Discurso pronunciado por el
Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en la entrega de 101 vehículos
a la Unión Eléctrica, efectuado en la Unión Eléctrica Nacional, el 5 de mayo de
2006.
(Versiones Taquigráficas - Consejo
de Estado)
(Subió sin anunciársele a la tribuna)
Eso es para ahorrarle trabajo al
presentador, y vamos más rápido, aunque ya el sol nos quemó un poco.
Siéntense, compañeros.
Hace solamente unos días hablamos con cierta amplitud de la
revolución energética. Hoy seguimos hablando
de la revolución energética, pero en su otra variante, que es en la variante
del ahorro de combustible, aunque se supone que este acto es para una
importantísima actividad que debe realizarse para ahorrar energía eléctrica. Las dos variantes se reúnen por eso.
Todos esos vehículos van a prestar un considerable beneficio
en el ahorro de electricidad, y a la vez es uno de los primeros y más
importantes pasos en el ahorro del combustible.
Son dos cosas fundamentales.
Creo que los compañeros que han hablado aquí, y lo han hecho
muy bien, han sido precisos y han sido concretos —me refiero a los compañeros
cubanos—; pero también escuchamos con mucha satisfacción al representante de la
empresa china Gran Muralla, que está aquí ayudándonos a preparar todo el
personal que va a utilizar esos equipos, y que a la vez nos trajo noticias muy
buenas acerca de la capacidad de producción de su fábrica y acerca de los
proyectos de ampliación; sin duda, en algún otro momento necesitaremos
información, o ya la necesitamos, acerca del significado de lo que él habló
sobre dos nuevos autos.
Yo me quedé en la duda de si se refería a autos, como estos
que son autos también, porque en parte son unas camionetas de carga, camionetas
de trabajo, y algunas de ellas son, a la vez, yipi y
camioneta, porque llevan otro asiento detrás para dos o tres personas, de forma
que pudiéramos decir que es una camioneta multipropósito, y seguramente el
embajador de la República Popular China recabe la información para saber cuáles
son esos vehículos, porque —como decíamos recientemente— es una cuestión vital
para la humanidad, todo lo relacionado con la producción de vehículos y todo lo
relacionado con el ahorro de combustible, ya que en el mundo se consume hoy día
—como muchos sabemos o hemos oído hablar— 84 millones de barriles de petróleo
diariamente, consumo que crece de uno a dos millones cada año, solo en
Estados Unidos se gastan 8,6 millones de barriles diarios de gasolina, y
ese país a la vez consume alrededor de 22 millones de barriles diarios de
combustible, incluido gasolina y petróleo, el petróleo del cual se produce
gasolina, aunque ellos importan también gasolina de muchos países.
Son cifras colosales, y algo que se conoce y siempre que
puedo lo repito, es que las reservas probadas y probables de combustible en
Estados Unidos, que fueron creciendo hasta hace aproximadamente 30 años —sí,
las reservas probadas crecían y crecieron en ese país, si mal no recuerdo, hasta
1971—, un eminente científico e investigador norteamericano comprobó, a partir
del estudio de la producción de petróleo de su propio país —un país extenso, de
más de 8 ó 9 millones de kilómetros cuadrados, que poseía en su suelo todo tipo
de riquezas, aparte de sus tierras—, él estudió todo el programa de producción
de petróleo del siglo pasado en Estados Unidos —el siglo pasado que está muy reciente— y sacó
la conclusión, vean ustedes, de que hasta el año 1971 las reservas iban
creciendo y que a partir de ese año empezarían a disminuir en
Estados Unidos, y a la vez pronosticó que para el 2005, 2006, las reservas
probadas a nivel mundial comenzarían a disminuir, y eso es lo que está
ocurriendo en este mismo momento, ya es a nivel mundial.
Nosotros, en una entrevista que nos hicieron allá para la
televisión venezolana, hablamos del tema, y de reservas probadas y probables, las
investigaciones y pronósticos del científico norteamericano, y él partió de
eso. Las técnicas de exploración se
incrementaron, se perfeccionaron muchísimo desde entonces. Las que nosotros disponemos ahora para buscar
nuestro petróleo no se parecen, son incomparablemente mejores y más modernas
que las que teníamos hace 30 años; las máquinas de perforar ahora son mucho más
eficientes, más rápidas, más profundas, y son capaces de trabajar verticalmente
o en un plano inclinado, volver a profundizar o cambiar de dirección, son cosas
que ni soñadas entonces, posiblemente este hombre se equivocó en una cosa, y es
que, si se toman en cuenta todos estos avances, tal vez habrían durado más las
reservas probadas o tal vez se habrían agotado antes, de no existir estas
máquinas. Pero, bueno, eso no tiene
ninguna trascendencia. Lo admirable es
la precisión con que previó ese fenómeno.
Nosotros hemos añadido otra cosa, y es que en la selva es
más fácil encontrar un elefante que un conejo.
Ya los grandes yacimientos los han estado buscando hace rato: en el Mar del Norte; en el Golfo de México,
donde se supone que queda algo todavía; allá en las proximidades de Argentina,
que ya lo están buscando hace años por la zona de las Malvinas. Aparte de eso se construyeron en los últimos
30 años y se pusieron a funcionar tal vez en los últimos 15 años embarcaciones
más modernas para la exploración.
