EDITORIAL
NO HACE FALTA QUEMAR PAPELES
Ayer,
12 de junio, un perro faldero y vocero rabioso del imperio y de la mafia
terrorista de Miami, El Nuevo Herald,
publicó un artículo titulado “Bajo asedio Sección de Intereses de EE.UU. en La
Habana”, en el cual acusan al gobierno cubano de cortar el suministro de
electricidad y agua a esa Oficina, ante lo que califican de “profundización de
una crisis diplomática”, comenzada “desde que se puso el anuncio lumínico
noticioso en la fachada de la sede de esa Sección”.
Según
el artículo, “la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana habría
dado instrucciones el viernes a su personal para comenzar a destruir todos los
documentos que no fueran estrictamente necesarios”, y agrega esta sospechosa conclusión:
“las fuentes que brindaron la información a El
Nuevo Herald valoraron la destrucción de documentos en las dependencias
diplomáticas estadounidenses en La Habana como la antesala de una evacuación, o
como mínimo, están preparándose de ser necesario”.
De
forma tendenciosa, el artículo de El
Nuevo Herald incluyó una foto tomada durante alguna de las históricas
Marchas del Pueblo Combatiente que han desfilado frente a la Oficina de
Intereses, en la que aparece nuestro pueblo en las inmediaciones de esa Oficina
reafirmando su rechazo a la política imperialista y genocida contra Cuba, con
el objetivo de manipular la opinión del lector y hacerle creer que en estos
momentos, y de forma permanente, la SINA está rodeada por nuestros
compatriotas, cuando en realidad en sus inmediaciones impera absoluta
normalidad y solo se encuentra allí el personal especializado encargado de la
custodia de esa instalación.
El
artículo concluye deslizando una frase que desnuda las verdaderas intenciones
ocultas tras esta nueva maniobra: “ante el agravamiento de la situación en sus
dependencias, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana podría
verse obligada a suspender temporalmente sus actividades, algo que explicaría
la medida de comenzar la destrucción de documentos importantes”.
Unas
horas más tarde, en prueba evidente de la participación del gobierno de los
Estados Unidos en la orquestación y dirección de esta mentirosa campaña, el
vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack, insistió cínicamente en acusar
a nuestro gobierno de hostigar a la SINA.
McCormack, en pose de víctima, dijo que, a pesar de las supuestas
dificultades con el suministro de electricidad y agua, la SINA continuó
“haciendo su trabajo”, incluyendo los esfuerzos por “acercarse al pueblo
cubano”, y aseguró impúdicamente que los presuntos problemas de la SINA podrían
estar vinculados a sus actividades para “ofrecer información básica y datos al
pueblo cubano”.
Así,
el mentiroso vocero le llamó “hacer su trabajo” a la creciente labor de
espionaje y subversión que la SINA desarrolla en Cuba; se refirió como
“esfuerzos por acercarse al pueblo cubano” a su padrinazgo, dirección y
financiamiento generoso a los grupúsculos mercenarios que la SINA amamanta en
Cuba, integrados por traidores y soplones que colaboran con la aplicación del
brutal bloqueo que pretende rendir por hambre y enfermedades a nuestro pueblo;
y en el colmo del descaro le llamó “ofrecer información básica y datos al
pueblo cubano” al lanzamiento sistemático de las más groseras ofensas contra
nuestro pueblo a través del panel electrónico que, violando las más elementales
normas del Derecho Internacional, pretenden llevar a cabo impunemente en la
fachada de esa guarida imperial.
Para
tener una idea del tipo de “informaciones y datos” que la SINA ha estado
divulgando a través de su panel electrónico, veamos sólo un ejemplo:
-
Muchas cubanas decentes no pueden vivir como decentes
sin hacer algo indecente. Si tú eres joven y guapa te rinde más beneficio:
¿Seguir una carrera o seguir a un gallego? (7 y 8 de abril).
