DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL ACTO DE AMISTAD CUBANO CANADIENSE, EFECTUADO EN LA PLANTA DE AZUCAR A GRANEL "TRICONTINENTAL", EN CIENFUEGOS, EL 28 DE ENERO DE 1976, "AÑO DEL XX ANIVERSARIO DEL GRANMA".
(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS
DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)
Muy estimado amigo Pierre Trudeau, Primer Ministro de Canadá (APLAUSOS);
Estimados miembros de la delegación de Canadá (APLAUSOS); Cienfuegueros:
Hemos escogido la ciudad de Cienfuegos para efectuar este acto de la amistad entre Canadá y Cuba y ofrecerles, a nuestro ilustre visitante y a su delegación, el testimonio de nuestras simpatías y amistad, contando —desde luego— con el invariable e infalible entusiasmo de los cienfuegueros (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "Cienfuegos aquí, Cienfuegos aquí").
Para nuestro pueblo esta visita constituye un gran honor y la oportunidad de testimoniar a los canadienses nuestros sentimientos sinceramente amistosos hacia ellos.
Canadá, como ustedes saben, no es un país socialista; Canadá posee un sistema social diferente al nuestro; Canadá es además un país industrializado, mientras nosotros somos un país que algunos llaman en vías de desarrollo y otras veces decimos un país subdesarrollado. En algunas cosas vamos saliendo ya del subdesarrollo (EXCLAMACIONES), e incluso en el campo económico y en el campo industrial estamos avanzando.
Pero a nosotros nos interesan mucho las relaciones con Canadá como latinoamericanos, puesto que esas relaciones han sido un verdadero modelo y ejemplo de relaciones amistosas y de respeto mutuo entre dos países de este hemisferio.
Nosotros no podemos olvidar, ni olvidaremos nunca, que en los años más duros del bloqueo y cuando prácticamente todos los países o todos los Estados —no los pueblos—, todos los gobiernos se sumaron al bloqueo y al aislamiento de nuestro país, solo dos países en este hemisferio mantuvieron relaciones con nosotros. Esos dos países fueron Canadá y México (APLAUSOS). Y no solo se mantuvieron relaciones formales, sino que desde el triunfo mismo de la Revolución las relaciones comerciales y las relaciones económicas entre Canadá y Cuba han estado desarrollándose incesantemente. Jamás tuvimos que exponer una protesta porque el Gobierno de Canadá hubiese estado conspirando contra la Revolución Cubana, o alentando actividades subversivas, o alentando la contrarrevolución en nuestro país.
Y por eso, porque fueron países que nos respetaron, Canadá y México fueron a la vez dos países con los que la Revolución Cubana practicó una política de absoluto respeto.
A lo largo de estos años, ambos países se han beneficiado mutuamente con el intercambio comercial, pero además nuestro país se ha beneficiado de las técnicas desarrolladas por Canadá.
Así, por ejemplo, prácticamente todo el desarrollo de nuestra ganadería lechera se hizo a través de la importación de ejemplares canadienses. Decenas de miles de novillas, de la mejor calidad de ese país, han sido adquiridas por nuestro pueblo durante estos años; miles de ejemplares para la reproducción fueron igualmente adquiridos en Canadá.
Cuando ustedes viajan por nuestros campos y ven una vaca blanca y negra —porque se trate de una Holstein pura, o se trate de una F-2 o de una F-3—, seguramente, con toda seguridad que esa vaca tiene sangre canadiense. Cuando ustedes ven una vaca negra F-1, cruce de Holstein con Cebú —y las pueden observar a lo largo y ancho de la isla— esa vaca tiene sangre canadiense. Las características lecheras de nuestra ganadería actual, la creciente producción de leche de nuestro país, tienen mucho que ver con el desarrollo tecnológico de la ganadería canadiense.
