para producir los mosaicos que
se necesitaban, digamos, en 1975, harían falta unos 4 000 obreros, y que
alrededor de 400 podían tener la misma producción en metros cuadrados si se
trataba de baldosas.
De modo que al
producir baldosas y emplear las baldosas en vez del mosaico ganamos, en primer
lugar, un piso de más calidad, una productividad diez veces mayor en la
industria y una productividad mucho más alta en los que colocan las baldosas en
vez del mosaico.
De este modo
sin renunciar a los mosaicos que producimos, porque nosotros —como hemos dicho
otras veces— no podemos renunciar a nada, ni a un ladrillo, ni a un bloque, ni
a un mosaico, porque ese mosaico lo necesitamos. Mientras haya un chinchal, aunque sea viejo,
ese está produciendo mosaico por mosaico, ladrillo por ladrillo. La introducción de nuevas tecnologías no
significa la renuncia ni mucho menos de cualquier vieja tecnología de
construcción; porque no nos podemos permitir hoy por hoy el lujo de renunciar a
un ladrillo ni a un mosaico, aunque la productividad sea mucho más baja. De este modo, repito, el sistema para la
construcción de pisos que se desarrollará en la producción industrial que se va
incrementando, es en base a baldosas de granito.
Cinco plantas
se han adquirido. Y otras serán
adquiridas en el futuro.
Para llegar a
los programas de construcción de viviendas capaces de satisfacer nuestras
necesidades, que son alrededor de 100 000 o más por año, toda la industria de
producción de materiales tiene que ser incrementada.
Es cierto que
con lo que se construye una de estas escuelas se pueden construir unas 150
viviendas. No podemos dedicarlo todo a construir escuelas, ni todo a construir
viviendas.
Las
construcciones de viviendas se han incrementado mucho, y en el año 1973
estaremos construyendo seis o siete veces por encima de lo que se construía de
viviendas en 1970. El programa de construcción de lecherías también está
incomparablemente por encima de las que se construían en 1970. En 1973 se
construirán ya alrededor de 600 lecherías.
Comprendemos
que 40 000 viviendas todavía es muy poco. Aunque se vean levantar muchos
edificios, las necesidades acumuladas son muy grandes.
Pero en
general, con la base material que se está creando, las técnicas de construcción
nuevas, la elevación de la productividad, tan pronto esa base se haya
desarrollado, en el próximo quinquenio podremos hacer en materia de escuelas y
de viviendas y de lecherías y de construcciones de cualquier tipo, virtualmente
lo que queramos.
Es por eso
que, alcanzando una capacidad en construcciones escolares ya en 1973 para
alrededor de 80 000 nuevos estudiantes, con los incrementos programados que
tendremos en la industria de materiales, llegaremos perfectamente bien al
cumplimiento del programa para un millón de estudiantes en 1980.
Cuando esto se
haya logrado, también estamos conscientes de que habremos realizado la más
grande revolución educacional que haya conocido ningún país (APLAUSOS) y la
aplicación masiva de un óptimo sistema de educación con la participación en el
desarrollo económico de nuestra juventud.
Porque hay un
principio evidente: un país pobre no podría darle educación a todos, excepto
que todos participen en las actividades productivas. Porque si no, tendría que
condenarse a unos a no estudiar y solo unos pocos podrían estudiar. La participación de la juventud en los
programas de desarrollo y en los programas productivos, permitirá igualmente al
país hacer lo que quiera en el campo de la educación.
Hoy el costo
de la educación se aproxima a los 500 millones de pesos. En 1980 el valor de la producción del millón
de jóvenes estará por encima de todo el costo de la educación, aunque el costo
de la educación sobrepase los 1 000 millones de pesos.
Esto es en el
orden cuantitativo. Pero está el orden cualitativo: ¡en qué condiciones
materiales va a estudiar esa juventud!
Pero hay un aspecto cualitativo no solo material, sino también una
cuestión cualitativa en lo pedagógico.
