DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN EL ACTO DE INAUGURACION DE LA TERMOELECTRICA "CARLOS MANUEL DE CESPEDES", CELEBRADO EN OCASION DE CONMEMORARSE EL DIA DEL CONSTRUCTOR. CIENFUEGOS, 5 DE DICIEMBRE DE 1978, "AÑO DEL XI FESTIVAL".
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS - CONSEJO DE ESTADO)
Queridos compañeros de la construcción:
Nos reunimos en este sencillo, pero importante acto, para conmemorar el Día del Constructor, y lo hacemos junto a una importante obra que simboliza las que en diversos sitios del país se han terminado en este año. Y lo hacemos en una provincia y en una ciudad que, junto a esta, inaugura hoy diversas obras.
¿Por qué se escogió Cienfuegos para celebrar en esta provincia el Día del Constructor? Desde luego, todo el mérito no es de Cienfuegos, porque aquí hay constructores de diversas provincias centrales del país, y hay constructores incluso de las provincias orientales recientemente acaba de llegar un buen refuerzo de las provincias orientales. Pero indiscutiblemente que el espíritu cienfueguero ha contribuido mucho a este honor de ser la sede de la conmemoración.
Yo traigo aquí algunos datos. Ustedes me perdonarán si esta tarde yo los aburro un poco con datos. De todas maneras voy a referirme solo a una parte de los datos que hay aquí, pero que son datos de la construcción, interesantes para ustedes e interesantes para todo el país.
Dentro del plan de construcciones del país, en Cienfuegos se concentra un amplio plan de inversiones que la convierte en una de las provincias de más intenso y sostenido desarrollo.
Durante el año 1978 se han concluido obras de significativa envergadura para la economía nacional, tales como la Unidad No. 3 de la Termoeléctrica "Carlos Manuel de Céspedes", que ha permitido incorporar al programa energético 169 megawatts; la fábrica de molino de trigo, con una capacidad de 600 toneladas diarias; una planta de fabricación de viviendas sistema IMS, con una capacidad de 1 500 viviendas por año. En total se han terminado hasta el día de hoy, en esta provincia, 38 obras; y en lo que resta del año se incluirán nueve más, lo que hace un total de 47 obras terminadas este año.
Estas obras son: una escuela vocacional militar "Camilo Cienfuegos", una planta de viviendas IMS, una planta de hielo, dos lavadoras de arena, dos escuelas secundarias básicas urbanas, dos escuelas secundarias básicas en el campo y en zonas cafetaleras, un dormitorio en el tecnológico 5 de septiembre, un seminternado La Sierrita, cinco círculos infantiles, dos policlínicos, cinco gimnasios deportivos, cuatro centros comerciales, un atraque para carga general, tres vaquerías típicas, un centro telefónico de 820 líneas, la Unidad No. 3 Termoeléctrica "Carlos Manuel de Céspedes", el molino de trigo, el combinado de talleres Locomotoras Diesel del MINAZ, dos centros de acopio y un almacén de fertilizantes.
Obras a terminar en lo que resta del año: un hospital clínico-quirúrgico de 630 camas, un combinado para riego por aspersión con capacidad de 9 000 kilómetros de tubos, un círculo infantil con capacidad para 180 niños, dos vaquerías típicas, un centro de cría, un supermercado en la zona de O’Bourke, un atraque No. 3 para cítricos y un almacén del CEATM.
Desde 1970 a la fecha Cienfuegos muestra un progresivo crecimiento, año por año, en el sector de las construcciones. De casi 7 millones producidos en 1970, cierra el año 1978 con más de 110 millones de pesos. Es decir, han crecido unas quince veces en los últimos ocho años las construcciones en esta provincia. En el mismo período la fuerza de trabajo del sector ha crecido en cuatro coma cinco veces. En 1970 existían 3 572 constructores; hoy hay incorporados 14 614 trabajadores, sin contar las nuevas incorporaciones, entre ellos los 1 000 orientales.
La productividad de 1 786 pesos por trabajador en 1970, se eleva ya a 7 561 pesos. Quiere decir que el valor de las construcciones ha crecido alrededor de quince veces y el número de trabajadores ha crecido en cuatro coma cinco.
No voy a leer, simplemente voy a decir que de 1970 a 1978 se han terminado 221 obras en la provincia; son 61 objetivos industriales, 49 obras escolares, 40 obras sociales y 7 obras hidráulicas. En general es lo que hemos construido.
Pero estamos construyendo también en Cienfuegos la mayor fábrica de cemento del país, de la que ya el próximo año entregarán la primera línea (APLAUSOS). Bueno, el próximo año son dos líneas, una en mayo y otra en octubre. Y la última, en marzo de 1980.