También hace algunas decenas de años se empezaron a
construir las plataformas para perforar en lugares profundos, de cientos de
metros —tenían que construir las plataformas, tenían que anclarlas, y eran
plataformas fijas—, y después fabricaron unos barcos modernísimos, como uno que
estuvo explorando en el área del golfo por acuerdo con Cuba, o en el área de
nuestros mares territoriales, en los mares próximos a Cuba, pero más allá de
las 12 millas, por supuesto, y ese equipo había sido construido de forma casi
perfecta para explorar. No usaba ancla,
se ubicaba en una posición a través de satélites y mediante un número de
hélices situadas en distintas direcciones mantenía la misma posición. Desde luego, siempre tiraban algo allá hacia
el fondo, un equipamiento modernísimo para explorar y otras tareas.
Recuerdo que había un documental sobre eso. No sé si Vicente y Yadira lo vieron, o nuestros
petroleros o nuestros eléctricos, porque hay una asociación muy estrecha entre
petroleros y eléctricos, ya que lo que producen ellos lo consume una parte
importante de nuestro país, a través de los eléctricos, y cuando los eléctricos
reduzcan ese consumo, a los recursos energéticos se les dará otros usos o se
exportarán.
Pero bien, todo ese
equipamiento permite hacer cosas increíbles.
Ni se sabe, ¿cuántos días duró?
¿Alguno de ustedes recuerda la exploración aquella que hizo ese barco
moderno? En unas pocas semanas, si mal
no recuerdo, hizo la exploración y todo el mundo esperando a ver qué sacaba de
allí, cómo era, si había trazas de petróleo, de qué petróleo, todo eso, y hay
mucho todavía que perforar por ahí, porque es una de las poquísimas áreas medio
virgen que queda. El petróleo nuestro lo
estamos sacando de la orilla de la costa y precisamente perforando en un plano
inclinado con esas máquinas modernas de las cuales, en este momento, tenemos
ocho trabajando, y en el segundo semestre de este año alcanzaremos la cifra de
12 máquinas de ese tipo perforando en busca de gas acompañante del petróleo,
diría casi casi que en primer lugar, para producir la electricidad más barata
que hoy produce el país, la del ciclo combinado.
Sobre eso hay muchas cosas también, hay equipos, hemos
comprado, tenemos un equipo comprado de turbinas que usan ese gas
acompañante. No siempre tiene que ser
una planta de 30 000 kilowatts/hora, es decir, turbinas capaces de
funcionar con motores de 1 000
kilowatts.
Las turbinas las hacen cada vez más eficientes y con un
aprovechamiento mayor de la energía contenida en una tonelada o en un metro
cúbico, digamos, el gas se mide por metros cúbicos. Un dato que puede ser de interés para la
población, porque ustedes lo saben, es que por cada millón de metros cúbicos de
ese gas acompañante que no cuesta nada, era el que se quemaba, en el ciclo
combinado se pueden producir algo más de 150 000 kilowatts y son máquinas
que tienen un aprovechamiento muy alto, porque no hay que pararlas, trabajan
con alrededor del 90% de operatividad, como le llaman los eléctricos.
Actualmente están produciendo en Cuba alrededor de 300 000 kilowatts
por hora y hay gas, aproximadamente, para unos 320 000 kilowatts, y
esperamos que para el próximo año se pueda producir más, porque hay algún excedente.
Entre otros usos tenemos dos plantas termoeléctricas que
trabajan con petróleo, pero pueden sustituir el 30% de ese fuel oil o ese
petróleo por gas acompañante, lo cual permite que una de esas plantas que puede
gastar 240 gramos por kilowatt de fuel oil, por ejemplo, gaste solamente 180
gramos, si la acompañan con ese 30% de gas acompañante del petróleo.
Les decía que buscábamos ese gas más que el petróleo, aunque
en la búsqueda de petróleo va apareciendo petróleo con más alto nivel de
combustión, con más API.
Aquí se está explotando hasta el de 12 API y ya aparecieron
unos pozos el año pasado de 18, y ya por ahí hay algunas exploraciones, de las
que no se puede decir todavía la última palabra, donde aparece un petróleo que
tiene alrededor de 19 API. A lo mejor un
día, con suerte, nos encontramos un petróleo con más API.
Nunca se me olvida, porque de eso se hablaba hace mucho
tiempo, un carburante que se producía por allá por Matanzas, cerca de
Corralillo, que en la Segunda Guerra Mundial se empleó directamente en los
vehículos como gasolina.
Desgraciadamente no era abundante, pero me imagino que la cantidad de
API era mucho más alta, y el lugar donde han aparecido estas señales —digo señales, por no decir más, porque no se
puede, no se debe todavía decir más— no está lejos, precisamente, de aquella
zona.
Hay distintos tipos de petróleo, se han encontrado en el
medio de la isla; pero nosotros no estamos esperando que nos caiga el maná del
cielo y que aparezca mucho petróleo, porque hemos descubierto, afortunadamente,
algo mucho más importante, el ahorro de energía, que es como encontrar un gran
yacimiento.
Tal vez dentro de 12 meses sea como un gran pozo que produzca
—bueno, tendría que multiplicar
barriles, pero vamos a llamar toneladas anuales— un poco más de 4 millones de
toneladas de petróleo.
Cuatro millones de toneladas de petróleo, en este momento —y
de petróleo medio—, valen en el mercado mundial más de 1 000 millones de
dólares —vean si el descubrimiento puede ser importante—, y esos 4 millones
podrían ser ahorrados en la Unión Eléctrica.
¿Qué les parece?
