(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
Estimados ministros y dirigentes de la cultura en los países de América Latina, o iberoamericanos;
Distinguidos invitados;
Queridos delegados al I Congreso Internacional de Cultura y Desarrollo:
Ustedes han trabajado, los que participaron en el congreso, durante cuatro días, y, felizmente, el esfuerzo de ustedes coincidió con la reunión de dos días, el 10 y el 11, de los ministros y responsables de cultura, que preceden a la reunión Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en el mes de noviembre. Nosotros hemos procurado tener una idea de lo que han discutido y cómo han sido los debates.
Me ha parecido percibir satisfacción en los organizadores acerca de la forma en que se han desarrollado ambos eventos.
Entre los temas discutidos, sin duda, muchos y de gran valor, algunos me llamaron especialmente la atención, y podríamos decir que personalmente tengo que incluirlos entre los temas relacionados con la cultura y con la política, que aprecio mucho. Por ejemplo: los Estados deben propiciar una política correcta de educación ambiental; la importancia de la historia para la trasmisión de valores y defensa de la identidad de los pueblos; necesidad de rechazar los modelos colonialistas o hegemónicos; el turismo no debe dañar la identidad nacional; necesidad de repensar el mundo actual, crear estados de opinión y trasmitir ideas —lo de trasmitir ideas es algo que considero cuestión fundamental—; urgente necesidad de propiciar, mediante la educación y la implementación de correctas políticas culturales, una verdadera revolución ética en el hombre. Es la primera vez, realmente, que veo planteado este tema con esa precisión.
Por último, hay un punto 12, que no sé si todos absolutamente estaremos de acuerdo, yo por lo menos lo estoy, que dice: La economía capitalista no garantizará el desarrollo perspectivo de la humanidad, pues no tiene en cuenta las pérdidas, en términos culturales y humanos, de su propia expansión. Yo pienso un poco más lejos: no solo no garantiza el desarrollo perspectivo de la humanidad, sino que, como sistema, pone en riesgo la propia existencia de la humanidad.
Ustedes me presionaron para que pronunciara unas palabras el día en que se inició el congreso, y abordé un punto esencial, el relacionado con la trasmisión de las ideas.
No sé cuánto habrán discutido sobre las formas de llevar a cabo ese principio, sí sé que han planteado como elemento fundamental, como política fundamental de la integración de que se habla, la necesidad de que la cultura ocupe un lugar prioritario entre los objetivos de esa integración.
Unidos equivaldríamos a la suma de muchas y muy ricas culturas; en este sentido, cuando pensamos en Nuestra América, como le llamaba Martí, esa América que comienza en el río Bravo, aunque debiera haber comenzado en la frontera de Canadá, porque esa parte pertenecía también a nuestra América, hasta que unos vecinos, expansionistas insaciables, se apoderaron de todo el territorio del oeste de lo que hoy es Estados Unidos, a esa integración es a la que me refiero, incluido el Caribe. Todavía no están en estas reuniones cumbres iberoamericanas los caribeños. Por fortuna, y por primera vez, se reunirán en Río de Janeiro con la Unión Europea, el 28 y el 29 de este mes, todos los países latinoamericanos y caribeños. Ya empezamos a ampliar la familia. En general, los caribeños eran olvidados entre los olvidados, porque también los latinoamericanos lo éramos y lo somos.
La suma de todas nuestras culturas sería una enorme cultura y una multiplicación de nuestras culturas. La integración no debe afectar, sino enriquecer la cultura de cada uno de nuestros países.
Cuando hablamos de unión, en este sentido, lo hacemos todavía dentro de un marco estrecho. Yo creo un poco más: yo creo en la unión de todos los países del mundo, en la unión de todos los pueblos del mundo y en la unión libre, verdaderamente libre; no la fusión, sino la unión libre de todas las culturas, en un mundo verdaderamente justo, en un mundo verdaderamente democrático, en un mundo donde pueda aplicarse aquel tipo de globalización de que habló en su tiempo Carlos Marx y de la que hoy habla Juan Pablo II cuando expresa la idea de la globalización de la solidaridad.
Nos queda la tarea de definir bien qué significa la globalización de la solidaridad, y, si llevamos este pensamiento hasta sus últimas consecuencias, descubriremos que el punto 12 es una realidad, porque me pregunto si el sistema capitalista puede garantizar la globalización de la solidaridad. No se dice la globalización de la caridad, que estaría muy bien mientras tanto, pero ojalá llegue el día en que no haga falta la caridad, y ese día será el momento en que el sentido de la solidaridad sea universal y el espíritu de la solidaridad se haya globalizado.
Dije esto para aclarar que no tengo absolutamente nada de nacionalista estrecho, ni de chovinista, y que tengo un concepto más alto del hombre y albergo sueños más ambiciosos para el futuro de la especie humana, que tanto trabajo ha pasado para llegar a ser lo que es hoy, para alcanzar los conocimientos que posee hoy, para no ser todavía siquiera merecedora del calificativo de una especie verdaderamente humana. Lo que vemos ahora está todavía muy distante; pero tal vez, mientras más distante parezca, más cerca esté, ya que esta humanidad atraviesa una colosal crisis, y solo de las crisis colosales pueden venir las grandes soluciones.
Eso nos ha enseñado la historia hasta ahora, hasta este momento en que la globalización real, que hace pocos años ni siquiera se mencionaba, los enormes avances de la ciencia, de la técnica, de las comunicaciones, la hacen posible e inevitable. Las personas se comunican unas a otras en cuestión de segundos, estén donde estén.
Bastaría decir que a mí me cuesta más trabajo comunicarme con nuestro Ministro de Relaciones Exteriores que con nuestro Embajador en Naciones Unidas. Este está allí con un telefonito celular, y si se encuentra dentro de la sala al lado de su colega, el Embajador norteamericano, con una silla de por medio que estaba vacía, puede hablar; o como hoy, cuando me comuniqué con él, que al preguntarle dónde estaba, si en la Misión, o en la casa, o en las Naciones Unidas, me respondió: "Estoy en el carro." Digo: "¡Cómo en el carro y se escucha bien!" Dice: "Sí, ahora estamos parados en un semáforo", y seguimos hablando unos cuantos minutos más. Es increíble realmente.
Los avances tecnológicos explican la precisión con que los famosos satélites dirigen los misiles y las armas inteligentes, que no son tan tan inteligentes que no se equivoquen con preocupante frecuencia, si es que realmente, en vez de errores, no hay intenciones.
Lo de la Embajada china parecía tan raro, tan raro, tan raro, que, cuando trataron de explicarlo, dijeron que el problema era que estaban realizando los bombardeos utilizando unos viejos mapas no actualizados. Y podía haber caído una también aquí, en esta sala de reuniones, por culpa de mapas no actualizados.
Con la misma velocidad circula el dinero y con la misma velocidad se realizan operaciones especulativas con las monedas por un millón de millones de dólares cada día, y no son las únicas operaciones especulativas que tienen lugar, ni eso es solo con las monedas.
En la época de Magallanes, tardaban no sé cuántos meses en dar la vuelta al mundo, y hoy, en apenas 24 horas, eso se puede hacer.
Yo le di también la vuelta al mundo no hace mucho, haciendo escala en Dinamarca, China, Viet Nam, Japón, Canadá, regresando a La Habana. Me dio por jugar con los números y hacer cálculos. Volando hacia el este, en un avión más veloz, se puede salir de China la madrugada del lunes y llegar a La Habana la tarde del domingo.
Hemos visto cambiar el mundo en unas décadas.
Si ustedes estuvieran de acuerdo, yo introduciría un tema, igual que ustedes han introducido muchos temas, y ese tema se podría denominar: Cultura y soberanía.
Me voy a basar en hechos concretos; no son elucubraciones teóricas, sino cuestiones que podemos ver y las puede ver hasta un miope: Sin soberanía no puede haber cultura. Abel planteaba cómo un puñado de brillantes personalidades lograron salvar, frente al neocolonialismo y el hegemonismo de Estados Unidos en Cuba, la cultura nacional.
Hay otro país que tiene, todavía, más mérito que nosotros: Puerto Rico; lleva 100 años ya como colonia yanki y no han podido destruir ni el idioma ni la cultura puertorriqueña, ¡es admirable! (Aplausos.)
Hoy, desde luego, el imperialismo posee medios mucho más poderosos para destruir culturas y para implantar culturas y homogeneizar culturas; mucho más. Tal vez hoy en 10 años pueda ejercer más influencia que en los últimos 100 años; este ejemplo que mencioné da una idea de la capacidad de los pueblos de resistir y del valor de la cultura. A ellos les privaron de toda soberanía y, a pesar de todo, han resistido.
Si bien es posible citar ejemplos de que puede haber cultura o preservarse un cierto nivel de cultura sin soberanía, lo que no podría concebirse ni imaginarse en este mundo de hoy y hacia el futuro es soberanía sin cultura.
Mientras ustedes, los delegados del congreso, los ministros y dirigentes gubernamentales de la cultura en Iberoamérica, discutían ayer aquí, allá en las Naciones Unidas se libraba una colosal batalla por la soberanía, y diríamos que, al mismo tiempo, una colosal batalla por la cultura. Sí, porque digo que hoy los medios con que cuentan los que dominan económicamente y casi políticamente el mundo son mucho más poderosos de lo que lo fueron nunca.
Esta colosal batalla se libraba alrededor de la reunión del Consejo de Seguridad para discutir un proyecto de resolución relacionado con la guerra desatada contra Yugoslavia, fundamentalmente contra Serbia. A mi juicio, una batalla histórica, porque, realmente, el imperialismo y sus aliados —y se podría decir mejor todavía el imperialismo y los que lo apoyan, aun en contra de sus propios intereses— están librando una lucha colosal contra el principio de la soberanía, una ofensiva impresionante contra ella.
Se veía venir. Cuando se produce el derrumbe del campo socialista, se desintegra la URSS y queda en el mundo una sola superpotencia, ya se veía que esa superpotencia, cuyos orígenes son bien conocidos, y cuyos principios y métodos diabólicos son harto conocidos, no podía dejar de intentar utilizar todo su gigantesco poder para imponer sus normas y sus intereses al mundo, primero por medios cuidadosos y después con medios cada vez más descarnados.
Ya estamos contemplando un imperialismo ejerciendo todo su poder y su fuerza para barrer cuanto le estorbe el camino. La cultura es una de las cosas que les estorba tremendamente el camino; mas ellos son dueños de la inmensa mayoría de las redes de comunicación, tanto como poseer un 60% de la red mundial de comunicaciones; las cadenas más poderosas de televisión que no tienen rival; el monopolio prácticamente de las películas que se exhiben en el mundo.
Podemos decir que Francia, que libra una batalla casi heroica por preservar su cultura lo más posible frente a la invasión cultural norteamericana, es el único país de Europa, que yo conozca, donde no alcanza el 50% del total las películas norteamericanas que se exhiben; en los demás países del Viejo Continente pasa del 50%, llega al 60%, 65%, 70% y hasta el 80% en algunos de ellos. De los seriales de televisión, el 60%, 70%, 80%, 90%, de modo que alrededor de un 70% de los seriales de televisión que se exhiben, y el 75% de los casetes que se circulan son norteamericanos, cifras que ustedes deben haber leído. Ramonet habla de ellas. Es un monopolio casi absoluto.
Hay países latinoamericanos importantes donde el 90% de las películas y seriales que se exhiben son norteamericanos, y ustedes saben todo lo que viene por ahí. De Europa es muy poco el material que llega. Una colonización cultural norteamericana total en ese campo.
Baste decirles que en nuestro caso nos cuesta un enorme trabajo encontrar películas que tengan algún valor, que tengan calidad moral y cultural. ¿Cómo escapar de las películas casi exclusivamente de violencia, de mafia, de sexo? ¿Cómo escapar de tantas películas enajenantes y del veneno que distribuyen por el mundo? Y nos cuesta trabajo; para nuestra televisión, que no tiene anuncios, como les decía, salvo excepciones, encontrar una película para los viernes y para los sábados, es harto difícil. Y las críticas que la población hace de lo que se exhibe son frecuentes. Aunque se copien, porque debemos decir con toda sinceridad que, en la misma medida en que nos bloquearon, nos impidieron toda importación, nos vimos obligados a copiar.
Hay cosas que resultan fáciles de copiar, entre ellas las películas, y creo que los compañeros de nuestro prestigioso ICAIC, en los primeros años —y con razón, es un mérito histórico— se especializaron en copiar películas norteamericanas, cuando había algunas buenas; antes había más películas norteamericanas de calidad, como también europeas. Se podían ver.
El espíritu comercial se ha introducido de tal manera que es aplastante aplastante para la cultura. ¿Qué país en Europa puede gastar 300 millones o más en una película? ¿Qué país en Europa puede obtener ganancias de 500 millones, comercializar 1 200 millones alrededor de una película? Esas son empresas que lo exprimen todo: por la venta de mercancías, alrededor de una película costosa y muy promocionada, ganan más que por la exhibición del filme.
Aparte de que esas películas, solo con el mercado de Estados Unidos, cubren ya todos los costos y producen elevadas ganancias. Calculen ustedes, las pueden vender luego mucho más barato en cualquier parte de Europa o del mundo. ¿Quién puede competir con ellos?
Y aun esos países europeos, algunos de ellos bajo un verdadero trauma cultural, otros relativamente indiferentes al fenómeno, que aspiran con su unidad y su integración a desarrollar sus posibilidades económicas, tecnológicas, científicas y culturales, como una cuestión prácticamente de supervivencia —y no se trata de países pequeñitos, pequeñas islas, o naciones muy pobres, subdesarrolladas, que tienen 200 ó 300 dólares anuales de Producto Interno Bruto per cápita, sino de países que tienen 20 000, 25 000, 30 000, y alguno hasta 40 000 dólares per cápita de Producto Interno Bruto—, apoyan la política imperialista, apoyan hoy la política de barrer con los principios de la soberanía.
Ellos, claro, van cediendo soberanías nacionales, en la medida en que se unen, abren fronteras, aplican la libre circulación del capital, de los trabajadores, de los técnicos e instituciones comunes que aportan ventajas exclusivamente para los países europeos; los del Sur tienen que llegar en botecitos y entrar ilegalmente.
Aquellos países van renunciando a la moneda nacional, y con buena lógica, para adoptar una moneda común, que no es lo mismo que adoptar una moneda extranjera regida por el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, que prácticamente significa anexar el país a Estados Unidos.
¿Qué sería de nosotros que, al menos, hemos demostrado que se puede resistir un doble bloqueo y un período tan difícil como hemos estado atravesando estos años; cómo habría sido posible si no tuviéramos nuestra propia moneda?, a lo cual puedo añadir, entre paréntesis, que la hemos revalorizado siete veces. De 1994, en que con 1 dólar se adquirían 150 pesos, a 1999, o fines de 1998 —digamos casi cinco años, hay que contar 1994 completo—, la hemos revalorizado siete veces. De modo que hoy por 1 dólar solo se pueden adquirir alrededor de 20 pesos. Ningún país ha hecho eso, se lo advierto, ¡ninguno!
Las fórmulas del Fondo Monetario, todas las recetas que impone, ustedes lo saben muy bien, ¿adónde conducen? A tener sumas, a veces enormes, guardadas de reserva para proteger la moneda y que, a pesar de todo, en unos cuantos días, o en unas cuantas semanas, pueden ver desaparecer esas reservas, fruto de ahorros, o fruto de privatizaciones. En cuestión de días lo hemos visto. Nosotros ni tenemos ni necesitamos esas enormes reservas. Los demás las tienen y las pierden.
Solo hay un país, ¡uno solo en el mundo!, que no necesita ni reservas, porque es el que imprime los billetes que circulan por el mundo; el país que —como hemos dicho otras veces— convirtió primero el oro en papel el día que unilateralmente suspendió la libre conversión de sus billetes, el cambio de oro de sus reservas por el papel moneda que imprimían, aceptada por todos en virtud de su valor equivalente en oro, y luego después cuando convirtió el papel en oro, el milagro aquel que aspiraban a realizar desde la edad media los alquimistas; es decir, imprimen un papel que circula como si fuese oro. Estoy explicando el fenómeno de forma simple, aunque es más complejo el procedimiento.
Ellos utilizan los bonos de la tesorería y aplican distintos mecanismos; pero la cuestión, en esencia, es que pueden darse ese lujo, son los que imprimen la moneda que circula por el mundo, los que imprimen los billetes de las reservas de los bancos de todos los países del mundo. Imprimen el papel, compran, y aquellos guardan el papel —una gran parte, no todo, desde luego, entiéndase bien. Son, por tanto, los que imprimen la moneda de reserva del mundo. Esa es una de las causas por las cuales surge el euro, en un intento de sobrevivir frente a ese privilegio y a ese poderío monetario, digamos; y que no venga un especulador cualquiera y les haga a cualquier país europeo lo que hicieron al Reino Unido, a Francia, a España y otros a los que devaluaron la moneda y los hicieron víctimas de enormes operaciones especulativas, ya que cuando se reúnen unos cuantos lobos norteamericanos multimillonarios no hay país que resista sus ataques especulativos.
La libra esterlina, otrora no lejana reina de las monedas, fue puesta de rodillas en cuestión de días. Eso puede dar una idea de lo que quiero decir. Y ese país, bueno, no hay casi ni que decirlo, es Estados Unidos. Es el único que está protegido. Eso es lo que, desesperados, lleva a algunos a pensar —frente a las continuas e incesantes devaluaciones, crisis, catástrofes y fugas de capitales— en la idea de suprimir la moneda nacional y adoptar el dólar como moneda nacional, administrada por la Reserva Federal de Estados Unidos.
Si nosotros tuviéramos un sistema como ese, por ejemplo, y nuestra moneda fuera el dólar, bloqueados, sin poder adquirir dólares, comprándoles a los campesinos sus productos, una gallina, un huevo, un mango ó 100 mangos en dólares, ¿podría existir este país? En nuestras condiciones, por lo que hemos tenido que pasar y por lo que hemos aprendido, nos damos cuenta de que si no tuviéramos nuestro modestísimo peso, que hemos reevaluado, como dije, siete veces, no lo habríamos podido reevaluar en lo más mínimo. Aquí se habrían cerrado prácticamente todas las escuelas y no se ha cerrado una sola; todos los hospitales y no se ha cerrado uno solo; al contrario, en este período especial hemos incrementado el cuerpo médico del país, especialmente los médicos que trabajan en la comunidad, aunque también en los centros hospitalarios, en una cifra que asciende a 30 000 nuevos médicos aproximadamente, a pesar de nuestras grandes dificultades económicas, escasez de recursos, e incluso de medicamentos muchas veces, aunque tengamos los esenciales.
Hoy el periódico publicaba que en la provincia central del país, no en la capital, sino en Villa Clara, la mortalidad infantil en niños menores de un año estaba a nivel de 3,9 por cada 1 000 nacidos vivos. Si pensamos, por ejemplo, en Washington, la capital de Estados Unidos, debe tener una mortalidad infantil cuatro o cinco veces mayor que en la provincia de Villa Clara. Hay un barrio, el Bronx, que tiene 20 por cada 1 000, y hay lugares en Estados Unidos con 30 por cada 1 000.
Nuestra mortalidad infantil, como promedio nacional, está por debajo del promedio nacional de Estados Unidos, por lo menos, en dos o tres puntos; quizás estén en 10 ó en 11, y nosotros tenemos la esperanza este año de bajar de 7, y tuvimos en el pasado año 7,1.
Es por el esfuerzo realizado que no se ha cerrado un solo círculo infantil. ¿Para qué hablar? No se ha cerrado una sola consulta del médico de la familia, ha aumentado en muchos miles el número de consultorios, en este período especial. Y eso lo hemos podido hacer, desde luego, porque hay una Revolución, hay un pueblo unido, hay un espíritu de sacrificio, hay una cultura política bastante generalizada, porque cuando se habla de cultura no se puede olvidar la cultura política, que es una de las ramas cuyo desarrollo necesitamos mucho y de la que se carece mucho en el mundo, puesto que no hay que pensar ni imaginarse que un norteamericano promedio tenga cultura política, o tenga más cultura política que un cubano, o que un europeo. Admito que los europeos tienen más cultura política que los norteamericanos, pero en general los europeos no tienen más cultura política que los cubanos, eso es seguro. Se puede hasta hacer un concurso con promedio europeo de conocimientos políticos y promedio cubano; entre gente que no vive enajenada por millones de cosas y gente que, desgraciadamente, lo viven.
En nuestros países latinoamericanos a veces la necesidad y la pobreza ayudan a desarrollar más la cultura política que en aquellos países muy ricos que no sufren las calamidades que sufrimos nosotros. Por eso en los congresos latinoamericanos de maestros, de miles de maestros que se efectúan en Cuba, no hacen más que hablar de los horrores del neoliberalismo, que les quita los presupuestos; y en los congresos de médicos dicen horrores, en los de estudiantes o en los de cualquier tipo, porque lo están viendo todos los días y adquieren conciencia. Desde luego, hay horrores en Latinoamérica que ya hace rato no se ven en Europa, donde pueden tener hasta subsidios que, según cuentan algunos, permiten, incluso, salir de vacaciones al exterior 15 días y más de una vez al año.
Donde no existe nada de eso se sufre mucho más. Terreno más fértil para adquirir cultura política lo tenemos, en nuestro caso además, experiencia acumulada por el país, batallas muy difíciles frente a las agresiones imperiales, dificultades muy grandes y las dificultades también hacen a los luchadores.
Pero, además de todo eso, nada de lo que les estoy diciendo podríamos hacer si no tuviéramos una moneda nacional que nos ayude a redistribuir, y muchos servicios. Desde luego, la comparas con el dólar y viene la fórmula engañosa del cambio en las Casas de Cambio entre el dólar y el peso, y si dice que está 20 a 1, entonces alguien que gane 300 pesos dicen que gana 15 dólares. Si fuera en Nueva York, a los 15 dólares habría que añadirle de 1 000 a 1 500 dólares de salario por pago de alquileres, otros 500 por pago de servicios de salud pública —ya estaríamos como en 2 000—, otros entre 500 y 1 000 ó más, según el nivel de enseñanza, porque hay matrículas universitarias que allí cuestan 30 000 dólares al año; se le suman unos 750 dólares más por la educación que reciben gratuitamente niños, adolescentes y jóvenes, entonces la suma podría dar unos 2 750 dólares más 15, serían 2 765 dólares. Se hace muy engañoso todo, ¿no?
