INFORME CENTRAL AL V CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA, PRESENTADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA Y PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN EL PALACIO DE LAS CONVENCIONES, EL 8 DE OCTUBRE DE 1997.
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS - CONSEJO DE ESTADO)
Distinguidos invitados;
Queridos compañeras y compañeros delegados:
Dentro de dos días, el 10 de octubre, se cumplirán seis años de la celebración del IV Congreso.
Esta vez nos hemos adelantado dos días al 10 de octubre, en consideración a que el 8 se conmemora el 30 aniversario de la caída del Che en Bolivia, de aquel momento en que es herido en una pierna, es inutilizado su fusil, se queda sin balas su pistola, y cae en poder de aquellos que al día siguiente lo asesinarían alevosamente.
Como ya se dijo, el recuerdo querido y la inolvidable presencia del Che presiden este V Congreso.
Cuando el IV Congreso decidí no elaborar un informe escrito; reuní materiales, medité, y con las ideas y los datos, en aquel momento tan especial, me dirigí a los delegados.
Esta vez, después de leer un sinnúmero de documentos —y algunos de ellos más de una vez—, ver y volver a analizar todo lo relacionado con estos años que hemos vivido y las tareas que tenemos por delante, pensando además que teníamos un excelente documento de carácter histórico y político, que fue discutido por millones de personas, y también un proyecto de resolución económica, discutido ya por todos los delegados, que van a ser objeto de análisis aquí en el congreso y punto de partida de los debates, decidí hacer lo mismo y ahorrar un documento. Por eso espero, con toda la sinceridad y la naturalidad necesaria, expresar aquí algunas reflexiones, y tratar de hacer una síntesis de las cosas fundamentales que han ocurrido en estos años verdaderamente históricos y heroicos de la vida de nuestro país.
Cuando nos reunimos en Santiago de Cuba para el IV Congreso ya el campo socialista había desaparecido, quedaba todavía la Unión Soviética. Si dos años antes, o más de dos años antes, habíamos insinuado la idea de que el campo socialista podía desaparecer y que también la Unión Soviética podía desaparecer, aquel 10 de octubre yo tenía ya la convicción de que la Unión Soviética también desaparecería.
Aquello iba a constituir algo verdaderamente impredecible, verdaderamente increíble en la historia de la humanidad; pero algo terriblemente duro en todos los aspectos para nuestro país y para nuestra Revolución. Era necesario que nuestro pueblo estuviese preparado o se fuese preparando, porque nadie se prepara de un día para otro con relación a cosas tan graves y trascendentales; era necesario forjar la convicción y cumplir la promesa de que resistiríamos, de que lucharíamos y de que venceríamos, aun cuando nos quedáramos absolutamente solos, y aquel 10 de octubre señalé algunos aspectos de carácter económico que ya venían inevitablemente.
He vuelto a releer y revisar lo que entonces dije sobre este y otros temas. Empecé señalando lo que estaba ocurriendo ya ese año: cuánto habíamos acordado con la Unión Soviética en relación con el intercambio comercial, cuánto habíamos firmado, cuánto había llegado. Les explicaba a los delegados que en cinco meses, empezando por los alimentos, prácticamente no había llegado nada, ni cereales para el consumo de la población, ni cereales para la producción de piensos que garantizaban los abastecimientos de leche, de carne de ave, de cerdo, de res, de huevos; no había llegado una libra de mantequilla, de la que recibíamos más de 15 000 toneladas; no había llegado una libra de aceite, no había llegado una libra de manteca, ni una libra de chícharos, ni una libra de arroz, ni una libra de aquellos alimentos que durante decenas de años recibíamos de la URSS, que incluían carne en conserva, pescado y otras cosas, y que formaban parte de nuestro balance anual.
No había llegado el fertilizante que necesitábamos en la agricultura ni otros muchos productos para el desarrollo de nuestro programa alimentario. Es que la agricultura, donde producíamos una parte importante de nuestros alimentos, empezaba a sufrir, de manera tremenda, el desabastecimiento de insumos necesarios, y en los primeros cinco meses, de los casi 4 000 millones de dólares acordados de importaciones, habían llegado un poco más de 700 millones, y de estos 700, casi todo, y casi exclusivamente, era combustible, que ya estaba rebajado; se habían reducido a 10 millones las entregas, no 13, como era lo tradicional. De modo que combustible, y unas decenas de millones de dólares —digo dólares porque ya se contaba en dólares el comercio— para todo lo relacionado con el intercambio.
Esto que sucedió con los alimentos sucedió prácticamente con todas las materias primas. Habíamos acordado más de 500 000 toneladas de acero y había llegado cero acero; más de medio millón de metros cúbicos de madera y había llegado cero madera. Hacía falta sosa cáustica para una serie de producciones industriales, incluso para la producción del bagazo predigerido, jabones, detergentes y otras importantes cosas; de sosa cáustica, cero. De carbonato de sodio, cero. Era indispensable en la producción de vidrio y otras actividades. Ya que los mencioné, también venía una parte de jabones y detergentes de la Unión Soviética y había llegado cero. Por otro lado, más de 25 000 toneladas de sebo eran suministradas todos los años para la producción nacional de jabón y había llegado cero. Neumáticos, cero. Negro de humo y caucho para la producción que realizaban nuestras fábricas, cero. Algodón, del cual recibíamos alrededor de 30 000 toneladas por año, cero. Metales no ferrosos, cero, y así por el estilo con relación a aquellos renglones que eran vitales, sin los cuales no podía marchar, realmente, la industria, ninguna industria, ni las producciones necesarias para abastecer la población y para los servicios.
Yo citaba aquellos ejemplos que podían dar una idea de lo grave y lo peligroso de la situación; pero el congreso se efectuaba ya a principios de octubre, en la primera decena, y también recordé qué había ocurrido hasta el 30 de septiembre, y la situación era más o menos similar: seguía manteniéndose bien la entrega de combustible, pero en muchas cosas seguíamos en cero y en otras muchas seguíamos con una parte muy pequeña de lo acordado. Si mal no recuerdo, de los 4 000 millones habían llegado en total, incluido el combustible, que era también la mayor parte, alrededor de 1 300 millones de dólares en esa fecha tan cercana al IV Congreso.
Después de aquel congreso y antes de finalizar el año desaparece la URSS, y al desaparecer la URSS prácticamente desapareció el comercio con ese país. De más de 700 rubros de importaciones quedó reducido todo casi a uno solo: combustible; algún modesto intercambio de azúcar por petróleo en cantidades limitadas y al precio del mercado mundial, bien distante de aquellos precios que habíamos alcanzado cuando el azúcar subió en la misma medida en que subían los precios de las exportaciones soviéticas. Ya había sido reducido en el año 1991 de 800 a 500, y en 1992 se redujeron a 200, es decir, a precio de mercado mundial, donde se comercializa una parte pequeña del azúcar, porque el azúcar, en casi todos los mercados del mundo, tenía precios preferenciales. El petróleo en cambio seguía con sus altos precios.
Así entramos en 1992, y ese año —ya la situación era peor— lo habíamos perdido todo: fuente de suministros, mercados, precios; había que hacerlo todo nuevo, ¿cómo?, ¿con qué? Había que garantizar unas cantidades mínimas de combustible, eso se llevaba la mayor parte de nuestros ingresos por exportaciones. Y ese año, comparado con 1989, se comportaba de la siguiente forma:
En 1989 las importaciones habían sido de 8 139 millones de dólares, ¡ocho mil ciento treinta y nueve!, y en 1992 fueron de 2 236 millones. Véase qué brutal reducción y qué repentina de todos aquellos elementos y todas aquellas cuestiones y factores que eran básicos para la vida del país, para la vida de una población de más de 10 millones de habitantes, para la vida de nuestra Revolución.
Naturalmente que esto trajo consecuencias tremendas para todos los sectores y todas las ramas. La agricultura se quedó sin el combustible necesario para un mínimo de actividades, sin fertilizantes, sin pesticidas ni herbicidas, sin piezas de repuesto, sin insumos, sin pienso, sin todos aquellos recursos necesarios para mantener la producción alimentaria que había alcanzado niveles de cierta consideración; sus equipos se quedaron sin piezas de repuestos, sus tractores sin gomas. Algo similar le pasó a la industria azucarera con muchos de los recursos necesarios para los mantenimientos, las reparaciones, la preparación de la tierra, la siembra, el cultivo, las zafras, los transportes.
La industria básica se quedó sin muchos de los materiales que necesitaba para su trabajo, para la refinería de petróleo, se quedó sin una parte importante del combustible para la producción de electricidad, sin medios para el mantenimiento y reparación de las fábricas, para la exploración y extracción de petróleo, para continuar aquellos programas que venían haciéndose durante años; se quedó sin el azufre y el amoníaco para el níquel, sin las piezas, los motores y todo lo que ayudaba al mantenimiento de aquella producción niquelífera.
La industria mecánica se quedó sin aceros, sin motores, sin los cientos de productos que necesita para su tarea, para su trabajo. La industria ligera se quedó sin algodón, sin infinidad de materiales que necesitaba para la producción de telas, de zapatos y otras muchas cosas. La industria alimenticia, como era de suponer, sin todos aquellos recursos que venían o de la agricultura, o de las importaciones —solo de la RDA llegaban más de 20 000 toneladas de leche en polvo, que cambiábamos por torula de producción nacional—, sin el trigo suficiente y sin todos los productos necesarios para que una industria alimenticia funcione, incluso los envases de todo tipo que se requieren.
Todos los demás sectores también: la prensa se quedó sin papel y sin las materias primas para la producción nacional de papel. El transporte, muchos de cuyos medios, la inmensa mayoría, eran de procedencia socialista, se quedó sin piezas, sin gomas, ni materias primas con qué hacerlas por parte de nuestra industria, sin motores —recuerden que casi todos aquellos ómnibus eran húngaros, gastadores de combustible y gastadores de piezas, creo que funcionaban con diesel, lo que hacían era unos pocos kilómetros por galón—; miles de trabajadores, cientos de miles, se quedaron sin los medios de transporte para ir a las fábricas o a los servicios, los que se mueven entre los hospitales, o para ir a la escuela, o para hacer todas las actividades que realiza un ciudadano.
Sufrió no solo el transporte de pasajeros por ómnibus, sino también por tren, les pasó lo mismo a las locomotoras y a los servicios de transporte ferroviario; empezamos a tener problemas con el transporte naval, porque una gran parte de las mercancías que llegaban a nuestro país o que se exportaban —y no era cosa fácil, porque esos buques estaban excluidos de la posibilidad de transportar mercancías hacia Estados Unidos o desde Estados Unidos hacia otros países—, gran parte de ese transporte lo realizaba la flota soviética, que también cooperaba con los abastecimientos de combustible de nuestra flota pesquera; el transporte de carga, en general, por ferrocarril o por camiones, se afectó también considerablemente.
Las fábricas, en general, se quedaron sin materias primas, sin repuestos; la industria de materiales de la construcción, sin el combustible suficiente, sin materias primas, sin piedra, sin arena, sin cemento, lo cual repercutía tremendamente en la industria de la construcción.
Yo estoy hablando de factores objetivos, no estoy hablando de factores subjetivos; estoy tratando de explicar la realidad en que nos vimos envueltos.
Toda esta situación afectó también la industria de medicamentos, los servicios hospitalarios, las materias primas para producir medicamentos y los medios necesarios para la atención higiénica, la limpieza de los hospitales, la reparación y el mantenimiento de los equipos.
La educación se quedó sin libros de texto, sin libretas casi, sin ropa escolar, sin zapatos para la escuela; del mismo modo se afectó considerablemente la producción de ropa y calzado para los trabajadores y para la población, y de material de higiene y de artículos electrodomésticos, y la reparación de todos estos artículos que eran de procedencia socialista o soviética. Tales fueron las circunstancias difíciles, muy difíciles, en que nos vimos envueltos.
Y si decía que las importaciones se redujeron a la cifra de unos 2 000 millones, cómo emplear aquellos recursos, cómo emplearlos. ¿Podía vivir sin combustible el país? Lo paraba todo. ¿Y cuánto valía una tonelada de gasolina, de diesel, de petróleo? Muchas veces 200, muchas veces más de 200 dólares el petróleo, o los derivados del petróleo que son más caros, para que el país funcionara, para que el transporte siguiera funcionando; o los equipos agrícolas.
Era imposible volver atrás en la mecanización de la caña, porque habrían hecho falta no se sabe cuántos cientos de miles de gente que hacía mucho rato que no tenían nada que ver con la vida rural, no había ni de dónde sacarlos ni cómo mantenerlos. De modo que el combustible, del cual dependía todo, fue necesario resolverlo, en cierta medida, priorizarlo; pero ya el nivel que podía pensarse era solo de unos 6 millones. Los servicios eléctricos habían crecido mucho, el 95% de la población tenía servicios eléctricos y existían millones y millones de objetos electrodomésticos. Toda la electricidad, todo el transporte, todas las producciones dependían del combustible, y ya el combustible consumiría más de la mitad de nuestros ingresos convertibles, y con el resto había que resolver prioritariamente los alimentos, incrementar importaciones de artículos que antes producíamos aquí y que se vieron considerablemente afectados; importaciones de leche en polvo, para que no les faltara a los niños, cuando nuestra producción nacional se vio terriblemente afectada por la falta de aquellos suministros con que se producía el pienso.
Los medicamentos también había que priorizarlos; fue necesario adoptar una serie de medidas para la distribución de aquellos escasos recursos.
La economía se quedó sin créditos, obtener alguna cooperación de los organismos financieros internacionales era imposible, no podía buscarse un centavo por esa vía, el bloqueo se endurecía. Todo esto traía aparejado una serie de consecuencias: cientos de miles de hombres y mujeres prácticamente se quedaron sin contenido de trabajo en las fábricas, sin materias primas; el circulante creció a límites insospechados, la moneda se devaluó tremendamente, los subsidios se multiplicaron, los gastos del presupuesto se incrementaron, el déficit presupuestario alcanzó hasta el 30% o más del Producto Interno Bruto, las fuerzas armadas vieron reducidos los suministros de armas y otros recursos de la defensa a cero, algo tan indispensable o tan importante para la defensa del país, más amenazado que nunca. Esa era la situación, ¿qué hacer?
A la Revolución le contaban los días todos los días, cuántos le faltaban; desde que se desarticuló el campo socialista, antes que la URSS, todos los días estaban en el mundo esperando la noticia del día en que desapareciera la Revolución Cubana; hacían pronósticos de todas clases, cómo podría resistir ese país tan pequeño al lado de Estados Unidos.
Había aquí una fuerza simbólica que, como símbolo, valía algo: una brigada que había quedado desde la Crisis de Octubre; esa brigada voló, fue negociada. De modo que más que nunca la cuestión de la defensa, sin ningún tipo de símbolo, era cuestión nuestra, era tarea nuestra, esfuerzo nuestro, en el momento en que el enemigo histórico, el que pretendía apoderarse de Cuba a lo largo de mucho tiempo, el que nunca renunció a arrebatarnos nuestra independencia, se hizo más poderoso que nunca, se convirtió en la única gran potencia y estableció su hegemonía unipolar.
¿Qué íbamos a hacer nosotros, doblegarnos, rendirnos? Y eso es lo que pedían de Cuba, la rendición incondicional; la entrega total de la nación y del pueblo a los enemigos de la nación y del pueblo; la renuncia de todas nuestras conquistas, la renuncia de nuestras ideas y de nuestros ideales; había que plegar todas las banderas. Eso pretendían imponernos, subestimando, tal vez despreciando, nuestra capacidad de luchar. No podíamos rendirnos, no podíamos claudicar, no habría sido digno de la historia de este país, no habría sido digno de lo que hicieron nuestros antepasados en 1868, en 1895; no habría sido digno de Céspedes, de Agramonte; no habría sido digno de Máximo Gómez, de Maceo; no habría sido digno de ese hombre tan digno que fue José Martí (APLAUSOS); no habría sido digno de las decenas de miles de cubanos que murieron en nuestras luchas por la independencia; no habría sido digno de las generaciones que lucharon en la república mediatizada; no habría sido digno de Mella, de Guiteras; no habría sido digno de aquellos hombres que, como Jesús Menéndez y otros muchos, cayeron enarbolando las banderas y los derechos e intereses de los trabajadores; no habría sido digno de los que murieron en el Moncada y en Bayamo, o en el ataque al Palacio Presidencial; no habría sido digno de José Antonio Echeverría, de Frank País; no habría sido digno de los combatientes que dieron su vida en el desembarco del "Granma", en la lucha de la Sierra Maestra; no habría sido digno de los que dieron su vida luchando contra las acciones de los contrarrevolucionarios al servicio del imperialismo; no habría sido digno tampoco de los que lucharon y murieron en la clandestinidad; no habría sido digno de los que murieron en Girón o en el Escambray; no habría sido digno de los que cayeron cumpliendo honrosas y sagradas misiones internacionalistas; no habría sido digno del Che (APLAUSOS); no habría sido digno de su hermano de invasión y de proezas, que fue Camilo (APLAUSOS); no habría sido digno de un pueblo que cuando lo apuntaban por decenas las armas nucleares no vaciló un solo segundo en correr los riesgos y en mantenerse firme; no habría sido digno de aquel pueblo de la Crisis de Octubre.
¿Con qué nos amenazaban? Con desaparecernos. Bueno, desaparézcannos; pero no plegamos nuestras banderas, no rendimos nuestras banderas (APLAUSOS). Si un pueblo entero estaba dispuesto a dar su vida —y lo estuvo siempre—, ¿con qué podían amenazarnos, con qué podían vencernos, con qué podían desenraizarnos, quitarnos la patria, quitarnos la justicia, toda la justicia conquistada; quitarnos la Revolución, quitarnos el honor y convertirnos en cualquier cosa, en un pueblo de esclavos, si a los que regresan al pasado no les queda otra alternativa que el oprobio y las cosas más oprobiosas del pasado? Y fueron muchas las que vivió nuestro país, como grande fue su orgullo cuando se sintió libre, cuando se sintió revolucionario, cuando se sintió soberano, cuando se sintió dueño de sí mismo y de su destino.
Y ya existía ese imperio muy poderoso, pero estábamos aquí por las virtudes y la fuerza de nuestro pueblo, no por las virtudes de otros o la fuerza de otros; estábamos aquí porque nuestra causa era justa, porque teníamos derecho a tener aquello que tanto tiempo anhelamos y aspiramos. ¡Cualquier cosa menos retroceder! ¡Cualquier cosa menos rendirnos!
Esta es una lucha, y en la lucha lo esencial es el pueblo, su conciencia, su disposición de combate, su espíritu de sacrificio, su sentido del honor, su libertad, su independencia. Y el pueblo es el pueblo, no las excepciones; el pueblo es aquel que siempre sorprende a todos con sus virtudes, el que no se desalienta por las acciones de aquellos que se cansan o se rinden, o se pasan al enemigo, o vacilan, o carecen de los valores que realmente hacen acreedores a cualquier ser humano a llamarse hombre, comprendidas también las mujeres.
Ese es el pueblo con el que siempre se contó cuando, incluso, ninguno de nosotros era conocido; pero como a todo lo largo de la historia hubo hombres que comprendieron que sin el pueblo nada es posible, también para los que iniciamos esta fase de la Revolución y por nuestras mentes bullían ideas revolucionarias, siempre el elemento fundamental que estaba presente era el pueblo y en ese pueblo confiábamos.