Por eso nosotros no estamos buscando tanto petróleo como gas
acompañante, y esto va a depender, en gran medida, precisamente de que
encontremos algunas cantidades superiores de gas acompañante. Si nosotros duplicáramos esa cifra, entre
600 000 y 700 000 kilowatts podrían producirse con ese gas, y esta
cifra de kilowatts tal vez alcance o se aproxime mucho a la demanda de
electricidad por la madrugada, si es que logramos con el ahorro reducir a esa
cifra la demanda, nuestra esperanza en reducirla al menos por debajo de un
millón radica en los equipos más ahorradores que están todavía por
distribuirse.
El ventilador normal gasta
35 ó 40 watts; si es un ventilador rústico, construido con motor de Aurika,
entonces el gasto puede ser 150 ó 200.
Nosotros hemos visto, incluso, aires acondicionados rústicos, fabricados
artesanalmente, que lanzan un chorro de aire fresco. Algún día habrá que hacer un museo con todo
eso.
Están por distribuir más del 90% de los refrigeradores y
casi el ciento por ciento de los aires acondicionados de los viejos, que se han
calculado en alrededor de 250 000; y
faltan además alrededor de 300 000 motores de agua para casas de una o
varias plantas; y faltan un buen número de bombas de agua que funcionan todas
con electricidad, distribuidas por todo el país, y son las que suministran el
agua a todos los pueblos, a todas las ciudades, a todos los municipios, y dicen
que están 24 horas funcionando.
Yo hablaba esta mañana con una trabajadora del Ministerio de
la Industria Básica que ostenta allí un cargo importante, y hablamos del motor
de agua eléctrico de una vivienda que está en un segundo piso, y calculaba el
número de horas que funcionaba. Decía: Por la mañana, dos
horas —para echar agua donde hay que echar agua—; por el mediodía otras dos horas, había otros
dos por la tarde y por la noche. En esa
casa que se prenden los motores a mano, no es el automático que arrancó por su
cuenta y nadie lleva la suma de horas —Enriquito,
sobre esos motores hay que indagar un poco más, cuántos son a mano, cuántos son
automáticos—, pero todos esos motores están gastando diez veces más electricidad
—ya que muchos han sido enrollados varias veces, o son viejos— que lo que hoy
gasta un motor para esas funciones, y todavía no se ha sustituido ninguno ni de
las casas ni de los pueblos o los edificios, qué sé yo, cualquier edificio
tiene un tanque que hay que llenar, el agua no viene sola ni llena un tanque de
esos.
Mire, allí vemos un tanque, allí vemos otro (Señala). Bueno, no sé qué harán esos, porque el
tanquecito ese no da para tanto, ese arranca cada vez que le falta agua. Pueden tener allí un automático, igual que
los calentadores esos rústicos, que han puesto algunos, trabajan todo el
tiempo.
Hace unos días estaba viendo un calentador en la casa de una
compañera que necesita el agua tibia, y es un tanque grande, calienta agua todo
el día, y la calienta con electricidad.
Hemos ido descubriendo todos los misterios del gasto
eléctrico.
En Cuba debemos estar gastando creo que alrededor de tres
veces lo que podíamos estar gastando.
Digo alrededor porque gastamos más, y si le añaden todos los objetos
electrodomésticos que mencionaba Pía en una reunión —creo que fue en la del
azúcar— hay repartidos en este momento en nuestro país, incluidos hornillas,
calentadores, ventiladores, puntos de luz, juntas de refrigeradores,
termostatos —pero esos no están contados—, aquí hablamos de ollas reinas, ollas
arroceras, etcétera, como parte de la revolución energética, tienen entre todos
una capacidad de consumir 9 millones de kilowatts/hora y, sin embargo, en este
momento, en la hora de máxima demanda, el país está consumiendo alrededor de
80 000 ó 100 000 kilowatts más que el año pasado a esa misma hora, a veces con un poco más de calor,
a veces con un poco menos de calor.
Y de ahí el consumo baja casi en picada, por debajo del año pasado.
¿Qué dice eso? Eso significa
que muchos de estos artículos:
ventiladores distribuidos, hornillas, ollas reinas, ollas arroceras,
calentadores de agua, porque unos son gastadores, pero otros son ahorradores,
consumen electricidad, como los calentadores en forma de tirabuzón, que no son
los que fabrica la gente, que realmente meten miedo y nadie sabe todavía cuánto
gastan. Pero es muy notable el hecho de
que en la hora de la máxima demanda, con todos esos equipos repartidos y cuando
ya hay millones de núcleos cocinando con electricidad, el incremento en la
segunda quincena del mes anterior, que veíamos todos los días, sea de unos
80 000 kilowatts más en la hora de máxima demanda. Es verdaderamente notable.
Ahora estamos midiendo en Pinar del Río, que pronto tendrá
todos los artículos, incluidos refrigeradores y aires acondicionados. Súmenle un número de miles de televisores que
gastan 150 watts menos por hora y el consumo de esa provincia sirve para
orientarnos. En lo nacional, que es muy
importante, el consumo eléctrico se está comportando de la forma que expliqué
en la hora de máxima demanda, y en todas sus manifestaciones se comporta por
debajo, y solo sube en los dos momentos de mayor consumo: al mediodía —hoy al mediodía la demanda fue
de 2 080 000, casi igual que al anochecer; sin duda que el calor tiene que
estar influyendo mucho— y por la noche, ayer jueves, fue menos de 80 000, más
que el año anterior. Esa es la hora de
máxima demanda, por la tarde, o a finales de la tarde, y luego se produce un
bajón, un bajón brusco, brusco respecto al año anterior, porque ya en ese
momento no están funcionando los nuevos equipos repartidos que mencioné. La caída es vertical desde las ocho y
tanto. En cuatro horas baja alrededor de
700 000 si hace calor, y hasta 900 000 si no hace mucho calor.