Si toman en cuenta que todos los niños hasta los siete años reciben en Cuba un litro de leche por 25 centavos de peso cubano, es un niño o una familia que está pagando de los supuestos 15 dólares, solo 1,3 centavos de dólar por un litro de leche, y así por otros alimentos esenciales. No son, desgraciadamente, suficientes, desde luego, pero hay una cantidad determinada de alimentos que medidos en dólares se adquieren a un precio ínfimo.
Si usted va a nuestro estadio puede ver un partido de pelota importante por 50 centavos, máximo un peso; si va a Baltimore, allí donde tuvo lugar el encuentro del equipo nuestro con el equipo norteamericano, de los 45 000 aficionados que allí se reunieron, el que menos pagaba, pagaba 10 dólares; y el que más pagaba, pagaba 35 dólares. Para ver un espectáculo semejante cien veces, el cubano paga un máximo de 100 pesos; un norteamericano tiene que pagar 3 500 dólares. Así ocurre con muchas otras actividades y servicios. Pero nuestro sistema, con todas esas características, no podría lograr eso sin una moneda nacional.
Bien, esta larga disquisición relacionada con el problema de lo que significa una moneda nacional y las cosas delirantes que se les ocurren a los que piensan abolir la moneda nacional.
Aquellos allá en Europa, cuando hablan de soberanía, no pueden tener el mismo concepto que nosotros. Ellos se están uniendo y cediendo a un Estado supranacional, a una comunidad supranacional muchas de las atribuciones del Estado nacional. Los demás países en otras partes del mundo tienen que hacerlo, y los latinoamericanos tenemos que hacerlo. De lo contrario, no avanzamos ni tres metros; mejor dicho, retrocederíamos más metros cada año, si no nos integramos. No hay que predicarlo, hay que crear conciencia, trasmitir una idea que es elemental, viendo lo que ocurre en el mundo.
Realmente, hay quienes nos quieren integrar, un vecino muy poderoso, muy cercano que nos quiere integrar a ellos. Desde luego, para contar con los recursos naturales y la mano de obra barata de cientos de millones de latinoamericanos produciendo pantalones de vaqueros, zapatos, pulóveres, cosas manuales que exigen mucha fuerza de trabajo, y para allá, para las industrias de punta —como les llaman ellos—, el continuo robo de cerebros; porque ahora mismo hablan de contratar 200 000 trabajadores extranjeros de alta calificación para sus industrias electrónicas, y preferiblemente latinoamericanos. Y así, a ese personal altamente calificado que ustedes forman en las universidades se lo llevan, a los que tienen más talento científico se los llevan; a esos sí les dan visa, esos no tienen que ser espaldas mojadas, esos no tienen que ser inmigrantes ilegales.
Si hay un buen artista, un excelente artista de los que puedan ser explotados comercialmente, se lo llevan; a un gran escritor como García Márquez, no se lo pueden llevar, porque puede ser que García Márquez se los lleve a ellos (Aplausos), o al menos una parte importante de los billetes que imprimen por el alto valor de sus obras. Un buen escritor puede trabajar en su propio país. No tiene que emigrar. Pero en muchas ramas del arte no es igual y se llevan los mejores talentos; a muchos, no a todos, desde luego. Un Guayasamín no podía ser comprado ni con todo el dinero que imprima la Reserva Federal. Hay hombres que no pueden ser seducidos con ningún dinero, hombres y mujeres —para que no me acusen de discriminador, prefiero añadir esas dos palabras más—, y aquí los tenemos, ¡aquí los tenemos! No necesito mencionar nombres, pero hay hombres y mujeres que valen más que todo el oro del mundo. Esas son realidades.
Cosas que les explico, realidades que ayudan a comprender estos fenómenos de soberanía, que ayudan a comprender esa batalla; porque hay tanta mentira, tanta demagogia, tanta confusión y tantos métodos ideados para divulgarlas, que es necesario un enorme esfuerzo de esclarecimiento constante. Si no se entienden unas cosas no se pueden entender las demás.
Se habla de fuga de capitales, de capitales volátiles, por ejemplo, los préstamos a corto plazo, como si esos fueran los únicos capitales volátiles. En cualquier país latinoamericano, de repente, los capitales volátiles se van; pero junto con los volátiles se va también todo el dinero ahorrado por los ahorristas del país, porque, si aquellos se lo llevan porque tienen temor a una devaluación o algo similar, los otros salen corriendo para el banco, lo cambian por la moneda norteamericana y lo trasladan a Estados Unidos, donde cobran un interés mayor o menor, según la situación. Pero todo el dinero latinoamericano y caribeño es capital volátil, entendámoslo bien; no lo son solo aquellos préstamos a corto plazo, con un elevado interés, que después se lo llevan rápidamente ante cualquier situación de riesgo sus dueños. Nuestro dinero se vuelve volátil. Menos el cubano, no hay manera de que se volatilice nuestro dinero. ¡Ah!, si se lo quieren llevar, muy bien, encantados, disminuirá el circulante, aumentará el valor del peso.
Ahora los europeos se unen, ¿no?, para competir con su competidor. Ellos hablan de ser socios y aquel no quiere ser socio de nadie; en todo caso, nuestro vecino quiere ser socio privilegiado. Constantemente toman medidas contra Europa: que si le prohiben la exportación del queso por tal y más cual cosa, o de tal otros productos cárnicos porque emplean determinados piensos; siempre inventan. Ahora mismo, con motivo del plátano y una resolución de la nada imparcial Organización Mundial de Comercio, han castigado a Europa, en sus exportaciones, por un monto de alrededor de 500 millones de dólares, si no recuerdo mal. Ellos toman medidas todos los días, o amenazan con tomarlas. Esa arma la tienen siempre esgrimida. ¡No!, para cualquiera que piense un poco es muy claro que Europa tiene que competir muy duro con ellos.
Hasta vemos con satisfacción esta reunión caribeña y latinoamericana con la Unión Europea que mencioné anteriormente. Es bueno, es conveniente; yo pienso que es conveniente para Europa, es conveniente para el Caribe y conveniente para América Latina. Y ojalá el euro se fortalezca, ahora ha bajado un poquito, está sufriendo un poco las consecuencias de la guerra aventurera y genocida —para calificarla por su nombre real, además de aventurera.
Nos conviene que haya otra moneda de reserva, para que haya dos y no una sola en el mundo, y ojalá hubiera tres; a nosotros nos conviene que haya más de una moneda fuerte y estable.
Espero que, entre tantas locuras históricas que hemos cometido, no terminemos adoptando el dólar como moneda de circulación en este hemisferio, administrado todo desde la Reserva Federal de Estados Unidos, porque ellos no van a aceptar allí ningún representante latinoamericano. Porque si en su sistema de Reserva Federal aceptaran un representante por cada uno de los países latinoamericanos, hasta nosotros les enviamos uno, si nos lo permiten.
Claro, esa es una utopía, desde luego, ellos no van a recibir a ninguno, ni siquiera de los países más ricos, de mayor desarrollo, de mayor Producto Interno Bruto, ni siquiera de Brasil o Argentina, o México, para mencionar los mayores países hermanos de América Latina; nunca van a aceptar un representante allí en su sistema de la reserva. Más bien el destino latinoamericano y caribeño es un destino peligroso, pero no es un destino perdido ni mucho menos, se puede luchar.
El concepto de soberanía, entiéndanlo, camaradas europeos, no puede ser el concepto que ayer defendió un representante europeo de manera abierta y descarada, por primera vez, desde que se vienen debatiendo ideas y desarrollando doctrinas contra la soberanía. En general, Europa está bastante comprometida con esa doctrina antisoberanía impulsada por el imperialismo de la superpotencia.
Así se explica que un país europeo, cuyo Embajador habló allí de una manera como nunca se había hablado en Naciones Unidas, conceptuara como algo anacrónico la Carta de las Naciones Unidas y el principio de la soberanía y la no intervención como algo fundamental del derecho internacional. Ya los que así se manifiestan han renunciado prácticamente a la soberanía, y van a disfrutar, solo en un futuro cada vez más próximo, simplemente de una autonomía nacional dentro de un estado supranacional, con un parlamento supranacional, con un ejecutivo supranacional.
Incluso ahora, en premio de sus gloriosas hazañas bélicas y olvidados de los que murieron y de los millones que han sufrido y guardarán las huellas por toda la vida, han creado una especie de ministro europeo de Relaciones Exteriores para premiar a un personaje que se cree en serio lo que no es y actúa como lo que es. Me refiero al gran mariscal y Secretario General de la OTAN. ¡Ah!, ¿no saben ustedes quién, nunca lo han oído mencionar? Fue Ministro de Cultura en un país europeo, sí, Javier Solana. ¿No sabían que fue Ministro de Cultura? Cuando yo lo conocí —en una cumbre iberoamericana que hubo en España, me esperó en el aeropuerto, enviaban distintos ministros— y conversé con él unos breves minutos protocolares, en aquella época era un pacífico ministro que portaba carteles y participaba activamente en las manifestaciones anti-OTAN, y hoy es el Secretario General de la OTAN, mariscal de campo —porque tiene que ser por lo menos mariscal de campo para darles órdenes a los generales norteamericanos—, ahora lo van a convertir en una especie de Ministro del Exterior europeo.
A compañeros nuestros la prensa les pregunta: ¿Ustedes no están preocupados de que lo hayan nombrado Ministro de Relaciones Exteriores de Europa? Nosotros, en realidad, no solemos preocuparnos por nada, ni cambiamos principios por intereses o por conveniencia; pero podríamos responder que lo preferiríamos de Ministro de Relaciones Exteriores que de mariscal de campo de la OTAN. No sé qué poder tendrá como Ministro de Relaciones Exteriores; sabemos perfectamente el que supuestamente tiene como Secretario General de la OTAN.
¡Ah!, por ahí tenemos todas las declaraciones que hizo, las que precedieron a la guerra y todas las que hizo durante la guerra, y conozco pocos personajes tan aferrados a la doctrina de la violencia, de estilo tan amenazador, con un lenguaje tan despiadado y duro. Claro que tiene una responsabilidad muy grande, y la asumió, al dar formalmente la orden al general Clark, jefe de las fuerzas militares de la OTAN en Europa, de iniciar los bombardeos a tal hora y en tal punto, después que los países de la OTAN dieron a su Secretario General la facultad de iniciar la guerra cuando, a su juicio, los procedimientos diplomáticos estuviesen agotados; como Secretario General emitió las órdenes, hizo declaraciones casi constantemente durante más de 70 días de brutales bombardeos, todas amenazantes, todas prepotentes, todas abusivas, casi todas cínicas. Y después de la reunión de ayer en el Consejo de Seguridad, la última de sus supuestas órdenes: el cese de los bombardeos. Todo en el marco de un gran teatro.
¡Qué obedientes, realmente, son los generales norteamericanos!, un modelo de disciplina como jamás existió en la historia. Inmediatamente atacan, o inmediatamente cesan los ataques, porque un ilustre exministro de cultura les dio la orden.
¿Pueden tener los países de la Unión Europea el mismo concepto de soberanía que México, que Cuba, que República Dominicana, que cualquier pequeña islita caribeña; que un país centroamericano, que Venezuela, que Colombia, que Ecuador, que Perú, que Brasil, que Argentina; o un país del sudeste asiático, Indonesia, Malasia, Filipinas? ¿Pueden tener el mismo concepto de la inmensa mayoría de los países del mundo que están desintegrados?
Cuando nosotros estemos integrados todos en una América Latina y caribeña unida, nuestro concepto de soberanía será diferente. Tendremos que ceder muchos de esos principios para acatar las leyes y las administraciones o decisiones de un estado supranacional.
Algo más: un marxista no puede ser jamás un chovinista estrecho. Puede ser un patriota, que no es lo mismo; sentir amor por su patria, que no es lo mismo.
Mucho tiempo antes que hoy, hubo hombres que soñaron, como Bolívar, hace casi 200 años, en una América Latina unida; hubo hombres, como Martí, que hace más de 100 soñaron con una América Latina Unida. Y cuando hablo de América Latina, en aquella época, cuando Bolívar proclamó sus sueños, no estaba constituida todavía por países independientes.
El primer país independiente, después de Estados Unidos, fue precisamente Haití. Y ayudó materialmente a Bolívar, en su lucha por la independencia latinoamericana, e incluso con sus ideas y sus intercambios, a afianzar en Bolívar la conciencia del deber impostergable de abolir la esclavitud, lo que no ocurrió a raíz del primer movimiento independentista triunfante en Venezuela.
En Estados Unidos hubo —como ustedes saben— una lucha por la independencia, una declaración de principios en 1776, y solo después de casi 90 años, y tras una sangrienta guerra, es formalmente declarada la abolición de la esclavitud, solo que los esclavos muchas veces comenzaron a estar peor, porque como ya no eran propiedad de un dueño, no eran capital del dueño, si se morían estos no perdían ni un centavo. Con anterioridad, si algún esclavo moría, su dueño perdía lo que le costó adquirirlo en la famosa subasta. Ya después —como pasó aquí también, exactamente, y en todas partes—, estaban prácticamente peor.
En América Latina desapareció la esclavitud como sistema, en época mucho más temprana que en Estados Unidos. Hubo hombres que soñaron con estas cosas. Hubo hombres que en aras de la creación de una gran república unida y fuerte soñaron con que cada uno de nuestros actuales países, sin renunciar a sus sentimientos nacionales, depusiera sus prerrogativas o aspiraciones a la independencia nacional, por separado, de cada uno de ellos.
No había ni siquiera Estados independientes, cuando Bolívar soñaba con una América Latina unida en un Estado grande y poderoso, a partir de las similitudes que tenemos, como ningún otro grupo de países en el mundo, de idioma, en primer lugar, etnias de parecido origen, creencias religiosas y cultura general.
La religión forma parte también de la cultura. Cuando nosotros meditamos acerca del fenómeno de la invasión por parte de sectas fundamentalistas en la América Latina —son cosas que se conocen, sabemos que son ideas que surgieron durante la guerra fría—, me pregunto: ¿Por qué esa invasión que nos quiere dividir en mil fragmentos? ¿Por qué esa invasión fundamentalista?, cientos, incluso miles de denominaciones religiosas nada ecuménicas, diferentes a las denominaciones religiosas cristianas tradicionales cada vez con mayor espíritu ecuménico.
En mi época de estudiante, no tenían nada de ecuménicas. Realmente, cuando nos visitó el Papa, al recibirlo, en mis palabras de bienvenida, alababa el actual espíritu ecuménico de su Iglesia. Recordaba que no era así en mis años de estudiante, desde primer grado hasta graduarme de bachiller, que cursé en escuelas católicas. Además, interno, como regla, salvo muy breves períodos en que por excepción estuve externo. Mucho han cambiado desde entonces las relaciones entre las iglesias tradicionales.
Me pregunto ahora: ¿Por qué nos quieren fragmentar con la invasión de miles de sectas antiunitarias? Comprendemos mejor que en América Latina las creencias religiosas comunes constituyen un importante elemento de cultura, identificación e integración. No se trata de que tenga que ser una sola iglesia, ni mucho menos, sino iglesias unitarias, iglesias ecuménicas. Esos factores debemos preservarlos.
Tenemos los latinoamericanos más cosas en común, muchas más, que los europeos. Hasta hace poco estuvieron haciéndose la guerra unos a los otros durante siglos. Hubo una que la llamaron la Guerra de los Cien Años, y guerras de todo tipo: religiosas, nacionales, étnicas. Los que conocen un poco de historia saben eso perfectamente bien.
Los europeos han sobrepasado todo eso, porque han tomado conciencia de unidad. Hay que decir realmente que los europeos tomaron conciencia —sus políticos, en general— de la necesidad de unirse y de integrarse y llevan alrededor de 50 años trabajando en esa dirección. Nosotros casi no hemos ni siquiera comenzado.
La Carta de las Naciones Unidas y los principios de la soberanía son absolutamente imprescindibles y vitales para la inmensa mayoría de los pueblos del mundo, especialmente para los más pequeños y débiles, no integrados todavía a ninguna agrupación supranacional fuerte en la actual etapa de desarrollo político, económico y social extraordinariamente desigual de la comunidad humana. Estados Unidos, que es capitán y jefe de las doctrinas que se esgrimen en el seno de la OTAN, quiere barrer hasta los cimientos de las soberanías nacionales, sencillamente para apoderarse de los mercados y los recursos naturales de los países del Tercer Mundo, incluidos los de la antigua Unión Soviética, como Azerbayán, Uzbekistán, Turkmenistán y otros, siendo ya casi dueño de las grandes reservas petrolíferas del Caspio, para ejercer el papel de un nuevo superimperio romano de carácter mundial que, desde luego, durará mucho menos que el Imperio Romano, en proporción inversa a la magnitud de sus ambiciones, su torpeza y la resistencia universal que van a encontrar.
Pero se prepara para el desarrollo, la consolidación y el ejercicio del imperio sin límites. Algunos analistas y escritores norteamericanos, del mismo grupo de Ramonet, y también él, denuncian la invasión cultural, el dominio casi total de los medios de divulgación masiva y el monopolio cultural que intentan imponer al mundo, demostrando cómo los más fervientes teóricos del imperio consideran la cultura el arma nuclear del siglo XXI. Pero no hay que documentarse demasiado para creerlo, se ve claro en todo lo que hacen y en la forma en que lo hacen.
¿Pretextos del imperio? ¡Ah!, razones humanitarias; derechos humanos, una de las cosas que mencionan, en virtud de los cuales hay que liquidar las soberanías; conflictos internos que hay que resolver con bombas y misiles "inteligentes".
¿Quién lo está planteando? Mirando, recordando lo ocurrido en las últimas décadas en nuestro hemisferio, ¿quién fue el padre de todos los golpes de Estado? ¿Quién entrenó a todos los torturadores en las técnicas más sofisticadas? ¿Quién fue el responsable de que hubiese países relativamente pequeños, donde más de 100 000 personas fueran desaparecidas y alrededor de 150 000 en total murieran?, ¿o de que en otras naciones decenas de miles de hombres y mujeres corriesen igual suerte?, hablo en estas solo de personas que fueron desaparecidas después de horribles torturas. ¿Quién preparó a sus siniestros autores? ¿Quién los armó? ¿Quién los apoyó? ¿Cómo van a venir ahora con la historia de que hay que erradicar la soberanía nacional en nombre de los derechos humanos?
Hace unos cuantos años mataron a 4 millones de vietnamitas lanzando millones de toneladas de explosivos, sobre un país que estaba a 15 000 ó 20 000 kilómetros de distancia, bombardeado con saña no se sabe durante cuánto tiempo; 4 millones, sin contar los incapacitados para toda la vida, y ahora piden que se erradique la soberanía en nombre de los derechos humanos.
¿Quién armó, por ejemplo, a la UNITA en Angola, que durante 20 años masacró aldeas enteras y mató a cientos de miles de angolanos? Lo sabemos muy bien, porque estuvimos allí mucho tiempo apoyando al pueblo angolano, frente a la agresión de los racistas sudafricanos. Todavía están matando allí, y su líder predilecto tiene cientos de millones de dólares en los bancos —no sé quiénes le habrán lavado el dinero— con los cuales en parte compra armas, algo que les agrada mucho a los productores de las mismas. Controla extensas zonas muy ricas en diamante. Posee cientos de millones de dólares como fortuna personal.
Así, por el estilo, no hubo gobierno represivo en este mundo al que no apoyara. El apartheid, ¿por qué llegó a tener siete armas nucleares? Siete tenían cuando estábamos nosotros allá, en la frontera de Namibia. ¡Ah!, no lo sabía el Servicio de Inteligencia de Estados Unidos que lo sabe todo. ¿No lo sabía? ¿Y cómo llegaron allí aquellas armas? Se puede decir que es uno de los temas, una de las preguntas que pueden hacerse y una de las cosas que se sabrán con toda precisión un día, cuando se desclasifiquen algunos documentos, porque llegará el día en que se sabrá absolutamente todo.
Uno podría preguntar, incluso, dónde están esas siete armas nucleares, porque los que las fabricaron dicen que las destruyeron, es lo único que afirman los del apartheid. Los líderes del ANC no lo saben. Nadie ha respondido esa pregunta. Todavía hay muchas preguntas que no se han respondido nunca.
¿A Mobuto quiénes lo apoyaron? Estados Unidos y Europa. ¿Dónde están los miles de millones que Mobuto se llevó del Congo? ¿En qué banco están guardados? ¿Quiénes lo protegieron y cuidaron o heredaron su inmensa fortuna?
Así podría seguir citando muchos ejemplos. ¿Quién apoyó las agresiones contra los países árabes? Fue Estados Unidos.
No tengo absolutamente nada de antisemita ni mucho menos; pero hemos sido muy críticos de las guerras contra los países árabes, expulsiones masivas, diáspora de palestinos y otros árabes. ¿Quién las apoyó? Y hay otras muchas guerras abiertas o sucias y otros hechos similares que no voy a mencionar, que han estado haciendo y continúan haciendo los que quieren barrer la soberanía o los principios de la soberanía, en nombre de razones humanitarias. Claro, ese es uno de los pretextos, mencionando mucho lo ocurrido en Africa.
Los propios africanos están preocupados por resolver los problemas de la paz en su continente, con razón; tratan de unirse, tienen un fuerte sentido de unidad, tienen también sus agrupaciones regionales. Tratan de buscar arreglo a los conflictos. Pero, ¿quiénes ocuparon y explotaron Africa durante siglos? ¿Quiénes la mantuvieron en la pobreza y el subdesarrollo? ¿Quiénes establecieron esas fronteras que atraviesan etnias completas, de modo que la misma etnia está de un lado y del otro de aquellas fronteras?
Con mucha sabiduría, mucha, mucha, mucha sabiduría, los africanos, desde que empezaron a ser Estados independientes, plantearon el principio de la intangibilidad de la frontera, que las fronteras heredadas eran sagradas; porque, de lo contrario, la cantidad de conflictos que se habrían desatado en Africa hubiese sido enorme.