Ahora para enfrentar esta situación teníamos al pueblo, teníamos al Partido y teníamos al Estado. Con esto se podía contar para resolver lo insoluble y para hacer lo imposible, porque era la contradicción entre los que decían que no era posible y los que creíamos que era posible. Pero también siempre hay una alternativa que ha estado presente desde el primer día y desde los tiempos de Maceo y de los luchadores por la independencia en 1868, en 1895, desde los tiempos de Martí, que es la alternativa que se expresa en nuestra consigna de Patria o Muerte: Si no es posible la patria, no tememos a la muerte. Si no es posible vivir con honor y con justicia, si no es posible ser hombre y ser hombre libre, ¿para qué queremos la vida?; es preferible la muerte. Y más, cuando los hechos prueban, o están probando de una manera irrebatible que la muerte, como podríamos decirle al Che, no existe. Al contrario, cuando los hombres escogen el deber y el honor, cuando escogen lo que es justo, es precisamente cuando más viven, porque viven mientras viva una idea, y las ideas no mueren, las causas justas se perpetúan a lo largo de los tiempos, como se perpetuarán nuestras ideas y se perpetuará nuestra causa justa, por encima de las victorias parciales y efímeras de los enemigos de esas ideas, de los enemigos de esas causas justas. Y nosotros escogimos hace rato, en este dilema, y por eso decimos también: ¡Socialismo o Muerte!
¿De qué vale un hombre o una mujer, de qué vale el ser humano cuando renuncia a esos valores y se queda tan tranquilo? ¿Para qué, para vivir, comer, dormir, vegetar? Nadie aquí quiere esa vida.
De modo que no había nada nuevo, sino actuar de forma consecuente. Todos esos nombres que aquí mencioné lo que hicieron a lo largo de su vida fue actuar de forma consecuente: El Maceo de Baraguá, el hombre que actúa de forma consecuente, el mismo que muere en Punta Brava casi 20 años después. Y tenemos tantos y tantos ejemplos de hombres que fueron consecuentes en su vida... Y eso es lo que queremos ser nosotros: consecuentes. Eso es lo que queremos ser los revolucionarios: consecuentes. Eso es lo que queremos de nuestras futuras generaciones, de nuestros descendientes, de los cubanos del futuro, ¡que sepan ser consecuentes! (APLAUSOS.)
Había que enfrentarse al problema, problema inédito, problema único, cosa nueva en la vida de la historia de la humanidad: el pueblito pequeñito frente a la más poderosa potencia de la historia humana, la más rica, la de más poder militar, económico y político, y sin aliados; aunque con muchos amigos, sí, con la solidaridad de toda la gente honesta de este mundo, de todos aquellos a los que no pudo llegar la mentira ni la infamia que producen en serie las potencias imperialistas, y armas tan poderosas como las nucleares, que consisten en envenenar las mentes, que consisten en engañar al hombre, en envilecerlo, en convencerlo, incluso, de que ser esclavo es bueno. Eso es lo que pretenden cuando de todas formas afirman, reafirman y juran que el imperialismo es bueno, que es noble, que es santo, que es un sistema de derechos humanos y de democracia; que el capitalismo es bueno, que es noble, que la humanidad todo tiene que esperarlo del capitalismo, y que las horribles desgracias del mundo no tienen nada que ver con el capitalismo. Y según esa filosofía, ni las colonias, ni el coloniaje, ni la esclavitud, ni el exterminio, ni el genocidio, ni todos los crímenes que se han cometido en la historia humana en nombre del egoísmo y las ambiciones del capitalismo, tienen nada que ver con ese sistema.
Contra esas mentiras nos hemos enfrentado, y los que en el mundo creen en Cuba están inmunizados de esas mentiras, y son muchos. Y hay pueblos amigos, pueblos enteros que son amigos, que defienden ideas similares a las nuestras, cada uno a su manera, cada uno con sus métodos: los vietnamitas, los chinos, los coreanos del norte que ahora atraviesan momentos tan difíciles.
Todos los que en el mundo tienen capacidad de reflexionar, de pensar y de profundizar, admiran, respetan, reconocen. Si no, ¿por qué el Che es hoy toda una leyenda en el mundo, es todo un símbolo, reconocido cada vez más hasta por los propios enemigos?, el Che marxista-leninista, el Che socialista y comunista, el Che patriota, el Che internacionalista, el Che ejemplo, el Che hombre con las excepcionales virtudes de un verdadero revolucionario, con su ciento por ciento de pureza. No es porque fuera comerciante u hombre de empresa, o explotador de obreros y campesinos, ni falso demócrata, ni hombre sumiso, o porque pensara que el imperialismo era bueno y el capitalismo era bueno, sino todo lo contrario: porque pensaba que era malo, muy malo, tanto el imperialismo como el capitalismo que lo engendró. Esa es una prueba y debe ser un aliento para todos, una demostración del mérito de las ideas y de los principios.
Nuestro pueblo se decidió a responder como debía responder, y en el terreno amargo, difícil de la lucha, en las condiciones en que tenemos que luchar, cuando de esa lucha depende el destino de nuestra nación, de millones y millones de personas, de todo nuestro pueblo; lucha larga, no es la lucha de una hora, de un día o de un año, es de mucho tiempo, como lo demuestra el tiempo que lleva luchando este país, por ser lo que es hoy, y por mantener lo que conquistó a lo largo de tantos años.
Es amarga esta lucha en el terreno económico, tremendamente amarga, difícil, dura; esta lucha contra el bloqueo, esta lucha contra las escaseces, esta lucha contra la pobreza, esta lucha contra las necesidades materiales e inmediatas de tanta gente que todos los días necesitan esto o lo otro; esta lucha contra el que se desalienta, o el que se desmoraliza; esta lucha contra los que no tienen principios, contra los que traicionan los principios o violan las leyes y las normas en perjuicio de los intereses de los demás; ese trabajo arduo que nos imponen las circunstancias en que luchamos.
Todo el mundo sabe que cuando convocan a la gente para un combate, ahí está rápidamente. Cuando se trata de dar su vida, son capaces de darla en un minuto y hasta en un segundo; cuando se trata de esta otra lucha, es necesario dar la vida, pero gota a gota de sudor, gota a gota de paciencia, gota a gota de tenacidad y de constancia, todos los segundos, todos los minutos, todas las horas, todos los días, todos los años y darla hasta el final, y así también admiramos a millones de compatriotas nuestros, como admiramos a los que murieron en combate. Admiramos mucho a los que dieron su vida trabajando, a los que entregaron a su patria y a su pueblo hasta el último átomo de su energía; los admiramos, porque ellos son los que hacen posible la realización y la supervivencia de los sueños y de las ideas de los que dieron su vida combatiendo, y demuestran también una gran dosis de heroísmo.
Así han trabajado millones de cubanos, porque era necesario buscar fórmulas, soluciones, innovar, crear; era necesario perfeccionar la obra de la Revolución, era necesario mejorarlo todo, era necesario buscar eficiencia en todos los sentidos, era necesario encontrar soluciones a corto, a mediano y a largo plazo. Esa es la primera opción, ese es el primer deber.
Ya la Revolución, desde mucho antes de que se desplomara el campo socialista y desapareciera la URSS, buscaba fórmulas, trataba de prever; incluso, el concepto de período especial es muy anterior y era un concepto para la guerra, que después fue transferido a una situación de paz —de paz aparente, ¿no?, en un llamado período de paz; es decir, sin uso de las armas— y así surgió el título de período especial en época de paz, porque nada se parecía tanto a aquel período especial en época de guerra, y porque en aquel concepto no existía, cuando se creó, ni la más remota idea de que un día se derrumbaría el campo socialista y de que un día desaparecería la URSS, porque el que lo dijera corría el riesgo, con razón, de que lo tomaran por loco, sin que nadie sospechara que obra de locos hizo posible aquello en lo cual no habría creído nadie; no se concebía, sencillamente.
Había que hacer todo lo que fuese necesario, sin renunciar a los principios, sin renunciar a las ideas revolucionarias. Hay veces que el enfermo, incluso, tiene que ingerir algunos medicamentos que son desagradables, o someterse a determinados trámites quirúrgicos y a tratamientos que dejan una buena dosis de sufrimiento.
También hay que tener una gran dosis de paciencia —el paciente por algo se llama paciente, debe ser por eso, porque necesita paciencia—, toda la que necesitamos en tiempos como este, y algunas de esas cosas las hemos tenido que hacer, y estamos abiertos a todas las posibilidades y examinamos todas las experiencias, menos la de rendirnos, menos la de renunciar al socialismo (APLAUSOS PROLONGADOS), menos la de renunciar a las conquistas de la Revolución, menos la de renunciar a la unidad del pueblo, menos la de renunciar al poder del pueblo, menos la de admitir que otros sean dueños de nuestra soberanía, de nuestra independencia, de nuestros destinos; menos la de renunciar a que nos impongan absolutamente nada, menos la de incurrir en la ingenuidad y en la creencia de que el imperialismo es bueno y noble, y que del capitalismo se pueda esperar algo o sirva para algo, algo más que lo que está haciendo hoy en el mundo, por encima de lo que ha hecho.
Nuestro Partido es libre de trabajar, de innovar, de perfeccionar la obra, de hacer, incluso —y lo ha hecho—, algunas concesiones admisibles, precisamente para alcanzar sus objetivos.
En Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1993, celebramos en el nuevo teatro el aniversario del 26 de Julio, y hablamos de algunas de esas cosas desagradables que nos veíamos en la necesidad de hacer. Claro que no todo lo que hay que hacer es desagradable ni mucho menos, hay muchas cosas que llevar a cabo para perfeccionar, para hacer más eficiente todo y para hacer más eficiente el trabajo de la Revolución; muchas que constituyen un deber hacerlo, otras que constituyen una necesidad y las cuales, ya les decía, hemos hecho; pero el país las enfrentó.
No nos gustaba mucho el turismo, todos lo sabemos; sin embargo, una de las tareas fue impulsar el desarrollo del turismo y prepararnos para soportar los inconvenientes del turismo, sin vivir en una urna de cristal; y los vemos, qué aspectos tiene de negativo, qué aspectos tiene de positivo, y los tiene, y es deber nuestro estar preparados para saber utilizar todas las cosas positivas que tiene, y en contacto con el mundo, no "enclaustrados", digamos, aunque tal vez no deba emplear esa palabra, porque una vez ya la empleé y algunas personas religiosas protestaron. Quien se enclaustra por razones religiosas, muy bien enclaustrado está, no nos metemos en eso, no es una cosa mala; pero nosotros, en este mundo de hoy, tenemos que estar en contacto con el mundo y con sus realidades.
La inversión extranjera no nos gustaba mucho, no era de nuestro mayor agrado; nos agradaba más la fábrica tal del pueblo, la industria tal del pueblo, los recursos tales del pueblo. Pero el desarrollo, mucho más en las condiciones nuestras, exigía capital, buscar capital; exigía sencillamente la utilización del capital extranjero y la aceptación de inversiones extranjeras.
Si hay que buscar petróleo y si hay que extraerlo, y eso cuesta cientos de millones de dólares, ¿a qué se lo vamos a quitar, a los escasos alimentos de que disponemos, a las medicinas todavía insuficientes que debemos adquirir? Hay que usar, sencillamente, capital extranjero. Si hay que desarrollar recursos minerales, que cuestan 500, 600, 700 millones de dólares, ¿de dónde los vamos a sacar, de nuestra piel exclusivamente, que no está precisamente envuelta en grasa?
Si hay que buscar tecnologías nuevas, las tienen los capitalistas o las hacen accesibles los que poseen el capital necesario. Si hay que buscar mercados nuevos, si hay que buscar experiencias, las tienen muchos capitalistas; experiencia para producir, experiencia para administrar, la tienen. Es decir que las empresas mixtas o las asociaciones que hacemos con el capital extranjero, no solamente resuelven problemas de fondo económico, sino que resuelven otros importantes problemas para el desarrollo.
Impulsamos —es una de las tareas— la búsqueda de inversiones extranjeras, pero eso no era nuevo, eso no era del período especial. Desde el año 1982, llegamos a la conclusión de que era necesaria la presencia de capital extranjero para un desarrollo más integral y más completo de nuestro país, para resolver problemas tecnológicos, adquirir experiencias, abrir mercados. Vimos con claridad que solamente con tecnologías de procedencia socialista no podíamos desarrollarnos, por eso se hizo la ley sin que hubiera una urgencia; al surgir el período especial se impulsó.
Se venía trabajando en el campo de la ciencia y de la técnica; se impulsaron. Se intensificó todo lo relacionado con la ciencia, ya que teníamos decenas de miles de personas calificadas y en la ciencia veíamos un importante aliado en la búsqueda de soluciones. Y el movimiento científico-técnico ha avanzado extraordinariamente, uniéndose a los foros famosos, que hoy son foros de ciencia y técnica.
En la agricultura se buscaron nuevas fórmulas: en las ciudades se crearon y se impulsaron los organopónicos, los huertos familiares; se decidió entregar tierra a aquellos que pudieran trabajar —jubilados y otra gente— para el autoconsumo, tierras para el cultivo familiar del tabaco, ya que es un tipo de tarea muy artesanal, entregamos tierras, miles de caballerías se han entregado para el cultivo del tabaco, o para el cultivo del café en las montañas que no puede mecanizarse. No es lo mismo la caña que el tabaco, el tabaco hay que recogerlo hoja a hoja, el trabajo del hombre es muy importante; la caña se puede cortar con las combinadas y limpiar en los centros de acopio.
Existían las cooperativas de producción agropecuaria, que habían dado buenos resultados, dijimos: Bueno, ¿qué hacer en las nuevas circunstancias del período especial con las grandes unidades agrícolas estatales mecanizadas? ¿Cómo incentivar a los trabajadores? ¿Cómo buscar una mayor relación entre los ingresos y el resultado de la producción? Y decidimos crear, con las tierras de muchas de las empresas agrícolas estatales, las unidades básicas de producción cooperativa, se las entregamos a los trabajadores; les entregamos la tierra en usufructo y les suministramos la maquinaria, los insumos y los créditos para producir, sin fragmentar las unidades productivas adecuadas, sin convertirlas en minifundios, allí donde pudieran utilizarse combinadas, sistemas de riego, donde pudiera desarrollarse una agricultura moderna. Alrededor de 3 millones de hectáreas de tierra, en el área cañera y en la agricultura en general, fueron entregadas de esa forma a los trabajadores.
Se crearon granjas de nuevo tipo en determinadas empresas que se consideró conveniente conservar por distintas razones, donde el trabajador tenía derecho también a una parte importante de las utilidades y para aplicar allí las formas de retribución que considerábamos más adecuadas a estas circunstancias; formas de distribución más socialistas —menos comunista, pero más socialista—, a partir de que el principio ahora es el desarrollo del socialismo, la defensa del socialismo, buscando la eficiencia, buscando la producción.
Se idearon fórmulas de estímulos de distintos tipos, en la agricultura y en la industria, y todas a partir de una vinculación entre la producción y el ingreso, para buscar el máximo comprometimiento, el máximo esfuerzo del hombre en la producción.
Se despenalizó la tenencia de divisas; se aceptaron las remesas del exterior, algo que no se había querido hacer nunca y que no fue necesario a lo largo de los años de la Revolución; se crearon redes de tiendas y de servicios en divisa; dos monedas. Calculen cuánto tiene que habernos dolido, digamos, ese tipo de remedio, la existencia de dos monedas, a una de las cuales tiene acceso solo una parte de la gente, por una razón o por otra. También el turismo nos traía ese problema, y las propinas, todas aquellas cosas. Ese tipo de medidas se adoptaron buscando recursos en divisa convertible, que es uno de los problemas más serios que tiene el país.
Se adoptaron muchas medidas. Se emplearon métodos nuevos, más eficientes en el trabajo del Partido, del Estado y de los Poderes Populares.
Es digno de destacarse el esfuerzo del Buró Político con las visitas a las regiones, el contacto directo, el análisis minucioso y detallado de los problemas en todo el país, las visitas de control, las reuniones de control en el aparato administrativo; la creación de sistemas de inspección y auditoría, que dieron lugar a la creación de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria y la Oficina Nacional de Auditorías.
Se cambiaron las estructuras del aparato central del Estado y de los Poderes Populares, se racionalizaron todo lo que pudieron racionalizarse. Se adaptaron a las realidades muchas industrias, se buscaron fórmulas nuevas para estimular la producción, las exportaciones, la recaudación de divisa, el ahorro de recursos, combustible, materiales, porque había una gran reserva en la búsqueda de la eficiencia.
De la época de las vacas gordas, cuando había de todo —todos los tractores que se quisieran, todo el combustible que se quisiera, todas las piezas que se quisieran, todas las materias primas que se quisieran prácticamente—, a esta época en que no sobraba nada, suelo citar un ejemplo de lo que puede significar el ahorro:
Hubo tiempos en que la construcción empleaba más de 700 kilogramos de cemento por metro cúbico de hormigón —había muchos lugares en que no utilizaban ni piedra ni arena ya, era cemento—; hoy se emplean 304 kilogramos en la producción de un metro cúbico de hormigón.
Pero lo mismo pasaba con la madera; hoy la gente ha buscado incluso madera de marabú, ¡lo nunca sospechado!, ni se sospechaba que creciera tanto, ni se sospechaba que sirviera hasta para hacer muebles: ¡la inventiva de la gente!
Lo mismo pasaba con el acero; con el combustible ni digamos: para ver a la novia, para jugar pelota, para cualquier cosa, para dar un paseíto, el tractor, ¡y los ochenta mil no alcanzaban!, y los camiones para arriba y para abajo. Y todavía hay camiones para arriba y para abajo, no digo que no; y tractores, no digo que no.
De entonces a ahora había que aprender a ser eficientes, a ahorrar, a controlar, a llevar la cuenta. Se había acostumbrado todo el mundo en todas partes prácticamente a no llevar las cuentas. La contabilidad, el control y la inspección se convierten en tres cosas indispensables, no solo para buscar eficiencia, sino para evitar vicios, mala utilización de recursos, corrupción, malversaciones, etcétera, cuando se han descentralizado mucho —lo cual era necesario y conveniente— las tareas de importación y de exportación para facilitar el trabajo de muchas empresas.
Son muchos los que administran divisas, y muchos los que manejan divisas, por ejemplo, que son especialmente apreciadas y son muy importantes para el país. Era necesario dar una batalla, una verdadera batalla contra toda manifestación de corrupción, de irresponsabilidad, de superficialidad, de incumplimientos en todas partes. Son de las cosas que estamos haciendo.
Y al surgir otras medidas, como el trabajo por cuenta propia, el mercado agropecuario, donde participan esta vez las unidades básicas de producción cooperativa, las cooperativas de producción agrícola y las granjas; al surgir el mercado de productos industriales, donde participan privados y participan industrias del Estado; al crearse numerosas fuentes de ingreso, las más variadas, lo mismo el que tiene un camión, y allá te va el cobro por una mudada o por un grupo de gente para la playa, que el que puso el carrito a trabajar como transporte, o las decenas de miles que trabajan por cuenta propia en la elaboración y venta de productos alimenticios, o los que alquilan —y alquilan en peso y en divisa, principalmente en divisas—; al producirse muchos ingresos que están por encima de los ingresos que hoy podemos darle al trabajador, era necesario establecer impuestos, era necesario también garantizar las recaudaciones del Estado, de las empresas, las empresas nacionales y las empresas mixtas, y fue necesario crear todo un sistema de impuestos para redistribuir, para buscar más justicia social, para garantizar los ingresos del presupuesto en un país que no tenía noción de lo que era el impuesto, en una tarea que tenía que aprenderse de nuevo completamente, y en un país, que se llama Cuba, y un cubano que, como sabemos, tiene un buen nivel de instrucción y adquirió fama de inteligente, al que le impusieron aquello que se llamaba "la bichería", la viveza.