Se han comprometido a eso, y nosotros estamos seguros de que cumplirán, de la misma forma en que se comprometieron los obreros de esta unidad para terminarla en esta fecha (APLAUSOS), a pesar de que ese compromiso se hizo en abril, a principios de abril, existiendo en ese momento un retraso de tres meses; y a pesar de las dificultades que tuvimos en las soldaduras por la cuestión del argón, no obstante, adelantaron el compromiso en varios días (APLAUSOS).
También están cumpliendo los obreros de riego por aspersión, a pesar de retrasos y dificultades en los suministros externos.
También cumplieron sus compromisos los obreros del molino de trigo (APLAUSOS).
Todos esos compromisos se hicieron en abril. y por cierto, no podemos olvidar una fábrica tan importante como es la de viviendas prefabricadas IMS, en la que también han cumplido (APLAUSOS).
A la vez, se han construido alrededor de 400 viviendas; son pocas, necesitamos muchas más. y está casi terminado, casi terminado, y se piensa concluir en el mes de diciembre, el hospital de 630 camas (APLAUSOS), que será el primero en concluir del programa de 10 que empezaron a hacerse hace algunos años en todo el país y que mejorará extraordinariamente la situación hospitalaria de la provincia de Cienfuegos, que actualmente tiene un hospital de unas 280 camas. Dicho hospital se convertirá después en hospital materno-infantil, y el nuevo será clínico-quirúrgico. Pero creo que una gran cosa para la provincia y para la ciudad de Cienfuegos es la conclusión de ese hospital, el cual nos cuentan que es una obra magnífica.
Tenemos que terminar la segunda unidad, de 169 megawatts, que los obreros piensan entregar para el 20 de julio. ¿Está claro? (APLAUSOS)
Pero esto no es nada, nos quedan algunas obras grandes que comenzar acá, entre ellas, o en primer lugar, la central atomo-eléctrica, que tendrá una capacidad de casi 1 000 megawatts, y será la primera industria de este tipo que construyamos en el país. Y dicen que es una construcción seria, dura, difícil, aunque yo realmente me pregunto si hay algo serio —bueno, serio sí, todo es serio para ustedes—, me pregunto si hay algo duro, difícil o imposible para los constructores de Cienfuegos (EXCLAMACIONES DE: "¡No!" Y APLAUSOS).
Habrá que construir en el futuro una refinería de petróleo y otras posibles industrias químicas de fertilizantes, que serán muy importantes para la economía.
Debo mencionar también que está en plena construcción el nuevo central azucarero de la provincia. De modo que nos quedan muchas obras, y me imagino que algún día, con tanto orgullo como inauguramos esta unidad de hoy, también se inaugurará la primera unidad de la átomo-eléctrica.
En el proyecto de cifras preliminares del próximo quinquenio 1981-1985, la provincia de Cienfuegos asimilará el 15% del total del plan de inversiones industriales, siendo superada solamente por Holguín, que tendrá un 36% de concentración. Esto se debe fundamentalmente a que en aquella provincia están las plantas de níquel y estará la siderurgia.
Este crecimiento, o este desarrollo de Cienfuegos generará un alto crecimiento de construcción de viviendas y demás obras urbanísticas.
Cienfuegos es un poco pequeño, la ciudad es un poco pequeña; tiene ahora alrededor de 100 000 habitantes. Le han correspondido una serie de industrias. No se trata de que el Estado central quiera tener privilegios con Cienfuegos, aunque Cienfuegos se merece todas las consideraciones (APLAUSOS); se trata de que, por ejemplo, para la fábrica de cemento la materia prima estaba aquí, en las proximidades de Cienfuegos; Cienfuegos tiene un gran puerto, algo muy importante, indispensable a tomar en cuenta cuando se va a construir una fábrica como la de fertilizantes, o cuando se va a construir una refinería de petróleo; Cienfuegos está ubicado en un lugar central del país, que fue lo que determinó la ubicación aquí de la primera planta átomo-eléctrica. Se explica la necesidad del molino de trigo precisamente por el puerto; y así, muchas de las industrias era indispensable ubicarlas aquí; son bastantes, son muchas.
Hemos procurado, en las últimas ubicaciones de industrias, no añadir más industrias a Cienfuegos. Se suele llevar adelante un programa de distribución de las industrias en todo el país y en todas las provincias, y preferentemente en aquellas provincias que tienen algún excedente de fuerza de trabajo; es decir, que disponen de más recursos humanos.