Las potencias coloniales crearon todo eso, ellas son responsables de la explotación a través de los siglos, del atraso y la pobreza. ¿O vamos a buscar una interpretación racista de las razones de la pobreza de esos pueblos africanos, cuando se sabe que en ese continente existían civilizaciones de notable desarrollo, cuando por Berlín, por París y por otros muchos lugares de la ilustre Europa vagaban las tribus que la recorrían? Ya existía más de mil años antes una civilización en Egipto, una civilización en Etiopía y en otros puntos de Africa. Estados Unidos surge 20 siglos después. ¿Cuál es la causa de esa pobreza si no el sistema colonialista, esclavista, neocolonialista, capitalista e imperialista que imperaron en el mundo en los últimos siglos? ¿Por qué no pudieron beneficiarse esos pueblos con los frutos de la ciencia y el progreso humano? Los que explotaron a esos durante siglos son los únicos culpables.
También en un tiempo tuvieron semicolonizada y humillada a China. Se sabe que a Japón, en el siglo pasado, le abrieron sus puertos al comercio mundial a cañonazos; se sabe que el imperio británico envió sus soldados a conquistar un pedazo del territorio chino y en coalición con otras potencias europeas e incluso Estados Unidos, envió tropas hasta Pekín, y hubo la guerra del opio; invasiones y guerras para vender opio.
Ahora quieren hacer invasiones cuando en un país se siembra amapola, y no el país, sino un número de gente hambrienta y desesperada, a veces. Naciones empobrecidas, ante el enorme mercado de drogas existente en Estados Unidos, que no fue creado por ningún país latinoamericano, ni cualquier otro país del mundo, siembran amapola o coca para el consumo colosal de los países industrializados y ricos.
Se podría preguntar cuánta droga consumen per cápita en Estados Unidos y en Europa; posiblemente sea mucho más que en Brasil, o que en Argentina, o que en Uruguay, o que en Paraguay, o en Centro América, o México, o, incluso, en la propia Colombia. El mercado está allá en el norte. La desgracia para nuestros países, aquellos donde surgió el cultivo, fue la existencia de una gran demanda en Estados Unidos. Esto es importante, porque la doctrina que han estado elaborando contra la soberanía, que han estado discutiendo entre ellos y los demás miembros de la OTAN, e insinuando poco a poco, gota a gota, fue ayer prácticamente la primera vez que intentaron promoverla públicamente.
Hay lo que se llama amenazas globales, como motivos que podrían justificar plenamente una intervención, citemos cuatro: droga, es uno; terrorismo, otro; posesión de armas de destrucción masiva, otro. Ellos no, ellos pueden tener todas las armas de destrucción masiva que quieran, miles de armas nucleares, como Estados Unidos, y cohetes que con gran precisión pueden colocar en cualquier parte del mundo; todo un arsenal de laboratorios que se dedicaron a las armas biológicas —contra nosotros emplearon las armas biológicas— y armas de cualquier otro tipo. Han hecho acuerdos unos y otros para eliminar las armas químicas y biológicas; pero desarrollan a la vez las otras que vienen a ser más mortíferas, incluso. Según la mencionada doctrina, puede un país del Tercer Mundo tener un arma nuclear y ser esto causa de ataque aéreo fulminante e invasión, ¿y toda esa gente que posee el arma nuclear? Se trata de guerras, preventivas o punitivas, para preservar el monopolio de las armas nucleares y otros tipos de armas de destrucción masiva, muy lejos de poderse calificar de humanitarias.
Y el cuarto, violaciones masivas de los derechos humanos.
Hasta ahora el gran promotor, el gran padrino, el gran padre educador y sostenedor de aquellos que cometieron violaciones masivas de los derechos humanos fue Estados Unidos; destrucciones masivas de la infraestructura y la economía de un país, como acaba de ocurrir en Serbia, genocidios a base de bombas para privar a millones de personas de sus medios y servicios vitales de existencia, guerras genocidas como la que antes tuvo lugar en Viet Nam, los autores fueron ellos.
No estoy hablando de la época de la conquista de más de la mitad de México, no estoy hablando de Hiroshima y Nagasaki, experimento terrorista de los efectos del arma nuclear sobre ciudades donde vivían cientos de miles de personas; estoy hablando de cosas ocurridas después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuáles fueron sus aliados? ¿Por qué el gobierno franquista se prolongó en España prácticamente 30 años después de concluida una guerra mundial contra el fascismo que duró seis cruentos años y costó no menos de 50 millones de vidas? Por el apoyo de Estados Unidos para disponer allí de bases militares. ¿Quiénes apoyaron a los gobiernos archirrepresivos en un país, por ejemplo, como Corea? Fueron ellos. ¿Quiénes apoyaron realmente las matanzas masivas de etnias, como, por ejemplo, de chinos, o de comunistas, o de izquierdistas en Indonesia? Fueron ellos. ¿Quiénes apoyaron el horrible régimen del apartheid? Fueron ellos.
No hubo gobierno sanguinario, represivo y violador masivo de los derechos humanos que no haya sido aliado de ellos y apoyado por ellos. A Duvalier, para citar un ejemplo cercano, ¿quién lo apoyó? Hasta que un día, bueno, intervinieron Haití para quitarlo por razones humanitarias.
¿Se dan cuenta? Es el desarrollo de toda una filosofía para barrer la carta de las Naciones Unidas y los principios de la soberanía nacional. La doctrina se puede dividir en tres categorías de intervenciones: intervenciones humanitarias por conflictos internos; intervenciones por amenazas globales, que ya señalamos; e intervenciones por conflictos externos, a las que se añade el muy confuso concepto yanki de "diplomacia bajo el amparo de la fuerza". Esto quiere decir, por ejemplo, que Colombia, si no puede ganar la batalla por solucionar el conflicto interno, batalla difícil, desde luego; si no puede alcanzar la paz, por la cual muchos trabajan —entre ellos Cuba—, podría ser motivo para una intervención. Si no logra erradicar los cultivos de droga, puede igualmente ser objeto de intervención armada.
He tratado de reunir información precisa sobre qué ocurre con relación a la droga en Colombia, la extensión de la droga, cuántas hectáreas de droga hay sembradas. Algunos me han expresado que hay alrededor de 80 000 hectáreas de coca, solo coca; ha ido avanzando. Y me han hablado de hasta un millón de personas que trabajan en la recolección de hojas y el cultivo de la coca.
Pregunté por el café y me dijeron: Tiene problemas, porque el salario de un recogedor de café puede ascender a 10 ó 12 dólares, y el que recoge las hojas de coca o limpia la plantación, arranca la hierba y realiza otras actividades similares, gana salarios cinco o seis veces más elevados. Lo único que no sé, hasta ahora, es que la fertilicen, parece que se da de manera natural, quizás se autofertiliza ella misma con determinado régimen de lluvia y de clima; a lo mejor tiene las cualidades del marabú. El marabú es una planta muy dañina aquí en la agricultura, es terrible, espinosa, se reproduce y extiende fácilmente, no alimenta a los animales, pero es una leguminosa, nadie la tiene que fertilizar, se nutre de nitrógeno a través de las bacterias nodulares de sus raíces; parece que con la coca debe pasar algo parecido.
¿Se imaginan qué situación puede ser la de un país donde un millón de personas, en el área rural, puedan ganar con la coca 50, 60, 70 dólares en la misma jornada de trabajo que empleada en otros cultivos le aportaría 10 dólares cuando más? Y en época de zafra —la coca tiene tres cosechas al año—, consiste en arrancar hojitas.
Investigando e investigando, casi me he vuelto un experto ya, a fuerza de preguntas: Díganme, cuéntenme: ¿todas son plantaciones pequeñas? Me dicen: "No, hay latifundios de cientos de hectáreas y plantaciones de hasta miles de hectáreas." He preguntado: ¿Cuánto ingreso recibe, por ejemplo, alguien que tenga una hectárea sembrada de coca? Ese es el que menos recibe; recibe el otro, el que la hace pasta básica, el otro que la refina y, fundamentalmente, los que la comercializan. Antes de esa fase montones de empresas aéreas, de transporte y otros servicios obtienen elevados ingresos. Un cáncer de ese tipo se introduce en una sociedad y se convierte en una verdadera tragedia en todo sentido, porque todo eso multiplica el peligro de que se extienda además el consumo interno.
Nosotros mismos estamos luchando. Ustedes decían que el turismo no debe afectar la cultura, dañar la identidad nacional; puede a veces dañar la salud, si se promueve la prostitución, digamos.
Cuando les hablé del dólar les dije que aquí circula, las medidas que hemos tenido que tomar, entre otras, hicieron necesaria su circulación. Pero, bueno, ese es un dólar que ni escapa, ni se volatiliza, es otra cosa. Y eso obedece a una etapa histórica. Es un dólar que circula aquí, que cada día vale menos y, de tal modo, que en este momento no estamos tan interesados en bajar su valor, sino más bien estamos interesados, según los recursos que vayamos disponiendo, en incrementar salarios en pesos, sin que pierda su actual equivalencia en dólar.
¡Qué bueno es no pertenecer al Fondo Monetario Internacional!
Pero lo real es que la circulación del dólar, unida a la entrada y salida libre de muchos visitantes, puede incentivar el comercio y cultivo de droga, lo que nos obliga a estar muy alertas.
Prosiguiendo con el problema de Colombia, alguien me dijo: "Una hectárea de coca puede dar ingresos ascendentes a 4 000 dólares." Le digo: ¿Y sembrada de maíz, en ese llano tropical, lluvioso? Ustedes saben que los llanos de Colombia no son zona maicera, la zona maicera está un poco más al norte, a la altura de Estados Unidos, el área central de Estados Unidos y también a la altura de Europa , aunque el maíz procedió de este hemisferio, de México, Centro América y Suramérica. Sembrando una hectárea de maíz allí sin fertilizante y sin nada, obtener el campesino una tonelada de maíz por hectárea sería mucho, se lo aseguro. La tonelada de maíz en el mercado internacional vale más o menos entre 100 y 150 dólares. En Argentina y otros lugares ha llegado el precio de exportación a 90 dólares. Nosotros importamos, sabemos lo que vale cada uno de estos granos.
No hablo ya de trigo, que no se puede sembrar; sembrar maíz, por ejemplo, para autoabastecerse o para comercializarlo, ¿a cuánto le pagan a él su tonelada para que el comerciante intermediario venda después en el mercado? Porque, además, si se barren las barreras arancelarias, entonces entran libremente los granos producidos en el exterior. Es lo que está buscando Estados Unidos en sus acuerdos comerciales con América Latina.
El colombiano en ese caso consumirá maíz norteamericano, porque se produce más barato que el maíz colombiano. Obtienen seis toneladas, siete o más, el cultivo está muy mecanizado. Lo producen más barato que los franceses; los franceses tienen que cuidarse del maíz norteamericano, porque se lo ponen en Francia más barato que lo que cuesta producir una tonelada de maíz en Francia. Por eso las cuestiones agrícolas se vuelven las grandes trabas de los acuerdos de libre comercio.
Los yankis están calculando: "Te voy a dar algunas ventajas industriales lo más pronto posible. Te doy en cambio equis años para que vayas reduciendo las tarifas a los granos que exporto hasta el día en que la entrada sea libre." Sabemos bien lo que va a pasar: se van a quedar sin cultivo de maíz, y un día el maíz se va a poner muy caro, y a medida que suba el precio no tendrán otro maíz que ese.
Pero, ¿cuánto ganaría nuestro agricultor que cambie una hectárea de coca por una de maíz? En vez de 4 000 dólares, lo que le pague un intermediario, o uno de la cadena de intermediarios, por su maíz allí. Puede ser que sean 60 ó 100 dólares. Entonces, ¿dónde están las posibilidades de cultivos sustitutivos?
Han creado ya una cultura de la droga, han enajenado a millones de personas con su voraz mercado y con su lavado de dinero, porque fueron los bancos norteamericanos los que lavaron la inmensa mayoría de los fondos salidos de la droga. No solo fueron mercado, sino prácticamente financistas; lavadores del dinero de la droga. Y, además, no quieren gastar dinero para erradicar realmente el cultivo de coca o amapola, aunque inviertan miles de millones en procedimientos represivos.
Yo pienso que teóricamente puede haber una solución. ¡Ah!, pero cuesta miles de millones de dólares , invirtiendo de forma racional esos recursos. ¿Qué van a hacer con los hombres que masivamente viven del cultivo, los van a exterminar? Si ellos mismos llegan e invaden aquel país porque existe "una amenaza global" y porque no puede controlarse con simples medidas represivas el problema de la droga. Desde luego, invadirlo sería una locura, porque el calor de la selva de los llanos de Colombia, acaba con unos soldados acostumbrados a tomar Coca-Cola en misiones de combate, agua fría a todas horas, helados de la mejor calidad. No, no, no, se sabe cómo era en Viet Nam, y cada vez más se acostumbran a todo tipo de lujos y comodidades.
Los mosquitos y el calor casi solos acaban con ellos, y nadie sabe, si intervienen un día para acabar con la droga, el desastre que podría haber. Allí sí que no sería la guerra esa de bombardear con B-2 y cosas por el estilo, porque con bombas de rayos láser no se pueden combatir los cultivos de coca, ni con misiles inteligentes, ni con aviones. Allí sí que hay que ir por tierra, lo mismo para liquidar una fuerza irregular en la selva que para erradicar los cultivos. Y como la lucha guerrillera ellos la califican de terrorismo, insurgencia y grandes riesgos, prácticamente amenazas globales, tenemos un país con dos causas que pudieran ser pretextos de intervención —estoy mencionando dos categorías—, conflictos internos y droga. Dos causas de intervención, de acuerdo con las teorías que tratan de implantar.
¿Sería una invasión o un bombardeo de Colombia lo que resolvería el conflicto interno? Me pregunto, ¿la OTAN podría resolver ese problema, ahora que establece el derecho a actuar fuera de sus fronteras? Eso lo acordaron en principio durante la celebración del 50 aniversario. Y por ahí pueden ustedes imaginarse cuántos casos. ¿Hay alguno que se imagine que esa puede ser la solución?
Y sé, por encuestas, que en su desesperación ante la violencia y los problemas del país no es poco el número de personas que en la propia Colombia, cuando les preguntan, se muestran partidarias de que si no hay otra solución a la violencia, se resuelva mediante la intervención de una fuerza exterior; un número digno de tomarse en consideración.
Claro, no hay que olvidarse de la tradición combativa y patriótica del pueblo colombiano. Estoy seguro de que una locura de ese tipo, al estilo de lo que hicieron en Serbia, cometida en un país como Colombia, sería un desastre, una locura; pero como son locos, nadie tiene ninguna seguridad, si la seguridad no está en el derecho internacional, en los principios del respeto a la soberanía, en la Carta de las Naciones Unidas. Y esa puede ser una decisión por su cuenta de una mafia armada hasta los dientes, que es algo en lo que ha venido a convertirse la OTAN.
Los demás países no tenemos ninguna seguridad, ¡nada! Y hay el riesgo de locuras que cuesten millones de vidas. Estoy seguro de que una invasión a Colombia, por ejemplo, la aplicación de esta doctrina en Colombia, originaría millones de muertes; y es un país donde hay mucha violencia, donde mueren cada año casi 30 000 personas violentamente, cifras que están bastante por encima del promedio de muertes por violencia en América Latina.
Ahora, ¿será la invasión de las tropas de la OTAN la que resuelva el problema?, y venir a decir después —como Solana—: "Se agotaron las vías diplomáticas o las vías pacíficas."
Como latinoamericanos lo que tenemos que hacer es tratar de colaborar con Colombia, con el país (Aplausos); ayudar al país a alcanzar una paz justa, una paz que beneficie a todos, desde luego.
Hay fórmulas, a mi juicio, tan complejas y difíciles que a mí me ha dado por llamarlas utópicas, porque ahí no hay una guerra, hay tres o cuatro guerras. Hay importantes fuerzas guerrilleras movidas por propósitos de carácter político, pero divididas en dos organizaciones que luchan cada una por su cuenta; hay fuerzas de paramilitares al servicio de los terratenientes, sumamente represivas; fuerzas de los cultivadores de droga, gente armada para disparar, por ejemplo, a los helicópteros que fumigan.
Realmente es una situación compleja la de Colombia, la cito pensando en las teorías a las que me he estado refiriendo y en las consecuencias que pueden tener.
¡Ayudemos! No digamos nunca que se agotaron las vías diplomáticas y pacíficas, discutir y volver a discutir; se ha abierto un proceso en aquella compleja situación. Venezuela desea cooperar, nosotros cooperamos en la medida de nuestras posibilidades y otros países; pero los problemas internos de Colombia no tienen otra solución que no sea política y pacífica, está para mí clarísimo. ¡Ayudemos los latinoamericanos a encontrarlas!
Si un día tenemos una federación de Estados latinoamericanos, una unidad, y cedemos muchos de los atributos de nuestra soberanía, y el orden interior sea prerrogativa de un Estado supranacional nuestro y no de una superpotencia extranjera que no tiene nada que ver con nosotros (Aplausos), o de una poderosa Europa, con la cual deseamos desarrollar relaciones de amistad, comercio, ciencia y desarrollo tecnológico, pero que no tiene tampoco absolutamente nada que ver con los problemas de orden interno de nuestros países, seríamos seguramente capaces de resolverlos también políticamente, sin bombardeos, destrucción y derramamiento de sangre. No necesitamos que alguien lo haga por nosotros.
¿Por qué se van a demoler los principios de las Naciones Unidas? Podría entonces empezar a citar ejemplos. Se me ocurriría preguntar cómo se aplica la doctrina de la OTAN, por ejemplo, en Rusia, si surge un conflicto como el de Chechenia, u otros varios que pueden surgir con motivo de estar constituido ese Estado por numerosos grupos étnicos diferentes y también con creencias religiosas diferentes, o porque haya un conflicto interno entre los propios rusos eslavos, porque unos son comunistas y otros son liberales o neoliberales, o piensan de cualquier forma intermedia entre esas posiciones. ¿Qué? ¿Van a invadir a Rusia? ¿Van a desatar una guerra nuclear?
Rusia era una superpotencia. Antes había dos superpotencias; hoy hay una superpotencia y una potencia. ¿Cuál es la diferencia? Que la potencia puede destruir a la superpotencia tres o cuatro veces y la superpotencia puede destruir a la potencia 12 ó 14 veces. Es decir, sobran unas cuantas veces; pero con una sola basta. ¿Se pueden estar aplicando tales teorías?
En el Consejo de Seguridad han estado discutiendo fuertemente, ha sido aprobado por ese órgano un proyecto de resolución, y si ustedes tuvieran paciencia, verdaderamente, quizás algunas cosas aún más interesantes les pudiera decir; pero quiero terminar esto, la cuestión de las doctrinas que se están desarrollando, hago por eso la anterior pregunta.
Hago otra: Si hay un conflicto en la India, puede ser fronterizo, ahora mismo hay disparos, incluso, de artillería en la frontera de Paquistán y de la India, ¿acaso se puede aplicar allí la doctrina donde hay más de 100 millones de paquistaníes y, además, por otro lado casi 1 000 millones de indios con muchas etnias diferentes? ¿Se puede aplicar tan disparatada teoría en países que poseen, además, armas nucleares? No sé si serán 50, 100 ó 20; pero solamente 20 serían ya una cantidad colosal, se vuelve nuclear la guerra. ¿Cuántos morirían aplicando esta receta norteamericana e inexplicablemente europeísta? ¡Locura total!
Voy un poquito más lejos: ¿Y si el conflicto es en China, donde hay etnias diferentes, en un país de 1 250 millones de habitantes, experiencia bélica extraordinaria, valentía, combatividad?, como todos los pueblos, desde luego; pero ellos se vieron obligados a enfrentar muchas agresiones y dificultades.
Recordamos, incluso, cuando la guerra de Corea que, a medida que se aproximaban las tropas de MacArthur a la frontera china, y algunos hablaban ya de atacar el otro lado de la frontera, un millón de combatientes chinos la cruzaron y llegaron hasta la línea actual, ¡un millón! Claro, el número de bajas mortales puede haber sido —no me comprometo con la exactitud—, tal vez, hasta de 200 000 combatientes chinos que murieron. Ya poseía Estados Unidos bombarderos de todas clases, armas de todo tipo, y la masa humana no pudo ser contenida y no lo habrían podido lograr ni con armas nucleares.
¿Cómo se aplica la doctrina en China, a la que constantemente están hostigando con las campañas sobre derechos humanos, como hacen con nuestro país? Allí han llegado a producirse algunos problemas, de cierta envergadura, muy explotados por la propaganda occidental. Pero calculen qué desorientación habría de ser la de aquellos jóvenes que tenían por símbolo la Estatua de la Libertad, que está a la entrada del puerto de Nueva York. Tiene que haber habido enajenación en gran escala para escoger lo que ha venido a convertirse en símbolo mancillado por la hipocresía y la voracidad de un imperio que en todas partes asfixia y ultraja toda idea de la justicia y la verdadera libertad humana. Llama la atención que esto ocurriera en un pueblo de cultura milenaria y de identidad mucho más sólida que la de cualquiera de nosotros, más integrado, más distante de Occidente en la lengua, en la cultura, en las tradiciones y en otras muchas cosas; no se trata de un país como el nuestro que tiene muchos ingredientes de las costumbres y de la cultura occidental, sino de aquel tantas veces humillado, donde una extraordinaria revolución social erradicó las hambrunas milenarias y en apenas 50 años lo elevó al prestigio que disfruta y al lugar impresionante que hoy ocupa en el mundo.
¿Cómo lo habrían de resolver? Si les da la gana los imperialistas y sus aliados pueden declarar violación masiva de los derechos humanos cualquier incidente que ocurra en zonas de China que han sido convertidas en manzana de discordia. Se cita, por ejemplo, el Tíbet, de religión budista, se citan determinadas minorías de religión musulmana que están hacia el noroeste. Y nosotros seguimos de cerca, en la lectura de los cables, el constante hostigamiento a China por parte de Occidente. A ellos se les puede ocurrir que cualquier problema político interno es una violación masiva de los derechos humanos. Constantemente se esmeran incluso por provocarlo, movidos por mezquinos objetivos propagandísticos y el intento estúpido de hacer con China lo que hicieron con la URSS. Sencillamente temen a esa gran nación.