Baja así (señala) casi como una barrena de esas que perforan el
petróleo.
Ese es un dato muy significativo de todos los experimentos
que se han estado haciendo en todas partes, muchos experimentos pequeños y
otros, con los cuales se han ido comprobando cada una de las cosas que se
hacen, calculando las ya instaladas y calculando las que faltan.
Es por eso que les decía que con seguridad, ¡con seguridad!
—me atrevo a usar esa palabra—, debemos bajar de un
millón en la madrugada. Eso que ahora
puede estar en 1 400 000 kilovatios, y estimo que mi cálculo es
conservador.
Pero ese no es el único ahorro. En este momento —estoy hablando de la
madrugada— usted tiene un gasto permanente, que requiere máquinas permanentes
produciendo electricidad, que requieren capacidad permanente de
producción. El equipo de ciclo combinado
con gas acompañante, que produce una electricidad tan barata, es la tecnología
perfecta en las condiciones de nuestro país, y en tanto no tengamos la energía
eólica, que estamos estudiando muy seriamente y con determinadas perspectivas,
sería la electricidad más barata del país, después de amortizado en unos
poquísimos años el costo del equipamiento: dos centavos el kilovatt. Sería realmente formidable cuando todo el
gasto eléctrico permanente fuera a ese costo de dos centavos, más el que
alcancemos con la eólica y la solar.
Entonces los motores coordinados estarán consumiendo básicamente fuel
oil y no diesel. Aunque quiero decirles
una cosa sobre el diesel: las plantas
pico japonesas, que tantas veces se han usado, y que incluso en el primer
trimestre de este año se usaron bastante y trabajaron muchas horas el pasado
año, gastan 400 gramos por kilowatt, y los motores sincronizados que estamos
utilizando gastan menos de 210 gramos.
Su costo es más alto que el fuel oil y el fuel oil es un poco más alto
que nuestro petróleo con un 5% de nafta para hacerlo más soluble.
En Santiago de Cuba, desde luego, las plantas
termoeléctricas consumen prácticamente la totalidad del fuel oil que produce la
refinería de Santiago de Cuba, y después lo utilizaremos para trabajar no con
plantas de 350 gramos por kilowatt, sino con plantas
de menos de 200 gramos por kilowatt. Además, aquellas plantas no tienen que estar
trabajando día y noche, porque son plantas flexibles. Usted no tiene que dejarlas calentando por si
falta la electricidad, usted las para, sencillamente, y programadamente las va
arrancando, no tienen que trabajar las 24 horas; aquellas plantas de Santiago
de Cuba usted no las puede parar. Es
decir, 200 gramos por kilowatt pero trabajando muchas menos horas, ahorrando no
solo 150 gramos como promedio, sino dejando de trabajar un montón de horas.
Hacia esa dirección marchamos.
Me complace mucho poder explicar esto una vez más. Estuvimos reunidos con ustedes hace meses,
pero muchas de estas cosas eran ideas, proyectos, íbamos haciendo pruebas; pero
estaban por someterse a la tremenda prueba de la vida. Había quienes decían que el desastre
universal se iba a producir aquí, porque la demanda iba a ser de 5 ó 6 millones
en la hora pico, y la necesidad real es la que les expliqué.
Claro, nos quedan, tal vez, alrededor de un millón de
núcleos todavía por cocinar con electricidad, porque son tres millones los que
cocinaban con queroseno y GLP. Ahora,
con todos los estudios que se han hecho, se han descubierto casas a las que les
faltaba el breaker y otras muchas cosas que se están estudiando en detalle para
resolverlas con racionalidad y con justicia.
No es que la gente empiece a dividir ahora un cuarto de otro, pidiendo
un medidor de electricidad para cada uno y pagar menos. No vamos a permitir que ninguna de esas
trampitas prosperen.
Todo el mundo está alerta y cada vez vamos a estar más alerta con
relación a eso; pero hay 250 000 núcleos en la capital que cocinan con ese
gas acompañante directo, y ya no sale del carbón, como era al principio de la
Revolución, ni de la nafta, como era después, que producía un gas que tiznaba
los implementos de cocina; ya hoy, y desde hace muy poco, trabajan con ese gas
acompañante. Ese no hay que
tocarlo. Son 250 000 núcleos, y
algo más de 3 250 000 son los
que usarán electricidad. Hemos sido
cuidadosos, hemos guardado de reserva una cantidad de hornillas, ya que
proceden de seis fábricas, una sola no podía fabricarlas todas, entonces
algunas son más sofisticadas, con termostato, y a veces, si un plátano se
estaba friendo, de repente se enchumbaba porque el termostato entraba en acción
y apagaba la hornilla a una temperatura determinada. Claro que nuestros técnicos, sobre todo por
la experiencia de Pinar del Río, aprendieron rápidamente a resolver los
problemas.
Se está creando, y ya tiene recursos, una organización
nacional con todos los medios necesarios para el suministro y arreglo de todos
estos artículos electrodomésticos que necesita el hogar, y algunos no
electrodomésticos, como son el necesario para arreglar un salidero de agua, la
llave, el taquito que se usa, etcétera, porque cada vez que se bota el agua en
un baño, en un inodoro, las bombas están caminando porque el salidero está
botando agua horas y horas.
Aquí se fabricaban los equipos sanitarios, y también los
auxiliares, algunos de ellos con una tapita así (Señala), no muy elegante, por
cierto, y después no se volvía a ver una piececita de esas que cierra para que
no se bote el agua.