En
la tarde, el vocero de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana,
Drew Blakeney, mintió descaradamente en una declaración a la prensa cuando
afirmó que “el incremento por parte del régimen de tácticas abusivas para
tratar con la Sección de Intereses y el pueblo de Cuba no es sorpresa para
nadie: desde hace tiempo busca aislar y
hostigar a la Sección de Intereses”. Agregó
además: “El lunes 5 de junio, a
las 3 de la madrugada aproximadamente, le fue cortado el suministro de
electricidad al edificio principal de la Sección de Intereses de los Estados
Unidos en La Habana.”
Mienten
descaradamente El Nuevo Herald y los
voceros del Gobierno de los Estados Unidos cuando responsabilizan a nuestro
gobierno con un supuesto corte del servicio eléctrico y la disminución del
suministro de agua potable a la Oficina de Intereses.
Negamos
categóricamente que hayan existido cortes premeditados de la energía eléctrica
para entorpecer el funcionamiento de la Oficina de Intereses. Hubo en realidad múltiples averías en la
Ciudad de La Habana y en todo el territorio nacional, una de ellas ocurrió en
el circuito soterrado Vedado 2, de 13 mil voltios, que alimenta
directamente la Oficina de Intereses, y una de las dos vías que suministra el
fluido eléctrico a la Tribuna Antiimperialista, debido a la desfavorable
situación meteorológica que ha sufrido el país durante las últimas dos semanas
hasta la tarde de ayer lunes: en la reparación de esta avería se trabaja ya
como en todas las demás. Pese a ello,
como reconocen los voceros, la Oficina se ha mantenido en pleno funcionamiento,
incluido su provocador panel electrónico que desde el 16 de enero,
y durante casi cinco meses, ofende e insulta a nuestro pueblo, demostrando
que a esa instalación no le ha faltado ni un Watt de electricidad.
De
forma malintencionada, el gobierno de los Estados Unidos omite decir que cada
vez que la SINA ha reportado tener dificultades con el abastecimiento de agua
potable o con el suministro de electricidad en sus instalaciones, estas han
sido debidamente atendidas por las empresas cubanas encargadas de brindar esos
servicios.
La
SINA consume como promedio un total de 26 mil kilowatts mensuales, tanto como
toda la energía eléctrica que consumen alrededor de 200 familias promedio
cubanas.
A
pesar del reordenamiento que se ha venido llevando a cabo en la distribución
del combustible en el país, la SINA ha recibido de la empresa CUBALSE un total
de
La
empresa suministradora de agua a la Capital, pese a las difíciles condiciones
de sequía y dificultades en el abasto de agua potable a la Ciudad de La Habana
que con anterioridad a las últimas lluvias afectaron a todo el territorio
nacional, mantuvo de manera estable el suministro a la SINA.
Durante
el mes de marzo de este año, en respuesta a un requerimiento de la SINA, la
empresa abastecedora envió a sus técnicos al edificio principal y al anexo de
la Oficina para revisar las redes de acueducto, internas y externas, y
solucionar las dificultades que se presentaron.
Desde
enero de 2006 hasta la fecha, se han realizado siete acciones de mantenimiento
o reparaciones en los inmuebles en los que residen funcionarios de la SINA por
parte de la empresa CUBALSE.
A
pesar de que el 1ro. de febrero, la SINA expulsó groseramente de sus
instalaciones a los trabajadores del contingente “Blas Roca Calderío” que se
encontraban realizando labores constructivas en su edificio Anexo, la empresa
CUBALSE le viene suministrando puntualmente a esa Oficina materiales para
continuar las obras. Hasta el momento, la SINA ha recibido los 44 metros
cúbicos de hormigón premezclado,
Esa
Oficina cuenta hoy con 302 trabajadores cubanos contratados. En lo que va de año, nueve de esos
trabajadores han viajado al exterior a solicitud de la misma, con el objetivo
de recibir entrenamiento para el cumplimiento de sus funciones.
Los
voceros norteamericanos también omiten decir lo más importante: que sólo
durante el presente año se han aprobado de inmediato a la SINA 33 operaciones
de devolución de emigrantes ilegales solicitadas, sin dilación ni excepción
alguna, cuatro operaciones de repatriación de ciudadanos cubanos considerados
por las autoridades norteamericanas como excluibles, y ocho visitas consulares
a reclusos estadounidenses encarcelados en Cuba.