Cuando nosotros no podíamos adquirir animales de este tipo en ningún otro país —de Europa no los podíamos traer por razones epidemiológicas, puesto que padecen algunas enfermedades que no hemos tenido en nuestro país—, cuando no podíamos adquirirlas de Estados Unidos —y todavía no podemos adquirirlas de Estados Unidos—, cuando no podíamos traerlos de ningún otro país de este hemisferio, nosotros tuvimos la oportunidad de comprar y trasladar a nuestro país esos ejemplares desde Canadá. ¡Y podemos expresar que hoy nuestra ganadería lechera tiene una magnífica capacidad potencial debido precisamente a esas importaciones!
Cuando nosotros iniciamos otros desarrollos agrícolas, como fue el plan avícola, para una producción que primero era de 60 millones de huevos mensuales, y después fue de 100, y después de 120, y hoy es de prácticamente 150 millones mensuales, para alcanzar nuestra producción actual estatal de más de 1 700 millones de huevos —y ese plan se comenzó aproximadamente en 1962, después de la invasión mercenaria de Girón, y precisamente con algunos fondos que tuvieron que pagar de indemnización—; cuando se inició aquel programa, también de Canadá vinieron los pies de cría y los orígenes de lo que hoy constituye nuestra magnífica ganadería avícola.
Tenemos en esta propia provincia granjas enteras que producen hasta más de 200 huevos por gallina anualmente, y el promedio nacional el pasado año estuvo alrededor de 230 huevos por gallina, ¡promedio nacional!, que nos sitúa entre los países más adelantados en la rama avícola. También en ese campo nos beneficiamos con los adelantos de la técnica agrícola de Canadá, y nos sirvió de base para el desarrollo de ese importante renglón de nuestra agricultura y de nuestra alimentación.
Cuando se inició el plan de desarrollo porcino, que adquiere un impulso grande y creciente, que para 1980 alcanzará un nivel de producción de aproximadamente 70 000 toneladas, nuevamente de Canadá vinieron los ejemplares que constituyeron la base para nuestro desarrollo porcino.
Y para nosotros es de una gran satisfacción poder señalar con reconocimiento estas realidades.
Durante todos estos años Canadá fue uno de nuestros compradores importantes de azúcar, de cítricos y de otros productos cubanos. Durante todos estos años muchos productos y materias primas que no podíamos adquirir en ningún otro lugar, incluso alimentos como la leche en polvo y otros, en el mercado canadiense, sin dificultad y sin trabas de ninguna clase, podíamos nosotros comprar esos productos y transportarlos a nuestro país. Muchas maquinarias y muchos equipos de diversa índole —incluidos transporte, maquinaria ferroviaria y maquinaria industrial— hemos adquirido nosotros en ese país.
A pesar de las presiones exteriores, a pesar de los esfuerzos de nuestros enemigos fundamentales por quebrar, por romper las relaciones diplomáticas y las relaciones comerciales entre Canadá y Cuba, a lo largo de los años estas se desarrollaron. Y desde el ascenso a la dirección del gobierno del actual primer ministro Pierre Trudeau (APLAUSOS), esas relaciones dieron un salto cualitativo y son hoy mejores que nunca.
Existe la colaboración entre Canadá y Cuba en muchos terrenos, colaboración que naturalmente nos beneficia mucho a nosotros, porque se trata de un país con un gran desarrollo técnico e industrial.
Colaboran hoy con nosotros en el campo de la medicina, en el campo de la educación, en el campo del desarrollo de la industria de pulpa y de papel, en el campo de la tecnología. Y, además, contamos con una línea de crédito, concedida el pasado año, de más de 100 millones de dólares, con los cuales se han estado adquiriendo equipos industriales y de transporte, y nos proponemos adquirir algunas industrias de las contempladas en nuestro plan perspectivo.
Canadá es uno de los más importantes productores de níquel en el mundo, y tiene una tecnología desarrollada. Y mantenemos nuestros contactos con las empresas canadienses especializadas en la producción de níquel, con vistas también a introducir esas técnicas y esos adelantos en nuestro país.