Ese es otro territorio en el que hay que penetrar, y estamos
penetrando, con la adquisición de los equipos pertinentes, pero algo más
importante: la
necesidad de garantizar el suministro de todos los muebles sanitarios pertinentes
lo más estandarizados posible para que gasten menos agua, porque hay tazas que
gastan el 60% del agua, en cualquier circunstancia que usted la descargue.
¿Y por qué hay que ahorrar agua? No solo porque la necesitamos en la agricultura
y el riego de todos los hidropónicos y otros cultivos agrícolas, sino como un
arma contra las crecientes sequías del país, un país donde se alternan las
grandes lluvias, los ciclones y las grandes sequías.
Al ahorrar agua disponemos de ella para la agricultura y de
la electricidad que gastan todos esos motores funcionando sin cesar, ahorramos
recursos y ahorramos combustible.
Bien, yo estaba en esa tarea de demostrar lo que está
ocurriendo ahora y mencionaba lo que nos falta; pero nos falta si acaso un 30% de
los núcleos por cocinar con energía eléctrica.
Después hay otros lugares, porque se requieren equipos parecidos en pequeños restaurantes y otros
muchos lugares, no se acaba en los hogares.
Ahora, el gran caudal de ahorro está en ese consumo residencial,
es donde se puede ahorrar mucho. De modo
que una vez que ese caudal en que se trabaja —y se está trabajando fuertemente—
se agote, quedan otros, pero el rendimiento no es tan alto. Por tanto, se marcha en muchas direcciones de
la revolución energética.
Me faltan cosas sin duda, apenas doy una vuelta me voy
encontrando otra y otra.
No mencioné, cuando hablaba del ahorro, el significado de la
renovación, rehabilitación o reconstrucción de la red de distribución. Yo hablé de La Habana, campeona olímpica
de pérdidas en la red, y ella me decía (Señala) que hay algunas provincias, por
el contrario, que están en 12% y hasta en menos de pérdida. La cifra de 11 mencionada posiblemente se
quede corta con el trabajo que está haciendo la dirección de distribución de la
Unión Eléctrica, para lo cual se adquirieron esos equipos. ¡Caramba! (Mirando hacia los vehículos
especiales), desde aquí no los había
visto, ¡qué bonitos están!; pero lo que significan, un poquito les hablaré de
eso. Nadie sabe la electricidad, pueden
ser 80 000, pueden ser 100 000 kilowatts. Súmenlo, porque la red malgasta de día y de
noche; claro, más de día que de noche, pero ahorra capacidad generadora, ahorra
combustible. Eso no lo había mencionado.
No había mencionado que, por ejemplo, al quitarse las
termoeléctricas se ahorra de un 6% a un 9% de la electricidad que consumen las
propias termoeléctricas, cuando usted suma eso, eso y eso...
Un síntoma positivo es el hecho que me contaba Yadira hoy,
al preguntarle cómo andaba el sistema el día 5 de mayo, y me dijo: “Estamos gastando en el día 2 millones menos
de kilowatts”; es decir, de una cifra de un poquito más de 41 millones al día,
ahora gasta 39, a pesar de todos los hierros repartidos.
Eso dice mucho, sacamos la cuenta de cuánto era y cómo el
gasto —ella me lo afirmaba— que tenemos para producir electricidad es de
1 kilogramo de petróleo por 3 kilowatts; 2 millones, para producirlos
en nuestras termoeléctricas equivalen a algo más de 600 000 kilogramos de
petróleo; el nuestro, el fuel oil, hay que producirlo, transportarlo —y eso no
está en la cuenta del precio del mercado mundial—, guardarlo, distribuirlo; es
decir, más de 600 toneladas diarias.
Vaya usted a ver qué precio..., si le pusiera el casi
miserable precio de 300, serían 180 000 dólares diarios: por 100, 18 millones; por 300, 54 millones;
por 60 —vamos a simplificar la cuenta— son 60 millones de dólares al año que ya
estamos ahorrando, precisamente, porque estamos consumiendo al día seiscientas
y tantas toneladas de combustible menos, para producir 2 millones de kilowatts
menos —ahora, en verano, vendrán rápidamente otros momentos más favorables—;
pero esos son datos que no están en ninguna de estas cuentas. He mencionado dos. ¿Cuál será el de la electricidad que
ahorramos en las propias plantas productoras de electricidad?
Ahora —sumen—, por cada kilowatt que usted deba mantener las
24 horas del día —citábamos los refrigeradores, las bombas de agua—, usted
no necesita la capacidad de generación de un kilowatt por hora. Si son 100 000, realmente, ¿cuántas
plantas de 100 000 que Cuba tiene hoy generan 100 000 kilowatts por
hora? ¿Cuántas, Vicente? ¿Cuántas, Pía? (Le dicen que son 11 unidades
con capacidad de 100 000 kilowatts.)
Pero su capacidad de diseño es de 100 000.
¿Producción real, diario?
(Le dice que es 75.) Vean, sumen, 75.
Y usted para 100 000 kilowatts por hora..., vaya, se puede dar
hasta el número de refrigeradores; lo que están ahorrando los refrigeradores
son 100 watts, 10 de ellos un kilowatt; pero un millón necesita 100 000,
un millón de esos que está derrochando la electricidad, que no es nuevo.
Imaginen lo nuevo, le va a producir 80 000 kilowatts; pero usted no necesita
75 000, usted necesita 100 000.