Cada escuela de estas será un vivero de experiencias y de nuevos
conocimientos, un vivero de nuevos cuadros y nuevos dirigentes para la
educación.
Cuáles serán
las condiciones de nuestro país cuando tengamos, no solo para una fecha como
1980, 1 000 000 de jóvenes incorporados a este sistema, sino también decenas de
miles de profesores y cuadros educacionales cuya edad promedio estará por
debajo de los 25 años. Creo que el país
que logre eso, habrá creado posibilidades infinitas en el campo del desarrollo
social, del desarrollo técnico, del desarrollo educacional.
Como no era
solo una cuestión de escuelas, porque lo único que teníamos eran los muchachos,
que han crecido en número, que con motivo del desarrollo de la enseñanza
primaria llegan masivamente a sexto grado todos los años. Y en algunos lugares más que en otros. Nosotros recientemente, de visita por la zona
de Pilón, en Oriente, íbamos por un camino rural: casas y más casas a cada
lado. Y allí lo que había era un enjambre de muchachos. No se puede calificar de otra forma sino de
enjambre de muchachos. ¡lncreíble! Y el país en cierto sentido, y en muchos
lugares, ha podido ver ese fenómeno del crecimiento de la población. Pero las escuelas no las teníamos —esa es la
realidad— y los profesores no los teníamos.
Resuelta en
perspectiva la cuestión de construir las escuelas —y no cualquier escuela—,
¿cómo resolveríamos la de los profesores?
Los que se habían matriculado en el Pedagógico y en las universidades no
daban abasto ni para cubrir una parte pequeña de las necesidades. Por eso, también a raíz del Congreso de la
Juventud, se hizo el llamamiento a los estudiantes de décimo grado a
inscribirse como aspirantes a profesores, y la respuesta fue grande: cerca de 4
000 respondieron. Claro está, no siempre que un número de 4 000 da respuesta
significa que esté asegurado ese número.
Después vienen los que pasan de curso, y los que ratifican. Pero de todas formas, en total, ingresan como
consecuencia de ese movimiento más de 2 000 a la actividad profesoral o a la
carrera profesoral.
Hay que
continuar haciendo ese movimiento, no se puede permitir que pierda fuerza,
porque ese es el otro pilar del programa, que es el desarrollo de los cuadros
profesorales.
Es decir, que
lo de los profesores al parecer estará resuelto. Luego, ya tenemos las tres cosas: los jóvenes
—que estaban de antemano—, las escuelas y los profesores.
Hay otro
aspecto, que es la actividad productiva asociada al desarrollo de los planes
agrícolas. Ahora, dado el número de
escuelas, tenemos que ser muy cuidadosos en la ubicación de cada escuela, de
manera que su ubicación represente un incremento de las actividades
productivas; no ir a realizar una tarea que ya estaba realizándose por
trabajadores habituales. Hay que ser muy
cuidadosos en la ubicación y en la selección de los lugares donde se construyen
las escuelas.
Ya no se
construyen solo las secundarias básicas en el campo, sino también las escuelas
politécnicas en las fábricas y en los centrales azucareros. Ese es otro programa muy importante. Pero irán a las escuelas politécnicas
estudiantes de otro nivel —es decir, nivel medio superior— o de otras
edades.
En las
secundarias estarán entre 12 y 16 años aproximadamente; puede ser 17 —según—,
si hay algún año o dos años de retraso escolar.
En los politécnicos tendrán que tener un mínimo de 16 años: pueden ser
alumnos que estén en ese nivel medio superior o pueden ser atrasados escolares
de secundaria.
Digamos un
muchacho de 16 años y sexto grado aprobado: no es razonable enviarlo a una
secundaria; ya tiene más edad, más crecimiento. Es lógico enviarlo a una
escuela de otro tipo —un instituto o una escuela politécnica—, donde estudiando
tres años y a la vez participando en la producción pueda hacerse un obrero bien
calificado para los trabajos industriales. Después puede seguir haciendo los
estudios superiores en programas de estudios dirigidos.
Es decir que
cualquier joven tiene posibilidad de realizar cualquier tipo de estudio.