Había que crear una mentalidad, una conciencia, eso no era fácil ni es fácil; pero había que ir a buscar los mecanismos y los métodos de controlar todo eso, supervisar. Se trabajó duro en ese campo.
Había que modernizar todo el sistema bancario, crear nuevas fórmulas asociadas a la moneda, a las finanzas. Se trabajó duro también en eso.
Serían decenas y decenas de medidas a enumerar aquí, que no considero necesario ni conveniente, aunque siempre hay el riesgo de que alguna actividad se pueda olvidar y surjan las quejas correspondientes a aquellos cuya actividad no fue mencionada en el congreso o al principio del congreso en el informe.
Algunos resultados se han obtenido, se van obteniendo y se deben obtener en el futuro. Puedo mencionar algunos.
Si el Producto Interno Bruto había bajado un 34%, podemos decir que ya en el año 1994 se paró la caída de la producción, se alcanzó un 0,7% de crecimiento, ese es un término nuevo que da idea, un término llamado macroeconómico.
Otros países de los que abandonaron el socialismo todavía no han logrado eso, están todavía cayendo. Nuestros amigos, los rusos, por ejemplo, han tenido una producción que descendió año por año, hasta ahora, hasta este momento, y miren que tenían petróleo, y carbón, y electricidad, y materias primas, acero, madera, fábricas. ¿Qué seríamos nosotros si tuviéramos esos recursos disponibles, todo el combustible, todo el gas, toda la electricidad, todos los metales, todas las materias primas prácticamente?
Las fórmulas del Fondo Monetario, del Banco Mundial y de tantos y tantos consejeros no lograron evitar esa caída, y no me mezclo en otros temas, no me mezclo; pero hay noticias que uno escucha y duelen mucho: que si la población rusa está disminuyendo, que si la perspectiva de vida de un hombre en Rusia es de 56 años —20 años menos que nosotros—, que si se extienden determinadas enfermedades, que si altos índices de pobreza, de gente abandonada en las calles; todos esos temas que son temas delicados, y, realmente, lo que nosotros deseamos sinceramente es que los rusos mejoren, que ejerzan una influencia en el mundo, que conserven una parte de su poderío, que su economía disponga de recursos, si no eso afecta a todo: la seguridad, la defensa, en una lucha tremenda como la que hay en el mundo por el reparto de las riquezas. Ejemplo: Mar Caspio. Dicen que es un océano de petróleo lo que hay ahí y por los alrededores de aquello, petróleo, gas. Se habla de cifras fabulosas.
Por allá andan las compañías transnacionales norteamericanas, las más grandes, invirtiendo miles de millones por toda esa zona, recursos naturales que pertenecían a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y ahora, si acaso, Rusia participará entre los que exploten esos recursos como un país más; pero, claro, como es tan estratégica la energía, el petróleo y el gas son tan importantes y tan decisivos, los occidentales, fundamentalmente Estados Unidos, quieren controlar ahora todos esos recursos.
No en balde Estados Unidos fabrica cada vez armas más sofisticadas. Se lee que un nuevo portaaviones va a fabricarse, no le alcanza con los que tiene, un portaaviones nuclear; que un submarino nuclear de ataque, supermoderno, que vale 2 400 millones de dólares, empieza a construirse. Todos los días se leen noticias sobre armas sofisticadas. ¿Para qué son esas armas, para qué se quieren? Para ejercer el poder, para garantizar la posesión de los recursos fundamentales del mundo, para intervenir, para imponer, para hacer cada día más incuestionable su poderío y su hegemonismo.
Al mundo le conviene que haya países y regiones capaces de participar en un mundo multipolar, al mundo le conviene una Rusia fuerte, al mundo le conviene una China fuerte, le conviene una Europa fuerte, no tengo sobre eso la menor duda; porque, de lo contrario, el monopolio del poder, de la influencia económica y política del imperio yanki es tremendo, insoportable.
Como ustedes ven ahora, la OTAN la extienden a los países que antes eran de la comunidad socialista en Europa, pero también la quieren extender a los países bálticos que formaban parte de la Unión Soviética; la quieren extender a otros países que eran, además de los países bálticos, parte de la Unión Soviética. ¿Para qué quieren esa OTAN extendida hacia el este?
Leemos cables de maniobras en Ucrania, de maniobras en Crimea, los norteamericanos por todas partes haciendo maniobras militares, están presentes en todas partes del mundo. Usted lee una noticia de Africa y se entera de que hay personal norteamericano preparando tropas y la idea de crear una llamada fuerza de paz en Africa; en América Latina maniobras militares en todas partes. No se sabe, no existe la URSS, no existe el campo socialista, dicen que se acabó la guerra fría, ¿para qué son esas maniobras militares?
Ahora han restablecido la venta de armas sofisticadas en América Latina. ¿Para qué necesitan esos países invertir sus recursos en armas sofisticadas?
Todo eso tiene como objetivo el comercio, en primer lugar, la ayuda a las empresas transnacionales, la división entre los países latinoamericanos, evitar en lo posible la integración económica independiente en Suramérica, sabotear el MERCOSUR. Ahora han inventado cosas nuevas, Alianza Estratégica Extra-OTAN; le conceden esa categoría a Argentina; otro se queja, entonces le ofrecen: "También tú puedes ser de ese club de aliados estratégicos extra-OTAN." Hay otros que no quieren ser de ningún club, porque se ven claras las intenciones de dominio y división. La vieja máxima romana: "divide e imperarás".
Todos estos trucos políticos, económicos, en el fondo lo que quieren es privar a Europa de las posibilidades de un mayor acercamiento económico con América Latina y especialmente con Suramérica, eso lo ven hasta los ciegos. Por eso, fortalecimientos militares, nuevos acuerdos militares. Es la conformación de un mundo por el imperio y para el imperio. Están metidos en todas partes, en todos los estrechos, en todos los océanos, defendiendo el imperio y buscando los beneficios económicos. Y eso, decía, lo vemos allí en Rusia, en todo lo relacionado con aquel petróleo y gas que están en los territorios que un día formaron parte de toda la unión, y así buscarán los recursos naturales, buscarán los mercados, buscarán consolidar el imperio.
Claro que esto desata contradicciones de todas clases, y es por eso que digo, muy sinceramente, que a los rusos les deseamos que avancen. No creemos en el capitalismo ni un ápice; pero el país tiene enormes recursos naturales, tiene recursos científicos, tiene recursos técnicos, y si existen diferentes fuerzas en el mundo, entonces el monopolio y el hegemonismo disminuyen.
Bueno, nosotros estábamos hablando de nuestros problemas, de los esfuerzos por el desarrollo, de cómo hemos detenido el decrecimiento ya en 1994. En 1995 avanzamos 2,5, en 1996 alcanzamos más, 7,8; fue el año que avanzamos de 3,3 millones de toneladas de azúcar a 4,4 y tanto, que no es la situación de este año. Pero aun este año, con ciertos factores adversos, hemos logrado garantizar un crecimiento entre el 2% y el 3%, no caemos, año 1997.
Hay producciones que se han levantado. En petróleo, de alrededor de medio millón en los últimos tiempos, este año produciremos alrededor de un millón y medio. Es un petróleo pesado, uno más pesado que otro, pero se utiliza en la producción de cemento, por ejemplo; mezclado en algunas termoeléctricas; ciertas producciones de derivados del petróleo que resuelven problemas. Tiene gas, y ya el gas lo vamos a utilizar en la generación de energía eléctrica, también en uso doméstico; pero ya con el gas del petróleo que se produce en la zona central se puede sostener una termoeléctrica de 100 000 kilowatts, y de paso no anda por la atmósfera ese gas que sale de los yacimientos.
Gracias a ese petróleo hemos podido aumentar la disponibilidad de cemento. Hemos podido alcanzar casi 50 000 viviendas de bajo consumo, pero que son viviendas decentes, no son bajareques, no son bohíos. Se ha mejorado la producción de materiales de construcción. Se han podido impulsar planes de reparación de viviendas con los avances obtenidos en la industria de materiales. En La Habana ya hay un número importante de consejos populares donde se está trabajando para reparar y mantener las viviendas, una medida muy importante ya que no podemos construir muchas nuevas viviendas. Los planes agrícolas, cañeros y no cañeros, se están apoyando con las construcciones de viviendas de bajo consumo.
La producción de electricidad ha crecido, las capacidades disponibles son mayores. Una termoeléctrica de 250 000 kilowatts de Felton está terminándose, está prácticamente terminada. Hay otra que tiene casi todos los equipos, se piensa construir, se está trabajando en esa planta. Ya le mencioné la que va a trabajar con gas. Hay otros planes de producción de electricidad también en algunas zonas asociadas a la inversión extranjera, que es una actividad que requiere recursos importantes que no están a nuestro alcance.
El níquel ya ha roto los récords históricos de producción. La planta "Che Guevara" alcanzará cerca de 25 000 toneladas este año, puede ser que el año próximo alcance su capacidad de diseño. Se ha podido continuar trabajando en la otra para alcanzar en un futuro incrementos importantes en la producción de níquel.
La pesca está obteniendo resultados importantes, incrementando el cultivo en presas, en lagunas, en estanques, comercializando mucho mejor, obteniendo muchos más ingresos por la langosta, exportándola de diversas formas, incluso viva, introduciendo especies nuevas de peces para cultivo. Los peces tienen un nivel de conversión muy alto, tienen mercado dentro y tienen mercado fuera, y realmente el Ministerio de la Industria Pesquera ha hecho un notable esfuerzo de ahorro, de incremento de la producción y de incremento de los valores exportables.
En el tabaco hay un plan ambicioso —sin desalentarnos por las condiciones climáticas tan caprichosas que a veces afectan las plantaciones—, y este año deben alcanzar los 100 millones de puros para la exportación. Hay una demanda creciente de tabaco en el mercado mundial, la calidad es insustituible, al extremo que muchos venden fraudulentamente por ahí tabacos, como si fueran cubanos, que no tienen nada que ver con Cuba. La demanda en todas partes crece.
Se están haciendo pruebas en todas las provincias buscando áreas de producción de tabaco y de capa, sobre todo. En casi todas las provincias ya se han hecho pruebas con buenos resultados para distribuir la producción de capa, de modo que no esté concentrada en dos áreas solamente.
Se incrementa la producción de arroz que había decaído mucho, y se trabaja de nuevo en las obras ingenieras para elevar la producción y la productividad en el arroz.
El turismo, que en el anterior congreso ingresaba 267 millones de dólares como ingreso bruto, en el año 1996 ingresó 1 380 millones de dólares, un crecimiento notable. Aun en período especial se hizo un gran esfuerzo por mantener el desarrollo de las obras turísticas, y se espera que siga creciendo y haga un considerable aporte a la economía del país, perfeccionando, utilizando las mejores experiencias.
Se van alcanzando resultados científicos. Se han hecho más de 400 reformulaciones de productos farmacéuticos, que ahora los elaboramos en el país —claro que hay que adquirir las materias primas—, productos nuevos que se abren camino en medio de una brutal obstaculización por parte de Estados Unidos para impedirnos comercializar los logros que vamos alcanzando en las industrias farmacéuticas. Se han hecho importantes inversiones, se han terminado o se están terminando. Es decir que en el campo de la biotecnología y la industria farmacéutica se ha trabajado en estos años difíciles buscando posibilidades, no solo de garantizar los productos para nosotros, sino también para exportar determinados renglones.
Las construcciones van elevando también sus valores por año en la edificación de hoteles, por supuesto, objetivos industriales, viviendas.
Pero hay cosas, independientemente de estas producciones, y se pueden mencionar muchas.
Por ejemplo, la industria mecánica ha sido capaz de producir las KTP-2M mucho más productivas que las anteriores, reconstruir viejas máquinas, remotorizar; porque hoy no hay dinero para máquinas nuevas que valen 100 000 o más de 100 000 dólares producirlas o comprarlas, hay que resolverlo con la mitad, hay que reparar lo que tenemos y hacer también cosas nuevas y modelos nuevos.
La industria mecánica ha crecido en sus producciones. La industria ligera está creciendo en sus producciones. La industria alimenticia crece en sus producciones.
Hace un tiempo, muchos de estos productos para el turismo había que importarlos, hasta cerdos, de Canadá, o pollos, o vegetales. ¡Se imaginan!, hay una época del año en que estos últimos no se producen, y ya casi se producen todo el año en las casas de cultivo, en un grupo relativamente grande de casas de cultivo que suministran a esas necesidades del turismo; más caro, desde luego, porque no se producen en su época, pero alcanzan producciones elevadas.
El turismo ha ayudado a muchas de estas industrias, porque antes se importaban muchas cosas que ahora lo está produciendo la industria nacional: productos alimenticios, de la industria ligera, de la industria mecánica, etcétera, y le ha dado empleo a miles de personas; empresas agrícolas que se pusieron de nuevo a producir.
El turismo aporta las divisas, con las divisas se adquieren las materias primas, y crece todos los años la cantidad de productos que se venden en el turismo y en las TRD elaborados en Cuba, con pequeñas inversiones, máquinas más modernas; han aprendido poco a poco los métodos de modernizar una fábrica, producir un artículo de calidad, porque esas empresas tienen que producir con calidad por encima de todo y no sobre la base de protecciones arancelarias, con lo cual la calidad sufre. Se les ha puesto a competir para que no solo puedan abastecer necesidades que hoy se satisfacen con importaciones, sino para que puedan exportar. Se han ido combinando todas estas posibilidades, todas estas ideas, todos estos servicios, que han ido propiciando determinados incrementos en la producción y determinadas soluciones; es decir, se ve el esfuerzo.
Pero lo más importante, a pesar de todo, el salario medio creció de 182 a 208, por distintas fórmulas de estimulación en distintas áreas que son muy importantes; los subsidios se han reducido considerablemente; el déficit presupuestario se ha reducido de más del 30% del Producto Interno Bruto al 2,5%.
Este conjunto de medidas ha traído como consecuencia algo que parece increíble, y es que nuestra moneda en el mercado interno se ha revalorizado alrededor de siete veces; es decir, hubo un momento en que un dólar costaba 150 pesos, y hoy un dólar en las casas de cambio cuesta alrededor de 22, 23, un poquito más o un poquito menos, a veces ha estado en 20. La revalorización de nuestra moneda se pone a prueba en esas casas de cambio que se han abierto en todo el país. Del exceso de circulante se ha recogido más de 2 500 millones de pesos y hay que seguir recogiendo.
Hay que tener por eso un cuidado especial con todo lo que implique aumento de gasto, y saber resistir y explicar que, aunque pudiera ser justo, aunque es el deseo de todos, por aquí y por allá mejorar los ingresos, tendría graves consecuencias que retrocediéramos en cuanto al exceso de dinero en la calle y volviera a incrementarse el circulante. Llevamos años y seguimos elaborando ideas para reducir el exceso de circulante.
Por eso hoy el que tiene pesos, y hay algunos que tienen, desgraciadamente, muchos más que otros, hay algún que otro millonario, porque en estas condiciones algunos negocios han dado mucho. Si por ahí hubo quien alquiló en 2 000 dólares y se fue a vivir no se sabe donde, pues son más de 40 000 pesos en un mes. Por eso resultaba tan justo, primero, llevar un registro de todo eso, si no se produce un verdadero desorden. Se ha visto ahora, ¿no?, en la lucha contra los intentos de sabotaje, etcétera, del exterior, el peligro que entraña que cualquiera llegue aquí —porque las facilidades para el turismo están ahí, las facilidades para ingresar al país están ahí— y se vaya a vivir donde le da la gana, sin rendirle cuenta a nadie. Eso no pasa en ningún lugar. En países de larga tradición en turismo y todas esas cosas, me cuentan que el que se hospeda en un albergue, en un lugar, lo primero que hace es inscribirse, y aquí iban a donde les daba la gana. Eso es peligroso para la seguridad del país, es peligroso en la lucha contra los delitos, o actos de sabotaje, o tráfico de drogas, si se intenta establecer.
Tenemos que hacer unos controles mínimos, y, por último, es justo también que quien recibe importantes ingresos contribuya a los gastos del país, aporte su correspondiente impuesto y esperamos que cumpla estrictamente lo establecido en la ley, que no haya que tomar medidas contra nadie. Viene a ser una oportunidad más de ingresos y está demostrado que es perfectamente posible pagar esos impuestos, que se van a dedicar fundamentalmente a los programas de mantenimiento y de reparación de la vivienda y a la vivienda; se van a dedicar a eso, no a otra cosa, porque muchas veces, en todas partes del país, esos planes necesitan algunos materiales que requieren divisas.
Bueno, pues hablábamos de los que tenían ingresos por distintas vías y cómo unos tienen muchos más que otros, y es inevitable. Sabemos las cosas que la gente hace y que vienen cargadas de paquetes cuando visitan aquí, son una tienda ambulante, van repartiendo o van vendiendo productos. Todas esas cosas hay que regularlas más, controlarlas mejor, si no se vuelven fuentes de ingreso que no son originadas en el trabajo y dan lugar a excesivos privilegios. Pero, aunque unos tienen más que otros, más pesos que otros, todo el mundo hoy tiene posibilidad de alguna divisa, porque puede cambiar pesos por divisas en una de esas casas que ha establecido el Banco Nacional, y nos sirve de medida del valor del dinero. Al revalorizarse el peso se benefician todos los trabajadores.
Esos logros de carácter financiero son muy importantes, y yo quiero saber qué país ha revalorizado siete veces su moneda, no digo en el cambio internacional, sino dentro del país. Y estamos conscientes, repito una vez más, de que algunos se benefician más que otros, y algunos tienen imaginación mal empleada para obtener ventajas. Si se descuida el comité, si se descuida el Poder Popular, si se descuida la policía, cualquiera hace cosas fuera de la ley, no autorizadas, sin control. Los hay, incluso, que organizan por su cuenta una especie de cabaret, con música, y llevan menores, alguna droga, tratan de introducir algo, pornografía, corrupción, prostitución y todo eso. Si pestañean, delincuentes hay por ahí que les montan un Tropicana si los dejan. Figúrense lo que recaudan, y sobre todo, lo más importante: figúrense lo que corrompen, figúrense los malos hábitos que introducen en la población, el mal ejemplo de violar la ley, por lo cual hay que luchar, y esa será una lucha permanente contra aquellos que violan las leyes, que incumplen las normas, que quieren vivir robándoles a los demás, a costa de los demás, que introducen el vicio en nuestra sociedad que es una sociedad sana.
Desde luego, esto requiere la vigilancia, la alerta del Partido, de los comités, de las organizaciones de masa, del Poder Popular, sobre todo de las autoridades pertinentes y actuar a tiempo, no hay que dejar que ninguna de estas cosas tome cuerpo antes de combatirla.
Hay gente que, claro, gana dinero más fácil que otra, pero conozco también gente, conozco campesinos que ganan dinero trabajando duro y con importantes cosechas. Hay, incluso, un número de campesinos que asesoran al gobierno en muchas técnicas y muchos de los secretos de la producción, cómo hacen para alcanzar los máximos rendimientos en papa y en otros cultivos, y han ganado dinero no en el mercado agropecuario.
