DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN LA CEREMONIA MILITAR CON MOTIVO DEL XXVI ANIVERSARIO DEL DESEMBARCO DEL GRANMA Y DE LA FUNDACION DE LAS FAR, EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION, EL 11 DE DICIEMBRE DE 1982, "AÑO 24 DE LA REVOLUCION".
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS - CONSEJO DE ESTADO)
Distinguidos invitados;
Compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias;
Compañeros y compañeras de las Milicias de Tropas Territoriales:
(APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro!")
Como se ha dicho, hoy se conmemora el 26 aniversario del desembarco del Granma y de la fundación de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias. Correspondía esta celebración unos días atrás, al 2 de diciembre, pero precisamente para no afectar las actividades laborales se decidió escoger un sábado por la tarde.
Como hecho especial, muy simbólico y muy expresivo de esta conmemoración, hoy recibieron sus banderas de combate el 163 Cuerpo de Ejército de las Milicias de Tropas Territoriales y las siete divisiones que lo integran.
Las milicias tienen una larga y hermosa historia en nuestro país. Se fundaron precisamente en 1959, el primer año de la Revolución. Nuestro Ejército Rebelde era todavía pequeño. Las amenazas y los peligros de agresión comenzaron a presentarse desde los primeros meses. Ya desde mayo, a partir de la Ley de Reforma Agraria, se dice que se tomaron las decisiones, por parte del Gobierno de Estados Unidos, de hacer lo que hoy se llama desestabilizar el país para después agredirlo; querían aplicarnos la misma receta de Guatemala, que tuvo lugar hace casi 30 años para derrocar a un gobierno democrático y progresista en Centroamérica.
Desde los primeros instantes vimos con claridad la necesidad de incorporar al pueblo a la defensa del país. Creo que fue Lenin quien dijo que una revolución valía tanto cuanto fuera capaz de defenderse (APLAUSOS). Y así surgió la demanda, el clamor de armar a nuestros obreros, nuestros campesinos, nuestros estudiantes, nuestros trabajadores todos, manuales e intelectuales. Ya desde muy temprano se le demostró con ello al imperialismo que estábamos dispuestos a luchar y que esta era una revolución de pueblo; porque solo una revolución de pueblo puede armar al pueblo (APLAUSOS).
Ha habido en la historia miles de cambios de gobiernos, se producen incesantemente, casi no transcurre una semana sin que se hable de golpes de Estado o de cambios de gobierno de una forma o de otra; hay algunos procesos que incluso se llaman revolucionarios, pero por alguna razón muy especial temen armar al pueblo. Y las clases explotadoras siempre se han opuesto históricamente a que se arme al pueblo. ¿Cómo puede una sociedad explotadora armar al pueblo? ¿Cómo puede una sociedad explotadora entregarles armas a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes, si lo que leemos es que los obreros están en constantes luchas y huelgas, también los campesinos, los estudiantes? Si una sociedad de explotadores arma al pueblo, desaparece en cuestión de semanas, o en cuestión de días, o en cuestión de horas. De modo que este hecho en sí comienza a definir una revolución verdadera. Pero no se armaba al pueblo simplemente por definición o por teoría, se armaba al pueblo también por necesidad.
Así surgieron nuestras primeras Milicias Nacionales Revolucionarias, que siempre estuvieron integradas orgánicamente a nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias. No había que hacer ningún tipo de separación, puesto que nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias son una sola institución y están integradas por el pueblo armado; por el pueblo uniformado, como decía Camilo (APLAUSOS).
Recordamos que en aquella época prácticamente no teníamos centros de instrucción militar, solo unos pocos, que fue necesario improvisar en los primeros meses. Las primeras milicias se organizaron en las fábricas; se entrenaban en los patios de las fábricas, en la calle, en todas partes.
¡Y qué a tiempo se organizaron aquellas milicias!, puesto que las intenciones del enemigo eran felinas y contemplaban también el plan de organizar bandas contrarrevolucionarias en todo el país. Hubo momentos en que tuvimos bandas en todas las antiguas provincias, incluida la provincia de La Habana. Eran incesantes los desembarques de armas, los lanzamientos de armas por avión, la introducción de explosivos para sabotajes, etcétera: una activa campaña contrarrevolucionaria exactamente igual a la que están organizando los imperialistas yankis ahora contra Nicaragua. En algunas regiones del país las bandas adquirieron determinada fuerza, como fue en la zona del Escambray.
Y es un hecho histórico que inicialmente los agresores no estaban pensando en Girón, estaban pensando en el Escambray para desembarcar allí su expedición mercenaria. Recuerdo que algunos meses, puede decirse, algunas semanas antes de la invasión de Girón, fueron movilizados 40 000 milicianos de la capital de la república, obreros y estudiantes de nuestra capital, ¡40 000! que tomaron el Escambray (APLAUSOS), lo cercaron, lo dividieron y lo registraron rincón por rincón, capturando, no recuerdo cifras exactas, pero sí entre 500 y 1 000 contrarrevolucionarios en unas cuantas semanas (APLAUSOS). Quedaron algunos rezagados por allí, pero muy pocos, que, claro está, continuaron después recibiendo ayuda del exterior y engrosando sus filas con elementos reaccionarios.
En aquella época había una enorme campaña anticomunista, cuando los campesinos no sabían ni siquiera lo que era el comunismo, y le decían que era una cosa terrible y que por lo tanto había que luchar contra el comunismo; cuando la verdad es que en aquel entonces todavía no se había declarado ni siquiera la revolución socialista, ni se había proclamado el marxismo-leninismo como nuestra doctrina. La proclamación de la revolución socialista y del marxismo-leninismo fue el resultado de un proceso revolucionario consecuente, porque sin socialismo y sin marxismo-leninismo es absolutamente imposible hablar de revolución (APLAUSOS). Hay mucha gente que ha tratado de mistificar las ideas, de buscar una especie de híbrido, de injerto, entre la ideología socialista, marxista-leninista y la ideología capitalista.
Puede haber revoluciones, las hubo en otros tiempos, en siglos pasados, que podían ser revoluciones nacionalistas, revoluciones democráticas, revoluciones progresistas. Así fueron, por ejemplo, nuestras propias luchas por la independencia, aquella no era todavía la época del socialismo, ni del marxismo-leninismo. Pero en la época actual, realmente, ningún híbrido se puede llamar revolucionario, ningún injerto funciona; cómo se desenvuelve un proceso es otra cosa: por pasos, por tiempos, por etapas. Pero hoy no se puede hablar de ideas revolucionarias, si no están inspiradas en la doctrina de la clase obrera, en el marxismo-leninismo, y si no persiguen como objetivo a corto o a mediano o a largo plazo el socialismo.
En la época del Escambray, como decía, ni siquiera estaba proclamado el socialismo; pero el enemigo percibía que esta era una revolución verdadera y una revolución de pueblo y se dispuso a combatirla por todos los medios.
Por aquel entonces se iniciaron también los éxodos al exterior, los intentos de llevarnos los médicos, los profesores, los técnicos, y nosotros les abrimos las puertas. No queríamos hacer una revolución con aquellos señores, no queríamos imponerles el socialismo; si preferían el capitalismo, si preferían la sociedad de consumo yanki, que se marcharan y que les fuera bien. A nosotros nos fue mucho mejor (APLAUSOS), porque a decir verdad decenas de miles de buenas viviendas, de burgueses, de oligarcas, de gente riquísima, que hacían casas más grandes que las que hacen los propios millonarios en Estados Unidos, nos las dejaron para escuelas y para viviendas del pueblo. En muchos de esos edificios de apartamentos elegantes, bien construidos, donde antes vivían burgueses que se marcharon, hoy viven trabajadores, hoy viven proletarios.
Nos fue muy bien porque se llevaron todo ese grupo social que no era capaz de integrarse a un proceso revolucionario, nos fue bien porque fue quedando lo bueno que era la inmensa mayoría en el seno del país y en el seno de la Revolución.
Por aquella época, repito, ya los peligros eran cada vez más reales, cada vez más crecientes: intensidad de sabotajes, intensidad de bandas. Surgió entonces con la limpia del Escambray el primer gran servicio prestado por las milicias, que eran las milicias de la capital; aunque en el Escambray después participaron batallones de milicianos de oriente y de otras provincias del país. El hecho fue que limpiamos casi totalmente el Escambray algunas semanas antes de la invasión de Girón; el enemigo tuvo que cambiar sus planes, ya no disponía de una base para su agresión y lanza su ataque por Girón. En aquella ocasión no estábamos organizados todavía en cuerpos de ejército, divisiones, regimientos, nuestra organización entonces era a nivel de batallones en las Milicias Nacionales y unidades relativamente pequeñas en el Ejército Rebelde. Esa era la situación cuando se produce la invasión de Girón.