A veces la ubicación de una industria puede estar determinada por el puerto, o por las materias primas; otras veces este no es el factor fundamental, porque se importan las materias primas, y se procura hacer una distribución equitativa de las inversiones en todo el país. Pero estas circunstancias determinaron un volumen alto, grande, para Cienfuegos. Por eso han sido necesarios refuerzos de otras provincias. Y esperamos que esta provincia siga recibiendo refuerzos, en especial de las provincias orientales. Me han dicho que los orientales se caracterizan aquí por su seriedad, su disciplina, su estabilidad en el trabajo, y posiblemente es que a lo mejor les gusta Cienfuegos a los orientales.
Esto requerirá el desarrollo social también de la ciudad, un fuerte incremento en la construcción de viviendas. Y es por eso una gran ventaja tener disponible ya esa planta de prefabricado IMS, con capacidad de 1 500 viviendas anuales. Por tanto, se podrá aumentar año por año el volumen de las viviendas a construir en Cienfuegos.
Otra buena noticia que se puede consignar en el día de hoy es que la planta de fertilizantes, que tantos dolores de cabeza nos dio por problemas que son ajenos a nuestra voluntad, está produciendo en este momento nitrato de amonio, y marcha con un buen ritmo (APLAUSOS). En esa industria estamos haciendo también inversiones para resolver definitivamente todos los problemas, y lograr que produzca lo que debe producir esa importantísima fábrica.
Creo que para todo el país es importante la noticia de la inauguración de esta unidad termoeléctrica. Es una unidad realmente muy moderna y muy económica, que aporta, repito, 169 megawatts, ó 169 000 kilowatts, depende de cómo quieran ustedes medirlo. Pero baste decir que esa sola unidad es equivalente a la mitad de lo que había en Cuba antes del triunfo de la Revolución (APLAUSOS), para que tengan una idea de cómo aumenta la generación eléctrica y cómo consumimos electricidad. Porque sin esta industria, tan básica, no se mueve nada: ni la fábrica de cemento, ni el molino de trigo, ni la fábrica de riego por aspersión, ni el hospital, ni las escuelas, ni las vaquerías. Nada se mueve si no tenemos electricidad.
La tecnología de esta planta es procedente de Japón. Por eso, junto a nuestros obreros, trabajaron algunas decenas de técnicos japoneses, asesorándonos en el montaje de la planta, y debemos decir, en honor de ellos, que han trabajado con mucha seriedad y con mucha eficiencia (APLAUSOS). Por eso es justo expresarles a ellos, en este día, nuestro reconocimiento por el esfuerzo realizado y por el entusiasmo con que lo realizaron junto a nuestros obreros, para cumplir el programa de montaje de esta planta.
Ahora, para que tengan una idea: estas unidades grandes son mucho más económicas. Por ejemplo, las dos primeras unidades que había aquí antes de la Revolución, hablamos de eso, creo que había dos planticas de 5 000 kilowatts cada una. Todavía están ahí porque nosotros no podemos parar nada aquí. Esas gastan 420 gramos de petróleo o de combustible por kilowatt/hora, 420. Son unas unidades de origen americana de la década del cuarenta y tanto, que era todo lo que tenía Cienfuegos.
La Revolución construyó aquellas dos primeras unidades de 30 000 kilowatts, de tecnología checa. Ya esas plantas consumen —todavía son plantas relativamente pequeñas— 294 gramos de combustible por kilowatt. Sin embargo, bueno, las plantas checas de 125 000, como la que construimos en Nuevitas, consumen 236 gramos; es decir, a medida que tienen más eficiencia técnica, más progreso en la tecnología y mayor escala de producción, ahorran combustible considerablemente. Por eso ya la de 125 000 kilowatts, checa, consume 236 gramos. Y estas unidades de 169 000 kilowatts, consumen 217 gramos y medio por kilowatt/hora.
Bien, entre las plantas viejas, las de 5 000 kilowatts consumen el doble de petróleo que esta planta que acabamos de inaugurar hoy. Junto a ella está la hermana gemela, la otra unidad que ustedes pondrán en funcionamiento el próximo año. El jefe de la brigada me dijo que van a conmemorar el aniversario del 26 de Julio con la segunda unidad de este tipo (APLAUSOS). Al ver el progreso de la obra, conociendo la seriedad, la calidad y el honor de los obreros de esta brigada, no tenemos ninguna duda de que la terminarán para esa fecha.
De ese modo, ya esta central termoeléctrica de Cienfuegos alcanzará una capacidad de producción de 402 000 kilowatts, 402 megawatts. Es decir, esta central termoeléctrica de Cienfuegos tendrá más capacidad que toda la que había instalada en el país antes de la Revolución. Es un dato interesante.