Creo que constituyen un verdadero modelo de la posibilidad de relaciones entre países de distintos sistemas sociales, un buen ejemplo de relaciones entre países de este hemisferio y un buen ejemplo de relaciones amistosas y pacificas, sobre la base del respeto mutuo y de la no intervención en los asuntos internos de otros países.
Si otras naciones y otros gobiernos latinoamericanos hubiesen actuado así, nuestras relaciones habrían sido diferentes, porque siempre hemos dicho que las revoluciones no se exportan. ¿Quién pudo exportar esta revolución nuestra a este país? ¿Y quién más que nuestro propio pueblo habría podido realizarla?
Hemos expresado esto en nuestro informe al Congreso del Partido, y lo hemos diferenciado bien —desde luego— de aquellas circunstancias en que un país pequeño, víctima de la agresión, pueda necesitar y recabar el apoyo internacionalista de nuestro pueblo, que son dos cosas diferentes (APLAUSOS). Política internacionalista que estamos en el deber de practicar, porque nosotros debemos mucho al internacionalismo, nosotros debemos mucho a la solidaridad internacional. Cuando nos agredieron en Girón, cuando nos bloquearon, cuando nos trataron de matar de hambre, fue precisamente el apoyo internacional, el internacionalismo, quien ayudó a nuestro pueblo a triunfar y salir adelante. Y es por eso que nosotros tenemos una profunda deuda de gratitud con el movimiento revolucionario mundial (APLAUSOS).
Esta política, seguida en los años mencionados, de Canadá hacia Cuba, se explica perfectamente bien, porque Canadá nunca tuvo colonias. Ella misma en un tiempo fue colonia, y hoy, un país absolutamente independiente. No tuvo colonias, no tuvo "destino manifiesto", no tuvo afanes de anexión de territorio latinoamericano, nunca realizó una política de agresión a los pueblos de América Latina. Y, realmente, nunca existieron contradicciones entre Canadá y Cuba, ni existieron contradicciones entre Canadá y los demás países de América Latina.
Y nosotros recordamos perfectamente bien cómo, al principio de la Revolución, cuando los grandes cambios sociales, cuando las grandes leyes revolucionarias, nosotros tuvimos esto muy en cuenta, y les dimos un tratamiento, digamos, especial —puede llamarse así—, a las escasas inversiones que tenía Canadá en nuestro país. Y, consecuentes con la política de respeto que ellos mantenían hacia nosotros, nosotros fuimos también respetuosos de sus intereses. Y cuando se nacionalizaron algunas empresas canadienses, fueron oportunamente indemnizadas.
Estas tradiciones canadienses de respeto y de armonía con los pueblos de América Latina; crean a su vez las bases para el desarrollo de las relaciones de nuestros pueblos latinoamericanos con Canadá. Creemos que todos los pueblos de América Latina se pueden beneficiar de esas relaciones, y que también el pueblo canadiense puede beneficiarse de ellas, y constituir una prueba del tipo de relaciones que deben existir entre los pueblos del centro y del sur de este hemisferio con los pueblos del norte de este hemisferio.
Esas relaciones no pueden ser sino sobre la base de la renuncia a toda pretensión hegemónica, a toda pretensión de avasallamiento, a toda pretensión de dominio y a toda política de imposición y de menoscabo de la soberanía de los pueblos de América Latina.
Es un buen ejemplo para el mundo de cómo pueden y deben ser las relaciones entre gobiernos de distintos sistemas. Y si nosotros queremos señalar un ejemplo de coexistencia pacífica, he aquí un ejemplo: las relaciones entre Canadá y Cuba (APLAUOSOS).