Claro que los chinos son políticos sabios —por algo se habla de la sabiduría china— y no cometen fácilmente errores que ningún equipo de dirigentes serios y capaces comete. Ellos no van a invadir a ningún país para apoderarse de él; son, en cambio, bien celosos en las cuestiones que se refieren a sus asuntos propios. Se rigen rigurosamente por el principio de la no injerencia en los asuntos internos de los demás países. Muchos años llevan reclamando la reintegración de Taiwán al territorio chino, pero ellos son capaces de esperar 100 años tranquilamente; mentalidad de paciencia milenaria, ellos hablan de lo que proponen dentro de 50 ó 100 años como si fuera mañana o pasado mañana.
Cualquiera de estos problemas se puede convertir en pretexto para enviar bombarderos B-2, misiles de todo tipo, bombas con rayos láser. Algunos de los principios de su absurda y soberbia doctrina podría ser pretexto para agredir a China. ¿No es loco lo que están planteando? Ya no estoy hablando de Colombia; hablo de China y hablo de Rusia, o la India, o el conflicto entre Paquistán y la India. A ver si están muy embullados realmente los de la OTAN y su mariscal, su jefe, o mariscal Secretario General a resolver con una "intervención humanitaria" el conflicto de Cachemira.
Yo pregunto: ¿Para qué esa doctrina? ¿Por qué pensar en tales métodos? ¿A quién se los van a aplicar? Unicamente a los países más pequeños, a los países que no tienen armas nucleares, a todo el resto del mundo donde puede haber algún problema de los que constantemente surgen.
Recetas, desde luego, que en el caso nuestro —por si alguno piensa que estamos preocupados por lo que nos pueda ocurrir—, bueno, sin ningún tipo de fatuidad o de vanagloria, nuestro país, que ha pasado por pruebas tan duras, puede repetir La canción del pirata: Y si muero / ¿qué es la vida? / por perdida ya la di / cuando el yugo del esclavo / como un bravo sacudí.
Todavía recuerdo algunos de aquellos versos que estaban entre las 100 mejores poesías de la lengua castellana. En esta época no abundan mucho por aquí, pero nosotros no teníamos obras literarias y a mí me dio por aprenderme casi de memoria aquellas poesías, me ha quedado, por lo menos, una idea.
Los revolucionarios cubanos podemos decir: Si morimos, ¿qué es la vida?, y somos muchos los revolucionarios cubanos, y sabemos que no habría vacilación en ningún verdadero revolucionario, en verdaderos dirigentes de la Revolución Cubana en morir, si fuera nuestro país objeto de una agresión de ese tipo (Aplausos).
Digo algo más, porque analizamos mucho todas sus tecnologías y sus tácticas, no hay guerrita de esas, o guerra o guerrota, o bombardeos criminales y cobardes que no los hayamos estudiado bien. Aparte de que pretexto no tendrán fácilmente.
Ellos todos los días están provocando e inventando cosas contra Cuba, tratando de crear conflictos dentro de nuestro país; invierten una cantidad enorme de esfuerzo en eso para crearnos cualquier conflicto de tipo interno que justifique monstruosos crímenes como los que acaban de cometer con el pueblo serbio.
Aquí los irresponsables que se ponen al servicio de Estados Unidos, recibiendo un salario de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, realmente están jugando con cosas sagradas; están jugando con la vida de nuestro pueblo y deben estar conscientes de ello. El imperio, sabiendo que no hay forma de doblegar a Cuba, añora acumular suficiente fuerza con su bloqueo, su propaganda y su dinero, para crear conflictos internos. No se trata de remesas familiares, es dinero del gobierno de Estados Unidos, está reconocido allá públicamente y en sus propias leyes o enmiendas. Han declarado recientemente que cualquier norteamericano puede remitir dinero a un cubano; prácticamente han dicho: Que cada norteamericano compre un cubano. Yo me dije: Caramba, vamos a aumentar de precio (Risas), porque somos un cubano por cada 27 norteamericanos.
Ellos autorizan remesas familiares, pero no más allá de 300 dólares cada tres meses. Unico país del mundo al que establecen ese límite. No, no elevan ni un centavo el límite autorizado para las personas de origen cubano que quieran enviar remesas a sus familiares, en cambio están invitando a norteamericanos a que hagan remesas a un cubano cualquiera, lo buscarán por la guía telefónica, no sé, y a cualquier grupito, grupúsculo, a cualquiera. Lo han declarado, lo han legislado, enviar dinero, en su afán de crear conflictos. Es grave, ¡es grave!
En su soberbia y prepotencia no se resignan a que Cuba resista y es difícil que se resignen, desearían hacernos desaparecer de la faz de la Tierra como trataron de hacer con Serbia. Solo que aquí hay una diferencia. No, no hay ninguna diferencia. No voy a cuestionar en lo más mínimo el heroísmo y la valentía del pueblo serbio. No, no lo voy a cuestionar en lo más mínimo. No hay ningún país más valiente que otro; lo que hace valiente al hombre son las convicciones y son determinados valores morales (Aplausos). A veces puede ser, incluso, una convicción religiosa que lo lleva al martirio, o puede ser una convicción política a la que se sirve con fervor religioso.
Nuestros médicos que están, por ejemplo, en lugares muy apartados de algunos países del continente, o allá en el vecino país de Haití, hacia donde leía hoy que habían salido algunos periodistas para informar al pueblo, a la familia del trabajo que están haciendo, en los lugares más apartados, expresan una actitud heroica, una moral de misioneros, de verdaderos sacerdotes de la salud humana, de pastores al servicio de la vida, sí, por los valores que llevan dentro. Muchos de esos médicos son mujeres —algunas tienen hijos que están aquí— y trabajan en lugares recónditos, donde a veces pueden requerirse tres días para llegar por caminos pantanosos.
Hay algunos que han estado impugnando —agitando más bien—, alguna gente ha estado agitando a los médicos en uno de esos países hermanos, donde se han puesto a cuestionar el título de nuestros médicos. ¡Ah!, no, nosotros, humildemente, de inmediato, tan pronto nos lo soliciten, les enviamos el curriculum vitae de cada uno de esos médicos y las notas que obtuvo cuando estudió el bachillerato, las que obtuvo en la carrera, las especialidades por las que ha pasado, las operaciones que ha hecho, las vidas que ha salvado. ¡Ah!, sería una maravilla enviar el expediente de cada uno de ellos.
Nuestros médicos están allí, con humildad, con dedicación, por acuerdo con los gobiernos, no están allí por nuestra cuenta ni mucho menos, y cuando cualquier gobierno nos diga que no es conveniente que estén o que le crean problemas políticos, de inmediato retiramos a nuestros médicos. Es así. Pero el trabajo que hacen es trabajo de misioneros, de mártires, se puede decir, de verdaderos héroes. Y lo conocemos muy bien, porque estamos informados de lo que hacen, y conversamos mucho cuando viene alguno de los que están responsabilizados con la dirección de su actividad. Expresan los valores que llevan dentro.
Nosotros podemos decir con satisfacción que si hacen falta 10 000 médicos en América Latina, para un programa de salud que quisiera hacer la Organización Mundial de la Salud, o Europa si lo desea, o hasta incluso nuestros vecinos del Norte para saldar un poco la deuda con sus propias conciencias, y estuvieran dispuestos a contribuir con los medicamentos, nosotros podemos enviar los médicos. También tenemos médicos en el norte de Africa subsahariana trabajando allí gratuitamente, y un programa de salud ambicioso.
Y si este país —tengo que decirlo una vez más— enviara uno de cada tres médicos a misiones de este tipo, los dos que quedan cumplen su tarea, no se afecta la salud en nuestro país. Y si enviáramos uno de cada tres, seguiríamos siendo el país con más alto índice de médicos per cápita entre todos los países del mundo, más que la industrializada Europa, más que Suecia, más que Dinamarca, por supuesto, más que Estados Unidos, Canadá y otros gloriosos países industrializados. Sí, también un país pobre y bloqueado puede hacer cosas, está demostrado. Y más maestros per cápita también, posiblemente más instructores de arte per cápita que cualquiera de esos países.
En deporte lo afirmo también, porque tenemos alrededor de 30 000 graduados de profesores de educación física y deportes, la mayoría de los cuales son licenciados universitarios, así que no solo saben palpar un músculo, saben qué músculo es, porque su nivel es universitario.
También tenemos otro pequeño mérito per cápita, que es el de mayor número de medallas de oro per cápita en las olimpiadas, y las vamos a seguir teniendo, aunque se profesionalicen, porque acabamos de demostrar que nuestro modesto deporte amateur puede competir con grandes equipos profesionales. Está claro que un país pequeño y pobre puede hacer cosas; se equivocan cuando lo subestiman.
Realmente hay muchas cosas en que a nosotros —no por hacernos propaganda, al contrario, preferimos hablar de nuestros errores, de nuestras críticas—, cuando vemos el descaro, la demagogia, la mentira y las calumnias contra Cuba, no nos queda más remedio que hablar de algunas cosas que hemos hecho; lo demás es tontería, estar vanagloriándonos aquí de lo que hayamos hecho, al contrario, lo que podemos es criticarnos muchísimo por no haber hecho más y no haber hecho mejor las cosas. Es así, se lo digo con entera franqueza. Y creo que una de las razones de la supervivencia y la resistencia de la Revolución está en esa eterna inconformidad que sentimos los dirigentes, y aspiramos y soñamos a que la sigan sintiendo en el futuro también, y, desde luego, tenemos una gran confianza en nuestro pueblo.
Les decía que si se les ocurre una locura de esas con nosotros, no solo se van a encontrar con una gente como la que les decía, sino que tiene una cultura política sólida y valores importantes, sagrados que defender. Se ha estado en el ejercicio de esa lucha durante muchos años, y sí les puedo decir que con nosotros no hay tregua, ¡no hay tregua! (Aplausos), y que los hombres responsabilizados con esta Revolución, son hombres que mueren antes que hacer una sola concesión de principios al imperio (Aplausos).
Antes de renunciar a un solo átomo de nuestra soberanía, los hombres que tenemos la responsabilidad de dirigir a nuestro pueblo en la guerra y en la paz, y en cualquier tarea, somos hombres que no sobreviviríamos a una rendición; somos hombres que estamos muy comprometidos con lo que hemos hecho toda la vida y porque lo sentimos muy profundamente, porque partimos de convicciones y de valores, somos capaces de colocarnos, incluso, debajo de las bombas antes que rendirnos.
No es difícil, en una aventura de ese tipo, morir. ¡Qué mayor gloria!, estaríamos, por lo menos, dando un ejemplo a otros. Y el pueblo yugoslavo lo dio, resistió casi 80 días los más increíbles bombardeos, sin vacilación. Sabemos, porque nosotros tenemos allí a nuestro representantes diplomáticos, cuál era el espíritu del pueblo.
No estoy criticando a nadie, ni mucho menos. Respeto la decisión que tome cualquier gobierno, me doy cuenta de que son difíciles las decisiones en determinadas circunstancias; pero para nosotros no serán nada difíciles, porque hace mucho tiempo ya que es un problema resuelto. Voy a decir algo más: Si hacen eso, salen derrotados, sencillamente; ni con un genocidio, porque ellos tienen un límite en su capacidad de ser criminales, en su capacidad de matar, y yo tengo la convicción de que si los agresores hubieran tenido que prolongar 15 ó 20 días más estos bombardeos la opinión pública del mundo y de Europa no lo acepta. Era creciente ya la inconformidad —por ahí tengo un montón de artículos— unos días antes de que le impusieran a Yugoslavia la famosa fórmula de paz.
A nosotros, desde luego, no habría nadie que nos la pudiera imponer, porque hace mucho rato que estamos aquí solitos, solitos, solitos, cerca de la más poderosa potencia que ha existido jamás. De modo que ¿quién podría venir a imponérnosla?
No, nosotros tampoco necesitamos mediadores de ninguna clase. ¡El honor no se negocia, la patria no se negocia, la dignidad no se negocia, la independencia, la soberanía, la historia, la gloria no se negocia! (Aplausos prolongados.)
Con nosotros no hay que negociar el cese de bombardeos. Ya, de antemano, si algún día lo comienzan, tienen que seguir 100 años haciéndolo, si quieren hacer una guerrita por aire, o dejar de lanzar bombas, porque mientras haya unos cuantos combatientes vivos en este país tendrían que enviar una tropita por tierra. Quiero saber qué pasaría si hicieran eso.
Como les decía, nosotros sí que no hacemos tonterías de ninguna clase, que les sirvan a ellos de pretexto. Vean qué paciencia hemos tenido con esa base. Es un pedacito de tierra cubana, tenemos todos los derechos a que nos la devuelvan. Y la gente ha tenido una actitud bastante radical; nosotros no, nosotros pacientes. Nosotros decimos: No, es mucho más importante que se libere el mundo antes que se libere ese pedazo de tierra, querido e irrenunciable. Ya quisieran ellos que nosotros hubiéramos desatado un fuerte movimiento nacional reclamando la base, para tener un pretextico fácil con que hacer aventuras, engañar a la opinión pública norteamericana y mundial, decir que los hemos atacado. Antes de finalizar, les voy a mostrar algunas cosas al respecto. Pero nunca han tenido ni el más remoto chance de decir que Cuba ha sido hostil y agresiva contra el personal militar norteamericano establecido allí.
¿Qué pueden decir de nosotros sobre cuestiones humanitarias? Que no tenemos un analfabeto, que no tenemos un solo niño sin escuela, ni un solo enfermo sin asistencia médica; pordioseros no hay aquí. Existen familias irresponsables que a veces envían a los niños a pedir. Eso puede estar asociado también al turismo, y afecta si no nuestra identidad, por lo menos, nuestro honor. Aquí no hay nadie en la calle abandonado.
¿Qué pueden decir? Que tenemos masivamente los excelentes médicos de que hablé. ¿Qué pueden decir? Que podemos salvar a cientos de miles de vida cada año en nuestro hemisferio y en Africa.
¿Qué les dijimos a los haitianos? Les proponemos un programa con el que pueden salvarse unas 30 000 vidas cada año, de ellas 25 000 niños.
¿Qué les propusimos a los centroamericanos? Un programa con el que podían salvar cada año tantas vidas como las que mató el huracán, si fuesen, realmente, 30 000 los que murieron. Esa cifra después fue reduciéndose, porque muchos de los tenidos por desaparecidos fueron apareciendo. Cada año pueden salvarse, les decíamos, tantos como los que mató el huracán, si fuera la más alta cifra anunciada, y era una cifra conservadora. La realidad es que con ese programa nosotros estábamos dispuestos a poner el personal necesario y pedíamos que un país industrializado, cualquiera, pusiera los medicamentos. Todos esos que gastan tantos miles de millones en bombas y en genocidio, ¿por qué no emplean un poco de dinero para salvar vidas?
Ya les dije el otro día cómo se nos imputaban cosas infames, y les mencioné unas cuántas cosas. Les decía, y lo vuelvo a repetir aquí: ¡Ni un solo caso de torturado en este país, ni un solo caso de asesinato político, ni un solo caso de desaparecido!, y llevamos ya más de 40 años desde el triunfo de la Revolución, a pesar de todas las conspiraciones y todos los esfuerzos que han hecho para dividirnos, para subvertir la Revolución, y que se han estrellado contra la férrea unidad y el suficiente patriotismo de nuestro pueblo y su cultura política, y en circunstancias muy difíciles.
Estoy absolutamente seguro de que habrá muy pocos pueblos que puedan resistir los casi 10 años que hemos resistido nosotros cuando perdimos todos nuestros mercados, nuestras fuentes de suministro, y el bloqueo se recrudeció. Nos subestimaron.
También si hicieran una locura de las mencionadas nos estarían subestimando, y no creo que nos subestimen tanto, ¿comprenden? No digo nada más. De modo que no es por nosotros, estamos defendiendo el derecho de otros pueblos que no tienen las posibilidades, ni la unidad nuestra, ni la capacidad de lucha que tenemos nosotros, de todo un pueblo organizado y preparado.
Ya les dije, sin dramatismo de ninguna clase, que no necesitamos muchos de ese tipo de especialistas que surgieron en esta guerra en Yugoslavia con la categoría de mediador. Pueden venir solo para informar que procederán a suspender bombardeos, o retirar tropas, o cesar toda hostilidad. ¡No hay arma todavía, no existe, capaz de vencer al hombre! Es algo que nos atrevemos a afirmar. Y esas guerras repugnantes y cobardes, sin arriesgar una sola vida, no nos atemorizan, lo que nos producen es asco, repugnancia; nos hacen más socialistas y más revolucionarios. Es así (Aplausos).
Les decía que se libró en las Naciones Unidas una importante batalla. Aquí está la famosa Resolución. Son unos tramposos incorregibles, políticos mediocres e incapaces. Traje algunos papeles, pero nada más utilizaré algunas cosas subrayadas.
Bueno, aquí está el acuerdo, lo que se aprobó, el Proyecto de Resolución. ¿Quiénes lo proponen? Alemania, un país de la OTAN; Canadá, un país de la OTAN; Estados Unidos, un país líder y jefe de la OTAN; los rusos están entre los que lo proponen porque llegaron a acuerdos previos en el Grupo de los Ocho, sin embargo, su discurso allí fue un discurso crítico; Francia, un país de la OTAN; Italia, un país de la OTAN; Países Bajos, un país de la OTAN; Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, un país de la OTAN. Me puse a sacar cuentas y vi siete países de la OTAN de los 12 que presentaron el proyecto en el Consejo de Seguridad, siete países que participan en la agresión.
Además, bueno, Gabón, un dominio neocolonial francés; Eslovenia, una exrepública de Yugoslavia, la primera que, abandonando normas constitucionales establecidas cuando se creó la federación yugoslava, y que reconocía el derecho a la separación y, además, los procedimientos para hacerlo, alentada por Alemania y por Austria, declaró su independencia unilateralmente sin trámite legal alguno. Sí, indiscutiblemente que hubo un trabajo previo, era, además, la época de las desintegraciones.
Existe una de las repúblicas que constitucionalmente se separa mediante un plebiscito, fue Macedonia; pero Eslovenia el 25 de junio de 1991 declara la independencia. En Europa había vacilaciones sobre qué hacer. Más adelante se produce la declaración de independencia de Croacia —dos desgajamientos sin trámite constitucional alguno—, que fue promovida, como dijo nuestro Embajador en las Naciones Unidas, por algunos países europeos y apoyada posteriormente en forma unánime por Occidente.
Esto es importante, porque cuando ese país emergió, la Yugoslavia heroica que mantuvo a raya a las propias tropas de Hitler, la República Federativa Socialista de Yugoslavia vivió en paz, a pesar de centenarias luchas nacionales, étnicas, culturales y religiosas. Ese fue el campo de batalla, esa zona de Yugoslavia, entre el Imperio Otomano y el Imperio Austro-Húngaro. Se sabe que los otomanos llegaron hasta las proximidades de Viena. Es una historia conocida.
Nosotros hemos ido buscando mucha información sobre todos los antecedentes, y realmente las llamadas guerras étnicas que se desataron en la década del 90 tienen sus responsables, los que ayudaron, seguramente de manera inconsciente —no lo atribuyo a concepción premeditada y cínica, pero sí a una actuación irresponsable—, desataron la desintegración de Yugoslavia, y comenzó la cosa, como dije, por Eslovenia un 25 de junio de 1991. Se declaran, sin otro trámite, independientes; sus líderes asumen el mando de las tropas que le correspondían a esa república, porque cada república tenía sus tropas de autodefensa. Eran aproximadamente 40 000 hombres. De una república vecina, Croacia, salieron hacia Eslovenia unos 2 000 hombres, según tengo entendido, jóvenes, reclutas, no hubo prácticamente combates. Hubo solo presiones de ese tipo.
Se empezó a propagar el mal; otra república, Croacia, también lo hace. Ya en ese caso se produjeron conflictos más violentos.
¿Qué ocurre? Estas repúblicas hubieran podido seguir perfectamente los trámites constitucionales; ya Yugoslavia no era ni siquiera un país socialista, era un país que había establecido todas las normas capitalistas y de mercado. No era la antigua Yugoslavia de la época de Tito y de un período posterior, sino un país capitalista, incluido el multipartidismo recetado de oficio por Occidente.
En Eslovenia influye mucho que su Producto Interno Bruto en el año 1981 —es decir, 10 años antes de esto— era cinco veces el Producto Interno Bruto per cápita del resto de Yugoslavia, y ya sentían como una carga la existencia de otras repúblicas más pobres y se sintieron estimulados a una mayor integración económica con Occidente. Hubo quienes los apoyaron; hubo quienes —como dije— les entregaron armas en esa fase, incluso desde antes de que se declararan independientes. Y lo reconoce uno de sus líderes. El 21 de junio de 1996, en un programa de la televisión de Liubliana, dedicado especialmente al quinto aniversario de la independencia, el presidente Kucan admitió que "Eslovenia ya se armaba antes de 1990, previendo una guerra." En la misma entrevista, el Presidente esloveno añade: "La Unión Europea jugó un gran papel a la hora de hacer posible la ruptura de Yugoslavia."
Es histórico, no quiero ofender a nadie ni tengo el propósito de lastimar a nadie; estoy ateniéndome a hechos y a datos históricos, que hemos estado rebuscando mucho, aparte de algunas informaciones que teníamos cuando se desató este conflicto.
Entonces, fue irresponsable y verdaderamente criminal estimular y apoyar la desintegración de ese país que logró el milagro de vivir en paz durante 45 años.
Hubo distintos factores, hubo aquí factores económicos y nacionalistas que influyeron; pero había mucha gente en Europa que comprendía las posibles consecuencias. He conversado con dirigentes europeos, políticos europeos que comprendían que eso era muy arriesgado; sin embargo, un día dos países, precisamente Austria y Alemania, reconocieron a Eslovenia y reconocieron a Croacia e inmediatamente el resto de Europa se vio arrastrado al reconocimiento, y ahí comenzaron los conflictos de todo tipo que se conocen.