Claro que no solo se trabaja aquí; se trabaja en Mariel intensamente, construyendo nuevas unidades; se trabaja en Nuevitas y se trabaja en Santiago de Cuba instalando unidades termoeléctricas. De modo que entre los años 1977, 1978, 1979 y 1980, habrá quedado instalada una capacidad de 1 102 megawatts. Esto significa que en solo cuatro años el país habrá duplicado su capacidad eléctrica. Pero como gastamos bastante, como las necesidades crecen, porque desde el principio de la Revolución han crecido a un ritmo de aproximadamente 10% al año, todavía tenemos apagones. Por eso es tan importante el esfuerzo en las termoeléctricas, para ver si nos libramos cuanto antes de los apagones, que tantas molestias ocasionan a la población.
Debemos hablar, ya que se trata del Día del Constructor, no solo de los que construyen directamente, sino de los que producen los materiales.
La industria de materiales ha hecho un enorme esfuerzo. En este quinquenio se está realizando una inversión en la industria de materiales de construcción de alrededor de 500 millones de pesos. El plan de producción de 1978 se cumplirá entre un 97% y un 98% en la industria de materiales, con un 10% de crecimiento con relación a 1977.
Esta rama emplea actualmente 42 300 trabajadores. La producción ha sido más de tres veces y medio la de 1970, es decir, que la industria de materiales ha crecido a un ritmo muy alto, tres veces y medio ha crecido la producción de 1970 a 1978, y la productividad se ha duplicado.
El plan de cemento de este año se cumplirá entre 97% y 98%, con unas 30 000 toneladas más que el pasado año; pero ya en 1979 tendremos en producción la primera línea de Mariel y entrará también la segunda línea, y empezarán a ponerse en marcha las primeras líneas de la de Cienfuegos. De modo que nuestra capacidad de producción de cemento crecerá considerablemente, prácticamente se duplicará con estas dos grandes fábricas.
Ahora podemos hacer algunas comparaciones entre 1970 y 1978. Cemento en 1970, 742 000 toneladas; en 1978 será de 2 680 000 toneladas. Vean cómo hemos crecido en cemento. Piedra, en 1970, 2 913 000 metros cúbicos; en 1978, 9 550 000. Arena total en 1970, 1 210 000 metros cúbicos; en 1978, 4 600 000. Bloques de hormigón, en 1970, 12 874 000; en 1978, 43 millones. Ladrillo, en 1970, 31 289 000; en 1978, 80 millones. Baldosas, metros cuadrados, 134 000; en 1978, 2 250 000. Estos numeritos a veces cuesta trabajo leerlos, porque cada matemático los escribe a su manera y después tenemos nosotros que interpretarlos. Prácticamente había una producción de baldosas insignificante en 1970. Esto ha crecido entre quince y veinte veces la producción. Mosaico, en 1970, 518 000 metros cuadrados; en 1978, 2 200 000. Carpintería de madera, en 1970, 412 000 metros cuadrados; en 1978, 1 700 000. Muebles sanitarios, en 1970, 55 000; en 1978, 249 000. Azulejos, en 1970,17 559 000; en 1978, 47 millones. Tubos de hormigón para acueducto, en 1970, 43 kilómetros; en 1978,150. Tubos de hormigón para alcantarillado, en 1970,164 kilómetros, en 1978, 332 kilómetros.
Esto da una idea de lo que ha progresado la producción de materiales de construcción en ocho años, y del enorme esfuerzo realizado en esta rama.
Ahora podemos hablar algo sobre los constructores, cómo andan los constructores. Hay muchos datos también, pero yo, repito, no los quiero agobiar a ustedes con demasiados números. El Ministerio de la Construcción tiene organizadas 132 empresas constructoras, en las especialidades de ingeniería, arquitectura, industriales, mixta, de izaje, de proyecto, de prefabricado, de abastecimiento y transporte, talleres, etcétera.
Estas, empresas agrupan 270 000 trabajadores de la construcción, en el Ministerio, porque ustedes saben que hay otros organismos que tienen constructores; pero el grueso está en el Ministerio de la Construcción que agrupa 270 000 trabajadores.
El plan de producción del presente año se cumplirá al 92%, con un crecimiento del 2% sobre el pasado año. Ha crecido enormemente la construcción también desde el año 1970. Por ejemplo, en 1971 la producción era equivalente a 339 millones; en 1978 será de 1 121 millones de pesos.
