DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE
MINISTROS, EN LA V CUMBRE IBEROAMERICANA DE JEFES DE ESTADO Y GOBIERNO, EN SAN
CARLOS DE BARILOCHE, ARGENTINA, EL 16 DE OCTUBRE DE 1995, "AÑO DEL
CENTENARIO DE LA CAIDA DE JOSE MARTI".
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS -
CONSEJO DE ESTADO)
Señor Presidente de la República Argentina,
Majestad,
Excelencias:
Algunos hemos viajado mucho. El tiempo es corto. Pero nada complace tanto como vernos otra vez
reunidos. Notamos ausencias, nos
duele. Vemos caras nuevas, nos alegra. Sentados aquí en una mesa, los
iberoamericanos nos sentimos algo que no puede ser ignorado ni
despreciado. No todos pensamos igual, ni
todos luchamos en iguales condiciones, pero todos sentimos igual respeto por
los demás.
Los tiempos cambian. A veces unos tenemos más problemas y otros
tenemos menos. Pero ninguno puede
sentirse feliz cuando los que discrepan tienen dificultades. Todos queremos tener razón, pero la verdadera
razón está en lo que nos identifica y nos une.
No voy a citar cifras; las cifras a veces
nos aburren. Sobre educación, solo
mencionaré que en Cuba el número de profesores y maestros alcanza el más alto
per cápita entre todos los países del mundo.
Lo que debemos preguntarnos es si cada uno hace todo lo que puede por su
pueblo. La historia será mejor juez que
nosotros mismos. Hoy todos sabemos que
nada sirve si no lleva el máximo de bienestar a cada uno de nuestros
compatriotas. Hoy cada cual tiene más
conciencia de los problemas sociales.
Hasta el Fondo Monetario y el Banco Mundial hablan de esos problemas y
la necesidad de resolverlos. ¿Es acaso el fantasma del socialismo?
No deseamos que nadie pierda el
sueño. Antes de pensar en nuestras
diferencias ideológicas, prefiero creer que nos uniremos para salvar la América
Nuestra del hambre, la pobreza, la ignorancia y las enfermedades, para que
todos podamos comprender que la horrible situación en que unos no sepan qué
botar en los basureros y otros no sepan qué recoger para vivir, no puede
continuar existiendo.
Las dificultades son enormes, pero aquí
en Bariloche me impresiona más profundamente el recuerdo del cruce de San
Martín sobre la cumbre de los Andes.
Imitemos el ejemplo de aquellos que
fueron nuestros predecesores. Hagamos lo
que Bolívar, San Martín, Artigas, O'Higgins, Sucre, Juárez, Morazán y Martí
habrían hecho en iguales circunstancias, para que Nuestra América ocupe un
lugar digno en un mundo en que todos tengamos derecho a vivir.
Gracias (APLAUSOS).