Pero días antes, podemos decir que días antes, habíamos recibido de Checoslovaquia y de la URSS cientos de cañones de todos tipos: 57, 75 y 85; morteros de diversos calibres, obuses del 122; en aquella época todavía no teníamos los famosos lanzacohetes múltiples. Habíamos recibido tanques y distintas armas de infantería; también un gran número de antiaéreas, porque entonces no disponíamos prácticamente de aviación, había unos pocos aviones y todavía había creo que menos pilotos que aviones, necesitábamos las antiaéreas. Unos días antes se improvisaron escuelas con miles de milicianos, los reuníamos por reas de la capital y les preguntábamos quiénes querían hacerse artilleros. Naturalmente, miles respondieron inmediatamente, y por todas partes se improvisaron campos de entrenamiento de artilleros milicianos.
Lo real es que cuando aquel 17 de abril de 1961 se produce el desembarco, después del bombardeo previo a los campos de aviación realizado dos días antes..., porque aquel bombardeo fue traicionero, sí, trató de liquidar nuestros pocos aviones; sin embargo, se encontraron con ametralladoras antiaéreas, manejadas por milicianos, en todos los puntos atacados (APLAUSOS). Pero si fue traicionero el bombardeo, fue también estúpido, puesto que nos advirtió de que la invasión era inminente. Con el método y el cinismo típicos del imperialismo, declararon que aquellos aviones no venían de ninguna parte, no venían de Nicaragua ni de Guatemala ni de Estados Unidos, sino que aquellos aviones venían de la propia Cuba, que era la Fuerza Aérea que se había sublevado, y después de bombardear algunas unidades, pues buscaron refugio en Miami y en otros sitios. Esa mentira la dijeron también allí en las Naciones Unidas, tranquilamente, a todo el mundo; exactamente como están haciendo ahora con Nicaragua en relación con las agresiones provenientes de Honduras. Todos los días se producen agresiones y todos los días las niegan.
Esto es para refrescar a los incautos que puedan pensar que los imperialistas son capaces de decir la verdad alguna vez, porque incluso hasta los hechos más simples los matizan, dicen las cosas siempre de una forma tendenciosa; su filosofía prácticamente es la filosofía de la mentira, y nosotros tenemos experiencias sobre eso.
Conocedores de la inminencia de la invasión, fueron movilizadas todas las fuerzas. Cuando se produce el desembarco estaban movilizadas y en estado de alerta no solo las fuerzas del Ejército Rebelde, y nuestras incipientes Fuerzas de la Marina y de la Aviación, sino también cientos de batallones de milicianos en todo el país. Es posible que los imperialistas no sepan todavía bien qué fue lo que pasó, pero en cualquier lugar que hubieran desembarcado habrían recibido el mismo castigo, y si en vez de una expedición mercenaria hubieran desembarcado diez, habrían recibido el mismo golpe en todas partes (APLAUSOS). En todas partes el pueblo esperaba.
Repito, nuestras Fuerzas Armadas Regulares eran muy pequeñas, manejaban unos pocos aviones, manejaban una determinada cantidad de tanques recién llegados; casi toda la infantería y casi toda la artillería de tierra y antiaérea, estaba integrada por milicianos. De modo que cuando se confirma el desembarco por Girón, después del envío de los oficiales de la Escuela de Oficiales de Matanzas, una de nuestras primeras escuelas de cuadros militares, lo que salió de la capital fue un río de batallones de milicianos y de baterías de cañones terrestres y de armas antiaéreas, y también, por supuesto, los tanques y algunas unidades bien entrenadas de nuestras tropas regulares.
Allí en Girón, por segunda vez, se cubrieron de gloria los milicianos de la capital de la república (APLAUSOS), y decenas de ellos dieron sus vidas junto a numerosos combatientes de nuestras entonces pequeñas fuerzas regulares, y allí combatieron juntos, como un solo ejército, las Milicias Nacionales y el Ejército Rebelde, bajo la misma dirección, bajo el mismo mando.
Después vinieron también acontecimientos muy importantes que nos obligaban a continuas movilizaciones, frente a amenazas imperialistas, y baste citar la Crisis de Octubre en que de nuevo cientos de miles de milicianos se movilizaron en todo el país. Años más tarde muchos de aquellos milicianos participaron también en misiones internacionalistas.
Poco a poco las Milicias Nacionales de los primeros años se fueron integrando a las tropas regulares de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y a las reservas. No existía todavía el Servicio Militar General. Muchos milicianos se hicieron cuadros, se hicieron oficiales y muchos de ellos son hoy destacados oficiales de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Con el tiempo vino el Servicio Militar. Aquello significó la incorporación de la juventud a las Fuerzas Armadas y la preparación de la juventud para las Fuerzas Armadas. Cuando transcurrieron los años, oleadas y oleadas de jóvenes habían pasado por las Fuerzas Armadas y progresivamente se convirtieron en las reservas principales, puesto que por el Servicio han pasado cientos de miles de jóvenes en este país, y ellos constituyen las reservas fundamentales de las Fuerzas Armadas.
Se fue diluyendo un poco el concepto de las milicias. ¡Quién habría de pensar entonces que volvería a surgir y que volvería a surgir también por la necesidad de la defensa de la patria, con una fuerza tan extraordinaria como ha surgido hoy! ¿Por qué? Porque aunque nuestras unidades regulares están completas de su personal, aunque existan reservas suficientes para las Fuerzas Armadas, a través de los jóvenes que pasaron por ella; sin embargo, no era todavía suficiente y no podía hablarse de la incorporación total del pueblo en la defensa, que es un concepto básico de la Revolución. Ello no obedecía a capricho de ninguna índole, sino al hecho real de que el número de armas que disponíamos no alcanzaban apenas para las tropas regulares y para la reserva, no podíamos organizar milicias de nuevo si no teníamos armas.
Esta era la situación cuando ya en 1980 empiezan a desarrollarse nuevas tempestades: los imperialistas yankis ya no estaban comprometidos en la guerra de Viet Nam, el movimiento revolucionario crecía en Centroamérica, el imperialismo comenzaba de nuevo a poner sus ojos agresivos en nuestro país y a lanzar amenazas de distintos tipos, mientras realizaba desembarcos y maniobras en nuestro propio territorio en la base de Guantánamo. Vimos con claridad nuevos peligros de agresión imperialista a nuestro país. Y se pensó en la forma de incrementar nuestra defensa, de incrementar nuestra fuerza.
Así, partiendo de nuestras propias experiencias históricas y de experiencias de otros países revolucionarios, adaptadas a las condiciones de nuestro país, surgió la idea de organizar las Milicias de Tropas Territoriales. Esto era una respuesta necesaria a nuevas situaciones de peligro, pero también era una respuesta a la necesidad de llenar determinados vacíos en la defensa de nuestro país, que no podían ser cubiertos por las tropas regulares y por las reservas. Aquí mismo en esta Plaza, el Primero de Mayo de 1980, se lanzó la consigna de organizar las Milicias de Tropas Territoriales.
Pero, repito, esto era todavía nada más que una idea (APLAUSOS); no había armas para ello. Y, sin embargo, la situación internacional continuaba complicándose. Surge una nueva administración en Estados Unidos de carácter sumamente agresivo, con una mentalidad —como lo hemos calificado en otras ocasiones— de fascista, que incluso ha llegado a proclamar que el socialismo es algo anacrónico y que debe desaparecer de la faz de la Tierra. No dicen anacrónico, creo que este señor Reagan ha dicho "algo aberrante" y que tiene que desaparecer de la faz de la Tierra, que tiene que llegar el momento en que el socialismo sea cosa del pasado. Desde la época de Adolfo Hitler no se escuchaba semejante fraseología: aquello de que el socialismo debía ser barrido de la faz de la Tierra. Y eso es sumamente peligroso. Mas aquella filosofía se acompañaba durante toda la campaña electoral y después de la llegada al poder de la nueva administración, con amenazas de bloqueos totales al país, castigos al país, agresiones al país, incluso invasiones al país.
Aquello colocaba a nuestro Partido en la situación de tomar medidas excepcionales para fortalecer la defensa. Y ante aquellos hechos reales dimos el paso de solicitar a la Unión Soviética las armas para las Milicias de Tropas Territoriales (APLAUSOS). Esto fue por los días del Segundo Congreso del Partido, y a decir verdad, a pesar de que se pedían armas para cientos de miles de hombres y mujeres, no tardamos ni 15 días en recibir una respuesta positiva (APLAUSOS).
Así empezaron a llegar las armas de las Milicias de Tropas Territoriales, barcos cargados de armas. Los imperialistas siempre vigilando, siempre espiando, siembre oteando qué pasa por los alrededores de Cuba, como si fuera asunto suyo y no asunto nuestro, empezaron a armar un gran escándalo con motivo de que venían barcos y barcos con armas. Llevaban las estadísticas: que si tantos miles de toneladas, que si más miles. Ellos tienen el hábito de armar escándalo, a raíz también de la llegada de los MIG-23 armaron otro gran escándalo, y así sucesivamente cuando les conviene a sus intereses; cuando no les conviene se callan y no dicen una palabra y muchas veces nadie publica absolutamente nada —cosa extraña—, a pesar de que no siempre pueden controlar su prensa, pero al menos controlan esas llamadas fuentes de información misteriosas que dan noticias y que dicen, además, mentiras de todo tipo. Como aquella vez que les dio por llamar "Batallón de Tropas Especiales con destino a El Salvador", a los maestros y a las maestras que estaban viajando a Nicaragua para enseñar a los niños en aquel país. Sus mentiras son por el estilo.