Entre las construcciones tenemos una rama muy importante: la de construcción y montaje industrial. En 1971 esta actividad contaba con 12 000 trabajadores, agrupados en 16 brigadas de construcción y montaje. Actualmente está organizada en 14 brigadas de movimiento de tierra, 53 de construcción y de montaje, con un total de 54 000 trabajadores, de ellos, 8 500 montadores. Entre 1976 y 1978 se han ejecutado 617 millones, de ellos, 89 millones en montaje. También ha crecido considerablemente esta actividad. El valor de la producción en 1976 fue de 141 millones; en 1978 será de 253 millones. Y para el próximo año deberá alcanzar la cifra de 287 millones.
La ejecución de 1978 y 1979 se caracteriza por centrar el esfuerzo en la terminación de obras y en la creación de nuevas capacidades.
Se trabaja actualmente para concluir más de 200 obras de este tipo entre 1979 y 1980.
Es muy importante comprender lo que ha significado el desarrollo de la actividad de construcción y montaje industrial, porque en el pasado nuestro país no contaba con fuerzas capaces de hacer obras de este tipo, y cada vez que era necesario hacer una fábrica compleja aquí había que contratar una empresa extranjera para hacer esa obra.
Se hacían pocas industrias, pero las industrias de alguna complejidad, como cuando se construyó Nicaro, cuando se construyeron los centrales azucareros, requerían contratar empresas extranjeras.
Podemos decir que al triunfo de la Revolución no había la actividad de construcción y montaje industrial. Actualmente tenemos 54 000 trabajadores en esta actividad, y todas las industrias que estamos construyendo son realizadas por brigadas de nuestro país. Todas las industrias son construidas por obreros cubanos (APLAUSOS).
Nuestros obreros están montando cuatro centrales azucareros, para citar un ejemplo; nuestros obreros están ampliando Antillana de Acero; nuestros obreros están construyendo unidades termoeléctricas como esta en diversos lugares del país; nuestros obreros están construyendo en Moa una planta con capacidad de 30 000 toneladas de níquel, una industria compleja; nuestros obreros están montando, además, fábricas textiles; nuestros obreros están construyendo todo tipo de industrias, industrias cada vez más complejas.
Debo mencionar también entre las importantes y complejas obras que estamos construyendo dos gigantescas fábricas de cemento.
Nuestros obreros montaron esa industria química de fertilizantes en Cienfuegos; y nuestros obreros se preparan para construir la planta átomo-eléctrica, que es compleja, como les decía; y nuestros obreros se preparan para construir la siderúrgica en Oriente; y nuestros obreros se preparan para construir la refinería de petróleo en Cienfuegos.
De modo que no hay hoy una sola industria, por grande y por compleja que sea, que no podamos construir nosotros. Y yo creo que eso debe ser un motivo de satisfacción para todo nuestro pueblo, y especialmente para nuestros trabajadores de la construcción (APLAUSOS).
Y no solo eso, sino que estamos seguros de que si cualquier país nos quiere contratar para la construcción y montaje industrial de cualquier fábrica, en cualquier país del mundo, tenemos el espíritu, tenemos la voluntad y tenemos la capacidad de poderlo hacer también (APLAUSOS).
Antes éramos importadores de construcciones, y con la Revolución no solo somos capaces ya de construir nuestras obras, sino que nos estamos convirtiendo en exportadores de construcciones, y creando para nuestra patria un recurso más, una fuente más de ingreso en divisas, que tanto requiere el desarrollo de nuestra economía. Porque desgraciadamente esos equipos tan modernos y tan sofisticados que hemos montado aquí no los producimos en nuestro país, hay que comprarlos y hay que pagarlos centavo a centavo.
Nuestros obreros de la construcción, desde luego, no realizan solo obras industriales. Una parte minoritaria está dedicada a la construcción y montaje industrial; pero hay gran número de trabajadores en todos los frentes de la construcción. Son los que están haciendo el Ferrocarril Central, la Autopista Nacional, miles de kilómetros de caminos y carreteras, presas, sistemas de riego, puertos, vaquerías centros de cría de aves, de porcinos; son los que dan respuesta a nuestras necesidades sociales. Son los que construyen los hospitales, que tanto alientan y tanto tranquilizan y satisfacen a la población; los que construyen las escuelas vocacionales, los que construyen las escuelas secundarias básicas en el campo o en la ciudad, los que construyen preuniversitarios, los que construyen escuelas vocacionales militares, los que construyen escuelas deportivas, los que construyen escuelas de profesores de educación física, los que construyen tecnológicos de la salud, los que construyen círculos infantiles, los que construyen campamentos de pioneros, los que construyen universidades —entre ellas la sede de Cienfuegos, que ya se empezó el movimiento de tierras para construir allí, junto a ese maravilloso hospital, una facultad de ciencias médicas, y para hacer otras facultades universitarias (APLAUSOS).