En el mercado agropecuario han surgido los intermediarios, esos que llaman representantes de los campesinos, porque muchos campesinos les entregan a esos representantes y esos venden y ganan bastante dinero. Pero, bueno, forma parte de las cosas, de estos fenómenos que se producen, efectivamente, porque los campesinos no van a estar yendo todos los días, alguien tiene que ejercer esas funciones. Unos representantes que, a su vez, transforman esas funciones y se convierten en comerciantes que obtienen muchas de las ganancias, porque el mercado agropecuario ha vendido casi 4 000 millones de pesos en pocos años. El Estado ha recaudado una parte, unos 250 millones, pero el que más y el que menos sabe lo que vale una mazorca de maíz, a cómo está el pollo, a cómo está la libra de carne de puerco y todas las cosas que aparecen en el mercado agropecuario, y deja utilidades importantes.
Siempre se exhorta a las UBPC, a las cooperativas y a las granjas que vayan más; pero, en general, esas instituciones tienen que garantizar el abastecimiento de papa, de plátano y de los productos que van a la placita, donde el pueblo puede adquirirlos a precios módicos, y muchas veces no participan en los mercados agropecuarios. Hemos visto los resultados de las actividades del Ejército Juvenil del Trabajo, por ejemplo, en esos mercados que abre a precios mucho más bajos, en la lucha por beneficiar a la población y lograr que los precios sean más asequibles. Pero, desde luego, eso se logra con producciones, no hay fórmulas mágicas, y ahí el precio lo determina la oferta y la demanda. Es el sistema de mercado puro el mecanismo que actúa en los mercados agropecuarios, pero allí se gana mucho dinero. Cuatro mil millones son 4 000 millones. Ha habido una circulación de dinero por ahí grande.
Lo que queremos es que haya más productos. Lo que le pedimos a la agricultura en general es que aumenten los suministros. Algunos se sabe cómo se pueden aumentar. Si algo se aprendió a producir aquí fue pollo y huevo a base de pienso, de maíz, de productos importados; cerdo, leche, todo eso, se sabe. Muchas de esas producciones no se pueden aumentar así, a voluntad, puesto que requerirían muchos recursos en divisas convertibles que todavía no tenemos. Es decir que ello recomienda hacer todos los esfuerzos, en todos los sentidos, para aumentar las producciones de viandas, vegetales y también de cerdo, pollo, leche, todo con recursos nacionales. Hay técnicas que pueden usarse y algunos las usan: un mejor aprovechamiento de la caña, algunas leguminosas y otros procedimientos para aumentar la producción de alimentos.
Algunos de estos datos reflejan el resultado del esfuerzo que se ha venido haciendo y demuestran que se puede hacer mucho más. No hay ninguna razón para sentirse totalmente satisfechos; no hay ninguna razón para lo que se llama la autocomplacencia, aunque hayamos logrado algunos de estos objetivos tan importantes, porque se podía haber hecho mucho más.
Las UBPC cañeras y no cañeras están muy lejos todavía de haber alcanzado los resultados que podían haber alcanzado. No han eliminado, ni mucho menos, algunos de los viejos vicios: no aplican totalmente el principio de la retribución según los resultados de la producción, los anticipos que se autopagan muchas UBPC de estas son altos, tienen un estilo diferente de las cooperativas de producción agropecuaria y por eso hay un número elevado de UBPC irrentables. Es decir, son irrentables a pesar de que hayan disminuido gastos, porque hay disminución importante de gastos del Estado de lo que se venía gastando en subsidios a la agricultura y a esas instituciones, pero muchas todavía no pueden repartir ganancias, como lo hacen muchas cooperativas o como algunas UBPC, porque pagan demasiado, gastan demasiado o producen poco, producen insuficientemente.
Ahí hay una larga batalla en que yo sé que la CTC ha estado participando mucho, una larga batalla por los controles, por la contabilidad, por la disciplina, por el trabajo. Alguna gente se acostumbró a recibir el salario trabajando cuatro y cinco horas, y tiene que trabajar las ocho, las nueve y las diez. Lo único que no se ha inventado todavía es crear productos por arte de magia, hay que trabajar con la inteligencia, o con los brazos, o con las dos cosas para lograr el sustento del hombre.
Ninguna revolución puede sustituir el trabajo, y hay, indiscutiblemente, ciudadanos que ni se acuerdan de lo que era el pasado, ni lo supieron; o si lo supieron, porque lo conocieron o se lo contaron, se les ha olvidado completamente. Y hay algo que se puede afirmar categóricamente: solo trabajando se puede avanzar, solo trabajando se pueden producir los bienes que el país necesita, solo trabajando se puede producir más alimento, solo trabajando se debe salir de las dificultades más apremiantes que tenemos.
Hay muchos campos dentro de la propia agricultura, como es el uso de la tracción animal para el cultivo, para el ahorro de la fuerza de trabajo, que no han tenido suficiente atención, que no han alcanzado suficiente desarrollo, a pesar de lo que se ha dedicado de animales para las tareas agrícolas.
Desde luego, la dirección es fundamental, la política de cuadros, la preparación de los cuadros. Ese trabajo se viene haciendo hoy prácticamente por todos los organismos, aplicando principios de administración, de contabilidad; es una actividad que hay que intensificar. Es una lucha dura para evitar los criterios subjetivos, los amiguismos, la indolencia, la tolerancia, que la vemos y que sabemos que hay en muchas partes.
En la agricultura cañera no hemos podido lograr los éxitos que eran necesarios; de la producción de 7 millones en 1992, se cayó a cuatro millones doscientos y tantos mil, y después continuó bajando hasta 3,3, que fue su punto más bajo. Hay que levantar la industria azucarera, es indispensable, o, de lo contrario, es una carga para la economía del país, porque consume muchos recursos: recursos humanos, consume divisas, en el transporte, en el combustible, en los metales, en todo; y es una rama de la economía que tiene que superar —tiene que superar, sencillamente, no hay alternativa— sus actuales dificultades, por el trabajo del ministerio, por el trabajo de las organizaciones de masa, por el trabajo de todos.
Ahora se está haciendo un programa de siembra. Se sembraron 15 000 caballerías, se han perdido más de 2 000 de primavera, hay que sembrar ahora 12 000 de frío, hay que cambiar la composición de cepas, hay que procurar cañas de más edad. Es por eso que el próximo año hay que procurar que todas aquellas cañas que se sembraron en primavera no se utilicen como semilla, sino que se reserven para cortarla en la otra zafra, porque a veces se ha cortado caña de 10 meses, de 11 meses, y, naturalmente, no importa solo el número de caballerías, sino el rendimiento por caballería, la población por caballería.
Hay que aumentar la siembra, hay que corregir defectos y vicios que hay todavía en la agricultura cañera; pero, sencillamente, tenemos que comprometernos a la tarea de levantar la producción cañera a los niveles que el país necesita, de modo que los centrales puedan trabajar 130, 140, 150 días, no industrias que trabajen tres meses, máquinas que trabajen 90 ó 100 días de cosecha, porque el costo se eleva considerablemente.
Hay que reducir los costos de producción de la tonelada de azúcar; pero es una industria de la que no podemos prescindir, donde laboran cientos de miles de trabajadores, de la que dependen más de un millón de personas que, además, están imbuidas de la tradición de la producción azucarera.
En esta próxima zafra hay un número de centrales que no van a moler porque no valía la pena el esfuerzo para echar a andar esos centrales; tienen que elevar la producción cañera. Otros centrales tienen que hacer la tarea de moler esa caña.
Pero cada vez que un central deja de moler es una tragedia, afecta muchísimo de manera emotiva a los vecinos, a los trabajadores, a las poblaciones cercanas al central. Hay poblaciones que lo único que tienen es el central, aunque sea un central pequeño. Bueno, es necesario que todos esos centrales tengan la caña suficiente para moler el tiempo suficiente, o de lo contrario al país no le quedaría más remedio que prescindir de algunos de esos centrales, y no quisiéramos que hubiera uno solo sin encontrarle solución al problema. Tengo entendido que casi todos, si no todos, tienen la posibilidad de resolver el problema y de disponer de la caña necesaria para eso. Pero las leyes de la economía tienen que aplicarse con más rigor. Todos tenemos que trabajar en esa dirección, porque todos nos beneficiamos o nos perjudicamos con estos problemas.
Debo señalar que los avances logrados están lejos, lejos todavía de alcanzar producciones más eficientes, y pudiéramos mencionar muchos casos en que todavía los factores subjetivos están incidiendo. Digamos que la construcción es un ejemplo de esto. Nos quedamos atrasados en las construcciones: se entronizaron vicios en la construcción, improductividades. Claro que se crearon instituciones que estaban produciendo con mucha pujanza, y un ejemplo de ello son los contingentes, muchos de los cuales tuvieron que ir a parar a la agricultura porque se quedaron sin materiales.
¿Pero en Varadero, cuánto más habríamos podido hacer con los hombres que teníamos allí? ¿Cuánto más rápidamente no habríamos podido terminar las obras? Esa es una de las áreas donde queda todavía mucha tela que cortar para buscar eficiencia. Estoy citando otro ejemplo, además de la agricultura.
Hay que ver lo que están logrando algunos que ya mencioné, por ejemplo, la pesca. Podríamos citar casos también, en ese mismo sentido, de otros organismos: del transporte, lo que han hecho con lo que tienen; del ferrocarril, lo que han hecho para ayudar a resolver los problemas del transporte de pasajeros, de carga, con recursos mínimos. Es decir que hay muchos organismos que han tenido, realmente, avances en condiciones difíciles.
La bicicleta, ¿cuántos problemas ha resuelto la bicicleta?, sobre todo a la gente joven, los estudiantes, y a muchos trabajadores, en la ciudad y en el campo. Ha sido una de las primeras medidas que se tomaron y que más problemas ha resuelto. Un millón y medio de bicicletas importadas, más de medio millón de bicicletas producidas en el país en fábricas nuevas para hacer bicicletas, suman más de 2 millones de bicicletas en manos de la población, cuántos problemas han resuelto.
Ahí están los famosos camellos, como les llaman, los trenes-buses, su conexión con otras líneas directas; han ido ayudando a resolver problemas.
Pero en todas las áreas hay trabajo. Un ejemplo son los maestros. Vean en qué condiciones tan difíciles han trabajado. Ahora tienen un poco más de libros de textos, de libretas, de uniformes para los niños, no tienen todos los muebles que deben tener; pero ahí el factor humano ha sido muy importante en la atención que han podido prestar, en la calidad de la educación que han podido ofrecer. Sin embargo, hubo un momento, en el año 1993, en que 14 000 maestros y profesores dejaron de dar clases; ese fue uno de los años más difíciles. Claro, otra parte volvió, ingresaban. Pero ya el año pasado fueron casi la mitad de esa cifra los que dejaron la educación; se ha ido recuperando, se ha mejorado mucho en la calidad del personal que ingresa, y el factor humano, con salarios que son muy modestos, ha jugado un papel importante.
Creo que un papel importante han jugado también los médicos, los trabajadores de la salud en general, a pesar de las escaseces de recursos.
Los medicamentos han escaseado, ahora un poquitico menos, según la cifra; hubo un momento en que faltaron de todo el recetario casi 500, ya lo habían reducido a alrededor de trescientos ochenta y tantos. Pero, ¿qué había para medicamentos? En el año 1989 fueron 227 millones en divisa; en el año 1993 fueron 67 millones, la tercera parte prácticamente, y había que incluir transporte; en el año 1996 fueron 126 millones, una subida importante; pero faltaban materiales en los hospitales. No obstante, se incorporaron decenas de miles de trabajadores en los hospitales, entre ellos, casi 25 000 médicos que venían graduándose, 10 000 licenciadas en enfermería, técnicos medios, en total, casi 40 000 se incorporaron en estos años. También en condiciones difíciles han hecho un esfuerzo, aunque pudiera hacerse mucho más. El factor humano ahí puede dar más, sobre todo en la atención de los hospitales, no solo hacen falta recursos, hacen falta esfuerzos mayores para resolver algunos de estos problemas que ocasionan quejas en la población.
Es decir, estamos conscientes, compañeras y compañeros, de los problemas que tenemos y de las deficiencias en todas partes y del deber de luchar contra ellos.
No he querido hacer una larga lista de problemas, sino he preferido limitarme a algunos ejemplos.
Creo que la conciencia de la gente ha mejorado mucho, el ánimo. Hay cosas que se ven en el Partido, en los trabajadores, en la población, una comprensión mayor, una conciencia más profunda de todos estos problemas en estos tiempos tan difíciles que hemos vivido y que tendremos que seguir viviendo.
Todo esto está asociado al desarrollo, hay que promover el desarrollo.
Hay países que viven en permanente período especial. Se analizan índices: la mortalidad infantil, perspectivas de vida, para citar ejemplos, mujeres que mueren en el parto, índice de bajo peso al nacer.
Nuestro país mantiene una perspectiva de vida de alrededor de 76 años; la mortalidad infantil no deja de ser una proeza el que se haya reducido a menos de 8. Parecía imposible en un país tropical y del Tercer Mundo; ya estamos a nivel de Estados Unidos (APLAUSOS), muchas veces por encima de los niveles de los demás países del Tercer Mundo. Allí donde mueren 40 ó 50 por cada 1 000 nacidos vivos, ¿qué es eso, sino un período especial? Este año está en 7,4; la mortalidad materna en el último año bajó de 3,6 a 2,3, es por tanto menos de 3 la mortalidad materna por cada 10 000 niños nacidos vivos, menos de 3, son muy pocos países los que tienen esos índices. Muchos de estos datos de salud mejoran; hay algunos que preocupantemente empeoran, en las enfermedades de tipo sexual, por contaminación sexual, se han apreciado algunos aumentos.
El SIDA, se ha luchado tremendamente contra esa enfermedad, se ha mantenido entre los niveles más bajos del mundo, pero hay gente que se confía y no hay forma de que adopten medidas preventivas para impedir que se disemine. Oyen hablar de que surgen nuevos medicamentos. Sí, los nuevos medicamentos ahora se está demostrando que duran 12 meses, 15 meses, mejoran, pero tienen un tiempo limitado, no está resuelto el problema. Se trabaja en vacunas, nosotros trabajamos, lleva tiempo hacer una vacuna que sea eficiente. Vemos incremento.
No son muchos los países que tienen asegurada la jubilación a todos los trabajadores. En Cuba hay 1 400 000 personas protegidas por la jubilación, ni uno solo se quedó sin la jubilación; ni un solo ciudadano se quedó sin amparo en estos años; nadie conoció políticas de choque. Hemos buscado todas estas fórmulas, pero no hemos lanzado a la calle a cientos de miles de trabajadores; todas las medidas se han tomado en permanente contacto con la población; todas las medidas, aunque se tardaran más, se discutieron en la Asamblea Nacional, se discutieron en el seno del pueblo, en las fábricas, en todas partes.
En ningún lugar del mundo se han discutido tanto las medidas como se discutieron aquí en este país, para enfrentar estos problemas económicos, a qué cosa de carácter suntuario o no esencial se le aumentó el precio, a qué no se le aumentó; se escuchó el criterio de todos los trabajadores, de todos los ciudadanos, no fue por decreto, no fueron úcases; no se quedó ningún ciudadano sin salario, sin ingreso.
Ustedes saben lo que pasa en algunas partes, llegan noticias: ocho meses sin cobrar salario, 10 meses. Está por ver un solo caso de un solo ciudadano que haya dejado de cobrar su salario, modesto, pero su salario, para adquirir aquellas cosas que puede adquirir con su salario.
El salario no da la medida del ingreso, porque hay muchas cosas que no se sabe lo que valen o lo que costarían; por ejemplo, los beneficios que tiene la gente con la vivienda, vaya a buscarlos a Nueva York o a cualquier ciudad de Estados Unidos o de Europa, vaya a buscarlos para ver si encuentran lo mismo. Los beneficios que tienen con los servicios médicos, una de las cosas que más se aprecia en el mundo, y los costos; y lo de la educación, y lo de la cultura y lo del deporte, cómo todo eso se ha salvado, aunque haya menos horas de televisión; cómo funciona la radio más tiempo, cómo se ha extendido aun en este período; cómo no se ha cerrado un solo círculo, una sola escuela —se abren nuevas porque hacen falta, hay más alumnos—, ni un solo hospital, ni un policlínico; hay nuevas consultas del médico de la familia en escuelas, en fábricas, en los barrios, en todas partes: el 95% de la población recibe ya la atención del médico de la familia.
De otra forma, compañeras y compañeros, no creo que podrían explicarse algunos de los resultados obtenidos en ese campo, y en otros.
Mantenemos lugares prominentes en el deporte, se autofinancia en parte el deporte, en divisas, con el esfuerzo de los que trabajan en asistencia técnica, de los propios deportistas y de sus contribuciones al deporte en el país. Nuestra cultura sigue avanzando.
¿Qué países pueden decir esto en este momento? No son muchos. El desempleo crece por todas partes, no lo resuelven ni los países más avanzados de Europa, no pueden; países que constituyen verdaderas potencias económicas tienen hasta el 20% de desempleo, o el 15%, o el 12%, es una plaga sin solución. Ya no hablemos del Tercer Mundo, no se puede sacar la cuenta porque se pierden los números en lo que ocurre con el desempleo, el subempleo, la prostitución infantil; niños trabajando, que no van a la escuela para poder vivir, se cuentan por cientos de millones en todas partes. Qué violación repugnante de los derechos del ser humano que un niño no pueda ir a la escuela, que no tenga ni la escuela, que tenga que competir buscando un trabajo mal pagado para poder vivir o ayudar a su familia. Aquí no se ven esos fenómenos. Los fenómenos de la prostitución infantil, los de las drogas, la violencia, que se ven en otros países, no se ven en este.
Es decir que hay una gran cantidad de problemas que no son conocidos por los cubanos. De repente se descubre un comercio de mujeres, que las reclutaron en Africa, en América Latina, en cualquier lugar, que les ofrecieron un empleo en una nación europea, y cuando estaban allí las obligaron a prostituirse, por decenas, por cientos, por miles, redes enteras dedicadas a eso, como se dedican al narcotráfico y se dedican a otras actividades similares.
Quizás mucha gente ni ha pensado en tales problemas, porque no los ven, no los conocen y hasta tal vez no aprecien —los menos conscientes— la protección que tienen los niños en nuestro país, incrementada ahora con leyes más severas aprobadas recientemente. Y así tenemos que actuar y seguir actuando, para preservar todo aquello que para nuestro pueblo hoy es sagrado.
Al hablar de los esfuerzos realizados en estos años, es muy justo hacer una mención especial a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (APLAUSOS), por el aporte que han hecho con su ejemplo y sus actividades en este período especial en el ahorro extraordinario de recursos materiales y de recursos humanos; en el desarrollo de la capacidad defensiva del país sin suministros nuevos de armas, solo con las que teníamos; en el mantenimiento de la técnica de todo tipo, de modo que millones de armas están perfectamente aptas para el uso; en la preparación del pueblo para la defensa; en el fortalecimiento de la conciencia de nuestros ciudadanos; en los aportes que han hecho en la administración de recursos, fábricas, empresas agrícolas, etcétera; en la demostración de cuánto puede lograrse con poco. Es de las instituciones que más se han adaptado a estas circunstancias especiales que estamos viviendo, en los métodos aportados, en la educación que ha significado para muchos cuadros.