Entonces empezaron a armar un gran escándalo y decían que estas eran armas que nos entregaban los soviéticos a nosotros y que nosotros las transferíamos a Centroamérica y las llevábamos a El Salvador. ¡Figúrense, esas armas, las armas de las Milicias de Tropas Territoriales de Cuba para Centroamérica, para El Salvador! Bueno, no duraría allí ni cinco minutos un gobierno si esas armas llegaran allí a El Salvador (APLAUSOS). Todo eso es absurdo. Nadie les pidió armas a los soviéticos para Centroamérica, y se conoce que en nuestros acuerdos con los soviéticos existen cláusulas que determinan que las armas no podemos reexportarlas. Ha habido circunstancias muy especiales a lo largo de estos veinte años en que hemos tenido que darle ayuda a algún país determinado: una vez le dimos ayuda a Argelia, otra vez le dimos ayuda a Angola. Es decir, ha habido casos en que ha ido nuestro personal cubano con sus armas; pero nunca se ha dado el caso de reexportación de armas soviéticas, ni de donaciones de armas soviéticas hecha por Cuba a otro país, nunca se le ha entregado armas soviéticas al movimiento revolucionario. Nosotros cumplimos nuestros acuerdos. Pero los imperialistas inventaron la leyenda de que estas eran armas destinadas a ser distribuidas por Centroamérica. Han hablado tanto de estas cosas, han hablado de tantas toneladas y de tantos miles de armas, que si aquello fuera verdad ya habría ejércitos de cientos de miles de revolucionarios armados en Centroamérica. Ellos convirtieron esto en otra de sus grandes mentiras; pero sí ciertamente durante todo el año 1981 estuvieron llegando a Cuba las armas de las Milicias de Tropas Territoriales. No fueron estas solas armas las que llegaron. Después tendré que referirme a otras que también llegaron, no para las milicias sino para nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarías, es decir para las tropas regulares y la reserva (APLAUSOS).
Las amenazas imperialistas nos obligaron a un febril esfuerzo en la organización y preparación de las Milicias de Tropas Territoriales, puesto que iban a constituir una considerable fuerza de más de medio millón de combatientes. Esto requirió un esfuerzo de todo el país: del Partido, de los Poderes Populares, de la Administración Central del Estado, de las organizaciones de masas y un esfuerzo extraordinario de nuestras Fuerzas Armadas para organizar las milicias, para entrenarlas, para preparar sus cuadros, etcétera, un esfuerzo extra al lado del esfuerzo anual, que es de por sí intenso, de la preparación combativa de las tropas regulares y la reserva. Encima de eso vino la tarea de organizar y entrenar las Milicias de Tropas Territoriales.
La idea había sido acogida con un gran entusiasmo por el pueblo, ¡millones de personas se ofrecieron! Y, como ustedes saben, los principios esenciales de las milicias, son: voluntariedad, selectividad, masividad y territorialidad, se fueron seleccionando los primeros cientos de miles de milicianos. Pero las solicitudes eran millones; en realidad no había armas para más, nos volvíamos a encontrar con el problema de que hay millones de personas dispuestas a combatir sin armas.
Nosotros decimos: bueno, algo les daremos. Porque aunque no tenemos fábricas de armas, por lo menos podemos fabricar minas, granadas, de modo que cada ciudadano de este país tenga en la mano aunque sea una granada, o dos o tres, si el país es agredido (APLAUSOS).
Y no es una tarea fácil, ¡compréndase bien!, organizar y preparar más de medio millón de combatientes. Hubo que pedir un esfuerzo especial a los centros de enseñanza militar, para preparar cuadros; trabajar intensamente en la creación de las condiciones, recepción de las armas, mantenimiento de las armas, almacenamiento de las armas. Esto requirió la construcción de cientos de naves en la cual tuvieron una participación destacada los poderes populares; la creación de cientos de campos de tiro, la creación de decenas de armerías para la reparación y el cuidado de esas armas. Y con una gran tensión, con un gran esfuerzo se logró este milagro de organizar en un brevísimo período de tiempo, entre 1981 y 1982, en menos de dos años realmente, y con más de un año de anticipación, a las Milicias de Tropas Territoriales. Por eso hoy nuestro pueblo puede contar con una fuerza potente, que se añade, que se incorpora a nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias para la defensa del país (APLAUSOS). Mediante donaciones de los obreros, trabajo voluntario de los obreros y trabajadores en general, recaudaciones de las organizaciones de masas, incluidos los pioneros, se reunieron decenas de millones de pesos para costear los gastos de las Milicias de Tropas Territoriales, con lo que se ha establecido un nuevo principio, y es que las Milicias de Tropas Territoriales son costeadas directamente por el pueblo (APLAUSOS).
Era necesario preparar más de 40 000 cuadros, es decir, más de 40 000 oficiales, y ya se dispone de esos cuadros, se dispone de más de 40 000 oficiales de las Milicias de Tropas Territoriales, preparados por nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias. Y hay miles: la mitad pasando cursos de medio año; otra parte pasando cursos de un año. Y en total, en este año de instrucción militar, pasarán 10 000 cuadros por cursos de seis meses y un año, calificándose, recalificándose, perfeccionando sus conocimientos; es decir un trabajo continuo de preparación y de superación de esos oficiales. Contamos con alrededor de mil batallones de Milicias de Tropas Territoriales, ¡mil batallones!, integrados en más de 200 regimientos, varias divisiones, y este 163 Cuerpo de Ejército que recibió hoy su bandera (APLAUSOS). De modo que en cuestión de meses se ha enriquecido nuestra defensa con más de medio millón de combatientes del pueblo.
Y una cosa muy importante: alrededor del 25% de los combatientes de las Milicias de Tropas Territoriales son mujeres (APLAUSOS). Y como el Servicio no llamaba a las mujeres, había una enorme masa de mujeres en la plenitud de su juventud y de sus facultades físicas y mentales, aparte de sus extraordinarias condiciones revolucionarias (APLAUSOS). Las Milicias de Tropas Territoriales han venido a constituir la trinchera de las mujeres, aunque hay mujeres también en las unidades regulares de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, y puede ser que aumente también el número en los años futuros, sobre todo en la medida en que las mujeres demuestran sus excelentes capacidades combativas (APLAUSOS).
Como saben ustedes un gran número de los jóvenes de sexo masculino están en las tropas regulares; otros son reservas de las tropas regulares; otros ocupan distintas tareas. En las milicias están jóvenes de más de 16 años, que por estar estudiando, o por otras razones no han pasado el Servicio o no han sido llamados todavía y no constituyan reserva; hombres que también por alguna razón no están en la reserva, o por una cierta edad, o porque el trabajo que desempeñan no les permite realizar tareas en las fuerzas regulares o las reservas. Están, por cierto, estudiantes, campesinos, amas de casa.
Y así la Revolución incorpora por esa vía —repito— a una tremenda fuerza a la defensa, que son las mujeres, que están en la plenitud de la edad para actividades militares (APLAUSOS). Y por cierto, hay algo que decir aquí, algo que ha demostrado la experiencia, y es que las mujeres son más disciplinadas y más puntuales que los hombres en las clases y en la preparación combativa (APLAUSOS).
También en las Milicias de Tropas Territoriales hay grandes contingentes de estudiantes. Por ahí creo que anda un regimiento completo de estudiantes. Ellos se han incorporado con un extraordinario entusiasmo a las Milicias de Tropas Territoriales.
Ha sido realmente una proeza lo que se ha realizado en este terreno y una gran victoria del Partido, del Estado, de las organizaciones de masas y de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias. Pero se comprende que no podemos darnos por satisfechos, y que tenemos que seguir un camino de perfeccionamiento constante y de preparación continua de los oficiales y de las tropas. Ello exige dedicación, consagración, disciplina. Hay un programa con un número de horas, 40 horas anuales de entrenamiento para las tropas, además de 10 días en un concentrado a nivel de batallón en el quinquenio. Hay que cumplir rigurosamente estos planes de preparación, y exige ello una vez más el entusiasmo y el espíritu de nuestro pueblo.
Es presumible que las Milicias de Tropas Territoriales sigan creciendo. Hay por lo menos un millón de ciudadanos en este país solicitando el ingreso, que no están todavía dentro de las milicias porque no hay armas para ellos; tal vez algún día las haya, pero no prevemos que sea inmediato.
Algunos se preguntarán: ¿Pero cómo pueden reclutar tanta gente? Y nosotros podríamos responder: nuestro problema no es reclutar tanta gente, sino dejar de reclutar tanta más gente como la que quiere ingresar en las milicias, ese es nuestro problema (APLAUSOS). Hay una gran masa de ciudadanos que se sienten tristes, que sufren por no estar participando en las Milicias de Tropas Territoriales.
