DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN EL ACTO CENTRAL NACIONAL POR EL "DIA DEL CONSTRUCTOR", CELEBRADO EN LA ESCUELA FORMADORA DE MAESTROS "PRESIDENTE ALLENDE", EN LA ZONA DE ALTAHABANA. LA HABANA, 5 DE DICIEMBRE DE 1974, "AÑO DEL XV ANIVERSARIO".
(DEPARTAMENTO VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Queridas compañeras Hortensia Bussi de Allende y Beatriz Allende (APLAUSOS);
Distinguidos invitados;
Queridos compañeros del Partido y del Gobierno;
Queridos trabajadores de la construcción;
Queridos estudiantes y profesores (APLAUSOS):
Es realmente un hecho bello y agradable, poder conmemorar este Día del Constructor inaugurando una maravillosa escuela como esta (APLAUSOS), que ha salido de las manos laboriosas y creadoras de los constructores. A la vez, este acto en homenaje a los constructores sirve prácticamente para inaugurar el curso escolar 1974-1975. La verdad es que son tantas obras y tantas fechas y tantos acontecimientos, que de alguna forma o de otra hay que combinarlos.
Esta escuela, que no es una escuelita —y que como decía Pepe Ramírez: es más fácil construir hoy, que construir antes una escuelita en el campo— (APLAUSOS), se empezó a edificar en el primer semestre de 1972. Está ubicada en el Regional Boyeros, consta de edificaciones diseñadas con elementos prefabricados del sistema Girón, tanque de agua, del sistema de molde deslizante y el cine y gimnasio diseñados con elementos industriales, teniendo la misma un área de 71 396 metros cuadrados de fabricación.
Las instalaciones docentes son: 71 aulas teóricas, para 40 alumnos cada una; siete aulas magistrales, para 120 alumnos cada una; seis laboratorios de física; cinco laboratorios de química; cinco laboratorios de biología; dos laboratorios de idioma; dos talleres de trabajo manual; dos talleres de metales y maderas; dos talleres de dibujo; dos talleres de modelado; dos talleres de música; una biblioteca y centro de documentación, con sala de lectura y medios audiovisuales; 12 locales de estudio individual; tres bibliotecas circulantes; locales de trabajo, para profesores de diferentes cátedras; instalaciones recreativas; un cine para 450 espectadores, sin terminar todavía; 12 campos de baloncesto, tres por terminar; 11 campos de voleibol, tres por terminar; dos campos de pelota, uno de ellos juvenil; una pista de 400 metros por terminar; una pista de 100 metros por terminar; un combinado de atletismo, salto largo, salto alto y triple salto, por terminar; un área de gimnasia al aire libre, por terminar; un gimnasio cubierto con área de tabloncillo, para voleibol, gimnasia rítmica y gimnástica, vigas de equilibrio, anillas, sogas y espalderas, sin terminar.
Otras instalaciones: una cocina centralizada, que servirá 7 000 raciones —incluye raciones para las dos escuelas primarias anexas a la escuela—, cuatro comedores, una barbería, una peluquería, un cuarto de calderas, un comedor de empleados para 150 personas, 11 locales para jefes de cátedras, locales de oficinas administrativas y dirección, un policlínico de 50 camas por hacer, salones de reuniones, locales para organismos de masas y estudiantiles, tanque de agua elevado.
El costo de la escuela se calcula en 10 600 000 pesos. Participaron en su construcción, en primer lugar —iniciando la obra— las brigadas de construcciones escolares del MININT, y después la Brigada 3, la Brigada 5, la Brigada 11, el contingente de constructores macheteros, la Brigada "Elpidio Berovides" y las microbrigadas de esta región. Todas esas fuerzas participaron en la construcción de esta obra. Ahora deberá quedar una brigada, para terminar las instalaciones de carácter deportivo, principalmente, que nos faltan. La escuela se inaugura, porque ya todo lo que son aulas, comedores, dormitorios, cocina, todas las instalaciones fundamentales para el funcionamiento de la escuela están hechas, y falta solo terminar instalaciones principalmente de carácter deportivo y culturales. En realidad, el construir una obra como esta en ese tiempo es —desde cierto punto de vista— una proeza constructiva.
Es correcto celebrar este día de la construcción en una instalación escolar, puesto que una gran parte del esfuerzo de los constructores hoy se dedica a instalaciones escolares. Y en este año escolar que ha transcurrido se han entregado 108 obras educacionales —desde la última inauguración—, algunas de ellas con varios módulos constructivos sin contar esta, que tiene capacidad de 4 500 alumnos. Se ha realizado un notable esfuerzo de la construcción en el terreno de la educación, y a pesar de ese gran esfuerzo, todavía las construcciones educacionales no nos alcanzan, porque hay una verdadera explosión educacional —una explosión de graduados de sexto grado— que ingresan en el nivel medio y para los cuales no hay suficientes escuelas. De ahí, que además de las construcciones estándares, fue necesario construir más de 20 escuelas provisionales en la provincia de Oriente, para dar cabida a esos estudiantes. De ahí que nos veamos en la necesidad de seguir ampliando este plan de construcción.