Claro, el produce 100 000, pero de ahí gasta una
parte—hablábamos de eso—, puede quedarse en menos de 70, y de ahí trasmite lo
que produce y le puede quitar 4, 5, 6, 7 y de ahí distribuye, y, aparte de eso,
a lo largo del año tiene que pararlo 50, 60, 70, 80, 100 días o más, si le suma
las veces que lo tiene que parar.
“Guiteras” se para a cada rato y a correr, a correr, por el volumen de
la electricidad que produce.
Realmente, compañeras y compañeros de la industria
eléctrica, casi casi para producir un kilowatt las 24 horas nuestro actual
sistema debe poseer capacidad de generación equivalente a dos veces y media esa
cifra. Y no estoy inventando cosas,
estoy afirmando cosas que todos ustedes saben.
Es por eso que no exageramos cuando afirmamos lo que
significa y no hemos vacilado en hacer los esfuerzos pertinentes, porque,
encima de todo, se han ido disminuyendo los apagones, además, día por día. Todas las fábricas están trabajando hoy, casi
todos los lugares estratégicos tienen ya motores de emergencia, que no
trabajan, están ahí para cuando surja la emergencia, porque un hospital que
tiene cirugía, que puede tener terapia intensiva, no se puede dar el lujo de
carecer de un equipo de emergencia en cualquier circunstancia; incluso, si una
palma real se cae o algo se cae e interrumpe el circuito de distribución en las
proximidades de la vivienda.
Hace rato oigo a mucha gente: “Faltó electricidad.” ¿Es por capacidad de generación? “Faltó aquí.”
¿Qué pasó? Se disparó Felton y
disparó los seguros y apagó. O se
disparó la “Guiteras”, ¿qué tiempo estuvieron parados? Una hora y media, dos horas, tres. Se ha visto ese tipo de apagones, cuando,
incluso, la capacidad de generación estaba limitada.
Pinar del Río, doscientos sesenta y tantos mil; ahora alcanza alrededor de los 900 000,
sin contar motores de emergencia. Es
difícil en cualquier momento de la hora de máxima demanda que no haya
400 000 ó 500 000 kilowatts de reserva, en los motores coordinados
que arrancan rápidamente, y los no coordinados, digamos, los de emergencia,
están perfeccionando las comunicaciones por si hicieran falta que también
arranquen.
Ahora, de mes en mes, se incorporan —estamos a 5 de mayo—,
dentro de un mes continúa el ritmo de incorporación, pero un poquito más lento,
de no menos de 100 000 por mes; una de 100 000, y esas sí producen la
capacidad de diseño y trabajan un número de horas solamente, y son
insonorizadas, climatizadas, condiciones de trabajo muy diferentes de esas
grandes; las reparaciones no son esos hombres metidos en un túnel lleno de
cables reparando y reparando; la inversión por kilowatt puede ser un 25% de una
“Guiteras”, u otra planta termoeléctrica.
Ya expliqué el consumo, y me falta —debí haberlo dicho—
explicarles que se han estado haciendo cálculos del diesel que la población
estaba consumiendo en las cocinas de queroseno, puesto que, excepto Santiago de
Cuba que tenía 18 y La Habana que tenía 18, de 24 litros que se necesitaba
mensual para cocinar con los 2 600 000 cocinas de queroseno, solo
obtenía 12 —18 no alcanzaban y 12 alcanzaban menos. Hay que preguntar: ¿Cuánto de lo que se remitía de los
depósitos de queroseno llegaba a las 10 000 bodegas? Son conocidas las historias de intercambio de
productos por la carretera entre el que llevaba el combustible y alguien que le
suministraba algo para cambiárselo porque no le alcanzaba, o para comprárselo —no
hacemos nada con andar disimulando verdades como esas.
Queda apenas un 20%, un 25% —hay que precisar— de cocinas de
queroseno funcionando, y muchos las odiaban.
El otro día, en la reunión del azúcar, precisamos que el
país invertía alrededor de 50 millones de dólares cada año en producir alcohol
para esas cocinas de queroseno.
¡Cincuenta millones! —métanlo en
la cuentecita—, al precio que tiene el alcohol hoy y tendrá; pero en la cuenta,
alrededor de 1 000 toneladas diarias y no alcanzaban. Consecuencias: muchos tenían cocinas eléctricas
rústicas y las enganchaban a la corriente eléctrica; dragones, como diría
Fernández, consumiendo electricidad. Esa
era una de las prácticas.
Segunda práctica —bastante usual—: en muchos pueblos, en la zafra y en
tiempo muerto, en época de cultivo, y en todas las construcciones y en todos
los tractores y camiones, se daba la posibilidad de que el vecino le pidiera
diesel para emplear en las cocinas de queroseno.
Se sabe por todas las investigaciones que hemos hecho, por
todas las preguntas, los vecinos cuentan: “Me costaba tanto”, “me costaba tanto”
y se vendía barato, relativamente, por el tractorista, el camionero; se volvió
una costumbre ante una situación de carestía de ese combustible, que, además,
les producía asma a los niños y otras dificultades a las personas con alergia a
ese tipo de combustible, que no eran pocas.
Esas son las consecuencias de esta revolución eléctrica, del
ahorro de energía que estamos hablando.
Bien, aquí están los 101 vehículos adquiridos para esa
dirección, que van a prestar tanto servicio a la población, sobre todo, en la
calidad de la electricidad, que cuando no existe es causa de muchas
fundiciones, de equipos que se funden porque no tiene la calidad; o
deficiencias en el televisor y en otros equipos porque no hay voltaje.