Llegará un
momento también en que un joven, por ejemplo, con 13 años ó 14 años en cuarto
grado, no debe estar en una escuela primaria corriente, debe estar en una
escuela como esta, que sería una escuela primaria en el campo con alumnos que
tienen un alto atraso escolar.
Hay también
otras escuelas como la Escuela Vocacional de Vento para la cual se están
haciendo las correspondientes construcciones, que tendrán producciones de tipo
industrial; pero serán industrias instaladas en las proximidades de las
escuelas con tareas que puedan ser desarrolladas por esos estudiantes.
En general la
escuela irá a la fábrica, y por excepción las fábricas irán a algunas
escuelas.
Es necesario
analizarlo todo, bien cuidadosamente en el Ministerio, en los organismos
económicos, para que este programa no se distorsione, para que las ideas
concebidas y en desarrollo se apliquen de una manera consecuente.
La posibilidad
de cumplir este programa de 44 escuelas que hoy se inauguran se debió al
esfuerzo de los obreros de la construcción y a la cooperación de los diversos
organismos, y en ocasiones a la participación masiva de los vecinos.
Han
participado jóvenes Seguidores de Camilo y Che; han participado cuadros del
movimiento obrero; han participado compañeros del Ministerio de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior, una de cuyas fuerzas
construyó en tiempo récord una magnífica escuela en el plan 19 de Abril. Han participado obreros de las microbrigadas;
y ha participado el pueblo en general.
Creo que aquí hay muchos vecinos que de una forma o de otra pusieron su
granito de arena en esta escuela.
Esta escuela,
como ven, ya cambia en su diseño con relación a las primarias, con ahorro de
material y ahorro de trabajo, puesto que ya no tiene dos edificaciones como
aquellas, es decir, no tiene tres edificios como aquel de tres plantas.
Tiene un
edificio como aquel, pero los otros dos se sintetizan en una construcción de
más longitud y altura, que se comunica con el otro no solo ya por el pasillo de
abajo, sino que se comunican también por un pasillo superior, aumentando las
facilidades de movimiento de los estudiantes.
Esto es un
avance tecnológico de los compañeros diseñadores y proyectistas de estas
escuelas, que ha permitido ahorrar materiales y ahorrar trabajo. Y la escuela no ha perdido ni mucho menos en
belleza, al contrario, ha adquirido más altura.
Por lo menos se ve desde más lejos y es de suponer que en el cuarto piso
haya más fresco.
Por lo demás,
las instalaciones son iguales: campos deportivos, áreas verdes. Como esta escuela está tan recién terminada
el área verde está en desarrollo, y alguna yerbita falta por sembrar.
Se hizo la
inauguración simbólica de las 44 en esta escuela como homenaje y en
reconocimiento a los compañeros del movimiento sindical que participaron en su
construcción.
Queremos
señalar que esta escuela se empezó a construir en marzo, en el mes de marzo de
este año. En el mes de marzo llegaron
aquí los cuadros obreros con los picos y las palas, si acaso; porque en
aquellos primeros días no había excavadoras, no había algunos de los equipos
que ya ellos tienen ahora.
Recordamos sus
dificultades iniciales, su angustia, su ansiosa búsqueda de una excavadora por
los alrededores; la falta de camiones, la falta de todo. Y esta escuela no estaba priorizada. Estaban priorizadas las otras dentro del
programa de las 40, y ellos se empeñaron en terminar de todas maneras esta
escuela para septiembre, y al final se les pudo dar ya con más amplitud los
materiales.
De modo que
esta escuela se ha construido en menos de seis meses (APLAUSOS), cuando era la
primera vez que muchos de ellos construían.
Aquí demostraron el espíritu de nuestro movimiento obrero: venciendo las
dificultades, la inexperiencia, los obstáculos iniciales, la falta de
priorización y la falta de equipos.
Porque como esta era una brigada improvisada por un año, no había
asignación de equipos para esa brigada, porque nadie pensó al principio que
ellos iban a seguir siendo constructores.