Aquí hay muchos datos, pero yo realmente no los quiero cansar a ustedes con todos esos datos, voy a dar simplemente algunos. Por ejemplo, antes de la Revolución, de cada 1 000 niños de escuela primaria iban a la escuela 564; no quiere decir que se promovían o se graduaban, sino que asistían, estaban matriculados en la escuela 564 niños de cada 1 000. Hoy tenemos 995 niños de cada 1 000, inscriptos y asistiendo a las escuelas; casi el ciento por ciento, ese pequeño margen es el margen de aquellos alumnos que por una razón y otra no pueden asistir a la escuela, por razones ajenas a la voluntad de los padres y de los propios niños. Es decir, el 99,5% de los niños de edad escolar de primaria asisten a la escuela.
Ese dato así, esa cifra no la puede dar hoy ningún país latinoamericano. No sé la cifra de Estados Unidos, pero posiblemente no tengan ese porcentaje, a pesar de ser el país imperialista, y el país capitalista rico y desarrollado, seguramente no han logrado esa cifra.
Estos son los alumnos entre 6 y 12 años. Ahora, alumnos de 13 años —la cifra aquí empieza a disminuir ya cuando son mayores de 12 años—, alumnos de 13 años están matriculados el 93,3%; es decir, 933 de cada 1 000. Niños de 14 años, tenemos el 77,3%; niños de 15 años, el 63,1% y niños de 16 años, el 47,6%. De modo que en las edades un poco mayores... En 13 ya es alto, pero en 16 es todavía bajo. Y, en realidad, un muchacho de 16 años lo que tiene que estar haciendo es estudiando, sencillamente; ya después de los 16 pues viene la edad laboral y otras actividades. Pero tenemos más de un 50% de los jóvenes de 16 años que no están matriculados en las escuelas y es con relación a esa cifra que debemos mejorar nuestro porcentaje en los años venideros.
Las cuestiones de la educación se miden, en primer lugar, por la matrícula —que son las cifras que hemos mencionado—; después por la retención escolar, es decir, cuántos de los que se matriculan a principios de curso se mantienen en la escuela a lo largo del curso, hasta el final del curso. Y tenemos que en la primaria hay una retención de 98,4%, que es bien alta; en las secundarias básicas de 93,5%. En todo esto hemos mejorado. Por ejemplo, en la primaria en el año 1968-1969 era de 96,8%; en la secundaria en 1968-1969 la retención era de 72%, ahora es 93,5%; en el preuniversitario en el año 1968-1969 era de 80,5%, ahora es de 96,3%; en formación de maestros primarios era en 1968 de 76,5%, actualmente el 91,3%; en la enseñanza técnica y profesional era 53,4%, ahora es de 93,3%; un instituto de idiomas que era de 61,4%, ahora es 93,5%. De modo que también la retención escolar ha aumentado considerablemente.
En cuanto a las promociones, que es el otro índice para medir la educación, es decir, cuántos pasan de grado: en primaria en el decenio anterior el promedio había sido de 71,1%, ahora: es de 88,7%; en la secundaria básica el promedio era de 73,6%, ahora es de 91,2 %—desde luego—, el promedio en las escuelas secundarias básicas en el campo es mayor—-; en el preuniversitario era de 79%, ahora es de 89,9%; técnica y profesionales era de 71,8%, ahora es de 90,4%; en formación de maestros primarios era de 80,6%, ahora es de 90,7%; de adultos era 53,8% y ahora es de 62,6%.
Como ustedes pueden apreciar, los índices que reflejan la calidad de la educación han ido mejorando.
Hay algunas otras cifras muy interesantes: antes de la Revolución había algunas decenas de miles de estudiantes en el nivel medio, ahora en la enseñanza media tenemos 463 972 estudiantes. Y esa cifra sube tanto, que en 1980 ascenderá aproximadamente a 1 100 000, según la proyección. De acuerdo con estas cifras ustedes comprenderán las necesidades que tenemos de construcciones si queremos dar atención a esa multitud de jóvenes que pasan de la primaria al nivel medio. Eso es el resultado del esfuerzo educacional en los años anteriores. De modo que tenemos, o podremos tener en 1980 más de un millón de jóvenes en el nivel medio. Entonces tendremos una proporción mayor de muchachos de 14, de 15 y de 16 años estudiando.
Alumnos internos tenemos, actualmente, 332 900 y seminternos 318 400; de modo que entre alumnos internos y seminternos el país tiene 651 000. Ustedes saben que antes un muchacho interno podría serIo únicamente si procedía de familia con recursos elevados.
Esto ayuda mucho a las familias trabajadoras; porque hay que tener en cuenta de que todos los años crece esta cifra de niños en círculos infantiles, de niños seminternados, que almuerzan en las escuelas, de niños internos. Estas cifras van mejorando de año en año, pero ya tenemos 651 000 entre internos y seminternos.