Por eso, con orgullo hoy hemos podido presenciar estos frutos y ver reunida aquí a la fuerza miliciana que, como parte de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, defenderá la capital de la república en caso de cualquier agresión (APLAUSOS). Eso significa que defenderán sus barrios, sus manzanas, sus casas, cada piedra de la capital, mientras alberguen un aliento de vida. Y ellos conocen mejor que nadie sus fábricas, sus edificios, sus viviendas, y saben mejor que nadie, y están más motivados que nadie para defenderlos (APLAUSOS).
Mas, un día como hoy, un aniversario como este, no basta con hablar del esfuerzo que se ha hecho con las Milicias de Tropas Territoriales, que ocupa, desde luego, el centro de este acto en representación de los milicianos de todo el país. Hay que sumar al esfuerzo anterior, el enorme esfuerzo realizado por las Fuerzas Armadas con sus tropas regulares y sus reservas (APLAUSOS). Porque con relación a esto de nuevo, y ante la situación de peligro, nos dirigimos a los soviéticos pidiendo que nos adelantaran el armamento que íbamos a recibir en el quinquenio. Y, a decir verdad, en apenas dos años nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias han recibido y han asimilado la inmensa mayoría de las armas que debíamos haber recibido en el quinquenio (APLAUSOS).
¡Aunque adviértase bien, y sirva la advertencia para los imperialistas, que llevaban la cuenta de barcos y más barcos, y calculaban toneladas y más toneladas, que el haber recibido la inmensa mayoría de las armas del quinquenio no implica para nosotros la renuncia a recibir más armas en el quinquenio si son necesarias! (APLAUSOS) Es cuestión de ellos si siguen desvelándose, sacando cuentas y calculando el número de barcos y de toneladas de armas. De todas maneras, pienso que pueden sacar la conclusión de que hablamos en serio y que somos un pueblo seriamente decidido a defenderse, que no subestima a los imperialistas; que no les teme, que no les teme, pero no los subestima; que no echa en saco roto sus amenazas, porque sabemos que son capaces de muchos crímenes y de muchas fechorías, lo sabemos, por las que han cometido aquí y por las que han cometido y cometen en otras partes del mundo. Y adoptamos a cualquier costo las medidas necesarias para fortalecer la defensa.
Nuestras Fuerzas Armadas han trabajado duramente en el perfeccionamiento de los cursos de preparación de las tropas regulares y de la reserva. Nuestro poder de fuego se ha incrementado considerablemente en las tropas terrestres, en la aviación, en la defensa antiaérea, en la marina de guerra. Este esfuerzo, unido al anterior de la organización de las milicias, ha significado para los cuadros y oficiales de las Fuerzas Armadas un esfuerzo tremendo, un trabajo arduo, incansable. Preparar más cuadros para las tropas regulares, asimilar una técnica que es cada vez más sofisticada, más compleja, ¡nadie se imagina cuánto esfuerzo, cuánto sudor y cuánto sacrificio requiere esta tarea, cuánto trabajo!
Pero además de llevar a cabo con éxito esa tarea, nuestras Fuerzas Armadas no han desatendido, no han descuidado un solo instante y les han prestado especial interés, especial atención a los contingentes internacionalistas cubanos de Angola y Etiopía (APLAUSOS), y a las diversas misiones militares que cooperan en distintos países del mundo. No se redujo ni un ápice la atención, por el contrario, se incrementó; como a la vez los imperialistas amenazaban en otras partes, era necesario prestarles máxima atención a nuestras fuerzas en el exterior. Tal vez ellos pensaban que amenazándonos, nosotros nos íbamos a poner nerviosos, íbamos enseguida a mandar a venir a nuestros combatientes internacionalistas; pero aquí nadie se puso nervioso. Eso no determinó el regreso de un solo combatiente internacionalista; al contrario, si la circunstancia lo exigía, estábamos dispuestos a reforzarlos.
Por ahí anda un cable, publicado ayer, de la CIA, que dice que Cuba ha reforzado sus tropas en Angola. No voy a decir si es verdad o es mentira (RISAS); pero si lo hicimos, cumplíamos simplemente nuestro deber frente a las amenazas imperialistas. Frente a las amenazas imperialistas no se puede retroceder (APLAUSOS PROLONGADOS); frente a las amenazas imperialistas no se puede retroceder un ápice, porque se alientan, se estimulan, se envalentonan, ya que tienen mentalidad de matones, se les estimula su espíritu agresivo. Por eso ha sido filosofía de la Revolución no retroceder jamás un ápice frente a las presiones y frente a las agresiones de los imperialistas.
Nuestros contingentes internacionalistas no están cumpliendo misiones por placer o por prestigio del país ni mucho menos, cumplen un deber a solicitud de los países donde están presentes y sin ningún interés de tipo material. No es como los soldados imperialistas que andan regados por el mundo defendiendo sus monopolios, sus intereses económicos, defendiendo sus intereses explotadores; nosotros no defendemos ningún interés económico, ningún interés de tipo nacional. Ellos se atrincheran en los países por groseras razones de interés económico y material; nosotros nos atrincheramos detrás de nuestras ideas y de nuestros principios. Y si Martí dijo: "Más valen trincheras de ideas, que trincheras de piedra"; podríamos decir que mil veces más vale y motiva más al hombre, atrincherarse detrás de un principio que detrás de un grosero interés material (APLAUSOS PROLONGADOS). Ni un minuto más estarán nuestras fuerzas en ninguna parte, que aquel en que no sean una necesidad para el país y el país lo pida; no tardarían un minuto en empezar a regresar nuestros hombres desde el momento en que nos lo indique el país donde cumplen sus misiones.
Por eso nunca nuestras tropas constituirán ningún problema para ningún país donde están presentes, ni amenaza para ningún otro país. Han ido a cumplir sus misiones de apoyo en determinados países. Y, repito: no estarán jamás ni un minuto más, desde el momento en que el país en cuestión nos pida que los regresemos.
No estamos defendiendo posiciones estratégicas, ni intereses nacionales; de modo que nada más fácil para nosotros resolverlo y ese principio se cumplirá siempre, igual que el principio del absoluto respeto, del más absoluto respeto hacia la política interna y la política exterior de los países que nos han pedido esa ayuda.
En medio de esta enorme tarea, repito, no han sido desatendidos ni un segundo nuestros contingentes internacionalistas. Tampoco las Fuerzas Armadas —y es justo reconocerlo en un día como hoy— han desatendido su apoyo a las actividades productivas, y ahí tenemos el ejemplo del Ejército Juvenil del Trabajo (APLAUSOS), que pronto cumplirá 10 años desde su fundación y que constituye la fuerza más productiva del país en el corte de caña, que en las dos últimas zafras ha cortado 1 322 millones de arrobas (APLAUSOS), ha limpiado 15 000 caballerías, ha sembrado 4 000, y en los dos años ha llevado a la condición de macheteros millonarios a más de 600 pelotones. Justo es tributar nuestro reconocimiento y nuestro agradecimiento, y resaltar los beneficios que ha aportado a la economía del país esa fuerza, no solo en la caña, aunque está fundamentalmente en la caña, sino también en otras actividades. Ayer calculábamos que en 10 años el Ejército Juvenil habrá cortado la caña equivalente a una zafra completa (APLAUSOS).
No han descuidado las Fuerzas Armadas el trabajo político con las tropas, la motivación ideológica, la motivación patriótica de los combatientes, puesto que nuestra fuerza principal no reside en nuestras armas, reside en nuestra moral, en nuestro patriotismo y en nuestra conciencia revolucionaria; reside en los hombres que portan esas armas (APLAUSOS).
No ha descuidado el país tampoco ni las Fuerzas Armadas la atención al hombre, y sabemos las dificultades que atraviesan con los problemas de la vivienda muchos de nuestros oficiales. Con esfuerzo, con sacrificio, se han ido llevando adelante planes y se seguirán llevando, para de una forma aunque sea modesta, sí, con viviendas modestas, podamos ir resolviendo el problema de la vivienda de los oficiales de nuestras Fuerzas Armadas y de los cuadros permanentes.
No sé hasta qué punto conoce nuestro pueblo la vida que lleva un oficial, los sacrificios que lleva un oficial, el tiempo que está separado de la familia, la existencia de oficiales que han cumplido varias misiones internacionalistas y la disposición de nuestros oficiales a partir inmediatamente a cualquier tarea que se les asigne en cualquier parte del mundo (APLAUSOS PROLONGADOS). Y ello justifica un esfuerzo de nuestro pueblo para mejorar sus condiciones materiales, o podría decirse mejor, las condiciones materiales de sus familiares; que muchas veces pasan no solo semanas como ocurre normalmente, cuando van a cumplir misiones, pasan meses y años sin ver a los familiares. De ahí que al lado de nuestro esfuerzo, dentro de nuestros limitados recursos, por resolver la vivienda de nuestros trabajadores manuales e intelectuales y de nuestros campesinos, hagamos esfuerzos tesoneros por resolver también la vivienda de nuestros cuadros militares. Entendemos que todo el pueblo comprende esto y todo el pueblo lo apoya (APLAUSOS).