En esta gira por varios países latinoamericanos, el Primer Ministro de Canadá no quiso olvidar a Cuba, no quiso excluir a Cuba. Y visitar Cuba es hoy una prueba de política libre, de política independiente y de política soberana (APLAUSOS). Al visitar Cuba, el Gobierno de Canadá dio un patente ejemplo de política independiente, esa misma política que lo hizo mantener durante todos estos años difíciles las relaciones diplomáticas y comerciales con nuestro país, a pesar de todas las presiones.
Hoy nuestra patria tiene una situación muy distinta. Los años más difíciles quedaron atrás. Hoy Cuba está cada vez menos aislada. Hoy nuestro pueblo tiene cada vez mejores y más estrechas relaciones internacionales. Pero nosotros no podremos olvidar nunca a los que se portaron correctamente con nosotros en los años más difíciles.
Queremos añadir que, además, el Primer Ministro de Canadá, con su modestia y su sinceridad, se ha ganado la simpatía de nuestro pueblo (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Trudeau, Trudeau!") Vino con su compañera y vino con su hijo más pequeño, que todavía no tiene ni cuatro meses (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES), que se llama Michel, y que también con su gracia ha conquistado la simpatía de todos, formando parte prácticamente de la delegación (APLAUSOS). Puede estar durmiendo ahora, en algún lugar por ahí; él se despierta, sigue, duerme otro poco, sigue, no llora nunca, y no le tiene miedo ni al sol de Cuba, que es mucho decir ya. Ese es un gesto conmovedor para nuestro pueblo, una prueba de confianza en nuestro país y en nuestro clima.
Hay una cosa adicional: y es que el Primer Ministro de Canadá estudió español (APLAUSOS). No es tampoco la primera vez que visita a Cuba. Varios años antes, cuando nadie sospechaba que sería el Primer Ministro de Canadá, estuvo en nuestro país en visita amistosa, invitado por el ICAP. Ya conocía a nuestro país.
Y él, según conozco, tiene intenciones de hablar hoy aquí en español (APLAUSOS), y ha redactado un discurso en español para los cienfuegueros (APLAUSOS). Y nos agrada también mucho ese gesto del Primer Ministro de Canadá hacia los latinoamericanos, ese gesto de estudiar su idioma, y ese gesto de hablar en su idioma.
Una razón más. Y algunos recordarán lo que decíamos cuando estuvieron visitantes del Caribe, que los únicos que hablan inglés no son los ciudadanos de Estados Unidos; habla inglés y francés el Canadá, hablan inglés muchos países, vecinos nuestros, del Caribe. Y por eso nosotros en nuestras escuelas no debemos olvidar el estudio del inglés.
Por razones conocidas, sobradamente conocidas, estábamos en un período que sentíamos alergia hasta por el idioma. Pero no dejaría de ser eso, por muy explicable que sea, una falta con relación a la cultura, no dejaría de ser un acto de incultura.
La verdad es que mi inglés no anda muy bien que digamos. Un poco lo leo y muy mal lo hablo. De vez en cuando lo intento, pero esta es una lección del Primer Ministro del Canadá, esta posibilidad de dirigirse a ustedes en nuestro propio idioma.
Suerte que vinieron unas nubes, de un norte que llega todavía sin lluvias, y ha refrescado un poco este acto de masas.
Me falta decirles a los cienfuegueros que los felicitamos porque ya sabemos que pronto esta región se convertirá en provincia (APLAUSOS). y no solo eso, sino que será una de las provincias más prósperas e industrializadas de Cuba (APLAUSOS). Y ya se ve. No hay más que dar una vuelta por esta zona industrial; su planta de nitrógeno, con todos los peros y con todas las chapucerías que los ingleses hicieron en esa planta, va produciendo ya algún nitrógeno. Y con la ayuda de nuestros trabajadores y de nuevas inversiones, vamos incrementando su capacidad. y algún día, a pesar de todo, llegará a producir el ciento por ciento de lo planificado.