Por otro lado,
nosotros éramos opuestos a presionar para que siguieran en la construcción.
¿Por qué? Por una cuestión de confianza:
si el movimiento obrero cooperó, organizó la brigada, nosotros no queríamos de
ninguna manera que se diera la impresión de que se faltaba a la palabra, y que
la cooperación que estaban prestando por un año sus cuadros se iba a traducir en
una cooperación permanente.
En una visita
nuestra a esta escuela pudimos captar el interés enorme de esos compañeros
obreros, su decisión, su deseo, su voluntad de seguir constituyendo una brigada
de construcciones escolares.
Ya lo que se
planteaba era otro tipo de problema: si se rechazaba terminantemente aquello, o
se aceptaba. Pero entonces nosotros
dijimos que había que tener en cuenta cada caso. En primer lugar, que ninguno se fuera a
incorporar por cuestiones de presión moral o se sintiera moralmente
comprometido. En segundo lugar, que había que tener en cuenta el centro de
trabajo del que procedía cada uno de ellos.
Primero, como cuadro del movimiento sindical, si resultaba
insustituible; o como cuadro de la industria en cuestión, si por la tarea que
desempeñaba allí no iba a resultar en detrimento de la economía que pasara al
frente de las construcciones. Y una vez
analizado todo eso, y discutido con la CTC se permitiera efectivamente crear
una brigada con esa fuerza de los cuadros.
Pero también,
para aprovechar el carácter selectivo —puesto que son dirigentes del movimiento
obrero, compañeros que han tenido la confianza de sus compañeros— que se
convirtiera esta brigada en una especie de brigada-escuela, donde también se
mandaran algunos jóvenes que quisieran aprender la construcción, para que
aprendieran las técnicas, para que se empaparan del espíritu de la brigada; y a
la vez se siguiera un programa de estudio y de superación de los compañeros que
formaban parte de la brigada, dadas las circunstancias de la necesidad de
promover cuadros que tiene también la construcción, y de esa forma esta brigada
permaneciera construyendo escuelas politécnicas.
Y
efectivamente una vez que terminen su próxima obra —que es una especie de
facultad agropecuaria en esta agrupación genética— pasarán a construir un
instituto politécnico para 1 000 jóvenes en la industria "Enrique José
Varona", que es la industria de pailería de aceros inoxidables.
Allí entre las metas de ellos está la construcción
de esa escuela en este próximo año, en una industria que tendrá también estudio
y trabajo, formando obreros calificados que además participarán en la
producción. Quiere decir que por cada escuela de esas que ellos hagan
incorporan 500 obreros a tiempo completo
a la producción, porque serán 1 000 estudiantes trabajando cuatro horas. Y está
demostrado que los estudiantes en general de los distintos niveles en su
período de tiempo de trabajo cumplen y sobrecumplen las normas de producción. Si se tiene en cuenta los conocimientos, la
edad, no tiene nada de extraño que en cuatro horas sobrecumplan fácilmente las
tareas correspondientes a esa media jornada.
De manera que
ellos van a quedar construyendo escuelas politécnicas, es decir creando centros
de educación, aportando estudiantes trabajadores a las industrias. Ellos pasan de dirigentes obreros a
forjadores de masas de obreros.
Y en
reconocimiento al movimiento obrero, se le va a poner a esta escuela el nombre
de XIII Congreso (APLAUSOS).
En este mismo
instante en 44 lugares del país los estudiantes, formados y organizados, están
participando en la inauguración de sus escuelas. ¡No hay otra forma de hacer ya las
inauguraciones! Porque cuando eran unas poquitas escuelas, un acto en Ceiba Uno
y otro en Ceiba Tres y otro en Guane y otro en Isla de Pinos y otro en Jagüey
(APLAUSOS).
Pero ya estas
escuelas se levantan por todas partes, se yerguen por todas partes, se ven por
todas partes en los llanos y en las montañas, transformando el panorama social
y transformando hasta el panorama físico. Imposible inaugurar escuela por
escuela, porque habría que estar inaugurando una escuela cada dos días y medio
por lo menos, todo lo más cada tres días, y no habría quién resistiera tantas
inauguraciones. Ya aquí hay que hacer inauguraciones
en masa una fecha al año.