Hemos hablado de grandes esfuerzos y de grandes éxitos. Es justo que los señalemos un día como hoy. No quiere esto decir ni mucho menos que falte el espíritu crítico o autocrítico, no quiere decir ni mucho menos que seamos inconscientes de nuestras dificultades y de nuestras deficiencias. Creo que hay otra condición del revolucionario y es la condición de estar toda la vida inconforme con lo que ha hecho, y pensar siempre que puede hacerlo mejor y que la tarea humana puede ser siempre más perfecta. Esa tiene que ser la conciencia de nuestros trabajadores, de nuestros estudiantes, de nuestro pueblo, de nuestras Fuerzas Armadas. Y así somos, somos conscientes de debilidades, de deficiencias, pero lucharemos incesantemente por superarlas.
Hay un puntico que actualmente motiva una campaña del Partido, es un dato que puede parecer intrascendente y sin embargo tiene una gran importancia, es la cuestión del Registro Militar y de los documentos correspondientes. Los combatientes saben lo que eso significa, y lo sabe seguramente una gran parte del pueblo, pero hay que resaltar la importancia de la actualización incesante del documento del Registro Militar.
Yo sé que los compañeros de las Fuerzas Armadas están muy interesados en que se dé un impulso a esta tarea, puesto que si se cambia de domicilio hay que registrarlo inmediatamente, hay que actualizarlo; si se adquiere una habilidad nueva, hay que actualizarlo; si un miliciano se hace ingeniero, si un obrero se hace ingeniero, si un estudiante se gradúa; en fin, todos esos cambios tienen que ser actualizados, no solo con los hombres sino también con la técnica civil establecida: registrar la técnica, los cambios en la técnica, los problemas en la técnica o los traslados de la técnica. Este detalle tiene mucha importancia, la actualización constante de los documentos del Registro Militar, porque es indispensable para la organización, para el control y para la movilización del pueblo y sus medios para la defensa.
Téngase presente que el concepto de nuestra defensa no es algo que queda solo en manos de una institución, es algo que está en manos de todo el pueblo. Y efectivamente, ¿quién no está vinculado aquí a la defensa de una forma o de otra? El que no está en las tropas regulares es reservista de las tropas regulares o es miembro de las Milicias de Tropas Territoriales o quiere ingresar en las Milicias de Tropas Territoriales, o es miembro de la Defensa Civil, o es indispensable en la producción. Y los indispensables en la producción también son soldados, porque es el hombre que no se puede mover de ese puesto en la paz, y algunos ni en la guerra; habrá quienes no deben moverse en la paz y deberán moverse en la guerra; y hay algunos que no podrán moverse en la guerra, porque tienen que asegurar servicios y producciones indispensables al pueblo.
De modo que todo el pueblo participa de una forma o de otra en la defensa, y por ello es necesario, sobre todo los que están incorporados a las unidades regulares, las reservas, Milicias de Tropas Territoriales, etcétera, que tengan actualizado su Registro. Sería bueno que las organizaciones de masa se propusieran metas próximas: los estudiantes, los trabajadores, la Federación, para la actualización en el más breve período de tiempo de los documentos del Registro Militar. Y aprovechamos la ocasión para hacer una apelación en este sentido.
Se ha adelantado también mucho en la preparación del pueblo, del Estado, de todas las instituciones para la defensa. Han recibido cursos los presidentes de los poderes populares, los secretarios del Partido en las provincias; se ha preparado al Partido, se han preparado los poderes populares, los organismos centrales del Estado; se ha trabajado, se han elaborado planes conjuntos para la defensa del país, para cualquier variante de agresión: bien sea bloqueo total, qué hacer; ataque sorpresivo, cosa habitual de los imperialistas; guerra de desgaste, invasión del país, etcétera. De modo que nuestro país está más preparado que nunca para su defensa. En esto se han invertido grandes esfuerzos.
Se ha trabajado también —como ustedes conocen— en la preparación del terreno. No sería justo olvidar un día como hoy el enorme esfuerzo aportado este año, durante un tiempo prolongado, de los obreros de la construcción (APLAUSOS), que se incorporaron durante varias semanas con sus equipos, sus materiales, sus recursos humanos y técnicos a la preparación ingeniera del terreno, que movieron decenas de millones de metros cúbicos para incrementar las posibilidades combativas y la protección de la técnica y de los hombres. Es justo que a ellos también un día como hoy, les tributemos nuestro reconocimiento (APLAUSOS).
Enorme ha sido el esfuerzo en la defensa, y significa gastos, sin duda, millones, incluso decenas de millones de horas que de una forma o de otra invierten los trabajadores de nuestro país en la cuestión de la defensa, en las Milicias de Tropas Territoriales, en los cursos de seis meses, en los cursos de un año, en los cursos para la Reserva. Es necesaria una incesante movilización de trabajadores, por eso también es tan indispensable el concepto de cuáles son realmente imprescindibles y que estén actualizados. Esto requiere energías del país y gastos materiales del país, pero no podemos vacilar; la defensa es costosa, pero mucho más costoso es estar desarmados e indefensos frente al imperialismo (APLAUSOS). La defensa no solo se desarrolla para enfrentar una agresión, se desarrolla también para evitar una agresión, y no se prueba solo en la guerra, sino en la paz, y preservar la paz siempre será una victoria; pero se preservará la paz frente a un enemigo agresivo y pérfido como el imperialismo yanki en la misma medida que sepa que cualquier agresión le puede costar muy caro, y realmente el imperialismo ni siquiera se imagina lo que le puede costar una agresión a nuestro país le puede costar muchas cosas (APLAUSOS). De modo que se desarrolla la defensa no solo para la guerra, sino para prevenir la guerra, para evitarla, para defender la paz, para defender la sangre y la vida de nuestros ciudadanos.
Y así como no vacilamos en dedicar a la salud pública lo que sea necesario, porque no podemos concebir que muera un niño, muera una persona porque faltó un médico, un equipo, una medicina u otra cosa material, y eso lo tenemos priorizado; así como no regateamos los recursos que dedicamos a la educación y los que ha venido dedicando la Revolución desde el principio para que no haya un niño sin escuela, para que no haya un analfabeto en el país, tampoco, ni mucho menos, podemos regatear los esfuerzos y los sacrificios que se hagan para defender el territorio nacional, para defender la patria, para defender la Revolución, para defender el trabajo creador, la sangre y la vida de nuestros ciudadanos, para defender la paz (APLAUSOS).
El imperialismo, que es agresivo en todo el mundo, es particularmente agresivo en este hemisferio, porque considera a la América Latina su propiedad exclusiva, su patio trasero —como dice. Y en este patio trasero ha habido mucha miseria y hay mucha miseria, hay mucha hambre y mucha injusticia, y ello genera la lucha de los pueblos, genera las revoluciones, sobre todo cuando todas las vías están cortadas, cuando el pueblo no cuenta con ningún cauce democrático para llevar adelante sus luchas, tal como ha ocurrido en Centroamérica durante decenas y decenas de años. Ah, pero los imperialistas no entienden que esa lucha es resultado de la explotación; que es fruto de una situación histórica mantenida por el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo, entonces siempre tienen que buscar un culpable de que existan revoluciones. Figúrense, es como en el caso de Cuba; a quién culpar de que hubiese surgido nuestra Revolución.
Todo el mundo sabe cómo se produjo la Revolución en Cuba. De una forma más o menos similar se produce en los demás países. Ah, pero los imperialistas ven, y sobre todo esta administración, cada revolución como una acción del expansionismo soviético; si es en América Latina dicen el expansionismo soviético-cubano. Nosotros siempre cuando es en América Latina estamos ahí de plantilla. Eso los hace amenazantes, los hace agresivos.
Recientemente el señor Reagan acaba de hacer un recorrido por América Latina, por algunos países de América Latina. A todas luces este recorrido buscaba dos objetivos: uno, resolver la crisis desatada entre Estados Unidos y América Latina después de la guerra de las Malvinas. Como se sabe, a raíz de los sucesos de las Malvinas, la América Latina se unió, como regla general, salvo muy pocas excepciones, para apoyar a Argentina. A pesar de las grandes diferencias ideológicas entre el Gobierno argentino y el Gobierno cubano, Cuba no vaciló en darle apoyo a Argentina, apoyo diplomático, apoyo político, a raíz de la guerra de las Malvinas, porque esa es una causa del pueblo argentino y es una reivindicación justa del pueblo argentino (APLAUSOS). Era nuestro deber elemental apoyar a Argentina y la apoyamos en los foros internacionales, en todas partes. Y ciertamente que Argentina encontró un apoyo internacional muy amplio, sobre todo en el seno de los Países No Alineados.