Hay que mencionar el trabajo duro también de los combatientes del Ministerio del Interior (APLAUSOS) cuando mucha gente no quiere ni ser policía porque trae muchos dolores de cabeza, es un trabajo difícil, con recursos muy escasos. No tienen todos los materiales que se necesitan, ellos, igual que los demás organismos de la administración central del Estado. Luchan contra la delincuencia, un fenómeno que es estimulado desde el exterior en todo lo posible, y también estimulado por determinadas circunstancias, estimulado a veces por la irresponsabilidad de los propios ciudadanos, porque si alguien se roba un carro no debiera haber nadie decente en este país que compre las piezas del carro, o el motor, o el guardafango, o el tubo de escape, o lo que sea; y hay quienes roban el carro, se lo llevan por ahí, lo desmantelan, le cambian los números y lo venden en pedacitos, lo desaparecen, y viven de eso. Producen irritación, inseguridad, incomodidad en la gente, hacen daño. ¿Pero, quién les compra? Otro ciudadano, a lo mejor muy honorable, que tiene una necesidad. Claro, ahí hay otros, puede haber merolico y puede haber de todo que compre, ¿no?, pero es que a veces son personas decentes y serias las que compran.
El otro día veíamos en un noticiero alguien que se robó un balón de gas. Yo no sé, el vecino al otro día sin combustible, un dolor de cabeza; pero siempre tiene un comprador, y el mismo oficial de la Policía que explicaba decía que muchos eran gente decente, pero se les olvidó que una familia se fastidió porque le robaron, ya que esos tanques de combustible doméstico no se venden por ahí en los mercados industriales, ni por la calle, que son robados. Tanques de esos, su mera existencia demuestra la presencia de un robo; o del televisor, o de otras cosas.
Es decir, la ciudadanía tiene que cooperar más para no ser víctima de todas esas fechorías, porque a ella es a la que afectan. Es una lucha difícil que necesita comprensión, necesita apoyo de toda la población, la lucha contra el delito. Claro, necesita apoyo de todos también en los controles, en impedir las circunstancias que facilitan el delito, el robo, todas esas cosas. Hay que luchar.
A veces muchos de esos negocios prósperos entre algunos trabajadores por cuenta propia se realizan con productos robados, porque tenían tal cosa: el del cabaret ese, allí no faltaba la cerveza, no faltaba el ron ni algunos productos de esos que son resultado del robo, y los compran, los pagan a cualquier precio.
Todavía hay un recurso, ¿no?, que es el de comprar en las tiendas, en las TRD, algunas; pero muchas de esas cosas que se compran son robadas. Los que compran carne de reses sacrificadas, alguien las roba, las mata, y alguien la compra; entonces, a lo mejor no hay carne para el círculo o para el hospital, allí donde más se necesita; o la vaca que puede producir leche para los niños. Es un daño grande, que en nuestra cultura general tenemos que interiorizar, tenemos que concientizar, porque todas esas cosas dañan la economía. Se encuentran los casos, después hay que sancionar. Siempre salen a relucir las dificultades con el alambre, con las medidas, con todas esas cosas, pero es un daño que nos hacemos a nosotros mismos, y daño que el pueblo se hace a sí mismo, y no solo un daño moral, sino también un daño material; no habla bien de nuestros niveles culturales, no habla bien de nuestra calidad como pueblo capaz, por otro lado, de realizar grandes proezas.
En estas condiciones ha trabajado el Ministerio del Interior y, sobre todo, en la lucha contra el enemigo imperialista, contra las mafias al servicio del imperialismo, en un momento en que las puertas se abren, en que todo el mundo puede entrar al país y no queda otra alternativa.
¿Por qué tiene que estar la policía sin información ninguna no del individuo, sino del lugar donde está parando? ¿Por qué confiarse en cualquiera, que quien sabe las intenciones con que pueda venir, aunque sea el 1% o menos del 1%? Es necesario cumplir los reglamentos, hacer cumplir las regulaciones; hacer que estas leyes últimas que hemos hecho se apliquen y se cumplan, y si no se cumplen, aplicar las sanciones correspondientes, sin la menor vacilación.
Hay datos que son importantes: cuántos vecinos estaban sin inscribirse, cuántos estaban sin carné de identidad, cuántos estaban viviendo ilegalmente por aquí y por allá, todos los problemas que crea en la ciudad y en todas partes, con la electricidad, con el agua, con los servicios públicos. Le crean problemas serios a la gente, a la población. Muchos pueden hacerlo porque los toleran, como si ellos solos vivieran en este país y en el mundo, no piensan en los demás y los problemas que les crean a los demás.
Queremos que la policía lo resuelva todo, pero la policía sola no lo puede resolver todo. Todo podemos resolverlo entre todos y no simplemente es tarea de la policía; pero a ellos les ha tocado también un trabajo difícil en estos tiempos.
¿Llegar hasta aquí, resistir como hemos resistido, habría sido posible sin nuestro Partido? Podemos decir con orgullo que nuestro Partido es cosa seria, es una institución digna de llamarse Partido de Vanguardia (APLAUSOS); vale la pena ser miembro de este Partido (APLAUSOS) por el honor que entraña, por la calidad de sus hombres y mujeres.
Conocemos su historia —está explicada en los documentos—: cómo nació, cómo se desarrolló y, sobre todo, algo más extraordinario, cómo creció en el período especial. Doscientos treinta y dos mil ciudadanos ingresaron en este Partido en el período especial, casi una tercera parte de sus actuales miembros; un partido que cuenta con alrededor de 780 000 —si es que no hay alguna rectificación— militantes escogidos y escogidos por las masas, no admitidos en el Partido por resolución, sino porque ganó prestigio, autoridad, reconocimiento de sus compañeros.
¡Doscientos treinta y dos mil en estos años tan difíciles! Eso sí es un partido, eso no se desmorona fácilmente, eso no se desbarata así como así, eso no se destruye de un año para otro, ni de la noche a la mañana, porque son cientos de miles, y admitiendo que en nuestras propias filas siempre aparece alguna manzana que no es sana, siempre aparece alguien que puede ser débil, siempre puede estar alguien que cambia, que involuciona, aun admitiéndolo, la impresión que nosotros recibimos, que los que observan las realidades perciben, que los que conocen al ser humano observan, es que nuestros militantes son de una gran calidad (APLAUSOS), y lo han demostrado en todas las épocas y en todas las circunstancias, en todos los momentos de sacrificio y de peligro. Mencioné algunos: la Crisis de Octubre, los trabajos voluntarios masivos, las movilizaciones que se hacen en la ciudad y en el campo a cortar caña, a limpiar caña, y caña que no es de él directamente, es del país, caña que es de una cooperativa o es de una UBPC; él no tiene la obligación de estar allí limpiándola o sembrándola.
Con esos calores crecientes de este país, con los cambios climáticos, con ese sol del mediodía y de la tarde los trabajos que hace nuestra gente; cómo se movilizaron, cómo se llenaron los campamentos, aquí mismo en la capital, cuando se habló de incrementar la producción de alimentos. La respuesta siempre positiva en cualquier circunstancia: en las misiones internacionalistas, militares y civiles; en las decenas de miles de maestros que fueron o se ofrecieron, de médicos, de trabajadores y de constructores, que lo mismo estaban en Angola, que en Granada, que en Etiopía, que en Nicaragua. Dondequiera, por difícil que fuera, nunca faltó el ciudadano y, por lo general, era militante, o se ganó la militancia, más de 500 000 ciudadanos cumplieron misiones internacionalistas. Es una cifra que, comparada con la población total, no la tiene ningún país, que no la tiene ningún partido.
No hay lugar en el mundo, por distante que esté, por difícil que sea, donde no haya un cubano dispuesto a ir, un cubano revolucionario o solidario, del tipo de hombre y mujer que hacen falta en tiempos como este, para tareas como aquellas de las que hablábamos. Sí, los hay; se ven. Por eso despiertan admiración, simpatía, especialmente cuando entran en contacto con él. Lo vemos todos los días en mucha gente que viene a Cuba. Hay una frase que es la más común, que yo he escuchado en visitantes que no son de partidos o políticos de otras naciones, pero realizan muy variadas actividades, dicen: "Oigame, yo no me imaginaba que Cuba era así, que los cubanos eran así." De tal manera lo repiten cuando por primera vez vienen a Cuba que demuestran el poder que tienen los medios de información masiva del enemigo, las campañas que hacen y lo que le hacen creer a la gente sobre este país, todo para que el mal ejemplo no se extienda, todo para que la Revolución no influya, todo para seguir estableciendo su dominio.
Se admiran extraordinariamente del espíritu, de la hospitalidad, de la preparación y de la calidad de nuestros compatriotas, y el Partido es la selección de ellos, aunque haya muchos con condiciones, como hemos dicho otras veces, para estar en el Partido y que no están por una razón o por otra, porque estas virtudes no son solo de nuestros militantes, son virtudes, en general, de nuestro pueblo. Nuestro Partido no constituye un grupo aparte, nuestro Partido es un representante de nuestra sociedad, de las cualidades y virtudes de nuestra sociedad; sin él no habría sido posible esta lucha, esta resistencia.
Hemos vivido estos años y recibimos la impresión de que primero se soportó el terrible golpe moral, político y económico que cayó sobre el país; que Cuba asumió su responsabilidad de defender las ideas revolucionarias y la Revolución, de defender la independencia. Es decir, sufrió el golpe y lo soportó; pero el golpe produjo, indiscutiblemente, desaliento, amargura, decepciones.
Fue un golpe ideológico también, fue un golpe hasta emotivo, fue un golpe sentimental que a todos nos dolió tremendamente, sobre todo a los revolucionarios, a los patriotas; a nuestros enemigos no, se alegraron muchísimo: a invertir dinero, a comprar a cuantos pudieran comprar. Todo el que estuviera contra el progreso era bienvenido; todo el que estuviera a favor de la Revolución, del socialismo, de la solidaridad, de la generosidad, era malo. Solo era bueno el egoísmo, el sálvese quien pueda; solo era bueno el que vendía su alma al diablo. Ellos se alegraban de esa tragedia.
Esa es una lucha que ha durado mucho tiempo, la lucha contra la gente explotada, contra los pobres, contra los desheredados, la lucha contra la Revolución, la lucha contra el socialismo. A eso dedicaron no se sabe cuánta energía los enemigos; pero el pueblo se fue levantando, los ánimos se fueron levantando, el espíritu se fue levantando, el país se hizo más veterano, la conciencia se fue fortaleciendo.
¿Estamos acaso equivocados si pensamos que en este momento tenemos una conciencia mucho más elevada que hace cinco o seis años? ¿Estamos equivocados si decimos que tenemos un pueblo más firme que el que teníamos en los primeros tiempos? ¿Estamos equivocados si decimos que tenemos un pueblo y un Partido mejor? Yo pienso que no estamos equivocados. Es lo que vemos, es lo que percibimos, es lo que admiramos y es lo que la historia reconocerá y admirará también.
Hemos demostrado, además, lo que se puede en el mundo, y otros muchos asimilarán esa lección, esa experiencia y levantarán sus esperanzas.
Vean cómo en breve tiempo se demostró lo que era renunciar al socialismo, se demostró lo que era buscar la vía del capitalismo; porque eso de darle la espalda al socialismo para buscar el capitalismo, es como si un niño sale de un círculo infantil para el círculo de abuelos, con todo respeto por los abuelos.
El capitalismo como sistema pertenece a la prehistoria, aunque impere en el mundo, y sabemos que impera y cómo impera, pero no tiene nada que ofrecerle al hombre: un lobo queriendo devorar a otro lobo, esa es su prédica; un egoísmo despiadado que no tiene nada que ver con lo que deseamos para el ser humano.
Hemos visto los resultados. Hay lugares donde unos cuantos se apoderaron de todas las propiedades del Estado socialista, o de casi todas, sin gastar un centavo. Esos se llaman procesos de privatizaciones. ¿Cómo se hicieron?, de las formas más increíbles y más diabólicas, tal como lo deseaban y convenía a Occidente desde el punto de vista económico, político y militar. Eso lo saben los del Fondo Monetario y el Banco Mundial.
Aquí nadie, que yo sepa, se ha quedado con una empresa del Estado, ni es socio de ninguna entidad mixta; ningún ministro, ningún dirigente, ningún cuadro se apropió de nada.
¿Qué ha pasado con el abandono del socialismo? Elevados índices de pobreza, gente por las calles abandonadas, pidiendo limosna. Un desastre económico y social que no tiene paralelo.
Hay algunos países —y pienso, en este caso, en los amigos que cité anteriormente—, donde lo que se han llevado hacia afuera en dinero los nuevos ricos es tres veces más que lo que ha entrado de afuera en forma de préstamo y de inversiones. Algunos calculan en 150 000 millones de dólares lo que determinados señores han sacado y han guardado en bancos europeos y en otros lugares.
Decía que aquí nadie es socio de ninguna empresa, no se ha apoderado de ninguna, pero a nosotros sí que no se nos puede prestar un centavo. ¿Qué es lo que están castigando en nosotros? ¿La honradez, el respeto a las propiedades del pueblo, del Estado?
¡A Cuba hay que hundirla! Si en otros lugares se mueren 60 donde aquí se mueren 7, eso no importa. Los niños de otros lugares no tienen el derecho humano de sobrevivir, ni el derecho humano de recibir una atención médica, ni el derecho humano de ir a una escuela, ni el derecho humano de llegar tan alto, como intelectual, como profesional, como quiera llegar. No, eso no cuenta para nada en la filosofía y en la ética del imperialismo y del capitalismo.
Hay fortunas enormes que se han hecho en unos pocos años. Hay un señor en Estados Unidos que tiene 40 000 millones de dólares, las acciones en la bolsa subieron como la espuma y sus activos son 40 000 millones. Hay unos cuantos cientos de millonarios en el mundo que tienen más dinero que cientos de millones de personas.
No recuerdo la cifra, pero hay una por ahí que habla de fortunas en manos de unos pocos superiores no a los bienes de cientos de millones sino a los de miles de millones de personas en el mundo. Esa exigua minoría es dueña absoluta de esos recursos, hacen lo que quieran con ellos y todo lo pueden hacer. Una diferencia y una desigualdad pavorosa, eso es lo que defienden. Y si roban, los que roben en cualquier parte, que roben. "Hay que castigar la honradez, hay que castigar la justicia, hay que castigar los verdaderos derechos humanos, hay que castigar la verdadera democracia, hay que castigar todo lo que no sea capitalista o imperialista." Esa es la filosofía. Por eso el empeño de destruirnos, y por eso el empeño cubano de luchar, por eso el empeño cubano de vencer (APLAUSOS).
Aquello no tiene ni puede tener futuro, ni moral, ni político, ni siquiera económico, porque cuando se profundice bien en todo lo que están haciendo, se verá que es insostenible y que la receta que tienen para el mundo es insostenible. Será cuestión de tiempo el que eso se demuestre.
Cuando hablaba del Partido debo hablar también de la juventud. Aproximadamente la mitad de los que ingresan vienen de la juventud; pero ahí los índices han disminuido algo en el número de arribantes que ingresan. Es evidente la necesidad de un trabajo más fuerte, un trabajo más intenso en nuestras filas juveniles, puesto que estos tiempos y este Partido exige seguir nutriéndose de cuadros y de militantes procedentes de la juventud.
No ha faltado entusiasmo en la juventud, disposición de trabajo en estos tiempos. Recuerdo sus actividades en los días de agosto de 1994. Recuerdo sus actividades en aquel movimiento de solidaridad internacional que dio origen a la idea del festival. Recuerdo, de modo especial, la tarea que realizaron con el festival, algo verdaderamente encomiable y brillante, tal como lo demostró el éxito y el reconocimiento del pueblo. Fue increíble aquel festival: el número de los asistentes, el contacto con la población, la satisfacción del pueblo, los frutos políticos de ese encuentro en este momento. Y en otras muchas cosas más hemos visto trabajar a la juventud.
Creo que más que nunca, más que en ninguna otra época, por ser esta la más difícil, la más dura, se requiere de un trabajo especial con la juventud y en la formación de nuestros jóvenes, porque no puede ser que los que vengan después de esta generación dejen de ser mejores.
Han trabajado en este período también de forma destacada las organizaciones de masa. Aprecio mucho la consagración de la CTC a sus tareas en estos años de período especial, su incansable trabajo con las UBPC, con los obreros, en las fábricas, en los procesos políticos, en las asambleas de discusión de las medidas para el saneamiento de las finanzas, en las asambleas por la eficiencia, en la participación de los trabajadores en la búsqueda de respuesta a los problemas más difíciles. Y así hemos visto también el trabajo que vienen desarrollando los Comités de Defensa de la Revolución, las mujeres, los campesinos, los estudiantes, los pioneros, nuevas organizaciones que surgen, como la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, organización de masa de mucho peso, puesto que este ha sido un pueblo de combatientes. El Partido y las organizaciones de masa forman ese conjunto sin lo cual sería imposible la Revolución.
Todo esto tiene que tener una explicación, esta unión que se ha logrado, esta capacidad de luchar y de resistir, este enfrentarse como nos hemos enfrentado a ese imperio, solo puede tener una explicación en el trabajo que ha hecho el Partido y que han hecho todas las organizaciones de masa, que ha hecho la Revolución, que han hecho nuestros maestros, nuestros educadores, que ha hecho nuestro propio pueblo.
Todas esas fuerzas unidas, luchando, impulsando las tareas, no se sabe lo que significa.
Yo me acuerdo de un período cuando ya todo se estaba haciendo muy difícil, que sostuve reuniones con los dirigentes de las organizaciones de masa sobre esta época, siempre pensando que era necesario comprender bien lo que iba a ocurrir, comprender bien la necesidad de luchar, comprender bien que no había otra alternativa ni había otro camino que el camino que debíamos seguir. Era difícil la tarea, porque eran épocas en que venía mucha publicidad del exterior.
Ustedes saben que circulaban aquí más revistas de afuera que revistas nacionales, y muy bien hechas, con muy buen papel; por decenas de millones de ejemplares entraban todos los años haciendo elogio muchas de ellas de algunas cosas que condujeron a los increíbles desastres que vinieron después.
Una vez dije que eran cosas que venían del Espíritu Santo, porque venían de países, de organizaciones que disfrutaban de un enorme respeto, admiración y reconocimiento de nuestra parte. Empezaron a soñar y a divagar, muy lejos de imaginarse lo que estaban preparando, muy lejos de imaginarse lo que estaban destruyendo; que no se perfeccionaba ningún socialismo, sino se estaba destruyendo el socialismo, se estaban destruyendo los valores del socialismo y exaltando los valores del capitalismo. Contribuyeron a la creación de confusión aquí, porque, ¿de dónde viene toda esa publicidad?, viene del campo socialista o viene de la URSS, viene del Espíritu Santo, es una verdad revelada, hay que creerlo.
Pero hubo muchos cubanos suficientemente inteligentes que no se dejaron confundir. Sí, a todos nos alegraba la idea de superar deficiencias, de perfeccionar el socialismo, pero, regalarle en bandeja de plata el socialismo a Estados Unidos y a la reacción mundial, era realmente un gran crimen histórico, y ese crimen histórico se cometió. ¿Quién lo va a saber mejor que nosotros?
Antes se disimulaban las palabras, hoy no se disimula nada; antes no se mencionaba la palabra capitalismo, hoy no se habla más que de capitalismo y no se practica más que el capitalismo, y se dice abiertamente, ya no hay que disfrazar las palabras, ni una cosa por otra. Así fue desde el principio, y —repito— el gran crimen histórico se cometió y a no poca gente confundió, porque no venía de Washington, venía de Moscú.
Muchas cosas buenas vinieron también de Moscú. La meditación sobre estas cosas no nos lleva al olvido de las grandes cosas que hicieron en Moscú y que hicieron los comunistas rusos, los comunistas soviéticos.
