Tercera reflexión sobre
los Panamericanos
¿BRASIL SUSTITUTO
DE ESTADOS UNIDOS?
Hablé hace muy poco
del robo de cerebros, algo repugnante.
Poco después apareció un
buen atacador del equipo cubano de balonmano vestido con el uniforme de
un equipo profesional de São Paulo.
La traición por dinero es
una de las armas predilectas de Estados Unidos para destruir la resistencia de
Cuba.
El atleta realizaba
estudios superiores; sería graduado
como Licenciado en Educación Física y Deportes, un trabajo
digno. Sus ingresos son modestos,
pero su preparación profesional es altamente apreciada; sea cual
fuere el deporte y su especialidad, lo mismo si atraen mucho público
y publicidad comercial, o no atraen ninguno, son útiles
para el desarrollo humano.
Los que solicitaron asilo
brasileño lo hacen cuando Estados Unidos declaró hace muy poco que
no cumplirá las cifras exactas de los acuerdos migratorios
que suscribió con nuestro país. Baste señalar que de casi doscientos
atletas y entrenadores que participaron en la primera semana
de las competencias de los Panamericanos, faltaron un jugador
de balonmano y un entrenador de gimnasia.
No voy a decir
por ello que el equipo de balonmano de Cuba era mejor que
el excelente equipo de Brasil y sus formidables atletas,
pero la delegación cubana recibió un golpe moral bajo
en los Juegos Panamericanos con esas solicitudes de asilo
político. Pusieron al equipo cubano
fuera de combate antes de comenzar la lucha
por el oro.
El pasado domingo 22 de
julio, en horas del mediodía, se recibió la triste noticia
de que dos de los más destacados atletas de boxeo,
Guillermo Rigondeaux Ortiz y Erislandy Lara Santoya, no
se presentaron al pesaje. Sencillamente
los noquearon con un golpe directo al mentón, facturado
con billetes norteamericanos.
No hizo falta conteo alguno de protección.
Observando
los primeros combates en Río exclamé que nuestros boxeadores luchaban
con tanta elegancia y dominio técnico que convertían en arte
su rudo deporte.
En Alemania existe
una mafia que se dedica a seleccionar, comprar y promover
boxeadores cubanos en las competencias deportivas
internacionales. Usa métodos
psicológicos refinados y muchos millones de dólares.
Apenas tres horas después,
la victoria de la cubana Mariela González Torres
en el Maratón, un clásico del deporte Olímpico que
la hizo recorrer más de 40 kilómetros, compensó con creces
la traición e inscribió con letras de oro su hazaña
en la historia deportiva de su patria.
El pueblo de Cuba
debe rendir tributo al ejemplo heroico de Mariela, nacida
en la oriental provincia de Granma, cuyas tasas de mortalidad
infantil y materna fueron, en el año 2006,
4,4 por cada mil nacidos vivos y 11 por cada 100 mil partos, mejores
que las de Estados Unidos. En
su municipio, Río Cauto, con 47 mil
918 habitantes, fue cero en ambas.
Después de todo, Cuba
dispone de miles de buenos entrenadores o técnicos que suelen trabajar en el exterior con atletas que no pocas veces ganan
medallas de oro compitiendo contra los nuestros. Algo más: existe una Escuela Internacional
de Profesores de Educación Física y Deportes donde cursan
estudios superiores más de 1 300 jóvenes del Tercer Mundo. Hace unos días se graduaron 247. No cultivamos el chovinismo
ni el espíritu de superioridad.
Nos apoyamos en la ciencia y los conocimientos,
sobre esas bases luchamos por crear los valores éticos de
una mente sana en un cuerpo sano.
No existe
justificación alguna para solicitar asilo político. Si no es Brasil su mercado
definitivo, poco les importa.
Hay países ricos del primer mundo que pagan mucho más. Las autoridades brasileñas
han declarado que los que deserten deberán probar la necesidad
real de asilo. Es imposible demostrar
lo contrario. De antemano
se conoce su destino final como atletas mercenarios en
una sociedad de consumo.
Pienso que han ofendido a Brasil utilizando
los Panamericanos como pretexto para autopromoverse. De todas formas consideramos útiles
las declaraciones de sus autoridades.
Deseamos que Brasil,
un país hermano de Latinoamérica y del Tercer Mundo, obtenga
el honor de ser sede de una Olimpiada.
Fidel Castro Ruz
23 de julio del 2007
6:52 p.m.