Un día iremos, desde luego, a un poco más —que ahora no nos
hemos metido en eso—, a lo que es elevar el voltaje, porque la elevación del
voltaje ahorraría una cantidad que posiblemente sufrague los gastos de esa
inversión en relativamente poco tiempo —todavía no, es una posibilidad ulterior.
Ahora, veamos qué se hizo en unos meses y gracias a la toma
de conciencia, a la cooperación de China, a la calidad de sus equipos, al
ahorro del combustible de esos equipos y a la corrección de otras
irracionalidades.
La Unión Eléctrica —que ustedes de una forma o de otra
representan aquí— disponía de los siguientes equipos de transporte: 523 Zil-130 y algunos Zil-131 que hacían, los
menos gastadores de los dos, solo 1,6 kilómetros por litro de gasolina;
disponía de 346 Gaz que hacían 1,8 kilómetros por litro; 309 yipis que hacían 6
kilómetros por litro de gasolina; 147 camiones Kamaz, que hacían 1,8 kilómetros
por litro; 138 MAZ —en estos datos no está el MAZ, pero sería igual que los
demás.
Disponía de otros 911 equipos procedentes de la antigua URSS
y de muchos años de uso, no todos remotorizados ni mucho menos. Esto suma 2 268 equipos de la antigua
URSS.
Además, se hicieron varias compras de segunda mano —ustedes
saben lo que son segundas manos—, fundamentalmente a empresas eléctricas de
Italia y México, alcanzando la cifra total de camiones de la Unión Eléctrica a
5 183 equipos, con más de 230 diferentes marcas repito, 230 diferentes
marcas.
Vean esas 101 camionetas y todas las demás que vienen: una sola marca.
Pero algo muy serio: una gran parte de estos equipos
estaban destinados a tareas que no se correspondían con su capacidad de seis
toneladas en el caso del Zil, o de 3,5 en el caso del MAZ. Las usaban porque no había otra,
sencillamente, y así muchas de las tareas que van a realizar esas camionetas
las estaban haciendo esos Zil, que consumían un litro por cada 1,6 kilómetros;
con la diferencia adicional de que era un camión más grande, más molesto,
consumidor de gasolina —eso especialmente en la dirección de distribución— y
estas consumen diesel, que valía un 30% más barato.
Otra diferencia colosal: estas camionetas caminan 14 kilómetros
con un litro (Aplausos).
Además, ellos adquirieron una variedad de esas camionetas y
de otros vehículos, para realizar su tarea: abrir huecos, cargar el poste, o
levantar, todo el equipamiento moderno para trabajar en esa tarea de los
linieros. Pía explicó cuántos hay, qué
hacen, etcétera, y habló de trabajar en caliente. Nosotros vimos una de esas camionetas, los
detalles, dónde iba cada cosa y qué se emplea cuando se trabaja en caliente.
Pía advirtió que, desde luego, la corriente se interrumpe
cuando hay que arreglar una línea de esas, y además de hacerlo en el menor
tiempo posible, explicarle a la población siempre: “Esto se va a hacer ahora”, reducir al
mínimo el tiempo y no repetir; es decir, usar la lógica, usar la racionalidad
en la ejecución del programa.
Él explicó cómo se hizo la compra. Con la participación de un equipo de
especialistas de la Unión Eléctrica, la empresa UNECAMOTO de la Industria
Sideromecánica, el Ministerio de Transporte y funcionarios de la embajada allá
en China, realizaron visitas a diferentes fabricantes chinos.
Se realizó la selección y la prueba rigurosa del
equipamiento, y se aseguró la compra de las piezas de repuesto para dos años de
explotación.
Pienso que al final la Unión Eléctrica tendrá 10 ó 12, qué
sé yo, a lo mejor 20, porque necesita, digamos, un camión de 20 toneladas que
lleve tal cosa o necesita algún otro equipo, algunos son de doble tracción,
pero de la misma marca. No veo por qué
tenga que tenerlo.
Aquí señalaban que tenían marcas diferentes, dos tipos de
Zil, camiones Gaz, yipis, camiones Kamaz, más otros equipos, más los adquiridos
de segunda mano, para el total aquel asombroso de 230 marcas. ¿Quién garantiza el mantenimiento de esos
equipos? Es absolutamente imposible, y
por eso casi todos estos equipos estaban parados un día sí, un día no,
constantemente busca piezas, remiendos, etcétera, una agonía. Hay que tener presencia de ánimo y voluntad
para enfrentarse a todos esos problemas.
No, la Unión Eléctrica tendrá equipos estandarizados.
Pía me decía: “Nos faltan todavía algunos de los
equipos que teníamos para otras cosas en la unión.” No, el país está comprando miles de vehículos
ahorradores, similares a esas, y podemos reforzar la empresa con la misma marca
de motor, camión, gomas, etcétera.
La variedad y el tipo de equipo es la siguiente —vienen ya
con piezas por dos años, hay que ver cómo se manejan y se administran—: ellos
contrataron 407 camionetas de esas con diferentes cualidades; 54 carros
cesta de 8,2 kilómetros por litro, un equipo especial de esa marca, de esa fábrica,
de ese motor; 12 barrenadoras de 3,4 kilómetros por litro; 6 semirremolques; 50 motos de 35 kilómetros
por litro —es lo que se corresponde a los planes que ellos tienen para
desempeñar su trabajo. Son 537 equipos
en total, con un valor de 12,2 millones de dólares y un crédito pagadero en 720
días, dos años. Hemos obtenido
ulteriores créditos para ulteriores compras de más volumen y aún con un plazo
mayor.
Cabrisas, ¿interés de este préstamo a 720 días? (Cabrisas le dice que 5%.) Cinco por ciento de interés.