En Kosovo había dificultades, existía un fuerte movimiento nacionalista, los kosovares albaneses, o albaneses kosovares eran ya mayoría amplia; muchos serbios, incluso, habían emigrado hacia Serbia por sentirse inseguros, lo recuerdo, aún en vida de Tito; pero en 1974 reelaboraron la Constitución y le dieron a Kosovo la autonomía. Ciertamente yo no he leído esa Constitución. En esa zona, precisamente, se iniciaron los serbios; hay muchos lugares históricos allí altamente apreciados por ellos, algunos de esos sitios han sufrido con los bombardeos, pero no sé si esa Constitución —que estoy tratando de obtener— que concedía la autonomía a la provincia de Kosovo, admitía el derecho a la separación, como tenían las repúblicas. No fue declarada república, sino provincia autónoma, supongo que no tendría reconocido ese derecho y supongo que, en todo caso, habría un proceso, como el proceso que utilizó Macedonia.
Aquello que comenzó en 1991 ha seguido hasta hoy y nadie sabe cuándo culmina. Hubo guerras de todo tipo, fueron sangrientas, de parte y parte, incuestionablemente, esa es la verdad, tal como lo veo.
Ahora bien, en vez de empezar a arreglar esos países, mejor hubiera sido que no los hubieran desarreglado, no los hubieran desorganizado. Desde luego que eran desiguales los niveles de vida, los de Macedonia y los de Eslovenia eran muy diferentes. Pero aquella Constitución en virtud de la cual se creó la república socialista federativa —tenía el nombre de socialista y más o menos después de la perestroika y todo lo demás hasta el nombre de socialista le quitaron, por ahí está claro. El nombre actual hoy es República Federativa de Yugoslavia, lo que queda se llama así, porque lo que quedaba era Serbia y Montenegro, porque Kosovo no era república; es lo que queda y se llama República Federativa de Yugoslavia, ¿es así? Por aquí tengo papeles, pero no quería andar buscando mucho el nombre exacto. Aquí está, incluso, hasta la Resolución del Consejo de Seguridad: República Federativa de Yugoslavia exactamente; lo de socialista hace mucho rato que desapareció.
El gobierno puede ser que se llame socialista, porque ustedes saben que hay muchos gobiernos donde hay partidos socialistas, pero los países no son socialistas. Hay partidos socialistas en muchos lugares, y en el gobierno, pero esto no quiere decir que el país sea socialista ni piense serlo realmente; son países de libre empresa, neoliberalismo, capitalismo puro.
La posición de nosotros parte de principios, y de principios tanto con relación a los serbios como con relación a los kosovares, defendemos su derecho a la autonomía. Dijimos más, incluso, defendemos no solo el derecho a su cultura, a sus creencias religiosas, a sus sentimientos y derechos nacionales, y si un día, alcanzada una paz equitativa y justa y no impuesta desde el exterior por una guerra, los kosovares de todas las etnias y el resto de Serbia deciden separarse, pacífica y democráticamente, los apoyamos.
No se sabe lo que va a pasar con Montenegro. Montenegro en medio de la guerra se portó lo mejor posible, para el gusto de la OTAN, hizo críticas, oposiciones, y por eso la cuota de bombas debe haber sido muy por debajo de la cuota de bombas que lanzaron sobre Serbia. Yo leí muchos mensajes dirigidos por los agresores a Montenegro para que se separara, y tuvo un tratamiento diferenciado especial en la guerra. Todas las bombas fueron para Serbia.
Cuando se habla en el acuerdo del Grupo de los Ocho de sustancial autonomía para kosovares, se puede preguntar: ¿Incluye el tipo de autonomía que tenía Macedonia? No sé, no sabemos; pero, bueno, existiría en ese caso un camino pacífico para la independencia. Hay 20 aspectos en los que se pueden poner de acuerdo serbios y kosovares. Es indiscutible que la mayoría de la población kosova no es serbia, la serbia constituye una minoría, y es muy probable, ahora, luego de esta atroz guerra, que detrás de las tropas serbias se retiren los civiles serbios.
Sabemos, llegaron noticias de que estaban desenterrando sus muertos porque tienen el hábito de emigrar con los restos de sus antecesores, eso es seguro.
No sé qué harán, se están lanzando mensajes para que no se produzca ahora una emigración masiva, y no se vaya a producir violencia contra los serbios residentes allí. Esos son riesgos que existen en este momento. Pero, ¿quién se declara culpable de todos los factores que decidieron lo que llegó hasta esta situación y a todos los conflictos étnicos, si hay muchos reclamando victoria? Le están llamando victoria a un horrendo crimen. Una victoria de la que debieran estar abochornados, realmente; porque, desde el punto de vista moral, si se habla de victoria y derrota, los derrotados moralmente son los que hicieron una cobarde guerra, y lanzaron 23 000 bombas sobre Serbia, de las más modernas y de las más destructivas, de las más avanzadas tecnológicamente. Vean qué victoria.
Nuestro Embajador en la ONU calculó que el Producto Interno Bruto de los países de la OTAN es mil ciento trece veces más que el Producto Interno Bruto de Serbia; y que los países que integren aquella alianza militar disponen de cuarenta y tres veces más tropas regulares. Pero las tropas regulares no cuentan para nada en una guerra aérea, como la que se desarrolló allí, la diferencia era de cero al infinito; bombarderos que llegaban desde Estados Unidos podían lanzar las bombas a mucha distancia sin el más mínimo riesgo. Realmente se ha dado una guerra de 80 días en que se han lanzado contra un país 23 000 bombas y los atacantes no han tenido una sola baja en combate, algo ocurrido por primera vez en la historia.
Hay que decir de esta guerra, de la cual no puede enorgullecerse nadie, que es una guerra cobarde, la más cobarde de todas las guerras que se haya librado jamás, moralmente pírrica la supuesta victoria, y una guerra genocida.
¿Por qué es genocida? ¿Qué es el genocidio? El intento de exterminar una población: O te rindes o te extermino. ¿Hasta cuándo iban a durar los bombardeos? Ellos hablaban de hasta octubre o noviembre, eso eran habladurías, nosotros sabemos muy bien cómo pensaban muchos dirigentes europeos. Y hay muchos artículos publicados acerca del creciente descontento y oposición en Europa y hasta en Estados Unidos a los bombardeos, y más oposición a la participación de tropas terrestres. No estaba en condiciones ya la OTAN, a mi juicio, de prolongar mucho tiempo más ese bombardeo; no lo toleraba ni Europa, ni el mundo. Se desintegra la OTAN si persistía en eso.
Les decíamos que tenemos tres compañeros allí con un celular día y noche, mañana y tarde, bajo las bombas y con las sirenas de alarma, trabajando, o cuando no había electricidad, y estábamos preguntando siempre cuál era el estado anímico de la población, cuál era el espíritu. Cubrían los puentes con multitudes, iban allí hombres, mujeres y niños para que no los destruyeran; por ejemplo, el último puente que tenían en Belgrado. Atacaron todos los puentes, y hubo momentos en que atacaron, sobre todo, el sistema eléctrico completo. Destruyeron, prácticamente, todas las centrales eléctricas, dejaron sin luz y electricidad a millones de personas. Imagínense en una casa, si tienen algo que cocinar, ¿con qué cocinan?, si no hay combustible, si no hay luz, si no hay agua. Todos esos sistemas de bombeo eléctrico son a través de motores eléctricos, quíteles la electricidad y se quedan sin agua las ciudades; destruya todos los puentes y se quedan las ciudades sin abastecimiento alguno.
Pero cuando el servicio eléctrico, por ejemplo, se suprime, se suprimen un montón de servicios básicos. Imagínense las salas de terapia intensiva sin electricidad y sin agua, los hospitales sin electricidad y sin agua, las escuelas sin electricidad y sin agua, los hogares, los servicios médicos, educacionales, todos los servicios, los suministros, todo se interrumpe. Entonces se estaba haciendo un tipo de guerra no contra los militares, se ha estado haciendo una guerra contra la población civil.
Entonces a Solana, el mariscal, se le ocurrió hacer una solemne declaración: que "las instalaciones eléctricas eran objetivos absolutamente militares". No se puede ser tan arbitrario con las palabras, con las ideas y los conceptos para justificar un genocidio. Fueron atacados todos los medios de vida; habían sido destruidos los centros de trabajo fundamentales, medio millón de trabajadores serbios se quedaron sin empleo, ahora no se sabe cuántos serán. Fueron atacados hospitales, escuelas, embajadas, cárceles, columnas de kosovares. Decían que eran bombas equivocadas.
Recuerdo que leí un cable de un general de la Fuerza Aérea Británica, que a los 15 ó 20 días de los bombardeos dice: "Bueno, es que hasta ahora hemos tenido muy restringidos a los pilotos; ahora, sencillamente, cada avión saldrá a cazar un blanco." Salen a cazar un blanco, lo mismo se encontraban una columna de refugiados kosovares y la atacaban, porque creían que era una tropa serbia o no sé qué, que una cárcel y la atacaron, mataron 87 personas en esa instalación, hospitales de maternidad, hospitales pediátricos, hay un montón de hechos de esa índole. Y, sobre todo, admitiendo que pueda haber alguna bomba equivocada, la destrucción de todos los puentes, de todo el sistema eléctrico no es ni puede ser equivocado.
¿Qué pasaría si hubiesen continuado resistiendo los serbios? ¿Hasta cuándo podían prolongar esa barbarie?
En el Consejo de Seguridad acuerdan un proyecto de resolución: de 12 países que lo presentan, siete pertenecen a la OTAN, otro es una neocolonia de uno de los siete de la OTAN que lo presentan, el otro, que desata la desintegración de Yugoslavia en 1991, y está también Japón, del Grupo de los Siete más ricos —y este proyecto es del Grupo de los Siete—, la Federación de Rusia, que participa en la reunión del Grupo de los Siete más Rusia que acuerda un plan de paz y enviaron los emisarios a Belgrado a presentar el plan, y finalmente Ucrania, que es eslava, está separada de Rusia, aunque mantiene relaciones normales con Rusia, y muy buenas relaciones con la OTAN, son los 12 que presentan el Proyecto de Resolución al Consejo de Seguridad, emanado en este caso del llamado Grupo de los Ocho.
Es decir, se ven claras aquí las cosas que sucedieron, en estricto orden cronológico.
El mariscal Solana ordena atacar, y los disciplinados generales norteamericanos, que dirigían la operación, inician los ataques en la noche del 24 de marzo. Estaban absolutamente seguros de que solo durarían tres días los ataques, vean si son disparateros, imprevisores, malos calculadores e irresponsables: calcularon tres días de bombardeo y que Serbia se rendiría de inmediato. Pasó el cuarto día, el quinto, el sexto, el séptimo...
Tenemos algunos documentos interesantes que tal vez algún día se publiquen, de diversos mensajes, en distintas direcciones, haciendo papel de profetas, y las cosas fueron ocurriendo exactamente, tal como preveíamos, a partir de un cálculo elemental de lo que iba a ocurrir, porque conocíamos las tradiciones de los yugoslavos: lucharon contra 40 divisiones de Hitler, y Yugoslavia fue el país, de los que participaron en aquella guerra, que tuvo el más alto porcentaje de muertos con relación a su población total. La Unión Soviética tuvo alrededor de 20 millones, según se dijo siempre, con una población de alrededor de 250 millones de habitantes. Después han mencionado otras cifras mayores, pero la que siempre se informó fue la de 20 millones, número redondo. Los serbios deben haber tenido alrededor de 1 700 000 muertos en esa guerra, no puedo asegurar ahora la exactitud de la cifra. Pero sí sé que fue el país que sufrió más alto número de muertos con relación a la población. Lucharon entonces con métodos irregulares y tenían una concepción de lucha con participación de todo el pueblo.
Ahora mismo se están retirando las tropas serbias de Kosovo —¡me asombro!— con casi todos sus tanques, sus cañones, sus blindados. Se queda uno asombrado de que se retiren unidades completas —las que aparecen por televisión—, con la densidad y la intensidad de los ataques lanzados contra ellas. Estaban en condiciones de combatir perfectamente por tierra.
Yo creo que, realmente, debieron, incluso, elaborar otros conceptos, lo digo sinceramente. Es un tema sobre el cual todos nosotros hemos tenido que meditar mucho. Disponían de unidades completas. Esta no era una guerra de unidades serbias convencionales contra unidades de la OTAN. Se pueden usar tanques, cañones y todo lo que se quiera, pero en composición de unidades nada convencionales. Tal vez y casi es seguro que las tenían desplegadas de forma absolutamente adecuada al tipo de guerra que podían librar. No disponemos de información de lo que hicieron y cómo lo hicieron.
Sabíamos lo que iba a pasar: que iban a resistir. Y sin las presiones que recibieron de amigos y enemigos, al parecer tremendas, posiblemente los líderes serbios habrían seguido resistiendo. No digo nada más. El pueblo habría resistido con seguridad indefinidamente. Habría tenido la OTAN que decidirse a librar la batalla por tierra —y por tierra ni era fácil para la OTAN vencer los crecientes obstáculos políticos, ni se habría acabado nunca la guerra—, o suspender los bombardeos. Ese es mi punto de vista.
Pues, bien, se aprobó el Proyecto de Resolución de la OTAN y del Grupo de los Ocho y cesaron los bombardeos. El Proyecto de Resolución aprobado en uno de sus puntos dice textualmente:
"Decide el despliegue en Kosovo, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, de presencias internacionales" —parecieran inofensivas las palabras—, "una civil y otra de seguridad, y acoge con beneplácito que la República Federativa de Yugoslavia esté de acuerdo con esas presencias." Bien, no dice cuáles presencias. Fuerzas internacionales de seguridad, no dice de quiénes.
Más adelante dice lo siguiente: "Pide al Secretario General que designe, en consulta con el Consejo de Seguridad, a un representante especial para que controle el despliegue de la presencia internacional civil." ¿Ahí quién manda?, es una pregunta que hay que hacerse. Las Naciones Unidas dirige la presencia civil. "Y pide, además, al Secretario General que dé instrucciones a su representante especial de que coordine estrechamente la labor de esa presencia con la presencia internacional de seguridad, para que las actividades de las dos presencias se orienten hacia los mismos objetivos y se apoyen mutuamente."
Le pide a su hombre que coordine con los jefes de aquellas tropas, sin decir todavía cuáles tropas —una jefatura civil, que es la que está a las órdenes de Naciones Unidas—, y le pide al representante civil que coordine con las fuerzas de seguridad, si es que le hacen algún caso.
"Autoriza a los Estados miembros y a las organizaciones internacionales competentes, a establecer la presencia internacional de seguridad en Kosovo, mencionada en el punto 4, del anexo 2, con todos los medios necesarios para que cumpla las obligaciones anunciadas en el párrafo No.9.
"Autoriza", no están bajo su mando. "Invita", sabiéndose de antemano quiénes son los "invitados". Hay quien dice que muchos son los invitados y pocos los convidados.
"Afirma la necesidad de un despliegue rápido y temprano de las presencias internacionales civil y de seguridad efectivas en Kosovo y exige" —palabra terriblemente enérgica— "que las partes cooperen cabalmente en ese despliegue"; es decir que los distintos países cooperen cabalmente. Hasta nosotros estamos dispuestos a cooperar, si nos piden médicos; pero ni un soldado, porque aquello no es una misión internacionalista ni de paz, es una misión imperialista, con sus objetivos muy precisos. Para salvar vidas estamos dispuestos a cooperar; por lo demás, las decisiones que tome cada cual no nos incumben.
Lo que sí se sabe es que los británicos van a tener en Kosovo 13 000 hombres —el grueso— y un general británico al mando; cuántos norteamericanos no se sabe, ya hay algunos marinos que desembarcaron por Grecia, tendrán un número de miles; los demás también, los franceses y todos los países agresores; los rusos no se sabe, lo que sí se sabe más o menos cuántos rusos puede haber allí. Algún cable por ahí traía la noticia de que alguien declaró que puede ser entre 2 000 y 10 000. ¿Quién los manda? Ya veremos, eso es un puntico de discordia. Pero sobre las posibilidades de presencia de soldados rusos hay una declaración hecha ayer por el actual Primer Ministro ruso que dice: "Las fuerzas armadas están en un estado tan catastrófico, el Complejo Militar Industrial y el ejército apenas sobreviven. Hay que acordarse de esto en el presupuesto del año próximo." ¿Cuál será el presupuesto del año próximo? Nadie sabe. Si es catastrófica, tendrían que correr con los gastos de las tropas que llegarán a 4 000 ó 5 000; si llegan a 5 000, constituirían solo el 10% de las llamadas fuerzas de seguridad.
Lo que sí se sabe es que, cualesquiera que fuesen los acompañantes de la OTAN, esta tendrá el 90% de las tropas ocupantes bajo sus órdenes directas, y no solo sus tropas, sino las tropas acompañantes de los que se ofrezcan. Habrá países, como Ucrania, que ofrecerán algunos soldados; puede haber algún latinoamericano que ofrezca algunos soldaditos allí, algunos jóvenes conscriptos. Pero la OTAN tendrá todo allí, y, además, los 1 000 aviones que bombardearon.
Los rusos, si acaso, tendrán algún helicóptero, alguna avioneta para trasladarse de algún lugar a otro (Risas). Los ucranianos tal vez unos yipis y hasta algún helicóptero. Todo lo naval, terrestre y aéreo, la OTAN, y el mando de todo. La discrepancia ahora está en que los rusos, que se han sentido amargados, humillados y amenazados, digamos la verdad, porque con ese precedente cualquiera piensa que un día le empiezan a caer misiles, bombas láser y millones de cosas más, especialmente si se reconoce que "las fuerzas armadas están en un estado catastrófico", lo cual no excluye que funcionen los proyectiles estratégicos, de los cuales tienen miles. Sí, tienen miles de proyectiles estratégicos, son una potencia nuclear, y todo eso, como es natural, es caro.
"Las Naciones Unidas acoge con beneplácito la labor iniciada por la Unión Europea y otras organizaciones internacionales para elaborar un enfoque completo del desarrollo económico y la estabilización de la región afectada por la crisis de Kosovo, incluso la aplicación de un pacto de estabilidad para Europa Sudoriental, con amplia participación internacional, a fin de fomentar la democracia, la prosperidad económica, la estabilidad y la cooperación."
El proyecto aprobado no dice: la comunidad internacional debe contribuir a la reconstrucción de todo lo destruido allí, sea kosovar o serbio. No, lo que están declarando los líderes de la OTAN es que si el gobierno que pactó con ellos el acuerdo y accedió a los consejos o a las presiones de los mediadores del Grupo de los Ocho, debe ahora jubilarse y comparecer ante el Tribunal Internacional para Yugoslavia donde está acusado.
De construir algo en Serbia, nada; Montenegro sí, dicen que tendrá un tratamiento adecuado, que se ha portado muy bien y acogió refugiados, pero de Serbia nada. Antes, por tener tal gobierno, le lanzaban tales bombas, y ahora por tener tal gobierno no lo ayudan a alimentarse, después de haberle destruido todo. Vean qué nobles, qué generosos, qué humanitarios son Estados Unidos y la OTAN. ¿No les parece? ¿Qué culpa tienen los niños allí de cero a 1, a 10, a 15 años? ¿Qué culpa tienen los ancianos? ¿Qué culpa tienen las embarazadas, los jubilados, los hombres y mujeres sencillos del pueblo, después que han atravesado el trauma? Muchas veces de los bombardeos lo que más traumatiza son las explosiones, el ruido.
Los nazis, que han sido en esta despiadada guerra bastante bien imitados —lo digo sin que me quede nada por dentro—, usaban unas sirenas aterrorizantes en sus aviones Stukas cuando atacaban en picada sobre sus objetivos. Recuerdo esa guerra, que cuando comenzó yo tenía 13 años recién cumplidos, pero sentía curiosidad por todas las noticias y las leía, la recuerdo casi como si fuera ayer. Tenían en sus aviones de ataque unas sirenas que armaban un ruido infernal, para sembrar el terror, el pánico y desatar la desorganización, mientras dejaban caer sus racimos de bombas, que no se parecían en nada a estas; eran bombas de juguetes comparadas con las bombas lanzadas por la OTAN sobre Serbia.
El terror de los bombardeos traumatiza a la gente para toda la vida, a un niño de tres años, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, todos los días bajo el ruido de las sirenas, todas las noches, y las explosiones. ¿Se atrevería algún médico, algún psicólogo, a afirmar que a esos niños y a millones de personas no les queda un trauma para toda la vida, independientemente del terror sufrido durante 80 días por las sirenas de alarma, más el rugido infernal de los reactores de los aviones de combate volando rasantes, mucho más ensordecedor que las sirenas de los Stukas y las explosiones mucho más poderosas que las bombas nazis?
¡Ah!, ahora hay que castigarlos: ni un centavo para reconstruir una escuela ni siquiera de las que dicen que por equivocación destruyeron; ni un hospital, ni una planta eléctrica. ¿Y de qué van a vivir? Bueno, el bombardeo ahora es de hambre. Bien, ellos suscribieron un acuerdo con determinados dirigentes. Ellos manejarán cosas y sabrán lo que hacen. Lo que sí aseguro que es criminal, después de lanzar 23 000 bombas y misiles, negarle hasta un grano de maíz al pueblo serbio. Y si el hombre que preside a Serbia está tres meses o seis en el gobierno, y si, sencillamente, permanece más tiempo, un año, no sé, eso no lo puede predecir nadie, va a estar un año aquel pueblo sometido a una guerra genocida, todos los civiles, todos los que no tienen ninguna responsabilidad con ninguna limpieza étnica, o responsabilidad con los refugiados en masa.
Había 20 000 refugiados y al comenzar los bombardeos masivos, la gente se retira por distintas razones, por temor o porque los expulsen, o porque los repriman, o porque se aterroricen con los bombardeos, o sientan temor de morir. Por varias razones, nunca se puede decir que es una sola. ¿Qué culpa tienen los niños, y los civiles, los cientos de miles que quedaron sin empleo y demás trabajadores, y los campesinos, los agricultores, los jubilados y la población civil en general? ¿Qué culpa tienen, realmente? Hacerlos esperar un día a que haya un cambio de gobierno, es un crimen. Hacerlos esperar un mes es 30 veces más criminal, y un año sería 365 veces más criminal, cada día que se les niegue el alimento.