Ahora viene la
cuestión del funcionamiento de estas escuelas, que necesita la cooperación de
las autoridades educacionales y de las autoridades económicas, las autoridades
productivas; en este caso, de la agricultura.
Esta escuela
está ubicada en un plan de viandas y vegetales, que es el plan de viandas y
vegetales de la Agrupación de Granjas Genéticas del Este de La Habana. Pero los obreros y las familias de esta
región tendrán por misión producir leche, y la están produciendo ya a un ritmo
creciente.
Este año solo
en esta región se están construyendo alrededor de 100 lecherías. Hay animales de gran calidad. Y avanza la ganadería por estos lugares. En muchos terrenos que eran pedregosos se ha
recogido la piedra, se han sembrado los pastos, se están haciendo las
instalaciones de ordeño, los caminos, los trabajos hidráulicos, el desbroce del
terreno. ¡Una verdadera revolución en
todo esto!
Este plan de
viandas y vegetales ha permitido que las familias que vivían antes en esta
región con sus minifundios, hoy incorporadas a este plan, consuman más leche y
consuman más viandas y vegetales y de mejor calidad del que consumieron nunca
antes.
Y a esta
escuela vendrán en general alumnos de esta región, hijos de familias que viven
trabajando en la ganadería o en la caña o en otras actividades. Para el próximo
año habrá una escuela similar en un plan de viandas y vegetales, similar para
el abastecimiento de los obreros del Plan Cañero del Valle de Bainoa (APLAUSOS).
Así que en esta dirección tendremos esta
escuela y en el Valle de Bainoa otra escuela, donde también irán
preferentemente los hijos de las familias, de los obreros que trabajan en ese
plan de caña.
Esta es una
sólida garantía para el abastecimiento de viandas y vegetales para los
trabajadores de la región.
Y en cada uno
de los pueblecitos que se están haciendo existe también la escuela primaria con
estudio y trabajo. Ellos tienen un huerto de 20 a 25 hectáreas. Allí al lado del pueblecito donde los ayudan
también los retirados. Todos allí ponen su mano y su granito de arena en los
huertos de vegetales de la escuela primaria.
Cerca de aquí tenemos ya dos escuelas primarias, en Aguacate, a las que
se les incorporó su huertecito.
Así que el
sistema vendrá desde la primaria. En cada pueblecito tendrán el huerto escolar,
producirán para el comedor de la escuela y producirán para el pueblecito. Y después, cuando pasen a esta escuela,
estarán produciendo para todo el plan, hasta que pasen a una escuela politécnica
o a un instituto tecnológico.
Es decir que
todo el sistema se va integrando, y el principio de estudio y trabajo se va a
ir llevando también progresivamente a la enseñanza primaria. Calculen ustedes
todas las ventajas que implica para la sociedad del futuro que desde la
primaria ya los muchachos participen en actividades productivas, pero no como
un entretenimiento, sino como una formación, y además una actividad productiva,
útil y valiosa.
El próximo año
en el programa de construcciones escolares la provincia que tendrá que realizar
el mayor esfuerzo es la de Oriente. En Oriente se edificarán en este próximo
año casi tantas, entre secundarias, politécnicos, escuelas de maestros,
etcétera, como todas las que se han construido nacionalmente en 1972. Hay que tener en cuenta que Oriente es
grande, y los mayores enjambres están allá y las mayores potencialidades
agrícolas también.
Este programa
se empezó a desarrollar en la región de Occidente, y ya se extiende por todo el
país.
Tendrán
importantes programas la provincia de Oriente, la provincia de Camagüey, la
provincia de La Habana. Pero en general
los programas son intensos en todo el país.
