DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL
CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA CUMBRE MUNDIAL
SOBRE LA ALIMENTACION, EFECTUADA EN LA SEDE DE LA FAO, ROMA, 16 DE NOVIEMBRE DE
1996 .
Señor Presidente,
Señor Director General de la
FAO,
Excelencias:
El hambre,
inseparable compañera de los pobres, es hija de la desigual distribución de las
riquezas y de las injusticias de este mundo.
Los ricos no conocen el hambre.
El colonialismo
no fue ajeno al subdesarrollo y la pobreza que hoy sufre una gran parte de la
humanidad. Tampoco son ajenos la
hiriente opulencia y el derroche de las sociedades de consumo de las antiguas
metrópolis que sumieron en la explotación a gran parte
de los países de la Tierra. Por luchar
contra el hambre y la injusticia han muerto en el mundo millones de personas.
¿Qué curas de
mercurocromo vamos a aplicar para que dentro de 20 años haya 400 millones en
vez de 800 millones de hambrientos?
Estas metas son, por su sola modestia, una vergüenza.
Si 35 mil
personas mueren de hambre cada día, la mitad niños, ¿por qué en los países
desarrollados se arrancan olivares, se sacrifican rebaños y se pagan cuantiosas
sumas para que la tierra no produzca?
Si el mundo se
conmueve con razón cuando ocurren accidentes, catástrofes naturales o sociales
que matan a cientos o miles de personas, ¿por qué no se conmueve de la misma
forma ante este genocidio que tiene lugar cada día delante de nuestros ojos?
Se organizan
fuerzas de intervención para prevenir la muerte de cientos de miles de personas
en el Este de Zaire. ¿Qué es lo que haremos para evitar que mueran de
hambre cada mes un millón de personas en el resto del mundo?
Son el
capitalismo, el neoliberalismo, las leyes de un mercado salvaje, la deuda
externa, el subdesarrollo, el intercambio desigual, los que matan a tantas
personas en el mundo.
¿Por qué se
invierten 700 mil millones de dólares cada año en gastos militares y no se
invierte una parte de estos recursos en combatir el hambre, impedir el
deterioro de los suelos, la desertificación y la deforestación de millones de
hectáreas cada año, el calentamiento de la atmósfera, el efecto invernadero,
que incrementa ciclones, escasez o excesos de lluvias, la destrucción de la
capa de ozono y otros fenómenos naturales que afectan la producción de
alimentos y la vida del hombre sobre la Tierra?
Las aguas se
contaminan, la atmósfera se envenena, la naturaleza se destruye. No es sólo la escasez de inversiones, la
falta de educación y tecnologías, el crecimiento acelerado de la
población; es que el medio ambiente se
deteriora y el futuro se compromete cada día más.
¿Por qué la
producción de armas cada vez más sofisticadas después que concluyó la guerra
fría? ¿Para qué se quieren esas armas
sino para dominar al mundo? ¿Para qué la
feroz competencia por vender armamentos a países subdesarrollados, que no los
harán más poderosos para defender su independencia y donde lo que hay que matar
es el hambre?
¿Por qué sumar
a todo esto políticas criminales, bloqueos absurdos que incluyen alimentos y
medicinas para matar de hambre y enfermedades a pueblos enteros? ¿Dónde está la ética, la justificación, el
respeto a los derechos humanos más elementales, el sentido de tales políticas?
Reine la verdad
y no la hipocresía y la mentira. Hagamos
conciencia de que en este mundo debe cesar el hegemonismo, la arrogancia y el
egoísmo.
Las campanas
que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la
humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para
salvarse a sí misma.
Muchas gracias.
(OVACION)