El Gobierno de Estados Unidos demagógicamente, primero trató de presentarse como mediador, pero después descarnadamente, haciendo trizas la OEA, haciendo trizas el TIAR, el famoso Tratado Interamericano de Defensa, apoyó a una potencia extracontinental contra el pueblo argentino. Ese gobierno que tanto habla de intervenciones extracontinentales, que considera cada revolución que se produce en América Latina una intervención extracontinental, cuando se produjo de verdad una intervención extracontinental, una intervención europea, cuando se produjo la guerra entre un país de la OTAN y un país de América Latina, se quitó la máscara y apoyó abiertamente a Gran Bretaña en su conflicto con Argentina, que era, en cierta forma también, un conflicto con América Latina.
Esto produjo resultados desastrosos para la política de Estados Unidos en el hemisferio. Y, por lo tanto, con ese desprecio por los pueblos, con ese desprecio por las realidades históricas, según anunciaron, se propusieron un plan post Malvinas para restituir sus relaciones con América Latina. Aunque sus relaciones con América Latina no están afectadas solo por lo de las Malvinas sino por infinidad de factores. Se propusieron un plan: invitar melosamente el mayor número de presidentes latinoamericanos a Washington, pasarles la mano, halagarles, y a la vez un viejecito por Sudamérica: a Brasil y a Colombia. Evidentemente que allí lo llevaba fundamentalmente el interés de reconstruir esas maltrechas relaciones políticas. Pero, a su vez, dentro de la gira el señor Reagan incluyó Centroamérica, donde el propósito evidente fue impulsar los planes de aislamiento de Nicaragua, los planes de desestabilización y de agresión contra Nicaragua y los planes de control y dominio en Centroamérica.
Y ha sido interesante presenciar esa gira, porque nadie sabe qué se imaginó el señor Reagan que era América Latina. Pero realmente se encontró cosas nuevas y se encontró cosas que ningún presidente norteamericano se había encontrado en América Latina, porque tanto en Brasil como en Colombia —hay que decirlo con justeza y con honradez—encontró estadistas que supieron responderle con altura y con independencia (APLAUSOS). Los imperialistas yankis no habían encontrado antes ese lenguaje en sus recorridos, y le pusieron los puntos sobre las íes en temas económicos y en temas políticos y en el tema centroamericano, tanto en Brasil como en Colombia. No fue lo mismo ya en Centroamérica, allí el desprecio a los pueblos y a los gobiernos rompe todos los límites. A Centroamérica llegaron a dar órdenes. Aunque en Brasil el señor Reagan pretendió presentarse como un rey mago, y haciendo ciertas ofertas de préstamos, a pesar de eso, las respuestas que recibió en el país fueron respuestas que podemos calificar de correctas y honorables. Brasil es ya un país indiscutiblemente fuerte, con determinado desarrollo económico, y pudo hacer frente; también hizo frente Colombia. Los países centroamericanos son desgraciadamente muy débiles, tienen una crisis económica terrible y una dependencia total de Estados Unidos. Solo Costa Rica debe 4 000 millones de dólares. Cada niño costarricense que nace debe 2 000 dólares. Por eso a Centroamérica llegaron dando órdenes los imperialistas.
Es el viaje más extraño del mundo: viaje en una urna de acero, viaje blindado, rodeado de miles de escoltas y de guardias de seguridad; ningún contacto con el pueblo, en ninguna parte; en Centroamérica, cuestión de horas. Deliberadamente fue excluida Nicaragua, por supuesto, de la gira. Una gira por Costa Rica y Honduras, y allí se entrevistó con distintos dirigentes. Desde luego, no llevó nada concreto, ninguna ayuda concreta, ninguna oferta. Allí, los presidentes de Honduras y de Costa Rica se quedaron con las manos extendidas, porque el emperador les negó, incluso, las limosnas que le pedían; según parece, pensaba que su divina presencia era más que suficiente para compensar a aquellos gobiernos tan poco dignos de respeto.
En Costa Rica se abrazó con Magaña. No sé si ustedes saben quién es Magaña, pero deben haberlo leído en el periódico; es un presidente que impusieron en unas elecciones amañadas y unilaterales en El Salvador, donde excluyeron a la oposición revolucionaria, la oposición de izquierda. Y, bueno, cosa extraordinaria pero a la vez habitual de los imperialistas, allí Reagan dijo que estaba impresionado por las mejoras que se habían producido con los derechos humanos en El Salvador; que había habido una mejora considerable y que, por lo tanto, se seguía justificando el envío de armas. Y se propone plantear eso en el Congreso, porque el Congreso le exige que tiene que mejorar los derechos humanos en El Salvador, que tiene que certificarlo. Y no le cuesta ningún trabajo, certifica que está impresionado por la mejoría de los derechos humanos en El Salvador, donde continuamente se cometen masacres y se asesinan decenas y cientos de personas. Esa es la realidad objetiva, pero la filosofía imperialista incluye cosas como esta: en vez de estar matando 100 todas las semanas, están matando 99; es un progreso extraordinario, se justifica que sigamos mandando armas allí a El Salvador para la represión. Esa es la moral, esa es la filosofía imperialista, a pesar de su cacareada propaganda. Allí mismo certificó que todo mejoraba en El Salvador.
Y en Honduras se abrazó con Ríos Montt. Este es otro personaje singular que ha aparecido en el área centroamericana con motivo de las maniobras yankis. ¡Ah!, y otra cosa asombrosa: después de darse un fuerte abrazo con el señor Ríos Montt, un hombre que en pocos meses es el responsable del asesinato de miles de indios guatemaltecos, incluidas comunidades enteras, Reagan declaró que estaba impresionado por la gran integridad personal de Ríos Montt y que, por lo tanto, sin duda pronto se reiniciaría la ayuda militar a Guatemala.
Esa es la moral imperialista, la filosofía imperialista, que llega a extremos tales, en sus intentos de invertir la realidad y la historia, de atribuir a los revolucionarios las dificultades económicas de esos países. Es decir, todo a la inversa, todo al revés. Existen los revolucionarios precisamente por la represión y los problemas sociales y económicos históricos de esos países: la pobreza, la miseria, la tiranía política, la explotación de siglos por la colonia, la neocolonia, el imperialismo. Y son el imperialismo y el neocolonialismo los culpables de la espantosa miseria en que viven esos países. Es el imperialismo el culpable de la represión sangrienta en que han vivido decenas de años esos países, de los crímenes que se han cometido por decenas de miles, pasando ya de 100 000 en esos países; desde la intervención en Nicaragua en la época de Sandino, sus diversas intervenciones en Centroamérica, sus apoyos a los gobiernos genocidas, el derrocamiento del gobierno democrático y progresista de Arbenz en Guatemala. Ahí están las causas, ahí están las raíces de las luchas de estos pueblos, que se cansaron de soportar y se decidieron a luchar.
De vez en cuando, hasta los propios imperialistas reconocen que hay dificultades económicas. Lo que no tienen es la honradez mínima de reconocer que ellos son los responsables del subdesarrollo y las dificultades económicas que atraviesan los pueblos de Centroamérica, y buscan culpables de esas revoluciones.
Una de las grandes mentiras manejadas por el imperialismo en Centroamérica, es el intento de imputarle a la Unión Soviética las revoluciones en esa área. Esto está relacionado con la idea imperialista de presentar los conflictos de Centroamérica, como parte del conflicto Este-Oeste. Y hay algunos tontos en el mundo, algunos ignorantes en el mundo que le hacen el juego a esa propaganda imperialista y dicen que el conflicto de Centroamérica es parte del conflicto Este-Oeste.
La realidad es que el Este no ha tenido absolutamente nada que ver con Centroamérica y los problemas de Centroamérica. Esta es la verdad histórica. Los soviéticos ni siquiera conocían a uno solo de los actuales dirigentes de Nicaragua. En el período de la lucha revolucionaria de los nicaragüenses, los soviéticos no los conocían.
Otro tanto ocurre con El Salvador. Incluso, el Partido Comunista es una de las cinco organizaciones de izquierda de El Salvador que están unidas en el Frente "Farabundo Martí". Los partidos comunistas tienen contactos entre sí; si quitamos la excepción del Partido Comunista de El Salvador, partido combativo e independiente pero pequeño, que no es de las fuerzas numerosas, la Unión Soviética no conocía a los dirigentes de esas organizaciones revolucionarias, no tenía contactos con ellos. Otro tanto puede decirse de Guatemala.
De manera que la mentira más ridícula, más absurda y más increíble, es esa mentira que dicen todos los días los imperialistas y repiten al estilo goebbeliano, y la repiten los idiotas que siguen detrás del juego y de la propaganda imperialista, presentando el problema de Centroamérica como un problema Este-Oeste y como un resultado de la intervención soviético-cubana.