Creemos
sinceramente que nuestro país se puede sentir satisfecho de la marcha de este
programa de construcciones escolares. Y muchos de los visitantes se llenan de
admiración ante esta concepción educacional. Muchos organismos educacionales
internacionales, entre ellos organismos de la UNESCO, están prestando atención
y siguiendo con el mayor interés este sistema, y cada vez son más las
instituciones en diversas partes del mundo interesadas en conocer su
desarrollo.
Ya, como
ustedes saben, virtualmente las tres universidades están incorporadas a los
planes de estudio y de trabajo; decenas de miles de estudiantes universitarios
participan en actividades productivas en las industrias, en los hospitales, en
las escuelas; decenas de miles, la totalidad de los estudiantes universitarios
del país prácticamente (APLAUSOS). Eso
se ha ido logrando en el transcurso del último año.
A la vez,
miles y miles de obreros han tenido la oportunidad —mediante los mecanismos que
se han creado para poder aplicar este sistema, que en muchos casos consiste en
llevar la universidad a la fábrica— de matricularse en las universidades.
Por otro lado,
los resultados desde el punto de vista pedagógico son muy buenos. La escuela de más alta promoción en todo el
país fue una escuela secundaria en el campo, que fue la escuela de Ceiba 1
(APLAUSOS), con 94% de promoción antes de los extraordinarios, es decir, sin
contar los exámenes extraordinarios. Hay otra escuela también en Ceiba, Ceiba
3, que obtuvo también el 94%, aunque ellos no tenían alumnos de décimo grado
—es la diferencia que permitió a Ceiba 1 alcanzar el primer lugar. Pero de todas formas fue un notable esfuerzo
el de esa escuela para alcanzar sin los extraordinarios el 94%. Claro que esas
escuelas con el extraordinario alcanzaron un porcentaje más alto.
En La Habana
había un grupo de escuelas secundarias en el campo.
El promedio de
promoción de las escuelas en La Habana con el extraordinario, fue del 94%
(APLAUSOS); el de las escuelas externas tradicionales fue de 82%. Doce puntos por encima de las escuelas
tradicionales, es decir 14,6% más de promoción.
Se está demostrando
incuestionablemente la superior calidad de estas escuelas, no obstante ser algo
nuevo. Será necesario ir ahora reuniendo
las experiencias.
Ya no son dos,
ni tres, ni cuatro escuelas: ya tenemos
51 escuelas secundarias en el campo. Y
ya serán cientos funcionando en los próximos años. Esto permitirá ir acumulando experiencias y
hay que sistematizar ese proceso de acumular experiencias. Hay que reunir todos los años de alguna forma
esas experiencias, hay que reunir de alguna forma a los directores de las
escuelas —no voy a decir una reunión muy larga, pues tienen bastante trabajo y
tendrán también que refrescar un poco en el verano los profesores, pero
reunirse todos los años de alguna forma, aunque sea breve— para intercambiar
las opiniones y las experiencias de todas estas escuelas. ¡lmagínense qué enciclopedia pedagógica puede
salir de esto y qué posibilidades de perfeccionamiento! Confrontar las experiencias: las de las escuelas que lograron más alta
promoción y por qué, las que se quedaron más rezagadas y por qué.
Es preciso
establecer desde ya el principio de que ninguna escuela secundaria en el campo
con esta base material, estas instalaciones, se quede por debajo del 90% en
promoción. No quiero decir que nos
conformemos con el 90%. Nosotros creemos
que en la medida en que los alumnos han hecho su problema la cuestión de la
promoción, en la medida en que ellos participan en esa batalla es que se están
logrando los mayores resultados.
Claro que
habrá que lograr la promoción y a la vez el óptimo cumplimiento de los
programas productivos también. En otros
sitios hemos señalado la importancia que tiene que los directores de las
escuelas, los profesores, traten de participar de algún modo y preocuparse por
los problemas de la región, por los problemas de los planes, que ellos sean
también conciencia vigilante y exhortante para la mejor marcha, para la mejor
calidad del trabajo. El hecho de ser
cuadros de la escuela no les da derecho a ser ajenos o a ser indiferentes a la
situación que los rodea, a la forma en que se desarrolla el trabajo productivo
y el trabajo revolucionario en las áreas que rodean la escuela. Y deben aportar su intelecto, sus
conocimientos, sus capacidades organizativas.