Se ha dado un gran avance también en lo que es la formación de maestros. En total tenemos que hacer 18 escuelas nuevas de maestros, tenemos dos ya terminadas, la de Cienfuegos y esta; otras cinco escuelas que ya tienen alumnos, están terminándose; otras cinco en construcción, y seis más que debemos hacer después para tener una capacidad de unos 36 000 alumnos estudiando, entre los que están en la práctica docente y los que están en las escuelas. Pero esa cifra de 36 000 jóvenes estudiando para maestros debe satisfacer nuestras necesidades de educación. De modo que año por año nuestra educación irá mejorando en calidad.
Ahora el Ministerio de Educación está enfrascado en la tarea que ellos llaman "perfeccionamiento del sistema", en virtud del cual llegará un momento de que en vez de 13 años se estudien 12: seis en primaria, tres en secundaria y tres en preuniversitario, como promedio, mejorando la calidad de todo el sistema educacional. Y ellos tienen un programa de ahora a 1980 para perfeccionarlo. Claro que en 1980 tendremos una base material muy superior a la que tenemos ahora; un cuerpo de profesores y una organización superior a la que tenemos ahora. Como ustedes saben tenemos todavía muchos maestros que no son titulados, que son maestros populares y que están estudiando para superarse. Llegará el día en que ya todos entre los maestros populares y los que salen de estas escuelas, todos serán maestros titulados.
A la vez está el Destacamento Pedagógico que ya tiene tres contingentes y que está ahora organizando el cuarto contingente. ¿Porque, cómo darle atención, cómo impartir las clases a esa multitud de estudiantes medios que llegarán a ser 1 100 000 en 1980? Esa cifra se dice fácilmente, pero todos esos estudiantes necesitan profesores de química, de física, de biología, de historia, de literatura, de idiomas, de todo.
Cuando uno dice 1 100 000 ¿cuántos profesores necesitan 1 100 000 y de dónde los vamos a sacar nosotros? Bueno, pues esa explosión requiere un esfuerzo especial, que es el que se está haciendo con el Destacamento Pedagógico para desde ahora hasta 1980 poder dar respuesta, no vaya a ser que tengamos una escuela de esas, o un alumno de esos sin profesores. Además, se requiere un profesorado bien preparado anímicamente, espiritualmente, moralmente, ideológicamente, técnicamente. Son profesores que van al politécnico tal a dar clases; son profesores que van a la secundaria tal que está en Isla de Pinos, o en Guanes, o en Jagüey, o en Veguitas, o en Baracoa, o en las montañas de la Sierra Maestra, o en Sola, o en cualquier lugar del país (APLAUSOS). Se necesita un profesorado capaz de dar respuesta a esas necesidades. Y que no es lo mismo dar clases en el medio de la ciudad; siempre implica una disposición especial en el profesor —muchas veces apartado de la familia.
Claro que tenemos la aspiración, desde luego, en todas esas áreas donde están las escuelas, ir creando las comunidades, las viviendas y todas las facilidades para que los profesores puedan vivir cerca de la escuela.
Pero ese destacamento que se organizó a raíz del Congreso de nuestra Juventud es la fuerza principal que debe dar respuesta a estas necesidades de profesores en los años futuros.
También hay un programa para formar profesores de las escuelas politécnicas, y de los institutos tecnológicos para dar respuesta a las necesidades de profesores para esas enseñanzas. Del mismo modo que escuelas como esta, la escuela que se está haciendo en Cojímar, y las escuelas que se están haciendo para maestros en toda la isla, deben dar respuesta a nuestras necesidades de maestros primarios. De igual modo que las escuelas de educadores de círculos que se construirán en todas las provincias deben dar respuesta a las necesidades de cuadros para los círculos infantiles; porque esos niños necesitan también cuadros especializados, cuadros preparados. Aquí no se puede quedar nada al azar. Del mismo modo que las escuelas de profesores de educación física darán respuesta a las necesidades de profesores de esa especialidad. Y se están construyendo algunas ya, algunas terminadas —como la de Camagüey— y otras en construcción, las necesarias escuelas de profesores de educación física para atender a toda nuestra juventud, lo cual tiene una importancia muy grande. El joven no solo necesita una formación general: necesita una cultura, necesita una formación ideológica y también física, pensamos además seguir haciendo buenos papeles, cada vez mejores en las competencias deportivas internacionales.
Las nuevas generaciones no se quedarán atrás de estas. Ellas tendrán todavía muchos más profesores y mejor preparados. Estamos pues haciendo escuelas de profesores de educación física también.
Hay escuelas para formar maestros dedicados a las enseñanzas especiales, para los niños que tienen algunos problemas, que tienen algunas dificultades. Y se requerirá en todas las provincias también tener centros de formación de esos profesores, ya que en los próximos años hay un programa de construcción de escuelas especiales para elevar las capacidades en 40 000 alumnos.
Hay realmente un extraordinario programa educacional en plena marcha. Y si ya hoy Cuba ocupa un lugar primero entre los países latinoamericanos en materia de educación, con este programa en los años futuros estaremos en un primerísimo lugar, difícil, desgraciadamente, de alcanzar después por los demás. Porque ya cuando se lleva una ventaja en esta materia, no es fácil recuperar esa ventaja.