Yo recuerdo que en nuestra lucha de liberación teníamos una unidad sitiada, sin agua y sin alimentos, porque le habíamos cortado ya el agua y los alimentos se habían agotado; nuestros combatientes, a los soldados rendidos, exhaustos, les entregaban sus cigarros, sus alimentos, porque se había creado en la tropa revolucionaria un sentido de la caballerosidad, porque había incluso una política para el enemigo. Si no hay esa política, no se gana una guerra. Si los maltratas, si los torturas, nunca se rinden, pelean hasta el último cartucho. Nosotros tuvimos una política rigurosa en eso, a las 24 ó 48 horas estaban en libertad. Al principio luchaban durísimo, y después, cuando se veían ya perdidos, parlamentaban, y los oficiales se marchaban con sus pistolas. No teníamos que ponerlos a pasar hambre, ni distribuir los pocos alimentos que teníamos nosotros. En ocasiones llamábamos a la Cruz Roja Internacional, como a raíz de la última ofensiva enemiga, cuando les hicimos cientos de prisioneros en dos meses y medio de combates. Durante la guerra llegamos a miles de prisioneros que les hicimos en combate, unidades enteras fueron cercadas, y les dábamos un tratamiento exquisito, porque eran nuestros suministradores de armas; nosotros sí que no recibimos armas de nadie en nuestra corta pero intensa guerra de liberación, luchando contra fuerzas bastante poderosas.
A ninguno de nosotros se le ocurrió rendirse; yo me llegué a quedar con dos fusiles, otros compañeros se quedaron con cinco. Fueron dos grupos armados los que volvimos a reunirnos, después de un gran revés, para reiniciar la lucha, el del compañero Raúl, que tenía cinco fusiles y cuatro hombres, y el mío, que tenía dos fusiles y tres hombres, en total fuimos siete con siete armas, no nos desanimamos: veinticuatro meses después habíamos obtenido la victoria.
No es una autoexaltación, fue una realidad que tuvimos el privilegio de vivir y no puedo dejar de recordar en este instante. Cuando hay voluntad, cuando el hombre no se desalienta, cuando cree en lo que está haciendo, no hay revés que lo pueda hacer retroceder.
Ahora, nuestro suministrador fue el ejército de Batista, organizado, equipado, entrenado y, además, asesorado durante todo ese tiempo por oficiales norteamericanos. No era un ejército menospreciable, ni mucho menos, y se creían los dueños del mundo. Tuvimos que soportar muchas necesidades, pero les dábamos a los prisioneros enemigos nuestros alimentos e incluso nuestros medicamentos.
Tenemos derecho a preguntarnos, en la Serbia destruida por la OTAN, ¿a una mujer embarazada Occidente no le va a dar siquiera un grano de maíz, en el país que, según dicen, se rindió y aceptó todas las condiciones, y aún más condiciones que las que le acordó el Grupo de los Ocho? ¿Es correcto? ¿Es justo? ¿Es humanitario? Necesitaba hacer esas preguntas.
Ya les dije que se disputaban quién iba a dirigir esa fuerza de seguridad. Claro, aquí está, en primer lugar, el Embajador de Estados Unidos, su discurso de ayer en Naciones Unidas. Porque, realmente, ese acuerdo del Consejo de Seguridad no dice bajo el mando de quién van a estar las fuerzas de seguridad. Pide nada más que vayan, ya se sabe de antemano quiénes van y quiénes pueden ir.
Ya los yankis están interpretando el acuerdo, viene el momento de las interpretaciones. En esta Resolución se establece una fuerza internacional de seguridad en Kosovo. Ahora vean qué truco. En su discurso, entre otras cosas, el representante de Estados Unidos expresa: Las autoridades de la República Federativa de Yugoslavia aceptaron que la KFOR —no sé cómo se pronuncia, pero es la sigla, no sé si en inglés o en qué idioma—, Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo, operará con una jerarquía de mando de la OTAN unificada —eso fue ayer mismo, después de la Resolución—, bajo la dirección política del Consejo del Atlántico Norte, en consulta con los que aporten fuerzas que no sean miembros de la OTAN.
Es la OTAN y bajo la dirección del Consejo del Atlántico Norte, es decir, de la OTAN. ¿Quién le dio permiso?, ¿el Consejo de Seguridad? No. Estaba contenida esta demanda en el acuerdo de la reunión del Grupo de los Ocho del 6 de mayo; porque el 6 mayo, al ver que aquellos bombardeos se prolongaban, marzo, abril completo, ya llevaban cuarenta y tantos días, habían pasado muchas veces tres días y no había la menor señal de rendición, empezaron a preocuparse, muchos de la OTAN a inventar cosas, e inventaron una reunión del Grupo de los Ocho que tuvo lugar el 6 de mayo, unos 44 ó 45 días después de iniciados los bombardeos, y allí adoptan determinados acuerdos. Todavía no se había producido el cambio de Primer Ministro en Rusia, pero antes de producirse ese cambio había sido nombrado alguien enviado especial del gobierno ruso para las llamadas gestiones de paz.
No critico, desde luego, creo que fue muy correcto que el gobierno ruso hiciera todo lo posible por buscar una solución política al conflicto. Ese conflicto no podía tener una solución militar, ni ellos están en condiciones o posibilidades de ayudar militarmente a los serbios, únicamente con armas nucleares, y no se concibe, ni mucho menos, la idea de un apoyo con armas nucleares, nadie estaría de acuerdo, a nosotros nos parecería absolutamente loca e imposible esa forma de apoyo que habría sido un suicidio mundial. Pero estaba claro que los rusos no tenían ni con qué hacer llegar un avión transportando municiones a Serbia, nada, ni por mar, ni por tierra, allá está Hungría, nuevo miembro de la OTAN, en la frontera, están otros países similares; por tierra no podía hacer llegar nada, por aire tampoco, por mar tampoco, no les quedaba nada más que las armas nucleares; apoyo político, digamos, la denuncia firme de todo aquello.
Se produce el Acuerdo de los Ocho, en que se adopta un plan de paz; plan de paz que, después de muy discutido, se suscribe el 6 de mayo y se viene a aprobar, o es aceptado por los yugoslavos, el 3 de junio, es decir, casi un mes después. Desde la aprobación en mayo, fueron muchas las gestiones, Ahtisaari, el de Finlandia, va y viene, lo mismo Chernomirdin, conversan, y emisarios norteamericanos, emisarios rusos, hasta que el 3 de junio, en una visita a Belgrado del emisario ruso y el Presidente de Finlandia, convencen al Presidente de Yugoslavia de que aceptara la fórmula.
Se dice que el enviado ruso se quedó solo, salió el Presidente de Finlandia, y aquel convenció finalmente al Presidente de Yugoslavia. Algún día se sabrá más o menos qué hablaron, cómo hablaron y qué dijeron. De modo que yo no critico los esfuerzos rusos por buscar la paz; son cosas muy distintas a la cuestión de que los dirigentes yugoslavos aceptaran ese tipo de condiciones que les impusieron. Tengo mis opiniones sobre las distintas variantes de lo que pueda haber ocurrido. Me limitaré a decir que, a pesar de su inmenso poder, la posición de la OTAN era muy débil ya, porque no se puede estar bombardeando y matando todos los días ante los ojos del mundo que seguía el espectáculo en vivo de lo que estaba ocurriendo, llega un momento en que matar y matar resulta demasiado escandaloso e intolerable.
Pero allí no se habló de quién mandaría las tropas, eso lo iban a discutir después. Hasta última hora los rusos se oponían a que las tropas que participaron en la agresión estuvieran allí, era también la posición yugoslava; también a la idea de que hubiera un mando único bajo las órdenes de la OTAN, al final, ya vísperas de presentar la resolución en el Consejo de Seguridad. Porque los mediadores tenían que consultar con los chinos, y los chinos estaban justificadamente irritados por el método, el procedimiento utilizado por la OTAN, el ataque a su Embajada, todos esos factores. Incluso los rusos aceptaron discutir primero en el Consejo de Seguridad el proyecto, y después discutir las modalidades de organización y distribución, la cuestión de las fuerzas de seguridad en Kosovo. No es una buena táctica ceder primero algo, para discutir después otro punto importante; cedes, y cuando vas a discutir después te piden más. No señor, unos minuticos más, vamos a dejar aclarado esto antes de apoyar el acuerdo, antes de renunciar al veto y votar a favor.
Conozco dirigentes rusos que han hecho esfuerzos serios y sinceros por encontrar solución a una situación realmente complicada y peligrosa. Se han debilitado ellos mismos mucho y no los respetan tanto como antes. Por eso quedó en el aire quién iba a dirigir las tropas.
Pero los norteamericanos encontraron rápido su solución, que es lo que se dice ahí en el discurso del representante de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad. Miren qué invento: Estaban discutiendo en Macedonia, con los representantes de las tropas serbias en Kosovo, y discutieron un día entero, no se arreglaron; volvieron a seguir un segundo día, aprovecharon la situación para solicitar un permiso espurio; pero fue un descubrimiento —esto aparece ayer—, ya estaban autorizados en la cuestión del papel de la OTAN. No fue el Grupo de los Ocho, ni fue las Naciones Unidas, ni fueron los rusos los que dieron su acuerdo, sino discutieron con aquellos jefes militares serbios en Macedonia y, según dicen, las autoridades de la República Federativa de Yugoslavia aceptaron que la KFOR operara con una jerarquía de mando de la OTAN unificada, bajo la dirección política del Consejo del Atlántico Norte; es decir, el permiso se lo han dado los yugoslavos, les han tomado el pelo completo a los rusos. Y hay pruebas, se trasmitió hoy un cablecito que lo prueba, que demuestra que no les ha gustado mucho.
Les estoy haciendo una historia, abusando de la paciencia de ustedes —también es voluntaria la presencia aquí—, ya no me queda más remedio que terminar, cuando concluya, ¿no?, cuando termine de decir lo que tengo que decir (Risas y aplausos). No vayan a creer, no cobro sueldo extra por este trabajo y hago un esfuerzo; lo que quiero es, ya que me han traído aquí —que es culpa de ustedes, ¿comprenden?, yo sí que no vine de voluntario, (Risas)—, terminar las ideas que quiero exponer, que son útiles también para nuestro pueblo, no me puedo olvidar de él, quisiera saber muchas cosas y esta es una oportunidad aunque se prolongue el tiempo.
Han resuelto el problema, ¿quiénes? Los vencidos los han autorizado, y nadie más, a los norteamericanos y a los de la OTAN, al general inglés que discutió con ellos, y cumpliendo, desde luego, estrictísimas orientaciones del mariscal Solana. Con el mayor respeto para el nuevo Ministro de relaciones de Europa, de la Europa preunida. Es un preministro de una preautoridad supranacional, son los títulos, más o menos, hablando con propiedad. No necesitan nada más.
Inmediatamente habla el del Reino Unido, y otro fragmento subrayado: "Las autoridades de la República Federativa de Yugoslavia y el Parlamento serbio han aceptado los principios y las exigencias dispuestos en la Declaración del Grupo de los Ocho del 6 mayo y el Documento Chernomirdin-Ahtisaari."
"La presente Resolución y su anexo exponen, con toda claridad, las exigencias claves de la comunidad internacional." Ellos son la comunidad internacional, sí, la OTAN, a la que Belgrado deberá satisfacer. "Asimismo, prevén una presencia civil internacional, dirigida por las Naciones Unidas, además de una presencia internacional eficaz en materia de seguridad dirigida a restablecer un ambiente seguro en Kosovo. (...) Es por ello que la OTAN explicó claramente la importancia que reviste contar con una cadena de mandos unificada bajo la dirección política del Consejo del Atlántico Norte" —no Naciones Unidas—, "en consulta con colaboradores no miembros de las fuerzas de la OTAN. Dicha fuerza, con la OTAN en el centro, obedecerá las órdenes de un general británico. El Reino Unido brindará la principal contribución, con 13 000 soldados como mínimo."
"El haber llegado hasta ese punto, el haber logrado la aprobación de Belgrado de todas nuestras exigencias requirió de un gran esfuerzo diplomático. Mi gobierno encomia y agradece al señor Chernomirdin, al presidente Ahtisaari y al señor Talbott su excepcional contribución. Ha sido insoslayable la participación positiva del gobierno de Rusia, por conducto de su enviado especial y su papel en la elaboración de esta Resolución, con los ministros del Grupo de los Ocho." Ellos parten de que fueron los yugoslavos los que les han autorizado a que la OTAN sea la que dirija las fuerzas de seguridad.
¿Están acaso contentos los rusos? ¡Ah!, no, ese cable no lo traje, lamentablemente. Pero hoy llegaron noticias, procedentes de Europa, de que una fuerza rusa, de alrededor de 500 paracaidistas, que estaban en Bosnia, en algo más de 20 vehículos blindados, camiones y algunos tanques, avanzaron, cruzaron por Serbia y marchaban en dirección hacia la frontera de Kosovo, para esperar allí que entraran las distintas fuerzas, la solución del problema de cómo se iban a distribuir las fuerzas, y que, desde luego, han dicho que las fuerzas rusas no aceptarán el mando de la OTAN.
Irritados deben estar cuando, sin decirle nada a nadie, antes de las 24 horas de la Resolución y de las interpretaciones norteamericanas, han enviado una columna de paracaidistas en carros blindados; no a cruzar, hasta ahora. Incuestionablemente se trata de una respuesta a todas estas interpretaciones. Les amarga aceptar la idea, y me imagino que internamente, en su propio país, que ha habido mucho trauma con todo eso, les resulte muy difícil a la dirección rusa que sus tropas allí, sean 2 000, 4 000, 5 000, con sueldo o sin sueldo, estén bajo las órdenes de la OTAN. No hay más que trampa sobre trampa por parte de los que desataron la sucia guerra. Así ha sido todo.
Estos son los dos principales líderes, desde luego: Estados Unidos y el Reino Unido. También son los dos que todos los días bombardean a
Iraq. Nadie se acuerda de eso. Ocurre todos los días, ya es un hábito, una práctica de tiro diaria, para mantener el derecho a lanzar bombas todos los días. Eso es por su propia cuenta, y nadie, con todos estos problemas, ni siquiera se acuerda de eso.
Nosotros habíamos denunciado que Yugoslavia fue convertida en un polígono de tiro.
En una declaración del día primero de junio, es decir, hace apenas nueve días, antes de que aceptara el gobierno de Yugoslavia el plan del Grupo de los Ocho, Cuba hizo una declaración en la que abordó distintos puntos: se señalaba día por día lo que pasó allí, cada uno de los objetivos, de los ataques. Esa declaración decía entre otras cosas:
"Yugoslavia se ha convertido en un polígono de pruebas. Aviones que despegan en Estados Unidos dejan caer su carga mortífera sobre el pueblo serbio, regresando a sus bases sin hacer escala, reabastecidos desde el aire; misiles lanzados en vuelos a distancia, fuera del alcance de las antiaéreas; naves sin tripulantes que bombardean hospitales con enfermos, viviendas con habitantes, puentes con transeúntes y ómnibus con pasajeros."
Cualquiera podría decir que esa era una denuncia gratuita de nosotros; pero da la casualidad que ayer, 10 de junio —unos nueve días después—, desde Washington, un cable de la agencia France Presse, firmado por Benjamín Kahn, informa:
"Los bombardeos de la OTAN en Yugoslavia contra objetivos militares e infraestructura civil permitieron a la Fuerza Aérea estadounidense probar varias armas de alta tecnología, mejoradas desde la guerra contra Iraq en 1991.
"Las bombas ‘inteligentes’ diseñadas para ajustar su trayectoria en vuelo fueron usadas en la guerra del Golfo; pero las nuevas versiones mejoradas fueron empleadas en Yugoslavia, y en mayor número que nunca antes.
"Esas bombas guiadas por computadoras permitieron a Estados Unidos matar a miles de soldados yugoslavos desde gran distancia, sin arriesgar a sus pilotos o tropas terrestres."
Más adelante:
"Los analistas sostienen que el uso masivo de los nuevos misiles de cruceros y otras armas de vanguardia continuará creciendo como consecuencia de la búsqueda de los militares estadounidenses por mejorar su capacidad para atacar desde fuera del alcance de las defensas enemigas", finaliza.
"Otro avance desde la guerra del Golfo fue el reforzamiento de la nariz de los misiles con titanio para permitirles penetrar espesas capas de cemento y detonar infligiendo mayor daño.
"La nueva generación de bombarderos furtivos B-2, los más caros de todos, también hicieron su debut en Yugoslavia.
"A un costo de 2 200 millones de dólares cada uno, los B-2, de una tecnología supersofisticada, fabricados por Northrop Grumman, Boeing y General Electric, volaron desde una base en el estado de Missouri y evadieron la defensa antiaérea yugoslava y lanzaron numerosas bombas guiadas por satélites en cada pasada."
Hoy hay otro dato por ahí, decía un cable, que tres misiones de estos bombarderos alcanzaron el 20% de los objetivos, el 20% de los objetivos donde hicieron blanco las bombas y misiles. Estaban hablando de eso.
Creo que el señor Clinton estaba hoy en esa base aérea para felicitar cariñosa y fraternalmente a los superhéroes que, estando siempre fuera del alcance de las armas enemigas, mataron a cientos o a miles de personas, o quién sabe qué destrucciones causaron. Una práctica con la nueva tecnología, y por aire, no aterrizaron en ningún punto intermedio. Los B-52, procedentes directamente de territorio norteamericano, lanzaban toneladas y toneladas de bombas. Había que probarlos con fuego real contra blancos reales.
"Las bombas usadas por los B-2 JDAM, también es nueva, usan un sistema de orientación GPS. Pesa entre 450 y 900 kilos y cuesta 18 000 dólares cada una", es bastante barata para un avión que cuesta, según el reportero desde Washington, 2 200 millones. Con 2 200 millones, de acuerdo con los programas que les he estado mencionando a ustedes, se pueden calcular los cientos de miles de vidas de niños, de personas, en Haití, en Centroamérica u otros puntos similares, que se pueden salvar en unos pocos años. Sí, realmente. Casi uno puede calcular hasta cuántos se pueden salvar en un año (Saca cuentas). Esto puede ser más de 400 000. Salvar la vida de un niño no cuesta nunca, nunca, más de 500 dólares: desde un niño que se muere porque le falta una vacuna que vale 25 centavos hasta unas sales de rehidratación, etcétera. Pónganles 500 dólares, una cifra exagerada. Con 500 millones —compadre, ¿serán tantos?— se podrían salvar casi un millón, si hay médicos que los atienda, si están los medicamentos.
Con 1 000 millones, 2 millones de niños; con 2 000 millones, 4 millones; con 2 200, se podría salvar la vida de 4 400 000 niños, y todo el mundo sabe y la OMS sabe que mueren por enfermedades curables alrededor de 12 millones de niños; está entre 10 y 12 millones, no recuerdo exactamente cuál es la última cifra.
Casi la mitad de los que mueren en un año con el costo de un solo avión. ¡Qué humanitario, realmente, sería invertir lo que vale uno de estos aviones en salvar casi cuatro millones y medio de niños a un costo alto calculado con amplitud!, porque en los programas que nosotros estamos planteando los médicos no cuestan nada, los médicos los pagamos nosotros aquí, con nuestra moneda. No tenemos que gastar un dólar, porque con nuestra moneda tienen lo que tienen ellos, y a todos los médicos recientemente se les mejoró, incluso, el ingreso. Toda una biblia humanitaria es lo que está escribiendo la OTAN.
Lo triste es la mentira, la demagogia, la manipulación de la gente.
De verdad que ustedes no debieran marcharse sin algunos daticos que me van quedando por aquí.
Yo digo que hay tres ideas fundamentales. He hablado del Grupo de los Ocho, ya dije quiénes presentaron la moción, ¿está claro? De 12, siete de la OTAN; bueno, los que dije.
Ahora, ¿qué es el Grupo de los Ocho? El Grupo de los Ocho es una sociedad de los superricos, un pequeño club, pero como tiene tanta influencia y tanto dinero, y están entre Estados Unidos, Japón, Alemania, inmensamente ricos, y los demás, pues trazan políticas monetarias para el Fondo Monetario, medidas para enfrentar alguna crisis, determinados acuerdos: si hay una crisis en el sudeste asiático, o en Rusia, o hay peligro de que se extienda por América Latina.
Se reúnen anualmente los siete ricos. Pero con motivo de la desaparición de la URSS y las mejores relaciones con Rusia, de vez en cuando la invitan. Solo de Rusia, Occidente, principalmente Europa, ha extraído 300 000 millones de dólares. Claro, no fueron allí a buscarlos a punta de pistola, ¿no?, no hacía falta tampoco, porque allí surgieron gente con tal habilidad para los negocios que se hicieron hasta multimillonarios en cuestión de unos pocos años.
En virtud de las reformas introducidas por Occidente, Rusia ha sufrido terriblemente, su economía se redujo a la mitad, su defensa se debilitó considerablemente. Para otorgarle hoy un crédito de 20 000 millones Occidente se lo raciona, le exigen veinte condiciones que Rusia no puede cumplir, algunas de ellas humillantes. ¿Y qué son 20 000 millones que tanto estaban necesitando después de la crisis de agosto, repartidos a lo largo de un año, si es la 15va parte de las divisas que fueron a parar a Occidente? Pero no es solo eso, si el rublo se ha devaluado dos veces. Antes había un rublo equivalente a un dólar, con más capacidad de compra allí en Rusia que un dólar, pasó en pocos años a tener una capacidad de compra seis mil veces inferior; es decir, hacían falta 6 000 rublos para conseguir un dólar. Todo el que tenía ahorros, los jubilados y otros, lo perdió; todo el dinero de una nación entera, como consecuencia de la devaluación.
Volvieron a establecer otra medida y un nuevo rublo, le quitaron los ceros, lo dividieron por 1 000, y entonces con 6 rublos se adquiría un dólar.
Bueno, los que volvían a tener rublos ahorrados, cuando se produce la crisis vieron que su rublo en vez de valer 6 por un dólar, valía solo 24 por un dólar, la cuarta parte; otra vez los que ahorraron perdieron sus ahorros. Eso le ha pasado no solo a Rusia, sino a muchos países. América Latina está cansada de conocer esa experiencia, las devaluaciones periódicas, ya las mencioné. Se vuelve capital golondrina la moneda.