Nosotros estamos en este hemisferio, nosotros tenemos relaciones con los movimientos revolucionarios, nosotros conocemos a los dirigentes revolucionarios del área; no lo voy a negar, los conocemos. Pero lo que estoy explicando aquí es la mentira tan grande que se afirma, cuando tratan de involucrar a la Unión Soviética, pues no se puede decir lo mismo de la Unión Soviética con relación a los dirigentes revolucionarios centroamericanos (APLAUSOS PROLONGADOS). Esta es una mentira interesada que busca sus fines, que es justificar la intervención imperialista en Centroamérica.
Cuba misma, cuando nosotros estábamos en la lucha revolucionaria cómo se podía culpar a los soviéticos de nuestra lucha revolucionaria en el Moncada, en el Granma, en la Sierra Maestra. Los soviéticos no tenían conocimiento ni relación con ninguno de nosotros. ¿Qué país extracontinental de ninguna parte nos dijo que atacáramos el Moncada, o que desembarcáramos en el Granma, y qué participación tuvieron, y qué responsabilidad tuvieron? Influencias ideológicas de Europa y el campo socialista sí, todo el mundo las tiene.
El cristianismo, por ejemplo, no era la religión de los indios que habitaban en este hemisferio; pero después de Colón los hicieron cristianos por las malas o por las buenas, de alguna forma los hicieron cristianos, y hoy son cristianos. A esos que hablan de ideologías extrañas se les puede decir que no pueden ser cristianos, porque es una ideología extraña que vino del Medio Oriente. Y las ideas liberales burguesas de Estados Unidos y su Constitución vienen también de filósofos europeos; claro, tenían que ser los europeos porque tenían mucho mayor desarrollo material, técnico, cultural. Podría decirse que la Constitución de Estados Unidos es una idea extraña, una idea exótica que vino de otro continente, porque esos argumentos ridículos se utilizan para combatir el marxismo-leninismo. Ideologías extrañas, vaya usted a ver en este mundo qué es una ideología extraña.
Y los imperialistas utilizan estas mentiras, estos supuestos de la participación soviética. Exactamente como en Cuba, exactamente de la misma forma que en Cuba y lo sabe todo el mundo: se ha ido desarrollando el movimiento revolucionario en otros países centroamericanos. Repito, las relaciones de los soviéticos con Cuba surgieron después del triunfo de la Revolución. También las relaciones de los soviéticos con Nicaragua han sido después del triunfo de la Revolución.
Elaborando todas estas teorías, el imperialismo ha hecho su plan para desestabilizar a Nicaragua y para agredir a Nicaragua. Todo el mundo conoce que han empleado grandes cantidades de dinero en armar al Ejército de Honduras, que realizan maniobras militares conjuntas con Honduras cerca de la frontera de Nicaragua; pero todo el mundo conoce también que hace meses ya, el Gobierno de Estados Unidos tomó una decisión de desestabilizar y de derrocar al Gobierno de Nicaragua, y a la CIA le fueron asignados 19 millones de dólares para estos planes, apoyándose en los elementos de la guardia somocista que se retiraron para Honduras después del triunfo de la Revolución Sandinista, y en elementos reaccionarios dentro de la propia Nicaragua; aunque la fuerza principal en que se apoya el Gobierno de Estados Unidos son los somocistas, miles de exguardias somocistas han sido agrupados, han sido organizados, han sido entrenados y han sido armados en Honduras para agredir a Nicaragua. Y mientras Estados Unidos ha intensificado en los últimos tiempos el armamentismo de los hondureños y de los somocistas quieren, como querían de nosotros, que los nicaragüenses se mantengan desarmados. Por otra parte el Gobierno de Honduras niega sistemáticamente los hechos mintiendo cada vez más descaradamente a la opinión mundial.
Ahora, esos planes se conocen, hay que ser cínicos para negarlos. Al mismo Reagan cuando le preguntan sobre el problema habla de otra cosa, nunca da una respuesta, todas son evasiones cuando le hacen alusión al plan de la CIA en concreto para desestabilizar y agredir a Nicaragua, no da ninguna respuesta. Pero la propia prensa de Estados Unidos lo ha denunciado, esta vez no ha ocurrido como cuando Girón, que algunos periódicos norteamericanos conocieron que se iba a producir la agresión entre ellos el New York Times, y el gobierno ejerció grandes presiones, para que no denunciaran los planes; en nombre de un supuesto patriotismo apelaron a la prensa para que no dijera nada; en nombre de una supuesta seguridad de Estados Unidos apelaron a la prensa para que no dijera nada, porque afectaba a los sacrosantos derechos de la seguridad de Estados Unidos. Y eso le costó prestigio y le costó critica a algunos órganos de prensa de Estados Unidos; pero esta vez no ha sido así. La revista Newsweek ha denunciado con pelos y señales los planes de agresión contra Nicaragua. El periódico New York Times también ha denunciado esos planes y otros medios de difusión de Estados Unidos. De modo que están preparando el derrocamiento del Gobierno de Nicaragua de una manera abierta y descarada: o te pones de rodillas, o te destruimos. Ese es prácticamente el lenguaje que usa Estados Unidos con relación a Nicaragua.
Después de la visita de Reagan, las acciones militares de las bandas contrarrevolucionarias desde la frontera de Honduras se han intensificado considerablemente y son prácticamente diarias.
Hace apenas 48 horas, incluso, ocurrió un hecho monstruoso. Un helicóptero que estaba transportando 75 niños, desde una zona atacada por los contrarrevolucionarios, se desplomó por acciones de las bandas contrarrevolucionarias o a causa de esas acciones; por culpa indirecta o directa de dichas bandas contrarrevolucionarias y de sus agresiones contra Nicaragua desde Honduras, se desplomó, el helicóptero se incendió y 75 inocentes niños nicaragüenses perdieron la vida. Esto es después de la visita de Reagan, en un viaje que decía que iba a hablar de paz y para buscar la paz en Centroamérica. Así es la política imperialista.
No hay paz en El Salvador, porque el Gobierno de Estados Unidos no quiere que haya paz en El Salvador. Los revolucionarios han expresado su disposición a buscar fórmulas políticas, a buscar soluciones políticas y lo plantean cuando son más fuertes que nunca: ese es el mérito que tienen, esa es su contribución a tratar de resolver la crisis de Centroamérica; pero la administración de Estados Unidos no quiere, quiere una victoria militar de las fuerzas reaccionarias, fascistas, represivas, quiere el aniquilamiento de los revolucionarios. Aunque los revolucionarios son cada vez más fuertes y no podrán ser jamás aniquilados por el Gobierno genocida de El Salvador pese a la ayuda militar yanki. Pero es la política de Estados Unidos por la cual rechaza todo diálogo, toda posibilidad de solución política.
Podría haber paz en El Salvador, repito; podría haber paz también entre Nicaragua y Honduras; pero si no hay paz entre Nicaragua y Honduras es a consecuencia de los planes imperialistas, de los planes de desestabilización, de los planes de agresión; no hay paz entre Honduras y Nicaragua porque Estados Unidos no quiere. No hay paz en Namibia porque Estados Unidos no quiere. No hay paz en Angola porque Estados Unidos no quiere. No hay paz en Mozambique porque Estados Unidos no quiere, y apoya a Sudáfrica en la desestabilización de Mozambique y de Angola. No hay paz en el Medio Oriente porque Estados Unidos no quiere y apoya las exigencias, el chantaje y las agresiones del sionismo contra el pueblo palestino y contra los pueblos árabes. A la demanda de los pueblos, a su reclamo de independencia, de libertad, de justicia, responde el imperialismo con masacres: masacres en Angola, masacres en Namibia, masacres en la propia Sudáfrica contra los patriotas, masacres en Lesotho, como ocurrió hace tres días por la acción de comando sudafricano; masacre en Mozambique; masacre en el Líbano, barrios enteros, como el de Shatila y Sabra, habitados por los palestinos, fueron pasados a cuchillo, simplemente porque es un pueblo al que le han arrebatado su tierra, le han arrebatado su patria, lo dispersaron por el mundo y reclama su derecho a tener una patria; masacres en El Salvador, masacres de indios en Guatemala, masacres de niños en Nicaragua. ¡Esa es la respuesta del imperialismo, esa es la filosofía del imperialismo a la lucha de los pueblos!
Pero unido a esta actitud agresiva, fascista, sanguinaria, represiva, intentando oponerse al desarrollo de la historia, intentando detener la marcha de los pueblos, está el egoísmo imperialista manifestado en todas las formas posibles; el egoísmo que ha agravado la crisis económica que azota al mundo, fundamentalmente a los países capitalistas. Mucho tiene que ver el egoísmo de Estados Unidos con esa crisis, su política monetaria, su política proteccionista, su política restrictiva del comercio, de los créditos, de las finanzas mundiales, que está envolviendo a la humanidad en una situación cada vez más grave y más peligrosa. A qué extremos llega ese egoísmo que en días recientes le impusieron un impuesto del 30 al 40% a las confecciones peruanas, un país que tiene dificultades económicas, un país del Tercer Mundo, que estaba exportando 80 millones de dólares de tejido a Estados Unidos, y para cortar de raíz esas exportaciones les impusieron del 30 al 40 y tanto por ciento los impuestos sobre el valor para poder entrar en Estados Unidos. Esa es la política egoísta que siguen con todos los países, sobre todo con los países del Tercer Mundo, que están envueltos en una situación económica extraordinariamente grave, con una deuda de alrededor de 600 000 millones de dólares.