Son los obreros de la construcción los que desarrollan los programas de vivienda, los que edifican las casas para las familias, los que edifican las tiendas, los que edifican las bibliotecas, los que edifican los demás servicios de acueductos, de alcantarillados; en fin, son los obreros de la construcción los que han transformado la fisonomía del país (APLAUSOS).
Esa transformación enorme que vemos aquí, por ejemplo, en Cienfuegos, como la escuela de maestros primarios, que no había mencionado; el estadio, que no había mencionado, entre las muchas cosas que ustedes construyen para satisfacción y bienestar del pueblo (APLAUSOS) es obra de los constructores; ellos son los que en un lugar como Cienfuegos han producido un cambio milagroso, aparentemente; milagroso, sí, en el sentido de que el trabajo obra milagros; los que han transformado la ciudad de Santa Clara, Camagüey, Holguín, Las Tunas, Manzanillo, Santiago de Cuba, Bayamo, Guantánamo, Sancti Spíritus, Matanzas, Pinar del Río. No menciono a La Habana porque La Habana ya estaba bastante desarrolladita cuando la Revolución triunfó y donde no se ve tanto el milagro, porque es demasiado grande, y usted en La Habana construye un hospital y apenas se ve, hace una fábrica y apenas se ve, aunque en La Habana hay nuevas obras maravillosas, como la zona de Alamar, para citar un ejemplo entre otros muchos, de cambios incluso en La Habana. Pero donde más se observa el cambio es sobre todo en las ciudades del interior, porque cualquiera de estas ciudades, como nosotros decíamos muchas de ellas parecían aldeas, como Pinar del Río. Cuando se levanta la escuela de maestros primarios, cuando se levanta la escuela vocacional, cuando se levantan los tecnológicos, cuando se levantan los hospitales, las nuevas fábricas, se opera una transformación extraordinaria. Y esto ha ocurrido en todas las capitales de nuestras provincias en los últimos años, como fruto del esfuerzo abnegado y valioso de los trabajadores de la construcción.
La obra de ustedes está estrechamente vinculada al bienestar, a la alegría, al progreso y a la felicidad de nuestro pueblo. Por eso es que tanto se ha dignificado el trabajador de la construcción (APLAUSOS). Por eso nuestra sociedad valora tan altamente el esfuerzo de ustedes.
Antes de la Revolución hablar de la construcción, hablar del trabajo en la construcción era hablar de la quinta rueda del carro. A este trabajo iban por algunos meses los obreros para paliar el tiempo muerto, era un trabajo inestable, un trabajo inseguro. Muy pocos hombres querían, por eso, dedicarse definitivamente a la construcción. Y venían los gobiernos de turnos y hacían algunas obritas en tiempo muerto y había que estar buscando un empleo allí rogándoselo a los políticos y a sus sargentos, para que les dieran a los hombres la oportunidad de ganarse el pan unos meses en el año. Aquella sociedad miraba, prácticamente con desprecio, al obrero de la construcción.
Cuando triunfa la Revolución, cuando surge la necesidad del desarrollo en todos los terrenos, y sobre todo en estos años en que pudo nuestro país, con un poco más de tranquilidad y de paz, dedicarse al desarrollo, se ha ido levantando el prestigio social de los trabajadores de la construcción, se ha ido levantando su conciencia, su orgullo de trabajadores de vanguardia en nuestro país, porque la más básica de todas las ramas es la construcción. Se dice que la industria eléctrica es básica, y es cierto; que la industria energética es básica, es cierto; que la industria metalúrgica es básica, sí, es cierto; que las industrias de materias primas son básicas, cierto; pero sin construcción no hay industria eléctrica, no hay industria mecánica, no hay industria siderúrgica, no hay industria de combustible, ¡no hay nada! (APLAUSOS) Por eso esta es, a nuestro juicio, la rama más básica de nuestra economía. Pero a la vez es una tarea hermosa, creadora y transformadora, porque esa fisonomía que cambia es en gran parte la obra de ustedes.
Pero las construcciones no solo —repito— resuelven tantos problemas, sino que se están convirtiendo en importantes fuentes de ingreso en divisas. Por eso es necesario señalar con satisfacción el hecho de que cerca de 4 500 trabajadores de la construcción se encuentran en el exterior prestando servicios de cooperación (APLAUSOS).