¿Qué ciudadano en un país donde dos veces han perdido todos los ahorros quiere tener sus efectivos en la moneda nacional? Aunque le paguen un interés del 40%, 50%, hasta el 80%. Por otro lado eso no lo resiste ninguna economía, es imposible; porque el mecanismo que recomiendan los teóricos del neoliberalismo, del Fondo Monetario, a los países, es que eleven la tasa de interés para que la gente no se lleve su dinero. Si eleva la tasa al 80%, ¿qué presupuesto puede soportar eso? No es posible. Y, además, aunque se eleve la tasa de interés a esos niveles, la devaluación puede ser un 400%, un 500%, incomparablemente mayor que lo que se haya elevado el interés. ¿Qué hace ante la inseguridad el ahorrista o el que obtenga algún ingreso? Cambia su dinero por dólares. No puede haber banco que resista. ¿Cuánto dinero necesitaría el país para mantener la convertibilidad del rublo en divisas? Un barril sin fondo de dólares.
¿Cuántos años tendrán que pasar para que el ciudadano de un país que sufre un problema de ese tipo vuelva a tener confianza en su moneda? Y allá va el Fondo Monetario exigiéndole la libre conversión y veinte condiciones más, y son, en la realidad, imposibles de aplicar. No hay más que hacer unos pequeños cálculos. Entonces, ese es el problema, todo lo cambian en dólares, lo guardan en un colchón o lo sacan del país.
De modo que el país se ha quedado muy empobrecido, muy dependiente de los créditos exteriores. Yo no creo, sin embargo, que necesariamente tengan que serlo. Quienes han vivido la experiencia que ha vivido Cuba: sin combustible, sin acero, sin madera, sin nada, y nos las hemos arreglado sin un centavo de ningún organismo internacional, sabe que con los enormes recursos que tiene ese país no necesitaría créditos, sencillamente. No digo nada más. Añado solamente que si nosotros tuviéramos esos recursos estaríamos creciendo a ritmo de dos dígitos como se dice; sin tener nada, estamos, a pesar de todo, a pesar del bloqueo, creciendo, y este año creceremos, de un 3% a un 4%, más o menos.
Tenemos derecho a imaginarnos qué se puede hacer, y el ingreso de la mayor parte de nuestras exportaciones se invierte solo en combustible, porque la Revolución llevó la electricidad hasta a los más apartados rincones, a las montañas; el 95% de la población recibe electricidad, cuando era menos del 50% al triunfo de la Revolución, y cuando el petróleo valía siete dólares el barril y con una tonelada de azúcar se podían comprar de siete a ocho toneladas de petróleo. Después, cuando viene el colapso del campo socialista, ya habían subido mucho los precios del petróleo, y con una tonelada de azúcar podíamos comprar apenas una tonelada de petróleo.
No tenemos los inmensos bosques de Siberia, yacimientos de gas y de petróleo, tampoco importantes industrias de acero y de maquinarias. Si nosotros tuviéramos nada más que materias primas, la economía de este país —con la experiencia de ahora, hay que añadirle eso, que hemos aprendido y hemos tenido que aprender a ser mucho más eficientes, a usar mejor los recursos— crecería no se sabe si al 12% o al 14%.
Ese país puede, es mi convicción y lo digo aquí, es primera vez que lo digo públicamente, ese país puede salvarse, no tiene necesariamente que depender de los créditos de Occidente, y tarde o temprano sus dirigentes lo comprenderán; pero, indiscutiblemente, hoy depende de los créditos.
He mencionado el Grupo de los Ocho, los siete más ricos del mundo, de ellos, seis son miembros de la OTAN, que desataron y participaron activamente en esa guerra, uno que no es de la OTAN, pero es el principal aliado estratégico de Estados Unidos en el Pacífico, Japón. No es mi propósito criticar a Japón, tenemos buenas relaciones con ese país, y cuando tuvimos el último huracán, después de una fuerte sequía, espontáneamente nos ofrecieron una ayuda en alimentos, para la parte más vulnerable de la población, equivalente a 8 millones de dólares, con los cuales se adquirieron 30 000 toneladas de arroz, gesto que mucho apreciamos. Me limito simplemente a exponer hechos.
En el grupo de los siete países más ricos del mundo, todos excepto Japón, que no es miembro de la OTAN, participaron en el ataque a Serbia. El octavo, Rusia, es por ironía el país que más se ha empobrecido en menos tiempo. Su Producto Interno Bruto per cápita está a nivel del Tercer Mundo.
Un país empobrecido, endeudado y dependiente de los créditos occidentales. Sin embargo no voy a sugerir, en absoluto, que esas fueran las razones del pobre papel que desempeñaron en el Grupo de los Ocho. Creo que ellos realmente estaban muy preocupados con la crisis que se había creado y la peligrosidad de esa guerra aventurera, el impacto en su propia población y el espejo de lo que les podía ocurrir un día determinado. Deben haber tomado conciencia de cuánto han perdido en influencia y en fuerza. Realmente yo tendría que reconocer que tienen una posición correcta como defensores de las soluciones políticas a los conflictos, y de la Carta de las Naciones Unidas. Su discurso en el Consejo de Seguridad nos pareció crítico y positivo; pero, desde luego, ese es el Grupo de los Ocho.
Ellos ya estaban dejando la costumbre de invitarlo, pero lo llamaron, lo reunieron, y en aquella circunstancia es cuando se produce...
A mí me pareció ver en las noticias de esta mañana sobre el rápido avance de una columna de paracaidistas rusos en dirección a Kosovo, sorprendió a la OTAN, sorprendió a todo el mundo; es indiscutible que fue una respuesta al engaño de negociar con los yugoslavos el permiso para que la OTAN en Kosovo asumiera la jefatura de las fuerzas de seguridad. No lo decidió la organización de Naciones Unidas, no fue discutido con Rusia, en eso consistió la humillación, el engaño y la trampa.
En resumen, la OTAN ataca y se atasca, inventan una reunión de los Ocho, fabrican un plan de paz, y el plan de paz que tuvo bastante discrepancias y diferencias con los rusos al final se aprueba, se lleva al Consejo de Seguridad sin estar resuelta la cuestión de quién tiene el mando de aquella fuerza, y la cuestión estaba decidida y lo informa allí mismo en el discurso el representante de Estados Unidos, tenían un permiso de los yugoslavos para asumir el mando en la provincia yugoslava de Kosovo. Así es como se maneja el asunto, me parece que está bastante claro todo.
Otro hecho que quiero decir. Nosotros nos pusimos a profundizar todo lo que pudimos en la historia de toda esa región, la historia pasada y reciente, y hemos ido reuniendo algunas informaciones interesantes, pero hay una en especial que nos ha llamado mucho la atención, y fue denunciada ayer por nuestro Embajador en Naciones Unidas, que cuando Hitler invadió a Yugoslavia estableció un gobierno fascista en Zagreb, que comprendía Croacia, Bosnia, Herzegovina y una gran parte de Voivodina, casi hasta las puertas de Belgrado.
El régimen fascista, Ante Pavelic, implantó una doctrina llamada doctrina de los tres tercios. ¿Qué quería decir? Un tercio de los serbios debía ser deportado, otro tercio asimilado y convertido al catolicismo por la fuerza —era la religión oficial de ese país, Croacia; los otros, los serbios, eran también cristianos, pero de otra iglesia, la Ortodoxa, bastante cercana en general, en cuanto a doctrina, a la católica, aunque con evidente tensión entre ambas—, y el último tercio sería físicamente eliminado. Esa doctrina se convirtió en la orientación política de la maquinaria del Estado, que se dedicó a organizar las tres cosas, con desigual eficacia en los resultados.
Muchos de los convertidos eran finalmente aniquilados, mientras la deportación no era fácil; así, el exterminio físico fue lo que más se generalizó. Cosa asombrosa, para nosotros fue como un descubrimiento, un holocausto, un verdadero holocausto de enorme magnitud.
Con relación a la población total de entonces —de serbios, no de yugoslavos—, es posible que hayan eliminado físicamente —digo solo que es posible, porque estas cuentas no las he sacado todavía con exactitud, habría que hacerlo— un porcentaje mayor de serbios con relación al total de población serbia que residía en Croacia, Bosnia y Herzegovina que el porcentaje de judíos que eliminaron en la Segunda Guerra Mundial si se compara con el número total de ellos. Habrá que precisar detalles. Este holocausto se ha ocultado, Occidente nunca quiso mencionarlo.
Hemos tratado de conocer lo más posible sobre el autor de la investigación contenida en este pequeño libro: es periodista, participa en muchas organizaciones humanistas, es de educación católica y nada cercano al marxismo-leninismo o al comunismo. Nosotros, buscando materiales, dimos con este, estamos recogiendo más información, hay algunos artículos suyos publicados; pero, sin duda, el libro está muy bien elaborado, tiene muchos datos de interés.
Ahora, ¿qué dicen los cronistas croatas y qué dicen los cronistas serbios? Los cronistas croatas reconocen que las víctimas fueron 200 000; es decir, los que fueron liquidados, en virtud de la doctrina fascista de los tres tercios.
¿Qué dicen los cronistas serbios? Dicen que un millón.
¿Qué dicen las fuentes más confiables? Que fueron entre 400 000 y 700 000.
¿Qué dice una de las que se considera de las más confiables: los archivos del Almirantazgo Británico?, no olviden que el Reino Unido era aliado de Yugoslavia en aquella época, que participaba en operaciones en los Balcanes, y se consideran unos archivos importantes, serios; plantear el problema tal vez despierta un interés, a que más gente informada hable sobre el tema. Los archivos del Almirantazgo Británico fijan en 675 000 los civiles serbios, entre ellos muchos campesinos, de todas las edades y sexo, que fueron fríamente asesinados en campos de concentración o en los lugares donde vivían, aldeas enteras fueron exterminadas. Esa fue la cifra que usó ayer nuestro Embajador en Naciones Unidas; pero hay otros datos de interés. Yo sospecho que fueron más, sospecho que fue mayor el número de víctimas.
Hay un análisis de población —están los datos de población del año 1941 en tres territorios: Croacia, Bosnia y Herzegovina—, de las distintas culturas, etnias y nacionalidades que los habitaban, aunque entre bosnios-herzegovinos, serbios y croatas no se puede hablar propiamente de diferencias étnicas, porque las tres naciones son de origen eslavo, y existe hasta el idioma serbio-croata. La diferencia es más bien cultural, religiosa y de carácter nacional. Una misma etnia puede tener varias naciones. En la América Latina, junto a la lengua hay muchas cosas étnicas en común. Santo Domingo y Cuba, si se quiere citar un ejemplo, son de la misma etnia y constituimos dos naciones independientes.
Según los datos estadísticos, en el año 1941, cuando no había guerra todavía, ¿cuántos croatas vivían en ese territorio? En ese territorio vivían 3 300 000 habitantes. Cuarenta años después, en un censo en 1981, ¿cuántos vivían? Cuatro millones doscientos diez mil. Un crecimiento de casi un millón.
Musulmanes, que también son eslavos, pero de religión musulmana: en 1941 había 700 000; en 1981 existían 1 629 000, más del doble.
Serbios, ¿cuántos había en ese mismo territorio en 1941? Un millón novecientos veinticinco mil. ¿Cuántos después de 40 años, en el censo de 1981? Un millón ochocientos setenta y nueve mil. Aproximadamente 45 000 menos.
A partir de estos datos, gente que ha analizado la población, costumbres, hábitos, crecimiento, han calculado que perecieron en ese holocausto entre 800 000 y 900 000 serbios.
Todos hemos oído hablar de Oswiecim y otros campos de concentración, algunos hemos tenido la posibilidad de visitarlos y tener una visión aterradora de lo que fueron aquellos campos de concentración, y resulta que ahora descubrimos, nos informamos, que había un campo de exterminio llamado Jasenovac, equivalente al Oswiecim que estaba allá en Polonia. En Jasenovac yacen los restos de cientos de miles de serbios, y también de miles de judíos, gitanos y demócratas de toda afiliación étnica. Se dice que ahí está emplazada, bajo tierra, la mayor ciudad serbia después de Belgrado.
¿Cuántos de ustedes lo sabían? ¿Alguno lo sabía o había oído hablar de este dato? Nosotros nos proponemos seguir indagando. Que levante la mano si alguno de ustedes lo sabía (Alguien levanta la mano). Bien, toca el botón y cuéntanos (Uno de los presentes plantea que un libro sobre el tema fue publicado en Serbia y traducido a varios idiomas, pero que en la población de Europa hay un desconocimiento general sobre esa alianza de los fascistas croatas con los nazis y el genocidio que cometieron).
¿Quién era el autor de ese libro? (Le dice que le parece que los autores fueron dos serbios.)
Este que yo menciono aquí, del cual tomamos el dato y estamos profundizando —el hecho de que los mismos cronistas croatas admitan una cifra, reconozcan 200 000, es significativo—, es de Josep Palau; catalán de origen, periodista, desde 1982 ha desplegado una amplia actividad internacional vinculada a los movimientos por la paz europeos y ha ostentado cargos de representación en diversas organizaciones no gubernamentales. Ha sido consultor de las Naciones Unidas.
Yo le pregunté a nuestro Embajador en Nueva York si tenía algunas informaciones, porque le habíamos recomendado que adquiriera este libro (Lo muestra), le habíamos enviado los datos, pero en una librería le dijeron que en seis semanas se lo conseguirían. Inmediatamente nosotros, ayer, le enviamos una copia de esta impresa, por correo electrónico; tenía completico su libro allí. Entonces me dijo que había leído otro artículo muy interesante del autor y que era considerado uno de los que más conocían sobre la historia de los Balcanes y, en general, sobre estos problemas. No sabemos más. Por eso hice una pregunta, si alguno de ustedes lo sabía.
Se explica, desde luego, que los dirigentes yugoslavos no hayan querido hurgar en el tema. Cuando pasa una cosa tan terrible no es posible hacerlo. Cuando ha habido conflictos durante siglos, hurgar en problemas de esta índole habría conspirado, sin duda, contra el propósito de crear una federación sólida, un estado unido y justo; una sociedad pacífica.
Pero uno se puede preguntar por qué Occidente no habla de este holocausto. Uno lo toma en cuenta especialmente ahora cuando estaban lanzando miles y miles de bombas contra esa misma nación. A esto habría que añadir que se trata solo de los que murieron en el territorio de Croacia, Bosnia y Herzegovina, porque el gobierno fascista impuesto por Hitler, abarcaba más extensión, tenía parte de Voivodina; pero parece que los datos que existen son los de los tres territorios mencionados, sin incluir Voivodina.
Hay que calcular los que murieron en las partes donde estaba ese gobierno y calcular los que murieron en las partes que estaban ocupadas por los fascistas italianos, o por los fascistas húngaros durante un tiempo.
La matanza debe haberse concluido a fines de 1942, porque en 1943 ya había muchos territorios liberados, la fuerza guerrillera era más fuerte. Voy a tratar de buscar datos para ver qué porcentaje de la población de aquella época murió en los campos de concentración, ya no digo en los combates, sino en los campos de concentración y asesinados fríamente.
Un holocausto. ¿Por qué no se habla de esto? Son tristes y dolorosas las historias que se cuentan de matanzas y limpiezas étnicas más recientes, y no tengo la menor duda de que ha ocurrido; no he estado allí ni lo he visto, ni voy a pedir papeles, me basta saber un poco la historia de los odios que se desataron y los conflictos reales.
Pero también me consta que en 45 años de existencia de la República Federativa Socialista de Yugoslavia hubo paz entre todas estas etnias. Tito mismo era de origen croata, pero supo ganarse el cariño de los serbios y de todos, porque los serbios fueron, realmente, la espina dorsal de la resistencia. Que en época de Tito no se hablara mucho del asunto es explicable. Hoy, en una Yugoslavia desmembrada y cuando en una de sus partes se acaba de cometer un crimen como el que se ha cometido, entonces bien vale la pena que se conozcan estas verdades.
Debo aclarar que no tengo la menor intención de azuzar ni de culpar a nadie, ni mucho menos a ningún pueblo; no tengo la menor intención de culpar a los croatas por esto. Sería como acusar a los alemanes de las matanzas que hizo Hitler y del holocausto de los judíos, gitanos y otros muchos que murieron en los campos de concentración: muertes sistemáticas, intento de exterminio frío de una etnia, de una nación, de una población multiétnica o de una sola etnia.
El holocausto, cuando alcanzó una cifra de este carácter, tiene una enorme importancia. Culpar al pueblo croata sería igualmente como culpar al pueblo italiano de los crímenes del payaso de Mussolini. No se me ocurre llamarlo de otra manera, porque era eso, en gran parte, y mató a mucha gente, invadió, hizo toda esa guerra, envió tropas a la Unión Soviética y sería injusto, es como culpar a cualquier pueblo de los crímenes que haya cometido un sistema fascista. Quiero aclararlo, sinceramente. No pretendo culpar a nadie, sino a atenerme a los hechos históricos.
Hay que decir también otra realidad: los judíos, que sufrieron el holocausto en Alemania y otras partes, desarrollaron bastante amistad con los serbios y estaban agradecidos de ellos, porque los serbios salvaron la vida de muchos judíos. Incluso, se dice, que la Secretaria de Estado norteamericana, de niña, se refugió, procedente de Checoslovaquia, en territorio serbio y allí recibió auxilio y apoyo de los serbios. Ellos desempeñaron un papel, lucharon heroicamente contra el nazismo. Y vuelvo a decir que nuestra posición, la que mantenemos y mantendremos, es una posición de principio.
Si ustedes tienen oportunidad, pueden leer los discursos de nuestro Embajador en Naciones Unidas, ahí está bien clara la posición sobre Kosovo; no solo ahora, sino a los 12 días de estallados los bombardeos en que, como consecuencia directa o indirecta —con seguridad, a mi juicio, en su inmensa mayoría por causa directa— de los bombardeos, se deben haber desatado o agudizado conflictos de todo tipo, ofrecimos médicos a una comunidad católica, religiosa, que asiste a los refugiados. Nos estuvieron contando la tragedia allí y nosotros les ofrecimos hasta 1 000 médicos. ¡Doce días después!, no es un invento de ahora o de una semana antes de hablar Cuba en Naciones Unidas. No lo dijimos públicamente, porque se lo dejamos a ellos; un día, hace varias semanas, también lo dijimos públicamente.
También cuando los norteamericanos, que ocupan una base en nuestro territorio, informaron —cosa que no suelen hacer—, más que solicitar, informaron que iban a traer 20 000 kosovos, lo cual viola todos los términos del acuerdo en virtud del cual están ahí, acuerdo que ha sido violado por veinte vías diferentes; pero tuvieron, al menos, el gesto de informarnos. Tal vez pensaron que nosotros íbamos a decir que no los llevaran. Les dijimos: Estamos absolutamente de acuerdo en que los traigan, estamos dispuestos a cooperar en todo, les podemos facilitar nuestros hospitales, servicio de agua, toda la ayuda que podamos darles.
Después, a lo mejor se aconsejaron, porque era realmente antipático eso de desatar una guerra que a su vez desata una colosal emigración, un drama humano, los trajeran desde Albania para una base naval en un país tropical, no se sabe a qué distancia. Por fin trajeron a 2 000, tengo entendido a un campamento en su propio territorio. Del millón ese, ellos, generosa y humanitariamente, han asistido no creo que a mucho más de 2 000 refugiados; Gran Bretaña otro poquitico, creo que entre los dos el 0,8%, o una cifra de esas bastante insignificante de refugiados.
Nosotros dijimos que sí, que estábamos dispuestos a que fuesen acogidos en territorio cubano ocupado por Estados Unidos, ofrecimos brindarles ayuda médica y se lo reiteramos ahora. Esa fue nuestra posición, clara, categórica: respeto a sus derechos culturales, nacionales, religiosos, apoyo a la autonomía. Y nos fuimos más lejos, incluso —es posible que muchos yugoslavos no entiendan eso, o serbios no lo comprendan bien—, admitíamos la idea de la independencia, si alcanzan una paz justa todas las etnias de Kosovo y los serbios del restante territorio de esa república se ponen de acuerdo pacíficamente y deciden hacerlo. Sí, planteo que tiene que ser de forma pacífica, y de mutuo acuerdo.
Yo creo que esas posibilidades existen; pero, bueno, no nos debemos mezclar en ese delicado tema. Hemos planteado nuestras posiciones, hemos cumplido nuestro deber. No hacemos cosas ni para ganarnos amigos ni para ganarnos enemigos. A veces lastimamos a amigos y nos ganamos a la vez enemigos; pero hay algo que vale mucho más que todas las ventajas temporales, es la seriedad y la honradez.
Yo, incluso, a los europeos los he criticado con las palabras que he usado, sin tener ningún sentimiento de animosidad contra ellos; pero un día puedo perfectamente demostrar que de alguna forma les advertí, con mucha precisión, y solo siete días después de iniciados los ataques, exactamente lo que iba a ocurrir. Excúsenme que me reserve y guarde, que no desclasifique ese material.
Uno de los grandes errores de Europa fue que en vez de trabajar con las fuerzas moderadas, trabajaron con las fuerzas más extremistas, a las que hasta hace solo unos meses calificaban de temibles terroristas. Solo que en 1998 ese movimiento alcanzó, de unos cuantos cientos de hombres armados a más de 15 000 ó 20 000 hombres armados. Hay que averiguar ahora, qué hizo la famosa institución que se llama CIA, cuántos entrenó, qué armamentos les dio, qué tareas. De lo que no hay duda es de que esa guerra, realmente, casi fue programada. Me parece que la mayor posibilidad de paz estaba en apoyar a los grupos moderados y no a los grupos extremistas, considerados hasta hace muy poco como terroristas. Ellos usan cualquier término, cualquier calificativo.
¿Y por qué es muy preocupante —es la última idea que quiero exponer— esta política, la ofensiva contra la soberanía, este intento de barrer los principios de la Carta de Naciones Unidas? ¿Por qué se inventan todas estas teorías, doctrinas que mencionaba, tantos pretextos de intervenciones humanitarias, o contra amenazas globales? Hay, además, como explicaba, algo que se llama diplomacia al amparo de la fuerza, otro concepto. ¿Hasta cuándo?