Esa política egoísta se manifiesta también en la Conferencia de los Derechos del Mar. Casi 120 países han firmado la Convención que ha estado discutiéndose durante muchos años; sin embargo, Estados Unidos no firmó la Convención y exhortó a otros aliados industrializados y desarrollados a no firmar la Convención, simplemente porque esa Convención establece como un patrimonio de la humanidad todas las áreas marinas y los suelos marinos que no estén comprendidas dentro del área de 200 millas de preferencia económica de los Estados que poseen costas marítimas. Es decir que declaran abiertamente, ante la inmensa mayoría de la humanidad, que no están dispuestos a firmar esa Convención y confiesan implícitamente su intención y sus propósitos, basándose en sus recursos económicos y su tecnología, de apropiarse de los subsuelos internacionales.
Esa es la realidad del imperialismo: política agresiva, política explotadora, política egoísta, cinismo, mentiras, respuestas sanguinarias a la lucha de los pueblos y estrangulamiento económico de los países subdesarrollados. Ese es el imperialismo por encima de su propaganda hueca, por encima de sus falacias, por encima de sus mentiras, y esas realidades no podrán ocultarse al mundo, y menos podrán ocultárselas a los pueblos de América Latina y mucho menos podrán ocultárselas a nuestro pueblo (APLAUSOS).
Creo que estas reflexiones un día como hoy nos ayudan a comprender la necesidad de estar alertas, de estar bien preparados en todos los terrenos: en el terreno político, en el terreno ideológico y en el terreno de la defensa, frente a estos peligros y estos riesgos.
Mencioné numerosos países donde no había paz por culpa de los imperialistas. Pero tampoco hay tranquilidad ni seguridad en Europa por culpa de los imperialistas, por sus intentos de imponer una hegemonía militar, por sus intentos de instalar cientos de proyectiles nucleares de alcance medio en las inmediaciones de la frontera de la Unión Soviética. Por su política armamentista, por su política de terror no solo no hay paz en Nicaragua, en El Salvador, en Namibia, en Angola, en Mozambique ni el Medio Oriente, puede decirse que no hay paz en el mundo; lo menos que puede decirse es que no hay tranquilidad, que no hay seguridad, que estamos en los umbrales de una carrera armamentista incontrolable y que son crecientes los peligros de una conflagración mundial; son crecientes y son reales.
Nadie quiere la guerra, nosotros no queremos la guerra, ningún hombre consciente quiere la guerra, ningún hombre consciente puede pensar que los problemas del mundo de hoy se puedan resolver mediante una conflagración mundial, y están dentro de los principios del marxismo-leninismo, la paz y la coexistencia pacífica. Nosotros no nos apartamos de esos principios, son también nuestros principios.
Es una fabulosa mentira la afirmación de que toda esta situación es consecuencia de un supuesto armamentismo soviético. Los soviéticos vivieron durante muchos años en condiciones muy difíciles, rodeados de bases nucleares yankis por todas partes cuando Estados Unidos tenía virtualmente el monopolio de las armas atómicas, y fueron capaces de mantener su ecuanimidad, su serenidad. Como consecuencia de su desarrollo económico y técnico lograron en el curso de los últimos 20 años un equilibrio nuclear, que es el que existe actualmente en el mundo. Sin embargo, el imperialismo elabora teorías y más teorías para justificar su carrera armamentista, basado en una supuesta superioridad nuclear de la Unión Soviética.
Y esa es una política realmente preocupante, realmente peligrosa, nos llama a todos a reflexionar: qué hacemos por la paz, qué contribución podemos hacer para ayudar a la disminución de las tensiones internacionales; es el deber de todos, de los países socialistas, de los países progresistas, por supuesto también de nuestro país, y nosotros estamos dispuestos a cumplirlo. Pero la paz se defiende también con la firmeza, la paz se defiende con la decisión, la paz se defiende con la valentía necesaria.
Como decíamos anteriormente, no se puede ceder un ápice ante el chantaje, las presiones, las amenazas y las agresiones imperialistas, porque se envalentonan. Nosotros no somos una potencia mundial, somos un pequeño país y estamos dispuestos a hacer nuestra contribución a la paz; pero lo que nunca, jamás, renunciaremos es a nuestros principios, nunca, jamás, renunciaremos a nuestra dignidad, nunca, jamás, renunciaremos a nuestra ideología, a nuestra independencia (APLAUSOS).
No tenemos la culpa de las amenazas imperialistas contra nuestro país, no tenemos la culpa de las agresiones imperialistas contra nuestro país, no tenemos la culpa de su criminal bloqueo económico, no tenemos la culpa de su hostigamiento incesante; sabremos siempre dar una respuesta digna y valerosa a esos riesgos, a esas amenazas. Amamos la vida, pero más que la vida amamos los principios, amamos el honor de nuestro país, la dignidad de nuestro país, la independencia de nuestro país; más que la vida amamos los valores sagrados del hombre (APLAUSOS). Sin honor, sin libertad, sin justicia, sin independencia, no vale la pena vivir, y es por eso que hemos dicho siempre, lo hemos repetido y lo hemos demostrado, que estamos dispuestos a morir antes que renunciar a nuestros principios (APLAUSOS).
Albergamos la esperanza de que los imperialistas entren en sus cabales, se aconsejen, se recomiendan; albergamos la esperanza de que se pueda evitar una guerra mundial, que sería realmente el fin de la humanidad; albergamos la esperanza de que con la lucha tesonera de los pueblos y la movilización de la opinión mundial, podamos irles atando las manos a los imperialistas, y que muchos problemas que hoy nos preocupan como los problemas de Centroamérica, los problemas de Sudáfrica, los problemas del Medio Oriente —problemas que pudiéramos llamar regionales—, encuentren soluciones justas, razonables y dignas. Mientras tanto, seguiremos luchando en nuestro país, seguiremos luchando por nuestro desarrollo económico y social, a pesar de las dificultades.
No me explico cómo a los imperialistas no les da vergüenza las calumnias que dicen contra Cuba. No me explico cómo no comparan la situación que hay en muchos desdichados y explotados países de Latinoamérica y el Caribe con la de Cuba. Hace mucho rato desapareció el analfabetismo en nuestro país, hoy hay más analfabetos en los propios Estados Unidos que en Cuba, mayor índice de analfabetismo; nosotros lo hemos reducido prácticamente a cero y ellos tienen millones de analfabetos y de semianalfabetos. ¿Cómo se puede comparar lo que hay aquí con lo que hay en Centroamérica? Niveles de educación, niveles de salud, niveles de empleo, niveles morales; la desaparición del juego, las drogas, la prostitución, la mendicidad. ¿Cómo se puede comparar hoy la seguridad de nuestros ciudadanos, la dignidad de nuestros ciudadanos, el respeto de cada ser humano en este país, la igualdad de posibilidades, la igualdad legal y real de nuestros ciudadanos, la desaparición de todo vestigio de discriminación, la desaparición de todo vestigio de explotación y de injusticia social? ¿No les da vergüenza a los imperialistas comparar lo que hay en Cuba y los éxitos que ha tenido Cuba con lo que ha dejado el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo en Centroamérica? Y esto lo hemos logrado por nuestras luchas, por nuestro trabajo tesonero, por nuestra valentía, por nuestra perseverancia, por nuestra decisión; lo hemos logrado por nuestro esfuerzo, nuestro trabajo y también la colaboración internacional, donde ocupa un primer plano nuestra invariable y estrecha amiga la Unión Soviética (APLAUSOS).
En días recientes, cuando el Presidente de Colombia insinuó que Cuba fuera integrada al Sistema Latinoamericano, el señor Reagan contestó que estaba de acuerdo si Cuba rompía sus vínculos con la Unión Soviética. ¿Estará debilitado en sus capacidades lógicas el señor Presidente de los Estados Unidos? Estamos dispuestos a vivir en paz, en mutuo respeto, pero jamás romperemos nuestros vínculos con la Unión Soviética (APLAUSOS). Tengan bien entendido los señores imperialistas, que no somos de esa gente que rompen los vínculos con sus amigos para hacerse aliados de sus enemigos (APLAUSOS). Tengan en cuenta los señores imperialistas, que no podemos ser alquilados, ni comprados, ni intimidados. Este país y esta Revolución han seguido un camino limpio, un camino recto, un camino luminoso y por él marcharemos, cueste lo que cueste. Ese es nuestro camino y el camino de las futuras generaciones cubanas (APLAUSOS).
Por todas estas razones, compatriotas, consagrémonos como nunca al trabajo, a la producción, a la lucha contra las dificultades económicas, y consagrémonos como nunca a la defensa del país en todos los terrenos: político, ideológico, militar. De esta forma, podremos cumplir nuestra hermosa consigna:
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)