DISCURSO PRONUNCIADO POR EL
COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL
PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE
MINISTROS, EN NOMBRE DE LOS PAISES NO INTEGRADOS EN ESQUEMAS SUBREGIONALES, EN
LA CUMBRE DE LOS JEFES DE GOBIERNO DE LOS ESTADOS MIEMBROS DE LA ASOCIACION DE
ESTADOS DEL CARIBE SOBRE COMERCIO, TURISMO Y TRANSPORTE, EN TRINIDAD Y TOBAGO,
EL 17 DE AGOSTO DE 1995, "AÑO DEL CENTENARIO DE LA CAIDA DE JOSE
MARTI".
Señor Presidente;
Señor Primer Ministro;
Excelencias:
"En el fiel de América están las
Antillas", escribió hace más de 100 años José Martí, el más apasionado
latinoamericano y caribeño de nuestros pensadores. En nombre de los tres países de las Antillas
Mayores aquí representados --con la dolorosa ausencia del Puerto Rico
hermano--, se me ha solicitado por los organizadores salude esta conferencia,
de cuya celebración Cuba se siente hondamente satisfecha.
Hace ya un año, en expresión de nuestra
voluntad política soberana, decidimos constituir la Asociación de Estados del
Caribe. Tenemos ante nosotros un gran
desafío. Se trata de forjar un destino
común para naciones notablemente dispares en cuanto a tamaño, población y
desarrollo.
Lo hacemos, además, en momentos en que el
mundo se divide en grandes bloques comerciales, se establecen feroces guerras
por los mercados y se agranda cada día el abismo entre los países ricos, con
acceso a las tecnologías del futuro, y los países pobres, agobiados por la
carga de la deuda y por sus insolubles problemas sociales.
Creemos, sin embargo, en la idea de un
Caribe unido, y tenemos la certeza de que juntos podremos vencer nuestras
dificultades actuales.
Surgen grupos y pactos económicos
diversos en América Latina. La región
comprende, por fin, que en la unidad está el camino futuro de nuestros
pueblos. Para la Cuba bloqueada y para
Haití y la República Dominicana, la Asociación de Estados del Caribe representa
la posibilidad de inserción en la economía y en los procesos de integración
regionales.
Para hablar de integración en el Caribe
hay que abordar los temas que hoy nos convocan: el comercio, el turismo y el
transporte.
En el sector del turismo hemos logrado
algunos avances. Pero aún estamos lejos
de haber convertido a la región en su conjunto en un destino privilegiado del
turismo internacional, a lo que nos hacen acreedores nuestras riquezas
naturales. Este patrimonio común de
nuestros pueblos requiere de un cuidado especial. El mar Caribe debe ser protegido de la
contaminación negligente y la sobrexplotación de sus
recursos. La vulnerabilidad de nuestros
ecosistemas, vitales para nuestra subsistencia económica, debe ser motivo de
seria consideración en los programas económicos regionales.
No es posible esperar, pues mañana podría
ser demasiado tarde. Nuestras decisiones
de hoy no pueden convertirse en letra muerta; han de tener un seguimiento
concreto y resultar en la creación de efectivos instrumentos de trabajo
conjunto.
Nuestro comercio mutuo es escaso,
nuestras economías no se complementan, tradicionalmente hemos comerciado con
los países desarrollados, nuestros mercados internos son débiles. Debemos hacer un esfuerzo especial para
fortalecer nuestro comercio común.
El transporte en la región es
inadecuado. Se convierte en un obstáculo
para el desarrollo del turismo y la integración en el Caribe. No habrá integración efectiva entre nuestros
pueblos mientras siga siendo más fácil viajar desde nuestros países a Europa o
Estados Unidos. Hay que revertir esta
situación.
Muchos de nuestros países son
especialmente vulnerables y están en situación más difícil en ciertos aspectos
que el resto del mundo subdesarrollado.
Pero contamos con un recurso de valor excepcional: contamos con nuestros
pueblos, forjadores de culturas originales, obligadas al ingenio y la
creatividad por la necesaria adaptación a un medio muy frágil y variable. Nuestra
condición de caribeños nos dotó precisamente de un temperamento emprendedor,
espontáneo y abierto como nuestra naturaleza.
He ahí, en ese recurso insustituible que son nuestros pueblos, nuestra
riqueza principal y nuestra mejor carta de triunfo en la lucha por el
desarrollo y por ocupar un lugar digno en el mundo del mañana.
Un notable historiador y político
caribeño nacido en esta tierra que hoy nos acoge hospitalaria, definió de
manera elocuente la inserción del Caribe en la historia al decir que comenzamos
siendo meras bases navales y militares de otros, "atacadas, defendidas,
capturadas, retomadas, reposeídas, comerciadas, donadas". Así fue, según Eric Williams, el comienzo de
nuestra relación con el mundo moderno y la economía internacional.
Hoy, sin embargo, en ejercicio de nuestro
derecho soberano, sin imposiciones ni tutelas, nos reunimos para conversar
sobre temas comunes de interés vital para el destino de nuestros pueblos. Hoy abrimos un nuevo capítulo de la historia
que ya hace algún tiempo empezamos a escribir nosotros mismos.
Muchas gracias (APLAUSOS).