No se olviden
que el campo es lo más atrasado, no se olviden que el campo no es una industria
moderna, no se puede dejar de tener en cuenta los niveles de escolaridad
incluso de muchos cuadros que están en los planes y de los hombres que operan
los equipos y que tienen responsabilidades.
Hay que tener en cuenta eso, no imaginarse un paraíso, un edén, que todo
marcha idílicamente. ¡No! Hay muchos hombres trabajando en el campo que tienen
muy bajo nivel, y ese bajo nivel muchas veces les lleva a cometer errores, a no
ser conscientes, los lleva a imperfecciones, a descuidos, a negligencias.
¡Falta la
exigencia de la calidad! Y la exigencia de la calidad debe ser un principio de
un cuadro educacional, porque por algo se les da la responsabilidad de educar a
las nuevas generaciones. Y la conciencia
de la calidad tiene que prevalecer y esa conciencia no solo aplicarla en el
ámbito de la escuela, sino tratar de trasmitirla al ámbito que rodea la
escuela; es decir, ejercer su influencia cultural y su influencia en el
ambiente que rodea la escuela. Esta no
solo debe ser un centro de enseñanza y un centro productivo: tiene que ser un
ejemplo, tiene que irradiar conciencia política, conciencia revolucionaria,
exigencia de la calidad y exigencia del deber.
Son muchas las
esperanzas que tenemos en esa generación nueva de profesores que sale de las
propias secundarias y que cada vez más saldrá de las secundarias en el
campo. Y llegará el día en que tengamos
profesores que empezaron a trabajar en la primaria, en el huerto, estudiaron
luego en una secundaria, y se hicieron profesores más tarde enseñando y
estudiando.
A todas luces,
son magníficas perspectivas estas que tenemos en nuestras manos. Y solo
nosotros podemos aprovecharlas óptimamente, o solo nosotros seremos
responsables de no aprovecharlas óptimamente. Estando —como está— ese magnífico
futuro en nuestras manos, tenemos que estar conscientes de nuestro deber de
llevarlo a cabo.
Creemos que
posibilidades y facilidades como esta no ha tenido nunca nadie, ningún
colectivo de profesores, ningún colectivo de jóvenes.
Como estas
escuelas se hacen en serie y se hacen en planes y son conocidas como Jagüey 1,
Jagüey 2, Ceiba 1, Ceiba 2, Ceiba 3.
Pero no nos conformamos con eso.
Se ha decidido también ponerles nombre a las escuelas. Y así, se está siguiendo un criterio: nombre
de países amigos; nombres de destacados combatientes internacionales; nombres
de hombres que han dado su vida por la ciencia, por la técnica; nombres de
compatriotas nuestros, de combatientes de todas las épocas, desde la lucha de
independencia hasta hoy; nombres de cubanos que se han destacado especialmente,
como el de la compañera enfermera que murió mientras prestaba su servicio en
Viet Nam (APLAUSOS).
Estas escuelas
honrarán con sus nombres la amistad, la fraternidad, el internacionalismo, el
heroísmo, el cumplimiento del deber. Y cada colectivo de profesores y de
estudiantes deberá luchar y trabajar para que cada escuela constituya un
verdadero homenaje al héroe cuyo nombre lleva.
Nosotros
tenemos grandes esperanzas. Nosotros tenemos
la convicción de que marcharán, y marcharán bien. Nosotros tenemos la
convicción de que nuestros obreros continuarán construyendo, cada vez con mayor
eficacia, cada vez con mayor calidad, cada vez con mayor productividad, cada
vez con mayor entusiasmo. Nosotros tenemos la convicción de que nuestros
profesores cada vez serán también más eficientes y más entusiastas, la
convicción de que el Ministerio trabajará cada vez mejor, y la convicción de
que nuestros jóvenes serán cada vez más ejemplares.
¡Patria o
Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)