Se ve en esas industrias que se levantan como el puerto pesquero, como el nuevo molino de trigo, como el nuevo molino de maíz, como ese almacén construido por la Revolución, que tantas horas de trabajo nos ha ahorrado, que tantos recursos económicos ha ahorrado, al permitir cargar un barco en 24 horas, con unos pocos hombres, cuando antes se necesitaban más de 100 para cargarlo en un mes. Ese almacén de azúcar a granel, que ya ha embarcado más de 10 millones de toneladas de azúcar desde que se inauguró. Se ve en las nuevas plantas termoeléctricas, se ve en la fábrica de baldosas y otras industrias, se ve en la fábrica de riego por aspersión que se levanta, o en la gigantesca fábrica de cemento, la mayor del país, que a ritmo acelerado se construye en esta región; se ve en la industria de quesos y de helado, en las proximidades del Escambray, zona que queda en la jurisdicción de lo que será la nueva provincia.
Y no es eso solo: ya han sido adquiridas dos grandes unidades termoeléctricas más, de 150 000 kilowatts cada una, para instalar precisamente en Cienfuegos.
Y cuando se sabe que en días no lejanos comenzará a construirse en esta región la primera planta eléctrica movida por energía nuclear en nuestro país (APLAUSOS), cuando se sabe que la nueva refinería de petróleo tendrá que ser ubicada aquí, y con la nueva refinería de petróleo, la petroquímica y una planta de fertilizantes similar a esta y más moderna, con todas las ventajas de la experiencia asimilada en esta primera planta para un proceso tan complejo como ese, habrá que seguir desarrollando la infraestructura.
Pronto será inaugurado ya el hermoso hotel de Pasacaballos (APLAUSOS). Adelantan otras instalaciones hoteleras y turísticas. Habrá que hacer grandes trabajos en este puerto, habrá que construir muchas viviendas; pero para ello se comenzará a instalar próximamente una planta de IMS, capaz de producir 1 500 apartamentos por año, en edificaciones de hasta 20 plantas. Esto augura para Cienfuegos, sin duda, un gran desarrollo. Y no olviden ustedes lo que prometieron cuando ya se abordaron estos temas económicos una vez, de que ustedes estarían a la altura de ese desarrollo (APLAUSOS).
Se construyó la magnífica escuela de maestros de la región. Adelanta —y no sé ahora exactamente cuándo terminarán— el nuevo estadio. Se construye un magnífico hospital que mejorará considerablemente los servicios médicos y la salud de los cubanos que viven en esta región, se construyen institutos politécnicos de diversa índole, se construyen secundarias en el campo, se desarrollan planes de producción porcina; se construye una fábrica de producción de torula partiendo de la miel; se construye no muy lejos de aquí un magnífico campamento para 5 000 pioneros, a donde podrán asistir también en parte niños de esta región de Cienfuegos. Se desarrollan los planes agrícolas, los planes de irrigación, los planes cañeros. Son en verdad grandes adelantos en muy pocos años.
Se forma técnica, cultural y políticamente una magnífica juventud en esta región, lo cual no tenemos el temor de señalar por miedo a que se envanezcan, porque sé que no se envanecerán. Son ustedes, los estudiantes del preuniversitario, con sus promociones, un ejemplo (APLAUSOS).
Cienfuegos, con su entusiasmo, su hospitalidad y su calor, ha contribuido también al desarrollo de las relaciones internacionales de nuestro país, con las magníficas recepciones que dan a nuestros ilustres visitantes, como esta del día de hoy.
Y por eso, en síntesis, puede afirmarse que Cienfuegos tiene confianza en la Revolución. ¡Y la Revolución tiene confianza en Cienfuegos! (APLAUSOS)
Excúsennos si nos hemos extendido algo (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"). Tanto ustedes como nosotros tenemos deseos de escuchar al estimadísimo amigo de nuestro pueblo y primer ministro de Canadá, Pierre Trudeau.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)