Tenemos experiencias muy amargas sobre el comportamiento de los dirigentes políticos norteamericanos. De vez en cuando eligen a uno que tiene, por ejemplo, una ética religiosa; me atrevería a citar un caso: Carter. No concibo a Carter haciendo este tipo de guerra genocida. Pero hemos conocido a unos cuantos presidentes de Estados Unidos de los que no se puede afirmar lo mismo.
Nosotros acabamos de presentar una demanda a Estados Unidos por 181 000 millones de dólares —ya les conté algo, ojalá les regalen un ejemplar, creo que tenían uno en las maletas, pero por si acaso, a los que no lo han leído, no deben haber tenido mucho tiempo—, en esas líneas hay dos cosas, dos grandes ejemplos de cinismo. Decíamos aquí en la demanda, en dos palabras: "La incuestionable veracidad histórica de estos acontecimientos y del cinismo y las mentiras que invariablemente acompañaron todas las acciones de Estados Unidos contra Cuba, la ofrecen sus propios documentos de la época, emitidos por los que desde aquel país diseñaban la política de agresión y subversión contra Cuba."
La conspiración contra Cuba y las acciones se inician tan pronto hicimos una Ley de Reforma Agraria, porque había empresas norteamericanas que tenían 10 000, 50 000 y algunas hasta 150 000 hectáreas, y nosotros hicimos una ley agraria que afectó, lógica e inevitablemente, la propiedad, y a partir de ese momento comenzaron sus crímenes contra Cuba. Ya en agosto se realizaron los primeros actos de terrorismo, los primeros planes de asesinato contra dirigentes, y a mí me hicieron el honor de dedicarme un buen número de ellos; se iniciaron en noviembre de 1959, por ahí está, en esa misma sección.
No se había hablado de socialismo; aquí de socialismo se habla el día 16 de abril, cuando fuimos a enterrar las víctimas, los combatientes que murieron como consecuencia del ataque de aviones de guerra norteamericanos, tripulados por mercenarios cubanos, con insignias cubanas, pintados. Y hasta a Stevenson le hicieron decir una gran mentira allá en la ONU donde era embajador, la misma explicación oficial que dieron, cuando afirmaron que eran aviones sublevados de nuestra Fuerza Aérea. En realidad, lo que hicieron fue avisarnos de algo que esperábamos, vimos la inminencia del desembarco mercenario en el intento de destruir nuestra pequeña Fuerza Aérea, que no pudieron destruir porque estaban dispersos los aviones de combate y la base estaba defendida por baterías antiaéreas; destruyeron una parte, pero todavía nos quedaban más aviones que pilotos, y con los que quedaron fue suficiente para el tiempo que duró la aventura.
Yo me refería a eso, no es ninguna mentira que invariablemente acompañaron todas las actividades de Estados Unidos contra Cuba.
En una de las secciones de la demanda se expresa: "En tal sentido, puede resultar ilustrativo el hecho de que el 17 de marzo de 1960, durante una reunión en la que participan el Vicepresidente Richard Nixon" —un santo—, "el Secretario de Estado Christian Herter" —no llegó a presidente después—, "el Secretario del Tesoro Robert B. Anderson, el Secretario Asistente de Defensa John N. Irwin, el Subsecretario de Estado Livingston T. Merchant, el Secretario Asistente de Estado, Roy Rubottom, el almirante Arleigh Burke, del Estado Mayor Conjunto, el Director de la CIA Allen Dulles, los altos oficiales de dicha agencia Richard Bisell y J. C. King, y los funcionarios de la Casa Blanca Gordon Gray y el general Andrew J. Goodpaster, el Presidente de Estados Unidos aprueba el llamado ‘Programa de Acción Encubierta contra el Régimen de Castro’" —ya antes se han mencionado una serie de hechos brutales— "propuesto por la CIA, en el que, entre otras cosas, se autorizaba la creación de una organización secreta de inteligencia y acción dentro de Cuba, y para ello se asignaban los fondos necesarios a la CIA. En un memorando recientemente desclasificado" —porque ya han desclasificado, como han pasado casi 40 años, es una costumbre—, "sobre el desarrollo de esta reunión, el general Goodpaster anotó" —lo que anotó el hombre—: "El Presidente dijo que él no conocía plan mejor para manejar esta situación" —se trata del Presidente Eisenhower— "el gran problema es la filtración y la falla de seguridad. Todo el mundo tiene que estar dispuesto a jurar que él (Eisenhower) no sabe nada de esto. [...] Dijo que nuestras manos no deben aparecer en nada de lo que se haga."
Y ya venían ocurriendo cosas realmente serias, incluso, empezaron desde agosto de 1959 ataques piratas, bombardeos, incendios de cañaverales con aviones procedentes de Estados Unidos, la voladura de La Coubre que mató a 101 ciudadanos de este país, y fue unos días antes. Realmente esa fue una reunión formal, más porque ya la CIA había recomendado el asesinato mío antes de finalizar 1959, el 11 de diciembre. No se había cumplido todavía un año del triunfo de la Revolución. Muy bien, ya otras cosas producen mayor repugnancia y está aquí para los que no lo hayan leído.
Este es otro documento desclasificado, ya no estaba Nixon de vicepresidente, ni Eisenhower de Presidente, estaba Kennedy, y fue después de la invasión de Girón:
"El 7 de marzo de 1962 la Junta de Jefes de Estado Mayor afirmó en un documento secreto que ‘la determinación de que una sublevación interna con posibilidades de éxito es imposible dentro de los próximos 9 a 10 meses, exige una decisión por parte de los Estados Unidos en el sentido de fabricar una ‘provocación’ que justifique una acción militar norteamericana positiva.’
"El 9 de marzo de 1962, bajo el título de ‘Pretextos para justificar la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba’, la Oficina del Secretario de Defensa sometió a la consideración de la Junta de Jefes de Estado Mayor un paquete de medidas de hostigamiento que tenían por objetivo crear las condiciones para justificar la intervención militar en Cuba." Fíjense, siempre han estado buscando pretexto, y todo lo que hacen es buscar un pretexto. Entre las medidas consideradas estaban las siguientes, lo que se lleva a la Junta de Jefes de Estado Mayor por la oficina del Ministro de Defensa:
. "Una serie de incidentes bien coordinados se planificarían para que ocurriesen en [la Base Naval de] Guantánamo o sus alrededores, a fin de crear una apariencia verosímil de que fueron realizados por fuerzas cubanas hostiles", una variante.
. "Los Estados Unidos responderían con la ejecución de operaciones ofensivas destinadas a asegurar los suministros de agua y energía, destruyendo los emplazamientos de artillería y morteros que amenazan a la base. Comenzarían operaciones militares norteamericanas en gran escala."
. "Un incidente tipo ‘Remember the Maine’, pudiera prepararse de diversas maneras."
. "Pudiéramos hacer volar un barco norteamericano en la bahía de Guantánamo y culpar a Cuba."
. "Pudiéramos hacer volar un barco no tripulado en algún punto de las aguas cubanas."
. "Pudiéramos hacerlo de manera que ese incidente ocurra en las cercanías de La Habana o Santiago como un resultado espectacular de un ataque cubano por aire o por mar, o desde ambas direcciones."
. "La presencia de aviones o embarcaciones cubanas que acudieran simplemente para investigar las intenciones del barco, pudiera constituir prueba suficientemente convincente de que el barco fue atacado."
. "Los Estados Unidos pudieran dar seguimiento con una operación de rescate por aire o por mar bajo la cobertura de cazas norteamericanos a fin de ‘evacuar’ a los restantes miembros de una tripulación no existente."
"Las listas de bajas en la prensa norteamericana pudieran causar una ola favorable de indignación nacional."
. "Pudiéramos desarrollar una campaña terrorista cubano-comunista en el área de Miami, en otras ciudades de la Florida y en Washington. La campaña de terror podría estar encaminada contra los refugiados cubanos que buscan asilo en los Estados Unidos."
. "Pudiéramos hundir una embarcación llena de cubanos en la ruta hacia la Florida (real o simulada)."
"Pudiéramos promover intentos contra las vidas de los refugiados cubanos en los Estados Unidos, incluso hasta el punto de herir a algunos de ellos en casos que serían ampliamente divulgados."
. "Hacer explotar unas cuantas bombas de plástico en lugares cuidadosamente escogidos, detener a algunos agentes cubanos y dar a la publicidad documentos preparados que fundamenten el comprometimiento cubano, también pudiera ayudar a proyectar la idea de un gobierno irresponsable."
. "Pudiera simularse una expedición ‘desde territorio cubano y apoyada por Castro’, contra una nación caribeña vecina de Cuba."
. "El hostigamiento de aeronaves civiles, los ataques contra barcos y la destrucción de aeronaves militares norteamericanas no tripuladas por aviones tipo Mig, pudieran ser acciones complementarias útiles."
. "Un F-86 pintado adecuadamente pudiera convencer a los pasajeros de una aeronave civil que vieron un Mig cubano, especialmente si el piloto de la aeronave lo afirmara como un hecho."
. "Intentos de secuestro de aeronaves civiles o embarcaciones pudieran hacerse aparentar como acciones que continúan siendo promovidas por el gobierno cubano."
. "Es posible crear un incidente que demuestre de manera convincente que un avión cubano atacó y derribó a un avión civil arrendado que volaba de los Estados Unidos a Jamaica, Guatemala, Panamá o Venezuela."
. "Los pasajeros pudieran ser un grupo de estudiantes universitarios o cualquier otro grupo de personas con intereses comunes para arrendar un vuelo."
. "Es posible fabricar un incidente en el que parezca que aviones Mig cubano-comunistas han derribado un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobre aguas internacionales producto de un ataque no provocado."
"Cinco meses más tarde" de estas siniestras, verdaderamente siniestras variantes aconsejadas desde la Junta de Jefes de Estado Mayor, "en agosto de 1962" —vean el año—, "el general Maxwell D. Taylor, Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, confirmaba al Presidente Kennedy que no se veía posibilidad de que el gobierno cubano pudiera ser derrocado sin la intervención militar directa de Estados Unidos, por lo cual el Grupo Especial Ampliado recomendaba un curso aún más agresivo de la Operación Mangosta. Kennedy autorizó su puesta en marcha: ‘Es asunto de urgencia’."
1962: Viene la Crisis de Octubre. Es que sencillamente a oídos de los soviéticos y a nuestros oídos llegaron algunas noticias, no este documento que acabo de leer, al menos nosotros no lo conocíamos.
Pero Jrushov tenía una convicción total. Para nosotros era algo a que estábamos acostumbrados, a cada rato estábamos movilizados por noticias de alguna posible invasión. No nos interesaba tener aquí proyectiles estratégicos; realmente, nos interesaba más la imagen de nuestro país, que no fuera a parecer una base de nuestros amigos soviéticos.
Ahí realmente la decisión obedeció a un sentido de solidaridad, porque antes de Girón nos enviaron muchas armas. Nosotros teníamos cientos de miles de armas, ya las habíamos adquirido del campo socialista y la URSS desde aquel 4 de marzo que explotó La Coubre, que venía con un cargamento de armas de Bélgica, en el año 1960, durante el resto del tiempo hasta la invasión de Girón en abril, es decir, un año y un mes después, nosotros recibimos decenas y decenas de barcos con armas que venían de la URSS a través de Checoslovaquia, tanques y cañones, artillería antiaérea y fusiles.
Los aprendimos a manejar a gran velocidad, porque las más pesadas llegaron aquí en el primer trimestre del año 1960 y cuando se produce la invasión de Girón teníamos algunas armas ocupadas al ejército de Batista, algunas que habíamos comprado en Bélgica, pero fue el segundo cargamento el que estalla. Es decir, no queríamos darles ni un pretexto, como ocurrió cuando Guatemala, que utilizaron el pretexto de un barco que llevaba armas para el gobierno de Arbenz procedentes de Checoslovaquia y volaron aquel barco. Pero ya cuando viene la invasión, teníamos preparados y armados cientos de miles de hombres, miles y miles de artilleros de todo ese tipo de armas. No tenían mucha experiencia, pero sabían manejar esas armas y tenían espíritu de combate.
Los soviéticos estaban muy preocupados, muy preocupados porque recibieron noticias sobre una probable invasión. Ellos nos dieron las fuentes, no exactamente a mí las más importantes; no fue total la información que posiblemente recibieron, pero sí la que dedujeron de intercambios sostenidos por ellos con Kennedy y otras personalidades de muy alto nivel.
Pero ellos cuando Girón no solo nos habían mandado las armas, sino que hicieron declaraciones muy fuertes y hablaron hasta de los cohetes; estaban irritados porque en aquel momento la Revolución Cubana era algo que surgía como una especie de milagro, ni se imaginaban eso. Y no fue importada ni fue promovida por nadie desde el exterior, fue auténtica y totalmente nuestra.
Nosotros lo único que importamos, realmente, fueron las ideas, o los libros con que adquirimos una cultura política revolucionaria, a la cual le aplicamos algunas ideas producto de la creación criolla para ajustarla a las realidades de nuestro país; porque de acuerdo con las tesis de Engels, debo decirlo, desde que hicieron las grandes avenidas en París e inventaron un fusil de cerrojo que disparaba cinco balas, consideró que en adelante sería ya imposible un levantamiento insurreccional en París o en ciudades similares.
A nosotros nos tocó adquirir una conciencia revolucionaria cuando había aviones, tanques, cañones, comunicaciones y muchas cosas que no eran siquiera imaginadas entonces, y como creíamos en una serie de principios y partíamos de una tradición, fue que concebimos la idea de la lucha armada, la estrategia y táctica a seguir.
Ningún ruso tuvo que ver absolutamente nada, ningún soviético, nadie; ni nadie nos envió un arma, ni nadie nos dio un centavo. Después hubo movimientos revolucionarios en este hemisferio que tenían hasta decenas de millones de dólares. Yo hice un día un cálculo de todo lo que costó el Moncada, el Granma y la guerra en la Sierra Maestra, y tal vez no esté muy errado si sumándolo todo costó el equivalente a 300 000 dólares. Así que podemos anotarnos otro puntico por ahí y decir que hicimos la revolución más barata que haya existido nunca (Risas y aplausos).
Soy franco. Sí, hemos sido solidarios con el movimiento revolucionario, no lo hemos ocultado. No decimos nunca una mentira. Tampoco informamos, si no queremos, al enemigo de lo que no queremos informarlo y se acabó; lo que nunca decimos es una mentira, ni a ellos, ni a un periodista, ni a nadie. Ese es un principio invariable.
Les explicaba esto de la crisis. Nosotros comprendíamos que los norteamericanos tenían algunos cohetes en Turquía y en Italia, que eran cohetes de alcance medio, que llegan mucho más rápido que los proyectiles estratégicos y los bombarderos; que indiscutiblemente la presencia de un número de 42 proyectiles aquí les daba a los soviéticos un determinado balance estratégico. Entonces, si nosotros, que recibimos las armas, el apoyo, incluso la esperanza de que lucharan por nosotros, por mucho que nos interesara la idea de mantener una imagen determinada de la Revolución, no era justo, no era honorable negarnos a llegar a un acuerdo sobre la cuestión de los proyectiles de alcance medio. En realidad, para nosotros habría sido preferible correr el riesgo de no tenerlos, aunque por lo que conocemos hoy la invasión era absolutamente segura.
Ya para aquella época, la cantidad de armas que teníamos y la cantidad de gente preparada era considerable, habríamos sido el Viet Nam y habríamos pagado un precio muy alto.
¿Por qué no se produce un ataque? Finalmente, la tesis de los soviéticos, independientemente de las noticias que nosotros recibíamos, pero a lo cual éramos indiferentes, preferíamos otras cosas, teníamos adaptada la mentalidad a ese tipo de riesgo, ningún temor al imperialismo ni mucho menos. La experiencia surgida de nuestra guerra, que fue breve pero intensa y una insuperable escuela, digamos, en hechos que enriquecieron mucho esa experiencia. Los soviéticos tenían una convicción total, que no se podía obtener así, tan total seguridad, sin poseer estos documentos u otras fuentes de información con acceso a información sensible.
Recordando bien aquellos tiempos, veo que las recomendaciones para instrumentar el pretexto fueron el 9 de marzo de 1962.
Como se sabe, los soviéticos tenían algunos amigos o algunos colaboradores en muchas instituciones norteamericanas, que participaban en reuniones donde participa mucha gente, reuniones de las que emanan montones de papeles, ellos los tenían. Nosotros en aquella época, como dije, no conocimos estos documentos. Pero no tengo, al recordar minuciosamente la historia de los contactos, la primera vez que nos hablaron del tema, los enviados que llegaron a Cuba, quiénes eran y qué hablaron, qué dijeron y cómo lo dijeron, y la forma en que nosotros analizamos, no tengo dudas de que lo que conocían era de fuente muy segura. Yo planteé la cuestión a la dirección revolucionaria. En aquella época estaban el Che, Raúl y otros compañeros, los dirigentes principales, lo analizamos con ellos, y tomamos la decisión.
Ellos preguntan, me hacen una pregunta, lo debo decir, me dicen: "¿Qué creen ustedes que evitaría esa invasión?" Yo les digo —y hasta lo creo—: "Una declaración de la Unión Soviética afirmando que un ataque a Cuba sería el equivalente a un ataque a la Unión Soviética." Dicen: "Sí, sí. ¿Pero cómo hacemos creíble eso?" Entonces es que sugieren la idea de la instalación de los proyectiles. A esa hora nosotros nos fuimos a pensar y a analizar entre nosotros, y lo analizamos desde el ángulo que les expliqué, en el sentido del honor y de la solidaridad. La respuesta, positiva. Eso fue semanas después de que se habían emitido las instrucciones para crear el pretexto para la invasión.
Tengo que reconstruir un poco esta historia, hacer alguna indagación sobre datos y fechas, ya que les hablé de esto —yo iba a leer nada más lo que estaba aquí— y precisar más todavía; porque desde el momento en que suscribimos un acuerdo sobre aquello, la velocidad con que se trabajó fue impresionante, y vean ustedes que ya en agosto, Kennedy acepta el plan, aprueba el plan y dice que "es cuestión urgente".
Posiblemente nos evitamos la invasión directa, en aquel período. Comenzaron después a correr rumores de movimiento de armas y de barcos y de todo; en julio y agosto circulaban ya algunos rumores, porque estaban llegando proyectiles, cohetes tierra-aire y no se sabe la cantidad de armamentos, aviones modernos y otras muchas cosas. La Crisis se desata después del 20 de octubre, realmente. Tenían toda la razón los soviéticos, tenía toda la razón Jrushov; pero una seguridad tan total, como la que yo recuerdo, no se podría tener si no con conocimiento de documentos y de actividades que estaba haciendo Estados Unidos, y ellos tenían muchos más recursos que nosotros para obtener esa información.
Nosotros teníamos alguna, algunas importantes, bastante, y, sobre todo, mucha intuición, adivinábamos, y un hábito: que nunca nos tomara por sorpresa un ataque; es preferible movilizarse veinte veces y que no pase nada, a que no se movilice una vez y lo ataquen. Una tropa, un país movilizado tiene, pudiéramos decir, veinte o veinticinco veces más fortaleza que un país atacado por sorpresa. Eso les pasó a los soviéticos en junio de 1941, eso le pasó a Stalin, cuando hizo el papel de avestruz y metió la cabeza en un agujero, mientras los alemanes concentraban 3 millones de soldados en las proximidades de la frontera, decenas de miles de vehículos, miles y miles de tanques, miles y miles de aviones y lo atacaron un domingo, cuando muchos oficiales y soldados estaban de pase, y le destruyeron en tierra casi toda la aviación. Es increíble esa historia, la conocemos muy bien porque la hemos leído mucho sobre aquella guerra y ha contribuido a enriquecer nuestra experiencia en muchos campos.
Pero solo cuando los norteamericanos decidieron desclasificar estos documentos, conocimos en detalle aquellos planes macabros y su increíble falta total de escrúpulos. Uno dice: "Yo no sé nada, tienen que jurar que yo no estoy enterado de esto." Otro recomienda bochornosas formas de provocar incidentes para justificar una guerra. El otro, que los acepta. Todo esto ayuda hoy, con el tiempo. Habrá documentos que también seguirán saliendo, porque tienen ese hábito, y en esto ellos han aportado —como les decía— los documentos desclasificados, independientemente de todas las pruebas que nosotros tenemos, ¿no? Porque algo como lo de Girón es absolutamente fácil de probar, ¿verdad? La historia completa del primero hasta el último, quién lo reclutó, dónde lo mandó, qué armas le dieron. Mil doscientos prisioneros tuvimos aquí, que los cambiamos por alimentos para niños y medicinas. Pagaron una indemnización. Eso fue lo que hicimos.
Pero ellos nos han dado documentos, precedentes y hechos. Ahora estamos enfrascados en esta batalla legal, espero que no nos invadan por considerarlo una amenaza global.
Yo sí les puedo hablar de una amenaza global: las ideas, las ideas claras, eso que ustedes analizaron y aprobaron. Globalicemos las ideas, extendámolas; obremos el milagro de hacerlas llegar a todas partes, como les afirmaba el primer día. Esas sí son amenazas globales: hablar, razonar, pensar, explicar, demostrar. Si he sido, para ustedes, excesivamente extenso, para mí no.
Yo con mucho gusto les he hablado de todo esto y les he contado algunas cosas, incluso, inéditas; lo he hecho con mucho gusto, con mucha satisfacción. Es lo menos que puedo hacer ante el honor que ustedes nos han concedido, la visita que nos han hecho, sin miedo ni temor, porque en determinadas circunstancias hay que ser valiente para venir a visitarnos. Les hablo a los del congreso; les hablo también, aunque ya no es el mismo caso a los ministros, los ministros tienen un poco más de poder y son un poco menos vulnerables que ustedes.
Por el espíritu de amistad que hemos visto, sincera, solidaria, con mucha satisfacción les he dirigido la palabra durante, no sé, apenas se puede calcular el número de horas; pero sí les puedo asegurar que si yo empecé a hablar a las 5:00 de la tarde, está muy lejos todavía de ser un récord (Risas). ¡Ojalá sea útil!
Muchas gracias (Ovación.)