Les advierto que puedo ser tan crítico como el que más de errores que allí se cometieron, y tan consciente como el que más de esos errores que cometieron los hombres y cometieron las instituciones. Todo tipo de errores ciertamente se cometieron, pero nosotros estábamos conscientes de muchas, muchas, muchas cosas extraordinarias que se hicieron, que beneficiaron al mundo, a la lucha contra el colonialismo, contra el fascismo, a la lucha por la supervivencia frente al hegemonismo capitalista; cosas de inapreciable valor y ejemplos que de allí vinieron de heroísmo, porque a ese pueblo ruso es difícil superarlo en historia de heroísmo desde la Revolución de Octubre, por todo lo que hicieron en el campo revolucionario; y muchos libros y muy buenos libros se imprimieron allí, y las obras de Lenin que conocemos vinieron también de Moscú, de esa figura tan extraordinaria que ocupa un lugar en nuestros corazones, un lugar especial y que está ahí junto a Marx, junto a Martí, junto a Mella y el Che. La historia les reservará un sitial entre los más destacados a esos grandes revolucionarios y a esos grandes pensadores.
Esto que vemos que nos entristece tal vez nunca pasó por la mente de Marx y de Lenin, como tal vez no pasó tampoco por sus mentes que en esta pequeña islita, al lado del inmenso coloso, se les respete tanto y se les admire tanto (APLAUSOS). Cosas no imaginables pasaron, como quitar el nombre de ciudades, tal como se lo quitaron a Leningrado. Yo le sigo llamando Leningrado, la conocí como Leningrado y no conozco otra ciudad que Leningrado; la habrán llenado de palacetes de nuevos ricos allí, puede pasar; podrán hasta privatizar el Palacio de Invierno, los museos y todo lo que quieran, pero para mí sigue siendo y seguirá siendo Leningrado. Ni una buena biografía he leído del zar ese que le dio su nombre y ahora lo volvió a recibir. Así es como pensamos, y creo que es justo pensar así. Lo que estos hombre hicieron por los trabajadores del mundo y por los pueblos del mundo no podrá ser olvidado jamás.
Aunque me he extendido un poco —eso lo saben ustedes mejor que yo, porque yo he estado distraído aquí conversando y ustedes no han almorzado siquiera—, hay algunas cositas nada más que me faltan por decir, dentro de una temática amplísima, muchas de las cuales ustedes abordarán aquí; pero debo decir algo del enemigo, de los que quieren destruirnos.
Ellos conocen, y en el fondo tal vez se asombren, de lo que Cuba ha sido capaz de hacer en estas circunstancias, que Cuba exista como nación independiente, que Cuba exista como nación revolucionaria, que Cuba exista como país socialista, pese a todo, pese a sus planes, programas, propagandas. Saben los éxitos que hemos obtenido en distintos campos, saben algunas de las cosas estas que les he expresado a ustedes, saben los crecimientos; tratan de sabotear y de impedir todo lo que hacemos. Si nosotros decimos inversión extranjera, cosa que tiene que ver con el capitalismo, tiene que ver con las transnacionales, cosa que tiene que ver con los puntos que ellos defienden, dicen: "No, ni un centavo invertir en Cuba", y cualquiera que piense en invertir, sabotearlo. Ellos se dedican a perseguir a todo el que tiene negocio con nosotros, visitarlo, mandar a los embajadores para que conversen con ellos, a empresas comerciales, no ya solo a gobiernos y a Estados, sino a instituciones privadas, en cualquier parte.
El bloqueo no es eso de prohibir el comercio entre Estados Unidos y Cuba; el bloqueo es una guerra económica, es, además, una guerra política, todo, y promover el sabotaje, la subversión, es una guerra total en muchos campos. Y ahora como son menos los adversarios que les quedan, y con algunos de los países socialistas que quedan desean tener negocios, relaciones y son grandes países, por lo tanto puede haber grandes negocios, se toman el lujo de concentrar toda su política de bloqueo y aislamiento con relación al pequeño país, que es Cuba.
¿Qué es lo que están defendiendo, el socialismo? Nosotros tenemos necesidad de la inversión de capital extranjero —y ya les expliqué que no había alternativa—, pero no, ellos parece que quieren que sea nuestro todo, que nadie colabore, que nadie invierta, que no haya un solo propietario aquí. Ellos no quieren que se lleve a cabo ninguno de nuestros programas y hoy centran el esfuerzo en este aspecto económico. Por eso, no descuidarnos nunca en el aspecto defensivo-militar; pero hoy el arma fundamental que están empleando es el arma económica, por lo que tenemos que ser soldados de la economía en esa guerra y pelear como buenos soldados de la economía, porque es el campo con el que pretenden hacernos la vida imposible y en el que pretenden sabotear a toda costa.
Cuando hablo del enemigo no pienso solo en los que hicieron leyes como la Helms-Burton y la Torricelli, pienso en las mafias, en las pandillas, en los cuervos que ellos alimentaron y educaron; porque para actuar hay muchas formas: por medio de la propaganda, una incitación constante a que se hagan sabotajes.
Esas emisoras explican cómo se hace un sabotaje, cuál puede hacer más daño, abiertamente —es una especie de cátedra de sabotaje—, cómo se puede perjudicar la economía. Constantemente lo están predicando, y a veces actúan por su propia cuenta, porque ya tienen su dinámica, no tienen que darle la orden. En estos años de período especial lo hemos visto.
Vimos, sobre todo, cómo estimularon las salidas ilegales por todos lo medios y cómo homenajeaban y endiosaban al que se robaba cualquier cosa, con un puñal o con una pistola, e iba a parar a Estados Unidos. Todo para desestabilizar el país: "¡Róbense una lancha, róbense un barco, róbense lo que sea!" Eran los únicos ciudadanos en el mundo con derecho a viajar ilegalmente a Estados Unidos y recibir residencia automáticamente. Ese privilegio no se lo dieron a ningún otro ciudadano de la Tierra.
Hoy no, hoy se va practicando una especie de xenofobia, un odio al inmigrante, una persecución al inmigrante, un intento de expulsar a los inmigrantes; pero con Cuba fue un arma que usaron, inventaron mecanismos y todo, como instrumento de propaganda y de desestabilización de nuestro país. Ya hemos explicado otras veces cómo creció todo eso, coincidiendo con el período especial.
Cuando digo el enemigo, digo tanto los que los organizaron, los educaron y les enseñaron actos de terrorismo, como sus discípulos, que han vivido allí impunemente y han actuado impunemente desde Estados Unidos.
Ahora, en período especial se produjo un caso realmente sui géneris, que fue un avión regando una sustancia extraña sobre la provincia de Matanzas que, por casualidad, ya que pasaba por allí un avión de Cubana que iba hacia la región oriental, lo descubre; es decir, ya se ha podido apreciar un caso concreto, muy sospechoso, de agresión biológica. Eso ocurría el 21 de octubre de 1996, fue visto por los tripulantes de una nave de Cubana, eso se conoce, iban en una aeronave Fokker, itinerario Habana-Tunas, y al cruzar sobre el corredor aéreo internacional, a 25 ó 30 kilómetros al sur de Varadero, observaron cuando un avión norteamericano tipo S2RT-65, matrícula 3093M, que se encontraba en vuelo desde territorio de Estados Unidos hacia Gran Caimán, roció o pulverizó, de manera intermitente, unas siete veces, sustancias desconocidas en forma de una niebla blanca grisácea. El piloto informó de inmediato al Centro de Control de Vuelo, desde donde se le preguntó al piloto del avión norteamericano si tenía algún problema con el motor, respondiendo este que no.
Ante lo inusual del hecho observado por la tripulación del avión cubano y los antecedentes de empleo de medios biológicos contra nuestro país para introducir plagas y enfermedades de diversos tipos, se orientó a un grupo de especialistas investigar, para determinar si este hecho se trataba de una agresión con sustancias químicas o biológicas.
Se estableció que de tratarse de una agresión de ese tipo, el área de mayor riesgo de afectación sería una zona de unos 15 ó 20 kilómetros al oeste y 20 ó 25 kilómetros al este del corredor aéreo Girón.
Como resultado de los pesquisajes realizados, el 18 de diciembre de 1996 —es decir, algunas semanas después— aparecen en la provincia de Matanzas los primeros indicios de la presencia inusual de una especie de insecto sobre los cultivos de papa de la empresa de cultivos varios "Lenin", en el municipio Jovellanos. Las muestras enviadas al laboratorio central de cuarentena del Centro Nacional de Sanidad Vegetal permitieron confirmar que el insecto es el Thrips-Palmi-Karny, hasta ese momento exótico en territorio cubano.
Este insecto, ataca, prácticamente, todas las plantas cultivadas, malezas y plantas ornamentales, y es vector de virus, entre ellos el del bronceado del tomate. Es de difícil diagnóstico, se propaga por sus propios medios dentro de un campo y hacia otros cercanos, así como por el traslado de posturas, frutas y material vegetal, incluido los suelos. Puede también propagarse por vía aerógena a corta distancia. Resiste a cambios de temperaturas.
Los investigadores permitieron estimar como fecha del inicio de la infección alrededor del 21 de octubre.
Por lo antes expuesto, se concluyó que existió coincidencia en tiempo y espacio entre la aparición en Cuba de la plaga Thrips-Palmi y el vuelo y liberación de sustancias desconocidas por el avión norteamericano S2R.
Naturalmente, en el propio mes de diciembre se enviaron comunicaciones, se explicaron los hechos, y ellos contestaron.
De la respuesta dada por el gobierno norteamericano, en distintos momentos, a las preocupaciones planteadas por Cuba, se derivaron las siguientes conclusiones:
Estados Unidos reconoce que el vuelo del avión S2RT-65 se realizó en el tiempo y espacio planteado por Cuba, pero que lo que vertió fue humo producido por un generador de humo que el piloto empleó para señalar su posición ante la presencia del avión cubano. Además alegaba que el avión, por la configuración para el vuelo, no podía emplear su sistema de riego, lo que lo incapacitaba para transportar y lanzar el mencionado insecto.
En estos momentos ese insecto se ha diseminado prácticamente a todo el territorio de la provincia de Matanzas, La Habana, Pinar del Río y Villa Clara, y en municipios de la provincia de Cienfuegos y en la Isla de la Juventud, que ustedes saben que ahí están las principales cosechas de papa, de vegetales y de todo con que se suministra la capital.
Después se pudo saber que este tipo de avión no tiene el sistema ese para emplear humo. Es una respuesta que no satisface realmente a nadie.
Todo esto lo hemos denunciado en Naciones Unidas y también ante los organismos internacionales que tienen que ver con estas cuestiones de la agresión biológica. Estados Unidos dice que no.
Pero vean ustedes qué cuidadosos fuimos nosotros que incluso no acusamos al gobierno de Estados Unidos. Dijimos: "Agresión biológica desde Estados Unidos", no hicimos una acusación al gobierno. Ellos dicen que sería inconcebible que usaran estos procedimientos, que pueden usar otros. Sabemos que pueden usar muchos procedimientos y también sabemos que los han usado, pero se defienden con ese argumento, y nosotros simplemente lo que hicimos fue explicar a la opinión pública internacional y al propio gobierno de Estados Unidos los hechos ocurridos: el avión que vuela, el avión que se descubre, la fumigación que realiza seis o siete veces, el lugar donde la hace, la aparición en el lugar exacto donde hizo la fumigación de esta plaga, en la fecha exacta, con todas las características de que allí, efectivamente, se regó el insecto, pero sin adelantar acusaciones.
Ahora, el país tiene sobradas razones para sospechar, para desconfiar, para prestarle toda la atención que ese hecho requiere, porque hay una larga historia de acciones, de carácter biológico y de introducción de plagas, que han tenido lugar en estos años de Revolución en forma muy extraña.
Desde fecha muy temprana, por ejemplo, "En el año 1962. Agente de la inteligencia militar norteamericana le entrega varios miles de dólares a un canadiense para que introduzca una enfermedad que infecte las tortugas cubanas" —parece que en 1962 todavía había muchas más tortugas. Conocimos que se había producido ese intento.
"En el año 1965. En la finca Santa Catalina, en Santiago de las Vegas, descendió un globo de material plástico que, al impactar en el suelo, expulsó un polvo blanco que se extendió por los alrededores afectando un cañaveral cercano, lo que provocó la pérdida de la plantación.
"El 4, 9 de 1968. Detenido un especialista extranjero, miembro de un organismo internacional, al comprobarse que había introducido en Cuba un virus peligroso para la producción de café. Se ocupó el material biológico y se expulsó del país al extranjero.
"En 1970. Estados Unidos trató químicamente las nubes para dañar la cosecha azucarera cubana. El riego de nubes cercanas a Cuba fue realizado originalmente para obtener información con relación a un proyecto del Pentágono llamado The Cooling, que trataba sobre cambios climatológicos y manejo de estados atmosféricos por razones políticas." Este fue, incluso, un hecho público.
"A mediados de 1971 se introdujo el virus de la fiebre porcina africana. El recipiente portador del virus se estima llegó a Cuba desde Fort Gullick, base militar de Estados Unidos en la zona del canal de Panamá. Hubo que sacrificar todos los cerdos afectados por esta enfermedad. Se produjeron enormes pérdidas." Esto hasta públicamente fue declarado por gente que participó en eso.
"En 1977. Se detecta el carbón de la caña en el municipio Pilón, en Oriente. Hasta esa fecha no se había reportado la enfermedad.
"En 1978. Moho azul (exótico). Agente causal —tiene un nombre aquí científico, no lo voy a leer—. Los efectos de esta plaga produjeron pérdidas aproximadas a los 343 700 000 pesos, expresadas en reducción de la producción y otras afectaciones." Es decir, más de 300 millones costó aquella plaga.
"En 1978. Roya de la caña de azúcar. El 30% de las plantaciones cañeras eran de la variedad Barbados 4362 —una de las mejores que hemos tenido nunca— y hubo que demolerlas. Se dejó de producir 1 350 000 toneladas métricas de azúcar.
"En 1979-1980. A fines de enero de 1980 fue detectada la presencia de la fiebre porcina africana en el municipio de Baracoa, provincia de Guantánamo. Según un estudio epizootiológico retrospectivo, se pudo conocer que la enfermedad se inició en 1979 a través de focos que fueron confundidos con otras enfermedades en los municipios Niceto Pérez, Guantánamo, Caimanera, El Salvador, San Antonio del Sur e Imías. Como resultado de movimientos de animales, la enfermedad penetró en Santiago de Cuba y Holguín." Fue costosísima. Se logró erradicarla, desde luego, a base de matar la masa.
"Se pudo comprobar la aparición de dos cepas diferentes del virus introducido, una variante modificada en laboratorio, de baja patogenicidad, que se incrementaba a medida que daba pases dentro de los animales susceptibles. La segunda, cepa, con una gran virulencia, afectó al municipio de Imías en cerdos del sector privado."
Bueno, esa vez se sacrificaron 173 287 cerdos y se incineraron otros 123 250, porque en la lucha contra algunas de estas enfermedades hay que matar los que están sanos en el área y hay que matar los que están enfermos, incinerarlos.
"En 1981. Seudodermatosis nodular bovina. El 4 de agosto de 1981 se detectó la enfermedad afectando un lote de añojas y novillas en una finca del municipio de Placetas en la provincia de Villa Clara, extendiéndose con gran rapidez en su territorio y los de Sancti Spíritus, Cienfuegos, Ciego de Avila, La Habana, Matanzas, Camagüey, Pinar del Río, Las Tunas y Holguín." No existía en Cuba esa enfermedad.
"En 1981. Tiene lugar una repentina epidemia de dengue hemorrágico que afectó, en el curso de pocos meses, a cerca de 350 000 personas, mayormente niños, y ocasionó la muerte de más de 150 personas, la mayoría niños, pese al inmediato cuidado y atención para enfrentar el mal." Este fue un caso muy estudiado.
"Se comprobó en las investigaciones pertinentes que esta forma de dengue correspondía a la cepa 'Nueva Guinea' 1924 (serotipo 02), única en el mundo en ese momento, con lo cual se demostraba que constituía una cepa de colección, es decir elaborada en laboratorios. Además de estas circunstancias, se reportaron tres focos iniciales sin relación epidemiológica (dos de estos en Cienfuegos y el otro en Camagüey), al oeste y a pocos kilómetros de dos de los tres corredores aéreos existentes en el país. Personas extranjeras habían visitado, días antes, aquel lugar."
Ahora bien, hay otro dato: "Un especialista, miembro de un organismo internacional" —no quiero señalar aquí los organismos que son, porque hay organismos de estos que han hecho buenos trabajos con relación a la cooperación internacional, y por los casos estos no queremos desprestigiarlos, por eso no incluyo el nombre— "y presunto oficial de la CIA, en 1975 había realizado estudios sobre la enfermedad del dengue (serotipo 01), que azotó nuestro país en 1977 y obtuvo información sobre la no existencia de anticuerpos serotipo 02 de la enfermedad en Cuba." Por eso es tan importante, incluso, los datos relacionados con los anticuerpos que tiene el cubano, porque pueden ser utilizados para un tipo de guerra bacteriológica.
"Se verificó igualmente que en el mes de septiembre del propio 1981 había existido un proceso de vacunación en la Base Naval de Guantánamo, lo que propició que en la misma no se diera ningún caso afectado durante la epidemia de dengue hemorrágico." Allí no pasó nada, pasó en toda Cuba, cientos de miles de casos.
"El boletín norteamericano Cover Action, en la edición del 6 de agosto de 1982, afirma que la epidemia de dengue que azotó a Cuba en 1981 y causó la muerte a 158 personas, pudo haber sido una operación secreta de la CIA.
"En 1984 se le celebró juicio en Estados Unidos al contrarrevolucionario de origen cubano Eduardo Arocena, cabecilla de la organización terrorista 'Omega-7', acusado y declarado culpable del asesinato del diplomático cubano en la ONU Félix García Rodríguez. Arocena confesó haber introducido en Cuba 'gérmenes' como parte de la guerra biológica que Estados Unidos desarrolla contra Cuba. Afirmó que la enfermedad dengue hemorrágico, que ocasionó 158 muertes durante 1981, incluyendo niños, fue introducida en la isla por el gobierno de Washington a través de grupos terroristas.
"Ese mismo año 1981. Conjuntivitis hemorrágica: Causada por la cepa Enterovirus 70, la cual logró una gran diseminación y no existía en el país hasta la fecha. Como indica el testimonio de la Oficina Sanitaria Panamericana, se trata de una epidemia que nunca había estado presente en este hemisferio, y esto ocurre cuando no habían pasado todavía cuatro meses en que, de forma igualmente extraña, apareció el dengue hemorrágico.
"En 1984. Se detectó un brote de disentería que, entre otros casos graves, ocasionó la muerte de 18 niños en la provincia de Guantánamo y se extendió con posterioridad a la provincia de Santiago de Cuba. Las investigaciones arrojaron como resultado el aislamiento de la bacteria Shiguella serotipo 01, no reportada anteriormente en el país. Llamó la atención que los dos primeros casos afectados habían participado en una actividad festiva dentro de la Base Naval de Guantánamo, donde ingirieron alimentos y bebidas contaminadas.
"En 1985. Se detecta un virus de bronquitis infecciosa. Esto provocó cuantiosas pérdidas en la producción de huevo, alta mortalidad e inhibición en el desarrollo de las aves.