De este equipamiento ya han arribado al país 101 camionetas
y 50 motos. Están en el puerto 50 camionetas,
8 cuñas tractoras, 4 semirremolques; navegando: 101 camionetas, que llegan entre
el 11 y el 18 de este mes de mayo.
Creo que son buenas noticias para la Unión Eléctrica y los
linieros.
Aquí cuando decía “están en el puerto 50 camionetas”, iba a
preguntar si en el puerto cubano o en el puerto chino. Realmente, si están en puerto cubano,
caballeros, me parece que hay 151 camionetas ya aquí en nuestro país y deben
estar listos los choferes de estas camionetas que, como los dos que aquí
recibieron las llaves y el que habló, se ven personas con mucho sentido del
deber y de la dignidad, y así escogieron también en el Ministerio de Transporte
a los conductores de los ómnibus Yutong, de los cuales escucho magníficas
opiniones.
Así que pronto habrá 251, y los demás equipos ya producidos
y pronto estarán aquí todos los equipos.
Contamos con otra ventaja: la seriedad de las empresas chinas, la
rapidez y la puntualidad con que cumplen los planes de producción y envío. No creo que en ningún lugar del mundo se
hagan las cosas a esa velocidad; se ha juntado un país que quiere hacer cosas y
necesita hacer cosas, con un país que ha llegado a convertirse en el principal
impulsor de la economía mundial, con un gran peso; mejor aún, con un gran y
creciente peso en la economía mundial, con un grande y creciente desarrollo en
la economía mundial, y equipos cada vez mejores.
Explicaba aquí el representante de esa empresa Gran Muralla
todo lo que estaban haciendo, incluso un centro de investigación, que me
imagino dedicará gran tiempo a la búsqueda de motores que consuman aun menos
combustible. Con todo y ser un récord
hoy, a mi juicio, el mundo tendrá que luchar por producir motores que consuman
nunca más de un litro por 30 kilómetros.
A la humanidad no le quedará más remedio que hacerlo así.
Por eso hablaba el Primero de Mayo del gran volumen de
equipos que deberán ser reciclados; la mayor parte de los que salen nuevos de
la fábrica deberán ser reciclados para convertirlos en vehículos más
económicos, ya que existe la tecnología.
Vean qué enorme diferencia, con el empleo de la racionalidad.
¿Qué es racionalidad en este caso? Emplear el equipo que debe emplearse y no uno
de seis toneladas que serviría para tirar caña u otras cargas. Eso es racionalidad: emplear el equipo adecuado, y lo otro,
emplear el equipo con un mínimo gasto de energía. Por eso los cuatro puntos, y uno de ellos: la inmensa mayoría
de los equipos del mundo deben ser reciclados.
Aquí hay datos también sobre los obreros que están
preparándose. Ellos hablan de 1 060
linieros; en realidad los linieros son gente valiente, gente puntual, gente
entusiasta. Cada vez que ha habido un
ciclón, en cuestión de horas van llegando refuerzos de linieros de una
provincia a otra, y así nos enfrentamos al último ciclón.
La labor de los linieros se distingue por su movilidad y
largas jornadas de trabajo al día, así como ausencias imprevistas fuera de sus
casas en época ciclónica y con el programa de mejoras de redes han ido
reforzando el trabajo en otros territorios más necesitados.
Han trabajado en el montaje de los grupos electrógenos, un
gran esfuerzo para conectar las nuevas subestaciones.
Estudian en este momento 576 compatriotas como linieros, en
escuelas provinciales de cada territorio. Este proceso de formación debe
continuar durante este año, y no debe parar, porque nuestros linieros, igual
que nuestros trabajadores sociales, nuestros médicos y otros, están cooperando
con otros países y están en posesión de la tecnología de unas cuantas cosas de
mucho interés. Así que yo no detendría
la formación de linieros, personas con características especiales, valientes, y,
como tú decías, garantizando todos los recursos para el máximo de protección a
esos linieros, que tienen que ser muy bien escogidos, tanto desde el punto de
vista psicológico, no solo por el trabajo que hacen, sino porque van a hacer
ese trabajo en condiciones de funcionamiento de la red, y hay que ver los
mejores equipos que existan, igual que estamos haciendo con los componentes de
la red. Lo hemos venido haciendo así
desde aquella intervención de la televisión donde tú explicaste cuáles eran los
problemas.
Tú hablaste de cómo se ha triplicado la cantidad de
transformadores, de postes. Además, esa
fábrica de transformadores va a continuar trabajando, va a ser difícil competir
con ella, dados los componentes y los equipos que se están adquiriendo para esa
fábrica.
No solo se están empleando los transformadores fabricados
por nosotros, que son miles, 15 000, 20 000, sino también los
transformadores adquiridos en el exterior, previa selección por su calidad.
Herramientas y todos los demás medios pertinentes estarán a
su alcance.
Pía habló de lo que él llama “acciones de mejoras”. Decía que fueron 87 353 en estos meses y
que aspira a llegar a 200 000. Yo
sé que él debe guardar una reservita, porque multiplicando por tres, esto da
casi 250 000, y con todos esos hierros no creo que ustedes van a ir más
lento que en estos primeros cuatro meses.
Pía, está muy bien eso de guardar una reserva de electricidad y también de
tiempo y de kilómetros (Aplausos).
¿Qué falta? Voy a
mirar el reloj, 8:22, no tenemos todavía dos horas, pero yo sé muy bien lo que
hace falta, hace falta que yo termine.
Muchas gracias.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(Ovación.)