De modo que en todo lo que se refiere a la educación, a la formación del hombre, la Revolución está llevando a cabo un programa realmente extraordinario, y un programa lleno de promesas para nuestra patria y para nuestra juventud.
Del mismo modo ustedes saben que hay un programa de construcción de hospitales, de policlínicos, de clínicas estomatológicas, de hogares de ancianos, de hogares de impedidos. Todas esas instalaciones hacen falta, si es que queremos realmente resolver los problemas de la familia y de la sociedad.
Hay veces que la única solución para algunas personas es el hogar de ancianos. Y nosotros tenemos que hacer ¡buenos hogares de ancianos!
Hay otras personas que no pueden moverse en absoluto, que necesitan una atención médica especial: esos son los hogares de impedidos. También de esas instalaciones hay un programa de construcción en los próximos años.
Y no es solo educación y salud pública, hay otros muchos programas. Hemos hablado de escuelas de nivel medio, pero hay que hablar también de universidades; tenemos que dar un gran impulso a las universidades, porque si antes del triunfo de la Revolución había 15 000 estudiantes universitarios ahora hay más de 60 000. Y en el año 1980 tendremos 140 000 estudiantes universitarios. Eso requiere construcciones universitarias y laboratorios prácticamente en todas las provincias.
Hay que hacer escuelas primarias. Es verdad que el acento principal ahora no está en las escuelas primarias, sino en las escuelas de nivel medio y en las universidades. Pero cada vez la población crece y, además, se hacen barrios nuevos. Dondequiera que se hace un barrio nuevo, cualquiera de estos barrios de microbrigada, aquí en esta zona, o en Alamar, o en San Agustín, dondequiera, hay que hacer la escuela primaria. Pero también hay que hacer el supermercado, hay que hacer el cine, hay que hacer los círculos infantiles.
Si queremos incorporar las mujeres al trabajo hace falta un programa fuerte de círculos infantiles también.
El número de alumnos de escuelas primarias va a disminuir, porque ya no habrá muchos atrasados escolares, pero donde hay un barrio nuevo hay que hacer una escuela nueva. Eso es indiscutible. Pero, además, muchas de nuestras escuelas primarias son muy viejas y no tienen una base material adecuada. Sin embargo, en el próximo quinquenio todavía no podremos dedicar un gran esfuerzo a las escuelas primarias, sino a las necesidades más elementales de escuelas primarias.
Y como les decía, además de las escuelas medias, universidades, primarias, círculos infantiles, pues hay que hacer los supermercados, y los cines, y algunos teatros, ya que todavía, desgraciadamente, no podemos impulsar más esas actividades que buena falta nos hace. Las necesidades de cines son muy grandes, sin embargo, no podemos hacer un programa muy grande de cines en el próximo quinquenio, porque le hemos dado prioridades a las instalaciones escolares y a las instalaciones médicas. Pero eso no quiere decir que no necesitemos cines, los necesitamos, la población los necesita, son indispensables para la recreación y para el desarrollo cultural de la población.
Las prioridades, desde luego, las tienen las construcciones económicas, de todas, la prioridad número uno la tiene las construcciones económicas. Es decir, construcciones de fábricas, construcciones agropecuarias, etcétera, esas tienen la prioridad número uno en nuestro programa de construcción. Digamos que la dos la tiene educación; la tres la tiene salud pública. Así, por ese orden.
Pero las construcciones que hay que hacer en los próximos años son muchas, son muy grandes. Esa es la enorme importancia que tiene para el país el sector de la construcción. Es un sector muy básico. Si el sector de la construcción no se desarrolla, no se desarrollan los demás sectores. Fíjense bien, si el sector de la construcción no se desarrolla, no se desarrollan los demás sectores. Si se va a desarrollar, por ejemplo, la industria básica, la producción de electricidad, pues depende de todas las unidades eléctricas que construyan ustedes.
Que ahora estamos haciendo termoeléctricas, y después tenemos que empezar ya en el próximo quinquenio a construir la primera central atómica. Ya en el año 1977-1978 (APLAUSOS) se comienza la primera central atómica con 440 000 kilovatios de capacidad, una primera unidad y después una segunda unidad. Entrarían en producción en el otro quinquenio, del 1980 al 1985, pero hay que empezarlas a construir dentro de unos años, porque esas son construcciones muy complejas. Todas las plantas mecánicas que se requieren, todas las plantas químicas que se requieren hay que construirlas. El mismo sector de la construcción requiere fábricas de cemento, canteras de piedras, de elementos para la construcción de todas clases. Hay que construirlas.
De modo que, tanto el sector educacional, como el sector de la medicina, como el sector de la agricultura, como el sector de la industria básica, como el sector de consumos y servicios, como las necesidades de agua para la agricultura, como las necesidades de agua para la población, de drenaje, de acueductos, de viviendas, todo eso tiene que salir de mano de los constructores. De modo que hay que desarrollar este sector para que todos los demás se puedan desarrollar. Y este sector se viene desarrollando mucho en los últimos años.