"En 1989. Mamilitis ulcerativa de la vaca lechera. (Herpes Virus MUB): El 4 de abril de 1989, en la unidad La Mota, municipio de Pilón, provincia Granma, se comprobaron lesiones ulcerativas en las ubres, con una morbilidad del 80% y una afectación del 25% en la producción de leche. Con posterioridad la enfermedad se extendió con gran rapidez hacia otros territorios de la propia provincia y hacia Holguín, Camagüey, La Habana y Pinar del Río. Esta enfermedad implica tratamiento especial de los animales enfermos, aislamiento y aplicación de medidas de desinfección y cuarentena.
"En 1990. Sigatoka Negra" —el nombre científico del agente viene después—: "En lotes de plátanos cultivados en Ciego de Avila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, en los municipios de Contramaestre, Guamá, Palma Soriano, Santiago de Cuba, de la provincia del mismo nombre, los municipios de Minas de Matahambre y Mantua, en Pinar del Río, a todas partes se extendió esta enfermedad que afecta el plátano. Se desconoce la forma en que llega a nuestro país, pues pudo ser hasta dos años antes de ser detectada. La Sigatoka Negra hasta el momento no se había reportado en Cuba." Había la Sigatoka Amarilla, pero la peor era esta. Cuando se desarrollaban los planes de producción de plátano intensamente, apareció precisamente la Sigatoka Negra, que ha obligado a esfuerzos tremendos en la búsqueda de variedades resistentes. Combatirla es costosísimo, y el plátano se había convertido en una de las viandas principales del país.
"El 20, 2 de 1991. Fue detectada la presencia de la enfermedad Acarosis, que afectó la apicultura en las provincias de Ciego de Avila, Camagüey, Holguín, Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma" —esto es en 1991—. "Esta enfermedad acorta el ciclo de vida de las abejas" —produce muchísimo daño. "El control químico de la enfermedad se debe realizar con un producto de la firma Cyba Geigi, que costaba 25 000 francos suizos y no estaba a disposición en el país." Siempre igual, de repente se desarrolla la producción de miel, se exporta miel y aparece una plaga contra las abejas.
"El 06.3.1991. En la Cooperativa de Créditos y Servicios "Antonio Guiteras", de Mantua, provincia de Pinar del Río, se detectaron 30 000 posturas de tabaco afectadas en un 15% por la enfermedad conocida por Fusorio, reproducida por un hongo de la tierra que deja a la planta sin raíz y seca. Según los técnicos de Sanidad Vegetal, para esta enfermedad no hay tratamiento indicado y el terreno donde la misma aparece no se puede utilizar en un término de tres años.
"1992, Pulgón negro, agente causal: Toxóptera citricidus kirk, es el vector más eficiente de la enfermedad viral Tristeza de los cítricos. Fue detectado en la zona de Caimanera, Guantánamo, en diciembre de 1992.
"1993, Minador de los cítricos. Con la llegada de esta plaga a finales de 1993, comenzaron los rastreos para determinar las áreas afectadas. En abril de 1994 se encontraba desde Pinar del Río hasta Camagüey, causando retraso en el crecimiento de las posturas, plantaciones y viveros.
"1993, Enfermedad hemorrágica viral del conejo. Esta enfermedad exótica se diagnosticó en la Ciudad de La Habana donde se propagó rápidamente y se extendió a los territorios de La Habana y Matanzas. Se sacrificaron o murieron 122 135 animales. Se extendió a 21 municipios.
"10.2.1995, en el aeropuerto internacional "José Martí" se detectó en el equipaje de un científico norteamericano, de forma enmascarada, un estuche de una cámara fotográfica y cuatro tubos de ensayo pequeños conteniendo sustancias biológicas. Estas sustancias, según el propio científico, contenían el virus de la Tristeza del cítrico.
"1995, Broca del café: detectado en febrero de 1995 en Buey Arriba, provincia Granma y en Guamá, Santiago de Cuba. Considerada la peor plaga del cultivo de cafeto, se le atribuyen pérdidas hasta de un 80% y superiores, además de daños directos a los rendimientos agrícolas. A partir de su detección, el país ha tenido que dirigir cuantiosos recursos al control y confinamiento de la plaga y mantener el sistema de vigilancia fitosanitaria.
"1996, Varroasis: Esta enfermedad afecta a las abejas. Se diagnosticó el 15 de abril de 1996 en tres apiarios correspondientes al sector privado en el municipio Limonar, en la provincia de Matanzas. Posteriormente se propagó hacia La Habana, Ciudad de La Habana, Cienfuegos, Pinar del Río y Villa Clara. En el país se habían registrado hasta el 30 de abril de 1997 un total de 567 focos y 7 761 colmenas afectadas. Esta enfermedad, hasta ese momento exótica en Cuba, es la más grave de todas las que afectan a la especie. Se presenta con una alta morbilidad y mortalidad, disminuyendo la producción de miel."
Es decir que ustedes pueden apreciar que es mucha casualidad todas estas cosas, que no tiene nada de extraño que se investigue y se explique a la opinión internacional cuando llega una plaga como la Thrips Palmi, tan dañina.
Ustedes pueden apreciar que prácticamente todos los cultivos y producciones agrícolas fundamentales del país, la caña, el ganado, los cítricos, el tabaco, las abejas, el café, todos fueron atacados por extrañas plagas que nunca se habían presentado en Cuba, y que los hechos en muchos casos fueron reconocidos por autores, por gente que participó en esto.
Lo del dengue es muy significativo, porque la cepa esa no estaba en ninguna parte, y era evidentemente una cepa de laboratorio.
Ahora bien, este es un tipo de actividad que no solo puede hacer el gobierno de Estados Unidos. Nosotros estamos seguros de que durante un largo período de tiempo el gobierno de Estados Unidos era responsable de estos hechos, durante un largo período de tiempo, porque ellos inventaron todo: cómo contaminar el azúcar que iba en los transportes de los barcos, cómo afectar el comercio, cómo afectarlo todo.
Todo el mundo sabe que un día explotó un barco que vino de Bélgica y mató a más de 100 cubanos, era un cargamento que venía evidentemente saboteado, porque se hicieron todas las pruebas, se lanzaron hasta de 3 000 metros de altura cajas con municiones y no explotaba ninguna, así que no podía ser una caja que se cayó, un accidente. Nada. Después cientos de barcos llenos de armas vinieron y nunca más hubo un accidente de ese tipo; venían de la URSS. Pero ese barco era el segundo cargamento que llegaba y explotó. Fue un acoso implacable.
Todo el mundo sabe que organizaron decenas de planes de atentados, aparte de los planes inducidos, porque hay planes directos en que participó la CIA y planes inducidos en que era toda una campaña, una prédica para que cualquier loco, cualquier desafecto cometiera un asesinato; pero planes organizados directamente por ellos y por los grupos que estaban al servicio de ellos, decenas y decenas de planes. Bueno, hasta que una Comisión del Congreso norteamericano hace las investigaciones y comprueba un número de todos esos planes. Ya no era Cuba quien lo decía. Si Cuba decía algo, era cosa de Cuba; pero ya si lo decía una comisión de senadores de Estados Unidos, entonces sí era un hecho reconocido.
Hace dos días, con motivo de un atentado que le hicieron a un dirigente palestino en Jordania los agentes de la Mossad, que es un servicio de seguridad israelita, y que provocó un gran escándalo, Clinton dijo que esos métodos ellos no los usaban ya desde hace 20 años. ¡Qué habrán hecho hasta 1977! Suponiendo que hace 20 años ya no practican esos métodos: atentados, incluso contra dirigentes políticos.
Están todos estos antecedentes. Ahora hay más. Recientemente, sin poder explicarnos aun su presencia en nuestro territorio, el 14 de septiembre de este año se detectó en la siembra de arroz de la granja de semillas de Nueva Paz, provincia de La Habana, y en otros campos de cultivos, la existencia de un insecto exótico que devora los granos del arroz en grandes cantidades. Se ha podido precisar que esta plaga se denomina Síndrome de la esterilidad de los granos del arroz y se trata del ácaro steneotarsonemus spinki smiley —hay que hablar latín, griego, no se sabe cuántos idiomas para pronunciar esto—, el cual no existe en todo el continente americano; sí en algunos países de Asia. El insecto se ha encontrado ya también en la provincia de Pinar del Río, Matanzas y Cienfuegos.
Y hay más todavía. Otra plaga recién aparecida en el cítrico, en un semillero de cítrico, que estamos estudiando. Son muchas plagas seguidas contra cultivos esenciales: arroz, cítricos, papa, vianda, plátano, caña, café, tabaco, todos los cultivos esenciales para la economía.
¿Tenemos o no tenemos derecho a denunciar cuando ocurre algo de esto? Sobre algunas de estas cosas no se han hecho denuncias: ¿Cómo usted lo prueba?
Incluso algunas de estas plagas pueden ser introducidas por mafias, por grupos contrarrevolucionarios de aquellos que organizaron y entrenaron en Estados Unidos; no hacen falta aviones ni hacen falta medios sofisticados para transportarlas. Es casi como la conjuntivitis, basta que un tipo ande saludando a unos cuantos, y ya la riega. Todas eran nuevas, aquí no las había. El dengue hemorrágico, por ejemplo, no existía. Bueno, se eliminó. Unas cosas es posible eliminarlas y otras no, solo combatirlas por medios biológicos, cambios de variedades o plaguicidas para reducir sus efectos. Todo muy costoso.
Ahora tenemos la lucha contra esta plaga del Thrips Palmi, y ahí esperando, tomando todas las medidas. En estos casos hemos tomado siempre que ha sido posible medidas biológicas. Y una de las cosas que ha hecho la agricultura es buscar elementos biológicos, y hay más de 200 centros que producen algunos de estos elementos para combatir distintas plagas, que afectan a las viandas, los vegetales y otras cosas.
Ahora hay que luchar, porque no hay productos químicos de esos que resuelvan y garanticen la papa, y la papa es uno de los productos vitales para nosotros en estos años, como lo es el plátano, las caballerías que se han sembrado. En la propia provincia de La Habana cuánto plátano no había sembrado cuando se produce un fenómeno climático, la Tormenta del Siglo, que acabó con los platanales de La Habana. Y volvió a acabar con los platanales de La Habana, de Matanzas y de todos esos lugares el ciclón Lili. Esta etapa ha sufrido algunos fenómenos naturales dañinos: lluvias anormales con tremendas inundaciones que afectaron el tabaco en Pinar del Río, algunas zonas centrales del país, o a Guantánamo, y en ocasiones a Sagua de Tánamo.
Hemos presenciado los fenómenos climatológicos, que son una consecuencia del calentamiento de la atmósfera. Los cultivos mencionados son muy importantes para la economía y para el abastecimiento de la población. Y no hay un año y a veces no hay un mes que no aparezca una noticia adversa de este tipo.
En esos cultivos se han hecho grandes esfuerzos en este período especial: en el café, en el tabaco, en el plátano. En la papa estábamos obteniendo rendimientos cada vez mayores, aun en época en que el clima, como en la última temporada, no fue muy bueno, por mucha neblina y calor. De repente surge esta plaga en una de las mejores empresas que tenemos, y después se extiende.
Cualquier día aparecen unos senadores o unos legisladores y desclasifican algunos documentos —no sé si será dentro de 50 ó 100 años— en que se diga cómo se introdujeron plagas de este tipo en nuestro país. Hay que esperar ahora. Esperen, a lo mejor dentro de unos años hasta piden perdón, porque han hecho experimentos en el propio Estados Unidos, con la población norteamericana: experimentos de los efectos de la radiaciones nucleares, experimentos sobre algunas enfermedades como la sífilis, en que a una cantidad de gente, sin decirles nada, les ponían un producto que era inocuo, porque querían investigar. Y a cientos de gente las utilizaron para investigar cuál era el efecto de esa enfermedad en la gente; claro, gente pobre, gente del pueblo. Han hecho experimentos con su propia gente. Entonces, al cabo de un montón de años se sabe, y, además, les piden perdón, se excusan. Lo que hizo un presidente, viene otro después y pide perdón por lo que hizo el otro, cuando ya las víctimas están muertas. Y eso lo han hecho con el propio pueblo. Cuántas veces no nos habrán tomado a nosotros de conejillos de Indias para probar los efectos de enfermedades, en las plantas, en el hombre.
Hay otras enfermedades. Algunas de ellas no tienen explicación muy clara totalmente —han aparecido, aparecieron—, como la neuropatía epidémica; en ciertos casos es muy difícil de explicar. Cuando surge algo de eso nosotros pedimos colaboración a la Oficina Panamericana; a científicos de todo el mundo, hasta a científicos norteamericanos. No vamos a pensar que todos los científicos norteamericanos participen en hechos de esa naturaleza, y pueden ayudar a las investigaciones.
Ustedes recordarán que trataron de dejarnos sin médicos, de llevarse todos los médicos de este país; quedaron 3 000. Ahora tenemos más médicos per cápita que ningún país del mundo. Nos obligaron a desarrollar la carrera de medicina producto de esas agresiones.
Bueno, el Departamento de Estado arrienda, incluso, aviones. ¿Quién es el piloto de ese avión? ¿Y si para transportar drogas dan 100 000 y 200 000 dólares a un piloto? Pueden actuar, incluso, como mercenarios, igual que lo hizo el autor de los artefactos explosivos que hicieron estallar en los hoteles: mercenario, no buscaba más que dinero, y le pagaban, además, casi una bagatela para sabotear el turismo.
Yo no voy a intentar siquiera leer la lista de acciones terroristas que han intentado en estos años, entre 1990 y 1997, en toda esta etapa del período especial, dirigidas a tratar de obstaculizar nuestro programa turístico, distintas gentes que han sido capturadas, que han contado qué hicieron, cómo lo hicieron o trataron de hacerlo. Esto siempre se manejó con discreción porque, precisamente, muchas de las cosas que querían era resonancia, divulgación de hechos para buscar el objetivo de atemorizar a los turistas. Claro que hay medidas. A veces era la idea de venir en lancha desde allá para tirotear hoteles, o poner petardos, bombas.
Todas esas acciones —aquí tenemos como 24 casos que fueron frustradas en parte, y se capturaron gente que hablaron, que contaron—, todas, todas, sin excepción, venían de Estados Unidos, todas sin excepción se organizaron y se suministraron desde Estados Unidos. No hay un solo caso que no tenga ese origen, y han utilizado las costas, lanchas para traer armas, traer gente; pero este método diabólico de irse a contratar mercenarios en Centroamérica por unos dólares para que pusieran artefactos explosivos en los hoteles con pasaportes legales o con pasaportes falsos es verdaderamente cínico y repugnante.
Nosotros, como regla, estos hechos los informamos por vías diplomáticas a las autoridades norteamericanas. Ellos dicen a veces: "Traigan pruebas." Cuando les enviamos pruebas allá de hechos como, por ejemplo, el caso del asesinato de aquel joven oficial en Mariel, perpetrado por uno de aquellos que secuestraban naves, pruebas y testimonios irrebatibles, los individuos después de llegar a Estados Unidos quedaban impunes, no recibían sanción alguna. Aviones secuestrados han llegado a la base de Guantánamo con uso de armas, con empleo incluso de disparos, hemos dado toda la cooperación, hemos brindado todas las pruebas, y los individuos absueltos, impunes.
Cuando ocurre una cosa de ese tipo, estimula mucho a la realización de tales actos, con empleo de la fuerza, con uso de armas, con disparos. Y, naturalmente, nosotros tenemos distintas formas de saber las cosas, como ustedes comprenderán. Ellos dicen: "Tráigannos las pruebas." Si se las damos es inútil, y además, en muchos casos, usted estaría arriesgando los medios de obtención de información e informaciones que son esenciales para la lucha contra los actos terroristas organizados desde aquel país.
Nosotros denunciamos los hechos, en algunos casos damos importantes datos, quiénes son, dónde viven, con quiénes se relacionan, en las notas que enviamos. Son ellos los que tienen que investigar las cosas que pasan en Estados Unidos; nosotros investigamos las cosas que ocurren en Cuba. A nosotros nos corresponde denunciar, a ellos les corresponde investigar, buscar las pruebas, llevarlos a los tribunales. Cuando nosotros decimos algo, tiene una base sólida, nosotros nunca hemos inventado una mentira, y ya les digo, ni nos apuramos en culpar. Algunos grupos de esos andan por la libre.
Vean ustedes cómo actuaron con el avión de Barbados, hasta enrolaron a dos venezolanos, después absolvieron a los culpables, a uno de ellos ni lo juzgaron, o se escapó, y fue la Fundación Nacional Cubano Americana la que organizó la fuga y buscó el dinero necesario para ello. Esos artefactos explosivos que han estallado en los últimos meses en los hoteles, todos fueron organizados por la Fundación Nacional Cubano Americana; de eso sabemos lo suficiente, con la suficiente seguridad, para poderlo afirmar categóricamente. No hay ninguna duda de eso, de lo que hemos publicado, de lo que hemos denunciado: organizado por la Fundación Nacional Cubano Americana, la que tanto dinero les ha dado a los políticos para hacer lobby contra Cuba, organización cuyo cabecilla es millonario, tiene cientos de millones, sin que se sepa bien cuáles son los orígenes de tal fortuna, y que sostiene con sus fondos las campañas políticas de determinada gente que hace lobby para llevar al Congreso leyes y medidas contra Cuba; tiene dinero, incluso, hasta para comprar y pagar un piloto cualquiera de esos, como han hecho con los mercenarios enrolados en Centroamérica.
Ese individuo recién capturado venía a colocar cinco artefactos explosivos, con tranquilidad, con sangre fría, sin remordimiento alguno. Incluso, los turistas cooperan en la lucha contra tales actos. Cuando colocó uno de los artefactos, unos turistas, a los que se les hizo sospechoso, porque están atentos, informaron; en esta ocasión fueron unos menores que, incluso, pudieron ser víctimas, pero con su actitud la guía y el custodio, que apreciaron de inmediato el peligro y les dijeron: "Apártense de aquí", los protegieron.
Un método muy sencillo: ninguna conexión aquí para que no haya ningún riesgo, métodos electrónicos, horario fijo, quería que los artefactos estallaran a la misma hora, más o menos. Hubo uno que lo había preparado para ocho minutos y tenía poco tiempo, por poco le estalla encima. Ya había estado también como turista, había puesto dos; en los dos casos, apenas unos minutos antes de salir, o saliendo por un lado, explotando el artefacto por el otro.
Tenemos información, porque no era uno solo, hay otros. El hecho de que este esté capturado y haya denunciado todo eso, no da garantía al ciento por ciento de que no se produzcan otros hechos, lo que nos obliga a estar mucho más atentos, mucho más alertas, mucho más vigilantes.
Esos son explosivos potentes, son pequeñas cantidades; son artefactos sencillos los que se usan para producir estas explosiones, y el objetivo es asfixiar el país, destruir nuestros programas turísticos, porque ellos saben que se hace un esfuerzo grande en ese terreno, tiene perspectivas. Hay que ver los kilómetros y kilómetros que tenemos de playas magníficas en todo el país, que puede ser un ingreso fundamental, porque en dos o tres años más puede pasar de 2 000 millones de ingreso bruto, que ayuda a la economía y la ayudan a vencer las dificultades del período especial. No se pueden resignar a eso y han tratado de hacer esto, dirigido a golpearnos. Lo otro es sabotear al máximo la producción de alimentos.