Como ustedes saben, en caso de países con una situación de mucha pobreza, nosotros le hemos donado y le donamos la asistencia técnica; en países que tienen recursos, nos pagan por los trabajos que realizamos. Y crece continuamente la demanda, en numerosos países, de obras de construcción a contratar con nosotros (APLAUSOS). Bueno, yo creo que esto debe ser un motivo de satisfacción y de orgullo para nuestros constructores. Y es fama de que nuestros constructores cuando están en el exterior trabajan incluso mejor que aquí. Claro, vienen también con su espíritu revolucionario fortalecido, su conciencia revolucionaria más elevada, y así piensen ustedes cómo hoy son destacadísimos obreros o cuadros de la construcción aquellos constructores que fueron a Guinea a construir aeropuertos y carreteras; o fueron a Viet Nam a construir hospitales, hoteles, vaquerías; o fueron a Angola a construir puentes, a construir viviendas (APLAUSOS). Esto fortalece nuestra conciencia revolucionaria. Esto fortalece el espíritu de nuestro pueblo. Esa es una medida de lo que hemos avanzado, de lo que es la Revolución, de lo que es el socialismo y de lo que es la Cuba de hoy.
Nosotros no somos un país rico que podamos darnos el gusto de derrochar el dinero; no podemos practicar el turismo internacional sino en pequeña escala y con los países socialistas; pero sí se practica, de modo creciente y en masa, la colaboración internacional (APLAUSOS). No somos turistas, no podemos ser turistas, pero podemos recorrer el mundo como trabajadores, como constructores, como creadores (APLAUSOS). Así pueden ustedes apreciar el ejemplo de los cientos de jóvenes integrantes del Destacamento "Che Guevara", que trabajan como profesores en las secundarias básicas de Angola (APLAUSOS).
Así miles y miles de hombres, decenas de miles, en un campo u otro, como combatientes o como trabajadores; decenas de miles de hombres van enriqueciendo su experiencia, van enriqueciendo sus conocimientos, van enriqueciendo su espíritu, van enriqueciendo su prestigio, van enriqueciendo su historia y van enriqueciendo su expediente revolucionario (APLAUSOS).
Estoy seguro de que si yo preguntara aquí quiénes han cumplido misiones internacionalistas de un tipo o de otro, muchas decenas levantarían los brazos (APLAUSOS). Pero no voy a preguntar quiénes han estado; pregunto: quiénes están dispuestos a cumplirlas (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES GENERALIZADAS DE: "Yo"). Y sabía que todos ustedes, hombres y mujeres, levantarían los brazos (APLAUSOS PROLONGADOS).
Nuevas generaciones de constructores se forman en este espíritu, y así en las escuelas de la construcción tenemos actualmente capacidad para 25 000 jóvenes, y a principios de 1979 las pensamos llenar todas. Estamos haciendo un reclutamiento especialmente entre jóvenes egresados del Servicio, en todas las provincias, para las construcciones y para la industria sideromecánica, y cuando nos falten en un lugar y nos sobren en otro los jóvenes, trasladarlos para otra escuela y prepararlos. ¡Veinticinco mil preparándose! Incluso, van a recibir un cierto ingreso esos jóvenes salidos del Servicio, cuando ingresen en las escuelas a prepararse para todas las calificaciones. Y tenemos que trabajar así, porque así es como se resuelve el problema: llenando las escuelas, y creando legiones de jóvenes ya formados, que han pasado por una disciplina, llenos de energía, de entusiasmo, de vida, para nutrir las filas del ejército glorioso de los constructores (APLAUSOS).
Hoy hemos tenido la satisfacción de entregar los diplomas a dos jóvenes graduados, y también a un obrero que recibió su diploma de 25 años, Valentín, ¿no?, Valentín, que vino aquí a recibir su diploma, y yo me imaginaba que Valentín iba a ser viejo, pero resulta que Valentín no tiene nada de viejo, es prácticamente un muchacho, y lleva 27 años en la construcción; empezó a los 16, yo creo que le queda juventud para recibir otro diploma (APLAUSOS).
Hay ya en el ministerio 270 000. Si contamos lo de los demás organismos, por ejemplo, MINAZ, Industria Eléctrica que tienen constructores también, debemos andar alrededor de los 350 000 trabajadores de la construcción. Pero tenemos que prepararnos, por ejemplo, para enfrentar el programa de construcción de viviendas, y necesitamos de 60 000 a 70 000 trabajadores más para esto. No sería extraño que el ministerio para 1985 cuente con unos 350 000 ó 360 000 trabajadores, solo el ministerio.