En el año 1970, el sector de la construcción, entre construcciones directas y producciones industriales alcanzaba una producción de un valor de 339 millones de pesos; en el año 1971, 497,1 millones; en el año 1972, 827 millones; en el año 1973, 1 127,7 millones; y en el año 1974, 1 251,7 millones. Es el plan de este año. Ya ven ustedes cómo creció, de 339 millones de producción en el 1970 a 1 251,7 millones en 1974. Esto no cuenta las construcciones por cuenta propia; es decir: solo las construcciones del sector, construcciones directas del sector y la producción de la industria del sector.
Ahora, ¿a cuánto deberá llegar el valor de la producción del sector de la construcción en 1980 para dar respuesta a las necesidades más apremiantes del país y que, como dije, no resolvía todas las necesidades? Trabajando mucho, mucho, mucho, no satisfacemos todas nuestras necesidades de construcción. Se quedarán muchas cosas todavía por hacer, y que habrá que seguir haciendo en los quinquenios futuros. Pero en el año 1980 el valor de la producción debe alcanzar la cifra de 3 023,3 millones de pesos. Quiere decir esto que, si de 1970 al 1974 creció más de tres veces, de 1970 a 1980 crecerá más, deberá crecer más de ocho veces. Es decir, las construcciones en el país, en el año 1980 deben tener un valor de producción ocho veces superior al que tenía en 1970. Ahora es más de tres veces; pero lo que estamos construyendo en 1974 hay que multiplicarlo por más de dos; es decir, deberá crecer aproximadamente en un 150%, más del doble de lo que hacemos ahora debe ser en 1980, para poder atender una parte de nuestras necesidades de construcción.
Y ahora tenemos casi 260 000 trabajadores en la construcción. Se calcula que para 1980 la necesidad es de casi 400 000 para construir más del doble de lo que estamos construyendo ahora. Con 140 000 trabajadores más aproximadamente, debemos producir dos veces y media lo que estamos produciendo ahora. Esto significa que la productividad del trabajo tiene que crecer. Tiene que crecer alrededor de un 75% para poder alcanzar esos 3 000 millones de construcciones en 1980, con solo 140 000 trabajadores más. No debemos olvidarnos que todos los demás sectores necesitan fuerza de trabajo, y la fuerza de trabajo no es ilimitada.
De modo que el crecimiento debe ser, en parte, por aumento de la fuerza de trabajo, y gran parte, por incremento de la productividad, mejorando todas las condiciones de organización, de suministros, de mecanización de la construcción.
Pero de todas formas ya en el año 1980, en el sector de la construcción habrá más trabajadores que en el sector azucarero, contando los obreros de la zafra y los obreros de los centrales azucareros en general, en el año 1980 tendremos más trabajadores en el sector de la construcción que en el sector azucarero.
Este es uno de los sectores que más debe crecer en los años futuros. ¿De dónde vamos a sacar la fuerza de trabajo? No cabe duda de que no queda otro recurso que incorporar también mujeres al sector de la construcción (APLAUSOS).
Ya en la práctica se está demostrando que en muchas actividades —sobre todo en el acabado de obras y en otras tareas de la construcción— hay puestos de trabajo que las mujeres pueden desempeñar perfectamente bien, y en algunos casos, incluso, con más esmero, más cuidado que el hombre; en algunos de esos trabajos con más productividad que el hombre. Significa que nosotros tenemos que estudiar muy bien todos los puestos de trabajo en el sector de la construcción que puedan ser desempeñados por mujeres.
Y esto, si es necesario en este quinquenio, todavía lo será más en el otro, porque las necesidades de construcción crecen mucho, tendremos más piedra, más arena, más cemento, más de todo. Pero la fuerza de trabajo es un factor fundamental; la fuerza de trabajo, su número, su organización y su calificación.
De modo que hay que realizar un especial esfuerzo por la incorporación de la mujer a las actividades constructivas. En la Unión Soviética más del 30% de los trabajadores de la construcción son mujeres. Un país desarrollado necesita eso, o un país que se desarrolle, que quiera desarrollarse, necesita la incorporación de la mujer a las actividades productivas.
Pero además, todo el problema de la liberación de la mujer, de la plena igualdad de derechos de la mujer y de la integración de la mujer a la sociedad, está en gran parte determinado por su incorporación al trabajo. Porque en la medida en que se incorpora al trabajo, ayudando a la sociedad, ayudando a la familia, entonces surge la necesidad de resolver todos esos problemas de que se ha estado hablando recientemente en el Congreso de Mujeres. Y se hacen patentes muchos problemas; se hace más evidente la desigualdad que realmente todavía la mujer padece en nuestra sociedad, la discriminación de que todavía es víctima la mujer en nuestra sociedad. En la medida en que se incorpore al trabajo el camino de su liberación será mucho más obvio y mucho más fácil.