Estas son cuestiones muy importantes. Ahora, ¿qué debemos decir? Ellos, las autoridades norteamericanas, el gobierno norteamericano, en las últimas semanas, han tenido dos gestos positivos: uno, la declaración condenando las actividades terroristas de ese tipo. Es correcto, parece un poco absurdo que ahora que está presentándose como campeón de la lucha contra el terrorismo el gobierno de Estados Unidos, que habla de terrorismo aquí y allá, esté promoviendo ese tipo de actos terroristas. Esa gente allí suelta es un peligro, no se sabe qué día van a utilizar esos procedimientos contra ellos; los propios ciudadanos de Estados Unidos han sufrido actos de terrorismo, como el de Oklahoma famoso. Recientemente se publicó que alguien tenía proyectado usar explosivos en el metro de Nueva York, pudiendo causar allí un accidente muy grave, y que lo descubrieron a tiempo.
Eso es como los secuestros de aviones. Si se toleran, si se promueven, entonces es un bumerán que arriesga a la propia sociedad norteamericana. No creo que ningún gobierno, con elemental sentido común, en esas circunstancias, a estas horas, pueda estar estimulando tales actos, en este momento; lo que hicieron antes es una historia larga, de sabotaje, de terrorismo, de planes, de todo. Me estoy refiriendo a este momento, nos parece correcto que hagan esa declaración.
El otro hecho, que también nos parece constructivo, es que devolvieron a los dos secuestradores de una nave de servicio de guardafronteras en Varadero, que se llevaron cuatro rehenes —siempre en todas estas cosas hay descuido, violaciones de normas—; se llevan a un compañero que había sentido un disparo y entró allí, y entonces lo encañonaron, un custodio de un muelle civil, donde no tenía que estar el barco, y otro que estaba con la novia, que no debía estar allí. Fue preparado con tiempo todo, desde luego, con la esperanza de que al llegar a Estados Unidos no ocurriría nada. Es por eso que pensamos que fue constructivo el gesto de devolver a los autores del secuestro, porque, efectivamente, les está enviando un mensaje a los secuestradores de que ese tipo de hecho no va a quedar impune. Claro, no llegaron a territorio norteamericano, fueron capturados en alta mar. Son secuestradores agresivos que, pensando en que eso les daba mérito, escudándose en la presencia de rehenes, dispararon contra las dos patrulleras que estaban ya muy cerca; hirieron, incluso, al jefe de una de ellas, lo hieren en la pierna. Era una noche oscura, no se veía casi nada; utilizaron las armas de la lancha de servicio de guardafronteras, cuando las patrulleras se acercaron, sin usar sus propias armas, exhortándolos a regresar. Fueron devueltos. Esa es la forma, y la única forma, realmente, de desalentar tales actos de piratería y vandalismo de secuestro de barcos y secuestro de naves aéreas.
Ya que hemos señalado estas cosas, para todos los delegados, aunque haya tenido que emplear una parte del tiempo en esto, es fácil comprender la importancia que tiene conocer y estar conscientes de estas acciones, para que no hagamos el papel de tontos, ni el papel de bobos, para que no descuidemos nada, para que no bajemos la guardia, porque estas son acciones desesperadas para contrarrestar el esfuerzo que realiza el país en el período especial y golpearnos allí donde más daño nos pueden hacer, como es la producción de alimentos, o puede ser la salud humana, o puede ser el ingreso en divisas, y acuden a estos procedimientos. De manera que forma parte de nuestra lucha saber enfrentarnos a estos hechos, cuya gravedad se comprende perfectamente.
Todo lo que han hecho no les basta, leyes; entonces hay que inventar estas cuestiones para hacer más difícil la vida del pueblo, para crearles más dificultades.
Ahora ellos están atravesando un momento de complejidades; pero realmente Estados Unidos está actuando como dueño del mundo. Sus embajadores en todas partes hacen declaraciones, no respetan a ningún gobierno, sobre cualquier tema, y lo están haciendo más que nunca, dando su opinión sobre tal ley, sobre tal medida, sobre tal cosa. Todos los días llegan cables con las declaraciones de los funcionarios norteamericanos, todos los días llegan noticias de sus actividades militares, políticas.
Ahora enviaron un portaaviones para la zona de Irán, amenazando a Irán; amenazan a cualquiera; experimentan con nuevos armamentos, gastan cantidades fabulosas, realizan prácticas constantemente y tienen conflictos con un número mayor de países en el mundo.
Con la llamada globalización neoliberal, están comprando medio mundo. Cada vez que compran una de esas compañías en algún lugar, ya de alguna manera incrementan el bloqueo, porque hay compañías que tienen relaciones con nosotros, las compran y después ya no pueden tener esas relaciones.
Había transnacionales norteamericanas que nos vendían alimentos, se lo prohibieron con la Ley Torricelli que tenía dos carriles. Ellos después hicieron la Ley Helms-Burton, que le ha costado conflictos con distintos países que se niegan a someterse.
Ahora hay un problema con relación a Irán, porque una compañía francesa invirtió 2 000 millones y ellos tienen prohibido invertir más de 40; se han puesto duros los europeos en eso. Ahora el gobierno norteamericano responde queriendo negociar y ver cómo, permitiéndoles a los europeos invertir en algunos de esos países, esos países europeos se abstienen de invertir en Cuba. Utilizan esas negociaciones para tratar de sacarles algo contra nosotros.
Pero sus conflictos con el resto del mundo aumentan, no lo pueden impedir; están comprando países enteros, están nadando en dinero. Entonces, los países están vendiendo las empresas, están vendiendo los recursos naturales, están vendiendo las tierras agrícolas, están vendiéndolo todo, hasta las carreteras las venden; no quedará nada en manos de los nacionales de los países por esa vía, lo que no se parece en nada a la política que nosotros hacemos con relación a las inversiones de capital extranjero.
Los países están siendo comprados y, claro, como apoyo a todo esto, hay una campaña que no cesa nunca contra las empresas públicas, contra las empresas estatales.
Se libra hoy una batalla ideológica tremenda, a través de todos los medios masivos y de las revistas y periódicos principales, contra todo lo que huela al Estado, contra toda propiedad estatal o empresa estatal, contra toda intervención del Estado, contra toda medida que se tome de protección a la economía de las naciones, contra las conquistas de los trabajadores, contra los servicios médicos que se prestan en muchos países, contra los derechos de jubilación y la protección contra el desempleo. Es decir, todas las conquistas que lograron los trabajadores del mundo, después de la Revolución de Octubre, cuando los países capitalistas estaban horrorizados ante la mera idea de las revoluciones sociales, que los obligó a hacer concesiones y ceder ante las demandas de los trabajadores y de los sectores más necesitados, ahora, al desaparecer el campo socialista y la URSS, están luchando en todas partes a brazo partido por reducir todos esos beneficios y por reducir toda participación del Estado en la economía, para reducir el papel del Estado prácticamente a ser el represor de las huelgas y las protestas de los trabajadores.
Pero algo muy interesante ha ocurrido en estos días, que ha sido la crisis del Sudeste Asiático, la crisis económica. Esos países habían sido calificados de "tigres", modelos de desarrollo capitalista, grandes inversiones del exterior, grandes exigencias del Fondo Monetario y del Banco Mundial, y de repente caen en las redes de los especuladores que hacen negocios turbios, que arruinan a esos países. Manipulan y reducen el valor de las acciones en las bolsas, manipulan y reducen el valor de las monedas, sin que puedan hacer nada.
Recientemente nos visitó un dirigente prestigioso de uno de esos países, que es el Primer Ministro de Malasia, que ha tenido importante desarrollo económico, y él explicaba —y lo ha explicado en América Latina— cómo el trabajo de años, de muchos años, puede ser destruido en cuestión de minutos.
Esas economías están indefensas frente a los especuladores, ni les admiten ninguna forma o fórmula de defenderse de tales medidas especulativas, de manera que tienen a veces decenas de miles de millones en la reserva y la pierden en unos pocos días. Tienen grandes riquezas en acciones y se las devalúan en unos cuantos días. Por ejemplo, la moneda indonesia se ha reducido a la mitad de su valor en brevísimo tiempo, le ha pasado a la moneda de Tailandia, le ha pasado a la moneda de Malasia, de Filipinas, hasta de Singapur, países que presentaban como ejemplo de lo que puede lograrse con la globalización y el neoliberalismo, independientemente de que tales desarrollos conllevan al modelo de sociedades consumistas y los modelos consumistas no tienen porvenir.
Le presentan al mundo como algo ideal esos desarrollos a través de las empresas transnacionales y de las medidas que imponen los organismos internacionales de finanzas. Van a acabar de destrozar lo que queda de la naturaleza. La concepción globalista neoliberal y capitalista significa la suspensión de todas las barreras y regulaciones que dificulten la transferencia de grandes masas de capital de un país a otro, de una región a otra, el desarrollo máximo del mercado mundial en manos de las transnacionales y en beneficio de las potencias más ricas y desarrolladas. Con las tecnologías avanzadas y los medios modernos de comunicación, las operaciones que se hacen en la bolsa y con las monedas son infinitamente mayores que las operaciones comerciales reales, cuyo único objetivo es enriquecerse sin producir nada.
¿Qué ocurre? Se promueve un modelo de desarrollo caótico y despilfarrador que no tiene en cuenta el medio ambiente para nada, un medio ambiente que todo el mundo sabe que no resiste mucho más la carga que pesa sobre él con el consumo del petróleo, del gas, del carbón y otros medios contaminantes.
Según ese modelo, países como la India deben luchar por ser una sociedad consumista y tener, como en Estados Unidos, un automóvil por familia. Para todos los países del Sudeste Asiático, el mismo modelo. Según esa concepción, China y la América Latina deben tener también ese modelo de desarrollo consumista. Y están conduciendo al mundo hacia el abismo, hacia la ruina.
Los recursos naturales que pudieran utilizarse de forma más útil y racional se van agotando. Se consumen casi 3 500 millones de toneladas de petróleo, el equivalente a 2 000 millones de toneladas de gas, y junto con otras fuentes de energía, alrededor de 7 000 millones de toneladas por año, y la mayor parte del mundo está por desarrollarse, y están por desarrollarse ahora con ese concepto los países del este de Europa y Rusia.
El modelo que le llevan es el modelo consumista. No es la economía al servicio del hombre, de la sociedad, de su bienestar, de su salud; su salud física y su salud moral, de su seguridad. Lo aplican y educan a los pueblos en la idea del despilfarro y de los gastos desenfrenados que la naturaleza no puede ya soportar.
En muchos de los países capitalistas desarrollados no existe siquiera el transporte colectivo, todo es fundamentalmente a base de automóviles personales, de gasto de gasolina. Baste decir que Estados Unidos consume el 25% del petróleo y del gas mundial, de la energía mundial, con un pequeño porcentaje de la población. Con el 4% o el 5% de la población, consumen el 25% de la energía mundial. Piensen en Indonesia, Bangladesh, la India, China, todos los países de Asia, de Africa, de América Latina que tengan como concepto ese tipo de desarrollo.
En Africa convirtieron las tribus en partidos, la fragmentaron, y ahora en muchos países de Africa hay conflictos, hay 60 países en el mundo donde existen conflictos, serios conflictos. No alcanzan las llamadas Fuerzas de Paz ni alcanzan los fondos, no alcanza nada.
De modo que el imperialismo y el capitalismo ofrecen para el mundo la ruina, el abismo, y testigos seremos de su competencia por el dominio de los mercados y de las materias primas. Y recordaremos a Lenin, todo lo que escribió y pronosticó sobre eso, en un mundo que estaba distante todavía muchos años del momento en que él escribió, con fenómenos nuevos que no existían en aquella época, ni en la época de Marx.
Nosotros, los revolucionarios, nuestros profesores, nuestros intelectuales y nuestros hombres de ciencia, tenemos que profundizar en los problemas actuales de nuestro mundo y avizorar lo que viene inexorablemente. Digo que realmente es una tarea de importancia vital, y tenemos que promover esos estudios y esos recursos. Llega mucha información de todas partes, noticias de todas partes, medios de comunicación que se han desatado hasta lo inimaginable y que están configurando un planeta en condiciones muy serias, cosas que pueden apreciarse.
Las maniobras de Estados Unidos se adivinan; aparte del caos que tienen ellos mismos, todos los días aparece una nueva enmienda, un artículo a una ley cualquiera, que puede ser hasta la del presupuesto. Cada vez que uno de la mafia presenta una enmienda, ni la analizan muchas veces los congresistas, como dice el compañero Alarcón, no tienen ni tiempo de leerse los materiales. No, que es una cosa contra Cuba, allá van y votan, ni la leen. Intercambian favores entre sí, y todos los días hay un escándalo nuevo sobre algo. Quieren, sin embargo, constituirse en ejemplo para el mundo. Si hay un país que no puede ser ejemplo para el mundo es precisamente ese país.
Nosotros hemos buscado nuestras formas y nuestras fórmulas, y nos sentimos satisfechos de lo que hemos hecho.
Los acuerdos del IV Congreso se cumplieron plenamente, se convirtieron en leyes, en modificaciones a la Constitución; se hicieron ya las elecciones por voto directo y secreto de los diputados a la Asamblea Nacional, a la Asamblea Provincial. Se ha logrado un proceso de participación cada vez mayor del pueblo en cuestiones fundamentales de la vida del país, incomparablemente más democrático que aquellos modelos que pretenden imponernos. No se conocen esos escándalos de las campañas políticas, de la recaudación de fondos, de los lobbies, de los negocios, de las mafias; ninguno de esos problemas se conocen en nuestro país, y ojalá que nunca se conozcan. Es una sociedad incomparablemente más sana.
Así hemos podido ver también —y debí haberlo mencionado en su momento— el trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, su infatigable actividad en numerosas iniciativas, en la explicación de los problemas, en la discusión de leyes e importantes documentos que se han hecho en estos tiempos, como la Declaración de los Mambises del Siglo XX, o la Ley de Reafirmación de la Dignidad y la Soberanía Cubanas, que se han discutido a lo largo y ancho de la nación.
Las explicaciones que se han dado utilizando los medios de comunicación disponibles han enseñado mucho a nuestro pueblo sobre problemas actuales, sobre problemas internacionales; han divulgado hechos como el incidente de las avionetas, las mentiras que dijeron, las provocaciones que hicieron, algo que venía repitiéndose durante un montón de tiempo, una provocación clara, flagrante, que fue denunciada oportunamente por nosotros al gobierno de Estados Unidos.
Todos esos temas se han explicado ampliamente, se han discutido con el pueblo, han trabajado las comisiones de la Asamblea Nacional, y es justo reconocerlo también en este congreso (APLAUSOS). Muchos han trabajado, todos han contribuido a los éxitos, y todos somos responsables, en alguna u otra forma, de errores o de fracasos.
De este congreso tenemos que salir fortalecidos. Esperamos que nadie se desaliente porque hayamos tenido que hacer algún señalamiento, y que no se desalienten en lo más mínimo los jóvenes, a los cuales hicimos cierto señalamiento, junto a los reconocimientos, para que comprendan; queremos que tengan el máximo de conciencia de su papel, de lo que pueden hacer por su país, de lo que pueden hacer por la Revolución, de lo que pueden hacer por su futuro. De este congreso debemos salir más unidos.
Espero que de los debates resulten enriquecidas nuestras ideas y todo lo que se ha plasmado en los documentos. Ojalá que ese documento sobre "El Partido de la unidad, la democracia y los derechos humanos que defendemos" —que a todos nos gusta mucho— se convierta como en un libro de texto, en el sentido de que no esté ausente nunca y siempre se les hable de ese material a los niños, para que conozcan nuestra historia tal como fue, cómo nos quisieron robar antes de nacer como nación, cómo quisieron apoderarse de nosotros, cómo quisieron impedir nuestra independencia, cómo quisieron impedir el éxito de nuestras luchas; toda la historia bella y consecuente de nuestro pueblo, las páginas de heroísmo que escribió ayer, que escribe hoy, y que escribirá mañana. Y las futuras generaciones habrán de saber cómo se luchó por ellas, cómo se las defendió, qué dura y difícil ha sido esta lucha, qué se espera de los hombres y mujeres de hoy y de mañana.
Realmente, uno puede sentirse orgulloso de que materiales como ese salgan de este congreso, donde están tan bien recogidos los principios, las ideas esenciales; donde con tanta fuerza y elocuencia se defienden nuestro socialismo, nuestro sistema de gobierno y la superioridad de nuestra sociedad a la que quisieran desaparecer del mapa, sobre aquellas sociedades que pretenden ser ejemplos. Espero que ese documento marque un hito en la historia de la vida política de nuestro país.
Ya vamos a concluir y no quiero hacerlo sin referirme de nuevo a lo que decía al principio:
Nos sentimos orgullosos de lo que estamos haciendo, y lo que vemos como un homenaje a los méritos y las virtudes del Che. Pero estoy seguro de que el Che se vería también orgulloso de los méritos y las virtudes de nuestra Revolución; se sentiría orgulloso de la valentía y del heroísmo de este pueblo suyo.
Quiso el azar que, precisamente al cumplirse los 30 años de su caída en combate, podamos haber encontrado sus restos y tenerlos aquí entre nosotros, junto a compañeros que con él cayeron.
Hay miserables y plumas mercenarias que pretenden utilizar incluso al Che como algo que fuera diferente de la Revolución Cubana, hasta en contradicción con la Revolución Cubana. Che y la Revolución Cubana son una misma cosa; Che y los cubanos vinimos en el "Granma"; Che y los cubanos luchamos en la Sierra; Che y los cubanos vivimos la Crisis de Octubre; Che y los cubanos empezamos la construcción del socialismo en nuestro país, este socialismo que es tan nuestro como suyo. Combatientes cubanos estaban allí junto a él, en Africa; combatientes cubanos en su mayoría y escogidos por él, magníficos combatientes, estuvieron allí en Bolivia. Y hoy que su grandiosa figura no puede ser disminuida, que tiene que ser respetada, admirada por un número cada vez mayor de personas en el mundo, como paradigma que es de revolucionario y de ser humano, no hay nada que pueda apartar la idea de la extraordinaria identificación que existió siempre entre el Che y la Revolución Cubana.
Se estrellan contra la verdad histórica, se estrellan contra una mole de acero, y nuestro pueblo gana un prestigio adicional, otro gran honor; se enriquece nuestra historia revolucionaria, nuestra historia internacionalista y nuestro inmenso tesoro de valores, y nos sentimos más comprometidos en hacer lo que estamos absolutamente seguros de que él haría en momentos como este; como estamos seguros de ser dignos de Martí, de Maceo, de Céspedes, de Agramonte, de Gómez, de todos aquellos grandes patriotas; de ser dignos de las ideas de Marx, de Engels y de Lenin. ¿Se puede aspirar a algo más en esta vida? ¿Se puede pedir más al destino? ¡No! ¿Se puede sentir mayor satisfacción? ¡No!
Pasa el tiempo y ocurren estas cosas, y hombres de carne y hueso, compañeros nuestros de todos los días, los vemos hoy convertidos en figuras legendarias. Se enriquece nuestra experiencia sobre lo que es el destino de los hombres, se enriquece nuestra experiencia de esa gran verdad, se enriquece también nuestra experiencia sobre el concepto de la muerte. Qué es la muerte, si aquellos que se dice que murieron están más presentes y están más vivos que nunca aquí junto a nosotros, y vivirán mientras existan revolucionarios, mientras existan patriotas, mientras existan corazones nobles, mientras existan aquellos que llevan en sí las mejores virtudes del ser humano.
No hablo de nada que mencione la palabra eterno; nos gusta decirlo, pero sabemos que no hay cosas eternas —eso nos lo enseñó el marxismo—, solo podríamos decir únicamente que estos entrañables hermanos serán eternos mientras la eternidad exista.
Con orgullo, una vez más digo:
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!