La rama de las construcciones se convierte en el sector más numeroso del país. Antes el grueso estaba constituido por los cortadores de caña, pero por suerte, macheteros ya necesitamos unos 130 000, y cada vez menos. De 1970 a acá, con los centros de acopio, las alzadoras y las máquinas, hemos ahorrado alrededor de 220 000 macheteros (APLAUSOS). Mecanizamos la cosecha, reducimos en el campo el número de trabajadores, elevamos su productividad e incrementamos la fuerza de las construcciones.
Hay que responder a todos los programas de desarrollo industrial, a los planes de desarrollo social y, sobre todo en los años futuros, a la necesidad imperiosa, imprescindible, vital, de alcanzar no menos de 100 000 viviendas por año, ¡y tenemos que alcanzarlas!, es imperioso que las alcancemos, entonces sí veremos transformaciones en nuestro país.
Es un problema difícil, lleva tiempo; pero solo una Revolución puede emprender esa tarea. Ningún país capitalista lo ha resuelto. Solo los países socialistas han resuelto el problema de la construcción, los que llevan mucho más tiempo, o lo están resolviendo de una manera eficaz. Es una tarea que no es de 5 años, ni de 10.
Pero vean ustedes, yo les leí las cifras de lo que producíamos de piedra, de arena, de cemento, para dar respuesta a nuestras necesidades. Era lógico priorizar las escuelas, los hospitales, las fabricas, las lecherías, las instalaciones económicas; pero ya estamos entrando en una situación y en una disponibilidad de recursos para hacer un plan de construcción de viviendas que esté a la altura de nuestras necesidades.
Por eso tiene que crecer el número de constructores, y nutrirse de esa cantera joven, y prepararlos, calificarlos y darles los mayores niveles para elevar la productividad. Y hemos visto lo que los obreros de la construcción son capaces de hacer. Y sabemos, no ignoramos los problemas que nos paralizan muchas veces, que puede ser un equipo, que puede ser una materia prima, que puede ser un insumo, que puede ser un gas que no se dispone a tiempo. Y sabemos que trabajamos con dificultades, pero pensamos ir resolviéndolas, que no nos falte en el futuro ni el oxígeno, ni el argón, ni el botellón, ni nos falte la arena, ni nos falte la cabilla, ni nos falte la piedra, ni nos falte el cemento, consolidando y desarrollando la base material para las construcciones. Y mientras tanto es necesario que superemos nuestras deficiencias de orden subjetivo, nuestras deficiencias organizativas.
Es necesario que cada año tengamos más eficiencia, que podamos seguir elevando la productividad en todas las construcciones: industriales, agrícolas, sociales, etcétera.
Seguir desarrollando el prefabricado hasta donde podamos, con plantas que nos permitan elevar la productividad. Es necesario, porque de lo contrario no alcanzarían los brazos.
Por eso es tan alentador ver cómo en los últimos años, con la técnica, con las máquinas, con el prefabricado, con una mejor organización, con un mejor espíritu, se ha elevado considerablemente la productividad en el sector de las construcciones. Eso es muy importante.
Yo no quiero prolongar este acto. Ustedes han soportado cierta cantidad de sol. Hoy, incluso, han tenido el sol de frente, porque a los que organizaron la tribuna se les olvidó que el oeste estaba para allá (RISAS), y que a estas horas el sol iba a comenzar a ponerse. A lo mejor nos quisieron ayudar a nosotros, nosotros tenemos el sol a la espalda, no es malo tener el sol a la espalda. Se dice que incluso hubo quienes ganaron batallas con el sol a la espalda, ejércitos que ganaron batallas con el sol a la espalda, porque entonces el adversario lo tenía de frente (RISAS); pero aquí yo no tengo que ganar ninguna batalla. Yo hubiera estado gustosamente con el sol de frente, o con el sol de lado; pero, en fin, no vamos a culpar a nadie, porque quizás no había aquí al lado de esta fábrica un lugar mejor que este, y tal vez habría sido mejor esperar que el sol se pusiera completamente (APLAUSOS).
Yo deseo reiterar el enorme aprecio de nuestro Partido, de nuestro gobierno y de nuestro pueblo, por el trabajo de ustedes. Felicitarlos por el esfuerzo realizado en el último año, expresarles nuestro gran cariño, nuestra altísima estimación y nuestra confianza en los constructores (APLAUSOS), que tan merecidamente se han ganado ese título de los hombres dignos de los cascos blancos (APLAUSOS), de los hombres que integran este combativo ejército que estará, sin duda, a la vanguardia del desarrollo económico y social de nuestro país, y que sabrá marchar victoriosamente y arrolladoramente hacia el futuro.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)