Y la sociedad se tendrá que plantear resolver todos esos problemas que ayudan a la mujer a participar en el trabajo, desde escuela de seminternos, escuela de becados, círculos infantiles e instituciones de todas clases, y el desarrollo social que permita a la mujer incorporarse al trabajo y no ser simplemente el ama de casa. Porque la mujer es la mitad de la sociedad, tiene que participar de las actividades productivas y de los servicios. Una sociedad sería pobre siempre si no incorpora a la mujer al trabajo, porque estaría en dependencia de solo una parte de la población trabajando. Pero si además hay que descontar de esa parte masculina a las personas mayores que por edad no pueden trabajar, si hay que descontar a todos los jóvenes que por edad no pueden trabajar, si la mujer no se incorpora al trabajo, solo una parte pequeña de la sociedad estaría dedicada a las actividades productivas y a los servicios.
Y una buena prueba del gran valor social y moral de la mujer en la sociedad nos lo dan estos dos sectores: la educación y la salud pública. Los dos sectores donde más ha avanzado la Revolución en estos años: educación y salud pública. Y en estos dos sectores, la mujer constituye la mayor parte de la fuerza de trabajo, en esos dos sectores donde nuestra patria marcha a la vanguardia con respecto a la América Latina. Son dos sectores sostenidos por la mujer (APLAUSOS). La mayoría de los trabajadores de la educación y la mayoría de los trabajadores de la salud pública, son mujeres.
¿Y qué sería de nuestro pueblo sin esos servicios educacionales? ¿Y qué sería de nuestro pueblo sin esos servicios médicos? Y en esas dos actividades tan fundamentales y tan apreciadas por el pueblo, ahí está la presencia de la mujer como factor determinante.
Y si queremos seguir mejorando nuestros servicios educacionales, médicos, y la economía en general, es indispensable la incorporación de la mujer. Y aquí en las tareas de la construcción se ve claro. De 258 000 que hay ahora a 393 000 que se necesitan en 1980, casi 140 000 trabajadores. Una parte de esa fuerza tiene que estar constituida por mujeres.
Ya ven ustedes, en el mundo capitalista hoy en crisis, el sector más afectado es el de la construcción. En Estados Unidos con sus problemas económicos, el 12% de los trabajadores de la construcción están parados ahora. Ese sector y el sector de la industria automotriz son los dos que más han sufrido. Y tienen problemas muy serios por el desempleo creciente en los trabajadores de la construcción.
¡Qué diferente es nuestra situación, que hemos crecido casi cuatro veces de 1970 a ahora! Y que nos proponemos seguir creciendo para que en 1980 sean ocho veces lo que era en 1970. ¡Qué diferencia nuestra situación y la situación de nuestros obreros de la construcción con los del mundo capitalista, que ahora ellos tienen un desempleo creciente y nosotros tenemos una demanda creciente de fuerza de trabajo! Qué seguridad le da el régimen socialista a los trabajadores. Cuando ha desaparecido la explotación del hombre por el hombre, cuando ya no se trabaja para la ganancia de los capitalistas, sino que se trabaja para la ganancia de toda la sociedad; cuando se trabaja para beneficio del pueblo y no para beneficio de los explotadores; cuando la economía se organiza y se planifica, cesa para siempre el problema del desempleo, el problema de la injusticia social y de la explotación, con toda su secuela de calamidades, que va desde hombres sin jubilación, desde la despreocupación total por la seguridad del obrero en el trabajo, hasta el abandono completo del obrero y su familia en cualquier momento.
Porque cuando en un país capitalista el obrero se quedó sin trabajo, entonces el hijo se quedó también sin médico y sin medicina, y sin alimentos, y sin escuela.
Pero la realidad es que si ustedes leen las noticias internacionales, se encuentran el gran problema que tienen los trabajadores de la construcción en el mundo capitalista. Y lo pueden comparar con la situación nuestra, que podemos conmemorar este "Día del Constructor" hablando de que necesitamos en los próximos años 140 000 trabajadores más en la construcción (APLAUSOS).
Y aquí lo explicaron. Lo explicó la compañera que habló en nombre de los estudiantes, y lo explicó el compañero dirigente de los trabajadores, que antes, la construcción, era la quinta rueda del carro en el mundo capitalista, donde iba la gente cuando ya no tenía otra cosa que hacer; no era apreciado por la sociedad. Es que aquella sociedad burguesa no podía apreciar el trabajo de la construcción porque era un obrero explotado más. Cuanta ganancia le daba era su preocupación y le pagaba lo menos posible para obtener la mayor cantidad de plusvalía. ¡Y qué situación tan diferente en el socialismo! El trabajo del constructor se eleva, adquiere un especial aprecio de toda la sociedad. Y se puede ver el trabajo del constructor en toda su nobleza y en toda su importancia, cuando se dice que del trabajo del constructor dependerá el desarrollo de todos los demás sectores del país. Y entonces el trabajo del constructor adquiere ese aspecto noble y hermoso que tiene hoy en nuestra patria. Porque son los creadores de todas estas maravillas: de nuestras escuelas, de nuestros hospitales, de nuestros centros de producción; son los creadores de nuestro desarrollo agropecuario, de nuestro desarrollo industrial; y de sus manos, de su trabajo viene el cambio, viene la base material que necesita nuestra sociedad. Ustedes son los creadores de la base material de la sociedad, que van construyendo cuanta obra se necesita en cualquier aspecto de la vida del país. Y entonces ya el hombre de la construcción tiene otra apreciación, se le mira con otros ojos, se le mira como verdaderos creadores: ¡los dignos hombres de los cascos blancos! (APLAUSOS) Esos cascos se convierten en un símbolo de los trabajadores de vanguardia, de los trabajadores que van abriendo paso al futuro de la patria.