Las
nuevas acusaciones contra el gobierno cubano forman parte del plan de la
Administración yanqui denunciado por el compañero Fidel el 22 y el 24 de enero
de 2006, al afirmar textualmente:
“El Gobierno de Estados Unidos, por presiones de la mafia cubano-americana,
se propone entre sus primeros pasos violar abiertamente el Acuerdo Migratorio
con Cuba (…), buscar pretextos para impedir a toda costa la venta de productos
agrícolas a Cuba, que se viene realizando en volúmenes crecientes sin que
nuestro país haya dejado de pagar puntualmente un solo centavo durante cinco
años, algo que ese gobierno no creía posible en una nación agredida y bloqueada
(…) e, inconforme con la decisión adoptada por el presidente Carter el 30 de
mayo de 1977, se propone forzar una ruptura de los actuales vínculos diplomáticos
mínimos con Cuba. Las groseras provocaciones que se vienen realizando desde su
Oficina de Intereses en La Habana, no tienen ni pueden tener otro
propósito”.
Las
últimas imputaciones contra Cuba tienen
también como pérfido objetivo desviar la atención del verdadero problema, el
carácter subversivo y provocador de las acciones de la SINA, que, en franca
violación del estatus diplomático que le confieren los acuerdos y convenciones
internacionales, ha devenido Estado Mayor de la contrarrevolución, a la cual
dirige y abastece material y financieramente e incita a la subversión del orden
interno en nuestro país.
Tal
vez piensan que Cuba teme a las provocaciones constantes que urden contra
nuestra Patria y a las consecuencias de una ruptura de los mínimos vínculos
existentes, bastante deteriorados ya por la inmoral y cínica política que viene
desarrollado la Administración de Bush.
Es
al gobierno imperialista de los Estados Unidos al que corresponde explicar su
demencial y reiterada práctica de urdir y aplicar nuevas y brutales medidas
contra Cuba, y sus vanos intentos por doblegar la heroica resistencia de
nuestro pueblo.
El
gobierno norteamericano se hunde moral y materialmente en la guerra de
conquista en Irak, los escándalos de corrupción, los crecientes déficit
presupuestarios y de cuenta corriente, los altos precios de la energía, la
incapacidad para superar desastres naturales, el espionaje ilegal contra sus
propios ciudadanos y la repugnante práctica de los arrestos clandestinos y las
torturas a nivel internacional.
El
Gobierno Revolucionario ha dado una lección de ecuanimidad, firmeza y estricto
apego a las normas diplomáticas en el enfrentamiento a la actuación vulgar,
despreciable de la SINA y de los mercenarios a su servicio en nuestro país.
¡Con
nuestra moral y nuestros principios derrotaremos todas y cada una de sus
criminales y cobardes campañas, provocaciones y agresiones!
Cuba
lucha de frente y con armas limpias; no
tiene por norma buscar pretextos para hostigar esa Oficina. Sabe decir que sí o que no a lo que solicitan
los representantes del imperio. No busca
subterfugios, ni corta cables eléctricos para apagar letreritos de basura. No hostiga a funcionarios
o representantes de Estados Unidos.
Los millones de personas que por allí han desfilado con honor y
dignidad, incluidos niños y adolescentes, nunca lanzaron una sola piedra contra
ese edificio. Cuba a lo largo de la
historia de la Revolución ha luchado siempre con una moral que aplasta a sus
adversarios. Si lo que busca el gobierno actual de Estados Unidos son pretextos
para llevarse esa Oficina, cortar las ventas de alimentos a nuestro pueblo y
liquidar el Acuerdo Migratorio, hágalo; no invente pretextos, ni pretenda
eternizar sus groseras y cobardes provocaciones, que no partieron de Cuba, sino
de esa Oficina, convertida en bastión, jefatura y banco de los mercenarios,
centro de suministro de material subversivo introducido de contrabando en sus
valijas diplomáticas. Cuba puede prescindir
tranquilamente de la misma y de todo lo que de intervencionismo y ultraje
significa. No derramaría una sola
lágrima por su partida. No hace falta
quemar papeles. No importa cuántas
monstruosas fechorías encierren. Jamás
nuestra Revolución asaltará o violará una sede diplomática. Nunca lo hizo y nunca lo hará.