Y hemos hablado de nuestro trabajo aquí, pero también tenemos constructores no solo aquí. Tenemos constructores que han ido a otros países, como la brigada que fue al Perú a construir allí los policlínicos, ocasión en que perdió la vida nuestro heroico compañero Berovides (APLAUSOS). Y construyeron allí rápidamente muy buenos hospitales, que obreros técnicos de la construcción habían diseñado aquí y otros habían producido sus componentes. Obreros del transporte los llevaron hasta Perú; y obreros de la construcción los montaron allí en cuestión de semanas, como ayuda de Cuba a ese pueblo hermano después del terremoto.
También obreros de la construcción han estado en la República Democrática de Guinea construyendo distintas obras. Han hecho varios aeropuertos. Ahora van a construir o están construyendo ya una carretera. Y de igual modo nos sentimos orgullosos de que cuando llegó la hora de la reconstrucción de Viet Nam, allí está también la presencia de Cuba con un contingente de más de 500 trabajadores de la construcción (APLAUSOS). Están construyendo vaquerías, centros avícolas, una carretera, deberán construir también un hospital y están construyendo un hotel a toda velocidad. Y es a toda velocidad, porque los vietnamitas quieren su hotel terminado para el Congreso del Partido el año que viene. Y debemos señalar, que una gran parte de las piezas de ese hotel se llevan desde aquí, se producen en Cuba (APLAUSOS) y las transportan nuestros barcos, y se están montando allá por nuestros obreros de la construcción. Y esas construcciones no aparecen en estos datos. Cuando decimos, tantos millones tal año y tanto más cual, no están las construcciones que estamos haciendo fuera; pero desde luego, no tenemos la menor duda de eso y con verdadera satisfacción dedicamos un poquito de nuestros recursos, a ayudar a los compañeros vietnamitas. No por eso el país está construyendo menos, está construyendo mucho más que nunca; casi ha cuadruplicado en cuatro años las construcciones. Y además, estamos haciendo un pequeño aporte al pueblo de Viet Nam.
Los yankis, dicen que llevaban los fortines prefabricados de Estados Unidos, para matar allí en Viet Nam. Y nosotros llevamos las piezas prefabricadas para ayudar al pueblo de Viet Nam (APLAUSOS). Son por eso conmovedoras las noticias que nos llega del contingente "Ho Chi Minh", del espíritu con que trabajan nuestros compañeros allí, de la hermosa página de solidaridad internacionalista que están escribiendo. Allí se forman los hombres.
Cuando un país tiene hombres capaces de ir al otro extremo del mundo a construir, es porque ese país ha avanzado mucho política, cultural y revolucionariamente (APLAUSOS). Y aquí cuando se piden constructores para Viet Nam, son muchos los que quieren ir, todo el mundo quiere ir a Viet Nam. Las discusiones son para explicarles que no, que los que tienen que ir son 500 y no más. Son miles, son decenas de miles los hombres y las mujeres en este país, dispuestos a prestar sus servicios internacionalistas. Y el país gana con eso. A la vez que ayuda a los demás se ayuda a sí mismo, porque forja un espíritu indispensable para el progreso y para el éxito de los pueblos. Cuando se tienen hombres capaces de trabajar en Viet Nam, con entusiasmo, con heroísmo, se tienen hombres capaces de trabajar aquí también, de la misma forma.
No debemos olvidarnos como un día cuando se planteó dar una contribución, para ayudar al hermano pueblo chileno, en aquel momento estábamos haciendo uso de un espíritu, de un sentimiento de solidaridad hacia otro pueblo. Y, sin embargo, ahora cuando vino la sequía y fue necesario optimizar la zafra y los precios subieron, ese mismo espíritu sirvió para que el pueblo de Cuba se ayudara a sí mismo, porque ya es esa conciencia, ¿no? Y lo que hizo un día por ayudar al hermano, lo hace ahora también por ayudarse a sí mismo. ¡Y el pueblo que no es capaz de ayudar a los demás, no es capaz de ayudarse a sí mismo! (APLAUSOS)
Y porque tenemos hombres y mujeres capaces de ir a Viet Nam y trabajar allá con el heroísmo y con el entusiasmo con que trabajan, sabemos que tendremos aquí los hombres y las mujeres que hacen falta para construir nuestro país, porque de esta madera, de ese espíritu se están forjando nuestras fuerzas de constructores. Y la patria podrá tener confianza en ellos, porque son capaces de hacer y de crear aquí y allá, allá y aquí.
Es por eso muy emocionante que hoy una representación de ese contingente, esté aquí celebrando con ustedes el "Día de la Construcción". ¡Qué obreros serán estos, que entre más de 500 que son magníficos obreros, fueron escogidos como representantes de ellos, para encontrarse aquí con ustedes en el "Día del Constructor"! Y por eso, yo quisiera pedirle a esos seis compañeros que vinieran aquí a esta tribuna para que todos los veamos más de cerca (APLAUSOS PROLONGADOS).
Vamos a invitar a uno de estos compañeros para que nos diga algo esta noche, de sus sentimientos, y de sus impresiones, y nos cuente algo del estado de ánimo de los trabajadores que están en Viet Nam.
____________.- Nosotros somos un pequeño grupo que estamos aquí representando al contingente "Ho Chi Minh". No es que seamos los mejores del contingente, es que el contingente tiene en estos momentos más de 500 hombres y que de esos 500 hombres tenían que venir seis: somos nosotros. Si se fueran a escoger los mejores, yo diría que tendría que venir el contingente (APLAUSOS PROLONGADOS).
Nosotros, los que hemos tenido la oportunidad de estar en Viet Nam y de participar en la reconstrucción de Viet Nam sabemos de lo que son capaces los constructores que están en Viet Nam y los constructores que tenemos en Cuba.
En Viet Nam el espíritu cada día es mayor y estamos totalmente seguros de que cumpliremos todas las obras antes del plazo fijado y que regresaremos cuando nuestro Partido lo estime conveniente. Muchas gracias (APLAUSOS PROLONGADOS).
CMDTE. EN JEFE FIDEL CASTRO.- Del mismo modo, no puede haber nada más satisfactorio para nuestro pueblo, nada más estimulante que saber que un contingente de 20 mujeres cubanas parte ahora hacia Viet Nam a unirse al contingente "Ho Chi Minh". Les pido, igualmente a esas compañeras que vengan aquí a esta tribuna (APLAUSOS PROLONGADOS). Una de estas compañeras va a venir a esta tribuna y les va a decir algo a ustedes (APLAUSOS).
____________.- Bien, en nombre de este grupo que va a partir hacia Viet Nam, nosotras estamos seguras que vamos a cumplir con nuestro país en lo más alto que merece ese pueblo hermano. Además, exhortamos a todas las mujeres cubanas que no están incorporadas al trabajo, a incorporarse en nuestro sector por la necesidad que tiene Cuba (APLAUSOS PROLONGADOS).
CMDTE. EN JEFE FIDEL CASTRO.- Ya ven qué mujeres y qué hombres tenemos en este país; cómo son capaces de ofrecerse para cualquier misión, para cualquier tarea y hablar con esa sencillez y esa elocuencia con que hablaron ellos.
Es justo expresar igualmente, nuestro más profundo reconocimiento a esos trabajadores que recibieron la Orden "Armando Mestre", aquí y en todo el país, corno recompensa, como tributo a los 30 años que han pasado trabajando en el sector de la construcción (APLAUSOS).
Debemos expresar nuestro reconocimiento a los técnicos extranjeros, más que extranjeros a los técnicos internacionalistas que trabajan con nosotros (APLAUSOS). También expresar nuestro reconocimiento, no solo a los que trabajan en las obras, sino a los que trabajan en los proyectos: a los técnicos de la construcción que han hecho posible, con sus soluciones prácticas e inteligentes, nuestras victorias constructivas.
No es posible finalizar este acto sin señalar qué honor tan grande es para Cuba, para la Revolución Cubana, para nuestros constructores y para nuestros estudiantes, que esta escuela con que hoy conmemoramos el "Día del Constructor", esta escuela formadora de maestros que a su vez formará hombres y mujeres para la patria, lleve el nombre glorioso y heroico del presidente Allende (APLAUSOS PROLONGADOS). Así el nombre de Allende es reconocido y venerado en todas partes, en todos los pueblos de este continente y en todos los continentes, y su nombre se eleva cada vez más, mientras el de los esbirros y los asesinos fascistas se hunde más y más en el lodo del descrédito.
Sabemos que nuestros jóvenes y nuestros estudiantes, nuestros magníficos estudiantes, nuestros inteligentes estudiantes, nuestros revolucionarios estudiantes y nuestros patrióticos estudiantes que en representación de sus compañeros han estado aquí esta noche, igual que los pioneritos y los alumnos de esta escuela sabrán comprender con cuánto esfuerzo y con cuánto sacrificio se construye el porvenir y que frente a estos héroes del trabajo, estos hombres que se pasaron 30 años creando para el pueblo —hoy para el pueblo, ayer ni siquiera para el pueblo—, frente a estas heroínas y a estos héroes del trabajo, ellos tienen la única respuesta cumplir con el deber y ser óptimos estudiantes.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)